LA CIUDAD Y EL KARST -...

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L L A A C C I I U U D D A A D D Y Y E E L L K K A A R R S S T T El Instituto de Moscú cumple un siglo Lo que debimos saber de E.A. Finko El viento como fuente de energía Cuánta agua hay y cómo se usa p. 1 Pisar firme antes de construir

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LL AA CC II UU DD AA DDYY EE LL KK AA RR SS TT

El Instituto de Moscú cumple un sigloLo que debimos saber de E.A. Finko

El viento como fuente de energíaCuánta agua hay y cómo se usa

p. 1Pisar firme antes de construir

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El viejo edificio Arcos en ladolina de F y 19 en el Vedado

Portada

I

Con este número CubaGeográfica mira al futuro.

Al menos a ciertas facetas del desarrollo económico ydemográfico que tratamos de imaginar para Cuba y suciudad cabecera. Ese desarrollo vendrá acompañado demás presión sobre el delicado balance ambiental de laisla y sus recursos. Será necesario disponer de más es-pacio, más energía, más agua, y la manera de procurar-los se puede ir delineando desde ahora.

En algún momento La Habana va a expandirse otravez. Va a crecer su población, en descenso desde hacedos décadas, y la ciudad misma va a reclamar nuevosespacios. Rodeada de terrenos kársticos, no le queda otraque ir sobre ellos, y es conveniente que antes de levantarla primera obra se eche una mirada experta al substratopara evitar errores ya conocidos. El artículo sobre la ur-banización y el karst en La Habana es un llamado a laatencion de los futuros urbanizadores.

La energía es un dolor de cabeza crónico para loscubanos y las soluciones mágicas dejan mal saborcuando se desvanecen. El viento es una de las fuentesalternativas efervecentes hoy, pero ¿es realmente unaenergía “limpia” para Cuba? Su desarrollo entraña uncosto ambiental que se debe ponderar antes de tomar de-cisiones irreversibles.

Y es clave conocer cómo se utilizan los recursos hí-dricos para hacerle frente al desarrollo de mañana. Hayque hacer eficiente el uso del agua, pero antes hay queconocer mejor de cuánta se dispone, quiénes la emplean,cuánta se malgasta y cuánto se contamina el recurso. Esel Abecé de la solución ordenada de un problema quealarma y afecta a todos.

Esta es apenas una muestra de los temas geográficosen los cuales vale la pena detenerse. Esperamos que que-den sobre la mesa para pensar en ellos y en el futuro.

Muchas gracias

Una nota de introducción

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Urbanización y karst en La Habana En su mayor parte La Habana está construida sobre territo-rios karstificados. Cuando crezca, lo hará sobre estos terrenosen buena medida. Es necesario conocerlos de antemano.

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22Elizaveta A. Finko en la memoria La geomorfóloga rusa hizo en Cuba un trabajo singular en laprimera mitad de la década de 1970. Muy pocos lo conocenporque fue suprimido.

26El IGrAn cumple 100 años El Instituto de Geografía en Cuba se formó con el amparo intelec-tual –también material– del Instituto de Moscú. De cierta maneraandan caminos similares.

El viento, la nueva fuente de energía Contar con una fuente de energía independiente, suficiente ysegura es un viejo sueño cubano. El viento pudiera ser una op-ción pero vale la pena examinar el precio a pagar.

En EstE núMEro

II

Las reservas aprovechables deagua en Cuba son amplias.

Antes de agotarlas se puedeutilizar casi tres veces tanta

agua como la que hoy seconsume. Al menos así lomuestra el balance actual

del ciclo hidrológico.Pero la aparente abundancia

puede ser engañosasi no se preserva

la calidad

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Manejo del agua

Salto de agua en el río Buey, vertiente norte de la Sierra Maestra. Foto de Wikimedia Commons

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Urbanización y karst en La Habana

Esta condición no solo obliga a

mantener funcionales las redes de

drenaje, sino además –y es lo más

importante– a que antes de cons-

truir se considere que fuera de la

vista hay un ordenado sistema

dinámico, creado desde el Pleisto-

ceno inferior, que drena el agua

con rapidez y en el proceso crea

cavidades grandes y pequeñas

próximas a la superficie, como

una red interconectada e interde-

pendiente que conviene conocer y

preservar por la salud urbana.

Lo anterior vale para la ciudad

actual y sobre todo para la del fu-

turo, la que atraída por las cer-

canas Matanzas y Mariel, por

atractivos paisajes y por una

economía reanimada, deberá cre-

cer en gran parte a lo largo de la

costa norte, sobre la faja de pe-

queñas alturas y terrazas marinas

karstificadas. En esa Habana

posible sería conveniente no repe-

tir los errores de la ciudad de hoy,

creada casi toda cuando el karst

sobre la cual se edificó aún esta-

ba por conocerse.

Esta será competencia de urbani-

zadores y planificadores, de inge-

nieros, de geofísicos, hidrogeólo-

gos y de geógrafos a quienes con-

viene mantener al tanto de los

planes del futuro y pedirles opi-

nión para bien.

wantexpeditions.com/pic/trip00051

La Habana –más precisamente la mitad de la ciudad–

encara problemas derivados de estar construida

sobre un territorio karstificado.

por Antonio R. Magaz

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Como otras ciudades del mundo,La Habana siente las limitacio-nes que el relieve le impone a

la urbanización y a veces las pasapor alto.

Ciertas zonas de la ciudad se inun-dan porque se construyeron sobreantiguos manglares, o sobre la terra-za costera baja del Holoceno. Otrasocupan el lecho de cañadas erosivasdonde se forman torrentes súbitos enaguaceros intensos. Hay áreas dondeocurren hundimientos sufosivos quearrastran casas, instalaciones econó-micas o partes de la infraestructura.

Alrededor de la mitad de La Ha-bana está construida sobre terrenoskársticos. En números redondos, esopuede ser igual a la mitad de la po-blación, de las construcciones y dela infraestructura.

La asimilación urbana planificadade nuevos territorios es siempre unatarea complicada que demanda deltrabajo de muchos especialistas, derecursos fuertes y de dificiles tareas

de ejecución, desde las etapas dezonificación y proyecto hasta las ac-ciones de ejecución, mantenimientoy restauración. Pero cuando la ex-pansión urbana tiene lugar hacia re-lieves karstificados y diversos, lacomplejidad del trabajo aumenta no-tablemente debido a la naturaleza es-tructural y funcional de las regionesy de sus sistemas y zonas kársticas(Fig.1). Esto exige la elaboración deproyectos constructivos especial-mente diseñados para estas áreasdonde se require de un conocimientoprofundo de estas unidades delpaisaje.

Los estudios principales sobre elkarst territorial fueron realizados porManuel Acevedo (1967), ManuelIturralde-Vinent (1967) y AntonioNúñez Jiménez, Vladimir Panos yOtakar Stelc (1968) cuando no sedisponía de un levantamiento geo-morfológico detallado de las formaskársticas.

La urbanización –y la construcción

en general– sobre las superficieskársticas presenta retos y riesgos porel carácter impredecible del substra-to. La circulación del agua subterrá-nea y la disolución de las rocas si-guen patrones estructurales compli-cados que debilitan el terreno ante lapresión de carga. Por ello la inspec-ción geológica y geofísica detalladapueden evitar desarrollos en áreas dealto riesgo con costos de construc-ción elevados.

Las características del territoriokárstico que determinan la compleji-dad y la especificidad en el diseño yel tipo de las acciones constructivasy de protección medioambiental enestas superficies son las siguientes:

Existe un substrato de rocascarbonatadas (desde calizas mi-crocristalinas, calizas biodetríti-cas hasta margas carbonatadas),que están denudadas por disolu-ción química y erosión. La de-nudación está controlada porplanos de fractura, por la posi-

Inundación en la parte baja del Vedado (terraza abrasiva del Holoceno) después de un aguacero fuerte. La capacidad deabsorción es limitada en la superficie impermeabilizada del karst.

A. E

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ción de horizontes porosos, porplanos de estratificación y laforma de yacencia..

Hay sedimentos arcillosos deespesor variable, usualmente re-siduos de disolución u otros orí-genes que sepultan las rocas kars-tificadas o rellenan sus cavidades.

El drenaje superficial es limi-tado o no existe; está reemplaza-do por un drenaje subterráneo –omixto– que forma cuencas de ex-tensión y densidad variables, conformas de absorción difusas, co-mo valles y cauces fluvio-kársti-cos ciegos y campos de lapiés; opuntuales dispersas, como doli-nas, sumideros o furnias, formasde absorción o recarga del aguapluvial o fluvial de los sistemas.

Bajo la superficie existe unared interconectada de conductos,cuevas y cavernas a profundidadvariable, que ocupa todo el espe-sor de la zona de aereación yfreática. Es la red tridimensionalde drenaje y reserva de agua sub-terránea utilizable.

Hay manantiales o surgencias,grupos de manantiales o polisur-gencias y estavelas (temporamen-te influentes y efluentes) que sonlas formas de emisión propias delterritorio kárstico.

La infiltración de la lluvia ha-cia el interior del sistema kársticoa través de la red de absorción yla frecuente presencia de suelosesqueléticos producen un geosis-tema seco en las superficies másjóvenes (QIII - QIV) del karst.

Este particular ambiente per-mite el desarrollo de especies yecosistemas subterráneos quedeben protegerse.

Si son artificialmente modifica-dos, estos sistemas pueden au-mentar su capacidad colectorapor disolución de la roca (decal-cificación) y por lavado de lossedimentos subterráneos. Estosprocesos lentos aumentan el volu-men hueco, lo que tiende a hacerinestable la superficie.

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La contrucción en este tipo de te-rrenos requiere de soluciones espe-ciales. Las oquedades colectoras yconductoras del drenaje subterráneodeben ser protegidas para evitar laobstrucción de los focos del drenajenatural y la formación de áreas deinundación. Esto incluye el revesti-miento, la ubicación de filtros y elentubamiento direccional de losfocos del escurrimiento hacia la capaacuífera y la prohibición del verti-miento de residuales en estas formas.

Para proteger las construccionesde derrumbes de cámaras subterrá-neas y de hundimientos sufosivos senecesita de la exploración geofísicapara diseñar las mejores variantes decimentación, –incluyendo la inyec-ción de cemento en cavidades– ypara poder ubicar las redes técnicasde drenaje pluvial. Las surgenciastambién deben protegerse con obrasde fábrica o mediante captaciones,derivadoras o con la construcción deacueductos.

Estas acciones reducen la vulnera-bilidad y el riesgo constructivo ycontribuyen a la estabilidad de la in-fraestructura urbana. De igual modo,propician la protección del medioambiente kárstico y sus acuíferos.

La diferenciacióngeomórfica deL Karst

El karst de las antiguas provinciashabaneras ocupa el 60% del territo-rio y su diversidad estructural y fun-cional está relacionada con las uni-dades morfogenéticas regionales ysu componente litoestructural.

Sobre la base del mapa carsológicode Cuba (Núñez, et al, 1968) y dellevantamiento geomorfológico a es-cala 1:250,000 (Portela et al, 1988)(Fig.1), las unidades regionales delrelieve kárstico (Fig.2) pueden seragrupadas en:

Alturas y llanuras aterra-

zadas y karstificadas de

la costa norte (Alturas de

La Habana-Matanzas).

Son alturas pequeñas de bloque,

con estructura monoclinal y altitudde 100 a 120 m, cortadas transver-salmente por cañones erosivos de losríos de la vertiente norte.

Están limitadas al sur por una es-carpa tectónico-denudativa bien mar-cada en el relieve. Su flanco costeroestá esculpido por entre 4 y 6 terra-zas marinas karstificadas.

