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LA CULTURA DE LA PAZ, MARCO PARA LA CIUDADANÍA CARMEN LABRADOR HERRAIZ (*) RESUMEN. Se aborda en este artículo la idea de la cultura de la paz, la evolución del concepto y la situación actual según se propone en los diferentes documentos ela- borados por las respectivas comisiones de las Naciones Unidas y la UNESCO. En la documentación utilizada se muestra ampliamente el interés del tema y la necesidad de adoptar las medidas pertinentes para lograr la realización de valores, destrezas y conocimientos que forman las bases del respeto por los derechos humanos y los prin- cipios democráticos, el rechazo de la violencia y el espíritu de tolerancia, entendi- miento y solidaridad entre personas, grupos y naciones. La educación es el corazón de todas aquellas estrategias que se consideran necesarias para construir la cultura de la paz que es, sin duda, el marco adecuado para la ciudadanía. ABSTRACT. This article assesses the idea of a culture of peace, the evolution of the concept and the current situation as proposed in the various documents prepared by the relevant United Nations and UNESCO Committees. The documents that are used show extensively the importance of the subject and the need to adopt the rele- vant measures to achieve the realisation of the values, skills and know -how making up the basis of respect for human rights and the democratic principies, the rejection of violence, and the attainment of a spirit of tolerance, understanding and solidarity among peoples, groups and nations. Education lies at the heart of all the strategies that are considered necessary to erect a culture of peace, which is undoubtedly the appropriate framework for citizenship. INTRODUCCIÓN No es fácil abordar el tema de la cultura de la paz cuando en numerosas partes del mundo la paz es frágil y precaria, cuando no está «ausente». Sin embargo y, tal vez por esa razón, el interés creciente y los es- fuerzos de determinadas instituciones y organismos internacionales por el logro de una cultura de la paz, sea el motivo de dedicar estas páginas a presentar sus pro- puestas en las que figura, de manera prio- ritaria, como espacio socioeducativo idó- neo para la ciudadanía. Seguir los pasos de la cultura de la paz supone, al menos, mencionar los (*) Universidad Complutense de Madrid. Revista de Educación, núm. extraordinario (2003), pp. 155-168 155 Fecha de entrada: 01-10-03 Fecha de aceptación: 03-11-03

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LA CULTURA DE LA PAZ, MARCO PARA LA CIUDADANÍA

CARMEN LABRADOR HERRAIZ (*)

RESUMEN. Se aborda en este artículo la idea de la cultura de la paz, la evolucióndel concepto y la situación actual según se propone en los diferentes documentos ela-borados por las respectivas comisiones de las Naciones Unidas y la UNESCO. En ladocumentación utilizada se muestra ampliamente el interés del tema y la necesidadde adoptar las medidas pertinentes para lograr la realización de valores, destrezas yconocimientos que forman las bases del respeto por los derechos humanos y los prin-cipios democráticos, el rechazo de la violencia y el espíritu de tolerancia, entendi-miento y solidaridad entre personas, grupos y naciones. La educación es el corazónde todas aquellas estrategias que se consideran necesarias para construir la cultura dela paz que es, sin duda, el marco adecuado para la ciudadanía.

ABSTRACT. This article assesses the idea of a culture of peace, the evolution of theconcept and the current situation as proposed in the various documents prepared bythe relevant United Nations and UNESCO Committees. The documents that areused show extensively the importance of the subject and the need to adopt the rele-vant measures to achieve the realisation of the values, skills and know -how makingup the basis of respect for human rights and the democratic principies, the rejectionof violence, and the attainment of a spirit of tolerance, understanding and solidarityamong peoples, groups and nations. Education lies at the heart of all the strategiesthat are considered necessary to erect a culture of peace, which is undoubtedly theappropriate framework for citizenship.

INTRODUCCIÓN

No es fácil abordar el tema de la cultura dela paz cuando en numerosas partes delmundo la paz es frágil y precaria, cuandono está «ausente». Sin embargo y, tal vezpor esa razón, el interés creciente y los es-fuerzos de determinadas instituciones y

organismos internacionales por el logrode una cultura de la paz, sea el motivo dededicar estas páginas a presentar sus pro-puestas en las que figura, de manera prio-ritaria, como espacio socioeducativo idó-neo para la ciudadanía.

Seguir los pasos de la cultura de lapaz supone, al menos, mencionar los

(*) Universidad Complutense de Madrid.

Revista de Educación, núm. extraordinario (2003), pp. 155-168 155Fecha de entrada: 01-10-03 Fecha de aceptación: 03-11-03

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documentos elaborados por los organis-mos internacionales en la última década.No todos, obviamente, inciden de la mis-ma manera en el tema, si bien la cultura dela paz es una referencia común a todosellos.

El día 6 de octubre de 1999, la Asam-blea General de la UNESCO aprobaba la De-claración y el Programa de Acción sobre unaCultura de la Paz. Para ello recordaba losprincipios enunciados en la Carta de lasNaciones Unidas, la Constitución de laUNESCO, la Declaración Universal de los De-rechos Humanos, otras resoluciones a favorde una cultura de la paz, sobre todo la Re-solución del 20 de noviembre de 1997, en laque se proclamaba el Año Internacional dela Cultura de la Paz, la Resolución del 10 denoviembre de 1998, por la que se anuncia-ba el Decenio Internacional- de una culturade paz y no violencia para los niños del mun-do y otras más igualmente interesantes.

El ario 2000 que, como fecha mágica,se presentaba al mundo cargado de desa-fíos se significó especialmente por la cele-bración del Año Internacional del la Cultu-ra de Paz, celebración que continuó con elinicio en 2001 del Decenio Internacionalde una cultura de paz y no violencia para losniños del mundo. El Programa de Acción deestos diez años (2001-2010) es el centrode reflexión de este artículo. En él destacasobre todo un claro objetivo, «fortalecer elmovimiento mundial en pro de una cul-tura de la paz», lo que para numerosos au-tores constituye er espacio y la columnavertebral de la convivencia plural y demo-crática, y convierte la cultura de la paz enmarco adecuado para la ciudadanía.

