La dimensión sagrada de la tragedia esquílea como relación íntima entre el hombre y la...
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Universidad Nacional Autnoma de Mxico
Facultad de Filosofa y Letras
Colegio de Letras Clsicas
Filosofa de la Religin: Religiosidad y Cultura
Religin Griega
La dimensin sagrada de la tragedia esqulea como relacin ntima entre el
hombre y la naturaleza
Coordinadora: Dr. Julieta Lizaola
Flores Blanco, Arnolds Deivison
Situacin acadmica: Letras clsicas en curso. 4to. semestre
-
2
ndice
Introduccin..2
I. Esquilo...4
I.1. Vida y obra...4
I.2. Lo sagrado en la tragedia esqulea...5
I.3. La intimidad en la tragedia esqulea.6
II. Anlisis terico de los versos 436-506 del Prometeo encadenado..7
III. Conclusiones.11
Notas...12
Fuentes y Bibliografa14
-
3
Introduccin
Es para nosotros muy preocupante cuando observamos que los estudios sobre la cultura
clsica han tomado un camino lleno de prejuicios, los cuales han recubierto a los clsicos
con un velo de idealidad romntica, alimentado esto por las investigaciones actuales que
apoyan dicha visin en miras de una poca lejana. Esta situacin es alarmante porque, por
desgracia, no nos ha permitido lograr, en la actualidad, una conversacin a-temporal entre
la humanidad moderna y la antigua.
Las disciplinas humansticas modernas padecen de la enfermedad ideal; se ha
guiado a la juventud, para volverla ms conciente, hacia el estudio histrico de la
antigedad. No obstante, la humanidad clsica consiste en un devenir ambivalente que, por
tanto, toma al hombre, la plis, la cultura, el arte, la guerra, las pasiones, la sexualidad y la
educacin, entre otros, como imaginarios sociales desenmascarados; con esto quiero decir
que la cultura clsica se manifestaba ms pasional, ms abierta, sin pudor. Pero el estudio
erudito humanstico actual, evidentemente, es incapaz de comprender dichas cuestiones
porque contradicen su ideologa; se indignara ante la inmoralidad que ofrecen la Grecia
y Roma antiguas.
Y precisamente en aras de estas razones, como un alumno que insiste en dialogar
verdaderamente con los clsicos, y agradeciendo a las autoridades de nuestra escuela por
apoyarme con el conocimiento necesario y por permitirme mostrarles mi estudio, he
decidido profundizar en mi investigacin la cuestin de la dimensin sagrada de la tragedia
como una relacin ntimamente estrecha entre el hombre y su naturaleza. Con la finalidad
de desenmascarar, desde mi punto de vista, la falsa concepcin de lo sagrado en estrecha
relacin ntima con lo divino. A travs de la rigurosidad filolgica, permeada de la
reflexin terica-hemenutica, expondr la desmitificacin de la religin griega en la poca
trgica, concebida an en nuestros tiempos como religin bella y divina, para encontrar el
autntico significado de su funcin poltica y de una manera de vivir como un ciudadano
del mundo: me propongo rastrear el concepto de lo sagrado como una dimensin natural y
terrenal, en donde el hombre muestra su espritu vulnerable, su intimidad como una
relacin estrecha con el mundo. Un auto-constituirse realidad histrico-social, pero tambin
natural-pasional con su mundo.
-
4
Esta exposicin la llevar a cabo a travs de un fragmento del poema trgico
Prometeo encadenado de Esquilo, en donde ir, paulatinamente, estableciendo
correlaciones entre los conceptos de sagrado e intimidad y cmo se conciben en esta
tragedia. Debo mencionar que el anlisis terico del fragmento se llev acabo en la lengua
original. Las citas traducidas fueron hechas por m.