La posición geográfica de estaregión, su desarrollo histórico y sus

paisajes naturales le confieren unaexcepcional vocación intrínseca parael desarrollo residencial y recreativo.En ella alternan extensas playas conacantilados litorales, terrazas abrasi-vas altas, bahías de bolsa, cuevasmarinas, caletas con playas de bol-sillo y cañones en las desembocadu-ras de los ríos. Es de esperar que,atraídas por su desarrollo interdepen-diente, las ciudades de La Habana,

I

Figura 1 Fragmento del Mapa Geomorfológico de La Habana 1:250,000 (1988), untrabajo que hizo hincapié en representar las formas kársticas.

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Matanzas y Mariel crezcan de este aoeste sobre estas alturas litoralespara formar un cordón urbano con-tinuo con una población que puedesumar varios millones de habitantes.

Pero estas alturas sobre las cualesva a crecer la ciudad, elaboradas enrocas carbonatadas de la cobertura,están intensamente karstificadas.Desde la costa hacia el interior aflo-ran las formaciones Jaimanitas,Vedado y Güines y, en la escarpameridional, las formaciones Cojímary Universidad, que por su composi-ción arcillosa constituyen niveles debase de la karstificación.

Las formas kársticas de absorciónen las superficies de las terrazas soncampos de lapiés, dolinas de hundi-miento, grietas de distensión amplia-das por derrumbe y disolución, cla-raboyas y furnias pequeñas.

En las alturas existen varios nive-les horizontales de cavernamientoque pueden aparecer superpuestos,distribuidos en correspondencia conlas alturas de las costas antiguas.

Estos niveles han sido conectadospor derrumbes subterráneos y porcavidades de disolución verticales einclinadas, condicionadas por lossistemas de fracturas y por la estrati-ficación. Las cuevas más altas y cer-canas a la superficie de las terrazastienen una planta circular y se abrenal exterior por derrumbes de bóvedassemiesféricas. Los techos de galeríasy salones antiguos se localizan a unaprofundidad de 1 a 3 m por debajode la superficie exterior. En estasgalerías hay salas con forma debóveda, que pueden tener alturas dehasta 15 m y conos de derrumbe for-mados por fragmentos de estratos.

En la terraza donde se abren lasdolinas de la caverna de las CincoCuevas, cerca de Boca de Jaruco, a65 m. de altitud, el nivel actual de lacapa de agua kárstica (Gatera delLago) está situado a algunos metrospor encima del techo de la formacióngeológica Cojímar y se encuentra aunos 30 m de profundidad, es decir a35 m sobre el nivel del mar. Este es

el espesor máximo actual de la kars-tificación, aunque durante la partealta del Pleistoceno superior el aba-timiento marino generó niveles decuevas por debajo del nivel del maractual, como se puede constatar en lacueva sumergida de Boca de Jaruco,situada en el mar, a 25 m de profun-didad. La conducción subterránea re-sulta de las componentes del agrie-tamiento y del buzamiento 10º a 20ºal norte. La descarga del agua kárs-tica tiene lugar en los cañones quecortan las alturas y en los manantia-les del litoral y a nivel submarino.

Parte de la ciudad de LaHabana está construidasobre esta unidad.

Su urbanización ha traído algunosproblemas y conviene repasarlosantes de encarar proyectos futuros.

En el Vedado, en el área compren-dida entre la Chorrera, la avenida In-fanta y desde el litoral a la AvenidaZapata, el drenaje natural era subte-rráneo, a través de la superficie des-nuda de lapiés y por grietas, algunossumideros y dolinas.

La urbanización selló la superficiede absorción con asfalto, adoquinesy concreto, creando un incrementoen la intensidad de la inundación na-tural por efecto del sellaje del karst.En lluvias intensas, el agua escurrepor la superficie hacia la escarpa dela calle 13, e inunda la terraza abra-siva del Holoceno (2-5 m), entre lasavenidas Malecón y Línea (Fig.3).Las penetraciones marinas esta-cionales producidas por frentes fríoso huracanes también inundan estaterraza.

Vestigios de las formas de absor-ción natural selladas son las dolinasaún reconocibles en la Avenida 23,entre 20 y 24; la calle N, entre 23 y21; la Avenida de los Presidentes yla calle 21 y calle F, entre 19 y 21(Magaz, A.R., 2017).

Durante la cimentación del HotelNacional, construido en 1930 en la“Loma Taganana”, hubo que sellarcon cemento una cueva hallada en elsubstrato. A fines de la década de

Figura 2

Tomado del Mapa Geomorfológico de La Habana 1:250,000

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1950 también fue necesario sellar lacavernosidad para cimentar el hotelHabana Hilton, cerca del Nacional.

Ha habido casos de hundimiento yasentamiento en edificios conocidos,como el de la tienda Roseland, en lacalle Águila y Neptuno, de CentroHabana, y en el edificio Girón, de lacalle 1ª y E, terminado en la décadade 1970 a unos pasos del Malecón(Molerio, comunicación personal).Ambos edificios se construyeronsobre la terraza abrasiva del Holo-

ceno tardío a menos de 3 m de altura.

Molerio describe el hundimientode los pisos de tres edificios que cir-cundan a una dolina inundada en LaHabana del Este y que él atribuye a“el cambio del campo de esfuerzostensionales que indujo el relleno [deuna cueva] sobre el sistema físico”.El interesante trabajo describe tam-bién las condiciones generales queimpone el karst en la construcción yque con frecuenca son pasadas poralto (Molerio, 2017, ver el Anexo 1).

La previsible expansión urbanahacia el este y el oeste de La Habanaa lo largo del litoral encontrará elriesgo de edificar sobre oquedadesno detectadas y de obstruir el drenajesubterráneo natural, como ya sucedióen la ciudad en el siglo pasado. Parareducirlo se requieren estudios geo-técnicos detallados del substrato y dela hidrodinámica kárstica.

Llanuras denudativas y

alturas del eje insular in-

tensamente karstificadas.

Esta unidad es heterogénea y ex-tensa. Se ubica en la zona axial de laisla, coincidiendo a veces con suparteaguas. Forma un paisaje de al-turas y llanuras litoestructurales ytectónicas de horst y graben rela-tivos, usualmente muy karstificadas,con límites claros, bruscos y desa-rrollo diferenciado. Comprende lasllanuras del norte y noreste deArtemisa, la Mesa de Anafe, la de-presión de Ariguanabo, las cuencasaltas de los ríos Almendares yMayabeque, la Silla de Hershey, lasalturas de Managua, las Escaleras deJaruco, las Lomas de Camoa, laLoma de la Candela, la Sierra delGrillo, las Lomas de Pipián, Cabezasy la Sierra de Camarones.

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II

Figura 3. Algunas dolinas de la terraza abrasiva de 20 m en el Vedado fueron rellenadas para construir sobre o dentro de ellas; lasuperficie del karst quedó sellada por asfalto o concreto. La terraza inferior se inunda con facilidad por tiempo prolongado.

Galería reforzada de una de lascuevas del Hotel Nacional.

Edificio Girón, calle Primera y E enla terraza abrasiva del Holoceno.

Cementerio de Colón

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Esta unidad es más compleja y an-tigua que la anterior. Su relieve in-cluye diferentes tipos morfogenéti-cos y morfoestructurales desarrolla-dos después del Mioceno medio.

El karst está formado en las rocascarbonatadas y carbonatado-terríge-nas de la cobertura platafórmica,correspondientes a las formacionesgeológicas Husillo, Cojímar y Güi-nes de la transgresión marina delMioceno inferior y medio. Estacobertura se fracturó y elevó a dife-rentes alturas después del Neógenosuperior a causa de movimientosneotectónicos de bloque.

La evolución en condiciones sub-aéreas ha creado superficies de denu-dación fluvial y kárstica con fuerteexpresión en el relieve de la estruc-tura geológica y formación de sedi-mentos cuaternarios arenoarcillososy arcillosos de espesor variable.

En estas llanuras denudadas del ejeinsular se destacan la parte alta delas cuencas karstificadas de los ríosCayajabos, Capellanías, Ariguanabo,Almendares y Mayabeque, entreotras, que reciben aportes de los sis-temas kársticos de las alturas que lascircundan.

Las cuencas más importantes son:Cuencas de los ríos

Cayajabos y Capellanías

Su funcionamiento es fluviokársticocon numerosas depresiones grandesque pueden alcanzar hasta 2 km. dediámetro y tambien pequeñas, convarios sumideros en su interior. En elrelieve de sus bordes con la llanurameridional se levantan microcrestaskarstificadas en la dirección de la es-tratificación que se extienden por es-pacio de casi 15 Km. con ancho de 2km. Estos complejos de formas cons-tituyen las zonas de recarga subterrá-nea de ambas cuencas ciegas quedescargan en la cuenca subterráneameridional.

Cuenca de Ariguanabo

Con un area de 188 Km2 com-prende los municipios San Antoniode los Baños, Bauta y Caimito en laprovincia Artemisa; Bejucal en la

provincia Mayabeque y porciones deBoyeros y La Lisa en La Habanadonde se distribuye una población de90,000 habitantes.

La cuenca esta situada en una de-presión tectónica inclinada limitadahacia el sur por el tabique estructuraldonde se encuentra el cañón del rioSan Antonio. Esta estructura originóun lago cuaternario donde se for-maron 5 terrazas lacustres acumula-tivas que cubren con sus sedimentosla mayor parte de la unidad hidrográ-fica (Portela, A.H., 1988; Magaz,A.R. y Portela, A, H, 2016). El 45%de la Cuenca Ariguanabo (mas de 80Km2 ) esta kárstificado en su basa-mento y en su periferia denudativa(zona de recarga subterránea), dondeocurre alta densidad de depresionessufosivas grandes y pequeñas y nu-merosos sumideros tectocondiciona-dos y dispersos al norte y noreste dela llanura lacustre.

La cuenca Ariguanabo tiene comu-nicación hidrogeológica con lascuencas subterráneas de Vento y dela llanura sur. A través de indicado-res geomorfológicos la conexión conla primera ocurre a través de fractu-ras y un cauce enterrado existentesentre el extremo noreste de las terra-zas lacustres y el río Almendares(Magaz y Portela, 2016) y la rela-ción con la segunda se produce en elsumidero del río San Antonio.

La Cuenca Ariguanabo con un vo-lumen anual de extracción de unos155 millones de m3 es una de lasfuentes principales de agua potablede las provincias Artemisa, Mayabe-que y La Habana. Contiene numero-sos focos de contaminación indus-trial y urbana donde se destaca el ríoGovea que recibe las aguas negrasdel pueblo de Bejucal sin tratamien-to eficiente. Cuenca Almendares-Vento

Es la fuente principal de abasteci-miento de agua potable a La Habanacon una extraccion annual de 220millones de m3. Sus recursos estánafectados tanto por la sobreexplota-ción y la contaminación antrópica acausa de las descargas de aguas resi-

duales industriales y urbanas comopor la presa Ejército Rebelde del ríoAlmendares cuyas aguas presentanelevados niveles de contaminación(Dapeña C., et al, 2006).

La cuenca media y superior del ríoAlmendares es una estructura longi-tudinal del eje insular limitada haciael sur por el flanco norte carbonata-do de las Alturas de Bejucal, por laslomas de Camoa y las Escaleras deJaruco por el este y la divisoria deSanta Maria del Rosario-San Fran-cisco de Paula por el norte. Deacuerdo con las formas del relievesus zonas de recarga subterránea sehallan en las superficies denudativasque rodean a la cuenca situadas entre80-140 m con algunos aportes através de cauces ciegos provenientesde la vertiente suroccidental de LasEscaleras de Jaruco. Son depresionescerradas grandes y pequeñas con nu-merosos sumideros, alguna de lascuales son sufosivas situadas en lla-nuras fluviales de 8 a 25 m, donde elescurrimiento parcialmente se con-vierte en subterráneo dando lugar ala Cuenca subterránea cerrada deVento que drena superficialmente alAlmendares a través de los manan-tiales de Vento y otras surgencias.Estas conexiones kársticas entre laszonas altas de recarga y de emisióntiene lugar mediante una conduccióncuyo patrón de desarrollo es longitu-dinal de este a oeste.Cuenca de Mayabeque

Con 984 Km2 es la cuenca hidrográ-fica más extensa de la unidad regio-nal del eje insular, pues ocupa latotalidad de la Silla de Hersey o su-perficie denudativa karstificada deBainoa-Caraballo, el Valle del Perú(no karstificado ) y la depresión es-trecha entre las Alturas de Bejucal ylas elevaciones de Camoa-Escalerasde Jaruco hasta la cabecera superiordel río Almendares.

