La construcción significativa de la desigualdad y las luchas en contra de ella

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    La construccin significativa de la desigualdad y las luchas en

    contra de ella: un enfoque desde el "programa fuerte" de cmo

    cambian las fronteras sociales1.

    Jeffrey C. Alexander2

    Universidad de Yale, EE.UU.

    RESUMEN

    Cuando se trata de cuestiones de igualdad y redistribucin, los socilogos sonparticularmente propensos a pensar en trminos anti culturales. Las fuerzas que se

    conciben son externas, objetivas y materiales, ya que la determinacin de las distribucionesdesiguales no hace referencia a la voluntad de los actores, esto se logra a travs de la

    hegemona, la dominacin y subordinacin. Pero si la desigualdad se impone de formamaterial y la fuerza coercitiva, entonces slo puede corregirse mediante la acumulacin de

    energa y fuerza contraria, y mediante el ejercicio de ello de manera instrumental ypotencialmente coercitiva. Lo que le falta a esta propuesta es el significado, el

    reconocimiento de su autonoma relativa. La imposicin de la desigualdad y las luchas porla justicia, la inclusin y la distribucin, estn mediadas por estructuras culturales. Las

    desigualdades se anidan dentro del discurso de la sociedad civil, y tambin lo son lasdemandas de igualdad. Vis vis los cdigos binarios de la sociedad civil, los movimientos

    de protesta contaminan fuerzas hegemnicas y purifican los grupos subordinados en sunombre.

    PALABRAS CLAVELa sociedad civil / cultura / sociologa cultural / desigualdad / programa fuerte / fronteras simblicas

    Introduccin

    Los socilogos suelen hablar acerca de la inclusin y la justicia, los asuntos de igualdad yredistribucin

    3. En Esferas de Justicia, Michael Walzer (1984) desarrolla una potente

    crtica normativa de este enfoque en su forma filosfica. Acusndola de tener en cuentaslo la igualdad abstracta y de pensar en la justicia materialista. Segn l la justicia es

    mucho ms que volver a medir la distribucin de los productos cuantificables. Lo

    1Traduccin libre del texto: Alexander, Jeffry (2007), The meaningful construction of inequality

    and the struggles against it. A strong program approach to how social boundaries change Cultural

    Sociology, Vol.1, Num. 23, pp. 23-30. Realizada por EFMN, Mxico DF 21 de octubre de 2013.

    2Jeffrey C. Alexander is the Lillian Chavenson Saden Professor of Sociology and co-Director of the Center

    for Cultural Sociology at Yale University. He is the editor, with Bernhard Giesen and Jason Mast, of SocialPerformances: Symbolic Action, Cultural Pragmatics, and Ritual(Cambridge University Press, 2006); with

    Philip Smith, of the Cambridge Companion to Durkheim (Cambridge University Press, 2005); and the autor

    ofThe Civil Sphere (Oxford University Press, 2006). Address:The Center for Cultural Sociology,YaleUniversity, P.O. Box 208265, New Haven, CT 06520-8265, USA. E-mail: [email protected]

    3Una primera versin de este artculo fue presentado en las reuniones de 2006 de la Asociacin Americana de

    Sociologa en Montreal. Agradezco a Paul DiMaggio por la invitacin para hacer la presentacin. Mientras

    que estoy dibujando en este artculo en argumentos tericos y empricos en el mbito civil (Alexander, 2006),

    el tema central aqu es nuevo.

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    fundamental para la justicia es lo que significa. Es imposible para calibrar distribuciones

    apropiadas abstractas ya que la valoracin es cultural. Las personas tienen diferentes ideasacerca de cmo distribuir el amor, la belleza, el dinero, el poder y el acceso a la buena vida.

    Hay un profundo paralelismo entre argumentos normativos de Walzer y el "programa

    fuerte" de la sociologa cultural, (Alexander, 2003). Programas dbiles conceptualizan elsignificado como una variable dependiente, en respuesta a la naturaleza objetiva de las

    causas "reales", a las fuerzas sociales estructurales de tipo material. Este enfoque de lasociologa de la cultura hace que la reconstruccin interpretativa de sentido al margen de la

    sociologa. La sociologa cultural, por el contrario, da sentido a la reconstruccin soberbiacentral del lugar. La cultura tiene relativa autonoma de las fuerzas estructurales sociales

    que la rodean. A travs de hermenutica estructurales podemos reconstruir los significadosque son centrales en la vida social (Alexander y Smith, 2003; Reed y Alexander, 2006).

