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Nº 95 « Octubre de 2017 Precio de Tapa: $ 30.- La Comuna Revista teórica y política del PRT Partido Revolucionario de los Trabajadores «

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  • Nº 95 « Octubre de 2017Precio de Tapa: $ 30.-

    La ComunaRevista teórica y política del PRTPartido Revolucionario de los Trabajadores«

  • Editoriall 25 de octubre de 1917 (actual 7 denoviembre según el calendario grego-riano), el proletariado ruso, en alianza

    estrecha con el campesinado (la clase más nu-merosa en ese país), pudo tomar el poder enforma revolucionaria, tal como lo había logradoantes su clase antagónica, la burguesía

    La revolución rusa fue el ejemplo más ex-traordinario de que es posible no sólo conquis-tar el poder por parte del proletariado en alianzacon las clases y sectores populares sino de laconstrucción de la sociedad socialista basada enla eliminación de la propiedad privada de los me-dios de producción, la gran producción industrialsocializada y la organización de un Estado revo-lucionario proletario sostenido en la democraciapopular y la dictadura contra la rémora de la bur-guesía y clases explotadoras parásitas.

    Lenin advirtió, confirmando su genio políticoy científico como lúcido marxista consecuente,y dirigente máximo del partido bolchevique,que los soviets surgidos en la revolución rusade 1905 que derrotó al zarismo, serían la formade organización estatal de la futura sociedadsocialista.

    Los soviets (consejos) confirmaban los prin-cipios del Estado proletario de la Comuna deParís y resolvían la unidad con el campesinadoy clases populares de Rusia, convirtiendo así aeste tipo de organización nacida en las entra-ñas del capitalismo, en el germen del nuevo Es-tado proletario.

    De todo este complejo proceso de lucha re-volucionaria habla este número de La Comuna,a modo de homenaje, a 100 años de aquella his-tórica gesta proletaria, y como una forma másde decir que la Revolución está más vigenteque nunca.«

    La ComunaRevista teórica y política del PRT

    Partido Revolucionariode los Trabajadores

    Publicación bimensual. Año XVII°www.prtarg.com.ar

    E

  • Antecedentes

    Desde que se hizo del poder mediante una re-volución violenta en la que la clase obrera y elpueblo fueron protagonistas masivos con suspropias reivindicaciones, la burguesía, comoclase dominante, pretende decretar un freno a lahistoria de la humanidad para que el modo so-cial de producción capitalista perdure por elresto de los tiempos y no se modifique nunca,por eso no dudó, luego de combatirla, en aliarsecon los vestigios de la nobleza cuando las masaspopulares movilizadas intentaron poner en prác-tica la libertad, la igualdad y la fraternidad so-cial.

    A partir de ese momento histórico, la burgue-sía renunció a todos los principios enarboladoscon anterioridad a la conquista de su poder, ymudó sus famosas banderas transformándolasen libertad de mercado, igualdad entre burgue-ses y fraternidad entre clases dominantes con-tra el pueblo.

    De clase revolucionaria, pasó a ser clase reac-cionaria.

    La importancia de la revolución soviética parael proletariado mundial

    A partir de allí, el proletariado, la clase pro-ductora de toda la riqueza existente en la socie-

    dad moderna, debió enfrentarse contra el poderque aquella ejerce y, a la vez, intentar superar labarrera de clase que no le permite alcanzar unavida digna y, menos, cumplir los sueños y aspi-raciones de libertad y goce de esa vida.

    El 25 de octubre de 1917 (actual 7 de noviem-bre según el calendario gregoriano), el proleta-riado ruso, en alianza estrecha con el campe-sinado, la clase más numerosa en ese país, pudotomar el poder en forma revolucionaria, tal comolo había logrado antes su clase antagónica.

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    LA REVOLUCIÓN SOVIÉTICA:FARO GUÍA EN NUESTROPROCESO REVOLUCIONARIO

  • Por primera vez en la largahistoria de la humanidad, la

    clase productora se convertía en laclase dominante en alianza con otraclase productora –el campesinado-que todavía conservaba la pequeñapropiedad privada de la tierra no sólode hecho sino como bandera de susaspiraciones y sueños ligados al viejoapetito de posesión exclusiva de latierra, ese medio de vida que durantesiglos vio en peligro de perder, de-bido al régimen feudal, que su ante-pasado, el siervo de la gleba, sufrióen forma permanente y luego en elcapitalismo.

    La revolución rusa fue el ejemplomás extraordinario de que es posibleno sólo conquistar el poder por partedel proletariado en alianza con lasclases y sectores populares sino de laconstrucción de la sociedad socia-lista basada en la eliminación de lapropiedad privada de los medios deproducción, la gran producción in-dustrial socializada y la organizaciónde un Estado revolucionario proleta-rio sostenido en la democracia popu-lar y la dictadura contra la rémora dela burguesía y clases explotadorasparásitas.

    No sólo el proceso revolucionariohasta la conquista del poder fue com-plejo, pletórico en luchas, con avan-ces y retrocesos, aprendizajes per-manentes, aciertos y “errores”, sinoque la construcción del nuevo Es-tado, la sociedad socialista, tambiénestuvo jalonada de los mismos tópi-cos, quizá más complejos que los dela lucha previa, debido a la multipli-cidad de desigualdades económicas,políticas y sociales que carac- teriza-ban al extenso país que salía, ade-más, también por decisión delproletariado en el poder, de la pri-mera guerra mundial.

