La construcción satírica de las memorias de la revolución en Los relámpagos de agosto.

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Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Maestría en Estudios de Arte y Literatura Alumno: Efraín Ávila Flores. Seminario: Análisis del discurso lírico. Nombre del docente: Dr. Ángel Miquel Ensayo: La construcción satírica de las memorias de la revolución en la novela Los relámpagos de agosto. I Jorge Ibargüengoitia nació en la ciudad de Guanajuato, capital del estado de Guanajuato el 22 de enero de 1928 y murió en un accidente aéreo cerca de Madrid el 26 de noviembre de 1983. Escribió seis novelas, un libro de cuentos, varias de obras de teatro, libros para niños y cientos de artículos recopilados luego de su muerte en diversas antologías. Los relámpagos de agosto es una novela de tono satírico, la cual, según Jorge Ibargüengoitia, está inspirada en las memorias que algunos generales habían escrito al terminar la revolución con el fin de lavar su deteriorada imagen pública, o de enaltecer su participación 1

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Ensayo escolar sobre la sátira en la novela Los relámpagos de agosto de Jorge Ibargüengoitia

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Universidad Autnoma del Estado de Morelos.Maestra en Estudios de Arte y LiteraturaAlumno: Efran vila Flores.Seminario: Anlisis del discurso lrico.Nombre del docente: Dr. ngel MiquelEnsayo: La construccin satrica de las memorias de la revolucin en la novela Los relmpagos de agosto.

IJorge Ibargengoitia naci en la ciudad de Guanajuato, capital del estado de Guanajuato el 22 de enero de 1928 y muri en un accidente areo cerca de Madrid el 26 de noviembre de 1983. Escribi seis novelas, un libro de cuentos, varias de obras de teatro, libros para nios y cientos de artculos recopilados luego de su muerte en diversas antologas. Los relmpagos de agosto es una novela de tono satrico, la cual, segn Jorge Ibargengoitia, est inspirada en las memorias que algunos generales haban escrito al terminar la revolucin con el fin de lavar su deteriorada imagen pblica, o de enaltecer su participacin en los hechos histricos (Ibargengoitia, 1988, 72). Algunos de los sucesos que el autor guanajuatense menciona como parte de estas autobiografas castrenses, son pasajes anecdticos que sugieren el inicio de una serie de infortunios para el narrador, los cuales vistos desde su propia ptica, se revelan en deslindes empapados de un sustancioso humor involuntario. La stira es un tono que el escritor guanajuatense cultiv desde sus inicios como dramaturgo, crtico y ensayista, y posteriormente en la totalidad de su obra narrativa, no slo como un estilo personal, sino adems como una herramienta para perfilar de manera cida y contundente los atavismos culturales de nuestra mexicanidad. Es la intencin de este ensayo establecer un acercamiento a los mecanismos humorsticos y figuras retricas que ayudan al autor en la construccin de la stira en la novela Los relmpagos de agosto.El anlisis del humor en la literatura ha propiciado minuciosos estudios que nos llevan desde las obras satricas de Aristfanes, hasta El Quijote de Miguel de Cervantes, pasando por autores que, debido al enfoque carente de solemnidad con el cual abordan los problemas de la condicin humana, se han convertido en referente de ingenio humorstico, podramos mencionar aqu a Oscar Wilde, Mark Twain y Francisco de Quevedo. En nuestro pas, es Jorge Ibargengoitia uno de los escritores que ms ha contribuido con el humor a la literatura, no slo por su estilo narrativo caracterizado por la irona, la autorreferencialidad y el fino manejo de los hilos del habla popular, sino adems por abordar de manera desmitificadora los personajes y sucesos histricos que en la versin oficial de los libros de texto aparecen bajo el manto protector de una solemnidad recargada. Considero importante hacer una revisin al enfoque satrico de las memorias de los militares revolucionarios que hace Ibargengoitia en Los relmpagos de agosto, sobre todo para tener presente una visin crtica de nuestro pasado y de nuestra historia como pueblo. En la stira a manera de autocrtica histrica, podemos acceder a la riqueza didctica que ofrecen los vicios de nuestra idiosincrasia y acercarnos con mayor luminosidad a lo que somos como mexicanos. La irona en Los relmpagos de agosto, fue analizada por Ana Rosa Domenella en su ensayo Los relmpagos desmitificadores, al cual recurrir en las reflexiones del presente estudio. Por cuestiones de espacio, me remitir slo a contenidos especficos en la novela, los cuales sern: la dedicatoria, el prlogo y algunos pasajes de los primeros captulos. Considero que estos referentes son suficientes para el anlisis que aqu propongo. Adems utilizar algunas de las reflexiones acerca de la irona planteadas en el libro Retrica de la irona de Wayne C. Booth, y los conceptos de Lauro Zavala y Clara Irene Armendriz, acerca del mismo tema. Tambin incluir en el anlisis algunas consideraciones contenidas en la categora del cronotopo del pcaro, el bufn y el tonto, propuestas por Mijal Bajtn en su ensayo Las formas del tiempo y del cronotopo en la novela. Ensayos de potica histrica. Desde esa perspectiva ir abordando en la novela, los diferentes mecanismos de la irona con los cuales Jorge Ibargengoitia va construyendo la stira en el discurso.