    Slo despus de esa reconstruccin podemos analizar la relacin entre "estructurasculturales y de poder social en sus formas ms econmicas y polticas.

    El reduccionismo y la verticalidad

    Hay, de hecho, una estructura cultural de larga data, que se da por sentado que informa el

    nfasis en la igualdad abstracta. En trminos filosficos, podramos llamar a esto ellenguaje de Trasmaco

    4y Maquiavelo. Trasmaco es el cnico a quien Platn hizo el papel

    de Scrates en La Repblica. Maquiavelo es, por supuesto, el primer pensador polticomoderno que articula estrategias mendaces para su prncipe. En la tradicin sociolgica,

    los herederos de Trasmaco y Maquiavelo son Marx, Weber (en sus escritos polticos yorganizativos) y Robert Michels.

    De acuerdo con este lenguaje conceptual, la accin social es asumida instrumental y externa

    al orden social y objetiva. Si esto es as a pesar o gracias al compromiso personal delterico de la justicia moral y los ideales sociales es una pregunta interesante que no se

    persigue aqu. Nosotros en cambio estamos preocupados por la lgica terica (Alexander,1982/83 ) y con la forma en esta lgica se puede entender tambin como una estructura

    cultural. Cuando la tradicin de Trasmaco se pregunta por qu existe la desigualdad, larespuesta se centra en lo externo, objetivo y las fuerzas materiales. Estas fuerzas se dice

    que han determinado la distribucin desigual sin hacer referencia a la voluntad de losactores. Distribuciones desiguales son creadas por fuerzas independientes como por

    ejemplo la hegemona, la dominacin y subordinacin. Si se crea la desigualdad de estamanera, a la vez sta puede ser combatida slo mediante la externa masiva acumulacin, el

    poder instrumental y material instrumental, y el material.

    Este lenguaje filosfico y sociolgico no es histricamente especfico, sino que asumediferentes formas y matices especficos en diferentes momentos, y es llamado por

    4Trasmaco aparece como sofista en un dilogo de la ltima etapa de Platn donde el pensamiento de ste ya

    se ha separado del de su maestro, Scrates. Este dilogo se llamaLa Repblica y versa sobre cmo debe

    construirse un estado justo. Trasmaco defiende en l que la justicia era slo lo que aprovechaba el o al ms

    fuerte y era obedecido. Scrates muestra que, en ocasiones, la voluntad del ms fuerte transformada en

    derecho acatado por la sociedad termina perjudicando a su autor (Nota de la traduccin, tomada de

    wikipedia).

    http://es.wikipedia.org/wiki/Sofismohttp://es.wikipedia.org/wiki/Plat%C3%B3nhttp://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%B3crateshttp://es.wikipedia.org/wiki/La_Rep%C3%BAblicahttp://es.wikipedia.org/wiki/La_Rep%C3%BAblicahttp://es.wikipedia.org/wiki/Justiciahttp://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%B3crateshttp://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%B3crateshttp://es.wikipedia.org/wiki/Justiciahttp://es.wikipedia.org/wiki/La_Rep%C3%BAblicahttp://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%B3crateshttp://es.wikipedia.org/wiki/Plat%C3%B3nhttp://es.wikipedia.org/wiki/Sofismo
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    diferentes nombres. Ya en los aos 1960 y 1970, se fue por el nombre particular del

    marxismo y la idea ms general de "Teora del conflicto". En las ltimas dos dcadas, estasversiones anteriores de la tradicin de energa extrada han sido desplazadas por las

    versiones Foucault y Bourdieu. Esto ha ocurrido no slo por la suerte del socialismo deEstado, sino tambin por el cambio cultural. Hay, por lo tanto, antes un sentido ms

    complejo de lo que est en juego en los diferentes campos de la dominacin y elsometimiento que en ese momento: no slo el poder, sino el conocimiento, no slo dinero,

    sino distincin, gnero, sexo y raza.

