LA DINÁMICA DE LA AGROINDUSTRIA AZUCARERA … · la agroindustria azucarera, como en el terreno...

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LA DINÁMICA DE LA AGROINDUSTRIA AZUCARERA NACIONAL: DE SU ESTRUCTURA PRODUCTIVA A SU HUELLA ECOLÓGICA; EL PAPEL DE SUS ACTORES SOCIALES Y LAS POLÍTICAS PÚBLICAS. EL CASO DE LOS INGENIOS DEL ESTADO DE PUEBLA TESIS QUE PARA LA OBTENCIÓN DEL GRADO DE DOCTOR EN ECONOMÍA Presenta: José Rubén Pérez Cruz Asesor: Dr. Alejandro Álvarez Béjar . H. Puebla de Zaragoza Julio de 2015.

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LA DINÁMICA DE LA AGROINDUSTRIA AZUCARERA NACIONAL: DE SU ESTRUCTURA PRODUCTIVA A SU HUELLA ECOLÓGICA; EL PAPEL DE SUS ACTORES

SOCIALES Y LAS POLÍTICAS PÚBLICAS. EL CASO DE LOS

INGENIOS DEL ESTADO DE PUEBLA

TESIS

QUE PARA LA OBTENCIÓN DEL GRADO DE DOCTOR EN

ECONOMÍA

Presenta:

José Rubén Pérez Cruz

Asesor:

Dr. Alejandro Álvarez Béjar

.

H. Puebla de Zaragoza Julio de 2015.

En memoria de mi madre y mi abuela,

por su esfuerzo y su amor

A Toñita, Rubén, Manuel y Pablo: mi familia nuclear

A mis hermanos y sobrinos.

A mis amigos y compañeros

A Guillermo Campos Ríos y Hugo Zemelman Merino,

como un recuerdo imperecedero

I

Agradecimientos:

Al iniciar esta página, lo primero que acude a mi mente es mi más profunda gratitud a la

Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, institución que es parte de mi vida desde

hace 40 años, y con quien siempre estaré en deuda: en sus aulas he logrado mi formación

humana y profesional, además de tener el privilegio de formar parte de su planta docente.

Va también mi más profundo agradecimiento a mi amada Facultad de Economía, he sido

muy afortunado de haber obtenido los tres grados académicos que ofrece.

Mi reconocimiento al Doctorado de Economía Política del Desarrollo del Centro de

Estudios del Desarrollo Económico y Social (CEDES), espero que los resultados de la

presente tesis, estén en congruencia con sus objetivos, entre otros: el contribuir a las teorías

del desarrollo, generar propuestas alternativas que impacten las estrategias gubernamentales

y los paradigmas que le sirven de sustento.

Agradezco al CONACYT, por la beca otorgada para cursar mis estudios de Doctorado en

Economía Política del Desarrollo, que me permitió dedicarme a estudiar de tiempo

completo durante 4 años.

Agradezco al Programa del CEDES, por su apoyo económico para realizar mi trabajo de

campo en las 2 zonas cañeras del Estado de Puebla, e igualmente por el recurso económico

aportado para que asistiera como ponente al Seminario Internacional de Economía Pública

y local organizado por la Universidad Autónoma de Quintana Roo en Noviembre de 2013;

expreso también mi reconocimiento por sus gestiones realizadas para ser beneficiario del

apoyo PIFIE para asistir al Congreso Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo,

realizado en la ciudad de la Habana Cuba, en Julio de 2013, en el que presenté una

ponencia a partir de los avances de mi investigación. En el mismo sentido agradezco la

beca de titulación, proporcionada por la Vicerrectoría de Investigación y Estudios de

Posgrado BUAP.

Mi agradecimiento al Dr. Alejandro Álvarez Béjar, quien dirigió la presente investigación;

a la Doctora Susana Rappo Miguez y al Dr. Germán Sánchez Daza. Tuve el privilegio de

II

que integraran mi comité tutorial, sus comentarios, sugerencias y cuestionamientos fueron

un apoyo invaluable para avanzar y concluir esta tesis. Igualmente agradezco a los doctores

Pedro García Caudillo, Alfredo García Güemes y José Luis Castro Villalpando, lectores de

esta tesis, por sus comentarios que hicieron a mi trabajo, ideas que me motivan para

desarrollarlas en artículos futuros.

Mi reconocimiento a toda la planta docente del Doctorado, en particular a los doctores

Jaime Estay, Jesús Rivera, Jaime Ornelas, Germán Sánchez Daza, Alejandro Álvarez Béjar

y Eudoxio Morales, que tuvieron a su cargo los seminarios de Economía Política del

Desarrollo I y II, las lecturas proporcionadas y los debates con los compañeros fueron

fundamentales para comprender la dialéctica de la problemática del desarrollo-

subdesarrollo e incorporar dichos aportes a nuestros trabajos de tesis.

Igualmente mi reconocimiento a la Dra. María Eugenia Martínez de Ita y al siempre

recordado Dr. Guillermo Campos Ríos, que en el seminario de Investigación Epistemología

del Desarrollo I, nos proporcionaron las herramientas en el terreno teórico epistemológico

esenciales para armar nuestros protocolos de investigación

Especial agradecimiento para las doctoras Rosalía Vázquez Toríz y Susana Rappo que

coordinaron el Área 3 ―Territorio y disputa por el desarrollo: Actores locales y la

construcción de proyectos‖, y que también fueron nuestras profesoras de los Seminarios de

Temas Selectos del Desarrollo contemporáneo I y II e Investigación Epistemología del

Desarrollo II, III y IV, junto a la Dra. Liza Aceves. A partir de sus lecturas seleccionadas

avanzamos en nuestras investigaciones y retomamos los conceptos teóricos que dieron

sustento a nuestros temas de investigación.

A mis compañeros y amigos del doctorado que estuvieron cotidianamente en el estudio, en

el trabajo y el debate, tanto en las instalaciones del CEDES como en los Coloquios que se

realizaron, que nos permitió conocernos, identificarnos y compartir nuestros proyectos de

investigación, así como asistir a otros foros a presentar nuestras ponencias.

Agradezco al Lic. Ricardo Janeiro que me permitió ingresar al Ingenio de Calipam, Puebla,

en una visita guiada para poder observar su proceso productivo.

III

Mi más sincero agradecimiento a los protagonistas de esta investigación de los cuales

aprendí mucho, desde el cultivo de la caña de azúcar, hasta el proceso productivo del

azúcar: a los productores cañeros que me brindaron información, y compartieron su

problemática, sus angustias, sus luchas. Guardo muchas horas de grabadación de las

entrevistas, referentes a la temática política y cultural, que no se incluyeron en la tesis, pero

que darían suficiente material para otras variantes de investigación.

El trabajo de campo me permitió poner en práctica una cualidad fundamental en el trabajo

del investigador: la observación, coincidiendo plenamente con el cantautor argentino:

…las cosas se cuentan solas, sólo hay que saber mirar …

Además de que logré recopilar información, que bien podrían fundamentar otras temáticas

de investigación, me permito concluir, que si bien se ha ido perdiendo la capacidad de

asombro, la capacidad de indignarse no debe perderse nunca.

IV

Resumen:

Esta investigación constituye un ejercicio descriptivo y exploratorio; pretende contribuir al

estudio de la problemática ambiental de la industria nacional y su relación con las políticas

ambientales, apoyándose en el enfoque teórico de la economía ecológica.

Delimitando nuestro objeto de estudio en el análisis de la agroindustria azucarera nacional;

ubicándonos temporalmente en el contexto histórico de la aplicación de las políticas

públicas neoliberales en nuestro país.

El eje transversal de nuestra investigación es el concepto de regulación: se analizan las

modalidades de ésta acción gubernamental, tanto en el terreno de la actividad económica de

la agroindustria azucarera, como en el terreno social y ambiental.

Se analiza la agroindustria, desde una perspectiva dinámica, desde sus procesos

productivos, su cadena productiva y su cadena de generación y transferencia de valor, de lo

que se deriva el análisis de las modificaciones que ha sufrido el pacto social entre Estado,

cañeros y dueños de ingenios.

Una delimitación fundamental de nuestra investigación fue analizar el estudio de caso de

los ingenios del Estado de Puebla, a partir de su heterogeneidad productiva; concluyendo

con el análisis de la huella ecológica de la zona cañera de Puebla.

PALABRAS CLAVE: agroindustria, política ambiental, regulación, huella ecológica,

heterogeneidad productiva, cadena productiva y cadena de valor.

V

ÍNDICE

IIN

INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 1

CAPÍTULO I. JUSTIFICACIÓN EPISTEMOLÓGICA Y METODOLÓGICA .................. 4

1.1 La problematización del objeto de estudio, perspectiva epistemológica.......................... 4

1.2 Los alcances en el terreno epistemológico ..................................................................... 14

1.3 El diseño metodológico de la investigación ................................................................... 16

CAPÍTULO II. ABORDAJE DE LOS ASPECTOS TEÓRICOS ....................................... 18

2.1 Acercamiento al objeto de estudio desde un plano general: crisis ambiental y actividad

industrial aproximación al estado del arte ............................................................................ 18

2.1.1 La crisis ambiental como expresión de la crisis civilizatoria. ..................................... 18

2.1.2 Algunas propuestas teóricas para el análisis de la sustentabilidad .............................. 21

2.2 Categorías y conceptos de análisis ambiental ................................................................ 22

2.2.1 El concepto de huella ecológica, alcances, relevancia para el análisis ambiental ....... 22

2.2.2 ¿Externalidades ambientales o distribución ecológica? .............................................. 26

2.3 ¿Es viable el desarrollo sustentable? El conflicto entre el desarrollo económico y la

viabilidad ecológica .............................................................................................................. 27

2.4 Las teorías fundamentales en relación al análisis del medio ambiente .......................... 33

2.4.1 Postulados teóricos de la economía ambiental. ........................................................... 33

2.4.2 Fundamentos teóricos de las políticas públicas propuestos por la economía ambiental.

.............................................................................................................................................. 36

2.4.3 Crítica a los postulados del equilibrio general de la economía ambiental................... 42

2.4.4 Los postulados de la economía ecológica................................................................... 44

2.5 El papel del estado en relación a la problemática ambiental, aspectos teóricos. ........... 48

2.5.1 La problemática de la intervención estatal desde la perspectiva marxista .................. 48

2.5.2 La postura del pensamiento neoclásico con respecto al Estado. ................................. 50

VI

2.6 ¿Regulación ambiental, desregulación o autorregulación ambiental?: un debate

fundamental .......................................................................................................................... 51

CAPÍTULO III. LA POLÍTICA AMBIENTAL MEXICANA HACIA LA INDUSTRIA

NACIONAL ......................................................................................................................... 56

3.1 La política ambiental hacia la industria en la etapa desarrollista. ................................. 56

3.2 Las políticas ambientales en México a partir de la aplicación del modelo neoliberal ... 59

3.2.1 El contexto neoliberal .................................................................................................. 59

3.2.2 La política industrial Nacional .................................................................................... 60

3.2.3 Transformaciones en la Estructura de la Industria Nacional a partir de la

implementación del neoliberalismo. ..................................................................................... 62

3.3 El TLCAN y las políticas ambientales en la industria nacional ..................................... 63

3.3.1 Heterogeneidad de la industria nacional en lo referente el cumplimiento ambiental. . 65

3.3.2 Algunas explicaciones en torno a la heterogeneidad relativa al cumplimiento de la

normatividad ambiental de las empresas nacionales ............................................................ 65

3.4 El compromiso de la empresa con el cuidado ambiental desde la perspectiva de la

Política ambiental neoliberal (La ecoeficiencia) ................................................................. 68

3.4.1 Regulación y ecoeficiencia .......................................................................................... 69

3.4.2 La importancia de la Innovación tecnológica de la empresa para mejorar su

ecoeficiencia ......................................................................................................................... 70

3.4.3 El factor tecnológico en los países semiindustrializados, ........................................... 71

3.5 Las modalidades de las Políticas ambientales hacia la Industria nacional en el periodo

neoliberal .............................................................................................................................. 72

3.5.1 Diseño e instrumentación de la Política ambiental en México. ................................... 73

3.6 Regulación o desregulación un debate fundamental de la política ambiental mexicana 77

3.7 La instrumentación de la política ambiental en México. ................................................ 80

3.7.1 Normas oficiales mexicanas ........................................................................................ 80

3.7.2 El nuevo marco regulatorio ......................................................................................... 85

VII

3.7.3 El esquema de regulación de la política ambiental mexicana ..................................... 86

3.7.4 Instrumentos coercitivos .............................................................................................. 87

3.7.5 Instrumentos voluntarios y basados en el mercado ..................................................... 88

3.7.6 Otros instrumentos fiscales .......................................................................................... 91

CAPÍTULO IV. LA PROBLEMÁTICA ECONÓMICA DE LA AGROINDUSTRIA

AZUCARERA NACIONAL. DESARROLLO HISTÓRICO, (CONTEXTO

NEOLIBERAL), LA REGIÓN PUEBLA ............................................................................ 93

4.1 El concepto de agroindustria .......................................................................................... 93

4.2 La cadena productiva de la caña de azúcar..................................................................... 94

4.2.1 La producción en Campo. Sector Primario ................................................................ 95

4.2.2 La cadena productiva en la producción de Azúcar. ................................................... 100

4.3 Evolución histórica de la agroindustria azucarera mexicana....................................... 105

4.3.1 Etapa desarrollista (Del periodo posrevolucionario a mediados de los años ochenta);

Participación privada con políticas públicas proteccionistas. ............................................ 108

4.3.2 Etapa neoliberal (De 1988 a 2012). Evolución de la agroindustria azucarera mexicana

ante los cambios en la regulación estatal ............................................................................ 112

4.3.3 El contexto neoliberal en el campo mexicano ........................................................... 112

4.3.4 El impacto de las políticas neoliberales en la agroindustria azucarera. ................... 115

4.3.5 Impacto de la política comercial en la agroindustria azucarera nacional .................. 118

4.3.6 La Estatización de un importante sector de los ingenios azucareros. ........................ 123

4.4 Comportamiento económico reciente de la agroindustria azucarera nacional ............. 126

4.4.1 La agroindustria azucarera en el contexto global. ..................................................... 126

4.4.2 Comportamiento del mercado azucarero nacional .................................................... 129

4.4.3 La coyuntura actual. .................................................................................................. 138

4.5 Importancia de la Región Puebla en la agroindustria azucarera nacional. ................... 141

4.5.1 Heterogeneidad productiva de la Región Puebla ...................................................... 142

VIII

CAPÍTULO V. LAS TRANSFORMACIONES DE LAS SUBJETIVIDADES DE LOS

ACTORES SOCIALES DE LA AGROINDUSTRIA AZUCARERA EN EL CONTEXTO

NEOLIBERAL. .................................................................................................................. 150

5.1 Los conceptos de sujeto, subjetividad colectiva e identidad ........................................ 151

5.2 La participación de los actores sociales en la agroindustria Azucarera Nacional, breve

descripción histórica ........................................................................................................... 153

5.2.1 La matriz sociopolítica nacional ................................................................................ 153

5.2.2 Desmantelamiento de la matriz sociopolítica nacional. Los actores sociales de la

agroindustria azucarera en el modelo neoliberal ................................................................ 156

5.3 La conformación de la Cadena de valor de la agroindustria azucarera ........................ 161

5.3.1 Transferencias de valor de los productores cañeros a otros actores .......................... 162

5.3.2 Empresarios industriales, el sujeto dominante en la cadena de valor de la agroindustria

azucarera. Etapa neoliberal ................................................................................................. 164

5.3.4 Los jornaleros agrícolas ............................................................................................. 165

5.4 Hacia la conformación de opciones de resistencia de los sujetos sociales que participan

en la agroindustria azucarera. ............................................................................................. 168

5.4.1 Expresiones de identidad. Las organizaciones cañeras ............................................. 169

5.4.2 Otras expresiones de identidad en las luchas cañeras. .............................................. 173

CAPÍTULO VI. EN BUSCA DE LA HUELLA ECOLÓGICA. ESTUDIO DE LA

AGROINDUSTRIA AZUCARERA. EN LA REGIÓN DE PUEBLA. ............................ 177

6.1 Patrón de producción, e impacto ambiental de la agroindustria azucarera. ................. 177

6.2 La huella ecológica en el cultivo de la caña de Azúcar ................................................ 179

6.2.1 Deterioro del suelo en la producción de caña ............................................................ 180

6.2.2 La importancia del agua en el cultivo de la caña de azúcar ...................................... 182

6.2.3 La producción de Azúcar orgánica en Calipam......................................................... 188

6.2.4 La huella ecológica en la zafra en Puebla.................................................................. 189

6.2.5 Problemática ambiental traslado de la caña al ingenio .............................................. 194

IX

6.3 La huella ecológica en los ingenios poblanos .............................................................. 195

6.3.1 El problema del Agua en los ingenios mexicanos. .................................................... 195

6.3.2 Consumo energético .................................................................................................. 209

6.3.3 El problema de la contaminación del aire de los ingenios de la Región Puebla ....... 215

6.3.4 Descarga de residuos sólidos en los ingenios de la región Puebla ............................ 218

6.4 Políticas ambientales en la agroindustria azucarera ..................................................... 219

CONCLUSIONES Y PROPUESTAS ................................................................................ 225

BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................ 242

X

Índice de Cuadros Estadísticos.

Cuadro 3.1. Normas Oficiales Mexicanas 82

Cuadro 3.2. Distribución de las NOM ecológicas para la industria manufacturera,

según el tema del medio natural o elemento contaminante (cantidad de normas) 83

Cuadro 4.1. Superficie Industrializada y producción de caña de Azúcar en

México 2006-2013 131

Cuadro 4.2. Agroindustria Azucarera Mexicana (2003-2013) (toneladas) 133

Cuadro 4.3. Producción Nacional de Azúcar de Caña (promedio anual

zafra 2010 -2014) 142

Cuadro 4.4. Comparativo entre los ingenios de Puebla, México.

(Promedio anual zafra 2010 -2014) 144

Cuadro 4.5. Tipología de ingenios mexicanos y zonas de abasto con base

en su eficiencia de fábrica y campo 145

Cuadro 4.6. Indicadores ambientales de la zafra de los Ingenios de Puebla

(zafra 2011/2012) 146

Cuadro 6.1. Manejo global de agua en la Industria Azucarera mexicana (1974) 197

Cuadro 6.2. Consumo de agua en el proceso de elaboración de azúcar 198

Cuadro 6.3. Principales fuentes de agua residual en la elaboración de azúcar 200

Cuadro 6.4. NOM-001-SEMARNAT-1996 Calendario gradual de cumplimiento 201

Cuadro 6.5. Aprovechamiento de agua Ingenio Atencingo 206

Cuadro 6.6. Descarga de aguas residuales a cuerpos receptores Ingenio Atencingo 208

CUADRO 6.7. Ingenio de Calipam. Consumo energético 2000-2014 211

CUADRO 6.8. Ingenio de Calipam. Consumo energético 2000-2014 213

Cuadro 6.9. Hallazgos encontrados en de la Auditoría Ambiental a la FIA. 2014 222

XI

Índice de Gráficas.

Gráfica 4.1. Comportamiento del mercado azucarero internacional

(2005 – 2014 Producción, consumo y precios) 128

Gráfica 4.2. Exportaciones de azúcar (toneladas) 130

Gráfica 4.3. Producción de caña de azúcar (toneladas) Ciclos 2006/07 a 2012/13 131

Gráfica 4.4. Rendimiento caña de azúcar. Nacional 2006-2013)

(Producción de caña de azúcar/Superficie cultivada. Toneladas) 132

Gráfica 4.5. Producción nacional de azúcar 134

Gráfica 4.6. Producción nacional y consumo nacional aparente

(miles de toneladas de azúcar) 136

Gráfica 4.7. Participación de los edulcorantes en el consumo nacional 136

Gráfrica 4.8. Particpación de los edulcorantes en el mercado nacional 137

Gráfica 4.9. Comportamiento del precio del azúcar en el mercado nacional 138

Gráfica 6.1. Tipos de industria que no cumplen con la NOM 001-SEMARNAT

1996 EN 2000 201

Gráfica 6.2. Ingenio de Atencingo Aprovechamiento de agua industrial 207

Gráfica 6.3. Petróleo consumido en Fábrica. Ingenio de Calipam 2004-2014 212

Gráfica 6.4. Generación de energía eléctrica (KWH) a partir del bagazo.

Ingenio de Calipam 212

Gráfica 6.5. Petróleo consumido en Fábrica. Ingenio de Atencingo 2004-2014 214

Gráfica 6.6. Petróleo consumido en Fábrica por tonelada de caña (litros).

Ingenio de Atencingo 2004-2014 214

Gráfica 6.7. Generación de energía eléctrica (KWH) a partir del bagazo.

Ingenio de Atencingo 215

1

9

INTRODUCCIÓN

El contexto global: Los alcances de la crisis ambiental

Con el surgimiento de la crisis ambiental mundial, la concepción utilitarista de la naturaleza

como vía para arribar al desarrollo fue severamente cuestionada; la preocupación por el

cuidado del ambiente ha dejado de ser tema de análisis exclusivo de las ciencias naturales.

Este tema ocupa hoy uno de los más amplios debates en el ámbito de las ciencias sociales,

incorporándose a los trabajos que se desarrollan en otras disciplinas científicas, presentando

con ello una notoria multidisciplinariedad, con nuevas perspectivas en la búsqueda de un

desarrollo que vaya acompañado de medidas de rescate del entorno natural y de respeto de

la biodiversidad.

La publicación de Los límites de crecimiento de Deanis Meadows en 1972 propició durante

algunos años un debate en torno a la enorme presión que la actividad económica ejercía

sobre los recursos naturales a nivel mundial, se alertaba que el daño al ambiente y la

biodiversidad que la actividad económica generaba, agotaría los recursos naturales, lo que

agudizaría las contradicciones capitalistas y el conflicto social. En 1987, los trabajos de la

Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, que culminaron con el documento

Nuestro Futuro Común, (conocido también como Informe Brundtland), representaron un

intento por encontrar un punto de equilibrio entre las exigencias económicas, sociales y

ambientales de las generaciones presentes y futuras, utilizando por primera vez el concepto

de Desarrollo Sustentable.

La Cumbre de la Tierra, realizada en Río de Janeiro en 1992, aprobó la adopción de la

Agenda 21, en la que se impulsó la aplicación de una legislación ambiental complementada

con el uso de medidas de regulación directa o correctiva, se acordó que los países

designaran a las autoridades públicas encargadas de la gestión ambiental y se incorporó la

evaluación del impacto ambiental como uno de los instrumentos de gestión ambiental.

En nuestro país, comenzaron a surgir estudios sobre la problemática ambiental nacional, en

un principio siendo materia de análisis exclusiva de los científicos naturales;

posteriormente el tema ambiental se fue incorporando como prioridad de análisis en las

2

investigaciones de los científicos sociales. En los años 90 se iniciaron los trabajos relativos

al impacto ambiental de las empresas mexicanas. Un elemento importante es señalar que en

la mayoría de ellos, su enfoque teórico se ha basado en los postulados de la economía

ambiental; no se han encontrado muchas investigaciones con un enfoque diferente: la

economía ecológica, en estudios de caso o referentes a la problemática ambiental de las

empresas. Esta investigación se ha propuesto contribuir al estudio de la problemática

ambiental y las políticas ambientales al respecto, apoyándose en el enfoque teórico de la

economía ecológica.

La adopción por el gobierno de México de la Agenda 21, durante la Conferencia de

Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo de Río de Janeiro 1992, implicó que

la temática del ambiente se incorporara en las políticas públicas, surgiendo de esta manera

las políticas ambientales, las cuales intentarán enfrentar a partir de la normatividad,

instrumentos e instituciones, la problemática del ambiente en el terreno del desarrollo

económico y social.

El empeoramiento de los indicadores ambientales y la preocupación por encontrar

soluciones por parte de los investigadores coincidieron con los dramáticos años de la crisis

económica en Latinoamérica y la adopción del modelo neoliberal, con la consecuente

aplicación de las reformas estructurales, que conllevan al abandono de las políticas

proteccionistas, a la apertura comercial, a la desincorporación de las empresas, etc. Este

nuevo paradigma de desarrollo, ha influido determinantemente en el diseño de las políticas

ambientales

La adopción disciplinada y dogmática por parte de las autoridades mexicanas de los

postulados del llamado ―Consenso de Washington‖, implicó el retiro del Estado de sus

actividades económicas directas, para no interferir en el funcionamiento del mercado,

dejando paulatinamente la regulación de éste a las libres fuerzas de la oferta y la demanda,

a este proceso se le ha llamado: ―desregulación‖.

Con la aceptación de los postulados neoliberales, surgieron dos posturas encontradas en

torno al papel que jugarían las políticas públicas en la solución de los problemas

ambientales: la primera consistía en determinar si la acción gubernamental debería tener

3

como objetivo fundamental ―regular‖ la acción contaminadora de las empresas y agentes

económicos a través de la normatividad y los instrumentos económicos a su alcance; en

contraposición, una segunda postura planteaba que las políticas públicas debían limitarse a

otorgar mecanismos voluntarios de autorregulación ambiental de las empresas. Este último

enfoque, es el que actualmente ha logrado prevalecer en lo referente al diseño y aplicación

de las políticas públicas de la mayoría de países; imponiéndose de esta manera como la

política ambiental dominante a nivel global. A grosso modo, ambas posturas

ideológicamente encontradas se han ido agrupando y constituyendo en dos grandes cuerpos

de teoría que a lo largo del tiempo se han consolidado. A través de las ellas se han

conformado explicaciones a la problemática ambiental y de esta manera, sustentar las

decisiones y acciones de los actores sociales.

4

CAPÍTULO I. JUSTIFICACIÓN EPISTEMOLÓGICA Y METODOLÓGICA

1.1 La problematización del objeto de estudio, perspectiva epistemológica.

En el primer protocolo de ésta tesis, se planteó entre otras las siguientes preguntas: ¿Cómo

valorizar los recursos naturales?, es decir ¿cómo determinar el valor del hábitat natural si a

éste, en el sentido de la teoría objetiva, no se la ha incorporado ninguna cantidad de trabajo,

aunado a que la biodiversidad no se presenta como propiedad privada?

La propuesta de valorizar la naturaleza, no se originó desde el ámbito de la economía

política, la economía clásica no asignó al entorno natural ningún valor: el aire, el agua, eran

considerados como bienes públicos, abundantes y gratuitos, ya que nadie había gastado un

centavo ni un minuto de trabajo en producirlos. Ha sido la economía ambiental y sus

partidarios los que recientemente han señalado la necesidad de encontrar alguna medida de

valor de la naturaleza, argumentando que solamente si existe un referente en términos de su

precio, se pueden compensar los daños provocados por algún agente externo en su actividad

productiva.

La pretensión de que los daños al entorno natural pudieran tener una compensación

monetaria de acuerdo al principio de que ―el que contamina paga‖ y que de esta manera los

agentes resarcieran su acción contaminadora a través de multas, impuestos ambientales, o

una compensación en dinero a los individuos afectados, parece tener mucho sentido de

justicia; sin embargo algunos de sus adherentes de buena fe, no parecieron tomarse en

cuenta el riesgo ideológico de aceptar con ello, de que la naturaleza pudiera tener un valor o

su correspondiente expresión monetaria (precio) y de esta manera aceptar de que puede

incorporarse a la lógica del mercado.

Este debate se ha ido ampliando y ha llegado a los niveles de la economía política. El

pensamiento marxista ha sido cuestionado por no incluir en su propuesta teórica a la

naturaleza y más aún, se ha etiquetado a Marx como un ―desarrollista‖, admirador del

progreso vertiginoso de las fuerzas productivas capitalistas y por no haber cuestionado

abiertamente, en un texto ex profeso, los riesgos al ambiente provocados por la

acumulación capitalista. Se nos ha hecho ver de manera injusta (desde mi punto de vista) a

un Marx anti ecológico.

5

A la presente investigación se incorporaron algunas lecturas necesarias, (proporcionadas

por nuestros profesores del Seminario de Economía Política del Desarrollo II), buscando

con ellas, rescatar algunas de las propuesta ecológicas que Marx planteó de manera

implícita en su obra; una de ellas es la idea de concebir a la actividad productiva humana y

su necesaria relación con la naturaleza como un metabolismo social, la otra, es su propia

teoría del valor, en la que se determina que el trabajo humano es la única fuente generadora

del valor.

En este sentido, la propuesta de ―valorizar‖ a la naturaleza, o de manera más precisa

asignarle un precio, tal como lo ha sugerido la economía ambiental, implica una postura

consecuente con la mercantilización de la naturaleza y abona la idea de que ésta debe

integrarse al mercado, aunque la justificación, que mixtifica la anterior, se presenta al

afirmar que de esta manera se corregirían ―los fallos del mercado‖ que las ―externalidades

ambientales‖ generan.

Contribuyendo a la problematización del objeto de estudio, los cuestionamientos se

readecuaron a los siguientes: ¿qué se esconde detrás de la propuesta de valorizar los

recursos naturales?; esta interrogación permitió profundizar la problematización de la

realidad desde una perspectiva ideológica, política, valoral, etc.

Otro objetivo central de análisis propuesto al inicio de la presente investigación, se refería a

las modalidades de la intervención del Estado en materia ambiental.

Las preguntas planteadas eran las siguientes: si se acepta que es necesario que el Estado

intervenga, entonces ¿de qué manera debe hacerlo?, ¿en la búsqueda de qué objetivos?;

¿Solo intervenir para que los particulares resuelvan sus daños ambientales entre sí, a través

de un mercado ambiental?, o por el contrario ¿debe intervenir para que los agentes tengan

presentes las medidas directas e instrumentos económicos del Estado, que puede utilizar

para proteger el ambiente? Lo anterior permitió cuestionar el diseño de la política ambiental

llevada a cabo por el gobierno mexicano en nuestro caso y los alcances y modalidades de su

regulación y en su desarrollo.

Otro bloque de preguntas, se hicieron en referencia al cambio tecnológico; como alternativa

para mitigar el impacto ambiental de las actividades productivas de las empresas: ¿La

6

innovación tecnológica, permitirá procesos productivos más limpios?, ¿existen otras

opciones, que no necesariamente tienen que ser procesos muy complejos y de alto

contenido tecnológico, aunque sí, acordes a la realidad nacional, que tomen en cuenta el

respeto al entorno, que consuman menos combustibles fósiles, se reutilice el agua, se

controlen los desechos y las descargas residuales a la atmosfera y a los cuerpos de agua,

etc.? ¿Qué papel puede jugar la regulación ambiental ante las dificultades de

implementación de nuevas tecnologías en los procesos productivos favorables al ambiente?

Con el análisis de los principales cuerpos de teoría que exponen en esta tesis, se pudo

plantear otro cuestionamiento importante: ¿Existen al respecto experiencias de

implantación de tecnologías limpias adoptadas por el sector industrial basadas en el

enfoque de la economía ecológica ?, si bien esta corriente ha contribuido a tener un enfoque

diferente de análisis con respecto a la economía ambiental que basa su análisis en los

postulados neoclásicos, en la presente investigación, no logramos encontrar un modelo de

sustentabilidad fuerte en los sectores productivos, como experiencia concreta de desarrollo;

aun dirigiendo nuestra mirada hacia otros ámbitos de experiencias de los gobiernos

progresistas en América Latina.

Es posible replantearse estas lecciones para la realidad mexicana, dado que no conocemos

otro tipo de políticas que tengan la experiencia de aplicarse, más que las basadas en la

ortodoxia neoliberal, cuyo principal exponente es la economía ambiental. Es cierto que

existen algunas experiencias a retomar, pero sin duda, las Políticas Ambientales inspiradas

en la teoría neoclásica han ganado terreno y se han impuesto en los círculos académicos y

de poder del país.

Con el desarrollo de la presente investigación se confirma que la implantación de nuevas

tecnologías en la industria nacional, en caso de hacerse, buscaría elevar la productividad

para obtener una mayor ganancia, que mejorar el ambiente. Las entrevistas de campo que

se realizaron, permiten afirmar que se ha avanzado muy poco en la aplicación de

innovaciones tecnológicas que incidan en proceso productivos más limpios, ni existe un

nivel de compromiso con el entorno natural o algo que se pueda llamar conciencia

ambiental por parte de los empresarios, el estudio de la agroindustria azucarera de la

Región de Puebla, permite reafirmar dicha conclusión

7

Este trabajo se apoya en los postulados de la economía ecológica , que a pesar de tener un

impresionante cuerpo de teoría, no es fácil percibir un modelo metodológico, sistematizado

y ordenado, característica que si posee la economía ambiental en particular y el modelo

neoclásico en general, que representa para éstos una de sus principales fortalezas. Uno de

los principales triunfos culturales del neoliberalismo y la teoría neoclásica en que se

sustenta, es la simplicidad con que explica una realidad compleja a través de modelos, que

al menos en la exposición, la simplifican y que han logrado incorporar cualquier tipo de

problemática a la lógica del mercado. Baste ver que para casi todos los aspectos del mundo

económico y de la sociedad, el enfoque neoclásico tiene una explicación racional muy

sencilla, la mayor de las veces fundamentada en el lenguaje matemático.

Se trabajó, con los esfuerzos que esto implicó, en abordar la problemática al analizar desde

una posición de crítica con respecto a la teoría neoclásica y su variante: la economía

ambiental, que han sustentado el diseño y la implementación de las políticas ambientales en

nuestro país. Sin embargo, a lo largo de la presente investigación, queda claro que no hay

que apoyarse en una sola visión teórica, sino en una visión plural y multidisciplinaria: los

postulados de la sustentabilidad y las perspectivas de los actores sociales, en una visión

epistemológica crítica.

Se consideró necesario retomar de una manera crítica los postulados, dispersos pero muy

profundos de la economía ecológica y de otros enfoques teóricos críticos al pensamiento

neoclásico, como el ecologismo popular o ecologismo de los pobres, que plantea, Martínez

Alier, uno de sus principales exponentes, el luchar por reivindicar una distribución

ecológica justa; es decir se manifiesta en contra de las asimetrías y desigualdades sociales y

temporales en el uso de los recursos y servicios ambientales. Además, luchar también por

una distribución justa de la propiedad, para impedir la privatización de aquellos recursos

que se consideran de la propiedad comunal.

El corte espacial: La relevancia de estudiar la agroindustria azucarera mexicana

Con respecto al corte espacial, un problema epistemológico inicial al que se enfrentó esta

investigación, se encontraba en la delimitación del tema de estudio, y poder así, arribar a

niveles de concreción de la realidad en términos de precisión, sin fragmentarla dado lo

8

amplio y heterogéneo de la industria nacional y su relación con la aplicación de las políticas

ambientales al respecto.

Se buscó reconstruir la realidad desde una visión integradora y dinámica de los procesos

históricos sociales que conlleva; se consideró necesario escoger una rama o sector

industrial, que pudiera ser considerado como típico o muy representativo de la problemática

social - ambiental del Estado de Puebla. De esta manera se eligió como tema de estudio a

la agro industria azucarera (AIA), las razones para hacerlo fueron las siguientes: 1) Se

consideró de gran relevancia analizar los impactos al ambiente que se generan a lo largo de

la cadena productiva de la agroindustria azucarera en sus distintas fases, que van desde el

cultivo de caña en el campo, la zafra o cosecha y el posterior traslado de la caña al ingenio,

hasta su transformación en azúcar en la planta. Estos encadenamientos implican la

utilización de agroquímicos para el cultivo de caña, el uso intensivo de agua, tanto en

campo como en planta, las consiguientes descargas de aguas residuales que se arrojan a los

ríos y afluentes de agua (que son de las más grandes en volumen en el sector industrial

nacional), aunado a la emisión de gases, y desechos sólidos al ambiente que se generan

tanto en las actividades agrícolas como industriales. 2) El aspecto económico también tuvo

un gran peso a la hora de la elección porque la agroindustria azucarera tiene una gran

importancia en el Estado de Puebla, los dos territorios cañeros de la entidad, que junto con

Morelos forman parte de la región azucarera nacional de más alta productividad.

La agroindustria Azucarera mexicana, es una industria emblemática en más de un sentido:

por ser de las más antiguas del país, por su importancia económica y por su impacto

regional, esto ha permitido tener influencias muy relevantes en el terreno social. Asimismo

es una industria que podemos llamar ―tradicional‖ y por lo mismo enraizada en la cultura

nacional y a su vez es determinante en la vida económica de las diferentes regiones del país

donde se localiza el cultivo. En términos cuantitativos, México se encuentra entre los

primeros 10 países productores y consumidores de azúcar, genera aproximadamente

300,000 empleos de manera directa en quince estados de la república, donde se ubican los

cerca de 60 ingenios azucareros que la conforman, agrupados en once grupos

empresariales, aunado a ello, este sector presenta innumerables encadenamientos, hacia

atrás y hacia adelante, con múltiples actividades primarias, industriales, comerciales y de

9

servicios, con lo cual aparece un efecto multiplicador del empleo en cerca de tres millones

de personas (Hernández, Barajas 2000:21).

También es necesario señalar las dificultades que han persistido en la AIA nacional desde

hace décadas, que han configurado lo que se puede llamar una crisis de carácter

estructural1, donde las facetas que adopta esta crisis son diversas: desde su carácter

financiero y de descapitalización, de competitividad a nivel internacional (dado que la

agroindustria azucarera nacional, es altamente vulnerable a los efectos negativos del

mercado internacional), de productividad, de rezago tecnológico y de una alto impacto

ambiental.

La heterogeneidad productiva, es un elemento a considerar en el estudio de la agroindustria

azucarera mexicana, donde coexisten ingenios con una productividad muy alta junto a otros

con una productividad menor a la media internacional; su análisis proporciona elementos

para explicar los problemas de competitividad internacional de la agroindustria, y para

reflexionar acerca de su situación técnica y financiera, que repercute a su vez en problemas

como despidos de trabajadores, incumplimiento en los pagos a productores cañeros,

problemas de financiamiento, diferenciales de rentabilidad etc.

En lo referente al aspecto industrial, se observa que muchos subproductos de la caña, que

podrían generar un nuevo proceso de industrialización terminan como desechos industriales

y en el peor de los casos arrojados al ambiente, ocasionándole severos daños, tal es el caso

del bagazo y de la cachaza.

Por lo anterior, se propone la hipótesis en el sentido de que la crisis ambiental de la AIA

tiene una gran relación con su crisis de productividad, provocada por el rezago en el

desarrollo de innovaciones importantes en sus procesos productivos. La insuficiente

reinversión en las instalaciones fabriles, que permitieran la incorporación de procesos

1 Este concepto de ―crisis‖ de la Agroindustria Azucarera mexicana, puede ser motivo de una discusión más

amplia, ya que su evolución sin duda tiene un carácter cíclico, en los que históricamente podemos ubicar las

distintas fases: momentos de crecimiento, de estancamiento, con sus respectivas especificidades y sus

influencias internas y externas. sin embargo, los alcances de sus procesos de acumulación son limitados y

enfrentan grandes problemas, por lo que se puede hablar de ese concepto de ―crisis‖ estructural dado el

carácter subordinado y dependiente del patrón de acumulación de la industria mexicana en general. Véase

Rappo [2002]; Arguello [2009] , Hernández, Barajas [2000], García Chávez [1997]

10

técnicos limpios, ha implicado seguir con pautas de producción obsoletas en la mayoría de

los ingenios, en los que aún se utiliza un alto consumo de energía a partir de combustibles

fósiles, un uso devastador del agua, de emisiones contaminantes, vertido de desechos a la

atmósfera y descargas de residuos a los ríos, lo anterior ha venido deteriorando el hábitat,

los suelos (por el uso intensivo de agroquímicos) e igualmente, ha empeorado las

condiciones laborales y de salud de los trabajadores del campo cañero y del ingenio.

Las dificultades que presenta la AIA nacional pueden sintetizarse en

El mercado internacional del azúcar, está sobreprotegido y dominado por los Estados

Unidos, que permite incidir en los bajos precios internacionales del azúcar, esto a nivel

interno ha desestimulado las exportaciones mexicanas del dulce y alentado el aumento

en su consumo nacional, ante la ausencia de inversiones en la agroindustria que mejoren

su productividad e incorporen procesos técnicos modernos, más limpios y sustentables.

Los patrones de consumo de la población mexicana, inciden en la demanda nacional del

azúcar y sus derivados: la información estadística, que se presenta en la Unidad 4 de

esta investigación permiten ver que a los aumentos en la producción le corresponden

aumentos en su consumo. La creciente demanda del endulzante, junto a los procesos de

apertura comercial explican los aumentos de las importaciones de azúcar y de sus

sustitutos, en especial el jarabe de maíz de alta fructosa, (JMAF) que en los últimos

años ha tenido un crecimiento exponencial, con una tendencia a incrementarse.

Competitividad productiva de los Ingenios mexicanos. El tema de la productividad, es

un referente obligado desde un comparativo en el horizonte internacional de las nuevas

tendencias mundiales de la agroindustria azucarera. En los años recientes hemos visto el

ascenso de países como Brasil, India y China que encabezan el ranking mundial, tanto

en volumen de la producción como de exportaciones, gracias en gran medida a que han

incorporado tecnologías que elevan su productividad e inciden en el mejoramiento

ambiental y en un menor uso de los recursos naturales. En el caso de México,

encontramos una gran heterogeneidad en los niveles de productividad de la AIA.

(Aguilar, 2011)

11

El corte temporal. El contexto neoliberal.

Esta investigación se ubica temporalmente en el periodo que ha trascurrido a partir de la

aplicación del modelo neoliberal, que sustituyó al periodo que se ha denominado como

desarrollista que se caracterizaba por un marcado proteccionismo y una gran injerencia del

Estado. En sus primeros años, la transición al neoliberalismo, fue brutal y de un muy alto

costo social, durante esos años se implementaron en nuestro país los cambios estructurales,

que configuraron un nuevo modelo de desarrollo industrial en México, orientado ahora al

mercado internacional y a las exportaciones.

La intervención directa del Estado hacia el mercado en este nuevo patrón, es excluida

paulatinamente hasta casi borrarla. La estatización en 2001 de una buena parte de ingenios

mexicanos, es una excepción a esta tendencia, lo cual demuestra la gravedad financiera por

la que atravesaban los ingenios intervenidos, que obligó al gobierno mexicano a

administrarlos directamente para evitar su escandalosa quiebra.

La aplicación del modelo neoliberal, en nuestro país, ha implicó profundas modificaciones

en la economía nacional, en las que se destaca la apertura comercial, el endurecimiento de

la política fiscal, la eliminación de los subsidios, la privatización de las empresas públicas;

la flexibilización de la reglamentación de la inversión extranjera directa y en cartera; todas

éstas modificaciones inspiradas por una política económica de contención salarial y de

abandono del ―estado de bienestar‖ que se ha inspirado en el llamado ―Consenso de

Washington‖.

Coincidiendo con los años en que comenzaron a aplicarse las medidas neoliberales se

agudizaron las manifestaciones de la crisis ambiental global y nacional, ambos momentos

(y su análisis) se cruzan en ésta investigación, se consideró necesario partir del estudio de la

implementación de las políticas neoliberales y sus efectos en la estructura productiva y su

espacio social, para comprender las modalidades y alcances de las políticas públicas

destinadas a enfrentar la problemática ambiental.

Tras décadas de cambio estructural, tanto el espacio productivo como el ambiental se han

constreñido a la lógica del neoliberalismo, estamos ante una sociedad en la que la cultura

del mercado se ha consolidado. En la esfera ambiental, la mercantilización de la naturaleza

12

avanza a grandes pasos, los ―bienes públicos‖ gratuitos y al alcance de todos se han

convertido en ―servicios ambientales‖ administrados por empresas privadas; en el campo de

las políticas ambientales se ha impuesto la autorregulación del desempeño ambiental de las

empresas.

La importancia del análisis de los actores sociales que participan en la AIA

La implementación del modelo neoliberal en el campo nacional ha implicado profundas

modificaciones en su estructura social, principalmente en lo referente al papel que juegan

los sujetos sociales que intervienen en la cadena productiva y en las relaciones de poder que

se dan en este contexto.

La intervención de nuestro problema de investigación a partir de la delimitación temporal y

espacial, evidenció que la AIA manifiesta un gran espacio de conflicto en el que participan

actores sociales con intereses distintos y en el que están presentes proyectos en el terreno

social, económico y ecológico, que no necesariamente están en armonía; se consideró

relevante indagar y analizar, el desenvolvimiento de los actores sociales que participan en

los encadenamientos productivos y que asumen de manera distinta cada uno de ellos el

impacto al ambiente de las actividades productivas, la normatividad ambiental y las

políticas públicas al respecto.

La presente investigación presenta un recuento de las modificaciones en la legislación

relativa al campo nacional durante el modelo neoliberal, que afectaron el pacto social

existente y conformaron nuevos roles en los actores sociales. Se estudian las

particularidades de la aplicación de la política neoliberal en la agroindustria azucarera,

tanto en el terreno productivo, como en el pacto social existente, a partir de los decretos

cañeros de 1991, 1993 y la Ley de Desarrollo Sustentable de la caña de Azúcar que

rompieron con los esquemas de apoyo comercial y fiscal de Estado mexicano a la AIA que

caracterizaron al periodo desarrollista o de ―matriz sociopolítica nacional‖. El nuevo orden

neoliberal rompió con las políticas de los precios de garantía, desmanteló las instituciones

de apoyo financiero y productivo a los productores cañeros y los dejó a merced de las

fuerzas del mercado; los decretos cañeros que se han hecho referencia, los forzó a cobrar su

caña vendida al ingenio, de acuerdo a la cantidad de azúcar recuperable por tonelada de

13

caña: se implantó el indicador KARBE (kilos de azúcar recuperable base estándar), que a

su vez era determinado de acuerdo al precio que el mercado nacional fijara al endulzante.

Partir de indagar las partes de la cadena productiva de la AIA en las que se crea y distribuye

el valor, fue un punto de partida ineludible en ésta investigación, ya que permitió ubicar el

conflicto social derivado de la distribución de la riqueza generada y la posición de los

actores sociales ante esta situación; se consideró importante vincular las distintas fases de la

cadena productiva con los procesos de creación y transferencias de valor y en consecuencia

la modificación que en el terreno social han tenido los actores sociales que participan.

El análisis de los actores y los movimientos sociales que históricamente han ocurrido en

torno a la AIA fue uno de los principales ejes a desarrollar. En las primeras etapas de

estudio se planteaba ajustarse a investigar las respuestas de los actores sociales ante los

daños al ambiente generados por la actividad productiva de la agroindustria, pero conforme

se avanzó y se incorporaron como objetos de investigación las cadenas productivas y de

valor, se pudo determinar que los conflictos sociales más relevantes que se han presentado

en torno a la AIA, han sido en respuesta al despojo y expoliación contra los productores

cañeros y trabajadores, que caracterizan dichas cadenas.. Las luchas y movilizaciones

cañeras de los últimos 3 años han sido buscando recuperar los ingresos perdidos por la

caída del precio de la caña.

La defensa del territorio y su biodiversidad, así como la reivindicación de sus recursos

naturales por las comunidades, también se ha presentado una de las variantes relevantes del

conflicto social, tal el caso de la disputa por los derechos y uso del agua entre ejido e

ingenio de Calipam, como se pudo percibir en las visitas de campo y en las indagaciones

hemerográficas que consultamos.

En la AIA, se presentan algunos ejercicios de autonomía y de resistencia social ante las

transformaciones neoliberales, hacer una breve descripción de estas, sirvió de referencia

para proponer alternativas diferentes, que en nuestro país, constituyan lo que Zibechi ha

denominado ―un nuevo mundo posible‖.

En el protocolo inicial de investigación, se planteó utilizar epistemológicamente la

categoría de distribución ecológica, retomar su conceptualización en la intervención de

14

nuestro tema permitió recoger las opiniones y las demandas de los sectores excluidos, que a

pesar de no conocer la normatividad ambiental, conocen y sufren muy bien sus efectos, y

que sin duda han construido en su imaginario colectivo sus propios indicadores de

sustentabilidad, y que lo determinan por la calidad del agua que consumen, en la erosión de

su tierra, en la disponibilidad de sus recursos naturales, etc. En el trascurso de esta

investigación se consideró más adecuado utilizar la categoría huella ecológica, que

conceptualiza el consumo humano personal, territorial o por país, tomándolo como el

indicador es el más apropiado para medir el impacto ecológico y también la desigualdad

entre regiones, países, y actores sociales que se benefician con un consumo mayor tanto en

cantidad como en derroche energético, de biomasa etc.

Otra estrategia metodológica que se planteó, para avanzar en el análisis del impacto

ecológico de la AIA, fue seguirla como continuación de la cadena productiva y de valor,

equiparándola con una ―cadena ecológica‖, sin embargo se prefirió utilizar la categoría

huella ecológica, dada la relevancia que este indicador ha adquirido en la comunidad

científica y en los movimientos sociales ecologistas.

1.2 Los alcances en el terreno epistemológico

Nuestra primera tarea en el terreno epistemológico, fue plantear la reconstrucción de

nuestro objeto de estudio a partir de preguntas, cuyo abordaje permitieron la posterior

delimitación del tema de estudio y la aparición de nuevos temas a analizar. Algunas de

estas preguntas se presentan en los apartados anteriores. Algunas de ellas se fueron

descartando, otras nuevas se fueron incorporando.

Las discusiones con profesores y alumnos del doctorado, durante la presentación de

nuestros avances de investigación tanto en los Seminarios de Metodología Epistemología

del Desarrollo como en los Coloquios del Doctorado, fueron experiencias que permitieron

aclarar y destrabar muchos aspectos en el terreno epistemológico.

De las discusiones se planteó la necesidad de realizar en el tema de investigación un corte

espacial y temporal, cuya realización permitiría arribar a niveles de mayor concretización

de mi realidad a intervenir y poder así, y dilucidar qué aspectos de ésta se constituían en un

problema de investigación.

15

Otro reto, fue que el diseño epistemológico me requería situar como sujeto cognoscente,

con toda la historicidad que disponía, que permitiera cuestionar, qué aspectos del problema

podía ver. Fue de esta manera que se alcanzó un progreso en el aspecto teórico, que se

inició retomando algunas definiciones tanto de la economía ecológica como de la

economía ambiental que en ese momento disponía.

Reconociendo que la economía ambiental, se ha consolidado como la visión dominante en

el análisis de la problemática relativa al entorno natural, aunque apoyadas en una visión que

Quijano denomina la Colonialidad del saber o Zemelman desde la perspectiva

gnoseológica conceptualiza como Episteme Institucional, se han convertido en el

paradigma dominante, y han generado una abundante producción de trabajos apoyados en

instrumentales de análisis cuantitativo y modelos económicos.

Se puede reconocer ahora, la ligereza de refugiarme al inicio de la investigación en

conceptos teóricos de uso corriente del paradigma de la economía ambiental, en vez de

realizar un esfuerzo de abstracción y construir herramientas epistemológicas propias, este

riesgo permitió, sin embargo, de acuerdo con Zemelman (2010) poder ―distanciarse de los

constructos en función del pensar epistémico‖ agregando que la construcción del

conocimiento se debe a que ―la razón humana ha podido pensar en contra de la razón‖,

porque el hombre ha sido capaz de pensar en contra de sus propias verdades, porque ha

podido pensar en contra de sus certezas.

Investigar sobre la agroindustria Azucarera (AIA), intentando utilizar un enfoque crítico,

impulsó a incorporar nuevos conceptos, necesariamente algunos de ellos retomados

directamente de las propuestas teóricas existentes, como son los conceptos de cadena

productiva, procesos de producción en campo e ingenio, que epistemológicamente

permitieron la reconstrucción de la realidad; el conocerlos y familiarizarme en su uso, fue

una condición ineludible para que las entrevistas de campo fueran fructíferas y permitieran

incorporar conocimientos nuevos y comprobar los existentes.

Epistemológicamente, se consideró necesario partir de la descripción de la cadena

productiva analizando las distintas fases que la producción de azúcar implica, desde el

cultivo de la caña en el campo hasta la producción del azúcar en los ingenios. En cada uno

16

de estos procesos productivos, se ubicaron las fases que constituyen la cadena productiva y

cadena de valor y pero también lo que se podría llamar como ―cadena ecológica‖.

En los momentos de inicio de la presente investigación, se consideró el gran esfuerzo que

este análisis implicaría, dada la escasa disponibilidad de recursos bibliohemerográficos con

que se contaba, por lo que las visitas de campo eran una condición imprescindible para

avanzar, de manera que la investigación fue avanzando y consolidándose gracias al acopio

y revisión de los estudios existentes, la información estadística disponible y la información

obtenida del trabajo de campo.

1.3 El diseño metodológico de la investigación

Para alcanzar los propósitos de esta investigación: la evaluación de las políticas ambientales

a partir de las conductas y desempeños de las empresas y actores sociales en su quehacer

productivo, social y ecológico, nos basamos tanto en la investigación documental, técnicas

estadísticas, aplicación de entrevistas para observar la participación de los diferentes tipos

de actores que participan en el contexto de la actividad industrial.

Se buscaron lineamientos generales que permitieran analizar las trayectorias que ha seguido

la regulación ambiental de los ingenios de la Región Puebla, a través del uso de técnicas

cuantitativas y cualitativas.