IILos relmpagos de agosto fue una novela concebida como tal por alguien que nunca haba escrito una novela (1988, 74), dice Ibargengoitia, y con todo, es en este gnero, el de la narrativa, donde el escritor encontrar el terreno idneo para desarrollar a fondo el estilo irnico y coloquial que asomaba ya en su trabajo anterior como escritor y crtico de teatro; y donde habra de conseguir casi de manera inmediata, el reconocimiento que hasta entonces le haba sido negado como dramaturgo. La primer obra en la narrativa del guanajuatense es una stira a las memorias que algunos generales y militares de alto rango, haban escrito al trmino de la Revolucin Mexicana para deslindarse de los acontecimientos que se les atribuan en algunos peridicos y en otras memorias escritas por sus similares en desgracia. Ibargengoitia destaca las memorias del general Juan Gualberto Amaya en donde se narra como, en una ocasin en que iba a librarse una batalla decisiva, moviliz tres regimientos por ferrocarril, en direccin equivocada, obedeciendo una llamada telefnica que result haber sido hecha por el enemigo (Ibargengoitia, 1988, 72). Las referencias sealan tambin al libro de lvaro Obregn: Ocho mil kilmetros en campaa, donde el general en cierta situacin peliaguda, decidi dinamitar las defensas que haba en la estacin de una ciudad fronteriza y que con este objeto llen de explosivos un carro del ferrocarril que a pesar de varios intentos que hizo no logr hacer llegar a su destino (1988, 73). Este ltimo acontecimiento fue incluso apropiado por Ibargengoitia e incluido como un pasaje humorstico en su novela. En la perspectiva histrica extratextual, esta novela corresponde a la rebelin escobarista de 1929 iniciada por el general Jos Gonzalo Escobar en contra del presidente Emilio Portes Gil (Domenella, 24). Al interior del relato, la historia describe los equvocos del general Arroyo y sus compaeros de armas a partir de la muerte del presidente electo de la nacin, quien fue amigo de todos ellos, y a quienes haba prometido sendos puestos en su gabinete. La ambicin, la ineptitud, la paranoia y hasta la mala suerte del bando del general Arroyo, hace que las escaramuzas emprendidas por estos contra el bando opuesto, que es el del presidente de la Repblica, fracasen estrepitosamente, hasta caer todos en desgracia. La dedicatoria con que inicia la novela, no es del autor, sino del personaje protagnico: A Matilde. Mi compaera de tanto aos. Espejo de mujer mexicana que supo sobrellevar con la sonrisa en los labios el cliz amargo que significa ser la esposa de un hombre ntegro, escribe y firma el general de divisin Jos Guadalupe Arroyo. Estas lneas son parte de la parodia que apuntala el discurso satrico del relato, pues al mismo tiempo que nos remiten al formato de las memorias en las que se inspir el autor[footnoteRef:1], nos dejan ver tambin un pretencioso posicionamiento moral del personaje que relatar sus andanzas. El general Arroyo se atribuye el valor de la integridad de una manera injustificada, pues an no sabemos nada de l. La calidad de mrtir que adjudica a la esposa y la postura a la defensiva desde el arranque invitan a la duda, y empiezan a sugerir al lector defectos en la personalidad del que hace la declaracin, defectos que sern resaltados en el discurso satrico por ser lo contrario a las virtudes que el mismo narrador se ir asignando sin ningn pudor a lo largo de la historia. Es desde esta afectada dedicatoria donde un segundo significado comienza a hacer guios al lector. El significado de lo irnico. [1: El general Juan Gualberto Amaya escribe en sus memorias, una dedicatoria muy similar a la utilizada por Ibargengoitia. Ana Rosa Domenella en su ensayo resalta incluso como un guio del autor, la coincidencia entre las inciales del personaje histrico y las del protagonista de la novela. ]

