La Constitución política de Colombia es un conjunto de reglas que establece la forma en que debemos comportarnos todos los que vivimos en Colombia para que exista bienestar y podamos vivir en paz.

Pero una pequeña mirada a Colombia, una mirada sin censura, nos muestra aspectos muy trascendentales, como la corrupción, la violencia, el terrorismo, el narcotráfico, la desigualdad de género, la discriminación, la inequidad d nie clases sociales, y más problemas que se acumuluan en lo interno.

El hecho de que Colombia no esté declarado como un país en guerra , por no significa que sea cierto. Esta ahi, pero muchos son ajenos a ella porque no les ataca directamente.

"En la calle no solo hay manifestaciones políticas como grafitis y marchas sino que también hay sucesos e inconformidades que están conectados a la parte gubernamental de nuestra sociedad, y es ella misma la que refleja lo que hoy son nuestros dirigentes." La calle política: Paula Cárdenas.

Una pareja de mujeres, caminaba con tranquilidad por el parque. Un señor de unos cuarenta y tantos, se les acercó, les gritó “anormales” en la cara e intentó golpearlas. Una se interpuso, recibiendo el golpe por ambas. El señor salió corriendo, cuando quisieron devolver el golpe. Indignadas, se acercaron a un policía a contarle lo sucedido. “Esa les pasa por lesbianas”, fue su respuesta.

Ese es un pequeño ejemplo de el porque hay marchas y grafitis en la calle. Es necesario gritar si nadie oye las palabras.

La política es transversal en la vida del pueblo, pues controlan al menos el 80% de la vida de los ciudadanos; administran nuestros recursos velan por nuestros derechos. Esto, hablando de un concepto general de la política. En Colombia, la educación sexual en los colegios es un derecho y es un hecho que el tema sigue siendo tabú para muchos jóvenes, pues en sus procesos formativos se los hacen ver de esta forma.

Una vez un joven comienza una vida sexual activa, el país le brinda anticonceptivos con duración de un año, pero no de la calidad adecuada. Es como no suministrarle nada.

Lo mismo pasa con los derechos, se los entregamos, para que velen por su cumplimiento. La creación de las FARC, se dió por descuidar los derechos de los campesinos. En lo urbano, pasaba lo mismo, por ende este grupo, decidió combatir al ejército de forma violenta, para hacer valer lo que es nuestro. Luchaban por una buena causa, pero si algo es cierto, es que hay muchas formas de hacerlo, y personalmente, la violencia no me ñ una de ellas. Las revoluciones pacíficas, como las violentas han logrado cambios, es cierto. Pero las violentas dejan este resentimiento latente en el aire.

Actualmente en Colombia, tenemos mecanismos de democracia pacíficos, como la tutela, la consulta popular, el voto, etc.El problema es que no hacemos uso de estas herramientas. No asumimos un rol como persona política. CIfras que sobrepasan la mitad de la mitad de las personas capacitadas para votar, no lo hicieron. No hay una conciencia colectiva, donde todos busquemos un bien para todos. El hecho de que la guerra no ataque directamente nuestras locaciones, no nos hace menos o más colombianos. Todos lo somos, y como tal deberíamos colaborar con el país. Las decisiones que tomen nuestros dirigentes nos afectan a todos, no solo a los intervenidos por la guerra. El Estado, controla parte de la vida de todos.

“Los puestos públicos son asumidos para servirse de ellos y no para servir con honestidad, firmeza y eficiencia a la ciudadanía.”

El poder y los cargos públicos se transmiten entre familias, de generación en generación. No hay un interés de transformación, cuando este país lo que necesita son nuevas miradas, nuevas estrategias. Y lo que nosotros tenemos que hacer, es tomar las riendas, no dejar que el problema nos apañe. Como pueblo, tenemos las herramientas necesarias, ¿por qué no usarlas?.

Es trabajo del la procuraduría “vigilar el actuar de los servidores públicos y advertir cualquier hecho que pueda ser violatorio de las normas vigentes, sin que ello implique coadministración o intromisión en la gestión de las entidades estatales.” ¡Le tienen miedo al cambio!. Eso es lo que da a entender nuestro procurador, cuando decidió destituir a Petro de la alcaldía. “Es un derecho del procurador”, dijo. Pero, “¿A cuenta de qué una autoridad disciplinaria tiene facultades para impedir el ejercicio de los derechos políticos?. Es cierto que en la Constitución se especifican los cargos del procurador, entre ellos el poder destituir un funcionario público, pero Colombia tenía otra firma, donde se aseguraba que el procurador no podía destituir a alguien, escogido por voto popular. Es un mecanismo de democracia, una de nuestras herramientas para participar en las decisiones del país, pues es a nosotros quienes gobiernan. En Pereira, el tema de las valorizaciones se ha vuelto de escándalo; personas con propiedades en dichos sectores,están con una buen deuda. Esta decisión fue tomada hace algunos años por un grupo reducido de personas. Estas personas son los líderes que otro grupo reducido de personas residentes en Pereira eligieron. Pese a eso seguimos sin tomar un rol.

El negocio que se mueve bajo toda la política colombiana, es cínico, egoísta y deshonesto. Estamos hablando de un país, con personas de por medio, que bien podría salir adelante. Un lider que atienda a las necesidades de la sociedad, respetuoso, tolerante y honesto, es lo que necesita el país. Un lider que no tenga que preguntarle a la Iglesia si esta de acuerdo, o no. Y un pueblo, que si no es escuchado, grite alto y fuerte, para que los funcionarios recuerden que somos personas, y que hay una Constitución que nos rige.