LA CANCION POPULAR EN GRANADA

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/ LA CANCION POPULAR EN GRANADA GERMÁN TEJERIZO ROBLES Me piden unas páginas sobre «La canción popular en Granada » y así, exactamente así es como debe titular- se el trabajillo. Pues de haberse cam- biado la preposición en y haberme pe- dido «La canción popular de Granada" , el desarrollo de las ideas hubiera sido por completo diferente. Porque se cantan, o se han cantado mejor dicho, en nuestra provincia granadina muchísimas canciones po- pulares de todos los temas y para to- dos los gustos, transmitidas casi siem- pre oralmente y conse rvadas por nuestros mayores como uno de los te- soros culturales más sugestivos. Pero esas canciones, que por otra parte co- mienzan o comenzaron ya hace algu- nos años a caer en el más absoluto de los olvidos, relativamente pocas veces son originariamente granadinas. Yeso es así, nos guste o no. Yapresurémo- nos a decir que no es éste un fenóme- no privativo de nuestra provincia, sino algo bastante normal y sabido por to- das las personas que en cualquier rin- cón de la geografía española se han preocupado por estudiar el tema. Las canciones populares, sobre todo las más tradicionales que son las más ge- nuinas representantes de un gusto y un estilo determinados, se transmiten de viva voz y viajan y emigran cons- tantemente conforme van adquiriendo una personalidad determinada y con- forme cambian su lugar de residencia los hablantes de un idioma o un dia- lecto. Son por tanto objetos móviles que se aclimatan con facilidad a los ambientes más dispares, modificándo- se constantemente en un continuo flu- jo y reflujo de gustos, modos de vida y costumbres. Porque la canción popu- lar es una criatura viva y, como tal, cambiante al adaptarse a cada nueva circunstancia con la mayor facilidad. Así, el poco experto que se dedicara de pronto a hojear cancioneros de muy diferentes regiones y comarcas se admiraría y quizás se extrañaría también sobremanera al encontrarse en sus páginas muchas de las cancio- nes que en un primer momento había 1 Musicólogo, Folclorista, doctor en Filolog ía Románica y profesor de Literatura Española en situación de jubilación voluntaria anticipada . tomado por patrimonio musical o lite- rario exclusivo de su patria chica, de su provincia, de su ciudad, de su pue- blo. UNIVERSALIDAD DE LA CANCiÓN POPULAR Sin duda hay que darles toda la ra- zón a los especialistas del folclore musical cuando afirman que casi to- das las canciones tradicionales que se cantan en un lugar concreto, pon- gamos por caso, de Andalucía o de Granada, tienen paralelos y equiva- lentes en otras áreas geográficas , y no sólo de España, sino de todo el mundo hispánico, y que de la gran mayoría de ellas se ha perdido la me- moria de unos orígenes que pudieron estar situados tanto en la tradición andaluza o granadina como en cual- quier otra. Por eso cabe pensar con justicia que no existe un Cancione- ro tradicional específico y propia- mente andaluz, sino un Cancione- ro cuyos temas, la mayoría de ellos al menos, se cantan también en Andalucía o en Granada. Sin que tal fenómeno tenga tampoco nada de negativo, sino sólo de reconocimiento de la existencia de un mismo espíritu universal. El espíritu humano es único por mu- cho que se multipliquen las criaturas informadas por él. Toda persona hu- mana tiene los mismos sentimientos, las mismas preocupaciones, los mis- mos problemas existenciales, la mis- ma forma de pensar. Las diferencias culturales son menos grandes de lo que a primera vista pudiera parecer y fruto de esa uniformidad general son nuestros modos semejantes de mani- festar los al exterior. De ahí que en cualquier lugar del planeta Tierra se canten los mismos sentimientos, las mismas sensaciones, los mismos pro- blemas, idénticas alegrías o idénticos motivos de dolor. Sólo varían las pala- bras. Y en el caso de que el vocabula- rio sea semejante por tratarse de ha- blantes de un mismo idioma o lengua, hasta las palabras pueden llegar a ser las mismas o, al menos, muy seme- jantes. VARIANTES LITERARIAS Y MUSICALES Mas tampoco nos vayamos a otro extremo, el de pensar que todas las canciones tradicionales españolas son las mismas por todas partes, ya que igualmente que es difícil que haya diferencias abismales entre unas y otras regiones, también es difícil que una canción se cante de la misma for- ma en uno y otro lugar. Los folcloris- tas conocen el aserto de que la can- ción tradicional vive en sus variantes; variantes que pueden ser literarias, introduciendo versos completos nue- vos aquí y allá, o introduciendo al me- nos frases o palabras alusivas a ele- mentos que den un color más o menos localista a lo que no lo era o a lo que lo era claramente de otra zona geográfica. Pongamos un ejemplo bien clarificador. Una de las coplas que más granadinas nos parecieron siempre era aquella que hablaba de las lágrimas de la amada que había que había que poner en manos de un platero de la tierra para que labrara con ellas la más preciosa de las jo- yas: Échame, niña bonita tus lágrimas en un pañuelo; yo las llevaré a Granada, que las engarce un platero. Granadinismo que se veía reforza- do por el hecho de citarla, a finales del siglo XIX, el mismo Angel Ganivet co- mo de haberla escuchado cantar en el molino familiar del barrio de El Reale- jo y que, como obra típicamente del te- rruño, la incluía en su obra teatral «El escultor de su alma" . Pues bien, todo ese mundo de gra- nadinismo se viene debajo de un gol- pe cuando buceando en las páginas de un cancionero norteño nos encon- tramos con esta versión: Échame, niña bonita tus lágrimas en un pañuelo; yo las llevaré a Pamplona, que las engarce un platero. Ejemplos así podrían multiplicarse hasta el infinito. Y ello a pesar de que 71

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LA CANCION POPULAR EN GRANADAGERMÁN TEJERIZO ROBLES

Me piden unas páginas sobre «Lacanción popular en Granada» y así,exactamente así es como debe titular­se el trabajillo. Pues de haberse cam­biado la preposición en y haberme pe­dido «La canción popular deGranada" , el desarrollo de las ideashubiera sido por completo diferente.Porque se cantan, o se han cantadomejor dicho , en nuestra provinciagranadina muchísimas canciones po­pulares de todos los temas y para to­dos los gustos, transmitidas casi siem­pre oralmente y conse rvadas pornuestros mayores como uno de los te­soros culturales más sugestivos. Peroesas canciones, que por otra parte co­mienzan o comenzaron ya hace algu­nos años a caer en el más absoluto delos olvidos, relativamente pocas vecesson originariamente granadinas. Yesoes así, nos guste o no. Yapresurémo­nos a decir que no es éste un fenóme­no privativo de nuestra provincia, sinoalgo bastante normal y sabido por to­das las personas que en cualquier rin­cón de la geografía española se hanpreocupado por estudiar el tema. Lascanciones populares, sobre todo lasmás tradicionales que son las más ge­nuinas representantes de un gusto yun estilo determinados, se transmitende viva voz y viajan y emigran cons­tantemente conforme van adquiriendouna personalidad determinada y con­forme cambian su lugar de residencialos hablantes de un idioma o un dia­lecto. Son por tanto objetos móvilesque se aclimatan con facilidad a losambientes más dispares, modificándo­se constantemente en un continuo flu­jo y reflujo de gustos, modos de vida ycostumbres. Porque la canción popu­lar es una criatura viva y, como tal ,cambiante al adaptarse a cada nuevacircunstancia con la mayor facilidad.Así, el poco experto que se dedicarade pronto a hojear cancioneros demuy diferentes regiones y comarcasse admiraría y quizás se extrañar íatambién sobremanera al encontrarseen sus páginas muchas de las cancio­nes que en un primer momento había

