La catedral de León, un reflejo del gótico · RESUMEN . El objetivo principal de este trabajo es...

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Omar Palacios García Begoña Arrúe Ugarte Facultad de Letras y de la Educación Grado en Geografía e Historia 2016-2017 Título Director/es Facultad Titulación Departamento TRABAJO FIN DE GRADO Curso Académico La catedral de León, un reflejo del gótico Autor/es

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Omar Palacios García

Begoña Arrúe Ugarte

Facultad de Letras y de la Educación

Grado en Geografía e Historia

2016-2017

Título

Director/es

Facultad

Titulación

Departamento

TRABAJO FIN DE GRADO

Curso Académico

La catedral de León, un reflejo del gótico

Autor/es

© El autor© Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones,

publicaciones.unirioja.esE-mail: [email protected]

La catedral de León, un reflejo del gótico, trabajo fin de grado de Omar PalaciosGarcía, dirigido por Begoña Arrúe Ugarte (publicado por la Universidad de La Rioja), se

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Trabajo de Fin de Grado

La Catedral de León, un reflejo del gótico

Autor:

Omar Palacios García

Tutor/es:

Fdo.María Begoña Arrúe Ugarte

Titulación:

Grado en Geografía e Historia [602G]

Facultad de Letras y de la Educación

AÑO ACADÉMICO: 2016/2017

1

RESUMEN

El objetivo principal de este trabajo es estudiar la catedral de León, realizando

una historia detallada y ordenada de su construcción, desde el inicio de las obras hasta

nuestros días. Como resultado de este trabajo hemos podido comprobar que esta

catedral a pesar de ser de origen gótico del siglo XIII, hoy en día podemos afirmar que

es un cúmulo de edificaciones y adiciones posteriores, ya que los restauradores del siglo

XIX desde un primer momento se inclinaron por una solución de tipo historicista, que

buscó restaurar en estilo, destruyendo parte de la historia de la edad Moderna del

monumento. Con ello se demuestra que la historia de los monumentos tiene que abarcar

todos los siglos, porque a lo largo del tiempo pueden sufrir modificaciones.

The main objective of this work is to study the León Cathedral. It will

focus on detailed and organized construction story. It is described from the beginning of

the works to nowadays. Although the fact that this monument was first constructed

under the gothic rules running in the XIII century we can asseverate that the cathedral as

it is now, is a later heap of buildings and admixture.

The XIX century restorers opted to give a historicist solution that was to restore

in the same style but they destroyed part of the Modern Age history of the same

monument.

To finish we can prove that the cathedral story include all the centuries because

along the time it has been modified.

2

ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN….3

1.1Objetivos….3

1.2Metodología….3

1.3Estado de la cuestión….4

2. LA CATEDRAL DE LEÓN

2.1Emplazamiento……….12

2.2Descripción de la catedral…12

2.3Datos Históricos…..18

3. HISTORIA DE LA CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DE LA

CATEDRAL DE LEÓN….24

4. CONCLUSIONES…..35

5. BIBLIOGRAFÍA…..36

5.1Recursos electrónicos….37

6. ANEXO: Láminas….38

3

1- INTRODUCCIÓN

La catedral de León es uno de los monumentos góticos más característicos de la

Península Ibérica por su carácter francés ya que sus constructores tomaron como

ejemplo el gótico radiante proveniente del norte de Francia. Además, es una de las

pocas obras góticas que se caracteriza por la unidad de estilo, aunque esta unidad, como

veremos, la obtendrá tras las restauraciones realizadas en los siglos XIX y XX. Debido a

su estado de ruina, la catedral de León fue declarada Monumento Nacional el 28 de

agosto de 1844, siendo el primer edificio en nuestro país en recibir esta distinción.

Objetivos:

El objetivo principal de este trabajo es explicar a los lectores que el aspecto

actual de la catedral de León se debe a multitud de obras e intervenciones. Aquí también

vamos a abordar el porqué de su construcción y cuáles han sido las diferentes funciones

de la catedral a lo largo del tiempo. Además, también conoceremos cuáles han sido los

diferentes modos de financiar las obras y quienes han sido los autores que han

participado en su construcción.

Metodología:

En primer lugar comenzamos este trabajo de fin de grado comentando el estado

de la cuestión, que son el conjunto de fuentes bibliográficas que nos han aportado algo

para nuestro proyecto. A continuación, proseguimos con una descripción detallada de la

catedral, para después inmiscuirnos en la historia de la construcción de dicho

monumento, desde el inicio de las obras hasta nuestros días. Finalmente y para concluir

nuestro trabajo hemos añadido unas conclusiones, así como toda la bibliografía

consultada.

Este trabajo puede estructurarse en dos apartados:

Uno de carácter más descriptivo: entorno de la catedral, descripción de la planta,

portadas y diferentes modelos escultóricos; y otro de carácter más explicativo: historia

de la construcción de la catedral y estado de conservación. Para poder realizar este

trabajo ha sido imprescindible consultar diferentes fuentes bibliográficas, así como la

utilización de distintos recursos informáticos, que más adelante aparecerán señalados.

4

Estado de la cuestión:

Las referencias bibliográficas para la realización de este trabajo han sido lo más

numerosas posibles y de diferentes períodos. Siguiendo un orden cronológico, describo

a continuación las aportaciones más señaladas de cada una de ellas.

A diferencia de otras obras anteriormente consultadas, en el “Catálogo

monumental de la provincia de León”1, Gómez Moreno trata de una forma exhaustiva el

tema de la catedral. Comienza relatándonos la historia de la construcción, mencionando

numerosas como por ejemplo, Lucas de Tuy, y su obra “Crónica”, además trata con

minuciosidad el debate acerca del año de inicio de la construcción de la catedral,

explicando las posturas de estudiosos como Street o Enlart. Para mi trabajo me ha

parecido destacable el apartado en el que habla de la conservación y de las obras de

restauración que ha sufrido el monumento. Además también nos describe el claustro, las

diferentes dependencias, la escultura, la miniatura, las pinturas, los metales y el estudio

de la epigrafía.

Joaquín Yarza Luaces es el autor de este capítulo titulado “El siglo de las

grandes catedrales”, que forma parte del volumen enciclopédico XI correspondiente a la

enciclopedia “Summa Artis”2, publicado en el año 1947 y dirigido por José Pijoan.

Comienza explicando las peculiaridades de cada una de las tres grandes catedrales

góticas españolas, la catedral de León, la de Burgos y la de Toledo. De estas catedrales

cabe destacar que todas son puramente góticas, sin elementos románicos, “lo único que

desentona del perfecto gótico, son las estridencias flamígeras que se añadieron

después”3. Las tres son monumentos con un carácter personal e independiente, además

de que las tres fueron construidas en el siglo XIII. Después el autor, trata de una forma

específica el tema de la construcción de la catedral de León, contándonos qué obispos se

1 GÓMEZ MORENO, M., Catálogo monumental de la provincia de León, León, Nebrija, 1979, Vol. I.

pp.218-289.

2 YARZA LUACES, J. “El siglo de las grandes catedrales” en PIJOAN, J (Dir)., SUMMA ARTIS, Arte

gótico de la Europa Occidental. Siglos XIII, XIV y XV, Madrid, Espasa-Calpe, 1971, vol. XI, (5ªedición)

pp.473-487

3 Ibídem, p.474.

5

hicieron cargo de financiar las obras, citando algunas fuentes como el Marqués de

Lozoya, Lucas de Tuy o Gómez Moreno. También hace referencia a las ayudas de la

iglesia, en forma de indulgencias, para quien colaborase con la financiación de la

catedral de León. Después nos trata de explicar la evidente filiación francesa de la

catedral y de su planta.

En el volumen de la enciclopedia Ars Hispaniae4 de 1952, dedicado a las

catedrales y los grandes monasterios cistercienses del siglo XIII, Leopoldo Torres

Balbás, comienza hablándonos de las particularidades de la catedral de León respecto a

otras catedrales góticas como: Toledo, Burgos o Tarazona, e incluso la llega a comparar

con la iglesia de Roncesvalles. También trata de transmitirnos como era el estado de

conservación de la catedral antes de las restauraciones. Además, nos detalla su situación

y nos describe cómo eran las naves principales. En este volumen se recoge una

descripción histórica más o menos detallada desde el inicio de la construcción de la

catedral, hasta mediados del siglo XV. También se analizan elementos como los

materiales con los que fue realizada la catedral, además de que cuenta con una

explicación exhaustiva de la planta, que se llega a comparar con la de la catedral de

Reims, con la que, al parecer, la catedral de León debió de tener una filiación casi

segura.

Lambert en el año 1977 en algunos aspectos repite las valoraciones de Torres

Balbás y se basa en las mismas fuentes como por ejemplo el escribano Lucas de Tuy.

Lambert tendrá en cuenta los estudios de Street, Enlart, Lampérez y Gómez Moreno. En

“La influencia de las catedrales”5 también aparece información acerca de las

indulgencias concedidas en el concilio de Bale (1439) para todos aquellos que

contribuyeran a la construcción de la catedral. Además, se hace alusión al terremoto de

1755 y a la posterior intervención acometida por Demetrio de los Ríos a finales del siglo

XIX.

4 TORRES BALBÁS, L., “El Siglo XIII: las catedrales y los grandes monasterios cistercienses” en Ars Hispaniae, Historia universal del Arte hispánico, Madrid, Plus-Ultra, 1952, vol. VIII, pp. 84-94.

5 LAMBERT, E., “La influencia de las catedrales” en El arte gótico en España (S.XII-XIII), Madrid, Cátedra, 1977, pp. 222-248.

6

Los siglos del gótico6, publicado en 1978 por Joaquín Yarza, es un manual

bastante global, que trata de una forma general la difusión del gótico y su evolución por

Europa; y en concreto por España. Además, también nos explica cuál era el contexto

histórico de la época, que nos ayuda a poder entender mejor el porqué, de la

construcción de estos edificios de carácter religioso. Aquí también aparece algún dato

de interés que me ha ayudado a completar parte de la historia de la construcción de la

catedral, pero en cuanto a datos técnicos y artísticos este manual es uno de los más

pobres en información.

En el capítulo de “Arquitectura gótica”7 escrito por Bango y Torviso que aparece

en la Historia de la Arquitectura española, de 1985, dirigida por Morales y Marín

comienza citando a Lucas de Tuy y al obispo de León Don Manrique, pero también nos

habla de la excavación realizada en 1886 por Demetrio de los Ríos, en la que se

encontraron los cimientos de una iglesia anterior, al parecer, de origen románico. Al

igual que otros, Morales y Marín afirma que el verdadero impulso constructor lo realizó

el obispo Martín Fernández. También nos habla de los privilegios que concedió Alfonso

X a la iglesia de Santa María de León y nos da el nombre concreto de las tierras que

donó el rey para el suministro de madera “Peñamián” y “Castrotierra”. Después también

nos habla de las indulgencias concedidas en el Concilio de Madrid (1258) y de las

cuantiosas donaciones realizadas por Alfonso X, en este mismo año. Asimismo, como

en otras fuentes documentales, se mencionan los documentos reales emitidos por

Alfonso X (1277) y Sancho IV (1284), después también cita al obispo Gonzalo Osorio

(1302). Lo más característico de esta fuente es la aportación que nos hace acerca de la

cabecera, ya que el autor, asemeja la cabecera de la catedral de León con la de la

catedral de Reims con la que dice que también guarda importantes semejanzas en

planta. En alzado, este autor la compara con la catedral de Amiens, debido a la

desmaterialización del muro. En cuanto a la triple portada de la fachada principal, nos

dice que esta en origen llevaba gabletes, pero que al parecer estos desaparecieron en una

remodelación del siglo XV.

