La Ciudad Medieval

Universidad Nacional de Ingeniería Facultad de Ingeniería Civil Departamento Académico de Construcción

Alumno: LA ROSA BERNAL, José Orlando Código: 20111178G Curso: Acondicionamiento Territorial I Sección: CO822 Fecha: 04/12/14 Profesores: Ing. Francisco Montero Córdova / Ing. Miguel A. Uquichi Campos

LA CIUDAD MEDIEVAL

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………. 1 CAPÍTULO 1: LA EVOLUCION ECONOMICA Y SOCIAL DEL MEDIOEVO 1.1 Formación de las ciudades ………………………………………………………. 2 1.2 Población y Riqueza………………………………………………………………. 5 CAPÍTULO 2: URBANISMO MEDIEVAL 2.1 Condicionantes ecológicas de los asentamientos y geografía envolvente…… 7 2.2 Tipos de ciudades …………………………………………………………………. 9 2.3 Patrones de urbanización…………………………………………………………….13

a) La muralla………………………………………………………………………….13 b) Las calles…………………………………………………………………………..14 c) El mercado…………………………………………………………………………14 d) Plaza de la iglesia…………………………………………………………………15

2.4 Instituciones Urbanas ………………………………………………………………. 15 CAPÍTULO 3: CIUDAD MEDIEVAL Y EL COMERCIO 3.1 Decadencia comercial……………………………………………………………….. 17 3.2 Renacimiento comercial………………………………………………………........ 19 3.3 Los comerciantes……………………………………………………………………. 20 Resumen………………………………………………………………………………… 23 Conclusiones……………………………………………………………………………. 24 BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………….…. 25

Sección

I

UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA FACULTAD DE INGENIERÍA CIVIL DEPARTAMENTO ACADÉMICO DE CONSTRUCCIÓN

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INTRODUCCIÓN

En el presente informe expondré de manera resumida, pero concreta, el tema de investigación asignado en clase: las ciudades medievales. Se divide en 3 capítulos, las cuales siguen el orden en que sucedieron los hechos históricos, protagonistas, características importantes de los grupos humanos, etc. El conocimiento acerca de las ciudades medievales brindado es acerca de su origen, factores que determinaron su aparición, el modo de vida de la población, el urbanismo presente en la creación de las ciudades, el orden social que se estableció con la llegada de los mercaderes y comerciantes.


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CAPITULO I

LA EVOLUCION ECONOMICA Y SOCIAL DEL MEDIOEVO

1.1 FORMACION DE LAS CIUDADES

Por primitiva que sea, toda sociedad sedentaria manifiesta la necesidad de proporcionar a sus miembros centros de reunión o si se quiere, lugares de encuentro. La celebración del culto, la existencia de mercados, las asambleas políticas y judiciales imponen necesariamente la designación de emplazamientos destinados a recibir a los hombres que quieran o deban participar de los mismos.1

En casos de invasión el pueblo debe disponer una manera de resguardarse de los ataques enemigos, para ello los pueblos fueron cercándose, formando murallas alrededor de estos, así es como estos cercados fueron denominándose cites. Las cites eran, en principio, ciudades antiguas dotadas de una organización municipal propia del Imperio Romano. Con la crisis final del Imperio y el triunfo del cristianismo las cites empiezan a identificarse con las sedes episcopales, capitales de diócesis que se organizan en torno a una catedral. Las ciudades antiguas carecían de las características de las ciudades medievales, que eran una población burguesa y una organización municipal.

1 PIRENNE, Henry; “Las ciudades de la Edad Media”; capítulo 3, pág. 42


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El Imperio Franco que estaba constituido por condados estaban desprovistos de una capital como el imperio mismo, así que los condes quienes tenían a cargo la administración no se instalaban en ellas, sino más bien sus palacios estaban en sus propias tierras y no en la cite. Por el contrario los obispos al llevar una vida sedentaria vivían en las cites donde estaba su diócesis. El poder la Iglesia sobre la población de las cites aumentaba, sin que la población cuestionara sumándole el poco interés del estado. La iglesia no se vio tocada por los bárbaros, y continuaron manteniendo el mismo sistema municipal; la desaparición de la actividad comercial y el éxodo de comerciantes no altero la organización eclesiástica. Las cites donde residían los obispos estaban casi vacías, pero en cuanto más declinaba la riqueza general; su poder se afianzaba, teniendo mayor prestigio que el estado. Con la llegada del Islam, las cites entraron en decadencia debido al cese del comercio, más no a su desaparición. Entrando en la segunda mitad del siglo IX, el estado franco se vio envuelto en una anarquía, lo cual fue aprovechado por los condes quienes se dieron autonomía y poder en sus tierras. El Imperio Carolingio se fragmento de esta manera, desde mediados del siglo IX, en gran cantidad de territorios sometidos a otras tantas dinastías locales y vinculadas a la corona únicamente por el frágil lazo del homenaje feudal. El estado estaba demasiado débilmente constituido para poder oponerse a esta fragmentación, que tuvo lugar indudablemente mediante la violencia y la perfidia.2