Esquilo, el poeta trgico
Vida y obra
Atenas estaba a punto de convertirse en la potencia dominante del Mediterrneo; su
hegemona sobre los dems pueblos helenos se ejercera a travs de la thalasocracia (el
dominio martimo) comerciante. Adems, sera la primera plis griega que adoptara el
rgimen democrtico, vaticinado por Clstenes y la isonoma. El dominio de semejante
potencia devendra en un crecimiento cultural enorme, el cual abarcara desde la literatura y
el teatro, las artes esculturales y arquitectnicas, una magnfica economa basada en el
dominio del comercio martimo, las revoluciones de los movimientos filosficos hasta la
idea de comunidad, que se evidenciara en la libertad del espritu helnico; esta poca se
conocera como el siglo de Oro, de Pericles. No obstante, antes de que esto aconteciera,
deba superarse el periodo de crisis (stsis) e invasiones: por una parte, las discordias de
orden ideolgico contra la Repblica Lacedemonia y, por otra parte, los saqueos y ataques
contra tierras ticas por parte de pueblos beocios y calcidios. Y aun, el enfrentamiento que
regira el destino de la Hlade: el enfrentamiento con el Imperio Persa, batalla que decidira
la total y absoluta liberacin y triunfo de la voluntad helnica.1
En semejante periodo tan importante de la historia fue que naci y creci nuestro
poeta, Esquilo. Nace en Eleusis (525 a. n. e.), barrio ateniense; hijo de Euforin. Tuvo
como hermanos a Cinegiro y a Amenio. Se dedic al gnero trgico, y segn los estudios,
innov el gnero agregando una serie de aportaciones que hicieron que se le considerara, de
acuerdo con el canon, el primero de los tres grandes trgicos. La fuentes narran que
particip en el conflicto persa en las batallas de Maratn y Salamina donde perdi a
Cinegiro-, cuyo desenlace fue la victoria griega. Todos estos acontecimientos forjaron el
pensamiento trgico sacro del poeta, que lo llevaron a emprender mltiples viajes a Sicilia.2
-
5
Escribi, aproximadamente, noventa obras. Sus tragedias, representadas por primera
vez en 509 a. n. e., fueron compuestas por trilogas (todas unidas por un tema),
acompaadas generalmente por un drama satrico. Se conoce los nombres de setenta y
nueve ttulos, no obstante, slo conservamos siete tragedias.
Una historia cuenta que, tras haber sido derrotado por Sfocles en un certamen,
Esquilo, dolido, se embarc a Sicilia, donde, en alguna ocasin, mientras escriba, un guila
le lanz contra la cabeza una tortuga, que le quit la vida.3 Muri en Gela, en el ao 456 a.
n. e.4
Prometeo encadenado tiene fecha incierta de creacin. La obra narra el castigo que
Zeus infligi al titn rebelde, que haba beneficiado a los hombres dndoles el fuego y las
artes. El lenguaje de la obra es modesto. Recordemos que las tragedias de Esquilo son
reconocidas por utilizar un lenguaje nutrido y complejo, y precisamente por ello se ha
suscitado, entre los estudiosos, el cuestionamiento de la paternidad de la obra.5
Lo sagrado en la tragedia esquilea
Para comenzar primero, quisiera aclarar cmo entender el concepto de lo sagrado
con respecto a la tragedia griega (tica). De acuerdo con Durkheim, las creencias religiosas
presentan un carcter comn, esto es, una clasificacin de la realidad y del mundo en dos
rdenes opuestos que han sido designados con los nombres de lo profano y lo sagrado.6
Nosotros slo trabajaremos el segundo de estos conceptos.
Ahora bien, qu es lo sagrado? Por lo menos en la tragedia griega, a diferencia del
gnero pico, no necesariamente debe tratarse de algo relacionado con un ser o seres
personales tales como dioses y divinidades; tampoco precisamente de cosas. La
heterogeneidad es lo que vuelve sagrado algo, en otras palabras, el hecho de ser del todo
diferente; o como dice Eliade, no solamente es lo que se opone a lo profano, sino que es
una manifestacin de algo completamente diferente, una realidad que no pertenece a
nuestro mundo, en un objeto que forma parte de nuestro mundo natural.7
Pero esto sagrado debe ser, en la tragedia prometeica, un objeto, no como lo
entendemos ahora, cual algo inamovible, sino ms bien un objeto en xtasis, en movimiento
espiritual; o en terminologa griega, un objeto dionisaco, una voluntad de impulso
incontrolable emanada del pthos (). Con esta acuacin de pthos, entonces,
-
6
podemos comprender de mejor manera que ya no es el objeto en s, sino ms bien lo
sagrado: Cuando se manifiesta lo sagrado, un objeto se convierte en otra cosa sin dejar de
ser l mismo, pues contina participando del medio csmico circundante.8 As debemos
entender lo sagrado en la tragedia de Esquilo: aquella unin entre el hombre y su mundo,
aquel espritu encerrado del mundo mismo que, en ese sentido, es extra-mundo.