Al intentar establecer qu es la irona, la popularidad del vocablo hace que la precisin de este concepto se torne complicada. Clara Irene Armendriz Armendriz en su ensayo La irona y algo ms, menciona que su mbito semntico es tan diverso y abarca tan distintas connotaciones, que igual se le puede atribuir a un carcter, a un rasgo estilstico, o a un evento ocurrido a alguien de manera fortuita (2). Es comn que se tome de primera mano la idea de que hablar de manera irnica es decir lo contrario a lo que se piensa, sin embargo la irona contiene dentro de s un entramado mucho ms complejo y especfico, ya que esta acepcin podra incluir a otros mecanismos verbales que dicen una cosa e intentan expresar otra, como la metfora, la alegora, el smil o la sincdoque (Booth, 33). Ciertamente en la irona existe una contradiccin, y tambin un ocultamiento, ambos centrados en la motivacin de proyectar un segundo significado a la frase evidente. Lauro Zavala indica al respecto que: Se trata en principio de la existencia de una contradiccin entre lo que se dice y lo que debe ser entendido, si bien debe sealarse que esta contradiccin no se encuentra en el enunciado mismo (como ocurre con la paradoja), sino en la relacin entre la proposicin y lo aludido por ella. Tampoco se trata de una contradiccin entre lo que se sabe y lo que se dice (como en el caso de la mentira), sino entre lo que se dice y lo que se piensa (62).As, la manifestacin irnica, surge al yuxtaponer una perspectiva explcita, que aparenta describir una situacin, y una perspectiva implcita, que muestra el sentido paradjico, incongruente o fragmentario de la situacin observada (Zavala, 65). Esta segunda perspectiva ser la indicacin de que existe un significado ms profundo o en cierto sentido: ms elevado que el inmediato. Wayne C. Booth por su parte, seala en su libro Retrica de la irona, que el autor de un texto irnico a menudo deja pistas para alertar al lector acerca una segunda idea escondida detrs de la escritura, esta puede estar en los ttulos, epgrafes, e incluso de manera ms directa, como intervenciones del propio autor en el discurso literario (91). Esto resulta evidente en el prlogo de Los relmpagos de agosto, donde el general Arroyo se deslinda primero del hecho de que un hombre de armas que es ms diestro con la espada que con la pluma, haya escrito unas memorias, las cuales nunca se hubiera atrevido a escribir, nos dice el general: Si no fuera porque he sido vilipendiado, vituperado y condenado al ostracismo (Ibargengoitia, 2003, 9); y despus del ttulo de la novela, hacindole un reclamo al mismo autor, Jorge Ibargengoitia, por ser el responsable de poner un ttulo tan soez a sus memorias y por asociacin de ideas, culpndolo de paso de las posibles fallas literarias. Podemos decir, coincidiendo con las categoras del relato de Gerard Genette, que el general Arroyo es un narrador autodiegtico, pues es el protagonista de su propia historia (Genette, 299), sin embargo, tanto en la dedicatoria como el prlogo, se introducen niveles narrativos que implican una extensin de la digesis. Ambos apartados estn situados dentro del mundo ficcional, pero fuera de la historia que ser contada. Se encuentran en un tiempo y un lugar futuro que el lector desconoce. Y en ese espacio metadiegtico es que ocurre una intrusin por parte del propio autor, que de forma autorreferencial hace una sea al lector de la novela para establecerse como la voz oculta en la historia. El narrador y protagonista de la novela, el general Jos Guadalupe Arroyo, se dirige a un narratario: el pblico lector al que destina sus memorias con el fin de limpiar su imagen; mientras que el autor, o metanarrador como define Ana Rosa Domenella a Jorge Ibargengoitia (19), apela en el discurso de la obra a un destinatario o lector que puede plantearse como ideal. La labor de este lector es captar la irona que subyace en la narracin, la cual otorga un segundo significado a los hechos, opuesto al que la ptica del narrador protagonista ir sealando en sus recuerdos. As, este lector ideal, al entender el mecanismo irnico, no podr ser aliado de las consideraciones del general Jos Guadalupe Arroyo, sino cmplice del verdadero sujeto de la enunciacin, compartiendo con l su posicin superior en el relato y su papel de ironista (Domenella, 25). Nos dice Booth que no hay un verbo especfico para el proceso de leer la irona estable, la metfora ms difundida ha sido la de ver detrs de una mscara o persona. Segn esta concepcin lo que el lector hace