En lo referente a las técnicas cuantitativas, se construyeron estadísticas a partir del análisis

y procesamiento de la información que se recolectó de fuentes de información estadística

oficial como la secretaría de agricultura, ganadería, desarrollo rural, pesca y alimentación

(SAGARPA), la Secretaría de medio ambiente y recursos naturales (SEMARNAT) el

Comité nacional para el desarrollo sustentable de la caña de azúcar CONADESUCA); de

las organizaciones cañeras Confederación Nacional Campesina (CNC), Confederación

Nacional de Productores Rurales (CNPR) y la obtenida de las entrevistas a productores

cañeros y administradores de los ingenios.

En el trabajo de Campo, logramos obtener información referente al impacto ambiental de la

cadena productiva de la AIA, la construcción de estadística, su análisis y presentación a

partir de la información que brindaron los actores sociales inmiscuidos, como son las

organizaciones cañeras existentes: CNC, CNP, CNOCI, Comisariados ejidales, gerentes de

17

los 2 ingenios asentados en la entidad, a partir de entrevistas abiertas. No estructuradas o

semiestructuradas.

Para allegarnos de información en trabajo de campo se utilizó la entrevista cualitativa,

basada en preguntas abiertas que permite a los sujetos adoptar su identidad en plena

libertad, ya que se considera la técnica fundamental para el conocimiento de los hechos

sociales y para el estudio de los sucesos presentes en la formación de identidades. Las

entrevistas realizadas permitieron reconstruir la historia de las subjetividades cañeras, su

participación, sus aspiraciones y propuestas en relación a su entorno ambiental y social.

Antes de acudir a campo, fue pertinente avanzar en la descripción a detalle de la cadena

productiva, para superar el desconocimiento inicial del que se partió y realizar una vista de

observación en las zonas cañeras de los 2 ingenios asentados en la entidad poblana

En lo referente a los ingenios ubicados en el estado de Puebla, se entrevistó a los gerentes y

a un superintendente de campo, se consideró importante tener un cuestionario básico y

amplio que permitiera una combinación de entrevista estructurada y abierta. Salvo contados

casos las entrevistas fueron concedidas sin restricción y en un clima de respeto y confianza

y se permitieron grabar, salvo en el caso del gerente de Atencingo, que mostró desconfianza

debido al proceso de desincorporación que el ingenio de Atencingo atraviesa. En el ingenio

de Calipam se nos autorizó realizar una visita guiada a sus instalaciones, lo que permitió

observar las fases del proceso productivo y el comportamiento de los actores sociales que

participan en la producción.

18

CAPÍTULO II. ABORDAJE DE LOS ASPECTOS TEÓRICOS

2.1 Acercamiento al objeto de estudio desde un plano general: crisis ambiental y

actividad industrial aproximación al estado del arte

2.1.1 La crisis ambiental como expresión de la crisis civilizatoria.

La crisis ambiental global se inscribe en el contexto de una crisis generalizada del sistema

capitalista mundial, que se conjuga con una crisis de valorización en sus múltiples

modalidades como son la financiera y la energética.

A la crisis del sistema capitalista, se le ha definido de muchas maneras, como crisis de

sobreproducción, estructural, financiera, sistémica o de fin de ciclo largo, etc.; lo real es

que se trata de una severa crisis estructural, cuya evidencia más notable es la caída

generalizada de la tasa de ganancia y la imposibilidad de recomponer un ciclo de

valorización de largo plazo, a pesar del crecimiento económico sin precedente en la historia

de la humanidad, -apoyado en las revoluciones tecnológicas y los impresionantes flujos

mundiales de capitales y mercancías- la acumulación de capital se enfrenta a barreras cada

vez más infranqueables.

Un aspecto que caracteriza la crisis actual del capitalismo, la encontramos en la

exacerbación de la explotación del trabajo asalariado por el capital, -que también se ha

llamado sobrexplotación de trabajo- como una vía para elevar la tasa de ganancia del

capital. Dicha situación se explica por la presencia de una sobre oferta de fuerza de trabajo

a disposición del mercado laboral, producto del despojo, la destrucción de medios de

producción de sus antiguos propietarios y el consiguiente desempleo que ha conllevado la

aplicación del neoliberalismo.

Todo lo anterior, ha llevado a una mayor precarización del trabajo, la nueva aparición de

modalidades de explotación laboral como la esclavitud, el trabajo infantil en gran escala,

que aunado a la ofensiva de las políticas neoliberales que ha conculcado las conquistas

laborales de la clase trabajadora y ha degradado su nivel de vida, todo este despojo contra

la clase trabajadora, ha permitido recomponer la tasa de ganancia global durante las últimas

décadas, el volumen físico de la producción industrial en el mundo ha crecido

19

aceleradamente, lo que ha llevado al consumo de recursos naturales sin precedentes en

toda la historia de la humanidad con el consiguiente resultado de una enorme destrucción

de la naturaleza sobre el ambiente. Este elemento y el haber llevado niveles extremos de

explotación de la fuerza laboral, hacer ver que este ritmo, la acumulación de capital llegará

inexorablemente a límites físicos y sociales, que aunado a la feroz competencia entre los

capitalistas ahondará la crisis capitalista global.

Sin embargo, el panorama es aún más desolador, si contemplamos que esta crisis es mucho

más amplia que la relativa al aspecto económico y social; comparto la idea de Márquez

(2009), de que se trata de una crisis civilizatoria que pone en riesgo, no solamente la

valorización del capital, sino la organización de la sociedad contemporánea y la existencia

de la vida humana en diversos ámbitos del planeta.

El análisis de la crisis actual del capitalismo, no debe verse en los argumentos de la

economía o de las explicaciones financistas, es necesario encontrar otras explicaciones

alternativas sobre la crisis.

Desde nuestra perspectiva, la presente crisis es una crisis general del sistema capitalista

neoliberal, que se expresa como una severa depresión económica mundial, que a su vez

significa una declinación de la estrategia de reestructuración y expansión neoliberal basada

en la superexplotación del trabajo, la depredación ambiental y la financiarización de la

economía mundial; pero que, asimismo, se trata de una compleja crisis civilizatoria con

rostro multidimensional que expone los límites de la valorización mundial de capital por

cuanto atenta en contra de los fundamentos de la riqueza: el ser humano y la naturaleza, y

porque pone en predicamento el sistema de vida en la Tierra, es decir, el metabolismo

social. En tal sentido, el capitalismo neoliberal se erige como una poderosa maquinaria

destructora de capital, empleo, población, infraestructura, conocimiento y cultura. Su

criterio central, la maximización de ganancia, está en las antípodas de la reproducción

social y las condiciones biológicas para la producción. Márquez (2009:208),

Desde la perspectiva ecológica, la preocupación central de esta crisis civilizatoria, es el

Cambio Climático Global, que se agudizará en los próximos años. Este fenómeno consiste

en el aumento de la temperatura del planeta, que ha acelerado el derretimiento de los polos,

originando lluvias más abundantes y elevado el nivel del mar, amenazando la vida terrestre

20

en los litorales costeros. Se han determinado entre las principales causas del cambio

climático a la concentración de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono, el

metano, los óxidos nitrosos y los gases clorofluorocarbonados que se liberan a la atmosfera

como resultado de actividades industriales y a los asentamientos; estos elementos

amenazan la viabilidad de la vida en el planeta. El cambio climático no puede verse como

un asunto de interés para los expertos de las ciencias naturales, por lo que su estudio y

propuestas de solución requieren de un análisis multidisciplinario.

Desde la perspectiva de las ciencias sociales, conviene tener presente que el capitalismo

percibió durante siglos a la naturaleza de una manera utilitarista, ya sea como abastecedora

de materias primas baratas o sin costo; o como una superficie de producción al que se le

puede introducir cultivos que no son propios de su hábitat al que se incorporan productos

químicos como fertilizantes, herbicidas, pesticidas, cultivos que empobrecen los suelos,

tienen un impacto en el entorno, o como un espacio en el que se pueden arrojar los

desechos de las industrias o de los humanos; y más recientemente se vislumbra a la

naturaleza como un objeto que puede ser mercantilizado y en consecuencia se pueden

―valorizar‖ (en dinero) los daños a la naturaleza (irreparables y sin ninguna medida

monetaria de comparación).

La devastación del medio ambiente, proviene de la incesante y descontrolada competencia

por maximizar las ganancias capitalistas, que conduce a la destrucción de la base natural del

metabolismo social, el medio ambiente y la insustentabilidad social expresada como

desempleo, subempleo y migración. Los recursos naturales que se extraen de la litosfera y

crecientemente de la biosfera se explotan como elementos aislados y no como componentes

de un ecosistema; además, los costos de producción de los recursos naturales se consideran

sólo como costos de extracción, lo cual desprecia la reproducción a largo plazo de la

naturaleza. En suma, se registra un preocupante proceso de deterioro ambiental, pérdida de

biodiversidad y fenómenos alarmantes como el calentamiento global, todos como

expresiones directas e indirectas de la deificación del mercado como agente del desarrollo y

la privatización de los recursos como cemento de la sociedad capitalista. Márquez (2009:

205)

La crisis civilizatoria, alerta que de mantenerse los enormes ritmos de producción y

consumo de mercancías y servicios implicaría un límite insalvable, ante la enorme presión

21

que se ejerce sobre los recursos naturales a nivel mundial y un incremento potencial de los

problemas ambientales que amenazan gravemente los ecosistemas y la biodiversidad del

planeta y del hecho comprobado de que los recursos naturales fundamentales para la

reproducción capitalista, en especial los combustibles fósiles están cada vez más próximos

a su agotamiento, sin que se cuente a la mano con una alternativa real de suministro de

energía que compense el desmesurado consumo energético actual.

Otros recursos naturales, muy abundantes y vitales para la vida, como el agua potable,

pronto serán insuficientes ante la demanda y el consumo humano e industrial, debido a la

acelerada contaminación y acaparamiento de sus reservas. El agotamiento de estos recursos

naturales y el daño al ambiente y la biodiversidad que la actividad económica generan, se

encuentran cada vez más próximos a un punto de ruptura, que agudizará las contradicciones

capitalistas y el conflicto social.

2.1.2 Algunas propuestas teóricas para el análisis de la sustentabilidad

Para Martínez Alier (1998) el estado de sustentabilidad de una economía debe ser estimado

a través de indicadores biofísicos, que incorporen consideraciones acerca de la distribución

ecológica, y señala a la huella ecológica; como la capacidad de sustentación absorbida o el

espacio ecológico que permite la apropiación humana de la producción primaria neta de

biomasa, por encima o por debajo de lo que las distintas regiones del mundo generan, que

debe poder ser cuantificable, tanto en el bien útil de la que el hombre se apropia (no crea)

de la naturaleza, como en los desechos y en los daños que se generan al entorno. Además

de la evidencia física y cuantificable, que muy aproximadamente, obtengamos de la huella

ecológica, esta categoría permite analizar las relaciones sociales y humanas que se dan a

partir de esta relación del hombre con la naturaleza.

Para Toledo (2008) todo acto productivo, al ser un metabolismo del hombre con la

naturaleza implica un ―modo de apropiación‖, visto como ―el proceso por medio del cual

los miembros de toda sociedad se apropian y transforman ecosistemas para satisfacer sus

necesidades y deseos‖, refiriéndose al momento, concreto en el que los seres humanos se

articulan materialmente a la naturaleza a través del proceso del trabajo.

22

La ―apropiación‖, de acuerdo a Toledo, califica entonces el acto por el cual el sujeto social

hace suya una "cosa" material, y se aplica en este caso a la acción por la cual los seres

humanos extraen un ―fragmento de naturaleza‖ para volverlo un componente social, se trata

del acto por el cual los seres humanos hacen transitar una cierta cantidad de materia o

energía desde el espacio natural hasta el espacio social. En tal sentido, la apropiación de la

naturaleza es un acto de internalización o asimilación de elementos naturales al

"organismo" social.

Esta acción que determina a, y es determinada por las fuerzas naturales, es al mismo tiempo

un acto que determina y es determinado por el resto de los procesos que conforman el

metabolismo general: la circulación, la transformación, el consumo y la excreción. (Toledo

2008).

Coincidiendo con Toledo, el concepto de Huella Ecológica ha ido ganando terreno en los

ámbitos académicos y en la lucha en defensa de la biodiversidad.

2.2 Categorías y conceptos de análisis ambiental

2.2.1 El concepto de huella ecológica, alcances, relevancia para el análisis ambiental

La huella ecológica2 (HE) es un indicador de sustentabilidad, altamente aceptado y

difundido por la comunidad científica y los movimientos sociales ecologistas a nivel global,

propuesta por W. Rees y M. Wackernagel en los años 90, para conocer el grado de impacto

que ejerce cierta comunidad humana, persona, organización, país, región o ciudad sobre el

ambiente.

En palabras de los autores, la huella ecológica ―es un sistema de contabilidad ecológica que

muestra las consecuencias de acciones y actividades en el planeta. Es una herramienta para

determinar cuánto espacio terrestre y marino se necesita para producir todos los recursos y

2 SEMARNAT, menciona la existencia de otros instrumentos de análisis ambiental, ―como las huellas hídrica,

de carbono, de energía. Por ejemplo, la huella hídrica es un indicador para calcular la cantidad de agua que

utilizamos, de dónde viene y a dónde va a parar, mientras que la huella de carbono es un indicador para

conocer la cantidad de carbono generada a partir de la quema de combustibles fósiles‖. [SEMARNAT 2012:

5 Nota 2]

23

bienes que se consumen, así como la superficie para absorber todos los desechos que se

generan, usando la tecnología actual. (SEMARNAT, 2012: 5)

De esta manera, la HE es la superficie productiva indispensable para mantener el consumo

de recursos de una población y simultáneamente absorber esos desechos.

El análisis de la huella ecológica implica el estudio de las siguientes cuestiones:

1. Establecer el área, sea de tierra productiva o de ecosistemas acuáticos requeridos para

generar los recursos usados y asimilar los desperdicios producidos, por una cierta población

para un específico estándar material de vida. (PNUD, 2007).

Para SEMARNAT el cálculo de la HE debe tomar en cuenta entre otros aspectos:

La población total que habita un espacio (localidad, región, ciudad, país, planeta), en un

periodo determinado, al tiempo que estima las superficies productivas dedicadas [al cultivo,

pastoreo, bosques, mar y superficie construida)

La huella ecológica se expresa en hectáreas globales, es decir, en hectáreas con una

productividad igual a la media mundial, que representan la superficie necesaria del planeta

para asimilar el impacto de las actividades de un modo de vida determinado (SEMARNAT,

2012: 6)

Aunque para Martínez-Alier, (2004) dicha área corresponderá a la

―necesaria por persona para proporcionar la energía de la alimentación (…), más el área que

proporciona biomasa en la forma madera para papel y otros usos, más el área pavimentada,

más el área de bosque necesaria para la absorción del dióxido de carbono producido (o,

alternativamente, el área que sería necesaria para producir la biomasa que sustituya a las

energías no renovables)‖. (Martínez-Alier, J, 2004: 25)

2. Determinar el consumo humano, en lo individual o a nivel comunidad, región o país. La

huella Ecológica, se centra principalmente en el consumo, de manera que atribuye a los

países consumidores, y no a los productores, la responsabilidad primordial del impacto de

la importación de recursos naturales.

[…] la huella ecológica muestra que el mundo está superando con creces su capacidad de

generar recursos y absorber desechos. Si todos los habitantes del mundo tuvieran el mismo

24

patrón de consumo de quienes viven en los países con IDH muy alto, y el nivel tecnológico

actual, necesitaríamos más de tres planetas Tierra para soportar la presión que se ejerce

sobre el medioambiente […] la huella ecológica revela que los patrones de consumo y

producción son insostenibles a nivel mundial, además de desequilibrados entre las regiones,

la situación va empeorando, especialmente en los países con IDH muy alto.

No obstante, este indicador ignora otros aspectos ambientales clave, como la diversidad

biológica y la calidad del agua. (PNUD, 2011:27)

Aunque de acuerdo a M. Alier (2004), la huella ecológica examina básicamente el consumo

humano de varias formas de energía, por lo que este indicador es redundante con las

estadísticas al respecto (de alimentos, biomasa y combustibles fósiles), pero en vez de usar

kilocalorías u otras unidades de energía, la HE las traduce en una representación en

términos de espacio más fácil de visualizar.

3. El comparativo entre países de la correlación entre el valor de la huella ecológica y el

volumen de las emisiones de dióxido de carbono resultantes del consumo energético de la

actividad humana, permite ver una profundización de la desigualdad en la Huella Ecológica

entre países, regiones territorios, como lo advierte Martínez-Alier al señalar que un país

―puede tener una huella ecológica diez o veinte veces mayor que su territorio, o que otro

país (como seguramente el Uruguay por ejemplo) exporta huella ecológica‖. (Martínez-

Alier, J. 2004: 25); aunque, sin embargo éste país no recibe una compensación ni

pecuniaria ni ecológica por contribuir de alguna manera a que la huella ecológica promedio

a nivel planetario no sea aún mayor.

La huella ecológica, muestra datos interesantes sobre las grandes desigualdades entre los

países del mundo, De acuerdo a (SEMARNAT, 2012), en 2008 la huella ecológica de un

estadounidense fue de 7.2 hectáreas, de un mexicano 3.3 y de un haitiano 0.6.

Si bien es cierto que las poblaciones numerosas generan una enorme presión ambiental, en

el comparativo de las huellas ambientales entre países no necesariamente los países más

poblados del planeta tienen las huellas ecológicas per cápita más altas, como es el caso de

China e India con una huella ecológica de 2.2 has. per cápita y 0.9 has. per cápita

respectivamente, (PNUD, 2011: 165 y 166) debido a que la variación en el tamaño de la

25

huella ecológica depende no de su población, ―sino de la superficie disponible para

absorber sus desechos y de sus niveles de consumo, que son mayores en los países ricos, en

las clases sociales con más ingresos económicos y en quienes viven en las ciudades‖.

(SEMARNAT, 2012: 9-10)

El déficit ecológico, de acuerdo a SEMARNAT (2012), ―es la diferencia entre el área

disponible (capacidad de carga o biocapacidad) y el área consumida (huella ecológica) en

un lugar determinado. Eso se debe inicialmente a la sobreexplotación del capital natural y/o

a la incapacidad de regeneración global y/o local‖ Así, en la actualidad el planeta tiene un

déficit ecológico dado que necesitamos ―1.8 hectáreas para satisfacer nuestros consumos y

absorber todos nuestros desechos […], sin embargo, nuestra huella ecológica es de 2.7

―Para el año 1961, se estimaba que la huella ecológica mundial equivalía al 70 por ciento de

la capacidad de regeneración de la Tierra. En la década de los ochentas llegó al 100 por

ciento y en la década siguiente excedió la disponibilidad planetaria […] el problema

consiste en que usamos recursos más rápido de lo que pueden regenerarse y producimos

desechos más rápido de lo que pueden ser absorbidos. […]A esto hay que añadir el

incremento exponencial de la población mundial y de la esperanza de vida (promedio de

años de vida)‖. (SEMARNAT, 2012:7-8)

Asimismo, cabe destacar que los países desarrollados tienen también los más altos índices

de desarrollo humano, expresados en educación, salud, ingreso y estándares de vida. Por lo

que el comparativo entre su índices de desarrollo humano y su huella ecológica muestra que

a nivel global se ha profundizado la desigualdad, ya que los países más pobres con su

déficit ecológico contribuyen a sostener el alto consumo y un elevado ingreso per cápita de

los países desarrollados.

En el caso de México, de acuerdo a SEMARNAT, (2012), nuestro país ocupa el lugar 49

entre los países con mayor déficit ecológico, las actividades que más han incidido en esta

situación son la quema de combustibles fósiles, la agricultura y la ganadería; su huella

ecológica pasó de 1.9 a 3.4 hectáreas per cápita entre 1961 y 2006.

26

2.2.2 ¿Externalidades ambientales o distribución ecológica?

La distribución ecológica, es un concepto propuesto por la economía ecológica, como una

categoría alternativa al concepto de ―externalidades ambientales‖, (que presentaremos más

ampliamente en la parte correspondiente al análisis de la economía ambiental) ya que

retoma el razonamiento de que la acción humana implica efectos en perjuicio de otro agente

o a la comunidad y que estos daños no se resuelve con que sean resarcidos por intercambios

mercantiles a través del mercado como lo propone la economía ambiental en su propuesta

de externalidad ambiental, por el contrario la economía ecológica incorpora el conflicto

social que esta genera, y los movimientos sociales que emergen de

―conflictos distributivos‖; es decir, para dar cuenta de la carga desigual de los costos

ecológicos a nivel social, incluye los movimientos de resistencia al neoliberalismo, de

compensación por daños ecológicos y de justicia ambiental. La distribución ecológica

designa ―las asimetrías o desigualdades sociales, espaciales, temporales en el uso que hacen

los humanos de los recursos y servicios ambientales, comercializados o no, es decir, la

disminución de los recursos naturales (incluyendo la pérdida de biodiversidad) y las cargas

de la contaminación‖ (Martínez Alier, 1997).

La movilización de los actores sociales, se da por intereses materiales y simbólicos (de

supervivencia, identidad, autonomía y calidad de vida), más allá de las demandas

estrictamente económicas de propiedad de los medios de producción, de empleo, de

distribución del ingreso y de desarrollo.

Retomando una idea sustancial descrita por Hugo Zemelman en el sentido de que la

ideología del poder tiene una gran facilidad de apropiarse de los conceptos que en su

contenido encierran valores universales, para utilizarlos en su marco conceptual y de esta

manera mistificar sus acciones, propias de su racionalidad capitalista. Valores universales

tales como justicia, democracia, defensa del ambiente son usurpados por el capital, con la

finalidad de tener una imagen más favorable ante el mercado o convertirlos en ―nichos de

oportunidad‖ para volverlos mercancías. Así el llamado a una ―racionalidad ecológica‖ que

los científicos y los movimientos sociales ecologistas han hecho por la defensa del

ambiente ha sido retomado por la ideología capitalista, aunque dentro de los límites de su

racionalidad económica.

27

Intentamos que la categoría de distribución ecológica, se pudiera llenar de mayor contenido

o modificarse en el trascurso de nuestra investigación, al recoger las opiniones y las

demandas de los sectores excluidos, que a pesar de no conocer la normatividad ambiental,

conocen y sufren muy bien sus efectos, y que sin duda han construido en su imaginario

colectivo sus propios indicadores de sustentabilidad, y que lo determinan por la calidad del

agua que consumen, en la erosión de su tierra, en la disponibilidad de sus recursos

naturales, etc.

2.3 ¿Es viable el desarrollo sustentable? El conflicto entre el desarrollo económico y la

viabilidad ecológica

La presencia de la crisis civilizatoria, implica una reflexión en torno al debate iniciado hace

más de 40 años con la publicación de Los límites de crecimiento,(1972) donde se subrayaba

la evidente inviabilidad del crecimiento permanente de la población y sus consumos; que

continuó con Nuestro Futuro Común, conocido también como Informe Brundtland

resultado de los trabajos de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, en

donde se utilizó por primera vez el concepto de desarrollo sustentable; posteriormente en

La Cumbre de la Tierra, realizada en Río de Janeiro en 1992, se resolvió como primer

objetivo encontrar un punto de equilibrio entre las exigencias económicas, sociales y

ambientales de las generaciones presentes y futuras, además de la adopción de la Agenda

21 que compromete a los países a aplicar una legislación ambiental complementada con el

uso de medidas de regulación directa o preventiva, la definición de las autoridades públicas

encargadas de la gestión ambiental y la incorporación de la evaluación del impacto

ambiental como uno de los instrumentos de gestión ambiental y finalmente, la Conferencia

de Kyoto de 1997 sobre el cambio climático, que fue un acontecimiento excepcional porque

por primera vez los países industrializados aprobaron objetivos concretos de reducción de

emisiones de carbono que fueran jurídicamente vinculantes y adoptar medidas concretas

para abordar el cambio climático3, aún a pesar de la negativa de Estados Unidos, India y

China (los países que más emisiones de CO2 arrojan a la atmósfera).

3 En las recientes conferencias sobre el cambio climático, se ha ido imponiendo la propuesta de Estados

Unidos y otros países emergentes como India, de que el control de las emisiones de carbono deje de ser

vinculante y se convierta en voluntario, lo cual significaría un fracaso y retroceso de los acuerdos del

28

Nuevas dudas en torno a la viabilidad ecológica del planeta, surgieron al analizar los

resultados y ver que la catástrofe ya se estaba presentando y que los acuerdos, los avances

alcanzados en las comisiones y en las cumbres han tenido serios retrocesos al dejar de ser

vinculantes, para convertirse en voluntarios, además de que la idea de hacer un mercado de

bonos de carbono, se ha venido imponiendo, a pesar de que implica el derecho de las

potencias a contaminar y continuar destruyendo la naturaleza y la biodiversidad.

Naredo (2007) señala que a pesar del aumento masivo de técnicos, de publicaciones y de

departamentos en torno a la sustentabilidad, no se ha conseguido, hasta el momento,

enderezar la situación global: la extracción de recursos y la emisión de residuos per cápita

sigue aumentando a escala planetaria ofreciendo de hecho un horizonte de deterioro

ecológico bastante más sombrío del que se vislumbraba hace cuarenta años en que se

publicaron los Limites de Meadows

―la incompatibilidad de las tendencias actuales con la salud del medio ambiente planetario,

parecen suficientes para pensar si los planteamientos y los medios utilizados apuntan de

verdad a cambiar dichas tendencias o, por el contrario, están ayudando a apuntalarlas… Lo

cual plantea un conflicto cada vez más acusado entre la creciente sensibilidad de la

población hacia los daños ecológico-ambientales que origina la actual civilización y la falta

de planteamientos y acuerdos capaces de ponerles coto‖ (Naredo, 2007: 33).

En un recuento histórico, las primeras señales de alerta de la crisis ambiental global

marcaron el inició de un fuerte conflicto entre los partidarios del desarrollo y del

conservacionismo. El pensamiento económico latinoamericano fue también arena de dicha

disputa, las estructuras productivas existentes se encontraba condicionadas y subordinadas

por la expansión del capitalismo en la región.

Al añejo debate en torno al estilo de desarrollo en América Latina4 se agregó la discusión

de la viabilidad de su sustentabilidad. De acuerdo a Nicolo Gligo (2007) las características

Protocolo de Kyoto, imponiéndose en los hechos la visión en contra de la regulación ambiental, a pesar de

que la amenaza de catástrofe ambiental crece permanentemente.

4 Para Gligo el debate en torno a las características que debía adoptar el desarrollo en la región, lo denomina

como estilo de desarrollo, desde luego que esta discusión es más amplia, tanto en el tiempo ocurrido como en

lo referente a los postulados de las escuelas del pensamiento económico.

29

del estilo de acumulación dominante en la región en los periodos previos a la discusión en

torno a la sustentabilidad se sintetizan en:

[una destacada presencia de] la inversión externa, su proceso de internalización de la

producción industrial, la tecnología importada predeterminada por el patrón de consumo, el

incremento de los costos sociales, el proceso de homogeneización cultural como reflejo de

las necesidades de que las corporaciones transnacionales reorientaran la cultura local de

acuerdo a su expansión industrial, y las contradicciones importantes de índole económica,

social y ambiental.

En manejo del término de estilo de desarrollo, debería entenderse que la dimensión

ambiental es intrínseca a su definición. Pero en la práctica, por ser esta dimensión

totalmente ajena a la gran mayoría de los autores que definieron el término, la dimensión

ambiental siempre fue marginal y no se le consideró en su real dimensión, [a pesar de que

dicho estilo de desarrollo implicaba una] especialización productiva, de demanda adicional

de recursos, en especial, energéticos, y de alta producción de desperdicios. (Gligo, 2007:

15)

Agrega Gligo (2007) que el concepto de estilo de desarrollo, no se definió claramente ni se

crearon las categorías de análisis que pudieran diferenciar el estilo ascendente y

normalmente dominante, de los otros estilos nacionales, confundiéndose con la etapa de

desarrollo capitalista de expansión transnacional de los decenios de los setenta y ochenta.

La incorporación plena de la dimensión ambiental en la concreción del concepto de estilo

podría haber significado un avance importante. Sin embargo, la falta de interdisciplinaridad

entre economistas y sociólogos por una parte, y científicos naturalistas, por la otra,

impidieron conceptualizar formas propias de los estilos nacionales, que se veían amagadas

por la penetración del estilo ascendente. (Gligo, 2007:16)

Continuando con Gligo, este autor plantea que el uso del concepto desarrollo sustentable o

sostenible (los presenta como sinónimos) conduce a trampas semánticas que confunden y

poco aportan a los estudios y a las propuestas relacionadas con la problemática ambiental;

apremia a una necesaria recapitulación en torno a las discusiones que se dieron en el torno a

la validez del concepto ―desarrollo‖, al que Oswaldo Sunkel, lo definió a inicios de los

ochenta a como ―un estilo internacional ascendente‖, haciendo mención al alto precio

30

ambiental que se pagaba en el necesario proceso o evolución al que tenían que pasar las

economías latinoamericanas para alcanzarlo; ponía un manto de duda al hablar más de

―crecimiento‖ que de ―desarrollo‖. Con mucha razón se afirmaba que:

[…] la introducción de la perspectiva ambiental, significa reconocer que ese proceso de

crecimiento está condicionado por el medio biofísico, local, nacional y global, tanto porque

este último afecta de diversas maneras el crecimiento económico, como porque es

sustancialmente afectado por él, y cada vez más mientras más avanza el proceso de

desarrollo. La introducción de la perspectiva ambiental pone en duda una serie de creencias

derivadas de la ideología del crecimiento económico que han prevalecido en los últimos

decenios. (Gligo, 2007:16).

Planteando que el concepto ―desarrollo‖ se tradujo en las economías de la región como un

concepto teórico abstracto, sin dimensión espacio– temporal, en el que se escondían juicios

de valor de lo que es bueno y por ende, deseable y deseado; y que transitó posteriormente a

inspirador de políticas públicas y privadas, presuponiendo que los países subdesarrollados

para lograr el estatus de ―desarrollados‖, deberían transitar por los mismos caminos de los

países industrializados, como Estados Unidos o los países europeos más poderosos.

La consiguiente crítica es que esa visión, en boga desde mediados del siglo pasado y que

sigue vigente, es asigna a los países latinoamericanos como objetivo fatal el arribar a los

niveles alcanzados de los países desarrollados, aunque para conseguirlo se agoten y

deterioren los recursos. La causación circular desarrollo–degradación pareciera ser la única

vía transitable. (Gligo, 2007: 17)

Estos argumentos de Gligo, explican de alguna manera las críticas que se han vertido al

―desarrollismo‖ como objetivo de política económica, que con la variante neoliberal se

mantiene hasta la fecha. En este contexto continuar con el paradigma del desarrollismo,

ahora matizado con el discurso de respeto al medio ambiente resulta al paradójico, si no es

que falaz, toda vez que el ‗desarrollo‘, figura como causa de la degradación del medio

humano. De acuerdo a Gligo, esta contradicción no se ha hecho patente debido a las

confusiones conceptuales y a las trampas semánticas:

―Los discursos de los gobernantes, las estrategias de crecimiento económico y de

incremento del bienestar social, los planteamientos de las organizaciones internacionales,

31

no han podido superarlas, pues, significaría de partida un cuestionamiento al sistema

imperante, un rechazo a los vínculos de dependencia, sin, a su vez, una clara definición

sobre alternativas y tránsitos. Estas contradicciones, vigentes ya hace un cuarto de siglo, no

han perdido vigencia […]

[…] es corriente constatar, en los países de la región el planteamiento que no se pueden

adoptar los parámetros ambientales de los países desarrollados, sino que se hace necesario

―ser prácticos‖ en el sentido de sacrificar el medio ambiente para bajar los niveles de

hambre y suplir las necesidades básicas de la población, amén de contribuir al despegue

económico. Es la búsqueda del mentado equilibrio, dentro de la modalidad de desarrollo

adoptada, marcada por la inequidad, la injusticia, la desigualdad. Mirado desde este

enfoque, el medio ambiente no es una dimensión que potencie y enriquezca la concepción

del desarrollo, sino que constituye un reservorio de recursos a los que hay que echar mano

para cumplir con las metas del crecimiento económico (Gligo, 2007: 22).

Después de más de 2 décadas de la euforia que provocó la divulgación en los círculos

académicos de los conceptos ―desarrollo sustentable‖ y ―sustentabilidad‖, que fundamentan

los documentos Nuestro Futuro Común y la Agenda 21 y ante la agudización de la

catástrofe ambiental, las críticas a ambos conceptos -planteadas casi simultáneamente- han

adquirido una mayor connotación.

Estos años permiten evidenciar, de acuerdo con Naredo, la idea falsa que tiene que ver con

el crecimiento económico, de hacer ver al continuo aumento de los bienes y servicios

obtenidos y consumidos (acompañado de una creciente extracción de recursos y emisión de

residuos) como la salvación de la humanidad, que oculta el verdadero fin de este

irrefrenable proceso, que es la búsqueda del dinero y la utilidad, soslayando los daños

sociales y ambientales a gran escala que origina.

[…] el cambio de tono que acusó en el discurso ―ambientalista‖ durante los años ochenta y

noventa. […] el abaratamiento del petróleo y las materias primas en general hicieron que,

junto al oportuno lavado de imagen, se olvidaran las anteriores advertencias tildadas de

―catastrofistas‖ y se abrazara de nuevo la fe en la salvación por el crecimiento económico,

envolviéndolo, eso sí, con el término más ambiguo ―desarrollo‖ y aderezándolo con el

adjetivo ―sostenible‖. El aumento de la renta y del requerimiento total per cápita de

materiales, de energía y de residuos prosiguió en los países ricos, ampliando sus diferencias

32

con el resto del mundo, acentuadas por la crisis del antiguo bloque del Este, con la

diferencia de que la proliferación antes mencionada de especialistas, organizaciones y

declaraciones ecológico-ambientales, cerraban los ojos hacia tal estado de cosas: no se

promovían ni las estadísticas ni los estudios necesarios para establecer el seguimiento de

estos temas. A la vez, se producía una inflación de textos sobre la aplicación de

―instrumentos económicos‖ a la gestión de residuos ―el principal problema de los países

ricos―, a los estudios de impacto y a la valoración de ―externalidades‖, orientada facilitar

el tratamiento de los temas ambientales desde el enfoque económico ordinario, y a las

numerosas invocaciones al ―desarrollo sostenible […]Se plantea, así, la paradójica

pretensión de incidir sobre los resultados últimos sin modificar sus causas más primarias,

empeño coherente con el carácter cada vez más ceremonial de las instituciones y foros

oficiales relacionados con el medio ambiente‖ (Naredo, 2007: 41).

Concluyendo, con Naredo (2007), que la adopción del término desarrollo sustentable,

permitió una conciliación entre ―desarrollistas‖ y ―conservacionistas‖, que al menos en el

discurso, lograron superar la contradicción de lograr la meta del crecimiento (económico)

con viabilidad (ecológica).

―Esta capacidad supuso un buen regalo para políticos y empresarios, que lo enarbolaron

profusamente como término de consenso a costa de vaciarlo de contenido y de ocasionar así

su inoperancia práctica‖. (Naredo, 2007: 42):

Abonando la discusión R. Guimaraes cuestiona al concepto desarrollo sustentable en el

sentido de si es una propuesta alternativa o sólo retórica neoliberal, recalcando que a pesar

de lo difuso del término,

―es en verdad impresionante, para no decir contradictorio desde el punto de vista

sociológico, la unanimidad respecto a las propuestas a favor de la sustentabilidad‖. (citado

por Gligo, 2007: 18)

Coincidiendo con el comentarios anterior, Gligo (2007) señala que el discurso dominante

sobre el medio ambiente resulta paradójico, ya que el ―desarrollo‖ implica de un

crecimiento económico con la consiguiente industrialización, urbanización y la explotación

de recursos naturales que son las causa fundamental de la degradación del medio, se trata

33

ahora de ―reorientar‖ el desarrollo manteniendo e incluso intensificando ese crecimiento, lo

cual semánticamente es un absurdo per se.

Continúa Gligo, que el discurso del medio ambiente consigue formular los términos de un

círculo vicioso: expandir la economía, pero minimizando los efectos degradatorios que esta

misma expansión provoca. Para continuar en este círculo es necesario no romperlo, lo que

se logra, a través del control tecnocrático del crecimiento y en particular, de los procesos

ambientales, es fundamental evitar el cuestionamiento del proceso para no dejar paso al

análisis cualitativo que busque las causas estructurales y las contradicciones ambientales de

esta modalidad de crecimiento. (Gligo, 2007: 19)

De tal manera, se puede concluir que son cada vez más voces que cuestionan el concepto de

desarrollo sustentable, se critica a que quienes hacen las propuestas de sostenibilidad no

consideran la problemática ambiental o las realizan de manera marginal, ya que la mayoría

de trabajos publicados son realizados en centros de investigación económica, en donde el

análisis económico se ubica por encima de lo ecológico.

En muchas de las publicaciones que abordan la temática del ―desarrollo sustentable‖ antes

de tratar los aspectos ambientales del mismo, es frecuente leer antecedentes relativos al

crecimiento económico y al mejoramiento social, sin hacer un análisis de la coherencia de

estos antecedentes con el medio ambiente. Es una especie de veneración previa a la

economía para legitimar el medio ambiente. Lo paradójico es que, casi sin excepción, dada

la modalidad de desarrollo prevaleciente en América Latina, la gran mayoría de los avances

económicos, e incluso de bienestar social, han debido pagar un costo ambiental muy alto.

(Gligo, 2007:21)

2.4 Las teorías fundamentales en relación al análisis del medio ambiente

2.4.1 Postulados teóricos de la economía ambiental.

Se ha llamado economía ambiental, al enfoque que estudia el medio ambiente, los recursos

naturales, la biodiversidad y la consiguiente problemática ambiental derivada de las

actividades económicas basándose, fundamentándose en los postulados de la corriente

neoclásica; consiguientemente centra su análisis a partir del funcionamiento del mercado;

34

desde este enfoque. La competencia perfecta será la condición fundamental, que se

reflejará en nivel general de precios.

De acuerdo a Saldívar (1998) se pueden sintetizar en cuatro los postulados más relevantes

de esta corriente del pensamiento:

1. El estudio de la economía ambiental se realiza en el contexto de la economía del

bienestar; trata de evaluar lo que sería una configuración óptima de la economía en

términos de precios y cantidades de productos demandados y ofrecidos. En el caso de

los problemas ambientales, estos son tratados como problemas de la determinación no

óptima de los precios.

2. El deterioro de la calidad de los recursos naturales es visto como un ―fallo de mercado‖,

debido a que no se hace el mejor uso posible de la provisión de éstos, lo que implicará

un cambio en la determinación de los precios.

Desde esta lógica, mientras más se fomente la asignación de recursos a través de los

mercados y estos progresen en su grado de competitividad, mejores serán los resultados

para las sociedades humanas y para la preservación del medio ambiente.

3. Los recursos naturales no se venden en el mercado, por lo tanto su precio es cero; sin

embargo, la falla en la asignación óptima es resultado de la divergencia entre el precio

de mercado y los precios que deberían de existir para alcanzar un óptimo. De esta

manera, el análisis económico referente a los recursos naturales, se reduce a la fijación

de precios que aseguren que la oferta y la demanda serán compatibles para de todos los

agentes del sistema; a medida que se avance, el sistema logrará resultados cada vez más

cercanos al óptimo en el sentido de Pareto.

4. La fuente básica de la falla del mercado, referida a los recursos naturales, es resultado

de la ausencia de derechos de propiedad adscritos de manera individual.

Con respecto al último postulado, esta corriente del pensamiento afirma que el deterioro de

la calidad de los recursos naturales es resultado del fracaso del mercado, que no se hace lo

conducente para la provisión de éstos, por lo tanto, este fallo necesariamente implicará un

cambio en la determinación de los precios, toda vez que la competencia perfecta debe ser

una condición inicial, que se reflejará en el nivel general de precios. De esta manera, la

35

economía ambiental propone que ―el libre mercado se constituya en el pilar de la

sustentabilidad‖ (Noriega, 2000: 120).

Desde esta lógica, mientras más se fomente la asignación de recursos a través de los

mercados y estos progresen en su grado de competitividad, mejores serán los resultados

para las sociedades humanas y para la preservación del medio ambiente. En este sistema de

precios, deberán incluirse todos los recursos naturales en la medida en que su propiedad sea

privada y por tanto, sujeta exclusivamente a la conducta racional de productores y

consumidores.

La economía neoclásica, desarrolla dos postulados básicos en la lógica del diseño de las

políticas públicas relacionadas con el ambiente: La idea de los bienes públicos y la idea de

las externalidades

Se dice que un bien público, es aquel que produce efectos sobre quienes no han participado

en la transacción. Es decir, aquellos bienes que se producen para todos o no se producen

puesto que no se puede excluir a otros. Dada la abundancia de estos bienes, o que sus

costos de producción son muy bajos o nulos y por lo tanto están al alcance de toda la

población. Otra característica que disponen es la de no-rivalidad, lo cual significa que el

bien no disminuye, por el hecho de que lo consuma un número mayor de personas.

En los años recientes, la economía ambiental, ha ignorado los postulados teóricos referentes

a la gestión y/o provisión de los bienes públicos; los gobiernos al promover y permitir su

escasez o el deterioro de su calidad (en muchos casos artificial), han contribuido al

paulatino proceso de incorporación de éstos bienes al mercado, su privatización, o que éstos

sean administrados y gestionados por empresas privadas, obteniendo con ello una utilidad

pecuniaria; tales son los ejemplos de las playas, de la distribución del agua potable, o la

propuesta de cobrar por la utilización del sol en celdas fotovoltaicas.

El concepto de externalidades ambientales, ampliamente utilizado, es una propuesta

fundamental de la economía ambiental y se refiere a los efectos que provoca la acción de un

individuo o empresa en perjuicio a otro agente o a la comunidad. Para este enfoque teórico,

las externalidades presentan dificultades para ser compensadas, dado que éstas surgen en

los casos donde que no existen derechos de propiedad sobre una gran cantidad de bienes

36

ambientales y no se genera un mercado alrededor de ellos; produciéndose entonces efectos

externos al mercado que no son compensados por intercambios mercantiles. (Beamol y

Oates, 1982).

Lo anterior se fundamenta con base a que los recursos naturales no se venden en el

mercado, por lo tanto su precio es cero (o indeterminado), concluyendo que la fuente básica

de la falla del mercado es resultado de que en los recursos naturales no hay derechos de

propiedad adscritos de manera individual, entonces muchos servicios ambientales se tratan

como si fuesen gratuitos.

2.4.2 Fundamentos teóricos de las políticas públicas propuestos por la economía

ambiental.

Nivel Óptimo de Contaminación

Desde la perspectiva de la economía ambiental, se parte de que es posible encontrar un

nivel en el cual la contaminación producida por un agente generador sobre otro agente que

sufre la contaminación o externalidad sea tolerable y que éste último acepte los costos que

implica para él dicha situación.

La figura 2.1 permite observar que conforme el agente que contamina va incrementando su

producción, el agente económico que la sufre, experimenta un costo marginal externo CmE

creciente, en tanto que la empresa contaminante producirá hasta que su beneficio marginal,

representado por la curva descendente Bmp llegue a un nivel de 0 costo marginal, (q en

nuestra gráfica), lo que equivale al óptimo privado para el agente contaminante, mientras

que el origen de coordenadas, o punto de nula actividad económica, representa el óptimo

para el agente que sufre la contaminación.

37

Figura 2.1. Nivel óptimo de contaminación

Elaboración propia

Cabe preguntarse ¿cuál es el nivel de producción para el cual el beneficio social, o

beneficio conjunto, sea el máximo? El óptimo social se producirá cuando el beneficio

marginal de la empresa que contamina coincida con el costo marginal externo de la

empresa que sufre la contaminación. Es decir, el óptimo social corresponde al nivel de

actividad económica q*, es decir la intersección de las curvas de costo marginal del agente

afectado y la curva de beneficio marginal del agente contaminante.

¿Cómo lograr ese nivel óptimo?

Una vez determinado el nivel socialmente óptimo de contaminación, se presentan los

métodos que permitan alcanzar dicho óptimo, sugeridos por la economía ambiental

Resulta obvio, que si no se realiza ningún tipo de intervención o de negociación entre las

partes, el agente contaminante elevará su nivel de producción hasta el punto q, en el que su

beneficio marginal se hace cero. El problema consiste en conseguir que el agente

contaminante reduzca su actividad productiva del óptimo privado al óptimo social q*.

38

Para superar estos fallos del mercado, (recordemos que la contaminación ambiental, es

caracterizada como externalidad negativa por la economía ambiental), uno de sus

representantes más conspicuos: Cecil Pigou, propuso la utilización de los impuestos

ambientales por parte de la autoridad para gravar la actividad contaminante del agente y de

este modo poder compensar las externalidades sin afectar el funcionamiento del mercado en

equilibrio general y alcanzar el Óptimo de Pareto. Este método, es cronológicamente el

primero propuesto por la economía ambiental, se la han denominado impuestos pigouvianos

a aquellos que buscan que el agente contaminador pague un costo fiscal equivalente a la

deseconomia externa que este genera.

El impuesto de Pigou

Esta propuesta, que los partidarios de la economía ambiental, descartan aplicar y que

definen como un ―método intervencionista‖ se ha popularizado recientemente, en

congruencia con la idea general del ―principio de quien contamina paga‖ (el PPP: Polluter

Pays Principle).

De manera simplificada, la figura 2.2 indica de qué, aplicando un impuesto T, -con el

supuesto de que es constante, toda vez no depende del volumen de producción- la

condición de equilibrio marginal del agente contaminante se modificará.

Si se aplica dicho impuesto a cada unidad del nivel de actividad que incremente la

contaminación, se puede ver que tal gravamen, haría que la curva BMP se desplazara hacia

la izquierda (nuevo BMP). De forma muy sencilla, T se tiene que pagar en cada nivel de

actividad, de tal modo que el beneficio marginal neto se reduce en T. El contaminador

aspirará ahora a maximizar los beneficios privados netos, sujetos al impuesto, y esto tiene

lugar en q*. Por tanto, el impuesto T es un impuesto óptimo, ya que logra el óptimo social

en q*.

39

Figura 2.2. Reparación de la externalidad negativa a partir del impuesto pigouviano

Elaboración propia

Soluciones de mercado: El Enfoque de Coase

Un enfoque alternativo al de Pigou ,para alcanzar el óptimo social o externalidad óptima es

el enfoque de Coase propuesto en 1960, la idea básica del autor consiste en demostrar que,

si se cumplen determinadas condiciones no resulta necesario, ni tal vez conveniente, ningún

tipo de intervención para alcanzar la externalidad óptima. Basta una correcta definición de

los derechos de propiedad o derechos de uso del recurso ambiental para que la libre

negociación entre el agente que genera la contaminación y el agente que la sufre conduzca

al óptimo social. Este va en el sentido de que tratándose de dos empresas, una causante de

la externalidad negativa u otra afectada por ésta, es posible una negociación entre ambas, de

manera que a partir de ésta, se llevara a una internalización de la externalidad.

Las condiciones de Coase son las siguientes: a) Ambos agentes, tanto el que genera la

contaminación como el que la sufre, tienen perfectamente definidos sus derechos de

propiedad o derechos de uso; es decir, está perfectamente estipulado el derecho a

contaminar o no el ambiente. b) La estructura de mercado, para los productos que obtiene la

empresa contaminante es competitiva.

40

La figura 2.3 permite visualizar, si se supone que el derecho de uso del ambiente lo posee el

agente contaminante, este agente elevará su producción hasta el óptimo privado q. Ahora

bien, cabe preguntarse si un descenso del volumen de producción de q hasta, por ejemplo,

el punto A de la Figura 3, supone necesariamente un empeoramiento de los intereses del

agente contaminante.

En principio, parece que sí, pues dicho descenso hace disminuir el beneficio total del agente

contaminante en una cantidad igual al área ABq. Ahora bien, dicha reducción en el

volumen de producción hace, por otra parte, disminuir el costo total externo o valor

monetario de la externalidad en una cantidad igual al área ACZq. Por otra parte, como la

segunda área es claramente superior a la primera, en una cantidad igual a la dada por el área

BCZq, entonces en un proceso negociador las ganancias experimentadas por quien sufre

por la externalidad son más que suficientes para compensar al generador de la misma.

Dicho con otras palabras, el descenso del volumen de producción de q a A es eficiente de

acuerdo con la teoría de Pareto, pues las dos partes involucradas en la negociación pueden

mejorar sus beneficios con respecto a los que obtenían en la situación inicial.

Si se consideran ahora los efectos de un nuevo descenso de la producción, por ejemplo, del

punto A al punto D, la conclusión será la misma. En efecto, el nuevo descenso de la

producción genera una ganancia potencial que repartir vía negociación igual al área EFCB.

Este hecho sucede hasta que el volumen de producción desciende al nivel X*, que

corresponde al óptimo social. Un descenso adicional generaría una pérdida conjunta, por lo

que racionalmente no se producirá.

41

Figura 2.3. Reparación de la externalidad negativa a través de la negociación coasiana

Elaboración propia

En el caso opuesto de que el derecho a usar el ambiente lo posea el agente que sufre la

externalidad, es simétrico. En efecto, en esta situación el punto de partida sería el origen de

coordenadas, es decir, una producción nula que implica la inexistencia de externalidades.

En este contexto, un incremento de la producción de 0 a A‘ implica una ganancia potencial

neta igual al área 0Z‘C‘B‘, por lo que dicho desplazamiento es eficiente según la teoría de

Pareto. El incremento de beneficio privado (áreas 0Z‘C‘A‘) es más que suficiente para

reparar la externalidad dada por el área 0B‘A‘. Cualquier incremento adicional del volumen

de producción, por ejemplo de A‘ a D‘, tiene los mismos efectos. Este hecho sucede

nuevamente hasta que el volumen de producción alcanza el que corresponde al óptimo

social.

La idea fundamental del argumento de Coase es que, independientemente de quién posea

los derechos de propiedad o de uso del ambiente, existe una especie de tendencia autónoma

que lleva el volumen de producción de una manera automática al óptimo social. Con base a

ello, tanto Coase como sus seguidores sostienen que no es necesario ningún tipo de

42

intervención estatal para regular o reparar la externalidad; los mecanismos de mercado se

encargarán de realizar esta tarea de una manera automática.

A este resultado se le ha denominado el ―Teorema de Coase‖ (Martínez Alier; 1995), en

éste se afirma que al ser propietarios tanto el agente contaminante como el agente que sufre

la contaminación, de la porción del medio ambiente en que están ubicados, se reconocerían

un cierto derecho a contaminar en determinada magnitud, de manera que el segundo

aceptará cierto nivel de contaminación en la medida en que el primero le pague la

descontaminación.

Es necesario señalar que esta propuesta de la economía ambiental es uno de los

fundamentos en los que actualmente se apoya la propuesta de desarrollar los llamados

mercados de emisiones, ya que la lógica de la que se parte es: si dos empresas logran

negociar sus activos/pasivos ambientales, ¿por qué no generalizar dicha negociación a un

mercado en el que se negocien no solo dichos derechos de contaminar de una empresa sino

de todas las empresas que quieran hacerlo? Dicha propuesta ha recibido serias críticas de la

economía ambiental.

De todo lo anterior la economía ambiental, se plantea un problema de urgente solución:

¿cómo valorizar la naturaleza?: Motivada por la necesidad de incorporar a la naturaleza al

mercado y a la justa asignación de los precios por parte de este, la economía ambiental ha

llevado recientemente este cuestionamiento al debate, que justo es delimitar que no se

origina desde la perspectiva de la economía política, sino desde la perspectiva de un

sistema de precios que visualiza al medio ambiente como ―capital natural‖, incorporado a la

lógica del mercado que le puede asignar valor a la naturaleza, además de fijar el monto de

las compensaciones para el pago de las externalidades, o incorporar a la naturaleza al

mercado como una mercancía digna de intercambiarse, determinar los precios de los bonos

en un posible mercado de emisiones de carbono, etc.

2.4.3 Crítica a los postulados del equilibrio general de la economía ambiental

Gligo (2007) critica a los economistas ortodoxos (neoclásicos), que se empecinan en buscar

los ―equilibrios‖ a partir de la variables crecimiento o producción por un lado y ―costos

ambientales‖ por el otro, que en vez de simplificar el análisis de la sustentabilidad la

43

complejizan; la teoría económica, desde este enfoque, no incorpora los límites sobre la

reversibilidad de los procesos ecológicos, ni definen las magnitudes de los costos

ecológicos. Las indefiniciones e inexactitudes predominan, en este discurso, siendo

fundamental la confusión que se provoca al proponer la internalización de las

externalidades ambientales: el discurso del equilibrio, se basa en la necesidad de pagar

determinado costo ecológico -en términos monetarios, crematísticos, no de reparación de

los daños a la naturaleza,- en función del indispensable crecimiento económico. Esta idea

fundamenta toda la producción teórica que se ha derivado de la necesidad de ―valorizar‖ la

naturaleza‖ e incorporarla al mercado a partir de los derechos de propiedad de la misma,

otra de las trampas semánticas.