    Ambos aspectos de un mismo pro-ceso histórico –la lucha por la con-quista del poder y la construcción delsocialismo- constituyeron tambiénun arte a cuyo frente estuvieron losbolcheviques con su más notorio di-rigente Vladimir Ilich Ulianov“Lenin” (seudónimo ligado al río

    4 Lena, que debió utilizar en la clandestinidad, y con el quefue conocido mundialmente).

    Pero los bolcheviques y Lenin no fueron los que tomaronel poder en Rusia, sino el proletariado, del que los bolche-viques eran su parte dirigente, y el campesinado que se or-ganizaron en los soviets denominación que tenían losconsejos locales, regionales y nacional a través de los cua-les las grandes masas revolucionarias discutían, resolvían yejecutaban todas las acciones transformadoras.

    El Estado proletario tiene su raíz en la experiencia demasas

    Tal como había ocurrido 46 años antes en París, las masasproletarias en lucha, habían generado una forma de organi-zación totalmente novedosa cuando, por el lapso de pocomás de dos meses se hicieron del poder.

    Este hecho le proporcionó a Marx los elementos mate-riales para fundamentar cuáles serían los principios organi-zativos del Estado proletario que él preanunciaba comosucesor del poder burgués.

    Hasta ese momento, nadie podía formular científica-mente cómo serían los principios de organización estataldel socialismo.

    Por eso Marx polemizaba y combatía duramente contratodas las concepciones idealistas que, como resultado de laimaginación -no exenta de dudosa moralidad pequeño bur-guesa-, pretendían inventar la nueva sociedad haciendopropuestas nacidas de sus “mejores” buenas intenciones ypoluciones intelectuales.

    Así como, con ayuda de su amigo Engels, Marx había for-mulado los principios que regirían en el decurso de la so-ciedad socialista, basados en el descubrimiento de lasnecesidades impuestas por las leyes históricas y econó-mico-sociales del capitalismo, sabía que esos principios dela organización social del nuevo Estado, no podían ser pro-ducto de la imaginación de intelectuales estudiosos sino elresultado de la acción revolucionaria de las masas proleta-rias y populares ejercitando su voluntad colectiva en elpoder.

    También Lenin advirtió, confirmando su genio político ycientífico como lúcido marxista consecuente, y dirigentemáximo del partido bolchevique, que los soviets surgidosen la revolución rusa de 1905 que derrotó al zarismo, seríanla forma de organización estatal de la futura sociedad so-cialista.

    Los soviets (consejos) confirmaban los principios del Es-tado proletario de la Comuna de París y resolvían la unidadcon el campesinado y clases populares de Rusia, convir-tiendo así a este tipo de organización nacida en las entrañasdel capitalismo, en el germen del nuevo Estado proletario.

    La necesidad de la revolución socialista y su inevitabili-dad

  • Marx, Engels y Lenin, basándose en estas ex-periencias históricas de las masas proletarias ypopulares, impulsando a través de los partidoscomunistas de los cuales fueron sus máximos di-rigentes, las enseñanzas que dejaron las mismaselevándolas al plano político y cimentando laciencia histórica como la descubridora de lasleyes existentes y no como inventora de nada,consolidaron el método dialéctico de análisis quesirve al ser humano para la transformación de lasociedad.

    Las necesidades no se inventan, se descu-bren. Y esto, no sólo vale para las ciencias natu-rales sino también para las ciencias económicas,sociales, políticas e ideológicas. Eso es lo que en-seña el marxismo.

    El impulso sexual de las especies para suauto-reproducción es una necesidad inalterable yaunque puede atravesar, en su intento de satis-facción, un sinfín de casualidades que puedenobstaculizarlo, demorarlo, etc., siempre vuelvecon “obstinación” a su curso inalterable, es decirnecesario. La misma necesidad inalterable se ob-serva en la atracción magnética que ejerce el pla-neta tierra con los cuerpos que están sobre sucorteza o en suspenso sobre la misma a los quehace caer a la velocidad de 9,8 m/seg.2, y así po-dríamos citar numerosísimos ejemplos.

    De igual modo ocurre con las necesidades his-tóricas que determinan la aparición de nuevasformas de sociedad que superan a las viejascuando sus relaciones de pro-ducción ya son incapaces de con-tener en sus estrechos márgenesel desarrollo de la fuerza produc-tiva social. La necesidad de cam-biar las relaciones de producciónes inalterable y se transforma enuna presión insoportable para elcaduco sistema moribundo.

    La organización del nuevo Es-tado va germinando hoy en lasluchas populares

    Sobre la base de su propia es-tructura social, aparecen gérme-nes de una nueva forma deorganización que las masas pro-letarias y populares se vandando para la solución de susproblemas, para emprender susluchas contra la sociedad que lasagobia, para decidir, para ejecu-tar.

    Y esta metodología que se deriva de lasmás avanzadas formas de organización quela propia sociedad capitalista emplea en la pro-ducción, y la organización de la misma en un sen-tido amplio que incluye a la distribución,intercambio y consumo, son adoptadas como for-mas de organización social por las clases pro-ductoras y desarrolladas a mayores niveles porellas.

