La Casa de Todos 01 / El Centro Histórico

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revista de arquitectura y urbanismo

e.01

El Centro HistricoContexto | Espacios Pblicos | Transporte | Comercio Informal | Vivienda | Proyectos

La Casa de TODOS

Edicin 01/Ene. 2009

Indice5 6 10 13 16 20 22 26 29 30 34Editorial Los problemas de la ciudad de San Salvador Revitalizacin del Centro Histrico de San Salvador, desencuentro de visiones o aoranza compartida La arquitectura del Centro Histrico Rehabilitando y construyendo espacios pblicos en el Centro Histrico de San Salvador Comercio en la calle, informalidad o sobrevivencia urbana Transporte pblico y su reordenamiento El rescate de la funcin habitacional del Centro Histrico de San Salvador PROYECTOS Proyecto San Esteban Reciclaje de viviendaUNIVERSIDAD CENTROAMERICANA JOS SIMEN CAAS

DirectorioJefe DOE-UCA Carlos Ferrufino Director Editorial Jorge Regazzoli Consejo Editorial Jos Antonio Granillo Sandra Gutirrez Rodrigo Alfaro Roberto Avelar Lizeth Rodriguez Colaboracin especial Lic. Sonia Baires Lic. Ana Silvia de Sntigo Correccin de estilo Rina Daz Asesor de diagramacin Erick Garca Fotografa Rodolfo Villeda Sandro Stivella Jos Cabezas Dale Giesbrecht Bartek Pogoda Colaboracin fotogrfica especial Adrian Roberto Aldana Impresin Talleres Grficos UCASi desea enviar sus artculos o comentarios, favor dirigirse al director editorial a [email protected]

La Casa de Todos / Revista de arquitectura y urbanismo, es una publicacin cuatrimestral del Departamento de Organizacin del Espacio, UCA. Bulevard de los Pr c eres, Antiguo Cuscatln, El Salvador C.A. Apartado (01) 168 Se prohbe la reproduccin parcial o total, por cualquier medio, sea ste eltrico, mecnico, qumico, ptico, de grabacin o de fotocopia, sin la previa autorizac in por escrito del departamento. La opinin expresada en los artculos y comentarios es responsabilidad de cada autor o autora. Departamento de Organizacin del Espacio-UCA [email protected] Tel.: (503) 2210-6685 Fax.: (503) 2210-6697

Portada Foto area del Centro Histrico de San Salvador Imagen de GoogleEarth

La Casa de TODOS

Edicin 01/Ene. 2009

Editorial

El ser histrico del CentroIgnacio Ellacura plantea en su Filosofa de la Realidad Histrica que todos los individuos y las sociedades, y aqu estiraremos el concepto a las ciudades, estn invitados a realizar su ser histrico a travs de una praxis que con audacia y creatividad les permita transformar su pasado agregando nuevos elementos o situaciones que configuren la realidad futura. Justamente, el Centro de San Salvador, recurrentemente llamado histrico, est llamado a serlo slo cuando la sociedad del presente, diversa, contradictoria y conflictiva sea capaz de reinventar a ese centro con creatividad. Para ello, en el Centro hace falta imaginar y ejecutar nuevas actividades, espacios, edificios y smbolos, que sin destruir la realidad del pasado y sin negar la realidad del presente, sean capaces de configurar la nueva centralidad del centro y generar una nueva relacin con el resto de la ciudad. As comenzarn a construirse las bases del centro del futuro. Esto implica abandonar la nocin del Centro congelado y la ilusin reaccionaria del pasado esplendoroso, as como la tentacin fcil de la demolicin total. Al contrario, es en una postura de respeto a los elementos estructurantes del pasado y de confianza en las propuestas de transformacin del presente que se puede fortalecer la dimensin histrica del Centro. A todas luces ese es un desafo maysculo. Sin embargo, los artculos de esta revista con sus reflexiones acerca de los espacios pblicos, el comercio de las calles, la arquitectura patrimonial, la estructura institucional y la funcin habitacional, indican caminos de accin. Parece que la creatividad existe. Esperamos que esta revista y la discusin que suscite, contribuya a impulsar la audacia.

Carlos FerrufinoJefe del Departamento de Organizacin del Espacio DOE-UCA

FOTOGRAFA PORTAL LA DALIA: JOS CABEZAS

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El Contexto

Palacio Nacional

Los problemas de la ciudad de San Salvadorara entender los problemas de una ciudad es necesario estudiar qu origina que una sociedad se agrupe y ocupe un territorio, transformndolo en lo que conocemos como ciudad, esto es el factor econmico. Distinguimos a una ciudad de un poblado cual quiera precisamente porque la mayora de su poblacin se dedica a labores no agrcolas. Como expres Mario Polese en enero de 2001: De manera sencilla podemos afirmar que el desarrollo econmico gener ciudades. No se puede imaginar ciudades sin organizacin econmica. La ciudad es una condicin necesaria pero no suficiente para e l desarrollo

Departamento de Organizacin del Espacio, UCA [email protected]

Por: Arq. Herbert Granillo

Un estado donde queden impunes la insolencia y la libertad de hacerlo todo, termina por hundirse en el abismo (Sfocles).

P

econmico. Roberto Camagni afirma que el principio de aglomeracin es el elemento generador de la ciudad, entendido como aquel conjunto de relaciones econmicas realizado por un grupo compacto de personas en un espacio restringido. Lo que dicen estos prestigiosos expertos en economa urbana es que el desarrollo econmico requiere de territorio, con transformaciones fsicas importantes y de una organizacin de personas que comparte, bienes, servicios, cultura e ideales. Para proponer soluciones a nuestra ciudad es importante revisar la abundante literatura existente sobre lo que denomina Tim Campbell un camino

de prueba y error en los que han estado comprometidos los planificadores urbanos, en la bsqueda de crear saludables ciudades y regiones que alcanzan xito en sus objetivos. Lo que hace exitosas a las smart cities, a que alude Campbell, es en esencia la claridad de objetivos que la administracin local ha desarrollado, criterios de consenso y sobre todo de voluntad poltica. Los pol t icos deben i nt erpret ar estas aspiraciones de sus representados, negociar entre las diferentes corrientes de pensamiento e inters, tanto pblico como privado, para un proyecto de ciudad.

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Los problemas de la ciudad de San Salvador

Casa Quionez, 1918. Antigua residencia del ex presidente Alfonso Quionez

El coloquio de Quito (1977) define Centro Hstorico como aq uell os asent ami ent os v iv os , f uertem ente condicionados por una estructura fsica proveniente del pasado, reconocibles como representativos de la evolucin de un puebloLa prosperidad econmica no debe confundirse con la acumulacin de capital, debe interpretarse en una mejor calidad de vida, sustentable y equitativa. De lo anterior podemos tambin afirmar que una mala planificacin de la ciudad puede generar problemas al desarrollo econmico (Polese, 2001), por lo tanto puede resultar contraproducente el desarrollo fsico de la ciudad. Pero una planificacin tambin requiere de la apropiacin del proyecto por parte de la poblacin, el consenso es la herramienta vinculante entre el fracaso y el xito. Se debe hacer una enumeracin de los temas que son importantes puntualizar, agruparlos en grandes grupos de enfoques, sin dejar de mencionar que temas y enfoques se repiten. Esto es as porque la ciudad es un ente complejo, din mico y mu ltid ime ns io na l. La ciudad es un tema econmico por origen, la razn de ser de la ciudad, pero esta creacin genera la cultura, genera la transformacin fsica del territorio, la organizacin social que justifica y que explica el asentamiento humano. Si de la antigua Grecia obtuvimos asociacin moral que mantiene la polis, es decir la poltica de la que habla Aristteles, es de la Antigua Roma que aprendemos el concepto ciudadana, el dominio de la metrpolis sobre un territorio, dominado polticamente, econmicamente y si lo anterior fallaba el poder militar era ejercido por el emperador romano. Sorprende que en el primer siglo de nuestra era, el 97% de los habitantes de Roma vivan en apartamentos, insulae, apenas un 3% vivan en viviendas unifamiliares, domus; era ya en ese tiempo una ciudad muy densa, concentradora de riqueza y por lo tanto muy poderosa. Aprendimos de las ciudades antiguas que disponer de un remanente econmico permite financiar a un grupo de intelectuales que desarrollan la explicacin cosmolgica, la filosofa, las ciencias, el arte y la tecnologa. Es hasta bien entrado el siglo XVIII, en el auge de la revolucin industrial que se desarrollan las profundas transformaciones de ciudades y territorios, que pasamos de una economa agrcola a una industrial. Antes de 1800 un 70% de la poblacin viva en el campo y el otro 30% en ciudades, apenas un 2.2% de las ciudades europeas sobrepasaba los 100,000 habitantes. Ya en 1810 la proporcin subi del 2.2 al 10%, y en 1840 la proporcin era del 20%. En 1900 un 40% de la poblacin europea viva en ciudades de ms de 100,000 habitantes. La revolucin industrial trajo aparejado el tema de la concentracin econmica, el requerimiento de la industria de ms y mejores medios de transporte, de suficiente mano de obra y de una amplia gama de servicios que solo la ciudad puede proveer. Pero tambin foment un desarrollo intelectual en grandes masas de poblacin, la popularizacin del arte, los oficios y de los tcnicos. El desarrollo de las profesiones liberales, una clase media ms amplia y deliberante produjo tambin la revolucin poltica, nuevos modos de gobernar, nuevos enfoques de la economa y de las ciencias y la educacin. El tema socio cultural de la ciudad por lo tanto es ineludible porque termina convirtindoseLa Casa de TODOS 7

Los problemas de la ciudad de San Salvador

An se conservan edificaciones de dos niveles de la arquitectura en lmina de principios del siglo pasado