6 YARZA, J., “Los siglos del gótico” en Historia del Arte Hispánico: la Edad Media, Madrid, Alhambra, 1978, Vol. II pp. 216-224, 253. 7BANGO TORVISO, I., “Arquitectura gótica” en MORALES Y MARÍN, J.L., Historia de la

Arquitectura española, Barcelona, Planeta, 1985, pp. 473-477.

7

En 1990 Navascués en “La Catedral de León: de la verdad histórica al espejismo

erudito”,8 es el primer autor de los vistos hasta ahora que nos habla de la función

defensiva del edificio, del palacio episcopal que había al lado y de la puerta del obispo,

puerta hoy en día desaparecida. También introduce algunas fuentes nuevas como el

Padre Risco o la crónica de Alfonso XI. En este estudio Navascués refleja toda clase de

detalles acerca de la construcción de la catedral y de su estado de conservación. Esta

fuente bibliográfica ha sido una de las más importantes para mí trabajo, ya que me ha

aportado mucho y me ha ayudado a comprender mejor diversas cuestiones sobre la

catedral, gracias a sus detalladas descripciones y al manejo de múltiples fuentes

documentales. Además, el autor es un auténtico especialista en el asunto y

constantemente hace juicios de valor y saca a debatir las cuestiones más controvertidas

como por ejemplo el polémico debate acerca del inicio de la construcción del

monumento; que él afirma que se inicio en el siglo XIII. También relaciona el pórtico

principal de la catedral de León (occidental) con el de la catedral de Chartres, debido a

su estructura. Además, habla del tema del “locus apellationis” y se describe la portada

norte o de “San Francisco”. En cuanto a la historia de la construcción de la catedral, esta

fuente nos narra con detalle lo sucedido desde el inicio de las obras en el siglo XIII,

hasta su apertura al público acaecida el 27 de mayo de 1901, aunque resulta algo difícil

de leer, tanto por el lenguaje utilizado como por el volumen de información recogida.

En La catedral de León historia y restauración (1859-1901)9, el autor Ignacio

González-Varas Ibáñez hace un estudio detallado de la historia de la construcción de la

catedral, así como de todas las restauraciones acometidas en el monumento desde 1859

hasta 1901. Aquí aparecen tanto los proyectos de los diferentes arquitectos que han

estado al frente de las obras, como los diferentes expedientes presentados tanto a la

Academia de Bellas Artes de San Fernando como al Ministerio de Cultura. Se trata de la

obra más importante escrita a cerca de las restauraciones acometidas en la catedral,

tanto por el volumen de información que en ella aparece, así como por la calidad de los 8NAVASCUÉS PALACIO, P., “La Catedral de León: de la verdad histórica al espejismo erudito” en

NAVASCUÉS PALACIO, P., y GUTIÉRREZ ROBLEDO, J.L (eds.). Medievalismo y neomedievalismo

en la arquitectura española, Salamanca, universidad de Salamanca, 1990, 1ªedición. pp. 17-67.

9 GONZÁLEZ-VARAS IBÁÑEZ, I., La catedral de León Historia y restauración (1859-1901)”, León,

Lancia S.A., 1993.

8

documentos que contiene: proyectos de los diferentes arquitectos, dibujos a pie de obra

y fotografías tomadas por el propio autor. Esta fuente además me ha servido para poder

contrastar toda la información aquí recogida.

“León, la Catedral Soñada”10 es un capítulo del libro sobre Conservación del

patrimonio catedralicio, escrito por Ignacio Represa Bermejo en 1993. En este manual

el autor nos narra con bastante precisión las diferentes restauraciones realizadas durante

el siglo XIX por los diferentes arquitectos (Laviña, Demetrio de los Ríos, Juan de

Madrazo, Juan Bautista Lázaro), haciendo especial hincapié en el estudio de los

materiales e innovaciones técnicas y constructivas, aportando varios análisis que

estudian las causas por las cuales se han podido producir los diferentes factores del

deterioro.

María Elena Gómez Moreno en el capítulo “La catedral de León11” del libro

titulado Catedrales de España, divide la información en varios bloques: Pulchra

Leonina, Cuando las catedrales eran blancas…, Viejos cimientos, Ruina y Restauración,

Rodeando la catedral, Las portadas, La catedral por dentro, Las vidrieras, y El claustro y

sus dependencias. En conjunto estas páginas presentan uno de los trabajos más

completos acerca del monumento. En primer lugar comienza haciendo una descripción

de la catedral y de su entorno. En el siguiente apartado: “Cuando las catedrales eran

blancas…”, nos habla de la fiebre constructora iniciada en el siglo XIII, de las

características del gótico y de las diferentes funciones que tenían las catedrales. En los

tres siguientes apartados nos narra con bastante precisión la historia de la construcción

de la catedral desde sus orígenes hasta la intervención realizada por Demetrio de los

Ríos, ya a finales del siglo XIX. En el siguiente capítulo: “Rodeando la catedral” nos

describe los alrededores de la catedral y la fachada principal (occidental). Continúa con

la descripción de las diferentes portadas, que dan acceso al templo y que se encuentran

decoradas con decoración escultórica y elementos de origen gótico, en su mayoría del

siglo XIII. En el siguiente apartado nos describe la catedral por dentro, para finalizar

hablándonos de las vidrieras.

10 REPRESA BERMEJO, I., “León, la Catedral Soñada” en La conservación del patrimonio catedralicio.

Madrid, Ministerio de Cultura, 1993, pp. 65-77.

11 GÓMEZ MORENO, M.E., “La catedral de León” en Catedrales de España, León, Everest, 1994,

pp.217-281.

9

En el capítulo sobre “Arquitectura gótica”12 de la enciclopedia titulada: Historia

del Arte de Castilla y León publicada en 1995, José María Martínez Frías comienza

hablándonos del proceso de expansión originado por los diferentes reinos cristianos a

finales del siglo XIII, así como de los vínculos establecidos con Francia, que facilitaron

la llegada de artistas franceses, que introdujeron en la Península el estilo gótico clásico,

procedente del norte de Francia. También hace alusión al importante desarrollo que se

produjo de la vida urbana y la importancia de las catedrales como edificios que

cumplían diferentes funciones para la vida pública dentro de las ciudades. Aunque cita

fuentes que no habíamos visto hasta ahora, como Otto Von Simson que afirma que la

catedral es la representación de una realidad sobrenatural ya que era la casa de Dios y la

representación simbólica de la Jerusalén celeste, también menciona otras anteriormente

contrastadas por Yarza o Navascués. Introduce novedades como por ejemplo medidas.

Este autor nos habla del pie castellano (27,86 cm) que al parecer fue el sistema de

medida utilizado para la construcción del edificio, así como la sección áurea o el

pentágono. Martínez Frías nos explica que en León al igual que en otras catedrales

góticas, el coro aparece situado en la cabecera; a diferencia de las catedrales románicas

que ubicaban el coro en la nave central.

En Historia de la Restauración Monumental en España (1835-1936),13 Isabel

Ordieres Díez, nos cuenta la historia de la disciplina restauradora en España, desde sus

orígenes hasta el golpe de Estado de 1936. De esta fuente cabe destacar el capítulo 4:

“Práctica de la restauración”, en cuyo apartado “La catedral de León (1858-1901)” nos

da una visión detallada de las diferentes intervenciones realizadas desde Matías Laviña

hasta Juan Bautista Lázaro.

En el segundo volumen de Historia del Arte14 dirigida por Juan Antonio

Ramírez, Borrás Gualis nos habla de las grandes catedrales castellanas del siglo XIII y

entre ellas cabe destacar lo que dice de la catedral de León. Al igual que otras fuentes

12 MARTÍNEZ FRÍAS, J.M., “Arquitectura gótica” en RIVERA BLANCO.J (Coord.), Historia del Arte

de Castilla y León, Valladolid, Ámbito, 1995, Vol. III. pp. 120-131.

13 ORDIERES DÍEZ, I., Historia de la Restauración Monumental en España (1835-1936), Madrid,

Instituto de conservación y restauración de bienes culturales, 1995 (1 edición), pp. 178-187.

14 BORRÁS GUALÍS, G.M., “La arquitectura gótica en España y Portugal” en RAMÍREZ. J.A, (Dir.) Historia del Arte, Madrid, Alianza, 1996, Vol. II. pp. 243-266.

10

confirma su influencia francesa, pero a diferencia de lo que dicen otros (Gómez

Moreno, Lambert) remonta los orígenes de las obras de construcción de la catedral de

León al año 1243, cuando estaba al frente de la diócesis el obispo Nuño Álvarez. El

autor también compara el alzado de la catedral de León con el de catedrales como Saint-

Denis o Troyes, y además puntualiza que aunque se compare la planta de la catedral de

León con la de Reims, esta última, tiene sus naves divididas en nueve tramos, en vez de

cinco.

“Las grandes catedrales castellanas del siglo XIII”15 es un capítulo del volumen

V de la Historia Universal del Arte editada en 1996 bastante general, que comienza

hablándonos de la expansión del estilo gótico por la Corona de Castilla, para después

describir brevemente cada una de las distintas catedrales, destacando los datos históricos

más característicos de la construcción de la catedral de León. Este volumen

enciclopédico no me ha aportado ningún dato de interés.

La Historia del Arte español16 de Sureda tampoco me ha aportado nada

relevante para este trabajo ya que en el aparece una breve historia de la construcción de

la catedral junto con una descripción del monumento y todo lo que en él se dice ya lo

había visto anteriormente en otras fuentes.

El manual de González Varas Ibáñez sobre Conservación de bienes culturales 17

nos ha servido para el conocimiento de la restauración como disciplina y de su

evolución a lo largo del tiempo. En cuanto a la catedral de León nos explica las

restauraciones acometidas a partir de 1860 hasta 1919. De este manual también cabe

destacar la calidad de las imágenes que en el aparecen.

15 MORALES Y MARÍN. J.L., (Coord.) “Las grandes catedrales castellanas del siglo XIII” en Historia

Universal del Arte, Madrid, Espasa-Calpe, 1996, vol. V, pp. 273-276.