    Sin embargo, a 2,500 aos desde que Platn concibi Trasmaco, a casi 500 aos desde queMaquiavelo aconsejara al prncipe y una generacin donde se desarrollaron las propuestas

    tericas desde el marxismo y la Teora del conflicto, estos modelos nuevos y mejorados dela dominacin y la hegemona no estn libres del reduccionismo de sus presupuestos

    fundamentales. Ms bien aumentan y refuerzan su corolario de la justicia. Si ladesigualdad es solo impuesta por lo material y la fuerza coercitiva, slo puede remediarse

    mediante la acumulacin de poder, fuerzas antagnicas y mediante el ejercicio de unamanera fundamental y potencialmente coercitiva. Si esto parece ms bien leninista, no es

    un accidente. En trminos normativos, la tradicin de Trasmaco, y todos sus herederossubsiguientes, es potencialmente antidemocrtico. Nuestra preocupacin aqu, sin

    embargo, es terica en el sentido emprico.

    Lo que falta en esta tradicin de larga data es el sentido, el reconocimiento de su autonomarelativa. La imposicin de la desigualdad y las luchas por la justicia, la inclusin y la

    distribucin, estn mediadas culturalmente. Tanto la creacin y el mantenimiento de ladesigualdad y la lucha contra ella se centra fundamentalmente en la construccin de

    significado, tanto para bien como para mal. Esto significa que ellos estn orientados a"lmites" de una especie simblica (cf. Lamont, 2000).

    El papel de la construccin de significados y la contestacin debe ser central, e inevitable,

    para el estudio de las sociedades relativamente democrticas. En estas sociedades, existeuna oportunidad en parte a institucionalizar los ideales contrahegemnicos de la mbito

    civil. Pero la centralidad de la construccin del significado y la contestacin no esinevitable a los exponentes de la tradicin Trasmaco, incluso cuando estn estudiando sus

    propias sociedades, relativamente democrticas. Concentrarse slo en lo vertical, que veslo la dominacin y la sumisin, e insisten en que el conocimiento est siempre ligado al

    poder. De esta manera, ellos evaden el reto de la sociologa de la cultura, por lo menos ensu forma fuerte programa. Si el significado tiene relativa autonoma de las estructuras de

    fuerza poltica y econmica, y las estructuras de la cultura pueden impugnar su poderdominante (Alexander, 2005, 2006b, 2006c).

    Lo simblico y lo horizontal

    Los lmites simblicos no son isomorfos con las fronteras polticas y econmicas. Laesfera pblica es ni el producto, ni mucho menos la simple reflexin, de la fuerza

    econmica, poltica, religiosa, racial, o patriarcales puramente vertical. Lo que representa,ms bien, es un ideal de una relacin horizontal, de una solidaridad amplia y

    universalizacin. Se trata de un sentido a la construccin cuyos lmites simblicos se

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    pueden utilizar para contaminar y condenar las formas restrictivas y particularista de cierre

    social.

    Se trata de la autonoma relativa de las estructuras de significado de la mbito civil, quehace que todas las formas de dominacin fundamentalmente inestable y discutible cada

    distribucin desigual. Las aspiraciones y los ideales que son inmanentes al discurso de lasociedad civil no pueden ser borrados por cualquier forma de poder dominante. Por

    supuesto, su fuerza aumenta en la medida que estos ideales quedan plasmados en la formade organizacin. Cuanto ms se institucionalizan en una mbito civil relativamente

    independiente, los significados civiles ms eficaces desestabilizan y descentran el poder.

    Los ideales de una parte de la sociedad civil hacia la comunidad incluyen a todos losindividuos supuestamente racionales, independientes y de confianza, respetuosos, honestos

    y cooperativos. En relacin con una comunidad tan idealizada, en realidad las divisionesexistentes, las desigualdades sociales, los lmites rgidos, y las divisiones son

    presuntamente ilegtimos. Pero si los ideales de la sociedad civil siempre estn latentes, sevuelven socialmente poderosos slo en la medida en que la opinin pblica puede ser

    dinmica y abierta, y continuamente representada por votacin pblica, y slo si lasrepresentaciones reales y ficticias de los ideales civiles pueden ser amplificados y

    distribuidas por los medios de comunicacin independientes, y slo si las asociacionesciviles y movimientos sociales pueden desafiar el isomorfismo aparentemente natural de las

    fronteras sociales y culturales.