1 Musicólogo , Folclor ista , doctor en Filolog íaRománica y profesor de Literatura Española ensituación de jubilación voluntar ia ant icipada .

tomado por patrimonio musical o lite­rario exclusivo de su patria chica, desu provincia, de su ciudad, de su pue­blo.

UNIVERSALIDAD DELA CANCiÓN POPULAR

Sin duda hay que darles toda la ra­zón a los espec ial istas del folcloremusical cuando afirman que casi to­das las canciones tradicionales quese cantan en un lugar concreto, pon­gamos por caso, de Andalucía o deGranada, tienen paralelos y equiva­lentes en otras áreas geográficas , yno sólo de España, sino de todo elmundo hispánico, y que de la granmayoría de ellas se ha perdido la me­moria de unos orígenes que pudieronestar situados tanto en la tradiciónandaluza o granadina como en cual­quier otra. Por eso cabe pensar conjusticia que no existe un Cancione­ro tradicional específico y propia­mente andaluz, sino un Cancione­ro cuyos temas, la mayoría de ellosal menos, se cantan también enAndalucía o en Granada. Sin que talfenómeno tenga tampoco nada denegativo, sino sólo de reconocimientode la existencia de un mismo espírituuniversal.

El espíritu humano es único por mu­cho que se multipliquen las criaturasinformadas por él. Toda persona hu­mana tiene los mismos sentimientos,las mismas preocupaciones, los mis­mos problemas existenciales, la mis­ma forma de pensar. Las diferenciasculturales son menos grandes de loque a primera vista pudiera parecer yfruto de esa uniformidad general sonnuestros modos semejantes de mani­festar los al exterior. De ahí que encualquier lugar del planeta Tierra secanten los mismos sentimientos, lasmismas sensaciones, los mismos pro­blemas, idénticas alegrías o idénticosmotivos de dolor. Sólo varían las pala­bras. Y en el caso de que el vocabula­rio sea semejante por tratarse de ha­blantes de un mismo idioma o lengua,hasta las palabras pueden llegar a serlas mismas o, al menos, muy seme­jantes.

VARIANTES LITERARIASY MUSICALES

Mas tampoco nos vayamos a otroextremo, el de pensar que todas lascanciones trad icionales españolasson las mismas por todas partes, yaque igualmente que es difícil que hayadiferencias abismales entre unas yotras regiones, también es difícil queuna canción se cante de la misma for­ma en uno y otro lugar. Los folcloris­tas conocen el aserto de que la can­ción tradicional vive en sus variantes;variantes que pueden ser literarias,introduciendo versos completos nue­vos aquí y allá, o introduciendo al me­nos frases o palabras alusivas a ele­mentos que den un color más omenos localista a lo que no lo era o alo que lo era claramente de otra zonageográfica. Pongamos un ejemplobien clarificador. Una de las coplasque más granadinas nos parecieronsiempre era aquella que hablaba delas lágrimas de la amada que habíaque había que poner en manos de unplatero de la tierra para que labraracon ellas la más preciosa de las jo­yas:

Échame, niña bonitatus lágrimas en un pañuelo;yo las llevaré a Granada,que las engarce un platero.

Granadinismo que se veía reforza­do por el hecho de citarla, a finales delsiglo XIX, el mismo Angel Ganivet co­mo de haberla escuchado cantar en elmolino familiar del barrio de El Reale­jo y que, como obra típicamente del te­rruño, la incluía en su obra teatral «Elescultor de su alma" .

Pues bien, todo ese mundo de gra­nadinismo se viene debajo de un gol­pe cuando buceando en las páginasde un cancionero norteño nos encon­tramos con esta versión:

Échame, niña bonitatus lágrimas en un pañuelo;yo las llevaré a Pamplona,que las engarce un platero.

Ejemplos así podrían multiplicarsehasta el infinito. Y ello a pesar de que

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NARRIAno es en lo literario donde las varian­tes son más frecuentes y abundanmás. Que donde verdaderamente sonun fenómeno frecuentísimo es en losaspectos musicales. Una letra, los ver­sos octosílabos de una cuarteta, unaseguidilla, una quintilla -y al enumerarestas estrofas acabamos de citar pre­cisamente a las que integran un altísi­mo porcentaje de las coplas popula­res- pueden transmitirse totalmenteidénticas o casi. Pero una melodía espráct icamente imposible que se man­tenga inmutable al ser cantada en lu­gares diferentes, incluso dentro deuna misma zona geográfica, región,comarca, ciudad o pueblo. Y hasta elcaso de ser cantada por personas di­ferentes aun dentro del mismo enclavegeográfico.

De ahí que un cancionero sin músi­ca sea un cuerpo carente de vida, ca­rente de alma, pues el auténtico espí­ritu de la canción tradicional loconstituye su música y es en ella don­de encontraremos siempre las mayo­res , más numerosas y más intere­santes variantes.

Entonces ¿puede deducirse lo quevenimos diciendo que tal vez no exis­tan canciones que podamos clasificar­las como procedentes de talo cuallu­gar? En nuestro caso ¿es que noexisten canciones que podamos lla­mar verdaderamente granadinas?

Tampoco hemos hecho ni haremostal afirmación, pues sería igualmenteerrónea, ya que tampoco en esto losextremismos son buenos. Es seguroque hay, tiene que haber, cancionestradicionales de raíz granadina. Perosucede que este extremo será casisiempre de difícil demostración. Enverdad , ni siquiera debemos fiarnosde aquellos temas que citan en susversos lugares de la toponimia local,pues hacer el cambio de un dato localpor otro que se refiera a una localidaddiferente es lo más fácil del mundo y elexperto folclorista lo sabe muy bien ymuy bien lo ha demostrado el ejemploque antes citábamos de cambiar elnombre de nuestra ciudad por el de lalejana capital de Navarra.