16 SUREDA. J., “La catedral de León” en Historia del Arte español, Barcelona, Planeta, 1997, Vol. V, pp.

473-477

17 GONZÁLEZ-VARAS IBÁÑEZ, I., “Reconstrucciones, reparaciones, restauraciones en estilo” en

Conservación de bienes culturales. Teoría, historia, principios y normas. Madrid, Cátedra, 1999, pp. 177-

182.

11

En Manual del arte español: introducción al arte español18, el autor comienza

comparando la catedral de León con la catedral de Burgos, después incide bastante en el

espacio interior de la catedral y la compara con otras obras francesas como la Sainte

Chapelle o San Urbano de Troyes. En cuanto al trabajo, esta fuente me ha aportado

algunos detalles sobre el vaciado del muro en el triforio y sobre la restauración del

monumento, pero a grandes rasgos, se trata de un manual bastante general.

En Las restauraciones arquitectónicas de Luis Menéndez Pidal19, Miguel

Martínez Monedero trata todas las intervenciones y nombramientos de este autor. En lo

relativo a la catedral de León se dice que Menéndez Pidal, durante los años del régimen,

fue nombrado Arquitecto Conservador de Monumentos del Servicio de Defensa del

Patrimonio Artístico Nacional, por lo que en lo relativo a la restauración de la Catedral

de León, era la autoridad encargada de la dirección y supervisión de las obras.

Javier Rivera Blanco en “Teoría e historia de la intervención de monumentos”20

nos cuenta la evolución de la disciplina restauradora tanto en Italia como en España. Es

un manual muy bueno para entender los diferentes modos de acometer una restauración,

pero en lo relativo a la catedral de León, no nos aporta nada, ya que solo menciona la

catedral como ejemplo de Restauro Estilístico.

Emilio Morais Vallejo nos habla de: “La demolición de las puertas del recinto

amurallado de León en los siglos XIX y XX”21. En el comenta la demolición de la

puerta del obispo, del palacio episcopal y de un edificio vivienda que se encontraba

anexo a la catedral. El autor también hace una crítica de la destrucción provocada por un

18 BANGO TORVISO, I.G., Manual del arte español: introducción al arte español, Madrid, Sílex, 2003,

pp. (354-357). 19

MARTÍNEZ MONEDERO, M., Las restauraciones arquitectónicas de Luis Menéndez Pidal,

Valladolid, Universidad de Valladolid, 2008.

20 RIVERA BLANCO, J., “Teoría e historia de la intervención en monumentos españoles hasta el

romanticismo” en De varia restauratione: teoría e historia de la restauración arquitectónica. Madrid,

Abda Editores, 2008, pp. 25-47.

21 MORAIS VALLEJO, E., “La demolición de las puertas del recinto amurallado de León en los siglos

XIX y XX. Una pérdida patrimonial irreparable.” en Anales de Historia del Arte, Nº22, León,

Universidad de León, 2012, pp. 9-39.

12

afán de engrandecer el monumento y de reconstruirlo en estilo, eliminando muchas

veces añadidos posteriores.

2. LA CATEDRAL DE LEÓN

2.1. Emplazamiento

La catedral de Santa María de León se encuentra hoy día en el corazón de la

ciudad. Este monumento de culto católico es hoy un edificio exento, aislado. “Así sus

fachadas principales (poniente y mediodía) se encuentran hoy al fondo de inmensas

plazas, faltando las pequeñas y modestas construcciones a sus aledaños, que servirían

para valorar mejor sus dimensiones”22. Esta idea también la apoya Navascués “el afán

de convertir estos templos en grandes esculturas exentas privó en el pasado (…) al

templo de todo el calor y apoyo físico que suponían las construcciones inmediatas”23.

Este aislamiento de la catedral vino propiciado por el influjo de la corriente restauradora

promovida por Viollet-le-Duc, que se extendió por toda Europa en el siglo XIX.

Sin embargo, el emplazamiento de la catedral realmente responde, a que esta

formaba parte del conjunto defensivo, ya que su cabecera se encontraba integrada en la

muralla, por lo que, en el momento de su construcción, la catedral tenía una función

principalmente defensiva, a la par que religiosa.

2.2. Descripción

La catedral de León tiene una planta basilical de tres naves divididas en cinco

tramos y con un amplio desarrollo del crucero, formado a su vez por cinco naves. Su

planta presenta forma de cruz latina, de brazos muy cortos. Tiene una capilla mayor de

amplia longitud: “formada por dos tramos rectangulares y un ábside que cierra una línea

poligonal de siete lados; girola con cinco capillas hexagonales abiertas a ella”24 (lám.1).

La nave de crucero da acceso desde la puerta norte al claustro, a través de un

vestíbulo, a cuyos lados se encuentran las capillas de San Andrés y Santa Teresa y un

poco más alejada hacia el este otra capilla más, dedicada a Santiago y a la Virgen del

22 TORRES BALBÁS, L., “El siglo XIII…”, op. cit., p. 84. 23 NAVASCUÉS PALACIO, P., “La Catedral de León…”, op. cit., p. 18 24TORRES BALBÁS, L., “El siglo XIII…”, op. cit., p. 88.

13

camino. Tras atravesar todo el claustro hacia el norte, llegaremos a la sala capitular y al

espacio ocupado hoy para museo (lám. 4).

En la cabecera, adosadas a las capillas meridionales, podemos observar otras dos

estancias rectangulares, la sacristía y el oratorio (lám.1). La cabecera de la catedral,

como hemos mencionado anteriormente, formaba parte del conjunto defensivo, y cuenta

con un sólido y alto fundamento: “a pesar de su fina y ligera estructura gótica ofrecía sin

duda, un punto fuerte en el sistema defensivo de la ciudad”25. En los pies aparecen las

torres separadas de las naves, ampliando la anchura total, pero apretando la fachada, al

igual que las catedrales góticas inglesas, como dice Navascués. Son muchos los que

coinciden en que la planta de la catedral de León es una copia reducida de la de Reims,

que se había empezado a levantar a principios del siglo XIII.

Desde la nave central podemos observar el alzado que cuenta con tres series

superpuestas de arcos que definen la altura de las naves, del triforio y del claristorio

(lám. 2). En cuanto al espacio interior, es un templo diáfano, con una luz tamizada y

coloreada. El triforio, situado sobre las naves laterales, se abre a la central sobre los

arcos formeros, mediante una serie de ventanas en arco apuntado, partidas por mainel y

rosetón superior, sobre las cuales se levanta el muro completamente vaciado y cerrado

por vidrieras. En esta parte superior, en la zona de las ventanas, incluso se diseñaron

“dos listones verticales cubiertos con vidrio, que disminuían hasta el límite la superficie

maciza”26 (lám. 3). En el alzado, “León busca la mayor desmaterialización posible del

muro, llegando a un vaciamiento similar al que se había alcanzado en Amiens”27 .

En León se va a desarrollar a la perfección el sistema ojival, que es aquel que tiene

como elementos principales las bóvedas de crucería sencilla, apoyadas sobre pilares,

estribos y contrafuertes, apeados todos sobre sus plintos o zócalos correspondientes.

Ahora, el muro, va a dejar de ser uno de los principales elementos de descarga,

predominando el vano sobre el macizo, por lo que, gracias a este sistema de

contrarrestos, el muro se sustituye por vidrieras. (lám. 2). 25NAVASCUÉS PALACIO, P., “La Catedral de León…”, op. cit., p. 20.

26 BANGO TORVISO, I.G., Manual del arte español: introducción al arte español, Madrid, Sílex, 2003,

p. 355.

27 MORALES Y MARÍN, J.L., “Arquitectura gótica...” op. cit., p. 475.

14

En cuanto al tipo de cubiertas, se ha utilizado un tipo de bóveda de crucería, que

surge del cruce de dos arcos apuntados, ya que transmitía mejor el empuje de las

techumbres, a la par que garantizaba una sensación de verticalidad y ascensionalidad.

La nave central, se encuentra cubierta con un tipo de bóveda cuadripartita al igual que la

nave de crucero, sin embargo, las capillas hexagonales y la girola, se han cubierto con

una lógica bóveda de crucería sexpartita; formada por seis plementos, dos nervios

diagonales y un tercer nervio transversal que pasa por la clave (láms. 2 y 5).

Otros elementos de soporte son los arcos formeros de tipo apuntado, que definen

la planta y la dividen en tres naves rectangulares, situadas longitudinalmente, la una con

respecto a la otra. Estos arcos formeros, así como los fajones, descansan sobre pilares de

tipo cruciforme con baquetones adosados, que se multiplican en función de las

nervaduras de las bóvedas.

De los elementos de soporte externos, cabe destacar la importancia de estribos y

arbotantes, partiendo del principio de que el contrarresto es más eficaz cuanto más se

distancie de la masa que emite el empuje. El arbotante es un arco rampante que desplaza

el empuje de las bóvedas y lo transmite a los contrafuertes. La unión entre arbotante y

contrafuerte se corona con terminaciones puntiagudas, los pináculos, que además de

decorar e incrementar la sensación de ascensionalidad, contribuyen a transmitir

verticalmente los empujes oblicuos ejercidos por las bóvedas sobre el estribo.

La fachada principal de la catedral de León es la occidental, denominada de la

“Virgen Blanca” o del “Juicio Final”. Esta se encuentra flanqueada por dos torres: Torre

de las Campanas de 65 metros y Torre del Reloj de 68 metros (lám.6.) Son de base

cuadrada y de cuatro cuerpos, a partir de los cuales se reduce la planta para levantarse

dos cuerpos más en los que se abren vanos, utilizados para la colocación de las

campanas. Ambas torres están construidas mediante gruesos muros reforzados con

estribos cerca de las esquinas y se encuentran coronadas con chapiteles de estructura

piramidal, rematados con varios pináculos con crochets. La torre más baja, en su interior

cuenta con tres estancias: “la primera corresponde a la Capilla de San Juan abierta a la

iglesia, la segunda a una estancia que como la baja se cierra con bóveda cuatripartita,

siendo octopartita la del cuerpo de campanas”28. Navascués resalta la imponente flecha

28 NAVASCUÉS PALACIOS, P., “La Catedral de León…” op. cit., p. 23

15

ciega de piedra, “que debió ser construida ya en el siglo XIV, pero que sigue modelos

del siglo XIII en la línea de las flechas vistas en Santa María la Real de Sangüesa y

Santa María del (sic) Palacio de Logroño”29.

El cuerpo central nos presenta una fachada de dos cuerpos. En la parte superior

destaca el gran rosetón central, que se encuentra situado sobre cuatro ventanas bíforas

rematadas en arco apuntado. Sobre este gran rosetón se encuentran dos pequeños

rosetones más encima de los cuales hay una balaustrada coronada con un tejadillo a dos

aguas, que se encuentra encima de un pequeño rosetón flanqueado por dos pináculos.

Además, este cuerpo central se encuentra unido a las torres mediante arbotantes que

contribuyen también a descargar el peso de las techumbres (lám.6).