[…] fijar la meta del equilibrio, es el precio que habría que pagar para seguir por ―este

desarrollo‖, bueno, deseable y deseado. La semántica de esta forma vuelve a jugar otra mala

pasada, pues el término equilibrio, contribuye a una percepción de que no hay conflictos,

que todo corre por un camino sin tropiezos, que todo está equilibrado. En otras palabras,

para algunos, que desafortunadamente son muchos en la región, lograr este equilibrio,

facilita incorporarse de lleno al desarrollo sustentable.

Por ello que es muy importante aclarar que el equilibrio tal cual se plantea, no existe. Lo

que existe, normalmente son estrategias, políticas, líneas de acción, proyectos, que tienen

un mayor o menor costo ecológico, y que se adoptan en función de racionalidades que

tienen que ver con decisiones económicas, sociales, étnicas, antropológicas, y que en

muchas ocasiones, la racionalidad ambiental es marginal o no está presente.

Una visión desde esta otra perspectiva permitiría ver mucho más claro el panorama de la

gestión del desarrollo con relación al medio ambiente. Permitiría no enceguecerse con

falsos planteamientos que, en la mayoría de los casos, ocultan la falta de voluntad política

para incorporar la dimensión ambiental, y en otros casos, posibilitaría tener una real y

concreta apreciación de determinados costos ecológicos que se toman frente a apremiantes

desafíos de la supervivencia.

Algunas corrientes del pensamiento ambiental, más inteligentemente, han definido al

desarrollo sustentable, como un camino o tránsito hacia una concepción ideal en donde la

dimensión ambiental es intrínseca a la modalidad del desarrollo. Y tal como se le define

teóricamente, exige de cambios paradigmático, ético y político. Obviamente que, para esta

44

concepción, el fin de la sociedad es satisfacer las necesidades humanas fundamentales. Si se

produjeran cambios estructurales fundamentales y tomara fuerza una nueva modalidad de

desarrollo, habría que analizar esta situación en forma multi e interdimensional, lo que

indudablemente no sucede en la actualidad. Pero para avanzar por esta línea del

pensamiento, se requiere profundizar los conceptos de sustentabilidad. (Gligo, 2007:22)

La participación consciente de la población en el proceso de toma de decisiones aseguraría

que los estándares ambientales reflejen realmente los niveles sociales deseados. Esta

participación consciente será posible a partir de una intensa campaña de educación y

percepción ambiental que le permita a la población entender el marco global de la relación

sociedad humana-naturaleza por un lado, y por otro mediante la creación de los canales de

participación democrática que le permitan convertirse efectivamente en la expresión de la

comunidad organizada‖. Esta participación implica que la problemática ambiental se

inmiscuya en otros planos de análisis científico y de participación política.

2.4.4 Los postulados de la economía ecológica

De acuerdo a Martínez Alier, una de las características del mundo económico actual es el

uso exosomático de energía que está en una relación directa con la riqueza de los

individuos y las sociedades. Los diferentes procesos de industrialización y las revoluciones

tecnológicas se han caracterizado por el aprovechamiento de distintas y nuevas fuentes de

energía, que proceden de épocas geológicamente remotas, que se extraen y se consumen a

un ritmo mucho más rápido que el de su producción geológica.

Todo lo anterior permite visualizar una de las diferencias esenciales que la economía

ecológica tiene con respecto los postulados de la economía neoclásica o ambiental: el hecho

de que los recursos naturales sean propiedad privada contradice el principio de la ecología

como estudio de la casa común.

La economía ecológica5, representa una alternativa de análisis de la problemática

ambiental, considera que la gestión de la naturaleza debe partir del reconocimiento de que

los procesos económicos y sus consecuencias están determinados por los límites biofísicos

5 Hemos consultado a Martínez Alier [1998 ] y a Naredo [ 2007 ]como referentes para describir los postulados

de esta corriente del pensamiento económico

45

del planeta y que ante la pretensión de extender el análisis económico a la valoración de la

naturaleza deben abandonarse los principios, clasificaciones y conceptos que estructuran la

abstracción del sistema económico neoclásico. Para lograrlo, propone investigar la

naturaleza, analizando los papeles que desempeñan las funciones y las características

intrínsecas de los ecosistemas en el mantenimiento de la biosfera y la vida humana.

La economía ecológica incorpora aspectos que no visualiza la economía neoclásica o

ambiental; incorpora la reutilización y absorción de los recursos materiales y la óptima

utilización de la energía. Con lo que sugiere un sistema más amplio en el que no solamente

la economía se dedique a la producción distribución y consumo de los bienes y

satisfactores, sino que también se combine con una correcta utilización de la energía y los

recursos materiales. El funcionamiento adecuado de la economía exige un suministro

adecuado de energía y materiales (incluido el mantenimiento de la biodiversidad), y

también exige poder disponer de los residuos para evitar que contaminen el entorno.

Cuestiona el fundamento de la economía ambiental que propone, al mercado -ideado como

un espacio en el que las cantidades de productos ofrecidos y demandados se equilibran a

través de los precios- como el único referente para medir y compensar los impactos

ambientales de la actividad económica.

De acuerdo a Naredo (2007) se observa en la economía ambiental , ―la eclosión de una

amplísima literatura sobre procedimientos para imputar valores monetarios a las

‗externalidades‘ o sobre ‗instrumentos‘ económicos como impuestos, tasas o derechos

ligados al uso de servicios o bienes ambientales‖. Naredo (2007: 47)

Cuando la economía ambiental utiliza el razonamiento monetario como referente a todos

los aspectos de la vida humana, incluyendo su entorno natural, se resalta la dimensión del

valor o utilidad, pero se ignoran, los deterioros sociales o ambientales que dicha gestión

origina.

―la noción de ―medio ambiente‖, al circunscribir su reflexión al universo de los valores

monetarios, origina un medio ambiente inestudiado compuesto por recursos naturales, antes

de ser valorados, y por residuos artificiales, que también carecen de valor. Así, el

instrumental teórico al uso gobierna la gestión sin procesar de modo sistemático la

46

información sobre los deterioros que dicha gestión ocasiona sobre el medio natural; este

instrumental registra solo el coste de extracción y de manejo de los recursos naturales, pero

no el de reposición, favoreciendo así dichos deterioros, a la vez que privilegia las

desigualdades sociales y territoriales a través de esa abstracción social que es el dinero y sus

ramificaciones financieras‖ (Naredo, 2007: 47).

Martínez Alier por otra parte, para contraponerse a esta visión crematística de la

naturaleza, señala la necesidad de construir estadísticas sobre uso de energía, uso de

materiales, etc. (Indicadores Biofísicos de Sustentabilidad), como parámetros alternativos

en las decisiones para reparar el deterioro del hábitat.

A diferencia de la economía ambiental que analiza al ambiente ―a partir de los precios (es

pues una crematística) y tiene una concepción metafísica de la realidad económica que

funciona como un perpetuum mobile lubricado por el dinero‖, (Martínez Alier, 1995) la

economía ecológica ve el planeta Tierra como un sistema abierto a la entradas de energía y

materiales.

Con respecto a la efectividad de los instrumentos desarrollados por la economía ambiental

para compensar las externalidades negativas, la economía ecológica sistematiza las

siguientes críticas:

Se acepta que el razonamiento de Coase funciona bien cuando se trata de externalidades

mutuas entre empresas, o de una empresa hacia otra, y si esas empresas son capaces de

atribuirles a las externalidades un valor monetario actual, a pesar de que los recursos

naturales no tiene un comparativo en dinero; igualmente funcionaría dicho razonamiento si

se tratara de externalidades entre consumidores (mi consumo de música fuerte produce

molestias a los vecinos), o entre empresas y consumidores, siempre que podamos

identificar a todos los afectados y que éstos adjudiquen valores monetarios a las

externalidades. Lo que en la realidad sucede es que las compensaciones se darían entre los

ciudadanos que tendrían ese derecho de propiedad sobre el ambiente, dejando excluidos a

aquellos que no lo tienen, a pesar de que sean víctimas de los daños al ambiente,

igualmente se excluiría a las generaciones futuras imposibilitadas de participar ahora en las

negociaciones.

47

[…] Pensamos que, en el mejor de los casos, los agentes económicos actuales valoran de

manera arbitraria los efectos irreversibles e inciertos de nuestras acciones de hoy sobre las

generaciones futuras. Sin embargo, que dudemos de la posibilidad de internalización

convincente de las externalidades, […] que sostengamos que necesariamente la economía

está imbricada en la sociedad y en la política, no significa que debamos estar en contra, en

un plano práctico, de los impuestos sobre el uso de energías no renovables, o de los

mercados de licencias de contaminación por SO2, como instrumentos que lleven a reducir

los impactos negativos de la economía sobre la ecología.

Las reglas e instituciones ahorran tiempo, uso de recursos y dispersión del conocimiento, y permiten

que concentremos nuestra capacidad de reflexión allí donde importa más. [Aunque] deben poder ser

evaluadas críticamente, pues a veces incorporan sensatos criterios prácticos pero otras veces

simplemente sirven a grupos poderosos o son dañinas para el ambiente. […] el mercado puede ser

también una institución para coordinar todo el conocimiento disperso, aunque no sea, al contrario de

la tesis de Hayek, la única institución. Si el mercado tiene consecuencias negativas para el ambiente,

entonces hay que ponerle coto, o más radicalmente, hay que cambiarlo por otro conjunto de

instituciones. (Martínez Alier 1998, 79)

Concluye Naredo

[…] la economía ambiental se ha convertido en el bastión ideológico, revestido de ciencia,

del capitalismo hoy dominante en el mundo. Su principal flaqueza reside en que esta

función, a la vez mistificadora y laudatoria, degrada obligadamente su capacidad de

interpretación y predicción de los problemas, socavando con ello su propio estatuto

científico. El modo de tratar los problemas ecológico-ambientales está siendo un punto de

fricción importante entre los enfoques y disciplinas que tratan de ayudar a convivir con

ellos mediante prácticas dilatorias, ocultistas o conformistas y aquellos otros que pretenden

paliarlos o resolverlos recurriendo a análisis más profundos y a medidas más radicales. […]

este conflicto traslada así al campo de las discusiones científicas puntos de vista distintos

sobre la sociedad y las disciplinas que ligan, sin decirlo, la crisis ambiental con la crisis del

actual modelo de civilización. […] el deterioro ambiental y la polarización social amenazan

con socavar la fe en el progreso indefinido que nos había prometido la civilización

industrial El éxito del proyecto de modernidad civilizatoria que estriba en su capacidad en

apoyar sus fundamentos en valores que se suponen universales vinculándolos después, con

visos de racionalidad científica, a evidencias empíricas domesticadas que dan puntual

cuenta del progreso prometido, a la vez que soslayan las consecuencias regresivas, no

48

deseadas, que los acompañan. La ciencia económica ha desempeñado un papel fundamental

en este juego reduccionista al aportar el núcleo duro de racionalidad llamado a orientar los

planteamientos socio-políticos que configuran el actual pensamiento dominante. Una vez

sometido el mundo al yugo de ese pensamiento dominante, guiado por una racionalidad

económica servil al universalismo capitalista en vigor, se ha podido postular a bombo y

platillo la ―muerte de las (otras) ideologías‖ y el ―fin de la historia‖. La falta de pudor

intelectual que subyace al manejo acrítico y desenfadado de tales afirmaciones, en un

mundo que se supone informado, da cuenta de la impunidad con la que se desenvuelve el

reduccionismo imperante. (Naredo, 2007: 46).

2.5 El papel del estado en relación a la problemática ambiental, aspectos teóricos.

2.5.1 La problemática de la intervención estatal desde la perspectiva marxista

La década de los 80 marca el inicio de la crisis y el cuestionamiento del ―Estado del

bienestar‖, en particular en lo referente a las modalidades que adoptaron las políticas

públicas que lo caracterizaron. La injerencia y la regulación estatal de las actividades

económicas fueron objeto de un fuerte debate.

La perspectiva marxista, plantea que las características y los límites de la intervención

estatal están determinados por las contradicciones que el propio proceso de acumulación

capitalista genera, que amenazan la existencia de toda la sociedad, (como es la destrucción

de los recursos naturales), o la imposibilidad de que los capitalistas participen en espacios

donde la producción de las unidades de capital no es rentable. De esta manera, de acuerdo a

Alvater:

―el capital necesita como soporte, de una institución especial que no esté sometida a sus

propias limitaciones en cuanto capital; que no esté determinada por las exigencias de la

producción de plusvalía; que sea una institución especial situada ―al margen y por encima

de la sociedad civil‖ y que al mismo tiempo satisfaga, dentro del marco del capital y sin

cuestionarlo, las necesidades inmanentes que este ignora. […] la sociedad burguesa

desarrolla una forma específica que expresa los intereses generales del capital: El Estado‖.

(Alvater, 1979: 39)

De esta manera, desde la perspectiva marxista, no se puede concebir al Estado ni como

mero instrumento político ni como una institución creada por el capital, sino más bien

49

como una forma especial de la realización de la existencia social del capital, paralelo a -y

además de- la competencia capitalista y como un instrumento esencial en el proceso social

del capital.

Pero, aunque el Estado expresa el interés general del capital, no lo hace libre de

contradicciones, no se puede decir que el Estado sea un capitalista real, material, cumple

con las funciones necesarias para salvaguardar a la sociedad capitalista, y puede hacerlo

precisamente porque no está sometido a las exigencias de producir plusvalía, como lo están

las unidades de capital, cualquiera que sea su magnitud.

Para este enfoque, las áreas económicas en las cuales el Estado es particularmente activo

son:

1. La creación de condiciones materiales generales de la producción (la

infraestructura)

2. La determinación y protección del sistema legal general en el que tienen lugar las

relaciones de los sujetos legales de la sociedad capitalista.

En lo que respecta al primer aspecto, no todos los capitalistas privados producen los bienes

necesarios como prerrequisitos para la producción de mercancías, esto debido a que estas

actividades como construir obras de comunicación, de seguridad social etc. en los espacios

donde no es rentable para los capitalistas independientes. Por lo que estas actividades

quedan ignoradas por el capital, lo que se manifiesta como un ―vacío‖ que el Estado debe

suplir necesariamente porque, a diferencia de las unidades de capital no está sometido a la

exigencia de crear valor; aquellos sectores de la producción social de valor que son

ocupados por el Estado dejan de ser capital. Por esta razón, las funciones estatales de este

tipo se financian siempre con un fondo de capital social determinado, limitando con ello la

acumulación de las unidades de capital privado. Este es un límite real al intervencionismo

estatal: no puede ampliarse de tal forma que por su causa se anule la acumulación privada

de capital.

Es necesario señalar que esta modalidad también está sujeta a las condiciones históricas que

la determina, así, el Estado invade ―esferas de acumulación de capital para rescatar al

50

capital ante la imposibilidad de este, de recuperar su tasa de ganancia o en tanto se dan las

condiciones para la libre competencia, que incluyan la eliminación de las fricciones por

medio de la creación de relaciones legales generales y de la implantación de su

cumplimiento (segunda condición, señalada anteriormente)

Al respecto Elmar Alvater señala los siguientes rasgos de las posibilidades y limitaciones

del intervencionismo estatal presentes en la sociedad capitalista:

El estado capitalista no tiene las intenciones de participar en la competencia e

interferir con ello en el funcionamiento del mercado, sino que interviene para

contribuir en la creación de determinadas condiciones para la producción de

mercancías, en esferas donde dicha actividades no son rentables para los capitalistas

individuales,

Interviene cuando la solución material de un sinnúmero de necesidades que el

capital requiere para funcionar en determinadas condiciones es excesivo, como para

ser abarcado por las propias unidades de capital con sus limitados intereses

particulares.

Con respecto al aspecto ecológico, se ha dicho que el pensamiento marxista no tuvo como

objeto de análisis la denuncia y las propuestas con respecto al deterioro ambiental que las

actividades productivas conllevan, aunque, a partir del debate surgido a partir de la crisis

ambiental se ha rescatado algunas de sus ideas relativas a la relación que el hombre

establece con la naturaleza en su actividad productiva, Marx conceptualizó a dicha acción

humana como un metabolismo social, aunado a que en sus escritos, señalaba al capitalismo

como un depredador que atentaba contra el equilibrio de la naturaleza (Foster, 2000)

2.5.2 La postura del pensamiento neoclásico con respecto al Estado.

La economía neoclásica basa su análisis económico en el desarrollo de la teoría del

intercambio, su análisis se centra en el ámbito de los mercados. Concibe al ser humano

como un ser racional de comportamiento egoísta, plenamente capacitado para analizar la

eficacia comparativa de los medios para alcanzar sus fines, y dispuesto siempre a acrecentar

su satisfacción personal.

51

Su modelo descansa en el supuesto básico de una economía ―libre‖ o de ―mercado no

interferido‖, en el que ninguna fuerza de índole institucional lo perturbará en nada. Se

admite que el gobierno, estará presto a amparar la buena marcha del intercambio,

absteniéndose de actuaciones que puedan desarticularlo, de manera que se garantice que

ningún agente ajeno al mismo interfiera en el nivel de los precios, los salarios, los tipos de

interés, etc.

El Estado debe adoptar como norma al principio de neutralidad en todas sus intervenciones,

limitándose solamente a garantizar la operatividad del mercado y a restablecer, en su caso,

la propia dinámica competitiva, junto al desempeño de las funciones de seguridad y garante

de los derechos humanos.

No se autoriza, por lo tanto, ningún otro tipo de interferencia gubernamental en las

condiciones ―naturales‖ en las que operarían tanto los consumidores como los empresarios,

al entenderse que el mercado es el medio más eficaz que posibilita la cooperación

voluntaria de todos los individuos.

2.6 ¿Regulación ambiental, desregulación o autorregulación ambiental?: un debate

fundamental

Entendiendo por regulación ambiental las modalidades que los agentes económicos, -el

estado fundamentalmente- realizan a través de normas, acciones y utilización de

instrumentos económicos, para garantizar que las actividades productivas mantengan en un

nivel mínimo los daños al ambiente, preservando el hábitat y la salud pública.

Un elemento a destacar es la negativa por parte de los partidarios de la desregulación

ambiental a la aplicación de impuestos ambientales, (que son considerados dentro de los

instrumentos económicos e inclusive fueron teóricamente fundamentados por uno de los

principales exponentes del pensamiento neoclásico: C. Pigou).

Aquí se puede plantear como una pregunta generadora de nuevos temas de discusión:

¿Cómo reaccionaría la gran mayoría del empresariado frente a una reforma tributaria que

propusiera gravámenes para la reparación del deterioro de los recursos naturales y del

entorno natural?

52

Al respecto existen algunas propuestas, entre otras las de Enrique Provencio (1997), para la

aplicación de impuestos ambientales que se publicaron justo en años posteriores a la

Conferencia de Río.

Con respecto a la categoría regulación ambiental, el debate actual es intenso, la economía

ambiental ha ganado ampliamente terreno e inspira a las políticas ambientales aplicadas

actualmente en la mayoría de los países, donde domina la idea de un abandono de la

regulación estatal. Existen serios cuestionamientos a ésta idea que a continuación se

presentan:

―Hoy en día, desde las instancias de poder económico y político se emite el mensaje, de

forma insistente y monocorde, de que nos dirigimos irremediablemente hacia una economía

globalizada y desregulada, y de que esto constituye una señal inequívoca de progreso, ya

que el mercado se va liberando de las ataduras del pasado, lo que le permite desarrollar sus

potencialidades: eficiencia, prosperidad y libertad […] se refieren a la desregulación tanto

dentro de los estados como a nivel internacional, el libre mercado constituye una ideología

[…] que la oligarquía dominante, con la ayuda de sus ideólogos orgánicos, utiliza como

justificación para promover la fuerte desregulación en marcha‖. (Bermejo, 1998: 2).

Como variante de la desregulación ambiental, vista como el alejamiento del estado en las

decisiones relativas al control directo de los impactos ambientales, ha ganado terreno la

postura de la autorregulación de los efectos al ambiente por parte de los particulares y

empresas.

Desde una perspectiva crítica debe verse a la autorregulación ambiental como el resultado

de una ideología neoliberal de hacer a un lado al Estado, acompañada de la usurpación por

parte de la burguesía industrial de las demandas a favor del ambiente de los movimientos

sociales ecologistas. La adopción de una conciencia ambiental basada en la ―racionalidad

capitalista‖ busca mejorar su imagen y a la vez obtener mayores ganancias; el respeto al

entorno implica sobre todo adoptar una cuestión ética, en el fondo la ―autorregulación‖

implica la mercantilización de los valores. Hay un rechazo a la imposición del llamado

―command and control‖ (ordeno y mando) que caracterizaron a los instrumentos de política

ambiental basados en la regulación directa por parte del Estado. La economía ambiental

pugna por la autorregulación, como una decisión alentada por la empresa y aceptada por el

53

Estado de buscar nuevos mecanismos de regulación en los que no esté presente la

Autoridad Ambiental, (dentro de la lógica neoliberal); destaca también que el cumplimiento

de los estándares de calidad ambiental es una decisión voluntaria de la empresa que quiere

con esto en primera instancia mejorar su imagen ante los consumidores redituándole con

ello un beneficio económico al realizarlo.

Se ha impulsado la idea de la autorregulación ambiental de la industria, de manera que

muchas de las tareas de inspección y vigilancia de los procesos productivos dentro de los

limites ambientales permitidos son voluntarios, tal es el caso de las auditorías ambientales y

las certificación ISO 14001, por ejemplo.

La autorregulación implica también la reducción y estandarización de las normas oficiales

de desempeño ambiental, con la finalidad de flexibilizar la política ambiental del Estado y

hacer accesible a las empresas cumplir con sus compromisos descartando su obligatoriedad.

Sin embargo existen cuestionamientos, uno de ellos es que los estándares definidos no

corresponden a las diversas realidades, tanto en países, como en diferentes actividades

económicas de un país; otro es de alerta, ante la propuesta de los mercados de carbono en el

cual se contemplan obligaciones de cada país van en función de las emisiones per cápita de

cada país; de esta manera, se contemplan reducciones para algunos países y al mismo

tiempo aumentos para los que menos emiten; finalmente, un tercer cuestionamiento, es que

la uniformización de las políticas medioambientales ,obliga también a eliminar la capacidad

tradicional, existente en muchos casos, de gobiernos regionales y locales para establecer

políticas ambientales adaptadas a las características de sus problemas ya que existen

gobiernos municipales que han conservado un grado importante de autonomía ante la

ofensiva de la desregulación ambiental neoliberal.

Esta autonomía ha sido utilizada frecuentemente, entre otras cosas, para desarrollar

iniciativas conservacionistas más avanzadas que las existentes a nivel estatal. Aparte de sus

efectos beneficiosos para la naturaleza local, estas iniciativas han venido funcionando como

experiencias piloto, dando lugar a una rica colaboración entre estas entidades —como

ocurre en Estados Unidos con los estados federados— y en algunos casos a su

generalización por todo el país, una vez demostrado su éxito. Por el contrario, los tratados

de libre comercio más importantes y recientes, como el NAFTA o el Acta Final de la Ronda

54

de Uruguay, establecen que los estados tienen la obligación de acabar con las prácticas

autónomas, y lo están cumpliendo (Bermejo 1998: 15).

La economía ambiental señala algunos argumentes a favor de la desregulación ambiental:

Se argumenta que los costes de protección ambiental sufren una escalada exponencial al

profundizar en la política regulatoria. Si bien los costes son bajos en las primeras etapas de

la protección, a medida que se avanza éstos se disparan.

Se corre el riesgo de que la autoridad ambiental no elija el instrumento de política

ambiental adecuado, la razón es que, una vez agotadas las posibilidades más obvias y

baratas de mejora del medio ambiente, los costes de otras nuevas aumentarán

considerablemente.

Algunos defensores de la economía ambiental (ideas que retoma la Agenda 21) defienden

escalonar la implantación de una política ambiental con el objeto de diluir en el tiempo los

costes de la misma.

―W.E. Oates, uno de los economistas ambientales más importantes, considera que […] los

problemas ambientales planetarios más preocupantes (tales como el calentamiento mundial)

no sólo sugieren daños potenciales de enorme magnitud sino que implican la adopción de

medidas preventivas o correctivas de coste enorme Ante este elevado coste, opina que es

razonable no actuar hasta que se conozcan mejor las consecuencias del cambio climático‖

(Bermejo 1998: 9).

Otra crítica a la desregulación se encuentra en la contradicción que presentan en su teoría

de la internalización de las externalidades (que constituye un instrumento central de la

integración del problema ecológico dentro de ese paradigma), ya que invalida su dogma de

retirar a toda costa al estado de las actividades económicas, ante su negativa rotunda, a la

propuesta de aplicar los impuestos ambientales a las empresas contaminantes, a pesar de

haber sido una propuesta teórica elaborado por un distinguido exponente de la teoría

neoclásica: Cecil Pigou , No han podido eliminar de su cuerpo de teoría dicho postulado, ni

han hecho una propuesta al principio ―quien contamina paga‖ (ni aun medido en términos

monetarios).

55

En lo personal, reivindico que la regulación es una tarea que debe corresponder a una

instancia que se preocupe no por el beneficio económico de los particulares, sino por el

bien común y el respeto a la naturaleza. El Estado tiene una gran responsabilidad ante la

necesidad de una regulación ambiental que promueva una mejor conducta por parte de las

empresas, así como promover políticas que impulsen la innovación, la investigación y el

desarrollo en beneficio del entorno. Pero la regulación ambiental también debe ser asunto

de todos, la participación de la sociedad civil es un elemento muy importante en el logro de

estos objetivos, la incorporación de un mayor número de actores sociales es imperiosa, así

como retomar en esta regulación las políticas ancestrales de los pueblos originales

respetando sus mecanismos de consenso comunitario.

56

CAPÍTULO III. LA POLÍTICA AMBIENTAL MEXICANA HACIA LA

INDUSTRIA NACIONAL

3.1 La política ambiental hacia la industria en la etapa desarrollista.

Durante muchos años, en la etapa que se ha caracterizado como desarrollista6, la sociedad

y los sectores productivos no poseían, lo que ahora se ha dado a llamarse ―conciencia

ambiental‖. El paradigma ambiental dominante se fundamentaba en el antropocentrismo, a

partir del cual la naturaleza se concebía como fuente inagotable de riqueza y capaz de

absorber todos los impactos y desechos generados por la actividad humana. Más aún, en las

economías subdesarrolladas, caracterizadas por una profunda heterogeneidad estructural en

sus empresas y productores, el ambiente y la abundancia de recursos naturales eran vistos

incluso como una ―ventaja comparativa‖ a utilizar en el objetivo de avanzar por el camino

iniciado por el mundo capitalista desarrollado.

Así, la industria en México se desplegó territorialmente en los asentamientos urbanos, en

concordancia con el patrón latinoamericano, sin tener preocupación por las limitaciones de

recursos naturales; para fines de ubicación sólo se analizó la disposición de mano de obra y

acceso a mercados. Este modelo implicó enormes presiones sobre la naturaleza, en

6 Durante muchos años, las estrategias de desarrollo para América Latina se centraron en la

búsqueda del crecimiento material, el cual era visto como el generador del progreso social. El

origen del desarrollismo se remonta a los escritos de la CEPAL; sus principales exponentes

sostenían que el subdesarrollo y el desarrollo, si bien son fenómenos distintos, están signados por el

antagonismo y la complementariedad, y determinados por el mismo proceso histórico de desarrollo

mundial. La CEPAL sostuvo que el deterioro de los términos de intercambio en el comercio

internacional, con un esquema centro industrial-periferia agrícola, reproducía el subdesarrollo y

ampliaba la brecha entre países desarrollados y países subdesarrollados. Como consecuencia de ese

diagnóstico se pugnaba por la existencia de Estados activos en países no desarrollados que

desplegaran políticas económicas para impulsar la industrialización, como la vía primordial para

alcanzar una situación de desarrollo autónomo. Bajo el supuesto de que la región contaba con una

enorme disponibilidad de recursos para lograr su crecimiento, el cuidado a la naturaleza fue

ignorada o vista de forma utilitarista, es decir, como proveedora de recursos y sumidero de

residuos, que haría posible dicho progreso. La naturaleza era el marco que hacía posible esos

sueños; se invocaban las riquezas naturales de cada uno de los países, los espacios vacíos a ocupar y

la calidad de la población. Dos visiones críticas del desarrollismo se encuentran en Marini (1994)

desde la perspectiva del debate sobre la teoría del desarrollo y en Gudynas (2002), desde la

perspectiva ecológica.

57

particular sobre el agua, el aire y el subsuelo. Además, implicó la reducción significativa de

otros recursos (madereros, hídricos, etcétera).

Durante décadas, las políticas industriales se caracterizaron por un proteccionismo

exagerado a favor de los empresarios, en forma de subsidios, exenciones de impuestos,

salarios bajos, entre otros. En este contexto, el cuidado del hábitat natural y el

conservacionismo estaban subordinados al crecimiento de las industrias: la actividad

productiva no utilizaba racionalmente los recursos naturales. La política industrial de apoyo

deliberado a la acumulación de capital implicó que las sanciones ambientales, cuando

existían, no fuesen aplicadas generalizadamente, a pesar del carácter ecológicamente

depredador del modelo de desarrollo.

En esa etapa de prosperidad económica y de movilidad social dinámica, se exacerbaron los

daños ecológicos en diversos entornos y regiones del país. Aunque nunca se planteó en

estos términos, podría decirse que el balance existente entre los beneficios económicos y

sociales de la industrialización y los elevados costos ambientales de la misma nunca hizo

dudar a nadie sobre las ventajas de convertir a la actividad manufacturera como el eje de

crecimiento de la economía mexicana.7 Los empresarios nacionales y los sectores medios

de la población no criticaban la impresionante deforestación, la degradación de las cuencas

hidrológicas ni el incremento gradual de la contaminación por ruido, gases y desechos en

ciudades y zonas metropolitanas; varios miembros de esos sectores sociales se enfocaban,

cada vez más vigorosamente, en la ausencia de espacios de participación ciudadana o de

representación política no corporativa, a elogiar y aprovecharse de los frutos de la

prolongada prosperidad económica.

Hasta principios de los años ochenta, las iniciativas del Estado mexicano para enfrentar la

problemática ambiental eran limitadas, mostrándose más preocupado por aplicar políticas

públicas de apoyo al despegue industrial y un decidido proteccionismo a favor de los

empresarios industriales nacionales que a la conformación de instrumentos políticos a favor

7 A escala internacional ya se alzaban voces de especialistas que llamaban la atención acerca de los costos del

desarrollo económico, específicamente de los costos ambientales: Hotelling (1931); Coase (1960); Boulding

(1966); Ridker (1967); Hardin (1968); Dales (1968); Mishan (1969).

58

del ambiente. Vega (2000) señala que a pesar de los impresionantes ritmos de expansión

industrial:

la degradación ecológica, el agotamiento de recursos naturales y la contaminación

ambiental están presentes, en diferentes magnitudes y proporciones, […] la cancelación de

la movilidad social y la acumulación de pasivos ambientales de larga duración constituyen

la base explicativa de la insustentabilidad del desenvolvimiento económico y social del país

[…] Al iniciar este periodo, todavía aproximadamente el 60% del territorio del país estaba

cubierto por bosques templados y tropicales […] En contraste, la conversión de suelos

forestales en agropecuarios y urbanos, o de zonas áridas en tierras de cultivo y de extracción

de minerales, se tradujo en enormes e irreversibles costos ambientales (Vega, 2000: 83 –

84).

El sector empresarial estaba muy lejos de internalizar los costos de los daños ambientales.

Visualizaba a la naturaleza y sus recursos de manera utilitaria, como objetos susceptibles de

explotación. El tema de las políticas de regulación ambiental era inexistente o irrelevante;

la sociedad aceptaba, sin objeción, que era un asunto gubernamental que debía abordarse a

través de normas y sanciones, cuando la actividad productiva afectara la salud pública.

En esa época, los postulados del informe Los Límites del Crecimiento, asesorado por

Dennis L. Meadows, -que alertaba sobre la insostenibilidad en el futuro si continuaban las

pautas de producción mundial, tanto por la finitud de los recursos naturales cuanto por su

capacidad de amortiguar los impactos ambientales–, generó una gran polémica en los

círculos intelectuales y de la función pública de América Latina, quienes consideraban a

estas proposiciones como un ataque a las bases sobre las que descansaba el desarrollo

económico de la región.

A pesar de esta respuesta inicial y ante la gravedad de la contaminación, el tema ambiental,

que siempre se mantuvo fuera de la temática del desarrollo, empieza a tomar parte en su

discusión. Sin embargo, de manera similar al resto de Latinoamérica, la respuesta inicial del

gobierno mexicano fue mantener el modelo desarrollista, que consideraba a los recursos

naturales como ilimitados y al deterioro ambiental circunscrito específicamente a sectores y

regiones.

59

Desde la segunda mitad de los años setenta y hasta 1984, ante la magnitud de la polución en

los centros urbanos, se comenzó a considerar a la problemática ambiental como un

problema de salud pública, soslayando en su debate el terreno del desarrollo económico y

sus consecuentes decisiones de política ambiental.

En México, las políticas públicas para enfrentar la contaminación, se asignaron a la

entonces Secretaría de Salubridad y Asistencia, especialmente vigilar y hacer cumplir la

Ley Federal para Prevenir y Controlar la Contaminación Ambiental, promulgada en 1971.

Como puede verse, la agenda ambiental nace en nuestro país atendiendo a preocupaciones

de salud pública.

Sin embargo, poco más tarde, en 1976, el aspecto ambiental se ligó a los problemas urbanos

y territoriales, a partir de la formación de la Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras

Públicas (SAHOP), una entidad a la que se adscribió la primera Dirección General de

Ecología Urbana.

En 1982, al aprobarse la Ley Federal de Protección al Ambiente (1982) y sus reglamentos,

se asignó a la Secretaría de Salubridad y Asistencia como la autoridad encargada de

prevenir y controlar los problemas de salud derivados de la emisión de contaminantes, en

referencia a las normas técnicas que señalaban entre sus disposiciones, los límites

permisibles de contaminación, (SEMARNAP, 2000).

3.2 Las políticas ambientales en México a partir de la aplicación del modelo neoliberal

3.2.1 El contexto neoliberal

En 1982 se inició en nuestro país una feroz ofensiva contra las reservas monetarias del

Banco de México, aunque la especulación financiera comenzó desde meses atrás, lo que

provocó que el peso mexicano se devaluara en un 75% frente al dólar en el mes de febrero

y a un nivel del 450 % al final del año, en tanto que el índice nacional del precios al

consumidor registró niveles cercanos al 100%, agudizando la pobreza y la frustración social

en nuestro país.

Tras la debacle financiera de 1982, el gobierno de Miguel de la Madrid inició su gestión

acudiendo al Fondo Monetario Internacional para negociar un paquete financiero de ajuste

60

macroeconómico que, de facto, implicó poner en ejecución un severo programa de

austeridad. Desde entonces, términos como ―reformas‖ o ―cambios estructurales‖ (a los que

se ha ido acostumbrando la población) se han dirigido en sentido contrario a las

transformaciones precedentes inspiradas en políticas de corte keynesiano.

Las autoridades económicas del país consideraron este momento como crucial para

proclamar el agotamiento del patrón de desarrollo vía sustitución de importaciones. La

necesidad imperiosa de cambiar radicalmente la política económica y empujar a los actores

institucionales a realizar los ―ajustes estructurales necesarios‖, fue la condición ineludible,

planteada desde la óptica neoliberal, para sentar las bases, que permitirían al aparato

productivo nacional entrar nuevamente a la senda virtuosa de la estabilidad y el

crecimiento.

Esta etapa de cuestionamiento y modificación de la intervención estatal, que se ha

denominado ―neoliberal‖, coincide cronológicamente con los años dramáticos de la crisis

ambiental.

La aplicación del modelo neoliberal, en nuestro país, conllevó a modificaciones profundas

en la economía y la sociedad mexicana en la que destacan la apertura comercial, (a partir de

la cual se pretendía fomentar una industrialización orientada al mercado externo); el

endurecimiento de la política fiscal y la consecuente eliminación de los subsidios, la

desregulación de algunos servicios y la privatización de las empresas públicas; la

flexibilización de la reglamentación de la inversión extranjera directa y en cartera; y la

transferencia de tecnología, etc.

3.2.2 La política industrial Nacional

Para Molina y Zarate (2009), los cambios estructurales dieron origen a un nuevo modelo de

desarrollo industrial en México, la industrialización orientada a la exportación (IOE), que

afirma una relación positiva entre comercio y desarrollo. ―De acuerdo con ello, la

combinación de tres elementos clave permitirá alcanzar la senda del crecimiento en el largo

plazo: primero por una especialización de las naciones según ventajas comparativas en

costos; segundo y relacionado con lo anterior, por la necesidad de industrialización que

61

debe ir orientada hacia el sector manufacturero exportador y por último, por la separación

entre el mecanismo de mercado y el papel del Estado‖ (Molina y Zarate, 2009: 36).

En este modelo, de acuerdo a los autores, el buen funcionamiento derivado de los cambios

en las empresas, será alentado por políticas macroeconómicas neutrales, que incentiven la

liberalización de la economía, el fomento a las exportaciones que permitirá en crecimiento

económico continuo, la presencia de innovaciones tecnológicas que es asumido como

respuesta a la competencia exterior, incrementando el ahorro y el más eficiente uso de los

factores.

La estrategia gubernamental para alcanzar una industrialización orientada a la exportación,

se funda en la ejecución de un proceso de liberalización comercial, en sus inicios, de

manera gradual (de 1982 a 1987) y posteriormente, de manera acelerada, a partir de 1988.

Este proceso de liberalización comercial se inició con la incorporación al Acuerdo General

sobre Aranceles y Comercio (GATT) y el posterior fortalecimiento de las relaciones

bilaterales con los vecinos territoriales de México y principales socios comerciales, EE.UU.

y Canadá, cristalizado mediante el Tratado de Libre Comercio de América del Norte

(TLCAN).

Con la firma del TLCAN se consolidó el proceso de liberalización comercial entre los tres

países. Comenzó de manera gradual, en sus primeros años, y culminó con una apertura casi

total en los siguientes años. Por una parte, su firma y ejecución modificó la estructura

arancelaria, con tendencia a una disminución radical en su tasa impositiva; también se

eliminaron o redujeron los subsidios directos y las restricciones impuestas a las

exportaciones. Por otra parte, se llevaron a cabo reformas a la legislación sobre la inversión

extranjera: específicamente, la posibilidad de invertir hasta el 100% en actividades

anteriormente restringidas y consideradas exclusivas del Estado o de los actores nacionales.

Todo lo anterior implicó una modificación muy importante en la estructura del sector

industrial mexicano, en su orientación, en sus procesos de producción, en el factor

tecnológico y en sus conductas ambientales.

Los cambios implicaron un proceso de transición del modelo de industrialización por

sustitución de importaciones al patrón industrial orientado a la exportación. Los procesos

62

de apertura comercial y de liberalización económica y financiera son los determinantes de

contexto en el que se desenvuelve la política industrial mexicana.

3.2.3 Transformaciones en la Estructura de la Industria Nacional a partir de la

implementación del neoliberalismo.

El proceso de industrialización orientado al mercado externo ha tenido un carácter

altamente selectivo. Incluye un núcleo fuerte de transnacionales, que puntea la estructura

productiva, acompañado de un sector industrial de propiedad nacional que modificó sus

estrategias competitivas para insertarse en el mercado internacional directa o

indirectamente. En lo referente a los procesos productivos, se pueden identifican varios

aspectos que van desde la introducción de tecnología basada en la electrónica, el empleo de

la informática en la administración y en la producción, el establecimiento de nuevas

relaciones con los proveedores a fin de que éstos se comprometan a cumplir un conjunto de

requerimientos de calidad y tiempos de entrega (justo a tiempo), hasta una serie de

innovaciones de tipo organizacional.

De acuerdo a Molina y Zárate (2009), la economía mexicana basa su dinamismo en las

exportaciones manufactureras, aunque esta actividad no ha sido del todo capaz de incidir

sobre el comportamiento del empleo y del producto. Se puede notar que las exportaciones

ya no dependen tanto del sector petrolero y extractivo, ni de los bienes primarios. El sector

servicios se muestra con gran dinamismo, los autores muestran que las variables señaladas

reflejan un alejamiento de la dinámica externa respecto a la interna, pudiendo tener una

fuerte incidencia en el modelo de desarrollo, a largo plazo.

De la misma manera en que se presentó una reconfiguración en el aparato productivo

nacional desde la segunda mitad de los años ochenta, el sector industrial experimentó un

cambio estructural significativo encabezado por las ramas exportadoras más dinámicas.

Los autores, proponen la siguiente clasificación de la industria nacional en 4 grupos, la

industria azucarera se ubicaría en el tercero. Consideran tanto el dinamismo productivo

como exportador y el perfil tecnológico determinado por la intensidad tecnológica de cada

actividad manufacturera:

63

Grupo I. Ramas de alto dinamismo exportador y elevado desempeño productivo:

constituido por actividades cuyas tasas de crecimiento promedio anual (TCA) de las

exportaciones y de la productividad es más elevada que la media manufacturera; con

actividades de alta intensidad tecnológica (AT) media alta intensidad tecnológica (MAT).

Grupo II. Ramas de alto dinamismo exportador y bajo desempeño productivo: considera las

actividades que presentan una TCA de exportación superior a la media nacional, pero con

un crecimiento de la productividad inferior al promedio manufacturero; las ramas de este

grupo se encuentran definidas como de baja intensidad tecnológica (BT)

Grupo III. Ramas de bajo dinamismo exportador y alto desempeño productivo: integrado

por las industrias que presentaron una TCA de exportación más baja que el promedio

nacional, pero con un mayor crecimiento de la productividad laboral respecto al mismo

parámetro; aunque este grupo está constituido por actividades de BT como de MAT, son las

ramas de media baja intensidad tecnológica (MBT) las que concentran más del 40% de la

producción del grupo.

Grupo IV. Ramas de bajo dinamismo exportador y desempeño productivo: lo constituyen

las actividades cuya TCA de las exportaciones y de la productividad es más baja que la

media manufacturera nacional. Está integrado en su mayoría por actividades de BT, aunque

en el periodo reciente la participación de industrias de MAT ha crecido considerablemente

(Molina y Zárate 2009: 48).

3.3 El TLCAN y las políticas ambientales en la industria nacional

La apertura comercial y la puesta en marcha del TLCAN han tenido otros efectos en la

industria, entre los cuales se ubica las modificaciones en las políticas ambientales hacia el

sector. Lilia Domínguez (2009), menciona cómo el impacto ambiental del TLCAN se hizo

sentir desde las negociaciones, en las que se enfatizó el tema en las relaciones comerciales,

considerando las marcadas diferencias en la reglamentación ambiental y fiscalización de los

países negociadores. Además, el proceso coincidió con la creciente participación de los

grupos ambientalistas, quienes como señala Domínguez, tienen detrás de ellos a sindicatos

y grupos del sector privado interesados en mantener sus niveles de protección.

El tema del medio ambiente está presente desde el preámbulo del TLCAN en donde se

expone que uno de los principales propósitos de éste es "aumentar la competitividad de las

64

empresas mexicanas, canadienses y estadounidenses en forma congruente con la protección

del medio ambiente" y se reitera el compromiso de los países firmantes de promover el

desarrollo sostenible. Se establece el derecho de cada país a determinar el nivel de

protección con base en principios científicos y evaluaciones del riesgo, siempre que ello no

se traduzca en discriminación injustificada o restricciones de comercio. Ningún país deberá

relajar sus normas de salud, seguridad o del medio ambiente con el propósito de atraer

inversión (Domínguez 2006: 57).

Acompañando al texto principal, el medio ambiente fue tema de uno de los acuerdos

complementarios. Este Acuerdo Ambiental Complementario se orienta, fundamentalmente,

a garantizar la integridad de las legislaciones ambientales, los asuntos del derecho

ambiental que pueden influir en el comercio internacional, las inversiones y el aumento de

la participación pública.

Coincidente con la negociación, firma y aplicación del TLCAN, México participó en la

Cumbre de Rio de 1992, del cual se desprendió la Agenda 21, que aceleró el desarrollo del

marco regulador ambiental y el cambio institucional requerido para el rediseño y la

aplicación de la política ambiental, (quedó subordinado a una política económica general

promotora de un modelo de industrialización orientado al mercado internacional),

modificándose los criterios de regulación ambiental en lo referente a la normatividad, la

incorporación de instrumentos voluntarios y una mayor simplificación, entendido como

―estandarización de las normas ambientales‖.

Domínguez señala que

―uno de los beneficios del TLCAN fue apoyar el esfuerzo público por modernizar y

perfeccionar el marco regulador ambiental nacional, [aunado a que] el cumplimiento del

acuerdo regional elevó los estándares ambientales, dado que nuestro país se asocia a países

que tenían estándares más altos que el nuestro‖ (Domínguez 2006: 58).

Otro elemento a considerar es la creciente notoriedad de los movimientos sociales

ecologistas desarrollados en Estados Unidos, Canadá y en menor proporción México, que

lograron, de alguna manera, crear presión sobre las entidades gubernamentales para forzar a

que las empresas cumplieran con la normatividad en algunas comunidades afectadas,

aunque sin llegar al ecologismo popular planteado por M. Alier.

65

3.3.1 Heterogeneidad de la industria nacional en lo referente el cumplimiento

ambiental.

Un elemento adicional a considerar en la firma del TLCAN es que incorporó el tema

ambiental entre sus cláusulas, lo que implicó poner los aspectos de respeto al entorno en la

lista de prioridades del desarrollo nacional, con la consiguiente aplicación de una serie de

medidas de política ambiental hacia las actividades económicas y a la industria en

particular.

El nuevo modelo de industrialización nacional implicó que se acentuara la heterogeneidad

que caracteriza la industria mexicana, tanto en el aspecto de la productividad y

competitividad (véase la clasificación de Molina y Zarate), como en lo referente al

cumplimiento de la normatividad ambiental. Con el ingreso al TLCAN, de acuerdo a

Domínguez, las empresas mexicanas, especialmente las que contaban con nexos en el

mercado exterior, se vieron apremiadas a modificar sus decisiones, tanto en materia de

eficiencia y calidad de sus productos, como en el cumplimiento de las exigencias del

mercado internacional de contar con un estatus ambiental satisfactorio.

Todo lo anterior explica en buena medida, que en nuestro país, las nuevas modalidades de

regulación gubernamental a las empresas -dirigidas a alentarlas a seguir nuevos patrones de

prevención del impacto ambiental de sus actividades-, fueron motivadas más que por una

iniciativa de los actores nacionales, por las exigencias de los mercados internacionales,

plasmados en los acuerdos vinculantes del TLCAN.

Sin embargo, estos avances requieren considerarse en el contexto de la heterogeneidad

tecnológica que caracteriza la industria mexicana que también tiene como punto de

referencia el cumplimiento de la normatividad ambiental existente en el país.

3.3.2 Algunas explicaciones en torno a la heterogeneidad relativa al cumplimiento de

la normatividad ambiental de las empresas nacionales

Es necesario recalcar un elemento muy importante. Las consideraciones ambientales del

TLCAN generaron presiones de cumplimiento con la normatividad a las empresas

vinculadas con el sector externo:

66

Estas presiones se combinaron con un grado de exigencia claramente enfocado hacia las

empresas grandes, muchas de las cuales son exportadoras, todo lo cual alentó el cambio

progresivo en sus estrategias empresariales en materia ambiental. […] Las empresas que

comercian con el exterior se vieron presionadas para mejorar su eficiencia a fin de cumplir

con las normas ambientales; así, sus actividades tecnológicas se orientaron a buscar

soluciones que favorecieran una mayor eficiencia, compatible con menores emisiones o

descargas.

Agrega Domínguez que

[…] frente a este segmento de la industria que es el eje del proceso de modernización,

existe un vasto número de establecimientos que no cumplen con la normatividad ambiental.

Los índices de cumplimiento reportados por la Procuraduría Federal de Protección al Medio

Ambiente (PROFEPA) distan de ser satisfactorios para el conjunto de la industria y son

definitivamente más bajos en la microempresa. Ante este hecho los factores más

mencionados son: 1) un contexto en el que, en la práctica, es menor la exigencia para que

las empresas de menor tamaño cumplan la regulación ambiental; 2) la insuficiencia de

recursos financieros y el acceso limitado al crédito de las empresas micro y pequeñas; 3)

escasa transmisión hacia las pequeñas empresas de los incentivos de mercado provenientes

del mercado internacional y que inciden en el comportamiento exportador de las grandes

empresas o sus proveedoras‖ (Domínguez, 2006: 12).

Sin embargo, la gran parte de la planta productiva mexicana, dentro de la cual se

encuentran las empresas pequeñas y micro, se caracteriza por rezagos tecnológicos y

capacidades tecnológicas y de innovación muy desiguales, aspectos que pueden

influir en la calidad de sus soluciones para controlar o prevenir la contaminación y

en el cumplimiento de la normatividad ambiental.

Desde la perspectiva del rezago tecnológico, Domínguez (2006) señala las siguientes

causas principales de generación industrial de contaminantes: malas prácticas operativas;

falta de tecnología; procesos obsoletos; ausencia de programas de mantenimiento,

capacitación y compromiso con la normatividad; también el tipo de tecnología. De esta

manera, puede decirse que las barreras tecnológicas tienen una influencia importante en la

ausencia y difusión de innovaciones ambientales entre las empresas de menor tamaño.

67

Agrega que ―la respuesta de las empresas al medio ambiente depende de múltiples factores

como la presión de la regulación y las comunidades, de los instrumentos de la política

ambiental y los incentivos de mercado que estimulen a las empresas a cumplir con la

normatividad. […] La política ambiental tendrá un menor alcance en tanto no se entienda

que detrás del escaso y desigual desarrollo en la calidad de la respuesta empresarial

respecto al medio ambiente hay un factor importante que debe atenderse: la heterogeneidad

de las capacidades tecnológicas en la industria‖ (Domínguez, 2006: 12).

Se han sugerido algunas tipologías de las empresas mexicanas a partir de las respuestas que

adoptan en relación al mejoramiento del ambiente, Mercado (2002) propone dos tipos. El

primero, se caracteriza por adoptar una mejor conducta, progresando en el abatimiento de la

contaminación, la reparación de daños ecológicos o el impulso de la mayor calidad

ambiental. Es decir, la empresa alcanza una mayor "ecoeficiencia". El segundo, porque la

conducta ambiental no mejora, implicando costos externos que no declinan, en detrimento

del ambiente y los recursos naturales.

Por su parte, el Instituto Nacional de Ecología, (2006) presenta una tipología de las

empresas en México de acuerdo a su nivel de cumplimiento de la normativa ambiental.

Ubica cinco grupos: 1) grandes empresas, principalmente aquellas que participan en el

mercado internacional (trasnacionales y exportadoras), que son las que cumplen mejor la

normatividad ambiental, incluso más allá de lo que se les exige (sobre todo porque su meta

es cumplir con la normatividad ambiental de Estados Unidos y de la Unión Europea); 2)

grandes empresas orientadas al mercado nacional; 3) medianas empresas altamente

exportadoras, a quienes interesa obtener la aprobación oficial como requisito para competir

en los mercados internacionales; 4) grandes y medianas empresas dedicadas al mercado

nacional, indispuestas a invertir en mejoras ambientales; 5) empresas que no tienen ningún

interés o recursos para afrontar el problema ambiental, dentro de éste se encuentran gran

parte de las pequeñas empresas y microempresas, aunque también existen grandes y

medianas.

68

3.4 El compromiso de la empresa con el cuidado ambiental desde la perspectiva de la

Política ambiental neoliberal (La ecoeficiencia)

El paradigma neoliberal destaca que la regulación ambiental, es un conjunto de acciones,

formuladas por el Estado y aceptadas por la Empresa, orientadas a encontrar nuevos

mecanismos para mejorar las conductas de las industrias en relación al ambiente. En el

diseño de este nuevo tipo de políticas públicas, la autoridad ambiental (el Estado) estará

presente en sus funciones de regulación directa en una cada vez menor proporción. Desde

la lógica neoliberal, el argumento principal es el carácter poco eficiente de las medidas

coercitivas de control ambiental hacia las unidades productivas impuestas por las

autoridades ambientales, porque éstas medidas, atendían la contaminación al final del

proceso productivo, impidiendo la mejora de la conducta ambiental empresarial desde las

etapas iniciales del proceso. Como alternativa a esta situación, las políticas ambientales

alientan la utilización de medidas preventivas a nivel tecnológico y administrativo por parte

de las empresas industriales, que les permitan mejorar su impacto ambiental desde el inicio

de la producción

En el diseño de este nuevo tipo de medidas se destaca que el cumplimiento de los

estándares de calidad ambiental es una decisión voluntaria de la empresas, las cuales

buscan mejorar sus indicadores de desempeño ambiental, entre otras cosas, el mejoramiento

de su imagen frente a los consumidores (especialmente de los mercados extranjeros) para

de esta manera incrementar sus beneficios económicos. Esto se puede observar, para el caso

mexicano, con las empresas exportadoras, que han mostrado tener el mejor desempeño

ambiental. La política ambiental hacia la industria nacional ha buscado, como una

preocupación esencial, que el cumplimiento de la normatividad no afecte los márgenes de

beneficios de las empresas; más aún, que la inclusión del tema ambiental signifique una

mejora sustancial en los niveles de rentabilidad empresarial.

