La agresividad y sus trastornos

El termino agresividad hace referencia a un conjunto de patrones de actividad que

pueden manifestarse con intensidad variable, incluyendo desde la pelea física hasta los

gestos o expansiones verbales que aparecen en el curso de cualquier negociación. La

palabra agresividad procede del latín, y es sinónimo de acometividad.

Implica provocación y ataque.

La agresividad es una manifestación básica en la conducta de los seres vivos.

En una persona la agresividad puede manifestarse en cada uno de los niveles que

integran al individuo:

- Nivel físico: se puede presentar en este nivel como lucha con manifestaciones

corporales explicitas.

- Nivel emocional: puede presentarse como rabia o cólera.

- Nivel cognitivo: puede estar presente como fantasías destructivas, elaboración

de planes agresivos.

- Área social: es el marco en el cual, de una manera o de otra, toma forma

concreta la agresividad.

Diferentes tipos de conductas agresivas

Para Edward Wilson biólogo estadounidense la agresión constituye una mezcla de muy

diferentes patrones de conducta que están a las servicio de distintas funciones. Para

ello el clasifica la agresión en los siguientes tipos:

- Agresión territorial: conducta de amenaza o ataque que se muestra hacia una

invasión del territorio propio.

- Agresión por dominación: tiene que ver con el establecimiento de niveles de

poder.

- Agresión sexual: incitada por los mismos estímulos que disparan la respuesta

sexual.

- Agresión parental disciplinaria: es la utilizada por los progenitores para ensenar

conductas y establecer límites a los menores.

- Agresión protectora maternal: es la que se presenta cuando las madres

defienden a sus hijos.

- Agresión moralista: las formas avanzadas de altruismo reciproco pueden dar

lugar a situaciones se sutil hostilidad, o de abierto fanatismo.

- Agresión predatoria: conductas de ataque motivadas. Esta vinculada a la

obtención de objetos.

- Agresión irritativa: agresión e ira dirigidas hacia un objeto cuando el agresor se

siente frustrado, herido, deprimido o estresado.

Otra clasificación de agresividad es:

- Agresividad física: golpes, patadas, entre otros.

- Agresividad verbal: insultos.

- Agresividad facial: gestos.

- Agresividad indirecta: hacia objetos de la persona afectada.

El sustrato fisiológico de la agresividad

Los supuestos genéticos:

La presencia de un cromosoma Y extra en la dotación genética, incrementa las

posibilidades de desarrollar conductas agresivas. Produce dos tipos de trisomia:

- Conducta agresiva y trisomia XYY.

- Conducta agresiva y trisomia XXY: llamado síndrome de Klinefelter.

La aparición de estos trastornos probablemente tiene su origen en el periodo de

producción de espermatozoides los cuales al fecundar el ovulo poseían más de un

cromosoma Y.

Los supuestos cerebrales:

La actividad cerebral humana es capaz de integrar niveles de agresividad de

complejidad creciente.

Según el Dr. Paul MacLean, el cerebro humano integra tres subsistemas:

- El cerebro reptiliano: parece vinculado a pautas básicas de conducta; como las

relativas a la alimentación, caza, emparejamiento, competición, imitación,

dominio y agresión. Este cerebro responde a las situaciones a medida que se les

va planteando.

- Cerebro de lo mamíferos: proporciona soporte biológico para la vida afectiva.

Esta representado neurológicamente por el sistema límbico. La actividad del

sistema límbico permite el aprendizaje, la capacidad de incorporar a la

actividad presente las experiencias del pasado. Hace posibles pautas a

respuestas más variadas y complejas.

- Cerebro superior (Corteza cerebral): permite, entre otras cosas, la capacidad de

anticipación. El usuario puede incorporar a su presente no solo el pasado, sino

también de alguna manera, el futuro.

Los supuestos neuroendocrinos:

El sistema endocrino de los mamíferos pone de manifiesto la existencia de tres niveles

de control:

- El primero tiene que ver con el estado de preparación para la acción, en esto

interviene algunas hormonas como andrógenos, estrógenos y hormona

luteinizante.

- El segundo esta relacionada con la respuesta al estrés y en el participan las

catecolaminas que es un neurotransmisor la cual tiene un papel mediador en el

soporte de la actividad agresiva.