La experiencia religiosa, en la cual el hroe trgico llega a tener una vivencia de lo
sagrado, es descrita como la experiencia de lo totalmente otro.9 Y l, viviendo lo otro,
experimenta un conjunto de sensaciones acompaadas por el estupor, el asombro, el asco,
la consternacin, el respeto, el placer y, a la misma vez, el temor, el miedo y el horror; a
pesar de todo esto, el hroe trgico se siente atrado y seducido por este nuevo espritu
oculto del mundo (reitero, es un espritu extra-mundo en la medida en que se encuentra
oprimido u encerrado en el mismo mundo, no est libre). La intensidad de dichas
emociones depender del grado de intensidad de la vivencia.
Entonces pues, es oportuno y, de cualquier manera, asombroso afirmar que en la
tragedia esqulea, la religin y lo sacro desbordan cualquier idea de dioses o almas deficas
y, por ende, lo sacro no puede ser definido en funcin de la divinidad; ya que, si
recordamos, los dioses en la tragedia se han replegado del mundo terrenal del hombre. Por
ello, el hroe trgico, ante el abandono de los dioses, debe enfrentarse a su destino
misterioso inexorable a travs del pthos sacro en el cual se manifiesta este espritu
oculto-, que revelar la ms profunda intimidad del hroe, y sta intimidad, a su vez, lo
unir estrechamente con su mundo.
La intimidad en la tragedia esqulea
El griego de la poca trgica ateniense se consideraba a s mismo como un sujeto
que formaba parte del mundo10
; el griego, al observar la representacin de la tragedia,
perciba un cierto alejamiento de los dioses, lo que lo impulsaba a un estrechsimo y
personal acercamiento con la Naturaleza de su mundo. En este sentido extra-divino, el
griego se converta en un ser terrenal, se transformaba en physis (), y este nuevo
sujeto se constitua en un Todo Sagrado. Este Todo Sagrado es el resultado mximo del
pathos sacro mencionado anteriormente; la relacin nacida del espritu oculto entre el
hombre y el mundo es la intimidad trgica.
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7
Cuando dicho impulso de potencia se manifiesta en todo su esplendor, el griego
trgico, al igual que Prometeo, deja de ser un simple humano, un simple ser que realizaba
culto a los dioses, sino que sufre un cambio radical al manifestar su espritu ms interno, y
lo une con el espritu oculto del mundo, la Naturaleza debe aparecrsele, entonces, como
el imperio de la libertad y del libre arbitrio, el mbito de un poder superior de la
humanidad, o sea, como un dios.11 Es decir, el hombre desplaza a los dioses para ocupar
su lugar. Hago esta aclaracin pues podra malinterpretarse la cita con la cuestin de que el
hombre necesita del dios, pero no es as, el hombre ya no necesita a los dioses ni tampoco
el mundo de ensueos divino. El hombre trgico, as como Prometeo, se atreve a desafiar a
los dioses, a retarlos y a vencerlos porque ya no los considera seres superiores. El hombre
de la naturaleza, el hombre que es un Todo Sagrado ha tomado el lugar de los dioses!
Anlisis terico de los versos 436-506 del Prometeo encadenado
Como expusimos en lneas anteriores, Prometeo, el titn, no lo consideramos como
un dios, precisamente por la razn de que, en su reyerta contra Zeus, se ha alejado y ha
abandonado el carcter divino, y en su amor para con los hombres, al haberles obsequiado
el fuego y las artes, ha sufrido el proceso de volverse mortal, ha tomado el carcter
humano.
Nosotros buscaremos este proceso en el fragmento mencionado de la obra con la
finalidad de encontrar, simblicamente, el Todo Sagrado en la relacin ntima del mundo
natural y el hombre mismo.
Prometeo dialoga con el coro: Prometeo: No crean que me callo por orgullo y
presuncin. Me desgarro el corazn por la inquietud, viendo que yo mismo as soy ultrajado
Quin otro [ms] que yo delimit completamente los privilegios a estos nuevos dioses?