Pongamos otro caso; el de un bellocanto navideño que escuchamos pornuestras calles hace unos treintaaños y que terminaba con esta tajan­te afirmación: «Lo mejor del mundoentero es mi tierra de Granada». Puesbien , hojeando una revista recienteencontramos que las misma alaban­zas se apl icaban a otra ciudad denuestra región : «lo mejor del mundoentero es la tierra sevillana ». Y aúnhemos tenido ocasión de ver alabadacon los mismos términos a «la tierrarn éjicana».

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¿ALGUNOS TEMAS TOTALMENTEGRANADINOS?

Quede claro, pues, que es peligrosohablar con orgullo de chauvinismos 10­calistas que pueden resultar falsos o, almenos, difícilmente demostrables. Entodo caso hagamos una pequeña ex­cepción con ciertos temas que parecenestar especialmentevinculados a nues­tra tierra y a nuestra idiosincrasia poralgo más que meras citas de palabrasque pueden cambiarse con la mayor fa­cilidad. Así, se citan generalmente co­mo granadinos, y es muy posible que losean en gran parte, algunos temasmás o menos estrechamente vincula­dos al mundillo del baile flamenco ennuestra ciudad y a ciertas danzas gita­nas de raíz sacromontana y cantadashabitualmente en las populares zam­bras. Podríamos citar así a La Cachu­cha (aunque, según parece, las prime­ras cachuchas nacieron en Cádiz), LaArbolá o Alboreá de las bodas gita­nas, La Mosca, Los tangos del cami­no (del camino del Sacramonte, claro)o Los del cerro, La Reja y algunosFandangos locales de enclaves con­cretos como los del Albayzín, GüéjarSierra, Motril, Almuñécar, Laja, Zafarra­ya, Dólar, Jérez del Marquesado,etc.; olas Granaínas que se cantaban antañocon motivo de la Cruz de mayo antesde que fueran barridas de tal fiesta porlas foráneas sevillanas; o las mediasgranaínas. Muchas veces -estas dan­zas citan en sus letras el lugar, si no deprocedencia primera, al menos de subautismo y adopción:

Que to er mundo te conose,Fandango, ¿ande has nasio?Yo he nasio en un pueblecilloJeres le llaman por nombre.

Tiene Motril una vegaque no la hay en toa España,los claveles reventones,el chirimoyo y la caña.

Es cierto que en bastantes de estascanciones , en muchas de sus letrillasse cita constantemente el nombre mis­mo de Granada y, aunque, como an­tes decíamos, no debemos fiarnos de­masiado de que esa circunstancia seaseñal indiscutible de su origen local yaque se presta a todos los cambiosimaginables. el hecho es más proba­ble si además aparecen citados cons­tantemente en tales coplas lugares taninequívocamente granadinos como laAlhambra, la Torre de la Vela, la Vir­gen de las Angustias o de la Carrera,el citado Sacromonte, el Puente delGenil, el Avellano, la Plaza del Salva­dor, el Realejo, etc.

Viva Graná que es mi tierraviva el Puente del Genilla Virgen de las Angustias,la Alhambra y el Albayzín.

Darro tiene prometidocasarse con el Genily le habrá de dar en dotePlaza Nueva y Zacatín.

Mas... ya va siendo hora de que de­mos un repaso a las canciones que,granadinas por su origen o no (comosucede en la mayoría de los casos) ,se cantan por las diversas comarcasde la provincia, aunque a la hora de ci­tar ejemplos concretos de sus estrofasinsistamos en aquellas que puedenparecer más nuestras por su vocabu­lario y sus alusiones localistas; aun­que en este aspecto ya sabemos queno siempre debemos hacernos dema­siadas ilusiones.

LAS CANCIONES PROFANAS Y SUVIGENCIA. ALGUNOS LUGARESDE GRAN TRADICiÓNFOLCLÓRICO-MUSICAL

Llama enseguida la atención laenorme cantidad de ellas y su gran va­riedad , habiéndolas para todos losgustos y para toda clase de circuns­tancias, normales o cotidianas, o ex­traordinarias y festivas. Y si bien escierto que a estas alturas de nuestracivilización muchas de ellas han caídoen el más absoluto de los olvidos, aúnexisten localidades especialmente afi­cionadas al cultivo del folclore musicaltradicional donde se recuerdan en nú­mero nada despreciable y aún se si­guen cantando en ocasiones. Circuns­tancia ésta que no es ni mucho menoshabitual y normal, pues es bien sabidoque el patrimonio cultural tradicionalse pierde a pasos agigantados, nosiendo el de la música popular tradi­cional precisamente una excepción aeste estado de cosas. Desde luegoquien suscribe puede dar testimonioinnegable de cómo cuesta cada vezmás tiempo y esfuerzo el encontrarpersonas que sean capaces de recor­dar más o menos tonadas de las queantaño llenaban las veladas familiareso las calles y plazas de nuestros pue­blos antes de que la música moderna«enlatada», radiada o televisada des­pués, se hicieran con la exclusiva delambiente juvenil. Por eso tiene mayorimportancia el poder destacar losnombres de ciertos enclaves de nues­tra provincia donde aún no es difícilrastrear las riquezas de un repertorioya en vías de extinción en otros luga­res. Así, citaremos como privilegiados

en este sentido los pueblos de MUR­TAS con sus ruedas, CÁDIAR y susremerinos, GALERA y sus misas degozo, ESCÚZAR, etc. En algunos deellos , Murtas, por ejemplo, incluso ha­bía tonadas que estaban expresamen­te preparadas para cantarlas como unrito o una invocación en el momentode inic iarse las citadas ruedas, lo quedemuestra hasta qué punto el conjun­to de las tonadas que las formabanestaban arraigadas en las costumbreslocales:

Vaya en el nombre de Diosy de la Virgen Maríapor ser la primera coplaque cantamos este día.

Vaya en el nombre de Diosy de la Virgen del Carmenpor ser la primera coplaque cantamos esta tarde.

ESTRUCTURA MÉTRICA DELA CANCiÓN POPULAR

Ya antes hemos dicho cómo las le­tras de las canciones populares, y lasque se cantan en Granada no consti­tuyen en esto ninguna excepción: sesuelen construir casi siempre con ver­sos de ocho sílabas (los versos popu­lares por excelencia) agrupados encuartetas, quintillas y seguidillas,bien simples (la mayoría de ellas),bien compuestas (de origen culto casisiempre).

Las quintillas, en número muchomenor que las cuartetas, son las es­trofas preferidas para fandangos ycantes sim ilares de los que sue lenconllevar algún tipo de danza. Por esono es extraño que se utilicen en aque­llas comarcas que alegran sus festejoscon los llamados robaos y mudan­zas, dándose la circunstancia de queen estos casos, en La Alpujarra sobretodo, las quintillas sean improvisadas,como suele suceder en los trovasque utilizan también esta misma versi­ficación así como una música muy se­mejante.

