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Universidad de Cantabria
Facultad de Filosofía y Letras
Grado en Historia (Historia Aplicada)
La Biblioteca Diocesana del Seminario de Monte Corbán: una experiencia
biblioteconómica
The Diocesan Library of the Seminary of Monte Corbán: a librarianship experience
CURSO 2015/2016. JUNIO
Autor: Jaime Turbett Álvarez
Tutora: Dra. Virginia Mª Cuñat Ciscar
Tutor externo: D. Isidro Pérez López
ÍNDICE Resumen/Abstract .................................................................................................................... 1
1. Objetivos y competencias ..................................................................................................... 2
2. Biblioteca y biblioteconomía ................................................................................................ 4
2.1. La política cultural como impulso de la biblioteconomía ................................................ 6
2.2. Sistemas bibliotecarios, redes y cooperación bibliotecaria .............................................. 7
2.3. Tipos de biblioteca ........................................................................................................... 8
3. La Biblioteca Diocesana del Seminario de Monte Corbán ............................................. 10
3.1. Las bibliotecas eclesiásticas ........................................................................................... 11
3.2. Las bibliotecas eclesiásticas en Cantabria ..................................................................... 13
3.3. La Biblioteca Diocesana del Seminario de Monte Corbán ............................................ 16
3.3.1. Historia .................................................................................................................... 18
3.3.2. El edificio del Seminario ......................................................................................... 20
3.3.3. La Biblioteca dentro del edificio ............................................................................. 22
4. Trabajos técnicos bibliotecarios: labores de biblioteconomía aplicadas en la Biblioteca
del Seminario de Monte Corbán ........................................................................................... 29
4.1. El papel del bibliotecario ............................................................................................... 29
4.2. La configuración de la colección ................................................................................... 31
4.3. De la adquisición a la catalogación ................................................................................ 34
4.3.1. Registro y sellado .................................................................................................... 34
4.3.2. Descripción bibliográfica y catalogación ................................................................ 35
4.4. La ordenación de la biblioteca ....................................................................................... 37
4.5. Consecuencias de la ordenación: re-catalogación y expurgo ........................................ 41
4.6. Conservación de los fondos ........................................................................................... 43
4.7. Actividad de difusión ..................................................................................................... 44
5. Conclusiones ........................................................................................................................ 46
Índice de figuras ..................................................................................................................... 47
Bibliografía .............................................................................................................................. 48
1
RESUMEN/ABSTRACT
La Biblioteca Diocesana del Seminario Monte Corbán es una biblioteca eclesiástica
especializada en Teología en donde he tenido la oportunidad de desarrollar una práctica de tipo
profesional. En este trabajo se hablará de la historia del Seminario y de su Biblioteca y se
definirán las características de la propia Biblioteca desde una perspectiva biblioteconómica.
Para tal fin, se empleará tanto la bibliografía como las experiencias vividas durante el desarrollo
de las prácticas, contrastando así la teoría con la práctica y viceversa.
Palabras clave: Biblioteca del Seminario de Monte Corbán, Biblioteca Eclesiástica, Prácticas
Bibliotecarias, Biblioteconomía
The Diocesan Library of the Seminary of Monte Corbán is an ecclesiastical library
specialized in Theology where I had the chance to participate in professional work experience.
This essay will talk about the history of the Seminary and its Library and will also define the
characteristics of the Library from a librarianship perspective. In order to achieve this,
bibliography and also the experience lived during the practical sessions will be used, contrasting
theory with practice and vice versa.
Key words: Diocesan Library of the Seminary of Monte Corbán, Ecclesiastical Library,
Librarian practice, Librarianship
2
1. OBJETIVOS Y COMPETENCIAS
El presente texto responde al Trabajo de Fin de Grado (TFG) de la Universidad de
Cantabria, y más específicamente se trata del punto y final del Grado en Historia, impartido por
la Facultad de Filosofía y Letras. Como último escalón antes de la finalización del Grado en
Historia, los objetivos que se plantean son acordes a este paso final tal y como se indica en la
normativa de la Universidad de Cantabria para el TFG: aplicar y desarrollar los conocimientos
y capacidades obtenidos a lo largo de la carrera1.
Estos objetivos, que quedan señalados explícitamente en el reglamento, son los
siguientes:
Habilidad para usar fuentes de información.
Capacidad de organización, crítica y selección de la información.
Capacidad de desarrollar por escrito un trabajo de extensión media relacionado con
los contenidos del Grado en Historia.
Capacidad de exposición y defensa oral y escrita de un trabajo.
No obstante, hay que matizar que el presente TFG se corresponde con la Mención de
Historia Aplicada, que vendría a ser, a groso modo, una especialización a la que se puede optar
en el cuarto curso del grado a partir de una serie de asignaturas propias cuyas características
específicas están encaminadas a la aplicación de los conocimientos históricos a la resolución
de problemas de tipo práctico, tal y como hacen disciplinas como la Museología o la
Biblioteconomía.
En este sentido, el Trabajo de Fin de Grado queda configurado en función de esta
mención: El TFG de la mención de Historia Aplicada consistirá en la elaboración de un
proyecto profesional, entendiendo por tal, la memoria resultante de una práctica profesional
desarrollada en una institución/empresa externa a la Facultad, y como aplicación de las
competencias y destrezas propias de dicha mención.
1 Reglamento del Trabajo de Fin de Grado (TFG) de la Facultad de Filosofía y Letras. 2015. Santander:
Universidad de Cantabria [en línea] [Consulta: 2 de mayo de 2016] Disponible en:
http://web.unican.es/centros/fyl/Documents/ESTUDIOS%20DE%20GRADO/TFG%20comunes/reglamento_tfg.
3
Por tanto, el citado reglamento presenta la realización de una práctica de tipo
profesional, a través de la cual se han de aplicar las competencias adquiridas a lo largo de todo
el Grado de Historia, pero también las destrezas obtenidas en la Mención de Historia Aplicada.
En este caso, mis prácticas se han desarrollado en la Biblioteca Diocesana del Seminario
de Monte Corbán, lugar en el que estuve desde el lunes 15 de febrero hasta el martes 19 de
abril, de lunes a viernes y excluyendo las fechas de la Semana Santa, para así poder cumplir
con las 120 horas necesarias para finalizar las prácticas (invirtiendo tres horas cada día de
trabajo). Resulta obvio que la asignatura que más me ha ayudado en mis prácticas ha sido
Depósitos de la Cultura Escrita: Archivos y Bibliotecas (G209), pues en ella hemos tratado
todos los aspectos relacionados con la práctica bibliotecaria, tanto aspectos históricos como
técnicos, y además pude realizar un ensayo escrito sobre una biblioteca (la Biblioteca Nacional
de España) como pequeño anticipo al TFG. También me ha resultado de una utilidad especial
la asignatura Museología y Museografía (G240), concretamente porque en ella hemos estudiado
cuestiones que tocan de lleno a la difusión y a la conservación de materiales y de espacios que
he podido aplicar a las bibliotecas, como edificio, y a los servicios bibliotecarios de difusión.
Hay que decir que estas prácticas profesionales se desarrollaron en una institución
privada, perteneciente a la Iglesia, y en este sentido son importantes los acuerdos entre Diócesis
y Universidades establecidos desde la entrada en vigor de la Constitución Española de 1978 y
la posterior firma de los Acuerdos Internacionales entre la Santa Sede y el Estado Español el 3
de enero de 1979, entre los cuales hay uno específico que nos interesa destacar: el Acuerdo
sobre Enseñanza y Asuntos Culturales. A través de estos acuerdos se permitió que por ejemplo,
la Iglesia use los mecanismos universitarios para impartir diferentes cursos de Teología y a
cambio, las diferentes Diócesis han facilitado a las Universidades el acceso a su patrimonio
artístico, musical, bibliográfico y documental2.
Por otro lado, durante el desarrollo del presente Trabajo de Fin de Grado he contado con
el apoyo de mi tutor académico, la Dra. Virginia Mª Cuñat Ciscar, así como con la asistencia
de D. Isidro Pérez López, tutor externo de mis prácticas. Sin olvidar la indispensable ayuda de
los voluntarios en la biblioteca, Enrique y Julián que me han ayudado de una manera excelente
en mis labores a través de su experiencia y sus conocimientos sobre la biblioteca en la que me
desenvolví durante mi período de prácticas.
2 CONFERENCIA EPISCOPAL. Acuerdos académicos y pastorales entre diócesis y universidades. Madrid:
EDICE, 2004, pp. 9-19
4
Para concluir este apartado queda definir la estructura y las propiedades técnicas de este
trabajo, las cuales ya se han podido intuir con todo lo dicho. Este trabajo compagina una
investigación bibliográfica en el ámbito de la Biblioteconomía con el desarrollo de una práctica
en una biblioteca, y por ello se contrastará la experiencia vivida durante la práctica bibliotecaria
con la información bibliográfica y teórica recibida en el Grado.
Para llevar a cabo lo dicho, se partirá desde lo general a lo particular, me explico: para
plantear mejor la cuestión particular del presente TFG (la Biblioteca Diocesana del Seminario
de Monte Corbán) trazaré unos esbozos generales sobre el mundo bibliotecario, para así una
vez hecho esto poder introducir, sin asperezas y carencias teóricas, lo relativo a la biblioteca en
cuestión, concluyendo tras este segundo paso con las tareas que realicé durante mi período de
prácticas. Si bien, siempre que lo crea conveniente para ilustrar las vicisitudes de mi proyecto
práctico, haré menciones puntuales de la Biblioteca del Seminario Diocesano de Monte Corbán
o de mis labores en la misma a lo largo del desarrollo de los aspectos más generales,
aprovechando las cuestiones teóricas que vayan surgiendo. Por otro lado, los aspectos más
técnicos del mundo de las bibliotecas, aunque sean genéricos, quedarán por su parte tratados en
el apartado relativo a mi experiencia práctica, para así poder establecer una comparativa entre
la teoría y la práctica en el caso de la Biblioteca del Seminario Diocesano de Monte Corbán.
2. BIBLIOTECA Y BIBLIOTECONOMÍA
Tal y como se acaba de decir en la introducción, tomaré como punto de partida para el
desarrollo de esta memoria un aspecto general que englobe la problemática a tratar, esto es, el
concepto de biblioteca, pues, ¿cómo vamos a hablar de algo sin antes definirlo adecuadamente?
Así pues, en este apartado se hablará del concepto de biblioteca, así como la disciplina que se
encarga de su estudio y su desarrollo: la Biblioteconomía.
Un acercamiento etimológico es una buena manera de comenzar el estudio sobre algún
término o concepto concreto. En este caso, la palabra biblioteca (del griego biblion, libro; y
teke, caja) etimológicamente se refiere a la conservación y al almacenamiento de libros. Sin
embargo, el término de biblioteca a día de hoy va más allá, pues hace alusión a la institución
que no solo se dedica a conservar, sino también a difundir los conocimientos y la información.
Lo cierto es que es muy importante la labor de la biblioteca, que no es un simple armario estático
5
y muerto de materiales entre los que abundan los libros, y basta con citar a M. de la Luz
Arguinzóniz para dejar clara la cuestión3:
“Si queremos mantenernos a la altura de las exigencias de nuestra época y solucionar
acertadamente los problemas de cada día, es indispensable que tengamos acceso a los
conocimientos y a la información que nos brinda la experiencia adquirida por los hombres
que nos precedieron, y mantenernos al día en lo que se refiere a las invenciones y
descubrimientos de nuestros contemporáneos.” – M. de la Luz Arguinzóniz
Hacer que el ciudadano comprenda esto no es fácil, especialmente en los tiempos que
corren4, y por ello el mérito de la biblioteca como institución es doble. La biblioteca, al
proporcionar la información requerida en cada caso, contribuye a promover todo ámbito del
saber humano: el científico, el industrial, el técnico, el político, el moral, el económico5. La
biblioteca es una puerta al pasado, una guía del presente y un sendero firme y estable hacia el
futuro. Concienciar sobre esta cuestión es quizá incluso más importante que la propia
conservación del material bibliotecario, pues ¿para qué conservar libros que nadie lee? Es más,
el ciudadano que no lee ni siquiera se vería afectado o molestado por la desaparición de la
biblioteca como institución.
Así pues, la Biblioteconomía, que es la ciencia de las bibliotecas, es una ciencia social
porque a causa de su carácter, fines, problemas y métodos, concuerda con el interés de utilizar
el valor de los libros para el progreso social y económico. La Biblioteconomía actual habría
surgido como disciplina tras la aparición en el siglo XIX de la biblioteca pública en los países
anglosajones, produciéndose en el siglo XX una diversificación de la misma en tres partes6:
- Biblioteconomía general: Se encarga de los elementos comunes a cualquier tipo de
biblioteca (colección, organización, servicios, etc.).
- Biblioteconomía especializada: Se ocupa del estudio de los distintos tipos de
bibliotecas. Pues, como veremos posteriormente, hay diferentes tipologías de
bibliotecas que hay que saber distinguir.
3 ARGUINZÓNIZ, M. L. Guía de la biblioteca: funciones y actividades. México: Trillas, 1980, pp. 29-30 4 Hoy en día existen dos clases de analfabetos: los que no saben leer (casi extintos) y los que saben pero no leen
(la gran mayoría). Estos últimos son una radiografía de nuestros tiempos, en los que tenemos a nuestro alcance
instrumentos para forjarnos a nuestra imagen, como nunca antes los habíamos tenido, pero los obviamos o
desaprovechamos. 5 Ibíd., p. 30 6 GARCÍA MARTÍNEZ, A. T. Sistemas bibliotecarios: análisis conceptual y estructural. Gijón: Trea, 2006, p. 13
6
- Biblioteconomía cooperativa: Trata aquellos conocimientos que sirven de base para
cualquier forma de cooperación bibliotecaria.
