La Bildung de Los Comunicadores-11-2014

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LA BILDUNG DE LOS COMUNICADORES Ante la Reforma del Plan de Estudios § 1. La Bildung de los "comunicadores" -por definición- ha sido en el pasado y será en el futuro plural, pues como toda Bildung, se trata ahora y se tratará en el futuro de itinerarios propios que cada cual habrá de recorrer siguiendo criterios necesariamente personales de autenticidad y de fidelidad consigo mismo. En general es necesario distinguir siempre entre la Bildung (personal) y los imperativos sistémicos del sistema educativo estatal tal y como están de hecho coactivamente prescriptos. En este nuestro caso, estos imperativos son oriundos del Plan de Estudios de la carrera de Licenciatura en Comunicación Social, las normas institucionales de la Facultad de Ciencias de la Educación y de la Universidad Nacional de Entre Ríos, y sobre todo, la Ley de Educación Superior menemista que en 2015 cumplirá flamantes e intactos veinte años. En el caso de los "Comunicadores Sociales", esta distinción entre Bildung y sistema educativo impuesto por el Estado, es particularmente relevante, porque para desempeñarse como "comunicador social" en el mercado de trabajo de la sociedad capitalista el título expedido por la universidad no es indispensable, salvo para (re)insertarse endogámicamente en este mismo sistema educativo, y particularmente en la endogamia universitaria Acá tené presente, por un lado, la cuestión de la idoneidad (Caletti y Horowicz); y, por otro lado, que parece que hacés alusión al periodismo. De hecho, se cuentan por centenares en nuestro medio -y por miríadas en el país- los comunicadores sociales que se desempeñan sin 1

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Artículo que pone en relación la Comunicación Social y la Filosofía.

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LA BILDUNG DE LOS COMUNICADORES

Ante la Reforma del Plan de Estudios

§ 1. La Bildung de los "comunicadores" -por definición- ha sido en el pasado y será en el futu-

ro plural, pues como toda Bildung, se trata ahora y se tratará en el futuro de itinerarios propios

que cada cual habrá de recorrer siguiendo criterios necesariamente personales de autenticidad y

de fidelidad consigo mismo.

En general es necesario distinguir siempre entre la Bildung (personal) y los imperativos sisté-

micos del sistema educativo estatal tal y como están de hecho coactivamente prescriptos. En este

nuestro caso, estos imperativos son oriundos del Plan de Estudios de la carrera de Licenciatura

en Comunicación Social, las normas institucionales de la Facultad de Ciencias de la Educación y

de la Universidad Nacional de Entre Ríos, y sobre todo, la Ley de Educación Superior menemista

que en 2015 cumplirá flamantes e intactos veinte años. En el caso de los "Comunicadores Socia-

les", esta distinción entre Bildung y sistema educativo impuesto por el Estado, es particularmente

relevante, porque para desempeñarse como "comunicador social" en el mercado de trabajo de la

sociedad capitalista el título expedido por la universidad no es indispensable, salvo para (re)in-

sertarse endogámicamente en este mismo sistema educativo, y particularmente en la endogamia

universitaria Acá tené presente, por un lado, la cuestión de la idoneidad (Caletti y Horowicz); y,

por otro lado, que parece que hacés alusión al periodismo. De hecho, se cuentan por centenares

en nuestro medio -y por miríadas en el país- los comunicadores sociales que se desempeñan sin

título académico o sin haber completado la carrera (amparados en los derechos constitucionales

de la libertad de expresión y de trabajo). Por otra parte, a quienes egresan de la Facultad se les

exigen habilidades, competencia y capacidades para la comunicación y para la elaboración de

"productos comunicacionales", y lo que se tiene en cuenta, no es el título estatalmente generado

sino la valoración hic et nunc de las competencias: hic Rhodus, hic salta. Esto es particularmente

evidente en el caso de los más célebres y distinguidos periodistas actuales del país, por no hacer

referencia a todos los periodistas que existieron en el mundo antes de que la profesión fuera insti-

tucionalizada mediante la fundación de las pioneras Schools of Journalism y las posteriores Fa-

cultades de Comunicación. Como hablamos hoy, Comunicación no es lo mismo que Periodismo.

§ 2. Hace algún tiempo escuchamos con alarma en una de las Colaciones de Grado de nuestra

Facultad que con no menos atrevimiento que irresponsabilidad un egresado sostenía la superiori-

dad de la "comunicación social" sobre el periodismo, sin ofrecer para ello ningún argumento ra-

cional o empírico. Estaba a mi lado el que durante años había sido considerado el periodista más

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importante e influyente de la provincia de Entre Ríos. La enormidad sólo mereció la saludable

expresión No comment!