Un tema de tal amplitud exige preci-siones que delimiten el ámbito del estu-dio, límites que se concretan en las fuentesutilizadas que son, sobre todo, documen-tos elaborados por la Unión Europea yla UNESCO en los últimos años. Ademásdebe entenderse, en primer lugar, que elanálisis de los documentos emanados delos organismos internacionales que aquí

se consideran no pretende ser exhaustivoy, en segundo término, conviene señalarque se da preferencia a determinadas reso-luciones, declaraciones y conferencias in-ternacionales, en función del plantea-miento del tema y los objetivospropuestos. La razón de elegir documen-tos procedentes de las Naciones Unidas yla UNESCO no es otra que la de KoichiroMatsuura, Director General de la UNESCO,

cuando dijo que estos organismos «fueroncreados para favorecer el advenimiento deun mundo de paz».

Los organismos internacionales sepronuncian insistentemente y promuevenacciones orientadas a impulsar una cultu-ra de la paz implicando a la sociedad civil,invitando a todos a construir esta culturade paz en ámbitos de educación formal,no formal y en los medios de comunica-ción social. Lamentablemente, sus llama-mientos no siempre son atendidos, pese alo cual sus propuestas son motivo de estu-dio desde las perspectivas más variadas: eltema de la paz es centro de numerosos tra-bajos teóricos y prácticos y tanto educado-res como sociólogos inciden en resaltar suimportancia en la conducta de las perso-nas.

LA CULTURA DE LA PAZ, MARCOPARA LA CIUDADANÍA

Que el tema es importante lo muestranlos numerosos documentos en los que ex-plícitamente se menciona la cultura de lapaz. Sin embargo, de entre ellos dos reso-luciones son el punto de partida de estareflexión. La Resolución de 20 de noviem-bre de 1997 por la que se proclamaba elaño 2000 como Año Internacional de laCultura de la Paz y la de 1998, sólo unaño después, que proclamaba el periodo2001-2010 como Decenio Internacionalde una cultura de paz y no violencia paralos niños del mundo.

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La primera sirve de base al plantea-miento y ambas invitan a promover unacultura de paz y no violencia que beneficiea la humanidad entera y en especial a losmás jóvenes.

La iniciativa Manifiesto 2000 de laOrganización de las Naciones Unidaspara la Educación la Ciencia y la Cultura,pretendía motivar hacia una cultura de laPaz. El Manifiesto se tradujo a más de 50idiomas, lo firmaron numerosos Jefes deEstado y de Gobierno y se difundió entodo el mundo. También se invitó a todoslos ciudadanos a que lo firmaran compro-metiéndose a practicar sus principios en lavida diaria. Al finalizar el año 2000 secontabilizaron más de 74 millones de fir-mas procedentes de todo el mundo, másdel 1% de la población mundial.

El Manifiesto 2000 que levantó la ban-dera de la paz fue redactado por un núme-ro importante de premios Nobel y sus seispuntos se corresponden, en gran parte, conlos valores de libertad, igualdad, solidari-dad, tolerancia, respeto a la naturaleza yresponsabilidad común, valores que seconsideran fundamentales para las relacio-nes internacionales en el siglo x,x11.

Con la celebración del Decenio se pre-tende de modo general «fortalecer el ini-ciado movimiento mundial a favor de unacultura de la paz» y en función de este ob-jetivo organizar actividades concretas paraimplicar a la participación activa a las or-ganizaciones civiles y gubernamentalesplanteándose como algo fundamental lasensibilización de todos los ciudadanos.

La Cultura de la Paz exige estructuras yespacios en los que se reduzcan las diferen-tes formas de violencia y se asuma para lapaz el significado de «derechos humanos»,«democracia», «desarme» y «desarrollo»

En el horizonte aparece una idea quees preciso tener en cuenta. La construc-ción de la paz comienza con la idea de unmundo nuevo en el que desaparezca laviolencia puesto que «la paz no sólo es au-sencia de conflictos, sino que también re-quiere un proceso positivo, dinámico yparticipativo en que se promueva el diálo-go y se solucionen los conflictos en un es-píritu de entendimiento y cooperaciónmutuos»2.

La Declaración y Programa de Acciónsobre una Cultura de la Paz, ya citados, sonexpresivos al respecto. En el Artículo 1 sedice que:

Una cultura de paz es un conjunto de valo-res, actitudes, tradiciones, comportamien-tos y estilos de vida basados en:a) El respeto a la vida, el fin de la violencia

y la promoción y la práctica de la no vio-lencia por medio de la educación, el diá-logo y la comprensión;

b) El respeto a los principios de la Carta delas Naciones Unidas y el derecho interna-cional;

c) El respeto pleno y la promoción de to-dos los derechos humanos y las de liber-tades fundamentales;

d) El compromiso con la solución pacíficade los conflictos;

e) Los esfuerzos para satisfacer las necesi-dades de desarrollo y protección del me-dio ambiente de las generaciones pre-sentes y futuras;

f) El respeto y la promoción del derecho aldesarrollo;El respeto y el fomento de la igualdad dederechos y oportunidades de mujeres yhombres;

h) El respeto y el fomento del derecho detodas las personas a la libertad de expre-sión, opinión e información;

(1) Los seis puntos del Manifiesto son: Respetar la vida en general. Rechazar la violencia. Practicar la ge-nerosidad. Escuchar para comprenderse. Preservar el planeta. Reinventar la solidaridad con el fin de crear jun-tos nuevas formas de solidaridad.

(2) Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz. AIRES/53/243, p. 2.

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i) La adhesión a los principios de libertad,justicia, democracia, tolerancia, solida-ridad, cooperación, pluralismo, diversi-dad cultural, diálogo y entendimiento atodos los niveles de la sociedad y entrelas naciones; y siempre animados por unentorno nacional e internacional que fa-vorezca la paz'.