2.1 LA POLÍTICA CULTURAL COMO IMPULSO DE LA BIBLIOTECONOMÍA
Por otro lado, es inexorable mencionar la importancia que ha tenido la política cultural
en el desarrollo de la Biblioteconomía. Resulta lógico pensar que la importancia dada a la
cultura desde la Segunda Guerra Mundial, tiene mucho que ver en el desarrollo de instituciones
de tipo cultural. Se llega a considerar pues a la cultura como factor de desarrollo económico y
social de los países, y esto no es nada baladí: desde este momento se concibe que sin cultura no
hay desarrollo socioeconómico7.
Desde el punto de vista cultural, la biblioteca queda definida a través de una serie de
funciones clave, que son: la protección del patrimonio, el apoyo a la creación y la difusión y
formación culturales. En este sentido y para el caso el español, la Constitución de 1978 reconoce
un Estado de cultura, y recoge la libertad cultural (artículo 20), así como su desarrollo (artículos
44, 46, 48 y 49)8. A la vez, desde un punto de vista internacional, los artículos 19 y 27 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, recogen el reconocimiento universal
del derecho a la cultura y a la información9.
Estamos pues inmersos en una sociedad que reconoce desde el campo político la
importancia de la cultura, y esto hace que las bibliotecas sean mucho más que esos almacenes
muertos e inertes de libros y otros materiales. Pasan a ser desde esta perspectiva un órgano vivo
de la sociedad, que se preocupan por la preservación y la difusión cultural, concienciadas de
que si no logran expandir el nivel cultural de la sociedad a la que sirven, habrán fracasado. Esto
naturalmente influye en la Biblioteca del Seminario Diocesano de Monte Corbán, pues aunque
no sea una biblioteca regulada desde lo público (veremos enseguida de qué tipo de biblioteca
se trata), toda tipología de biblioteca queda inexorablemente marcada por este nuevo enfoque,
pues algo que quizá antaño solo parecía importante para algunos eruditos o coleccionistas, ahora
pasaba a tener una importancia cardinal en el desarrollo de la sociedad en su conjunto. Además,
7 GARCÍA MARTÍNEZ, A. T. Sistemas bibliotecarios…, op. cit., pp. 20-21 8 ESPAÑA. Constitución de 1978 [en línea] [Consulta: 4 de mayo de 2016] Disponible en:
http://www.lamoncloa.gob.es/documents/constitucion_es1.pdf 9 Declaración Universal de Derechos Humanos. 1948 [en línea] [Consulta: 4 de mayo de 2016] Disponible en:
http://www.ohchr.org/EN/UDHR/Documents/UDHR_Translations/spn.pdf
7
esta nueva perspectiva impulsa enormemente los estudios relativos a la Biblioteconomía, y no
hay biblioteca que pueda quedar al margen de tales avances.
2.2 SISTEMAS BIBLIOTECARIOS, REDES10 Y COOPERACIÓN
BIBLIOTECARIA
Para concluir este bloque introductorio me gustaría hacer referencia a los conceptos de
sistema bibliotecario y red bibliotecaria, que tienen mucho que ver con la cooperación
bibliotecaria. Ana Teresa García Martínez define a las bibliotecas como subsistemas de
información, siendo un sistema de información aquél que conforme a un conjunto de recursos
humanos, técnicos y materiales facilita la gestión de información con vistas a su comunicación
en un determinado espacio geopúblico11. Tenemos pues que el conjunto de bibliotecas
conforman un sistema de información, mientras que las bibliotecas particulares son subsistemas
de este sistema general.
La cooperación bibliotecaria se hace necesaria para satisfacer del modo más eficiente
posible las necesidades de los usuarios, a través del uso de los sistemas de información. Al crear
estos sistemas las bibliotecas que habían ido surgiendo en diferentes momentos se asocian, lo
que supone la utilización compartida de recursos, entendiendo como tales las colecciones,
información bibliográfica, personal, actividades de planificación, etc. Incluso las directrices
IFLA/UNESCO recogen en su apartado 3.712 la cooperación y el aprovechamiento compartido
de recursos como la única manera posible de maximizar la eficacia bibliotecaria13.
Pero, ¿por qué pongo esto de relieve? Me parece que éste es un punto fundamental en
las instituciones bibliotecarias de nuestros días. Desde que -como ya hemos visto-, las políticas
culturales son nuestro pan de cada día, es imposible imaginarse una institución cultural
totalmente aislada, sea del tipo que sea. Quiero decir con esto que la cooperación bibliotecaria
es un rasgo de las bibliotecas del tiempo presente, pues del mismo modo que la cultura se está
globalizando también lo hacen sus instituciones. Podríamos pensar que en un caso como en el
de la Biblioteca del Seminario Diocesano de Monte Corbán hay un aislamiento particular, pero
10 Las redes bibliotecarias se forman a partir de bibliotecas de la misma clase (aunque estén en diferentes
territorios), mientras que los sistemas bibliotecarios son todas las bibliotecas que prestan el servicio de información
en un territorio. 11 GARCÍA MARTÍNEZ, A. T. Sistemas bibliotecarios…, op. cit., pp. 67-69 12 Directrices IFLA/UNESCO para el desarrollo del servicio de bibliotecas públicas [en línea] [Consulta: 7 de
mayo de 2016] Disponible en:
http://bibliotecadegalicia.xunta.es/adjuntos/cEnlacesDescargas/14_2_directrices.pdf 13 Ibíd., p. 68
8
pude comprobar durante mis prácticas que esto no es así, pues aunque quizá sus redes de
cooperación sean peculiares, existen. Voy a poner un ejemplo que tuve la oportunidad de vivir
durante mi estancia en la biblioteca de la que hablo: mientras yo estaba trabajando en el
depósito, en una ocasión entraron uno de los voluntarios junto con un representante del colegio
de Los Agustinos que buscaba obras de San Agustín para el colegio en cuestión. Éste es un
claro ejemplo de cooperación bibliotecaria, cooperación que no cabe duda es recíproca, y que
en este caso se basó en la donación de ejemplares repetidos por parte de la Biblioteca del
Seminario de Monte Corbán al colegio de Los Agustinos.
En este sentido, en este mismo año tenemos testimonios de que el aislamiento está lejos
de la realidad, pues durante las X Jornadas Técnicas de Bibliotecarios de la Iglesia14, celebradas
entre el 3 y el 4 de marzo del 2016 en Madrid, se llegó a la conclusión de que es beneficiosa y
necesaria la colaboración entre bibliotecas y empresas, así como la colaboración entre las
bibliotecas entre sí, y entre las empresas entre sí. Incluso el propio lema de estas Jornadas ha
sido el siguiente: La colaboración interbibliotecaria como motor y futuro de las bibliotecas de
la Iglesia, y tal cual aparece en la portada del documento pdf que relata el desarrollo de dichas
Jornadas. Y además, la Asociación de Bibliotecarios de la Iglesia de España (ABIE), muestra
en sus estatutos15 que se ha de fomentar la colaboración entre sus miembros para facilitar su
trabajo y resolver mejor los problemas comunes (artículo 4.2e).
2.3 TIPOS DE BIBLIOTECA
Ya se ha hecho alguna referencia indirecta al hecho de que existen diferentes tipologías
de biblioteca, pero aclaremos esto. Hemos explicado en qué consiste una biblioteca, y a partir
de esta explicación podemos dar una definición técnica que podría ser la siguiente:
Institución cultural donde se conserva, reúnen, seleccionan, inventarían, catalogan, clasifican
y difunden conjuntos o colecciones de libros, manuscritos y otros materiales bibliográficos o
reproducciones por cualquier medio para su lectura en sala pública o mediante préstamo
temporal, al servicio de la cultura, la información y la educación (Ley de Patrimonio
Histórico Español, 1985)16.
14 Jornadas Técnicas de Bibliotecarios de la Iglesia X. 2016 [en línea] [Consulta: 10 de mayo de 2016] Disponible
en: http://www.conferenciaepiscopal.es/wp-content/uploads/2016/04/BOLETIN-PONENCIAS-X-JORNADAS-
BIBLIOTECARIOS-2016.pdf 15 Estatutos de ABIE. 2007 [en línea] [Consulta: 10 de mayo de 2016] Disponible en: http://www.abie.es/estatutos 16 Definiciones como la de la RAE pecan de ver en la biblioteca esa estantería inmóvil: Institución cuya finalidad
consiste en la adquisición, conservación, estudio y exposición de libros y documentos (RAE, 2014). Por ello he
9
Pero a pesar de una definición tan precisa, el mundo de las bibliotecas está muy
diversificado por las diferencias en los fondos, en el personal, en las técnicas empleadas o hasta
en los servicios prestados. Así pues, hay que diferenciar entre diferentes tipos de biblioteca,
siendo una de las diferenciaciones más conocidas la siguiente17:
- Bibliotecas nacionales: Tienen funciones centrales en el control bibliográfico y en la
disponibilidad de las publicaciones por ser el centro neurálgico del sistema de
bibliotecas de un determinado país. Constituyen por tanto la colección más importante
del tesoro bibliográfico de una cultura y suelen reunir una gran variedad de colecciones
documentales.
- Bibliotecas públicas: Es la biblioteca estándar, dirigida al usuario medio, y por ello
tiene fondos de carácter general que puedan suplir las necesidades de este tipo de
usuario.
- Bibliotecas de centros docentes: En este caso los fondos vuelven a ser de carácter
general, pero en cambio los usuarios son miembros de una determinada institución
docente y tienen necesidades particulares, diferenciadas probablemente de las del
usuario medio.
- Bibliotecas especiales: Tanto los fondos como los usuarios son en este tipo de
biblioteca de carácter especializado. Las subdivisiones dentro de este género son muy
amplias, tan amplias como la lista de instituciones a las que sirven (bibliotecas
parlamentarias, administrativas, eclesiásticas, de academias, etc.) o como las distintas
materias de especialización (bibliotecas jurídicas, de medicina, de tecnología, etc.).
Aunque pragmática y extendida, esta clasificación de bibliotecas no deja de ser
artificiosa, y es que las fronteras entre un tipo de biblioteca y otro no están claramente definidas
muchas veces, pudiendo haber dificultades de encasillar a alguna biblioteca en una tipología
concreta y única18. Lo cierto es que no hay una clasificación única y completa, pudiendo
clasificarse las bibliotecas de muchas maneras: por su forma de difusión (de consulta, de
préstamo), por el material que alberguen (hemerotecas, fonotecas, filmotecas, diapotecas,
optado por esta definición de la LPHE que es la utilizada en el enfoque de la asignatura Depósitos de la Cultura
Escrita: Archivos y Bibliotecas, en el curso 2014/2015, impartida por la profesora Lucía Fernández Granados. 17 CARRIÓN GÚTIEZ, M. Manual de bibliotecas. Salamanca: Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1987, pp.
36-37 18 Ibíd., pp. 38-40
10
mediatecas), por los servicios prestados (bibliotecas de información general, bibliotecas de
información especializada).
Así pues, las clasificaciones pueden ser muy variadas, pero la expuesta, extraída del
Manual de Bibliotecas de Carrión Gútiez, es la más utilizada al ser muy práctica y supone una
gran herramienta para acercarnos al estudio de las diferentes bibliotecas y definirlas de modo
satisfactorio. Optaré por tanto por dicha clasificación para acercarme al estudio de la Biblioteca
Diocesana del Seminario de Monte Corbán, cuya tipología quedará definida posteriormente.
3. LA BIBLIOTECA DIOCESANA DEL SEMINARIO DE MONTE
CORBÁN
Establecido un pequeño contexto general que sirva de introducción al mundo
bibliotecario, ya podemos pasar a hablar de nuestro caso particular, que no es otro que el de la
Biblioteca Diocesana del Seminario de Monte Corbán. Basta decir por el momento que la citada
Biblioteca es una biblioteca eclesiástica especializada en Teología, pudiendo clasificarse por
tanto como, y valga la redundancia, una biblioteca especial, en concordancia con la clasificación
anteriormente expuesta. Esta Biblioteca va dirigida a un usuario muy concreto, que son los
seminaristas en formación, quienes requieren de unos fondos también especiales como la propia
biblioteca.
Y como señala Hipólito Escolar19, las bibliotecas especiales pueden depender tanto de
empresas privadas como de organizaciones públicas, estando su trabajo al servicio de los
miembros de las mismas. El bibliotecario pues debe ser un especialista en la materia sobre la
que informa la biblioteca, siendo su función la identificación, la organización, la evaluación y
la interpretación de los materiales. Su crecimiento suele ser más rápido que el de otras
bibliotecas por la necesidad de conocer la información que tienen los profesionales de la
materia. Por otro lado, son numerosísimas y varían mucho en sus dimensiones, aunque
generalmente son reducidas por disponer de una colección limitada a su especialización.
En vistas de la definición de la Biblioteca Diocesana del Seminario de Monte Corbán
como biblioteca eclesiástica, es ineludible enfocar esta cuestión y arrojar algunos apuntes sobre
esta tipología de biblioteca. Entremos pues en más detalles, primero, en las bibliotecas
19 ESCOLAR SOBRINO, H. Historia de las bibliotecas. Salamanca: Fundación Germán Ruipérez, 1985, pp. 430-
431 -Las referencias a historia de las bibliotecas eclesiásticas pertenecen a esta obra, salvo otra indicación-
11
eclesiásticas para de nuevo establecer un marco general en este nivel, segundo, en la propia
Biblioteca del Seminario de Monte Corbán.