Las formas de recarga del relievekárstico encuentran su mayor densi-dad en la franja del tercio meridionalde la silla de Hersey, desde las al-turas y llanuras karstificadas deCasigua y Zaragoza al oeste hasta las

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alturas y llanuras del Grillo, Aguaca-te, Sierra Camarones y las inmedia-ciones de Ceiba Mocha al este. Songrandes y pequeñas depresiones consumideros internos, poljas, algunosvalles ciegos y campos extensos delapiés pero lo más significativo deesta zona de absorción son las cade-nas de alturas paralelas (separadaspor llanuras altas) modeladas en típi-cas cúpulas kársticas. En el interiorde estas alturas se encuentran eleva-dos los horizontes inferiores de la

cobertura neógena lo cual, desde elpunto de vista geomorfológico, su-giere la presencia de acuíferos inde-pendientes. Precisamente en estafranja de territorio se encuentra unpotente acuífero kárstico que fuecaptado por el acueducto de El Gatoa través de 17 pozos de extracción.Este acuífero subterráneo aporta a laciudad de La Habana un volumen deextracción anual de unos 100 millo-nes de m3 de agua potable.

En su tercio inferior la Cuenca deMayabeque descarga parcialmentesus reservas a la Cuenca Meridionalde La Habana a través de pérdidasdifusas de su cauce fluvio-kársticotransformado antrópicamente.

En esta unidad regional de karstde la parte axial de la isla se tienenexperiencias constructivas de la ex-pansión urbana que citaremos a con-tinuación a través algunos ejemplos.

Desde el punto de vista de los pro-cesos exodinámicos y la respuestaescultural del relieve, son muchoslos eventos peligrosos que tienenlugar a consecuencia de la antropiza-ción inadecuada de territorios karsti-ficados, tanto en proyectos de urba-nización como en la planificaciónpara el uso y manejo de cuencashidrológicas con fines industriales yagrícolas.

Como un ejemplo de lo anterior,en la periferia de La Habana, en lasáreas urbanas de Santiago de lasVegas, del reparto Tesis, Boyeros ydel Aeropuerto Internacional JoséMartí, existen karsts enterrados bajo3 a 6 m de sedimentos arcillosos.

Las depresiones y conductos sub-terráneos de este paleokarst funcio-nan parcialmente, absorbiendo eldrenaje pluvial de extensas áreas debaja pendiente. Como resultado de laurbanización de este territorio, porun lado, una gran parte de estosfocos de drenaje subterráneo ha sidosellada y, por otro, las redes técnicasde drenaje pluvial han intensificadoel lavado subterráneo de los depósi-tos del fondo de las depresiones en-terradas. Como consecuencia, la obs-trucción de los conductos kársticos

provoca o incrementa la frecuncia eintensidad de las inundaciones e in-duce hundimientos sufosivos fre-cuentes, particularmente en la es-tación lluviosa y durante el curso delos eventos meteorológicos extremos(Rodríguez y Magaz, inédito).

Cada año se producen en esta áreavarias decenas de hundimientos su-fosivos, con daños a la infraestruc-tura y las edificaciones (Fig.4). Uncaso notable fue el de las lluvias in-tensas que produjo el huracán Frede-rick en septiembre de 1979 (hasta536 mm en 48 horas). Las inunda-ciones extensas y prolongadas porvarios días generaron una decena dehundimientos, algunos cerca delAeropuerto Internacional José Martí.

Más recientemente, intensas llu-vias en agosto del 2017 produjeronun hundimiento sufosivo en el áreade la Terminal 3 del mismo Aero-puerto, en el sitio donde había ocu-rrido otro hace 10 años. El incidentealteró las operaciones normales delaeropuerto y obligó a desviar aero-naves hacia el Aeropuerto Interna-cional Juan G. Gómez de Matanzas.

En la zafra de 1970 del desapare-cido central Camilo Cienfuegos(Hershey) se utilizó una depresiónkárstica superficial para arrojaraguas negras industriales. Esta de-presión estaba conectada a una cuevaque llevó el desecho hasta una sur-gencia ubicada en la cuenca inferiordel río Jaruco y provocó un desastreen los ecosistemas terrestres y marí-timos de esta cuenca.

Llanuras aterrazadas y

lacunopalustres karstifi-

cadas de la costa sur.

También se le conoce como Lla-nura Cársica Meridional de La Ha-bana-Matanzas. Se extiende desde elrío Pedernales al oeste hasta el inte-rior de la provincia de Matanzas.

El karst está elaborado en rocas dela cobertura neógena potente y pre-dominantemente carbonatada de lasformaciones Güines y Cojímar y enla parte alta del interior afloran ca-

III

EL dEsarroLLo dE UnHUndimiEnto sUfosivo

Figura 4

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lizas de la formación Husillo de laparte baja del Mioceno. Su estruc-tura monoclinal se inclina de dos aseis grados hacia el sur, suroeste ysureste. Estas rocas están cubiertaspor sedimentos insulares de las for-maciones Guevara del Pleistoceno

inferior y medio consistente en arci-llas, arenas arcillosas abigarradas,gravas y guijarros parcialmente cu-biertos por los sedimentos de la for-mación Villa Roja compuesta porarcillas, arenas arcillosas, arenas congravas, guijarros y cantos rodados.

La variabilidad de los espesores deestos sedimentos cuaternarios serelaciona con las dimensiones de losbloques reflejados en el relieve.

Esta unidad regional comprendecuatro superficies marinas emergidasprincipales desde el litoral sur hasta

L a llanura karstificada del sur de La Habana tiene unavocación bien definida. Produce alimentos para más de

tres millones de personas que viven en la capital y en terri-torios aledaños. Es además la fuente de abasto de casi lamitad del agua que consume la ciudad. Se trata de un te-rritorio abierto, expuesto a que los errores de manejo am-biental tengan consecuencias extensas y prolongadas.

Sus superficies agrícolas de suelos rojos ferralíticos pro-fundos se ven en esta imagen compuesta del Landsat TM(abril del 2001) con tonos rojizos, con una textura geomé-trica de círculos y rectángulos pequeños. Hacia el este delos pueblos de San Antonio de las Vegas y Batabanó,grandes parches verdes y beige de dibujo rectangular co-rresponden a cañaverales.

Sin embargo, la llanura dista mucho de ser un territoriohomogéneo como pareciera a primera vista.

La uniformidad está interrumpida por algunas estructuraslocales transversales (contorneadas por líneas amarillas dis-continuas en la imagen), que se distinguen por un diseñoabigarrado de colores marrón y verde oliva claros y oscu-ros y textura moteada irregular. Son espacios de karst des-nudo y semidesnudo, con suelos pobres metidos en depre-siones kársticas, cubiertas por matorrales secundarios y porpasto espontáneo. Se trata de morfoestructuras de bloque

más altas que los sectores cubiertos por varios metros desuelos rojos bien visibles alrededor de los pueblos deAlquízar y Güira de Melena, al centro de la imagen.

Una expansión de La Habana aumentará la demandasobre este espacio agrícola y sobre su acuífero, que ya hasufrido problemas de salinización inducida, de contamina-ción y degradación, de retroceso del litoral sur y dehundimientos gravitacionales entre otros.

La llanura karstificada del sur de La Habana es tan impor-tante para la capital –y a la vez tan frágil– que requiere deuna autoridad de manejo especial que regule las activida-des agrícolas, la extracción de agua, el manejo de los dese-chos y la construcción urbana y de viales.

La heterogeneidad de la llanura hace cambiar la natu-raleza de los problemas que puede enfrentar y del manejode sus recursos.

La llanura del sur y la fragilidad de un territorio esencial para la vida de La Habana

Artemisasan Antonio de las Vegas

san Antoniode los Baños

Quivicán

Batabanó

surgidero

Güira deMelena

Area en detalle

Alquízar

Alcance máximo de lasalinación del acuífero

Zona de influencia en elacuífero producida por laextracción en la Cuenca Sur

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altitudes de 50 – 60 m, donde se en-cuentra su contacto morfogenéticocon las llanuras denudativas del ejeinsular. En algunos tramos del inte-rior de estas superficies se conservanfragmentos de las escarpas de otrasterrazas marinas que en su mayoríahan desaparecido por erosión fluvialy karstificación. Estos vestigios deespectros de terrazas marinas se con-servan en bloques relativamente máselevados donde disminuye el espesorde los sedimentos rojos insulares, lo

cual se expresa en el relieve por ex-tensos campos de lapiés, microcres-tas petromórficas y elevadas densi-dades de depresiones cerradas. Losbloques relativamente más deprimi-dos se manifiestan en el relieve porla elevada densidad de valles flu-viokársticos ciegos y paleocauces,entre los que se destacan los caucesabandonados del río San Antonio ylos que proceden de las Alturas deBejucal y de Madruga.

La mayor densidad de cauces que

penetran en la llanura kárstica proce-den de áreas impermeables no karsti-ficadas de la vertiente meridional delas Alturas de Bejucal y de Madrugaaunque algunos tienen su origen ensurgencias kársticas del interior. Deun total de 33 valles ciegos cartogra-fiados, 14 desaparecen en sumiderosde la superficie abrasiva de 40 a 60m del Pleistoceno medio y 19 lohacen en ponores de la superficiemarina de 10 a 35 m del Pleistocenosuperior. Pocos valles fluviokársti-

U n ejemplo sobre las consecuencias de interferircon la dinámica del escurrimiento subterráneo lo

publica Leslie Molerio en el boletín digital Argentinasubterránea. (Molerio, 2017)

Molerio se refiere a un caso poco conocido de unadolina que fue rellenada hace unos 40 años en LaHabana del Este y a los hundimientos ocurridos mástarde en los edificios adyacentes, en lo que él des-cribe una relación de causa y efecto.

La Cueva de los Camarones, situada a unos 250 mdel litoral norte era una dolina de derrumbe que de-jaba el acuífero expuesto en su interior. El nivel dellago, que ocupaba la mayor par te de la cavidad, varia-ba con las precipitaciones y con las mareas.

En opinión de Molerio, al rellenarse la cavidad en ladécada de 1970, se modificó el campo de tensionesdel sistema físico, lo que causó el agrietamiento y lasubsidencia de las edificaciones próximas.

La deformación progresiva del substrato a causa delos esfuerzos radiales y tangenciales generados a par-tir de la cueva causó la subsidencia del piso de laplanta baja en tres edificios cercanos, así como la ro-tura de varios conductos de drenaje pluvial y albañal.

El proceso, que es monitoreado desde el 2002,continúa activo. El material usado para el relleno,principalmente escombros y tierra, se asienta y selava hacia el interior de la cavidad, haciendo visible labóveda original en varios puntos.

El hundimiento en los pisos de edificios cercanosalcanza hasta un metro de profundidad y Molerio loasocia al lavado del relleno que se incrementa con elque producen las redes de drenaje dañadas. Aunquelentos, los hundimientos son continuos, y obligan ahacer reparaciones reiteradas del mismo problema.

“Es altamente probable que el hundimiento de lospisos de las viviendas de la planta baja de los edificiosafectados esté asociado al relleno artificial de laCueva de Los Camarones, de acuerdo con evidencias

tales como el desarrollo de agrietamiento radial de lasaceras que circundan la cueva, el orden en que se handesarrollado los hundimientos y la posición de taleshundimientos con respecto a la cueva”, afirma Molerio.