    Estos gérmenes han nacido en nuestro país,primero con la autoconvocatoria y en forma si-multánea con el ejercicio de la democracia di-recta y las asambleas como brotes de nuevasinstituciones del futuro Estado socialista.

    La necesidad histórica que nos lleva al socia-lismo ha parido la forma de organización de lasmasas proletarias y populares que serán las pie-dras fundacionales del Estado revolucionario.

    Es por esa razón que los revolucionarios de-bemos apoyarnos en esos gérmenes orgánicosque las propias masas han creado con sus lu-chas, impulsarlos y desarrollarlos, como parte in-dispensable del proyecto político de liberaciónde toda explotación.

    El socialismo no es un invento revolucionario

    El socialismo científico no es un invento. Porel contrario, es la ciencia que descubrió la direc-ción que la necesidad histórica impone a la hu-manidad. El problema que tenemos por delante

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  • como clase obrera y pueblo laborioso es em-pujar políticamente para que el capitalismo

    decadente y en estado de descomposición caiga.Porque el tiempo en que ello ocurra depende másdel desarrollo de la lucha de las clases que deldeterminismo histórico que no prevé precisión deplazos. El conocimiento de la ciega necesidad, enmanos de la clase social que se plantea para sí laliberación de la explotación, es la llave quepuede permitirle eludir, asimilar o sortear el marde casualidades que se presentan y que hacenretardar, desviar o prolongar la susbsistencia delcapitalismo en nuestro país. Y este conocimientono tiene que estar necesariamente en las cabe-zas de todos y cada uno de los obreros, basta conque se albergue en la conciencia de lo más avan-zado, políticamente hablando, del proletariado.

    Por lo dicho, el proceso de la lucha revolucio-naria cotidiana hoy contra el capitalismo y susinstituciones caducas, su cultura reaccionaria ysu producción excluyente para las grandes ma-yorías, no tiene solución de continuidad con la fu-tura sociedad socialista.

    Las propuestas políticas que no acompañan lanecesidad histórica con las nuevas formas de or-ganización que las masas ya adoptaron y ponenen práctica, no sólo están alejadas de las trasfor-maciones que conducen al nuevo poder estatalen manos del proletariado y el pueblo, sino quetienden a frenar, a desviar, a desvirtuar la ten-dencia que las leyes sociales imponen a la histo-ria y, por consecuencia, son reaccionarias ycontribuyen al sostenimiento de la vetusta so-ciedad capitalista.

    Una característica común en la experienciaproletaria conduce nuestro futuro

    El poder del proletariado y el pueblo seguirálos cánones de los gérmenes que ya han surgidoen nuestra actual lucha de clases. Por eso nues-tra revolución tiene puntos de contactos muy es-trechos con la experiencia de La Comuna de Parísy con la revolución bolchevique.

    El Estado revolucionario socialista por el que

    luchamos se regirá por los principios comunes adichas experiencias, porque es lo que ya ha apa-recido en nuestra sociedad en las asambleas fa-briles y de trabajadores en reparticiones estata-les, en los claustros y en los barrios.

    La comprensión de la ciencia revolucionaria yel conocimiento de las necesidades históricas hi-cieron que, una vez tomado el poder en Cuba, elChe, planteara con firmeza la lucha contra la leydel valor como rectora de la economía socialistaen dicho país.

    De la misma manera que la experiencia revo-lucionaria de las masas cubanas proyectabanuna forma de organización de las mismas, losprincipios rectores de la economía y la organiza-ción de la producción y distribución de bienesdebía seguir la necesidad determinada por lasnuevas relaciones de producción basadas en laapropiación social de la misma.

    Es por ello que el Che insistía en que la ley delvalor, propia y necesaria de la sociedad capita-lista, remanente en la sociedad socialista, debíaser combatida con las nuevas relaciones de pro-ducción y en la educación comunista de lasmasas.

    Hoy, a la luz de las experiencias mundiales re-volucionarias tanto las que continúan como es-tandartes mundiales del proletariado como lasque se han malogrado como el caso de la revolu-ción soviética y otras, los revolucionarios argen-tinos debemos sostener firme el timón de losprincipios científicos que determinan el curso dela historia, la necesidad del cambio de las rela-ciones de producción para liberar el desarrollo dela fuerza productiva social, la lucha de clases queactúa sobre ella, el papel de la clase obrera y supartido en la unidad con el pueblo, la resoluciónpolítica que la relación de fuerzas entre las cla-ses antagónicas impone, las formas organizati-vas de masas generadas como germen en elpropio capitalismo anunciando la característicadel Estado en la futura sociedad socialista, y lalucha política por la conquista del poder, parahacer realidad esa necesidad histórica queasoma con fuerza.«

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    El socialismo científico no es un invento.Por el contrario, es la ciencia que descubrió

    la dirección que la necesidad históricaimpone a la humanidad.

  • 1. Elecciones libres con revocabilidad de todos losfuncionarios.

    2. Ningún funcionario puede recibir un salario másalto que un obrero cualificado.

    3. Ningún ejército permanente, sino el pueblo ar-mado.

    4. Gradualmente, todas las tareas de administra-ción del Estado se harán por todo el mundo deforma rotativa.“Cuando todo el mundo es un buró-crata por turnos, nadie es un burócrata”.

    En estos cuatro puntos se resumió el programapara el Estado en la revolución de Octubre.