En la 44' reunión de la ConferenciaInternacional de Educación celebrada enGinebra entre los días 3 y 8 de octubre de1994, convocada por la Oficina Interna-cional de Educación y la UNESCO y ratifica-da en 1995 por la Conferencia General dela UNESCO, se redactó un documento sobreEducación para kt Paz, los Derechos Huma-nos y la Democracia. Su contenido es espe-cialmente relevante para nuestro propósi-to. En él se dice que la educación para lapaz consiste en fomentar la capacidad deapreciar el valor de la libertad y formaraquellas aptitudes necesarias para respon-der a sus desafíos. Desafíos que exigenpreparación de los ciudadanos para mane-jar situaciones difíciles e inciertas y parasustentar responsabilidades individuales.Se reconoce igualmente el valor del com-promiso cívico, de la capacidad de aso-ciarse a los demás para participar y resol-ver problemas y de trabajar por unacomunidad justa, pacífica y democrática'.

Es una valiosa y concreta Declaraciónque además compromete a los Ministros deEducación de los países presentes en la reu-nión que primero se manifiestan preocu-pados y después convencidos del papel quecorresponde a las políticas de la educaciónen este tema y que asumen conscientemen-te su responsabilidad en la formación de

ciudadanos. Se considera de manera rele-vante la educación para la ciudadaníacomo realidad indispensable para el logrode la paz, con implicaciones directas vin-culadas a la cooperación internacional, eldesarrollo compartido, la participacióndemocrática, la solidaridad y la tolerancia,entendidos todos ellos como elementosnecesarios para construir una cultura depaz, que se convierta en excelente contex-to para la educación misma5.

Con demasiada frecuencia en nuestrasociedad, asistimos a manifestaciones deámbito internacional con propuestas deeducación para la comprensión, la coope-ración, la paz; educación relativa a los de-rechos humanos y a las libertades funda-mentales. Son dos niveles de propuestasque se apoyan, como decíamos antes, en laCarta de las Naciones Unidas, la Constitu-ción de la UNESCO, la Declaración Univer-sal de Derechos Humanos, la Convenciónsobre los derechos del niño, la Conven-ción sobre los derechos de la mujer, la Re-comendación sobre Educación para laComprensión, la Cooperación y la PazInternacionales y la Educación relativa alos Derechos Humanos y a las Libertadesfundamentales.

A su vez, en otros documentos se re-conoce la responsabilidad de los gobier-nos en la formación de ciudadanos que secomprometan con el fomento de la paz,los derechos humanos y la democracia-responsabilidad que hacen extensiva alos padres y a la sociedad en su conjuntoque, entre otras acciones, deben colabo-rar al desarrollo sostenible y a una culturade la paz. A las políticas educativas les

(3) Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz. AIRES/53/243 pp. 2, 3.(4) Declaración y Plan de Acción Integrado sobre la Educación para la Paz, los Derechos Humanos y la De-

mocracia (Ginebra, octubre 1994 y París, noviembre 1995), UNESCO.

(5) La Declaración del Comité de Ministros reunidos en Budapest en 1999 invita a promover la ciuda-danía democrática y a hacer de la educación para la ciudadanía, fundada en los derechos y responsabilidades delos ciudadanos, una componente esencial de todas las políticas y prácticas en materia de educación, de forma-ción, de cultura y de juventud.

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corresponde un papel decisivo y debencontribuir «a fomentar el entendimiento,la solidaridad y la tolerancia entre los in-dividuos y entre los grupos étnicos, so-ciales, culturales y religiosos y entre lasnaciones»6.

El documento de la Conferencia Inter-nacional de Educación, merece un análisisdetallado: en él se tratan temas relevantessobre la formación del profesorado, «for-mación centrada en la ética profesional»;así como otros de enorme actualidad refe-rentes a la dignificación de la profesióndocente, con estrategias innovadorasadaptadas a las nuevas exigencias de laeducación de ciudadanos responsables; sepresta especial atención a la mejora de losprogramas de enseñanza, del contenido delos manuales escolares y de materiales di-dácticos incluidas las nuevas tecnologías,pensando siempre en la educación de«ciudadanos solidarios y responsables,abiertos hacia otras culturas, capaces deapreciar el valor de la libertad, respetuososde la dignidad humana y de las diferenciasy aptos para prevenir los conflictos y resol-verlos con métodos no violentos».

En el Plan de Acción Integrado se diceque «la finalidad principal de una educa-ción para la paz, los Derechos Humanos yla democracia, ha de ser el fomento en to-dos los individuos del sentido de los valoresuniversales y los tipos de comportamientoen que se basa una cultura de la paz. Inclu-so en contextos socioculturales diferenteses posible identificar valores que puedanser reconocidos universalmente». En estalínea, sus aportaciones tienen el gran inte-rés de ser útiles en planteamientos tan ac-tuales como los relacionados con el recono-cimiento y la aceptación de los valores que

existen en la diversidad de personas, géne-ros, pueblos y culturas. Útiles también enla interpretación de las situaciones y de losproblemas que los ciudadanos de una so-ciedad pluralista y un mundo multicultu-ral deben hacer, admitiendo que la propiavida, la historia de su pueblo y sus tradicio-nes culturales, contribuyen a que no siem-pre tengamos una sola respuesta o una so-lución para cada uno de los problemas».

Se trata de componentes esencialespara la construcción de una cultura de lapaz. En algún momento apunta la exigen-cia de transformar los estilos tradicionalesde la enseñanza y de proveerse de instru-mentos adaptados a los desafíos del mun-do actual.

Menciona la Recomendación de 1974como instrumento «que continuará inspi-rando la realización de la educación parala paz, los derechos humanos y la demo-cracia»9,

Efectivamente, veinte años antes, laConferencia General de la UNESCO reunidaen París el 19 de noviembre de 1974 apro-baba una importante Recomendación sobreEducación para la Comprensión, la Coope-ración y la Paz Internacionales y la Educa-ción relativa a los Derechos Humanos y a lasLibertades Fundamentales que, natural-mente, por su contenido es de referenciaobligada.

