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LA CENSURA EN LAS EXPOSICIONES ARTISTICAS. HERIDAS DE LA DEMOCRACIA Jóse ManuelLens Universidade de Santiago de Compostela Analizar la censure en el arts conlleva investigar no solo sus mecanismos de actuacien, de con trol, sine tambien conciliar la situaciOn de los afectados, desnudar el rostro de los censores y centrar los posibles diagnaoticas de critica y de nuncia. La censure se presenta como aguel proceso par el cual personas establecidas en el poder suprimen informacien, tratando de ocul tar imagenes, sonidos a palabras, con la Unica intencien de irnponer una moral oficial, y con el pretexto educative de decidir cuales y qua aspectos deben conocer los ciudadanos; una realidad institucionalizada cuando afecta a las sociedades autoritanas — recorder la exposición Arts degenerado de la política de Goebbels, el regimen de Mussolini o el realismo socialista de Stalin— pent desdibujada y complicada cuando se enmarca dentra de regimenes democraticos. La censure se manifiesta, de esta forma, como uno de los mayores ataques a la libertad del in dividuo, dentro de la absurda actitud de pen sar que ciertos componentes deben ser anali zados por lithos de moralidad antes de ser presentados a la sociedad, creyendose, ciertos poderes, poseedores de una virtud superior, casi divina, de establecer una conducta moral adoptando la tesis de que el ciudadano no esta preparado para asimilar alert° tipo de infer- maciam, imagenes o creaciones artísticas. Los modes de actuaciOn de la censura mudan en la democracia, adoptan mascaras oficiales y posiciones camaleOnicas, porque, como aseve ra Leonel Moura, "en un clime culturalmente conseryador tU eres invisible, yen un clime cul turalmente liberal eres invisible, pero solo en cierta manera. Esta situaciam liberal es muchas veces mas problematica que una situaciern con servadora", de ahi que en la actualidad la lo- calizacirin de la censura resulte mas complica da, al no poseer domicilio institucional, no pudenda etiquetar sus modos de prevencien, zero los de actuarton. El repertorio de acciones del censor, lejos de limitarse a actividades artisticas, coma las artes plasticas, el teatro, la cinematografía o la litera tura, extiende sus tentaculos a otras disciplines de talante mas informativo y por lo tante de una mayor repercusiOn publica, como es el periodismo ejercido en la prensa, radio y tele vision. El Unica media que escape de esa vigi lance es Internet, por su organizaciam y fiM- sofia, un espacio empleado per multitud de artistes que la convierten en su vehiculo de ex- presien. Internet, aunque presenta un control de exposiciam, ofrece una apertura mayor de manga, casi infinite, con unos limites clue si guen sin establecerse; quizas par ello es el media mas apropiado para que Antoni Mun- tadas presentara un proyecto ejemplar. The File Room, formado por una base de datos donde se recopilan y distribuyen documentos y mate rial grafico relacionados con la censure artística Una respuesta informativa y estetica a una rea lidad que muda continuamente de escenarios, practices y, sabre todo, de afectados. En el ambito concreto de las artes plasticas se ban cerrado exposiciones, anulado subvenciones o apoyes financieros, retirado obras de museos o galehas y criticado utilizando los mecanismas de los diversos medios de información al servi do del poder para devaluar y cuestionar deter minada propuesta plastica ante la educacien de la sociedad; una excusa pedagegica bajo la que Sc esconden estas actuaciones. Numerosos artistas han sido victimas de este poder, como Robert Mapplethorpe, ,Andres Serrano — con su polemica obra "El Cristo de los Orines"— , Tony Catany, Pepe EspalM a Rachel Witheread, y proyecros expasitivos como Sensation, por citar