    Era el auténtico programa leninista para el Es-tado. Se estaban planteando las condiciones bási-cas para el poder obrero, para el día después de latoma del poder.

    ¿Qué es el Estado?

    Lenin explica que, en última instancia, el Estadose compone de grupos de hombres armados en de-fensa de la propiedad. Por lo tanto, para derrocarel viejo Estado y superar la resistencia de los opre-sores, la clase obrera necesita su propio “Estado”,es decir, necesita organizarse como un poder al-ternativo, capaz y dispuesto a hacer frente a la re-sistencia de la reacción.

    Pero este Estado de los trabajadores, siendo laorganización de la aplastante mayoría de la socie-dad, no tiene nada que ver con el viejo y mons-truoso aparato burocrático con su ejército defuncionarios.

    Semejante organización, como explica Engels,“ya no es un Estado, propiamente dicho”, sino unsemi Estado, una organización muy simplificada,basada en el administración democrática directadel pueblo, un Estado cuyo único fin es llegarcuanto antes a su propia desaparición.

    La revolución de octubre trató el problema delEstado como uno de los basamentos fundamenta-les para construir la nueva sociedad socialista. LaComuna de París había dejado una gran enseñanzaque -tanto Marx como Engels- supieron sintetizaren muchos escritos. Pero fue la revolución de Oc-tubre la que plasmó todo su contenido en una re-volución triunfante.

    La burguesía ha tratado de ocultar el contenidoclasista de los Estados, y la forma más contundentede hacerlo fue haberlo elevado por sobre las cla-ses. Cuando los enfrentamientos clasistas arreciany los mismos se presentan con crudeza inusitada,cuando la clase dominante ve peligrar su domina-ción, es cuando el papel del Estado como opresorse desnuda frente a las mayorías que hasta esosmomentos convivían con el engaño.

    ¿De qué sirve analizar el verdadero contenidodel Estado si de ello no sacamos las lecciones polí-ticas amalgamadas en la historia reciente de revo-

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    SOBRE EL ESTADOY LA REVOLUCIÓNDE OCTUBRE

  • luciones socialistas, incluidas la re-volución de Octubre?

    Para nuestra revolución, los cuatrospuntos que abren este trabajo siguensiendo tan vigentes como lo fueron paralos bolcheviques de aquellos años. Enestos puntos también se sintetizan lasexperiencias proletarias prácticas de lacomuna de París. Marx y Engels profun-dizaron aún más en la teoría sobre el Es-tado proletario, una vez que las masasproletarias y populares habían llevado alterreno de la acción la lucha por el poder.

    La comprensión del problema del Es-tado, por el proletariado y por el pueblo,es un problema político y práctico.

    Para la burguesía, la revolución de Oc-tubre significó el primer llamado deatención serio al cuestionamiento de sudominación a nivel planetario. Recorde-mos que los bolcheviques convocaron auna reunión internacionalista para trataruna posición independiente frente a laGuerra imperialista. Presidida por Leninen el año 1915, la misma solo reunió auna veintena de revolucionarios.

    El tema del Estado por aquellos años,disparó lo más temido: el engaño y ocul-tamiento a las masas sufrientes.

    Los cuatros puntos del programa deEstado resumen para nuestros días elnorte de la lucha política e ideológica. Elhilo histórico, los acontecimientos pos-teriores de revoluciones proletariastriunfantes, conllevan a pensar que la al-teración de este programa, fue una im-portante causa a la hora de analizar losprocesos de la caída del socialismo.

    El presente y futuro de nuestra revolu-ción están sujetos a principios políticosemanados de la concepción del Estado.Esa mirada estratégica del tipo de Estadoes una lucha permanente contra todo tipode oportunismo, que en definitiva des-clasa el papel de un herramienta vital parala dominación de una clase sobre otra.

    Durante la Comuna de París y hastamuchas décadas posteriores, fuertes co-rrientes políticas provenientes del prole-tariado inspiraban sus propuestas en laabolición del Estado. Sus programas te-

    nían ese contenido y la lucha de los pro-letarios anarquistas contra el Estado Ca-pitalista tuvo gestas de hazañas.

    Si bien Marx y Engels supieron com-batir esas posiciones oportunistas, losbolcheviques supieron aportar, con latoma del poder, hasta dónde esa con-cepción de abolición del Estado llevabaun camino de oportunismo, que ibaexactamente en contra de lo que prego-naban.

    La experiencia fue demostrando queesas posiciones traducidas a la vida polí-tica del la lucha de clases terminabansiempre sosteniendo el Estado burgués.La estela del anarquismo, de la concep-ción de abolir el Estado hoy es llevadapor el oportunismo, que pregona cam-bios en los marcos del sistema capitalistay del Estado burgués, pero que de nin-guna manera se inquieta por denunciarquienes son los dueños de los medios deproducción y cambio, lo cual implicaríaplantear una revolución social.

    La toma del poder por parte del pro-letariado y los campesinos en Octubredel 17, significó el fin del Estado burgués,su destrucción y simultáneamente laconstrucción del Estado Proletario, queen unidad con el campesinado pobre, ibaa tomar desde el vamos medidas de re-presión a las minorías despojadas de suantiguo poder y resoluciones estratégi-cas de extinción del Estado.

