La crisis colonial en la crisis del antiguo régimen español. Josep Fontana

download La crisis colonial en la crisis del antiguo régimen español. Josep Fontana

of 11

Transcript of La crisis colonial en la crisis del antiguo régimen español. Josep Fontana

  • 5/13/2018 La crisis colonial en la crisis del antiguo rgimen espaol. Josep Fontana

    1/11

    Una perspecitiv8. anacrBllica ha con4",GidpaJ clt,uaia d e Iii in d ep ~n dCfllG i a .o lO ;J dMdo; I eSl:l!nari~ pCl'uano. E ll pf. 'dblema nay que,pe'1)5al 'loeo'cl maMO ~yf)" d ~ lin a \la-slaRmn sudmnencaAQi ,un i tkadaa f i1c! i pot elimp,m iaClUca y c .h .'5pu&$ por la'admlnis-l!rlU lib n; ~h Jp ia 'I ( lo & ' AU5~ria~)" q ue se c-U yifio e~f.nen tapara .da r . Ql'ip a la " l a cm alc ::snacion~. Conti'lbulriaI'l'Gs-a la ; ne~caria .fitturad,oJtC!graciOfl de t1U ~s tr0~ ~i 'S . ;-s . : ! I i DOSesforzaa:aIneS per ye'r la hilitoiia de.~deIClIS:01.$1;> Iadns He nuestfafi fRi telTu.L~ nttl!iO

  • 5/13/2018 La crisis colonial en la crisis del antiguo rgimen espaol. Josep Fontana

    2/11

    I/

    16 ALBERTO FLORES GALINDO

    LA CRISIS COLONIAL EN LA CRISISDEL ANTIGUO' REGIMEN ESPANOL

    Josep Fontana

    Quisiera presentar algunas ideas generales sobreel papel que la perdida del imperio colonial ame-ricano -yen concreto la de los dominies conti-nentales, a comienzos del siglo XIX- tuvo parala sociedad espanola de la etapa final del antiguoregimen. Cornenzare por 10 mas claro, 10 que noquiere decir que sea sencillo: las repercusionessobre los ingresos del Estado; su papel en la crisisfiscal que .ayudo a decidir la suerte poli tica delantiguo regiril.en. Seguire con las consecuenciaseconomicas directas e indirectas, sin olvidar laforma en que la crisis colonial afect6 a las expec-tativas de los espafioles, Porque se olvida con]demasiada frecuencia que al historiador le im-porta tanto conocer los hechos como las repre-sentaciones que de tales hechos se formaban loshombres que los vivieron. Acertadas 0 err6neas,fu~ron estas, en ~l,tima instancia, las que dete:jmmaron su actuacion. .Puesto que podrfamos llegar a concluir qUe:la

    aportacion de las cclonias americanas no era fun-damental ni para la hacienda:ni para la economiaespafiola -aunque no, es esta mi opini6n- y nohabrfamos resuelto el problema. Ya que fue e1hecho de que los espaiioles creyesen que las co-lonias eran vitales para su hacienda y su econo-

    interior, todo esto revalorado recienternente porTristan Platt para el caso boliviano.Esto es s610 un ejemplo de los machos temasque se pueden debatir aproposito del tiempo dela independencia. Estos textos, escritos todosdesde la perspectiva de una historla problema(aunque con conclusiones a veces conirapues-tas}, reclaman lectores interesados por el pasado,pero tambien por el futuro de nuestro pais.

    REFERENCIAS- J. Fontana, "La crisis colonial en la crisis del antiguo .

    regimen espaiiol", ponencia presentada al VII Simpo-sio Internacional de Historia Economica, CLACSO-IEP, Lima, 25-30 de junio, 1986.

    - C. Malamud, "El fin del comercio colonial: una com-:paiiia comercial gaditana del siglo XIX", separata deReoista de Indios, nums. 151-152, enero-julio, 1978,pp.287-347.A. Flores Galindo, "Independencia y clases sociales"en Debates en Sociologia, no. 7, junio, 1982, pp.99-114.S. O'Phelan Godoy, "El mito de la 'independenciaconcedida': los program as poHticos del siglo XVIII ydel temprano XIX en el Peru y Alto Peru(1730-1814)" en Historica, Vol. IX, no. 2, 1985,pp.155-190.

    - A. Quiroz, "Estructura economica y desarrollos regio-nales de la clase dominante, 1821-1850", en La con-solidacio de La deuda interna peruana 1850-58, Li-ma, Universidad Catolica, tesis para optar el grade deBachiller, 1980, pp. 6-73.H. Bonilla, "Continuidad y cambio en la organizacionpolitica del Estado en el Peru independiente", en Pro-blemas de la formaci6n del Estado y de la Nadon enHispanoamerica, Bohlan Verlag Kaln Wien, 1984, pp.481-498.- J. Basadre, "Reconsideraciones sobre el problema his-torico de la Confederacion Peru-Boliviana" en Aper-tura, Lima, 1978, pp. 279-309.