Las políticas ambientales hacia las empresas promueven su ecoeficiencia. Azqueta (2007)

define a este concepto como ―el objetivo que debe tener una empresa al adoptar algún tipo

de medida para mejorar su desempeño o conducta ambiental; producir más con menos

deterioro ambiental‖. Las llamadas ―tecnologías limpias‖ pueden derivar en algún tipo de

beneficio económico para las unidades productivas, en forma de ahorros en el consumo de

69

energía o materias primas, mayor control de calidad de los productos o disminución de

riesgos de incurrir en responsabilidad civil por accidentes ambientales. (Azqueta, 2007:

335)

En consecuencia, la política ambiental dominante promueve que las empresas

complementen a sus objetivos de aumentar su productividad y rentabilidad con el

abatimiento voluntario de la contaminación, la reparación de daños ecológicos que su

actividad genera, lo que redundaría en una mayor calidad ambiental de sus operaciones.

La autorregulación implica también la reducción y estandarización de las normas oficiales,

con la finalidad de flexibilizar la política ambiental y hacer accesible a las empresas el

cumplimiento de sus compromisos, descartando su obligatoriedad. Hay un rechazo a la

imposición del llamado ―command and control‖ (ordeno y mando) que caracterizaron a los

instrumentos de política ambiental basados en la regulación directa del Estado. Posterior a

la adopción de este tipo de medidas se multiplicaron los escritos para fundamentar su

aplicación en México, destacan los trabajos de Lilia Domínguez (2006), Alfonso

Mercado(2002) y Graciela Carrillo (2002), cuya tesis central es visualizar la conformación

de un mercado ambiental como la solución para la problemática ecológica del país.

3.4.1 Regulación y ecoeficiencia

La necesidad de regular la acción contaminadora de las empresas es considerada un asunto

fundamental para cumplir con los acuerdos adoptados por el gobierno mexicano a nivel

internacional. Sin embargo, la mayoría de los textos consultados no riñen con la necesidad

de una adecuada combinación de regulación por parte de la autoridad ambiental y una

adecuada ecoeficiencia por parte de las empresas. Esta última, se afirma, es alentada por

una ―adecuada‖ regulación. Apoyada en Porter, Lilia Domínguez (2006) señala que en la

comparación regulación - ecoeficiencia, ambos elementos no están en disputa, se

complementan:

[…] una regulación bien formulada puede alentar la ecoeficiencia, porque hay aprendizaje

para ambas partes, esto es, la parte industrial pero también los reguladores. La regulación,

es un elemento fundamental del entorno institucional que influye en las decisiones sobre el

medio ambiente. Las características del entorno regulador, su nivel de exigencia y la

70

capacidad de las entidades del gobierno para hacerlas cumplir pueden influir en el grado y

la velocidad con que las empresas atienden los problemas de la contaminación (Domínguez,

2006: 7).

3.4.2 La importancia de la Innovación tecnológica de la empresa para mejorar su

ecoeficiencia

En el trabajo de Domínguez, la innovación tecnológica juega un papel central para elevar la

ecoeficiencia de las empresas. Sin embargo, señala que no debe verse de manera simplista,

como la adquisición de una tecnología de control puesta a disposición del empresario. Es

necesario involucrar a las empresas en procesos de aprendizaje tecnológico; en decisiones

técnico-ambientales preventivas, de cambios en la forma de utilización de la energía, del

agua y las materias primas; en la modificación de los procesos productivos y los insumos o

bien el diseño de nuevos productos; en la contratación de personal especializado e invertir

en investigación y desarrollo enfocada al medio ambiente, y/o en vincularse con

universidades, centros tecnológicos o instituciones de consultoría técnico-ambiental.

Domínguez, enfatiza otro aspecto, referente a la necesidad de un cambio cultural de los

empresarios que ven en la innovación ambiental como un costo adicional: el reto es que las

empresas, que tienen como objetivo la creación de valor que se convierte en utilidades,

acepten que el cuidado del medio ambiente es su responsabilidad.

El asunto es saber si es posible encontrar soluciones a la contaminación que sean

compatibles con una mayor eficiencia, de tal forma que contrarresten el incremento de

costos (Domínguez, 2006: 19).

Domínguez, señala dos posiciones en relación a la eficacia de la regulación ambiental sobre

la estimulación de la innovación ambiental de las empresas y el mejoramiento de su

ecoeficiencia. La primera postura, señala que la regulación tiene un efecto negativo en la

productividad, debido a que se obliga a las empresas a internalizar los costos ambientales

de su actividad sin tener una contra parte productiva, porque incorpora los gastos ligados al

cumplimiento de la regulación ambiental. Una segunda posición, avanza en sentido

contrario, plantea que las empresas, ante una regulación exigente, emprendan cambios

técnicos que pueden considerarse innovaciones ambientales o "verdes"; la cuestión es

encontrar posibles soluciones a la contaminación que sean compatibles con una mayor

71

eficiencia, de tal forma que éstas contrarresten el incremento de costos que para la empresa

implica la interiorización de los costos sociales. La innovación tecnología aplicada en

lograr procesos productivos más limpios es una solución, además de que elevaría la

productividad y la competitividad de las empresas y, por ende, se argumenta que los costos

serán absorbidos y hasta se convertirían en utilidades. Esta segunda posición se fundamenta

en los postulados de Porter de ―ganar – ganar‖.

Estas innovaciones compensatorias no sólo pueden bajar los costos netos de respetar las

regulaciones ambientales, sino que aún pueden implicar ventajas competitivas en países

lejanos no sujetos a estas regulaciones. En corto, las empresas pueden beneficiarse de

regulaciones propiamente armadas que son más exigentes que a las que se enfrentan sus

competidores en otros países. Al estimular las innovaciones, las regulaciones estrictas

pueden promover la competitividad [toda vez que crean] la presión que motiva el progreso

en una forma similar a como lo hacen los competidores o las alzas de precios […] De lo

anterior se deriva que la normatividad rigurosa puede generar más innovación que la laxa.

Este último tipo alienta respuestas no innovadoras de control, a menudo "al final del tubo".

(Domínguez, 2006: 24 -25).

3.4.3 El factor tecnológico en los países semiindustrializados,

Domínguez, (2006) al referirse a las circunstancias de la región señala un aspecto crucial

del modelo de industrialización del país:

En el caso de países semiindustrializados, las consideraciones respecto de la tecnología

heredada deben tomar en cuenta el grado de obsolescencia que presenta un elevado

porcentaje de su parque productivo en relación con la tecnología que prevalece en los países

altamente industrializados. Éstos heredaron su tecnología de la sustitución de importaciones

[…] La compra de tecnología extranjera sigue vigente y el acento en la reestructuración

industrial ha tenido lugar en el ámbito de las capacidades de la función técnica de

producción con limitados esfuerzos de ID (investigación y desarrollo). La trayectoria de

estos cambios es esencial para entender las soluciones de las empresas ante la regulación

ambiental y las presiones del marco ambiental en escala internacional (Domínguez, 2006:

35).

La autora, Plantea como solución desarrollar el sistema nacional de innovación en

México, porque está insuficientemente desarrollada. En países con capacidad innovadora,

72

hay sistemas educativos, universidades e instituciones de investigación muy desarrolladas,

que interactúan con las empresas y les permiten generar flujos de conocimiento para apoyar

la innovación. En cambio, nuestro país no está suficientemente desarrollado y cuenta con

pocas articulaciones. Propone que al sistema nacional de innovación se le debe incorporar

un subsistema sectorial de innovación ambiental que incremente las capacidades de las

empresas innovadoras ligadas a tecnologías más limpias, además permite la vinculación

con universidades y centros de investigación y desarrollo de las empresas y dependencias

oficiales. Una legislación más rigurosa puede generar más innovación que una laxa, pero

implica una utilización adecuada de los instrumentos de política ambiental.

3.5 Las modalidades de las Políticas ambientales hacia la Industria nacional en el

periodo neoliberal

Con la crisis económica de 1982, y tras un periodo de intenso cuestionamiento de la

eficacia del aparato estatal, se inició en nuestro país el proceso de desregulación, que se

puede conceptualizar como el retiro del Estado como promotor del desarrollo y arbitro ante

el conflicto social. Dicho proceso, empezó acotando lo que debían hacer o no los poderes

públicos, determinando qué fines públicos debían y podían cumplirse, y qué instrumentos y

opciones de acción debían utilizarse. También se redefinieron los límites del ámbito

público, sin realizar el mismo ejercicio para el privado, libre en sus capacidades de acción,

se fortaleció al mercado como el espacio de interacción entre los particulares libres,

mientras el Estado quedaba acotado a sus esferas tradicionales de acción, como son la

administración y la gestión de los bienes públicos,8 la solución de externalidades y la

corrección de las asimetrías de información.

Sintetizando, la intervención estatal quedó limitada a los puntos donde se

presentaran fallas del mercado en la asignación eficiente de los recursos. La adopción del

8 Recientemente hemos visto como los bienes públicos, que por definición se refieren a aquellos que son

fundamentales para la supervivencia humana, pero que son abundantes y por consiguiente sin valor y a

disposición sin costo para los seres vivos (como el agua, el aire, el sol), ante el crecimiento demográfico y el

agudizamiento de la contaminación, se han deteriorado, generando una paulatina escasez, alejándolos de la

disponibilidad de la gente. Esta situación ha presionado a su privatización y a su despojo; de la misma manera

en que históricamente a los pueblos originarios se les despojaron de sus riquezas naturales y recursos. La

incorporación al llamado mercado ambiental de los bienes públicos es un aspecto crucial en el proceso de

desregulación.

73

modelo neoliberal implicó que la economía nacional tuviera que enfrentarse al abandono

de las políticas proteccionistas, a la apertura comercial, al proceso de desincorporación de

las empresas, etc. Todo lo anterior conformó un nuevo paradigma de desarrollo, que

también influyó en el diseño de las políticas ambientales.

3.5.1 Diseño e instrumentación de la Política ambiental en México.

A partir de los acuerdos de Río de 1992, el gobierno mexicano adoptó la Agenda 21,

incorporando la temática ambiental a las políticas públicas. Se estableció que la autoridad

ambiental debía ampliar los instrumentos tradicionales de regulación directa dirigidos a

combatir la acción contaminadora de las empresas industriales y los agentes económicos,

con nuevos mecanismos voluntarios de autorregulación. Este tipo de normatividad se aplica

en la mayoría de países, imponiéndose la desregulación como cultura dominante.

La orientación de la política ambiental pretende racionalizar el uso de instrumentos,

estandarizándolos y reduciendo su número. La autoridad ambiental en México promueve la

utilización de instrumentos de política ambiental de tipo voluntario, con la finalidad de

promover las acciones de autorregulación de las empresas. Ejemplos de ello son los

convenios de concertación entre la industria – autoridad, las auditorías ambientales y la

certificación ISO 14001, que son voluntarios y los propietarios asumen los costos

financieros.

La implantación de los postulados neoliberales, ha implicado un cambio en la orientación

de las políticas públicas en relación al ambiente. Así, estas acciones son vías para fomentar

la presencia del capital privado con miras a la conformación de un mercado ambiental y la

participación de los empresarios en temas como agua potable, agencias ambientales, de

auditoría, etc. Julia Carabias, científica proveniente de los círculos académicos en que se

ejercía la crítica a las políticas públicas en materia ecológica, dejó claro, al tomar posesión

como titular de la SEMARNAP, la orientación de la política ambiental oficial:

Es importante continuar las tareas en pos de la producción limpia en el sector industrial; el

cuidado ambiental no está reñido con la competitividad. Seguiremos fortaleciendo la

regulación ambiental que brinde certidumbre a largo plazo a la inversión, abra nuevos

cauces de desarrollo tecnológico y fomente nuevos mercados (Micheli, 2000: 94).

74

Otro elemento central en este nuevo paradigma de desregulación ambiental, es la

implementación de modificaciones a la reglamentación ambiental. Señala Jordy Micheli

(2000: 91) las siguientes modificaciones en la legislación mexicana:

La inclusión del tema ecológico en el Plan Nacional de Desarrollo, como factor

explícito en el desarrollo social y económico del país.

La aprobación de reformas a la Constitución que estipulaban el compromiso de los

agentes productivos de cuidar la conservación de los recursos naturales y la

obligación de la Nación de dictar las medidas necesarias para ayudar a mantener el

equilibrio ecológico y la incorporación del deber del Estado de preservar y restaurar

el equilibrio ecológico.

La promulgación en 1988 de la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección

al Ambiente, LGEEPA: sus aspectos básicos fueron establecer disposiciones para la

protección de las áreas naturales, prevención, control de la contaminación y las

sanciones para quienes violaran la ley. En dicho documento se define, como asunto

de alcance general en la nación o de interés de la Federación, la expedición de

Normas Técnicas Ecológicas (NTE), las define como instrumento de la política

ecológica que tienen por objeto establecer ―el conjunto de reglas científicas o

tecnológicas que establece requisitos, especificaciones, condiciones,

procedimientos, parámetros y límites permisibles que deben observarse en el

desarrollo de actividades o uso y destino de bienes que puedan causar desequilibrio

ecológico o daño al ambiente y, además, que uniforme principios, criterios, políticas

y estrategias ...‖

En 1992 se crea la Secretaría de Desarrollo Social (SEDUE) con dos organismos

desconcentrados: el Instituto Nacional de Ecología (INE) y la Procuraduría Federal

de Protección al Ambiente (PROFEPA); el primero, encargado de generar normas y

definir políticas; la segunda, responsable de vigilar y fiscalizar el cumplimiento de

las normas y leyes. La SEDUE se dio a la tarea de expedir las Normas Técnicas

Ecológicas. Durante el periodo de 1988 a 1991 se publicaron en el Diario Oficial de

la Federación 58 Normas Técnicas Ecológicas; a partir de 1992, con las

75

modificaciones de la Ley Federal sobre Metrología y Normalización, estas normas

empezaron a denominarse Normas Oficiales Mexicanas.

En 1994, nace la Secretaría de Medio Ambiente Recursos Naturales y Pesca

(SEMARNAP) que sustituye a la SEDUE, para formar en conjunto con la

PROFEPA y el INE un cuerpo de instituciones dedicadas a atender, por primera

vez, de manera integral la agenda ambiental.

De acuerdo con Carabias y Tudela (1999:332), la SEMARNAP identificaba su misión a

partir de tres estrategias:

1) Contención del deterioro ambiental y de los recursos naturales, que se manifiesta,

entre otros aspectos, en la pérdida de biodiversidad, la deforestación, la erosión de

los suelos, el agotamiento o degradación de los recursos renovables y la

contaminación del agua, el aire y los suelos.

2) Fomento de la producción sustentable, señalando la viabilidad de tener un

crecimiento económico manteniendo la eficiencia, la competitividad con el cuidado

del ambiente.

3) La contribución, desde la gestión de los recursos naturales, al mejoramiento del

bienestar social y a la mitigación de la pobreza, sobre todo en el medio rural. ―El

combate contra la pobreza, que en el grado de indigencia podría estar afectando a

cerca de la cuarta parte de la población del país, es el mayor desafío al que se

enfrenta la nación‖.

A finales del 2000, las funciones relativas a la pesca se transfieren a la Secretaría de

Agricultura y Ganadería, y la SEMARNAP se convierte en la Secretaría del Medio

Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).

El INE fue creado con la encomienda de instrumentar una estrategia ambiental para la

economía nacional, que elevara la competitividad y al mismo tiempo protegiera el empleo y

la salud. Sus funciones son la planeación ecológica; la normatividad ambiental; el

aprovechamiento ecológico de los recursos naturales; la investigación y desarrollo

76

tecnológico con fines ambientales; tareas regulatorias, normativas y de gestión ambiental

que lo convierten en una entidad prioritaria.

Por su parte, PROFEPA tuvo asignadas las actividades de inspección, vigilancia en el uso,

protección y aprovechamiento de los recursos naturales y ordenamiento ecológico de

competencia federal. Además, se le confirieron las facultades de control y de atención

ciudadana, como vigilar y evaluar el cumplimiento de la normatividad aplicable, también

dispone de disposiciones jurídicas aplicables a la prevención y control de la contaminación

ambiental. Por último, en materia de impacto ambiental y descargas de aguas residuales a

cuerpos de aguas nacionales, tiene la tarea de imponer las medidas de seguridad y

sanciones que resulten procedentes, la atención de emergencias y contingencias

ambientales, la denuncia y coadyuvancia penal, así como la acción ante tribunales por

daños a la vida silvestre y su hábitat.

En lo que respecta a las acciones de la PROFEPA en el ámbito industrial, se aplica un

programa dirigido a las empresas que representan riesgos al medio ambiente, ya sea por sus

procesos de producción como por el sector de actividad en que se encuentran, representan

riesgos al medio ambiente. Una característica fundamental es que las empresas también lo

adoptan de manera voluntaria y a iniciativa propia, sin estar obligadas de algún modo.

La aplicación del modelo neoliberal ha generado un debate en torno al diseño de la política

ambiental a implementarse en México, se ha impuesto la cultura de la aplicación de

políticas públicas basadas en la desregulación y en la estimulación de mercados

ambientales (Provencio 2007).

77

Figura. 3.1. Políticas Ambientales en México

Primera Etapa Segunda etapa Tercera etapa

Orientacion

dominante

Sanitarismo

Salud

Industril

Urbano

Consevacion

Integración

Sustentabilidad

Enfoques

de Política

Intervención

“clasica”

Intervención

“regulada”

Regulacion

Mercados

Corresponsabilidad

Enfasis de

Gestión

Comando y control Comando y control Diversificación

Autoregulación

Integración

Decada de los

setenta, políticas

incipientes de baja

intensidad

subordinadas al

Desarrollismo

1982 -1991. Contexto

de la crisis,

fortalecimiento de las

instituciones,

legislación.

Emergencia del

desarrollo sustentable.

Mayor intervencion

estatal a corriente del

debilitamiento estatal

1994 -2006. Integración de

medidas económico

ambiental. Reformas legales y

programas. Insufieciente

diversificación de las

PA.Incipiente integración con

la economía y actividades

sectoriales. El debate entre

crecimiento y sustentabilidad

sigue abierto.

Tomado de Provencio (2007: 96)

3.6 Regulación o desregulación un debate fundamental de la política ambiental

mexicana

Durante el llamado ―periodo desarrollista‖ las políticas públicas relacionadas con la

regulación ambiental estaban basadas casi en su totalidad en el control casi exclusivo y

directo de las autoridades sobre el resultado final. La autoridad utilizaba los instrumentos

básicos con que disponía, tales como leyes, normas técnicas y capacidad de medición. Los

críticos han denominado a esta modalidad de política ambiental como “comando y control‖

(una traducción literal del idioma inglés del concepto command and control);

visualizándola como una variedad de política ambiental basada en la promulgación de

78

normas y en receta coerción-sanción como la forma tradicional de hacer cumplir la

legislación y la normatividad por parte de los actores productivos.

Se ha cuestionado al ―comando y control‖ porque, al imponer reglamentaciones y sanciones

a los procesos contaminantes, atacaba este fenómeno al final del proceso productivo o ―al

final del tubo‖, (otra tradición literal y acrítica del termino end of pipe empleada en los

trabajos en ingles al respecto). Este tipo de regulación atacaba de manera los resultados

finales de proceso productivo, manifestados en determinada cantidad de polución, es decir

las evaluaciones de impacto ambiental se enfocaban al final del proceso o de la cadena

productiva, soslayando el control ambiental en las fases iniciales e intermedias de la

actividad manufacturera, soslayando con ello las posibilidades de innovaciones

tecnológicas y organizacionales que tendría el diseño de políticas orientada a estimular la

prevención y no la remediación de las conductas ambientales nocivas al ambiente.

La cultura neoliberal que domina en la actualidad ha colocado el concepto de desregulación

como una pieza fundamental en el diseño de las políticas ambientales. Impera la percepción

de que la eliminación de las restricciones gubernamentales a la actividad económica,

permite una mayor competitividad de los agentes particulares, como condición fundamental

para el desarrollo económico y social de largo plazo. El pensamiento neoliberal ha

establecido como políticas complementarias a la desregulación, la privatización y la

liberalización de los mercados.

Un aspecto fundamental que se desprende del debate que se ha dado en torno a la

desregulación, es el surgimiento de posturas encontradas en torno a las medidas a tomar por

los actores sociales: empresarios, Estado, sociedad civil, gobiernos locales, etc. para

avanzar en la solución de los problemas ambientales y que tocan el papel de las políticas

públicas al respecto. La primera, consiste en determinar si la acción gubernamental debería

tener como objetivo fundamental ―regular‖ la acción contaminadora de las empresas y

agentes económicos a través de la normatividad y los instrumentos económicos a su alcance

(el llamado ―comando y control‖). En oposición, la segunda postura plantea que las

políticas públicas deben poner a disposición de las empresas un conjunto de instrumentos

económicos de autorregulación ambiental, de corte voluntario. Esta última postura es la que

ha predominado en lo referente al diseño y aplicación de las políticas públicas ambientales

79

en la mayoría de países. La pugna entre estas dos posiciones ha dificultando concretar los

acuerdos tomados a nivel global, imponiéndose la postura partidaria de la desregulación

como la política ambiental dominante en la mayoría de países.

En la conferencia de Río de 1992, sobre medio ambiente y desarrollo, se derivó la adopción

de una serie de recomendaciones centrales plasmadas en la llamada Agenda 21, que

concluyó con la recomendación explicita a todos los países participantes de ―hacer uso

efectivo de instrumentos económicos y de mercado y otros incentivos‖ como complemento

de las medidas regulatorias, puestas en vigor o en vías de aplicarse, para facilitar que las

fuerzas del mercado se convirtieran en las principales propiciadoras del cumplimiento de

las metas ambientales de la sociedad. En los siguientes aspectos, concretamente:

Establecer combinaciones efectivas de enfoques económicos, regulatorios y voluntarios

(autorregulatorios);

Reforzar o rediseñar estructuras de incentivos económicos y fiscales para hacer frente a

objetivos ambientales y de desarrollo;

Deberá hacerse un esfuerzo particular para desarrollar aplicaciones del usos de instrumentos

económicos y los mecanismos de mercado orientados a las necesidades específicas de los países

en vías de desarrollo y de las economías de transición, con la cooperación de las organizaciones

económicas regionales e internacionales, y según convenga, los institutos de investigación no

gubernamentales (Agenda 21, 1992).

A partir de la Cumbre de Río 92 se publicaron muchos trabajos en contra de las políticas

ambientales basadas en instrumentos y medidas de regulación directa y obligatoria,

conocido como ―comando y control‖, se les cuestionó por priorizar la utilización de

instrumentos correctivos (normatividad - sanción) para resolver los problemas ambientales,

argumentando que éstos no promovía la prevención de la contaminación y la consecuente

adopción de tecnologías al respecto. Se consideraba que mediante la utilización de

instrumentos económicos, se lograría estimular procesos productivos basados en cambios

tecnológicos, que lograrían reducir la presión sobre el uso de los recursos naturales y que

implicaría, a su vez, una menor intensidad de contaminación por unidad de producto.

Además, se lograría la incorporación de variables ambientales dentro de la administración

80

de las empresas, mejorando su imagen y su competitividad, particularmente en aquellas

orientadas al mercado internacional.

3.7 La instrumentación de la política ambiental en México.

Los instrumentos de regulación ambiental utilizados por las empresas mexicanas son las

auditorías ambientales, que se realizan de manera voluntaria y por iniciativa de las mismas.

Así, las empresas aceptan que la PROFEPA revise sus procesos productivos, las

condiciones de contaminación y riesgo con que operan, así como las instalaciones. A partir

de ahí, se determina el grado de cumplimiento de la normatividad ambiental, de los

estándares internacionales y de buenas prácticas de operación e ingenierías aplicables. Por

último, Empresa y PROFEPA plantean las medidas preventivas y correctivas (Plan de

Acción) para proteger el medio ambiente. Sin embargo, los resultados de las auditorías

ambientales no son públicos.

Las auditorías ambientales se han aplicado principalmente a las grandes empresas privadas,

las paraestatales de gran tamaño y en una pequeña proporción a las empresas de menor

tamaño. Mediante éstas, la Procuraduría verifica el grado de cumplimiento de las diversas

normas en el conjunto de las operaciones de la empresa, tales como prevención y control de

la contaminación ambiental, riesgo e higiene industrial, así como medidas de seguridad en

el establecimiento industrial. Una vez detectadas las deficiencias se dictan medidas

preventivas que son monitoreadas por la PROFEPA a través de la firma del plan de acción

con la empresa que ha sido auditada. Es importante señalar que la inmensa mayoría de las

empresas (medianas, pequeñas y micro) no participan en el programa de auditorías

ambientales.

En lo que respecta a la verificación normativa, ésta se ejerce mediante visitas de inspección

que dan lugar a sanciones administrativas o medidas técnicas para la corrección de

problemas detectados.

3.7.1 Normas oficiales mexicanas

Un elemento central de la nueva política ambiental, acorde con la orientación neoliberal de

abordar los problemas ambientales, fue el rediseño de la normatividad en relación a los

81

límites oficiales permitidos de contaminantes generados por la actividad industrial al

ambiente.

El antecedente de las normas oficiales mexicanas, (NOM), se encuentra en las ―normas

técnicas ecológicas‖ expedidas en 1988 con la Ley General del Equilibrio Ecológico y la

Protección al Ambiente (LGEEPA); que las define como instrumento de la política

ecológica que tienen por objeto establecer “el conjunto de reglas científicas o tecnológicas

que establecen requisitos, especificaciones, condiciones, procedimientos, parámetros y

límites permisibles que deben observarse en el desarrollo de actividades o uso y destino de

bienes que puedan causar desequilibrio ecológico o daño al ambiente y, además que

uniformen principios, criterios, políticas y estrategias‖ (SEMARNAP 2000).

La ex Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE) se dio a la tarea de expedir las

Normas Técnicas Ecológicas. Emitió un total de 58, de las cuales 33 fueron en materia de

aguas residuales, 18 relacionadas con atmósfera y monitoreo, y 7 relativas a residuos

peligrosos.

―Las normas expedidas durante este periodo estuvieron dirigidas a las actividades

del sector industrial más contaminante y se basaron en regulaciones internacionales,

principalmente de los Estados Unidos de América. De hecho, muchas de las normas

técnicas fueron traducciones del Código Federal de Regulaciones de la Agencia para

la Protección Ambiental. Ello originó que el enfoque normativo estuviera orientado

hacia el control de final de tubo, tomando como base la mejor tecnología de control

disponible y en consecuencia a la elaboración de normatividad específica para cada

proceso productivo‖ (SEMARNAP 2000: 25).

Las "normas técnicas ecológicas", fueron sustituidas por las ―Normas Oficiales

Mexicanas Ecológicas‖ (NOM-ECOL), al aprobarse la Ley Federal sobre Metrología y

Normalización.

La autoridad ambiental buscó orientarlas de manera más explícita hacia el logro de

objetivos ambientales precisos, con un número menor de normas aplicables a todos los

agentes regulados. Así, en lugar de establecer, como se hacía con anterioridad, límites

diferenciables en función de las características tecnológicas de los medios receptores y

82

atender a las tecnologías particulares, determinó avanzar en la estandarización de las

mismas, buscando simplificar la normatividad, facilitando la información y cumplimiento

(Carrillo, 2002; Mercado, 2002; Azqueta, 2007).

Cuadro 3.1. Normas Oficiales Mexicanas

NOM Definición

NOM – 002 – ECOL – 1993 Se establecen los límites máximos permisibles de contaminantes

en las descargas de aguas residuales a cuerpos receptores,

provenientes de la industria

NOM-085-ECOL-1994 Establece los niveles máximos permisibles de emisiones a la

atmósfera de humos, partículas suspendidas totales (PST),

bióxido de azufre y óxido de nitrógeno para fuentes fijas, que

utilizan combustibles fósiles, sólidos, líquidos o gaseosos o

cualquiera de sus combinaciones

NOM-024-SSAI-1993 Establece el valor máximo permisible para la concentración de

PST en el aire ambiente.

NOM-001-ECOL-1996 Se establecen los límites permisibles de contaminantes en las

descargas de aguas residuales en aguas y bienes nacionales.

NMX-AA-118-SCFI-2001 Indica las técnicas para el registro de emisiones y de

transferencia de contaminantes y contiene una lista de sustancias

e informe.

Fuente: http://www.semarnat.gob.mx/leyesynormas/Pages/normasoficialesmexicanasviges.aspx

El número de normas oficiales mexicanas (NOM) se modificó sustantivamente, por

ejemplo, en lo referente al sector industrial, las 37 NOM de 1994 se redujeron a 23. Del

total de normas para el sector, la mayoría (15 normas, casi dos terceras partes del total)

concierne a la protección del aire. En resumen, varias de las NOM-ECOL deben ser

replanteadas y falta incorporar temáticas ausentes que atañen a la contaminación industrial.

El factor decisivo de esta reducción que es reflejo del cambio de enfoque en la

normatividad; En el caso de las aguas residuales, las 43 normas que estaban en vigor en

1995 fueron sustituidas por 2, ―que cubren a la totalidad de las descargas sobre bienes

nacionales y el alcantarillado municipal (exceptuando la infiltración y la inyección al

subsuelo), y donde los límites de descarga están fijados en función del tipo de cuerpo

receptor y su uso. Para algunos cuerpos de agua se controlan parámetros que en otros se

dejan libres, ya que hay un impacto diferencial sustantivo en uno y otro caso. Asimismo, se

83

planteó que los plazos de cumplimiento deberían ser lo más cortos posible para grandes

descargas (tanto por su afectación al medio como porque este sector estaba comprometido

de antemano a llevar a cabo planes de acción), y se establecieron ocho y quince años para

descargas medianas y pequeñas con el fin de inducir transformaciones tecnológicas en

procesos y minimizar el volumen de descarga‖. (SEMARNAP, 2000: 28)

Cuadro 3.2. Distribución de las NOM ecológicas para la industria manufacturera, según el

tema del medio natural o elemento contaminante (cantidad de normas)

Tema Cantidad de normas

Agua 2

Residuos peligrosos 3

Aire 15

Ruido 3

Total 23

Fuente: Mercado y Blanco 2003: 103

El objetivo de esta nueva normatividad era buscar:

―por un lado la modernización del esquema regulatorio (acorde a la legislación al respecto

de otros países) y por el otro, en un nuevo esquema de regulación directa centrado en el

desarrollo de un Sistema Integrado de Regulación y Gestión Ambiental de la Industria

(SIRG)‖ (SEMARNAP 2000: 22).

En su Informe 1995 -2000, la autoridad ambiental justificaba:

Se ha transformado de manera significativa el sistema de normalización, impulsando la

vinculación de éste con otros instrumentos de regulación directa e instrumentos económicos

[… ] Si bien de manera desigual según el medio a normalizar (agua, suelo o atmósfera), se

ha avanzado hacia normas que establecen condiciones idénticas para todos los agentes

regulados en lugar de atender a sus particularidades tecnológicas y a establecer diferencias

en los límites en función de las características de los medios receptores de la

contaminación. […] Este enfoque, radicalmente diferente al basado en la mejor tecnología

de control disponible y económicamente factible, hace que las emisiones contaminantes de

las industrias tengan necesidad de mayor control si son más dañinas al medio ambiente y de

84

esa manera hace patente el impacto diferencial de las emisiones de cada empresa haciendo

mayores los costos de control asociados para quien más contamina, lo que no ocurre cuando

se impone tecnología de control […] Por otro lado, se ha procurado dar tiempos

diferenciales de cumplimiento para permitir que las soluciones tecnológicas sean lo más

variadas posibles e incluyan la posibilidad de adecuar procesos y modernizarlos en lugar de

tener que optar necesariamente por tecnología de control, que es igualmente eficaz pero más

costosa. No obstante lo anterior, en aquellos casos críticos en que hay riesgo de una

afectación severa a la salud humana o al ambiente, se ha procurado que la solución sea lo

más eficaz y oportuna posible (SEMARNAP, 2000:26).

Adicionalmente, la autoridad ambiental, señalaba dos problemas centrales en la regulación

de la industria manufacturera mexicana: a) Que normatividad resultaba inaplicable para las

plantas industriales de tamaños micro, pequeño y mediano, debido a los costos

administrativos y de inversión necesarios para su cumplimiento; b) no existía un marco

regulatorio propio para los residuos no peligrosos de origen industrial ni para el tratamiento

adecuado de los sitios contaminados por residuos peligrosos.

En dicho informe, la SEMARNAP señalaba que el problema central del agua por causa

industrial en México ocurría en términos de la contaminación del recurso, más que por la

cantidad consumida, ya que la industria manufacturera consumía en menor proporción

respecto a otros sectores, especialmente el agrícola. Más bien, la industria contribuía, sobre

todo, a la contaminación de la mayoría de cuerpos de agua y acuíferos. Las descargas de

aguas residuales industriales impactaban por su composición, no por su volumen. En

respuesta a esta problemática, las dos normas vigentes para este sector se concentraron en

la composición de las descargas de aguas residuales. Aunque se avanzó en la

simplificación, algunos asuntos de contaminación del agua que quedaron por normar. Entre

estos asuntos se encontraban las condiciones de descarga a través de inyección e

infiltración, lo cual demostró un afán de estandarizar las normas ambientales, irreflexivo y

preocupado más por cumplir con la normatividad que indican los mercados internacionales

que las necesidades de cuidado ecológico del país (SEMARNAP, 2000).

85

3.7.2 El nuevo marco regulatorio

Un aspecto crucial en el diseño de la política ambiental actual consiste en las modalidades

en que se vigilará la conducta contaminadora de las empresas y los agentes económicos a

través de la regulación directa utilizado la normatividad, (como se vio a partir de la

simplificación y estandarización de las normas), y otros tipos de instrumentos como

complemento a la regulación voluntaria de las empresas; esta propuesta provino de los

acuerdos de la Agenda 21.

En un diagnóstico de la situación ambiental de la industria Nacional de aquellos años,

Víctor L. Urquidi (2002), preocupado por el agudizamiento del deterioro ambiental,

señalaba:

―los residuos industriales y municipales sólidos, […] cuyo volumen no ha podido

cuantificarse adecuadamente, se concentran todavía en muy pequeña proporción en

confinamientos y rellenos sanitarios; la mayor parte tiene por destino tiraderos no

controlados, o se dejan diseminados a la intemperie, o se vierten en ríos y lagunas, o en el

mar, sin tratamiento alguno. […] todas las principales cuencas hídricas están, además,

contaminadas por residuos líquidos peligrosos.

Debe advertirse que la estadística sobre residuos sólidos es absolutamente inadecuada, más

aún, falsa e inventada, ya que tiene por base una encuesta llevada a cabo en una población

pequeña en 1993 que se ha extrapolado territorialmente a todo el país y en el tiempo sin

mayor crítica. La estadística sobre las emisiones de residuos peligrosos es inexistente, sólo

se dispone de estimaciones parciales. Sobre las emisiones de líquidos y las atmosféricas, no

existe estadística sistemática alguna (Urquidi 2002: 218).

Urquidi aludía a la carencia de una cultura proambiental en la mayor parte de la

población mexicana, que alcanzaba a los ciudadanos comunes y corrientes, que se podía

percibir en el desperdicio del agua y de la energía, en el vertido de toda clase de desechos y

desperdicios, […] que atribuía entre otras causas a la desidia de las autoridades, y la no

poca indiferencia de los sectores empresariales. Aludía que el Estado no podría realizar por

sí mismo la tarea de protección ambiental y las conducentes al desarrollo sustentable, sino

que requeriría de la cooperación de los sectores empresariales y de sus organizaciones, de

86

la ciudadanía a todos los niveles, incluso los comunitarios. Proponiendo que el sector

público adoptara:

Una política congruente para mejorar la situación ambiental, en la que no se descanse

exclusivamente en un número limitado de normas, con sus castigos por incumplimiento,

sino en la adopción de incentivos fiscales y financieros para inducir a los actores

empresariales, en particular la miríada de PYMES, a asumir mayor ecoeficiencia y en

particular mayor conciencia y capacidad de la importancia esencial de desempeñarse de

manera favorable al ambiente (Urquidi 2002: 219).

Urquidi planteaba que en México, no existían incentivos económicos y se presentaba una

escasa eficiencia de las medidas regulatorias, lo que llevó a la autoridad ambiental a

considerar la conveniencia de adoptar dichos instrumentos de política ambiental y

promover las acciones de autorregulación de las empresas, que tienen la característica de

ser voluntarias y sus costos financiados por los propietarios.

Sin embargo advertía que estos:

―Deben ser complementarios de la aplicación de la normatividad. En esto están de acuerdo

los autores internacionales y los documentos de la OCDE consultados. Sin embargo se

detecta una nueva línea de pensamiento, entre los que abogan por el funcionamiento de los

mecanismos de mercado, […] en el sentido de que la normatividad pudiera ser sustituida

por mecanismos de mercado pero concebidos estos principalmente como permisos

comerciables [,,,] es además de una tesitura que pudiera reputarse más bien como de

carácter ideológico y de repudio a todo lo que huela a reglamentación Sin embargo, es

evidente que los permisos comerciables requieren también de reglamentación‖ (Urquidi

2002: 219).

Al parecer las sugerencias de Urquidi no han sido escuchadas.

3.7.3 El esquema de regulación de la política ambiental mexicana

La política ambiental a partir de los cambios institucionales y las nuevas modalidades del

enfoque de la normatividad ambiental, confeccionó un nuevo esquema de regulación

directa para el sector manufacturero, al que denominó Sistema Integrado de Regulación y

87

Gestión Ambiental de la Industria (SIRG), pregonando la modernización del esquema

regulatorio anterior.

Con el SIRG se propuso promover ―instrumentos tendientes al fomento de la

protección ambiental más allá del piso mínimo de cumplimiento general fijado por la

normatividad; ello mediante opciones voluntarias de autorregulación que den cabida y

estimulen acciones continuas por parte de las empresas hacia una producción industrial

cada vez más limpia‖. (SEMARNAP, 2000:30). Es decir se orienta a las empresas que

quieren reducir voluntariamente sus niveles de impacto ambiental, a niveles menores de los

que marcan los límites mínimos permitidos por las NOM.

En la figura 3.2 se presentan los distintos instrumentos que conforman el SIRG, para su

posterior descripción:

Figura 3.2. Instrumentos de política ambiental dirigía a la industria mexicana

Fuente: SEMARNAP, ( 2000:32)

3.7.4 Instrumentos coercitivos

La Licencia Ambiental Única. Representa la herramienta más importante del SIRG. Es un

instrumento de regulación directa y de carácter obligatorio para los establecimientos

industriales de jurisdicción federal. Su tramitación es de carácter obligatorio únicamente

para los nuevos establecimientos, para empresas que cambien de giro o de ubicación, así

88

como aquellos que requieren de regularización por no contar con Licencia de

Funcionamiento. A través de la licencia ambiental única, los establecimientos industriales

podrán presentar su manifestación de impacto ambiental, estudios de riesgo y permisos para

descarga de aguas residuales, antes de la fase constructiva, y los permisos de residuos

peligrosos, atmósfera y agua, en fases posteriores.

La Cédula de Operación Anual. Se constituye en el instrumento de seguimiento,

actualización e información por establecimiento industrial en materia de emisiones y

transferencias de contaminantes. Mediante la misma se busca favorecer, por una parte, el

control progresivo de la contaminación y, por la otra, actualizar las bases de licenciamiento.

La cédula proporciona información sobre el desempeño del establecimiento industrial, lo

que permite generar anualmente un inventario de Emisiones y Transferencias de

Contaminantes y alimentar bases de datos especializadas capaces de dar solidez a la toma

de decisiones por parte de la autoridad responsable (SEMARNAP, 2000: 37).

3.7.5 Instrumentos voluntarios y basados en el mercado

La autoridad ambiental en México promueve acciones de autorregulación de las empresas a

partir del manejo de dos grupos de instrumentos voluntarios de política ambiental; por un

lado, los convenios de concertación entre la industria y la autoridad, las normas voluntarias,

la auditoría ambiental y la autorregulación; por otro lado, el uso de los instrumentos

económico, argumentando las siguientes razones:

Desde la lógica de los costos derivados del cumplimiento de la normatividad ambiental

[…] se busca fomentar iniciativas de protección ambiental, bajo el supuesto de que

dichas acciones serán rentables para las empresas que las realizan.

Buscando nuevas alternativas a los instrumentos de comando y control, con el fin de

eliminar su carácter coercitivo, no persigue reemplazarlos sino de optimizar su

aplicación, a partir de esquemas de cooperación entre el gobierno y agentes privados.

Parten de la idea de que la regulación directa implica grandes costos para la verificación

de la normatividad ambiental; al tiempo en que se limita la innovación de las empresas

al cumplir solamente con las disposiciones reglamentarias.

89

De acuerdo a la autoridad ambiental los instrumentos voluntarios se justifican ―por la

necesidad de adoptar una política de gestión ambiental congruente con los criterios de

subsidiariedad estatal y corresponsabilidad social. Con ello, se buscaba la posibilidad de

que las empresas u organizaciones empresariales desarrollaran procesos voluntarios de

autorregulación ambiental para mejorar su desempeño, comprometiéndose a superar

los niveles establecidos en materia ambiental mediante normas voluntarias o

especificaciones técnicas más estrictas que las oficiales‖ (SEMARNAP, 2000: 43).

A continuación, se describen los más relevantes:

Auditoría Ambiental. La Auditoría Ambiental, a cargo de la PROFEPA se orienta a

empresas privadas y públicas de jurisdicción federal, que por su sistema de producción,

manejo o explotación de materiales representan una fuente de contaminación o de riesgo

para el medio ambiente. Inicialmente, este programa se orientaba hacia las grandes

empresas, públicas y privadas; a partir de 1996, su campo de acción se amplió hacia

empresas de menor tamaño. Mediante las auditorías, la PROFEPA verifica el grado de

cumplimiento de las diversas normas en el conjunto de las operaciones de la empresa.

Nuestro país se destaca por el carácter voluntario de las empresas para aceptar o no la

realización de una auditoría ambiental. La empresa toma la iniciativa de revisar todos sus

procesos productivos para conocer las condiciones de contaminación y riesgo con que

opera.

En una auditoría ambiental se examinan los procesos de producción y las instalaciones para

reconocer la contaminación y el riesgo que producen las industrias; se observa el grado de

cumplimiento de la normatividad ambiental, de los estándares internacionales y de buenas

prácticas de operación e ingenierías aplicables, a partir de esto se definen medidas

preventivas y correctivas (Plan de Acción) para proteger el medio ambiente.

De acuerdo con Carrillo (2000) y Micheli (2000), la PROFEPA puede imponer, como

consecuencia de su verificación física, multas e inclusive el cierre temporal; pero, sobre

todo, genera en las empresas una obligación de realizar las modificaciones, que suelen ser

del tipo end of pipe (final del tubo), en un plazo determinado. Durante ese plazo, la empresa

vive una etapa ―de protección‖ ambiental. En lo referente a los beneficios de la aplicación

90

de las auditorías ambientales, el Programa de Medio Ambiente 1995 – 2000 señalaba que

con las auditorías ambientales:

Se perfecciona el cumplimiento de la ley; se mejora la imagen pública de la empresa; se

protege a los trabajadores, a la población y a los ecosistemas; se definen y reducen riesgos

existentes o potenciales; se obtienen ahorros substanciales, a través de un mejor manejo de

materias primas y productos terminados; y se tiene una mejor competitividad nacional e

internacional. Al mismo tiempo, la industria se vuelve más eficiente en sus procesos,

aprovecha mejor sus materias primas, y evita desperdicios, fugas y accidentes que en el

pasado, le representaban una carga económica considerable (SEMARNAP 2000:114)

Sistemas de gestión ambiental: certificación ISO 14001

Otro mecanismo de autorregulación que se ha venido estableciendo a partir de la década

pasada, son los sistemas de gestión ambiental, que si bien, su implantación es una acción

voluntaria que realizan las empresas con el fin de alcanzar alguna certificación que les

otorgue mayor competitividad comercial, contribuye significativamente (de acuerdo a la

autoridad ambiental mexicana) a mejorar el desempeño ambiental de las empresas, por lo

que lo considera como otro de los instrumentos voluntarios que merece ser señalado, a

pesar de no formar parte de la política pública ambiental.

Estos sistemas de administración ambiental se ha ido consolidado en la forma de normas

ambientales de tipo local o la serie de normas voluntarias internacionales ISO 14000. La

norma ISO 14001 puede contemplarse como un conjunto de componentes, que

voluntariamente pueden adoptar las empresas. Establece los elementos de un Sistema de

Administración Ambiental, entendido éste como la parte del sistema de administración de

una empresa que incluye la estructura organizativa, actividades de planeación,

responsabilidades, prácticas, procedimientos, procesos y recursos para desarrollar,

implantar, alcanzar, revisar y mantener una política ambiental.

En lo referente a la implantación de un Sistema de Gestión Ambiental en la empresa, la

norma ISO 14001, es un elemento continuo de control y mejora del desempeño ambiental.

Es un instrumento voluntario, no tiene fuerza de ley e incluso los objetivos que la empresa

fija en el campo de sus relaciones con el medio ambiente son voluntarios.

91

En México, respecto a la Normas Voluntarias Internacionales de la serie ISO 14000, se

trabaja en dos líneas: por una parte, en la promoción y establecimiento de la ISO 14001 que

trata del establecimiento de Sistemas de Administración Ambiental dentro de la estructura

organizativa de la empresa para que cuente con sus propia planeación, prácticas, procesos y

suficientes recursos para establecer y llevar a cabo su política ambiental; y por otra parte,

en el desarrollo de las mismas y su homologación con las Normas Oficiales Mexicanas.

(SEMARNAP, 2000: 116)

Instrumentos Económicos

Incentivos fiscales vigentes para la industria

Actualmente están vigentes dos incentivos fiscales que tienen como objetivo principal

apoyar la instalación de infraestructura que se traduzca en un beneficio ambiental. Estos

son:

Depreciación acelerada. A los empresarios que adquieran como inversión nueva, equipo

para prevenir y controlar la contaminación ambiental dispone de la posibilidad de una

deducción fiscal del 100% en un solo año; este estímulo puede ser por la adquisición de

nuevo activos o por su puesta en operación. Aplica a todo tipo de industrias y opera a través

de las declaraciones de impuestos que la empresa interesada lleva a cabo.

Arancel cero. Las empresas podrán realizar importaciones de equipo de monitoreo,

control, o prevención de la contaminación sin pago de aranceles, al amparo de una fracción

arancelaria creada ex profeso. Este instrumento significa un ahorro de entre el 15 y 20%

para el importador. El arancel cero se otorga a la importación de equipo cuya inversión,

ajustándose a los lineamientos establecidos por SECOFI y SEMARNAP, reporte un

beneficio ambiental y no se produzca en México un equipo similar.

3.7.6 Otros instrumentos fiscales

El cobro de derechos por las descargas de aguas residuales fue uno de los primeros

instrumentos de protección ambiental basados en incentivos económicos que se utilizó en

México y que se regía por el principio de que ―el que contamina paga‖. Sin embargo, por

diversos factores económicos, institucionales y aún culturales, la respuesta por parte de los

92

gobiernos municipales y las empresas ha sido extremadamente limitada. De acuerdo a

SEMARNAP la aplicación de los derechos convirtió a un instrumento que en principio

debería haber estimulado la creación de infraestructura de tratamiento en una sobrecarga

financiera para los agentes que incumplían, obstaculizando así la concreción de los

beneficios ambientales buscados. (SEMARNAP 2000: 126)

93

CAPÍTULO IV. LA PROBLEMÁTICA ECONÓMICA DE LA

AGROINDUSTRIA AZUCARERA NACIONAL. DESARROLLO HISTÓRICO,

(CONTEXTO NEOLIBERAL), LA REGIÓN PUEBLA

Iniciamos con una breve justificación de porque es adecuado analizar a la agroindustria

azucarera como una actividad fundamental que no solamente incide en la actividad

industrial, ya que involucra otras actividades formando integraciónes horizontales y

verticales de sectores y ramas económicas, que conforman una gran cadena productiva y de

generación de valor. También implica un gran espacio de conflicto en el que participan

actores sociales con intereses distintos y en el que están presentes proyectos sociales,

económicos, ecológicos, que no necesariamente están en armonía y que es necesario

indagar y analizar.

4.1 El concepto de agroindustria

Aguilar (2011) presenta algunas definiciones del concepto agroindustria: señalando que el

origen del término puede localizarse en la tradición harvardiana del Agribusiness que

imprime la lógica industrial al agro, aplicando la teoría y concepción de sistemas, dándole

prioridad a la interdependencia y naturaleza interrelacionada de aspectos muy disímiles

como: la oferta agropecuaria, el acopio, el almacenamiento, el procesamiento, la

distribución y el consumo; además, de incluir las instituciones y acuerdos comerciales que

afectan y coordinan las sucesivas etapas del flujo de un bien

El término Agribusiness, es incorporado en América Latina con el nombre de agroindustria.

Este modelo va de la mano de una expectativa de producción masiva de alimentos y de

generación abundante de divisas por exportaciones (derivada de la mono producción y la

mono exportación por especialización productiva) con una inserción internacional

dependiente y vulnerable basada en la dependencia en insumos, en bienes de capital y en

tecnología de productos y servicios importados.

Aguilar señala también, que el principal objetivo de la agroindustria radica en contribuir al

fortalecimiento de las economías a través de procesos de transformación de la materia

prima agrícola. La agroindustria aparece como un elemento unificador, integrador entre

estos dos sectores conflictivos: el sector agrícola y el sector industrial, lo que permite, de

94

acuerdo a Aguilar, aumentar el ingreso de los productores, crear empleos, fortalecer la

organización de productores, mejorar el valor nutritivo de los productos, disminuir las

pérdidas de post-cosecha, crear capacidades empresariales para los campesinos, factibilizar

económicamente la actividad de transformación, preservar el medio ambiente, utilizar

subproductos y diversificar la producción agrícola (Aguilar 2011:45).

Otra definición es la siguiente:

El análisis de la agroindustria es complejo debido a que esta juega dentro de las cadenas o

sistemas agroalimentarios un papel de bisagra entre la agricultura y el resto de la industria y

de la economía; además, está ligada a los servicios de comercialización, transporte e

innovación tecnológica y depende de políticas estatales de precios, crédito, infraestructura y

el sistema agroalimentario mundial.

La agroindustria es un proceso de producción social que acondiciona, conserva y/o

transforma las materias primas […], la forma de concebir y abordar la agroindustria está

influida por la práctica de los individuos grupos de investigación, instituciones y

organizaciones, la problemática, las contradicciones y conflictos sociales.

Los elementos fundamentales para definirla como rama industrial son:

1. La función que desempeña en la producción social

2. La procedencia y características de las materias primas

3. El destino y uso de sus productos (Aguilar 2011: 45).

4.2 La cadena productiva de la caña de azúcar

En este apartado se reconstruye el proceso productivo de la elaboración del azúcar, desde

campo, hasta fábrica (ingenio). En este apartado se describe brevemente el proceso

productivo a partir de fuentes bibliográficas, de las entrevistas realizadas en trabajo de

campo y de las visitas realizadas al ingenio de Calipam.

La indagación del proceso productivo, fue uno de los primeros temas que cronológicamente

se inició la presente investigación; elaborar la descripción de las diferentes fases de la

cadena productiva de la AIA era imprescindible antes de realizar el trabajo de campo, dada

la imperiosa necesidad de conocer la labor productiva de los actores que nos proponíamos

95

entrevistar, los términos comunes en su lenguaje cotidiano, su primera descripción fue

utilizando las fuentes bibliográficas que se lograron reunir. Los testimonios de los actores

que entrevistamos y el poder observar de manera presencial el proceso productivo, gracias a

la autorización de visitar las instalaciones del ingenio de Calipam, nos permitieron ampliar

nuestra visión al respecto.

Se intenta abordar este ejercicio en el plano técnico, pero sin quedarnos en una visión

―ingenieril‖, para apoyarnos en la descripción las dificultades productivas, financieras y

ecológicas que los actores tienen a lo largo de una larga cadena de producción y de valor

que se da en la agroindustria, dadas las relaciones sociales que existen en este sector

económico y ante la complejidad que implica analizar la problemática de la AIA mexicana.

La Cadena Productiva, definición conceptual

Para Yoguel y Kantis (1990) el concepto de eslabonamiento productivo y cadenas

productivas, parten de la evidencia empírica obtenida de las matrices insumo-producto, en

las que aparecen distintos niveles de agregación de las relaciones de compra-venta

intersectoriales e interindustriales para a partir de dicha información analizar su creciente

complejización y sus relaciones de interdependencia, que se manifiestan en los flujos de

materiales, recursos financieros, organización y políticas públicas.

"Más precisamente se entiende por cadena de producción al conjunto de agentes

económicos que participan directamente en la producción, después en la transformación y

en el traslado hasta el mercado de realización de un mismo producto agropecuario".