    En la medida que la revolución prole-taria permitiese destapar el potencialcontenido de fuerzas productivas, que loproducido comenzase a resolver el ver-dadero carácter humanitario de la revo-lución, la administración del Estado enmanos de muchos liquidaría las bases deese propio Estado burocrático.

    La toma del poder era el primer actode extinción del Estado. Contradictoria-mente, en la primera fase del comu-nismo, para ese fin había quefortalecerlo con el proletariado y cam-pesinos movilizados y armados en de-fensa de la revolución, y en el despliegueasombroso de nuevas fuerzas producti-vas que se desataban.

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    Requiere continuar vertebrando un caminoindependiente de la clase revolucionaria.

  • n aporte fundamentaldel marxismo a la teoríarevolucionaria, que

    luego sería plasmado en la prác-tica revolucionaria por el partidobolchevique en la revolución rusa,es el haber determinado que laclase obrera es la clase revolucio-naria. La clase que tiene comoproyecto histórico su propia libe-ración del yugo capitalista y, enconsecuencia, de todas las demásclases oprimidas por la burguesía.

    “La emancipación de la claseobrera debe ser obra de la claseobrera misma”. Esta definición deMarx y Engels guió el camino em-prendido por los revolucionariosrusos. En diversos escritos Lenincaracterizó a Rusia como un paísde composición mayoritariamentepequeño burguesa, que contabacon un campesinado que represen-taba más del 80% de la poblaciónde ese país; sin embargo, al mismotiempo caracterizaba que era laclase obrera rusa, aun minoritaria,la que debía levantar un programaliberador del conjunto de las masasexplotadas y oprimidas de Rusia.

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    El aporte fundamental que realizaría la gesta de octubre de 1917sería demostrar en la práctica que los obreros, campesinos, solda-dos y demás capas populares eran capaces de hacer una revoluciónsocialista por primera vez en la historia de la Humanidad, abriendolas puertas de una época de revoluciones sociales. Pero además dela concreción de la obra revolucionaria, el papel dirigente de laclase obrera se vio plasmado en toda su plenitud dejando impor-tantes enseñanzas que fueron útiles hace cien años y lo siguensiendo en la actualidad.

    La singularidad del paso del capitalismo al socialismo es que laclase de vanguardia, a diferencia de los procesos anteriores, debeconvertirse en clase dominante para, desde el primer instante de latoma del poder, sentar las bases de su extinción como tal. La bur-guesía derrotó al feudalismo para ser ella la clase dominante delmodo de producción establecido; por el contrario, la clase obreraviene a liberarse a sí misma y a las demás clases para, en definitiva,abolir la existencia de las clases y avanzar hacia el comunismo.

    Veamos entonces el grado de conciencia revolucionaria que debealcanzarse para llevar adelante tal empresa. De allí que el papel dela clase obrera, en el propio capitalismo, lejos está de ser una clasesubalterna que sólo lucha por beneficios económicos y mejores con-diciones de vida dentro del sistema opresor. Su papel histórico debeser asumido ya desde el mismo régimen burgués. Queremos decirque la clase obrera, simultáneamente con la lucha económica, debeavanzar en la construcción de un proyecto político de liberación.Para ello, sus destacamentos más avanzados y concientes se organi-zan políticamente y asumen su papel histórico con la adopción de laideología marxista leninista, la ciencia que le da todo un arsenal po-lítico e ideológico para luchar contra su enemigo de clase y parasumar fuerzas en su propio proyecto político revolucionario.

    EL PAPEL POLÍTICODE LA CLASE OBRERAY SU ORGANIZACIÓNEN CLASE PARA SÍ

    U

  • En la experiencia de la revolución rusa Leninpresentó una pelea frontal contra las concepcionesque intentaban desviar a la clase obrera de estepapel y, en la práctica, los obreros concientes tu-vieron una herramienta política propia para em-prender semejante tarea. En la actualidad, en otrasformas y circunstancias, tales debates tienen unaplena vigencia y podríamos afirmar que de enten-der o no correctamente este problema depende elderrotero por donde se encamine la lucha revolu-cionaria.

    Durante las últimas tres décadas la burguesíamonopolista mundial, aprovechando la caída de lasexperiencias socialistas en le Unión Soviética yotros países, arremetió contra la clase obrera en elplano político e ideológico en forma furibunda. Tanfuribundo ataque sólo puede entenderse y justifi-carse en que la burguesía entiende, mejor que mu-chos que se llaman revolucionarios, que la claseobrera es el enemigo a doblegar. Sus embates nose limitaron solamente a profundizar y extender lascondiciones de explotación, tarea que hoy en díaestá en plena ejecución con la implementación dereformas laborales en todo el planeta. También, yfundamentalmente, el ataque abierto de la burgue-sía se dio en el plano político e ideológico.

    En efecto, cuando la burguesía y todos sus por-tavoces afirman que “triunfó el capitalismo” estánafirmando que triunfó la burguesía como clase do-minante y que la clase obrera fracasó como tal.

    Entonces, aparecen detrás de esas afirma-ciones las nuevas teorías que se empeñan endescubrir por aquí y por allá nuevos sujetos socia-les que vendrían a reemplazar a los obreros en supapel dirigente. Pero hay algo mucho peor que eso.Están los que, desde el discurso, sostienen que losobreros siguen siendo parte importante del pro-yecto político pero, en la práctica, proponen que laclase obrera sea un apéndice más dentro del sis-tema capitalista muy lejos del papel de clase eman-cipadora de dicho régimen.