2 PIRENNE, Henry; “ Las ciudades de la Edad Media”;capítulo 3, pág. 49

Fig. 1 Mapa del Imperio Carolingio


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Ahora con el poder, los príncipes asumieron responsabilidad sobre las cites y de velar por la seguridad de sus tierras y de sus hombres, mientras su poder se acrecentaba mayor era la preocupación de resguardar sus principados. La primera necesidad a la que había que enfrentarse era la de la defensa, tanto contra los sarracenos o los normandos como contra los príncipes vecinos. Así podemos ver, a partir del siglo IX, como cada territorio se cubre de fortalezas. Los textos coetáneos les dan los nombres más diversos: castellum, castrum, oppidum, urbs, municipium; la más técnica de todas estas denominaciones es la de burgos, palabra tomada de los germanos por el latín del Bajo Imperio y que se encuentra en todas las lenguas modernas (burgo, burg, borough, bourg, borgo).3

El burgo fue en su origen una fortaleza dispuesta para defender territorios en litigio. Estaba habitada por un destacamento militar y gobernada por un alcalde, con pleno poder delegado por el señor feudal. Además de los establecimientos dedicados a los soldados, un burgo contenía también algún modesto edificio religioso, dependencias para las personas encargadas del mantenimiento de la comunidad y almacenes o graneros que permitían conservar una cantidad suficiente de provisiones.

3 PIRENNE, Henry; “ Las ciudades de la Edad Media”;capítulo 3, pág. 50

Fig. 2 Mapa de la división del Imperio Carolingio después del

Tratado de Verdún.


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1.2 POBLACIÓN Y RIQUEZA

Estando en el siglo X, Europa libre de los continuos saqueos de los bárbaros, sarracenos, etc.; inicia un crecimiento poblacional. La creciente densidad de la población se enlaza con la profunda transformación de su situación económica y de su situación jurídica. La población urbana, desde el siglo XII hasta el XV, no fue superior al décimo total de población, lo que pone en evidencia que desde el punto de vista demográfico, la sociedad de la Edad Media es esencialmente agrícola. La Edad Media heredó de la Edad Antigua, los latifundios, estos se caracterizaban por su extensión muy grande, este era separado por el propietario. Aunque disperso, el latifundio contaba con una buena organización que era igual en todas las regiones de Europa. El centro del dominio era la residencia habitual del dueño, ya sea iglesia catedral, abadía o fortaleza. De él dependían las distintas circunscripciones, cada una de las cuales abarcaban una o varias “villas” (aldeas). Cada circunscripción estaba colocada a su vez bajo la jurisdicción de una curtis (corte) en la que estaban reunidos los edificios de explotación.4

Los hombres que estaban viviendo en las villas era ya siervos del propietario, si bien la esclavitud había desaparecido, esta nueva relación siervo-señor se asemejaba. Entre los mismos siervos se reclutaba a los trabajadores de su reserva, como pastores y obreros. La villa medieval es una creación de la burguesía, su importancia era proporcional a la extensión de su radio económico. Para su alimentación recurrían a los campos que las circundaban y al comercio. En los dominios monásticos se había formado, en medio de la población dominial, una clase privilegiada, la de los cerocensuales, que descendían en su mayoría de viudas de origen libre, que vivían al amparo de las abadías y habían abandonado a éstas la propiedad de sus tierras, a condición de conservar el usufructo a cambio de una ofrenda de cera en las fiestas eclesiásticas más importantes del año. En los núcleos urbanos, donde estaba presente la actividad artesanal sobresaliente en la producción textil, se forjo la relación entre maestros y obreros, los primeros compraban la mano de obra de los segundos. La profesionalización de los oficios llevo a formarse gremios que contaban con sus propias normas. Los miembros en estos gremios se repartían en categorías subordinadas entre ellas: los maestros, los aprendices y los compañeros.

4 PIRENNE, Henry; “ Historia Económica y Social de la Edad Media”;capítulo 3, pág. 50


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En cuanto a la alimentación de la población medieval, había dos elementos de base, uno sólido, el pan, y otro líquido, el vino. Por lo que se refiere a la bebida se tenía al vino y a la cerveza, siendo la primera más consumida en las zonas del Mediterráneo, la segunda al norte de los Alpes. En la ciudad medieval se fue produciendo la división social, teniendo en la parte superior a los grandes mercaderes, hombres de negocios, y en la parte inferior a los pobres. Esta división social la heredaría el nuevo sistema que vendría: el sistema capitalista.