es desenmascarar un eiron, o detectar detrs de un personaje-mscara o persona las facciones de quien est hablando verdaderamente (65). Esta idea de encontrar lo que hay detrs de la mscara de la irona, es concordante con las reflexiones que lleva a cabo Mijal Bajtn en su categora del cronotopo del pcaro, el bufn y el tonto, contenidas en su ensayo Las formas del tiempo y del cronotopo en la novela[footnoteRef:2]. Nos dice Bajtn que la representacin de ese cronotopo existir de una manera alegrica, que contribuir en la construccin de la novela a uno de sus objetivos ms importantes: el desenmascaramiento de toda convencionalidad, de la convencionalidad viciada y falsa existente en el marco de todas las relaciones humanas (Bajtn, 313). Este desenmascaramiento ser el de una sociedad orgullosa de los valores que ha construido. Es as que, para quitar las mscaras de virtud de una sociedad, el escritor debe usar tambin una mscara, un personaje ajeno a esa sociedad retratada en su relato. El general Jos Guadalupe Arroyo, ser una representacin alegrica del hombre de su tiempo, del hombre orgulloso de sus valores, los cuales se irn revelando en el discurso como un enmascaramiento de la hipocresa, la falsedad y la ambicin. Los valores que pretende ostentar el personaje protagnico no son sino la cortina que oculta sus propios defectos. [2: Bajtn define al cronotopo como la conexin esencial de relaciones temporales y espaciales asimiladas artsticamente en la literatura, ubicndolo a partir de una revisin histrica de la novela, en categoras diversas de formas y contenidos. ]

Al iniciar la novela, el protagonista y narrador en primera persona omite el formato convencional de las memorias y decide no explicar sus orgenes; en cambio, aclara puntualmente que su madre no fue prostituta, como han insinuado algunos, y que acab la educacin primaria hasta con elogios de los maestros. Adems hace mencin de un hecho que conoceremos ms adelante: su nombramiento como Secretario Particular de la Presidencia de la Repblica, del cual nos dice: me lo concedieron en consideracin de mis mritos personales, entre los cuales se cuentan: mi refinada educacin que siempre causa admiracin y envidia, mi honradez a toda prueba, que en ocasiones lleg a acarrearme dificultades con la Polica, mi inteligencia despierta, y sobre todo, mi simpata personal (Ibargengoitia, 2003, 11). Es este recuento de las propias virtudes, con el que, en el discurso satrico, se empiezan a descalificar los pronunciamientos ticos y morales del general Jos Guadalupe Arroyo. La pedantera con que hace semejantes declaraciones provoca la risa del lector -nos dice Domenella-, pero tiene una base histrica real, ya que los generales revolucionarios a diferencia de la casta militar del porfiriato, carecieron de estudios y provenan de los ms dismiles oficios (Domenella, 30). Los valores exaltados como propios por parte del personaje, sern desmentidos posteriormente por su manera de proceder en la historia. Bajtn seala en el cronotopo del pcaro, el bufn y el tonto una incomprensin al entorno, que en el personaje estar presente de forma sincera e ingenua, pero que el autor utilizar para desenmascarar al convencionalismo viciado que el personaje no comprende por no estar implicado en l (315). El general Jos Guadalupe Arroyo es sincero y cree en sus virtudes cuando las enumera, y cuando dice que estas despiertan envidia y han llegado a causarle problemas con la polica, al mismo tiempo es ingenuo al no darse cuenta de la contradiccin evidente que existe entre una refinada educacin y el hecho de presentarse uno mismo enumerando las propias virtudes. El protagonista de Los relmpagos de agosto no entiende de letras, como l mismo nos dice, pero tampoco entiende del refinamiento y la honradez que ha presumido. Esta ignorancia permite relacionarlo con la figura del tonto. El tonto no es en esta historia un personaje ajeno al crculo social donde se mueve como es el caso en la novela picaresca, tampoco ser un excluido o un loco como El Quijote, sino que el mismo protagonista caer en el aislamiento por culpa de sus propios defectos. Es el general Jos Guadalupe Arroyo un tonto en el