Nos separan casi treinta arios de aque-lla fecha, pero en estas tres décadas hemosasistido a un incremento progresivo deconflictos, guerras internas, diferentes ynumerosas partes del mundo están pade-ciendo confrontaciones bélicas importan-tes, espectáculos sangrientos se nos pre-sentan reiteradamente en países cada vezmás destruidos.

(6) UNESCO: Declaración de la 44.° reunión de la Conferencia Internacional de Educación, p. 23.(7) UNESCO: Declaración de la 44. a reunión de la Conferencia Internacional de Educación, p. 24.(8) UNESCO: Declaración de la 44.° reunión de la Conferencia Internacional de Educación, p. 11.(9) UNESCO: Conferencia Internacional de Educación. 44. a reunión, Ginebra 1994, p. 35.

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Sus diferentes apartados tienen espe-cial interés porque su campo de aplicaciónse extiende a todas las formas y etapas dela educación, abarcando la educación parala justicia, la libertad, los derechos huma-nos y la paz. Es interesante también por-que hace referencia a programas y méto-dos e igualmente a educación extraescolar,organizaciones de jóvenes y adultos, mo-vimientos de estudiantes, asociaciones depadres de alumnos, sindicatos y otros sec-tores pertinentes'.

En esta Recomendación se entiende poreducación «el proceso global de la sociedada través del cual las personas y los grupossociales aprenden a desarrollarse conscien-temente en el interior de la comunidad na-cional e internacional y en beneficio deellas, la totalidad de sus capacidades, acti-tudes, aptitudes y conocimientos»".

Aparecen reiteradamente los términos«comprensión», «cooperación» y «paz in-ternacionales» con cierto sentido de inte-gración de los tres de manera que frecuen-temente se sintetizan en la denominada«educación para la comprensión interna-cional»; son las relaciones amistosas entrelos pueblos y los Estados con sistemas so-ciopolíticos diferentes y el respeto a los de-rechos humanos y a las libertades funda-mentales los principios que sustentanestas expresiones.

También obviamente, para esta Comi-sión, la educación debe inspirarse, como encasos anteriores, en la Carta de las NacionesUnidas y la Declaración Universal de Dere-chos Humanos, planteándose como granobjetivo «el pleno desarrollo de la perso-nalidad humana y el fortalecimiento delrespeto a los derechos humanos y a las

libertades fundamentales; favorecerá lacomprensión, la tolerancia y la amistadentre todas las naciones y todos los gruposétnicos o religiosos»u.

La solidaridad y la cooperación inter-nacionales son necesarias para resolver losproblemas mundiales que influyen en lavida de las personas y las comunidades yen el ejercicio de sus derechos y libertades.En función de estas afirmaciones, consi-dera entre los objetivos de la educación,que deberían ser principios rectores de laspolíticas educativas, el logro de la com-prensión internacional y el fomento de lapaz, la lucha contra el colonialismo y elneocolonialismo en todas sus formas, elsentido de la responsabilidad social, lacomprensión crítica de los problemas na-cionales e internacionales y el cumpli-miento de las obligaciones que exige elmantenimiento de la paz.

De la eficacia de la educación orienta-da a la comprensión internacional, al de-sarrollo de una paz justa, a la eliminaciónde toda forma de injusticia, de prejuicios ydesigualdades debe ocuparse la política delos diferentes países.

Ademas este documento invita a loseducadores a la innovación metodológicaapelando a la «imaginación creadora deniños y adolescentes», al estudio de losproblemas principales de la humanidad, afavorecer su participación en la resoluciónde problemas y a la cooperación y desarro-llo de la paz mundial, dedicando un apar-tado a la preparación de los educadores".

Aprendizaje, formación, informacióny acción constituyen la base de las diferen-tes propuestas. En definitiva, la educa-ción es como el corazón de todas aquellas

( 1 0) UNESCO: Recomendación sobre la Educación para la Comprensión, la Cooperación y la Paz Internacio-nales y frt Educación relativa a los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales, 1974, p. 3.

(11) Recomendación citada, 1974, p. 4.(12) Principios rectores III, p. 4.(13) VII. Preparación de los educadores. Recomendación citada 1974, p. 8.

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estrategias necesarias para construir el edi-ficio de la paz, como puede ser proveer devalores, destrezas y conocimientos queconforman las bases del respeto por losderechos humanos y los principios demo-cráticos, el rechazo de la violencia y el es-píritu de tolerancia, entendimiento yaprecio mutuo entre individuos, grupos ynaciones.

La idea de cultura de la paz se inspiraen una iniciativa educativa denominadaCultura de Paz desarrollada en Perú en1986 y en el Manifiesto de Sevilla, tambiénde 1986, adoptado por científicos delmundo entero que estimaron que la gue-rra no es una fatalidad inscrita en los ge-nes, el espíritu de violencia, la naturalezahumana o el instinto, sino que se tratamás bien de una invención social. En con-secuencia, «la misma especie que ha in-ventado la guerra es igualmente capaz deinventar la paz»14.

El interés por construir una cultura dela paz aparece en 1989. Desde esa fecha, laUNESCO inicia numerosas actividades lo-grando objetivos importantes y consi-guiendo un lugar en la reflexión del sistemade las Naciones Unidas que periódicamen-te se ocupa de proclamar y sensibilizar.

En principio conviene precisar el signi-ficado de «cultura de la paz» a partir de lasaportaciones que se han elaborado en lasúltimas décadas. Es evidente que las mani-festaciones contrarias a la paz revisten for-mas distintas y variadas; desde la falta derespeto por los derechos humanos, por lajusticia y por la convivencia democrática,hasta la pobreza y la ignorancia.

Situarse en esta perspectiva exige un es-fuerzo generalizado por modificar mentali-dades y actitudes, orientado explícitamente

a promover la paz, a prevenir los conflictosque pueden generar violencia, a eliminar lascondiciones negativas para el diálogo, el en-tendimiento y la convivencia así como res-tablecer la confianza y la seguridad en po-blaciones que han padecido la guerra oconflictos de diverso tipo.