Fig. 3 La base de la economía en este período sigue siendo la agricultura, aunque después dará paso a otras actividades.


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CAPITULO II

URBANISMO MEDIEVAL

2.1 CONDICIONANTES ECOLOGICAS DE LOS ASNTAMIENTOS Y GEOGRAFIA ENVOLVENTE El tener que adaptarse a una topografía irregular condicionó la especial fisonomía de la ciudad medieval. El trazado de las calles tenía que acomodarse a las dificultades del terreno y por eso resultaban irregulares y tortuosas. Con respecto al clima el hombre utiliza los ríos y otras fuentes, para implementar la técnica del regadío. Las aguas que abastecían este regadío eran pequeños ríos que entrecruzaban el feudo y se hacían canales para mantener húmedas las cosechas.

Fig. 4 El trazado de las calles tenía que acomodarse a las dificultades del terreno y por eso resultaban irregulares y tortuosas.


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TRAZADO URBANO MEDIEVAL

En la Europa medieval se buscaba un esquema ideal de distribución y trazado; según geógrafos el esquema más común y usado era el sistema hexagonal, por medio de la red de hexágonos, se sitúan de manera jerárquica cada centro desde la capital estado hasta la pequeña aldea; predomina el carácter geométrico en zonas rurales. La ciudad medieval tenía una característica que era el situarse en lugares de difícil acceso o en sitios abruptos (colinas, inmediaciones de los ríos, etc.). El trazado de las calles tenía que acomodarse a la topografía del terreno. La variedad de esquemas planimétricos de las ciudades medievales es inagotable, por la sencilla razón de que no existen ideas previas y todas surgen con crecimiento natural y orgánico. De acuerdo con Luigi Piccinato, tenemos los siguientes tipos de ciudades:

- Ciudades Lineales: Son aquellas formadas a lo largo de un camino; por ejemplo

la ciudad italiana de Stigia.

- Ciudades Cruciales: Son dos calles básicas que se cortan ortogonalmente; por

ejemplo Castelfranco Veneto en Italia.

- Ciudades en Escuadra

- Ciudad Nuclear

- Ciudad Binuclear

- Ciudad en Espina de pez

- Ciudades Acrópolis

- Ciudades Radio concéntricas

La urbanística medieval tenía conocimiento de sistemas de planificación como la ciudad a trazado a cordel, ortogonia, cuadriculada, en tablero de damas. 5

5 LUIGI PICCINATO, “Urbanística Medioevale”, en L´Urbanistica dall’Antichita ad Oggi, de varios

autores, Firenze, 1943.


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El caso más famoso de todo el urbanismo medieval planificado es el de las bastidas francesas, situadas en viejas tierras aquitanas, entre el Garona y la Dordoña. La morfología de la ciudad tenemos 3 tipos: irregular, radioconcéntrica y el regular. Las calles eran un elemento esencial del paisaje urbano de la Europa Medieval. En cuanto al trazado de las calles tenía que acomodarse al emplazamiento, el patrón que era muy usado era el llamado radioconcéntrico que quiere decir que las calles principales partían del centro de la ciudad y se extendían hasta los límites de la puerta de la fortaleza. El carácter espiritual estaba presente en este trazado ya que los centros de las ciudades eran catedrales, iglesias o templos. Las plazas en su mayoría presentaban forma cuadrada – rectangular o también adoptaban una forma circular, dependiendo del agrado de los señores feudales; las plazas de la catedral podían ser usados como mercados. Las murallas eran la cara externa de la ciudad, además de su uso militar para cubrirse de los enemigos, así también era una barrera jurídica ya que los que vivían al interior gozaban de un determinado estatus, del que no poseían los que no vivían a las afueras. La morfología de las ciudades medievales siempre tiene un orden y sentido basándonos en su adaptación al terreno, por los núcleos formados por sus edificios más importantes, por sus calles y sus murallas.

2.2 TIPOS DE CIUDADES CIUDADES FRANCESAS En el sur de Francia, las ciudades son de la origen romano, cuya característica era que calles conducían a un foro, y a su alrededor edificaciones más importantes. Un ejemplo lo tenemos en la ciudad de Toulouse que en su centro tenía el foro o plaza del mercado, seguido del Palacio Municipal, con la llegada del cristianismo en el siglo II fueron edificándose las iglesias en lugares poco alejados del centro de la ciudad.


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Las ciudades francesas al norte que son de la época imperial, contaban con una catedral que era el núcleo de la ciudad. Citamos a la ciudad de Chartres al sudoeste de París, donde su catedral imponente y magnífica era el punto central. CIUDADES ALEMANAS Los alemanes llevaron al este, no solamente el cristianismo y el comercio, sino un tipo definido de ciudad, que resalta diferencias en el este y en el sur. Al final del siglo XI, existían más de 100 poblamientos situados a lo largo de 3 principales corredores: el Rin, el borde meridional de las llanuras del Danubio hasta Viena.6

6 GRIFFITH, Taylor; “Geografía Urbana”; capítulo 9, pág. 174

Fig. 5 Las calles típicas de Toulouse.