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LA CENSURA EN LAS EXPOSICIONES ARTISTICAS. HERIDAS DE LA DEMOCRACIA

Jóse Manuel Lens Universidade de Santiago de Compostela

Analizar la censure en el arts conlleva investigar no solo sus mecanismos de actuacien, de con­trol, sine tambien conciliar la situaciOn de los afectados, desnudar el rostro de los censores y centrar los posibles diagnaoticas de critica y de­nuncia. La censure se presenta como aguel proceso par el cual personas establecidas en el poder suprimen informacien, tratando de ocul­tar imagenes, sonidos a palabras, con la Unica intencien de irnponer una moral oficial, y con el pretexto educative de decidir cuales y qua aspectos deben conocer los ciudadanos; una realidad institucionalizada cuando afecta a las sociedades autoritanas — recorder la exposición Arts degenerado de la política de Goebbels, el regimen de Mussolini o el realismo socialista de Stalin— pent desdibujada y complicada cuando se enmarca dentra de regimenes democraticos.

La censure se manifiesta, de esta forma, como uno de los mayores ataques a la libertad del in­dividuo, dentro de la absurda actitud de pen­sar que ciertos componentes deben ser anali­zados por lithos de moralidad antes de ser presentados a la sociedad, creyendose, ciertos poderes, poseedores de una virtud superior, casi divina, de establecer una conducta moral adoptando la tesis de que el ciudadano no esta preparado para asimilar alert° tipo de infer- maciam, imagenes o creaciones artísticas. Los modes de actuaciOn de la censura mudan en la democracia, adoptan mascaras oficiales y posiciones camaleOnicas, porque, como aseve­ra Leonel Moura, "en un clime culturalmente conseryador tU eres invisible, yen un clime cul­turalmente liberal eres invisible, pero solo en cierta manera. Esta situaciam liberal es muchas veces mas problematica que una situaciern con­servadora", de ahi que en la actualidad la lo- calizacirin de la censura resulte mas complica­da, al no poseer dom icilio institucional, no

pudenda etiquetar sus modos de prevencien, zero los de actuarton.

El repertorio de acciones del censor, lejos de limitarse a actividades artisticas, coma las artes plasticas, el teatro, la cinematografía o la litera­tura, extiende sus tentaculos a otras disciplines de talante mas informativo y por lo tante de una mayor repercusiOn publica, como es el periodismo ejercido en la prensa, radio y tele­vision. El Unica media que escape de esa vigi­lance es Internet, por su organizaciam y fiM- sofia, un espacio empleado per multitud de artistes que la convierten en su vehiculo de ex- presien. Internet, aunque presenta un control de exposiciam, ofrece una apertura mayor de manga, casi infinite, con unos limites clue si­guen sin establecerse; quizas par ello es el media mas apropiado para que Antoni Mun- tadas presentara un proyecto ejemplar. The File Room, formado por una base de datos donde se recopilan y distribuyen documentos y mate­rial grafico relacionados con la censure artística Una respuesta informativa y estetica a una rea­lidad que muda continuamente de escenarios, practices y, sabre todo, de afectados.

En el ambito concreto de las artes plasticas se ban cerrado exposiciones, anulado subvenciones o apoyes financieros, retirado obras de museos o galehas y criticado utilizando los mecanismas de los diversos medios de información al servi­do del poder para devaluar y cuestionar deter­minada propuesta plastica ante la educacien de la sociedad; una excusa pedagegica bajo la que Sc esconden estas actuaciones. Numerosos artistas han sido victimas de este poder, como Robert Mapplethorpe, ,Andres Serrano — con su polemica obra "El Cristo de los Orines"— , Tony Catany, Pepe EspalM a Rachel Witheread, y proyecros expasitivos como Sensation, por citar

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solo pun las de iceberg de un amplio panora­ma Iteno de puertas cerradas, con el esparadrapa de las actitudes dictatoriales bajo un techa democrAtico. Porque son muchos los parses que siguen ejerciendo un control sobre aquellas actividades culturales que son consideradas como productos subversives, que pueden frag­mentar su intocable moral ofical, Estados coma China, Mexico, Chile o Argelia presentan nu­merosos ejemplos, que se unen a los llamados paises del primer mundo, como Estados Unidos o Gran Bretana — con la política neoliberal de Margaret Thatcher—, por altar los cases mas ex­tremos. En los diferentes sistemas democrati- cos existe, junto a una politica cultural privada estable, una promocien cultural oficial fuerte­mente insfiumentalizada, vehiculizada median­te proyectos, museos y una politica de subven­ciones a apoyos econOrnices que desembocan en el correspondiente control de las iniciativas artisticas. Una intervención politica quizAs mas preocupante, por su propia presencia desde la falsedad, que la ejercida bajo regimenes auto­ritarios.