Pero esto callo. Y, en efecto, podra decrselas a ustedes.12 Observamos aqu de qu
manera Prometeo, quien representa a los seres humanos, comienza a alejarse de los dioses,
por tanto, abandona la participacin en lo divino. Ya habamos dicho anteriormente que en
la tragedia griega el hroe trgico en esta obra, Prometeo funge como el hroe- se ve
abandonado por el azar y por los dioses; ya el destino le es enigmtico. Y precisamente en
estas primeras palabras de Prometeo se evidencia dicha cuestin.
-
8
El titn prosigue de la siguiente manera: Escuchen los sufrimientos entre los
mortales, cmo he dispuesto para ellos, que eran ingenuos, inteligencias y dueos de
sentimientos. Yo lo dir, sin ninguna censura, para los hombres, sino recordando las
benevolencias de lo que he dado.13 Aqu Prometeo nos gua hacia la relacin ntima con
los hombres. El titn, una vez que se alej de la dimensin divina, ha encontrado una
relacin sentimental con los hombres, y por esta relacin les ha obsequiado inteligencias y
los ha vuelto dueos de sentimientos, es decir, de pthos.
Posteriormente dice:
Y stos, al principio viendo, observaban intilmente; oyendo, no escuchaban. Pues, iguales a las formas de los sueos, todo mezclaban al azar en sus largas vidas y no conocan las casas hechas de
ladrillo que se secan con el Sol, ni la carpintera. Y vivan metidos, como hormigas inquietas de las
cuevas, en profundidades sombras. No tenan ninguna seal certera ni del invierno, ni de la primavera
florida, ni del verano productivo, pero sin entendimiento realizaban todo, hasta que, en verdad, yo les
mostr las salidas y los ocasos oscuros de los astros.14
En estos versos Prometeo se refiere a aquella poca en la que los hombres vivan
concordes a las reglas divinas y vivan junto con los dioses. Sin embargo, evidentemente
esto para Prometeo no era ms que vivir ciegamente en el mundo, una existencia de recin
nacido en donde los hombres beban de los pechos de los dioses, es decir, todas las cosas
eran realizadas por los dioses. En esta vida, el hombre viva al azar y de acuerdo con lo
que le depararan los seres divinos. Habitaban las cuevas y no conocan la carpintera,
adems de que no tenan conocimiento sobre las estaciones, es decir, vivan como nmadas
guiados por la decisin de los dioses. Pero l les ense las artes de los astros y los salv de
esta manera de vivir. As pues, Prometeo acta como un dolo protector, un smbolo
sagrado de la humanidad porque la hizo despertar de aquellos tiempos oscuros, un smbolo
humano.15
A continuacin, el titn cuenta con qu cosas benefici a la raza humana:
Y descubr para ellos el nmero por encima de las destrezas, la combinacin de las letras, la memoria de todo, trabajadora madre de las Musas. Fui el primero en uncir los yugos sobre las bestias, que estn
esclavizadas con las gamellas y los cuerpos, para que fueran remplazos para los mortales de los ms
grandes trabajos. Tambin, bajo el poder del carro conduje los caballos dciles, gloria del orgullo
excesivo. Ningn otro en vez de m encontr carros de marineros que vagan por el mar con alas de
lino.16
Lo sagrado se revela, lo otro aparece en las artes dadas por el titn. Estas cosas que
eran completamente desconocidas para el hombre, lo diferente; una nueva realidad se le
revela al ser humano con las artes provenientes del primer hombre que es un Todo Sagrado,
-
9
Prometeo. Todas las artes para el hombre son la revelacin de lo sagrado, y la revelacin es
una hierofana.17
Ahora bien, en el siguiente fragmento implcitamente inducimos que Prometeo es el
espritu oculto del mundo y del hombre, y su espritu oculto se libera a causa de sus
sufrimientos, que son pthoi: Yo mismo, el infeliz, habiendo encontrado tales artificios
para los hombres mortales, no tengo una habilidad con la cual ahora me aleje de los
sufrimientos18
Los sufrimientos, como dijimos, son un tipo de pthos; entonces, Prometeo, siendo
el primer hombre con sufrimientos, es el primer hombre que libera aquel impulso exttico,
aquel objeto sagrado inquieto. El sufrimiento es en s mismo un objeto sagrado, el cual, a su
vez, permite la relacin con los dems hombres de la raza humana, esto es, el espritu
oculto de Prometeo es el espritu oculto del mundo y de los hombres. Por consiguiente, una
de aquellas hierofanas en el hombre es el sufrimiento. Y si el hombre sufre, est
manifestando en una forma aquel pthos del espritu oculto del mundo. Por tanto, el
hombre se est constituyendo uno con el mundo, y mientras se constituye, se muestra tal y
como es l, muestra su vulnerabilidad, muestra su intimidad con el mundo.