    Los ideales de la sociedad civil pueden mantener el poder civil, pero adems, slo en lamedida en que tales procesos e instituciones de comunicacin estn vinculadas a

    instituciones de carcter ms regulador, a las instituciones que tienen la capacidad parainsertar la opinin pblica en el estado, para controlar la distribucin de la violencia, el

    dinero y la fuerza material. La institucin reguladora de la franquicia de elecciones libresy justas" permite a los representantes simblicos de la sociedad civil a convertirse, al menos

    en principio, en los directores del Estado burocrtico. La institucin reguladora de loscontroles de oficina, o trata de controlar el ejercicio del poder de exigir responsabilidad

    impersonal, ms civil. La institucin reguladora del derecho democrtico crea el eje delpoder civil. En la medida en que es independiente, el monopolio de la violencia del Estado

    puede dirigirse contra las jerarquas no civiles y de las solidaridades de la vida civil.

    El mbito pblico que puede ser sostenido por estas instituciones comunicativas yregulatorio es, aunque mundialmente hipottica e idealizada, una comunidad solidaria de

    individuos autnomos, de hermanos y hermanas. En este mbito civil, cada persona estratada simplemente como un ser humano, recibiendo el reconocimiento que demandan al

    estado. Se trata de una comunidad civil, ya que es una universalizacin, una comunidadque trasciende los lazos primordiales de la familia, la etnia y la raza, las jerarquas de clase

    y las divisiones de la religin, una comunidad que sostiene obligaciones colectivas y laautonoma individual al mismo tiempo.

    Hay dos maneras diferentes de pensar sobre los orgenes de este ideal entre civiles ycomunidad. La primera es especulativa y filosfica. Qu tipo de comunidad sera

    necesaria, y qu tipo de cualidades humanas debe ser postuladas, si se produjera la justicia

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    y la democracia? Se puede razonar que tendra que ser una comunidad universal,

    precisamente del tipo que acabo de describir. Los miembros de una comunidad tandemocrtico y universalizante tendran que manifestar ciertas cualidades distintivas si esta

    comunidad fuera a poseer la capacidad de autorregulacin y podra prescindir de lajerarqua y el poder. Estas cualidades, como la racionalidad, la autonoma y la honestidad,

    forman una especie de "lenguaje civil" del que se expondr ms adelante.

    Tambin se puede pensar en el origen y sustento de este ideal entre civiles y comunidad entrminos empricos e histricos. Ha sido slo un ideal tal que ha inspirado a los

    movimientos sociales, religiosos, polticos y culturales desde la formacin de la polis en laantigua Grecia. Como primero Weber y luego Eisenstadt han sugerido, si ponemos entre

    parntesis los compromisos metafsicos, podemos ver que este tipo de comunidad ha estadoen el centro de cada una de las religiones de la Era Axial

    5. Tambin ha encaminado el

    movimiento de los parlamentos independientes de la Europa medieval, los movimientoscolegiados y aristocrtico contra reino; las ciudades estados republicanas de la Europa

    moderna, la democracia y, en cierta medida, las revoluciones nacionales de los tiemposmodernos, y el movimientos por el socialismo y la justicia econmica que han permeado

    las sociedades capitalistas de los ltimos dos siglos.

    Pero, si el ideal del mbito civil es alimentado por la positividad y la inclusin, el discursode la sociedad civil no lo es. Este es un discurso binario, estableciendo no slo por lo

    sagrado, sino tambin lo profano, no slo los de limpio sino tambin por lo contaminado.El discurso de la sociedad civil nos recuerda que, en la medida en el mbito civil se

    institucionaliza en el tiempo y en el espacio, se convierte en una comunidad cerrada y no,en sus lmites, un sistema abierto. Los que tienen la suerte de convertirse en miembros de

    la sociedad civil, ya sea que se encuentren en su mismo ncleo o estn ms distantes delcentro, estn continuamente, incluso fervientemente, preocupados por justificar por qu los

    dems no pueden ser incluidos. Son propensos a creer que, por un lado, slo ellos mismosson honestos, veraces, tranquilos y cooperativos, y por el otro, a sospechar que los dems

    son irracionales, emocionales, que estn fuera de control, irrazonables, dependientes einfantiles, que se encuentran fraccionados y en disputa, con tendencia a la conspiracin y la

    dominacin. Esto es porque se cree fervientemente que los outsiders6

    estn constituidosde tales cualidades contaminadas y son vistos como incapaces de ser incluidos en la

    sociedad civil. Por lo que, con el objetivo de proteger el mbito civil, deben ser excluidas,reprimidas y, posiblemente incluso, eliminadas de una manera fsica.