El concepto de cultura de la paz se haconfigurado progresivamente al amparode un vasto movimiento sociopolítico quecuenta con numerosos interlocutores deprocedencia diversa, pertenecientes tantoal sistema de las Naciones Unidas como aentidades e instancias de otro orden.

Las Naciones Unidas definen comocultura de la paz un conjunto de valores,actitudes, comportamientos y modos devida que rechazan la violencia y previenenlos conflictos combatiendo sus raíces me-diante el diálogo y la negociación entre losindividuos, los grupos y Estados'.

En otro lugar, se refieren a la culturade la paz como «el conjunto de valores, ac-titudes, tradiciones, comportamientos ymodelos de vida, fundados sobre el respe-to a la vida, el rechazo a la violencia y lapromoción y la práctica de la no violenciapor la educación, el diálogo y la coopera-ción...»'6.

La construcción de «la cultura de lapaz» no es fácil en una sociedad sometidaconstantemente a conflictos y amenazasviolentas y cruentos enfrentamientos béli-cos. Requiere, por una parte, situarse anteel conflicto y, por otra, buscar aquellas so-luciones que no pueden imponerse desdeel exterior porque exigen cambios impor-tantes en el seno de la misma sociedad.

El movimiento mundial de una culturade la paz pretende ser una respuesta, un mo-tor para buscar soluciones que sólo pueden

(14) Manifiesto de Sevilla de 1986.(15) Resolución de las NUA/RES/52/13: Cultura de la Paz y A/53/243: Declaración y Programa de Acción

sobre una Cultura de Paz.(16) Asamblea General de las Naciones Unidis: Sesión de clausura de la sesión 53, 1999, p. 2.

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ser efectivas si se producen en intervencio-nes conjuntas y en frentes muy diversos dehombres y mujeres de todos los sectores dela sociedad. Establecer una cultura de la pazes una empresa que rebasa las decisiones in-dividuales por muy valiosas que sean.

No puede omitirse una breve referen-cia al Proyecto transdisciplinario hacia unacultura de paz elaborado para responder aldesafío de la construcción de la paz, con-tenido en la Agenda para la Paz publicadapor la ONU en 1992, la cual impulsó en1994 el programa de la UNESCO Por unacultura de la paz, iniciativa dinámica deconstrucción de la paz destinada a contra-rrestar y transformar la violencia tan pre-sente en nuestra sociedad. Se considera laeducación como única solución posibleen la prevención de aquellos conflictosque puedan engendrar violencia, en latransformación de las condiciones negati-vas para el entendimiento y la conviven-cia, así como en el restablecimiento de lapaz en poblaciones que emergen de laguerra o de situaciones conflictivas.

DECENIO INTERNACIONALDE UNA CULTURA DE LA PAZ

El día 10 de noviembre de 1998 la Orga-nización de las Naciones Unidas a través

de su Asamblea General proclamaba la ce-lebración del Decenio Internacional para lapromoción de una Cultura de Paz y no vio-lencia para los niños del mundo para el pe-riodo comprendido entre 2001-2010'-.

Fortalecer el movimiento mundialen pro de una cultura de la paz es el obje-tivo del Decenio. En este movimiento, lasorganizaciones civiles tienen un lugarimportante junto con los diferentes go-biernos, ya que sin la cooperación eficazentre los organismos implicados no esposible pensar en la cultura de la pazcomo marco para el ejercicio de la ciuda-danía que supone comprender que encualquier sociedad la «paz estructural» y

la «paz cultural» son condiciones necesa-rias para el entendimiento entre los pue-blos. En este sentido se percibe la oportu-nidad y la urgencia de establecer unacultura de la paz.

La Declaración y el Programa deAcción son el punto de partida para la cele-bración del Decenio que pretende promo-ver una cultura de paz y no violencia entodo mundo en beneficio de la humani-dad y particularmente de los más jóvenes.La cultura es un componente esencial enla vida; en su ámbito, la cultura de la pazse concibe no sólo como la ausencia deguerra, sino como la realización de los va-lores de justicia y equidad para todos, que

(17) Naciones Unidas, Resolución 53/25.Resoluciones de las Naciones Unidas y otros documentos de referencia:—A/RES/52/l3, 15 enero 1998: Cultura de la paz.—A/RES/53/25, 19 noviembre 1998: Decenio Internacional de la promoción de una cultura de no violencia y

de paz para los niños del mundo, 2001-2010.—A/RES/53/243, 6 octubre 1999: Declaración y Programa de Acción sobre una cultura de la paz.—A/55/377, 12 septiembre 2000, Informe del Secretario General sobre el Decenio Internacional de la promo-

ción de una cultura de bt no violencia y de la paz a favor de los niños del mundo, 2001-2010.—A/55/47, 29 noviembre 2000, Decenio Internacional de la promoción de una cultura de la no violencia y de

la paz a favor de los niños del mundo, 2001-2010.— A/56/349, 13 septiembre 2001, Informe del Secretario General sobre el Decenio Internacional de la promo-

ción de una cultura de ki no violencia y de la paz a favor de los niños del mundo, 2001-2010.— AIRES/55/282, 28 septiembre 2001, Día Internacional de la Paz.— AIRES/56/5, 13 noviembre 2001, Decenio Internacional de la promoción de una cultura de la no vio-

lencia y de la paz a favor de los niños del mundo, 2001-2010.

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son las condiciones de una vida colectivaarmoniosa y exenta de violencia.

Este movimiento de la cultura de lapaz, de dimensión mundial en la más am-plia acepción del término, reúne en favordel progreso social todas las fuerzas proce-dentes de las sociedades civiles y movilizasus energías, ideas y voluntades. Un movi-miento planetario de esta amplitud deberecibir el apoyo pleno y entero de la fami-lia de las Naciones Unidas y de todos losEstados miembros. Así podrán emplearselas fuerzas de la mundialización para ase-gurar el bien de todos y la construcción deun mundo mejor18.