El coro le responde a Prometeo as: Coro: has padecido un sufrimiento vergonzoso,
puesto que fuiste engaado por el error de tu mente y, como un mal mdico, al caer en una
enfermedad, ests triste; adems, t mismo no puedes sanarte.19 El coro, evidentemente, es
la voz de Zeus, en otras palabras, un dios est reprochando al que decidi ser mortal
(Prometeo), y lo reprende por haberse alejado de lo divino.
Sin embargo, este nuevo hombre, este hombre liberado le contesta de la siguiente
manera:
Prometeo: Lo dems, escuchndome, admirars qu artes y medios imagin. Pues lo ms importante: si alguien caa en enfermedad, no haba ningn remedio, ni comestible, ni untable, ni bebible, pero por
falta de medicamentos perecan, hasta que yo, en verdad, les indiqu las mezclas de las medicinas
calmantes con las cuales rechazan las enfermedades todas completas.20
Y el hombre liberado, en su sufrimiento, encuentra firmeza de nimo, y por ello,
orgullosamente le contesta al coro que es Zeus/dios- para reafirmar su nuevo estado de
alejamiento de lo divino. Pues, con las nuevas artes, el hombre ya no necesita de las curas y
milagros de los dioses. Este hombre se relaciona con su mundo terrenal, que es sagrado
para l.
-
10
La relacin sagrada, la intimidad sagrada entre el espritu oculto del hombre y el
del mundo nos lo plasma Esquilo de la siguiente manera:
Y orden muchos modos de adivinacin. Fui el primero que distingui de los sueos los que son necesarios hacer para la visin real y les di a conocer las seales del camino y los presagios confusos.
Expliqu exactamente el vuelo de las aves de garras corvas, y cules son situados a siniestra por la
naturaleza; qu rgimen de vida tiene cada una; qu odios las unas contra las otras; y tambin el amor
y las uniones. Ense la issura de las entraas, y qu color, teniendo la bilis, sera para el placer de los
espritus, y la hermosura moteada del lbulo del hgado21
Observamos pues, en los versos anteriores, cmo el hombre y la naturaleza
mantienen una estrecha relacin. Todas las artes relacionan a los hombres con los animales
de la naturaleza; y la humanidad tiene un nuevo rgimen de vida que consiste en vivir
junto con los animales y la naturaleza. El pthos sacro ha hecho que, a travs de las artes
tambin sagradas-, el hombre se aventure al mundo y la naturaleza ( los espritus) lo
otro sagrado-.
Esta relacin ntima del hombre con la naturaleza nos la contina narrando
Prometeo:
Conduje a los mortales hacia la tcnica difcil de conocer una vez que quem la gran cadera y los miembros envueltos con grasa de las vctimas, e hice claras las seales ardientes que antes eran
oscuras. Pues, ciertamente, tales son estas las cosas tiles ocultas, para los hombres, debajo de la tierra:
el bronce, el hierro, la plata y el oro.22
Como ya habamos dicho, lo sagrado, para nosotros, equivale a la realidad natural,
a la terrenal exenta de lo divino, entonces, si seguimos esta postura, la intimidad tiene que
ver con el vivir junto con la naturaleza terrenal: El hombre de las sociedades arcaicas tiene
tendencia a vivir lo ms posible en lo sagrado o en la intimidad de los objetos
consagrados.23As pues, el hombre cuando trabaja las materias de la tierra, est en relacin
ntima con parte de lo sagrado del espritu oculto del mundo, el cual ahora ya se manifiesta.