3.1 LAS BIBLIOTECAS ECLESIÁSTICAS
Podemos encontrar los orígenes de las bibliotecas eclesiásticas en la Alta Edad Media.
En el caso de España, a comienzos de la España visigoda fue necesario crear escuelas
episcopales para poner fin a la incultura que era inherente al clero y que llegó a ser una
preocupación de los concilios. Del mismo modo, fueron importantes también en la renovación
religiosa las escuelas de los monasterios20.
Pero las bibliotecas quizá más importantes fueron las episcopales, y es que tenemos
documentación que muestra el afán por reunir libros de algunos obispos, como Quirico de
Barcelona por ejemplo. La biblioteca episcopal más importante parece que fue la de Sevilla,
impulsada primero por San Leandro, y continuada después por su hermano y sucesor San
Isidoro. Merece la pena destacar unos versos que figuraban en esta biblioteca de Sevilla y
animaban al lector: Hay aquí muchas obras profanas y muchas sagradas. Toma y lee las que te
agraden -versos que, sin embargo, parecen estar en contradicción con el propio pensamiento
de San Isidoro-21. Creo que estos versos son muy reveladores, y aunque no siempre a lo largo
de la historia se haya cumplido, esta tiene que ser la actitud de cualquier biblioteca, es decir, no
dejar que los materiales bibliográficos se pierdan simplemente por no ser acordes a nuestros
intereses y opiniones. Además, aprovecho la presencia de estos versos para destacar la gran
importancia que tuvo el cristianismo para la conservación de materiales de la Antigüedad, pues
aunque no siempre se siguiese esta postura de no despreciar las obras no acordes con la
ideología cristiana, es innegable que conservamos una gran cantidad de materiales clásicos (y
por tanto de cultura) gracias a las políticas bibliotecarias cristianas.
Continuando con lo expuesto, las bibliotecas visigodas se gestaban alrededor de la
Biblia, siendo la colección completada con sermones, homilías y tratados de los Santos Padres.
Además, en las bibliotecas monásticas no faltaban reglas, ni vidas de monjes famosos, ni
tampoco obras referentes a la vida cenobítica. Estos monasterios contaban con copistas, que
tras completar la colección del propio monasterio, vendían obras duplicadas para cubrir los
20 ESCOLAR SOBRINO, H. Historia de…, op. cit., p. 145 21 Ibíd., pp. 146-147
12
gastos de la vida temporal y material22. Eran importantes para estos monasterios las reglas
monásticas, de las cuales ya la regla de San Benito decretaba la división de la jornada en trabajo
manual, oración y lectura, fijando incluso horarios fijos para la lectura23. Cabe destacarse la
importancia que se dio en el cristianismo inicial a la lectura, pues si esto no hubiese ocurrido,
no habría habido bibliotecas eclesiásticas, que han sido una importante salvaguarda de la cultura
en muchos casos, y es que las bibliotecas públicas tal y como las conocemos tienen una
aparición muy tardía.
Es menester destacar el caso de Irlanda y Gran Bretaña durante los siglos VII y VIII,
pues observamos aquí que la cultura queda muy estrechamente ligada a la labor proselitista del
cristianismo. Tenemos por ejemplo a Beda el Venerable, semejante a la figura de San Isidoro,
pero el más famoso de los misioneros irlandeses es San Columbano, que fundó importantes
monasterios por las Galias24. Toda esta labor misionera de cristianización propagaría las
bibliotecas eclesiásticas por toda Europa, y a pesar de que el objetivo principal era el fin del
paganismo, se salvó un importante sector de la cultura de la humanidad.
En conclusión, el libro y la lectura (es decir, las bibliotecas) fueron esenciales en la vida
monástica altomedieval y en el mantenimiento de la unidad religiosa europea. La formación del
monje era indisoluble de la lectura, y por tanto, las bibliotecas eclesiásticas fueron esenciales
para la formación y el posterior desarrollo del cristianismo, así como de la cultura en general.
Ciertamente la transmisión del mensaje divino por la Iglesia es una constante en la
historia del cristianismo, que siempre se ha servido de la escritura como medio de difusión25.
Y tanto los archivos como las bibliotecas eclesiásticas nos aportan testimonios escritos sobre la
vida de la Iglesia, pero si el archivo surge de manera natural a través del desarrollo de la vida
institucional de la Iglesia, la biblioteca lo hace de manera artificial al acumularse diferentes
materiales en función de una necesidad cultural26.
A lo largo de la Edad Moderna y la Edad Contemporánea la relevancia de las bibliotecas
eclesiásticas en la cultura pasa a ser menor por el aumento de las bibliotecas reales, y de
empresas e instituciones. Las bibliotecas eclesiásticas irán gradualmente dejando de ser
22 ESCOLAR SOBRINO, H. Historia de…, op. cit., pp. 150-151 23 Ibíd., p.155 24 Ibíd., pp. 156-157 25 CUÑAT CISCAR, V. “La cultura escrita”. En OBISPADO DE SANTANDER. La Iglesia en Cantabria: 2000
A.D. Santillana del Mar: Museo diocesano Regina Coelli, 2000, p. 331 26 Ibíd., pp. 331-332
13
hegemónicas como centros de cultura, a la vez que dejarán de abarcar todas las materias para
especializarse en algunas particulares.
Así, en el siglo XVIII observamos un auge de la cultura secular frente a la religiosa,
aumentando la producción de libros en lenguas vernáculas frente al latín. En nuestro país la
creación de Academias y de la Biblioteca Real en 171127, que posteriormente pasará a ser la
Biblioteca Nacional, son fundamentales en este aspecto.
Por su parte, el siglo XIX se caracteriza por el surgimiento de las bibliotecas sostenidas
por la Administración pública (bibliotecas púbicas). En el caso español se inicia el siglo con la
creación de una biblioteca de Cortes para ayudar a los diputados de las Cortes de Cádiz, pero
el desarrollo de las bibliotecas públicas en todo el territorio español se produce tras la
aprobación en 1857 de la Ley Moyano (Ley de Instrucción Pública)28. El siglo XIX también es
el siglo de la desamortización, y esto supondrá un serio golpe al patrimonio cultural de la
Iglesia, que perderá buena parte de sus títulos bibliográficos. Blasco Martínez y Cuñat Ciscar
apuntan en este sentido que tras la desamortización las bibliotecas eclesiásticas perderán la
importancia monolítica que tenían antaño, pues a partir de este momento solo responderán a
temáticas especializadas (como la Teología o la Vida Pastoral), careciendo del carácter
enciclopédico que tenían y siendo el Estado el que ahora asume las tareas de formación, dejando
la religión entonces de tener una presencia constante en el día a día29.
Este auge generalizado de la cultura secular arrebatará a las bibliotecas eclesiásticas ese
papel primordial que tenían antaño. Si bien, las bibliotecas eclesiásticas no desaparecerán, y
acabarán adaptándose a esta nueva situación especializándose en temáticas concretas tal y como
se acaba de señalar, como es el caso de la Teología en la Biblioteca del Seminario Diocesano
de Monte Corbán.
3.2 LAS BIBLIOTECAS ECLESIÁSTICAS EN CANTABRIA
Con todo lo visto, ya no nos debería de extrañar la afirmación que hace Josué Fonseca
al expresar que el clero constituyó a lo largo de toda la Edad Media y Moderna el agente
cultural más activo y determinante de la sociedad. Sin embargo, el caso de Cantabria es
27 GARCÍA MARTÍNEZ, A. T. Sistemas bibliotecarios…, op. cit., pp. 49-50 28 Ibíd., pp. 50-51 29 BLASCO MARTÍNEZ, R.M.; CUÑAT CISCAR, V. “El patrimonio documental y librario: archivos y
bibliotecas eclesiásticos”. En R. MARURI VILLANUEVA (ed.). La Iglesia en Cantabria. Santander: Obispado
de Santander, 2000, pp. 608-611
14
peculiar, dado que la aridez de la región unida a la ausencia de un obispado propia hasta
mediados del siglo XVIII y a la decadencia del monaquismo en la región, hizo que las
instituciones culturales, y en la misma medida la documentación generada por éstas, hayan sido
escasas30.
No obstante, la presencia de cristianismo en Cantabria no es para nada nula, pues
tenemos que en época visigoda hay evangelizadores como San Millán de la Cogolla o Santo
Toribio de Palencia, y ya con la llegada siglo VIII y de la invasión árabe la cristianización de
la región se intensifica: los cristianos huidos de diferentes ciudades españolas se refugian en las
montañas, convirtiéndose el Ducado de Cantabria (posteriormente integrado al Reino de
Asturias) en un foco de insurrección y en cuna de la Reconquista; surgen desde el siglo VIII
pues multitud de monasterios como San Martín de Liébana, Santa María del Puerto, Santillana,
Santa María del Yermo, San Pedro de Cervatos, etc.31. Así pues, Cantabria no fue una región
descristianizada ni nada parecido hasta que obtuvo su obispado, todo lo contrario, pero por sus
peculiaridades histórico-geográficas vivió una vida institucional, para con lo que a la Iglesia se
refiere, menos intensa que otras regiones con obispado propio.
El empuje de las órdenes mendicantes en el siglo XIII tuvo un efecto positivo para con
el cristianismo institucional de la región32. Ya en el siglo XVI surge la idea de que Cantabria
tuviese un obispado propio, con la oposición de Burgos, por lo que hubo de esperar dos siglos
hasta ser materializada. En la Edad Moderna los pasos importantes dados en este sentido fueron:
la llegada de la Orden de Predicadores, la fundación del Colegio de la Compañía de Jesús en
Santander y, a nivel general, la celebración del Ecuménico Concilio de Trento -el cual trajo
importantes resoluciones, como el decreto para la fundación de Seminarios Diocesanos-, que
irían gestando un estado de opinión cada vez más favorable para la creación del obispado.
Por otro lado, en Cantabria se impartieron muchas disciplinas relacionadas con la
práctica clerical (Filosofía, Teología y Sagrada Escritura en Regina Coeli de Santillana;
Gramática en Montehano; Gramática y Teología en el Colegio de la Compañía, etc.), pero
nunca de manera parecida a lo que se haría en una Facultad o Seminario33; tenemos buena
constancia de estas cátedras o estudios en las obras Los libros de acuerdos municipales de
30 FONSECA, J. “La organización eclesiástica”. En OBISPADO DE SANTANDER. La Iglesia en Cantabria:
2000 A.D. Santillana del Mar: Museo diocesano Regina Coelli, 2000, pp. 88-89 31 Historia de la Diócesis de Santander. 2015. Santander: Diócesis de Santander [en línea] [Consulta: 10 de mayo
de 2016] Disponible en: http://www.diocesisdesantander.com/historia-de-la-diocesis/ 32 Ibíd., pp. 90 33 Ibíd., pp. 90-92
15
Santander, editadas por Blasco Martínez, y que van desde el siglo XVI hasta el XVIII (por
ejemplo entre 1766 y 1785 encontramos gestiones para establecer o clausurar cátedras de
Filosofía34 como las que acabamos de mencionar).
Con la desamortización y la exclaustración del siglo XIX, el patrimonio bibliográfico
de la Iglesia en Cantabria se vio notablemente comprometido, y es que los fondos que perdieron
las órdenes religiosas eran más antiguos y valiosos que los que pueden tener las diócesis de
reciente creación, aunque la historia de las bibliotecas eclesiásticas en Cantabria es similar a
la del resto de comunidades, en tanto que la historia de la Iglesia en Cantabria es similar a la
historia de la Iglesia en España35.
Llegados a este punto hay que señalar algunos aspectos particulares de las bibliotecas
eclesiásticas para ponerlos en relación con el caso cántabro, como que actualmente podemos
distinguir dos tipos de bibliotecas eclesiásticas: las bibliotecas en curso, creadas para la
formación y que mantienen sus fondos actualizados; y las bibliotecas históricas, cuyos fondos
han pertenecido a personalidades e instituciones eclesiásticas ya desaparecidas36; en el caso de
la Biblioteca del Seminario Diocesano de Monte Corbán tenemos que hay tanto un sector
histórico como otro en curso, pero ya explicaremos esto más adelante. Otro aspecto importante
y que merece ser señalado es que la mayoría de las bibliotecas eclesiásticas no se preocuparon
de catalogar sus fondos hasta fechas recientes37, y en este sentido, el Directorio de Biblioteca
Españolas38 de 1988 solo incluye dos bibliotecas eclesiásticas en Cantabria: la del Seminario
Diocesana de Monte Corbán y la de la abadía cisterciense de Vía Celis; la Guía de Archivos y
Bibliotecas de la Iglesia en España39 añadiría a la de la Universidad Pontificia de Comillas, que
si bien habría sido trasladada a Madrid en 1972.