En su parte baja, la fachada principal, se organiza mediante tres pórticos

abiertos en arquería apuntada que sirven de acceso a las tres naves del edificio, que

presentan su ornamentación original (lám. 7). En el interior de estos arcos podemos ver

varias arquivoltas con decoración escultórica. En el arranque de las arquivoltas podemos

apreciar varias hornacinas, en las que aparecen varias estatuas columnas, que

representan a los apóstoles (lám. 8) Al parecer se ha relacionado este pórtico con los

pórticos del crucero de la catedral de Chartres. “Esta estructura porticada debió tener un

remate distinto al que hoy vemos, posiblemente en la línea de Chartres, es decir, con un

gablete sobre cada portal, según puede verse todavía sobre el de la derecha o de San

Francisco”30 (lám. 7). En algún momento se decidió sustituir esta solución por una

terraza que, a modo de tribuna, sirvió para presidir toda clase de festejos cívico-

religiosos, celebrados en la plaza de la Regla.

La puerta central denominada puerta de la Virgen Blanca, es lógicamente, por su

situación la más monumental de las que posee el templo. Esta entrada se denomina así

ya que se encuentra presidida por una escultura de bulto redondo, de gran calidad,

dedicada a la Virgen María, que aparece colocada como estatua columna en el parteluz,

llevando al niño Jesús en sus brazos (lam.8). Hoy en día la que podemos observar es

una réplica de la original, que se encuentra en la capilla central de la girola. El relieve

escultórico que presenta esta portada está dedicado al Juicio Final. En el tímpano

aparece Cristo hombre, mostrando las marcas de sus manos y del costado (lám.9). Al

29 Ibídem, P.31 30 Ibídem.

16

lado, los ángeles portan los instrumentos de la pasión y en los extremos, la Virgen

María y San Juan ruegan por los hombres que van a ser juzgados. Rodeando el tímpano

hay tres arquivoltas en arco apuntado con escultura en relieve que representan a los

ancianos del Apocalipsis portando instrumentos musicales, ángeles y serafines.

En el dintel aparece, la Psicostasis, o pesaje de Almas, por el cual se

determinaba la condenación o salvación eterna, que era la expresión del convencimiento

de que el hombre sobrevive en sustancia (alma) después de la muerte. A ambos lados de

San Miguel, se encuentran los bienaventurados en un lado y en el otro los condenados.

En el grupo de los que esperan entrar en el Paraíso aparecen algunos reyes y frailes

mendicantes junto con un ángel que toca el órgano. El sector de los condenados muestra

demonios, arrojando a los pecadores a dos ollas con agua hirviendo, y tres cabezas de

monstruos devorando los cuerpos (véase lám. 9).

Entre esta portada y la portada sur o de San Juan se encuentra el pilar donde se

recurría al “LOCUS APELLATIONIS”, que era el lugar donde se podía apelar

cualquier sentencia anterior, ante un tribunal compuesto por cuatro jueces. “La

ratificación o no de la sentencia tenía lugar allí, en el pórtico de la catedral bajo la

mirada atenta de un rey en relieve que imparte justicia, en quien se ha querido ver al

justo Salomón”31. El tímpano de esta portada se encuentra dedicado a la vida de la

Virgen y a la infancia de Jesús, desde la Visitación hasta la Matanza de los inocentes.

La portada norte o de San Francisco recoge la muerte y coronación de la Virgen.

“Un rico programa iconográfico a base de apóstoles, profetas, sibilas, reyes y santos

cubren las arquivoltas o se encarnan a la galería de estatuas que, de muy distinta mano,

coronan un basamento de arquillos ciegos”32 (véase lám. 8).

Lo concerniente a la arquitectura de la fachada lo trataremos más adelante, por

tratarse de un diseño del siglo XIX.

La fachada del crucero (sur), al igual que la occidental, también cuenta con tres

puertas de acceso con sus correspondientes portadas decoradas con relieve escultórico.

La portada central es denominada “del Sarmental”. El programa desarrollado en ella

es la visión apocalíptica de San Juan. El tímpano está presidido por Dios todopoderoso

31 Ibídem, p. 37. 32 Ibídem, p. 31.

17

en Majestad, mostrando el Libro de la Ley, rodeado del tetramorfos o símbolos de los

evangelistas: el toro (Lucas), el León (San Marcos), el águila (San Juan) y el ángel (San

Mateo). A sus lados aparecen varios monjes sentados, escribiendo sobre pupitres. En las

arquivoltas, los ancianos del apocalipsis con sus instrumentos, y en el dintel de la

puerta, se representa a los doce apóstoles de pie interactuando los unos con los otros. En

el parteluz aparece un bulto redondo de san Froilán (lám.10).

La puerta oeste, de menores dimensiones, se denomina “Puerta de la Muerte” y

está inacabada ya que no presenta decoración en el tímpano, solo en las arquivoltas y

jambas. Esta puerta posee decoración heráldica, ya que estaba relacionada con Fernando

de la Cerda, primogénito de Alfonso X “el Sabio”, heredero al trono. El nombre de

“Puerta de la Muerte” procede de una figura de un esqueleto con alas, colocado en

época posterior en una de las ménsulas (lám.11).

La puerta este, también de menores dimensiones que la puerta central,

presenta una portada dedicada a San Froilán ya que en el tímpano podemos apreciar

escenas de la vida del santo, su muerte y el traslado de sus reliquias a la catedral

leonesa. Las arquivoltas están decoradas con ángeles. A esta puerta también se le ha

denominado como “puerta del obispo”, ya que por ella entraba el obispo, por

encontrarse situada frente al palacio episcopal. Esta puerta, junto con el palacio, fueron

derribados a principios del siglo XX por voluntad del ayuntamiento de León (lám.12).

Por último, nos encontramos con la conocida como Puerta de la Virgen del

Dado, que está situada en la fachada del transepto norte. Este conjunto no es visible

desde el exterior ya que solo se puede apreciar desde el interior del claustro, que consta

de una sola puerta (lám.13). Presenta un primer piso de arcos apuntados sobre los que se

asienta el cuerpo central flanqueado por dos pináculos y con un gran rosetón central de

principios del siglo XIV. Este rosetón sería utilizado como modelo para las

restauraciones posteriores. En el tímpano de la portada podemos apreciar una estatua de

Cristo de pie dentro de una mandorla mística, rodeada por ángeles. En las jambas hay

unas estatuas de los apóstoles y un relieve con la escena de la Anunciación. En el

parteluz, la Virgen María con el Niño. Este conjunto escultórico en algunas partes

todavía conserva parte de la policromía.

18

2.3. Datos históricos

Antes de hablar de la catedral gótica, debemos de mencionar la existencia de una

catedral románica, la cual se levantaba a su vez sobre unas termas romanas. Según una

fuente de 1236, Crónica del mundo de Lucas de Tuy, los cimientos de la catedral se

empezaron a construir por el obispo Manrique de Lara, que murió en 1205. Estos

cimientos al parecer pertenecían a una iglesia de planta románica. El obispo de León

don Manrique, según Torres Balbás, “cimentó su catedral con gran obra, pero no llegó a

concluirla” 33.

De este primer edificio, la única información que tenemos es la que recopiló

Demetrio de los Ríos en la excavación llevada a cabo en el subsuelo de la catedral.

Las pruebas y elementos formales que ofrece la catedral, hacen pensar a los

especialistas (Street, Enlart, Navascués, Torres Balbás…) que se trata de una obra de la

segunda mitad del siglo XIII. Gómez Moreno afirma que, “esta obra guarda perfecta

armonía con las mejores obras francesas de la época de San Luis”, por lo que; según él,

es imposible considerarla como anterior a la segunda mitad del siglo XIII: “como la

homogeneidad más absoluta, reina en todo el edificio, menos en las adiciones

posteriores, hay que reconocer, que si algo se remonta a la época de P. Manrique será en

los cimientos, pero las partes visibles son cincuenta años más modernas”. 34 Bango

Torviso también apunta que la catedral de León se debió de comenzar en la segunda

mitad del siglo XIII. Sin embargo, para Navascués es un modelo ejemplar de la

arquitectura del siglo XIII “sin mezcla alguna de las novedades constructivas y

decorativas que traería consigo el siglo XIV”35.

Borrás Gualis afirma que el comienzo de las obras se remonta al año 1243,

cuando se encontraba al frente de la diócesis de León el obispo Nuño Álvarez. Pero

siguiendo a Lambert y a Gómez Moreno, la construcción de la catedral de León ha de

atribuirse a don Martín Fernández, un obispo, gran constructor, que fue nombrado en

1254 y que, contando con escasos recursos, quiso competir con las diócesis de Burgos y

33 TORRES BALBÁS, L., “El Siglo XIII…” op. cit., p. 87.

34 GÓMEZ MORENO, M., “Catálogo monumental…” op. cit., p. 220.

35 NAVASCUÉS PALACIOS, P., “La Catedral de León…” op. cit., p. 28.

19

Toledo, que unos veinticinco años antes habían dado comienzo a sus respectivos

templos.

Don Martín Fernández contaba con el beneplácito del rey Alfonso X, que

concedió exenciones para todos aquellos que contribuyeran con la construcción de la

catedral, además de que concedería multitud de privilegios financieros, a la par que el

usufructo de una finca de la cual podría recoger madera para la construcción del

edificio. No hay duda en que la construcción de la catedral debió comenzar hacia 1255,

y ya en 1258 se tiene constancia de que se levantaron las capillas de la cabecera

(Santiago y San Clemente).

Don Martín Fernández en 1277, obtuvo de parte del monarca la exención de

impuestos y servicios para: veinte canteros, un vidriero y un herrero que trabajaban en

la catedral.

“Sepan cuantos esta carta vieren cómo yo Don Alfonso, por la Gracia de Dios, rey de Castilla, de

León (…) por hacer bien y merced al cabildo de la Iglesia de León y por voluntad que he de hacer bien y

algo en la obra de su iglesia, eximo a veinte pedreros, un vidriero y un herrero, mientras labraren en la

obra, de todo pecho y de todo pedido y de fonsado y de fonsadera y del servicio que es tanto como una

moneda que me prometieron dar cada año.”36

En el concilio de Madrid de noviembre de 1258, se concedieron indulgencias a

todos aquellos que cooperasen con las obras de la iglesia, también en el concilio de

Lyon de 1274, se concedieron nuevas indulgencias, para llevar la obra hasta el final.

Al testar el obispo Martín Fernández en 1288, estaría hecha y abierta al culto una

parte importante de la cabecera, con cuatro capillas (San Froilán, San Martín, San

Francisco y Santo Domingo). Anteriormente, en 1277, había fallecido el maestro

Enrique, de origen francés, quien había estado al frente de las obras de las catedrales de

Burgos y León. A este le sucedió Juan Pérez, “maestre de la obra de Santa María de

Regla”37, quien había compartido maestría con Enrique en la catedral de Burgos; era de

origen español, y murió en 1296. A Don Martín, le sucederían los obispos Don

Fernando (1289-1301) y Don Gonzalo Osorio (1301-1313).