4.2.1 La producción en Campo. Sector Primario

Por siglos, la caña de azúcar9 ha sido la materia prima fundamental para la producción de

azúcar, piloncillo o alcohol, aunque también algunos subproductos de la caña han sido

utilizados como fruta, forraje y abono orgánico.La caña de azúcar es una gramínea tropical;

su cultivo requiere de condiciones climáticas favorables para desarrollarse, como son

temperatura, humedad y luminosidad que le permiten acumular sacarosa en sus tallos

gracias a la energía que el sol le proporciona.

9 Este apartado se redactó a partir de Colpos ( 2003) y Guía de Protección Ambiental

96

El agua en abundancia es un recurso fundamental que le permite a la caña la absorción,

transporte y asimilación de los nutrientes durante su desarrollo, el tipo de suelo debe ser

rico en fosfatos y en los demás nutrientes que se requiere.

La caña de azúcar se produce en diversos climas, suelos y condiciones culturales en 14

regiones en 15 entidades federativas del país.

Siembra y cultivo

La caña de azúcar es un cultivo perenne, que se puede usufructuar por varios ciclos, tras la

primera siembra de caña, el tallo crecerá permitiendo un primer corte, posteriormente la

planta crecerá por si sola hasta lograr un segundo corte que se llama soca, y a los siguientes

cortes se les llama resoca, se recomiendan tres cultivos de resoca, aunque hay evidencias de

cosechas de más de diez ciclos sin pérdidas considerables en la calidad de la gramínea.

A la primera siembra de la caña, se le llama plantilla, se realiza a partir de trozos de tallos

frescos, sanos y vigorosos, llamados ―esquejes‖ o ―semillas‖, éstos deben ser genéticamente

puros, libres de plagas y enfermedades. Los tallos se entierran en el suelo, esta operación se

puede realizar manualmente o utilizando azadón. En la siembra de plantilla, es necesario

limpiar, preparar, barbechar, rastrar y surcar el terreno. Estas faenas, de acuerdo a las

condiciones de cada productor y la topografía del terreno se realizan con maquinaria, o con

arado movido por tracción animal.

Igualmente es necesario durante el crecimiento de la caña realizar labores de deshierbe, ya

que las hierbas le quitan el agua y los nutrientes (Colpos, 2003: 42).

El cultivo de caña necesita de agua en abundancia, los campos están cerca de ríos o de

pozos con abundante liquido necesario para el desarrollo de la gramínea, en los primeros

días del ciclo agrícola los campos deben quedar inundados.

En la mayoría de los campos se utilizan fertilizantes químicos, para aportar nutrientes al

terreno y poder incrementar su rendimiento, aunque de acuerdo al Colpos (2003), éstos

deben aplicarse en la cantidad y la variedad adecuada; en el país, no existe generación y

transferencia de tecnología para establecer los tratamientos que consideren las necesidades

97

específicas del cultivo, ciclo y suelo, que permitiría aprovechar de mayor forma el potencial

agroecológico que poseen las regiones cañeras del país10

.

El trabajo de campo nos permitió ampliar nuestro conocimiento acerca del cultivo de la

caña, el Ing. Lara, sugiere que para lograr que la gramínea alcance mayor peso y tamaño se

debe combinar

―[…] un programa de volteo año con año, se trata de ir renovando las plantaciones por un

bajo rendimiento, por debajo ya no es redituable […] también cuando en un mismo campo

están ya muy mezcladas las variedades, [tempranas, intermedias y tardías, de acuerdo al

tiempo que tarda en madurar la caña], eso es para la zafra, las tempranas se van a cosechar

en el primer tercio de la zafra, las intermedias en el segundo y las tardías en el tercero, [lo

que va a dar por resultado] un alto rendimiento de azúcar en ingenio, toda vez que si las

dejan mezcladas, podemos estar cosechando caña cuando su concentración de azúcar no ha

llegado al óptimo, porque la caña nos las pagan por los kilos de azúcar que lleva, no tanto

por el peso sino por los kilos que lleva ―por el KARBE (kilogramos de azúcar recuperable

base estándar) por tonelada de caña molida, se desprende que es fundamental en el cultivo,

buscar el punto óptimo para obtener un mayor beneficio, de manera que se cosechen

primero las variedades tempranas, y luego las variedades intermedias y posteriormente las

tardías‖ (Entrevista al Ing. Roberto Lara, dirigente de la CNPR del Ingenio de Atencingo, 4

de junio de 2013)

10

Un aspecto importante a tomar en cuenta es que dentro con las ―reformas estructurales‖

neoliberales, se encuentra la desincorporación y desaparición de dependencias federales entre ellas

los institutos de investigaciones agrícolas encargadas de analizar las características y condiciones de

los cultivos de acuerdo a las especificidades de los suelos, entre otras cosas. El destinar menores

recursos públicos en apoyar la Investigación y desarrollo explica porque el tema del impacto

ambiental de la Agroindustria es uno de los aspectos escasamente desarrollados en los estudios

consultados.

98

La cosecha mejor conocida como zafra.

La zafra o cosecha consiste en el corte de la caña, procurando cortarla lo más al ras del

suelo posible, ya que la mayor cantidad de sacarosa (sustancia de donde se obtiene el

azúcar) se encuentra en la base de los tallos.

La zafra es una actividad que coordina el ingenio, conjuntamente con los productores,

buscando con ello, garantizar que la caña que llegue a la fábrica se encuentre en las mejores

condiciones. En el caso de los Ingenios de Puebla, en entrevista de campo se informó que

―la programación de los campos que se van a cortar, es coordinado con ingenios y

organizaciones de productores cañeros, […] dependiendo de la madurez y la cantidad de

sacarosa que va teniendo, se va haciendo la lista, de mayor a menor, la caña del productor

que tenga mayor contenido de sacarosa se corta en primer lugar y así sucesivamente‖

(Entrevista con el Ing. Victor Cabrera, presidente de la CNPR Ingenio de Calipam, 8 de

Marzo de 2014 ).

Previo al corte de la caña, los productores cañeros queman la plantación, a esta operación

se le denomina ―quema‖, posteriormente se eliminan las hojas y la punta, ya que los

ingenios la reciben limpia En México, la caña la cortan jornaleros utilizando machetes.

Durante el trabajo de campo, descubrimos que son muy pocas las plantaciones en la región

cañera de Puebla que cortan la caña ―en verde‖, es decir sin quemar y a base de máquinas

cortadoras.

La quema, facilita la realización del corte, aumenta la visibilidad del cortador, reduce los

accidentes por picaduras de víboras o alacranes, aunque otros efectos de la misma son:

disminución de la humedad del suelo, incidencia de malezas, descenso de la materia

orgánica original del suelo, perdida de nitrógeno, incremento de la erosión, dado que se

disminuye la población de microorganismos y el material orgánico del suelo, perdida de

cepas, deterioro de la fertilidad, contaminación ambiental, deterioro de la caña y

disminución de la calidad de la caña que ingresa al ingenio, destrucción de biodiversidad,

flora y fauna (Colpos,2003).

Se procura que la caña cortada no permanezca en campo más de 24 horas, para no perder

peso y calidad industrial debe llegar lo más fresca posible al ingenio; dado que desde la

99

quema y corte de la caña se inicia un proceso de degradación que disminuye el contenido

de sacarosa.

En el trabajo de campo, el Ing. Lara (2013) informó que ―la caña se quema normalmente al

amanecer y el corte debe ser de inmediato, no se acaba de quemar cuando entran los

cortadores, de tal suerte que para las 9 o 10 de la mañana, ya haya viajes para que empiecen

a acarrear‖.

El elemento que es determinante, que impone el ritmo y las pautas de la zafra: es que la

caña debe llegar lo más fresca posible al ingenio; dado que desde la quema y corte, se inicia

un proceso de degradación que disminuye el contenido de sacarosa. La ―frescura de la

caña‖ en términos técnicos se entiende como el tiempo transcurrido desde que la caña se

quema, antes del corte, hasta su entrada a las bandas transportadoras de los ingenios para su

procesamiento. Este tiempo se mide en horas y un objetivo prioritario es reducirlo para

evitar la pérdida del contenido de sacarosa. (Palacios et al, 2011)

Una vez cortada la caña se apila a lo largo del campo, de donde se recoge a mano o a con

ayuda de máquinas cargadoras para subirla a los camiones para su transporte al Ingenio, se

procura que la caña cortada no permanezca en campo más de 24 horas, sí ello ocurre la

caña pierde peso y calidad y en el peor de los casos se descompone (Colpos; 2003).

Traslado de la caña desde las parcelas al ingenio

Tomando en cuenta que el tiempo trascurrido en el traslado de la caña al ingenio, afecta la

frescura de la caña, por lo que es importante que los camiones se encuentren en buenas

condiciones mecánicas para evitar desperfectos o accidentes que la afectaran. Sin embargo,

de acuerdo a Palacios (2011) en nuestro país, el traslado se hace en transportes que tienen

una antigüedad media de 31.2 años.

Al arribar al ingenio los camiones deben esperar que el ingenio autorice el pase al patio o

batey y su posterior descarga, Este tiempo de espera de los camiones para descargar el

producto significa un elemento importante para reducir la frescura de la caña, lo que afecta

el ingreso de los productores cañeros rurales de azúcar, dada la legislación mexicana que

liga el precio de la caña a la cantidad de la sacarosa que contiene. Los camiones realizan en

100

promedio 1 viaje diario, cantidad muy baja originada por los llamados ―tiempos muertos o

de espera‖ que se pierden hasta llegar a descargar la caña en el ingenio. Esta situación se

traduce en un insuficiente ingreso para los transportistas, que no compensan sus costos

creciente (gasolinas, refacciones, mantenimiento etc.).

4.2.2 La cadena productiva en la producción de Azúcar.

El ingenio es un complejo agroindustrial en el que de acuerdo a Aguilar et at (2010), se

elabora un producto principal, coproductos, subproductos o residuos, que se clasifican de la

siguiente manera:

Producto principal:

El Azúcar de caña, es en la actualidad un alimento habitual en la dieta de todos los países,

constituye uno de los principales aportes energéticos para el organismo humano.

Coproductos:

Alcoholes: Además de azúcar, en un elevado número de ingenios nacionales se producen:

El etanol, también llamado alcohol etílico o alcohol de caña, es un líquido incoloro e

inflamable con punto de ebullición de 78º C; las melazas de caña o mieles incristalizables:

son los licores madre resultantes de la cristalización final del azúcar, del cual no puede

extraerse más sacarosa; es un líquido viscoso, denso, rico en azúcares reductores, tiene un

considerable precio en el mercado internacional; es la materia prima en la producción de

licores de caña.

Subproductos o residuos:

El bagazo de la caña es el principal residuo del proceso industrial de fabricación del azúcar,

siendo el remanente de los tallos de caña después de ser extraído el jugo azucarado; es un

material fibroso potencial para la producción de derivados, se encuentra disponible en

grandes cantidades y presenta una composición química muy similar a madera, sin

embargo, los ingenios lo utilizan como combustible para la producción de vapor mediante

su combustión en las calderas. El resto, es factible de emplearse en otras aplicaciones.

101

La cachaza, es otro residuo muy importante que se genera en los ingenios, se obtiene

durante la clarificación que se hace al jugo de caña, es un material esponjoso, amorfo, de

color oscuro; se obtiene de 30 a 50 kg por tonelada de materia prima procesada, lo cual

representa entre 3 y 5 % de la caña molida; absorbe grandes cantidades de agua, es rica en

fósforo, calcio y nitrógeno, y pobre en potasio; por la elevada cantidad de materia orgánica

que presenta este residuo constituye un excelente abono, usado por los mismos cañeros en

el siguiente ciclo. Su precio bajo la hace atractiva frente a otros productos orgánicos, sin

embargo, representa un gran problema en lo referente al almacenamiento, transporte y

manejo para los ingenios dado su alto contenido de humedad, su olor desagradable y por ser

fuente de plagas, por ello, no es totalmente aprovechada y se presentan dificultades para su

eliminación. Se ha desaprovechado la oportunidad de procesarlo industrialmente como

excelente abono.

Vinazas de destilería. Las mieles de cañas fermentadas – y posteriormente destiladas en

alcohol – producen un residuo industrial en forma de aguas residuales aprovechable

llamado vinaza, con un alto contenido de materia orgánica. La vinaza es un líquido

brillante, de color pardo oscuro, naturaleza ácida; en términos del volumen producido se

estima que, por cada litro de alcohol obtenido a partir de mosto de melaza, se generan

alrededor de 10 a 13 litros de vinaza. Pueden utilizarse para producir combustible; el

residuo sólido sería utilizado como fertilizante o para alimentación animal, también es

posible su recirculación en el proceso para ahorrar parte del agua empleada en el proceso.

Descripción del proceso productivo en el Ingenio.

A continuación se describe de manera muy somera las distintas fases por las que se pasa en

la elaboración de la de azúcar de caña, sus derivados y subproductos11

.

11

Este apartado se redactó a partir de García (2011) CENICAÑA

102

Figura 4.1. Proceso de Elaboración de Azúcar de Caña

FUENTE: http://www.cenicaña.org:83/web2/index.php/template/k2/k2-categories/videos/item/332-

proceso-de-obtencion-de-azúcar. Consultado 25 de Marzo de 2015

Patio Una vez que los ingenios son abastecidos de la caña, ésta se concentra en los patios,

donde se pesa, posteriormente será descargada por una enorme grúa a las mesas

transportadoras que la hacen llegar a las picadoras, que son unos ejes accionados por

turbinas, provistos de cuchillas giratorias que cortan la caña y posteriormente a una

desfibradora donde la convierten en pequeños trozos, dándoles un tamaño uniforme para

facilitar así la extracción del jugo en los molinos.

Molinos. Los conductores llevan la caña preparada a los molinos, donde inicia la

elaboración de azúcar, macerando los tallos con poderosos rodillos estriados de hierro para

103

extraerles el jugo rico en sacarosa (cerca del 90%), llamado ―guarapo‖. Para recuperar la

mayor cantidad de sacarosa de la caña, al jugo que sale de cada molino se le adiciona agua

caliente o el jugo diluido que proviene del obtenido en los anteriores molinos. Para su

ahorro, se agrega agua únicamente en los molinos inicial y último. Los molinos están

equipados con turbinas de alta presión, accionados por motores eléctricos y variadores de

velocidad.

Generación de vapor y energía eléctrica. Una vez extraído el jugo se tamiza para

eliminar el bagazo y el bagacillo, los cuales se conducen a un depósito para que se sequen.

El bagazo obtenido (en la mayoría de los ingenios), es utilizado como combustible, que se

quema en las calderas para producir el vapor de alta presión que se emplea como fuente

alternativa de generación de energía de algunas máquinas del ingenio (turbinas de los

molinos, desfibradoras y turbogeneradores que producen la energía eléctrica que requieren

la fábrica y los pozos profundos). El bagazo también puede procesarse industrialmente

como materia prima para la producción de papel, de aglutinado para la elaboración de

muebles etc.

Calentamiento y Clarificación. El jugo obtenido en la etapa de molienda se envía a los

calentadores, con el fin de elevar la temperatura y enviarlo a un tanque donde se le agrega

cal que permite elevar su pH, neutralizando la acidez natural del guarapo, de esta manera se

minimizan las posibles pérdidas de sacarosa; también ayuda a precipitar impurezas

orgánicas o inorgánicas que vienen en el jugo y para aumentar o acelerar su poder

coagulante, se envía a un segundo calentador, para acelerar la separación de los sólidos no

azucares. A este jugo caliente se le adiciona floculante y se envía a los clarificadores, donde

se logra la separación de los sólidos disueltos, el jugo claro queda en la parte superior del

clarificador, es limpio y brillante, se le conoce como jugo clarificado y se envía a los

evaporadores; los sólidos no azúcares se precipitan al fondo del clarificador formando un

lodo que se conoce como cachaza.

Evaporación. El jugo clarificado posee un contenido alto de agua (85% aprox.), que es

indispensable retirar, esto se logra en evaporadores de vacío de múltiple efecto; con esta

operación el jugo se convierte en jarabe o meladura. El vapor producido en el primer

evaporador es utilizado para calentar el segundo y así, sucesivamente, hasta llegar al quinto

104

efecto que entrega sus vapores al condensador barométrico, que es enfriado por agua fría,

con la finalidad de que los vapores regresen a su estado de agua líquida que se acumula en

un tanque de condensación, que se puede reutilizar; en tanto que la meladura por ser más

pesada sale de la parte inferior de los evaporadores

Clarificación de meladura. De la meladura se separan los sólidos de los líquidos, para

obtener un material más claro y brillante, esto se logra añadiendo al jarabe ácido fosfórico,

cal y floculante, para luego ser enviada al clarificador de meladura, donde se le inyecta aire

en pequeñas partículas que hacen flotar los sólidos en forma de espuma, ésta se retira y se

mezcla con la cachaza que sale de los clarificadores.

Cristalización.

La cristalización se realiza en los tachos, que son aparatos donde continúa la evaporación

de agua a baja temperatura que permiten la cristalización del azúcar. Los tachos trabajan

con vacío para efectuar la evaporación a baja temperatura y evitar de esta manera la

caramelización del azúcar.

El material resultante que contiene líquido (miel) y cristales (azúcar) se denomina masa

cocida. Esta mezcla se conduce a un cristalizador, que es un tanque de agitación horizontal

equipado con serpentines de enfriamiento. Aquí se deposita más sacarosa sobre los cristales

ya formados, y se completa la cristalización.

Centrifugación.

La masa cocida obtenida de los tachos es una mezcla de miel y cristales de azúcar; estos

elementos se separan en las centrífugas, que son tambores cilíndricos suspendidos de un eje

con paredes laterales con revestimientos de malla de minúsculas perforaciones que retienen

los cristales de azúcar, la miel pasa a través del revestimiento debido a la fuerza centrífuga

ejercida; obteniéndose de ésta manera azúcar cruda o mascabado por un lado, y por el otro

miel de segunda o sacarosa líquida y una purga de segunda o melaza. El azúcar moscabado

debe su color café claro al contenido de sacarosa que aún tiene.

Con el fin de obtener azúcar más blanco, dentro de la centrifuga se aplica agua caliente para

eliminar los residuos de miel en los cristales de azúcar. La miel ―A‖ se envía a unos tanques

105

de almacenamiento, posteriormente se envía nuevamente a los siguientes tachos para

utilizarse en otros dos procesos de cristalización y centrifugación, donde se obtiene azúcar

B y la miel B, (melaza) materia prima para la producción de alcohol.

Secado. El azúcar húmedo se coloca en bandas y pasa a las secadoras, que son elevadores

rotatorios donde el azúcar queda en contacto con el aire caliente que entra en

contracorriente. El azúcar debe tener baja humedad, aproximadamente 0.05 %, para evitar

los terrones.

Enfriamiento. El azúcar se seca con temperatura cercana a 60º C, se pasa por los

enfriadores rotatorios inclinados que llevan el aire frío en contracorriente, en donde se

disminuye su temperatura hasta aproximadamente 40-45º C para conducir al envase.

Envase. El azúcar seca y fría se empaca en sacos de diferentes pesos y presentaciones

dependiendo del mercado y se despacha a la bodega de producto terminado para su

posterior venta y comercio.

4.3 Evolución histórica de la agroindustria azucarera mexicana.

Podemos sintetizar la evolución histórica de la agroindustria azucarera en 2 grandes etapas:

la primera caracterizada por una casi total participación privada en la propiedad de los

ingenios y fuerte presencia estatal en terrenos de la regulación de precios, en las

instituciones oficiales de apoyo al sector azucarera y por una problemática ambiental

ignorada y subestimada; la segunda etapa determinada por la aplicación de las políticas

neoliberales en la agroindustria azucarera en un marco de apertura comercial; se aprecian

drásticos cambios en la regulación estatal, inspiradas en la ortodoxia neoliberal y la

existencia creciente de una preocupación ambiental por parte de diversos actores sociales.

El “Ingenio” como modelo de unidad productiva en México.

En esta breve descripción histórica, es necesario partir de una definición del modelo de

unidad productiva que ha persistido en la agroindustria azucarera mexicana desde la etapa

colonial: el concepto de ―Ingenio‖ ha implicado un proceso de concentración y

centralización del capital, ya que la expansión de los cañaverales surgió mediante el

―despojo de tierras, aguas y bosques‖, lo que además garantizaba el abastecimiento de

106

fuerza de trabajo que permitieron alcanzar altos niveles de producción con menores costos.

(Banko, 2005).

De tal manera que el proceso de conformación de lo que será la agroindustria azucarera se

asentó originalmente en un sistema de plantaciones, que quedaban subordinadas a las

decisiones de la factoría, o establecimiento en las que se asentaban las labores de molienda

de la caña en azúcar, de cuyo dueño dependían. En la inmensa mayoría de las veces tanto la

factoría como las tierras cultivadas pertenecían al mismo propietario, De manera que la

unidad productiva que en su conjunto recibió el nombre de ―ingenio‖, no solamente

comprendía la planta que producía el azúcar sino igualmente las plantaciones de la caña de

azúcar que constituye la materia prima fundamental. Campo y planta quedaban desde este

momento vinculados como una sola unidad12

. El ―ingenio‖ mexicano, comprendía en

aquella época, la fábrica y los campos bajo el modelo de ―plantación‖

Los grandes propietarios extendieron los cultivos de caña de azúcar e incorporaron mejoras

técnicas en los ingenios, con lo que esta actividad se convirtió en una de las más lucrativas,

dado que permitió el acceso al mercado externo; los cañaverales se extendieron sobre los

terrenos de temporal dedicados a otros cultivos, consolidando la propiedad territorial de las

haciendas.

Las grandes haciendas azucareras manifestaron un gran interés en asegurar el

abastecimiento de la materia prima principal; la caña de azúcar, mediante la expansión de

los cultivos en las tierras que la rodeaban o eran parte de ellas, constituyendo lo que será la

característica principal de lo que se ha denominado como sistema del ―ingenio‖ que está

representado por una ―matriz del modelo de plantación, en el sentido de que cada ingenio

12

Se ha denominado como ―central azucarera‖ a otro modelo de unidad productiva distinto al ―ingenio‖. El

termino de central, que al parecer proviene de Cuba, (que llegó a ser la gran potencia azucarera mundial)

aunque otros países de la región lo han adoptado, se refiere al gran establecimiento azucarero de fines del

siglo XIX, que fue primeramente fue conocido como ―ingenio central‖ y luego con su versión simplificada

como ―central‖

Dicho concepto se asociaba a la existencia de una factoría que ―centralizaba‖ la producción de azúcar a partir

de la caña proveniente de las diversas plantaciones ubicadas en sus alrededores, constituyendo un sistema en

el que los hacendados propietarios de los cañaverales se encargarían de suministrar la materia prima a una

gran factoría para elaborar azúcar. A diferencia del modelo ―ingenio‖ se separa el campo de la factoría, éstos

no forman una unidad indisoluble, (Banko, 2005)

107

operaba sobre la base de sus propias posibilidades de producir la materia prima

fundamental para el proceso, variable dependiente de la disponibilidad de tierras que cada

uno poseía‖ (Banko, 2005). Este modelo de producción de azúcar en México no varió

sustancialmente en el trascurso de los siguientes años: campo y fábrica siguieron

constituyendo una unidad, en donde el mando o la dirección provenía del dueño de la

factoría, subordinando de esta manera a los productores cañeros del insumo principal.

La revolución de 1910 y el posterior reparto agrario, provocó el surgimiento de numerosos

minifundios provenientes de muchas de las haciendas cañeras, por lo que el ―modelo del

Ingenio‖ devino en una contradicción, en el sentido de que la fábrica había perdido el

control directo de los cultivos.

Del Villar, al hablar de los controles sobre el mercado de la tierra, señala que, mantener el

modelo del ―Ingenio‖ en la etapa posterior a la Revolución, implicaba el poder disponer y

acceder a vastas extensiones de tierra para el cultivo de caña bajo el control y predominio

por parte de la fábrica, lo que estaba en contradicción con la legislación agraria promotora

del reparto agrario y del minifundio no enajenable.

Para subsanar las limitaciones que al ingenio le imponía la reforma agraria, el Estado

postrevolucionario intervino implantando mecanismos de regulación agraria, como el

establecer "zonas de abastecimiento" de los ingenios. A los ejidatarios y pequeños

propietarios se les quitó la facultad de sembrar otros cultivos que no fuesen la caña de

azúcar,13

lo que aunado al sistema de financiamiento para la producción de la caña,

establecido en torno a los ingenios, (sistema que con algunas modificaciones hasta le fecha

persiste) permitía a éstos controlar y organizar la producción y zafra de la caña.

Las organizaciones gremiales también apoyaron en este objetivo, al llegar a acuerdos con

gobierno y dueños de ingenios para permitir que la agricultura extensiva persistiese, tal

como lo refiere del Villar, con respecto al ejido de Atencingo, en el cual las tierras se

mantuvieron en manos de los ejidatarios, con la condición ineludible de que las destinaran

13

Nos referimos al Decreto del 22 de septiembre de 1943 que establece un plan de Intensificación de la

Producción Azucarera, que fue abrogado por el Decreto del 24 de octubre de 1975 por el que se declara de

interés público la siembra, el cultivo, la cosecha y la industrialización de la caña de azúcar.

108

al cultivo de la caña, con lo que se dieron también las condiciones para garantizar el flujo

de fuerza de trabajo para ambas actividades: campo y fábrica (del Villar 1976: 538-539).

En el mismo sentido abunda Singelmann (2003) que ―los decretos presidenciales

empezaron a regular las relaciones entre los ingenios azucareros y los productores de caña,

cuya gran mayoría se había formado con la distribución de las tierras de las haciendas

azucareras a campesinos de las comunidades ejidales que emergieron bajo la reforma

agraria‖.14

4.3.1 Etapa desarrollista (Del periodo posrevolucionario a mediados de los años

ochenta); Participación privada con políticas públicas proteccionistas.

De alguna manera los decretos cañeros de los gobiernos posteriores al conflicto armado de

1910, consumaron las características de una política agraria e industrial, que permitió la

conformación de un pacto social entre agricultores, trabajadores cañeros e industriales.

En este contexto, la gran mayoría de los productores cañeros asumió perspectivas que

daban prioridad a un enfoque productivo centrado en las mínimas garantías, riesgos e

inversiones personales exiguas y a la responsabilidad de los ingenios tanto por el éxito

como por el fracaso en el cultivo de la tierra; lo anterior en el contexto de una política

agrícola caracterizada por grandes gastos públicos de fomento a la producción a través de

subsidios que apoyaban la industrialización nacional, al mantener bajos los precios de los

insumos agrícolas y de las materias primas empleadas por el sector manufacturero del país.

Otros aspectos de la política agraria del Estado mexicano fueron la utilización de diversos

mecanismos para reducir el costo del crédito rural a través de las instituciones financieras

14

De acuerdo a Aguilar (2011) la situación reciente del campo cañero se caracteriza porque el 75 % de los

productores posee una unidad productiva entre 0.5 y 5 ha con un promedio nacional de 3.97 ha, el 61 % es de

temporal y con el 72.26 % de cultivo de resocas y el 68.5 % industrializable en la producción de azúcar con

una distribución varietal de 36.50% tempranas, 48.67% medias y 14.83% tardías con la presencia mayoritaria

de pocas variedades con un rendimiento promedio de 71 Ton/ha. Desde su punto de vista, el minifundio

cañero, como consecuencia de la historia político-social reduce la capacidad de la agroindustria para la

aplicación de sistemas que abaten costos de producción y facilitan acciones diversificadoras como las que se

están considerando en la agroindustria azucarera de otros países. No está por demás comentar que Aguilar no

explora otros modelos de Agroindustria que no sean los basados en la competitividad orientada al mercado y

en la concentración del capital, dejando a un lado experiencias de cooperativistas, de autogestión, que para

otros autores y en mi opinión personal, serían una salida a considerar.

109

de desarrollo, así como realizando obras de infraestructura y de riego, igualmente la

fijación de un precio de garantía que garantizaba al campesino la recuperación mínima de

sus costos de producción y mantener congelados los precios de los bienes de la canasta

básica.

La etapa que comprende la década de los años 40, hasta principios de la década de los años

80 coincide con el llamado ―desarrollismo‖, en el que a nivel general, la economía

mexicana tuvo elevadas tasas de crecimiento; la agroindustria azucarera mexicana fue

favorecida por una serie de circunstancias, que a decir de del Villar (1976) fueron: 1) la

política de precios oficiales del azúcar (congelados durante décadas) que a su vez

determinaba el precio del insumo principal: la caña. 2) La cancelación de la cuota que tenía

Cuba en el protegido y lucrativo mercado norteamericano que permitió un extraordinario

incremento de la cuota de México en ese mercado; 3) las inversiones que hizo la industria

azucarera tanto pública como privada, con el objeto de ampliar la capacidad productiva y 4)

finalmente el financiamiento avalado por las dependencias gubernamentales, para apoyar a

los industriales azucareros.

Esa etapa se caracteriza también por el amplio proteccionismo estatal hacia la agroindustria

que de acuerdo a del Villar (1976) se puede sintetizar en:

Intervención Estatal: a nivel indirecto, regulando la comercialización a través de

organismos públicos como Azúcar, S. A. y mixtos, expresados en la Unión Nacional de

Productores de Azúcar, S. A. (UNPASA) o mediante la producción directa en los años

setenta a través de la creación de la Comisión Nacional de la Industria Azucarera

(CNIA).

Control estatal de los precios internos, regulando con ello, el nivel de ingresos de la

industria, su nivel de utilidades y la posibilidad de cubrir sus costos de producción. La

contrapartida al control de precios sobre el azúcar evidentemente tenía que ser un

control de precios sobre su materia prima: la caña15

. Éste se estableció por decreto

15

De acuerdo con David Ronfeld, en su historia del Ejido de Atencingo, el dueño del ingenio William

Jenkins, el gobernador de Puebla, Maximino Ávila Camacho y el líder de la CTM, Vicente Lombardo

Toledano, hicieron un acuerdo que fue determinante en la orientación del decreto presidencial dotatorio,

110

desde 1944 en forma de una proporción del precio al que UNPASA liquida el azúcar a

los ingenios.

Acceso al Crédito de la Banca de desarrollo: lo que combinado a la política de precios

de garantía del azúcar que no permitía mantener las tasas tradicionales de utilidades, se

generó un poderoso aliciente para que se descapitalizase la industria, mediante ―la

distracción a otras actividades de los recursos financieros recibidos por inversionistas

privados, que deberían aplicarse para su expansión."

Intervención Estatal directa: el ejercicio de los controles indirectos fue ampliándose

gradualmente con adquisición gubernamental de la propiedad y el control directo

sobre la industria. A los ingenios que había constituido directamente el Estado se

fueron adicionando los privados que no cubrían sus pasivos con el gobierno.

A pesar de que el gobierno federal subsidió a la agroindustria, su relación entre costos e

ingresos eliminó los incentivos para invertir y creo incertidumbre en torno a las

perspectivas de pago por las inversiones realizadas.

Sin dejar de señalar un elemento relevante: los altos niveles de corrupción en la

agroindustria y el desvió de esos financiamientos a otras actividades (turismo, bienes

inmuebles, etc.)16

(Del Villar, 1976: 534-535).

A pesar de las condiciones favorables que se presentaron para la agroindustria, a inicios de

los años setenta los resultados eran desfavorables, del Villar señala como causa de éstos el

precio congelado del azúcar, el declive de la productividad de la industria y el aumento

paulatino de los costos de operación y de producción. A esta situación el Estado mexicano

acuerdo por el que: "las partes convinieron en que la integridad del complejo agrícola e industrial de

Atencingo debería conservarse en beneficio de las economías nacional y estatal. Más aún, convinieron en qué

aspectos principales el sistema existente de la agricultura extensiva debería mantenerse. Por consiguiente, las

tierras deberían ir a los peones y trabajadores, y la agricultura de la caña debería ser obligatoria. Todo el

trabajo debería hacerse colectivamente, ya que este sistema era el más económico, las tierras ejidales no

deberían convertirse en parcelas individuales aún si los campesinos la prefirieran‖ [Del Villar, 1976: 538]

16 Luis Echeverría, declaró: "testimonio de buen negocio que ha sido (la producción de azúcar) son algunos

edificios de muchos pisos en el Paseo de la Reforma. Muchas fortunas han salido de la industria azucarera".

También era ilustrativo, que uno de los "objetivos de mayor importancia" (señalados por un estudio acerca de

la industria azucarera encargado por el gobierno ) consistía en "...eliminar el lastre financiero que causan en la

economía los actuales subsidios indirectos y créditos mal garantizados". [Del Villar, 1976: 549 ]

111

respondió interviniendo cada vez más en el sector, conduciendo a lo que el autor señala

como ―un proceso gradual de nacionalización por inercia‖ que se presentó en la industria

azucarera ante su crisis financiera, que se podía percibir dado el monto de su deuda con el

gobierno, la incapacidad para pagarla por parte de los ingenios privados y la imposibilidad

de realizar nuevas inversiones.

Otro elemento que explicó esa crisis de la agroindustria azucarera mexicana fue el

crecimiento más dinámico del consumo interno de azúcar en relación con su producción,

que fue registrando crecimientos menores al de los años anteriores, lo que trajo como

resultado la paulatina caída de las exportaciones a partir de 1970, año en que se logró

exportar la mayor cantidad de azúcar, terminando con ello la etapa expansiva de la

agroindustria mexicana.

A partir de este periodo y hasta 1988, de acuerdo a Castillo y Aguirre (2004) el Estado

mexicano respondió ante esta crisis de la Industria con un conjunto de acciones orientadas

a revertir las tendencias negativas de la producción cañero- azucarera iniciadas a finales de

la década de los sesenta. La primera fue el descongelamiento del precio oficial del azúcar,

con la finalidad de estimular la producción y desestimular el comportamiento de la

demanda del endulzante, además de fijar un nuevo precio de garantía tanto para la caña de

azúcar como para los diferentes tipos de azúcar, la segunda, el control total del comercio

interno y externo de este edulcorante, así como en la distribución y venta de los otros

subproductos de la caña de azúcar, la tercera fue una intervención cada vez más directa

administrando los ingenios que se declaraban en quiebra. El gobierno federal, además, era

el responsable de la investigación y el desarrollo tecnológico de la agroindustria azucarera.

Durante este periodo de gran intervención estatal, puede apreciarse que ―la superficie

cosechada de caña de azúcar se incrementó en un 35 % y el número de productores de este

cultivo aumentó en 56 %; además, la cantidad de caña cosechada por hectárea, se

incrementó un 8 % en promedio, y la cantidad de azúcar obtenida por hectárea creció en un

15 %. Asimismo, durante esos años se logró una mejoría en la capacidad instalada de la

molienda de caña y el rendimiento en fábrica creció modestamente‖. (Castillo y Aguirre,

2004: 82-83)

112

De igual manera, los productores de caña de azúcar y el personal que trabajaban en los

ingenios tuvieron una mejoría en sus ingresos. Incluso a partir de 1985 la producción

nacional de azúcar superó la demanda interna e incluso una parte de esta pudo venderse en

el mercado internacional; aunque esta circunstancia debe verse como una ilusión: no

olvidemos el desplome del consumo general de la población mexicana en esta etapa, debido

a la dramática caída de los ingresos de los hogares mexicanos y el impacto de la apertura

mexicana, que transformó drásticamente a la economía mexicana que dejó de ser de las más

―cerradas‖ del mundo.

4.3.2 Etapa neoliberal (De 1988 a 2012). Evolución de la agroindustria azucarera

mexicana ante los cambios en la regulación estatal

En esta etapa podemos apreciar drásticos cambios en la regulación estatal hacia la

agroindustria, inspiradas en la ortodoxia neoliberal; éstos pasan por tres momentos

aparentemente contradictorios y a contrapelo de los postulados económicos del gobierno

mexicano: El primero inicia con la licitación de los ingenios de propiedad estatal, el

segundo con los drásticos cambios en la política comercial del gobierno mexicano que

implicó la firma del TLC y la consiguiente liberalización del mercado del azúcar que

permitió el ingreso al país de grandes volúmenes de jarabe de maíz de alto contenido de

fructosa (JMAF), sustituto del azúcar; y el tercero con la vuelta a la estatización de una

buena parte de las empresas azucareras nacionales ante su inminente quiebra.

4.3.3 El contexto neoliberal en el campo mexicano

La ofensiva neoliberal en el campo nacional se inició con la creación de un marco legal

aplicable por igual tanto para el capital nacional como para el capital extranjero, en este

contexto, las políticas públicas ―neutrales‖ sientan las bases para que compitan los

desiguales, sin protección alguna, ya que la normatividad desprotege a los competidores

más débiles, beneficiando a los más fuertes.

Estas reglas de juego determinadas por las recomendaciones de los organismos

multilaterales, partidarios de los postulados neoliberales, que de acuerdo a Kay (2002) se

ubican en cinco áreas principales: 1) gestión fiscal, 2) privatizaciones, 3) mercado de

trabajo, 4) comercio y 5) mercados financieros.

113

El primer aspecto, implicó la eliminación de los subsidios al campo y la eliminación de los

precios de garantía, en tanto que el segundo, se justifica con los argumentos de la mayor

eficiencia privada comparada con la estatal y con las ventajas económicas de mejorar la

competencia y evitar los monopolios. En nuestro país bajo estos argumentos, se vendieron

muchas empresas ligadas a la producción agrícola como FERTIMEX y los ingenios de

propiedad estatal, además de la desincorporaron de las filiales de CONASUPO.

La tercera línea de acción neoliberal, ―se encauza a las reestructuraciones de los mercados

laborales, se introducen nuevos sistemas de negociación del salario y el empleo, etc. No se

ha logrado crear un mercado de trabajo más transparente y competitivo, se ha otorgado más

poder a los patrones al reducir el ya débil poder adquisitivo de los trabajadores‖ (Kay,

2002). El abandono de las políticas públicas a favor del campo, ha permitido que se

incremente la migración del campo a la ciudad, presionando a los empleos y la

precarización del mercado laboral mexicano, lo que ha derivado en la incorporación de

nuevas actividades al ingreso de las familias campesinas, estimulando a que la importancia

de la producción del sector agrícola sea menor en relación a otras labores remuneradoras y

que los campesinos cada vez complementen su ingreso con un conjunto de actividades muy

diversas: agricultura, artesanía, pequeña y mediana industria, comercio, servicios

migración, tal como lo señala Gramount (2010).

Lo anterior puede verse de manera nítida en las actividades de la agroindustria azucarera,

que a partir de las transformaciones impulsadas por la aplicación del modelo neoliberal,

tanto en labores de campo como de ingenio, se mueve un flujo de empleos precarios y

temporales (peones agrícolas, cortadores de caña, cargadores, macheteros de transporte,

etc.).

En lo que respecta al cuarto aspecto, la liberalización del comercio externo se impulsó con

el objetivo de estimular y reforzar la competitividad. En esencia, las reformas comerciales

se perseguían incentivar las exportaciones y fomentar una mayor competitividad de las

empresas privadas; en el sector agropecuario se planteó la necesidad de cambiar el patrón

de cultivos para producir bienes que se pudieran comercializar en condiciones más

favorables para los productores y aprovechar las ventajas comparativas; en las zonas que

114

climática y agrícolamente fuera posible, debería abandonarse el cultivo de productos

básicos y pasar a la horticultura, la floricultura o la silvicultura de exportación.

Se argumentó que con las divisas que originara la exportación de los productos en los que

la agricultura nacional disponía de condiciones más favorables, se podría financiar la

importación de los alimentos necesarios que no se producían en el campo nacional. Para

los partidarios de la aplicación del modelo neoliberal en el campo, la consigna fue tratar de

aprovechar al máximo las ventajas comparativas, justificándose con la teoría ricardiana;

aunque para los críticos a este nuevo modelo de desarrollo, sin embargo, la apertura

comercial ha implicado la penetración de bienes agrícolas del extranjero, en detrimento de

los productores nacionales, lo que se traduce en una grave pérdida de la soberanía

alimentaria del país. (Kay 2002).

En lo referente al aspecto financiero, la implementación del modelo neoliberal en el campo

nacional ha implicado la desaparición de la banca de desarrollo en el sector, como el Banco

Nacional de Crédito rural (Banrural), lo que trajo graves consecuencias a los productores

campesinos, que los orilló a la descapitalización y a ser discriminados en el acceso al

financiamiento. Con el propósito de paliar el retiro del Banrural, el gobierno de Salinas de

Gortari creó el PRONASOL, que entre otras cosas concedía pequeños créditos sin intereses

a los campesinos productores, y cuya recuperación se utilizaba para financiar obras de

beneficio social a las comunidades donde residían los beneficiarios de estos créditos. Sin

embargo estos programas se desviaban al consumo más que a la producción, aunado al

usufructo proselitista con el que se ejercitó (Kay 2002).

El modelo neoliberal en el campo tiene como un objetivo fundamental la incorporación de

las tierras al mercado, un paso inicial se dio al reformar el artículo 27 constitucional, al

promulgar la nueva Ley Agraria, con tres propósitos básicos: a) dar por terminado el

reparto agrario b) otorgar a los ejidos, las comunidades y sus integrantes plenas libertades

para que tomaran decisiones por sí mismos, dejando abierta la posibilidad de que los

ejidatarios y comuneros pudieran enajenar sus parcelas, y esta manera dar los primeros

pasos en la conformación un ―mercado de tierras‖, más flexible y activo, que permitiera la

gran explotación agrícola y la modernización del campo desde la perspectiva neoliberal c)

llevar a cabo un proceso de ordenamiento de la propiedad rural, delimitando en primer

115

término la superficie de cada ejido y comunidad, así como las parcelas de cada ejidatario,

las tierras de uso común y los solares de las aéreas de asentamiento (Zorrilla, 2003).

4.3.4 El impacto de las políticas neoliberales en la agroindustria azucarera.

Durante muchos años la actividad azucarera estuvo regulada por el Estado (bajo el modelo

Desarrollista). Con la crisis económica de 1982, comenzó un proceso de desregulación de

la economía mexicana, consistente en la aplicación de políticas de corte neoliberal. Bajo

este modelo el Estado declina su participación como regulador económico y promotor del

desarrollo y promover deliberadamente su desplazamiento por el mercado.

La implementación del modelo neoliberal implicó para la agroindustria azucarera, cambios

drásticos, que incluyeron la privatización de los ingenios de propiedad estatal y de

cooperativas a partir de 1988, la redefinición de las relaciones entre cañeros e industriales

bajo una revisión del Decreto Cañero en 1991, y la liberalización del mercado azucarero

nacional mediante la disolución de las intervenciones estatales tradicionales

Es necesario señalar que la nueva política del Estado en el contexto del neoliberalismo con

la finalidad de regular las relaciones entre industriales y productores cañeros no ha estado

exenta de disputas y desacuerdos tal como lo señala Singelmann, ejemplo de ello son:

La disputa sobre el precio de la caña que de acuerdo al decreto de 1991, se centra en el

porcentaje del azúcar recuperable por tonelada de caña.

El calendario de pago para la caña: los cañeros insisten en que su liquidación final

quede situada al término de los seis meses de la zafra en mayo/junio, mientras que los

industriales demandan que ese calendario sea durante los doce meses del año, cuando

empieza la siguiente zafra en noviembre/diciembre.

Las ventajas y desventajas del alza y transporte en términos de caña más limpia

quedando los productores de caña como responsables de su corte, transporte y de

entregar una caña limpia. (Singelmann, 2003: 121).

116

El proceso de privatización de la industria azucarera

A pesar de que en el periodo con fuerte intervención estatal se presentaron incrementos en

la producción, el funcionamiento de la industria azucarera fue acompañado de graves

irregularidades. Una de las más importantes fue el incremento constante en los gastos

administrativos de los ingenios bajo el control del gobierno federal, dado el aumentó al

apoyo crediticio y los subsidios del Estado; ésas anomalías justificaron para la decisión del

gobierno mexicano en enero de 1988 de vender una parte de los ingenios administrados por

Azúcar, S.A. (instancia que aglutinaba las acciones del gobierno en relación con la industria

azucarera); lo que se concretó a lo largo de ese año y hasta 1991.

Los ingenios se licitaron en paquetes o grupos, siendo beneficiadas las compañías que

utilizaban el azúcar como uno de sus insumos principales como las empresas productoras

de refrescos o de alimentos, en tanto que a los productores de caña y a los obreros de la

industria azucarera, que a través de sus organizaciones solicitaron participar en las

licitaciones les endurecieron las condiciones de compra, como pagar el enganche en

efectivo, equivalente al valor del 15 % de cada factoría (Castillo y Aguirre, 2004).

Hernández y Barajas (2000) señalan que la privatización dio como resultado la integración

vertical directa de las actividades agrícolas tradicionales a productoras y comercializadoras

multinacionales de la industria alimentaria, particularmente de la agroindustria refresquera.

Los ingenios azucareros fueron adquiridos por grupos empresariales vinculados, en su

mayoría, a empresas que emplean el azúcar y subproductos como materia prima, lo que les

permitió avanzar en dicha integración vertical entre la industria refresquera y el sector

azucarero al tener una participación accionaria en 26 ingenios, quedando 6 grandes

consorcios:

El Consorcio Azucarero Escorpión (CAZE) agrupaba a nueve ingenios de alta

productividad y fue conformado por el Grupo Embotellador de México (Gemex),

propietario de la mayor franquicia de Pepsi Co. en México;

El Grupo Azucarero México, accionista del Grupo de Embotelladoras Unidas

(Geupec), la segunda franquicia de Pepsi Co;

117

PIASA, filial del Grupo Contal y socio de Embotelladoras Coca Cola administraban

dos ingenios;

Consorcio AGA, en su división ingenios, y propietario de dos fábricas azucareras;

El Grupo Santos, dueño y administrador de seis ingenios integrado al grupo

GAMESA;

Grupo Beta San Miguel, integrado al Grupo Industrial Bimbo (2000:8).

Castillo y Aguirre, (2004) destacan otros pasos claves que se complementaron para

privatizar totalmente la industria azucarera: la liquidación y restructuración de diversas

instituciones de servicios para esta agroindustria, al igual que la mayoría de fideicomisos de

apoyo a los productores de caña de azúcar.

En concordancia con la privatización de las factorías azucareras, el Estado mexicano

también fue abandonando su injerencia en la comercialización de los productos derivados

de la caña de azúcar, en 1993, fue liquidada Azúcar, S.A., entidad mediante la cual el

gobierno federal controlaba la mayor parte de la producción de azúcar y el monopolio en la

comercialización de los productos derivados de la caña de azúcar.

A partir de mediados de la década de los noventa y hasta el 2000, la producción azucarera

nacional volvió a repuntar, con excedentes por encima del consumo nacional, que pasaron

de 400 000 toneladas a casi un millón de toneladas de azúcar; este incremento se asocia a la

en mayor medida a la liberación del precio del azúcar y al incremento de tierras dedicadas a

esta actividad, estimulada por el aumento de los precios, tanto del azúcar, como de la caña,

que a la innovación, ya que de acuerdo a Castillo y Aguirre, la agroindustria ha carecido de

un verdadero cambio tecnológico. Lo que deja ver claramente, que ni aún en las épocas de

bonanza, ha habido una política deliberada de innovación en la AIA en nuestro país. Otra

razón de los buenos resultados de este periodo, se ubica el apoyo por parte del gobierno

federal a los deudores de la banca, que permitió que los empresarios azucareros

reestructuraran sus adeudos con Financiera Nacional Azucarera (FINASA) en unidades de

inversión (UDIs), a plazos largos y una tasa de interés muy blanda, con lo que pudieron

realizar cierta mejoría de sus sistemas productivos; dicho apoyo financiero, sin embargo fue

suficiente para reestructurar sus pasivos, pero no para resolverlos (Castillo y Aguirre, 2004:

88-89).

118

Lo anterior provocó que a pesar de que, uno de los objetivos planteados por el gobierno

federal al privatizar los ingenios, era el de terminar con los subsidios, éstos

paradójicamente se intensificaron a partir de que el endeudamiento de los ingenios

particulares se disparara. No se dieron los resultados que anunciaron se iban a tener.

La restructuración de las relaciones cañero-azucareras en el país a partir de 1991 también

redefinió el papel del gobierno. Éste continuó su función como regulador del mercado

nacional, pero ya no mediante subsidios y la fijación de precios sino mediante aranceles

sobre la importación de azúcar y de jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF), un sustituto del

azúcar, cuyo consumo y producción a nivel internacional se elevaron a partir de los años

noventa; aunque también ante las crisis financiera y de productividad de la agroindustria

azucarera, en 2001 se presentó una nueva intervención directa como propietario de los

ingenios, estatizando aquellos que atravesaban grandes problemas de insolvencia y de esta

manera evitar su inminente quiebra, manteniendo de esta manera su función de ser el

regulador de última instancia del mercado azucarero nacional y de la cadena productiva que

se genera.

4.3.5 Impacto de la política comercial en la agroindustria azucarera nacional

Para Salinas De Gortari, la firma del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica

(TLCAN), constituía ―la gran oportunidad de México‖ para alcanzar la eficiencia y la

competitividad en todos sus ámbitos. En el caso particular de las empresas azucareras, las

negociaciones avaladas por el gobierno mexicano prometían nuevas oportunidades para

exportar azúcar a los Estados Unidos.

El tema del azúcar fue uno de los más delicados durante las negociaciones del TLCAN, que

implicaba la apertura indiscriminada del mercado nacional, debido a la protección y el

subsidio a esta industria en ambos países. Señala Benquet que Estados Unidos:

―impuso a los negociadores mexicanos –quienes dieron muestra de su incompetencia y no

consultaron a los interesados— una desgravación muy prudente de sus barreras

arancelarias: el acceso a sólo 25,000 toneladas de azúcar mexicana (sobre importaciones

totales de más de 2 millones de toneladas otorgadas a otros países) los primeros seis años; el

séptimo año (2001) se liberaría la importación de 150,000 toneladas y en años subsiguientes

hasta el decimoquinto, cuando se abra totalmente el mercado, se incrementarían 10%

119

anualmente y, si México fuera excedentario dos años consecutivos, abría acceso libre a

todos sus excedentes. Sin embargo, ante la presión de los poderosos azucareros americanos,

tradicionalmente ultra protegidos por su gobierno, fueron impuestas cláusulas derogatorias

al gobierno mexicano. (: Benquet, 2000: 47)

Y también señala que el gobierno mexicano,

― en aras de obtener la rápida aprobación del TLC por el Congreso norteamericano, firmó las

―Cartas Paralelas‖, que liberan el comercio de sustitutos del azúcar, especialmente el jarabe de maíz

de alta fructosa, entre los dos países y restablecen topes de exportación de México a Estados Unidos

a partir del séptimo año, cambiando los criterios para calcular el excedente de México y excluyendo

el efecto de las importaciones de fructosa del cálculo del excedente de azúcar, lo que hace más difícil

para México cumplir la condición de excedentario para poder exportar sin límites. En compensación,

se aumentó la cuota autorizada a México a 250,000 toneladas a partir del séptimo año. El senado

mexicano que ratificó el TLC no tuvo conocimiento de estas cartas, por lo que se asume que no

tienen validez para México, pero el gobierno americano las considera válidas y esta diferencia de

interpretación es el principal punto del conflicto actual. A partir del 2001, México debería poder

exportar cantidades crecientes, ya que dispone de 600,000 t de excedentes‖. (Benquet, 2000: 48)

La liberalización de este producto fue negociada en el TLC como un proceso paulatino e

implicaba también liberalizar el precio del azúcar en el mercado interno.

La entrada del jarabe de maíz de alta fructosa al mercado nacional

Uno de los rasgos de la globalización es el desarrollo por parte de las empresas

trasnacionales de nuevas tecnologías y la innovación de procesos y productos;

concretamente las aplicaciones de la biotecnología que ha registrado importantes avances

tanto en mejoramientos de los cultivos y aprovechamientos de subproductos; aunque

también han servido para crear sustitutos del azúcar, como son los jarabes de maíz de alta

fructosa y edulcorantes sintéticos, que fueron ganando terreno al mercado del azúcar, dado

que su precio en el mercado internacional es más bajo dado sus menores costos de

producción, con graves efectos para los países azucareros. Un factor muy importante en el

abatimiento de los costos se debe a los grandes subsidios que los productores de maíz de

Estados Unidos reciben por parte de su gobierno.

Con la firma del TCAN la agroindustria, tuvo que afrontar los permisos a la importación de

JMAF, que desde mediados de la década de los noventa ha tenido una presencia creciente

120

en el mercado nacional, como sustituto del azúcar, dadas sus características y atributos que

lo hacen muy atractivo para la industria que utiliza los edulcorantes como materia prima17

.