34 BLASCO MARTÍNEZ, R. M. (ed.). Los libros de acuerdos municipales de Santander: 1766-1785. Santander:
Ayuntamiento de Santander, 2006, p. 123 35 BLASCO MARTÍNEZ, R.M.; CUÑAT CISCAR, V. “El patrimonio…”, op. cit., pp. 608-610 36 Ibíd., pp. 606-607 37 No obstante, la Iglesia está a día de hoy muy concienciada de la importancia de las labores relativas a la
Biblioteconomía, y así lo viene demostrando con la celebración de Jornadas y Ponencias sobre el tema, como las
Jornadas Técnicas de Bibliotecarios de la Iglesia. 38 Directorio de Bibliotecas Españolas. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte [en línea] [Consulta:
30 de mayo de 2016] Disponible en: http://directoriobibliotecas.mcu.es/portada.html 39 Guía de los Archivos de la Iglesia en España. 2001. Barcelona: Archivo Diocesano de Barcelona [en línea]
[Consulta: 30 de mayo de 2016] Disponible en: http://www.mcu.es/archivos/docs/ArchivosIglesia.pdf
16
3.3 LA BIBLIOTECA DIOCESANA DEL SEMINARIO DE MONTE CORBÁN
Llegamos ya al foco particular de nuestro trabajo, primero y a través de este subapartado,
se plantearán las cuestiones más teóricas e históricas en cuanto a la Biblioteca Diocesana del
Seminario de Monte Corbán, para a partir del siguiente epígrafe hacer lo propio con las
cuestiones más técnicas, aprovechando para ello mis prácticas bibliotecarias.
Ya sabemos que la Biblioteca del Seminario Diocesano de Monte Corbán es una
biblioteca eclesiástica, pero, ¿esto qué implica? Fundamentalmente implica que se trata de una
biblioteca que es parte de una institución privada, la Iglesia en este caso. Por esto mismo, esta
Biblioteca queda subordinada a dicha institución y a sus entramados organizativos,
organización la de la Iglesia que se basa esencialmente en la Diócesis y la Archidiócesis como
elementos de división territorial. Según el Código de Derecho Canónico vigente (libro II, canon
369): La diócesis es una porción del pueblo de Dios, cuyo cuidado pastoral se encomienda al
Obispo con la cooperación del presbiterio, de manera que, unida a su pastor y congregada por
él en el Espíritu Santo mediante el Evangelio y la Eucaristía, constituya una Iglesia particular,
en la cual verdaderamente está presente y actúa la Iglesia de Cristo una santa, católica y
apostólica40. Es decir, estamos ante un territorio que tiene a la cabeza un obispo; y estas
Diócesis se unen en Archidiócesis a su vez, que tienen a la cabeza en este caso un arzobispo.
Así pues, en Cantabria contamos con la Diócesis de Santander, que queda incluida en la
Archidiócesis de Oviedo (formada por las Diócesis de Astorga, León, Oviedo y Santander).
Pero lo importante en torno a esta cuestión para este trabajo es quedarse con la idea de que las
Diócesis deben ofrecer formación a quienes deseen entrar a formar parte del clero, y para ello
son necesarios los Seminarios, donde se imparten todas las materias necesarias para este
propósito. Y por esta razón hablábamos de lo importante que fue la fundación del obispado de
Santander, pues antes de su fundación no había Seminarios en Cantabria, y los interesados
debían irse a otras regiones para empezar sus estudios.
40 VATICANO. Código de Derecho Canónico [en línea] [Consulta: 10 de mayo de 2016] Disponible en:
http://www.vatican.va/archive/ESL0020/_P1B.HTM
17
Por tanto, ya tenemos más claro qué quiere decir que nuestra biblioteca sea una
Biblioteca Diocesana del Seminario de Monte Corbán. Estamos ante la biblioteca de un
Seminario, del Seminario de la Diócesis de Santander, que necesita de una biblioteca como ésta
para asegurar la buena formación de los estudiantes.
En cuanto a la Diócesis de Santander, la creación del Obispado en el siglo XVIII, se
debe a una reordenación de la división diocesana de España que venía de la Edad Media. La
extensión de las antiguas Diócesis era muy poco práctica por los enormes desplazamientos que
ella implicaba y en particular ésta fue una de las quejas más repetidas por la población
montañesa que no estaba conforme con que su sede episcopal estuviese tan distante (Burgos)41.
Burgos opuso una fuerte resistencia en la pretensión de erigir a Santander en un
Obispado propio, de ahí que se tarde dos siglos en crear la Diócesis desde las primeras
iniciativas en época de Felipe II, y que hasta comenzar el siglo XVIII no hubiera progresos
claros. Dos personalidades clave en la erección de este nuevo Obispado serán D. Francisco
Xavier de Arriaza (abad de la colegiata de Santander) y D. Juan de Jove (canónigo magistral de
Santander), que insistirán durante casi una década en la necesidad de la nueva Diócesis,
41 CUESTA BEDOYA, J. “Proceso de creación de una nueva diócesis”. En BARTOLOMÉ MARTÍNEZ, B
(coord.). Historia de las Diócesis españolas: Iglesias de Burgos, Osma-Soria y Santander. Madrid: Biblioteca de
autores cristianos, 2004, p. 495
3.1. Mapa eclesiástico actual de España
18
logrando finalmente un informe favorable por parte de P. Francisco de Rábago, confesor real
de Fernando VI. Desde este momento el proceso se agilizó, y finalmente el 12 de diciembre de
1754, Benedicto XIV publicaba la bula Romanus Pontifex por la que Santander se constituía en
cabeza de Obispado42.
3.3.1. Historia
Ya el primer obispo de Santander, don Francisco Javier de Arriaza (1754-1761)43, se
preocupó por la falta de un Seminario dentro de la Diócesis. Hasta cuatro sucesores en el cargo
de Arriaza habrían tenido esta inquietud, barajando entre ellos diferentes edificios para albergar
el Seminario en cuestión, pero ninguno de ellos logró establecer el ansiado Seminario. Estos
cuatro intentos infructuosos fueron los de: Don Francisco Laso Santos de San Pedro (1762-
1783), Don Rafael Menéndez de Luarca (1784-1819), Don Juan Gómez Durán (1820-1829) y
Fray Felipe González Abarca (1829-1842).
No sería hasta 1849 cuando el Seminario Diocesano de Monte Corbán iniciase su
historia, momento en el que el obispo Manuel Arias Teijeiro (1848-1860) solicita y obtiene del
Estado el edificio del viejo monasterio jerónimo de Santa Catalina, arruinado por la
desamortización y su posterior conversión en cuartel. Así pues, el Seminario Diocesano
Conciliar de Santa Catalina de Monte Corbán se inaugura oficialmente en 1852 con 51
alumnos, 98 años después de la creación de la Diócesis de Santander44. La Biblioteca tendría
su origen poco después de la fundación del propio Seminario, hacia 1855, fecha en la que el
propio don Manuel Arias Teijeiro realiza una donación, compuesta tanto por obras de la
Compañía de Jesús recientemente expulsada como por obras de su propia colección personal45.
Posteriormente cabe destacarse la regencia de don Vicente Calvo y Valero (1876), quien
acabó con la pobreza y la falta de medios del Seminario de Santander a través de una serie de
importantes reformas en las que se invirtieron importantes cantidades de esfuerzo y dinero. El
Seminario cesaría por primera vez su actividad al comienzo de la Guerra Civil en 1936, y este
hecho no es baladí pues ya hemos señalado la enorme importancia que tiene el seminario para
42 CUESTA BEDOYA, J. “Proceso de…”, op. cit., pp. 504-507 43 Historia del Seminario Diocesano de Santander. 2015. Santander: Diócesis de Santander [en línea] [Consulta:
11 de mayo de 2016] Disponible en: http://seminario.diocesisdesantander.com/?page_id=102 44 PÉREZ GUTIÉRREZ, F. “Historia de dos seminarios y un clero”. En R. MARURI VILLANUEVA (ed.). La
Iglesia en Cantabria. Santander: Obispado de Santander, 2000, p. 375 45 POLO SÁNCHEZ, J.J. (ed.) et al. Catálogo del Patrimonio Cultural de Cantabria: Santander y su entorno.
Santander: Consejería de Cultura y Deporte, 2000, pp. 638-639
19
una Diócesis, y así lo haría constatar el obispo don José Eguino y Trecu (1929-1961) en su
discurso recogido en 1942 por el Boletín Oficial Eclesiástico de Santander, discurso al que
precedió una intensa labor de reconstrucción46:
“Es este un hecho que os debe causar profunda inquietud. Triste es, en verdad, no tener
Catedral, ni parroquias, ni casa de Acción Católica, ni Palacio episcopal, ni otras cosas
necesarias para el debido incremento de nuestra vida cristiana; pero es muchísimo más triste
y de consecuencias incomparablemente más deplorables, no tener Seminario. Para un pueblo
católico que conoce y ama su Religión, esta es la más grande de las desventuras. Sin
Seminario, no hay sacerdotes. Sin sacerdotes, no hay Iglesia…” – Don José Eguino y Trecu
En este sentido, el día de la festividad de Santa Catalina del año 1943 se inaugura el
nuevo Seminario Diocesano de Corbán tras su reconstrucción y rehabilitación. Desde este
momento en adelante merece la pena destacar la división del Seminario en dos sedes47
establecidas por don Vicente Puchol Montis (1964-1967), y el posterior parón de Corbán desde
1968 hasta su reapertura en 1977.
Otro aspecto muy importante a destacar es la filiación académica establecida por el
Seminario Diocesano de Monte Corbán con la Universidad Pontificia de Salamanca en 1997,
momento en el que la Congregación de la Doctrina Católica de Seminarios y Centros de
Estudios vino a aceptar, a petición de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) dicha
filiación48.
Esto último es algo que merece la pena destacar, pues esta filiación entre el Seminario
Diocesano de Monte Corbán y la Universidad Pontificia de Salamanca tiene una clara
repercusión en la propia biblioteca del Seminario, pero ya trataremos esta cuestión más
adelante, junto con los aspectos técnico-bibliotecarios de nuestra Biblioteca.
Otra fecha que es importante recordar referida a la Biblioteca del Seminario es la del
año 1992 pues, en relación con esa preocupación reciente de la Iglesia por catalogar y clasificar
sus fondos patrimoniales, se llega a un convenio49 con la Facultad de Filosofía y Letras de la
Universidad de Cantabria para llevar a cabo tal labor en el Fondo Histórico de la Biblioteca del
46 Historia del Seminario Diocesano de Santander. 2015. Santander: Diócesis de Santander [en línea] [Consulta:
11 de mayo de 2016] Disponible en: http://seminario.diocesisdesantander.com/?page_id=102 47 Filosofía en “las caballerizas” del Palacio de la Magdalena, mientras que Teología permanecía en Monte Corbán. 48 Historia del Seminario Diocesano de Santander. 2015. Santander: Diócesis de Santander [en línea] [Consulta:
11 de mayo de 2016] Disponible en: http://seminario.diocesisdesantander.com/?page_id=102 49 Se trata de Cátedra Cantabria, un convenio entre la Universidad de Cantabria y la Asamblea Regional para
programar actividades que cada año es asignado a una Facultad distinta.
20
Seminario, labor que llevaría cinco años completar formando un catálogo de los 2.500
volúmenes correspondientes a 2.030 títulos anteriores al siglo XIX50.
3.3.2. El edificio
El edificio que actualmente ocupa el Seminario Diocesano de Monte Corbán se localiza
en la calle Corbán nº 1, siendo 39012 su código postal, y teniendo su entrada en una de las
salidas de la Glorieta de Corbán. Se trata de un edificio muy visible, que llama la atención
incluso desde calles aledañas, tal y como apreciamos en la figura 3.2. También observamos en
la imagen que se llega al Seminario principalmente a través de la carretera CA-231, muy
cercana a la autopista, la cual acaba derivando en esa glorieta de la que se hablaba. Merece la
pena mencionar que justo a la entrada del Seminario encontramos una parada de autobús de la
red municipal (TUS).
Aparte de la fachada principal, el Seminario de Monte Corbán cuenta con un espacioso
terreno, que dispone de gran cantidad de plazas de aparcamiento, y de una muy bien cuidada
zona ajardinada, con imponentes árboles y una colorida vegetación; este terreno también
dispone de una finca que da trabajo a diferentes personas necesitadas51.
Respecto a la arquitectura, el embrión del edificio del Seminario fue construido por los
jerónimos, quienes llegaron a la zona de Corbán en el siglo XIV. Así pues, estos jerónimos
50 CUÑAT CISCAR, V. “La biblioteca y el fondo antiguo, la presencia de la memoria bibliográfica”. En 150
aniversario del seminario de Monte Corbán. Torrelavega: Obispado de Santander, 2002, pp. 94-97 51 FERNÁNDEZ DÍAZ, M. A. “La finca de Corbán <<sonidos>>” En 150 aniversario del seminario de Monte
Corbán. Torrelavega: Obispado de Santander, 2002, pp. 101-103
3.2. Seminario de Monte Corbán (en rojo) visto desde la calle La Candía
21
acabarían levantando un monasterio en torno a la primitiva ermita de Santa Catalina de
Alejandría, y obtuvieron para ello una licencia en 1407, siendo prior Fr. Pedro de Buelna52.
En 1444 se construiría la capilla mayor, que vendría seguida por las capillas laterales en
1477, quedando configurada la parte delantera del templo53. Más adelante sería construida la
iglesia gótica bajo el priorato de Fr. Juan Gómez de Frías (1511-1517), que está situada al norte
del claustro pequeño, construido durante el priorato de Fray Juan Hinojedo (1534-1539). Dos
puertas comunican el claustro pequeño con el grande, siendo este último construido entre 1790
y 1800 gracias a la generosidad de Fr. Antonio de San Miguel (1726-1804); si bien, la obra
quedó incompleta y se finiquitaría en 1909 con la fachada principal. Sin embargo, el claustro
grande habría de ser ampliado añadiendo un tercer cuerpo y un ático (1950-1945), en función
del aumento de seminaristas tras el conflicto civil54. Tenemos pues un edificio que es
principalmente gótico, pero que cuenta con otros estilos artísticos en base a sus numerosas
reformas esparcidas en el tiempo.