La excepción más notable a estecomportamiento métrico la constitu­yen los versos y estrofas empleadosen los cantos para convocar a los ro­sarios de la aurora, los "despiertos".Como son tan populares y se ponende actual idad de nuevo en nuestros dí­as por doquier, habla remos de sus pe­culiaridades en el momento oportunoen las páginas siguientes. Con granfrecuencia las canciones, en sus estr i­billos sobre todo, están llenas de loque los especialistas designan con elnombre de recursos populares (bas-

tante menos frecuentes, como es lógi­co en las canciones de tema religioso)a base de exclamaciones, palabrasonomatopéyicas, sonidos tomados delmundo de la técnica musical u otrasfórmulas repetitivas de lo más var io­pinto : [Oue sí, que no!, ¡morena!, tra­lará , ole con ole, tracatrás, viva el sa­lero, del tereberebol , con el bir ibiribí,ay de la sol fa mi ... y tantos otros. Tanabundantes son tales recursos que enocasiones casi ocultan la verdaderaestructura de la estrofa, como en esteejemplo del folclore murteño en el que,para completar una sola segu idilla hayque cantar hasta doce versos repitien-'do dos veces la melodía comp leta:

Amores he tenido-riquitrúm-y amores tengo.-Que da de la vela ,velán , contrán, sibirán,riquitrúm , lar án-A ninguno he querido-riquitrání-y a ti te quiero.-Que da de la vela ,velán , contrán, sibirán ,riquitrúm, larán-.

LA MÚSICA

Suele ser bastante simple y fácil deaprender. Raramente melodía conmodulaciones bruscas o extrañas. Lonormal es que estas no existan en ab­soluto y más de una vez se descubreque la modulación proviene sencilla­mente de que el informante ha mez­clado de pronto un tema con otro dife­rente con el que puede tener algunaafinidad.

Con respecto a la tonalidad o al nú­mero de alteraciones en la clave, diga­mos que es una circunstancia quepuede variar considerablemente y nosólo de una variante a otra , sino tam ­bién de un comunicante a otro, depen­diendo de la tesitura en que éste seencuentre más a gusto según suscondiciones vocales.

Las melodías evitan saltos violentosen la escala y se estructuran general­mente con una frase musical para ca­da verso de la estrofa, sin que sea in­frecuente tampoco que en unacuarteta o una seguidilla los dos ver­sos finales se canten igual que los dospr imeros. Por supuesto, la melod íacompleta se va repitiendo en ada unade las estrofas de que consta la can­ción. Y si hay estribillo, como es lo ha­bitual , es en él donde escucharemosla melodía más fácil y pegadiza.

En los romances rara vez la melod íacompleta excede cada grupo de cua -

NARRIAtro versos, por lo que el esquema mu­sical se puede repetir muchas veces,dependiendo de la longitud del poe­ma, aunque existen casos en que vanalternando dos melodías diferentes.

En cuanto al ritmo, la canción popu­lar abunda especialmente en el terna­rio sobre todo en el que exige el com­pás de 3/8 ó 6/8 , aunque tampocoescasea el compás binario en bastan­tes melodías que exigen un ritmo ale­gre de marcha.

Todo esto suele ser así en la can­ción profana, que en la de tema reli­gioso, al ser con frecuencia de origenculto, suele encontrarse una mayor va­riedad de ritmos y otras circunstanciasmelód icas que no podemos detener­nos en analizar aqu í.

TEMAS MÁS FRECUENTESEN LA CANCiÓN PROFANA

Las estrofas de la inmensa mayor íade las canciones tradicionales son desentido amoroso, admitiendo con­ceptos de una enorme variedad, des­de el lenguaje más corr iente , que noquiere decir vulgar, hasta las más se­lectas exquisiteces que malamentepueden disimular su or igen culto ; des­de la comparación con hechos de lavida diaria en el entorno generalmentecampesino:

Si tú te volvieras liebrey andaras por las vereasy yo me volv iera galgo,iválgame qué polvarea!

(ALMACILES)

hasta la metáfora más insólita e ines­perada en un ambiente rural:

Asómate a la ventanay dale luz a la Vega,que digan los labradores:iYa tenemos luna nueva!

(CÁÑAR )

Pero con facilidad , este lirismo máso menos delicado der iva por derrote­ros satírico-burlescos:

Hay amores por capr ichoy amores por ilusiones;hay amores que se alqu ilancomo las habitaciones .

Sólo en pocas ocas iones se llega alo grosero:

Eres más fea que un trueno,más negra que una tormentael que se case cont igo,a los tres días revienta.

(ESCÚZAR)

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NARRIACon cierta frecuencia el poeta popu­

lar recurre a comparaciones tomadasdel mundillo de lo sagrado para ensal­zar mejor el valor suprafísico del ver­dadero sentimiento amoroso :

Parece tu cuerpo un cálizpuesto en el altar mayory tu carita un luceroque le está alumbrando a Dios.

(YEGEN)

María, cuando te asomasa la puerta con tu madre,tu madre parece el soly tú la Virgen del Carmen .

(MURTAS)

Sin embargo inesperadamente elamor puede verse contrariado y enton­ces surge la reflexión hecha desde elmás hondo desengaño. Son las que po­demos llamar canciones de desamor:

De noche me bajo al patioy hago a las piedras llorarde ver que te quiero tantoy tú no me quieres na,y hasta las piedras quebranto.

(GALERA)

Aún es peor cuando la causa de laruptura está por encima de la voluntadde ambos enamorados:

En el árbol de la vidalas ilusiones cantaron ;tiró el dolor una piedra:¡Ay de mí, todas volaron!

(FUENTE VAQUEROS)

Tema muy frecuente de estas can­ciones ha sido también la figura de lassuegras en quienes parece haberseexplayado con gran complacencia elingenio burlón del pueblo:

De suegras y cuñadasva un barco lleno;todas van apuntadaspara el infierno. (DIÉZMA)

Anda diciendo tu madreque yo para ti soy fea,siendo ella la que asustóal mochuelo en la verea.

(MURTAS)

Mucho más extraño resulta encon­trarse con versos en los que se viertensobre las madres polít icas generosasalabanzas, como en esta seguidilla re­cogida en FUENTE CAMACHO:

Quiero mucho a mi suegra ,más que a mi madre,que me ha de dar a su hija:¡Dios se lo pague!

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Otra fuente de coplas satír icas eranlas actividades de los molineros y lasmolineras que solía haber en cadapueblo:

Molinera que mueles el trigocon el agua y el fuerte peñón,sigue, sigue moliendo tu trigomientras duerme y descansami amor.

Pero no siempre las molineras sontratadas con tanta delicadeza:

Lleva la molineraricas mantillasde la harina que robade las maquilas.