  • 5/13/2018 La crisis colonial en la crisis del antiguo rgimen espaol. Josep Fontana

    3/11

    JO$EP FONTANA18mfa loq~e determin6 su actuacion. Y esta, a. s~vezagr avO la situacion de una hacIenda en crisis~a{nevar1e"sa hacer gastos superiores a sus fuer-.. en el empefio de reconquistar las Indias- y.. efecnos. desfavorables sobre su econom Ia,que.retras6 su adaptaci6'n a las condicio-

    que deberia desenvolverse en el sigloXIX,...cuando habrfa de amoldarse a las condiciones ya las posibilidades de un desarrollo fundamen-tado en su propio mercado interior.Comencemos por 10 que significaban los ingre-

    sos coloniales en el cuadro general de entradasde la hacienda espanola. Considerando el tema alargo plazo, parece claro que los caudales deAmerica -a los que hay que agregar los ingresosaduaneros obtenidos en la Peninsula, directa eindirectamente, por el trafico colonial- hicieronposible que la monarquia espanola mantuviesesu rango de gran potencia europea sin verse obli-gada a afrontar la modernizaci6n de su hacienda-del aparato de obtenci6n de recursos para lafinanciacion de la politica- que hablan tenidoque hacer estados rivalescorno Francia e Inglate-rra.A mediados del siglo XVIII el problema se

    planteo claramentc con motivo del intento dereforma fiscal que significo la "{mica contribu-ci6n". Las resistencias sociales, y en especial lasde los grupos privilegiados, impidieron que selograse su implantacion en la corona de Castilla.y a~hacer tal afirmacion no .hagomas que repro-ducir 10 que un Carlos III viejo y desengafiadoafirmaba en la "Instruccion reservada" para laJunta Suprema de Estado: "He hecho cuanto hepodido para ejecutar el plan de {mica contribu-cion, propuesto en el reinado precedente y con-~inuado en este, y despues de inmensos gastos,Juntas de hombres afectos a este sistema, exame-nes y reglas de. exaccion, ya impresas y comuni-

    JNDEPENDENCIA Y REVOLUCroN 19cadas, ha habido tantos millares de recursos ydificultades, que han arredrado y atemorizado ala 'sala de unica contribucion', sin poder pasaradelanto",'A peSar del fracaso de la reforma fiscal -quetardarfa cerca de un siglo en implantarse-, los

    gobiemos espafioles siguieron haciendo una poli-tica de gran potencia, financiandola con unosrecursos internos que no crecian, con los ingre-sos de aduanas (que dependfan en buena medi-da, aunque no se pueda por ahora establecer la .proporcion exacta, del trafico directo 0 indirec-to con las colonias) y con las remesas de lndiaspara la real hacienda. De acuerdo con las cifraspublicadas por Javier Cuenca.r aduanas y cauda-les de Indias venian a represen tar conjuntamen te,a fines del siglo XVIII, alrededor de un 40% deltotal de los ingresos ordinarios, 10 que nos lleva aavanzar la hipotesis de que las colonias america-nas proporcionaban por 10menos una cuartaparte -haciendo una estimacion muy modera-da- de los ingresos ordinarios del gobierno espa-no! (sin contar, como es natural, 10 que se gasta-ba directamente en America).lEs mucho 0 poco un cuarto de los ingresosordinaries? Esmucho, cuando la rigidez de lasrest antes partidas que los componen no perrnitecompensar su perdida. Y esmucho, por otra par-te, cuando, en el modelo de hacienda que podiaofrecer una alternativa al fracasado intento de la"{mica contribucion" -el britanico-> las colo-

    1. "Instruccion reservada que laJunta de Estado, crea-da par decreta de este dia, 8 de julio de 1787, debe-d. observar (... )", en Conde de Floridablanca,Obras originates, Madrid, Atlas, 1952; pp. 2l3~272(Ia cita concreta, de p. 254).

    2. Javier Cuenca Esteban, "Ingresos netos del Estadoespafiol, 1788-1820", e n Hacienda pUblica espanola,no. 69 (1981), pp. 183-208. "

  • 5/13/2018 La crisis colonial en la crisis del antiguo rgimen espaol. Josep Fontana

    4/11

    20 JOSEP FONTANAr

    INDEPENDENCIA Y REVOLUCION 2 , tSO conjunto, en beneficio de la metropoli, peronunca un crecimiento economico americanoautonomo.El ilustradfsimo Campillo -a cuyos escritos se

    han atribuido unos meritos y unas consecuenciasque no tienen- insiste ,e~ que, hay que pro,hibiren 10 posible el comercio mtenor en las Indias, yque el poco que se tolere 10 deben practicar,exclusivamente, "espanoles domiciliados en Es-paiia, no en Indias"." Un texto anonimo 'de ha-cia 1758, descubierto por Josep Ma, Delgado,pide que se ponga trabas al crecimiento de lasmanufacturas autoctonas, porque 10 que interesaa Espana es que "los naturales de las Indias no seacostumbren a vivir independientes de esta mo-narqufa para el socorro .de sus necesidade~u,Campomanes, en 1762, qUlere que no se perrmtaa los americanos producir articulos que puedancornpetir con los de Espafia, con el fin de mante-ner coladependencia mercantil, que es la util parala metropoli"," El virrey de Mexico, conde deRevillagigedo, i r a mas lejos todavfa: no quierefabricas americanas, ni que sean de artfculos queno compitan can los de la peninsula. "Las fabri-casni pueden subsistir, ni conviene en buena, ,politica que las haya, ni aun en aquellos generosque no se fabrican 0 traen de Espana, porquesiempre son equivalentes suyos y privan su con-sumo". Puesto que, como dirfa en otra ocasion