Por ltimo, Prometeo reafirma esta nueva vida exenta de la ayuda de los dioses: Quin
dira que descubri [esto] antes de m? Nadie, claramente lo s, a menos que quiera hablar
un montn de palabras sin sentido. Aprende todo con esta breve oracin: Todas las artes
son de Prometeo para los hombres.24 En estas palabras ltimas se sintetiza cmo hay una
escisin entre el hombre y lo divino, y esto no necesariamente recae en lo profano. Dice
Eliade respecto de esto la desaparicin de lo divino, de los dioses como personificaciones
no implica de ninguna manera la desaparicin de la religiosidad; la secularizacin de
valores humanos es una transformacin universal de los valores
-
11
mismos25, esto es, el espritu de Prometeo como hombre- ha roto con lo divino.
Anteriormente, el hombre griego no haba liberado an su espritu oculto y, en este sentido,
no exista una intimidad verdadera con el mundo; no obstante, cuando el hombre se ha
alejado de los dioses, la dimensin religiosa todava sigue estando all, solamente se ha
desplazada hacia otro lugar, la dimensin terrenal natural.
Este nuevo vivir como un Todo Sagrado es una manera de intimidad para con el
mundo y una nueva forma de estar en l: Para un hombre primitivo los actos y las acciones
cotidianas jams son meramente un acto fisiolgico; es un sacramento, un enlace con lo
sagrado.26 Y en este respecto, si existe, como dijimos anteriormente, una hierofana, se da
una ruptura en la falsedad del espacio [] nada puede hacerse sin orientacin previa,
que requiere un centro27; dicho centro debe ser, necesaria y obligatoriamente, la creacin
de un nuevo mundo, y este nuevo mundo hay que fundarlo..
Conclusiones
No hay en esta disertacin algo ms complejo y complicado que afirmar que lo
sagrado no est atado obligatoriamente a la dimensin divina. Esquilo, en la tragedia
griega, nos ensea qu es lo sagrado trgico: aquella hierofana o, si se quiere, revelacin
de lo totalmente nuevo, la manifestacin total del pthos.
Una de las tantas artes provenientes de Prometeo es el sufrimiento, que es pthos;
en el cual y a travs de l aparece lo que nosotros hemos denominado espritu oculto. ste,
a su vez, no es ms que la expresin de necesidad entre el mundo y el hombre, es decir, una
obstinacin que padece el hombre por acercarse a la naturaleza y viceversa, una relacin
estrecha entre el hombre y su mundo, una vulnerabilidad que no es otra cosa ms que la
intimidad.
Ha nacido as un nuevo hombre, un hombre que es nio, y como nio, juega con su
mundo porque sabe y siente que forma parte de l. El hombre, que afirma su mundo, su
naturaleza, tanto se le revela el mundo igual que un Todo, como se revela a s mismo como
ese Todo; ergo, se ha constituido en un Todo Sagrado a travs del espritu oculto, que lo ha
empujado a una relacin estrechamente ntima consigo mismo, entendido esto como el
Todo Sagrado.
-
12
En suma: el proceso ya mencionado es la creacin de un centro, esta nueva manera
de vivir en el mundo debe, primero, fundarse: el nuevo mundo fundado es el Todo Sagrado.
Una vez fundado, el hombre se ha alejado del carcter divino y ha desplazado a los dioses.
Aclaro, no los ha destruido, los ha desplazado; ya no los necesita. El hombre y el mundo,
que son el Todo Sagrado, han ocupado el lugar de los dioses; por ello, reafirman con su
espritu oculto, el devenir ambivalente de la vida. La ambivalencia, debo insistir, no admite
dualidad como otros han credo. El hombre de la tragedia es un ser ambivalente, no dual; y
precisamente por esta razn, veremos cmo el hombre trgico prefiere el error, la cada y el
castigo.
En este sentido extra-divino, lo sacro ya no le pertenece a la dimensin divina, sino
al hombre que se constituye con su mundo, al Todo Sagrado. Y el nio, mientras juega,
grita: ste es mi precioso mundo! Maravllense, oh dioses, de que ya no hay necesidad de
lo divino!