    ¿Qué es si no cuando las propuestas populistashablan de los trabajadores sólo para expresar queéstos deben luchar por el “reparto de la riqueza”?¿O qué significa que las propuestas reformistas agi-tan la lucha económica de la clase y a la hora de lalucha política ese lugar queda reservado para lospartidos que dicen representarla y que, además deeso, sólo levantan programas electoralistas ali-mentando la fantasía de que a través del parlamentoy de llegar al gobierno la clase obrera podrá sacarsede encima el yugo del capital? Unos y otros no sóloque subestiman en los más profundo la accióntransformadora de la clase obrera organizada parala revolución (cuestión que delata su ideología bur-guesa y pequeño burguesa), sino que además letemen, los aterroriza, que las masas obreras y lasmasas populares tomen en sus manos su presente ysu futuro con un proyecto político propio querompa con las concepciones que ellos sostienen.

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  • Veamos entonces si no tienen vigenciaaquellos debates que presentó Lenin contra las

    concepciones de la época que, como las actuales,intentan retrasar los cambios revolucionarios y se-pultar a la clase obrera como clase de vanguardia.

    La organización en clase para sí y el papel delpartido revolucionario

    “La conciencia política de clase no se le puedeaportar al obrero más que desde el exterior, estoes, desde fuera de la lucha económica, desde fuerade la esfera de las relaciones entre obreros y pa-tronos. La única esfera en que se puede encontrarestos conocimientos es la esfera de las relacionesde todas las clases y capas con el Estado y el go-bierno, la esfera de las relaciones de todas la cla-ses entre sí” (Lenin, ¿Qué hacer? Marzo de 1902).

    Esta frase de Lenin compendia todo el debateabierto y sin cuartel que el revolucionario ruso diocontra las concepciones economicistas existentesen la lucha revolucionaria en Rusia. Esas concep-ciones sostenían que la lucha económica era el pasoprevio, indefectible, hacia la lucha política. Es decirque a partir de la lucha por un reclamo salarial, porejemplo, mágicamente la clase obrera comprende-ría la complejidad de las relaciones sociales y de larelación de su lucha con la lucha de las demás cla-ses y, por ende, daría el salto a la lucha política con-tra toda la burguesía.

    Al sostener Lenin que la conciencia política sólopuede ser aportada al obrero desde fuera de las re-laciones entre obreros y patrones está sentando lasbases de lo que sería el papel político dirigente quecumplió la clase obrera rusa en la revolución bol-chevique. La clase obrera juega un papel en lalucha de clases de hecho; es decir, más allá de suconciencia política. Este es el plano objetivo de lalucha de las clases que existe, existió y existirámientras la sociedad esté dividida en clases anta-gónicas. La conciencia política que la clase obrerapuede adquirir en ese plano de la lucha es la con-ciencia que determina la ideología dominante, quees la ideología burguesa. Con esto queremos decirque mientras los límites de la lucha obrera estén de-lineados por esa ideología, no se puede esperar quedicha clase levante programas de revolución social.

    La conciencia que adquiere el obrero en la luchaeconómica en una conciencia de clase en sí; esdecir una conciencia de clase que solamente le per-mite al obrero una lucha de autodefensa contra lascondiciones de explotación que el patrón le imponecotidianamente en la producción y que lo limita aser una clase explotada de por vida, tanto en lo eco-nómico como en lo político. La conciencia de clasepara sí sólo se adquiere y se comprende cuando laclase obrera cuenta con las herramientas políticas,ideológicas y orgánicas para entender el carácter dela explotación que sufre; cómo esa explotaciónforma parte de una explotación más general que laclase dominante y su Estado ejercen sobre otras cla-ses; y, fundamentalmente, que ninguna otra claseque no sea la clase obrera es capaz de levantar unprograma de liberación propio que contemple losintereses de las demás clases explotadas y oprimi-das.

    Existe una base material que determina la exis-tencia de explotadores y explotados. Sobre esa basematerial actúa el partido revolucionario para que laconciencia política de la clase obrera rompa con elcorsé ideológico de la burguesía dominante. Todaslas clases sociales que quisieron liberarse del yugoexplotador se organizaron políticamente para de-rrotar el régimen impuesto y construir uno nuevo.La clase obrera debe hacer lo mismo. El ataque po-lítico e ideológico contra la necesidad del partidorevolucionario es otra faceta del ataque que realizaen forma constante la burguesía para convencer a laclase obrera que nunca dejará de ser clase domi-nada para ser clase dominante.

    La labor del partido es fundamental para que laclase obrera se convierta en clase para sí. Esta laborpasa no por arrogarse representatividades formalessino por materializar la organización revoluciona-ria de la clase con el concurso de la clase misma.Parangonando la frase de Marx y Engels citada másarriba, la organización política revolucionaria de laclase sólo puede ser obra de la clase misma. Lafalsa división entre el obrero que pone el cuerpo yel político que “hace” la política es una concepciónreformista y oportunista que está a años luz de lasconcepciones marxistas leninistas.