La importación del jarabe de maíz de alta fructosa a finales de los años noventa, según

Castillo y Aguirre (2004:96) fue de 1,3 millones de toneladas, en comparación con las 116

mil toneladas de azúcar que se exportaron a Estados Unidos, de 1995 a 1998 el consumo de

JMAF en México se incrementó de 54 mil toneladas a aproximadamente 500 mil toneladas,

es decir un incremento de 800 %. (aproximadamente la mitad fueron producidas en el país

y la otra mitad importadas desde Estados Unidos), por lo que el intercambio comercial de

edulcorantes fue desfavorable a México en dos sentidos: por una parte se redujo el consumo

interno de azúcar, (al aumentar la demanda de su sustituto, el JMAF) generando excedentes

y presionando a la baja los precios de este edulcorante en el mercado nacional y por la otra,

los industriales mexicanos se vieron forzados a exportar una parte de su producción en el

llamado mercado libre internacional, (cuyo precio es menor que en el mercado

estadounidense de cuotas a precios preferenciales) lo que la mayoría de las veces no

permitió recuperar sus costos de producción. Esta situación implicó que la agroindustria, se

descapitalizara y transfiera sus recursos al exterior, agravando su situación financiera a

pesar de tener una sobreproducción.

Esta sobreproducción de azúcar nacional que tiene entre una de sus causas el aumento de

las importaciones de jarabe de maíz de alta fructuosa, trajo otras implicaciones a la

agroindustria en el terreno social, Benquet (2000) señala, que bajo la amenaza de la

principal organización gremial cañera (CNC) de impulsar una campaña entre industriales,

productores de caña y obreros contra las refresqueras, éstas aceptaron en 1997 un acuerdo

17

17

Rappo señala con respecto a las ―bondades‖ del sustituto: ―durante la última década el azúcar de caña y

de remolacha han tenido que hacerle frente a este nuevo competidor. Estados Unidos es el principal productor

mundial de JMAF, concentrando alrededor del 75 por ciento de la producción mundial […]. Por sus

características —alto poder edulcorante, alta fermentación, gran poder humectante, color blanco transparente,

gusto que no cubre todos los sabores, viscosidad apropiada— es un serio competidor de la sacarosa. Además,

su estado líquido facilita el uso de sistemas automatizados, en las industrias lácteas y de refrescos y en la

industria elaboradora de pan. […] En México, a partir de los procesos de liberalización comercial y la firma

del TLC, el JMAF cobra mayor importancia, debido al incremento de las importaciones y del establecimiento

de dos plantas en el territorio nacional, lo cual vino a trastocar la forma en que se desempeñaba la industria

azucarera en el país. Estados Unidos dispone de la materia prima básica ya que es el principal productor de

maíz a nivel mundial, grano del cual se extrae el JMAF y cuenta con la tecnología para su procesamiento;

tiene el más eficiente sistema de transportación y almacenaje en granos‖. [Rappo, 2002: 119-120 ]

121

de limitar sus compras del sustituto a 350,000 toneladas cada año, a cambio de un

descuento de 20% otorgado por los ingenios en sus compras de azúcar; a su vez el gobierno

mexicano reaccionó e impuso aranceles más altos a las importaciones del JMAF,

arguyendo ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) que éstas fueron

introducidas a precios de dumping, a lo que las transnacionales norteamericanas

respondieron contra demandando a México por el dumping acordado entre azucareros y

refresqueras.

Como resultado de estas acciones, se logró detener el avance de la importación del JMAF,

aunque no detuvieron su producción interna a base de maíz amarillo importado de Estados

Unidos a precios subsidiados, además de un acuerdo celebrado en el verano de 1997 entre

la industria refresquera y la productora de azúcar para limitar el consumo del sustituto;

también se habló de persuasión del gobierno federal con las empresas que nacionalmente

elaboran el jarabe para no incrementar sus volúmenes de producción‖ (CEFP, 2005: 3-4).

A su vez, bajo la presión del sector azucarero, el gobierno mexicano buscó renegociar el

punto ―azúcar‖ del TLC para anular las ―Cartas Paralelas‖, llevó el caso de la falta de

acuerdo sobre el incremento de la cuotas de ingreso de azúcar mexicana a territorio

estadounidense y de la entrada de fructosa a las instancias de resolución de controversias de

la OMC.

La OMC reconoció que México tenía la facultad de iniciar la investigación por prácticas

desleales de comercio en contra de la fructosa; sin embargo, en 2001, falló en el sentido de

que las cuotas compensatorias que México impuso a las importaciones de fructosa

proveniente de Estados Unidos son violatorias de los acuerdos internacionales de comercio;

A pesar de que la resolución de dicho organismo internacional afectaba a nuestro país las

autoridades comerciales mexicanas no apelaron tal resolución.

Dicho fallo y ―la falta de acuerdo sobre el incrementar la cuotas de ingreso de azúcar

mexicana a territorio estadounidense, hacen que una parte del azúcar producida no

encuentre colocación y los conflictos tiendan a agudizarse. Como sabemos lo pactado en el

Tratado de Libre Comercio dificulta la libre exportación de azúcar a Estados Unidos al

122

mismo tiempo que facilita el aumento de las importaciones y la producción en territorio

nacional [de jarabes de maíz de alta fructosa]‖ (Rappo, 2002: 114).

A nivel legislativo se dio otra batalla contra la entrada de jarabe de maíz de alta fructosa.

En una investigación del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas. (2005) se señala que:

El 18 de septiembre de 2001 la Cámara de Diputados presentó una Iniciativa de Ley con

carácter de Decreto que prohibía la importación de jarabe de maíz de alta fructosa y de maíz

destinado a la elaboración de la misma, Iniciativa que quedó pendiente. [también] se

aprobó, un impuesto especial de 20 por ciento a los refrescos elaborados con otro

endulzante que no fuera azúcar, concentrados o jarabes, esencia o extractos de sabores que

utilicen fructosa, lo que alentó el consumo de azúcar que fue sustituyendo paulatinamente la

elaboración de refrescos con jarabe de maíz de alta fructosa […] se elevó el arancel para la

fructosa […] Al mantenerse vigente el impuesto al jarabe de maíz de alta fructosa continúa

la disputa entre México y Estados Unidos, país que interpuso nuevamente una demanda

ante la OMC en 2004. En un reporte preliminar emitido el pasado 27 de junio de 2005, la

OMC favoreció a Estados Unidos concluyendo que el impuesto no es congruente con la

obligación de México de otorgar trato nacional a las importaciones de fructosa de Estados

Unidos, que el impuesto favorece el producto nacional y le quita oportunidades de competir

al producto importado (CEFP, 2005: 16).

Sin embargo, la adopción de medidas de tipo comercial no resolvió el problema de

autosuficiencia del mercado azucarero nacional, ya que tras la aplicación de impuestos a la

importación de JMAF, el mercado azucarero en México enfrentó a partir de 2003

problemas de escasez, debido a que el consumo nacional continuó incrementándose,

aunado a la mayor demanda de azúcar por parte de la industria refresquera, de tal manera

que en 2004 las importaciones totales de azúcar se incrementaron 107.3 por ciento respecto

al año previo, desde 1996 no se efectuaban importaciones tan elevadas (CEFP, 2005).

En conclusión, la adopción de la liberalización comercial no trajo consigo un mejoramiento

de la productividad en la agroindustria, por el contrario, a pocos meses de su privatización

y apertura, el sector azucarero, recayó nuevamente en una severa crisis. La conjunción de

los malos cálculos de la oferta, junto a la entrada de grandes volúmenes de azúcar del

extranjero, propició un excedente del endulzante, para el cual no se tenía la suficiente

123

infraestructura de almacenamiento ni de distribución, con ello, los precios del azúcar se

hundieron, lo que se acompañó de un incremento en los costos de producción, Esto provocó

que a mediados de la década de los noventa, más de una tercera parte de los ingenios del

país presentaran dificultades financieras, provocando cierres y retraso en los pagos de sus

créditos con Financiera Nacional Azucarera (FINASA), el incumplimiento con buena parte

de sus compromisos con las organizaciones gremiales de obreros (pago de prestaciones de

ley, cuotas sindicales, y seguridad social) y el no poder cubrir sus deudas con los

productores de caña de azúcar al finalizar la zafra; gestándose de esa manera, según varios

autores una nueva crisis18

.

4.3.6 La Estatización de un importante sector de los ingenios azucareros.

Al Iniciar la Administración de Vicente Fox, la situación financiera de la agroindustria

azucarera, ante las crecientes deudas de las empresas, era insostenible. Blenquet (2000)

menciona, que los dueños de los ingenios buscaban ―presionar al gobierno para tomar

cartas en el asunto de manera decidida, ya sea mediante la condonación de la deuda de la

industria y la creación de un Fobaproa (rescate financiero) para el azúcar, en el caso de los

industriales o ya sea mediante una nueva estatización del sector‖.

Cuando el gobierno Federal expropió por ―causa de utilidad pública‖ 27 ingenios, que

habían sido privatizados durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, no hubo sorpresas,

era el corolario de una persistente crisis de la agroindustria azucarera.

[...] la idea que priva entre amplios sectores sociales es que la medida responde a un nuevo

rescate financiero a grupos empresariales que se vieron beneficiados cuando la

privatización de los ingenios y hoy, por la expropiación, ante una industria en crisis. Como

los anteriores rescates el costo finalmente lo absorbe la sociedad mientras que los dueños

del país salen airosos con tales medidas (Rappo, 2002: 108).

Los ingenios expropiados eran básicamente propiedad de seis grupos de los cuales el más

importante era el Consorcio Azucarero Escorpión S.A. de C.V, (CAZE), con 9 ingenios

intervenidos, otros grupos afectados fueron el Grupo Fomento Azucarero del Golfo, (Grupo

18

Rappo[2002]; Hernández y Barajas [2000]; Castillo y Aguirre [2004]

124

Machado) con 4 ingenios expropiados, Grupo Azucarero México, con 6 Ingenios, Grupo

Santos con 6, FIDELIQ con 2 ingenios que pasaron a propiedad del gobierno.

De acuerdo a Rappo,

―atendiendo al número de ingenios, la superficie cultivada, como la producción de caña y

azúcar. Según puede apreciarse, la expropiación afectó el 54.1 por ciento de la superficie

industrializada y, el 51.5 por ciento tanto de la producción de caña como de azúcar. Por su

parte, CAZE, según datos de la zafra 1999-2000, industrializaba la caña del 19.9 por ciento

de la superficie cañera nacional, el 22.1 por ciento de la producción de caña y producía el

22.4 por ciento del azúcar nacional‖ (Rappo 2002: 108).

Lo característico de la medida fue la heterogeneidad de las empresas y de los grupos

expropiados, tanto empresas con graves problemas de producción como consorcios sin

problemas de mantener la producción, como el Grupo Escorpión, vinculado a la producción

de alimentos y refrescos.

Los empresarios, a pesar de haber sido beneficiados con la medida, ya que la expropiación

implicaba el saneamiento de sus pasivos y su cargo al erario público y una compensación,

acudieron a los tribunales mexicanos, amparándose de esta acción gubernamental.

Arturo Hervís Reyes, dirigente cañero de Veracruz y diputado federal, señalaba en 2002,

que los dueños de los ingenios expropiados buscaban revertir las medidas de expropiación e

incluso reveló que el consorcio azucarero GAM cabildeó en EE UU, para que el gobierno

de Vicente Fox ―de manera poco clara y seria no concurriera, dentro de los términos

legales, a presentar los informes justificados de su decreto de expropiación ante el Poder

Judicial‖, lo que facilitó que un buen número de consorcios azucareros obtuvieran años

más tarde un fallo favorable de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.. subrayaba, que

el costo de la expropiación ―es muy alto‖, ya que al dinero invertido por el gobierno federal

a partir de la expropiación, habría que sumarle las cuantiosas sumas de indemnización a los

ingenios, en caso de que el gobierno federal perdiera los amparos, como sucedió años más

tarde (revista Proceso, 2012).

Howard (2013) informa que hasta 2014, de los 27 ingenios expropiados en 2001, 14

ingenios regresaron a sus propietarios originales, esto como consecuencia de la solicitud de

125

amparo que los propietarios de los ingenios tramitaron ante la Suprema Corte de Justicia de

la Nación quien falló a su favor, sin embargo, los ingenios devueltos ―no fueron saneados

completamente, no mejoró su producción ni tuvieron mejoras en su infraestructura‖.

Agrega que 4 de los ingenios expropiados fueron vendidos entre 2005 y 2011 y 9 que se

encuentran en espera de una resolución judicial. Estos últimos pertenecientes al Consorcio

Azucarero Escorpión CAZE (Howard; 2013).

Antes de su expropiación, los dueños de los 27 ingenios tenían adeudos con Hacienda,

IMSS, Financiera Nacional Azucarera, Bancomext, FIRA (del Banco de México), Banrural,

con la banca comercial, Conagua, así como adeudos con productores y jornaleros, que en

total se evaluaba en aproximadamente 3 000 millones de dólares que venían cargando los

dueños de los ingenios beneficiados en los tiempos salinistas.

―La privatización de 27 ingenios que decretó Fox y mantuvo Calderón, tuvo un costo fiscal

para el país de 19 mil millones de pesos, advierte la Auditoría Superior de la Federación‖

(Howard; 2013)

Por lo que el episodio de la Estatización de los Ingenios efectuada por el gobierno de

Vicente Fox se parece más a un Fobaproa Azucarero que a una expropiación que buscara la

reestructuración de la industria, no se transparentaron los adeudos que los grupos

involucrados tenían y la industria sigue en crisis permanente a pesar del alto costo fiscal

que ha implicado.

La medida expropiatoria y los siguientes años en los que se volvió a presentar una amplia

intervención estatal en la agroindustria azucarera, no se complementó con otras acciones

que permitieran su diversificación y modernización.

126

4.4 Comportamiento económico reciente de la agroindustria azucarera nacional

A continuación se presenta de manera somera el comportamiento de la agroindustria

azucarera en el periodo reciente. La información estadística que trabajamos en este capítulo

coincide con los ciclos de zafra en México.19

4.4.1 La agroindustria azucarera en el contexto global.

El mercado internación del azúcar, se caracteriza porque la producción y consumo de

endulzante se concentra en un pequeño número de países, (menos de 10), que según

Hernández y Barajas (2000) se caracteriza por tener una estructura ―dual‖ que se configura

de la siguiente manera: a) un primer mercado altamente protegido y determinado por

―cuotas de exportación‖, fijadas por el gobierno estadounidense: a cada país exportador se

le asigna el volumen máximo de la cantidad de azúcar que puede vender a un precio

elevado que se fija a través de acuerdos negociados; b) Un segundo mercado libre, con

precios muy inferiores al mercado de cuotas, pero sin límites a la cantidad de exportación.

Cabe mencionar que el precio de mercado libre es siempre menor a su precio en el mercado

interno y del de cuota, debido a las políticas gubernamentales de protección a sus

productores cañeros, ingenios y comercializadoras.

El mercado azucarero mundial actualmente se caracteriza por una creciente oferta que

tiende a ser mayor a la demanda, también creciente, en donde se encuentran por un lado,

países con tecnología moderna y ventajas considerables ya que pueden diversificar el uso y

destino de sus materias primas o aún prescindir de ellas; y por otro lado, existen países

donde sus ventajas comparativas, derivadas del clima, la mano de obra barata o la

diversidad biológica, se desvanecen al competir con países que han adoptado nuevas

tecnologías e innovaciones importantes no solamente en el ámbito de la producción de

19

En México el periodo de zafra va de noviembre a julio, tiempo que coincide con la madurez y la cosecha

de la caña, en el cual todos los ingenios en México se concentran en la producción de azúcar que servirá para

satisfacer la demanda nacional e internacional. De acuerdo a la Real Academia española, se entiende como

zafra al tiempo que dura el proceso a través del cual se cosecha la caña y fábrica el azúcar. Atraviesa por

varias etapas, todas de gran importancia y entrelazadas, lo cual permite aumentar (o en su defecto disminuir)

la calidad del azúcar al final del proceso.

127

azúcar de caña, sino también en la producción de sustitutos como el JMAF, gracias al

desarrollo de la biotecnología. (CEFN, 2005).

Durante los años trascurridos del presente siglo el mercado azucarero internacional se ha

caracterizado por oscilaciones, que pasan por periodos en los que se ha presentado una

relativa escasez del producto, a periodos caracterizados por una sobreoferta del producto.

Se presenta a continuación un breve análisis de coyuntura, a partir de los datos obtenidos de

los ciclos de cosecha de caña 2005/2006 al 2013/2014. Los ciclos corresponden al periodo

de zafra, en México inicia aproximadamente en el mes de Noviembre y termina en Junio

del siguiente año, dependiendo de la capacidad de molienda de cada ingenio.

La gráfica 4.1 presenta el comportamiento de la producción y el consumo mundial de los

últimos 9 ciclos, medidos en millones de toneladas, comparados con el comportamiento del

precio del azúcar en los mercados internacionales, valuado en centavos de dólar por libra;

se puede visualizar que a la situación de crecimiento en los niveles de producción, consumo

y precios que se presentó en el mercado internacional a partir del ciclo 2005/06, se mantuvo

hasta el ciclo 2008/09, año en el que caen los niveles de producción, aunque en este mismo

ciclo, el consumo siguió su tendencia creciente, motivado por la caída precio del azúcar

ocurrida en ciclos anteriores; a partir de este momento, se inició una fase ascendente en los

niveles de producción y consumo que duró hasta el ciclo 2012/13. Gráficamente pude

visualizarse que en el ciclo 2010/11, el mercado azucarero mundial llegó a un nivel cercano

al equilibrio entre la oferta y la demanda, iniciándose a partir de ese momento una caída en

el precio del azúcar, que sin embargo no se reflejó de inmediato en la reducción de la

producción mundial del endulzante, toda vez que la reducción de su precio, mantuvo la

demanda de producto, que estimuló a la vez a la oferta que mantuvo su tendencia

ascendente a un ritmo mayor que la demanda, hasta perder ambas variable su dinamismo en

el ciclo 2013/2014.

128

Gráfica 4.1. Comportamiento del mercado azucarero internacional

(2005 – 2014 Producción, consumo y precios)

Fuente: (Maluenda, 2014);

ISA: International sugar Agreement: (Convenio internacional del azúcar)

ISO: International sugar Organization: (Organización internacional del azúcar)

El comportamiento del mercado azucarero mundial ha provocado oscilaciones en demanda

que se explican por: a) los altos precios alcanzados en el periodo anterior que incidieron en

la baja en consumo, b) La presencia cada vez más fuerte en el mercado, de sustitutos del

azúcar, en especial los jarabes de maíz de alta fructosa (JMAF), utilizados en la producción

de bebidas embotelladas que remplazan al azúcar como materia prima c) La diversificación

en los principales países productores de caña de azúcar, orientada a la fabricación a gran

escala de biocombustibles, (etanol). d) Cambio en los hábitos y en la dieta alimenticia de un

sector cada vez más importante de la población.

De acuerdo a la Organización Internacional del Azúcar (ISO por sus siglas en inglés)20

, la

recuperación del mercado azucarero que se presentó partir de la segunda mitad de la década

pasada se explicó tanto por el ascenso en los niveles del consumo mundial del endulzante,

como por los déficit del producto en EE.UU. que permitieron un alto y sostenido ascenso

en los precios del azúcar; que estimularon los aumentos constantes de la demanda del

20

Citado por SAGARPA (2014)

129

endulzante y los consiguientes incrementos en la producción a nivel

internacional.(SAGARPA, 2014).

La evolución del precio del azúcar a nivel mundial, es un indicador importante, de acuerdo

a Vergara y Díaz, (2010) los precios:

―aumentaron de 180 a 384 dólares por tonelada entre 2000 y 2009, lo que significó una tasa

de crecimiento media anual de 8.8%, mientras que tan sólo en 2009 el aumento fue de

31.5%, [originada por] la menor producción mundial (8.5%) en 2008/2009, debido a efectos

climáticos adversos en Brasil y la India (las potencias mundiales de la producción de

azúcar) y el incremento de la demanda en el mundo (1.8%), ambos factores provocaron un

déficit de 11.3 millones de toneladas y una reducción en las reservas mundiales de 9.0

millones de toneladas, estos acontecimientos presionaron el precio del producto, el cual al

finalizar la década alcanzó su nivel más alto" (Vergara y Díaz, 2010: 14).

4.4.2 Comportamiento del mercado azucarero nacional

En los años recientes, México se ha consolidado como el sexto productor de azúcar (con el

4.0% de la producción mundial en ciclo 2012/13), elevando considerablemente su cuota de

exportaciones en el complicado mercado azucarero mundial. Estados Unidos no obstante

ser el quinto productor de azúcar (4.5%), cubre parte de los déficit de su consumo interno

con importaciones de México.

De acuerdo al TLCAN, México tiene una posición preferente en la asignación de cuotas de

importación en el mercado preferente de EU: De acuerdo a SAGARPA (2014):

―en este clima favorable, en el ciclo azucarero 2012/13, la producción de azúcar se

incrementó en nuestro país, a consecuencia de los altos precios del azúcar observados en

periodos anteriores, que incentivaron la siembra de caña en superficies adicionales y las

condiciones climáticas favorables, por lo que las exportaciones de México alcanzaron la

cifra histórica de 2.2 millones de toneladas, de las que 1.9 millones fueron en el marco del

TLCAN y 151 mil a otros destinos‖ (SAGARPA, 2014:12).

130

Gráfica 4.2. Exportaciones de azúcar (toneladas). Ciclos 2008/09 a 2012/13

Fuente ((SAGARPA, 2014))

La participación del azúcar mexicana en el contexto global se da en un entorno complejo de

gran intervención gubernamental en la mayoría de los países productores de azúcar,

incluyendo Estados Unidos, que utilizaron subsidios para sostener bajos los costos de

producción y permitir el ingreso de sus productores en los mercados internacionales

Apoyos de diversa índole existen también en la Unión Europea, India, China y Brasil, entre

otros de los principales países productores de azúcar.

Superficie industrializada y producción de Caña de Azúcar.

En los años que se analizan en este apartado, la superficie industrializada, entendida como

la cantidad de hectareas que se destina para la siembra de caña y su posterior

transformación en azúcar en los ingenios nacionales, se ha incrementado de manera

sostenida, como puede verse en el cuadro 4.1 y en la gráfica 4.3.

131

Cuadro 4.1. Superficie Industrializada y producción de caña de Azúcar en México 2006-2013

Zafra Superficie Industrializada

(Has)

Producción de caña de Azúcar

(ton)

Rendimiento:

(ton/Ha)

2006/07 675415 49025605 72.6

2007/08 683008 48304648 70.7

2008/09 663057 42516838 64.1

2009/10 647427 43370288 66.9

2010/11 673480 44131329 65.5

2011/12 703761 46231229 65.7

2012/13 780254 61438539 78.7

Fuente: (SAGARPA, 2014)

Gráfica 4.3. Producción de caña de azucar (toneladas)

Ciclos 2006/07 a 2012/13

Fuente: (SAGARPA, 2014)

De acuerdo a la información de SAGARPA (2014), el campo cañero mexicano se ha

comportado en los años recientes de la siguiente manera:

132

―La superficie industrializada de caña de azúcar en nuestro país, pasó de 675.4 mil

hectáreas promedio en el periodo 2007 -2012 a 780.3 mil hectáreas en el ciclo 2012/13

superficie 10.9% superior a la industrializada en el ciclo anterior, (2011/12), [dicho

incremento fue] ―motivado por el incremento en los precios del azúcar registrado en el

periodo 2009-2011, pero generando un excedente de caña en el momento en que el mercado

regional, TLCAN y global también tenían un superávit.

[…] La producción de caña de azúcaren el ciclo 2012/13 fue 61.4 millones de toneladas,

que representa una incremento de 32.9% con respecto al ciclo precedente (2011/12) y

35.1% a la producción promedio del periodo 2007-2012, [que fue motivado] por el aumento

de la superficie sembrada y el incremento del rendimiento en el campo.

El rendimiento en el campo que se obtiene al dividir la producción nacional de caña entre el

total de la superficie cosechada fue de 67.6 toneladas por hectárea para el periodo 2007-

2012, Para el ciclo azucarero 2012/13, el campo nacional arrojó un rendimiento de 78.7

toneladas de caña por hectárea, el más alto que se tenga registro. Este hecho se explica por

las excelentes condiciones climáticas que se presentaron en dicho ciclo. (SAGARPA, 2014:

12).

Gráfica 4.4. Rendimiento caña de azúcar. Nacional 2006-2013)

(Producción de caña de azúcar/Superficie cultivada. Toneladas)

Elaboración propia, datos de SAGARPA )2014)

133

Producción de azúcar.

Los buenos resultados de las zafras que se señalaron anteriormente permitieron abastecer a

los 55 ingenios del país, que mostraron en los años recientes un comportamiento dinámico,

a pesar de la obsolescencia tecnológica de la mayoría de éstos y de las dificultades

financieras de los productores cañeros, que fueron afectados en su rentabilidad por la

inestabilidad de los mercados, tanto nacional como internacional.

Como puede verse en el cuadro 4.2, la producción de azúcar de los ingenios mexicanos,

durante el periodo 2003 – 2012, mantuvo un ritmo de crecimiento en promedio superior a

los 5 millones 200 mil toneladas por ciclo agrícola.

Cuadro 4.2.Agroindustria Azucarera Mexicana (2003-2013) (toneladas)

Ciclo (zafra) 2003/04 2004/05 2005/06 2006/07 2007/08 2008/09 2009/10 2010/11 2011/12 2012/13 2013/14

Producción

nacional azúcar 5040134 5814881 5298788 5332263 5537811 4977342 4824517 5199985 5066346 7000267

6039473

precio azúcar*

($/ton) 5383.15 5759.97 5932.77 6356.45 5996.13 6579.21 10222.26 10368.58 10617.72 6697.06 7099.83

Consumo Nacional

Aparente 5138348 5285888 5688760 5380262 5341323 5671491 5771256 5583825 5918292 5854086 5761102

Azúcar 4897274 4822959 5032048 4672213 4567558 4992976 4353546 3949983 4183097 4286887 4268961

% en el CNA 95.3 91.24 88.46 86.83 85.51 88.03 75.43 70.73 70.68 73.33

Alta Fructosa

(JMRF) 241074 462929 656712 708049 773765 678515 1417710 1633842 1735095 1567199 1492141

% en el total CNA 4.7 8.76 11.54 13.17 14.49 11.97 24.67 29.27 29.32 26.77

Precio de referencia del azúcar para pago de caña a los productores rurales.

Elaboración propia con datos de (Unión Nacional de Cañeros, 2013); ((SAGARPA, 2014))

CONADESUCA (2015)

Es importante observar que en la zafra 2012/13, la producción de azúcar en los ingenios

mexicanos fue de un poco más de 7 millones de toneladas, cifra 38.2% superior a la

obtenida en la zafra anterior; esta cifra representa una marca sin precedentes en la

agroindustria azucarera nacional, obtenida a pesar de la obsolescencia tecnológica de la

mayoría de los ingenios y a pesar de las dificultades financieras que pasaron a inicios de la

década pasada y que conllevaron a la intervención del Estado en una buena parte de ellos.

134

Sin embargo, dicha expansión sin precedentes de los ingenios nacionales presentada en el

ciclo 2012/2013 será difícil sostenerla en los siguientes ciclos, ya que todo indica que se ha

caído en una sobreoferta del producto.

Gráfica 4.5. Producción nacional de azúcar

Elaboración propia con datos de (Unión Nacional de Cañeros, 2013); ((SAGARPA, 2014))

La versión oficial (SAGARPA, 2014), señala que dicho incremento en la producción y en

la productividad de la agroindustria azucarera fue motivado:

―por el aumento poco planificado de la producción de caña de azúcar; pero generando un

exceso de oferta de azúcar que afectó al precio, tanto del azúcar como el de la caña, lo cual

afectó al ingreso de una gran cadena agroindustrial en la que participan muchas personas

del campo‖. Sin embargo dicha versión oficial deliberadamente soslaya que la sobreoferta

del azúcar tiene otra causa esencial: la política comercial mexicana de permitir

importaciones masivas de sustitutos del azúcar (JMAF), que han invadido el mercado

nacional y contribuido a que los precios del endulzante en México se desplomaran a partir

de 2013. En este mismo sentido se puede mencionar a la ausencia de una alternativa de las

135

autoridades mexicanas para enfrentar la inminente posibilidad de una crisis del sector ante

la caída de los precios internacionales del dulce que se habían presentado desde 2 ciclos

anteriores. (SAGARPA, 2014: 8).

Consumo de azúcar en México

Para estimar el nivel de consumo del azúcar en México se utiliza el concepto de Consumo

Nacional Aparente (CNA) que es un indicador de la disponibilidad de ese producto para el

consumo nacional, el cual se obtiene a partir de la suma de la producción nacional y de las

importaciones menos las exportaciones, (Vergara y Díaz, 2010).

La gráfica 4.6 nos permite visualizar que durante el periodo 2000-2004 el CNA de azúcar

en México fue similar a la producción de azúcar y en ocasiones creció en una proporción

mayor a la oferta; lo que se traduce en la ausencia de excedentes del producto para

exportar. De 2005 a 2007, la producción superó discretamente el nivel del CNA y a partir

de 2008 se representaron diferencias cada vez mayores entre la producción y consumo del

azúcar nacional, lo que ha permitió un balance superavitario para el país en el comercio

exterior de azúcar. Para el ciclo azucarero 2012/13, la producción de azúcar fue de mayor a

los 7 millones de toneladas, y el consumo nacional aparente fue de 4.3 millones de

toneladas, obteniendo un superávit sin precedente de 2.7 millones de toneladas. Ante esto,

actualmente el nivel de producción asegura el consumo nacional. De acuerdo a SAGARPA,

(2014) las exportaciones de azúcar hacia Estados Unidos en ese periodo casi se duplicaron.

Sin embargo, este comportamiento a pesar de ser favorable no refleja el real deterioro de la

agroindustria azucarera, ya que no incluye el consumo nacional de productos sustitutos

como el jarabe de maíz de alta fructuosa (JMAF), que ha desplazado una buena proporción

del consumo de azúcar en una proporción cercana al 30%, y se ha constituido como el

principal insumo de la industria refresquera mexicana, tal como se puede ver en las

siguientes gráficas:

136

Gráfica 4.6. Producción nacional y consumo nacional aparente

(miles de toneladas de azúcar)

Elaboración propia con datos de (Unión Nacional de Cañeros, 2013); ((SAGARPA, 2014))

Gráfica 4.7. Participación de los edulcorantes en el consumo nacional

Elaboración propia con datos de (SAGARPA, 2014)

137

Gráfica 4.8. Particpación de los edulcorantes en el mercado nacional

Elaboración propia con datos de (SAGARPA, 2014).

Comportamiento del precio del azúcar en el mercado nacional.

Durante el periodo comprendido en los ciclos 2003/04- 2011/12, los permanentes aumentos

de la demanda tanto nacional como internacional se tradujeron en aumentos del precio del

azúcar en el mercado nacional como puede ver en la gráfica 4.9; sin embargo dicha

tendencia se rompe de manera abrupta en el ciclo 21012/13 con la caída del precio del

endulzante.

138

Gráfica 4.9. Comportamiento del precio del azúcar en el mercado nacional

Elaboración propia con datos de (SAGARPA, 2014)

4.4.3 La coyuntura actual.

Nos referiremos ahora a la situación actual, caracterizada por una crisis, cuya expresión

más virulenta, se presenta en el desplome de los precios del azúcar en México, que se dio

partir del ciclo 2012/ 2013, (periodo que coincidió con nuestra investigación en campo) y

que ha implicado profundas consecuencias en el proceso productivo y fundamentalmente

en las relaciones sociales de la agroindustria azucarera.

Como se desprende de la estadística presentada en el apartado anterior, el ciclo 2011/2012

marca el final de una fase expansiva de la agroindustria azucarera nacional, presentándose a

partir de ese momento dificultades para mantener los ritmos de crecimiento en campo e

ingenio que se presentaron en los años anteriores. A lo que se suma la falta de previsión de

empresarios industriales y autoridades agrarias que desestimaron los descensos de los

precios internacionales del endulzante que se habían presentado desde la zafra anterior.

139

En las entrevistas realizadas a productores cañeros21

y administradores de los ingenios del

Estado de Puebla, fue pregunta obligada su opinión acerca de la coyuntura económica por

la que atravesaba la agroindustria, determinada por la caída del precio del azúcar.

Al respecto, Roberto Lara dirigente de la Confederación Nacional de Productores rurales

(CNPR) del Ingenio de Atencingo en Mayo de 2013, nos informó:

―que a pesar de que los productores cañeros esperaban que en de 2013 el precio del azúcar

subiera, pues no, empezó a bajar, a bajar, el 23 de Enero decidimos tomar las bodegas y en

Febrero cerró a 430 pesos el bulto, pues ahí va, […] el ingenio empezó a preliquidar, dando

un adelanto de 550, pesos por tonelada de caña entregada, esperando liquidar otros 120

pesos más en Agosto, (bueno el sistema de pagos del ingenio consiste en que a los 30 días

de la entrega de la caña, por ley se paga una preliquidación equivalente al 80 por ciento del

valor y el restante se liquida en Agosto), sin embargo, horita la situación es de que nos

preliquidación a 550, y el precio real de la tonelada, ya haciendo un balance del mercado

nacional e internacional, nosotros pensamos que va a quedar en 515 en este año o 520 pesos

o sea del 20 por ciento que aún no nos pagan, nos van a descontar todavía 35 pesos, ya no

nos van a pagar la diferencia, entonces así esta de critica la situación que estamos pasando‖

(Entrevista al Ing. Roberto Lara, dirigente de la CNPR del Ingenio de Atencingo, 4 de junio

de 2013).

El Sr. Lara pronosticaba que en el ciclo 2012/13

―la producción andaría por 6 millones 300 mil toneladas, lo que aunado a una caída

del consumo nación a 4 millones 300 mil toneladas: Estamos hablando ahorita de 2

millones de toneladas que van a tener excedentes, […] les decimos al gobierno

límpienos el mercado, expórtelas, estamos hablando que el precio internacional que

paga Estados Unidos es un poquito más alto de lo que es el mercado mundial, a

donde sea sácalas, tu metiste azúcar, tu sácala, que te cueste a ti, […] lo que

21

En las entrevistas abiertas que se realizaron durante el trabajo de campo tanto a productores cañeros como a

los gerentes de los 2 ingenios ubicados en el estado de Puebla, coincidieron en que el comportamiento del

precio del dulce es fundamental en su toma de decisiones, marcada por la caída de la rentabilidad y la

consiguiente absorción de los costos de producción que no declinan, que son referencia en otros apartados de

la presente investigación como puede verse. Sin embargo en este apartado se cita a un representante de los

productores agrícolas, dado que nos informó de datos concretos de la evolución de los precios del dulce en la

coyuntura actual, que es el tema de dicho apartado.

140

queremos, que el año que entra entremos a un mercado sano, en el que tenga como

reserva, la reserva propia que deba tener el país, para hacerle frente a las

necesidades‖ (Entrevista al Ing. Roberto Lara, dirigente de la CNPR del Ingenio de

Atencingo, 4 de junio de 2013).

En una entrevista, por separado el Sr José Benitez S. representante de la Coordinadora

Nacional de organizaciones cañeras independientes al respecto señalaba:

―mire, los compañeros aquellos de la CNC y de la CNPR dicen ―es que tuvimos una zafra

record: que 240 mil toneladas de azúcar‖, [en Atencingo] que no se hagan […].y porque no

nos dicen el precio como está y […] que una zafra record va combinada con la alta

productividad y con buenas utilidades para los cañeros, porque en realidad no hay utilidades

para un cañero ahorita, y como puede ser posible, si en la zafra anterior, nos pagaron a 805

pesos ,ahora nos van a pagar a 515‖ (Entrevista al Sr. José Benitez, dirigente de la CNOCI

del Ingenio de Atencingo, 4 de junio de 2013).

El desplome de los ingresos de los productores cañeros que la crisis de 2013 provocó y que

como respuesta los impulsó a realizar movilizaciones y acciones tales como la toma de las

bodegas de los ingenios, en la mayoría de las regiones cañeras del país, presionó a que el

gobierno federal a través de SAGARPA otorgara a los productores cañeros del país una

ayuda equivalente a 1900 pesos por hectárea durante los ciclos agrícolas 2012/13 y

2013/14.

Este apoyo del gobierno mexicano provocó una respuesta en Octubre de 2014 de la

American Sugar Alliance, (organización de productores y procesadores de azúcar

estadounidenses), protestando porque las importaciones de azúcar mexicana subsidiada

inundaba el mercado de Estados Unidos y presionando al gobierno norteamericano a tomar

medidas arancelarias y de cuotas compensatorias al endulzante mexicano, y de esta manera

obligar al gobierno mexicano a no otorgar subsidios a sus productores cañeros (El

Financiero 21 de octubre 2014)

Como se ha visto, el precio del azúcar ha condicionado determinantemente los ascensos o

descensos de los niveles de producción de la agroindustria, desde luego que a nivel

141

microeconómico, también los actores que participan en la agroindustria toman decisiones a

partir de este indicador.

Las relaciones sociales entre productores cañeros e ingenio desde la puesta en marcha de

las reformas neoliberales en el campo, quedaron condicionadas al precio que el azúcar

alcanza en el mercado que determina a su vez, lo que el ingenio les paga a aquellos por su

cosecha de caña. Esto es las relaciones sociales en la agroindustria azucarera nacional

también están condicionadas por las fluctuaciones del precio del dulce mercado tanto

nacional como internacional, lo que constituye una de las fuentes más importantes del

conflicto social.

La idea de integrar a los campesinos cañeros en la lógica neoliberal, los ha arrojado

también a un ambiente dominado por la incertidumbre o peor aún a un ambiente marcado

por un mercado complejo dominado por EE.UU.

4.5 Importancia de la Región Puebla en la agroindustria azucarera nacional.

Históricamente la región cañera del Estado de Puebla, México ha tenido una gran

importancia económica tanto a nivel local, como nacional por ser una las zonas más

productivas del país; colindante con el Estado de Morelos conforma un territorio de enorme

potencial agroecológico, para el cultivo sustentable de la caña de azúcar y su

transformación industrial en azúcar y sus derivados.

En el cuadro 4.3 se puede ver que la contribución de Puebla, en la agroindustria azucarera

nacional es notable, a pesar de que solamente participa con el 2.28 % de la superficie

industrializada, contribuye con el 3.7 % de la caña producida para los ingenios nacionales y

con el 4.2 % de la producción nacional de azúcar, lo cual refleja que sus rendimientos de

caña por hectárea y de azúcar por hectárea son 149% y 154%, porcentajes superiores a la

media nacional y de los más elevados del país.

142

Cuadro 4.3. Producción Nacional de Azúcar de Caña

(promedio anual zafra 2010 -2014)

Nacional Puebla participación

a nivel nacional

Superficie

Industrializada:

758165.3 Has 17 308 Has 2.28 %

Caña Molida Bruta: 53.9 millones de ton 2.01 millones de

ton

3.7 %

Azúcar Producida: 6.03 millones de ton 254,612 ton 4.2%

Caña por hectárea: 71.03 ton. 105. 57 ton +149%

Azúcar por hectárea: 7.93 ton. 12.25 ton +154%

Fuente: Unión Nacional de Cañeros, A.C.-CNPR (2014)

4.5.1 Heterogeneidad productiva de la Región Puebla

Puebla representa un ejemplo muy claro de la heterogeneidad de los ingenios nacionales, ya

que aunque operan únicamente dos (Atencingo y Calipam) estos son marcadamente

diferentes.

Se ha propuesto analizar la heterogeneidad de los ingenios mexicanos a través de algunas

tipologías, una de ellas propone compararlos a partir de los datos absolutos de la superficie

industrializada, caña cosechada y de la cantidad de azúcar producida; sin embargo ésta

metodología soslaya aspectos fundamentales como los rendimientos productivos, la

modernización y la sustentabilidad, además de que se corre el riesgo de que se ubique en

los primeros lugares a ingenios que elaboran altos volúmenes de azúcar a pesar de tener

bajos rendimientos en campo o en ingenio. Este tipo de tipología también puede provocar

que no se clasifique adecuadamente al ingenio, al contabilizar una mala cosecha o una

caída en la producción de azúcar, debido a la problemática financiera, de baja de demanda

por la caída de los precios, etc.

Aguilar (2011) esboza una tipología más amplia, propone catalogar a la agroindustria

azucarera mexicana a partir de comparativos referentes a la competitividad en relación a los

mercados nacional e internacional, así como a alternativas de diversificación a partir de la

elaboración de coproductos y subproductos; por lo que dicha metodología debe incluir

factores como costos de producción, innovación tecnológica, sustentabilidad energética,

diversificación, etc. Sin embargo, el autor únicamente bosqueja dicha tipología, no la

143

desarrolla, sin embargo marca la pauta de lo fructífero que resultaría desarrollarla

incluyendo las variables señaladas, lo que arrojaría resultados de gran utilidad y por ende

una visión más cercana a la problemática real que enfrenta la agroindustria.

La tipología más utilizada (Arguello, 2009; Aguilar 2011) es la que se establece a partir de

la comparación de los rendimientos combinados de campo y planta vistas a partir de los

indicadores: toneladas de caña cosechadas/ azúcar producida por hectárea. En México,

encontramos ingenios con altos rendimientos de campo que coexisten con unidades con

rendimientos menores a la media nacional; que manifiesta una marcada heterogeneidad

productiva, lo que sin duda es un elemento fundamental a considerar en el estudio de la

agroindustria y proporciona elementos para explicar sus problemas de competitividad

internacional, que igualmente determina su situación técnica y financiera, repercutiendo

también en problemas de escasa ocupación, incumplimiento en los pagos a los productores

cañeros, problemas de financiamiento, diferenciales de rentabilidad, entre otros.

Siguiendo dicha metodología, se elaboró el cuadro 4.4 en el que pude verse la

heterogeneidad que presentan los 2 ingenios poblanos en superficie industrializada, cosecha

de caña y azúcar producida, lo que nos deja ver el tamaño físico muy diferente en cada uno;

en lo que respecta a los indicadores de rendimiento, (producción de caña por hectárea y

producción de azúcar por hectárea) podemos visualizar que ambos ingenios se ubican por

encima de la media nacional, aunque Atencingo supera a Calipam, en cada uno de estos

aspectos en 31.05 % y 72.82% respectivamente.

144

Cuadro 4.4. Comparativo entre los ingenios de Puebla, México.

(Promedio anual zafra 2010 -2014)

Nacional Atencingo Calipam

Superficie

Industrializada

758165.333 has. 15,247 Has 2,060 Has

Caña Molida Bruta: 53.9 millones de ton 1.825 millones de

ton

185,777 ton

Azúcar Producida: 6.03 millones de ton 236, 392 ton 18 219 ton

Caña por hectárea: 71.03 ton. 119,769 ton 91.39 ton

Azúcar por hectárea: 7.93 ton. 15.52 ton 8.98 ton

Fuente: elaboración propia con datos de Unión Nacional de Cañeros, A.C.-CNPR (2013)

Por otra parte Juvenal et al (2014) elaboran otra tipología para ubicar la heterogeneidad de

la agroindustria azucarera mexicana, ―donde existen ingenios y campos cañeros que

producen con muy variados estándares de calidad, que se ha traducido en la subsistencia de

ingenios azucareros y campos cañeros operando con altos costos y bajos niveles de

competitividad‖. En esta tipología comparan el desempeño competitivo de la agroindustria

de la caña de azúcar, utilizando los siguientes indicadores: rendimiento de campo,

rendimiento de fábrica y el rendimiento agroindustrial. ―Las variables (parámetros)

seleccionadas para el subsector fábrica fueron: KARBE (kg de azúcar recuperable base

estándar) por tonelada de caña neta (kg), consumo de petróleo en molienda (L) e índice de

sustentabilidad de fábrica; en tanto que para el subsector campo, se seleccionaron el

rendimiento en campo (t/ha), el costo de producción por tonelada ($/t) y el índice de

sustentabilidad de campo‖ (Juvenal, et al 2014: 16).

El estudio de Juvenal et al, concluye con el cuadro 4.5, donde se ubica a Atencingo en los

ingenios que combinan una eficiencia alta en Campo y una eficiencia alta en fábrica, en

tanto que Calipam se ubica en eficiencia media en campo, con eficiencia en baja fábrica, lo

que nos deja una idea muy cercana de la heterogeneidad que priva en los 2 ingenios

ubicados en el Estado de Puebla.

145

Cuadro 4.5. Tipología de ingenios mexicanos y zonas de abasto con base en su eficiencia de

fábrica y campo

Tomado de Juvenal (2014)

Por otra parte, los datos proporcionados por la Unión Nacional de Cañeros, (CNPR), que se

condensan en el cuadro 4.6, permiten profundizar en un análisis comparativo de indicadores

de sustentabilidad que presentan los 2 ingenios poblanos.

De esta manera es posible ubicar que Atencingo ha avanzado en cosechar la caña

mecánicamente en 9.22% de la caña que procesa, que le ha permitido abandonar en esa

proporción la quema de la caña en la zafra; en tanto que Calipam no ha tenido ningún

avance al respecto. El tiempo perdido en fábrica (que se imputa a fallas en maquinaria y

equipo durante la molienda de la caña), en Atencingo equivale al 6.8%, en tanto que en

Calipam representa el 25.13 %, lo que refleja un mayor nivel de obsolescencia del equipo y

146

problemas técnicos derivados de la escasez de agua que obliga a paros forzosos22

. En lo

referente al consumo energético, Calipam consume cerca de un millón 400 mil litros de

petróleo, cantidad mayor que Atencingo a pesar de que éste último ingenio produce azúcar

en una proporción 12 veces mayor; en lo referente a la generación de energía eléctrica por

parte del ingenio, Atencingo genera más de 29 millones de KWH, que le permite consumir

electricidad generada por la Comisión Federal de Electricidad en una proporción casi 3.5

veces menor que Calipam, (lo que ha disminuido sus costos de producción). Los anteriores

datos permiten asegurar que las asimetrías entre los dos ingenios ubicados en el territorio

poblano, se dan tanto en lo referente a la producción, capacidad instalada, como en su

consumo energético.

Cuadro 4.6. Indicadores ambientales de la zafra de los Ingenios de Puebla

(zafra 2011/2012)

Nacional Atencingo Calipam

Caña cosechada mecánicamente 18.02 % 9.22% 0.0%

Caña alzada mecánicamente 81.02% 100% 100%

Tiempo perdido en Fábrica 7.96% 6.87% 25.137%

Petróleo consumido en Fábrica 78 033 334 lts. 1 073 491 lts 1 390 252 lts

Generación de energía eléctrica 795 293 031 KWH 29 224 400 KWH 1 537 200 KWH

Consumo de energía eléctrica

CFE

126 000 KWH 126 000 KWH 453 100 KWH

Consumo de energía eléctrica por

Ton de caña

18.25 KWH/TON 17.02 KWH/TON 11.95 KWH/TON

Fuente: Unión Nacional de Cañeros, A.C.-CNPR (2013)

Esta información permite también constatar la presencia de diferentes realidades de

productividad y de solvencia económicas en ambos ingenios, la información

22 En el trabajo de campo el gerente de Calipam nos reveló: ―Aquí, tenemos una problemática muy fuerte, los

ingenios para tener resultados no deben parar, y yo tengo que estar parando cada 8 días, por lo menos 24

horas para hacer limpieza a todos los tubos, meladoras, a los tachos y a los evaporadores porque el ingenio no

tiene un doble sistema de evaporación, que permitiría darle mantenimiento a uno en tanto el otro sigue

trabajando,[…] en otros ingenios la zafra dura un promedio de 6 meses, aquí no, duramos 3 o 4 meses

nadamás, porque se nos acaba el agua‖ (Entrevista con el gerente del Ingenio Calipam, Ricardo Janeiro, 6 de

Marzo de 2014).

147

bibliohemerográfica que consultamos, permitió evidenciar que Calipam, enfrenta serios

problemas de índole financiera que no le permitieron solventar las liquidaciones a sus

cañeros, razón por la que muchos de ellos, llevaron su caña a otros ingenios ubicados a

mayor distancia, con la consiguiente pérdida de una buena parte de sus ingresos, lo que ha

empeorado la situación productiva de la región cañera de Calipam, que a pesar de contar

con la ventaja competitiva de producir azúcar orgánica, no se refleja en sus indicadores de

rendimiento en fábrica ni en la mejora económica a los productores cañeros, ni como se vio

anteriormente en mejorar la calidad de su consumo energético.

A las dificultades financieras – productivas se le puede agregar la problemática ambiental,

ya que de acuerdo a un estudio, y a nuestras entrevistas en trabajo de campo, este ingenio

no ha modernizado su equipo y la región ya tiene serios problemas de abastecimiento de

agua, por lo que se han realizado reuniones entre cañeros y autoridades del ingenio para

compartir y racionalizar su uso (Milenio Diario, 2013).

Una situación muy diferente priva en Atencingo, que de acuerdo a SAGARPA vive un

momento de inversión y modernización; que le ha permitido la reducción en sus costos

unitarios, la expansión de su capacidad instalada, una modernización campo y por ende un

menor impacto ambiental, además de avanzar en la mecanización de la cosecha, menor

tiempo perdido en fábrica, reducción en el consumo de petróleo en fábrica y menor

consumo de energía eléctrica (dado que utiliza el bagazo como combustible).

―se ha aplicado recientemente una tecnología de mejoramiento de variedades, combate de

plagas y uso adecuado de agua, así como una estrategia coordinada entre productores para

realizar la zafra, en 2010-2011…mediante la incorporación de tecnología, variedades

mejoradas, sistemas de riego por goteo …gerentes del Ingenio informaron que tienen en

marcha un Plan Estratégico para la zafra 2015-2016 que les permitirá obtener una

producción de 1.7 millones de toneladas de caña, superior a la actual de alrededor de 1.5

millones. …se realiza un uso eficiente del agua mediante la incorporación de sistemas de

riego tecnificado y prácticas de manejo, como trabajos de revestimiento o entubamiento de

canales, multicompuertas, surco alterno, aspersión y pivote central y riego por goteo.

…Además, labores de fertilización dirigida, que comprende la realización del análisis de

suelo y puesta en práctica de recomendaciones de aplicación de abonos químicos y

orgánicos a nivel parcelario. Con estas acciones, en el sector se avanza hacia la agricultura

148

de precisión y sustentabilidad, destacaron. Otro factor es el mejoramiento de la fertilidad

del suelo por medio de la producción de composta, lombricomposta e incorporación de

residuos de cosecha para incrementar el contenido de la materia orgánica, lo cual permite

conservar la humedad y mejorar la estructura de la tierra fértil‖. SAGARPA, (2013:23)

Atencingo y los ingenios de Morelos conforman la zona más productiva del país, a decir de

un representante de las organizaciones cañeras, que informa al respecto:

―optimizando los recursos, los costos siguen siendo más o menos los mismos pero de hace

unos 5 años para acá, vamos a cosechar con mayor orden las variedades, hemos visto cómo

el KARBE desde un principio es alto y se mantiene, normalmente tiene una curva

ascendente y luego se estabiliza, y luego cae. Este año (zafra 2012/13) por primera vez en

la historia cerramos prácticamente con el KARBE de manera ascendente, eso da como

resultado, que si es efectivo llevar un control de las variedades. […] todo esto aunado con el

alto rendimiento que se tiene en la zona, como un dato tenemos que en la zafra pasada

tuvimos un rendimiento récord de 112 toneladas de caña […] la meta siempre era un millón

y medio pero no llegábamos [a esa cifra], el año pasado se hizo mucha fiesta porque

llegamos a un millón setecientos veinte mil toneladas […] y la producción de azúcar arribita

de doscientas cuarenta mil toneladas […] también en los precios que se paga acá por

tonelada de caña, cada ingenio tiene su precio de caña que se maneja a partir del KARBE

promedio, por ejemplo el año pasado cuando aquí se pagó a 805 la tonelada cuando hubo

ingenios que lo pagaban a 650 pesos, Atencingo, solamente es superado por Zacatepec que

anda un poquito más arriba‖ (Entrevista al Ing. Roberto Lara, dirigente de la CNPR del

Ingenio de Atencingo, 4 de junio de 2013).

Pero Atencingo no está exento de problemas el Ing. Lara agrega:

―pero en cuanto a producción de azúcar nacional si es el más alto, pero eso hace que se

equilibre un poquito el grave problema que tenemos acá, que es el minifundismo aquí, al

hablar de productores de caña se está hablando de hectárea y media, que comparado por

ejemplo con Veracruz que cualquiera le habla de 50, 60 hectáreas, acá es un verdadero reto

que la gente con hectárea y media saque sus gastos […] lo vemos por el número de

productores, acá zaframos alrededor de 14,000 fracción de hectáreas y son cómo 9000

productores cañeros ‖ (Entrevista al Ing. Roberto Lara, dirigente de la CNPR del Ingenio de

Atencingo, 4 de junio de 2013).

149

En el mismo sentido, un productor afiliado a la Confederación Nacional de Organizaciones

cañeras independientes CNOCI, coincide que uno de los problemas mayores a los que se

enfrenta la producción de caña en Atencingo es ―la tenencia de la tierra, la mayoría es

ejidatario, minifundista, aquí el que menos tiene es media hectáreas y el que más tiene es de

dos y media a tres hectáreas […] la pequeña propiedad es igual, no llega a 5 hectáreas, para

que una familia viva es difícil‖ (Entrevista al Sr. José Benitez, dirigente de la CNOCI del

Ingenio de Atencingo, 4 de junio de 2013).