Todas estas características arquitectónicas, entre otras muchas no mencionadas, han
hecho que el Gobierno de Cantabria declarará el conjunto como Bien de Interés Cultural (BIC)
52 GARCÍA ECHEVARRÍA, A. “Patrimonio artístico del Seminario de Corbán”. En 150 aniversario del seminario
de Monte Corbán. Torrelavega: Obispado de Santander, 2002, pp. 51-52 53 POLO SÁNCHEZ, J.J. (ed.) et al. Catálogo del…, op. cit., pp. 634-635 54 GARCÍA ECHEVARRÍA, A. “Patrimonio…”, op. cit., pp. 52-57
3.4. Claustro grande
3.3. Fachada principal del Seminario de Monte Corbán
22
con la categoría de Monumento. Este decreto se aprobó el 28 de marzo de 2002 por el Gobierno
de Cantabria y a petición del Consejero de Cultura, Turismo y Deporte55.
3.3.3. La Biblioteca dentro del edificio
Una vez cruzamos la puerta entrada principal, tenemos a mano izquierda la recepción y
a mano derecha el Salón de Actos. Tendremos enfrente de nosotros lo que observamos en la
figura 3.5., que no es otra cosa que la escalera principal. Si subimos estas escaleras hasta la
tercera planta, a mano izquierda tendremos la entrada a la Biblioteca, lugar desde el que se ha
tomado la foto de la figura 3.6., en la que apreciamos la escalera principal.
Apreciamos que la Biblioteca por tanto tiene una disposición especial, en primer lugar
porque no tiene un edificio propio, sino que queda inserta en el edificio del Seminario. En
general, la Biblioteca, su depósito y el almacén quedan concentrados en un espacio que se
divide en tres plantas, que es el de la entrada de la figura 3.6., situado en la tercera planta del
edificio, exceptuando el Fondo Histórico56 porque queda aislado de este conjunto de salas -en
la tercera planta pero separado de este conjunto-. Esto es, el conjunto de salas de la Biblioteca
con materiales más recientes se reparte en tres plantas empezando desde entrada de la imagen
3.6., es decir, la Biblioteca comienza en la tercera planta y termina en la quinta.
Nada más entrar a la zona principal de la Biblioteca (la primera planta del Fondo Actual)
tendremos a nuestra derecha la Sala de Lectura y Consulta, y a nuestra izquierda las escaleras
para subir a la siguiente planta, escaleras que tienen a su lado la Sala de Derecho y Filosofía.
Llegamos a la cuarta planta y encontramos tres salas: a la izquierda la Hemeroteca, en el centro
55 GARCÍA ECHEVARRÍA, A. “Patrimonio…”, op. cit., p. 63 56 BLASCO MARTÍNEZ, R.M.; CUÑAT CISCAR, V. “El patrimonio…”, op. cit., pp. 614-615
3.5. Escalera principal, enfrente de la entrada del
Seminario 3.6. Escalera principal vista desde la entrada de la
biblioteca
23
la Sala Central y a la derecha la Sala de Material Audiovisual. En la quinta planta tendremos a
nuestra izquierda la Sala de Literatura e Historia, así como de obras relacionadas con
Cantabria; a nuestra derecha se sitúa el Depósito, conectado directamente con el Almacén, que
cuenta con un ascensor; por último, si seguimos de frente llegaremos a una estancia dedicada a
la Educación y a la Psicología, no sin antes haber dejado atrás una Sala de Música y otra
dedicada a la colección de libros donados a la Biblioteca por Marcial Solana. Todo esto que se
acaba de exponer quedará mejor entendido una vez se visualice el vídeo de difusión mostrado
más adelante, en el que hago el recorrido que acabo de describir. Expliquemos por el momento
las diferentes salas:
La Sala de Lectura y Consulta
cuenta con cómodas mesas de
estudio, así como con una sala
de reprografía. Está pensada
para que los seminaristas
estudien, y por ello contiene
libros de referencia, como
enciclopedias o diccionarios. Al
ser una biblioteca especializada
muchas de estas obras de
referencia estarán orientadas a
la especialización, es decir, a la
Vida Espiritual y la Teología.
3.7. Sala de Lectura y Consulta
24
La Sala de Derecho y
Filosofía contiene libros de
estas temáticas. Del mismo
modo que en la Sala de
Lectura, al ser una biblioteca
especializada, las obras más
abundantes se refieren al
derecho canónico y a la
filosofía cristiana. Esta sala es
muy característica por su
solemne decoración, cabiendo
destacar el escritorio que
observamos en la foto.
La Hemeroteca ha sido
recientemente puesta en
funcionamiento después de
finalizar las labores de
ordenación y catalogación
iniciadas en el año 2014
durante el TFG de la alumna
Mª Loreto Fernández Herrera.
En esta sala podemos
encontrar toda una serie de
publicaciones periódicas
especializadas.
3.8. Sala de Derecho y Filosofía
3.9. Hemeroteca
25
La Sala Central, en forma de
“L”, cuenta con el mayor peso
de títulos especializados. Tal y
como podemos apreciar a través
de los letreros en la entrada, las
materias que recoge este
espacio son de particular interés
para los seminaristas: Teología
(2), S. Escritura (22),
Eclesiología (231.4),
Espiritualidad (248), Patrología
(276), Liturgia (263),
Mariología (231.32), Pastoral
(250), Moral (17), Ecumenismo
(269).
La Biblioteca Diocesana del
Seminario de Monte Corbán
cuenta con una importante
cantidad de material
audiovisual. Dicho material se
reparte entre la Sala de
Material Audiovisual (cuarta
planta) y la Sala de Música
(quinta planta). En la Sala de
Música cabe destacarse la
música sacra, aunque también
se corresponde con esta sala la
bibliografía musical.
3.10. Sala Central
3.11. Material audiovisual sin catalogar
26
La Sala de Literatura e
Historia (y Cantabria)
contiene obras básicas de estos
ámbitos. En el terreno de la
lingüística encontraremos sin
problemas todos los clásicos.
Está pendiente la ordenación de
las obras de autores latinos,
pues éstas tienen una signatura
poco precisa.
La Sala Marcial Solana es una
sala de reducidas dimensiones y
muy bien iluminada. En esta
pequeña sala se guarda la
colección bibliográfica donada
por Marcial Solana González-
Camino (1880-1958), conocido
discípulo de Menéndez Pelayo
y director del Centro de
Estudios Montañeses, entre
otros importantes puestos
relacionados con la política y el
patrimonio (Centro de Estudios
Montañeses, 2014)
3.12. Sala de Literatura e Historia (y Cantabria)
3.13. Sala Marcial Solana
27
Estamos pues ante una biblioteca muy peculiar en cuanto a su disposición
arquitectónica, principalmente porque se halla en el edificio de un Seminario, y que tiene sus
fondos esparcidos en tres plantas diferentes. Pero tenemos que hacer un análisis más elaborado,
y para tal labor son un buen punto de partida los principios de los edificios bibliotecarios que
el arquitecto Harry Faulkner-Brown establece en 1973, y que indican que el edificio
bibliotecario debe ser57: flexible (abierto a la posibilidad de cambios), compacto (concentrado
en un espacio para facilitar la circulación del personal y los usuarios), accesible (tanto exterior
como interiormente, es decir, bien situado y fácilmente transitable respectivamente), extensible
(concebido y posibilitado para la expansión espacial), variado en su oferta de espacio
(permitiendo así la instalación de diferentes secciones en su interior), organizado (adecuado
para el libre acceso a los libros, para que los usuarios solo hallen facilidades por parte del
edificio en su búsqueda de material), confortable (cómodo en todos sus aspectos, ya sean
físicos, acústicos, estéticos, etc.), seguro (hacia el usuario, hacia el personal, hacia el
equipamiento y hacia la colección), constante (regular en todos sus aspectos, que ninguno de
éstos varíe azarosa o caprichosamente) y económico58 (construido y mantenido con el mínimo
de recursos posible).
57 GÓMEZ HERNÁNDEZ, J.A. Gestión de bibliotecas. Murcia: Diego Martín – Universidad de Murcia, 2002,
pp. 112-114 58 Este principio fue incorporado en la revisión de 1980 a los principio originales de 1973.
El Fondo Antiguo está
dedicado a los fondos de los
siglos XVI, XVII y XVIII. La
mayoría de sus obras son sobre
Teología y están en latín,
aunque también hay otras
temáticas como el Derecho, la
Filosofía, la Historia, la
Geografía, la Literatura, las
Ciencias o hasta el Arte Militar;
por otro lado, hallamos también
obras en castellano, italiano,
portugués, vasco y catalán.
3.14. Fondo Antiguo
28
Estos principios son un tanto ambiguos y generales, pero para hacer un análisis
arquitectónico somero de la Biblioteca Diocesana del Seminario de Monte Corbán son ideales,
pues abarcan todos los aspectos que relacionan al edificio con la biblioteca de una forma poco
compleja. Así pues, es obvio que si pasásemos a revisión la Biblioteca Diocesana de Monte
Corbán en base a una comparación en términos absolutos con estos principios de Faulkner-
Brown, el resultado obtenido no sería ideal, aunque ni mucho menos sería desastroso.
De esta revisión podríamos destacar como puntos débiles de la Biblioteca la
accesibilidad y la extensibilidad en un primer plano, y en uno segundo, podríamos hacer
comentarios sobre lo compacto qué es o deja de ser el edificio. La accesibilidad es el mayor de
los problemas de nuestra Biblioteca, pues queda alejada de núcleos poblacionales importantes
(accesibilidad exterior) y aunque el edificio cuente con un ascensor, éste no llega a todas las
plantas de la Biblioteca, por lo que su disposición en plantas puede ser una molestia para
personas con movilidad reducida (accesibilidad interior). La extensibilidad es otro problema, y
es que al no ser un edificio exclusivo para la Biblioteca, éste no se pensó como biblioteca, y por
tanto no se tuvo en cuenta que quizá haya que expandir el espacio de la misma cuando éste se
quede corto. Por último, la Biblioteca no es compacta a niveles ideales, en primer lugar porque
el Fondo Antiguo queda alejado de esa zona donde está el resto de la Biblioteca, y en segundo
lugar porque esta última zona, a pesar de estar relativamente concentrada, está dispuesta a lo
largo de tres plantas que suponen una extensión en el espacio innecesaria.
El resto de aspectos la Biblioteca los supera de buen grado: es flexible -y prueba de ello
son los movimientos que ha habido en sus últimos años-; es variada en su oferta de espacio y
está muy bien organizada, con una clara división del material en salas; es cómoda en casi todos
sus aspectos -pues la planta superior puede resultar fría en temperatura, especialmente si tienes
que estar en ella mucho tiempo-, destacando la Sala de Lectura, con estancias para el estudio
muy confortables y una estética muy acogedora; y es segura, constante y económica, aunque el
aspecto económico sería más importante para una biblioteca pública.
También hay que tener en cuenta que las cuestiones que se han señalado como negativas
tienen cierta justificación al tratarse de una biblioteca eclesiástica de un Seminario, y es que la
accesibilidad no es ningún problema para los seminaristas, y además no es una Biblioteca que
busque atraer a grandes masas de público; por otro lado, al ser una biblioteca especializada, no
tiene que estar pendiente de las necesidades y demandas de un público general y amplio, que
podría demandar todo tipo de obras en mucha cantidad, y por ello mismo no está tan expuesta
a la necesidad de expandir su espacio; por último, el hecho de que no sea perfectamente
29
compacta no es de mucha importancia porque el flujo de usuarios es muy bajo, siendo la
circulación de éstos poco obstaculizada59, y el hecho de que el Fondo Antiguo quede separado
no es tanto si problema si tenemos en cuenta que se trata de un fondo muy especial que muy
poco tiene que ver con el Fondo Actual que se halla localizado en el resto de la Biblioteca.
4. TRABAJOS TÉCNICOS BIBLIOTECARIOS: LABORES DE
BIBLIOTECONOMÍA APLICADAS EN LA BIBLIOTECA
DIOCESANA DEL SEMINARIO DE MONTE CORBÁN
A lo largo de este epígrafe final hablaré sobre el transcurso de mis prácticas, momento
idóneo para tratar las cuestiones más técnicas características de la Biblioteca del Seminario
Diocesano de Monte Corbán. En este sentido, me he desenvuelto exclusivamente en la quinta
planta durante mi simulacro como bibliotecario, primero en la zona de Educación y Psicología,
después en el Depósito y el Almacén. Al haber compaginado mis prácticas con las de una
alumna de Máster, nos hemos movido entre las secciones simultáneamente, es decir, si yo me
dediqué a la parte de Educación, ella hizo lo propio con la de Psicología; del mismo modo, una
vez finiquitada esa zona, nos movimos al Depósito, donde yo me encargué de la primera mitad
de las obras (según los parámetros del catálogo), y ella de la segunda mitad.
Nuestro trabajo se basó principalmente en la reordenación de las obras, que estaban
alojadas en las estanterías sin ningún tipo de orden. La reordenación implicó agrupar los libros
según sus categorías de clasificación, y una vez hecho esto ordenarlos alfabéticamente. Esto
trajo a su vez trabajos de recatalogación y expurgo, como se explicará posteriormente.