El Año Internacional de la cultura de lapaz tuvo como resultado la emergencia deun movimiento mundial en el que hanparticipado millones de organizacioneslocales y nacionales, así como más de 75millones de personas. Comisiones Nacio-nales de la UNESCO, oficinas fuera de laUNESCO y ONG internacionales. Es previsi-ble que la celebración del decenio superecon creces las cifras y sobre todo contribu-ya, con el esfuerzo de todos, a la mayorsensibilización y compromiso por el logrode la paz.

El Secretario General, en la Introduc-ción de/Informe sobre el Decenio, hace refe-rencia a los profundos cambios que enpoco tiempo se han producido en el mun-do característicos de la sociedad actual,entre los que destaca la importancia quehan adquirido las cuestiones éticas y lapromoción de una «cultura de la paz paraofrecer a las generaciones futuras valoresque pueden ayudarles a decidir su destinoy habilitarles para participar en la cons-trucción de una sociedad más justa, hu-mana, libre y próspera y un mundo máspacífico»19.

La tarea de promover una cultura dela paz se ha convertido en una prioridadpara todo el sistema de las Naciones Uni-das. En las declaraciones de las Conferen-cias Mundiales de la última década se insis-te en el establecimiento de normas,valores y metas comunes que orienten eldesarrollo de una cultura de la paz.

En sucesivas resoluciones se recuerdala obligación de «contribuir a la paz y a laseguridad estrechando, mediante la edu-cación, la ciencia y la cultura, la colabora-ción entre las naciones con el fin de asegu-rar el respeto universal a la justicia, a la ley,a los derechos humanos y a las libertadesfundamentales que sin distinción de raza,sexo, idioma o religión la Carta de las Na-ciones Unidas reconoce a todos los pueblosdel mundo».

La movilización obtenida en el AñoInternacional de la cultura de & paz debe serimpulsada hasta lograr que los principiosde la cultura de la paz se apliquen a la vidacotidiana, movilización en la que ocupa unlugar destacado la educación formal y noformal en los diferentes niveles.

Actualmente asistimos a los primerosaños del Decenio, años que fijan un tiem-po en el que se nos invita a profundizar so-bre nuestros compromisos individuales ycolectivos; en 2005, una revisión indicaráen qué grado se están consiguiendo losobjetivos propuestos y se indicarán los ca-minos a seguir. Será el momento idóneopara las actuaciones renovadas y eficaces.

Hacer referencia al Decenio exige, almenos, mencionar los ocho ámbitos o es-feras de acción propuestas en su progra-ma. En él se dice:

Para que la paz y la no violencia prevalezcanes preciso:

(18) Koichiro Matsuura, Director General de la UNESCO: Mensaje con motivo del inicio de/Decenio Inter-nacional de una cultura de paz y no violencia para los niños del mundo.

(19) NACIONES UNIDAS: Decenio Internacional de una cultura de paz y no violencia para los niños del mun-do. Informe del Secretario General. 13 septiembre 2001, p. 2.

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1. Intensificar la cultura de la paz me-diante la educación. Educar en valores,formar actitudes... Se asigna a la educa-ción la tarea de revisar los programasde enseñanza para que tengan en cuen-ta la formación en valores, comporta-mientos, modos de vida, diálogo, bús-queda de consenso y no violenciacomo solución de conflictos.

2. Promover el desarrollo económico ysocial duradero que exige educar parala reducción de las desigualdades, paraerradicar la pobreza y asegurar la ali-mentación duradera. Además, educarpara la justicia social, la solución dura-dera de los problemas de la deuda, laautonomía de las mujeres, para dar res-puesta a las necesidades particulares, ypara la durabilidad del entorno.

3. Promover el respeto a los derechos delhombre puesto que los derechos delhombre y la cultura de la paz son com-plementarios. Evidentemente, cuandola guerra y la violencia predominan esimposible asegurar los derechos delhombre de la misma manera que sin de-rechos del hombre bajo todas sus for-mas no puede existir la cultura de la paz.

4. Asegurar la igualdad entre hombres ymujeres, lo que significa conceder plenaparticipación a las mujeres en la toma dedecisiones, tanto en el ámbito económi-co como social y político por la elimina-ción de todas las formas de discrimina-ción y de violencia contra ellas y por elapoyo y la ayuda a las que se encuentranen necesidad. En octubre de 2001, laUNESCO publicó un pequeño libro conel expresivo título Pasaporte para la igual-dad, que trata de garantizar los derechosde la mujer y a la vez informarles de losrecursos que tienen para hacerlos valer.La decisión de realizar esta pequeña obraparece que tiene sentido pedagógico'.

5. Favorecer la participación democráticacomo fundamento indispensable para larealización y el mantenimiento de la pazy la seguridad invocando principios yprácticas, reclamando la participacióndemocrática entre todos los sectores de lasociedad, para luchar contra el terroris-mo, el crimen organizado, la corrupción,las drogas ilícitas y el blanqueo de dinero.

6. Desarrollar la comprensión, la toleran-cia y la solidaridad con programas deinvestigación y docencia que ayuden aabolir las guerras y los conflictos vio-lentos, fomentando la paz.

7. Sostener la comunicación participativay la libre circulación de la informacióny los conocimientos, la libertad de in-formación v comunicación. Parece unallamada a los medios de comunicaciónque cumplen una función importanteen el fomento de la reconciliación y lasolución de controversias por mediospacíficos.

8. Promover la paz y la seguridad interna-cionales poniendo el acento en el co-nocimiento e intercambio de experien-cias para la capacitación y la difusiónde las nuevas adquisiciones para la con-solidación de la paz.

En el mismo Programa se presentangrupos de medidas referentes a Íos distin-tos ámbitos de actuación. El análisis de es-tas medidas, que en su conjunto suman73, puede ser un objetivo interesante paraelaborar proyectos de actuación prácticaen diferentes niveles y campos de educa-ción'', ya que su interés es indudable.