Fachada de lmina

Vivir ms concentrados reducira nuestros costos de desplazamiento, pero ms importante an rescatara la autntica vida en comunidad2008, dislalia en la economa, autismo en lo agropecuario. De gobernabilidad y el foso aterrador de la inseguridad nacional mejor no hablar por ahora.... Es obvio que la campaa poltica por la ciudad capital permite vislumbrar una muy pobre discusin de los temas relevantes. A simple vista el problema de la basura, la seguridad y el trfico urbano parecen ser temas obvios, tambin, a veces, los temas estticos y culturales salen a la luz. En reciente conferencia en Toluca, Mxico el planificador urbano espaol, Enrique Roch Pea dijo que el Centro Histrico se ha vuelto un objeto extrao, tiene un divorcio con la ciudad moderna. La ciudad moderna es la ciudad del capital, segn Lefebre, el capital construye sus propios espacios. Luego se preguntaba Qu es modernidad entonces?, y responda que simplemente es una ruptura, es una elaboracin ideolgica. El centro histrico no es un tema de patrimonio, es que los poderes fcticos rechazan la ciudad original por carecer de sentido prctico. Roch Pea comparaba a los centros de las ciudades como bosques, ...para m el centro es como un bosque, la periferia, los barrios habitacionales como un trigal, autnticas patologas, homogneos, artificiales. El bosque es heterogneo, tiene ms riqueza, tiene vida propia.... Afirma que hemos fracasado porque no tenemos un proyecto de habitabilidad, los centros histricos se han vuelto una entelequia. Veamos y analicemos los problemas que visualizamos de la ciudad y que son magnificados en nuestro Centro Histrico. El problema de la basura es un tema cultural, pues cuando uno estudia el problema de la sustentabilidad, la ecologa y uso del territorio lleva inexorablemente al tema base: la huella ecolgica de nuestros asentamientos humanos. La huella ecolgica nos dice, desde la antropologa a la ingeniera, que mucho tiene que ver como comemos, que comemos, como generamos energa, como nos movemos, hasta como nos vestimos, etc. Es decir como deponemos los sobrantes de nuestra forma de vivir. La seguridad es un tema muy amplio, es de planificacin urbana, pero sobre todo es un tema poltico en el amplio sentido de la palabra. Que entendemos por seguridad, a quien tememos, y como afirma Jordi Borja, tememos ms a los otros seres humanos que a la misma naturaleza. Tenemos problemas de comportamiento social muy graves, extraordinariamente hostiles con nuestros vecinos, la solidaridad solo la mostramos en la televisin, a travs de un programa anual donde se renen millones de dlares para los necesitados, pero que enriquecen

en la bsqueda del ideal, a veces en una entelequia abstracta que se traduce en posiciones irreductibles, despierta pasin o desilusin. La ciudad de la revolucin industrial, a decir por los actores involucrados, representaba lo mejor o lo peor de la produccin cultural. Casi lo mismo podemos decir de nuestras ciudades, ahora y aqu, en donde la tercera parte de la poblacin salvadorea reside o se relaciona con el rea Metropolitana de San Salvador. Nos quejamos de que San Salvador tiene un centro sucio y feo, inseguro y muy costoso para el habitante de la urbe. Por otra parte para los pobres de la ciudad es un espacio de oportunidades econmicas y educacionales, facilita los mejores servicios en salud y habitabilidad. Ver la ciudad es entonces en que plano social, o en que posicin ideolgica nos encontremos situados y puede influir en la opinin que tengamos de nuestra ciudad, ms sin embargo es necesario realizar algunas apreciaciones objetivas que nos permitan aclarar una realidad elusiva. Peor an cuando pretendemos entender a nuestra clase poltica en su afn de explicar los asuntos de la cosa pblica, citando a Len Garca Soler, columnista del peridico mexicano La Jornada, pgina 16, el 19 de octubre de 8 La Casa de TODOS

Los problemas de la ciudad de San Salvador

los bolsillos y las vanidades de los organizadores. Una oportunidad para demostrarse a s mismos que son los chicos buenos. La verdadera seguridad se logra considerando nuestro entorno y agrupndose en comunidades armnicas, con la naturaleza y con los vecinos. Segn un estudio del Banco Mundial, en San Salvador los costos de seguridad para las empresas son del orden del 17% de los costos totales de operacin, y que resultara prohibitivos en cualquier ciudad del mundo. Los costos econmicos del transporte, que representan el orden de entre el 16% al 31% en el 54% de la poblacin del rea Metropolitana de San Salvador (Diario de Hoy, martes 20 de noviembre de 2007, pgina 20), es el tercer rubro ms caro del presupuesto familiar. Sumado a las velocidades promedio de 7 kl/hora que estiman algunos expertos en las horas pico, el desperdicio de cientos de millones de dlares en combustible, con precios del 2001, segn la firma consultora TAHAL (PLAMATRANSS) nos vemos realmente como poco competitivos en un mercado ms globalizado. Ms que un alcalde conserje, necesitamos un urban managment, sigamos los buenos consejos de los sabios de la antigua Grecia: los gobernantes deben ser las personas ms inteligentes de la sociedad, y hace pocos aos lo demostr un alcalde bogotano. Redujo la violencia urbana a menos de la tercera parte, duplic la operatividad del transporte pblico y mejor de manera dramtica la CALIDAD DE VIDA, ganan los bogotanos lo mismo, pero viven mejor. Res non verba. Devolver la habitabilidad al Centro de Ciudad resuelve muchos de los problemas de la ciudad y rea metropolitana. Nos impedira seguir depredando los terrenos agrcolas de los alrededores, nuestras reas verdes. Vivir ms concentrados reducira nuestros costos de desplazamiento, pero ms importante an rescatara la autntica vida en comunidad, nos convertiramos en verdaderos ciudadanos, menos violentos, menos enemigos de nosotros mismos.1. POLESE, Mario. Economista Urbano canadiense, autor de muchos libros y de reconocido prestigio internacional, en Conferencia dictada en la Universidad Centroamericana (UCA) en enero de 2000, durante el Foro Ciudad. 2. CAMAGNI, Roberto. Economa Urbana. Publicado por Antoni Bosh, editor Manuel Girona, 61-08034, Barcelona. 2005. ISBN: 84-95348-13-6. 3. CAMPBELL, Tim. Smart Cities Bilbao. URBANLAND Digest. July 2006. Volume 65, number 7 by ULI Urban Land Institute, Washington. D.C. 4. La dislalia (de dis, "dificultad", "anomala", y el griego "hablar") es un trastorno en la articulacin de los fonemas. Se trata de una incapacidad para pronunciar correctamente ciertos fonemas o grupos de fonemas. El lenguaje de un nio disllico muy afectado puede resultar ininteligible. 5. El autismo es un desorden del desarrollo del cerebro que comienza en los nios antes de los tres aos de edad y que deteriora su comunicacin e interaccin social causando un comportamiento restringido y repetitivo. Puede clasificarse de diversas formas, como un desorden en el desarrollo neurolgico o un desorden en el aparato psquico. 6. Dr. En Arquitectura Fernado Roch Pea (investigador de la Universidad Politcnica de Madrid).

Ornamentacin caracterstica en balcones y puertas en el Centro

Colores y metal se encuentran en muchas de las fachadas del centro

La presencia de colores vivos es parte de la expresin popular

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Las Instituciones

Revitalizacin del Centro Histrico de San Salvadordesencuentro de visiones o aoranza compartida.Catedratico del Departamento de Organizacin del Espacio, UCA y Sub-Director de Planificacin de OPAMSS [email protected]

Por: Roberto Chinchilla

"A pesar de ser una aoranza compartida, an persisten visiones desencontradas al respecto, las cuales es necesario explorar a fin de encontrar sus terrenos comunes en favor de un proyecto compartido de ciudad"La visin de la potenciacin patrimonial y la musestica. El singular peso de la memoria urbana, heredada del orden colonial y del legado republicano y modernista, en muchos de los centros histricos de Amrica Latina, explica en gran medida por qu se ha tendido a inclinar sus agendas y enfoques de revitalizacin a una marcada preocupacin por la recuperacin del patrimonio construido. Por otra parte, internacionalmente, el patrimonio ha sido legtimamente reconocido en las ltimas dcadas como motor de desarrollo econmico, pero tambin de desarrollo social, en tanto incubador del derecho esencial de identidad colectiva. Sin embargo, el sobre-dimensionamiento de la recuperacin patrimonial en las agendas de revitalizacin ha derivado, en ciertos casos, en una visin de tipo musestica, que concibe limitadamente al patrimonio como simple objeto de conservacin, prohibido de ser tocado, desde una sensibilidad un tanto nostlgica y casi sacramental del mismo, inhibiendo su potencial como motor de desarrollo. No es de sorprender entonces que en los esfuerzos de recuperacin del centro

Fachada de una de las casas del Centro Histrico

A

un cuando la mayora de las y los capitalinos compartimos la aoranza de la revitalizacin del Centro Histrico de San Salvador, sta permanece an relegada en nuestra agenda de pas, como una vergonzosa deuda cultural que seguimos cargando sobre nuestras espaldas. Tal vez porque a pesar de ser una aoranza compartida, an persisten visiones desencontradas al respecto, las

cuales es necesario explorar a fin de encontrar sus terrenos comunes en favor de un proyecto compartido de ciudad. Cuatro son las visiones que, en nuestro trabajo en favor del Centro Histrico de San Salvador, se logran identificar como condicionantes de la viabilidad de cualquier accin relacionada a este emprendimiento cultural, de carcter urbano, social, econmico y polticamente complejo.

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Revitalizacin del Centro Histrico de San Salvador

La remodelacin del Centro Jos Guerreo en el Centro Histrico de Granada, Espaa, constituye, probablemente un referente de refuncionalizacin bien lograda de la memoria arquitectnica que permite su reintegracin a su actual momento histrico y, ms aun, su reapropiacin colectiva como parte de la memoria histrica e identidad de la ciudad.

Centro Jos Guerrero, Granada, Espaa. Arquitecto Antonio Jimnez Torrecillas

histrico de San Salvador, aun cuando se reconozca la necesidad de abordar temticas como: el transporte urbano y el ordenamiento de las ventas ambulantes, stas sean generalmente comprendidas como estrategias de limpieza visual de espacios urbanos o del entorno de edificaciones histricamente emblemticas de la ciudad, ocultos tras el caos y que ameritan visibilizar su presencia urbana. Reproduciendo esta visin marcadamente m us e st i c a d el c en t ro hi s t r i co , descartando incluso las opciones de refuncionalizacin de edificaciones histricas, en respuesta a las demandas de su act ual m oment o hist ri co. Desestimulando no solamente la inversin y redinamizacin econmica del centro, sino tambin y, peor an, inhabilitando la reapropiacin y identificacin de los c i u d a d a n o s c o n s u p a t ri m o n i o . La visin tcnica y la tecncrata. la revisin de algunas de las experiencias relativamente exitosas de recuperacin de los centros histricos en Amrica Latina muestran la innegable pertinencia de formulacin de planes estratgicos, de

ordenamiento urbano y de intervencin urbana, en tanto instrumentos de operativizacin de polticas pblicas y alianzas estratgicas de tipo pblicoprivadas, previamente concertadas. Sin embargo, localmente persiste aun una visin aparentemente similar, pero de lgica incoherentemente inversa, ms tecncrata, que insiste en sostener que el abordaje de la revitalizacin del centro histrico descansa en una comprensin que se aleje de las pasiones polticas y vaivenes de las dinmicas electorales, acercndola ms a un tratamiento racional con rigurosidad tcnica de la ciudad, apoyada en la elaboracin de planes de ordenamiento urbano. Olvidando, por una parte, que las ciudades y su planificacin constituyen hechos sociales y polticos en s mismos, pero adems olvidando que muchas de las problemticas del centro c o n st i t u y en m a ni f e s t a ci o n es d e insuficiencias estructurales de carcter histrico que sobrepasan la dimensin tcnica e incluso las capacidades de una administracin local, por lo cual les es indispensable, de hecho, capacidad de generar propuestas de revitalizacin que

hagan concurrir distintos intereses y voluntades, que faciliten la generacin de a l i an z as y c on s en so s p ol t i co s . La v i si n pol ti ca d e ag end as electorales. La ausencia de una poltica de Est ado, ni naci onal n i l ocal , concerniente a la gestin de centros histricos sigue siendo una de las grandes deudas institucionales de este pas. CONCULTURA sigue navegando sin una poltica oficial de gestin del patrimonio y, menos an, de su vnculo con el desarrollo, tristemente ensimismada en su ley y marginada ao tras ao en el Presupuesto General de la Nacin. A falta de esta visin y poltica de Estado, se ha desarrollado una cultura electoral perversa, que retoma el tema del centro histrico nicamente en momentos de elecciones municipales, e incluso a regaadientes, pues preferiran ignorar el tema, por lo cual tienden a centrarse nicamente en la recuperacin de las plazas emblemticas de la ciudad. Sin tocar el trasfondo real del conflicto entre distintos grupos en pugna por dominar un mismo espacio. Se suma adems el boicot desde el gobiernoLa Casa de TODOS 11