Lleva la molineraricos collaresde la harina que robade los costales . (CÁDIAR)

El tiempo más apropiado para lo bur­lesco era el de CARNAVAL. Y no olvi­daremos sus típicas comparsas. Porcierto que, al contrario de lo que he­mos hecho con alguno de los aparta­dos precedentes , quizás debíamos ha­blar de este periodo del año en tiempopresente, ya que la fiesta del Carnavalvuelve a resurgir de nuevo con fuerzaen nuestros días. Pero tenemos la im­presión de que en las comparsas deantaño había más finura y las graciaseran generalmente menos ofensivas,frente a una más cruda grosería en lasactuales en las que casi todo parecetender a una exaltación de lo pura­mente erótico y casi pornográfico confrecuencia , como si no pudiera haberotro tema predominante. Así, una com­parsa actual difícilmente hubiera ridi­culizado a los bachilleres de Murtascon expresiones tan inocentes e ino­fensivas como éstas:

Los estudiantes de Murtastienen notas muy notables;pero les falta el dinero;ninguno puede casarse .

Seguramente hubieran preferido fra­ses más «refinadas» como estas muydifundidas por doquier:

Tienes una cinturitaque anoche te la medí;con la cincha de mi burracatorce vueltas te di.

Abundan también, y tal vez en Car­naval con más frecuenc ia, las cuarte­tas en las que el hombre se burla de lamujer. Pero en ocasiones parece co­mo si las féminas se envalentonaran ydecidieran zaherir con mayor virulen-

cia el honor varonil como sucede enestos octosílabos que cuestionan elvalor masculino:

Por una perrilla cinco,por una gorda dan diez,por un real veinticinco,por una peseta cien. (CÁDIAR)

y podríamos adjuntar como contras­te aquello tan conocido de

y las mujeres, válgame Dios,una solita vale un millón.

Igualmente se cuentan por cientoslas coplas que, dentro y fuera del Car­naval, juegan con los nombres mascu­linos y femeninos para bien o paramal, que de todo hay:

Los ojos de un Juan me matan,los de un José me dan penas,los de un Antonio me tienenamarrada y con cadenas.

Todos los nombres me gustany en particular Amalia,Encarnación y Dolores,Adelina y Adelaida. (MURTAS)

La mayor parte de nuestras cancio­nes tradicionales lo mismo sirven paraun entorno exclusivamente urbanoque para uno rural; pero el agricultortiene también un cierto repertorio paraacompañar las labores del campo; sonlos llamados cantes muleros; los haypara la siembra , la arada, la cosecha ,el vareo de la aceituna, la vendimia...;si bien debemos lamentar que la vozde estos campesinos o «muleros» pa­rece cada vez menos auténtica, prefi­riendo mejor para acompañarle ac­tua lmente en la soledad de loscampos las canciones de moda escu­chadas en el transistor que raramentefalta de su lado:

Aceituneras , niñas bonitas,no sé qué tienen tus ojosque el sentido me lo quitan.En el tajo del olivartodas se cuentan sus penas;con alegría y cantarlevan las espuertas llenas.aceituneras, niñas bonitas.

(MONTEGíCAR)

Tengo el mejor par de mulasque se cría en Barbacana;tengo la novia a mi gusto,tengo lo que me da la gana.

(ALBONDÓN)

Variantes muy especializadas delmismo tema son las letrillas dedicadasa los carboneros cuya mercancía era

muy solicitada antaño antes de la lle­gada del gas; y también las que aludí­an a los contrabandistas tan frecuen­tes en tiempos pasados de cris iseconómica:

Madre, mi carbonerono vino anochey lo estuve esperandohasta las doce.

Contrabandista valiente,tienes mucho que llorar,que se ha muerto tu caballoy se acabó el traficar.

(ESCÚZAR)

Con frecuencia las cuartetas popu­lares se dedican a enumerar las pe­culiaridades de la población dondese cantan, lo mismo para ensalzarlaque para ironizar sobre defectos quetodo el vecindario comenta:

Tres cositas tiene Jeresque no las tiene Guadix:la Tizná y los Castañosy el Barranco El Alhorí(JERES DEL MARQUESADO)

Tampoco faltan las coplas que secontentan con enumerar lugares con­cretos que identifiquen fácilmente lapoblación sin ánimo ni de burla ni deespecial alabanza:

Mira si he corrido tierras,que vengo del Romeral,de la Majá de las Piedrasy el Cerro Matagallar. (AGRÓN)

No olvidaremos las coplas de losquintos en la fiesta que organizabancon motivo del " sorteo" . Bastantes deellas expresan el sentimiento de lamadre o de la novia que irremedia­blemente han de separarse del nuevosoldado:

Que los soldaditosmañana se van:se van para Barcelona,desde Barcelona al mar.[Pobrecltas novias,cómo llorarán! (MURTAS)

y ya que estamos con un tema mili­tar recordatorios que bastantes tona­das en los comienzos del siglo queacaba de terminar se dedicaron en to­do el país a cantar los sufr imientospor las guerras de Cuba y el Norte deÁfrica:

A Melilla no vayas,pobrecito infelizque tiran balazosy te van a herir.

En las romerías, tan frecuentes en­tre las gentes del campo en tiempospasados y en franca decadencia en laactualidad, aparte todo el repertoriode tonadas amorosas , se entonabantambién temas pertenecientes a ungénero específico que acompañaba elvaivén del columpio en que jóvenes yno tan jóvenes se mecían: las cancio­nes de mecedor:

Si quieres que yo te cantelas coplas del meceor,dame la mecía más grandey te las canto mejor. (YEGEN)

La niña del meceorse le ha caído el volante;no lo puede recogerporque está el novio delante.

(CÁDIAR)

Las nanas no son demasiado abun­dantes en el folclore granadino; perotampoco faltan , conteniendo casisiempre expresiones de especial afec­to y delicadeza, permitiéndoles as íque con frecuencia se divinicen paracantar ternezas al Niño de Belén unavez transformadas en villancicos navi­deños:

Ven acá, mi mozo,ven acá, mi prenda;ven que yo te cante,ven que yo te mezaal son de las guapastonás de mi tierra,alegres y dulces,sencillas y tiernas. (VÁLOR)

LOS ROMANCES

Ocupan un lugar aparte en el fol­clore popular, pues en ellos no es lamúsica el elemento pr imordial , en­contrándonos frecuentemente concasos en que ésta se ha olvidado porcompleto recordándose sólo la parteliteraria. E incluso algunos de estospoemas narrativos no se cantaronnunca, recordándose sólo como poe­mas recitados. Sea como sea, no ca­be duda que los romances , históricoso novelescos, trad ic ionales y ant i­guos o más modernos y casi actua­les, llenaron muchas horas de reunio­nes y veladas familiares y amistosasal calor de la chimenea en invierno yal fresco de calles y plazas en losatardeceres veran iegos. Pienso sinembargo que los romances no enca­jan bien en el concepto de canciónpopular, por lo que apenas me deten­dré en hablar de ellos . Lo cierto esque también el recitado y el canto deromances ha decaído mucho en los