Entre las obras susceptibles de set censuradas estan aquellas relacionadas con el desnudo del cuerpo humano, el cantenido sexual y el em­pleo de iconagrafia religiosa, se censure lo que puede resultar obscene, pornografico o delibe­radamente viciado de la conducta generalize- da. La ironia se contra en las declaraciones de los censores, donde no se trata de privar sino de educar en una moral °tida l, perfecta, donde un Organo soberano disponga la vida y obra de sus protegidos, como en el Gran Her­mane de George Orwell.

En esta linea de desnudar la censure, de mostrar su cara, traemos a un primer piano dos cases recentes enmarcados en el territorio gallego, dos acciones del poder que se centran en as exposiciones Sent/dos de l m irar de la Galeria Bacelos de Vigo y Zhang Huan del Museo das PeregrinaciOns de Santiago de Compostela Ejemplos que presentan un de­sarrollo diferente pero un identico resultado: la retirada u ocultacien de obras de arte de un proyecto expositivo.

En la muestra colectiva, Sent/dos del m irar — organizada per el Departamento de Pintura

de la Facultad de Bellas Artes de Pantevedra— participó, entre otros profesores, leseis Hernan­dez, decano de dicha facultad. Artiste que re­suite ractima de la censure par el talante de la alma expuesta. El epigrafe de la muestra re­trataba esa pluralidad de lenguajes que podiamos descubrir en el interior de la galena,

d iversas poeticas que delataban una obser­vación limpia, heterogenea. Asi lo entendini este autor, con la obra expuesta La do/arose, una pieza formada per cuatro fotografias con autorretratos del a rtis ta y otras donde se mostraban primeros pianos de falos, junto a formas de escayola ovaladas y rasgadas acorn- panadas de dibujas ereitices, una instalamem que se completaba can la composiciem Com­

una estructura semicircular de madera con ruedas y un espejo cancavo orientado al exte­rior de la galena, donde disponia cuatro foto­grafias de flores y sexos masculinos Este tono descriptem quiere acertar con un mensaje claro: asi era la obra de este artista, donde solo se pretendia cuestionar la conducta sexual es­tablecida, mostrando una dialectica en tome a la cuestien del genero, una reflexion sobm el cuerpo humane. La iniciativa se ceg6 en su propm intencien, al ser censurada, obligando a la retirada de la obra de la exposicion debida a las incisivas presiones y acusaciones de irreve­rencia y escandalo

El cam case presenta, come ye destacamos, la retirada de obras de la muestra de Zhang Huan; un artiste que pertenece a esa gene­ración de autores apatndas, que suffice el poder del control estatal en su pals (China), siendo expulsado per sus incisivas cierlaraciones performatives denunciando la lamentable si- tuaciem social y politica. El proyecto del Museo das PeregrinaciOns dependiente de la Conse- Feria de Culture, Comunicaciein Social e Turis­mo de la Xunta de Galicia— plantea diferentes reflexiones en tome a la peregrinacien desde 6pticas divergentes y empties, que huyen de lo geografico pare incidir tambien en lo subietivo y o in terior Dentro de las in tenciones de Zhang Huan estaba la realizaciem de un pere- grinaie a Santiago, acompanado de treinta peregrines, que adquine) realidad teatral en la Praza da Quintana, en una de las representa- crones mas ingeniosas que se pudieron ver en las Otimos antes en el territorio gallego. Desde

QUINTANA NM 2002