36 Ibídem, p.23. 37 GÓMEZ MORENO, M., “Catálogo monumental…” op. cit., p. 221.

20

En 1302 al parecer el edificio estaba muy avanzado, como para considerarse casi

concluido, pues el obispo Gonzalo Osorio, daba en esta fecha una constitución en la que

declaraba expresamente que “la obra se encontraba en buen estado”. 38

Coincidiendo con la minoría de edad de Alfonso XI (1312-1325), se dieron una

serie de luchas civiles, provocadas por los nobles que pretendieron controlar el poder.

En el transcurso de estas luchas la catedral se utilizaría como fortaleza. En 1320 el

infante Don Felipe, “mando combatir la Iglesia muy fuertemente, y entráronla por la

fuerza”.39

La construcción del claustro se inició en el siglo XIII, los muros exteriores de

este en el siglo XIV y las bóvedas y vanos interiores en el siglo XVI. A principios del

siglo XIV al parecer todo el buque principal de la catedral se encontraba ya en pie,

reanudándose las obras y completándose las partes superiores, según se deduce de las

indulgencias concedidas para la construcción en el concilio de Bale de 143940. Debido a

“las modificaciones y añadidos que fue sufriendo la obra primitiva”41… “el templo llegó

a mediados del siglo XIX ruinoso y envilecido, tapadas con adobes las vidrieras del

triforio y las ventanas de las naves laterales”.42

El cambio estilístico más importante en la arquitectura del templo, se produjo en

el siglo XV con la llegada del maestro Jusquín, procedente de los Países Bajos y que,

según lo estudiado por Waldo Merino43, al parecer, estuvo al frente de las obras desde

1445 hasta 1468. Con la llegada de Jusquín se concluyeron las torres, se alzaron las

capillas y una nueva influencia procedente de Alemania y de los Países Bajos, modificó

el carácter inicialmente francés, de la catedral leonesa. Esto lo vamos a poder apreciar

en la torre del reloj: “añadiendo un cuerpo de transición con arcos ciegos de perfil

conopial y dos cuerpos con un hueco único por frente en lugar de los dos que se ven en

38 LAMBERT, E., “La influencia...” op. cit., p. 26.

39NAVASCUÉS PALACIO. P., “La Catedral de León… op. cit., p. 19.

40 Ibídem, p. 32. 41 LAMBERT, E., “La influencia…” op. cit., p. 232.

42 TORRES BALBÁS, L., “El Siglo XIII…” op. cit., p. 88.

43 Citado en: NAVASCUÉS PALACIOS. P., “La Catedral de León…” op. cit., p. 32.

21

la Torre de las Campanas”44 (véase lám.6). El resultado final es una torre más ligera, de

herencia flamígera, lo que le da pie a Navascués a afirmar que Jusquín fue uno de los

introductores del estilo flamígero en la península.

Antes de concluir la obra, Jusquín murió y su sucesor fue Álvaro Ramos, lo cual

figura en las actas capitulares, donde podemos encontrar el siguiente texto, con fecha de

9 de enero de 1482:

“Todos de un acuerdo dixeron que por quanto Mestre Cosquin, maestro de la obra de dicha

iglesia, era fallecido e es necesario un maestro para la dicha iglesia e obra della, e Alvaro Ramos, pedrero,

vezino de la cibdad, les paresciz ques es buen oficial e suficiente para ser maestro de la dicha obra tanto

quanto fuera de voluntad del Señor Obispo e de los señores dean e cabieldo e non mas. Dieron comisión

para concertar él el salario que le mande dar por Mestro de la obra”.45

La altura final alcanzada por esta Torre Nueva, fue de 67 metros. Gracias a los

estudios realizados por Navascués, sabemos que en su fábrica de sillería abundan las

marcas de canteros, escasas en la obra del siglo XIII. Jusquín también intervino en

algunos remates exteriores de la catedral, como el piñón triangular sobre la fachada

norte o de la Virgen del Dado. De esta fachada norte cabe destacar el rosetón triangular

flamígero que contrasta con el circular del siglo XIII (véase lám.13). La labor de Álvaro

Ramos se limitó a acabar las obras ya empezadas, lo único que lleva su firma personal

fue la Sacristía. Para su cubrición utilizó bóveda de cañón reforzada con dos arcos

fajones. El escudo de los Reyes Católicos que se esculpió, demuestra el momento

constructivo ya que en el escudo aparecen unas granadas, las cuales se incorporarían a

la heráldica regia tras la toma de Granada.

La etapa gótica de la catedral finalizó con la presencia de Juan de Badajoz,

conocido con el sobrenombre de “el Viejo” para diferenciarlo de su hijo, a quien lo

conoceremos con el apelativo de “el Mozo”, maestro de talento, que ocupó la maestría

de la catedral desde 1499 hasta su muerte acaecida en 1522. Al parecer según

Navascués, su producción fue breve, pero exquisita: la puerta del Cardo en el interior

del templo y la formidable librería, que hoy conocemos como capilla de la Virgen del

Camino de Santiago. Tras su muerte, el nuevo proyecto para el claustro, sería ideado

por su hijo Juan de Badajoz “el Joven”, que fue contratado por el cabildo en 1525, fue el

introductor del renacimiento en la catedral. “Juan de Badajoz, el Joven, se deja ver con 44Ibídem. 45Ibídem, p. 34.

22

claridad en el desaparecido remate del hastial sur que Laviña desmontó (1861), en el

cuerpo alto de la fachada principal que eliminó Demetrio de los Ríos (1889) (…) En el

interior de la catedral debemos señalar la obra del coro y la ampliación de la sacristía”46.

Esta sacristía nueva, se cubrió con una bóveda de crucería, cuyo diseño se caracterizaba

por ser típico del siglo XVI, mientras que el exterior, presenta motivos inequívocamente

renacentistas. De igual modo, se observa en el claustro gótico ideado por Juan de

Badajoz “el Joven”, que sustituyó a uno anterior, y se encuentra situado en la zona norte

de la catedral (lám.13).

El sustituto de Juan de Badajoz fue su antiguo aparejador López de Rojas. Este

se hizo cargo de las obras en 1555, terminando el claustro y reparando el cuerpo alto de

la torre de las Campanas, que desde siempre presentará problemas de conservación. Su

sucesor será Baltasar Gutiérrez, quien trazó los dos primeros muros exteriores del coro y

sus tribunas (1573-1580), también introdujo las primeras formas manieristas47.

En él siglo XVII se trabajó en el tramo del crucero, cuyos pilares torales ya

habían mostrado movimientos de inclinación y tenían además algunas grietas. En 1631

se produjo el hundimiento del tramo central del crucero, y el maestro de la catedral,

Juan de Naveda, propuso: levantar sobre los arcos torales “una cúpula ciega, sin

tambor, asegurando la trabazón de la arriesgada obra de cantería con una especie de

rudimentario mallazo tejido sobre el trasdós de la media naranja”48. Este proyecto

empeoró la situación. En 1694, el maestro Manuel Conde Martínez presentó un

proyecto de terminación del hastial sur que no se llegó a llevar a efecto. Pero en esta

fecha al parecer se desmontó el remate renacentista y se saneó la obra para reforzar así

su asiento.

En el siglo XVIII la situación de la catedral empeoró y los proyectos propuestos

aceleraron la mala situación del templo. Según Navascués el desconocimiento de la

mecánica del sistema gótico fue lo que hizo que se acumularan tantos errores.

Churriguera en 1714, aconsejó poner cargas de peso sobre las cuatro pilas torales del

crucero, pero este aumento del peso, empeoró aún más el problema. Para resolverlo

llamaron a los maestros Fray Pedro Martínez y Fernando Casas y Novoa, pero no

46Ibídem, p. 37. 47 Ibídem. 48 Ibídem, p.40.

23

supieron resolverlo. En 1713, comenzó una de las fases más complicadas para el

progresivo deterioro de la catedral. Especialistas como: Felipe y José Álvarez de la Viña

y Pedro de Valladolid dieron cuenta de ello en 1734.

La segunda ruina parcial del templo se produjo en 1743, hundiéndose la pila del

brazo sur del crucero junto con otras cuatro bóvedas más, además de derrumbarse

totalmente la capilla del Carmen. Cuando se produjo este derrumbamiento, el cabildo,

solicitó la ayuda de Alonso de la Fuente, cuya solución de 1744 no gustó. El italiano

Giacomo Pavía, rehízo lo hundido y colocó sobre la cúpula del crucero una linterna de

madera para rebajar el peso, pero los graves problemas estructurales de la catedral

seguirían estando patentes. Esto se puso de manifiesto en 1755, cuando el terremoto de

Lisboa se dejó sentir también en León, “afectando al brazo sur del crucero y muy en

concreto a su hastial que hubo de recomponerse. Se macizaron sus huecos, desapareció

el triforio y se eliminó el antiguo rosetón, abriendo en su lugar un par de arcos

apuntados, tal como lo recoge en el texto y en sus grabados, el P. Risco”49. Sabemos

además que el terremoto de 1755 contribuyó todavía más a quebrantar la catedral. Con

motivo de su lamentable estado, a lo largo de todo el siglo XIX se acometerían

diferentes restauraciones al frente de las cuales estuvieron diferentes especialistas.

49 Ibídem, p.42.

24

3. HISTORIA DE LA CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DE LA

CATEDRAL DE LEÓN

En Europa con el Romanticismo se volvieron a tener en cuenta las virtudes de la

cultura medieval. La arquitectura gótica se va a convertir en uno de los símbolos de la

Edad Media. Los monumentos y obras de arte van a ser estudiados y restaurados,

además de que se creará un debate intelectual en torno a ellos. Teoría y práctica

comenzarán a ir de la mano y surgirán grandes figuras de la restauración monumental,

que se va a convertir en una nueva disciplina. Eugene Viollet-Le-Duc será famoso por

sus restauraciones en estilo. Este arquitecto entendía que había que dotar al edificio de

su imagen ideal, de ahí sus controvertidos añadidos y reconstrucciones, que han sido

duramente criticados por los académicos de arte. Por otro lado, cabe destacar a John

Ruskin, quien entendía que todos los edificios tienen su ciclo vital, y que, por lo tanto,

no hay que intervenirlos, porque pensaba que las obras arquitectónicas son testimonios

originales del pasado histórico, y restaurarlas equivalía a algo semejante como querer

intentar resucitar a un muerto50.

Mientras en Europa se ponía en valor el arte, en España vivíamos un complejo

proceso desamortizador. Tras el levantamiento del verano de 1843 y la formación del

primer gobierno del general Narváez, en mayo de 1844, tras la promulgación de una

Real Orden, se creaba la Comisión Central de Monumentos Históricos y Artísticos, así

como las Comisiones Provinciales, cuya función principal era recabar información de

aquellos edificios que se encontraran en peligro, y que por su valor histórico-artístico

mereciesen conservarse.