“El análisis de la distribución de cargas y los efectosdiferenciados del campo de esfuerzos de la cueva y laspresiones inducidas por el relleno confirman que lacausa primaria del agrietamiento de los edificios hasido el relleno artificial de la cueva”, concluye el autor.

La Cueva de los Camarones en La Habana del EsteAnexo 1

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cos llegan a la superficie de 5 a 7 mdel Holoceno. La penetración de losvalles en la llanura karstificada esuna function del área de sus cuencasaltas situadas en el interior de la isla.

La densidad de depresiones en lallanura del sur es de 12-15/Km2. Laalimentación es alóctona y autóctonay la descarga se produce en numero-sos manantiales submarinos de laplataforma insular, condicionada porla estratificación monoclinal de bu-zamiento sur y por la fracturación dedirecciones sureste y suroeste.

El drenaje de la capa de aguakárstica tiene lugar hasta nivelessituados por debajo de la superficiemarina debido a la presencia decuevas y ríos subterráneos elabora-dos durante el abatimiento marinocausado por los movimientos eustáti-cos y tectónicos del Pleistoceno. Elnivel del agua subterránea bajo lallanura se encuentra entre unos 10m y 50 m y existen acuíferos inde-pendizados o individuales a causa dedislocaciones de fracturas y com-baduras locales del substrato de ro-cas irregularmente permeable.

El movimiento del acuífero estácontrolado por elementos de la estra-tificación y las fracturas. En cadaetapa de estabilidad eustática se de-sarrollaron sistemas de cuevas a dis-tintos niveles, de diseño dendríticoo de planta circular y domiformes,donde se instalan ríos subterráneosque descargan en la franja palustre oen el mar. Estos niveles de cuevas sehallan conectados por cavidades ver-ticales vadosas o gravitacionales y elnivel más alto de las cuevas está tanpróximo a la superficie que susbóvedas se desploman, creando cam-pos de dolinas y cenotes.

El número de dolinas lacustres au-menta en dirección al mar debido aque el nivel de la capa subterránea yla superficie llana convergen es esadirección.

Entre las cuevas más representati-vas de las condiciones señaladas seencuentran la cueva inundada deJuanelo Piedra, en el municipio deQuivicán; la cueva de Quintanal y

las cuevas Astón en el reparto de LasCañas (Nuñez, A., 1967).

La fertilidad natural de los suelosferralíticos rojos de esta unidad per-mite su uso agrícola para cultivos devegetales comestibles y caña de azú-car. Su acuífero subterráneo se ex-plota intensamente en la agriculturay para el servicio a la población,como en la Cuenca Sur, de unos 575km2, que aporta el 45%, del agua queconsume La Habana.

La urbanización y el desarrolloeconómico de esta unidad entrañariesgos para su acuífero. La deriva-ción de albañales y de aguas residua-les agrícolas inmediatamente conta-mina los acuíferos. Ha sucedido eninternados escolares, centrales azu-careros, empresas ganaderas –sobretodo porcinas– hacia las formas deabsorción de los sistemas kársticos.Los desechos sólidos en las depre-siones de la zona de recarga las se-llan y provocan inundaciones.

La elevada densidad de dolinas dehundimiento, cenotes inundados y lacavernosidad cercana a la superficie,hacen a esta unidad muy vulnerableal peligro de hundimiento y baja re-sistencia a la presión de carga porefecto de la disolución en un mediode elevada fisuración.

Por todo ello es imprescindible elestudio preliminar geólogo-geomor-fológico y la exploración geofísica aescala regional y detallada comopremisa fundamental de la expansiónurbana en la adecuación de los sis-temas constructivos a las caracterís-ticas del karst.

Todas las regiones karstificadasposeen elementos esenciales seme-jantes señalados al inicio de estacontribución. Las diferencias delkarst entre las unidades geomórficasdescritas se derivan del tipo de mor-foestructura, la morfogénesis exóge-na y la edad del relieve, la circula-ción hidrogeológica y sus reservasacuíferas y la vulnerabilidad medio-ambiental. Las características parti-culares de cada región exigentambién soluciones diferentes en eldiseño del proyecto urbano y de laprotección del medio ambiente.

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referencias

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LOS VIENTOS Y ELFUTURO ENERGÉTICOpor Armando H. Por tela

L os vientos son unafuente prometedorade energía, pero suasimilación es muylenta, el potencial se ha exagerado y

la cara negativa delaprovechamientoraramente se hace

visible al juiciopúblico

La independencia energética deCuba es una asignatura pen-diente. Es el talón de Aquiles

del país, que con alianzas temporalesha perfilado su historia y su geografíadesde el mismo inicio del siglo XX.

Hoy, de nuevo, se enfrenta un dé-ficit de energía que incide en el de-sarrollo económico y demográfico,deprime el nivel de vida y enfría lasintenciones de inver tir en los secto-res productivos o de servicios de lanación.

Hasta noviembre del 2017 huboun déficit de 431,000 toneladas depetróleo importado y 38,000 tone-ladas de petróleo equivalente (pe-tróleo y gas natural), según los datosofrecidos por Ricardo Cabrisas, mi-nistro de Economía y Planificación ala Asamblea Nacional en diciembredel 2017. Para el final del año, en nú-meros redondos el déficit puede ha-ber llegado a medio millón de tone-ladas, el 5% de la disponibilidad depetróleo en años recientes. La pers-pectiva para 2018 no es más brillante.

Usualmente, cuando la disponibili-dad energética se hace difícil, las mi-radas se vuelven a la prospección de

CUBA

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petróleo nacional y al desarrollo deenergía alternativas, de las que Cubaparece tener un potencial alentador.

Irónicamente, gracias a la probablecrisis, hoy se le presta más atenciónal potencial de generación de ener-gía de la biomasa, la radiación solar,la energía hidroeléctrica y a la ener-gía eólica. El interés no es nuevo,porque las fuentes alternativas hansido de uso común en el pasado, es-pecialmente con el empleo a granescala de biomasa en la industriaazucarera o el uso común de losmolinos de viento agrícolas para sa-tisfacer necesidades locales, a vecesfamiliares.

Pese a la necesidad latente, losavances en el desarrollo de las ener-gías renovables son muy modestos.En la intervención mencionada al ini-cio, Cabrisas afirmó que el aporte delas energías de todas las fuentes re-novables comunes en Cuba apenasrepresentó el 4.25% de la produc-ción total nacional de energía en el2017, una proporción que se mantie-ne sin cambios desde hace alrededorde una década.

EL POTENCIAL EÓLICO

Especialistas cubanos, basados enlos datos de la red de estacionesmeteorológicas complementadascon algunas mediciones locales, iden-tifican hasta 55 zonas favorables parala generación de energía eólica, la

mayoría a lo largo de la costa nortey noreste de la isla principal y de loscayos de Jardines del Rey. Los esti-mados del potencial de generacióneléctrica a par tir de los vientos sonmuy variables, dependen de la fuenteque se consulte y se calculan de1,200 mW hasta 3,500 mW, lo queequivaldría a toda la capacidad insta-lada hoy en las termoeléctricas delpaís (3,300 Mw).

Las cifras son excelentes y basadosen ellas y en el aporte potencial deotras fuentes alternativas, los planesde desarrollo prevén que para el2030 –escasamente en 12 años– lacapacidad nacional de generación deenergía de fuentes alternativas alcan-ce el 24 por ciento de la generacióntotal del país (Moreno, 2015).

Sin embargo, en la realidad, el de-sarrollo es muy lento. Desde el 2010no se inaugura ningún parque eóliconuevo y la inauguración de los queestaban programados –al menoscuatro–, se ha ido posponiendo pordiferentes razones, probablemente laprincipal sea que cuando se disponede un flujo de petróleo estable, el in-terés en el desarrollo urgente de las

energías alternativas se desvía aatender otros serios problemas.

Una evaluación del Departamentode Energía de Estados Unidos en-contró que aproximadamente el 3.9por ciento del territorio nacional, o3,845 km2 son aptos para el desa-rrollo de energía eólica (Heimiller, D.2008) con vientos de clase 3 a 7prevalentes a 50 m sobre la superfi-cie. Las clases están relacionadas conla densidad del viento por metrocuadrado a 50 m de altura, con laclase 3 (vientos de 6.4 a 7.0 m/s)considerada moderada y cualquierclase superior a la clase 5 (veloci-dades de 7.5 a 8.0 m/s) excelente.

Sin embargo, según el trabajo deHeimiller, casi toda la costa sur delterritorio cubano se clasifica en laclase 2, con una perspectiva “mar-ginal” como fuente de energía eólica,mientras que las mejores zonas –lassituadas a lo largo de la costa norte–están en la clase 3, cuyo potencial seestima como “moderado”. La eva-luación muestra que cualquier valorestimado superior a la clase 3 esmuy local y poco frecuente en el te-rritorio de Cuba.

Otras estimaciones de fuentescubanas mencionan un área de 500km2 con un potencial de recursoseólicos de bueno a excelente, perono ofrecen detalles de qué significanesas categorías.

se estima que los vientospueden pueden tener

capacidad para generarde 1 200 a 3 500 mW

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LOS DESAFÍOS

En Cuba, la conversión de la ener-gía del viento en electricidad enfren-ta varios problemas.

Los vientos alisios

La variabilidad de los alisios, quepueden sentirse prácticamente entoda Cuba, es un desafío para el de-sarrollo efectivo de la energía eólica,ya que la generación y el consumodeben estar estrechamente sincroni-zados para mantener la estabilidaddel suministro.

Los alisios son muy variables du-rante el año, con dos máximos anua-les, el primero entre abril y mayo ynuevamente entre octubre y no-viembre. Durante el verano son dé-biles y a veces están ausentes. Laintensidad de los alisios se incremen-ta con el calentamiento diurno en lacosta norte y tienden a disiparse enla tarde y la noche, cuando el con-sumo eléctrico aumenta. La intensi-dad y constancia de los alisios está

también influenciada por la topogra-fía local y las situaciones sinópticasque se superponen.

Esta inconstancia de los vientosprincipales aumenta los costos deregulación y afecta la confiabilidadoperacional para propósitos de ge-neración eléctrica. En la práctica, lageneración eléctrica a par tir delviento debe contar con el respaldopermanente de unidades térmicasgeneradoras estables y confiables.Esto aumenta el costo de operaciónreal de los parques eólicos.

La inversiónUno de los obstáculos principales

para el desarrollo de parques eólicoses económico. Los costos de inver-sión fluctúan de $16 a $16.8 millo-nes de dólares por parque eólicoque tenga una modesta potencia de11.5 a 12 mW (Ávila, D. 2010). Paralos parques eólicos que operan enCuba –excluyendo el parque experi-mental de Turiguanó– la inversión ini-cial fue de $1,000 a $1,400 por kW/h.

15

La costa norte –sobre todo desde Villa Clara hasta Guantánamo– tiene el mayor potencial para la generación de energía con fuentes eólicas. Tropieza sinembargo con la distancia a la red nacional de transmisión eléctrica y a los centros urbanos e industriales.

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El subsidio a la electricidad En el trabajo La transición energé-

tica en Cuba, el Dr. Conrado More-no, del Centro de Estudios de Tecno-logías Energéticas Renovables delISPJAE señala que es imprescindible“eliminar paulatinamente los sub-sidios a la producción de energíacon combustibles fósiles; introduciren los análisis de factibilidad los cos-tos externos; ofrecer a los inversio-nistas nacionales y extranjeros bene-ficios claros, definidos y seguros”.

El estado cubano paga a los con-sumidores domésticos hasta el 96por ciento del precio de la electrici-dad ($0.008 a $0.04 por kW paraconsumidores domésticos, con uncosto de generación de $0.211 porkW/h). Eso hace lentísima la recupe-ración de las inversiones en el sectorde la energía, y la eólica no es la ex-cepción.