    . . ,,

    3. Hago la cita por la primera edicion de este texto, en1762, inc1uido entonces en Bernardo Ward, Proyec-to econ6mico, y uso la reciente edicion de J. L.Castellano (Madrid, Instituto de Estudios Fiscales,1982). Castellano pone reparos a la afirmacion to-pica de que esta parte del texto de Ward sea Integra-mente de Campillo.4. Conde de Campomanes, Reflexiones sabre elcomer-cio espanol a Indias. Texto escrito en 1762, descu-bierto y reconstruido por Vicente Llombart; en cur-so de publicacion,

    nias, desempefiaban un papel fundamental. ~n lahacienda britanica lasaduanas, que proporclOna-ban un 20% del total-de los ingresos ordinarios afines' del siglo XVIII,pasaron a :e~resentar un4 . @ % de l~S~ a~8~O. Y el , rendimiento de lasa4uana.~.espafiolas solo podia crecer, ~e acuerdocon)as perspectivas que se les ofr,eclan a estos.b.omhx;e_s,i se.potenciaban las relaciones entre laIri.~irppoli y las colonias. ~sta era, P?r 10 menos,la . Jlnica respuesta que podfan deducrr de los mo-delos glob

  • 5/13/2018 La crisis colonial en la crisis del antiguo rgimen espaol. Josep Fontana

    5/11

    22 JOSEP FONTANAel propio virrey: "No debe p~rderse de vista queest.Q"es.t1na...colonia que debe depender de sumatriz, I~ Espaiia, y debe coqesp?r:der a eI1a~on

    ..a1guri~'utilidades. por ,los bene~lclOs qu~ recibe.:a:c:i}Su,.pr~t.eccion. asi se.necesita gran tmo para0:mbinar.esta dependencla y que se,haga mutuo,'t,l:c.dFlrocp elinte~es, 10 c~al cesana el momen-. ~p:~_qu"enoe neceslta~esaqUl de lasmanuf~cturaseuropeas- y sus frutos . Losgobernantes ilustra-dos tenian claro para que servian las colonias,como 10 revela 10 que Aranda escribfa a Florida-blanca en 1785, al proponerle "estrujarlas almaximo" .. Todo ello no obedece a la maldad intrinsecade estos hombres, sino que esta ligado al papel

    que las colonias descmpefian en el modelo decrecimiento economico que tienen en la mente;un modele que se basa en la experiencia masafortunada y progresiva que conocen: la de lasAntillas britanicas y francesas. En la mayor parte5. La primera frase es de la conocida "Instruccion" de

    1794; Ia segunda procede de un informe, fechado en1793, que se publica en E. Florescano y F. Castillo,Controuersia sabre la libertad de comercio en NuevaEspana, 1776-1818, Mexico, Instituto Mexicano deComercio Exterior, 1975, II,pp. II-58 [cita de la p.45). Sobre esto vease 10 que dicen E. Florescano e I.Gil Sanchez en D. Cosaio Villegas, ed., Historia ge-neral de Me~ico, Mexico, El Colegio de Mexico,1981/3, I, pp. 516-517. Ecos tardios de esta mismaactitud se pueden encontrar, ya en el siglo XIX,cuando solo quedaban las colonias de las Antillas ylas Eilipinas, en este texto del Consejo de Agricultu-ra, citado por R. Garrabou y J. Sanz en su introduc-cion a Historia agraria de la Espaiia contemporiinea,II (Barcelona, Critic a, 1985): "Las colonias debie-ran carecer de grandes focos de Ilustracion y de in.ventiva, que no pueden menos de confluir a un pun-to diametralmente opuesto al que se busca. Nada deuniversidades, ni de acadernias, ni de fabricas. Lasprimeras no deb en autorlzarse; las segundas es me-nester prohibirlas formalmente ",