NARRIAúltimos años. Es innegable que los detema histórico antiguo apenas hay yaquien los recuerde con cierta preci­sión, mientras que en tiempos pasa­dos sí contaban con buenos infor­mantes en cualquier lugar. EnGranada tenemos un ejemplo muyilustrativo con lo ocurrido en GüéjarSierra. Allí, en 1956, el profesor JuanMartínez Ruiz recogió y publicó hastatreinta romances de tema diverso("Romancero de Güéjar Sierra», enel tomo XII, cuaderno 40, de la Revis­ta de Dialectología y Tradiciones Po­pulares) . Pues bien, en una búsque­da reciente en el mismo pueblo lamayor parte de esos romances noeran ya recordados. Y puestos a ha­blar de colecciones publicadas re­cientemente, otra interesantísima esla de los Romances de la comarca deBaza (en Port-Royal Ediciones, Gra­nada, 1996) con una cosecha de has­ta setenta y cuatro romances conversiones diferentes . Pues bien igual­mente en los prolegómenos de dichovolumen insisten las autoras (Merce­des Laguna González y Dolores Ma­ría Belmonte García) en la progresivadesaparición del género. Algo seme­jante ocurre también con los roman­ces publicados por la Universidad en1992 y 1995 (M. a Luz Escribano yotros: Romancero Granadino de Tra­dición Ora~.

En conclusión que el romance comonarración de tipo folclórico se va per­diendo lo mismo que el resto de nues­tras tradiciones , sobreviviendo mejoraquellos ejemplares que narran un he­cho novelesco o una anécdota de ca­rácter local, algunos de los cuales in­cluso se siguen creando comonuevos. Y si se pierde el recuerdo delos versos, con más rapidez se pierdeel de las músicas que los sustentaban,circunstancia que se ve conf irmadacon el dato de que ninguno de los ro­manceros granadinos que acabamosde citar estudia los aspectos melódi­cos, algunas veces porque no interesaa quien los publica; pero en ocasionessucede esto porque el comunicante nosabe cantarlos ya.

LAS CANCIONES POPULARESDE TEMA RELIGIOSO

Son igualmente muy numerosas ysubdividirlas por las épocas del año li­túrgico en que suelen cantarse es ta­rea más fácil de realizar que lo quepermi te la canción profana. Hay sinembargo un aspecto un tanto negati­vo: la canción tradicional de temáticareligiosa es generalmente más cultaque las de otros géneros.

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NARRIANo es que en lo profano todo sea

por completo popular, ya que existentemas de raíz culta evidente tanto enlo literario como en lo melódico, pormucho que con el paso del tiempo sehaya olvidado el nombre del autor ypor mucho que el tema haya sidoaceptado por el pueblo como suyo. Yes que, al contrario de lo que a prime­ra vista pudiera parecer, muchos fol­cloristas piensan que la canción popu­lar, de cualquier género, suele tenerun origen culto. El pueblo es incapazde crear la mayoría de las veces algoverdaderamente meritorio, aunquesiempre es capaz de aceptar comosuyo un tema creado por un autor máso menos famoso, con tal que le llegueal alma y aunque al aceptarlo lo modi­fique y lo adapte en cada caso a lascircunstancias locales y a los gustosdel momento.

De todas formas sí parece claro queel porcentaje del cultismo literario ymusical es siempre mayor en los te­mas religiosos, siendo con frecuenciarelativamente fáciles de reconocer.

Además, en el caso particular deGranada el género religioso ha de te­ner forzosamente unas raíces menosprofundas de las que se le puedanatr ibuir en otras regiones , ya que elorigen de tal género y su fundamentoes un cuerpo doctrinal de determina­das creencias que en Granada deja­ron de estar en vigor durante los mu­chos siglos de dominio musulmán , oal menos estuvieron soterradas y fal­tas del cultivo que tuvieron en el restodel país, sobre todo en las regiones si­tuadas al norte de Al Andalus.

LOS TEMAS DE LAS CANCIONESRELIGIOSAS

Citaremos para comenzar este re­paso las canciones que el pueblo de­dica a honrar a los santos patronos ya la Virgen María. No es que sean de­masiado representativas las primeras ,pues generalmente han sido com­puestas por ingenios locales cuyosnombres han sido olvidados ya confrecuencia. En ocasiones los puebloshan escog ido como himnos a sus pa­tronos o bien poemas célebres de au­tores muy famosos o melodías deotros himnos de difusión nacional. Así,en Galera cantan al Santo Cristo el so­neto de Lope " Pastor que con silbosamorosos» yen Válor cantan al Señorde la Expiración el muy conoc ido " Nome mueve mi Dios para quererte». Enlos cercanos Lobras y Albondón can­tan a San Agustín y a San Luis res­pect ivamente unas letrillas hechas so­bre la melodía del céleb re himno a

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San Ignacio de Loyola; letrillas que co­mo casi todas las semejantes han sidocompuestas después de investigar labiografía del santo en cuestión.

En lo referente a canciones dedica­das a la Virgen éstas, podían cantarsey se cantaban de hecho en cualquierlugar y época del año, pero tenían unpapel más relevante en aquellas po­blaciones donde se celebraba conmás intensidad el ejercicio de las "flo­res de mayo», existiendo diversas va­riantes del conocid ísimo tema " venidy vamos todos» .

En honor de la Virgen se cantabantambién , divinizando convenientemen­te algunas expresiones, diversas es­trofas de los llamados " dibujos de lanovia» o " ramos de boda», aunqueesta costumbre de cantar a los reciéncasados en el día de su compromisomatr imonia l no ha estado nunca tanextendida en nuestra región como loestuvo e incluso lo sigue estando entierras castellano-leonesas:

Tienen tus mejillascolor tan supremoque no hay quien le igualeen tierra ni en cielo...Tus dientes son perlasy finos corales...Tu cuello, columnade fino alabastro ...

(ESCÚZAR)

Otra parcela específica del folclorereligioso lo constituye el muy numero­so conjunto de canciones para convo­car al rosario de la aurora con quecomenzaban en casi todos nuestrospueblos los días de las más señala­das fiestas religiosas. Con la peculiari­dad de que estos " despiertos» festi­vos son una de las costumbres que enpoco tiempo han pasado de estar enpeligro cierto de perderse para siem­pre, a react ivarse y actualizarse pordoquier. Como es cierto igualmenteque estas coplas han perdido, al sercantadas en nuestros días, gran partedel auténtico sentido devoto que tuvie­ron en su origen, cuando se hicieronhabituales promovidas por hermanda­des diversas; de todas formas es in­negable que vuelven a escucharse enlas madrugadas festivas de nuestroscampos ; aunque hayan sido rescata­das por motivos puramente folclóricos,como lo demuestra el hecho de quecon ellas no se cantan ahora las nu­merosas Salves y Ave Marías que ja­lonaban el rezo del rosario al queaquellas preparaban.