discurso satrico del autor, pero no en su versin de la historia. Como El Quijote, ser ignorante de su verdadera naturaleza, solo que, mientras que la locura de Alonso Quijano sirve la mayora de las veces para sealar la locura de los dems, los defectos que el general Arroyo adjudique a los dems nos revelarn sus propios defectos, y por extensin los de su casta militar, los del hombre de su tiempo, los que son atavismos sociales de una cultura, y los que le son inherentes por su condicin humana.Es necesario observar en este punto una herramienta que aparece con frecuencia en la construccin irnica de Jorge Ibargengoitia: la litote. Clara Irene Armendriz Armendriz, siguiendo a Robert Escarpit, indica que es una figura retrica fcil de distinguir porque siempre dice lo menos por lo ms, se trata de una especie de exageracin al revs, puesto que prcticamente se elimina lo verdaderamente importante para hacerlo resaltar irnicamente a causa de su casi escandalosa exclusin (3). Esta figura, en la literatura de Ibargengoitia ser utilizada en el ocultamiento que el personaje hace de sus defectos, lo que ocasiona que stos sean an ms notorios. En Los relmpagos de agosto, podemos remitirnos al pasaje donde el general Arroyo detalla el momento en que recibe la carta de un antiguo compaero de armas que ha sido electo presidente de la Repblica, el cual le pide que vaya a Mxico para que se encargue de su secretara particular. Como se comprender me desprend inmediatamente de los brazos de mi seora esposa, dije adis a la prole, dej la paz hogarea y me dirig al Casino a festejar, explica el protagonista. La frase: como se comprender, indica que el general Arroyo da por hecho que se dirige a un lector que comparte su misma concepcin del xito; de lo que implica estar cerca de una figura de poder (el acceso a beneficios personales impensables desde otro estrato) y de los derechos plenipotenciarios que tiene el esposo sobre los dems miembros de su familia, esto visto desde el discurso satrico es: de su machismo. Nos dice Domenella que las situaciones en que se presenta cierta contradiccin interna entre dos hechos concomitantes resultan cmicas para el lector por obvias, antinmicas o ambiguas (100). El lector supondra que luego del nombramiento y al describir en un tono tan solemne la despedida, el general Arroyo se trasladase a la capital para cumplir con sus nuevas funciones. El humor proviene de la contradiccin entre el tono solemne y romntico del personaje, y la vulgaridad de sus acciones. Este rompimiento es imprevisto y gracioso, pero acorde con la sicologa del protagonista, la cual exige dejar el hogar, e ir a festejar a un nuevo espacio propio del esparcimiento masculino: el Casino (Domenella, 100). En ese lugar notaremos el ocultamiento de informacin comprometedora, cuando el general Arroyo narra: Dir pues que festej el nombramiento, aunque no con los desrdenes que despus me atribuyeron. Eso s, la champaa ha sido siempre una de mis debilidades, y no falt en esa ocasin; pero si el diputado Sols balace al coronel Medina fue por una cuestin de celos a la que yo soy ajeno, y si la seorita Eulalia Arozamena salt por la ventana desnuda, no fue porque yo la empujara, que ms bien estaba tratando de detenerla (2003, 14). Las explicaciones y atenuantes que describe el general Arroyo, son en este pasaje una corroboracin de los desrdenes que segn l, se le han atribuido injustamente. Las lecturas invocadas aqu por la irona de la litote provienen de la misma defensa que el personaje hace de s mismo. Lo que el general Arroyo oculta es lo que ms parece sobresalir en la narracin. As, el festejo con champaa en compaa de personajes con una posicin social destacada en la poltica y en el gremio militar sugiere una felicidad compartida por un crculo social, que al celebrar el ascenso de uno de sus miembros, da por hecho ser incluido en los beneficios personales del afortunado; la discusin y el disparo por un lo de faldas, sugiere que el festejo fue en realidad una borrachera, y que el diputado Sols y el coronel Medina, compartan amoros con una mujer de dudosa calidad moral; la seorita Arozamena saltando desnuda por la ventana nos sugiere