A cada uno de los arios del Decenio co-rresponde uno de los diferentes temasprioritarios. Los primeros cinco arios es-tán ya decididos. Al año 2001 correspon-den la comprensión, la tolerancia y la soli-daridad en el marco del diálogo entre las

(20) UNESCO: Passeport pour te'galité. París, 2001, 48 pp.

(21) Relación de Medidas de actuación en Anción de una cultura de la paz. Resolución de las Naciones Uni-das A/RES/53/243, anexo, dos folios.

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civilizaciones; al 2002, el desarrollo eco-nómico y social sostenible; al 2003, la co-municación participativa y la libre co-rriente de información y conocimientos;al 2004 y 2005 respectivamente, el respe-to de los derechos humanos y la igualdadentre el hombre y la mujer. La temática essugerente y merece que se le dedique todoel esfuerzo que sea preciso 22 . En la lecturade los documentos principales se percibeun claro interés y una gran insistencia enabrir espacios de encuentro en que los va-lores de la solidaridad, la convivencia y laparticipación democrática tengan unarealización plena".

La UNESCO desempeña un papel rector«en la educación en pro de una cultura depaz y no violencia», apuesta por la convi-vencia pacífica y armónica de lo plural ypor mantener las adquisiciones y los lo-gros de los últimos años. Contribuir a pre-servar la paz también forma parte de susprogramas.

El mensaje del Secretario General deUNESCO sobre el Decenio Internacional deuna cultura de paz y no violencia para losniños del mundo tiene un valor especial.Insiste en la necesidad de preservar a lasgeneraciones futuras del azote de la guerramediante una transición hacia una culturade la paz caracterizada por valores, actitu-des y comportamientos que reflejan e ins-piran una interacción social y un espíritude compartir con los demás, atendiendo alos principios de libertad, justicia, la de-mocracia, la tolerancia y la solidaridad y,sobre todo, a los derechos del hombre.

Se trata de una cultura que rechaza laviolencia y se ocupa de prevenir los con-flictos combatiendo sus causas profundas

como medio para solucionar los proble-mas mediante el diálogo y la negociaciónasí como para garantizar el pleno ejerciciode todos los derechos y los medios departicipar plenamente en el proceso dedesarrollo de la sociedad.

Es preciso eliminar los enormes sufri-mientos causados a los niños debido a lasdiferentes formas de violencia; una cultu-ra de no violencia y de paz deben favorecerel respeto de la vida y de la dignidad decada ser humano sin prejuicios ni discri-minación de ningún tipo.

Centrando nuestra atención sobre losniños, en palabras de Koichiro Matsuura,«nos prometemos implícitamente en fa-vor de la educación para todos, nociónque conjuga educación no formal y edu-cación formal y aspira a promover unaeducación básica de calidad que descansasobre los valores universales y la prácticade una cultura de paz y no violencia. Estatarea exige la participación activa de cadauno como ciudadano y esto en todos losámbitos de la existencia: en la escuela, enel lugar de trabajo, en el hogar; a escala na-cional y local; en el sector público y en elprivado y en las organizaciones volunta-rias. Y sobre todo cuidar para que los ni-ños no sean meros espectadores dándoleslos medios para que lleguen a ser actores,construyendo su propia visión de las cosasy su propio porvenir»24.

En todos los documentos se reconoceel papel fundamental desempeñado por laeducación en la edificación de una culturade la no violencia y la paz, concretamenteenseñando a los niños del mundo la prác-tica de la no violencia y de la paz.

(22) Asamblea General de las Naciones Unidas: Decenio Internacional de una cultura de paz y no violenciapara los niños del mundo. In.brme del Secretario General, p. 7.

(23) Asamblea General de las Naciones Unidas: Decenio Internacional de una cultura de paz y no violenciapara los niños del mundo. Informe del Secretario General, pp. 10-11.

(24) L'UNESCO s'engage ä promovoir une culture de la paix, Aujourd'hui, plus que jamais, une culture de lapaix, p. 1.

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Se subraya repetidamente que la pro-moción de una cultura de paz y no violen-cia deberá partir de los maestros, se pre-sentará adecuadamente a los niños queaprenden así a vivir juntos, en armonía,contribuyendo de esta manera a fortalecerla paz y la cooperación internacionales.

El Decenio Internacional tiene el propó-sito de potenciar los principios enunciadosen la Carta de las Naciones Unidas. Es decir,la educación al servicio de la paz, el respeto alos derechos humanos, a la democracia y a latolerancia, la promoción del desarrollo sos-tenible, la libre circulación de la informa-ción y la mayor participación de la mujer,todo ello en el marco de una gestión inte-grada viendo cómo prevenir la violencia ylos conflictos así como favorecer la instaura-ción y la consolidación de la paz.

UN APUNTE FINAL«EL ÁRBOL DE LA PAZ»

Tal vez no pueda encontrarse una imagenmás expresiva y comprehensiva de lo quepodría ser el contenido de un programaorientado a educar para la cultura de la pazque la representación realizada por Wiolet-ta Wykowska, de Polonia, para un cartel dela UNESCO y AsPnet que ilustra un calenda-rio del ario 2001 2 5 . En la parte inferior delcartel están los meses del ario en diferentesidiomas y en la parte superior, ocupandoaproximadamente la mitad del espacio ungran árbol. Colgados en sus ramas se en-cuentran 24 pequeños carteles, rectangula-res y cuadrados de distintos tamaños y co-lores. En cada uno de ellos una frase o tansólo una palabra también en tres diferenteslenguas, inglés, francés y castellano.

En las ramas más altas la palabra «diá-logo», en un cartel seguido y muy próxi-mo en altura a otro con la frase «escucharpara comprender»; debajo del primero en

color naranja «defender la libertad» y a suizquierda en un cartel azul se lee la palabra«paz»; en orden horizontal y descendiendohacia el tronco del árbol los sucesivos car-teles rojos, azules, amarillos y verdes con-tinúan la relación como sigue: «respetartodas las vidas», «igualdad», «preservar elplaneta», «democracia», «fraternidad»,«respetar la dignidad humana», «solidari-dad», «compartir con los otros», «dere-chos humanos», «tolerancia», «justicia»,«comprensión», «repartición», «libertad»,«preocuparse por los otros», «amor»,«combatir la pobreza», «rechazar la violen-cia», «armonía», «no violencia».