Parece que en el ámbito de la vida cotidiana en el que nos desenvolvemos (Lebesnwelt), todos

comprendemos qué es periodismo e incluso quién es un buen o un mal periodista (aun cuando es-

to se haya vuelto algo bastante controvertido en estos últimos años). En un ámbito erudito se

puede enumerar una multitud de grandes figuras de la historia de la literatura, de la filosofía y en

general, de la cultura, que han ejercido el periodismo, incluso de forma profesional (con ocasión

de la sanción de la Ley de Medios ha proliferado la bibliografía sobre periodismo y periodistas,

especialmente de Argentina). Se sabe, además, que el periodismo tiene tal importancia política y

cultural, tras la destrucción del Antiguo Régimen estamental de militares y frailes, i. e., tras las

Revoluciones burguesas, que con toda razón Thomas Jefferson pudo decir que preferiría una so-

ciedad con prensa y sin gobierno (newspapers without a government) antes que una con gobierno

y sin periodismo (a government without newspapers)1. Para utilizar la conocida locución de Ho-

racio Verbitsky, un "mundo sin periodistas" sería una recaída en la censura propia de la barbarie

del absolutismo premoderno de la cruz y la espada (o del sable y la sotana, Marx dixit). En efec-

to, en el Estado de Derecho el cuarto poder (como poder de control) tiene el deber institucional

de exhibir y denunciar los abusos, las usurpaciones y las violaciones de los Derechos Humanos

que perpetran los otros poderes del Estado y los otros poderes sociales fácticos (el capital, la

Iglesia, el patriarcado, los media, la industria cultural, las universidades y demás aparatos ideoló-

gicos del Estado, etc.). Es por eso que con sólidos fundamentos Julian Assange se ha vuelto para

el mundo entero un jeffersoniano arquetípico del periodismo libre. Sin embargo, qué es un comu-

nicador social, y más aún, en qué residiría la superioridad de un comunicador social no es ni una

evidencia cotidiana ni algo que pueda probarse fácilmente ¿No te parece que la Comunicación

es/pretende ser/discute si es una ciencia y por ello los comunicadores somos científicos?. Tam-

bién es sabido, por otra parte, que sólo muy recientemente la Comunicación Social ha perdido

definitivamente el olor pestilente del incienso y ha sido reconocida dentro de la organización bu-

rocrática de la Universidad y en su sistema institucional de investigación y de subsidios y becas

(v. g., CONICET). En una palabra, a pesar de la gran producción ya existente, todavía la pregun-

ta epistemológica ¿qué es la comunicación social como disciplina?, y la pregunta sociológica

¿qué es un comunicador social típico como profesión? anudan más perplejidades que un sólido

patrimonio doctrinario.

1 http://famguardian.org/Subjects/Politics/thomasjefferson/jeff1600.htm

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§ 3. En ese orden y a los efectos de echar luz sobre tales preguntas -más allá de cualquiera que

sea su posible inserción profesional en instituciones y sistemas de la sociedad tal cual ésta está

constituida (status quo)-, habrá que consensuar en que todo comunicador deberá tener ¿incorpo-

rar, aprehender? la competencia, o la disposición (héxis), o el habitus de comunicar profesional-

mente. Dicho de manera intuitiva, un comunicador profesional sabrá comunicar y comunicarse;

más precisamente aún: tendrá que saber hablar y tendrá que saber escribir de forma profesional,

incluso si la tarea de la comunicación social se comprendiera como una facilitación de la comu-

nicación o como una remoción de los obstáculos que dificultan o impiden la comunicación.

§ 4. Para saber hasta qué punto y en qué grado nuestra Facultad está logrando este objetivo mí-

nimo pero fundamental, basta con escuchar los exámenes orales o consultar los borradores y lue-

go las tesis que se aprueban en la Licenciatura. El profesor Jorge Rivera -una de las grandes figu-

ras de la comunicación social y la crítica literaria en la Argentina- de quien fui primero alumno y

luego fui honrado con su amistad, decía que los estudiantes de comunicación de la UNER esta-

ban mejor formados que los de la UBA. Pasados los años, no sé si se puede seguir afirmando es-

to mismo. Un respetado profesor que, como otrora Rivera, se desempeña en uno y otro ámbito,

se muestra más bien escéptico al respecto.

§ 5. Más allá de que desde la Antigüedad existen dos ciencias como son la Retórica (para saber

hablar) y la Gramática (para saber escribir), es necesario repetir la perogrullada de que a hablar

se aprende hablando, y a escribir, escribiendo2; y se aprende de quienes -según criterios objeti-

vos y personales- se juzga3 que saben hablar y escribir.