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Una de ellas era la ciudad de Ratisbona, ubicada en el extremo del valle del Danubio; en esta ciudad las murallas sobrevivieron a las invasiones de los barbaros, los barrios de los comerciantes se convirtieron en ciudad y fueron rodeados de murallas.

Otro ejemplo de ciudad alemana es la ciudad de Hoxter que presenta un plano radial irregular, cuyo centro es una iglesia. Hannover creció en una pequeña cresta del río Leine, iniciándose como una pequeña ciudadela, el barrio en que se halla el mercado fue fundado en 1189, dicho mercado surgió como una extensión de las calles principales.7

La ciudad Kempen, cerca de Clevéris, se desarrolló alrededor de una iglesia, sus calles parten del centro hacia las puertas de las murallas. Las ciudades al sur de Alemania obedecen la siguiente distribución: son construidas en torno a una calle que las atraviesa de puerta a puerta en el sentido del eje más largo y es en la mayoría de casos más ancho que las restantes calles de la población, como ejemplo tenemos la ciudad de Taus.

7 GRIFFITH, Taylor; “Geografía Urbana”, capítulo 9, pág. 175

Fig. 6 Ratisbona, que en 2006 le fue otorgada por la UNESCO el rango de Patrimonio de la Humanidad.


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CIUDADES BRITÁNICAS Las ciudades británicas tuvieron un desarrollo tardío hasta siglos posteriores, después del retiro de los romanos. Los nativos sajones ejercían de agricultura y por lo tanto se establecían en terrenos más ligeros de pendiente y en zonas de aluvión. Llegada la conquista normanda, éstos establecieron puestos fortificados en donde estaban colonias de veteranos para asegurar el dominio, así que se construyeron numerosos castillos, a fin de repeler a los galeses y escoceses por el norte. Alrededor de estos castillos se formaron pequeñas poblaciones, como: Tutbury, Dudley, Okehampton y Arundel. Flint y Winchelsea, presentan una distribución de las calles en tablero de ajedrez. En 1920, el rey Eduardo I de Inglaterra, estableció un puesto militar al que le dio de nombre Kingston – upon – Hull; cuyo plano se asemejaba al de las bastidas.

Fig. 7 Castillo Flint, primer castillo inglés en Gales.


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2.3 PATRONES DE URBANIZACION Las ciudades medievales tienen contextos sociales, económicos y políticos similares en el mayor parte de los países europeos. Son también parecidas en lo que respecta a la mayoría de detalles visuales: la misma clase de edificios vernáculos locales cubren tanto la retícula formal de las nuevas ciudades planeadas, como los trazados informales e incontrolados de las no planeadas de la misma época. Las partes que componen la ciudad medieval son normalmente la muralla, con sus torres y puertas; las calles y espacios afines destinados a la circulación; el mercado, alojado a veces en el interior de un edificio y dotado de otros establecimientos comerciales; la iglesia, que, en general, se alza en su propio espacio urbano; y la gran masa de edificios de la ciudad y los espacios destinados a jardines privados conexos a aquellos.

a) LA MURALLA

Las riquezas de un asentamiento requerían protección, en ese caso, se hacía necesario rodear a la ciudad con una muralla. Las murallas que rodeaba la ciudad constituía un sistema de defensa mucho más antiguo y mucho más popular que el castillo; el castillo era un símbolo visible de sometimiento, la muralla alrededor de la ciudad recordaba a los burgueses sus derechos como ciudadanos y su comunidad de intereses. El contraste claramente definido entre campo y ciudad una característica medieval. 8 Durante el periodo renacentista las murallas iban a adoptar características extremadamente complejas y costosas, hasta tal punto que las defensas de la ciudad llegaron a ser, probablemente, el principal condicionante de la forma urbana. En ocasiones las murallas se construían asimismo para encerrar dentro de su perímetro a nuevos suburbios discontinuos. Florencia constituye un claro ejemplo del tipo de crecimiento europeo en anillos concéntricos, con sus dos murallas medievales, la primera de finales del siglo XII y la segunda de principios del XIV, dispuestas alrededor del núcleo romano original. Las colonias es una de los mejores exponente de ciudad que combino el crecimiento suburbano con la agregación de anillos concéntricos.