En este contexto, ganó importancia la catedral de León, que necesitaba

urgentemente de ayuda técnica y económica. El 28 de agosto de 1844 obtuvo la

declaración de Monumento Nacional, el primero de nuestro país en recibir esta

distinción. Con esto se garantizaba el compromiso de que el Estado se encargaría de las

obras de restauración y conservación de la catedral.

Al parecer, algo se intentó hacia una recuperación de la catedral del siglo XIII, ya

que se repuso el rosetón de la fachada sur, siguiendo el modelo del testero norte (lám.

14). Caveda atestigua en su Ensayo histórico, que: “en la actualidad… se abre un

50 GONZÁLEZ-VARAS IBÁÑEZ., “Reconstrucciones, reparaciones…” op. cit., pp. 206-207.

25

rosetón en el frente sur del crucero, que se hallaba antes decorado en el centro por dos

ventanas gemelas de arcos apuntados y una rosa encima”51

Hasta 1858 lo único que se habían hecho en la catedral, eran reparaciones puntuales,

pero ya en este año, el cabildo encargó una valoración para una restauración general del

edificio a Mariano Álvarez Fernández, quien con Perfecto Sánchez hicieron un

presupuesto para la restauración. En junio la Real Academia de Bellas Artes de San

Fernando encargó un nuevo reconocimiento a Narciso Pascual y Colomer52 y a Díaz de

Bustamante, quienes, tras examinarlo, “detectaron la ruina próxima del crucero y todo el

brazo sur del edificio”53. Pocos meses después se produjeron los primeros desplomes.

Tras la formación de la Junta de Restauración de la Catedral de León (enero de

1859), se nombró director de las obras de restauración a Matías Laviña Blasco54 (1859-

1868). Este arquitecto, hombre ya de avanzada edad, tuvo que hacerse cargo de las

obras de la catedral, ya que no había ningún candidato que quisiera encargarse de esta

arriesgada restauración, y durante esta etapa se puso en evidencia la complejidad de una

obra de este calibre. Laviña55, experto en arquitectura romana, al parecer, no era la

persona más adecuada para encargarse de una restauración medieval. Aquí se pone de

manifiesto la importancia de la investigación, ya que la falta de conocimientos

específicos y la escasa preparación de nuestros arquitectos hicieron que la tarea de

restauración se alargase, poniendo en peligro la integridad del edificio.

Tras realizar diversas catas, con el fin de saber cuáles eran las causas de la ruina

para poder así frenarla, finalmente Laviña, a partir del 5 de agosto de 1859, decidió

preparar los andamios y demoler el cimborrio, finalizando su desmontaje el 8 de

noviembre de 185956.

“Laviña comenzó derribando, ante el estado de ruina del cimborrio tardobarroco, toda su estructura

comenzando por los grandes pináculos de remate y estabilización de las pilas del crucero, lo que conllevó 51CAVEDA, J., “Ensayo histórico sobre la arquitectura española. Edad Antigua. Edad Media.”, Madrid,

1848. Citado en: NAVASCUÉS PALACIOS. P., “La Catedral de León…” op. cit., p. 43.

52 GONZÁLEZ-VARAS IBÁÑEZ, I., La catedral de… op. cit., p. 113.

53 NAVASCUÉS PALACIO, P., “La Catedral de León…” op. cit., p. 43 54 GONZÁLEZ-VARAS IBÁÑEZ, I., La catedral de… op. cit., p.114

55 ORDIERES DÍEZ, I., Historia de… op. cit., p. 178.

56 REPRESA BERMEJO, I., “León…” op. cit., p. 67

26

una alteración de los ya de por sí frágiles estados de equilibrio, que repercutieron en todo el brazo sur del

crucero, iniciando un movimiento de absorción del nuevo y alterado estado de cargas con aperturas de

grietas y fisuras en muros y bóvedas”57.

El informe elaborado por Laviña el 22 de diciembre de 1860, apunta como causas de

la ruina: “la extremada sutileza de los muros y pilares perforados, la construcción

desconcentrada, la mala calidad de muchos sillares y las exhalaciones y

terremotos…”58. En un informe posterior elaborado por Demetrio de los Ríos, el 20 de

abril de 1880, establece una serie de causas de la ruina que las engloba en 6 capítulos:

1- La estructura original del templo.

2- Fundación.

3- Elección de la Piedra.

4- Construcción.

5- Restauradores.

6- Licencias y descuidos imperdonables.

De este informe también cabe destacar lo que dice acerca de la piedra utilizada para

la construcción, en este caso, piedras de Boñar:

“(La piedra)… sienta la humedad constante a sus espaldas, descompónese interiormente, bota fuera

la costra que se conserva al parecer sin el menor detrimento, y asoma las cariadas capas que escondía,

para caer en polvo”.59

Análisis químicos posteriores han confirmado el rápido proceso de disgregación de

este tipo de piedra.

Tras la elaboración del informe previo, Laviña presentó dos proyectos para la

restauración del templo. El primero de ellos consistía en una eliminación en sentido

purista de lo que no era originalmente gótico; y el segundo, se trataba de una operación

de atirantado, para asegurar la estabilidad del edificio. Esta segunda opción fue

descartada por la Academia de Bellas Artes San Fernando, que aprobó la idea de

reconstruir el templo en estilo. En este sentido informó favorablemente la Academia, el

10 de mayo de 1861, ante el Ministerio de Gracia y Justicia:

57 REPRESA BERMEJO, I., “León…” op. cit., p. 67

58 Ibídem. 59 Ibídem.

27

“Cree más la Academia, y no titubea en decirlo, que una vez puesta la confianza en un artista para

dirigir la restauración tan importante y delicada como esta, donde arrastra compromisos gravísimos, que

no están compensados con el provecho material que pueden reportar, ni con la gloria que un éxito

brillante pueda proporcionarle, puesto que arriesga su reputación toda si le ocurriese un lance

desagradable; la confianza debe ser completa y debe revestírsele de todo el prestigio necesario y de

facultades amplias, para hacer frente, según su leal saber y entender, a todas las eventualidades y

accidentes imposibles de preveer [sic] que puedan ocurrirse en el curso de las operaciones”60.

Esta afirmación, deja entrever el peligro que conllevaba esta intervención, por lo que

la Academia decidió reforzar su apoyo al arquitecto, adelantándose a los posibles

problemas que pudieran surgir. La falta de rigor, en esta reconstrucción gótica, deja

patente el desconocimiento por parte de Laviña de lo escrito por Viollet-le-Duc. Esta

situación produjo los primeros debates acerca de los criterios seguidos en la

restauración. Villamil fue uno de los más críticos con el desmontaje de la catedral

leonesa. Debido a la polémica que se había creado, se decidió formar una comisión

compuesta por los arquitectos Aníbal Álvarez, Peyronnet y Enríquez y Ferrer, que

apoyaron a Laviña. Esta comisión aconsejó levantar un frontón, además de

recomendarle a Laviña que hiciera una visita a Chartres. Ante esta actitud de la

Academia, se apagó la polémica. En cuanto al criterio seguido para la intervención,

viene regulado en unas reales órdenes de 1850: “hay que respetar el pensamiento

primitivo acomodando las renovaciones al carácter de la fábrica, y procurando que las

partes antiguas y las modernas se asemejen y parezcan de una misma época”61.

Fijado el criterio para la intervención, Matías Laviña decidió desmontar el cimborrio

tardobarroco y el hastial renacentista. Sin embargo, en los contrafuertes de la nave norte

fueron respetados sus flameros renacentistas. Tampoco se derribó ni el claustro ni la

sacristía. En la parte inferior de la fachada del hastial norte y hasta la base del triforio,

Laviña introdujo en los zócalos una piedra de mayor dureza que la original, de color gris

y con betas blancas, denominada mármol duro de Pola, mientras que para la parte

superior utilizaría dolomía de Boñar62, un tipo de piedra calcárea de color ocre claro,

igual a la que se había utilizado en origen.

60 Citado en: NAVASCUÉS PALACIO, P., “La Catedral de León…” op. cit., p. 45

61Ibídem.

62 ORDIERES DÍEZ, I., Historia de… op. cit., p. 178.

28

Tras la muerte de Matías Laviña en 186863 fue elegido como su sucesor, Juan de

Madrazo, que tendría que ocuparse de su labor más tarde, ya que debido a una estrategia

política se nombraría a Andrés Hernández de Callejo64. Este dirigió las obras de

restauración de la catedral durante todo este año y tuvo problemas con el obispo, con el

cabildo, con el gobernador civil y hasta con los empleados de la obra, llegando a

despedir al delineante, Ricardo Velázquez Bosco, autor junto a Ozaeta de los

levantamientos y dibujos, por lo que después le sería imposible avanzar en la

restauración de la catedral leonesa. A lo único que se dedicó, Hernández Callejo, fue a

reponer sillares, cuando su labor fundamental era la de “elevar la fábrica para unificar y

enlazar la nueva construcción con la antigua en la parte superior”65.

Hernández Callejo66 acabó mal en León tras el informe elaborado por una comisión,

compuesta por Peyronnet, Chachavera y José Amador de los Ríos, designada por la

Real Academia de Bellas Artes, en julio de 1868. Esta comisión aconsejó relevar a

Callejo de las obras, para lo que intentaron forzar su dimisión. El arquitecto se opuso y

en diciembre de 1868, el Ministro de Gracia y Justicia, emitió un expediente, en el que

Callejo tendría que justificar una serie irregularidades económico-administrativas.

Finalmente, en este mismo año Hernández Callejo sería destituido67.

En los siguientes diez años se va a hacer patente una gran falta de medios derivados

de la escasa financiación ofrecida por el Estado. Debido a ello, el obispo de León envío

una serie de circulares a las diferentes diócesis españolas, solicitando: “el óbolo de la

caridad, pues muchos años ha (sic) que los gobiernos no atienden esta desgraciada

iglesia, cuya catedral vendrá a derrumbarse enteramente”68. Esta carta escrita en 1876

iba acompañada de un juicio pericial elaborado por Juan de Madrazo y Kuntz. El 27 de

enero de 1869 el Ministro de Gracia y Justicia designó, entre otros, a Juan de Madrazo

63 GONZÁLEZ-VARAS IBÁÑEZ, I., La catedral de… op. cit., p. 148.

64 Ibídem, p.181.

65 NAVASCUÉS PALACIOS. P., “La Catedral de León…” op. cit., p. 46.

66 GONZÁLEZ-VARAS IBÁÑEZ, I., La catedral de… op. cit., pp. 157-162.

67 NAVASCUÉS PALACIO, P., “La Catedral de León…” op. cit., p. 46 68 Ibídem.

29

como nuevo Director de las obras, el cual estaría al frente de ellas hasta el 21 de octubre

de 1879.

Juan de Madrazo desarrolló un elaborado proyecto, siguiendo las tesis de Viollet-le-

Duc69, ideando para la catedral una restauración en estilo que proponía una recreación

ideal del edificio. Debido a esto, debemos a Juan de Madrazo el aspecto actual de la

catedral. Tras largos análisis, concluyó que la realidad histórica del templo se

correspondía con el estilo de la Champagne, correspondiente al gótico francés del siglo

XIII. De tal modo que el aspecto de la catedral leonesa resulta neogótico debido al

criterio utilizado para llevar a cabo la restauración.