4.1 EL PAPEL DEL BIBLIOTECARIO
En primer lugar hay que decir que mi papel durante las prácticas fue el de un
bibliotecario, que en términos generales es la persona encargada de dirigir al usuario en su
búsqueda de información, debiéndole indicar la localización de cualquier material en caso de
ser necesario; también deberá aconsejar al usuario en la selección de sus lecturas, pues tendrá
que ser capaz de llevar al usuario hasta materiales que satisfagan su necesidad de información;
59 Si por ejemplo el flujo de usuarios fuese el mismo que en una biblioteca pública habría un problema más serio
porque habría un constante subir y bajar de escaleras, de movimientos entre plantas y salas, que supondrían un
problema para la biblioteca por los bloqueos entre usuarios y por el ruido de subir y bajar escalones.
30
el bibliotecario además debe informar sobre los servicios de que dispone la biblioteca, así como
preocuparse sobre la conservación y clasificación del material bibliográfico60. No obstante mis
labores se han limitado a las de este último punto, es decir, la difusión (a través de la actividad
de difusión) y la conservación y catalogación.
Ciertamente, la Biblioteca del Seminario de Corbán no es una biblioteca pública, es una
biblioteca especial, y en este sentido, no requiere de un bibliotecario que guíe a los usuarios, ya
que éstos son seminaristas en su mayoría, y por tanto tienen por lo menos unas nociones básicas
sobre los contenidos y la distribución de ellos en la Biblioteca.
Ya vimos páginas atrás que Hipólito Escolar hablaba de unos bibliotecarios que
necesitaban estar notablemente instruidos en los temas en los que su biblioteca estuviese
especializada, no basta pues ese bibliotecario genérico, o mejor dicho, no hace falta: todo
sacerdote tiene unos conocimientos amplios sobre Teología y Vida Espiritual que sin lugar a
dudas pueden guiar a quien lo necesite, incluso si no es seminarista. Por tanto, un bibliotecario
no especializado no sería capaz de guiar a los seminaristas que le cuestionan sobre obras de
Liturgia por ejemplo, y sólo sabría indicarle dónde se encuentran dichas obras, pero nada más.
Esto no difiere de lo que señala Carmen Millán Rafáles en cuanto al usuario de las bibliotecas
especializadas61: La mayor parte de estos profesionales va a poseer una formación de alto nivel
referente a estudios y a desarrollo profesional, lo que provoca que sus requerimientos de
información exijan eficaces respuestas. Igualmente va dirigida a usuarios muy especializados
e interesados en la temática que trata la biblioteca.
Pero, ¿qué hay del resto de labores que son comunes a todo tipo de biblioteca
(catalogación, organización, etc.)? Además de tener amplios conocimientos en su ámbito, el
personal del Seminario de Monte Corbán se preocupa por tener unos niveles básicos de
Biblioteconomía, que permiten que las labores bibliotecarias sean realizadas por los propios
sacerdotes y seminaristas, con ayuda de los voluntarios y los alumnos en prácticas de la
Universidad de Cantabria. No obstante, hay ciertas cuestiones relativas a la Biblioteca que son
demasiado especializadas para alguien con una formación básica, y en estos casos la Biblioteca
del Seminario de Monte Corbán necesita de un personal altamente cualificado, como podría
60 ARGUINZÓNIZ, M. L. Guía de…, op. cit., pp. 90-91 61 MILLÁN RÁFALES, M. C. “Las bibliotecas especializadas y los centros de documentación: situación en el
Sistema Andaluz de Bibliotecas y centro de documentación” En Boletín de la Asociación Andaluza de
Bibliotecarios, 18/73 (2003), p. 12
31
ocurrir en el caso de la gestión del Fondo Antiguo, que posee obras muy valiosas y en ocasiones
desgastadas, haciendo en ese caso necesarias las labores de restauración por ejemplo.
Por otro lado, en una biblioteca ordinaria el principal responsable es el bibliotecario en
jefe o el director de la misma, siendo él el encargado de divulgar cuál es la información
contenida en el material almacenado, así como de dar a conocer las nuevas adquisiciones
mediante exhibiciones y utilizando otros medios de divulgación, como listas de libros y
boletines; es tarea suya también la organización de actividades de difusión y el cuidar todos los
detalles importantes para el buen funcionamiento de la biblioteca62. De nuevo nos encontramos
con importantes matices diferenciales entre nuestra biblioteca eclesiástica y una biblioteca
pública, pues acabamos de leer que el responsable de la biblioteca tiene que preocuparse mucho
de la difusión, algo que si bien no deja de ser importante en la Biblioteca del Seminario de
Monte Corbán, al ser una biblioteca de un Seminario, va dirigida a los seminaristas y estudiosos
de la fe, y ellos conocen qué tipo de obras puede tener o adquirir la propia biblioteca63. Si bien,
la Biblioteca del Seminario de Monte Corbán cuenta con un responsable, que sería
funcionalmente -pues orgánicamente puede serlo D. Isidro Pérez López- Juan Valero, a quien
tuve el placer de conocer durante mi estancia en la biblioteca. Él, tal y como me explicaron
tanto los voluntarios como él mismo, al ser el encargado de la biblioteca, toma las decisiones
que afectan a la configuración de la misma, como el traslado de libros de un lugar a otro, el
aceptar o no las donaciones, etc.
4.2 LA CONFIGURACIÓN DE LA COLECCIÓN
Quizá pueda extrañar a priori el hecho de que Juan Valero, como responsable de la
biblioteca, tenga que aceptar o no las donaciones, pues ¿por qué no aceptarlas? Pero es que los
fondos de la biblioteca se han de formar de una manera planificada, y esto quiere decir que no
se debe aumentar la colección innecesariamente. Ya sabemos que la biblioteca no es una entidad
muerta, es dinámica, y así debe serlo su colección, que nunca está cerrada: se expurgan
materiales cuando así se considera, y del mismo modo se añaden otros nuevos. Así pues, me
parecen muy acertados los principios que propone Carrión Gútiez para formar la colección en
62 ARGUINZÓNIZ, M. L. Guía de…, op. cit., p. 90 63 No obstante, la página web del Seminario de Monte Corbán dispone de una sección en la cual se informa sobre
las adquisiciones más recientes.
32
su manual, aunque he dejado de lado alguno de estos principios por referirse casi
exclusivamente a la biblioteca pública64:
- Una biblioteca no puede crecer indefinidamente, tanto por razones de espacio como por
cuestiones de eficacia a la hora de buscar el documento. El número de obras que una
biblioteca ha de tener no siempre es el más elevado.
- El equilibrio es importante, es decir, no debería haber muchos materiales en una sección
y casi nada en otra. Incluso si la biblioteca es especializada, se deberá buscar el
equilibrio en su ámbito.
- Nunca hay que evitar el expurgo, que no tiene por qué significar la destrucción del
material, que por otro lado es inevitable a veces. Se expurga no solo por contenido (la
biblioteca cambia y puede que una obra que antes considerábamos imprescindible ahora
no lo sea tanto), sino también por forma (los libros se desgastan, o van saliendo nuevas
ediciones actualizadas que dejan a las anteriores obsoletas).
- La selección tiene que ser neutral ideológicamente, pues incluso en las bibliotecas
especializadas, en las que encontraremos mucho material de tipo proselitista, no se debe
suprimir todo libro opuesto a ese proselitismo concreto.
La Biblioteca Diocesana del Seminario de Monte Corbán en este sentido cumple, sólo
podría reprochar la falta de la actualización de ciertos libros, que si bien como curiosidad
histórica son aceptables, en cuanto a su contenido o su forma (por el desgaste físico) podrían
actualizarse; aunque hay que tener en cuenta que me estoy refiriendo a materiales ajenos a la
especialización de la Biblioteca.
Todos los demás aspectos son cumplidos con creces: hay un equilibrio perfecto entre
las diferentes secciones, y es que incluso las materias ajenas a la especialización cuentan con
unos fondos notables; no se evita el expurgo, y a través del mismo conseguimos ahorrar una
cantidad de espacio muy notable como veremos; y, a pesar de hallar obras de proselitismo
cristiano, como es obvio, no faltan obras totalmente opuestas ideológicamente, como por
ejemplo obras de Marx, para quien la religión era el opio del pueblo, u obras de Nietzsche, que
creía como mayor mal de la humanidad la moral cristiana. Considero este último aspecto muy
importante, pues creo que, como ya he señalado en anteriores epígrafes, es esencial en una
64 CARRIÓN GÚTIEZ, M. Manual de…, op. cit., pp. 65-76
33
biblioteca no obviar ningún tipo de obra: no podemos dejar que las ideologías pongan límites a
nuestra cultura.
En cuanto al proceso de selección en las bibliotecas especiales, bibliotecario y
especialista colaboran para escoger las obras adecuadas, en la teoría65, pero ya hemos visto que
la Biblioteca Diocesana del Seminario de Monte Corbán no dispone de personal técnico
bibliotecario, sino que son los propios seminaristas y sacerdotes quienes realizan las labores
bibliotecarias de selección de materiales bibliográficos ya que pueden saber mejor que nadie
las obras requieren para su formación. Tras la selección de la obra, el siguiente paso es
adquirirlas, y esto puede realizarse de diferentes maneras (exceptuando el depósito legal que no
nos es relevante)66:
- Canje de publicaciones: Este es un método de adquisición muy importante, y se puede
destacar por ejemplo el canje de duplicaciones entre diferentes bibliotecas, que permite
deshacerse de material que ya se posee, y hacerse con otro que se anhela. En el caso de
la Biblioteca del Seminario de Monte Corbán ya vimos cómo desde Los Agustinos se
buscaron en el Depósito de esta biblioteca eclesiástica obras de San Agustín, pero en el
de que Los Agustinos tuviesen algún título duplicado que la Biblioteca de Corbán
necesitase no habría ningún impedimento en que los primeros les diesen el duplicado a
los segundos.
- Los donativos: Muchas veces llegan a ser una carga inútil, y por eso hay que tener
mucho cuidado a la hora de aceptarlos o no, pues ya sabemos que no se pueden aceptar
sin más. A veces, los donativos no son más que restos de testamentos que no han
merecido la atención de los anticuarios o resultado de traslados precipitados de
domicilio. Los donativos son la fuente más importante de adquisición de fondos en la
Biblioteca del Seminario de Monte Corbán, incluso una fuente excesiva, pues los
voluntarios no parecían estar muy contentos con el hecho de que nunca se pudiese
65 CARRIÓN GÚTIEZ, M. Manual de…, op. cit., p. 81 66 Ibíd., pp. 91-101
4.1. Almacén
34
acabar de catalogar y ordenar en base a que entraban donativos a un mayor ritmo del
que se catalogaba y ordenaba. Por ejemplo, sigue en el Almacén sin tocar el donativo de
su colección personal que hizo un profesor de física de la Universidad de Cantabria,
entre otras cajas de diversas procedencias. En la figura 4.1. observamos el Almacén
repleto de libros y cajas de libros sin catalogar, y probablemente sin ni siquiera haber
sido revisados (el grueso de cajas queda a la derecha de la imagen, y aunque en la escena
solo se ve una parte de ellas, se puede apreciar que están apiladas formando un muro).
- La compra: Es el procedimiento más empleado para incrementar los fondos de las
bibliotecas, de manera que, en los países más desarrollados en el mundo bibliotecario,
las bibliotecas son un firme soporte de la industria editorial. En el caso de nuestra
Biblioteca acabamos de comprobar que el donativo es el medio más importante de
adquisición, no obstante, el Seminario destina fondos siempre que es necesario para
fomentar la formación de los seminaristas, adquiriendo materiales de otra forma no
podrían obtener.
4.3 DE LA ADQUISICIÓN A LA CATALOGACIÓN
4.3.1 Registro y sellado
Una vez la biblioteca adquiere una obra, el siguiente paso a dar es catalogarla, pero hay
unas fases intermedias que son el registro y el sellado. Es lógico que haya que documentar las
obras que tiene una biblioteca, incluyendo aquí a las recientemente adquiridas, y por ello hay
un inventario que recopila todos los títulos disponibles. En este sentido, registrar una obra no
es más que inventariarla a través de una serie de datos sobre la adquisición (precio, forma de
adquisición, etc.), bibliográficos (autor, editor, etc.) y bibliotecarios (número de volúmenes,
fecha de ingreso, etc.). Pero el registro nunca es fijo, dado que depende del tipo de material que
se esté inventariando: por ejemplo, si estamos registrando una revista los datos a introducir
cambiarán67. Todos estos datos quedarían almacenados en un libro de registro, pero lo cierto
es que el avance de la tecnología obliga a informatizar todos los datos, por lo que estos libros
ya estarían completamente obsoletos y ya no se elaboran en nuestra Biblioteca actualmente.
Además del registro, tenemos que mencionar por lo menos el sellado. Fase en la cual se
marca al libro para indicar la propiedad sobre el mismo. Es pues un sello, que indica la entidad
67 CARRIÓN GÚTIEZ, M. Manual de…, op. cit., pp. 108-114
35
poseedora del libro, y que nunca puede ir en la portada68. En el caso de la Biblioteca Diocesana
de Monte Corbán, el sello es muy similar al empleado por la Biblioteca de la Universidad de
Cantabria: de forma rectangular y con el nombre de la entidad inscrito en dicha figura, en este
caso, Seminario de Monte Corbán. Este sello se suele colocar en el reverso de la cubierta.