El costo de la inversión en un par-que eólico puede ser compensadoen 10 a 18 años, con un precio es-tablecido en $0.04 a $0.06 porkW/h (hasta 5 veces por encima delprecio básico a los consumidores),afirman Deivis Ávila y coautores enel documento Análisis económico de

la energía eólica generada en Cubadisponible en la internet. Otrasfuentes estiman el tiempo de pagoen 10 años o menos considerandolos ahorros en el petróleo no usadopara la generación de energía térmi-ca. En cualquier caso, esos intervalosde tiempo son demasiado grandespara alentar las inversiones.

Otros factores que se añaden a lainversión inicial y a los costos opera-tivos incluyen:

El costo de las líneas detransmisión necesarias paraconectar los nuevos parques eólicosque están generalmente lejos de loscentros económicos.

“Una revisión de las oportunida-des del uso de la potencia eólica ennuestro país, muestra que las princi-pales oportunidades están en lossitios donde no hay red eléctrica”,(Marrero-2).

La afirmación es evidente y bastamirar al mapa donde se muestranlos parques existentes y planeados yla red eléctrica nacional.

Las consideraciones ambien-tales, incluyendo el ruido, sobretodo para los centros turísticos y ur-

banos, la interferencia con los corre-dores de aves migratorias, la ubica-ción de los parques en zonas prote-gidas, el valor de la tierra usada, ge-neralmente tierras altas costeras convista al mar, que tienen un valor po-tencial muy alto para el desarrollourbano y turístico futuro.

CONSIDERACIONES FINALES

Con 11.7 mW, la capacidad instala-da de energía eólica representa ac-tualmente el 0.35 por ciento de lacapacidad de generación de energíade Cuba. En el 2018 debe entrar enfuncionamiento un nuevo parqueeólico, La Herradura-1, en la costanorte de Las Tunas, al este de PuertoPadre. Con una capacidad programa-da de 51 mW, este parque debequintuplicar la capacidad actual degeneración eólica. A La Herradira-1segurán otros proyectos, presumible-mente pronto, incluyendo La Herra-dura-2, en una ubicación contigua,Gibara-3, Cabo Lucrecia, PuntaMulas y cuatro parques en Maisí,todos contratados con inversionistasextranjeros. Otros siete proyectosestán ofrecidos a licitación en la costade Ciego de Ávila a Guantánamo.

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La Herradura

Playa Azules

Plazas paralas torres

C uando arranque en el verano del 2018, Herradura-1será el parque eólico más grande del país. Su capaci-

dad de generación de 51 mW será cuatro veces mayorque la capacidad sumada de los cuatro parques existen-tes. Aún así es muy poco, representa apenas el 0.8 porciento de la capacidad de generación combinada detodas las fuentes energéticas instaladas en Cuba.

Pero en un país donde la energía es un problemacrónico, es difícil argumentar contra cualquier esfuerzopor conseguirla, más aún si la fuente es gratis, segura eindependiente, como el viento.

La decisión está tomada y el parque casi hecho, perode todas formas, conviene estar al tanto de qué puedeestar en peligro y reflexionar sobre si es convenientesacrificar valores naturales por tan escaso beneficio.

Herradura-1, cuya primera etapa de construcción seve en la imagen espacial del 6 de agosto del 2015, está

situada en una franja de bosques xeromorfos costeroscon alto endemismo y buen grado de conservación.

La sucinta lista de especies endémicas que acompañaal mapa Algunas especies de interés botánico del NuevoAtlas Nacional (1989) menciona al Dendrocerus nudiflo-rus (aguacate cimarrón), la cactácea arborescente ame-nazada, de número decreciente y baja reproducción,como el endémico más importante en el distrito de losbosques xeromorfos litorales del norte de Cuba. No esla única, puede haber otros 15 a 25 endémicos más enel distrito (López A., 1989) aunque no necesariamenteen ese lugar.

Estos bosques están también habitados por una faunadiversa, abundante en endémicos cubanos, incluyendoreptiles, moluscos terrestres, aves y mamíferos.

La pregunta no se hace pero es evidente, ¿vale la penainvadir este nicho para producir tan poca energía?

LA HERRADURA -1, el costo ambiental del 0.8 por ciento de la energía del país

REFERENCIAS

Puerto Padre

☺Área en detalle

Gibara

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uba aprovecha apenas el 40 por ciento delagua disponible para suplir la demanda. Esun volumen relativamente bajo. Si se consi-

deran las pérdidas de agua antes de alcanzar su des-tino, la cifra cae al 35.7 por ciento, casi la terceraparte de lo que puede usar. Hay una reserva impor-tante de agua para dar un servicio sostenible y decalidad, para mejorar el nivel de vida y garantizarel desarrollo de la economía a cualquier plazo.

La calidad de las aguas residuales que retornan almedio puede afectar las reservas y reducirlas. Suvolumen es elevado y su tratamiento insuficiente.

En los últimos años, los medios de informa-ción dan cobertura a la escasez del aguapotable, e incluso, llegan a pronos-ticar futuros conflictospor su control.

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Para lidiar con la crisis se hanpropuesto algunas vías, por ejem-plo, se han creado los conceptosde “agua virtual” y “huella hídri-ca”, que según ciertos especialis-tas, ayudarían a un mejor manejodel recurso, sea a nivel local, re-gional o nacional.

Al margen de la forma en que seextraiga el agua de las fuentes, esobligado tener presente los pro-blemas de la contaminación de lasaguas, producida por parte de suspropios usuarios, sean estos lapoblación, la industria, el regadío yotros, es decir, mientras más desa-rrollo, mayor es la contaminaciónde las aguas, por tanto, no solo es

importante la exportación e impor-tación del agua virtual, sino quetambién cuenta la contaminacióndurante su uso.

La contaminación de corrientesfluviales, lagunas y del mar porvertimientos residuales de todo tiporeduce la disponibilidad de aguapotable, por tanto, introducir con-ceptos novedosos es preocupaciónde los científicos, empresarios y engeneral todos los interesados enproteger los ya escasos recursos hí-dricos, evitando todo tipo de verti-miento a los acuatorios.

En condiciones insulares podríapresentarse la “contaminaciónsalina”, producida por la extracción

sin control del agua de los acuíferosque conlleva a la contaminación, enla mayoría de los casos de manerairreversible. En Cuba se mantieneun estricto control de la extracciónde agua subterránea en la zona cos-tera sur de la provincia de Maya-be-que y en el sur de Pinar del Río, porejemplo, donde el agua del mar ylos acuíferos costeros mantienen enun equilibrio natural, pero cuandola extracción de agua subterráneaexcede la recarga de los acuíferos seabren las puerta a la intrusión sali-na, es decir, a la contaminación delagua dulce por la salada.

Otro de los problemas compara-bles con la cantidad de agua virtual,

Aliviadero del embalse de Buey Arriba, en la vertiente norte de la Sierra Maestra. Foto tomada de Wikimedia Commons.

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tracción de los acuíferos. Esto esimportante para las condiciones depaíses insulares, debido a los proce-sos de intrusión salina que podríansurgir cuando se rompe el estadohidrostático entre el agua del mar yla subterránea. En el esquema, se haasumido 35 por ciento del total deagua subterránea (acuíferos) para laentrega desde esta fuente (2 260 hm3

de agua).

De esta forma, el volumen de re-cursos hídricos aprovechables paratodos los usos es igual a 18 820 hm3,o 59 por ciento del total de recursoshídricos disponibles (31 925 hm3).

En cuanto a los principales con-sumidores del agua, se han consul-tado varias publicaciones, pero seemplean los últimos datos publica-dos por el Instituto Nacional de Re-cursos Hidráulicos en su sitio web(www.hidro.cu), correspondientes al2007, para tener idea de las cifraspresentadas y calcular los valores aincluir en el esquema. Otras publi-caciones ofrecen datos discordantesy expresados en porcentajes, lo quecomplica calcular el volumen real.

Según esa fuente, los usuarios uti-lizan los siguientes volúmenes deagua (expresados en hectómetroscúbicos):

Los usuarios se han resumido entres, al agruparse la población conel turismo, considerando el incre-mento de la demanda de agua deeste sector en los últimos años.

Más de la mitad del agua utilizadapor la población y por el turismo (el60 por ciento), proviene de fuentessubterráneas (1 020 hm3), el resto setoma directamente de fuentes super-

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son las pérdidas durante la distribu-ción en la red de acueductos y otrosmanejos del agua. En Cuba, las pér-didas de agua después de extraídade la fuente, superan el 50 porciento. El control de este problemaexige un trabajo permanente.

Por tanto, aunque positivas, lasideas de “agua virtual” y “huella hí-drica”, para las características depaíses con escasos recursos hídricosy económicos, es realmente unasolución virtual. Por esta razón, elobjetivo es mostrar el “Manejo delagua en Cuba” y llamar la atenciónsobre la necesidad de utilizar racio-nalmente los recursos hídricos, evi-tar la contaminación de las aguassuperficiales y subterráneas, noverter residuales domésticos ni in-dustriales y pasar a la etapa de reu-tilización del agua y al concepto de“producción limpia”, en dependen-cia de las posibilidades del país.

Manejo del agua en Cuba

El ordenamiento secuencial delesquema “Manejo del agua enCuba” se ha hecho a partir delprocesamiento hidrológico de 628cuencas hidrográficas y la determi-nación de los volúmenes de lascomponentes superficial (S) y sub-terránea (U) del escurrimiento flu-vial (R), utilizando la informacióndisponible, sumados al volumen deagua contenido en los acuíferos.

“El volumen total de recursos hí-dricos es aproximadamente 32,000hm3, cifra que podría servir comoorientación para futuras evaluacio-nes” (Batista, 2017).

Los recursos hídricos aprovecha-bles se calculan ─para este esquemadel Manejo del Agua en Cuba─considerando el escurrimiento flu-vial (R) y el agua subterránea. Noobstante, la capacidad de embalse,con cierre 31 de diciembre del 2015,era de 9 148.6 millones de m3, en

242 presas (ONEI, 2016), (Tabla 1).

La extracción de los recursos hí-dricos aprovechables, es decir, elescurrimiento fluvial (R=S+U) tie-ne limitaciones. Del total del escu-rrimiento fluvial puede utilizarseaproximadamente el 65 por ciento(16 560 hm3) por medio de tomasdirectas de agua, por canales deri-vadores, etc.

Por su parte, gracias a su calidad,el agua subterránea es el recurso hí-drico más preciado y por lo generalse utiliza para abastecer a la pobla-ción. Su escurrimiento es estable ycasi siempre se encuentra disponi-ble, si no se excede la norma de ex-

Población y Turismo 1 700Riego 3 800 Industria y otros 800 Subtotal 6 300Gasto ecológico y Pérdidas 980total 7 280

31925 hm3

disponibles

18 820 hm3aprovechables

7280 hm3utilizados

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ficiales y de embalses (680 hm3).

El 40 por ciento del agua que seentrega a la población y el turismoproviene de fuentes superficiales,por ende, un tratamiento que garan-tice su calidad es esencial.

El riego consume la mayor partedel agua que se entrega en el país.Alcanza los 3 800 hm3. De esa can-tidad, las fuentes superficiales apor-tan 2 660 hm3, o el 70 por ciento,mientras que el 30 por ciento res-tante, o 1 140 hm3, se extrae de los

acuíferos subterráneos.

El usuario llamado “otros” en“Usos del Agua 2007” del INRH(www.hidro.cu), se ha unido con“Industria”. Entre ambos consumenunos 800 hm3. El 77 por ciento deesta cantidad, o 616 hm3, provienede fuentes superficiales, mientrasque el 23 por ciento restante, equi-valentes a 184 hm3, de los acuíferos.

Un volumen de 410 hm3 de aguase destina al llamado “Gasto sani-tario” o “Gasto ecológico”, mien-

tras que las “Pérdidas” durante laconducción entre las fuentes y losusuarios se estiman en 570 hm3, enla publicación del INRH.

