LA APTITUD

Esta mañana vamos a intentar diferenciar dos significados que nos ayudarán a conducirnos en forma más efectiva en nuestro quehacer profesional

La diferencia entre el significado de la palabra APTITUD con P y la palabra ACTITUD con C

APTITUD: viene del latín (aptus significa “capaz para”). Es la Capacidad y buena disposición para desempeñar o realizar satisfactoriamente una tarea, determinada función, empleo, etc. CUALIDAD que hace que un sujeto sea apto, adecuado o acomodado para cierto fin.

En psicología, es cualquier característica psicológica que permite pronosticar diferencias interindividuales en situaciones futuras de aprendizaje.

(Ejemplo: ya viste al Suboficial lo apto que es para el puesto de conductor de tanques)

ACTITUD: Es la forma de actuar de una persona, el comportamiento que emplea un individuo para hacer las cosas. Es lo que demuestra una persona, su estado de ánimo.

(Por ejemplo: "Ese Sargento tiene una actitud muy altanera; aquel Teniente muestra una actitud positiva conduciendo los movimientos de orden cerrado, contagia a su subordinados).

Muchas veces tenemos la disposición de estado de ánimo para realizar algunas cosas, pero... no siempre somos aptos para realizarlas.

Es pertinente entonces diferenciar el uso de ambos términos en nuestro quehacer diario, porque nos permitirá, mejorar nuestra calidad profesional, acrecentando nuestra eficacia como líderes.

La palabra aptitud se refiere a las características psicológicas que permiten pronosticar diferencias interindividuales de comportamientos en situaciones futuras de aprendizaje o de conducta.

En el habla común, la aptitud hace referencia a la capacidad de una persona para realizar una tarea en forma correcta. En psicología, en cambio, este término abarca tanto las capacidades cognitivas como las características emocionales y de la personalidad. De esta forma, la aptitud está vinculada con la inteligencia y con las habilidades innatas y adquiridas tras un proceso de aprendizaje

Entonces precisando, la Aptitud, es un rasgo general y propio de cada individuo que le facilita el aprendizaje de tareas específicas y lo distinguen de los demás.

Actitud

En cambio cuando nos referimos a la actitud, debemos hacerlo como cierta forma de motivación social -de carácter, por tanto, de orden secundario o mayor importancia, frente a la motivación biológica, que es de tipo primario- que impulsa y orienta la acción hacia determinados objetivos y metas. Eiser define la actitud de la siguiente forma: predisposición aprendida a responder de un modo consistente a un objetivo social.

La actitud presenta los siguientes componentes:

• Componente cognoscitivo: para que exista una actitud, es necesario que exista también una representación cognoscitiva del objetivo. Los objetivos no conocidos o sobre los que no se posee información no pueden generar actitudes positivas. La representación cognoscitiva puede ser vaga o errónea; si es vaga, el afecto relacionado con el objetivo tenderá a ser poco intenso; cuando sea errónea no afectará para nada a la intensidad del afecto. Por lo tanto es sumamente importante mantener informado a nuestros subordinados de los objetivos de la Gran Unidad o Región.

• Componente afectivo: es el sentimiento en favor o en contra de un objetivo social. Es el componente más característico de las actitudes. Aquí radica la diferencia principal con las creencias y las opiniones - que se caracterizan por su componente cognoscitivo -.

• Componente conductual: es la tendencia a reaccionar hacia los objetivos de una determinada manera. Es el componente activo de la actitud. Hacia este componente debe actuar el Líder.

Sobre este componente y la relación entre actitud-conducta, y las variables que están interviniendo, debemos orientar nuestro esfuerzo para influenciar y motivar el comportamiento organizacional de nuestros subordinados.

Entones ¿Qué significa realmente ser un buen líder? ¿Cuáles son las aptitudes que convierten a las personas en lideres? y lo más importante ¿Cómo ejercer un liderazgo efectivo?

Precisamente es en esta última cuestión en la que deseo centrar mi participación, pues constituye el reto más complejo y el más gratificante a la vez al que cualquier Líder o conductor de talentos pueda enfrentar en su carrera profesional.

Sabemos que hoy en día ya no se dirigen personas en plural, sino "persona" en singular y, sobre todo, equipos de trabajo cargados de talento, mucho talento y conocimiento. Somos conscientes además de que una de las tareas del líder es la de identificar las cualidades que cada persona puede aportar y explotarlas en favor del equipo alineándolas hacia la correcta consecución de los objetivos por alcanzar.

Pero ¿Qué dice la teoría acerca de las aptitudes para el liderazgo? La teoría afirma que un líder debe presentar cualidades para:

El Control de la Atención (buscar el sentido práctico a las acciones encaminadas hacia la consecución de objetivos), El Control del Significado (capacidad para comunicar correctamente la misión, visión y objetivos de la Gran Unidad o Región para lograr la adhesión de las personas a los mismos), El Control de la Confianza (el líder debe transmitir confianza y credibilidad), y El Control de sí mismo (con un conocimiento de sus propias habilidades y un uso eficaz de las mismas).

Pues bien, aplicando toda esa teoría ya hemos identificado a un líder en potencia, por lo que una vez superado el primer obstáculo ahora pasamos al segundo nivel y quizá el más importante, esto es, al nivel de la actitud.

Estoy convencido de que la actitud es lo que diferencia a un buen de un mal líder.

Una buena actitud le permitirá centrarse en lo que verdaderamente importa y resulta útil a la Gran Unidad o Región dejando de lado cuestiones que contribuyen a entorpecer la buena gestión de las personas, las ideas y las tareas propias de su quehacer cotidiano.

Un líder eficaz para cualquier Institución debe dejar a un lado la mala actitud que le conduce al miedo escénico, al pánico a perder un puesto de privilegio dentro de la misma , y centrarse en llevar una gestión eficaz de todos los ámbitos que influyen en la correcta consecución de sus objetivos.

En mi opinión, prestar atención a esos miedos y amenazas no hace sino precipitar su caída y perjudicar la labor de estímulo y aliento que debe ejercer un líder para que su equipo de trabajo se sienta útil y partícipe de la objetivos que busca la Gran Unidad o Región, encontrando con ello que su trabajo es estimulante y susceptible de ser considerado un reto que merece la pena afrontar, porque con ello contribuye a la consecución del objetivo deseado.

Por tanto ¿Cómo ejercer un liderazgo efectivo? El líder debe poseer siempre una buena actitud y el subordinado la mejor actitud, ambos debidamente motivados permitirán conseguir el objetivo en el menor tiempo posible y sin duplicidad de esfuerzo.