Notas
1 LESKY, Albin. La tragedia griega. trad. Juan God. Barcelona. El Acantilado. 2001. pp. 123-125.
2 D. CH., Vita Aeschylii, Proemio 1-5.
3 PLUT. Vita Cimonii. 8, 9, 2-6.
4 CL. AEL. De Nat. 7, 16, 1-11.
5 Para ms informacin al respecto, vese. HADAS, Mses. Gua para lectura de los clsicos griegos y latinos.
Mxico. FCE. 1987. p. 58. Y LESKY, Albin. Historia de la literatura griega. Madrid. Gredos. 1989. p. 283. 6 DURKHEIM, Emile. Las formas elementales de la vida religiosa. trad. Ramn Ramos. Madrid. Akal. 1982.
p.71 7 ELIADE, Mircea. Lo sagrado y lo profano. trad., Luis Gil Fernndez. Barcelona. Paids. 1957. pp. 14-15.
8 _____. op. cit., p. 15.
9 OTTO, Rudolf. Lo santo y lo irracional en la idea de Dios. Madrid. Revista de Occidente. 1965. pp. 14-20
10 De ah que en la tragedia Prometeo encadenado encontraremos que si el protagonismo recae Zeus y
Prometeo, en mayor o menor medida se recalca constantemente que Prometeo, a pesar de ser un titn, no es
considerado un dios. El titn se asemeja con los humanos, por ende, los humanos no participan de lo divino, y
precisamente por esta razn, la cuestin de lo sagrado se desplazar, digamos, hacia algo ms terrenal, ms
humano; esto nuevo ser una cosa ntima. 11
NIETZSCHE, Friedrich. El culto griego a los dioses. trad. Diego Snchez Meca. Madrid. Alderabn. 1999.
p.59. 12
AESCH. PB vv. 436-442: () // , // . // // ; // // 13
AESCH. PB vv. 442-446: // , // . // , , // 14
AESCH. PB vv. 446-458: , // , // // , // , // . // //
-
13
// , // , // . 15
_____. El culto griego a los dioses. p. 67. 16
AESCH. PB vv. 458-468: , , // , . // , . // // // // , // , . // // . 17
_____. Lo sagrado y lo profano. pp. 14-15. 18
AESCH. PB vv. 469-471: // , // . 19
AESCH. PB vv. 472-475: // , // // . 20
AESCH. PB vv. 475-483: , // . // , // , , // , , // , // // . 21
AESCH. PB vv. 484-495: // // , // . // // . // , , // , // // , // // , 22
AESCH. PB vv. 496-502: // // , // . // n // , // , , , 23
_____. Lo sagrado y lo profano. p. 15. 24
AESCH. PB vv. 502-506: // ; // , , . // , // . 25
_____. op., cit. p. 15. 26
_____. op., cit. p. 17. 27
_____. op., cit. pp., 21 y 23.
Fuentes:
AESCHYLUS. Prometheus Bound. Herbert Weir Smyths, Ph. D., Ed.
http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus%3Atext%3A1999.01.0009 CLAUDIUS AELIANUS. De natura animalia. Rudolf Hercher, Ed.
http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus%3atext%3a2008.01.0590
DYDIMUS CHALCENTERUS. Vita Aeschylii.
http://catalog.perseus.org/catalog/urn:cite:perseus:author.476.
PLUTARCH. Vitae. Bernadotte, Perrin, Ed.
http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus%3Atext%3A2008.01.0079%
3Achapter%3D1%3Asection%3D1
Bibliografa:
DURKHEIM, Emile. Las formas elementales de la vida religiosa. trad. Ramn Ramos.
Madrid. Akal. 1982. 423 p.
ELIADE, Mircea. Lo sagrado y lo profano. trad., Luis Gil Fernndez. Barcelona. Paids.
1957. 190 p.
-
14
HADAS, Mses. Gua para una lectura de los clsicos griegos y latinos. Mxico. FCE.
1987. 347 p
LESKY, Albin. La tragedia griega. trad. Juan God. Barcelona. El Acantilado. 2001. 407 p.
_____. Historia de la literatura griega. trad. Jos M. Daz Regan y Beatriz Romero.
Madrid. Gredos. 1989. 808 p.
OTTO, Rudolf. Lo santo y lo irracional en la idea de Dios. Madrid. Revista de Occidente.
1965. 40 p.
NIETZSCHE, Friedrich. El culto griego a los dioses. trad. Diego Snchez Meca. Madrid.
Alderabn. 1999. 300 p.