Revitalizacin del Centro Histrico de San Salvador

"El patrimonio ha sido legtimamente reconocido en las ltimas dcadas como motor de desarrollo econmico, pero tambin de desarrollo social, en tanto incubador del derecho esencial de identidad colectiva"vendedoras y vendedores no estn legtimamente representados y son rara ve z au t n t i c a m e nt e de f e n d i d os . Es t e de se nc ue n t ro de vi s i on es , parcialmente ciertas, parcialmente falsas, refleja no solamente comprensiones fragmentadas sobre cmo conducir la revitalizacin del centro, sino tambin el conflicto, aparentemente irreconciliable, entre intereses sectoriales, e incluso sectarios, en cuanto a sus ambiciones sobre del devenir del centro histrico. Refleja adems, la necesidad de fortalecer el liderazgo del gobierno de la ciudad para construir un proyecto comn de ciudad, robusteciendo su legitimidad para intermediar entre los distintos intereses y hacer concurrir sus visiones y voluntades, de tal manera que nos haga identificarnos con una apuesta compartida que responda as a esa aoranza que nos es comn. Implica capitalizar las certezas de estas visiones aqu perfiladas y separar sus prejuicios, reconociendo por ejemplo: el peso de la memoria urbana en la recuperacin de nuestros centros histricos, como plataforma de desarrollo social y econmico, sin derivar en su simple mani curacin como objet o musestico. De reconocer el aporte tcnico para darle concrecin a visiones polticas, pero sin olvidar que la ciudad es en s un hecho po l t i c o y n o u na pr oy e c t a ci n aspticamente tcnica. De dejar de quejarse de la lgica de las agendas polticas y electorales y de aprovechar hbilmente sus coyunturas para empujar desde la trinchera ciudadana, como electores, nuestras aoranzas sobre la revitalizacin del centro. De reconocer al centro como escenario de una estrategia de integracin desesperada de los grupos socialmente desaventajados, pero sin as um i r de m an era p op ul i s t a s u victimizacin, que adems lleva encubierta cobarda poltica para no enfrentar el desgaste de ejercer l a aut oridad institucional de recuperar el centro para todas y todos sus ciudadanos. La co nci li aci n mi ni ma de t ale s desencuent ros no pueden segui r dilatndose, tanto por las afectaciones al desarrollo y gobernabilidad de la ciudad, como por sus mltiples repercusiones y por el efecto acumulativo en el nimo colectivo. A lo cual no ayuda la forma como el centro sigue siendo estigmatizado m edi t i cam ent e, con am ari ll i smo malicioso, como el retrato de un sitio de enfrentamiento que prueba de ineficiencia de la administracin pblica. Esta ltima preocupacin se vuelve particularment e relevant e cuando advertimos que ninguna de estas visiones lleva aun en s misma, un reconocimiento ms profundo del Centro Histrico de San Salvador, no solo como el origen fundacional de nuestra ciudad capital, sino tambin como escenario trascendental de fundacin, y de varios intentos de reinvencin, de nosotros mismos como nacin. Vinculadas a momentos convulsos, si, pero tambin a m omentos de reconciliacin, y de regocijo en tradiciones, creencias y fe que nos son comunes. Ante este vaco de conciencia colectiva, no debe extraarnos esa aceptacin, tcita, de cierta subestima identitaria de los salvadoreos, al volverle la espalda a sus propios referentes que les explican su devenir como pueblo y preferir, en su lugar, dirigir sus miradas hacia otros referentes culturales forneos. Que no resulte extrao entonces escuchar en las y los capitalinos decir que es mejor olvidarse ya del centro y correr al suburbi o a refugiare a complejos residenciales cerrados, aspirando a la auto-segregacin americanizada de clase media. Es necesario en este sentido, reconocer y visibilizar los esfuerzos realizados hasta esta fecha en favor de la recuperacin del Centro Histrico de San Salvador, desde una perspectiva positiva y estimuladora de tal manera que contribuyan a recuperar la confianza institucional y de los ciudadanos en la legitimidad de la recuperacin del centro, en hacerlos volver los ojos nuevamente al origen de su ciudad, como un vehculo para identificarlos con un proyecto de ciudad. Esto no implica asumir una valoracin acrtica de tales esfuerzos, sino en advertir sus aciertos y desaciertos, marchas y contramarchas y sus lecciones aprendidas, para avanzar particularmente guiados en sobre stas ltimas, vista como un proceso siempre perfectible de construccin de poltica pblica, derecho a la ciudadana y la identidad.

Casa deteriorada en el Centro Histrico

central hacia las administraciones municipales de oposicin, en cualquier proyecto tendiente a revitalizar el centro, sin reparar en las consecuencias de estancamiento del desarrollo de la ciudad y sacrificio la calidad de vida de sus habitantes. La visin de reivindicativa y la de preservacin del status quo del caos. A este respecto es necesario separar aquellos movimientos de legt ima reivindicacin de los vendedores y vendedoras en la va pblica como grupos socialmente desaventajados y excludos de los tejidos sociales, econmicos y urbanos de la ciudad, de aquellos manejados por falsos lderes que d i st or si o n a n y m an i p u l a n es t a s reivindicaciones para lucrase del caos derivado del vaco de autoridad en la ciudad, el cual les facilita, entre otras cosas, la renta ilegal de espacios pblicos que no les pertenecen y el encubrimiento del contrabando. Usualmente instrumentalizados, o confabulados, con l o s a d v er sa ri os p ol t i c o s d e l a administracin en turno en busca de su desestabilizacin poltica, sin importarles las repercusiones en el debilitamiento no solamente de la institucionalidad de la ciudad, sino tambin de su gobernabilidad. En estas estrategias manipuladas de choque, los intereses de las asociaciones de 12 La Casa de TODOS

La Arquitectura

La Arquitecturadel Centro Histrico

Cine Libertad

Departamento de Organizacin del Espacio, UCA [email protected]

Por: Arq. Jorge Regazzoli

La identidad de la ciudad y su desarrollo cultural, depende en gran parte de sus edificios antiguos, pues ellos representan la materialidad de la memoria (Elizabeth Crdenas)

D

esde la conquista, Amrica Latina, en cada proceso de transformacin, ha absorbido ideas y expresiones culturales provenientes de la Europa conquistadora que han terminado influenciado nuestras propias expresiones culturales, dando origen a una mezcla que combina las ideas importadas (o impuestas) con el amplio legado precolombino. En El Salvador, como en todos los pases latinoamericanos, las grandes transformaciones econmicas y sociales han impactado de manera significativa la arquitectura y la configuracin morfolgica de las ci udades dando origen a importantes obras que reflejan gran parte de nuestra historia, sobre todo de nuestra formacin como nacin. Prueba de ello es el legado de la arquitectura de la poca

colonial, republicana y moderna. En el lugar que dio origen a nuestra ciudad capital se pueden encontrar rasgos de la poca colonial de la cual conserva el centro histrico la cuadrcula como la manifestacin ms evidente de la morfologa de esta poca. Esta unidad de estilo colonial se fue desvaneciendo en El Salvador, como en cada pas latinoamericano independizado, dando origen a modelos afrancesados, ingleses e italianos (dria, 1998) que conformaron la arquitectura de la poca republicana. El eclecticismo y el estilo neoclsico, asociado tradicionalmente al liberalismo econmico, poltico y filosfico, coincide en la regin con el movimiento de independencia (Ynez, 1993) dando origen a edificaciones de gran valor arquitectnico

y cultural que se pueden considerar expresiones de esta etapa motivada por una gran fuerza renovadora, caracterstica de las naciones independientes que b us ca b an un a n u ev a i d en t i da d . Posteriormente, en las primeras dcadas del siglo pasado, sobre todo en las dcadas de los aos cuarenta y cincuenta, una nueva arquitectura empez a florecer en el pas. Las nuevas t cni cas constructivas, el auge del caf, la corriente modernista proveniente de Europa y la influencia de la arquitectura que se estaba haciendo en Mxico, donde muchos de los arquitectos nacionales de la poca se haban graduado, propiciaron en gran medida el surgimiento de esta nueva arquitectura que dio origen a ejemplos muy notables que se han convertido enLa Casa de TODOS 13

La Arquitectura del Centro Histrico

Edificio C.F. Veiga, 1948.

Edificio Cine Daro

referentes histricos de la arquitectura salvadorea. Es en este periodo en el que quiz, desde mi punto de vista, se encuentra la mejor produccin de la arquitectura salvadorea como tal, ya que a diferencia de la arquitectura republicana cuyos edificios eran copias pretenciosas de la arquitectura europea, en el modernismo salvadoreo, a pesar de la influencia determinante de las ideas europeas, se pueden encontrar rasgos muy particulares que obedecen a condicionantes locales y que por tanto le dan un carcter ms salvadoreo a dichas obras. Destacados arquitectos como Jos M. Durn y Ernesto de Sola, quienes disearon el edificio C.F. Veiga (1948) y el Edificio Central (1954) (Pag. 28) respectivamente, son algunas de las fi guras notables que li deraron el surgimiento de esta arquitectura que tena como una de sus caractersticas principales una forma corprea bastante densa y una relacin desigual entre macizos y vanos o como dijo en un tono coloquial un estudiante de arquitectura de la Universidad de Delft, Holanda, en un intercambio con alumnos de la UCA; una arquitectura parecida a la europea, solo que ms pequea y gordita. No obstante, detrs de esta abstraccin bastante elemental existe una explicacin que esta estrechamente relacionada con las caractersticas ssmicas de nuestro territorio que condicionaron en gran medida la arquitectura de nuestro pas produciendo 14 La Casa de TODOS