§ 6. Nuestra Facultad está empeñada en una nueva modificación del Plan de Estudios de la ca-

rrera de Comunicación Social. Será la tercera desde lo que se llama con un lenguaje abusivo "el

retorno de la democracia". El primer Plan de Estudios, de 1985, es conocido como el Plan Solo-

monoff. El siguiente, elaborado por una comisión que reunía a muchas autoridades en la comuni-

cación social, es conocido como el Plan 1998. He sido y soy crítico acerca de los dos, y por los

mismos argumentos y razones que vengo repitiendo cada vez que se ofrece la ocasión, que ob-

viamente han sido muchas. Entiendo que existe un desequilibrio entre las Humanidades y las

Ciencias Sociales, concretamente, a favor de estas últimas. Estoy lúcido también respecto de las

razones históricas (en definitiva, anticlericales) que hicieron que el plan de 1985 tuviera este ca-

2 Y escuchando, y leyendo (atenta, lúcida, críticamente).3 Urteilkraft.

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rácter. Sin embargo, creo que ese legítimo propósito puede conservarse y al mismo tiempo equi-

librarse con una mayor presencia de las Humanidades.

§ 7. Si se observa el Plan de Estudios, se puede llegar a la conclusión de que se trata de alguna

manera de un cierto compendio de las Ciencias Sociales. Esto constituye una auténtica virtud que

debe ser reconocida. Siempre he sido de la opinión de que las tesis de Licenciatura más intere-

santes y originales, eran aquellas que combinaban esas diferentes perspectivas y estrategias teóri-

cas y discursivas, las que realizaban una intersección interdisciplinaria de lenguajes, tal como só-

lo lo podían hacer los comunicadores sociales a causa de haberse formado interdisciplinariamen-

te durante su curriculum. Me permito generalizar afirmando que el efecto que estas investigacio-

nes producen, es gratamente sorprendente para todos aquellos que nos hemos formado en una

disciplina y en una tradición discursiva y que luego hemos intentamos cultivarla. Recuerdan el

modo de proceder, difícilmente clasificable en una taxonomía fija, de aquellos que son conside-

rados "fundadores de discursividades".

§ 8. Sin embargo, el reconocimiento de este mérito indiscutible no refuta la afirmación de que

en los Planes de Estudio existe un desequilibrio a favor de las Ciencias Sociales y en desmedro

de las Humanidades (a saber, la Literatura, la Historia y la Filosofía). El hecho, por así decirlo,

de que alguien pueda recibirse de Comunicador sin haber leído jamás un poema de Góngora o de

Quevedo o una novela del Siglo XIX o algunos dramas de Shakespeare, no significa un menos-

cabo de una cultura más o menos superflua y postiza, sino que a juzgar por el testimonio de las

experiencias de los escritores, que han aprendido a escribir leyendo, puede significar un menos-

cabo de su competencia profesional como comunicador.

Otro tanto ocurre con la formación histórica y con el pensar históricamente, y no sólo por aque-

llo que se dice, que todo periodista es un cronista. La Historia no sólo pertenece a las Humanida-

des. Se puede defender de manera plausible que la Historia es la auténtica madre de todas las

Ciencias Sociales, y aun que la Historia (Weltgeschichte) y la autoconciencia histórica es el au-

téntico carácter que distingue a la cultura occidental de toda otra cultura.

Finalmente, hay que añadir algo quizás más sustantivo con respecto a la Crítica (i. e., la Filoso-

fía). Entiendo que la relevancia de la Crítica en la formación de un comunicador no sólo obedece

a que todos los procesos de comunicación en el uso cotidiano y natural del lenguaje vienen

acompañados por un proceso metacomunicativo crítico que controla las pretensiones de validez

con que están estructurados los actos de habla, sino a causa de que no parece ni posible ni desea-

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ble que la elaboración de "productos comunicacionales" se haga sin una lúcida consciencia críti-

ca respecto de los procesos y procedimientos que aquéllos implican.

§ 9. Sabemos de sobra que, como resultado sobre todo de su propia Bildung, muchos egresados

de nuestra Facultad se dedican de manera brillante a la Filosofía o a la Historia (en sus múltiples

ramas), e incluso sabemos que hay egresados de nuestra Facultad que son poetas y escritores que

se han vuelto célebres. No quiero desconocer esto que todos sabemos. Quiero, en cambio, volver

a introducir en el necesario debate que supone la reelaboración del Plan de Estudios, la discusión

acerca de la relevancia que deben tener la Crítica, la Historia y la Literatura. Sigo creyendo que

el Plan de Estudios que la institución debe ofrecer a la Bildung de un comunicador, debe incluir y

darle un lugar más destacado a las Humanidades que el que ha tenido hasta ahora.

G. Lambruschini

Diciembre 2014

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