El aprovechamiento del volumentotal de agua disponible es bajo. Seutilizan en total 7 280 hm3, una can-tidad equivalente al 38.7 por cientode los 18 820 hm3 aprovechables.

Cada usuario vierte aguas residua-les al medio, usualmente a corrien-tes naturales superficiales, a depre-siones cársicas o directamente almar –gran parte sin tratamiento.

Una parte del gasto de agua sereincorpora al ciclo hidrológico, elllamado “gasto sin retorno”.

Cerca del 5 por ciento del aguaresidual va directamente al mar,contaminando las zonas costeras.Este volumen no está incluido en elesquema. El volumen de aguas resi-duales representa más del 30 porciento del agua embalsada en elpaís, esto significa que deben apli-carse medidas de control para lograrmayor eficiencia en su uso y desti-no, con el fin de mantener la canti-dad y calidad en el servicio, demodo que la escasez no se conviertaen un freno para el desarrollo.

RefeRenCias

Batista silva, J. L. (2017); Evaluación de los recursos hídricos de Cuba, Re-vista Geográfica 157, enero-diciembre 2016, Instituto Panamericano deGeografía e Historia, pp. 73-83.

onEI (2016): Anuario estadístico de Cuba, Edición 2015.

Dorticós del río, P. L. et al., (2012): Recursos hídricos de Cuba: una

visión, en Diagnóstico del agua en las Américas. Red Interamericana deAcad. de Ciencias. Foro Consultivo Cient. y Tecnológico, AC, pp. 245-265.

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finKoLa opinióndisidente

elizaveta aleksandrovna

¿Por qué hacer una reseña de una figurapoco conocida y de escasa trascendenciapara la geografía de Cuba?

Hay una razón muy importante.

Lo que hizo Elizaveta A. Finko en sus tres ex-pediciones a Cuba (1970, 1973 y 1974) nuncase publicó, quedó archivado en el Instituto deGeografía como una “maqueta de autor”, enunas carpetas y libretas de campo con abundan-tes datos sobre sus recorridos por Cuba central.En ellos encontró y describió minuciosamentelo que ella consideraba como pruebas de que elrelieve de la isla había evolucionado de mododiferenciado, al menos en los territorios de LasVillas y Camagüey. En su opinión, las superfi-cies de nivelación de esos bloques compartíanla génesis y la edad, pero se habían dislocado–a lo largo de la falla diagonal de La Trocha–después de su formación, y hoy las separa unescalón de unos 60 m de desnivel.

El razonamiento estaba basado en su particu-lar análisis de valles enterrados descubiertos enperforaciones hechas entonces para construirobras hidráulicas en los ríos Zaza, San Pedro,Najasa, Jobabo y otros. Creía que estos vallesrevelaban una historia de ascenso oscilatoriodesde el Pleistoceno temprano en el territorio de

Camagüey, mientras que en Las Villas la evolu-ción del relieve había ocurrido con una tenden-cia al levantamiento continuo.

La posición de Finko chocaba de frente con elmodelo de datación altitudinal propuesto por D.A.Lilienberg en 1970, que partía de considerar a laisla como una pieza estable en la etapa de for-mación del relieve, donde las superficies ubica-das a la misma altura se formaron en el mismomomento –sin importar en qué lugar de Cuba seencuentren– y las morfoestructuras se activarona la vez, con la misma amplitud y sentido.

Hace medio siglo había pocos elementos pararesolver el problema de la edad de formacióndel relieve. Finko empezó a hallar pistas y lasinterpretó a su manera. Sin embargo, hoy sabe-mos que el modelo altitudinal falla en algunoslugares, como en Oriente o el norte de Cubacentral, y también que en todas partes aparecenesculturas relictas por debajo del nivel de base,sean valles enterrados, cuevas inundadas, terra-zas abrasivas y cauces fluviales sumergidos.

En todo caso, a Finko no se le debió silenciar.La disensión y la diversidad enriquecen, porquea su amparo se expande el conocimiento y se ge-neran soluciones más confiables.

Y esa es la gran razón para recordarla.

E.A. FINKO (1929-2007). Retrato de inicios de los años 1950.

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L a primera disensión del modeloaltitudinal propuesto por Lilien-

berg apareció temprano.

Entre 1970 y 1974 Elizaveta A.Finko elaboró una hipótesis alterna-tiva para tratar el problema de laedad – y por ende de la dinámicaevolutiva del relieve cubano

Su trabajo lo realizó cuando el cri-terio hipsométrico de datación delrelieve creado por D. A. Lilienberg eradominante. Curiosamente lo hizojunto al propio Lilienberg, o más pre-ciso, bajo su dirección, cuando llega-ron en 1970 para la primera expedi-ción del frustrado Mapa Geomorfoló-gico de Cuba a escala 1:500 000.

La isla fue dividida en tres regionessegún las seis provincias antiguas.Lilienberg debía levantar el mapa enPinar del Río, La Habana y Matanzas,mientras que Finko tendría a su cargoel territorio de Las Villas y Camagüey,y Oriente quedaba en las manos deVasily M. Muratov, un conocido geo-morfólogo ruso fallecido prematura-mente en 1986.

Los trabajos se prolongaron cincoaños, en los que hubo al menos tresgrandes expediciones. Sin embargo,no produjeron lo buscado, solo unaúnica maqueta preliminar acompaña-da por perfiles y secciones transver-sales, un extenso reporte de investi-gación y varias publicaciones en ruso,todo obra de la intensa labor deFinko en Cuba central.

El resultado de Finko, que contrastócon la sequía de sus colegas, se debióa “. . . sus excepcionales dotes de orga-nización, entusiasmo y enfoque creativoen el trabajo”, vir tudes que describeDolores S. Asoyan en una reseña iné-dita sobre la vida y la obra de la geo-

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morfóloga rusa [1].

Más adelante, en una segundaopinión, Asoyan agrega otros rasgosque definieron su carácter : “seriedad

y responsabilidad, alta capacidad de

trabajo, independencia creativa, entrega

y amplia erudición”.

Pero ocurrió algo inesperado. Conel argumento de que sus resultadosestaban errados, el trabajo de Finkoen Cuba se suspendió, y la maqueta,el abarcador reporte y los numerosos

datos que recopiló fueron retenidos.Los dos ejemplares preparados que-daron en los archivos de los institutosde Cuba y de Moscú donde escasa-mente se han consultado alguna vez.Nunca se publicaron sus resultados,salvo en un artículo breve en ruso depoca divulgación [2].

Aún en el caso de que la hipótesisde Finko no condujera a la solucióndel problema de la edad de formacióndel relieve, su experiencia debió darsea conocer. No hay razón enteramenteconvincente para sustraer del debateacadémico la opinión de un especia-lista, cuando esta se fundamenta en unimportante cúmulo de información yen costosos años de trabajo.

En la ciencia, como en otras formasde la razón, disentir es común y estambién necesario. El error –en casode que ese fuera el saldo de lo defen-dido por Finko– es parte del camino ydebe estar bien visible.

Suprimir la disensión crea una falsay efímera atmósfera de consenso queretrasa la búsqueda de caminos y em-paña el legado de un especialista y deuna época.

La neotectónica cuenta: eL criterio aLternativo de finKopor Anton io R . Magaz

Detalle del expediente científico de E.A. Finko, con una relación de sus manuscritos:

Geomorfología de Cuba Central (prov. Las Villas) - Informe de los trabajosde campo de 1970. 1972. Con participación de L. Biosca y A. Rodri.

13.

Sobre los resultados de las investigaciones geomorfológicas de Cuba Central.Texto del informe a la conferencia científica. Fondos del IG ACCuba. 1973

14.

Mapa Geomorfológíco de Cuba Central a escala 1:500 000 (en colores) -Maqueta de autor. Fondo del IG ACURSSS 1975.

15.

[1] Asoyan, D.s. Elizaveta Aleksandrovna Finko, 1929-2007. Archivo del Ins-tituto de Geografía, Acad. Cienc. Rusia, Moscú, 2013, en ruso.

[2] Finko, E.A., Niveles geomorfológicos y particularidades morfoestructuralesde la provincia de Las Villas. 1974. En Geomorfologia Zarubezhnikh Stran,Moscú, Ed. Nauka, pp. 142-150, en ruso.

Aún en el caso de quela hipótesis de Finko

no llevara a la solucióndel problema de la edad

de formación delrelieve, su experienciadebió darse a conocer

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esencia de La posicion de finKo

A través del análisis y la interpreta-ción geomorfológica de numerosasperforaciones someras realizadas enlas antiguas provincias centrales deCuba, Finko descubrió que los vallesenterrados y modernos del bloquehorst camagüeyano tenían grandesdiferencias con la escultura fluvial delbloque Las Villas, lo cual reflejaba uncambio notable en la curva oscilatoriaascencional de dichas neoestructuras.Las etapas sucesivas de corte erosivoy de acumulación sedimentaria, típicasen Camagüey, distaban de los valles

excavados en el zócalo de rocas deLas Villas. Este último territorio sehabía levantado casi ininterrumpida-mente y con mayor amplitud.

Por otra par te, a través del estudiode los sedimentos pleistocénicospudo identificar la existencia de faciesclásticas constituidas por arenas ygravas infrayacentes a suelos rojos delas formaciones geológicas que hoy seconocen en toda la zona central conlos nombres de Guevara (Pleistocenoinferior y medio) y Villa Roja (Pleisto-ceno superior par te alta). Así pudoestimar una edad idéntica para las su-

perficies denudativas y marinas deambos bloques, que poseen alturasdiferentes.

Ello le permitió car tografiar por vezprimera (en su maqueta geomorfoló-gica a escala 1:500 000) superficies deigual edad ubicadas a distintas alturasen los bloques de Las Villas y Cama-güey separados por la falla La Trocha.

La original interpretación de Finkorompió con el criterio hipsométricode fechado del relieve propuesto porD. A. Lilienberg en 1970 que reciénhabía salido a la luz en el primer AtlasNacional de Cuba.

D mitri A. Lilienberg encaró muchos problemas cuandole propusieron hacer el primer mapa geomorfológico

de Cuba en la década de 1960.

Formado en la escuela soviética de geomorfología –quevivió su momento cumbre a mediados del siglo pasado–,debía clasificar el relieve atendiendo a su génesis, su mor-fología y su edad de formación. Para hacerlo, sin embar-go, carecía de cier tos datos esenciales.

El Cuaternario cubano estaba escasamente estudiado.La geología de esa época, orientada a la prospección deminerales y petróleo, agotaba su interés en el Neógeno,justamente en la época en que comienza a conformarserelieve cubano. Para entonces tampoco se habían elabo-rado las nociones básicas de neotectónica que hoy con-sideramos casi triviales. Los conceptos de morfoestructu-ras y morfoesculturas, nacidos décadas antes en la Rusiasoviética eran desconocidos en Cuba.

Además, como repetía incesantemente la Dra. Sara E.Isalgué, Cuba es una “isla desnuda”, un hecho que sor-

prendió a Lilienberg desde el momento de su llegada. Adiferencia de otras zonas orogénicas del mundo, en Cubano había sedimentos recientes que ayudaran en la data-ción de las superficies. En esa época, la paleontología delCuaternario daba sus primeros pasos, dejando grandeslagunas, los sedimentos de las cuevas solo empezaban aconocerse, las cor tezas de intemperismo y los depósitosmarinos y fluviomarinos más recientes aún no habíansido estudiados, y su datación, por muchos años, siguiósiendo una de las polémicas más candentes de la geología.

Lilienberg tuvo que tomar sus decisiones enfrentandoun cúmulo de problemas para poder car tografiar –yclasificar– el relieve de la isla. Estos problemas incluian: laexistencia de etapas alternas de tectogénesis y planación,el predominio del relieve denudacional sobre las formasacumulativas, la existencia de superficies de planacióndesnudas elaboradas sobre rocas antiguas, la escasez defósiles en depósitos friables y el pobre fechado de lossedimentos de la etapa morfogenética cubana.