    r~ INDEPENDENCIA Y REVOLUCION 23

    de los escritos que he citado encontramos repe-tida la comparacion entre los grandes b~nefic~osque los britanicos obtienen de sus po~eslOne~In-sulares y 10 poco que saca la rnonarquia espanolade unas colonias mucho mas ricas y pobladas. Ensus "Reflexiones" de 1762 Campomanes ve unasIndias convertidas en unas inmensas Antillas:una gran economia de plantaci6n explota~a c.ontrabajadores negros esclavos, porque los mdioscomienzan a dar miedo -nos encontramos en lostiempos en que se inician las, grandes revuel.tasindigenas andinas y cuando aun no hay mOTIVOpara el paVo'r al negro que originar~ ,la suble:~-cion de Haiti. Esta inmensa plantacion perrrnti-ria sostener un considerable comercio con la me-tropoli -1 0 que aumentarfa los 'recursos .de lahacienda, puesto que la mayor parte de los mgr~-sos americanos de la corona derivaba de los tri-butos sobre el trafico comerdal- y darla lugar aque saliesen de la Peninsula para ~asIndia~ g ran -des cantidades de productos agncolas e indus-triales espafioles, 10 cual bastaria para asegurar eldesarrollo economico de Espaiia: para engendrarcrecimiento y progreso dentro del marco de lavieja sociedad, sin necesidad de cambiarla.Y no se me diga que este modelo era insen-

    sato. En primer Iugar, porque habrfa que demos-trarlo. Pero, sobre todo, porque 10 que cuenta esque estos hombreslo crefan posible -al fin yalcabo, el exito britanico parecia confirmarlo=- y10 que decide la actuacion de los hombres es 10que creen correcto, no 10 que el futuro demos-trara ser correcto. La historia esta llena de pro-, d 1 "ectos mucho menos sensatos que es.te e a ~-tillizaciou' de America, que han sido determi-nantes para Ia actuacion politica de quienescreian en ellos. Tales han sido, por citar un parde ejemplos de comienzos del siglo XX~ las ilu-siones coloniales de los alemanes en Africa 0 las

    I~H .

  • 5/13/2018 La crisis colonial en la crisis del antiguo rgimen espaol. Josep Fontana

    6/11

    24 JOSEP FONTANA INDEPENOENCIA Y REVOLUCIDN 25de los gobernantes espafioles que se hicier~n res-ponsablesde enormes gastos y de do~~angnentasIDJ,.en;:asparaconservar el pedaz? estenl d~l nortede ..Marru.ej::os/que se les habia concedld~ -la

    , .m'~:sjxi.sign:ifiqnte migaja del reparto de Afr~ca-,~':'i/p,~J:l~aj:l.dQ,.enpon~rarn eI una Fuente de enrique-" : tim:iento naciomil.~'Uri~.Gon~ecu~ncia importante de esta sobreva-

    ", ,' . ..t. ' "I .". - ..,loiiaGi6n-del .imperio americano sera que se des-tih.~~a.,su conservacion buena parte de los recur-sos del Estado, renunciando a invertirlos en pro-vecho del crecimiento econornico espafiol, a pe-sar de que los gobernantes ilustrados eran perfee-tamente conscientes, como consta de la misma"Instrucd6n reservada" para la Junta de Estadoque antes he citado, de que era necesario invertiren el fomento de las actividades econornicas, sise queria que estas progresasen. Un reciente tra-bajo de Barbier y Klein sobre el gasto publicodurante el reinado de Carlos III6 concluye que Iamayor parte de los proyectos ilustrados de es-timulos al comercio y a la industrializacion no setradujeron en asignaciones de recursos, sino quequedaron en palabras y buenas intenciones. Lapartida fundamental del gasto publico fue la mi-litar: de 1760 a 1788, entre ejercito y marina sellevaron un 60% del total. Y, mientras la parteconsignada al ejercito permanecio relativamenteestable, la de la marina credo durante estosafios, en funcion de las necesidades de defensadel imperio.Eso que Barbier y Klein han observado para Iaepoca de Carlos III, podria decirse igualmente delos momentos finales, en el reinado de FernandoVII. El desorden de las cuentas del Estado nos6. Jacques Barbier y Herbert S. Klein, "Las prioridades

    de un monarca ilustrado: el gasto publico bajo elreinado. de Carlos III", en Reuista de historic econo-mica. III {1985}. 3, pp. 473495.

    , impide fijar cifras de gasto con seguridad, en es-pecial si tenemos en cuenta que buena parte dela financiacion de los intentos de reconquista hasalido de las propias colonias 0 de recursos ex-traordinarios gestionadas en la Peninsula. Peroconvendra tal vez que no olvidemos que de 1811a 1818, en afios de apuros extremos para Ia ha-cienda espanola -cuando el embajador en Lon-dres llega a tener dificultades para retirar la co-rrespondencia oficial del correo, porque no tienedinero ni para pagar el franqueo-, se han envia-do a la reconquista de America 25 expediciones,con 204 buques y cerca de 45,000 hombres."He hablado, hast a ahora, de las relaciones en-

    tre la hacienda y las colonias y de los efectos quepod Ian tener, indirectamente, sobre la econo-mfa, lSe puede valorar, por otra parte, el bene-ficia que las colonias proporcionaban directa-mente a "los particulares" -por decirlo con unaexpresion de la epoca? Mi amigo Leandro Pra-dos de la Escosura 10 ha intentado a partir deuna estimacion del valor de las exportaciones di-rectas espafiolas, comparada con el volumen h i-potetico de Ia renta nacional espanola en 1792,y ha llegado a la conclusion de que debia signifi-car de un 5 a un 8% de la renta nacional.f Hay,sin embargo, una serie de problemas que haeendif'icil aceptar esta cifra. Para comenzar, convie-ne tomar en cuenta la imposibilidad de estable-cer el volumen de las exportaciones de produe-tos nacionales. Si exeeptuamos los productos vi-tfcolas, casi todo 10 demas esinseguro. Las reglas7. Edmundo A. Heredia. Planes espaiioles para' recon-quistar Hispanoamerica, 1810-1818, Buenos Aires,