En el modernismo salvadoreo, a pesar de la determinante influencia europea, se pueden encontrar rasgos muy particulares que obedecen a condicionantes localesal final una arquitectura bastante densa que responda a estas condicionantes y que poco a poco se fue convirtiendo en una caracterstica instalada de nuestra arquitectura. Uno de los ejemplos ms notables de este periodo es el edificio Regalado que combina algunos elementos Art-Dec con una volumetra bastante bien equilibrada y coherente. Se puede notar en este edificio una horizontalidad bien marcada en el primer nivel que alberga el vestbulo y una verticalidad ininterrumpida en el segmento de curva del extremo sur del edif ici o donde se encuentran las circulaciones verticales. Es a partir de la interseccin de esta horizontalidad y verticalidad bien definidas que pareciera que empieza a generarse el edificio en una pugna entre la horizontalidad que definen la combinacin de la loza y el barandal de cada terraza con l a verticalidad de los macizos salientes y los vanos arremetidos que se combinan en una sucesin intercalada. En Los ltimos dos niveles gradualmente termina prevaleciendo la horizontalidad, no tan dominante en los pisos intermedios, como equilibrio a un edificio que en su conjunto es un elemento vertical. Uno de los aspectos ms interesantes de esta arquitectura era la forma en la que resolvan las esquinas y como a partir de ellas se configuraba todo el edificio. Diseos como el del edificio Julia L. de Duke o el Edificio Comercial (pag. 38) son ejemplos donde se puede identificar la jerarquizacin de la esquina como el punto ms importante del edificio, en el cual se ubicaba el acceso principal como uno de los recursos de esta jerarquizacin. Otra caracterstica importante sobre todo en la primera etapa de este periodo, era la utilizacin de la curva como el elemento directriz a partir del cual se generaba toda la esquina. Otro de los ejemplos relevantes, dentro de estos edificios esquineros, es el ex Cine Apolo (1948), de estilo Art-Dec. En este caso tambin l a e s qu i n a e st a j er ar q ui z a d a y caracterizada como el punto generador del edificio cuyas curvas proyectan lneas de tensin que se prolongan hasta ser interrumpidas en los extremos por elementos verticales sobresalientes que enriquecen la volumetra del edificio dndole equilibrio e integracin con la colindancia. Puede identificarse en este periodo, a partir de la dcada del sesenta, una segunda etapa ms racional que tomaba el vidrio como uno de sus elementos elementos ms predominantes. Ejemplos de esta etapa son la antigua Biblioteca Nacional, La Imprenta Nacional

La Arquitectura del Centro Histrico

El Cine Apolo, de estilo Art-Dec, es uno de los edificios ms representativos de la arquitectura de las primeras decadas del siglo pasado. Izquierda, edifico Duke. Abajo, el edificio Regalado que tiene una trama muy definida en ambos sentidos.

Edificio Julia L. de Duke

Edificio Ex Cine Apolo, 1948.

y el Cine Daro en donde la esquina presenta variantes respecto a la forma tradicional de resolverla. Aqu la curva esta presente nicamente en el voladizo como recurso de integracin con el eje peatonal, el resto de la forma responde a una superposicin de volmenes cbicos que demuestran esta transicin a la etapa ms racional de la arquitectura moderna salvadorea. A pesar del abandono, la subutilizacin y la discusin extraamente postergada de la riqueza arquitectnica de estos edificios es innegable el valor que tienen para la ciudad, no solo desde un punto de vista cultural o acadmico, sino tambin como potenciales elementos dinamizadores del centro. Es por esta razn que es indispensable su reutilizacin ya que reutilizar un edificio existente, aprovecharlo espacial, estructural y hasta simblicamente, aun cuando est en mal estado de conservacin, en vez de demolerlo, sirve para afianzar la identidad de la ciudad, para aprovechar la memoria y complicidad que los habitantes tienen con ella. Porque la identidad de la ciudad y su desarrollo cultural depende en gran parte de sus edificios antiguos, pues ellos representan la materialidad de la memoria (Crdenas, 2007). Muchos de estos edificios representan una buena oportunidad para devolverle el uso habitacional al centro histrico de San Salvador o para instalar el equipamiento y los servicios que este uso necesita. Sera un fatal error no aprovechar el legado de nuestra historia para reivindicarla y potenciar el futuro de nuestra ciudad.Adri, Miquel, "Arquitecturas latinoamericanas", 2G, No 8, Abril de 1998, pp.4-13. Ynez, Enrique, Arquitectura: Teora, diseo, contexto, Mxico: Limusa, 1993. Crdenas, Elizabeth, Arquitecturas transformadoras, Tesis doctoral Universidad

Edificio Regalado, 2a. Avenida Sur.

Politcnica de Catalunya, Barcelona, 2007.

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Espacios Pblicos

Rehabilitando y construyendo espacios pblicos en el Centro Histrico de San Salvador

Investigadora y actualmente Coordinadora General de la Unidad Tcnica para la Recuperacin del Centro Histrico de San Salvador, Alcalda Municipal de San Salvador. [email protected]

Por: Lic. Sonia Baires

No podemos hablar de espacio urbano sin considerar las implicaciones referentes a los procesos sociales vinculados con l: el desarrollo durable y la calidad de vida, la gestin poltica y la participacin, la convivencia y la movilidad de personas y de bienes.na reflexin sobre el espacio pblico resulta fundamental a la hora de recuperar el Centro Histrico de San Salvador, si consideramos que la dimensin sociocultural lo define como el principal escenario de construccin de ciudadana y de fortalecimiento de la identidad social. El espacio pblico que, desde la ciudad-estado griega constituye u n a p i e z a f u n d am e nt a l p a ra l a convivencia social, se ha convertido en la era de la globalizacin, en un escenario de oportunidades pero al mismo tiempo de conflictos, de mucha complejidad en el que confluyen adems de procesos sociales, procesos culturales, econmicos y de reivindicaciones polticas. No podemos hablar de espacio pblico sin considerar las implicaciones referentes a los procesos sociales vinculados con este espacio urbano: el desarrollo durable y la calidad de vida, la gestin poltica y la participacin, la produccin de la riqueza y la reparticin, la convivencia y la movilidad de personas y de bienes. Igualmente, segn sea su forma, uso y dinmicas sociales, el espacio pblico es percibido y representado por los usuarios y usuarias segn la vivencia cotidiana que de el tengan (Castells, 1999).

U

Palacio Nacional y Plaza General Gerardo Barrios

De lo anterior, podemos identificar fcilmente que las relaciones entre el espacio pblico y sus problemas, como por ejemplo, la percepcin de inseguridad, trascienden ms all de la tradicional mirada urbanstica de produccin de infraestructura. Estas relaciones estn ms vinculadas con la dimensin sociocultural del espacio, el uso que los actores sociales hacen de ste y las

percepciones que se formulen alrededor del mismo, ya que es, a travs de las prcticas en el uso del espacio, que se proporciona sentido colectivo a los mismos. El nfasis excesivo en el uso funcional de calles y aceras y la poca atencin a la creacin y renovacin de espacios pblicos son factores que han incidido en la prdida de la funcin de sociabilidad del espacio pblico, y por lo

16 La Casa de TODOS

Rehabilitando y construyendo espacios pblicos en el Centro Histrico

Las relaciones sociales de los hombres en el espacio son las que determinan la forma, la funcin y la significacin social de dicho espacio y las relaciones entre ste y sus problemas, trascienden la tradicional mirada urbanstica de produccin de infraestructura.

Restauracin Parque Suchitoto

Parque Libertad

tanto en la generacin de condiciones favorables para su degradacin, para actividades delictivas y para actividades comerciales sin orden ni regulacin. Por otra parte, los conflictos en el espacio pblico que surgen de la convivencia cotidiana de los distintos actores sociales en el uso del mismo es otro elemento que genera la prdida de la convivencia social, ya que los intereses de estos actores son, en algunas ocasiones, opuestos o co nt ra di c t ori o s. C o mo co nf l i c t os recurrentes en el espacio pblico podemos mencionar aquel que se produce entre los usos vehiculares y peatonales, casi siempre en detrimento del peatn, en ciudades donde se privilegia el vehculo como medio de transporte. En el caso de San Salvador por ejemplo, es comn ver aceras ocupadas para estacionamiento, aceras y calles apropiadas para reparar vehculos, dejar chatarra, o vender cualquier tipo de productos comercializados de manera formal o informal. El comercio ambulante o fijo sobre el espacio pblico es hoy uno de l o s pr i n c i p a l e s c o nf l i ct o s e n t re vendedores(as) y la Municipalidad de San Salvador, especialmente en el Centro Histrico. Pero igualmente, los conflictos

entre lo pblico y lo privado, entre lo formal y lo informal juegan su parte. El deterioro, el desorden, la falta de iluminacin, la suciedad, la falta de infraestructura de servicios pblicos, la falta de reas verdes, y otros elementos que conforman la calidad urbana del espacio, constituyen factores determinantes a la hora de usar los espacios pblicos. En este sentido es necesario mejorar el espacio urbano y pblico como parte de la solucin integral a la problemtica de la inseguridad y garantizar regulaciones urbanas eficientes que promuevan la construccin de convivencia social. El Centro Histrico de San Salvador Son varios los factores que determinan la importancia particular del Centro Histrico de San Salvador: es el punto de origen de la ciudad capital, contiene edificaciones de valor patrimonial que sintetizan pocas de la vida nacional y local. Adems, es sede de celebraciones tradicionales, religiosas y no religiosas, y de hechos y eventos polticos que forman parte de nuestra historia y de nuestra identidad cultural. No obstante, la situacin actual del centro histrico se torna compleja por factores como el intenso trfico vehicular y del transporte colectivo, la concentracin

masiva y descontrolada de ventas en las calles y los mercados, la permanente inseguridad ciudadana, el deterioro fsico, las dificultades para estimular la inversin privada y el abandono habitacional. Respecto al comercio en la calle, segn un estudio del PNUD existen 15,454 ventas en el espacio publico: 6,918 estacionarios y 8,536 ambulantes. En cuanto al transporte pblico de 400 microbuses y 334 buses circulando en la ciudad, 90% pasa por el CH (Plamadur, 1997; PERCH, 2000). El Plan Maestro de Desarrollo Urbano del rea Metropolitana de San Salvador (PLAMADUR), formulado por el Viceministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano en 1996, proyect la realizacin de un Plan de Rescate del Centro de la Ciudad (PRCC) que posteriormente la alcalda de San Salvador junto con la OPAMSS lo convirtieron en el Plan Especial de Rescate del Centro Histrico (PERCH). En estos planes se analiza la problemtica que vive el centro, se propone la aprobacin de una normativa especial para esta zona y se identifican posibilidades de acciones a tomar para recuperar y recalificar los espacios ms significativos desde el punto de vista arquitectnico y cultural.La Casa de TODOS 17