La posición de LiLienberg: La aLtura determina La edad deL reLieve

Las villas y CamagüeyLas superficies de nivelación en losbloques de Las Villas y Camagüeyson de distinta altura. En la pri-mera, predominan superficies dezócalo de hasta 240 m de altura,mientras en Camagüey solo llegana unos 180 m. Finko consideró quelos bloques tuvieron una dinámicadiferenciada a través de la Falla LaTrocha después del Mioceno supe-rior, y que las superficies en ellosson de igual edad aunque su alturasea diferente.

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Optó entonces por un criterio hipsométrico para ladatación del relieve. En sus primeras observaciones, aLilienberg le pareció que las superficies de nivelacióneran generalmente constantes, que había terrazas a unaaltura similar en cualquiera de las regiones geomorfológi-cas cubanas y que el espectro de esas terrazas, es decir,la sucesión de ellas en el terreno, era constante. Por lotanto, vio posibilidades de que esos niveles se hubieranformado todos en el mismo momento. Por lógica, pensóque las superficies son más antiguas mientras más altasestén y que las más jóvenes son las más bajas y están enlas costas y en los planos de inundación fluviales.

La edad del sistema de terrazas poligenéticas de Cubafue establecida a par tir de su correspondencia altimétricacon el sistema de terrazas de la periferia del Mar Medite-rráneo y de la costa oeste de África, donde las superfi-cies sí eran cronológicamente conocidas.

Para determinar las edades de las superficies más bajas,Lilienberg empleó el fechado de las turbas de la Penín-sula de Zapata a través del método del radiocarbono,mientras que para las superficies más elevadas, la edad sedeterminó gracias a los depósitos correlativos y a par tirde la edad de las rocas donde quedaron elaboradas lassuperficies.

A par tir de ello, Lilienberg consideró la edad de las su-perficies marinas y deltaicas como:

Holoceno (-3, 5-7 m.),

Pleistoceno tardío (10-12, 20-35 m.)

Pleistoceno medio (35-40, 55-60 y 75-80 m)

Pleistoceno temprano (80-90 y 100-120 m).

Para las alturas y en algunos grupos montañosos, a losescalones de 150-170, 200-220, 250-270, 300-350, 400-450 y 550-600 m, les asignó edades dentro del Pliocenoy para los más elevados dentro de los sistemas montaño-sos, consideró edades que oscilan entre el Mioceno su-perior hasta el Plioceno antiguo.

Teniendo en cuenta el retardo de la acción erosiva alos cambios del nivel del mar, las terrazas fluviales pre-sentan alturas relativas inferiores si se les compara conlas terrazas marinas cronológicamente equivalentes. Así,basándose en las variaciones de los cursos inferiores delos valles, consideró la edad de las terrazas fluviales conrelación al cauce como:

Holoceno (1-2 y 3-4 m),

Pleistoceno tardío (10-12 y 20-25 m)

Pleistoceno medio (30-40, 45-50 y 60-65 m)

Pleistoceno temprano (75-85 y 90-110 m).

eL fechado aLtitudinaL faLLa

Veinte años mas tarde, en la década de 1980, algunasinvestigaciones geológicas y geomorfológicas demostra-ron, de modo indirecto y en lugares aislados, la insuficien-cia del fechado altitudinal. Sin embargo, la falta de estu-dios obligó a seguir usando el criterio hipsométrico.

Los elementos de causa o procesos más importantesque se oponen a este esquema cronológico-evolutivo delrelieve cubano son los siguientes:

a) El fraccionamiento en bloques del territorio en uni-dades de dinámica diferenciada desde el Mioceno supe-rior y durante el Plioceno y el Cuaternario;

b) El eustatismo en el Pleistoceno.

Como consecuencias de la acción combinada de estosprocesos cabe la posibilidad –al menos teórica– de quesuperficies más jóvenes puedan estar ubicadas a mayoraltura que las más antiguas. Hay superficies basculadas;es también posible que haya superficies omitidas en al-gunos bloques y que superficies de igual edad estén cor-tadas y movidas tectónicamente a diferentes alturas.

Una de las pruebas de este último efecto son las su-perficies denudativas y marinas del Plioceno (talladas enrocas del Mioceno medio y superior), distribuidas portoda la isla de Cuba a diferente altura.

El criterio hipsométrico de Lilienberg soportó relativa-mente bien la prueba del tiempo, ayudado por la falta deun modelo alternativo integral que lo reemplazara, por laausencia de dataciones más precisas para los sedimentosdel Cuaternario y por la inexistencia de estudios correla-tivos en el Caribe. Pero para que sobreviviera sin desa-fíos fue determinante silenciar una hipótesis que desdetemprano podía haberlo puesto a prueba.

Erigir un muro de autoridad en torno a una idea leconfiere solo solidez temporal por la que deberá tarde otemprano someterse a prueba.

Holoceno (2-3, 5-7 m.),

Pleistoceno tardío (10-12, 20-35 m.)

Pleistoceno medio (35-40, 55-60 y 75-80 m)

Pleistoceno temprano (80-90 y 100-120 m).

Holoceno (1-2 y 3-4 m),

Pleistoceno tardío (10-12 y 20-25 m)

Pleistoceno medio (30-40, 45-50 y 60-65 m)

Pleistoceno temprano (75-85 y 90-110 m).

Luego de 41 años como geomorfóloga y cartógrafa en el Institutoel Geografía de la Academia de Ciencias de la URSS y de Rusia,el currículum de Finko incluye trabajos que muestran la elevadaconfianza que mereció en su carrera y su capacidad como orga-nizadora de grandes proyectos.

Finko, que comenzó especializándose en geodinámica reciente enpolígonos geodinámicos del Pamir y el Tian-Shan, fue coordinado-ra del Mapa Geomorfológico de la URSS escala 1:2 500 000, unade las obras emblemáticas del Instituto.

A fines de la década de 1980 pasó al Departamento de Carto-grafía del Instituto para la preparación del Atlas de la Natura-leza y los Recursos de la Tierra (Viena, 1998), del cual fuesecretaria científica y redactora.

Elizaveta Aleksandrovna Finko nació en Moscú en 1929 y fallecióen esa ciudad a los 78 años, en el 2007.

aLgunos datos biográficos

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E n abril del 2018 el Instituto de Geografía de la Acade-mia de Ciencias de Rusia cumple cien años.

Al menos cuatro generaciones de geógrafos ha pasadopor la organización, un tiempo suficiente como para ha-cerlo teatro de la evolución de las ideas y los métodosde la Geografía moderna, dejando de paso una escuelanacional de investigación, originales contribuciones al es-tudio de los componentes del medio geográfico, méto-dos de investigacion, polígonos de observaciones, milesde publicaciones y numerosos aportes fundamentales ala ciencia y la sociedad. Durante el siglo XX, el Institutoextendió su influencia y sus estudios bien lejos de lasfronteras de Rusia: por Europa oriental, Asia, Latinoamé-rica, las regiones polares y los océanos. Llegó a ser par tedel paquete de instituciones que modelaban la sociedadsoviética en expansión global.

Sus raíces son anteriores a la Revolución de 1917. Semezclan con las necesidades materiales que impuso laPrimera Guerra Mundial y con la ebullición de la creativi-dad intelectual que se produjo al final del zarismo y elduro parto de la Rusia moderna.

El Instituto nació en San Peterburgo como una divisiónde la llamada entonces “Comisión para el Estudio de lasFuerzas Productivas Naturales” (KEPS). Propuso crearloel académico V.I. Vernadski desde 1915 –en plena Guerra

Mundial–, pero no fue hasta el 18 de abril de 1918 quese firmó el decreto de fundación, por una propuesta delgeógrafo ruso A.A. Grigoriev –su primer director– y seorganizó el Departamento de Estudios Geográfico-Indus-triales de Rusia, dirigido al estudio e inventario de los re-cursos naturales de la Rusia europea para ponerlos alservicio del desarrollo y de las necesidades militares.

“En términos de la historia geográfica institucional [eseDepartamento] representa la manifestación más tem-prana de lo que sería el Instituto de Geografía de la Aca-demia de Ciencias soviética” [1].

El dato revela lo que tenían en mente sus fundadoresen correspondencia con el rumbo que tomaba el país: lainvestigación del potencial de los recursos naturales yeconómicos y de sus interrelaciones para el servicio deuna economía estatal centralizada.

A inicios de la década de 1920, comenzaron las pri-meras expediciones multidisciplinarias y en 1927 su nom-bre cambió al de Departamento de Geografía del KEPS.

En 1930 renace como Instituto de Geomorfología, con

la sede principal del Instituto de Geografía, en la región Zamoskvorechie del centro de moscú, ocupa desde 1934 un modestoedificio del siglo XIX en la calle staromonetnaya nº29, a unos 2.5 km de la Plaza roja.

InstItuto de GeoGrafía de la

academIa de cIencIas rusa100 anos

[1] oldfield, Jon (2013) Russian Geography and the Comission for

the Study of the Natural Productive Forces of Russia (KEPS), 1915-1930,www..york.ac.uk/media/history/russianenvironment/solovki/Papers%200idfield%20.pdf

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las investigaciones socioeconómicas fuera de su compe-tencia. Cuatro años después muda su sede a Moscú, y seconvier te en el Instituto de Geografía Física. Es en 1936que toma el nombre actual de Instituto de Geografía dela Academia de Ciencias (IGAN). A fines de los 80 e ini-cios de los 90 llegó a tener 700 empleados; hoy tiene lamitad de esa cifra.

La relación de los aportes del Instituto es extensísima,es fundamental y se puede hallar en muchas fuentes, al-gunas de ellas son voluminosas monografías, ensayos ymemorias de los actores de distintas épocas.

Entre sus contribuciones recientes el propio IGANenumera la creación de atlas temáticos y de atlas geográ-ficos globales, nacionales y regionales, la reconstrucciónpaleoclimática desde el Pleistoceno medio, definición delos cambios de la estructura territorial de la economía yla sociedad en Rusia, el desarrollo de SIG propios basa-dos en la tecnología espacial rusa y otros.

Es menos tratada la historia de cuál fue la efectividaddel Instituto en una atmósfera donde la mente estaba os-curecida por la ideología, que limitaba –o suprimía– elámbito para el debate sincero de las decisiones que afec-taban el manejo de los recursos naturales y el desarrollo,justamente las razones por las que fue creado en 1918como un centro estatal de peritaje científico para el es-tudio de los recursos naturales y las fuerzas productivas.Si en sus primeros años el embrión del Instituto se creócomo órgano para ser escuchado antes de tomar deci-siones de gobierno, después de 1930 era él quien debíaescuchar bien antes de dar un paso.

Sería conveniente saber cómo cuestionaba el Institutolos proyectos polémicos de transformación de la natura-leza, o los problemas del nivel de vida, la degradación delos geosistemas, la inefectividad de la producción mate-rial, el estancamiento de las fuerzas productivas, la pérdidade población, la dependencia de la exportación de mate-

rias primas, los accidentes ambientales y otros problemasintrínsecos que aniquilaron a la sociedad soviética.

La desaparición de la URSS y del socialismo en 1991cambió el teatro para el cual existía el IGAN. La econo-mía y la toma de decisiones se descentralizaron, la planifi-cación se suspendió, la estructura ver tical de mandos seagrietó, el financiamiento estatal se redujo y se perdieronespecialistas, sobre todo los más jóvenes.

El IGAN tuvo que adaptarse pronto y con no pocossacrificos. Crearon nuevas direcciones, su estructura seconsolidó, asimilaron nuevas tecnologías informáticas, am-pliaron las relaciones internacionales, atrajeron investiga-dores jóvenes y los hicieron par tícipes de los dividendosdel trabajo de investigación científica.

La geografía cubana, que se desarrolló al amparo delIGAN por más de tres décadas, puede buscar en su de-sarrollo reciente alguna experiencia útil para adaptarse alas reformas que se vienen proponiendo en el país.

el salón de reuniones, escenario de consejos científicos,conferencias y defensas de tesis.