    Eudeba, 1974, p. 387.8. Leandro Prados de la Escosura, "La independencia

    hispanoamericana y sus consecuencias economicasen Espana: una estimacion provisional", en Moneday credito, no. 163 [diciembre 1982), pp. 49-69.

    ;:;:;;=-- iiiliiiiiiiiiii-=-====-----~--_!------------- ---------

  • 5/13/2018 La crisis colonial en la crisis del antiguo rgimen espaol. Josep Fontana

    7/11

    26 JOSEP FONTANAdel juego establecidas para el comercio libre per-mit ian declarar como productos nacionales losextranjeros serriielaborados que habian s~?oaca-bados en Espana -10 que vale para los tejidos delino alemanes estampados en Catalufta; pero, tambien para las harinas molidas en Cantabria.'con trigonorteamericano importado-, y el frau-deacababa de complicar las cosas, hasta el puntode que en la propia Junta Suprema de Estado se.'Ueg6 a reconocer que, dada la falsificaci6n gene-ral de las marcas que llevaban los generos, eraimposible saber cuales fuesen realmente de pro-duccion nacionaI. I) Esto ida en favor de la esti-macion mas baja de Leandro Prados, al disminuirel valor de las exportaciones de productos espa-fioles a America que nos dan las estadisticas of i-ciales. Pero hay, en contrapartida, dos elementosque juegan en contra. En primer lugar, el proble-ma de los precios a que se valoran las exporta-ciones, que parten de una estimacion de aranceltotalmente artificiosa. Fisher afirma que, deacuerdo con 10 anotado por los funcionarios,existe 'una diferencia del 15% entre los preciosde Cadiz y los del arancelj'? pero ni:esta estima-cion es Hable, ni los precios de Cadiz son igualesa los de los restantes puertos espafioles. Paraaclarar la cuestion habria que reconstruir la valo-radon de los embarques puerto por puerto. Yesta ademas, y sobre todo, el tema de los fletes yseguros.

    9. Vease, por ejemplo, 10que se dice en la sesion de 16 'de febrero de 1789, en Joase Antonio Escudero, Losorigenes del consejo de ministros en Espana. La Jun-ta Suprema de Estado, Madrid, Editora Nacional,1979, II, pp. 351352.10. John Fisher, "Imperial 'Free Trade' and the Hispa-nic Economy, 1778-1796", en Journal of LatinAmerican Studies, 13 (1981), 1, pp. 2156 (en con-creto, p. 51).

    INDEPENDENCIA Y REVOLUCION 27Es sabido que existe una enorme diferencia

    entre el valor declarado del conjunto de las ex-portaciones espaiioIas a las colonias y el de lasimportaciones de mercancias y metales preciososque se reciben de America en contrapartida. ~Aque se debe esto? Ados factores. En primerlugar, al hecho de que las exportaciones espana-las estan valoradas en el arancel "par su precio alpie de las fabric as" sin contar los gastos, el segu-ro, el flete y los impuestos, mientras que lasprecios de retorno incluyen flete y segura y unaparte por 10 menos de los impuestos (los que sepagan en America). Y no resulta sencillo calcularfletes y seguros, puesto que cambian extraordi-nariarnente de acuerdo con las circunstancias po-Iiticas -que haya 0 no guerra en el mar- y lacoyuntura economica, Tenemos asf que eI segu-ro pasa de un 20% en 1800 a un 4% en 1802, yque las operaciones de cambio maritimo solo ida-los prestamos que se hacen a un patron en laPeninsula para que los devuelva en America, alos quince dias de la llegada, a un agente delprestamista, can un interes fijada previamente-pasan de un premio de un 10%, en 1787, a ser,en 1800, de un 75% para Veracruz y de un 100%para Buenos Aires.11 ~Como calcular el benefi-cio realizado con el trafico si no se toman encuenta todos estos datos?Todo esto tendria menos importancia si no

    fuera porque los beneficios proporcionados porel transporte y los seguros se obtienen tambiendel trafico con mercancias extranjeras a medio11. Estos datos proceden de un volumen de cuentas de

    una importante compafria de negocios, la de los Cor-tadellas, de mi propio archive. QueJos tipos de losseguros y los premios del cambio maritimo pudieranaIcanzar tales niveles se explica cuando vemos, en1802 -en mementos en que los mercados america-nos comienzan a estar saturados de rnercancias espa-iiolas y no se obtienen ya los grandes beneficios de