- El tercero esta vinculado a la capacidad de una respuesta sostenida ante el

estrés.

La interpretación psicosocial de la agresividad

De la versión analítica a la etológico-social: desde la perspectiva psicoanalítica,

la agresividad es definida como una tendencia o conjunto de tendencias que se

actualizan en conductas reales o de la fantasía, dirigidas a dañar a otro, a

destruirlo, a contrariarlo, a humillarlo. Alfred Adler destacó en 1908, la

existencia de una "pulsión agresiva" no sólo en la génesis de los trastornos

psicológicos sino como algo que forma parte de la vida cotidiana. Freud vinculó

la "resistencia al tratamiento" con la agresividad. Según Ruther Giller la

agresividad como tendencia inconsciente y primitiva con la que se nace, sería

modulada e interiorizada socialmente a lo largo de la vida pero singularmente

en la infancia.

De las formas de pugnacidad: la agresividad puede estar presente en la

comunicación humana en mayor o menor grado. Para Thomas Oden, las

personas se relacionan según nueves canales de interacción los cuales

permiten valorar conductas desde la lucha hasta la intimidad que son:

- Canal 1 (Lucha): se busca confrontación por ambas partes.

- Canal 2 (Demanda): se busca rigor.

- Canal 3 (Competición): se busca ganar.

- Canal 4 (asertividad): se busca reconocimiento.

- Canal 5 (influencia): se busca dirigir o ser dirigido.

- Canal 6 (Guía): se busca respeto o ser guiado.

- Canal 7 (Mutualidad): se busca apreciación o protección.

- Canal 8 (Simpatía): se busca amabilidad o recompensa.

- Canal 9 (Intimidad): se busca afecto.

Aprendizaje social de la agresión: la agresividad es una potenciabilidad sobre la

cual se aprende a lo largo de la vida. El juego es uno de los modos en que se

suscrita y se regula la agresividad en los niños también la imitación tiene un

valor adaptativo para inhibir a agresión en el interior de los grupos y para

potenciarla.

Violencia y vida social: un gran número de factores pueden facilitar la génesis

de la violencia en la vida social:

- Demográficos.

- Diferencias socioeconómicas.

- Territoriales.

- Raciales-culturales.

- Religiosas.

Una de las formas de agredir consiste en modificar deliberadamente los canales de

información que utiliza el oponente. Un ejemplo de esto sería un ataque informático

en el cual se busca modificar la información a conveniencia del que ataca.

Psicopatología de la agresividad

Conducta agresiva patológica: cuando alguien se da la predisposición de atacar

sin que nadie medie provocación alguna, se dice que presenta agresividad

patológica. Esta puede manifestarse a través de palabras o actitudes, las cuales

producen escaladas violentas o acentuaciones en la relación de poder.

Son numerosos los problemas psicopatológicos que pueden presentar asociada la

conducta agresiva. Las formas más graves suelen presentar varios de estos trastornos:

a) Retraso mental.

b) Trastorno mentales de base orgánica:

- Demencia.

- Trastornos postraumáticos.

- Algunos trastornos epilépticos.

- Otros asociados a problemas no primariamente cerebrales (Dolor

crónico).

c) Estados de intoxicación por sustancias psicoactivas:

- Alcohol.

- Psicoestimulantes.

- Fármacos antidepresivos y ansiolíticos.

- Mezcla de sustancias.

d) Trastornos del control de los impulsos. Como los trastornos explosivos

e) Trastornos de la personalidad de tipo antisocial. Como la sociópatia.

f) Trastornos afectivos. Como la depresión.

g) Trastornos del tipo de la esquizofrenia.

Trastorno explosivo: Consiste en episodios de pérdida del control de los impulsos agresivos, dando lugar a actos violentos, graves o a destrucción de la propiedad. La agresividad manifestada no es en absoluto proporcional al motivo desencadenante.

La sociopatía, también conocida como trastorno de personalidad

antisocial (TPA), es una patología de índole psíquico que deriva en que las

personas que la padecen pierden la noción de la importancia de las normas

sociales, como son las leyes y los derechos individuales.