8 PIRENNE, Henry; “Las ciudades en la Edad Media”, capítulo 3, pág. 49

Fig. 8 La estructura de la ciudad medieval


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b) LAS CALLES

Todas las ciudades medievales disponían de un espacio, toda era un mercado. El comercio y la producción tenían lugar por todas partes en la ciudad: en espacios abiertos y en espacios cerrados; en espacios públicos y en espacios privados. Las principales vías públicas que unían el centro con las puertas de la ciudad, aunque con frecuencia eran poco más que estrecho se irregulares callejones en las ciudades de crecimiento orgánico, constituían tanto extensiones lineales del mercado como rutas de comunicación, y la noción de una "red de tráfico" se hallaba tan ausente como el propio tráfico rodado constante. Partiendo de las calles, daban acceso a calles menores y permitían el desarrollo de los jardines traseros como patios. La city de Londres constituye uno de los mayores ejemplos de este tipo de complejidad interna. Los desplazamientos en las ciudades medievales se efectuaban generalmente a pie. La típica ciudad medieval se hallaba más próxima a lo que ahora denominaríamos una aldea o una población rural que a una moderna y abarrotada aglomeración urbana comercial. Muchas delas ciudades medievales que vieron detenida su expansión antes del siglo XIX aun presentan jardines y huertos en el corazón del municipio. Las calles resultaban irregulares por la topografía en que se encontraba la ciudad; por lo general las calles importantes partían del centro y se extendían radialmente hasta las puertas del recinto fortificado, otras calles secundarias unían estas radiales muchas veces formando círculo entorno al centro, este es el patrón Radiocéntrico y que se repite mucho en las ciudades medievales. El perímetro de las ciudades, en estos casos solía ser sensiblemente circular o elíptico dado que resultaba el más económico y el de más fácil defensa. El centro de la ciudad lo ocupaba siempre la Catedral o el Templo, por lo cual la ciudad adquirió un aire espiritual de primer orden. En general las calles radiales más importantes eran las únicas para el tráfico y las secundarias solían ser únicamente para los peatones. 9

c) EL MERCADO

Dos tipos son comunes tanto a la ciudades de crecimiento orgánico como a las planeadas; el primero, aquel en que le mercado ocupa una plaza destinada a este único fin, situada normalmente en el centro urbano o en sus inmediaciones; el segundo, en que aquel se sitúa en un ensanchamiento de las calle principal. Otros dos tipos de mercado en poblaciones de crecimiento orgánico: las ampliaciones laterales de la calle principal; y las plazas a las puertas de entrada a la ciudad. En las poblaciones planeadas cuyo trazado se basa en una estructura en retícula regular, la plaza del mercado es el tipo más frecuente.

9 Chueca Goitia; “Breve Historia del Urbanismo”; capitulo 5; pag. 96


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En este caso su forma general es la de un hueco en la retícula, rodeado por calles en sus cuatro lados, desarrolladas en torno a un castillo, donde el mercado está situado frente a este último. En la Europa continental era usual que los edificios que rodeaban la plaza tuvieran la misma altura, y estuvieran unidos en planta baja mediante soportales bajo los cuales las calles se prolongaban frecuentemente a lo largo de la plaza. En el caso de Gran Bretaña. Es característico que la mayoría delas plazas contengan mercados cubiertos, a veces de dos plantan, son raros los ejemplos en que la iglesia da frente a la plaza de mercado. La calle del mercado se incorporaba con mucha menos frecuencia a las ciudades planeadas, y nunca en las bastides. En las poblaciones sin planeamiento, la plaza y la calle del mercado desafían cualquier descripción precisa: no había dos trazados iguales cada una poseía su propio carácter espacial distinto. La plaza del mercado era una figura irregular, triangular en ocasiones, poligonal u ovalada en otras, ahora aserradas, ahora curvada, aparentemente arbitraria en su forma, porque las necesidades de los edificios que la circundaban eran prioritarias y determinaban la disposición del espacio abierto. En varios casos dos o más plazas forman una secuencia espacial. Las tiendas solían ser de reducidas dimensiones, a menudo no superaban los dos metros de anchura. Además se su función comercial, muchas plazas eran suficientemente grandes para albergar reuniones públicas en su interior.

d) PLAZA DE LA IGLESIA El espacio situado ante la iglesia el Parvis medieval no debe confundirse con aquella parte del cementerio contigua a la iglesia, ordenación corriente en Gran Bretaña. Era en el Parvis donde los fieles se reunían antes y después de los oficios divinos, donde escuchaban los ocasionales sermones al aire libre y donde veían pasar las procesiones. Frente a la fachada occidental de la iglesia. Allí la gente de afuera de la ciudad dejaba sus caballos, por los cual pronto se construyeron establos de varios tipos. El Parvis o, en Gran Bretaña, el cementerio obligaba a que las iglesias estuvieran generalmente situadas dentro de su propio espacio. Como este lindaba frecuentemente con la plaza del mercado, la existencia de un núcleo bipartido es una característica típica de las ciudades medievales, tanto en las planeadas como en las no planeadas.