Interpretar el mensaje no es fácil. Enprimer lugar, aparecen en el mismo árbol,con un tronco común, 24 valores, valoresque se ofrecen, como otros frutos, paracompartirlos y ponerlos en común. Porotra parte, se expresan como signo de in-ternacionalidad y, probablemente tras-cendiendo la misma internacionalidad.

El conjunto de la imagen puede inspi-rar cualquier programa educativo que seinscriba en el marco de la cultura de la pazy para la ciudadanía. El tronco comúnsostiene ampliamente las metas, los retos ylas aspiraciones necesarias para construirel edificio de la paz.

A MODO DE SÍNTESIS

La construcción de la cultura de la paz su-pone rechazar todas aquellas conductassociales que ensalzan el uso de la fuerza yla violencia, que valoran el desprecio y eldesinterés por los demás e insisten en su-perar determinadas incompatibilidadesentre los grupos humanos.

La relación existente entre paz y ciuda-danía es evidente y la educación desempe-ña en ella un papel decisivo situándose anteun reto permanente por las implicaciones

(25) Welcome Byzance-Rcs Strasbourg.

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Árbol de la paz de 11 RedPEA»2001. Unesco

en la conducta de las personas y la inciden-cia en los valores que orientan los compor-tamientos hacia la paz. Sólo la paz constru-ye los pueblos.

Tal vez sólo quede claro que camina-mos hacia un futuro que no podrá cons-truirse y asegurarse con esquemas econó-micos, decisiones políticas ni fórmulasprefabricadas, sino mediante principioséticos compartidos y con la realización devalores que sirvan de estímulo y funda-mento a las nuevas generaciones.

No debemos olvidar que mediante laeducación pueden introducirse «de formageneralizada los valores, instrumentos y co-nocimientos que forman las bases del res-peto hacia la paz, los derechos humanos yla democracia, y que la educación es un im-portante medio para eliminar la sospecha,la ignorancia, los estereotipos, las imágenesdel enemigo; y al mismo tiempo promoverlos ideales de paz, tolerancia y no violencia,la apreciación mutua entre los individuos,los grupos y las naciones»26.

(26) SYMINIDES, Janusz; SINGH, Kishore: «Constructing a culture of peace: challenges and perspectives.An introductory note», en From a culture of violence to a culture of peace. UNESCO 1996, p. 20.

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Construir la paz significa prevenir losconflictos en su origen, actuar mucho an-tes de que se produzcan esas situacionestan lamentables y frecuentes. Es precisoestimular y valorar iniciativas individualesy colectivas que desarrollan el espíritu dela paz dentro de las sociedades. La culturade la paz solamente podrá existir en la me-dida en que se permita a la población asu-mir esta responsabilidad.

La idea de educar para una cultura de lapaz ha progresado en el siguiente sentido:No se trata de una cultura definida por laausencia de conflictos, ni se considera quesea asunto de competencia principal de losEstados, es ante todo «una cuestión de valo-res, de actitudes, de comportamientos indi-viduales y colectivos que fundamentan y en-carnan el espíritu de paz»27.

Podemos construir un mundo mejor,según palabras del Secretario General delas Naciones Unidas, para las generacio-nes venideras con sólo aunar voluntades.Los dirigentes del mundo reafirmaron esavoluntad en la Cumbre de/Milenio (2000)y los pueblos del mundo la han expresadocon igual claridad. Participando en las ac-tividades que se llevan a cabo para promo-ver el Decenio Internacional de una Cultu-ra de paz y no violencia para los niños delmundo estáis fomentando, a vuestromodo, una cultura de la paz para nuestroshijos y los hijos de nuestros hijos»28.

El Secretario General invita a todosporque «tenéis —dice— un importante pa-pel que desempeñar: podéis hacer oírvuestras voces, despertar interés por los

problemas, mostrar la voluntad de superarlas diferencias, crear redes de ciudadanosinteresados, exigir responsabilidad a vues-tros gobiernos. Os ruego que lo conside-réis vuestro compromiso; necesitamosque todos participéis en esta tarea».

En este proceso, a la educación le co-rresponde una responsabilidad importan-te que se convierte a la vez en su gran desa-fío, contribuir a que la humanidad«progrese hacia los ideales de paz, de liber-tad y de justicia social al servicio de un de-sarrollo humano más armonioso y másauténtico, con el fin de hacer retroceder lapobreza, la exclusión, las incomprensio-nes, las opresiones y las guerras» La cultu-ra de la paz es el espacio socioeducativoadecuado para la ciudadanía.

Para terminar, la descripción del co-nocido símbolo de la cultura de la pazpuede ser oportuna. Símbolo que dibujóBárbara Blickle en el marco del ArioInternacional de la Cultura de la Paz. Re-presenta dos manos entrelazadas queevocan particularmente el cambio y elentendimiento uniéndose en dos puntoso manchas indefinidas para formar cua-tro elementos imbricados y entremez-clados en un juego conjugado de ritmosy en una mezcla de colores. Con él ilus-tra gráficamente la cultura de la paz.Ante estos elementos cada uno de noso-tros es libre en la percepción de conteni-dos, personas, grupos, ciudades, países,hemisferios... Desde este paisaje lanzaun mensaje para todos: «Construyamosla paz»29.

(27) Françoise Rivière (Director de la Unidad de Cultura de la Paz de la uNEsco).

(28) Secretario General: Mensaje sobre el Decenio Internacional de una cultura de paz y no violencia paralos niños del mundo.

(29) UNESCO: L'UNESCO s'engage à prornouvoir une culture de la pair. París, 2001, p. 3.

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