4.3.2 Descripción bibliográfica y catalogación
Ahora sí, ya completados el registro y el sellado, podemos pasar a catalogar la obra. El
catálogo es necesario para cualquier biblioteca medianamente dotada, y será empleado para
encontrar todo lo que la biblioteca contiene. Si bien, es importante señalar la diferencia entre
una bibliografía y un catálogo, pues en el primer caso estamos ante un repertorio bibliográfico
que sólo contiene descripciones bibliográficas, mientras que en el segundo, además de esas
descripciones básicas también tenemos los datos para su localización en la biblioteca concreta69.
Así pues, la descripción bibliográfica es el primer paso de la catalogación, pero no es el
último, pues en tal caso estaríamos ante una simple bibliografía. Una vez describimos todos los
fondos de una manera sistemática, debemos también indicar el lugar en el que se hallan. Por
tanto, podríamos definir el catálogo como una lista completa, sistemáticamente ordenada, de
una colección o colecciones de libros, documentos o material similar, en la que cada elemento
cada asociado a una localización espacial concreta70. De este modo, los catálogos logran
responder a preguntas que los usuarios pueden hacerse respecto de los fondos: ¿Cuántas obras
posee la biblioteca sobre un determinado autor? ¿Cuántos libros posee la biblioteca sobre una
determinada temática? ¿Encontraré lo que busco si introduzco el título de la obra?71
Para cumplir con estos objetivos catalográficos, las biblioteca públicas, escolares,
universitarias y especializadas, en las que se da una prioridad absoluta al uso, deben tener una
parte importante de la colección ordenada por materias, facilitando así al lector acceder al libro.
La ubicación de estas materias vendrá dada por el propio sistema clasificatorio que use la
biblioteca, y la signatura de las obras concretas -y con ella, su posición física- se formará con
las tres primeras letras del encabezamiento principal de la obra y las otras tres letras del título72.
Por tanto, vemos que la ubicación de los fondos dependerá del sistema de clasificación que la
68 CARRIÓN GÚTIEZ, M. Manual de…, op. cit., pp. 108 69 Ibíd., pp. 131-132 70 AMAT I NOGUERA, N. La biblioteca: tratado general sobre su organización, técnicas y utilización.
Barcelona: Scripta, 1982, p. 210 71 BRUNET, R.; MANADE, M. Cómo organizar una biblioteca. Barcelona: Ceac, 1984, p. 111 72 GÓMEZ HERNÁNDEZ, J.A. Gestión de…, op. cit., p. 138
36
biblioteca vaya a usar, es decir, del tipo de catálogo que la biblioteca use. Hay muchos tipos de
catálogos: alfabético de autores y obras anónimas, alfabético de títulos, alfabético de materias,
etc.73, pero ya hemos visto que para acercar las obras a los usuarios de una manera pragmática
necesitaremos de la clasificación por materias.
En este sentido, la CDU (Clasificación Decimal Universal) es uno de los sistemas de
catalogación por materias más extendidos en la actualidad. En verdad, la clasificación
bibliotecaria y bibliográfica moderna nace en 1876 de la mano de Melvin Dewey y su obra A
classificaction and subject index for cataloging and arranging the books and pamphlets of a
library, con la que dio luz a la clasificación decimal con su CDD (Clasificación Decimal
Dewey), que vendría seguida de la clasificación de la LCC (Clasificación de la Biblioteca del
Congreso), y ésta a su vez de la famosa CDU en 1905, que aspiraba a una bibliografía universal.
Es importante destacar que Dewey basó su clasificación en tres principios74:
- Principio de disciplina: Las partes de la clasificación se ordenan por campos del saber.
- Base decimal: El saber se divide en diez clases principales, que a su vez cuentan con
diez divisiones, y éstas a su vez tienen más subdivisiones.
- Principio de jerarquía: Hay una jerarquía tanto en la notación decimal como en la
propia estructura.
La CDU heredó estos principios de manera íntegra, pero añade un carácter de
universalidad e incorpora una faceta multidimensional que permite dividir una materia por
varias características al mismo tiempo, por lo que un concepto puede hallarse en distintos
lugares de la CDU, siendo también así posible una clasificación sintética y eficaz de materias
complejas y específicas. Así pues, tenemos un sistema muy versátil, que parte de unas tablas de
clasificación principales que se complementan con tablas auxiliares de signos, que indican los
específico dentro de una primera clasificación general75.
Lo cierto es que he puesto tanto énfasis en introducir la CDU porque la Biblioteca
Diocesana de Monte Corbán se basa en este sistema de clasificación, en tanto que, como ya
vimos, queda subordinada a la Universidad Pontificia de Salamanca. Al quedar subordinada a
esta entidad, el sistema de clasificación de la Biblioteca del Seminario queda configurado por
las particularidades de la primera, que aunque se base en la CDU, la amolda con ciertos matices
73 BRUNET, R.; MANADE, M. Cómo organizar una…, op. cit., pp. 114-123 74 CARRIÓN GÚTIEZ, M. Manual de…, op. cit., pp. 250-252 75 Ibíd., pp. 269-270
37
a sus propias necesidades, que tienen mucho que ver con la formación espiritual y eclesiástica.
Estos matices si bien son nimios, y van encaminados a la simplificación de los códigos de la
CDU en materias en las que la Biblioteca no dispone de gran cantidad de fondos; por otro lado,
el modelo de la CDU se sigue al completo en las materias en las que la Biblioteca está
especializada, como pueden ser la Religión y la Teología. Tenemos pues este esquema
general76:
0. Informática
1. Filosofía
2. Teología
3. Disciplinas complementarias (educación desde 3.7)
4. Psicología
7. Arte
8. Filología. Lingüística. Literatura
9. Geografía e Historia
A partir de este esqueleto clasificatorio se van especificando las diferentes submaterias
particulares a través del uso de decimales. Estamos ante un modelo de clasificación que cumple
esos tres principios de Dewey: es jerárquico, parte de una serie de campos del saber generales
y se particulariza a través del uso de decimales.
Este catálogo recoge y sistematiza todos los fondos del Seminario de Monte Corbán, y
los usuarios tienen acceso al mismo a través de una terminal informática. No obstante, la
Biblioteca no ofrece el servicio de préstamo por la falta del personal necesario, pero cualquier
usuario puede consultar obras en sala pidiendo permiso en recepción.
4.4 ORDENACIÓN DE LA BIBLIOTECA
Ya explicado el sistema de clasificación de la Biblioteca, puedo hablar de la labor
principal que realicé durante mis prácticas: la ordenación de los fondos. El tipo de ordenación
de una biblioteca si bien puede ser de muchos tipos77, pero en nuestro caso estamos ante una
76 Biblioteca de la Universidad Pontificia de Salamanca – Colecciones y clasificación. 2016. Salamanca:
Universidad Pontificia de Salamanca [Consulta: 16 de mayo de 2016] Disponible en:
https://www.upsa.es/biblioteca/servicio/principal/colecciones.php#vargas 77 CARRIÓN GÚTIEZ, M. Manual de…, op. cit., pp. 393-394
38
ordenación sistemática, en la que los libros se ordenan de acuerdo con el sistema de
clasificación bibliográfica adoptado por la Biblioteca, que acabamos de ver. Esta ordenación
sistemática se complementa con la ordenación alfabética como es usual dentro de cada sección
(por el nombre de autor y por el título). En definitiva, la ordenación se refleja en la signatura
que aparece en el tejuelo de cada libro.
Por tanto, es la signatura la que nos muestra el lugar de cada obra, pero, ¿cómo es la
signatura? La signatura está compuesta de cifras, letras o de una combinación de ambas
(alfanumérica) que sirve para identificar el lugar del libro dentro de una colección.
Tal y como señala Carrión Gútiez, la signatura recurre a una serie de elementos
individualizadores para que no haya complicaciones78: en primer lugar la notación CDU,
seguida de las tres primeras letras del nombre del autor, más las tres primeras letras del título
de una obra que no sean el artículo inicial; a veces es necesaria una mayor individualización,
por lo que se recurre a un cuarto individualizador numérico.
En la figura 4.2 contemplamos de manera ilustrativa lo que
se acaba de decir: la notación CDU (141 para Filosofía de siglo
XIX y XX), tres letras de autor (NIE para Nietzsche), tres letras de
título (ASÍ para Así habló Zaratustra) y el individualizador
numérico. En caso de que el individualizador numérico sea el
mismo se añade una letra mayúscula a los duplicados, en orden
alfabético, por lo que las dos obras que vemos están duplicadas, ya
que son del depósito.
Conociendo las características de las signaturas ya sabemos cómo deben ser colocados
los libros. Así pues, como ya se dijo anteriormente empecé por la zona de Educación, que
incluía todos los libros desde la notación CDU 37(09) hasta la 379.8, pasando desde ahí
seguidamente los fondos a la notación 4(01), ya en Psicología, sector del que se ocupó mi
compañera de Máster -desde 4(01) hasta 440-.
En cuanto al Depósito, lugar al que accedimos una vez terminadas Educación y
Psicología, nos encargamos de las obras de Teología, que es lo que tenía el Depósito en mayor
78 CARRIÓN GÚTIEZ, M. Manual de…, op. cit., pp. 395-398
4.2. Tejuelos con signaturas
39
cantidad79. En mi caso ordené desde las obras con notación 2(01) hasta las obras con notación
232.7, mientras que mi compañera se encargó del resto de obras, desde 240 hasta 291.3.
Hay que decir que una de las cosas que se nos pidieron a lo largo de la ordenación fue
dejar huecos en cada una de las secciones, para evitar mayores complicaciones cuando se fuesen
recibiendo más obras, y lo cierto es que lo logramos con creces: de unas baldas llenas hasta sus
topes e incluso con libros en doble fila pasamos a unas baldas en la que todos los materiales
que había se veían con claridad, y en donde había huecos para futuros libros que se fuesen
sumando a los fondos. En la imagen 4.3 vemos la zona de Educación y Psicología ya ordenada,
con la parte de Psicología a la izquierda y la de Educación a la derecha; podemos apreciar
también los huecos en las diferentes secciones. La imagen 4.4 es una ampliación de una parte
de los fondos de Educación, aquí los huecos se ven con más claridad.
Respecto al Depósito, hay que decir que el volumen de obras en él era muy superior al
que encontramos en la primera zona. Allí todos los materiales estaban apilados en solo unas
pocas baldas, quedando el resto de baldas vacías, por lo que la ordenación resultó bastante más
compleja. Para poder manejar tal concentración de libros nos vimos obligados a coger una mesa
de la Sala de Literatura e Historia, y otra que habíamos utilizado levemente en la zona de
Educación y Psicología. Comparando las figuras 4.5 y 4.6 contemplamos las diferencias entre
una parte de las baldas antes de la ordenación y después: así, en la fotografía 4.5 vemos unas
baldas prácticamente vacías, y las obras que se ven están porque ya había empezado a ordenar
la sala, dado que antes estaban completamente vacías -todas las obras quedaban apiladas en la
baldas dispuestas de frente nada más entrar al Depósito-; mientras, en la figura 4.6 se ve esta
79 Había obras de Filosofía, Historia y otras materias, pero nos encomendaron dedicarnos a los títulos de Teología
exclusivamente, que además eran la gran mayoría.
4.3. Zona de educación y psicología (ya ordenada) 4.4. Parte de los fondos de educación
40
misma parte del Depósito ya totalmente organizada, con espacios para futuras obras que fuesen
llegando al Depósito.
A través de la ordenación de los fondos logré descongestionar esas primeras baldas que
estaban llenas de libros (figura 4.8). Y como ya se ha dicho, fue indispensable el uso de esas
mesas de las que se hablaba (figura 4.7) para manipular tal cantidad de materiales, pues una vez
se ordenaba una sección ya había que dejar las obras desubicadas y sobrantes en algún otro
lugar.
4.5 Parte del depósito sin ordenar 4.6 Misma parte ya ordenada
4.7. Mesas de trabajo
4.8. Baldas donde se acumulaba todo el material (ya
despejadas)
41
4.5 CONSECUENCIAS DE LA ORDENACIÓN: RE-CATALOGACIÓN Y
EXPURGO
El espacio que logramos conseguir en cada sección no fue sólo por la reordenación de
los fondos, y es que la reordenación trajo de la mano la necesidad de realizar re-catalogaciones
y expurgos.
Hablemos en primer lugar de las recatalogaciones, ¿por qué hubo re-catalogaciones? Es
raro que se dé este caso en general, y de hecho no ocurrió con mucha frecuencia, pero en
ocasiones nos topamos con obras que estaban catalogadas de una manera incorrecta. Esto es,
encontramos obras que tenían una signatura que no les correspondía: por poner un ejemplo,
encontré una obra titulada Historia del siglo XX que estaba catalogada como una obra
Educación, pero no dentro de la numeración 372.80, que es la que se refiere a la Geografía, la
Historia, la Filosofía y las Ciencias Sociales dentro del campo de la Educación, por lo que la
retire de su ubicación. Por otro lado, en un tejuelo me encontré una notación que no se
correspondían con ninguna de las que aparecen en el sistema de clasificación de la UPSA
(Universidad Pontificia de Salamanca): se trata de un libro que llevaba en su signatura la
notación 371.8, y como podemos comprobar, en el sistema de la UPSA pasamos directamente
desde el número 371.6 (Edificios, mobiliario equipamiento escolar) al número 372
(Currículum); del mismo modo que en el anterior caso, retiré el libro. Por tanto, todos estos
libros que retiramos hicieron espacio, aunque en este caso fuese un retiro temporal hasta su re-
catalogación.