2.4 INSTITUCIONES URBANAS La burguesía defendía el nuevo orden social, mientras que la Iglesia temía el creciente poder que adquirían los burgueses; entre estos se reclamaba la necesidad de la libertad, la facultad cuyo ejercicio excluye a la servidumbre, sin eso como sería posible el comercio. Para los burgueses era prioridad la necesidad de libertad, tenían como derecho, al derecho tradicional. Pero se necesitaba un derecho más expeditivo, y mucho más crítico. Por lo que surgió el jus mercatorun; es decir, un derecho mercantil embrionario.


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Que consistía en una especie de derecho consuetudinario internacional que los mercaderes aplicaban entre ellos en sus transacciones.10

A su autonomía judicial corresponde su autonomía administrativa, pues la formación de las aglomeraciones urbanas implica numerosos trabajos de instalación y defensa a los que deben proveer ellas mismas, ya que las autoridades tradicionales no tenían ni los medios ni el deseo de ayudarles.11

La instalación de un consejo de magistrados, fue necesaria para establecer y percibir el impuesto, así como para satisfacer las necesidades de una población urbana que aumentaba. En el siglo XII se convirtió en todas las partes en una institución ratificada por los poderes públicos e inherentes a cualquier institución municipal. Los obispados que eran nombrados por el emperador, tenían al frente una oposición cansada por los misticismos, que reivindicaba a los mercaderes y la clase trabajadora. En el 1057, Milán, ya era la principal ciudad lombarda, estaba en plena efervescencia contra el arzobispo. Las peripecias de la querella de las investiduras contribuyeron, naturalmente a propagar los disturbios y fue dando un giro cada vez más favorable a los insurrectos, a medida que la causa del Papa ganaba a la del emperador. Con el nombre de “cónsules” se establecieron magistrados encargados de la administración de las ciudades episcopales, bien con consentimiento de los obispos, bien por la violencia.12

La comuna crea los instrumentos necesarios para el buen funcionamiento y un compromiso en cumplirla.

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PIRENNE, Henry; “Historia Económica y Social de la Edad Media”, capítulo 3, pág. 44 11


PIRENNE, Henry; “Las ciudades en la Edad Media”, capítulo 7, pág. 185


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CAPITULO III

CIUDAD MEDIEVAL Y EL COMERCIO

3.1 DECADENCIA COMERCIAL En el siglo IX la invasión musulmana causó un gran impacto en la Europa Occidental. Obligó a occidente a abastecerse de sus propios recursos, su centro de gravedad al borde del mar se desplaza al norte, esto trae como consecuencia que el estado franco asuma un rol más protagónico y dueño del destino de Europa. No sería correcto atribuirle al azar estos hechos, que los musulmanes tomaran el Mediterráneo y que aparecieran los carolingios; el Imperio Franco va a sentar las bases de Europa Medieval, pero antes era necesario la caída del orden en ese momento (la caída del Imperio Romano) y la entrada del Islam. La Historia Económica pone en evidencia de un modo especialmente llamativo las divergencias entre el período Carolingio y Merovingio. Durante este último la Galia es todavía un país marítimo, y gracias al mar, mantiene la circulación y el movimiento; el imperio de Carlomagno, por el contrario es esencialmente cerrado, sin salidas, que vive en una situación de aislamiento casi completa. Las acciones de Carlomagno en repeler y defender al imperio de los sarracenos fueron inútiles, ya que los musulmanes tenían ventaja por contar una eficiente flota. El Islam cerró el Mediterráneo a tal punto de no encontrarse un comercio regular y normal.


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Existe además una prueba material de la decadencia económica que se produjo en Europa Occidental, desde su exclusión del Mediterráneo, esta es en la reforma monetaria que inicio Pipino el Breve y terminada por Carlomagno, que quisieron solucionar el desorden monetario. Se sabe que esta reforma abandono el cuño de oro para sustituirlo por el de plata. Habrían podido remediarlo sin renunciar a acuñar monedas en oro; si renunciaron fue por necesidad, es decir, debido a la desaparición del metal preciado en la Galia. Y tal desaparición tiene como única causa la interrupción del comercio en el Mediterráneo. Dicha reforma iniciada en el siglo IX no corresponde solamente al empobrecimiento de la época sino también a una circulación lenta e ineficiente.

Fig. 9 Mapa con las rutas comerciales de los musulmanes.