150

CAPÍTULO V. LAS TRANSFORMACIONES DE LAS SUBJETIVIDADES DE

LOS ACTORES SOCIALES DE LA AGROINDUSTRIA AZUCARERA EN EL

CONTEXTO NEOLIBERAL.

En este capítulo se pretende analizar la formación de las subjetividades colectivas a partir

de los roles que desempeñan los sujetos sociales en una estructura productiva, tanto en su

relación a partir de una actividad transformadora y apropiadora del medio, como de las

interacciones que se dan entre los sujetos vinculados entre sí por sentimientos de

pertenencia, lo que implica de acuerdo a Giménez:

―compartir un núcleo de símbolos y representaciones sociales y, por lo mismo, una

orientación común a la acción. [comportarse] como verdaderos actores colectivos capaces

de pensar, hablar y operar a través de sus miembros o de sus representantes según el

conocido mecanismo de la delegación (real o supuesta) que les permitan la construcción de

identidades alternativas al pensamiento hegemónico neoliberal‖ Giménez (2004:13).

La implementación del modelo neoliberal en el campo nacional ha implicado la

conformación de una estructura económica con rasgos esencialmente distintos a la de la

etapa desarrollista. La agroindustria azucarera registró profundas modificaciones en su

estructura y en consecuencia en el papel que juegan los sujetos sociales que participan en la

cadena productiva y en las relaciones de poder que se dan en este contexto.

Aunque de la Garza (1992) señala que es posible avanzar de una escala de sujetos y

proyectos del subordinado a lo autónomo. Respecto al concepto de hegemonía de un sujeto,

esta no puede derivarse solamente de situaciones estructurales, porque las identidades

autónomas no dependen solo de ellas, sino que se construyen. La capacidad de hegemonía

es la de influir en la reconfiguración de las identidades de los otros.

En la agroindustria azucarera, se presentan algunos ejercicios de autonomía y de resistencia

que dada las circunstancias de fracaso y frustración social que las transformaciones

neoliberales han motivado, pueden servir de referencia a alternativas diferentes que

constituyan lo que Zibechi ha denominado ―un nuevo mundo posible‖.

151

5.1 Los conceptos de sujeto, subjetividad colectiva e identidad

De acuerdo a Torres, en las ciencias sociales, durante mucho tiempo, se soslayaron la

subjetividad y la acción colectiva de los actores; dichos análisis daban énfasis a las

explicaciones basadas en la estructura social o en las condiciones objetivas de existencia de

los sujetos. ―El polo de la objetividad y de la racionalidad explicativa‖ orientó los grandes

relatos producidos por enfoques y teorías sociales como fueron las distintas versiones del

estructuralismo, el funcionalismo y los marxismos de corte determinista que ―dieron

prioridad a los factores objetivos de los procesos sociales, en detrimento de la dimensión

subjetiva y de los actores sociales‖. En los años recientes, con el surgimiento de nuevos

enfoques y nuevas rutas epistemológicas se ha reivindicado ―el polo subjetivo de los

procesos sociales y de la acción colectiva‖, destacando el papel activo de la subjetividad y

de los sujetos tanto en los procesos de construcción de conocimiento, como en la dinámica

histórica‖ (Torres, 2009).

Garretón se refiere al concepto de actor sujeto, como a

―los portadores, con base material o cultural, de acción individual o colectiva que apelan a

principios de estructuración, conservación o cambio de la sociedad, que tienen una cierta

densidad histórica, que se definen en términos de identidad, alteridad y contexto, que se

involucran en los proyectos y contraproyectos, y en los que hay una tensión nunca resuelta

entre el sujeto o principio constitutivo y trascendente de una determinada acción histórica y

la particularidad y materialidad del actor que lo invoca. No todo lo que se mueve o actúa en

una sociedad es un actor en el sentido sociológico del término, podríamos llamarlo

simplemente agente. Tampoco todo lo que llamamos actor es siempre portador de una alta

densidad histórica‖ (Garretón, 2002:9).

Agrega Zemelman (1992) que para avanzar en la dirección de una formación más amplia

del sujeto, que permita el distanciamiento de su contexto:

―se requiere colocar en la base del proceso de construcción del conocimiento (y de la

formación del sujeto) una subjetividad que se considere en su naturaleza constituyente. Ella

es la que permitiría, en última instancia, cuestionar los límites de lo cognitivo desde una

pluralidad de lenguajes que son los exigidos para distanciarse de los constructos. En este

sentido, el rescate de un juego de lenguajes para dar cuenta de una necesidad gnoseológica

152

más amplia, exigida por lo indeterminado, se corresponde con la exigencia de un

protagonismo del sujeto que no es sino el reflejo de que la realidad socio-histórica se

construye‖ (Zemelman, 1992:48).

Por su parte, la Nueva Sociología, pone énfasis en la explicación de dualidad: condiciones

objetivas de existencia y procesos subjetivos, poniendo énfasis en la subjetividad; Güel

(2001: 2) la define:

―como aquella trama de percepciones, aspiraciones, memorias, saberes y sentimientos que

nos impulsa y nos da una orientación para actuar en el mundo. Subjetividad social es esa

misma trama compartida por un colectivo. Ella le permite construir sus relaciones,

percibirse como un ‗nosotros‘ y actuar colectivamente. La subjetividad es parte de la

cultura, pero es aquella parte que es inseparable de las personas concretas. Por lo mismo

es la parte más cambiante y frágil de ella‖ (Güel, 2001: 3).

Profundizando Güel en las subjetividades colectivas, señala que

―la disposición de las personas a participar y a confiar en los escenarios institucionales y

estratégicos […] parece depender cada vez más de una condición muy básica: del grado de

seguridad, certidumbre, pertenencia y sentido que las personas obtienen de ellos para sus

vidas cotidianas. Y eso no se refiere tanto a los bienes materiales que consiguen, sino al

reconocimiento que reciben de su valía y esfuerzos, a los vínculos de confianza y

cooperación que promueven y al sentido de colectividad que instalan‖ (Güel, 2001: 3).

En relación a la identidad, Giménez la define a partir de los elementos centrales que la

componen:

―la capacidad de distinguirse y ser distinguido de otros grupos, de definir los propios

límites, de generar símbolos y representaciones sociales específicos y distintivos, de

configurar y reconfigurar el pasado del grupo como una memoria colectiva compartida por

sus miembros (paralela a la memoria biográfica constitutiva de las identidades individuales)

e incluso de reconocer ciertos atributos como propios y característicos ; también pueden

aplicarse perfectamente al sujeto-grupo o, si se prefiere, al sujeto-actor colectivo‖

153

Agrega:

―La identidad no es más que la representación que tienen los agentes (individuos o grupos)

de su posición (distintiva) en el espacio social, y de su relación con otros agentes

(individuos o grupos) que ocupan la misma posición o posiciones diferenciadas en el mismo

espacio. […] nunca desborda o transgrede los límites de compatibilidad definidos por el

lugar que ocupa en el espacio social‖. (Giménez, 2004: 11 -12 y 18.).

De esta manera, Giménez señala que la identidad de un grupo campesino tradicional

siempre será congruente con su posición subalterna en el campo de las clases sociales, el,

―no ser pretensioso‖, ni igualados‖, es una de las características. Eso se puede ver con

claridad en el caso de los campesinos, peones agrícolas, cortadores de cortadores de caña y

demás trabajadores de la agroindustria azucarera que a pesar de la explotación tan

descarnada, han soportado: condiciones precarias, bajos salarios, sufrimientos, despojos,

etc.

5.2 La participación de los actores sociales en la agroindustria Azucarera Nacional,

breve descripción histórica

5.2.1 La matriz sociopolítica nacional

La implementación del modelo neoliberal en el campo nacional y en la realidad concreta

del cultivo de la caña de azúcar ha implicado una recomposición en las relaciones sociales

que se dan a partir de dichas actividades. Este cambio en los actores sociales se da a partir

de la alteración de lo que Garretón denomina ―matriz sociopolítica latinoamericana‖ que

coincide temporalmente con lo que se ha denominado ―modelo desarrollista‖ y constituida

por la fusión de diferentes procesos históricos: desarrollo, modernización, integración

social y autonomía nacional. (Garretón, 2002):

Dicha matriz sociopolítica prevaleció desde la década de los treinta hasta los ochenta, de

acuerdo a las variaciones en los períodos de los países y cuyas principales características

fueron las siguientes

la fusión entre sus componentes, es decir, el Estado, los partidos políticos y los actores

sociales.

154

El Estado desempeñaba un rol referencial para todas las acciones colectivas.

Era un Estado con débil autonomía de la sociedad y sobre el que pesaban todas las

presiones y demandas tanto internas como externas.

En la matriz sociopolítica nacional, de acuerdo a Garretón, existía un actor social central

que define como el ―movimiento nacional popular‖, que abarcaba los diferentes

movimientos sociales, a pesar de sus particularidades

―era orientado hacia el cambio social y se identificaba como parte del ‗pueblo‘. Este último

era considerado como el único sujeto de la historia‖. El movimiento nacional popular se

caracterizaba ―en primer lugar ser la combinación de una dimensión simbólica muy fuerte

orientada al cambio social global con una dimensión de demandas muy concretas. Esto

significa la asunción implícita o explícita de la orientación revolucionaria aun cuando los

movimientos concretos fueran muy ―reformistas‖. En segundo lugar, la referencia al Estado

como el interlocutor de las demandas sociales y como el locus de poder sobre la sociedad‖.

(Garretón, 2002: 10)

Cañeros e industriales en el periodo desarrollista.

La etapa del llamado Desarrollismo se caracterizó por las elevadas tasas de crecimiento que

presentó la economía mexicana; estimuladas entre otros factores por la política oficial de

mantener congelados los precios de los principales productos agrícolas que componían la

canasta básica, con la finalidad de garantizar el consumo nacional y deprimir los salarios

urbanos industriales. El azúcar fue considerado como un producto fundamental en la

canasta de los bienes de subsistencia popular; la política de mantener durante muchos años

sin variación su precio, determinaba a su vez el precio de su insumo principal: la caña.

El azúcar fue incluida en la canasta básica oficial quedando su precio regulado de acuerdo a

los ―criterios sociales‖.

―La naturaleza popular del pan dulce, las bebidas embotelladas y otros alimentos populares

también sirvieron de excusa para establecer el control en los precios de la caña y sus

derivados destinados a tales industrias secundarias, los cambios en las demandas populares

y la constelación de políticas cambiantes repercutieron en la fijación de los precios fijados

por el gobierno y los subsidios públicos en los rendimientos reales tanto de los ingenios

155

como de los cañeros. Entre 1940 y principios de los años 70, los bajos precios de la caña

fijados por el gobierno de acuerdo con los criterios políticos persistieron como un factor

constante que daba por sentado en la determinación de los rendimientos de los cañeros,

durante este periodo la desventaja de los bajos precios de la caña fue compensada para los

cañeros en alguna medida por el hecho de que tales precios estaban garantizados por el

gobierno y no quedaban sujetos a las impredecibles fluctuaciones mercantiles‖. (Otero,

Singelmann 1996: 184).

El desarrollismo coincide cronológicamente con el periodo de vigencia de lo que Garretón

llama la matriz sociopolítica nacional. En la agroindustria azucarera en México, se presentó

una:

―armonía de intereses entre los funcionarios del gobierno y los dueños de los ingenios

azucareros, [la agroindustria] quedo cada vez más sujeta al financiamiento, la distribución y

los precios controlados por el gobierno, dicha intervención estatal, junto con los subsidios,

la regulación a la importación y las ganancias ocasionales de la exportación de azúcar

establecieron los parámetros para el rendimiento tanto de los cañeros como de los

ingenios‖ (Otero, Singelmann, 1996:186).

Tanto los agricultores como los industriales operaron bajo restricciones de precios oficiales,

balanceados por los subsidios públicos a los precios de garantía y las políticas comerciales

proteccionistas; ambos grupos siguieron estrategias propias de los campesinos pobres:

producir para obtener rendimientos bajos pero seguros. Las bancas de desarrollo operaron

como un contrapeso ante las eventualidades financieras provocadas por los accidentes

naturales y plagas que los campesinos pudieran tener en sus plantaciones.

Esta etapa se caracterizó por un amplio proteccionismo del Estado a los ingenios

nacionales, que de acuerdo a del Villar se concretaba en el control oficial de los precios

tanto del azúcar como de la caña de azúcar, esta regulación se estableció desde el decreto

cañero de 1944 en forma de una proporción del precio al que UNPASA liquidaba el azúcar

a los ingenios, con los precios de garantía que el ingenio les pagaba a los productores

cañeros.

156

Esta intervención estatal, regulaba en forma ineludible los niveles de ingresos que la

industria obtenía por sus ventas y en consecuencia delimitaba la posibilidad de cubrir los

costos de producción.

A pesar de las condiciones favorables que se presentaron para la agroindustria durante este

periodo, del Villar concluye que:

―la política de regulación oficial de los precios del azúcar y la caña, contribuyeron

determinantemente al declive de la productividad de la industria y el aumento paulatino de

los costos de operación y de producción del que conllevaron a una crisis persistente de la

agroindustria en los siguientes lustros, en los que los precios y los costos se incrementaron,

junto con las deudas, la caída de la producción y una intervención directa del Estado en el

sector (del Villar, 1976: 534-535).

5.2.2 Desmantelamiento de la matriz sociopolítica nacional. Los actores sociales de la

agroindustria azucarera en el modelo neoliberal

La reinserción de las economías nacionales en el proceso de globalización significó para

Garretón:

―una mayor autonomía de la economía respecto de la política en relación al modelo de

desarrollo hacia adentro, pero [dejando] a la sociedad enteramente a merced de los poderes

económicos nacionales y, sobre todo, transnacionales. El modo predominante como se hizo

tal transformación fue mediante el ajuste o las reformas estructurales de tipo neoliberal.

Pero las modalidades neoliberales han significado sólo la inserción parcial y una nueva

dependencia de ciertos sectores, con lo que se vuelve a configurar un tipo de sociedad dual

y queda planteada la cuestión de un modelo alternativo de desarrollo. Dicho de otra

manera, el modelo neoliberal operó sólo como ruptura y mostró su total fracaso para

transformarse en un desarrollo estable y autosustentable (Garretón, 2002:17-18).

El autor señala también que estos cambios implicaron ―un cambio fundamental del tipo

societal predominante. Este puede resumirse en el fenómeno de amalgamación entre el tipo

societal básico que actuó como referencia desde el siglo XIX, la sociedad industrial de

Estado Nacional, y otro tipo societal, la sociedad post-industrial globalizada‖ (Garretón,

2002: 12).

157

El intento de desmantelar la matriz sociopolítica nacional popular, por parte de los

gobiernos, que con distintos grados de autoritarismo, empujaron hacia transformaciones

institucionales o estructurales de esa matriz de desarrollo, implicó algunas consecuencias

profundas para los actores sociales y formas de acción colectiva.

―una es la desarticulación de los actores clásicos ligados al modelo de sociedad industrial de

Estado nacional. [y otra más] son las nuevas formas de exclusión que expulsan masas de

gente estableciendo un vínculo puramente pasivo y mediático entre ellas y la globalización.

Finalmente, la conformación de actores a nivel globalizado que enfrentan a su vez a los

poderes fácticos transnacionales, los movimientos antiglobalización‖. (Garretón, 2002: 11)

El esquema económico prevaleciente, de acuerdo a Garretón tiende a ser intrínsecamente

desintegrativo a nivel nacional. Ello implica la desarticulación de los actores sociales

clásicos ligados al mundo del trabajo y al Estado y hace muy difícil la transformación de

los nuevos temas mencionados (medio ambiente, género, seguridad urbana, democracia

local y regional dentro del país, etc.) y de las nuevas categorías sociales.

Precisa que las luchas que se presentan son preponderantemente en defensa de sus

conquistas previas o ―para paliar los efectos del modelo en el nivel de vida, el empleo y la

calidad de los trabajos, demandando siempre la intervención del Estado, más que a

posiciones propiamente anticapitalistas‖; en el actor empresarial, se aprecia un doble

movimiento ―escindido entre los favorecidos y los perdedores de las aperturas y la

globalización‖: (Garretón, 2002: 18).

La quiebra de lo que Garretón denomina matriz sociopolítica nacional popular en la

agroindustria azucarera, implicó que los productores cañeros quedaran desprotegidos de los

beneficios de las políticas públicas que caracterizaban dicho modelo de desarrollo, que en

el agro nacional se caracterizaban por 1) grandes gastos públicos de fomento a la

producción a través de los subsidios con el fin de mantener bajos los precios de los insumos

agrícolas y de las materias primas empleadas por la industria; 2) la utilización de diversos

mecanismos para reducir el costo del crédito rural a través de las instituciones financieras

de desarrollo, 3) así como las obras de infraestructura y de riego, 4) e igualmente la fijación

de un precio de garantía que garantizaba al campesino la recuperación de sus costos de

158

producción y mantenía congelados los precios de los insumos y de los bienes de la canasta

básica.

Cañeros e industriales en el periodo neoliberal. El decreto cañero de 1991

Con la imposición del modelo neoliberal en el campo y específicamente en la agroindustria

azucarera, las transferencias de valor del campo hacia el sector industrial se hicieron más

notorias.

La implementación del modelo neoliberal implicó para la agroindustria azucarera drásticos

cambios que incluyeron además de la privatización de los ingenios paraestatales y de las

cooperativas, la eliminación de los subsidios gubernamentales a los productores de caña, la

liberalización del precio del azúcar y por ende el descongelamiento de su precio oficial; de

manera que de acuerdo al dogma neoliberal, el mercado quedará como el asignador natural

de los recursos y fijador de precios, para de esta manera premiar la productividad y la

eficiencia.

Un punto fundamental que marca la redefinición de las relaciones entre cañeros e

industriales en el contexto neoliberal, se dio a partir del decreto cañero de 1991 y la ley

cañera en 1992, que perseguía el objetivo de ―eliminar a los minifundistas y a los

productores ineficientes‖ y alcanzar la liberalización del mercado azucarero nacional y la

disolución de las intervenciones estatales tradicionales (Singelmann, 2003).

Esta restructuración de las relaciones cañero-azucareras en el país, redefinió el papel del

gobierno como regulador del mercado nacional, pero ya no mediante subsidios y la fijación

de precios por parte de la autoridades, sino sustancialmente trasladando a los productores

de la caña la responsabilidad de la calidad y los costos de producción del insumo, en

detrimento de éstos y en beneficio de los ingenios.23

23

Mención aparte merece el Plan de restructuración laboral de la industria azucarera, implementado desde

1990, entre gobierno e industriales, que Benquet (2000) hace referencia: se ―liquidaron a casi la tercera parte

de sus asalariados (20,000 trabajadores), eliminando también prestaciones sociales y ‗flexibilizando‘ la mano

de obra fabril, cancelando el contrato-ley que regía e imponiendo un nuevo contrato colectivo que suprimió

50 cláusulas del contrato-ley (prestaciones como vivienda, educación, etcétera). Se implantó una mayor

polivalencia en los puestos y se cancelaron adeudos millonarios en prestaciones (seguro médico, jubilaciones,

fondo de ahorro), afectando también al sindicato obrero. Además se deterioró la seguridad en las fábricas,

159

A continuación se presentan brevemente algunas de las modificaciones en las relaciones

entre productores cañeros e ingenios que fueron sustanciales para alterar la cadena de

generación y de transferencia de valor en favor de los ingenios.

En primer término podemos ubicar las nuevas modalidades de la relaciones cañeros-

ingenios, que implicaron la eliminación de los precios de garantía de la caña, como una de

las medidas fundamentales en el diseño del modelo neoliberal en el campo nacional.

De acuerdo a Singelmann, (2003) el decreto cañero de 1991 implicaban las siguientes

nuevas condiciones a los cañeros:

1) asignó a los productores de caña locales y a los gremios la responsabilidad de coordinar

todas las fases del cultivo, desde la preparación del suelo hasta la entrega de la caña al batey

del ingenio, en consecuencia, a éstos se les empezaron a responsabilizar tanto del éxito,

como del fracaso de la zafra. 2) Se liquidaba a los productores de acuerdo a la calidad de la

caña entregada, es decir de acuerdo al contenido de sacarosa promedio obtenido en el

ingenio de acuerdo a su KARBE, 3) La intención de esta reforma fue separar claramente las

responsabilidades de los cañeros y de los industriales en términos de control de operaciones,

de remuneración y los riesgos (Singelmann, 2003 123 -124).

Con estos cambios, el precio de la caña quedó estrechamente ligado a las fluctuaciones en

los diversos mercados azucareros nacionales e internacionales y a la capacidad de la

industria de adaptarse a dichos mercados eficientemente.

―Entregar caña con un máximo de sacarosa y pureza cada día de la zafra, según la

capacidad del ingenio, y la pérdida rápida de sacarosa después del corte, establecen la

necesidad especial de una coordinación eficiente y de la operación continua de la

maquinaria industrial durante la zafra. La responsabilidad de asegurar esta colaboración

siempre había sido un desafío para los administradores industriales debido al gran número

de cañeros afiliados con los ingenios, al predominio del minifundismo, a la avanzada edad

como lo comprueban el aumento de accidentes graves en áreas de calderas y destilería. En respuesta, el

sindicato nacional de obreros de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) estalló varias huelgas

nacionales (la última duró 40 días y retrasó la zafra 2000-2001, en demanda de pago de adeudos de

prestaciones y aumento salarial, sin lograr que cedieran los ingenios sobre sus adeudos al fondo de

jubilaciones‖ [Benquet, 2000: 46]

160

promedio de los cañeros y a un nivel de educación modesto en la mayoría de ellos. Los

dirigentes cañeros locales asumieron estas responsabilidades‖ (Singelmann, 2003:124).

Es necesario señalar que la nueva política del Estado, determinada por el decreto cañero de

1991 no ha estado exenta de disputas y desacuerdos, Singelmann, resalta algunos ejemplos:

La disputa sobre el precio de la caña, que de acuerdo al decreto de 1991, se centra en el

porcentaje del valor agregado del azúcar recuperable que entra en la fórmula del precio

de la caña. En la industria se considera que el 66% estipulado es excesivo, en

comparación con el 35% estipulado en otros países.

El calendario de pago para la caña: los cañeros insisten en que su liquidación final

quede situada al término de los seis meses de la zafra en mayo/junio, mientras que los

industriales han fijado que sea durante los doce meses del año, cuando empieza la

siguiente zafra en noviembre/diciembre.

Las ventajas y desventajas del alza y transporte en términos de caña más limpia

quedando los productores de caña como responsables de su corte, transporte y de

entregar una caña limpia.

Aunado a lo anterior, es necesario señalar otra situación potencial de conflicto: los

industriales aprovechan otros subproductos de la caña de azúcar como el bagazo, (que se

utiliza como combustible para a la generación de vapor y electricidad), y coproductos,

como las mieles (que se destinan a la producción de alcoholes y aguardiente), que les

permite obtener grandes beneficios, ya sea en ahorro de energía o en ingresos derivados de

las ventas de estos coproductos de la caña, sin que en la Ley de Desarrollo Sustentable

(LDSCA) de la caña de azúcar (LDSCA) (2005) haga mención de que los productores

cañeros recibirán un porcentaje de las utilidades obtenidas por el usufructo de dichos

derivados de la caña.

La Ley de Desarrollo Sustentable de la caña de azúcar se refiere al precio de la caña en

referencia:

―Artículo 58.- Cuando la caña de azúcar se destine a la producción de azúcar, su precio

deberá referirse al azúcar recuperable base estándar, a razón del 57% del precio de

161

referencia de un kilogramo de azúcar base estándar. El precio de referencia de un kilogramo

de azúcar base estándar se determinará como el promedio ponderado del precio nacional del

azúcar estándar al mayoreo, más el precio promedio de las exportaciones de azúcar

realizadas en el Ciclo Azucarero de que se trate. […], el precio nacional del azúcar estándar

al mayoreo se determinará con base en el monitoreo del Sistema Nacional de Información

de Mercados‖ (LDSCA 2005).

Sin embargo en la mencionada ley, el precio de la caña que los productores cañeros venden

al ingenio, solamente se encuentra estipulado el pago por el azúcar recuperable, dejando

excluidos los beneficios de otros subproductos de que los industriales obtienen de la caña:

es decir el bagazo que se obtienen de la caña, los cañeros la entregan gratis y sin que exista

un referente al respecto en la LDSCA.

Desde la perspectiva de la cadena de transferencia de valor, el bagazo y otros subproductos

de la caña de azúcar no se consideran dentro del cálculo del precio de la caña que el ingenio

debe pagar al productor cañero. En el caso concreto del bagazo, el ser usado como la fuente

energética mas importante en la producciòn de azúcar significa un beneficio doble para los

empresarios azucareros, por un lado, representa un ahorro financiero muy importante y por

el otro, al usarlo como ―fuente alternativa de energía‖, mejora de manera mercadotecnica su

―imagen ecólogica‖.

5.3 La conformación de la Cadena de valor de la agroindustria azucarera

El concepto de Cadena de valor

De la Garza (2001) señala que las cadenas que se establecen en la integración entre sectores

y ramas económicas, además de ser cadenas productivas son cadenas de valor, en las

distintas actividades, se queda parte del valor agregado: puede ser al inicio (materias primas

insumos), en bienes de capital, (que depende mucho de la tecnología), en el procesamiento

industrial, en la comercialización o al final de la cadena; que a su vez puede ser el inicio de

otro eslabón de una cadena más amplia, tal es el caso de la agroindustria azucarera, como

eslabón inicial de otras industrias como la refresquera, alimenticia etc.

Nos referiremos a este concepto tomando en cuenta la propuesta que hace de la Garza

(2001) y de esta manera para evitar confusiones, aclarar que no se aborda desde la

162

perspectiva de algunas corrientes teóricas de la Administración que ven la cadena de valor

como entrelazamientos de empresas en busca de oportunidades de inserción en el mercado

(diamante de Porter).

5.3.1 Transferencias de valor de los productores cañeros a otros actores

La actividad productiva en torno al azúcar, implica la conformación de una cadena en la

que en cada fase del proceso se va agregando un valor, (en campo o en ingenio) o se

transfiere hacia otros eslabones de la cadena (transporte, corte, gastos financieros etc. No es

nuestra intención hacer una descripción exhaustiva, pero si señalar algunos aspectos que

implican la creación de nuevo valor, que no necesariamente se incrementa debido a los

aumentos de la productividad en la mayoría de los ingenios, -la escasa productividad de

éstos es uno de los problemas más graves señalados por los investigadores,- sino por la

consiguiente reducción de sus costos (incluyendo el costo ambiental), por parte de los

propietarios de los ingenios, que trasladan a otros actores sociales (en particular a los

productores cañeros) la absorción de éstos. Lo anterior, se considera como un elemento

esencial en ese proceso de creación-transferencia de valor en la cadena productiva de la

agroindustria azucarera y permite explicar en mucho la persistencia de su crisis.

El origen por el que los productores cañeros han sido afectados en la rentabilidad de sus

cultivos, se encuentra en las reformas neoliberales que afectaron al campo mexicano y al

sector cañero en particular, que implicaron la dimisión del estado de fijar los precios de

garantía de los bienes agrícolas y en consecuencia se dejaran a las fuerzas del mercado la

fijación de los precios nacionales, Este hecho ha permitido la injerencia en la fijación de

precios de los conglomerados dedicados a la producción de materias primas alimenticias,

con lo que la cadena productiva de la agroindustria azucarera, que inmiscuye tanto a las

actividades agrícolas como al sector secundario, se ha ido complejizando y sufriendo

transformaciones, dada la intervención de nuevos actores, externos que extraen la mayor

cantidad de valor a los productores cañeros.

En lo referente al traslado de la caña a los ingenios, en un sondeo muy concreto realizado ex -

profeso por (Díaz, 2011) se ha concluido que dentro de la cadena de la caña de azúcar el

transporte es una actividad fundamental para que la caña llegue al ingenio; sin embargo es

163

un sector mal organizado e inadecuado para esta actividad. Ubicando los siguientes

problemas:

El costo del traslado de la caña del cañaveral al ingenio es pagado por los productores.

El costo del flete impacta, de acuerdo a este estudio en 6.44% de los costos directos

totales de manera directa en primeros cultivos y 6.98% en socas y resocas.

El peso de los camiones daña los cultivos de socas y resocas lo que provoca que se

desarrollen menos plantas en el cultivo, lo que afecta su rentabilidad.

El corto tiempo en que debe hacerse esta operación implica perdidas en la caña cargada,

mucha se queda abajo del transporte o no se acomoda bien, cayéndose en el camino.

Dada la escasa rentabilidad el parque vehicular es obsoleto, el sufrir una avería y ser

reparado con la carga significa que la caña perderá su frescura y perder la sacarosa que

contiene, lo que se traduce en un detrimento económico del productor y transportista.

De no levantarse la caña en cuanto la cortan y permanecer varios días tirada o cuando se

accidenta el transporte, el productor pierde su caña.

Otro eslabón de la cadena de valor se encuentra en las unidades productivas que abastecen

a los productores cañeros de los insumos, herramientas y maquinaria para desarrollar el

proceso laboral en el campo. El Colegio de postgraduados (2003), señala que los

productores del Estado de Veracruz, adquieren insumos de diversas entidades y a través de

diferentes procedimientos, uno de ellos es adquirir los

―agroquímicos en las bodegas del ingenio. Las operaciones se realizan a crédito y se saldan

al momento de la preliquidación o en la liquidación. El ingenio, a su vez, se abastece con

los proveedores [comerciales de agroquímicos], otro procedimiento: los productores

adquieren insumos en las casas comerciales, los cañeros compran en efectivo en ese

momento. Algunos de ellos reportan la operación a los ingenios; los cuales absorben como

crédito una parte del costo del producto, los ingenios recuperan la inversión con los

intereses respectivos en la preliquidación o en la liquidación. Otros productores, que

también obtienen insumos que pagan en efectivo a los distribuidores de agroquímicos, no

registran sus operaciones con los ingenios con el fin de no incrementar sus costos de

164

producción por concepto de intereses del crédito. Otro mecanismo: los cañeros contratan

crédito en especie con las casas comerciales. En este tipo de transacción se procura que el

crédito sea de corto plazo para disminuir la carga que representan los intereses, empero,

también se registran casos donde los productores enfrentan sus compromisos con el aporte

de las preliquidaciones o las liquidaciones‖. (Colegio de postgraduados, 2003: 30)

Otro sector importante que debe incluirse en la cadena de valor son las instituciones

financieras, privadas y de desarrollo, que conforman el circuito financiero en torno a la

actividad de la agroindustria azucarera, intermediarios para el pago a los cañeros, entre

otros. Sin dejar de considerar las cajas de ahorro privadas, de empeño, que operan en los

centros urbanos en torno a los ingenios, en una cultura en la que los productores cañeros no

tienen la capacitación para la gestión y la administración de sus recursos financieros y el

crédito.

5.3.2 Empresarios industriales, el sujeto dominante en la cadena de valor de la

agroindustria azucarera. Etapa neoliberal

En contraste a la situación de los campesinos y asalariados agrícolas señalados en los

apartados anteriores, los empresarios de la Industria del Azúcar han tenido una situación

privilegiada y han sido los más beneficiados de las políticas públicas.

La privatización de los ingenios y la cesión de sus dominios a manos privadas, no impulsó

a que los ingenios mejoraran su competitividad en los mercados internacionales, ni

mejoraran su productividad ni eficiencia administrativa – financiera.

A pesar de la estatización forzada de los ingenios, que se presentó en 2001, siguen

funcionando como consorcios. El anuncio de que la reprivatización de los ingenios, deja

más dudas que certezas en los alcances de esta medida, en una industria que a pesar de estar

en permanente crisis, tiene impactos económicos directos e indirectos en cerca de 3

millones de personas.

Se ha criticado que los empresarios que participaran en la licitación para reprivatizar los

ingenios intervenidos por el Estado en 2001, no tienen la experiencia en el ramo, ni una

vocación de innovación empresarial y que las licitaciones se otorgan a personajes cercanos

al poder político. En muchos casos, (y la industria azucarera es uno de los ejemplos más

165

emblemáticos), los resultados de las privatizaciones han sido desastrosos y los problemas

de índole financiero – productivo se han agravado, a pesar del enriquecimiento de los

empresarios,- que se han beneficiado24

.

Sin embargo, a pesar de todos los intentos de regulación estatal, diversos autores han

señalado que la agroindustria azucarera se caracteriza por estar, salvo periodos breves,

sumida en una permanente crisis25

.

En este contexto, los ingenios con problemas financieros fueron apoyados por el gobierno,

otorgándoles crédito en la banca de desarrollo, muchos de ellos sin una justificación real o

incluso en algunos de ellos, el Estado absorbió sus pasivos al ser estatizados; por el

contrario, los campesinos productores de caña cubren todos sus insumos, fertilizantes y

pesticidas sin recibir apoyo ni gubernamental, ni de los ingenios; cuando éstos les

proporcionan financiamiento para su adquisición, lo recuperan con los intereses respectivos

de los pagos de la liquidación o pre liquidación; sin dejar de considerar las cajas de ahorro

privadas, y de empeño, que operan en los centros urbanos en torno a los ingenios, en un

ambiente en el que los productores de caña no tienen la capacitación para la gestión y la

administración de sus recursos financieros y el crédito, yéndose al sector financiero,

privado e informal buena parte de sus ingresos.

5.3.4 Los jornaleros agrícolas

La cosecha de la caña, mejor conocida como zafra es una actividad que consiste en el corte

de la caña en campo, este se realiza de forma manual: se corta con machete y se recoge y

acomoda manualmente en los camiones y de forma semimecanizada, predominantemente

se corta con machete, se recoge y acomoda en los camiones con grúas mecánicas.

Los cortadores de caña, conforman un actor social fundamental en la cadena productiva,

sin olvidar que debido a sus precarias condiciones laborales contribuyen en mucho a la

formación de valor nuevo, sus condiciones laborales, se dan bajo una relación particular

entre el capital y el trabajo.

24

Blenquet describe en su ensayo Globalización, crisis azucarera y luchas cañeras, (2000) varios ejemplos

de la venta de los ingenios, plagados de irregularidades, compras de las fabricas por debajo del valor de los

activos, inexistencia de experiencia en la actividad por los nuevos propietarios, opacidad, etc. 25

. Véase Rappo [2002]; Arguello [2009]

166

Esta situación ya la ha descrito Trinchero (2001) al analizar el caso de la expansión de la

frontera del poroto alubia en el campo argentino, "expresando la forma histórica en que la

población es reorganizada territorialmente en el marco de procesos de estructuración de la

dominación‖. Se produce en este contexto un proceso de "expulsión" de la población.

Destaca, la emergencia de "contratistas de mano de obra" como sujetos de mediación en la

forma específica de subsunción de la fuerza de trabajo al capital (…] refiriéndose al valor

de la mano de obra en las plantaciones poroteras, discute aquellas posiciones que establecen

una explicación de lo que se denomina "subremuneración a partir de una sobreoferta de

fuerza de trabajo.

Advierte que ―las formas de subsunción indirecta y diferenciada del trabajo por el capital,

son parte intrínseca de la demanda de acumulación de la reproducción ampliada y que a

medida que se expande el capital, hacia nuevas ‘fronteras‘, se desarrolla, al menos en este

caso, una profundización de acciones y mecanismos de control coercitivo de la fuerza de

trabajo‖. El caso de los cortadores de la caña mexicana, es un ejemplo claro de ese

desprendimiento, en lo que refiere a la contratación de cuadrillas de cortadores por parte de

los productores cañeros y la aparición de los contratistas de mano de obra, que enganchan

a familias completas para desplazarlas a las plantaciones en la época de zafra, los salarios

son pagados por destajo a no más de 30 pesos por tonelada de caña cortada y levantada para

ser transportada a los ingenios.

De acuerdo a la crónica de Chávez y Jiménez; los cortadores de caña que trabajan en los

ingenios de Morelos, son reclutados por los enganchadores que visitan las paupérrimas

comunidades de Guerrero, Oaxaca, Puebla, Hidalgo, los endeudan financiando sus gastos

de transporte, alojamiento y alimentación durante el tiempo que dura la zafra, que después

pagarán; las condiciones laborales son precarias y los bajos salarios que se le dan a los

cortadores, explica de alguna manera, porque la incorporación de procesos mecanizados en

cosecha y corte sea una práctica poco extendida en la agroindustria azucarera de nuestro

país. Los enganchadores constituyen contratistas que se arreglan con los ejidatarios y

productores de la caña, venden el servicio del corte de caña como un ―paquete‖, siendo

ellos los responsables de organizar y administrar la cuadrilla de cortadores. En un buen

número los servicios del corte administrado por los contratistas son coordinados

167

directamente por los ingenios, siendo este servicio descontado del precio de la caña

entregada al ingenio.

En México, los cortadores de caña son los asalariados más ―pobres entre los más pobres‖ de

la cadena de valor del azúcar. Rescatamos partes de algunas crónicas realizadas en torno a

las condiciones laborales de este gremio:

Pacheco describe:

―Toda la familia debe trabajar para poder subsistir durante la zafra. Muchas mujeres salen al

corte con sus maridos, acompañadas de sus hijos, los cuales se encargan de tareas como el

despunte o acomodo de la caña. Sin embargo, cualquier mano que pueda trabajar será

utilizada en los campos. Los niños abandonan la escuela en cuanto pueden sostener y

emplear un machete. Estas tareas por lo general comienzan desde las tres o cuatro de la

mañana, ya que se come algo alrededor de las cinco de la mañana antes de ir al campo.

El trabajo es uno de los más pesados que existen. Las temperaturas, combinadas con el gran

esfuerzo físico que debe realizarse, conllevan a un alto desgaste del organismo. Esto

combinado con la desnutrición, la falta de higiene que priva en los albergues, la baja calidad

del agua. Es raro encontrarse a un ejidatario trabajando junto con ellos.

Los cortadores de caña son, un grupo marginado que viven y sufren la pobreza. Sus

albergues en malas condiciones, su trabajo que es duro y de mucho riesgo, su origen

indígena, entre otros aspectos, nos demuestran que, los cortadores y sus familias son

personas víctimas de un sistema neoliberal que busca brazos baratos y necesitados para

generar riqueza‖ (Pacheco, 2013: 6).

Otra crónica nos describe el ánimo de un ingenio altamente productivo:

―los cortadores de caña entregan la caña cortada al ingenio Emiliano Zapata, el cual impone

el precio. Desde hace años paga la tonelada a 25 pesos; pero a veces, pretextando mala

calidad de la caña o del corte, paga por ella apenas 20. No hay manera de negociar, ni

siquiera de verificar si están pesando correctamente. ―A veces aquí pesamos 20 toneladas y

cuando llegamos allá nos dicen que son 17 o 15. Y ni siquiera el ejidatario puede entrar a

ver cómo la pesan. Sólo nos dan un papel que supuestamente dice el peso. Con eso nos

chingan a todos: al ejidatario, al capitán, al fletero y al cortador, dice don Lucio Uribe,

conductor de un camión que transporta a los peones y a la caña.

168

Los cortadores de caña no saben que hasta mediados de la década de 1990 el ingenio era

una cooperativa; que fue expropiado por Lázaro Cárdenas en 1938 precisamente para

acabar con las condiciones de explotación en las que laboraban los peones. Tampoco están

enterados que fue entonces cuando a la empresa se le nombró ―Emiliano Zapata‖ y fue

entregada a los campesinos, ni que Rubén Jaramillo fue administrador. No han escuchado

nunca que cuando la explotación regresó, Jaramillo se levantó en armas y ―ajustició‖ a

administradores, empresarios y asesores ligados al ingenio. Sólo les parece raro que se

llame ―Emiliano Zapata‖: ―Lo que yo he escuchado de ese señor es que decía que la tierra

es de quien la trabaja. Entonces qué tiene que ver con los del ingenio, si esos son unos

rateros‖ (Camacho, 2006).

5.4 Hacia la conformación de opciones de resistencia de los sujetos sociales que

participan en la agroindustria azucarera.

Señala Garretón que la aplicación de las políticas neoliberales han cambiado

significativamente la problemática de la acción colectiva. La interpenetración a través del

mercado y de la cultura de los postulados neoliberales ha implicado la desarticulación de

los actores sociales clásicos ligados al modelo de sociedad industrial de Estado nacional.

Visualiza al neoliberalismo como ―intento de negar la política a partir de una visión

distorsionada y unilateral de la modernización expresada en una política instrumental que

sustituye la acción colectiva por la razón tecnocrática‖ y donde la lógica de mercado parece

aplastar cualquier otra dimensión de la sociedad, (Garretón, 2002).

―Los trabajadores orientan sus luchas y demandas a paliar los efectos del modelo en el nivel

de vida, el empleo y la calidad de los trabajos, demandando siempre la intervención del

Estado, más que a posiciones propiamente anticapitalistas. Por otra parte, se aprecia un

doble movimiento en el actor empresarial, escindido entre los favorecidos y los perdedores

de las aperturas y la globalización: en estos últimos se produce la corporativización

defensiva de tipo nacionalista y, en los primeros, la internacionalización de las pautas de

acción y una dinámica interna más agresiva, pero sin lograr convertirse en clase dirigente‖.

(Garretón, 2002).

No obstante, de la Garza (1992) señala que es posible una escala de sujetos y proyectos de

lo subordinado a lo autónomo; Respecto al concepto de hegemonía de un sujeto, señala que

esta no puede derivarse solamente de situaciones estructurales, porque las identidades

169

autónomas no dependen solo de ellas, sino que se construyen. La capacidad de hegemonía

es la de influir en la reconfiguración de las identidades de los otros.

―La viabilidad de un sujeto y su proyecto no depende solo de la fortaleza de la identidad, ni

siquiera de la intensidad de la voluntad colectiva autónoma, pues sobre la generación de

esta confluyen grandes espacios: el de las experiencias inmediatas de los posibles sujetos,

los futuros espacios del movimiento colectivo y una serie de espacios extra experimentales,

que acotan también la viabilidad de los sujetos y sus proyectos y ―presionan‖ con

mediaciones diversas sobre los espacios de experiencia directa‖ (de la Garza, 1992: 65).

5.4.1 Expresiones de identidad. Las organizaciones cañeras

En lo referente a la agroindustria azucarera mexicana, las reformas neoliberales han

implicado una serie de transformaciones en la cadena productiva y en la cadena de valor en

el interior de la agroindustria de la caña y en el desenvolvimiento de los sujetos, lo que ha

motivado la aparición de nuevas formas de organización y de resistencia. Como puede ser

el caso de nuestro país, el de la organización emergente de la Confederación Nacional de

Organizaciones cañeras independientes CNOCI y las movilizaciones nacionales de cañeros

ante la caída de los precios del azúcar en los años recientes.

Las organizaciones cañeras reconocidas por el gobierno y los ingenios son la CNC y la

CNPR, y que están registradas en las instancias correspondientes, sin embargo en tiempos

recientes se ha ido conformando la CNOCI como una opción independiente a nivel

nacional que ha ido aglutinando a productores cañeros del Estado de Veracruz, donde tiene

el mayor número de simpatizantes y de otras entidades productoras de caña de azúcar, pero

también se presenta una fuerza en el Estado de Puebla.26

26

El 14 de Agosto de 2014, la prensa nacional dio cuenta del intento de homicidio del líder cañero Arturo

Hervis, que días antes había denunciado, junto otros dirigentes locales, graves actos de corrupción y colusión

de autoridades y empleados del ingenio de Atencingo, a donde se dirigía para presidir el congreso regional de

la agrupación que preside: la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cañeras Independientes, El atentado

en su contra, del cual sobrevivió, representa la punta del iceberg de un conflicto de proporciones mayores,

dado el enorme descontento generado por la acumulación de agravios en contra de los productores rurales,

que se agudizó de manera dramática con el desplome del precio del azúcar de 2013, que afectó de manera

aguda las condiciones de los cientos de miles de productores cañeros del país, deteriorando aún más las bases

de sustento de las organizaciones oficiales ante su escasa respuesta a favor de sus agremiados.

170

Señala José Benítez Soriano, productor cañero del Ingenio de Atencingo en una entrevista:

―Pertenecemos a la coordinadora nacional de organizaciones cañeras independientes

(CNOCI) que la encabeza uno que acaba de salir de senador Arturo Herviz Reyes, de

Veracruz, tenemos independientes en varios estados de la republica‖ Existen productores

cañeros que se han ido adhiriendo a la CNOCI, señala también que su organización se fue

conformando con escisiones de compañeros de la CNC de la CNPR, ―no nos gustaron la

forma de cómo se comportaron y logramos entre compañeros que iniciaron este movimiento

organizamos y aquí estamos trabajando‖ (Entrevista al Sr. José Benitez, dirigente de la

CNOCI del Ingenio de Atencingo, 4 de junio de 2013).

Una razón poderosa que une a los independientes y por la que ha ido tomando fuerza es la

inconformidad con las cuotas que cobran las organizaciones oficiales (CNC y CNPR)

situación que se hizo más insoportable con la crisis del precio del azúcar en 2013; señala

como ejemplo que a los productores cañeros las organizaciones oficiales les imponen la

afiliación en el IMSS a sus cortadores de caña y que sin embargo,

―no pagan el seguro social, si los cortadores se llegan a cortar o tener un accidente de

trabajo, los dan de alta al IMSS, los curan y nuevamente los vuelven a dar de baja, de

manera que los pobres cortadores, si estuvieran cotizando cada año llegarían a la edad en

que ya se pueden pensionar, y no lo logran porque no están cotizando […] Es un robo

inclusive coludido por el mismo Seguro Social, es una mafia bien organizada […] lo vemos

en la situación de saqueo de millones de pesos‖ (Entrevista al Sr. José Benitez, dirigente de

la CNOCI del Ingenio de Atencingo, 4 de junio de 2013).

También informa que la CNOCI, se ha venido formando desde 2001 y tiene cañeros

simpatizantes en los ingenios en Atencingo, y Calipam.

La ley de desarrollo sustentable de la caña de azúcar (LDSCA; 2005) señala en los artículos

34 y 38 los que las organizaciones nacionales y locales de abastecedores de caña deberán

contar con al menos el 10% de la membresía del padrón total de abastecedores de caña o el

10 % del volumen de la caña de la zona de abastecimiento del ingenio correspondiente. En

Atencingo los productores cañeros que se han adherido a la CNOCI son 400, de un padrón

aproximado de 9,000, por lo que se requieren cerca de 900 para ser reconocidos como

organización local y puedan participar en el Comité de Producción y Calidad Cañera del

Ingenio, éstos señalan que la lucha ha sido dura, pero se mantienen en ella. ―producimos

171

caña en 15 estados del país y en 9 o 10 estados hay independientes […] pero pues ojala y

algún día tengamos todo el apoyo para salir adelante‖ (Benitez, 2013).

Con respecto a los ―independientes‖ de Calipam, no fue posible realizar entrevista con

ellos, dado que a diferencia de Atencingo, donde existe una oficina de la CNOCI, en

Calipam no cuentan con oficinas abiertas al público; de acuerdo a la información de los

militantes del ingenio de Atencingo de ésta organización, existen simpatizantes en Calipam

y hay coordinación entre los productores de ambas zonas, aunque, no se expresan pública y

abiertamente.

―ante el mal trato del ingenio de Calipam a sus cañeros, existe un buen numero de ―cañeros

independientes o libres amigos de nosotros, son conocidos porque, los hemos apoyado y los

hemos invitado y nada más pues y no entran por qué les paran el alto.

Señala como formas de coerción contra los independientes los siguientes:

―el miedo a que le vayan a dar sus madrazos, hay miedo de que no le paguen, de que no les

compren, que no le den contrato para comprar su caña. Y es que su caña no si la compran,

ni modo que vayan al mercado a vender por trocitos de caña, No, son cosas delicadas.‖

Agrega que

―si somos cañeros estamos trabajando no nada más para nosotros, estamos luchando para el

cañero o si es de acá de Puebla o del ingenio de Atencingo, estamos luchando para todos,

olvídese que sea de una o de otra organización, somos cañeros que queremos el precio justo

para todos, porque no queremos las cosas individuales‖ (Entrevista al Sr. José Benitez,

dirigente de la CNOCI del Ingenio de Atencingo, 4 de junio de 2013).

Un momento crucial en este movimiento correspondió a la caida de los precios del azúcar

que se presento desde 2012, dado que la caña que los productores entregan al ingenio se

encuentra ligada al precio del azúcar, lo que los ha afectó en la zafra 2012/2013. Este hecho

dividió a los cañeros organizados, los ―independientes‖ inician su diagnóstico de la

situación actual con una crítica a las organizaciones reconocidas:

―es que no puede ser posible, que el año pasado, en la zafra anterior, nos pagaron 805 pesos,

y hoy nos quieran pagar a 514 pesos la tonelada, […]y más cuando están aumentando la

productividad, […] mire, Los compañeros aquellos de la CNC y de la CNPR dicen que

172

tuvimos una zafra record: que 240 mil toneladas de azúcar… que no se hagan….y porque

no nos dicen el precio como está […] que una zafra record [debe ir] combinada con un alta

productividad y con buenas utilidades para los cañeros, porque en realidad no hay utilidades

para un cañero ahorita […] no es posible, los combustibles son muy caros, la mano de obra

es muy cara, los fertilizantes, los insumos son muy caros‖.

Igualmente ponen como causa de esta situación a las importaciones de JMAF

―son políticas del mismo gobierno, […] es que dejan pasar mucha fructosa sin pagar […] no

se da cuenta que hay una alta producción, esta zona es cañera, son alrededor de 70 pueblos

productores de caña del Estado de Puebla y parte de algunos de Morelos, y traen su caña a

moler a Atencingo, esto no puede ser posible, señor, vivimos de eso, los que más tienen le

digo son 2 hectáreas, 3 hectáreas y no hay más, y eso es raro el que tiene 3 hectáreas‖

Ante esta coyuntura, los independientes, a diferencia de la CNC y CNPR que tomaron las

bodegas de los ingenios de Atencingo y Calipam, llevaron a cabo estrategias de lucha

distinta; señala Benítez:

―nosotros no participamos en las tomas, porque creemos que eso no es lo que se debe hacer,

nosotros mañana [7 de Mayo de 2013] haremos un plantón en la SAGARPA en México.

[Califican las tomas de las bodegas como] un simulacro de la CNC y de la CNPR, ya que

jamás en si se bloquearon, porque los bultos de azúcar seguían saliendo, […] inclusive el

ingenio utilizo las tomas de las bodegas, porque detuvo las pre liquidaciones de los cañeros,

que de por si estaba barata la azúcar y luego estaban deteniendo los pagos, muchos cañeros,

aún no han recibido su preliquidación o están muy atrasadas. […] fueron en una comisión

ayer y les dijeron: el precio de la caña es tanto, no va a subir y ni le busquen porque ya

cedieron los cañeros de las organizaciones oficiales‖ (Entrevista al Sr. José Benitez,

dirigente de la CNOCI del Ingenio de Atencingo, 4 de junio de 2013).

Consideran que la estrategia adecuada es la de presionar al gobierno, que no ha dado el

apoyo al campo y al cañero,

―pues afortunadamente, ya por lo menos algún grupo de cañeros, [están manifestándose]

ahora están en Córdoba y mañana nos vamos a México […] hay muchos grupos que se

están afiliando y nos van a apoyar […] el problema aquí es que CNC Y CNPR son células

del PRI y desde ahí arriba les dijeron: no hay manifestación no hay forma de cambiar el

173

precio, quédense calladitos y al cañero que se lo lleve la fregada, pues si ellos quisieran

luchar por los intereses de los cañeros en tres minutos se levantan todos los cañeros, hay 9

mil nada más en este ingenio mas todos los demás, pero no lo quieren, no les interesa el

porvenir del cañero, les interesa quedar bien allá arriba, no les interesa hacerle un plantón ni

nada a Peña Nieto, pues son priistas (Entrevista al Sr. José Benitez, dirigente de la CNOCI

del Ingenio de Atencingo, 4 de junio de 2013).

5.4.2 Otras expresiones de identidad en las luchas cañeras.

La búsqueda de nuevos espacios de voluntad colectiva autónoma, ha permitido a otros

movimientos sociales explorar nuevas opciones de identidad. Tal es el caso de las

―empresas recuperadas‖ que ha analizado Raúl Zibechi y que dibuja muchas de las

similitudes de los ingenios mexicanos:

[En la etapa previa al neoliberalismo,] el concepto de territorio aparecía desdibujado ante la

centralidad de las relaciones de producción. La clase parecía disolverse fuera de la fábrica,

[…] En poco tiempo se registraron profundos cambios de las territorialidades en las que se

instituyeron los estados nacionales, las industrias locales y las clases que las sostuvieron.

[se da una] desterritorialización (huida del capital, desindustrialización, crisis de los sujetos

y de la forma de ocupar sus territorios) provocó emigraciones masivas dentro de las

fronteras nacionales y, muy en particular, dentro de las diferentes tramas urbanas, ya sea

entre ciudades o bien dentro de las mismas ciudades afectadas por la re-territorialización.