    El obrero con conciencia revolucionaria debe in-corporarse y construir su propia herramienta de or-

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  • ganización política por sí mismo, sinningún tipo de intermediación. Con elconocimiento de la ciencia proletaria sele abre al obrero una perspectiva devida radicalmente opuesta a la que laburguesía tiene para ofrecerle. Descu-bre que hay leyes sociales y que desdelas mismas puede entender y pensar elmundo y su realidad concreta desde unenfoque revolucionario, liberador, queponga toda la inteligencia individual ycolectiva, que cotidianamente disponeal servicio de producir para la burgue-sía, a favor de la construcción de unproyecto emancipador para sí y para elresto de las masas populares.

    De allí que la labor del partido y susmilitantes en el trabajo cotidiano, tantoen épocas de calma como de explosión,debe llevar claridad sobre todos los as-pectos de la vida social que hacen a larealidad del momento, más allá de lasdemandas inmediatas que se dan en laesfera de la lucha económica. La ideo-logía comunista debe ser explicada yentregada desde el inicio a los obrerosdado que es su ideología, la que la bur-guesía le oculta o le tergiversa constan-temente. La incorporación de obreros ala construcción del partido es indispen-sable dado que es su partido, el que ne-

    cesita para elaborar planes revolucionarios, para for-marse, para desarrollar y desarrollarse, para dotar a suclase y el resto de las clases de ese proyecto liberador quesólo la clase obrera puede levantar y ofrecer.

    A partir de allí, será preocupación permanente de losobreros concientes la incorporación efectiva de más y másobreros y sectores populares a la construcción del partido yde todas las herramientas políticas necesarias para llevaradelante la lucha por el poder. Las masas obreras y popula-res, con la dirección política que se sepa ganar el partido re-volucionario, serán las artífices del cambio social; del pasode la explotación a la liberación del ser humano. Antes, du-rante y luego de la toma del poder

    Como destacamento organizado de la clase más avanzadade la sociedad, que debe incorporar materialmente la expe-riencia de organización para la producción con la incorpo-ración efectiva de la clase obrera y sus prácticas, el partidotiene la mayor responsabilidad para que estas premisas enla construcción de la sociedad socialista se lleven a cabo

    El papel activo de las masas en la lucha revolucionaria,en la conquista del poder político y en la construcción del so-cialismo y la intervención del partido en cada etapa de esosprocesos son condiciones fundamentales para el triunfo de larevolución y sus sostenimiento y su consolidación.

    Este es el camino que la revolución rusa de 1917 le mos-tró al Humanidad y que, más allá de los avatares de la his-toria, ya forman parte del patrimonio revolucionario mundialy deben ser utilizados para la concreción de los objetivos re-volucionarios.«

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  • o son pocos los esfuerzos de laburguesía monopolista que -envoz de sus ideólogos- se empeñanen fundamentar la eternidad del

    sistema capitalista. Es decir, se empeñan en tra-tar de demostrar que el socialismo -o sea, lasustitución revolucionaria del actual régimen deproducción por un sistema social superior y ade-cuado a las necesidades de vida digna- es in-compatible con las necesidades de los pueblos.Se empeñan en demostrar que las revolucionesque han venido transformando históricamentelos diversos regímenes políticos, económicos ysociales, y los modos de producción en que losmismos se han desenvuelto, no tienen una es-trecha relación entre sí y no derivan el uno delotro en una interacción recíproca.Es decir, tratan de demostrar que las revolu-

    ciones que han conmovido los cimientos de lasformaciones económico sociales anteriores alcapitalismo, hasta la transformación definitivadel régimen social, no tiene relación con el modode producción sobre el que estaba asentado.Sino que tienen que ver con el cuadro de ideasque predominaron en cada época histórica. Porlo tanto, afirman que las transformaciones histó-ricas, del esclavismo en feudalismo y de este en

    capitalismo, no fueron producto de los cambiosen el modo de producción, de las condiciones devida de los productores y de la incompatibilidadde estas condiciones con régimen político y so-cial que se levantaba ante los productores di-rectos y las clases laboriosas.Dicho esto, nada más lógico que adaptar

    estas falacias sobre la historia de la humanidada la propia historia del capitalismo en general ya la del socialismo en particular. Nada más falazy determinista para esconder el devenir del sis-tema capitalista, que persistir en que la historiade la humanidad no es una historia plagada derevoluciones, producto de los antagonismosentre esclavos y esclavistas, entre siervos y se-ñores feudales, entre obreros y burgueses, entreexplotadores y explotados; que el choque entreestas clases ha sido y es el motor de los cam-bios revolucionarios y las transformaciones so-ciales y políticas que han atravesado lasdiversos modos de producción y las formas deapropiación que les correspondían. Pero si las premisas para las transformacio-

    nes revolucionarias de un modo de producciónen otro, surgen producto de las agudas contra-dicciones que fueron acumulándose en la pro-pia base del régimen de producción y del