Rehabilitando y construyendo espacios pblicos en el Centro Histrico

Con este plan se busca estimular el comienzo de intervenciones que permitieran rescatar la imagen arquitectnica del centro de la ciudad entre las cuales se destacan los proyectos Microcentro y Boulevard Arce.Proyecto Calle Arce. El Plan Especial de Rescate del Centro Histrico (PERCH), reconoce la Calle Arce como el principal eje oriente poniente del centro histrico y propone convertir el tramo de la calle entre la 13 y 25 avenidas en un recorrido que culmine en la Plaza de la Salud y que mediante la ampliacin de aceras, ms la d ot aci n d e m obi li ari o urba no y arborizacin, recuperacin de fachadas, proteccin del patrimonio construido, el ordenamiento del comercio actualmente ubicado en la va pblica y la rotulacin comercial, ordenando en general el paisaje urbano, ordenando la circulacin vehicular, los estacionamientos, etc., a fin de que esta va adquiera condiciones de prioridad para el peatn, estimulando la vida cultural y la revitalizacin econmica en general, protegiendo la funcin hospitalaria, estudiantil y comercial, estimulando la funcin habitacional y equilibrando en general los usos de suelo. La generacin d e con di cio nes so cia les para la construccin de la Plaza nos defini una zona de intervencin aledaa que comprende la 25 Avenida entre la 1 Calle poniente y Calle Rubn Daro y la 23 Avenida entre 1 Calle poniente y Calle Rubn Daro, incluyendo la relocalizacin de puntos de taxis y la eliminacin del e s t a ci o n a m i e nt o v eh i c ul ar . Es t a intervencin incluye el ordenamiento del comercio actualmente ubicado en el espacio pblico, mediante la creacin de un espacio principal denominada Plaza Comercial La Salud sobre la 23 Avenida norte entre 1 y 3 Calle poniente, ms un conjunto adicional de mdulos comerciales sobre la 23 Avenida sur entre Calle Arce y Calle Rubn Daro. Los objetivos del proyecto Plaza de La Salud son varios; (a) Crear un nuevo espacio pblico sobre la Calle Arce entre la 23 y 25 Avenidas (b) Crear un nuevo valor simblico urbano dedicado a la salud y (c) Contribuir a la revitalizacin del entorno inmediato de la zona mdico-hospitalaria de Calle Arce. La construccin de esta plaza contribuir as al mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de San Salvador y al desarrollo econmico y social de la zona.

Propuesta de diseo de La Plaza de La Salud

Con este plan se busca estimular el comienzo de intervenciones que permitan rescatar la imagen arquitectnica del centro de la ciudad, entre las cuales destacan: proyectos de rehabilitacin de nuevos espacios pblicos en la zona de las tres plazas histricas (Libertad, Barrios y Morazn), conocida como Microcentro, ya que aqu tenemos edificaciones como el Palacio Nacional, los portales norte y occidental, el Teatro Nacional, la Catedral, la Iglesia del Rosario, etc., los cuales vale la pena realzar y promover; proyectos de rehabilitacin integral en zonas perifricas como el ltimo tramo de la Calle Arce, el Bulevar Arce, que termina en el Hospital Rosales y ubicado hacia el nor-poniente del Microcentro, o de Calle de la Amargura, la 6 Calle entre la Iglesia El Calvario y la Iglesia La Merced, entre los principales. Actualmente la Alcalda Municipal de San Salvador trabaja sobre los proyectos delineados por el PERCH para zonas especficas como las mencionadas, con la idea de que estos sean proyectos piloto que generen una revitalizacin econmica y social que induzca la revalorizacin de vivir en el centro y de su patrimonio, actividades culturales y econmicas que contribuyan a generar ms empleo y 18 La Casa de TODOS

convivencia ciudadana. Estos proyectos r eq u i er en ac ci o n es es t ra t g i ca s adicionales y complementarias respecto del transporte colectivo y del comercio en el espacio publico. Proyectos de Intervencin Urbanstica Las lneas de accin principales para revitalizar los espacios pblicos en el centro histrico de San Salvador consisten en reubicar el comercio informal y organizar los mercados municipales, cambiar la imagen de plazas, parques, ejes peatonales y mobiliario urbano. Para tal efecto, la Alcalda impulsa tres proyectos enmarcados dentro de una visin estratgica e intervencin ms amplia. El primero consiste en una intervencin sobre la Calle Arce que en s u p ri m er a e t a p a c on t e m p l a l a construccin de La Plaza de la Salud y la revitalizacin de su entorno inmediato. El segundo proyect o consiste en la rehabilitacin de Calle de la Amargura, el cual en su primera etapa incluye la construccin de La Plaza San Esteban, a un costado de la Iglesia San Esteban, y la construccin de complejos habitacionales de vivienda social para pobladores que salieron afectados por los terremotos de 1986 y 2001, siendo el primero de ellos

Rehabilitando y construyendo espacios pblicos en el Centro Histrico

El proyecto, diseado por los arquitectos Guillermo Altamirano, Salvador Corts, Ral Cruz, Montserrat Cruz, Sandra Gutierrez, Gustavo Miln y Tatiana Perez, busca revitalizar la zona del Barrio San Esteban.

Costado norte de la Iglesia San Esteban

Vista area del conjunto

Calles de adoquin y cunetas suavizadas

Proyecto Plaza San Esteban. La plaza busca ser un espacio detonante para potenciar la rehabilitacin del barrio San Esteban y de la Calle de la Amargura en el Centro Histrico. Para ello se han estudiado sus potencialidades, y el diseo contempla una zonificacin dinmica, tiene el potencial de convertirse en una extensin del atrio de la iglesia y en un rea con mucho valor simblico cultural, en cual se podran desarrollar cualquier actividad de carcter religiosa, cultural, social y comercial. Los objetivos del proyecto son: a) Intervenir por etapas, facilitado por su diseo interactivo; b) Generar una propuesta para operar y mantener el espacio pblico, c) Identificar posibles actividades que permitiran recolectar ingresos para el mantenimiento del espacio pblico. Para lograr el xito y la sostenibilidad del plan es indispensable identificar a los grupos y asociaciones incipientes del entorno para que de forma coordinada con la Municipalidad de San Salvador (como administradora y reguladora de los espacios pblicos en el centro histrico), lleven a cabo la realizacin del proyecto y sobre todo aseguren un plan de mantenimiento del espacio pblico. Etapas: Primera Etapa: Limpiar el actual

atrio de la iglesia, como paso preparatorio para poder desarrollar la plazaatrio como parte medular del conjunto de la Plaza San Esteban. En esta etapa se estara definiendo el nuevo trazo de trfico vehicular, el cual est integrado a la plaza con un tratamiento de piso en combinacin con aquella. Con esto se recuperar una visual importante desde la Calle de la Amargura, adems de revalorizar la fachada lateral y el acceso principal a la iglesia. Segunda Etapa: Desarrollo del eje peatonal sobre la 16 Av. Sur, por medio del cual se accede a la plaza viniendo desde el sur sobre el Bulevar Venezuela, siempre enfatizando el acentuar la visual de la fachada de la iglesia. Tercera Etapa: Construccin de arriates y jardineras de los diferentes accesos peatonales a la plaza: la jardinera curva que unir un costado del centro escolar (pasaje) con la plaza, la calle frente a la entrada principal de la escuela (18 Av. Sur), la 6ta Calle Oriente (costado Norte de la Iglesia). Cuarta Etapa: Se proyecta la construccin de una pasarela sobre el Blvd. Venezuela.CASTELLS, Manuel, 1999, La cuestin Urbana, decimoquinta edicin en espaol, Siglo ve intiuno editores, Mxico. ALCALDA MUNICIPAL DE SAN SALVADOR y OPAMSS (Oficina de Planificacin del rea Metropolitana de San Salvador), 1997. Plan Especial de Recuperacin del Centro Histrico de San Salvador, San Salvador. Vice-Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano, 1997, Plan Maestro de Desarrollo Urbano del rea Metropolitana de San Salvador Ampliada (PLAMADUR-AMSSA), San Salvador.

Eje peatonal sobre la 16 Av. Sur. 2a etapa

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Comercio Informal

Comercio en la calle, informalidad o sobrevivencia urbanaDepartamento de Organizacin del Espacio, UCA [email protected]

Por: Arq. Patricia Fuentes

Portal La Dala. Esquina 2a. Calle Oriente y 2a. Avenida Norte

Fotografa: Jos Cabezas

La accin que se haga desde el Estado no se debe limitar a realizar la restauracin y renovacin fsica, y a rescatar valores y elementos de una cultura global, sino considerar los rituales y dinmicas propias de este territorio especfico, a fin de continuar haciendo historia en el presente.n esta ocasin voy a reflexionar un poco sobre un fenmeno urbano que se ha manifestado en diversos centros histricos de Latinoamrica, el comercio en la calle comercio informal. El Centro Histrico de San Salvador (CHSS), se caracteriza principalmente por ser un espacio de la ciudad sobre el que se desenvuelven diversas actividades, y donde predominan principalmente las actividades de uso comercial, servicios, habitacional, y donde se concentra una gran movilidad vehicular y peatonal. Entre estas actividades ha existido una constante disputa por el espacio. Sin embargo, la actividad ms dinmica que podramos destacar es la utilizacin comercial, que da a da, ha ido apropindose de calles, aceras, plazas, predios baldos y edificaciones.

E

La falta de desarrollo econmico sostenible del pas y las deformaciones de la estructura productiva y econmica en general, ampliadas en las ltimas dcadas, c a u sa n co n s t a n t e m en t e e f e c t o s 20 La Casa de TODOS

desfavorables en la estructura de empleo para amplios sectores de la poblacin, empujndolos al comercio informal como forma de sobrevivencia urbana. Ello, incrementa la magnitud y la diversidad de los problemas de usos del centro histrico. Lo que demanda cambios constantes en las polticas de ordenamiento y desarrollo del CHSS. Sin embargo, la polticas implementadas por los gobiernos de turno (en el nivel nacional y local) no han caminado al ritmo de estos cambios y demandas, obteniendo como resultado respuestas inadecuadas, construidas principalmente a partir de una visin tcnica y aislada de las visiones propias de la gente que habita en el CHSS. Hasta ahora las distintas administraciones municipales, en mayor o menor medida, y con la visin de proteger el patrimonio cultural y el orden urbano, han adoptado medidas restrictivas del uso del espacio que, en algunos casos han asumido un carcter represivo. A pesar del esfuerzo realizado principalmente por los gobiernos locales, por identificarse con las distintas

fuerzas que representan al sector de vendedores de la calle, no se han logrado acuerdos y consensos que representen los intereses y las motivaciones de sus distintos actores. Ello ha determinado, entre otras cosas, una limitada capacidad de intervencin, no solo de parte del municipio, sino de parte del Consejo Nacional para la Cultura y el Arte (CONCULTURA) y el Gobierno Nacional. Las respuestas provenientes han sido parciales y descoordinadas, y no constituyen por s mismas, una respuesta a las necesidades de la poblacin que habita y hace uso del CHSS. En el CHSS se han realizado una serie de intervenciones y propuestas dirigidas principalmente al reordenamiento de las ventas ambulantes, en este tipo de visin ha permanecido o ha estado presente el inters particular de la de institucin que las propone y probablemente ste sea parte del problema, y no las ventas en s mismas como se ha queri do ver. Existe una visin de orden y de desarrollo