Es seguro que el or igen de estasauroras no es granadino, estando cla­ro que nos llegaron del cercano orien­te peninsular ; como es cierto también

que no sólo se aclimataron rápida­mente aquí, sino que aún lo hicieroncon más fuerza en las comarcas másoccidentales de Sevilla y zonas limí­trofes con el nombre de " Coplas decampanilleros ».

Tienen estas coplas otra peculiaridadque las distingue claramente de otrascanciones de nuestro folclore, y es laespecial medida de sus versos, comoya anticipábamos en páginas prece­dentes. No existe aquí la cuarteta octo­silábica asonantada que se ha sustitui­do por versos de arte mayor ycompuestos, consecuencia palpable desu origen culto. Cada estrofa está for­mada por un cuarteto en el que alter­nan versos de diez y doce sílabas conrima final aguda (10 A + 12 B + 10 C+12 B). Siguen a este cuarteto tres ver­sos de seis, diez y doce sílabas respec­tivamente, aunque esta segunda parteno se canta ya en la mayoría de lasocasiones por haberse olvidado. Algu­nas de las letrillas se repiten por todaslas poblaciones sin apenas variantes:

Es María la nave de gracia,San José los remos y el Niño

el timóny el Espíritu Santo el pilotoque guía y gobierna esta

embarcación.

Dichosa ocasión :

Embarquemos en aquesta naveque nos lleve al puerto

de la salvación.(GALERA)

Además de éstas u otras similares ,en cada localidad se cantan otras le­tras propias y diferenciadoras :

Oh Divina Pastora de Gójarque a to el que te llama amparo

le das,amparadnos y favorecednosa todos aquellos que al rosario

van.

En la iglesia parroquial de Otura,en esta capilla repara y verása la Reina de cielos y tierra.Virgen de la Aurora puesta

en el altar.

Algunas de estas letrillas son alusi­vas también a la Pasión, como espe­cialmente destinadas al rosario que secantaba en los días previos a la Se­mana Santa:

Del Calvario siguiendo a lacumbre

el Reo Divino a su madreencontró

(BUBIÓN)

y una espada de filos agudosdel Hijo a la Madre le hirió

el corazón.Dulce Redentor,para ti es la pena de muerte;yo lloro mi culpa y os pido

perdón.

De la mano de esta letrilla pasamosahora a decir algo de las cancionespara la Semana Santa . Evidentemen­te, aparte algunos temas conocidísi­mas y cantados por doquier (<<perdonaa tu pueblo», «amante Jesús rnio»),las más significativas son las Saetas .¿En qué pueblo, aún muy pequeño, nohabía alguna persona «especialista»en cantar estos temas al paso del Víacrucis con las imágenes del Crucifica­do y la Dolorosa? Las más de las ve­ces con letrillas tan divulgadas comoaquella que popularizó el padre de losMachado:

¿Quién me presta una escalerapara subir al maderoy quitarle las espinasa Jesús el Nazareno?

Existían otras con el primer versosemejante , pero que derivaban des­pués por otros derroteros :

¿Quién me presta una limosnapara ayudar a enterraral Hijo de esta Señoraque se encuentra en soledad?

(ESCÚZAR)

En bastantes lugares era popu lartambién el sermón de «Las siete pa­labras» que incluso se teatralizabaparc ialmente, como suced ía enMONDÚJAR a donde acudían de todoel Valle de Lecrín gentes que conocíancasi de memoria la «Sentencia» de Pi­latos y otras escenas características .

El Domingo de Resurrección se ce­lebraba en numerosas localidades, auna hora muy temprana y con mo­mentos parc ialmente escen ificadostambién el «Encuentro» alegre de Ma­ría con su Hijo salido ya del sepulcro;y las gentes de NIGUELAS, por ejem­plo, cantaban así:

Salí por la sacristía,entré por el campanarioa darle los buenos díasa la Virgen del Rosario.Aleluya, aleluya,que ha resucitado el Hijo de Dios.

Pero el tiempo litúrgico más rico encanciones populares trad iciona les ,conocidas y entrañablemente quer i­das por todos era el de la Navidad.

Para convencernos de ello bastaríacon el hecho de que el autor de estetrabajo lleve ya publicados hasta cua­tro volúmenes con villancicos recogi­dos en la provincia granadina , sin queel manantial esté agotado ni muchomenos.

De tan inmenso caudal me limitaré acitar aquí sólo los subtemas más sig­nificativos, comenzando por los villan­cicos que servían para preparar, des­de el día de la Inmaculada, la granfiesta de la Nochebuena. En la mayo­ría de los lugares se cantaba al ama­necer un novenario de misas llamadas«del aguilando» (o «aquinaldo») enlas que todos los vecinos cantaban losestribillos de unas letras con las que elcoro, acompañado de instrumentos decuerda y percusión, iba desmenuzan­do el simbolismo de cada gesto delcelebrante. En este sentido han co­brado últimamente un especial renom­bre las «Misas de gozo» de GALERAPero estas no son sino unas más delas muchísimas cantadas por doquier;sólo que all í han perdurado hastanuestros días, junto con algunas otrasde pueblos de aquellas comarcas delnordeste granadino, las más perseve­rantes en seguir con estas celebracio­nes. Precisamente ha sido HUÉSCARla ciudad donde hemos podido escu­char y publicar recientemente más nu­merosas letrillas de dichas misas, jun­to con la parroquia aneja de SANCLEMENTE DEL GUARDAL. En am­bas localidades recibían y siguen reci­biendo el nombre de «Misas de Ino­centes»:

Se reviste el sacerdote ;lo primero es el amitoque viene representandoa nuestro Señor Jesucristo...Ya se termina la misay el sacerdote se vay los que salen del templolos buenos días se dan.

(RUÉSCAR)

Hay villancicos apropiados para to­das las circunstancias : para la Adora­ción del Niño, para las veladas familia­res ante el Belén casero, para el díade Inocentes y la crueldad de Hero­des, para la visita de los Magos, parael saludo del Ángel , para cantar laAdoración de los pastores, para la be­lleza serena de Maria, para el sosiegode José al que con frecuencia se ridi­culiza exageradamente :

La Virgen hacía gachasy les echaba picantey San José le decía:«seguro está que las cate»

(COLOMERA)

NARRIASi hemos aludido antes al mayor in­

flujo de lo culto en la canción popularreligiosa que en la profana, en el casopart icular de Granada ha sido en lacanción navideña donde mejor hemospodido rastrear este influjo. No en va­no quien suscribe ha encontrado losantecesores directos de varios villan­cicos cantados en pueblos granadinos(PÓRTUGOS, TREVÉLEZ, HUÉNE­JA.) revisando las partituras del sigloXVIII guardadas en el archivo de laCapilla Real. Incluso Hemos escucha­do en LOJA y CÓNCHAR dos villanci­cos con letras tomadas literalmentedel mismo Lope de Vega al que antescitábamos:

Las pajas del pesebre,Niño de Belén,hoy son flores y rosas;mañana serán hiel.