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3.2 RENACIMIENTO COMERCIAL La expansión sarracena llegó hasta Sicilia en donde se establecieron completamente, pero no llegaron a tocar las ciudades sureñas de Italia, tales como Nápoles, Gaeta, Amalfi y Salerno, al oeste; Bari, al este, quienes seguían sirviendo al emperador de Constantinopla. La llegada de los normados a Italia destruyeron las ya débiles relaciones de estas ciudades al emperador bizantino, Venecia que escapó del dominio carolingio seguía bajo la autoridad del emperador bizantino. Constantinopla y los demás puertos cristianos dejaron de ser los únicos destinos comerciales de Venecia. Venecia era el proveedor de esclavas a los harenes de Siria y Egipto, también abastecía de madera y hierro a los musulmanes. El desarrollo de Venecia se debía a la fuerte actividad comercial de la población siendo navegantes, artesanos, mercaderes. Siendo el siglo IX el punto de quiebre de Europa, donde se llega al punto más bajo para luego estabilizarse debido al cambio de régimen. Las flotas de guerra con que todavía contaba Venecia le garantizaban el dominio del mar frente a los musulmanes, a la vez sacó provecho su modo de organización administrativa y política. Ya para el año 1100, Venecia inicia su camino a ser una potencia marítima, para ello elimina a los piratas dálmatas; en 1002 logra expulsar a los musulmanes de la ciudad de Bari, y esta expulsión origina en las ciudades que estaban bajo el dominio musulmán cedan el paso a Venecia. El Imperio Bizantino fue muy generoso con Venecia la obligó a buscar relaciones económicas con sus vecinos a modo de comercio, tuvo unos inicios nada alentadoras, pero después esta práctica fue mejorando debido al poder con que se impuso. En el transcurso del siglo X, varias ciudades italianas siguen el ejemplo de Venecia y se unen al tráfico comercial, y se desarrolla poco a poco la industria, por ejemplo Luca se dedica a la fabricación de telas. La actividad comercial acabaría con una rivalidad entre las ciudades portuarias de Venecia y Pisa, debido a sus diferencias, siendo los primeros indiferentes con los


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musulmanes, no les importaba si eran infieles, mientras que a los segundos eran cristianos fervientes. En la primavera del año 1100, una escuadra veneciana es emboscada, éstos toman venganza emboscando y hundiendo una flota pisana que iba camino a Jerusalén. Otras ciudades de regiones tales como Flandes en Francia y Barcelona en España se suman al comercio marítimo. Es así que el comercio marítimo en Europa que comenzó en determinados puntos fue expandiéndose a gran escala por todo el continente europeo.

3.3 LOS COMERCIANTES Al disminuir la mortandad, la mejora de las condiciones de alimentación, el crecimiento de la población, trajo consigo nuevos productores, consumidores, mano de obra, etc. Las ciudades tenían como característica en común la primacía de la función económica. Se puede afirmar con seguridad es que la profesión de comerciante aparece en Venecia en una época en la que aún nada puede hacer prever su expansión en la Europa Occidental, en el siglo VI se describe ya los venecianos como un pueblo de marinos y mercaderes.13

En el curso del siglo X se profesionalizan los comerciantes, dejando los campos y el trabajo en las tierras de los señores feudales. Aparecen las rutas comerciales y con ello el mercader europeo, su género de vida les impulsaba naturalmente hacia los lugares en la que la afluencia de hombres permitía esperar algún beneficio o algún encuentro afortunado.14

Para el mercader errante, los caminos representaban obstáculos, por tierra se tenía que cruzar montañas, además del enorme tráfico y problemas con la carga de mercancías. Con los progresos a partir del siglo X en cuanto a medios de acarreo favoreció al transporte y el comercio, pero quedaban en blanco en caminos sin pavimentar. Aparece como otro medio de transporte los animales como las mulas y caballos. Al margen de los complicados y pesados carros de 4 ruedas.

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LE GOFF, Jacques; “Mercaderes y Banqueros de la Edad Media”; capítulo 1, pág. 16 14

LE GOFF, Jacques; “Mercaderes y Banqueros de la Edad Media”; capítulo 1, pág. 18


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Una traba más eran los impuestos y peajes que los señores feudales imponían por el solo uso de cruzar un puente o por el simple tránsito por sus tierras. El teloneum de la Edad Media, usurpado por los príncipes territoriales, se convirtió en un mero derecho fiscal que gravaba en forma brutal el tránsito; ni un centavo de dicho impuesto se gastaba en reparar los caminos o en reconstruir los puentes.15

Las rutas fluviales surgieron como alternativa para los mercaderes, fueron importantes como por ejemplo:

- La red fluvial de Italia, donde el Po constituía la mayor red de navegación al

interior del Mediterráneo.

- El Ródano que fue el gran eje del comercio norte-sur, en el siglo XIV.

- El enrejado que formaban los ríos flamencos, completado a partir del siglo XII

por toda una red artificial de canales.