Aunque Madrazo se hizo cargo de la dirección de las obras70 en 1869, estas no se

reanudarían hasta unos años después, debido a razones políticas, económicas y

administrativas. Los gastos que requería la intervención excedían el presupuesto de la

Junta de Reparación de Templos por lo que el gobierno de la I República no autorizó la

restauración, a pesar de que Madrazo tenía ultimado el proyecto. Según este proyecto,

debía de cerrarse el crucero y los cuatro tramos de bóveda contiguos a él, dos sobre el

crucero y otros dos en el presbiterio. También había que reconstruir el brazo sur del

crucero, con su fachada correspondiente, así como sus bóvedas y contrarrestos; además

había que derribar lo que había hecho Laviña en todo este tramo (lám. 14). Madrazo

propuso rehacer todas las cubiertas del templo, modificando y aumentando su

inclinación para que coincidiese con los piñones de los testeros para darle un aspecto

más gótico y de herencia francesa. La Torre de las campanas también requería ser

intervenida, ya que su cuerpo alto no se encontraba en buen estado; Madrazo señalaba

que había que “rehacer los arbotantes, la totalidad de las líneas de coronación y otras

partes donde la cantería se presenta más o menos descompuesta”71, el arquitecto

también pensaba que era indispensable acometer la reconstrucción de la fachada

principal (lám.15). El presupuesto estimado para este proyecto, ascendía hasta un total

de unos seis millones de reales, que el cabildo no tenía, por lo que el proyecto bien

trazado de Madrazo, no se haría.

69 ORDIERES DÍEZ, I., Historia de… op. cit., p. 181.

70 GONZÁLEZ-VARAS IBÁÑEZ, I., La catedral de… op. cit., pp. 169.

71 NAVASCUÉS PALACIO, P., “La Catedral de León…” op. cit., p.48.

30

Gracias a la limosna de los fieles recaudada por el obispo de León, Madrazo

utilizaría los pocos fondos disponibles para apear la catedral con un encimbrado de

bóvedas72 arcos y arbotantes, cuyo proyecto había sido aprobado ya en 1874. A pesar

del mal estado de la catedral y de los esfuerzos llevados a cabo por Madrazo, los fondos

del Estado seguían sin llegar. Ante esta situación las autoridades eclesiásticas, civiles y

militares de la provincia de León, hicieron un llamamiento, apelando a los sentimientos

religiosos y artísticos de la población. Aunque no sabemos a cuanto ascendió la cuantía

de las donaciones, sabemos, que gracias a ellas se pudieron poner en marcha las obras

de la fachada sur, que sería terminada por Agapito Flor ya que su presupuesto de

58.300 pesetas, era mucho más bajo que el que Madrazo había estimado para estas

obras73. En 1877 el Estado contribuyó con 160.000 pesetas, que se destinaron a acabar

las obras de encimbrado de todas las bóvedas y arbotantes exteriores. En los dos años

siguientes las cantidades gastadas fueron inferiores pero las obras no se interrumpirían

hasta la destitución de Madrazo, el 21 de octubre de 187974.

Juan de Madrazo consiguió la autorización para derribar el triforio y levantar uno

nuevo, siguiendo un proyecto suyo, que había sido presentado el 17 de mayo de 1876.

Este proyecto era similar al de Laviña, de hecho, Madrazo decidió conservar el diseño

de Laviña para el rosetón, alterando su colocación. La firma que verifica la finalización

de las obras se produjo el 20 de junio de 187975, cuando ya Madrazo no se encontraba al

frente de las obras.

Juan de Madrazo76 siguiendo criterios técnicos decidió utilizar para su intervención;

por un lado, en el exterior, caliza gris compacta de Ontoria77, la misma piedra que se

estaba utilizando para la restauración de la catedral de Burgos por otro, para elementos

interiores como: pilas, peldaños, zócalos y dinteles, emplearía mármol gris de la pola o

de las Huergas y piedra de Busdongo. Por último, para la sustitución de sillares acabaría

utilizando la dolomía tradicional. Estas soluciones empleadas, dotaron al edificio de

72 GONZÁLEZ-VARAS IBÁÑEZ, I., La catedral de… op. cit., p. 180. 73 NAVASCUÉS PALACIO, P., “La Catedral de León…” op. cit., p.48. 74 Ibídem. 75 Ibídem, P.49 76 ORDIERES DÍEZ, I., Historia de… op. cit., p. 183. 77 REPRESA BERMEJO, I., “León…” op. cit., p. 70

31

mayor solidez y calidad constructiva. Otra innovación técnica fue el empleo del hierro

como refuerzo estructural.

En 1881 como forma de homenaje78 tras la muerte de Madrazo, un grupo de amigos

decidió presentar el proyecto completo de la restauración de la catedral de León a la

Exposición Nacional de Bellas Artes. A pesar de que este certamen estaba enfocado

para pintores, este proyecto ganó el máximo galardón, la Medalla de Honor. Debido a

esto se produjo un escándalo y hubo una dura pugna entre sus defensores y detractores.

Nombres como Ruiz de Salces o Casanova, escribieron artículos en defensa de Madrazo

en la Revista de Arquitectura (1881)79.

El sustituto de Madrazo para las obras de la catedral fue nombrado el 2 de marzo de

188080, y el elegido fue Demetrio de los Ríos. Este arquitecto estaría al frente de las

obras hasta su fallecimiento, acaecido en 1892. Debido a una financiación regular,

Demetrio de los Ríos pudo llevar las obras a un ritmo bastante notable. Este se va a

caracterizar por su criterio purista a ultranza, por lo que decidió llevar el proyecto de

Madrazo hasta sus últimas consecuencias81. Demetrio de los Ríos derribó todo lo que no

le gustaba o no entendía, y llegó a proponer acciones, que después se cumplirían, como,

por ejemplo, el aislamiento de la catedral82.

Cuando se hizo cargo de las obras, la catedral no contaba todavía ni con las bóvedas

de todo el eje del crucero ni las inmediatas a él, así como las del coro y el presbiterio.

En noviembre de 1890, Demetrio de los Ríos presentó una memoria ante el Ministro de

Fomento, dando cuenta de todos los cambios ejecutados durante el tiempo que él había

estado al frente de las obras. En esta memoria dice que desmontó todas las bóvedas altas

de la catedral y en las partes bajas todas las que habían necesitado de reparación.

También dice que restauró todas las ventanas del claristorio alto y bajo así como las

correspondientes a las capillas absidiales (lám.16)83.

78 GONZÁLEZ-VARAS IBÁÑEZ, I., La catedral de… op. cit., p. 282.

79 NAVASCUÉS PALACIO, P., “La Catedral de León…” op. cit., p.49.

80 GONZÁLEZ-VARAS IBÁÑEZ, I., La catedral de… op. cit., p. 287.

81 ORDIERES DÍEZ, I., Historia de… op. cit., p. 185.

82 NAVASCUÉS PALACIO, P., “La Catedral de León…” op. cit., p. 50.

83 Ibídem.

32

“Ningún otro muro, contrafuerte, arbotante, ni pila del templo le falta que reconstruir, para devolverle

a toda su integridad y solidez, habiendo restaurado interior y exteriormente las susodichas capillas

absidiales; construido a fundamentis diecinueve o veinte de las pilas de las naves y ábside y reconstruido

hasta ochenta; veintitrés arbotantes y otros tantos o más contrafuertes”84

“Descostrado en absoluto interiormente todo el templo, repicando y rejuntando todos los sillares de

sus pilas, arcos perpiaños y oblicuos, bóvedas muros y demás partes de su estructura fundamental, no

quedando en toda su amplitud ni un decímetro superficial sobre el cual no haya pasado el cincel para

arrancarles las diferentes capas de todos los colore y especies que le fueron poniendo los siglos de

ignorancia y depravación artística”85

Aquí tenemos dos notas del autor acerca de las intervenciones realizadas, en la

primera vemos como el arquitecto en un primer lugar lo que busco fue consolidar el

edificio, pero después decide “limpiar” el templo borrando multitud de marcas que

formaban parte de la historia de la catedral. Con la intervención realizada por Demetrio

de los Ríos, todo fue alterado, siguiendo un criterio renovador por antonomasia.

En cuanto a los elementos constructivos, con las restauraciones del siglo XIX se

introdujeron en el edificio materiales de mayor calidad. La tecnificación en trabajos

artesanales como la cantería, supuso que se alcanzasen unos acabados cuya calidad

constructiva era superior a la original. El estudio metódico por ejemplo de los morteros

empleados en el proyecto, llevaron a los arquitectos a determinar fórmulas concretas

para una elaboración precisa y eficaz de la masa, por ejemplo, Demetrio de los Ríos

determinó que para cada m3 de sillería necesitaba 0,60m3 de estuco para su asiento.

Además los medios auxiliares y apeos utilizados, favorecieron una buena ejecución de

los distintos trabajos desempeñados86.

La introducción de nuevos materiales como por ejemplo el hierro, también ha dado

lugar a la aparición de nuevos problemas. El hierro al oxidarse aumenta de volumen, y

este aumento del volumen; en muchos casos, ha provocado fisuras y roturas en los

sillares. En las restauraciones actuales se utilizan morteros más elásticos y acero

inoxidable. Otro problema de la oxidación del hierro era que en el caso de las vidrieras,

el óxido llegaba a teñir y ensuciar los colores originarios.

84 DE LOS RÍOS. D, citado en: NAVASCUÉS PALACIOS. P., “La Catedral de León…” op. cit., p. 50.

85 Ibídem.

86 REPRESA BERMEJO, I., “León…” op. cit., p. 68

33

Siguiendo con su criterio purista, Demetrio de los Ríos se decidió por una solución

para la fachada principal que seguía el modelo de la Sainte Chapelle de París, pero a

diferencia de esta, la fachada de la catedral de León, se encontraba entre dos torres. Esta

solución será criticada por los especialistas ya que al parecer desvirtúa la realidad

histórica de la arquitectura, inventando partes que no habían existido antes.

Como aquí no podemos tratar todos los proyectos ideados por Demetrio de los Ríos

durante los doce años que estuvo al frente de la dirección de las obras de la catedral,

cabe destacar una monografía publicada por el propio Demetrio de los Ríos, publicada

en dos volúmenes en 189587.