que en la borrachera haba prostitutas y que una de ellas fue la causante de la pelea entre el diputado y el coronel; y el hecho de que el general Arroyo aclare que no la empuj, sino que quera evitar que saltara, sugiere que s la empuj; el que la haya empujado sugiere a su vez que ella fue la causante de la pelea entre el diputado y el coronel, o bien, simplemente, que no quiso complacer los deseos del general Arroyo. Clara Irene Armendriz Armendriz, siguiendo a Northrop Frye, nos dice que para que la stira emerja son necesarias dos condiciones: la primera es la existencia basada en la fantasa, lo grotesco o lo absurdo; la segunda, una persona o cosa que atacar. La stira contar con un esquema moral definido, y con un propsito reformador, la utilizacin de los elementos grotescos para agrandar la falla moral que se critica, estarn destinados a reforzar la inevitable moraleja. La stira pone al descubierto, a travs del ataque, defectos precisos de la sociedad, la stira tiene un fin moralizante (Armendriz, 2005). Con todo, la stira como gnero, no es fcil de ser asumida por el propio autor, porque implicara en ste el reconocimiento abierto de poseer una altura moral superior, al menos en relacin con la parte de la sociedad que no comparta su esquema de valores. Asumirse como el creador de una stira es entrar en un conflicto directo aquellos que no comparten la misma perspectiva de las cosas, y por lo tanto, ser a la vez blanco fcil de la burla que conlleva tal arrogancia. Sin embargo, la stira por su propia naturaleza, suele estar dirigida contra figuras de autoridad, y es ah donde se le ubica con mayor facilidad, sobre todo por la crtica, y donde el autor corre menos riesgo. Estas figuras de autoridad pueden estar representadas por las referencias ms paradigmticas como los sistemas de gobierno o los cuerpos policiacos, pero tambin podran contemplarse como figuras de autoridad aquellas costumbres absurdas, pero solemnes. Domenella seala que Ibargengoitia rechaza el rtulo de stira para su novela Los relmpagos de agosto, porque no acepta el papel de censor o moralista (83). Pero quizs lo hace adems, porque no se siente distanciado de los propios defectos de sus personajes. Las vctimas de la stira en Ibargengoitia tienen, an en los sealamientos ms rotundos, una profunda relacin con la condicin humana. Algo de lo que el autor sabe que no puede desprenderse. Ibargengoitia, en la construccin satrica de Los relmpagos de agosto, hace una crtica a la casta militar postrevolucionaria, pero tambin nos obliga a reconocernos como sociedad en los mismos defectos del general Jos Guadalupe Arroyo, ya que las contradicciones del protagonista no se desprenden solamente del estereotipo del general revolucionario, sino que provienen quizs de los mismos cimientos histricos de nuestra idiosincrasia nacional.

Conclusiones.El discurso satrico est construido a partir de retratar los defectos de una parte de la sociedad que se ha jactado de poseer una estructura slida de valores. Esta forma genrica precisa en el autor un desdoblamiento narrativo, donde mediante un personaje trastocado por la irona, el autor pueda desplegar una crtica certera a este estrato social. El autor se ve precisado a usar la mscara que es parte de esta tradicin satrica, sin embargo, en Los relmpagos de agosto no observamos a un personaje distanciado de su entorno, sino a un inadaptado, vctima sus propios defectos. En Los relmpagos de agosto, el protagonista no es una representacin idealizada, sino alegrica. El general Jos Guadalupe Arroyo es parte del folclor de un tiempo y un espacio determinados, y por lo tanto de una sociedad especfica. La stira es viable por tener este referente histrico, donde es posible que estos personajes existan como seala Bajtn: de una manera alegrica que incluya su concepcin del mundo y de la vida. La irona es el ingrediente humorstico que sirve como punto de partida para desenmascarar las tergiversaciones de percepcin respecto a los valores sociales, aberraciones conceptuales que en el mexicano funcionan por lo regular adaptndose en beneficio propio.

Bibliografa.

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