Alegría, zagales,valles y montesque el Zagal de Mariaya tiene nombre.

Y un maestro de capilla de nuestracatedral de finales del siglo XIX y co­mienzos del XX, Celestino VILA, ha si­do el autor de algunos de los villanci­cos que más se han cantado en casitodos nuestros pueblos, de los que al­gunos aún se pueden escuchar aquí yallá llenos de unas variantes que noshablan a las claras de su perenne vi­talidad. Tal es el caso, entre otros, delos titulados El tío Pascual, Vicentillo,La Maruxiña o Dejad las ovejas:

Yo soy Vicentilloque vengo a cantary al Niño que llorahacerlo callar.

Para las veladas familiares navi­deñas lo más apropiado eran los rela­tos sobre episodios más o menos fan­tásticos de la infancia de Jesús o delanuncio del ángel a María y los celosdel confuso Patriarca. En las comar­cas alrededor de LOJA eran popula­res unos preciosos versos que ya ha­bía publicado con sus consabidasvariantes Fernán Caballero y que ellamisma había recogido en tierras deCádiz y Sevilla:

Cuando el Eterno se quisohacer niño

le dijo al ángel con muchocariño:

Mira, Gabriel, lIégate a Galileay allí verás una pequeña aldea.Hay una casa que de David

vieney hay una niña que quince años

tiene.

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NARRIAEstá casada con un carpinteroella es muy pobre y así yo

la quiero...

Quién no ha oído alguna vez unaversión de El Niño perdido ("Madre, enla puerta hay un niño") o del ciego delas naranjas y la Virgen que cura suceguera , o algunas estrofas de "LasJornadas" que relataban los trabajosde Maria y José caminando a Belénpara empadronarse?:

y van caminandosolitos los dosdiciendo palabrasde consolación,palabras hermosasdignas de escuchar.Antes de las docea Belén llegar.

(NIGUELAS)

Como vienes de caminovienes tan hermosa y bella:el sol traes de capotilloy de manto doce estrellas.(BENALÚA DE LAS VILLAS)

Pero los más curiosos son los poe­mas que, cantados con muy diversasmelodías, narran el viaje de la Sagra­da Familia a Egipto huyendo de Hero­des. Por cierto que, insistiendo en elorigen culto de bastantes temas reli­giosos piensan los críticos que la ba­se pr imera de esta leyenda se en­cuentra en un manuscrito del siglo XIIIguardado en la Biblioteca Nacional deParís:

Cuando la Virgen fue a Egiptohuyendo del rey Herodes,en el camino pasaronmuchos fríos y caloresy al Niño lo llevancon mucho cuidadoporque el rey Herodesquiere degollarlo

Para terminar daremos una rápidavisión de un género de cancionesque, a pesar de su carácter navideño,es profano. Profano por su tema, ori­ginario según parece de las antiguasmelodías con que los niños atenien­ses sol icitaban un regalo o bien enmetálico o bien en comestibles, dul­ces preferentemente; religioso, por-

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que tal petición, que en nuestras cos­tumbres transcendió el hábito de lopuramente infantil, se solía hacer enlas fiestas de Navidad en las que pa­recía que todo el ambiente se conta­giaba de una especial generosidadpor la alegría que conllevaba la cele­bración del Nacimiento. Nos referimosa los llamados "aguilandos" o "agui­naldos". Aún se siguen cantando al­gunas de sus letrillas y aún, en algu­nos pueblos, se siguen viendocuadrillas de antiguos mayordomosde ánimas que los solicitan por callesy plazas, intentando recaudar fondospara sus fines benéficos o simple­mente para divertir un poco el espíritude sus convecinos. Así lo hemos vistopracticar en diversas poblaciones deLa Alpujarra y más recientemente enotras del Nordeste, como HUÉSCAR,ORCE , VENTA QUEMADA etc. Lasletras son un revoltijo donde cabe to­do, desde la enumeración de los co­mestibles derivados del cerdo princi­palmente- y licores más apetitosos,junto a la noble expresión con que sefelicita a todos deseándoles lo mejoren las fiestas navideñas y en la llega­da de Año Nuevo:

A tu puerta hemos llegadodando voces y cantando,dándote "felices pascuas"y pidiendo el aguilando.

(MURTAS)

El aguilando realson tres libras de tocino,siete fanegas de pany siete libras de vino.

(HUÉNEJA)

Si la cuestación la hacía la Herman­dad de Ánimas, algunas letrillas aludí­an al recuerdo de los seres queridosque ya faltaban y la limosna para ofre­cer sufragios por sus almas era inex­cusable; o al menos se exigía que to­dos atendieran cortésmente a lospostulantes:

A las ánimas benditasno se les cierra la puerta;se les dice que perdoneny ellas se van tan contentas.

REFLEXiÓN FINAL

Con esto terminamos. No sabemossi hemos logrado el objetivo de trazarun panorama veraz de la canción po­pular en Granada; pero a fe que lo he­mos intentado. Muchos datos intere­santes se habrán quedado olvidadossin duda; pero creemos que lo esen­cial está aquí.

Mas una pregunta ya insinuada an­tes signe flotando en el ambiente: ¿Sepierde en Granada (yen general enEspaña y aún en el mundo) la canciónpopular tradicional? Yahabrá observa­do el lector que en el uso de los ver­bos en las páginas precedentes he­mos utilizado preferentemente lostiempos en pasado: hacían, cantaban,narraban... La canción popular siguecantándose en Granada; pero no cabeduda que su vitalidad no es la mismade antaño, como en todas partes. Semantiene, diríamos, de una forma arti­ficial, en festivales más o menos pe­riódicos, como el de los pueblos alpu­jarreños cada verano, o en recitalesdonde impera una cierta añoranza delpasado; surgen grupos corales o ins­trumentales dedicados al cultivo deesas canciones; se dan ciclos de con­ferencias... Todo muy preparado des­de luego; pero también muy poco es­pontáneo y natural y con muy poca o .nula participación activa del puebloque se limita a asistir como merooyente, aunque disfrute y llegue a in­teresarse profundamente e incluso aemocionarse. Podíamos resumir conaquello de que estamos redactando yleyendo también en este tema la cró­nica de una muerte anunciada, lentapero inexorable.

[Cuántas sugestivas tonadas, algu­nas bellísimas, han pasado al máscompleto de los olvidos! Y las que sesiguen cantando, de qué forma tan es­porádica lo hacen. Ya nada es comoayer y las nuevas generaciones ape­nas quieren saber nada de aquellascostumbres "carcas" de sus mayores.Algunos tacharán estas páginas debastante pesimistas y ojalá estuvieranequivocadas. Pero por desgracia, cree­mos que no lo están. Tampoco quere­mos decir que todo va a peor. Senci­llamente, todo va siendo distinto y elfolclore musical no podía ser la excep­ción a la regla.