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    SOCIALISMO:UN CAMINO AL QUE HAYQUE AVANZAR

    N

  • choque con las formas de apropiación de lo pro-ducido, cómo es posible que en el seno de unrégimen social como es el capitalismo, dondelas contradicciones y los antagonismos han al-canzado niveles superlativos, donde la apropia-ción y la descomunal riqueza socialmenteproducida es concentrada en un minúsculogrupo de magnates... ¿no iban a estar presen-tes las conmociones revolucionarias que sedesencadenan a lo largo de su corta historia? Para declarar eterno al capitalismo, nada

    más evidente que enaltecer sus aparentes vir-tudes de infinitud, defenestrar la prolongada his-toria de la humanidad y de la lucha de clases, ypor consecuencia, la historia de las revolucio-nes socialistas. Visto en términos cuantitativos, el capitalismo

    es un régimen relativamente joven respecto delos regímenes socioeconómicos anteriores quecondensan una extensa y prologada existenciade la humanidad.La sola existencia de la división de la socie-

    dad en clases antagónicas, producto de la des-composición del comunismo primitivo, essumamente superior en el tiempo a la existenciadel régimen capitalista propiamente dicho. Lalucha de clases y los antagonismos irreconcilia-bles tienen una larga historia y se condensan enel presente. El Capitalismo ha perfeccionado la maquina-

    ria de explotación del hombre por el hombre.Bajo este régimen, todos los antagonismos he-

    redados de las formaciones económicas ante-riores, se han encadenado, han entronizado enel modo de producción y han sido subordinadosbajo las condiciones del régimen burgués.A pesar de declarar la libertades y derechos

    por ley, el capital monopolista no solo superex-plota al obrero sino también lo esclaviza, des-pojándolo de medios de vida y empobreciendola vida humana.Al mismo tiempo que declara los regímenes

    democráticos como su rasgo superior, imponesus dictados y practica el despotismo, tanto omás despiadado que los mismísimos zaresrusos. No solo altera la naturaleza en su bene-ficio sino que la destruye. El régimen capitalista -como ningún otro ré-

    gimen de clase- ha condensado y acumuladoen su seno la suma de la opresión de todas lasformas de dominación anteriores a él, agudi-zando los antagonismos sociales políticos yeconómicos tan violentamente que hace inevi-tables las convulsiones sociales, las insurrec-ciones y las revoluciones populares.Si la burguesía en su juventud hizo de las re-

    voluciones anti feudales su modo de instaurarel capitalismo, en su decrepitud y en virtud dela extensión y desarrollo de la producción so-cializada a escala planetaria, ha condensadocomo ningún otro, las condiciones para revolu-ciones sociales que barran de la faz de la tierraeste régimen podrido.

    Sigue en Contratapa

  • La revolución de los soviet, la de los obreros,campesinos y soldados, la revolución de las ma-yorías, la revolución bolchevique, la de Lenin, hapuesto con su gloriosa gesta el primer paso en lahistoria, por la transformación profunda del tra-bajo y la vida de los pueblos.Ha puesto en la escena que las revoluciones

    socialistas muerden los garrones del capita-lismo, que el empeño de los monopolios poreternizar las relaciones de producción y la es-clavización de millones, al trabajo asalariado yel empobrecimiento, en términos históricospende de un hilo.Dio pie al ímpetu por la teoría revolucionaria,

    dio pie a la comprensión de que el sistema capi-talista es también un régimen transitorio. Que lospueblos y sus dirigentes genuinos, en su bús-queda por la libertad y la dignidad, lejos de ami-lanarse por los desafíos que ello implica soncapaces de las mayores hazañas. Y que esabúsqueda y esa acción es el rasgo predominantey, precisamente, el evidente rechazo a la eterni-zación de formas de vida oprobiosas.La revolución bolchevique -del que en este

    mes se cumple un siglo- ha tenido aún más im-portancia histórica que la revolución burguesa enFrancia. Toda la expectativa y simpatía que des-pertó en los pueblos, poco más de un siglo des-pués, en un mundo plagado de guerras,genocidios y desmanes de todo tipo por los mo-nopolios y frente, al nuevo mundo en el que, deforma intempestiva, sin pedir permiso, los so-viets comenzaban su obra revolucionaria, la bur-guesía se vio azorada y no dudo en atacar. Fuey es tan inmenso su influjo, que hoy los mono-polios gastan mucho más que antes para soste-

    ner el capitalismo y convencer de que el socia-lismo fue un lindo sueño irrealizado. Pero ya es tarde, el paso ya fue dado y la his-

    toria enseña que:“Todas las sociedades anteriores, han des-

    cansado en el antagonismo entre clases opre-soras y oprimidas. Pero para poder oprimir a unaclase es preciso asegurarle unas condicionesque le permitan, por lo menos, arrastrar su exis-tencia de esclavitud.

    El siervo, en pleno régimen de servidumbre,llegó a miembro de la comuna, lo mismo que elpequeñoburgués llegó a elevarse a la categoríade burgués bajo el yugo del absolutismo feudal.

    El obrero moderno, por el contrario, lejos deelevarse con el progreso de la industria, des-ciende siempre más y más por debajo de lascondiciones de vida de su propia clase.

    El trabajador cae en la miseria, y el paupe-rismo crece más rápidamente todavía que la po-blación y la riqueza.

    Es, pues, evidente que la burguesía ya no escapaz de seguir desempeñando el papel declase dominante de la sociedad ni de imponer aésta, como ley reguladora, las condiciones deexistencia de su clase.

    No es capaz de dominar porque no es capazde asegurar a su esclavo la existencia ni siquieradentro del marco de la esclavitud, porque se veobligada a dejarlo decaer hasta el punto de tenerque mantenerlo, en lugar de ser mantenida porél.

    La sociedad ya no puede seguir viviendo bajosu dominación; lo que equivale a decir que laexistencia de la burguesía es, en lo sucesivo, in-compatible con la de la sociedad. (ManifiestoComunista, Marx Engels).«

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