La crucifixión de Jesús y su muerte en sacrificio.docx

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NIÑO CRISTIANO DE LA IGLESIA CRISTIANA “JESUCRISTO REY DE PAZ “Jesucristo murió por nosotros Porque Dios amó al mundo tanto que Él dio a Su único Hijo unigénito, para que todo aquel que en el cree, no se pierda, mas tenga vida eterna La crucifixión de Jesús y su muerte en sacrificio En el camino a Gólgota, siguió a Jesús una gran multitud del pueblo. A las mujeres que lloraban por Él, les dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos" (Lc. 23:28). Se refirió con ello a la destrucción de Jerusalén que vendría. Con el Señor fueron ejecutados dos malhechores. La cruz de Jesús estaba en el medio. Aquí se cumplió Isaías 53:12: el Señor fue contado con los pecadores. Los difíciles padecimientos de Jesús desembocaron finalmente en una terrible lucha de muerte. Las palabras de Jesús que pronunció en la cruz, dan testimonio de su grandeza divina. Incluso en el padecimiento y la muerte todavía se dirige a otros con palabras de misericordia, perdón, intercesión y desvelo, manifestando el amor y la gracia de Dios. “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lc. 23:34) El Hijo de Dios, también misericordioso en la cruz, intercedió ante su Padre por todos los que lo habían llevado a la cruz y que no eran conscientes de la trascendencia de su acción. Aquí Jesús cumplió en forma perfecta el mandamiento de amar al enemigo (Mt. 5:44-45 y 48). “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lc. 23:43) El Señor se dirigió al malhechor crucificado junto a Él, que le pidió por gracia y de cara a la muerte reconoció al Salvador. El paraíso que el Señor le abrió al pecador arrepentido, es, según la idea de ese tiempo, el lugar donde se encuentran los devotos y justos. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" (Marcos. 15:34)

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NIO CRISTIANO DE LA IGLESIA CRISTIANA JESUCRISTO REY DE PAZ Jesucristo muri por nosotros Porque Dios am al mundo tanto que l dio a Su nico Hijo unignito, para que todo aquel que en el cree, no se pierda, mas tenga vida eterna La crucifixin de Jess y su muerte en sacrificioEn el camino a Glgota, sigui a Jess una gran multitud del pueblo. A las mujeres que lloraban por l, les dijo: Hijas de Jerusaln, no lloris por m, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos" (Lc. 23:28). Se refiri con ello a la destruccin de Jerusaln que vendra.Con el Seor fueron ejecutados dos malhechores. La cruz de Jess estaba en el medio. Aqu se cumpli Isaas 53:12: el Seor fue contado con los pecadores. Los difciles padecimientos de Jess desembocaron finalmente en una terrible lucha de muerte.Las palabras de Jess que pronunci en la cruz, dan testimonio de su grandeza divina. Incluso en el padecimiento y la muerte todava se dirige a otros con palabras de misericordia, perdn, intercesin y desvelo, manifestando el amor y la gracia de Dios.Padre, perdnalos, porque no saben lo que hacen"(Lc. 23:34)El Hijo de Dios, tambin misericordioso en la cruz, intercedi ante su Padre por todos los que lo haban llevado a la cruz y que no eran conscientes de la trascendencia de su accin. Aqu Jess cumpli en forma perfecta el mandamiento de amar al enemigo (Mt. 5:44-45 y 48).De cierto te digo que hoy estars conmigo en el paraso"(Lc. 23:43)El Seor se dirigi al malhechor crucificado junto a l, que le pidi por gracia y de cara a la muerte reconoci al Salvador. El paraso que el Seor le abri al pecador arrepentido, es, segn la idea de ese tiempo, el lugar donde se encuentran los devotos y justos.

Dios mo, Dios mo, por qu me has desamparado?"(Marcos. 15:34) Jess se dirigi a su Padre con estas palabras antes De morir en la cruz y todo lo hizo por obediencia a su padre .Tengo sed"(Juan. 19:28)Con ellas se cumpli Salmos 69:21: Me pusieron adems hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre". En un sentido figurado, esto significa que Jess tuvo que beber de la copa del padecimiento hasta acabarse, cumpliendo as la voluntad del Padre con toda perfeccin.Consumado es"(Juan. 19:30)Era alrededor de la novena hora, es decir, temprano por la tarde, cuando fueron pronunciadas estas palabras. Haba llegado a su culminacin una importante etapa en la historia de la salvacin: Jess haba ofrecido el sacrificio para redencin de los hombres. Su muerte en sacrificio puso fin al antiguo pacto, concertado nicamente con el pueblo de Israel. Padre, en tus manos encomiendo mi espritu"(Lucas. 23:46)Queda en claro que Jesucristo confi plenamente en su Padre tambin en ese instante.Hechos dramticos acompaaron la muerte del Seor: la tierra tembl, las rocas se partieron; el velo del templo, que separaba el santsimo del santuario, se rasg por la mitad. Esto seala, por un lado, que con la muerte de Cristo el servicio de la ofrenda del Antiguo Testamento haba hallado su fin y ya no tena significado; el antiguo pacto estaba cumplido. Por otro lado, indica que por la muerte de Jess en sacrificio, por rasgarse el velo", o sea por el sacrificio de su carne" .Bajo la impresin de lo sucedido, el centurin romano y los soldados que cuidaban a Jess, exclamaron: Verdaderamente este era Hijo de Dios" (Mt. 27:54). Por lo tanto fueron gentiles los que atestiguaron de Jess en su muerte como el Hijo de Dios.El padecimiento de Jess, as como su muerte, aconteci conforme a la Escritura en representacin de los hombres y por eso tiene efectos de salvacin: Pues para esto fuisteis llamados; porque tambin Cristo padeci por nosotros, dejndonos ejemplo, para que sigis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se hall engao en su boca; quien cuando le maldecan, no responda con maldicin; cuando padeca, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; quien llev l mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados" (1 P. 2:21-24).Padeciendo y muriendo, Cristo, el Mediador, reconcilia a los hombres con Dios y procura redencin del pecado y la muerte.