    Los estudios empricos han sugerido la amplia dispersin geogrfica e histrica de este

    discurso binario de la sociedad civil. Creo que, de hecho, este sistema de categoras es casiuniversal, en el sentido de que es inherente a cualquier intento de crear comunidades de un

    5El filsofo alemn Karl Jaspers defini la Era Axial (el periodo que transcurre entre el 800 a. C. y el 200 a.

    C.) como la lnea divisoria ms profunda de la historia del hombre, durante la cual apareci la misma lnea de

    pensamiento en tres regiones del mundo: China, India y el Occidente. A partir de la Era Axial, las diferentes

    regiones de la Tierra no tuvieron ya un paralelismo semejante. Segn Jaspers, lo humano, como lo conocemos

    hoy, naci entonces. No pudo vislumbrar ninguna conexin para este suceso, ni tampoco ninguna seal deinterconexin entre los Pueblos mediterraneos, India y China en este periodo (Nota de la traduccin).6Extraos, forasteros, ajenos o que no son parte de la comunidad que forma la sociedad civil. (Nota agregada

    en la traduccin, tomada de wikipedia)

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    tipo igualitario, civil, y de auto regulacin. El lenguaje binario se puede encontrar en las

    obras de los mayores filsofos, desde Platn pasando por Kant hasta Rawls, en el lenguajecotidiano de los diarios, y en el bajo y sucio lenguaje del hombre (y la mujer) que caminan

    por la calle.

    Toda forma fundamental de la desigualdad social se ha justificado por el discurso binariode la sociedad civil. Para los inventores de la democracia, los antiguos griegos, casi todo el

    mundo se constituy en no civiles, por lo que algunos podan ser vistos como propiedad(esclavos, mujeres y los barbaros), excepto un nmero relativamente pequeo de hombres,

    los inmigrantes que realizaron gran parte del trabajo domstico y manual. De la mismaforma se libraron guerras sin descanso, guerras que parecen continuar hasta el da de hoy.

    Estas contaminaciones estn igualmente presentes en las elites que dominaron lasrepblicas de las grandes ciudades estado modernas. Aristocracias anti democrticas y

    monarquas estaban justificadas de un modo similar. Se crea que las personas comuneseran demasiado irracionales, pasionales, y dependientes para poder autorregularse.

    Lo que es ms preocupante, y ms escandaloso a la conciencia moral de justicia propia de

    la modernidad euro-americana, es que en los 350 aos desde que surgieron las primerasorganizaciones polticas nacionales formalmente democrticas, la desigualdad y la

    fragmentacin de sus esferas civil se ha justificado de la misma manera. El mismo discursoque inspiraron las revoluciones democrticas, en la sociedad civil ha justificado la

    exclusin y la explotacin de las personas que trabajan, ya sea burguesa o proletaria, lasubordinacin de la mujer, la esclavitud de los no blancos, y el asesinato de los no

    cristianos.

    Si tal sistema categorial de lmites simblicos ha sido esencial para la construccin ylegitimacin de las desigualdades, de ello se sigue que la contestacin cultural de tales

    fronteras ha sido esencial para todos los esfuerzos de superarlos. Mi argumento central deque el lenguaje de la sociedad civil, el contenido y la estructura de su discurso binario, es

    relativamente inmutable. Los significantes de la sociedad civil no se mueven. Lo quecambia son los significados, las entidades sociales concebidas como la encarnacin de las

    representaciones simblicas de puros e impuros. Para decirlo de una manera ligeramenteenigmtica, lo que tenemos aqu es "significantes estables, cambiando significados.

    Es por esta razn por la que he insistido en que las fronteras simblicas y sociales nunca

    son las mismas. El lenguaje binario de la sociedad civil no tiene referentes socialesparticulares o inherente. En su forma ms flagrante, esta plasticidad "arbitraria" sugiere un

    relativismo extraordinario de la relacin significante-significado, y esto puede parecer muyconfuso a la teora normativa. En la historia de la modernidad, de hecho, en el transcurso

    del corto del siglo 20, los trminos crticos de contaminacin categrica - emocionalismo,la deshonestidad, el faccionalismo, conspiracin- se han aplicado no slo al trabajo sino a

    las clases altas, en cada caso, justifican la violencia y la represin. Han sido aplicados porlos blancos a las personas de piel ms oscura, pero tambin, a veces, con efectos igualmenteaterradores, por euroamericanos blancos para otros blancos euroamericanos y los negros,

    como tambin de los no euroamericanos a los blancos. El sistema categorial no solo hajustificado el asesinato en masa de los judos, sino tambin la exclusin parcial de los

    rabes no judos del Estado judo de Israel.