Pero el expurgo fue el procedimiento por medio del cual logramos ahorrar más espacio,
pues la cantidad de libros que habían de ser expurgados era enorme y en este caso no se trató
de un ahorro temporal. Este expurgo se basó en la eliminación de los duplicados, tal y como
nos pidieron, y en el caso de que nos topásemos con un título repetido debíamos dejar en los
fondos tan solo un ejemplo de la obra, procurando que este ejemplo fuese el mejor conservado
de todos. Así, todos los libros repetidos fueron retirados de las estanterías, y tras anotar su
número de registro -para que se pudiesen hacer constar las obras repetidas en el catálogo
informático- se llevaron al Depósito o al Almacén. En el caso de los repetidos de Educación se
me pidió llevarlos directamente al Almacén, sin embargo, en el caso de los repetidos del
Depósito me dijeron que los fuese depositando encima de las estanterías del propio Depósito
en posición horizontal, aunque cuando ya no cupieron más en esta parte se fueron llevando al
Almacén.
42
Pero veamos algunas imágenes para ilustrar lo dicho. En la figura 4.9 vemos obras
repetidas de la sección de Educación, dispuestas temporalmente (hasta su traslado al Almacén)
encima de las estanterías de manera horizontal. En la imagen 4.10 se observa un borrador en el
que iba anotando los números de registro -recuérdese que esto es el individualizador numérico-
de las obras que estaban repetidas, pues la biblioteca tenía que tener constancia de estos
procesos de expurgo.
Las obras repetidas que había en el propio Depósito eran tantas que no fueron suficientes
ni las mesas ni la parte superior de las estanterías, por lo que recurrir al Almacén fue inexorable.
En la fotografía 4.11 tenemos las mesas de trabajo hasta los topes, mientras que en la 4.12
vemos obras repetidas del Depósito en la parte superior de las estanterías.
4.9. Obras de educación repetidas 4.10. Borrador con números de
registro de obras repetidas
4.11. Mesas de trabajo repletas 4.12. Obras del depósito repetidas
43
Por último, las siguientes imágenes muestran la parte del Almacén donde se fueron
depositando las obras repetidas. Tal y como me dijeron, solían pasar tanto por el Depósito como
por el Almacén representantes de diversas instituciones (eclesiásticas, benéficas, etc.) para
comprobar si los libros repetidos podían serles de utilidad, en vistas de que la Biblioteca del
Seminario de Monte Corbán ya no los necesita, más bien lo contrario, pues ocupan un espacio
muy valioso.
Gaudet y Lieber80 señalan que tras el expurgo se puede hacer una evaluación para
comprobar sus resultados, y esta evaluación puede hacer hincapié en diferentes características:
ahorro de tiempo, ahorro de espacio, efecto sobre la colección (tasa de renovación), reacción
del público, etc. En nuestro caso el ahorro de espacio fue abrumador y de hecho es lo que se
buscaba fundamentalmente, por lo que el expurgo podría catalogarse como exitoso; por otro
lado, el ahorro de tiempo en la búsqueda de obras será algo que todos los seminaristas
agradecerán, al no tener ya la colección tan dispersa en el espacio debido a los títulos repetidos,
repetidos que hacían la búsqueda de títulos por la Biblioteca muy tediosa.
4.6 CONSERVACIÓN DE LOS FONDOS
Son muy importantes para la conservación de los libros las condiciones climatológicas,
oscilando la temperatura ideal entre los 18º y los 22º, y debiendo estar los índices de humedad
entre el 40% y el 65% -de subir más, la aparición de hongos es más que probable-81. No sé
exactamente los niveles de la Biblioteca en este sentido, pero puedo decir que la temperatura y
la humedad de la planta superior parecían ser demasiado bajos y demasiado altos
respectivamente, y así me lo hicieron saber, pues esta planta es una de las preocupaciones de la
80 GAUDET, F.; LIEBER, C. El expurgo en la biblioteca. Madrid: ANABAD, 2000, p. 79 81 AMAT I NOGUERA, N. La biblioteca…, op. cit. p. 174
4.13. Sala del almacén con estantes para libros
repetidos 4.14. Misma sala vista desde la posición opuesta y con
libros ya colocados
44
Biblioteca por el momento -hace poco se instalaron ventanales herméticos por ejemplo, pero
aún queda por hacer-. Ciertamente me encontré con libros con hongos durante mis labores, y
no es de extrañar, pues esta planta tiene un microclima que las plantas primera y segunda de la
Biblioteca no tienen, donde las condiciones climáticas parecen ideales. Lo único que pude hacer
en este sentido fue retirar los libros con hongos de los fondos para que éstos no se propagasen,
reemplazándolos por repetidos en mejor estado.
En la medida de lo posible intenté evitar durante mi estancia en la Biblioteca la corrosión
del material bibliográfico. Para ello, intenté siempre colocar los materiales de manera vertical,
pues tal y como dice Carrión Gútiez, la colocación de los materiales debe hacerse en vertical
en estanterías metálicas o de madera, aunque las metálicas son más seguras frente a la acción
de agentes biológicos, como los hongos82. Algunos materiales, por ser el espacio entre balda y
balda demasiado pequeño, no pudieron ser colocados verticalmente, pero por otro lado la
mayoría de estanterías son metálicas tal y como vemos en las fotos.
No obstante, la Biblioteca se preocupa por la
conservación de sus fondos, como así lo muestran las
estanterías adecuadas (generalmente metálicas), los
mecanismos de prevención (como el de la figura 4.15), la
preocupación por las condiciones físico-ambientales de la
última planta de la biblioteca y las obras para mejorar éstas
últimas. En la imagen 4.15 observamos un ejemplar de
dispositivo antiincendios, los cuales estaban repartidos a lo
largo de toda la biblioteca.
4.7 ACTIVIDAD DE DIFUSIÓN
Para culminar mi sesión de prácticas bibliotecarias he tenido que realizar una actividad
de difusión, con la idea de dar a conocer al público general, y de una manera didáctica y concisa,
la Biblioteca Diocesana del Seminario de Monte Corbán. Para realizar esta tarea opté por
realizar un montaje audiovisual, en el que se recorren las principales estancias de la Biblioteca
82 CARRIÓN GÚTIEZ, M. Manual de…, op. cit., pp. 409-411
4.15. Dispositivo antiincendios
45
en vídeo, explicando cada sala y las diferentes características de la Biblioteca a través de
imágenes estáticas y texto. Es decir, el montaje combina la grabación de vídeo con las imágenes
y el texto, todo ello acompañado de una canción ambiente, compuesta por Chris Zabriskie y
titulada God be with you till we meet again83, un tema con licencia Creative Commons (CC).
Opté por esta modalidad de actividad de difusión porque responde claramente a la
pregunta ¿cómo es la Biblioteca de Monte Corbán?, y además puede incitar al público a hacer
una visita a la Biblioteca al mostrar una biblioteca muy atractiva y confortable.
Para realizar el vídeo he empleado la tecnología siguiente: para grabar las imágenes y
hacer las fotos, mi cámara personal; para montar el propio vídeo, el editor de vídeos Windows
Media Player; para realizar algunas diapositivas con letra y logos, el Powerpoint; y por último,
para alojar el resultado del trabajo y difundirlo, la plataforma YouTube.
El vídeo resultante tiene una duración de 5’13” incluyendo los créditos, y está
compuesto por 13 imágenes, 22 textos flotantes y 9 secuencias de vídeo. La canción se
superpone a las imágenes, el texto y el vídeo durante todo el montaje hasta la aparición de los
créditos, durando la canción un total de 4’45”. La letra usada en el texto flotante es la Old
english text MT.
Desde su elaboración, hasta la aprobación del presente TFG y las autorizaciones
precisas, el alojamiento del vídeo está subido a YouTube en modo oculto, es decir, por el
momento es un vídeo privado que solo pueden ver aquéllos que dispongan del enlace. Siendo
la idea base de elaboración que se haga público. Por el momento el enlace es el siguiente:
https://youtu.be/6_z5Sf2EpDc
83 God Be With You Till We Meet Again de Chris Zabriskie está sujeta a una licencia de Creative Commons
Attribution (https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/) Fuente: http://chriszabriskie.com/dtv/ Artista: http://chriszabriskie.com/
4.16. Miniatura del vídeo en YouTube (Sala de Derecho y Filosofía)
46
5. CONCLUSIONES
Para terminar con este trabajo haré una valoración general de mi experiencia durante el
desarrollo de mis prácticas. En primer lugar, no puedo dejar de agradecer esta experiencia, que
considero muy ventajosa y útil en vistas de un posible futuro laboral en el ámbito bibliotecario.
Es más, considero este tipo de experiencias necesarias en todos los niveles en los que la tesis se
complemente de la praxis: por ejemplo, si alguien que supiese todo lo posible sobre la disciplina
bibliotecaria -y esto es mucho decir- comienza a gestionar una biblioteca, se va a encontrar con
que lo que leyó en los libros no siempre se amoldará a la realidad, dado que hay toda una serie
de factores físicos particulares (localización, condiciones climatológicas, etc.) a los que habrá
que responder de una manera también particular y específica, no pudiendo seguir al pie de la
letra lo que se lea en tal o cual manual. Gracias a este período de prácticas he podido percatarme
de esta cuestión, y siempre será mejor darse cuenta de esto durante unas prácticas que durante
el desarrollo de la labor profesional propiamente dicha, pues llegado el caso de trabajar en una
biblioteca se dispondrá de una experiencia previa con la que poder hacer frente a las
adversidades que puedan surgir. Además, la vivencia puede servir para desmitificar la labor
bibliotecaria, de la que muchas veces se tiene una imagen que no va más allá de pedir silencio
y reñir a quien hable, y esto de hecho no tiene nada que ver con la Biblioteconomía; así, los que
sientan llamados por este inventado trabajo en el que puedes llevar a cabo cualquier pasatiempo
mientras mandes callar de vez cuando, van a darse de bruces contra la realidad de lo que supone
ser bibliotecario.
Por tanto, he de estar agradecido a la Universidad de Cantabria, así como a todas las
entidades que con ella colaboran para permitir que todos los alumnos que busquen un futuro
laboral en la rama de la Historia Aplicada tengan esta oportunidad. Sería una laguna en la
formación de los estudiantes interesados no poder acceder a estas prácticas, y por ello animo a
la Universidad a continuar con la labor y mejorarla año a año.
Agradezco muy especialmente a mi tutora la Dra. Virginia Cuñat la ayuda prestada, pues
no me ha sido fácil enfrentarme a un ensayo que trata sobre un tema tan particular. Agradezco
de una manera igual de especial al Seminario Diocesano de Monte Corbán y a todo su personal
el acogimiento recibido, y en particular agradezco la asistencia de mi tutor externo (D. Isidro
Pérez López), de los voluntarios (Enrique y Julián) y de las recepcionistas.
47
ÍNDICE DE FIGURAS84
3.1. Mapa eclesiástico de España (conferenciaespicopal.es) ................................................... 17
3.2. Seminario de Monte Corbán visto desde la calle La Candía (street-viewing.es) .............. 20
3.3. Fachada principal del Seminario de Monte Corbán (Facebook del Seminario)................ 21
3.4. Claustro grande .................................................................................................................. 21
3.5. Escalera principal .............................................................................................................. 22
3.6. Escalera principal vista desde la entrada de la biblioteca .................................................. 22
3.7. Sala de Lectura y Consulta ................................................................................................ 23
3.8. Sala de Derecho y Filosofía ............................................................................................... 24
3.9. Hemeroteca ........................................................................................................................ 24
3.10. Sala Central ..................................................................................................................... 25
3.11. Material audiovisual sin catalogar (reportaje hecho a la Biblioteca por el Diario
Montañés; disponible en la página web del Seminario) .......................................................... 25
3.12. Sala de Literatura e Historia ............................................................................................ 26
3.13. Sala Marcial Solana ......................................................................................................... 26
3.14. Fondo Antiguo (catalogación del Fondo Antiguo de la Cátedra Cantabria ’9285) ........ 27
4.1. Almacén ............................................................................................................................. 33
4.2. Tejuelos con signaturas ..................................................................................................... 38
4.3. Zona de educación y psicología......................................................................................... 39
4.4. Parte de los fondos de educación ....................................................................................... 39
4.5. Parte del Depósito sin ordenar ........................................................................................... 40
4.6. Misma parte ya ordenada ................................................................................................... 40
4.7. Mesas de trabajo ................................................................................................................ 40
4.8. Baldas donde se acumulaba todo el material ..................................................................... 40
4.9. Obras de educación repetidas ............................................................................................ 42
4.10. Borrador con números de registro de obras repetidas ..................................................... 42
4.11. Mesas de trabajo repletas ................................................................................................. 42
4.12. Obras del Depósito repetidas ........................................................................................... 42
4.13. Sala del Almacén con estantes para libros repetidos ....................................................... 43
4.14. Misma sala vista desde la posición opuesta y con libros ya colocados .......................... 43
4.15 Dispositivo antiincendios ................................................................................................. 44
4.16. Miniatura del vídeo en YouTube (Sala de Derecho y Filosofía) ..................................... 45
84 Imágenes de elaboración propia salvo las que indiquen otra procedencia mediante el uso de paréntesis. 85 GARCIA CEBRECOS. M.; SANSEBASTIÁN FERNÁNDEZ, M. “Catálogo del fondo antiguo de la Biblioteca
del Seminario de Monte Corbán” en la sección “Trabajos de recuperación de patrimonio Bibliográfico y
Documental”. En CUÑAT CISCAR, V. (dir.); BLASCO MARTÍNEZ, R.M. (ed.) Patrimonio Histórico: [Cátedra
Cantabria 92]. Santander: Universidad de Cantabria, 1994, pp. 125-130.
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