Las rutas marítimas, representaban para el mercader otra alternativa de transporte, pero también un peligro ya que estaban expuestos a la piratería o aun naufragio, así como inconvenientes a la poca capacidad de las naves para los productos a comerciar, pero esto fue solucionándose. Otro inconveniente: la escasa velocidad de estas naves. El mercader precisa de paciencia y capitales. Por lo demás el costo del transporte por mar es infinitamente más bajo por tierra.16 Las Ferias de Champaña eran en el siglo XIII la meta del mercader errante. Estas Ferias tenían lugar en Lagny, en Bar - sur - Aube, en Provins y en Troyes, y se sucedían a lo

largo de todo el año: en enero - febrero en Lagny; en marzo – abril en Bar; las ferias de mayo, en mayo – junio, en Provins; la feria de San Juan en julio – agosto, en Troyes; la feria de San Ayoul en septiembre – noviembre; de nuevo en Provins; y la feria de San Remi en noviembre – diciembre, otra vez en Troyes.17

15


LE GOFF, Jacques; “Mercaderes y Banqueros de la Edad Media”; capítulo 1, pág. 17 17

LE GOFF, Jacques; “Mercaderes y Banqueros de la Edad Media”; capítulo 1, pág. 19

Fig. 10 Mapa en que se

explican tanto las tutas

comerciales como la

especialización geográfica por

productos del comercio en

Europa en el siglo XIII.


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Por lo tanto, había en Champaña un mercader casi permanente del mundo occidental, lo que es importantísimo. En los siglos XIV y XV los mercaderes sedentarios alcanzan su apogeo, y busca capitales al margen de sus propios recursos. Asociaciones que permitieron al mercader extender su red de negocios como el contrato de commenda; en la que los contratantes se presentaban como asociados, en la medida en que había reparto de riesgo y beneficios; pero, en lo demás, sus relaciones eran las de prestamista y deudor. Existía una diversidad de contratos que superaba al comercio terrestre, entre ellos tenemos a la compagnia y la societas terrae. Es falsa la idea de que la clerecía monopolizaba la cultura, esto solo sucedió durante la Alta Edad Media; pero a partir del apogeo de la revolución comercial y el de las ciudades, los nuevos grupos sociales exigen mayores conocimientos prácticos o teóricos distintos a los religiosos, por lo que obtuvieron el derecho a abrir escuelas.


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RESUMEN

Europa se encontraba en un período en donde Roma, consumida por problemas internos sumándose las invasiones bárbaras, caía de manera irremediable, dejando como protagonista al Imperio Carolingio, quien intento pero no pudo ante la presión de los musulmanes. Después de que el Imperio Carolingio se dividió surgieron estados autónomos, donde la organización fue muy particular, así como el urbanismo medieval fue particular en Alemania, Francia e Inglaterra. La población europea que en los inicios de la Edad Media era rural continuaba en la servidumbre, solo dueño de su fuerza de trabajo, más no a la producción que pertenecía al señor feudal. Aparecerían los comerciantes, ciudades portuarias, la variedad de productos que se comercializaban entre Europa y África, y también en el Oriente.


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CONCLUSIONES

Una aldea medieval se convertía en ciudad cuando adquiría la función secundaria de centro del comercio local, y, probablemente también, al desarrollar algún tipo de industria especializada de pequeñas dimensiones, a la vez que cierto porcentaje de sus habitantes dedicaban parte de su tiempo a estas ocupaciones no agrícola. La mayoría de ciudades eran de tamaño muy reducido en comparación con los patrones modernos y, hasta finales de la edad media, un buen número de ellas no eran mucho mayores que sus aldeas vecinas. Si bien El Imperio Carolingio entró en una etapa de renacimiento dado a la educación, arte y ciencias; así como su gran unificación y expansión en Europa; palideció al no contar con una disgregación social, una economía cerrada, recursos técnicos deficientes, etc. Desapareciendo de a pocos el esclavismo, la clase más pobre era los siervos, los cuales no eran dueños de las tierras donde trabajaban; entonces los señores feudales y grandes terratenientes los explotaron. Quienes no pertenecían a la clase noble ni tampoco a la clase trabajadora; encontraron una manera de subsistir que fue a través del comercio; con lo cual se transformaron en mercaderes posteriormente en burgueses. El florecimiento del gran comercio internacional, desde el siglo X, tanto terrestre como marítimo, es una consecuencia natural de la expansión agrícola y ganadera.


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BIBLIOGRAFIA

PIRENNE, Henry. “Las ciudades de la Edad Media”

PIRENNE, Henry. “ Historia Económica y Social de la Edad Media”

Chueca Goitia. “Breve Historia del Urbanismo”

LE GOFF, Jacques. “Mercaderes y Banqueros de la Edad Media”

GRIFFITH, Taylor. “Geografía Urbana”

La Ciudad Medieval

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