  • 5/13/2018 La crisis colonial en la crisis del antiguo rgimen espaol. Josep Fontana

    8/11

    28 JOSEP FONTANAINDEPENDENCIA Y REVOLUCION 29

    e~fttailjttas?'que-suelen ser transportadas en bu--qiies~'~spaiioles.Quiere ello dec~r que, ala balan-za,:C2omerciaI,:retocada a la baja por 10 que sere.fierea los productos espafioles, debeda aiiadir-sele una balanza de fletes y seguros nada despre-ciable, 10 que podria modificar considerablemen-te 'las cifras.Pero vamos a suponer -por poco verosfmilque resulte- que todas estas revisiones se com-pensasen entre si y que el resultado final fueseque el valor de las exportaciones espafiolas signi-ficaba en 1792, como quiere Leandro Prados, deun 5 a un 8% de la renta nacional. Esta cifraserfa engafiosa, porque el calculo de la renta seh~ hecho a partir del conjunto de la producci6n,rmentras que las exportaciones afectan sobre to-do a unos poc?,s produ~tos de las zonas mas liga-das al comercio colomal, como son los hinter-lands de Cadiz, Malaga, Sevilla, Barcelona, San-tander yLa Corufia, Y para estas zonas pudorepresentar una magnitud mucho mayor, y nocompensable, en las circunstancias de la econo-mia espanola de fines del siglo XVIII con una., ,reestructuracion del mercado interior.Un ejemplo aclarara 10 que quiero decir. He

    hecho algunos calculos para estimar el valor de lapro~ucci6n triguera: de las nueve provincias ce-r~ahcolas de Castilla la Vieja y Leon a fines delsiglo XVIII y el de la producci6n vinicola catala-na de estos mismos aiios y los he comparado conel de las expo~taci~nes a ~merica de estos pro-d~c!os. Pues bien, Sl supusiesemos un hipoteticomlm~stado espafiol cuya producci6n se limitaseal tngo castellano-Ieones y al vino de Catalufiatendrfamos que sus exportaciones a Americ~

    aiios anteriores- que una docena de paiiuelos deseda negros valen, puestos en el barco en Barcelona11 '3 libras catalanas. Contando los ga~tos de envio;el segura (que en estos momentos es del 4%), costa-

    ven, -

    \dan en las Antillas 12'5 libras; pero se venden enPuerto Rico a 22'5 libras. Estos mar-genes de benefi-cio explican sobradamente que la suma de metalespreciosos y productos americanos que volvlan a Es-paiia en contrapartida de sus envios a America fuesemuy superior a la de las mercancfas despachadasdesde la Peninsula, valoradas a precio "de pie defabrica" 0 del puerto. EI {mico estudio sobre el co-mercio colonial que plantea a fondo el tema de losfletes y seguros es el de Javier Cuenca, "The UnitedStates balance of payments with Spanish Americaand the Philippine Islands, 1790-1819. Estimatesand ~alysis of principal components", en JacquesBarbier y Allan]. Kuethe, The North American rolein the Spanish imperial economy, 1760-1819, Man-chester, Manchester University Press 1984 pp.28-70. ' ,

  • 5/13/2018 La crisis colonial en la crisis del antiguo rgimen espaol. Josep Fontana

    9/11

    30 JOSEP FONTANAdonde habdan de producirse las mayores mani-festaciones de descontento. No espor casualidadque Cadiz, La Corona 0 Barcelona han sido elescenario de las principales revueltas liberalescontra el antiguo regimen.Pero hay mas, todavfa, que nos sugiere la con"

    veniencia de analizar separadamente los efectosque la perdida de las colonias tuvo en diversaszonas de la Peninsula. Cuando se afirma que elaumento del comercio con el resto del mundocompenso rapidamente la disminucion del efec-tuado con las colonias, se olvida la distinta suer-te corrida por las dos principales zonas exporta-doras de fines del sigloXVIII. Mientras Barcelo-na y su hinterland se han salvado y, tras unosafios de crisis, han reemprendido un crecimientovigoroso que se apoya en la continuidad de lasexportaciones vitfcolas y en la venta en el merca-do interior de sus productos textiles, parece cla-ro que no puede decirse otro tanto de Cadiz, queva a entrar en una prolongada decadencia, pese aencontrarse en uno de los ejes de los nuevos in-tercambios: el de los vinos de Jerez.