Comercio en la calle, informalidad o sobrevivencia

Comercio informal sobre la Calle Arce. La falta de desarrollo econmico sostenible del pas y las deformaciones de la estructura productiva y econmica en general, ampliadas en las ltimas dcadas, causan constantemente efectos desfavorables en la estructura de empleo para amplios sectores de la poblacin, empujndolos al comercio informal como forma de sobrevivencia

Fotografa: Jos Cabezas

del comercio informal planteada desde el conocimiento tcnico, pero no desde el sentir de la gente que le da vida da con da al CHSS. Hasta el momento no se ha valorizado la riqueza creativa y el potencial de las y los vendedores en la calle, y lamentablemente muchas de stas caractersticas son vistas como un problema. La bsqueda de respuestas a necesidades de sobrevivencia ante una estructura econmica y de trabajo que los expulsa constantemente del mercado laboral formal es la que ha llevado que el fenmeno de las ventas en la calle crezca compulsivamente y que se entienda poco de l. La posibilidad de subsistir y desarrollarse socialmente, esto no es algo nuevo, y es algo con lo que muchas de las familias sin ingresos permanentes se han enfrentado. El desafo principal radica en qu i t ar e l s es go i n st i t u ci o na l principalmente de ver el fenmeno de las ventas en la calle, como el problema y no como el resultado de una una estructura econmica y de trabajo expulsora. El comercio informal representa un problema slo hasta despus que entra a formar parte del sistema urbano de la ciudad, re q ui r i en d o d e su re gu l a ci n y ordenamiento. El desarrollo urbano del Centro Histrico ya no puede entenderse como la simple aplicacin de normativas restrictivas y rgidas, intervenciones en

servicios, edificaciones aisladas, programas que nunca se concretizan y slo quedan en papeles llenos de buenas intenciones. Las propuestas deben considerar diversos alcances que permitan la generacin de empleo, y que garanticen los ingresos de las miles de familias que tienen sus ventas ubicadas en las calles del CHSS. Para cualquier intervencin que se proponga en el CHSS es necesario garantizar el fortalecimiento y apoyo socioeconmico del sector, a fin de dignificar el trabajo y la vida de las familias. El desarrollo urbano del centro histrico no slo depende de la gestin del gobierno local, sino del conjunto de polticas globales a nivel nacional, que respondan a una estrategia nacional, regional y local, en las que se articulen polticas y objetivos de corto, mediano y largo plazo, sobre las variadas dimensiones del proceso social y econmico de San Salvador. Todas estas visiones no sern posibles ni viables sin la participacin de los diversos actores involucrados, lo cual nos permitir con solvencia hablar de democracia local. Esto demanda organizar un gobierno local hacia la poblacin, que sean gestores de la participacin ciudadana y de la demanda popular. Pero tambin, los problemas y soluciones para el centro histrico no

deben ser planteados estrictamente desde las instancias del Estado, y de manera particular el gobierno municipal y los organismos gubernamentales como CONCULTURA. El problema de los centros histricos debe ser analizado y gestionado desde la sociedad misma. Finalmente, podramos atrevernos a plantear que uno de los principales desafos es como convertir el CHSS, en un referente histrico, que permita ir construyendo nuevos espacios, nuevos rincones, nuevos sabores, nuevas formas de cultura urbana, integrando y respetando las lgicas y las diversas identidades urbanas presentes. La accin que se haga desde el Estado no se debe limitar a realizar la restauracin y renovacin fsica, y a rescatar valores y elementos de una cultura global, sino considerar los rituales y dinmicas propias de este territorio especfico, a fin de continuar haciendo historia en el presente. Dmosle fin a la guerra con los vendedores en la calle vendedores informales, construyamos un pacto de paz, que garantice y considere los intereses de las mayoras ms empobrecidas de nuestro pas. Es necesario que dejemos de ver el fenmeno de las ventas ambulantes desde una manera aislada, sino formando parte de una poltica global que considere al CHSS y la ciudad en general.La Casa de TODOS 21

Transporte Pblico

Transporte Pblico

y su reordenamientoDepartamento de Tecnologa de Procesos y Sistemas, UCA. [email protected]

Por: Ing. Ral E. Avelar

Excelentemente articulada por el ex alcalde de Bogot, Enrique Pealosa, la razn de ser de una ciudad podra resumirse en una frase: La ciudad es un medio para realizar nuestra manera de vidaPara brindar perspectiva al lector, dir brevemente que la gestin de este personaje, leg a Bogot una reduccin significativa en la criminalidad, un sistema de transporte masivo eficiente y seguro, y en general, una mejor calidad de vida para esa ciudad de Colombia. Pero, Cmo fue esto posible? Segn el mismo Pealosa, antes de levantar un dedo, debem os formul arnos y contestar honestamente una pregunta simple, (que tal vez nosotros an no nos hemos hecho): Cmo queremos vivir? La respuesta nos dar pistas de la ciudad que queremos, y al saberlo, estaremos en camino de saber qu sist ema de transporte es el que mejor nos ayudara a realizar nuestra manera de vida. Si por ejemplo, queremos una ciudad donde los habitantes ms pudientes tienen acceso exclusivo a ciertas amenidades que la mayora no, debemos construir centros comerciales dirigidos al consumo y diversin de los pudientes; la inversin en parques, el rescate de espacios pblicos, y el control del comercio informal seguramente estaran al final de nuestra lista de prioridades, ya que dichas medidas contravienen la exclusin que nos interesa, en este caso, establecer.

Parada de buses en Curitiba, Brasil. Sistema BRT.

a ciudad como un medio para realizar nuestras vidas. Antes de analizar el problema del transporte pblico en las cortas lneas que me ha concedido Jorge, vale la pena comenzar planteando una pregunta fundamental: Por qu vivimos conglomerados en ciudades? Aprovechamiento eficiente de los recursos, facilidad para gobernar, reduccin de distancias para el transporte podran ser,

L

entre otras, razones valederas para el existir y funcionar de una urbe. Pero la explicacin ms fundamental que he escuchado apela al hecho de que somos s e r es s o c i a l e s p o r n a t u r a l e z a . Excelentemente articulada por el ex alcalde de Bogot, Enrique Pealosa, la razn de ser de una ciudad podra resumirse en una frase: La ciudad es un medio para realizar nuestra manera de vida (Pealosa, 2002).

22 La Casa de TODOS

Transporte pblico y su reordenamiento

Y si es esta ciudad la que queremos, entonces el sistema de transporte que hemos de construir tambin debera reflejar exclusin: habr que construir carreteras y pasos a desnivel pensando en los que tienen vehculo propio; los esfuerzos por monitorear las operaciones y la calidad del servicio de transporte pblico sern mnimos y la flota de buses la ms barata posible, probablemente en condiciones deplorables y ofreciendo un servicio psimo. (Cualquier parecido con la realidad tal vez no es coincidencia). Si por otro lado, no es esta la ciudad que queremos, Quisieramos tal vez una en que se promueva la equidad, donde por el hecho de ser ciudadanos todos nos beneficiramos igual de la inversin pblica?, si as fuera, deberamos disear nuestra urbe pensando en el arquetipo de la gran mayora de la poblacin, o como dira un buen amigo, pensando en Juan Pueblo. En materia de transporte, esto significa que el servicio de transporte pblico debera ser la prioridad nmero uno, ya que Juan Pueblo es el tpico usuario: aproximadamente 70% de la poblacin utiliza el transporte pblico (OPAMSS, 2004). Adems, una fraccin importante de los viajes en la red vial del AMSS son l argos y directam ente vinculados con la actividad econmica de los usuarios: solamente 24% de la poblacin del AMSS trabaja en el municipio de su residencia (OPAMSS, 2004). Es la gran mayora de la poblacin la que debe desplazarse entre municipios para trabajar, y es tambin la gran mayora la que depende del transporte pblico para hacerlo. La evolucin hacia el estado actual del AMSS. La relacin entre la vida de la ciudad y su sistema de transporte es dinmica y compleja. Si reparamos en el hecho que cada ciudad es nica en sus caractersticas y problemtica, podremos ver fcilmente que su respectivo sistema de transporte pblico tambin ser particular y adecuado a sus necesidades; sin embargo, el sistema de transporte de una ciudad a su vez la delimita y configura como conjunto. Una fcil analoga de esto sera la paradoja del huevo y la gallina: Quin dio origen a quin? La urbe al transporte? O viceversa?

Lo importante es que desde el punto de vista humano, somos seres sociales, y que necesitamos interactuar con otras personas. Como dice Enrique Pealosa.

Bus frente a Iglesia El Calvario

Dejar al lector con este dilema filosfico, simplemente dir al respecto que la relacin entre el transporte y la vida de la ciudad es un ciclo: por un lado la efectividad de los primeros es delimitada entre otros factores, por el uso de la tierra y la densidad poblacional, y por el otro, los terrenos incrementan o disminuyen su valor en funcin de la accesibilidad y movilidad, los modos de transporte disponibles y la calidad del transporte pblico, reconfigurando as la ciudad en algunas zonas ms atractivas para uso residencial, comercial o industrial; lo que a su vez reconfigura nueva infraestructura de transporte En un rpido ejercicio mental, si nos proponemos repasar la evolucin del AMSS durante los ltimos 25 aos, podramos reconocer el patrn que acabo de articular: la forma y extensin de la ciudad ha sido dictada por caractersticas como el aumento de la poblacin, el acceso masivo al automvil particular, y una visin de desarrollo a imagen y semejanza de las ciudades en Estados Unidos. La zona poniente de la capital y ciertas zonas de Antiguo Cuscatln son buenos ejemplos de esta etapa orientada hacia la movilidad de los automviles.