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    Pero mi punto aqu no es para subrayar el relativismo moral que se conecta el mbito civil,

    debido a la arbitrariedad de su construccin. Lo que quiero destacar, ms bien, es laposibilidad permanente y omnipresente para su reconstruccin. Al hacer esto, quiero

    destacar la subjetividad frente a la objetividad, lo simblico contra la fuerza material, y laagencia contra la estructura. Si estoy en lo cierto que los lmites simblicos en que los

    grupos subyugados se orientan no pueden cambiarse, es rotundamente el caso de que suposicin en la parte sagrada o profana de los lmites civiles / anti civil seguramente si se

    puede. El reto para cualquier movimiento social progresista, o por cualquier gesto msgradual, es convencer a los miembros del grupo principal de las propias capacidades

    civiles, para disputar construcciones contaminantes, para demostrar las cualidades decompaerismo, de profundidad civil y fiabilidad, y, a veces, de la democracia herosmo en

    s.

    Tales manifestaciones no pueden hacerse en abstracto, sino que debe presentarse dentro delos modismos que concretan el discurso de la sociedad civil en un determinado tiempo y

    lugar. Ellos deben participar, en otras palabras, del republicanismo francs, liberalismoestadounidense, el sentido comn britnico, y la disciplina y la restriccin afrikneres.

    Narraciones especficamente nacionales igualmente concretas, pero menos tambinabundan. Para que la traduccin civil pueda tener xito, deben hacerse enlaces metafricos

    y metonmicos entre la justicia con lo ms ntimo y las referencias ms trascendentales dela vida cotidiana. Lo que es justo en el deporte, lo que es justo ante los ojos de Dios (se

    trata de mundos imaginarios que casi todo el mundo puede entender). Construyen puentessimblicos para el discurso de la sociedad civil, proporcionando una lengua verncula

    cultural que hace cerca de sacralidad civiles parece simplemente una cuestin de lugarnormal y legtimo de todos.

    Todas las personas inmigrantes y subordinadas saben esta verdad. Capacidades civiles

    deben ser demostradas en los colorantes primordiales establecidos por los gruposprincipales. Trabajadores britnicos tenan que demostrar que eran buenos ingleses, leales,

    patriticos y cristianos honrados para iniciar. En Estados Unidos, Martin Luther King seconvirti en un hroe, quizs el ms grande de Amrica del siglo 20, porque poda hablar y

    escribir la msica de los viejos y nuevos testamentos, y la Constitucin de Estados Unidosy la Declaracin de la Independencia, de 100 claves nuevas y convincentes.

    As se mantiene la hegemona, y los grupos principales no restringen, pero nunca solo en

    trminos de dominacin. Incluso si le damos las tradiciones incrustadas del centro que lescorresponde, sin embargo, podemos ver que las idealizaciones positivas y negativas de la

    sociedad civil ni se agotan ni controlados por la hegemona. Las instancias sociales deldiscurso civil estn siempre sujetos a reposicin, dentro de las sedimentaciones histricas

    de los lmites de tiempo, lugar, y la institucin.

    Conclusin.

    Mi atencin se ha centrado en la manera en la que las fronteras entre lo civil-simblico dan

    significado a la subordinacin de grupos, reforzando al mismo tiempo y contradiciendo el

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    cierre social. La aplicacin y reaplicacin de estos lmites entre lo civil-simblico, sin

    embargo, es relevante no slo para las luchas por las estructuras profundas de ladesigualdad, sino tambin para informar las situaciones cotidianas de la vida democrtica.

    Cada vez que un acontecimiento social se transforma en un evento de la sociedad civil -para emplear el mstil de Jason (2006) que distingue el rendimiento terico - se trata de la

    colocacin y la sustitucin dentro de los binarios de la vida civil. En nuestra sociedad cadavez ms masiva, mediada y jurdicamente regulada, construcciones discursivas y

    reconstrucciones del estado civil son permanentes. Son las formas de los peridicos yprogramas de entrevistas, de la blogosfera, de los caleidoscopios de ficcin producidos por

    la televisin, el cine y los libros.

    La lucha por un mejor posicionamiento dentro de las fronteras simblicas de la sociedadcivil es constante, no episdica. Centralidad Civil, a su vez, debe ser defendido y definido

    continuamente. Esta es la estructuracin invisible de la vida civil.

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