    Lo que significa, simplemente, que hemos derenunciar a cotejos demasiado simplistas. Lo pri-mero que advertimos en el caso catalan es que laexportacion hacia las colonias era mucho menosimportante de 10 que hacen suponer las quejas ylamentos de los sectores afectados, y especial-mente de los algodoneros .de Barcelona. He di-cho antes que podriamos suponer que 10 que semandaba a las colonias era un 18% del valor dela produccion viticola, Pero 10 que esta claro esque el 82% restante no se consum ia en el merca-do interior, sino que en proporcion muy impor-tante se exportaba a otros mercados del Atlanti-co: Francia, Paises Bajos, Estados Unidos... Pa-rece .claro que hemos subestimado el comercioexterior can "el extranjero", par decirlo como'

    INDEPENDENCIA Y REVOLUCION 31las balanzas de comercio de la epoca, que nosolo debia sustentarse en las reexportaciones decoloniales, puesto que el trafico de los puertoscatalanes entre 1803 y 1819 nos demuestra que,pese a la cafda del comercio ton America, lascifras de extraccion al extranjero se mantie-nen.'? Tambien necesitamos corregir nuestrasideas acerca de la industria textil catalana. Nopodernos mantener el topico de considerarla in-tegrada por unos sectores tradicionales (lana, se-da, lino) y una industria algodonera moderna yprogresiva -que seria gravemente afectada par ladisminuci6n de sus exportaciones a America=,sino que necesitamos un modelo mucho mascomplejo que tome en cuenta las interrelacionesentre industria lanera y algodonera, mercado in-terior catalan (alimentado por el flujode dineroproducido por las exportaciones viticolas), mer-cado espafiol (cuya conquista por los carros y lostenderos catalanes ha comenzado ya en el sigloxvnr) y mercado colonial. Sabemos que esteproceso de integracion de diversas actividades yseetores no se ha dado ni en torno a Cadiz ySevilla, ni en torno a La Corufia.P Lo eual nos12. Un calculo del valor de las exportaciones de todos

    los puertos catalanes, hecho con mas cuidado y ma-yores garantias de los habituales en la epoca, da losslguientes valores, en millones de reales de' vellon{datos del legajo 27 del Archivo de la Diputaci6n deBarcelona} :

    America Extranjero1803 62'6 59'91804 76'8 66'11805 2'5 88'41806 1'3 79'91807 0'1 50'3

    13. Luis Alonso Alvarez, Comercio colonial y crisis delantiguo regimen en Galicia, 1778-1818, La Corufia,Xunta de Galicia, 1986, concluye que "la imposibi-

  • 5/13/2018 La crisis colonial en la crisis del antiguo rgimen espaol. Josep Fontana

    10/11

    32 JOSEP FONTANAdebe llevar a considerar que Ia medida de losbeneficios del comercio colonial -y, consecuen-temente, la de los dafios producidos por su per-dida- debera hacerse operando con modelosmas articulados de las econom ias regionales es-pafiolasque los que hoy po~ hoy manejamos.

    Una primera consecuencia de esto I?arece cla-ra. La comparacion de los casos catalar:,Y anda-luz pone de relieve que p~a la supera,cl.onde lacrisis provocada por la quiebra del trafico colo-nial no baste el aumento de las exportaciones aotros pafses, sino que se requirib tambien ~ainte-gracibn en elmercado espafiol. Y esto tenia unasconsecuencias muy importantes .. EI desarrollo del mercado nacional exigia unaserie de transformaciones economicas que no po-dian llevarse a cabo sin cambios politicos y so-dales de considerable trascendencia, tales comola abolicion del regimen sefiorial, la supresion delos diezmos Yla desamortizacion eclesiastica. Nohabia escapatoria. Si se querfa crecimiento eco-nomico era 0 esto, que implicaba aceptar la revo-lucien liberal, 0 recuperar las colonias, para He-var adelante los sueiios de expansion imperial delos ilustrados. Para los absolutistas, para los par-tidarios del antiguo regimen, la primera salidaera inaceptable. Luego no quedaba mas remedioque esforzarse en recuperar America.Esto es 10 que explica el caracter casi obsesivo

    que la organizacion de la reconquista americanatiene para los gobiernos de Fernando VII entre1823 Y 1830. No organizan mas expedicionesporque no tienen con que pagarlas; pero con 10que consiguen recoger, especialmente en Cuba,organizan desembarcos tan insensatos como elde Barradas en Mexico. Cuando no pueden hacerotra cosa, conspiran a diestra y siniestra, presio-

    lidad de rehacer el comercio (exterior) con America(. ) y la inviabilidad para reconvertir la produccion

    JNDEPENDENCJA Y REVOLUCJON 33nan al Papa y a las potencias europeas, aceptansin protesta que los norteamericanos propongana los rusos que la Santa Alianza envfe tropaspara garantizar que Cuba perman~zca e~ po~erde Espana y suefian con que las oligarquias cno-lias, asustadas ante la perspectiva de una revolu-cion social y racial, volvenin a los brazos acoge-dores del soberano absoluto.Dos factores juegan en contra suya y hacen