La Academia nombró como supervisor de las obras a Simeón Avalos, que nunca

tuvo discordancias con el arquitecto. “De este modo desapareció la antigua catedral, se

redecoraron hasta el exceso sus molduras, perfiles y paramentos a base de crochets, se eliminaron los

antiguos antepechos de coronamiento colocándose en su lugar otros de distinta altura y dibujo”88

Tras la muerte de Demetrio de los Ríos su sustituto sería Juan Bautista Lázaro89, que

era un arquitecto con gran experiencia en la restauración de monumentos singulares,

además de que también tenía a su favor que era leonés. En León terminó la fachada

principal y algunos de los remates iniciados por Demetrio de los Ríos, propuso varios

proyectos para el coro, ató el cuerpo alto de la Torre de Campanas con un zuncho de

hierro todavía visible. Pero la tarea más laboriosa que tuvo que acometer entre 1892 y

1897 fue la reconstrucción de las vidrieras, ya que tuvo que reparar entorno a unos

ochocientos metros cuadrados de vidrieras. Como reconocimiento a esta ardua labor se

le concedió a Juan Lázaro una Medalla de Oro en la Exposición Nacional de Bellas

Artes de 1897. Tras colocar las vidrieras y desmontar las cimbras de las bóvedas, se

pudo volver abrir de nuevo al culto la catedral, el 27 de mayo de 190190.

Torbado, M. Cárdenas, Menéndez Pidal, Pons Sorolla y así hasta llegar a los

años ochenta con Saenz de Oteiza, entre otros, fueron los que realizaron labores de

consolidación, sustitución de elementos y restauraciones parciales.

87 NAVASCUÉS PALACIO. P., “La Catedral de León…” op. cit., p. 51.

88 Ibídem.

89 ORDIERES DÍEZ, I., Historia de… op. cit., p. 187.

90 NAVASCUÉS PALACIO. P., “La Catedral de León…” op. cit., p. 52

34

En 1911 el ayuntamiento de León con Alfredo Barthe como alcalde, aprobó la

demolición de la puerta del obispo91, que unía la catedral con el palacio episcopal (lám.

17). Cuando se realizó la demolición el arquitecto municipal era Manuel Cárdenas.

Además de la citada puerta, también se demolieron algunos edificios civiles que estaban

adosados a la cabecera y el palacio episcopal (lám.18), a pesar de contar con la

oposición del arquitecto de la catedral Juan Crisóstomo Torbado. Este mismo arquitecto

se encargaría en 1930 de restaurar el claustro y de terminar el cerramiento de la verja

exterior de la catedral.

En 1941 Luis Menéndez Pidal fue nombrado Arquitecto Conservador de

Monumentos del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional92, siendo por lo

tanto el último responsable al cargo de las obras en la catedral de León (1948-1971)93,

donde dejó al frente a Andrés Seoane. Como obra menor, cabe destacar la labor de Luis

Menéndez Pidal, en la restauración de una rosa calada que había en el remate triangular

del hastial sur (láms. 19 y 20). El 27 de mayo de 1966 siendo el maestro de obras

Andrés Seoane se produjo un incendió motivado por la caída de un rayo. Dicho

incendió arrasó las techumbres de las naves altas que fueron reparadas por Seoane,

quien también esculpió la estatua de la Virgen blanca que aparece en el parteluz de la

portada principal.

Durante las últimas décadas se ha intentado mejorar el refuerzo de las

estructuras y se ha limpiado la piedra utilizando las últimas técnicas que buscan

ocasionar el menor daño posible a la fábrica del edificio. También se ha buscado

proteger mejor las vidrieras, utilizando sistemas de apantallamiento y acristalamiento

isotérmico. Estas obras de acondicionamiento de la catedral, han sido llevadas a cabo

por empresas particulares financiadas por el Ministerio de Cultura.

91 MORAIS VALLEJO. E., “La demolición de…” op. cit., p. 24.

92 MARTÍNEZ MONEDERO. M., Las restauraciones… op. cit., p. 198.

93 Ibídem., p. 100.

35

4. CONCLUSIONES

La catedral de León es uno de los monumentos góticos más característicos de

nuestro país, a pesar de que del edificio original se conserva poco, ya que la catedral de

León debido al paso de los años ha ido sufriendo un importante deterioro, por lo que a

lo largo del tiempo ha tenido que sufrir multitud de intervenciones, que han modificado

el carácter original del monumento. Como consecuencia de esto podemos afirmar que la

Catedral de León es un cúmulo de intervenciones de diferentes períodos históricos.

Por lo general, estas intervenciones han tenido el objetivo principal de

consolidar el edificio, además de querer devolverle a su estado prístino. Las

intervenciones realizadas en León se han hecho siguiendo un modelo de restauración de

carácter historicista, por lo que en muchas ocasiones se han cometido falsos históricos,

como la eliminación de elementos de períodos históricos diferentes al gótico, o la

sustitución de los materiales originales por otros de diferente naturaleza. Las

restauraciones de este tipo lo que buscaban era restaurar en estilo, llegando a proyectar

en muchas ocasiones la idea primigenia del artista, llegando a suplantar a este en su

labor creadora. Este tipo de restauraciones han supuesto en muchas ocasiones pérdidas

irreparables para el patrimonio debido a la eliminación de capas de materiales.

En el siglo XIX también se buscó aislar la catedral de los edificios contiguos que

se encontraban a sus alrededores. Debido a esto la catedral de León, se encuentra hoy en

día descontextualizada ya que en un principio, este monumento se encontraba en la

periferia de la ciudad, formando parte del recinto defensivo. Los planes de urbanización

y modernización ideados durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, han

provocado la destrucción de barrios enteros que también formaban parte de nuestro

patrimonio urbano. En las últimas décadas el criterio restaurador se ha ido renovando y

hoy en día también se tiene más en cuenta el contexto histórico, a pesar de que todavía

se siguen haciendo restauraciones que buscan aislar al monumento de su contexto

urbano como, por ejemplo, la última restauración de la iglesia de San Bartolomé en

Logroño.

La catedral de León aunque en origen es de estilo gótico, después de estudiar el

monumento nos hemos dado cuenta de que las restauraciones posteriores han

modificado su carácter esencial ya que le han añadido en muchas ocasiones elementos

nuevos, que no aparecen diferenciados de los elementos originales.

36

5. BIBLIOGRAFÍA

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5.1. Recursos electrónicos:

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edral_de_Le%C3%B3n.jpg 25/03/2017

https://es.wikipedia.org/wiki/Catedral_de_Le%C3%B3n#/media/File:Vidrieras_de_la_

Catedral_de_Le%C3%B3n.jpg 25/03/2017

38

https://es.wikipedia.org/wiki/Catedral_de_Le%C3%B3n#/media/File:Girola_de_la_cate

dral_de_Le%C3%B3n.jpg 29/03/2017

https://es.wikipedia.org/wiki/Catedral_de_Le%C3%B3n#/media/File:Fachada_de_la_C

atedral_de_Le%C3%B3n.jpg 5/04/2017

https://es.wikipedia.org/wiki/Catedral_de_Le%C3%B3n#/media/File:P%C3%B3rtico_o

ccidental_catedral_de_Le%C3%B3n.jpg 7/04/2017

http://cvc.cervantes.es/artes/camino_santiago/octava_etapa/leon.htm 12/04/2017

http://www.arteguias.com/catedral/leon.htm 12/04/2017

https://es.wikipedia.org/wiki/Catedral_de_Le%C3%B3n#/media/File:P%C3%B3rtico_c

entral_fachada_sur_Catedral_de_Le%C3%B3n.jpg 12/04/2017

http://www.aldeaglobal.net/alu510/castella/leon/catedral%20leon.htm 17/04/2017

https://es.wikipedia.org/wiki/Catedral_de_Le%C3%B3n#/media/File:Fachada_norte_C

atedral_de_Le%C3%B3n_vista_desde_el_Claustro.jpg 17/04/2017

https://es.wikipedia.org/wiki/Catedral_de_Le%C3%B3n#/media/File:Restauraci%C3%

B3n_fachada_oeste_Catedral_de_Le%C3%B3n.jpg 18/04/2017

https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Restauraci%C3%B3n_fachada_oeste_Catedral_de_Le%C3%B3n.jpg 4/05/2017

https://es.wikipedia.org/wiki/Catedral_de_Le%C3%B3n#/media/File:Leon6.jpg

7/05/2017

39

6. ANEXO: láminas

- Lámina 1: Planta de la catedral de León (Castilla y León, España) (Torres

Balbás, 1952, p. 93)

40

- Lámina 2. Vista parcial de la nave central: triforio, claristorio y bóveda de

crucería. Catedral de León (Castilla y León, España)

(www.wikipedia/commons.es)

41

- Lámina 3: Detalle Claristorio, triforio y ventanales bajos. Catedral de León

(Castilla y León, España) (www.wikipedia/commons.es)

42

- Lámina 4: Planta y estancias, según M.E., GÓMEZ MORENO, 1994, p.218.

43

- Lámina 5: Vista parcial de la girola de la Catedral de León, foto R. Ojeda

(www.wikipedia/commons.es)

44

- - Lámina 6: Fachada occidental de la Catedral de León (Castilla y León, España)

(www.wikipedia/commons.es)

45

- Lámina 7: Detalle de la entrada. Fachada occidental. Catedral de León (Castilla

y León, España) (www.wikipedia/commons.es)

46

- Lámina 8: Portada de la Virgen Blanca. Fachada occidental. Catedral de León

(Castilla y León, España) (www.wikipedia/commons.es)

- Lámina 9: Detalle del tímpano de la portada de la Virgen Blanca. Catedral de León

(Castilla y León, España) www.arteguias.com

47

- Lámina 10: Portada de San Froilán. Catedral de León (Castilla y León,

España). (www.wikipedia/commons.es)

48

- Lámina 11: Detalle del timpano de la puerta de la Muerte. Catedral de León

(Castilla y León, España) www.aldeaglobal.net

- Lámina 12: Detalle del tímpano de la puerta del Obispo. Catedral de León

(Castilla y León, España). www.aldeaglobal.net

49

- Lámina 13: Puerta de la Virgen del dado. Catedral de León (Castilla y León,

España). (www.wikipedia/commons.es)

50

Lámina 14: Fachada sur del crucero. Dibujo de Demetrio de Los Ríos, Catedral de

León (Castilla y León, España). (González-Varas Ibáñez, I, 1993, p. 149)

51

- Lámina 15: D. NAGASH, Fachada occidental antes y después de las restauraciones del siglo XIX. Catedral de León. (Castilla y León, España). (www.wikipedia/commons.es)

52

Lámina 16: Reconstrucción de la fachada occidental hacia 1890. Catedral de León. (Castilla y León, España). (www.wikipedia/commons.es)

Lámina 17: Puerta del Obispo antes de la demolición. Catedral de León. (Castilla y

León, España) (González-Varas Ibáñez, I, 1993, p. 474)

53

Lámina 18: Puerta del Obispo y oficinas de Fábrica. Catedral de León. (Castilla y

León, España). (González-Varas Ibáñez, I, 1993, p. 475)

- Lámina 19: Hastial meridional de la catedral de León antes de la

recomposición, 1885, (Martínez Monedero, 2008, p.101)

54

- Lámina 20: Hastial meridional ya reformado. Catedral de León, 1964 (Martínez

Monedero, 2008, p.101)