Al compararlas con el centro histrico, diseado originalm ente para peatones,veremos claras diferencias: corredores ms rpidos, derechos de va ms anchos, y colonias con habitantes cuyos viajes son ms largos. Ese es el punto: si cambiamos el sistema de transporte, las caractersticas de la ciudad se vern afectadas. El automvil nos ha permitido expandir la ciudad, pero paradjicamente, el tiempo que invertimos en transportarnos es igual o ms largo que antes. En el caso del centro histrico, el problema es otro: el cambio de sistema de transporte no nos habilita a borrar y volver a trazar el centro adecuadamente. Es el transporte el que debemos amoldar a las caractersticas urbanas existentes.Dirijamos ahora nuestra atencin al transporte pblico: por un lado la demanda ha crecido rpidamente durante el ltimo cuarto de siglo; por el otro la oferta, como era de esperarse, intent responder incorporando ms unidades a circulacin. Sin embargo, el objetivo de servir adecuadamente al pblico parece haber eludido a este proceso, al contrario, el transporte ahora parece ser un problema ms que antes Por qu perdimos calidad en el transporte al expandirse la ciudad? Esta ser laLa Casa de TODOS 23

Transporte pblico y su reordenamiento

primera respuesta que el lector me ver contestar atrevidamente: firmemente creo que podemos reducir el conjunto de factores inmediatos hasta un factor ltimo que lo explica en esencia para el caso del transporte pblico: haber confiado el balance de la oferta y demanda del servicio al libre mercado sin haber regulado la dinmica entre aquellas. Esto, aunado al crecimiento acelerado y dbilmente regulado del AMSS, nos ha proscrito a un estado actual de las cosas bastante sombro: una estructura atomizada de pequeos empresarios (muchos de los cuales operan con un solo autobs); una flota que excede a momentos las necesidades de la ciudad, que contam ina y congestiona innecesariamente las vas; un gremio de transportistas con innegable poder poltico y econmico, que activamente han frenado toda iniciativa de regulacin que amenace sus intereses econmicos; y una tolerancia parsimoniosa de las autoridades de trnsito a las condiciones deplorables del servicio. En un afn de objetividad, debo mencionar que ha habido esfuerzos para ordenar el transporte pblico, pero su efectividad es cuestionable. Un ejemplo de que las cosas se podran hacer mejor, es la clara incompatibilidad en ciertos detalles tcnicos entre el Plan Maestro de Desarrollo Urbano, PLAMADUR y el Plan Maestro de Transporte, PLAMATRANS. La razn es que ambos planes fueron desarrollados por firmas consultoras diferentes y evaluados por dos viceministerios diferentes (IADB, 1998). Finalmen te se d ecidi ado pta r PLAMADUR como la hoja de ruta para el desarrollo de la ciudad, pero esta duplicidad de esfuerzos nos alerta sobre la falta de coordinacin predominante, an dentro de un mismo ministerio. Casos como estos acarrean altos costos en tiempo y dinero: PLAMATRANS, habra costado entre 7 y 8 millones de dlares segn estima Mario Lungo en una entrevista concedida a elfaro.net (Labrador & Mndez, 2004). Es interesante adems que el nfasis del PLAMATRANS era el desarrollo de la infraestructura vial con lneas de accin y proyectos concretos, pero en materia del transporte pblico apenas se proponen unos corredores preliminares, y se hace un esbozo de reubicacin de terminales 24 La Casa de TODOS

de transporte interurbano (OPAMSS, 2004). En este punto refiero al lector a la reflexin que haca al principio de mi artculo en cuanto al tipo de ciudad por el qu e he m os es t ad o t raba j an do Qu han hecho otras ciudades? Antes de abordar detalles especficos del AMSS, me gustara hablar brevemente de dos ciudades latinoamericanas que enfrentaron retos similares a los nuestros y la manera creativa en que los afrontaron con xito. Bogot, Colombia. En 1998, Bogot era una ciudad de seis millones y medi o de habi tant es, insegura y congestionada, que dependa del autobs para brindar el servicio de transporte pblico. Los alcaldes que desde entonces se han sucedido, han sido protagonistas en atender problemas serios en distintos frentes. En el del transporte, este perodo, es bien conocido por haber dado origen al sistema TransMilenio de buses, con un nmero de unidades optimizado y la administracin centralizada. Lo innovador de este diseo es que los buses corren en vas exclusivas, evitndoles el efecto adverso del congestionamiento que experimentan los vehculos particulares. (Montgomery, 2006). Curitiba, Brasil. Curitiba es una ciudad lder en muchos aspectos relativos a la planeacin urbana, y sin duda el transporte es uno de ellos. Con un sistema rpido, confiable y financieramente saludable, no debe extraarnos que cerca del 70% de los ms de 2 millones de habitantes lo utilice para desplazarse hacia y desde el trabajo. Bsicamente se estructura en una jerarqua de rutas y unidades: pequeos buses cubren rutas en zonas residenciales, acercando a los usuarios a las calles ms transitadas. Desde all, 5 rutas de buses rpidos o BRT (Bus Rapid Transit por sus siglas en ingls) realizan los viajes ms largos. Estas rutas son operadas por 10 compaas cuyo pago es a razn de la distancia. Se trata de un sistema prepago, con una tarifa equivalente a 40 centavos de dlar (un nico pago que brinda transbordos ilimitados entre rutas del sistema). La carga y descarga de pasajeros es simultnea y tan corta como 20 segundos. (Goodman, Laube, & Schwenk, 2005). Qu se puede hacer en el centro histrico? Para concluir, quisiera explorar posibles lneas de accin para mejorar la efectividad y eficiencia del sistema de

transporte pblico alrededor del centro histrico. En ningn momento debe el lector interpretar que el conjunto de ideas a continuacin constituye un plan concreto; la intencin es proponer lineamientos y discutir su porqu, con un poco de suerte esta discusin aportar un capital de ideas para soluciones ms efectivas que las hasta ahora vistas. El transporte pblico no puede solucionarse independientemente de un reordenamiento de la ciudad. Esto es especialmente cierto para el centro histrico. Cambiar la circulacin de las rutas es una medida necesaria, pero no constituye una solucin en s misma. Debemos trat ar de contrarrestar l a tendenci a en Latinoamrica durante el ltimo siglo: Durante los ltimos 80 aos hemos construido ciudades ms para la movilidad de los carros que para la felicidad de los nios (Pealosa, 2002). Mucho del trabajo que debe hacerse en el centro histrico deber ir orientado a restaurar la calidad del espacio pbico, lugar de integracin social por excelencia (Pealosa, 2002). El comercio informal debe ser reubicado, pues entorpece esta funcin fundamental y atrae la criminalidad. Estos son pasos crticos en la persecucin de la equidad en sociedades como la nuestra, altamente jerarquizadas. No ser una tarea fcil ni mucho menos de bajo costo. Segn declaraciones de Francisco Altschul a elfaro.net, a un ao de reubicar a los vendedores informales por la administracin de Hctor Silva, reordenar el centro histrico en aquel entonces habra costado alrededor de $57 millones (Baires, 2007). Se podra esperar, pues, que una solucin al estado actual del transporte pblico sera ms efectiva en la medida que contemos con un centro histrico donde se priorice la movilidad peatonal, donde el comercio informal est erradicado, o al menos reordenado, y en donde se delimite cuidadosamente el acceso de los vehculos automotores. Con esto en mente, intentar bosquejar dos lineamientos generales y una lluvia de ideas preliminares, que a mi parecer deberan ser parte de un plan integral de reordenamiento. A un ni vel estructural, deber erradicarse la manera atomizada en que el sistema opera actualmente. La administracin del sistema ser ms efectiva en funcin de que menos

Transpoprte pblico y su reordenamiento

entidades constituyan la flota de buses en la cuidad (v.g. empresarios en cooperativas en lugar de empresarios individuales), y de que el vice ministerio de transporte empiece a regular ms de ce rca su s o pe raci o nes . A da pt ar continuamente la cantidad de unidades circulando a la demanda horaria sera entonces una tarea factible. En esta lnea, deber trabajarse por eliminar nuevamente el incentivo a circular que representa el diesel subsidiado para los transportistas (por cierto que esto es otro ejemplo de la falta de visin de conjunto de nuestros gobernantes, un gobierno logr eliminarlo, pero el siguiente dio vuelta atrs a la medida, ante la presin coyuntural de los transportistas). El caso de Curitiba nos sugiere que podramos disear un sistema administrado centralmente, en el cual los transportistas sean pagados por nmero de viajes servidos en horarios especficos, en lugar de hacer su ganancia del cobro directo de pasajes. Ya se ha visto en nuestro pais que esto genera competencia ent re conduct ores, menoscaba la s eg u ri d a d vi al , y co n t r i b uy e a l congestionamiento. La circulacin en el interior del centro histrico deber minimizarse hasta donde sea posible. Una medida inmediata sera borrar y volver a trazar ciertas rutas que circulan en el centro paralelamente y a una cuadra la una de la otra. Estimo que espaciarlas de dos a tres cuadras no representara un esfuerzo si gn i f ic at i vo a l os u sua ri os q ue transbordan, y en cambio contribuira a descongestionar algunas vas. Esto es particularmente crtico en el sentido Oriente-Poniente, entre el hospital Rosales y Catedral metropolitana. Pensando ms all del centro histrico, si vemos el caso de Curitiba, podramos considerar jerarquizar las rutas que siguen los autobuses y los microbuses, asignando a los microbuses a las reas residenciales de tal manera que acerquen los usuarios a las arterias de la capital, desde donde los buses, que tienen mayor capacidad, podran transportar eficientemente a muchos pasajeros hacia y desde sus trabajos. De esta manera la demanda en su conjunto sera servida por ambos subsectores, en lugar de la situacin actual de competencia debido a las rutas superpuestas que siguen. Otra idea interesante, tal vez la ms radical y

Estacin de abordaje, sistema BRT

efectiva, sera del agrado del exalcalde bog ot ano: Con vert ir la s cu adras trascendentales del centro en vas puramente peatonales, definiendo un permetro y medidas para servir el trfico y el parqueo desplazados con esta medida. Deber procurarse estimular en dicho permetro una zona de transicin intermodal: que los vehculos particulares y los buses puedan llegar fcilmente, con paradas adecuadas y parqueo suficiente. Adems, este hipottico permetro debera estar diseado de tal manera que las actividades en el centro histrico se encuentren a una distancia adecuada para alcanzarlas caminando. Casi puedo escuchar al lector que me dice suena muy fcil en papel, pero me adelanto a contestar que si bien no es fcil, tampoco es imposible, como da fe el caso de Bogot. Hasta aqu he hablado de muchas ideas y planes generales con la intencin de motivar a hacer algo, pero vale aqu preguntarse Cules son los factores clave que habr que procurar antes de emprender cualesquiera proyectos que persigan concretar estas ideas? En primer lugar, una oficina de OPAMSS con peso y libertad de accin para disear y coordinar un plan integral; una alcalda de San Salvador con clara visin y voluntad para mejorar las cosas; un vice ministerio de transporte con perspectiva

de conjunto, dispuesto a trabajar con las dos primeras instancias; en general, una colaboracin entre gobiernos central y municipal; el apoyo incondicional de instituciones clave como la divisin de trnsito de la PNC; finalmente, visin y voluntad de parte de los empresarios de buses y mi crobuses, vendedores ambulantes y el comercio formal en el centro histrico, porque de la manera que elijan colaborar, simplemente acatar o presentar resistencia a las medidas operativas que emanen de dichos planes, depender que el reordenamiento sea un proceso de mayor o menor dificultad. Cierro ahora mi artculo dirigiendo mis disculpas al apreciable lector, que ha tenido la paciencia de seguirme hasta este punto, mis disculpas tambin a Jorge el director de la revista, a quien ruego me conceda una deferencia por haber excedido el nmero acordado de pginas. Hasta aqu solo he construido un tren de ideas con muchos vagones. Me fo de que entre los lectores encontremos ideas ms depuradas para alargarlo. Esperemos que tambin encontremos las locomotoras que hacen falta para ponerlo en movimiento.Goodman, J., Laube, M., & Schwenk, J. (Diciembre de 2005). Curitiba's Bus System is Model for Rapid Transit. Recuperado el 22 de Agosto de 2 0 0 8, d e h t t p : / / www . u rb a nh a b i t a t . o rg / f i l e s/ 25 . C u ri t i ba . p d f IADB. (1998). Inter-American Development Bank. Recuperado el 12 de Agosto de 2008, de http://www.iadb.org/exr/doc98/pro/pes0118.pdf Labrador, G., & Mndez, C. A. (05 de Julio de 2004). San Salvador, la ciudad enemiga de s misma. Recuperado el 28 de Agosto de 2008, de http://www.elfaro.net/secciones/noticias/20040705/noticias3_20040705.asp Pealosa, E. (8 de Abril de 2002). "Towards a More Socially and Environmentally Sustainable Third World City".