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olga solomina, la primera mujer en llevar las riendas

D esde el 2015 el Instituto de Geo-grafía es dirigido por Olga

Nikolaevna Solomina (21-XII-1956),doctora en Ciencias Geográficas(1997), miembro correspondiente dela Academia de Ciencias de Rusia,glacióloga, paleoclimatóloga, espe-cialista en las oscilaciones de losglaciares en el Holoceno, en data-ción de morrenas, reconstrucción deprocesos catastróficos en montañas.Ha trabajado en todos los territoriosmontañosos de Rusia, en el Ártico,la Antártida y en la Llanura Rusa.

Solomina es autora de más de 150trabajos científicos en su especiali-

dad y una figura influyente en socie-dades científicas internacionales yrusas. Es vicepresidenta del Progra-ma Internacional de la Geosfera y laBiosfera, vicepresidenta de la Aso-ciación Internacional de Ciencias dela Criosfera, miembro de ComitéNacional de Rusia en la UGI ymiembro del Grupo Interguberna-mental de Expertos del CambioClimático (IPCC), organización queen el 2007 recibió el Premio Nobelde la Paz junto al político estadouni-dense Albert Gore por su papel enevaluar el riesgo del cambio climá-tico global provocado por factorestecnógenos.

Se puede leer una interesante entrevista a Olga Solomina sobre el calentamiento global en polit.ru/article /2014/interview_solomina2/

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Coloquioco-lo-quio Diccionario de la Real Academia Española

3. m. Reunión en que se convoca a un número limitado de personas para que debatan unproblema, sin que necesariamente haya de recaer acuerdo.

Fracturas de distensiónen las costas de CubaCG, Nº3 junio-diciembre 2016

Manuel Acevedo, hablan sus colegasCG, Nº5 junio-diciembre 2017

Farallones de Moa,karst y tectónica enel norte de oriente

CG, Nº4 enero-junio 2017

Un trabajo muy impor tante porsus implicación para los campos depetróleo en Mayabeque-Matanzas.

Les paso algunos datos nuevos:

La cueva más profunda (en lascercanías de Bahía de Cochinos),es la Casimba de los Carboneros,en Playa Girón, con -82m.

Entre las formaciones Jaimani-tas y Vedado aparece un hori-zonte de moluscos con restos decorales de media y baja profundi-dad, que evidencian ascensosmuy rápidos del fondo marino.

Hay manifestaciones superfi-ciales de hidrocarburos alrede-dor de Caleta Buena.

Evelio J. Balado,

Geólogo, hidrogeólogo

nos ofrecían ampliasposibilidades paraconversar sobre sugeografía.

Al regreso yaéramos amigos, y esaamistad no la quebrónada hasta su muer tehace unos años.

Les agradezco quehayan publicado estareseña de la vida ydel magisterio deAcevedo y que hayanrecogido algunasmemorias de amigosy colegas, para que

queden como una referencia deeste geógrafo apasionado, persona-lidad descollante e insustituibleamigo de muchas décadas.

Gabriel Barceló

Geofísico

Durante un viaje detrabajo agrícola a Islade Pinos en 1965,cuando yo era estu-diante del Preuniver-sitario de Marianao,coincidí por 15 díascon el profesorManuel Acevedo ycon el espeleólogo yamigo Rober toGutiérrez, quienesiban al frente de ungrupo de alumnos deCiudad Liber tad.

Por dos semanastrabajamos juntos enel campo, limpiando potreros, y yolas aproveché para aprender muchode Acevedo, quien nos explicaba lageografía pinera. Era en un área dealturas pizarrosas cubier tas porpinares que dominaban el paisaje y

Escríbanos a:[email protected]@yahoo.como deje su opinión en el portalde internet de CubaGeográfica.Incluya, por favor, su nombre, di-rección y su correo electrónico.Su mensaje puede ser editadopara mayor claridad y paraajustarlo al espacio.

Manuel Acevedo, izquierda, Gabriel Barceló, al

centro, y Manuel Iturralde en Miiami en 1995.

Galería inundada de la

cueva de Farallones de Moa.

Muchas gracias por reconocer al Grupo Humboldt del ISMM, que for-mamos en 1980 (no en 1970 como aparece en el ar tículo).

...sobre la geología, son calizas masivas, no mármoles.

Enrique Diego

Geofísico

Felicitaciones, un gran ar tículo.

[En la cueva de Farallones] pudimos identificar tres niveles. El más altoes discontinuo por los desplomes. El intermedio revela más de un episo-dio de inundación, el actual comprende otros dos niveles.

Rafael Coutín

Geólogo, fundador del Grupo Humboldt

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CubaGeográfica, 3 - 2016

diario GEoGráfiCo not ic ias c i f ras eventos

4 ⌐ª ConFErEnCIA IntErnACIonAL

DE sIstEMAs DE InF. GEoGrÁFICA

(GIs) y tELEDEtECCIón

Berlín, 27-28 septiembre, 2018Tema: “Cartografiando el futuro con GISy los avances en Teledetección”.organizadora: Dr. Marika Tatishvili,Universidad Técnica de Georgia.https://gis-remotesensing.conferenceseries.com.

ConFErEnCIA IntErnACIonAL

CEntEnArIo DEL InstItUto DE

GEoGrAFíA, DE LA A.C. DE rUsIA

Moscú, del 27 al 29 de junio, 2016secretario: Dr. A.B. Sebentsov,[email protected]

CALENDARIO DE EVENTOS

2ª ConFErEnCIA Int. DE sostEnI-BILIDAD, GEoGrAFíA HUMAnA y

MEDIo AMBIEntE

Cracovia, 28 nov. al 2 dic., 2018Director: Prof. Dr. Giuseppe T. [email protected]

GEo BUsInEss 2018 - tHE

GEosPAtIAL EVEnt

Londres, 22-23 de mayo, 2018Organizado por Diversified Communi-cations UK. The Pike [email protected]

LAnDsCAPE 2018 – Frontiers ofAgricultural LandscapeBerlín, del 12 al 16 de marzo, 2018Contacto: Klaus Müller, presidente deCent. Invest. de Paisajes Agrícolas [email protected] – http://www.land2018.eu

4ª ConF. Int. soBrE rEC. HíDrI-Cos y CALEntAMIEnto GLoBAL

tulcea, rumania 5 al 9 de sep/18www.limnology.ro/wrw2018/abstract.html

I ConGrEsso nACIonAL DE GEo-GrAFíA DEL ECUADor

Quito, 15 al 17 de febrero [email protected] –http://congresonacionalagec.wordpress.com

I ntensos o no, los huracanes sue-len dejar las mayores precipita-

ciones que se registran. A vecescon consecuencias devastadoras.

En los valles cor tos y abruptos dela pendiente sur de la Sierra Maes-tra esto produce catastróficos to-rrentes de fango y rocas, que trans-forman la morfología de los caucesy del los planos de inundación delas corrientes.

La sobresaturación de los suelos yde los depósitos superficiales fria-bles en las fuer tes pendientes de laMaestra hace colapsar los eluvios,los deluvios y coluvios, que se com-por tan como fluidos compuestospor agua, fango y piedras, que bajana gran velocidad por los valles.

Algunas cifras describen bien elpoder destructivo de estos aludes.Algunos pueden subir de 5 a 8 mpor las pendientes de los valles enáreas de meandros encajados. Encier tos ríos yacen bloques mayoresde 200 m3 y cientos de toneladasde peso, que han sido arrastradospor torrentes de montaña.

Estos procesos naturales extremoscomplican la construcción y manteni-miento de las obras ingenieras y pue-den destruirlas, como el puente delrío Peladeros(foto superior) .

En el Nuevo Atlas Nacional deCuba (1989), Pérez y Karasik halla-ron que en las cuencas hidrográfi-cas de la Sierra Maestra el escurri-miento sólido alcanza valores enexceso de 300 ton por Km2 al año ,correspondientes con una láminaanual de escurrimiento fluvial supe-rior a los 1000 mm.

Los aludes de la sierra maestraPuente dañado por una avenida catastrófica en la boca del río Peladeros.

La desembocadura del río Guamá fue trans-formada durante el huracán Flora de 1963.

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VENTANA AL PRECÁMBRICOLo más viejo en Cuba

n o hay nada más ant iguoen Cuba que unas rocas

que aparecen en la zona deSocorro, al sur de Sierra More-na en la costa nor te de VillaClara. Es el Precámbrico cuba-no, compuesto por granitos,mármoles y esquistos carbona-tados (calcifiros) visibles enafloramientos tan pequeños queno es extraño que a los geólo-gos les pasaran inadver tidos pormucho tiempo.

Estos materiales per tenecen almismo basamento cristalino dela placa nor teamericana, y fue-ron arrancados por fallas pro-fundas y elevados en bloqueshacia la superficie.

Los fechados isotópicos (porel método del Potasio-Argón)sitúan a estas rocas en el perío-do Precámbrico, con una anti-güedad que excede los 900millones de años. Eso es, sonrocas 700 millones de años másviejas que las de la formaciónSan Cayetano, del Jurásico infe-rior y medio, que se considera-ron las más antiguas (por méto-dos paleontológicos) durantebuena par te del siglo XX.

A.R. Magaz

C uba adoptó el Sistema Métrico hacedécadas pero aún se emplean algunas

medidas tradicionles a veces adaptadas alas necesidades y usos del país.

Es probable que un guajiro cubanohable de cordeles, besanas o caballeríasde algún cultivo en lugar de las hectáreasoficiales. Otras medidas de superficie tien-den a desaparecer, como la roza, el caró ola legua, pero se pueden encontrar en laliteratura sin que se aclare su equivalencia.Es el caso de la Cueva de las Cuatrocien-tas Rozas, ubicada en Maniabón.

Otra medida que se aferra al lenguajees la vara cubana, de 848 mm. Al hablar

de la profundidad de un pozo, de la alturade una cerca o de los árbooles es comúnque se refieran a varas y no a metros.

Hay una unidad cubana muy usada paradefinir distancias, pero que a pesar de suubicuidad no está en las tablas de conver-siones. Cuando se pregunta por una di-rección y una distancia en el campo, larespuesta será siempre rápida: la direcciónque se busca esta localizada al cantío deun gallo, o la distancia desde donde sepuede oir a un gallo cantar. Nadie tieneuna definición para eso, pero hay algo quesí es cierto: está irremediablemente lejos.

mEdidas tradiCionaLEs CUBanas

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E ste número de CubaGeográfica (CG) fue editado porAntonio R. Magaz García y Armando H. Portela Peraza.

Desde La Habana el doctor José Luis Batista Silva contri-buyó con un análisis del uso actual del agua en Cuba.

CG necesita de su auxilio para construir un medio de co-municación sostenible para todos los que se interesen en lageografía cubana.

Envíe su trabajo de hasta de 3,500 palabras, preferible-mente con fotos (JPEG, 150 Kb mínimo) mapas y gráficos(EPS, PDF, JPEG) con buena resolución, con textos insertadoslegibles, y con colores y trazos definidos.

Los temas son geográficos, los puntos de vista y enfoquesson libres y son responsabilidad única de los autores.

Los trabajos deben ser originales o copias de documentoshistóricos de valor para la Geografía cubana, debidamenteacreditados a la fuente inicial.

A los autores (y coautores) se les ruega que nos hagan lle-gar una foto reciente y una breve reseña (de 20 a 30 pala-bras) sobre sí mismos para ser utilizadas con su crédito en losartículos a publicar.

CG se reserva el derecho necesario de redactar y editarlos trabajos para su publicación.

Dirija su colaboración a:

Armando H. Portela - [email protected]

Antonio R. Magaz - [email protected]

CG es un esfuerzo que se hace sin interés de lucro y no puedeprometer honorarios ni compensación por ningún aporte.

Miami, 3 de enero del 2018CubaGeográfica ISSN 2473-8239