    inviables estas ilusiones: la pobreza de la monar-quia espanola y la oposici6n del gobierno brita-nico, motivada por las presiones que sobre elejercen los industriales del algodon, que creenann en las enorrnes posibilidades del mercadolatinoamericano. En junio de 1824 la camara decomercio de Manchester dirige al gobierno brita-nico una peticion de "rapido y formal reconoci-miento de la libertad y soberania de los estadossudamericanos, que ya son de facto independien-tes",14 peticion que sera, como se sabe, puntual-mente atendida. Pero el comercio con Americano crecio aI ritmo que eUossoiiaban. Los ameri-canos no podfan comprar tantas mercandas co-mo deseaban venderles los fabricantes de Man-chester, entre otras razones porque los inglesesno aceptaban ~n contrapartida mas que metalespreciosos, sin que les interesasen la mayor partede los productos que antes se vendian en loscircuitos del comercio intercolonial 0en el quelos americanos hadan con Espana. Solo que losfabricantes no entendian esto, y trataban de ex-

    pensando en el desarrollo del mercado interior espa-fiol (como hizo la burguesia catalana} condujeron algrupo mercantil gallego a invertir los beneficios co-loniales en la compra de rentas agricolas (foros) ytierras desamortizadas" (p. 256).

    14. A. Redford, Manchester Merchants and Foreign Tra-de, 1794-1858, Manchester, Manchester UniversityPress, 1934 (cito por la reimpresion de 1972), p.100.

  • 5/13/2018 La crisis colonial en la crisis del antiguo rgimen espaol. Josep Fontana

    11/11

    34 JOSEP FONTANA INDEPENDENCIA Y REVOLUCION 35plicar las escasas ventas que conseguian en Ame-rica por e1 hecho de que los nuevos pafses, arne-nazados por Espana con sus expediciones de re-conquista, se veian obligados a destinar a gastosmilitares unos recursos que, de otro modo, po-drian emplear en la compra de mercancias brita-nicas. Asi que volvieron a presionar a su gobier-no para que no solo garantizase la independenciade las naciones latinoarnericanas, sino que impi-diese que Espafia las siguiera amenazando.P Enmarzo de 183_0 el gobierno britanico advertia alde Madrid que debia dejar de organizar nuevasexpediciones a Mexico, si querfa conservar Cubay Puerto Rico. EI gobierno de Londres avisabaque "no podrfa con justicia intervenir por mastiempo con los de Mexico y Colombia para queno atacasen a las posesiones espafiolas, si no in-terviniese igualrnente para que la Espana no ata-que a los dominios de aquellas potencias, y que,si aquellos consiguiesen extender entre los ne-gros de Cuba y Puerto Rico el espfritu de in-surreccion y rebeldia, seria imposible que laGran Bretafia, la Francia y los Estados Unidosdexasen de tomar parte activa en este negociopara salvar a sus propias colonias del inminente _peligro que correrian".16Desde 1830, abandonados los grandes planes

    de reconquista, esta claro que los dias del anti-guo regimen estan contados en Espana, porqueno tiene ya ninguna esperanza de progreso y ere-cimiento que ofrecer a su propia sociedad,Otra-cosa, mas dificil y compleja, sera aclararcuales hayan sido los efectos de la crisis en elotro polo de esta relacion: en las propias colo-nias. Pienso que no nos sirven hoy ni las versio-15. Ibid., p. 103.16. Archivo de la Presidencia del Gobiemo, Madrid, Ae-tas del Consejo de Ministros, VII, p. 58 (sesi6n de 3

    de marzo de 1830).

    nes de la vieja historia "criolla", que pintan unaadministracion espanola tiranica y corrompidaque ha suscitado la indignacion de lasmasas po-pulares, manifestada en la sucesion de las in-surrecciones indigenas y campesinas, y que haacabado concientizando a los patricios criollos,educados en las ideas de la Enciclopedia y larevolucion, hasta llevarles a asumir el papel dedirigentes de sus pueblos para conducirlos a Ialibertad (no es esta, por ejemplo, la relacion queexiste entre ellevantamiento. de Hidalgo y el mo-vimiento independentista que ha triunfado enMexico), ni las de la historiografi'a anglosajonaactual, que sobrevalora el exito de las miticas"reforrnas borbonicas", 'que habdan estimuladoel crecimiento de la economia colonial y ha-brian, con ella, engendrado la conciencia de queconvenia romper con una metropoli atrasada pa-ra ligarse directamente al mercado mundial.Pienso que hay que buscar mas bien en otra

    direcci6n. Que conviene estudiar la crisis que semanifiesta en las economias coloniales desde me-diados del siglo XVIII, agravada por los efectosdel "cornercio libre", y ahondar en sus efectossociales, en esta inquietud indfgena y campesinaque mueve a las oligarquias criollas, asociadashasta entonces a la corona en la explotacion de. estos sectores de su propia sociedad, a cortar loslazos con una metropoli que no es capaz de se-guir garantizando el orden social y la prosperi-dad economica, Reemplazarian asf el viejo con-senso de la sumision al monarca de derecho divi-no por el de la nacionalidad, sin que este muyclaro que indigenas y campesinos ganasen mu-cho con el cambio, por 10 menos a corto plazo.Pero no me toea a mi, que he venido aqui aaprender historia de America y no a enseiiarla,hablar de estos aspectos de la cuestion.