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Espacios Pblicos

El rescate de la funcin habitacional del Centro Histrico de San SalvadorPor: Lic. Ana Silvia de SntigoCoordinadora Unidad Ejecutora Centro Histrico, FUNDASAL [email protected]

Para reconfigurar el tejido social de la ciudad, se requiere la permanencia de la poblacin de bajos ingresos, su reinsercin dentro de la estructura urbana; y fomentar la repoblacin con la rica heterogeneidad social que caracterizaba la antigua ciudadriqueza de expresiones culturales del perodo de dominacin colonial y de la repblica independiente, la cuadrcula fundacional ortogonal, la definicin de manzanas, la ubicacin y uso de los espacios pblicos, la organizacin barrial; y, por supuesto, importantes edificios civiles y tambin religiosos. Un debate pendiente es la existencia de un rea histrica de la ciudad, en tanto espacio fundacional de la capital del pas y su posterior crecimiento urbanstico hasta la primera mitad del siglo XX. Que el centro histrico es ciudad, por lo que debe seguir teniendo mltiples funciones urbanas: la habitacin, el comercio, la vida poltica, la cultura. Que su desarrollo econmico y social debe basarse en la heterogeneidad de usos del suelo, y no nicamente en los usos vinculados a la actividad comercial. En fin, que un centro histrico convertido en museo, pero desierto una vez llegada la noche, no es socialmente sostenible; como no lo es, un centro histrico convertido en un gigantesco mercado a cielo abierto. El derecho a la ciudad. Persiste un fuerte sentido de arraigo entre sus actuales

Edificios abandonados en el Centro Histrico

esde casi una dcada atrs, la Fundacin Salvadorea de Desarrollo y Vivienda Mnima (FUNDASAL), viene construyendo un nuevo paradigma, convertido en aspiracin y objetivo estratgico: el rescate de la funcin habitacional del Centro Histrico de San Salvador (CHSS), con participacin social. La institucin es conciente de que hacer efectiva y eficiente esta aspiracin, es 26 La Casa de TODOS

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costoso pero es necesario; en tanto constituye una responsabilidad histrica, social y cultural. La importancia de llevar a la prctica este cometido estriba en lo siguiente: La historia. El espacio de San Salvador que poco a poco se fue convirtiendo en el centro; era toda la ciudad. Hoy da, en medio del total deterioro y abandono, esa ciudad, an conserva vestigios de la

El rescate de la funcin habitacional del Centro Histrico

Panormica de comunidad sobre el Bulevar del Ejrcito. Muchas familias que no tiene acceso a una vivienda Digna terminan ocupando terrenos de manera ilegal

pobladores, habitando principalmente en precarios mesones. Dedicados a la urgente procura de la subsistencia, los que viven en mesones desconocen que en junio de 2006 se celebr en Estambul, la Cumbre sobre la ciudad, ltima Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Asentamientos Humanos (HABITAT II). Tambin desconocen que la UNESCO, en su programa de accin para dicha cumbre, adopt como principio para las ciudades del siglo XXI, poner al hombre en el centro de las polticas pblicas, es decir, humanizar la ciudad; un principio en apariencia desconocido, pero seguramente postergado por las instituciones gubernamentales vinculadas. La sostenibilidad Social. Muchos salvadoreos habitan en mesones ubicados en San Esteban, Concepcin y Santa Luca; antiguos barrios capitalinos, cuyo agudo estado de deterioro fsico y social los ha marcado con el estigma de la decadencia, la marginalidad, la violencia y la inseguridad ciudadana. No obstante, estos barrios y sus pobladores, forman parte ntegra del patrimonio cultural urbano de la ciudad y del pas. Para reconfigurar el tejido social de la ciudad, se requiere la permanencia de la poblacin de bajos ingresos, su reinsercin dentro de la estructura urbana; y fomentar la repoblacin, con la rica heterogeneidad social que caracterizaba la antigua ciudad; respetando la estructura de usos del suelo que su desarrollo histrico nos hered. La Racionalidad. El fenmeno de la hiperurbanizacin, obliga a repensar seria y urgentemente, el modelo de desarrollo expansivo, que ha exigido grandes inversiones para ampliar los servicios bsicos, redes de infraestructura y soluciones habitacionales hacia la periferia. La propuesta de FUNDASAL es volver a la ciudad construda. Hacer de la recuperacin del Centro Histrico, objeto de polticas pblicas, de mayor racionalidad en el uso del espacio previamente edificado, en donde existen inversiones histricamente cumuladas.

Fotografa: Jorge Sandoval

Aunque abandonado y en extremo deteriorado, ofrece una ciudad con redes de servicios bsicos, equipamiento e infraestructura social. La apuesta de FUNDASAL para el Centro Histrico, se h a es t ruc t u rad o e n cua t ro ej e s fundamentales: organizacin social, articulacin de actores, acceso al suelo y proyectos de vivienda; los cuales, se resumen a continuacin: Organizacin Social. El objetivo es fomentar y apoyar la organizacin de los habitantes del CHSS, en la bsqueda de soluciones al grave problema del hbitat popular. Buscando el mejoramiento de la habitabilidad, se promueve la autogestin como va para la bsqueda del desarrollo. Hoy da, ms de 200 familias de barrios histricos, dedicadas al comercio informal, han legalizado cinco cooperativas de vivienda 1 y establecido una red social activa, en busca del acceso al suelo para proyectos de mejoramiento del hbitat, gestin de financiamiento para su ejecucin, apoyo a la Declaratoria Legi slativa de Cent ro Histrico y aprobacin de una Ley de Vivienda de Inters Social. Articulacin de Actores. A partir de la certeza de que esta compleja problemtica

no puede ser solucionada solamente por el gobierno, desde el 2005 se apoya una in st anc ia d e coord in aci n pl ura l denominada Foro Permanente por el Desarrollo Integral del Centro Histrico, con representantes de instituciones pblicas, privadas, gremiales, uni versi dades , ON Gs. E nt re sus principales logros se cuenta el exitoso proceso de gestin de la Declaratoria Legislativa de Centro Histrico de San Salvador, que culmin en julio de 2008, con una votacin unnime de la Asamblea Legislativa; y el Estudio de Usos, con apoyo de alumnos de las Universidades: Centroamericana Jos Simen Caas y Doctor Jos Matas Delgado; cuyos resultados sern presentados en breve. El Foro Permanente, est analizando los principales problemas del CHSS y diseando lneas estratgicas de desarrollo, como premisas para un nuevo reto: que las instituciones responsables, se involucren en forma coordinada en una planificacin integral a partir de una visin estratgica compartida. Acceso al suelo. Uno de los problemas fundamentales de cara a la solucin de la problemtica del hbitat popular, es la disposicin de terrenos con vocacin habitacional, a precios justos y accesiblesLa Casa de TODOS 27

El rescate de la funcin habitacional del Centro Histrico

Es necesario devolverle el uso habitacional a los centros historicos como estrategia para su revitalizacin integral y social. Eduardo Polese.bodega; con acompaamiento de un Equipo de Asistencia Tcnica de FUNDASAL, integrado por profesionales del rea legal, administrativo-contable, socio-organizativa y tcnico-constructiva. Se construirn dos edificios: El Complejo Habitacional San Esteban, en las inmediaciones de la Iglesia y barrio San Esteban; y el Complejo Habitacional Renacer, cerca de la Plazuela Zurita. Con avance de un 90.0% del edificio San Esteban, se planifica para enero del 2009, el i n i ci o d el s eg un do p ro yec t o, correspondiente al Renacer. Problemas.Algunos de los problemas ms importantes que se pueden encontrar al implementar acciones como las que FUNDASAL impulsa en el Centro Histrico de San Salvador se pueden resumir en los siguientes aspectos: La poblacin participante. Su historia de marginacin y exclusin social, bajo nivel educativo, la composicin etrea y situacin familiar, muchas con jefatura femenil o de tercera edad; y las tradicionalmente complejas y conflictivas relaciones sociales en este tipo de asentamientos; conducen a limitados resultados en el corto plazo, demandando para el logro de la participacin autogestionaria, procesos de atencin de ms largo alcance. Tcnico-constructivo. Por la condicin ssmica del suelo, se requieren fuertes inversiones en la estructura de las edificaciones. Esto, sumado a restricciones conservacionistas a ultranza de las instituciones normadoras, al alto costo de la tierra y a la volatilidad de los precios de mercado, provoca sustanciales impactos en los costos del proyecto. Financiero. No todas las agencias vinculan el patrimonio con el desarrollo econmico y social, ni comparten la idea de que la sostenibilidad del mejoramiento del hbitat se logra con la sostenibilidad de los procesos sociales. Algunas de ellas demandan resultados concretos en el corto plazo, que se pueden mostrar principalmente en la perspectiva fsicoconstructiva. Polticos. La tentacin de instituciones polticas, de cooptar las organizaciones sociales y sus liderazgos y de manipular para fines partidistas los resultados del trabajo; se confabulan con la urgencia de las necesidades y el todava incipiente desarrollo de conciencia crtica de la poblacin; para convertirse en un riesgo para la sostenibilidad de los procesos. No obstante con la ejecucin de estos primeros dos proyectos, se demuestra que, con el debido acompaamiento tcnico y con recursos econmicos accesibles, es posible que las cooperativas se involucren directamente en procesos de producci n social del hbit at .

Edificio Central. Algunos edificios del centro podrian reutilizarse para uso habitacional

a las condiciones econmicas de las y los cooperativistas. Actualmente se est conformando un Banco de Tierras para vivienda popular, mediante la compra o gestin; con la idea de traspasar los inmuebles a las cooperativas, a travs de prstamos en condiciones accesibles. P ro d u cc i n so c i a l d el h b i ta t Para rescatar la funcin habitacional del CHSS, es clave la participacin organizada de los habitantes en todas las fases de los proyectos: formulacin, planificacin, ejecucin; y administracin y mantenimiento durante la convivencia. Bajo este modelo de trabajo, se gestion y obtuvo apoyo de la Agencia Espaola de Cooperacin Internacional para el Desarrollo (AECID), para la ejecucin de un proyecto de vivienda cooperativista en dos t erren os gesti onado s po r l a AC OV IC HS S; para do ta r con apartamentos unifamiliares con servi