[…] cuando huye, ―lo hace dejando atrás un rastro de devastación‖, porque ―el capital, por

naturaleza, crea unos ambientes físicos a su imagen y semejanza únicamente para

destruirlos más adelante, La destrucción de los espacios creados por el capital, condición de

su huida, dejó el terreno libre para nuevas formas de apropiación del espacio por parte de

los insubordinados, lo que supuso el tránsito de la lucha por la tierra (como valor de cambio

y medio de producción) a la lucha por afirmar una territorialidad (territorio como valor de

uso, espacio donde se practica un modo de vida asentado en una cultura).

Pensar que los excluidos ―no pueden‖ es pensar que sigue existiendo una racionalidad

formal: la de los partidos y la academia, o sea, la del Estado [esta] acción política de los

excluidos se relaciona con la crisis de representación o la presencia activa de los

representados. […] se puede verificar que ―la deconstrucción de las territorialidades

heredadas se procesa a través de una profunda crisis de los sistemas de representación‖ […]

Veamos. El obrero no controla el espacio en el que produce, sino que es controlado a través

174

de la organización del trabajo, de forma microscópica. La desindustrialización –huida del

capital– supone la destrucción de los espacios en los que el obrero era controlado. […] En

su lugar, los sectores populares crean nuevas formas de organizarse para producir y de

apropiarse del espacio. (Zibechi 2008: 74-86)

Existen en México intentos por parte de las organizaciones de productores de adquirir los

ingenios en quiebra y al menos dos experiencias de ―recuperación‖ de ingenios.

Señalan Castillo y Aguirre (2004), que durante el proceso de privatización de los ingenios

nacionales se presentaron varias iniciativas de compra por parte de las organizaciones de

productores de caña de azúcar y de los obreros de las fábricas azucareras del país, Sin

embargo las condiciones que se les impusieron para su adquisición fueron el pago en

efectivo para dar el enganche, equivalente al 15 % del valor de cada factoría, en tanto que

los grupos empresariales, a los que finalmente se les concedieron las factorías, contaron con

todas las facilidades en créditos y plazos para adquirirlos.

Lo anterior demuestra la política del Estado de impedir a toda costa otras opciones que no

sean el otorgamiento de los ingenios a grupos empresariales privados.

Otro caso de intento de desarrollar procesos de autogestión, es el que nos describe Blanquet

(2000) del ingenio Cuatotolapan que no cerró en la zafra 2000-2001 gracias a la oposición

de los gremios cañeros, quienes firmaron un convenio de cogestión con el gerente: los

cañeros pagaron el costo de operación, y el ingenio puso las instalaciones y el personal de

confianza o también la experiencia de varios ingenios de Oaxaca que se acercaron a ―El

Barzón‖ para buscar su apoyo. Sin embargo, las organizaciones tradicionales de

productores cañeros jugaron un papel de contención.

Aunque la experiencia más relevante al respecto se puede ubicar en el Ingenio de Puruarán

Michoacán, que de acuerdo a Paleta (2002) fue un regalo del general Lázaro Cárdenas ―al

pueblo de Puruarán para proporcionar trabajo y un modo de vida a sus habitantes‖. En 1991

fue adquirido por Alberto Santos de Hoyos, (propietario de la Fábrica de Galletas Gamesa),

junto con un paquete de ingenios en el que también se encuentra el de Pedernales Mich.

El propietario del Ingenio de Puruarán decidió cerrarlo en 1992 ―por una ‗baja

productividad‘ y por ser ‗incosteable‘ y se ordenó a los cañeros entregar su caña en

175

Pedernales. Cabe señalar que Puruarán y Pedernales, al paso de los años, han formado una

unidad industrial, al compartir el mismo mercado de trabajo agroindustrial, el sistema de

riego, canales, la red carretera y el transporte público‖ (Paleta, 2002:19).

Luego de interrumpida la producción de la fábrica, grupos de ex trabajadores, productores

cañeros y una parte de la población gestionaron o exigieron a diversas instituciones,

autoridades estatales y federales la reapertura de una de las principales fuentes de empleo o

la creación de otras alternativas de trabajo en la localidad y en la región.

El 13 de noviembre de 1992 se concretó la formación de un grupo denominado Comité de

Defensa para la Conservación del Ingenio Puruarán (CDCIP). Obreros y cañeros de la

localidad toman las instalaciones del ingenio el 7 de diciembre de 1992. Aquí surge una

primera disyuntiva que después se revelara como fundamental: la ―vía legal‖ o la ―acción

popular directa‖.

El movimiento de Puruarán contó desde sus inicios con el apoyo de organizaciones

sociales, campesinas estudiantiles y de emigrantes que aportan recursos económicos,

logrando de esta manera comenzar a producir. Es en este contexto al inicio de la zafra de

1998 se creó la ―Cooperativa trabajadores del ingenio Puruarán‖, bajo el auspicio de la

cooperativa de Pascual Boing, logrando a partir de este momento un convenio en el que la

empresa embotelladora se comprometía a comprar la totalidad de la producción del ingenio.

Sin embargo, los problemas financieros y de inversión, (con la ayuda de la fuerza pública el

dueño original desmanteló la maquinaria más moderna del ingenio, a pesar de la oposición

de la comunidad) no le permitieron a la cooperativa tener el éxito que buscaban y mantener

y ampliar la producción. Hay que agregar que se solicitó la ayuda a los gobernadores

perredistas de la entidad, sin que se tuviera éxito (Paleta, 2002: 20-21).

Un nuevo intento lo podemos ver en días recientes de acuerdo a una nota periodística

publicada en el Sol de Cuernavaca (20 de Sept. de 2012), el que da cuenta de una solicitud

al reciente gobernador de Morelos Graco Ramírez, para tramitar ante el gobierno Federal la

donación de los Ingenios azucareros Emiliano Zapata de Zacatepec y La Abeja de Casasano

ya que éstas fueran administradas por una cooperativa conformada por productores de

176

azúcar y obreros de dichos ingenios, según indicaron integrantes de organizaciones

campesinas como UFIC, CCC Lázaro Cárdenas y UGOCEM.

Sin embargo las tareas de organización y de la construcción de subjetividades alternativas

al modelo neoliberal no es una terea fácil, ni aún en los sujetos colectivos que han

trascendido en estas iniciativas. Ya que tal como lo plantean León y Flores:

Una "organización amplia" será aquella en la que los integrantes se conviertan

efectivamente en "sujetos de su propia historia", es decir, que puedan incidir sobre las

decisiones que les afectan no sólo como individuos y productores sino como ente colectivo

organizado. El tener acceso a la toma de decisiones en los programas, el no ser simples

receptores y ejecutores de los mismos y el lograr obtener autonomía y dominio sobre sus

propios recursos son metas que exigen un largo proceso de ejercicio político en las

instancias de decisión, de definición de los objetivos comunes y de conformación de la

identidad de grupo (León y Flores (1991: 56) .

Se destaca el papel del Estado que lejos de promover dichas experiencias de autogestión y

control de la producción por parte de los productores cañeros, se manifiesta a favor de la

formación de grandes consorcios azucareros, afectando tanto a obreros y cañeros que

impulsan la formación de cooperativas, ya que el dogma neoliberal no visualiza que en el

mercado intervengan otro tipo de actores que no sean los empresarios privados.

177

CAPÍTULO VI. EN BUSCA DE LA HUELLA ECOLÓGICA. ESTUDIO DE LA

AGROINDUSTRIA AZUCARERA. EN LA REGIÓN DE PUEBLA.

6.1 Patrón de producción, e impacto ambiental de la agroindustria azucarera.

Indagar en qué partes de la cadena se crea valor y en que otras se distribuyen, ha sido un

buen objetivo de análisis. Ahora nuestro propósito se amplía, ya que uno de los objetivos

fundamentales planteados en esta tesis, es contribuir al análisis de la huella ecológica (HE)

en la agroindustria azucarera en la región de Puebla. El recorrer en busca de la huella

ecológica no fue tarea fácil, dado las escasas publicaciones referentes al tema que logramos

localizar.

Esta investigación no pretende determinar la huella ecológica en la agroindustria azucarera

en la región de Puebla de manera cuantitativa tal como lo determina la metodología para

calcularla, aunque a lo largo de esta investigación se hayan obtenido resultados estadísticos

parciales en aspectos tales como superficie cosechada e industrializada, proporción de caña

cosechada en verde o quemada, consumo energético en ingenios, transportes, entre otros,

que permitirían avanzar en una aproximación al análisis cuantitativo que implica la huella

ecológica en la región.

Nuestra propuesta es avanzar en el análisis de la huella ecológica de manera cualitativa en

aspectos tales como: superficie sembrada de caña de azúcar, uso de fertilizantes, quema de

caña en la zafra, impacto ecológico en el traslado; consumo energético en los ingenios, la

emisión de gases a la atmosfera y la generación y el manejo de desechos al ambiente que

genera la actividad productiva de la agroindustria azucarera, entre otros. La información

para desarrollar los aspectos señalados anteriormente se obtuvo a partir de la revisión del

material bibliográfico y hemerográfico que se logró acopiar, que se enriqueció con las

entrevistas que en campo realizamos a productores cañeros y administradores de ingenios.

En dichas entrevistas el tema ambiental fue el eje central. Que sin embargo dada mi

historicidad, se derivaron en aspectos relevantes de la agroindustria a nivel económico,

social y de procesos productivos.

Es necesario aclarar que los resultados que se presentan a continuación, en modo alguno

agotan el análisis de la huella Ecológica en región cañera de Puebla, ni se puede afirmar

178

que el abordaje, esté terminado dada la complejidad de determinar cuantitativa o

cualitativamente la huella ecológica.

Una metodología que se empleó para avanzar en la huella ecológica de la agroindustria

azucarera, es seguirla a partir de la descripción que se presentó de la cadena productiva y la

cadena de valor, a las que en algún borrador agregué el concepto de ―cadena ecológica‖,

como un camino metodológico – epistemológico que se presentaba Sin embargo por

consejo de los tutores de ésta tesis, se optó por utilizar la categoría ―huella ecológica‖, dada

la relevancia que este indicador ha adquirido en la comunidad científica y de los

movimientos sociales ecologistas.

La agroindustria azucarera es un ejemplo muy claro de las heterogeneidades productivas y

de distribución del valor, en las cuales, el impacto ambiental es un factor que se ha

soslayado a pesar de la importancia de verlo como un ahorro en los costos que contribuyen

a profundizar dichas desigualdades.

En este proceso de expoliación de valor y reducción de costos –en beneficio de los dueños

de los ingenios y los eslabones más beneficiados de la cadena-, el costo ambiental y el

impacto a la biodiversidad en las distintas fases del proceso productivo que constituyen la

cadena productiva es un elemento que no se encuentra presente en la contabilización de los

costos, dado que casi no se asume la reparación de los daños ecológicos, ni en las políticas

públicas ni de la administración de las unidades productivas de la agroindustria azucarera.

Nuestra intención es analizar la problemática ambiental que genera la agroindustria

azucarera en general y la zona cañera del Estado de Puebla en lo particular; lo anterior tiene

que ver con los patrones de producción imperantes y que en la mayoría de los ingenios

nacionales tienen muchos años de aplicación que generan una presión significativa sobre el

ambiente.

La huella ecológica (HE) es un indicador de sustentabilidad, de amplia divulgación,

reconocido por la comunidad científica y los movimientos sociales ecologistas a nivel

global. Propuesto como un sistema para computarizar las actividades en el planeta y por

ende determinar cuánta superficie medida en hectáreas globales se requieren para producir

todos los recursos y bienes que se consumen y para absorber todos los desechos que se

179

generan. La HE determina fundamentalmente el área necesaria para el consumo humano en

sus diversas formas como son la alimentación, la producción de biomasa necesaria para su

consumo o para sustituir los combustibles no renovables, para bosques que absorban el

CO2 etc. Dichos consumos son los que determinan la magnitud de la huella ecológica, de

manera que atribuye a los países consumidores, y no a los productores, la responsabilidad

primordial del impacto de la importación de recursos naturales, ahondando con este hecho

la desigualdad entre regiones, países, y actores sociales, que se benefician con un consumo

mayor tanto en cantidad como en derroche energético.

Este indicador se ha difundido dado que permite descubrir que los actuales patrones de

consumo y producción son insostenibles a nivel global, nacional, local. Además de que al

darle un seguimiento permite revelar si la situación mejora o empeora. Sin embargo en los

aspectos que contabiliza la huella ecológica, se soslayan variables ambientales como la

diversidad biológica y la calidad del agua, etc.

6.2 La huella ecológica en el cultivo de la caña de Azúcar

Los impactos negativos al medio ambiente en el cultivo de la caña de azúcar, pueden

mitigarse si se implementan prácticas agrícolas sustentables, como el uso eficiente del agua,

la aplicación de insumos orgánicos que sustituyan a herbicidas, pesticidas y fertilizantes

químicos, la eliminación de la quema de la caña en la cosecha y el aprovechamiento de

subproductos de la caña que se queman tanto en zafra como en los ingenios.

En un estudio del Comiré Nacional para el Desarrollo Sustentable de la Caña del Azúcar

CONADESUCA sobre la sustentabilidad de la agroindustria, se advierte que en relación al

cambio climático (caracterizado por el calentamiento global, cambios en la precipitación

pluvial en el mundo y fenómenos meteorológicos extremos), la agroindustria de la caña de

azúcar contribuye a la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) tanto en campo

debido a la aplicación de fertilizantes nitrogenados, el consumo de energía eléctrica para

bombeo del agua de riego, la quema de caña para cosecha, como en fábrica por la emisión

de gases y residuos contaminantes a la atmósfera. Esta realidad, ―producirá efectos

negativos sobre la actividad agropecuaria, la producción agrícola dependerá cada vez más

de la cantidad de agua disponible, y más aún de aquellos que dependan del agua de lluvia,

lo que se reflejará en mayor volatilidad de los precios de los commodities como el azúcar‖.

180

Asimismo, como consecuencia de éste fenómeno, se prevé que habrá una mayor cantidad

de insectos, virus y bacterias con lo que aumentará la probabilidad de que la producción y

la productividad agrícola sufran afectaciones (SAGARPA, 2014).

6.2.1 Deterioro del suelo en la producción de caña

La investigación sobre la huella ecológica puede iniciarse a partir de la fase del cultivo de

caña de azúcar que incide en el paulatino agotamiento del suelo, dado el carácter

monopsónico del cultivo de la caña. Las exigencias propias del uso significan un fuerte

deterioro de los suelos especialmente por su característica de ser monocultivos con una sola

especie vegetal (caña de azúcar) a lo largo de muchos años. En nuestro país se siembra y

cosecha la caña con la finalidad de ser trasformada en azúcar en vastas regiones nuestro

país, en al menos 17 Estados.

El patrón tecnológico asociado a las variedades de caña, se combina con la utilización en la

inmensa mayoría de los campos de fertilización química para aportar los nutrientes al suelo

que requiere la caña, en la agroindustria azucarera los fertilizantes químicos son producidos

por empresas trasnacionales, que son altamente contaminantes, toda vez que van generando

efectos negativos sobre el ciclo de sustancias debido a compactación y salinización del

suelo, drenaje, estragos entre los microorganismos. Esta situación es provocada por la alta

extracción de nutrientes y, por la baja incorporación de los mismos que se agregan. No

existe generación y transferencia de tecnología para establecer los tratamientos que

consideren las necesidades específicas del cultivo, ciclo y suelo, que permitiría aprovechar

de mayor forma el potencial agroecológico que posee la región.

En relación al ambiente existen estudios que indican que el daño provocado puede ser

mayor.

―En la producción cañera hay un alto empleo de agroquímicos. En el corto plazo

incrementan los rendimientos y disminuyen la carga de trabajo. Pero no se debe soslayar

que en el mediano y largo plazo crean dependencia. Las especies crean resistencia y el

combate de ellas requiere productos más fuertes y peligrosos. Productos prohibidos en los

países desarrollados, por su alta toxicidad, se usan todavía en países como el nuestro. El

manejo de los agroquímicos muchas veces es inadecuado: no se siguen las precauciones

indicadas; se almacenan en lugares inapropiados; se emplean sin equipo protector.

181

Algunos de los efectos secundarios asociados al empleo de los plaguicidas en el ambiente

son: contaminación de fuentes de agua, mantos freáticos y aire; destrucción de

biodiversidad; erosión; dificultades en la reproducción de los animales; incremento

excesivo de algas en ríos y lagos; alta residualidad (permanencia a largo plazo) de las

sustancia en el ambiente; plantas e insectos dañinos con resistencia a plaguicidas; y

participación en la destrucción de la capa de ozono. Los plaguicidas también repercuten en

la salud de agricultores y población rural. Algunos efectos secundarios asociados a los

mismos son: dolor de cabeza; problemas digestivos y del sistema respiratorio; irritación

cutánea y de ojos; esterilidad; cáncer y envenenamiento‖. (Colpos; 2003:17 y 18)

Para enfrentar esta situación se recomienda utilizar composta a partir de cachaza y bagazo,

que son subproductos de la caña. Estos residuos de los ingenios se utilizan como

fertilizantes, con óptimos resultados, sin embargo no se ha avanzado mucho en la

utilización de dicho subproducto de la agroindustria azucarera como abono. El empleo de

este tipo de fertilizantes debe ser alentado ya que actúan como mejoradores de suelo (la

cachaza es rica en nutrientes), incrementan la producción y su empleo amplio y permanente

puede constituirse como generador de empleos. En forma reducida también se están

usando los fertilizantes líquidos como vinaza y CMS y en algunos casos se aplica cal

agrícola para corregir el pH en suelos ácidos. (Colpos, 2003).

Durante nuestro trabajo de campo pudimos constatar las experiencias por parte de los

productores cañeros de Puebla para reducir el uso de agroquímicos. El Ing. Roberto Lara

Suárez, dirigente de la CNPR del ingenio de Atencingo señala:

―El uso fertilizantes químicos más fuertes, en vez de bajar se está incrementando, aunque

desde hace algunos años se instalaron unas plantas para compostear la cachaza, se les da su

ventilación, se espera que termine su proceso de fermentación se le adicionan algunos

minerales, y se obtiene poli composta, un producto que se llama multiabono, que es materia

orgánica como toda composta, pero tiene la ventaja de que viene adicionada con más

minerales y trae algunos filo patógenos, se está haciendo ya a nivel comercial, este año se

va a empezar a comercializar esto. […] Ese tratamiento de la cachaza, ya tiene 5 años que

se incorpora al cultivo, con buenos resultados, pensamos que con este tratamiento vamos a

elevar el contenido de materia orgánica, ahora con este nutriabono, se puede asegurar que

182

desde la primera vez bajaríamos al 50 % el uso del fertilizante químico(Entrevista al Ing.

Roberto Lara, dirigente de la CNPR del Ingenio de Atencingo, 4 de junio de 2013).

Es muy recomendable sustituir los fertilizantes químicos por abonos orgánicos, con

óptimos resultados, como la cachaza, (que como vimos es un residuo del proceso de

elaboración del azúcar), sin embargo no se ha avanzado mucho en la utilización de dicho

subproducto de la agroindustria azucarera como abono. Estimular la Investigación y

desarrollo en la agroindustria azucarera es una de las tareas prioritarias para mejorar la

productividad, pero también para mitigar su impacto ambiental.

Al respecto, el señor Benítez en entrevista de campo nos informó que las aguas residuales

pueden beneficiar la fertilización, ―hay veces, cuando llueve, vienen las aguas broncas y

viene el rio muy espeso y eso nos beneficia, porque hay ríos que no vienen muy

contaminados y viene con mucha limaza, trae nutrientes para el campo y llega al terreno y

crece preciosa la caña, por ejemplo ahorita que ya está lloviendo‖ (Benitez, 2013).

Es diferente la experiencia de Calipam, Los productores cañeros pertenecientes al ejido en

el que está instalado el ingenio que fueron entrevistados, señalaron que beneficia mucho al

terreno la cachaza, que es arrojada a los campos de cultivo con las aguas residuales del

ingenio. Para la fertilización de la caña se utilizan agroquímicos, aunque también es

importante señalar que una parte de la producción de Calipam es orgánica, lo cual significa

que no se utiliza fertilizantes ni herbicidas químicos y la caña se corta en verde, sin

quemarse. El cuidado del terreno y deshierbe se realiza a mano, se quita la maleza con

machete, con el puro chapeo.

6.2.2 La importancia del agua en el cultivo de la caña de azúcar

La producción y cultivo de caña de azúcar implica la disposición de agua o la existencia de

suelos húmedos. Se tienen problemas en el manejo del agua, en la infraestructura

hidráulica, en el intervalo y disponibilidad del riego.

En un estudio del CONADESUCA sobre la sustentabilidad de la agroindustria, citado por

SAGARPA (2014), que abarcó 45 ingenios, se expone que de la cosecha nacional de 2012

de caña de azúcar, el 51.5% se cultivó en temporal, el 36.4% se cultivó bajo riego y el

restante 12.1% bajo riego de auxilio (aquel que se da como apoyo a un cultivo cuando las

183

condiciones específicas de humedad, suelo y temperatura así lo requieren). La superficie de

temporal está cada vez más expuesta a los efectos del cambio climático (sequías,

inundaciones, entre otros) lo que representa un freno estructural para la productividad. Se

identificó que en la superficie bajo riego predomina el riego superficial (70.1%) que

presenta menor eficiencia en el uso de agua, y se cuenta en menor medida con sistemas de

riego tecnificado (29.9%) en los que la mayor superficie corresponde a riego por aspersión

Se han puesto en marcha proyectos de riego por goteo, que no han avanzado debido a la

falta de recursos propios y por la carencia de financiamiento (SAGARPA, 2014).

El uso del agua en el cultivo de caña en Calipam

Durante el trabajo de campo, se logró obtener la siguiente información con respecto al uso

del recurso hídrico en el cultivo de caña de azúcar, en el Estado de Puebla.

Los productores cañeros que se entrevistaron en Calipam coincidieron en que el aspecto

ecológico más grave que enfrentan es el abastecimiento del agua. El comisariado ejidal de

Calipam visualiza la escasez de agua como la dificultad más grave que enfrenta la

producción de caña, haciendo énfasis con ello de que dicha problemática no solamente es

ecológica,

―ahora sí, gracias a Dios terminamos de zafrar, ahora sí, casi con milagros, se terminó de

zafrar, pero nos quedamos sin agua, ahorita nos cayeron unos aguaceritos y pues aumentó

un poquito el recurso‖ (Entrevista con el Sr. Salvador Gómez, comisariado ejidal de

Calipam, 7 de Junio de 2013).

Agrega, que la dotación de agua que surtía originalmente al ejido de Calipam venía de

Telpatlán, municipio de Vicente Guerrero,

―anteriormente, tanto ingenio como ejido y Telpatlán teníamos un convenio, pero

desafortunadamente, al pasar el ingenio a manos del gobierno, se fueron perdiendo los

convenios y ya tendrá como unos 15 o 20 años, que los de Telpatlán ya no la comparten el

agua‖ (Entrevista con el Sr. Salvador Gómez, comisariado ejidal de Calipam, 7 de Junio de

2013).

Los habitantes del Ejido Calipam, ahora se surten el agua de los escurrideros del Rio de

Telpatlán, de una toma, que después de recorrer 18 km de canal, llega a una presa, que es

184

de donde toman el agua. Esa dotación de agua le pertenece al ejido Calipam que le da agua

al ingenio a partir de un convenio, porque este no tiene su propia agua.

La unidad de riego de donde brota el agua pertenece al municipio de Vicente Guerrero, el

dirigente de la CNC nos informó:

―nos dieron la dotación de agua, pero la mancha urbana del municipio sigue creciendo y ya

no nos dejan pasar el agua que nosotros tenemos por resolución presidencial, la misma

dotación que tenemos como ejido la damos al pueblo y la damos al ingenio. El agua que

llega es para riego, O sea no contamos con agua potable, Eso se utiliza para lavar la ropa,

no sirve para tomar el agua, hay que tomar de purificadoras, aunque el agua que nos llega si

es de buena calidad, como para bañarse sin ningún problema, no viene con ácidos, es agua

de manantial al venir rodando se va limpiando‖ (Ramírez, 2014).

Calipam dispone de drenaje y alcantarillado.

Por su parte, el dirigente de la CNPR de Calipam en entrevista nos informó

―aquí lo que nos ha afectado, es de que Ajalpan, Zinacatepec, Tehuacán, ya todos, nos

descargan sus aguas residuales urbanas en todo lugar y antes no llegaban los residuos de

allá, se quedaban en camino y ahora ya empiezan a llegar, llegan al ejido de Coxcatlan y

empiezan a contaminar el agua que está naciendo. Y es agua limpia [...] ahora llega una

caída de agua, Usted se mete hacia adentro, el vaporcito es toxico porque como que se

ahoga uno. Trae lo que ocupan en los hospitales, todo eso, gasas, equipos de sueros, todo

eso nos está apretando aquí, porque ellos ya están conectados al mismo cañón de lo que es

el rio […] Y no hay plantas de tratamiento de aguas en Tehuacán, […] en el ingenio no hay

planta de tratamiento de agua- […] No hay nada, […] es lo que están haciendo ahorita con

los drenajes, anteriormente nunca llegaban para acá, pero ahorita sí ya están llegando‖

(Entrevista con el Ing. Victor Cabrera, presidente de la CNPR Ingenio de Calipam, 8 de

Marzo de 2014 ).

Las fuentes que le permiten al ejido-ingenio de Calipam de abastecerse de agua son las

precipitaciones pluviales,

―que permiten que se acopie en el canal, igualmente las lluvias (el temporal) permiten que

las cañas broten y estén de buen tamaño, el resto de la cosecha se cubre con agua de riego,

185

que proviene del agua del canal además de que Calipam cuenta con un pozo‖ (Entrevista

con el Sr. Salvador Gómez, comisariado ejidal de Calipam, 7 de Junio de 2013).

Es decir que el agua que utiliza la región de Calipam proviene de la captación de la lluvia,

del canal que se abastecen, del pozo profundo que tienen y otra fuente es del agua residual

que el ingenio que arroja junto con lodos y cachaza.

Es necesario señalar que en otros frentes de corte que abastecen de caña de azúcaral ingenio

(otras comunidades) no presentan los niveles de escasez del recurso hídrico que padecen el

ejido y pueblo de Calipam, existen otra localidades como el ejido de, Coxcatlan, donde el

agua es abundante, esta se surte en canales que están a una distancia de 200 metros entre

uno a otro.

―Solo en época de estiaje tenemos problemas, cuando tenemos menos precipitación pluvial

el año pasado que casi no nos llovió, el agua es primordial en esta zona que es

semidesértica, […] si no nos lleve tenemos consecuencias en el rendimiento por hectárea en

campo, se nos baja el estimado, […] si repercute mucho con que no nos llueva aquí a

nosotros, ojala nos llegue una lloviznita, siga lloviendo para que nos llegue agua‖ […]. En

otros ejidos tienen manantiales y cuentan con pozos en Ajalpan, Chilac, Zinacatepec, San

Jose Miahuatlán etc.‖ (Entrevista con el Ing. Victor Cabrera, presidente de la CNPR Ingenio

de Calipam, 8 de Marzo de 2014 ).

Sin embargo en 2013 la sequía afecto a toda la región cañera, ―cayeron 360 milímetros el

año pasado cuando lo normal, es cercano a los 500, un buen temporal es de 500 a 600

milímetros por año‖ (Entrevista con el Ing. Victor Cabrera, presidente de la CNPR Ingenio

de Calipam, 8 de Marzo de 2014 ).

El compartir el agua entre el ejido de Calipam y el ingenio de Calipam no ha estado exenta

de fricciones Nos informa el comisariado ejidal de Calipam:

―Bueno de hecho, el ingenio no tiene agua, el agua es del ejido, hay un convenio con el

ingenio de compartir el agua, porque si ésta es del ejido también debe ser para el campo, y

también para el ingenio, no ha habido un acuerdo, alguna forma de utilizar racionalmente el

agua tanto en la producción de azúcar como en la producción de caña, lo que si tenemos es

un convenio en el que 2 veces por año, el ingenio apoya en limpiar el canal, para que pueda

captar toda el agua posible‖ (Gomez, 2013)

186

El Ingeniero Cabrera, (2014) por su parte, menciona que el ejido Calipam

―le renta el agua al ingenio, no se la está regalando, el canal es común, pero se junta muy

poquita agua, es el agua que usa el ingenio y a veces agarra de los pozos pequeños, ya hizo

un pozo, se ha buscado agua, pero esta es una zona con escasez del líquido, y a nivel

subterráneo los mantos acuíferos son muy escasos‖ (Entrevista con el Ing. Victor Cabrera,

presidente de la CNPR Ingenio de Calipam, 8 de Marzo de 2014 ).

El uso del agua en el cultivo de caña en Atencingo

De acuerdo al Ing. Roberto Lara (2013) en la región correspondiente al ingenio de

Atencingo, toda la superficie de caña cultivada es de riego, explica:

―aunque ya no tenemos los volúmenes suficientes para darles la cantidad de agua que

requiere la caña, podemos decir que es como medio de auxilio como de medio riego, han

bajado bastantes los caudales de los ríos, entonces eso hace que sean más espaciados los

riegos, tenemos también pozos cuando necesitan agua; el enemigo principal es el costo de

la energía‖ [La energía que mayoritariamente se utiliza para los pozos es la electricidad y en

mínima proporción bombas de gasolina].

Señala que tanto los caudales de los ríos, como el agua de los pozos, (debido al crecimiento

urbano en las zonas cañeras), han bajado sus volúmenes; si bien de momento no se ha

presentado un problema con el abastecimiento de agua, con el paso de los años de irá

agudizando, por lo que

―se requiere una cultura de la racionalización del agua; los productores no tienen una

estrategia de reutilización del agua para los siguientes años, así como tienen una estrategia

para el control de plagas a nivel natural, así también lo deben tener para ir reutilizando el

agua‖.

Continúa: el sistema de riego de los cañaverales consiste en inundar las tierras, ya que el

cultivo de caña requiere de abundante agua, ―aquí lo que se hace mucho es, empezar a

regar, inundando, hasta que las aguas se enlazan con las siguientes tierras y así hasta que ya

termina y se va al río.‖

A pregunta expresa, de evaluar el riesgo de que los fertilizantes químicos, (con el método

de inundación señalado en el párrafo anterior), contaminen los ríos, contesta de que

187

―los fertilizantes son los que menos contaminan, son todas las descargas que las manchas

urbanas le hacen a los ríos, no hay las suficientes plantas tratadoras, así cómo sale el agua

negra, así se la estamos descargando al río, dado que a éstas hay que usar correctores de PH,

para bajarle la alcalinidad que neutralizan el efecto de los herbicidas‖ (Lara, 2013).

Corregir esta externalidad, son costos que corren a cargo de los campesinos productores.

Igualmente señala que se está llevando a cabo el proyecto de mecanización del riego.

―estamos induciendo el uso del riego por goteo, el cambio de tecnología […] para lo

cual, esta asociación (CNPR] gestiona ante el gobierno federal el financiamiento de

aproximadamente el 50 por ciento del costo de dicho proyecto‖ (Entrevista al Ing.

Roberto Lara, dirigente de la CNPR del Ingenio de Atencingo, 4 de junio de 2013).

Otra visión con respecto al uso del agua de la zona de Atencingo la proporcionó el Sr,

Benítez en entrevista de campo:

―la caña se cultiva, se riega cada mes, cada mes y medio, depende de cómo este el agua en

cada ejido, de cómo el agua va mermando, como el agua va siendo menos día a día.

Anteriormente se regaba cada veinte días ahora se riega cada mes, cada mes y medio,

porque no hay suficiente agua, lo que necesitamos es modernizar nuestros campos,

mecanizar nuestros campos, para bajar costos, subir la producción y tener más utilidades,

pero los riegos por goteo son muy caros‖.

Ante el cuestionamiento del entrevistador de que si ya lo están implementado en Atencingo,

contesta: ―

―ya en algunos ejidos, en poquita superficie, porque es muy difícil hacer un riego

por goteo con las aguas del rio, dan éxito los riegos por goteo siempre y cuando

sean regados con agua de pozo profundo, porque es agua limpia‖ (Benítez, 2013).

Agrega el señor Benítez, que respecto a las aguas de los ríos que llegan a los campos

―están muy contaminadas, hay descargas de aguas negras de todos, de comunidades

y de las fábricas, que hay alrededor o de las que vienen de Puebla. Las aguas

residuales domésticas y de las fábricas cercanas a Atencingo descargan directas a

los ríos, destaca los casos de las empresas la Galarza (elaboración de alcohol para

188

bebidas alcohólicas) y del Dragón (fertilizantes), que ha dañado la tierra y la salud

humana‖ (Benítez, 2013).

6.2.3 La producción de Azúcar orgánica en Calipam

El ingenio Calipam produce azúcar orgánica; prevé ir incrementando el porcentaje de

producción de este tipo, hasta cubrir el 100 por ciento en los próximos años. Nos informó el

Sr. Cabrera que en alguna zafra anterior

―se trató de hacerlo de la noche a la mañana, a los productores nunca se nos indicó como se

iba a cosechar y era algo desconocido, aunque siempre estuvimos en la mejor disponibilidad

de hacerlo, ahorita ya nos están programando con tiempo, al productor poco a poco se le va

instruyendo técnicamente dentro de la producción orgánica‖. (Cabrera, 2014)

Aunque nos comentó que para algunos productores cañeros, el cultivo de la caña orgánica

no es nada desconocido,

―mi padre y mis abuelos cosechaba en ese entonces la caña, no había maquinaria, no había

herbicidas, nada de eso, todo lo abonaban con estiércol de animales, se daba el famoso tapa

tronco, la raspadilla, todo lo hacían con pala o azadón, había gente que todavía baja, pero ya

muy poca, de la sierra, cuadrillas a alquilarse a dar el tapa tronco, la raspadilla con azadón y

todo y no se le metía nada de químico al cultivo de la caña y se cosechaba verde a mí me

tocó ver todavía eso No había quema, se lo llevaban al ingenio, lo maquilaban, lo

procesaban y sacaba el azúcar que no era otra cosa sino azúcar orgánica. lógicamente la

tecnología fue avanzando, ya se quema, se corta igualmente como antes, ya se levanta por

alzadora más mecanizado, los camiones ahora ya son Torton que andan en el campo en

camiones rabones que cargan bastante con las alzadoras, antes eso no se hacía. Ya no es

orgánico, ahora ya aplicamos herbicidas, eso ya lo viene nivelando la situación de mano de

obra, reduciendo los costos por hectárea, ahorita con la tecnología que se tiene,

anteriormente no, ahorita retomar el tema de lo orgánico es cosechar como antes; producir

orgánico implica más costos en mano de obra, que corren a cargo del productor (Entrevista

con el Ing. Victor Cabrera, presidente de la CNPR Ingenio de Calipam, 8 de Marzo de

2014).

La producción orgánica, representa grandes beneficios para el ingenio, aunque algunos

productores de caña señalan que producirla representa, como se ha visto, mayores costos

189

para ellos, especialmente en mano de obra. Igualmente mencionan que la producción de

caña orgánica se da forzada por la circunstancia de que los productores no tienen recursos

para comprar abonos químicos y eso lo aprovecha el ingenio para registrar como orgánico

al producto. Lo que implica otra transferencia de valor de los productores de caña a los

ingenios en Calipam, ya que en entrevistas de campo los cañeros señalaron que aunque los

dueños del ingenio venden el azúcar orgánica a un precio mucho mayor que la estándar, les

pagan el mismo precio por su caña en ambas variedades y el proceso de fabricación en

fábrica es el mismo tanto en el azúcar orgánica como en la estándar.

Con respecto a la producción de caña de azúcar orgánica, el superintendente de campo del

ingenio de Calipam, informó que:

―todos los frentes de corte tienen un área destinada para el proceso, aquí casi no se ocupan

fertilizantes químicos, ante la abundancia de materia orgánica, ecológicamente hablando

esta es una zona semiárida, lo que propicia que no haya muchas plagas ni enfermedades

fungosas, etc. para producir caña orgánica no se puede aplicar herbicidas, no se puede

aplicar fertilizantes, no se puede quemar‖ (entrevista con el Ing. Mauricio Galán,

superintendente de campo del ingenio de Calipam, 6 de Marzo de 2014).

Señala también que actualmente no pueden cubrir toda su producción con caña orgánica,

―primero por cuestión operativa, segundo por cuestión del mercado, la idea de que en 4 o 5

zafras si tengamos toda el área y dándole su crecimiento o su desarrollo normal al mercado

local orgánico y su expansión al mercado internacional porque este crece y crece, va en

crecimiento, es una necesidad‖ (entrevista con el Ing. Mauricio Galán, superintendente de

campo del ingenio de Calipam, 6 de Marzo de 2014).

6.2.4 La huella ecológica en la zafra en Puebla

En nuestro país es de uso generalizado antes del corte de la caña quemar el cañaveral, a esta

tarea se le llama ―quema‖ o ―roza‖, con la intención de eliminar las malezas y facilitar el

corte, ya que el ingenio exige a los productores la entrega de la caña ―limpia‖. Aunque se

han ensayado con cierto éxito las máquinas de cortar caña, en la zona cañera de Puebla, casi

la totalidad de la zafra o recolección sigue haciéndose a mano. La principal razón es que la

cosecha es un costo que absorben los productores, por lo que les resulta más económico

190

pagar muy bajos salarios a cuadrillas de cortadores que adquirir o rentar una maquina

cortadora.

Además en la región Puebla, casi la totalidad de los campesinos cañeros son pequeños

productores minifundistas, con dificultades para endeudarse en un país donde la Banca de

desarrollo prácticamente desapareció y las tasas de interés imperantes se vuelven

restrictivas para cualquier actividad económica; aunque la migración ha propiciado en las

regiones cañeras dificultades para la contratación de mano de obra, incluso su

encarecimiento a la hora de enfrentar la zafra.

La quema de la caña de azúcar, implica la destrucción de materia orgánica, el

empeoramiento de la estructura del suelo por un mayor resecamiento y la perdida de

nutrientes, aumento de la erosión del suelo, especialmente en tierras con colinas

adicionalmente, también afecta la salud de los que viven cerca de estos lugares y de los

cortadores de caña. De igual manera la ceniza y el humo generado afecta a los animales, a

la vez que contamina ríos y lagos cercanos a la quema.

Otra referencia con respecto a la quema la propone Morales (2011):

―al quemar la caña de azúcar, como actividad previa a la cosecha, se presentan una serie de

problemas ambientales como es la contaminación del aire aumentando los índices de

emisiones de gases a la atmósfera provocando efecto invernadero‖. (Morales, 2011: 13)

Agrega que

―los humos que se emiten a la atmosfera con la quema de caña contienen monóxido de

carbono, hidrocarburos y óxido de azufre, pero no tan sólo el aire es afectado a la hora de

la quema de la caña si no también el suelo y el aumento de enfermedades como bronquitis

crónica, enfisema pulmonar y asma bronquial, entre otras, que afectan a la población

colindante y en especial, a los menores‖ (Morales, 2011: 13 - 14)

Algunos testimonios con respecto a la quema de caña en la región de los ingenios de

Puebla

Los productores cañeros de la región de Puebla, reconocen que al impacto ambiental de la

quema de la caña es considerable, aunque son reacios a sustituirla, aunado a que aún no

191

tienen conocimiento de una política deliberada de SAGARPA y SEMARNAT de

sustituirla, el Sr. Benítez, productor cañero y representante de la CNOCI señala:

―también podemos llegar a esto de no quemar la caña, a que se corten verdes, pero para

esto nos saldría más caro, necesitamos mecanizar el campo […] en Atencingo se ocupan

maquinas cosechadoras en una mínima parte, un 9%, pero también esa maquinaria a veces

no es adecuada, o el operador no la maneja como debe ser, porque se pierde mucha

cosecha. Se pierde mucha caña que queda tirada y pasa la máquina y la mastica, la machuca

esa ya no sirve, esa no se va, se queda en el campo, son pérdidas para el cañero‖ (Benítez

2013).

Aunque el dirigente de la CNPR en Atencingo es necesario ir avanzando en sustituir la

quema de caña,

―pensamos adelantarnos al momento en el que nos diga la SAGARPA, ¿sabes qué? ya no

quemes la caña, entonces estamos previendo ampliar el ancho del surco, para permitir que

entren los cortadores a cortar la caña en verde‖ (Entrevista al Ing. Roberto Lara, dirigente

de la CNPR del Ingenio de Atencingo, 4 de junio de 2013).

Ante la pregunta de por qué no se aprovechan los subproductos de la caña, señala que los

costos de procesamiento de residuos son incosteables y la rentabilidad de su

comercialización es muy baja. Es la razón principal por la que recurren al cortador manual

y a la quema,

―por eso hay que darle empleo a la gente, por lo regular se les llama a gente asalariada, a

los cortadores aunque claro, también existen productores que cortan la caña ellos mismos

con sus familiares. […] los cortadores son de la zona porque usted sabe que ha crecido

mucho la población de cada pueblo, hay que apoyarlos. Ellos son los que cortan la caña

(Entrevista al Sr. José Benitez, dirigente de la CNOCI del Ingenio de Atencingo, 4 de junio

de 2013).

La zafra en Calipam se realiza con gente que se contrata en cuadrillas de cortadores cuya

labor es quemar la caña y cortarla inmediatamente. En Calipam, se puede decir que

aproximadamente el 80 por ciento de la caña ya cortada se carga a los camiones con

maquinaria, o sea alzadoras.

192

En entrevista de campo, el Sr. Cabrera señala que se practica la quema de la caña,

―para que se preste más a su cosecha, es más fácil, lógico, porque cortar la caña en verde,

en crudo implica que ―se le pasa machete acá, se le pasa un machete acá y pum de arriba

nomas y se va cortando, pero lógicamente, cuando la caña esta quemada, todo el cogollo

alrededor de la vareta, la vara del tallo dulce de la caña se quema y ya nadamos se dan 2

machetazos, uno abajo y otro arriba, corte y despunte, y se van cortando y se van haciendo

las estibas de la caña; con la quema, las hojas laterales de la caña se queman

completamente, el cogollo se queda en la punta, dependiendo del grado de sequedad que

tenga la caña, de todos modos se corta, dado que concentra agua, de no hacerse el KARBE

bajaría en la calidad, en puntos, o sea le estaríamos echando agua a la miel (Entrevista con

el Ing. Victor Cabrera, presidente de la CNPR Ingenio de Calipam, 8 de Marzo de 2014 ).

Para los productores la quema de caña, no representa un problema ecológico grave: ―lo

único que se provoca es humo, pero ya fuera de eso, aquí nadie se ha quejado de

enfermedad‖ (Cabrera, 2014)

Desaprovechamiento de subproductos de la caña en la zafra. La experiencia de la

región cañera de Puebla.

Con la quema del cultivo, se eliminan de residuos agrícolas de cosecha; estos se integran

con las hojas secas, la punta también llamada cogollo, las hojas verdes y el tallo verde del

cogollo, Para el cañero es necesario eliminarlos porque contienen poca sacarosa utilizable y

al ser llevados al ingenio disminuiría el KARBE del producto entregado, (con la

consiguiente pérdida en sus ingresos). En los cortes en verde (sin quemar la caña estos

residuos se quedan en el campo y se incorporan a la parcela como abono para el siguiente

cultivo.

Sin embargo, estos residuos pueden proporcionan materia para la elaboración de diversos

derivados, como son los forrajes, dado su alto contenido de nutrientes. Hasta la fecha, el

uso de los residuos agrícolas de la cosecha es muy bajo y poco se les aprovecha,

prefiriéndose su quema en la cosecha de caña, debido a que la diversificación de los

subproductos de la caña de azúcar no está generalizada; lo anterior se explica por la

ausencia de una estímulos económicos para el productor, como son la falta de empresas de

procesamiento y compradores, la cultura tecnológica, la inexistencia de una cadena

193

productiva o un mercado de los residuos de la agroindustria de la caña de azúcar que

permita elevar su desempeño a pesar de existir derivados potenciales, basados en su

composición.

De las entrevistas de campo se puede señalar que los productores cañeros de Calipam no

han visto la posibilidad de comercializar otros subproductos de la caña como el cogollo o la

punta, a pesar de ser una buena opción productiva y también ecológica que resultaría de

cortar la caña en verde, sin recurrir a la quema, porque al quemar se va todo, se va la punta

se va la yerba y al cortar mecánicamente o manualmente se puede recuperar mucho para

forraje y puede ser un ingreso adicional para el productor.

El Sr. Roberto Lara, dirigente de la CNPR es ingeniero agrónomo, explica que el cogollo y

otras variedades de la caña pueden utilizarse como abono o como forraje. En los campos de

Atencingo, dejan la punta de la caña,

―la fruta siempre lleva azúcar, a partir de hace tres años se ha venido insistiendo en que

cada productor deje en el terreno el residuo de la cosecha para que le vaya restituyendo un

poco de materia orgánica, es una práctica que ya se está haciendo hoy, lo ideal es convencer

al productor de que agregue nitrógeno para que progrese la descomposición de la materia

orgánica e igualmente adicionarle sulfato o urea, para que no le quite nutrientes al suelo‖

(Entrevista al Ing. Roberto Lara, dirigente de la CNPR del Ingenio de Atencingo, 4 de junio

de 2013).

Al cuestionarle el por qué no venden los residuos como forraje para obtener un ingreso

adicional, responde que no es rentable:

―lo quieren regalado, a cambio de nada, Es mejor que se incorpore a la tierra para tener

nutrientes para el siguiente ciclo, […] hay gente que agarra todo el residuo y lo ponen en un

solo surco y no lo dejan limpio sólo riegan este surco y éste le pasa la humedad al siguiente,

se ha visto que los surco a los que se regó ya pueden estar completamente secos sin

embargo aquí donde se quedó la pastura levanta uno el resto de la cosecha y está todavía

húmedo el terreno; se ahorra uno también una tercera parte del herbicida, o sea hay muchos

beneficios utilizando los residuos, porque aparte de que restituye materia orgánica, en ese

surco no va a crecer la yerba [y por consiguiente no se emplearán herbicidas], al siguiente

año se cambia, este que quedó tapado con la basura ahora queda libre, el reto es buscar

194

cómo mejorar la producción y sobre todo cómo bajar los costos, aquí se acostumbra mucho

limpiar, la famosa tomatesa, están perdidos si siguen con esa práctica, sus costos sus van a

ser muy altos, […] lo ideal es que ni siquiera salgan las yerbas, lo ideal es meter productos

que son selladores naturales que ni siquiera permite que la hierba empiece a brotar

(Entrevista al Ing. Roberto Lara, dirigente de la CNPR del Ingenio de Atencingo, 4 de junio

de 2013).

En entrevista aparte, el Sr. Cabrera, informa que ha habido intentos de empacar el cogollo o

la punta, que se desecha después de cortar la caña, sin embargo,

―esas inversiones son esporádicas, pienso que se va a incrementar cuando llevemos un 50

un 60 o 70 por ciento a lo mejor 100 ciento cosechando para orgánico, entonces se va a

tener que ver ya a conciencia que se hace con ese cogollo (que así se le llama a la punta de

la caña de azúcar), entonces ya se vería porque la verdad el costo de cosecha es mayor, ya

no es lo mismo cortar una hectárea de caña quemada que cortar una hectárea de caña cruda‖

(Entrevista con el Ing. Victor Cabrera, presidente de la CNPR Ingenio de Calipam, 8 de

Marzo de 2014 ).

6.2.5 Problemática ambiental traslado de la caña al ingenio

Con respecto al traslado de la caña cortada al ingenio. De acuerdo a los datos de Palacios

(2011) los costos del transporte corren a cargo de los productores de caña y no de los ingenios,

lo que implica una carga en los costos de producción y por ende una pérdida de eficiencia. Los

ingenios mexicanos no son dueños ni co-propietarios de los camiones y no muestran interés en

modernizar y hacer más eficiente el transporte. El traslado de la caña al ingenio, implica una

gran carga ambiental dada la obsolescencia de los camiones que la trasladan, que implica un

mayor consumo de combustible y lubricantes con las consiguientes emisiones de carburantes y

Co2 a la atmosfera.

Se utilizan transportes que tienen una antigüedad media de 31.2 años. El número promedio

de viajes diarios que realiza cada camión es muy reducido: 0.8 y de manera optimista 2;

Estas cifras muestran que el transportista de las zonas cañeras mexicanas se conforma con

realizar un número muy pequeño de viajes, lo que se refleja en un reducido ingreso para

ellos. Este hecho se origina por los llamados tiempos muertos o de espera para que el

transportista pueda descargar la caña, éstos varían de poco menos de 3 hasta 10 hs.

195

El gran número de camiones estacionados en el batey en todo momento representa una

pérdida monetaria para los dueños de los camiones, que no pueden realizar otros viajes y

por consiguiente, al ser sus percepciones menores no están en condiciones hacer

erogaciones por mantenimiento preventivo de sus vehículos.

Palacios agrega, que a partir de un muestreo logró determinar que el parque vehicular en

cada ingenio es excesivo, pues los camiones son utilizados por los ingenios como

almacenamiento temporal, lo que incide en una pérdida de frescura de la caña y por

consiguiente en una menor productividad por los perdidas de sacarosa. Este hecho, que a

pesar de que se origina por las dificultades de almacenamiento, administración y procesos

de los ingenios, repercute en los ingresos de los productores de caña y los transportistas.

La reducción de los tiempos de espera en batey permitiría, una regularización uniforme del

arribo de los camiones al ingenio, sin altas y bajas durante toda la jornada de trabajo,

supondría un mayor compromiso por parte de los industriales de agilizar los trámites y el

registro de la caña que reciben, mejorando los procesos administrativos que repercuten en

su productividad y también en los ingresos de productores y transportistas. Los ingenios

deberán invertir en instalaciones para hacer más ágil el acopio de la caña entregada,

mejorar los procesos técnicos e inmiscuirse en reducir los tiempos de espera. Esto también

repercutiría, al reducir la obsolescencia de las unidades de transporte, en una mejora

ambiental.

6.3 La huella ecológica en los ingenios poblanos

6.3.1 El problema del Agua en los ingenios mexicanos.

El agua, junto con la caña son los recursos fundamentales en la cadena productiva de la

agroindustria azucarera, tanto en campo como en el ingenio azucarero, esto puede verse, en

los muy altos volúmenes de consumo del agua utilizada, así como en las enormes descargas

de contaminantes que se arroja a los depósitos naturales de agua, lo que implica una fuerte

presión sobre los mantos freáticos y las vertientes terrestres. A diferencia de la caña de

azúcar, que tiene un costo, el agua a pesar de ser un insumo esencial en la producción de

azúcar, representa un costo mínimo para los administradores de un ingenio dada su

abundancia y disposición.

196

Durante el procesamiento de la caña de azúcar se consumen grandes volúmenes de agua: en

el de lavado de la caña (hasta 10 m³/t); en de mezcla de condensado (agua de caída); en la

condensación de vahos y en la refinación del azúcar de caña. Es recomendable que esta

agua se devuelva al circuito, lo que implica gran demanda de terreno para estanques con

aspersión, grandes inversiones en el caso de torres de refrigeración.

En los últimos años, la gestión y la disponibilidad de agua en México se han convertido en

los temas más relevantes de la agenda ambiental. Los efectos del cambio climático y la

sobreexplotación del recurso hídrico, derivado de las erróneas políticas ambientales, han

ampliado la problemática en torno a este recurso.

De acuerdo a Aboites (2008), México tenía en 2007, una disponibilidad promedio del agua

de 4,416 m3/hab. Al año; el 63% provenía de fuentes superficiales y el 37% restante de

subterráneas. Su uso se distribuía de la siguiente manera: 76.8% para la agricultura, 13.9%

para abastecimiento público, 3.8% para la industria y 5.4% para termoeléctricas. Estas

cifras promedio no reflejan la presencia de monopolios agrícolas, industriales y municipales

que se han beneficiado de las concesiones para el usufructo del agua, y han sobreexplotado

las reservas acuíferas en las regiones con menor disponibilidad del recurso (Centro y norte),

dejando sin el vital líquido a importantes sectores de población. En contraste, en las

regiones del Sur – Sureste (donde se ubica la mayor concentración de los ingenios

nacionales) y a pesar de que existe una mayor disposición del recurso existen comunidades

con una menor cobertura en el servicio de agua potable.

En un estudio reciente, (La jornada, diario 2013) se señala que la disponibilidad promedio

de agua decreció en 2011 a 3, 983m3/hab. Año, a pesar de esta situación, en ese año y en el

siguiente, se otorgaron más concesiones de aprovechamiento en las zonas con menos

disponibilidad de agua.

La alerta hídrica, comienza a tocar a México y a sus ingenios, que ya empiezan a tener

problemas de abastecimiento de agua, a pesar de que históricamente se instalaron en las

regiones cercanas a fuentes abundantes de este recurso, lo que se les facilitó durante

muchos años la disposición de grandes volúmenes del líquido a costos extremadamente

197

reducidos e igualmente a tener acceso a las descargas a los afluentes, casi sin restricción

alguna.

En 1974, hace más de cuarenta años, la Secretaría de Recursos Hidráulicos en una

investigación denominada Uso del Agua en la Industria Azucarera concluyó que a pesar de

la abundante disposición de agua de las zonas cañeras, ya era necesario realizar mejoras en

el proceso productivo para reducir la demanda de agua, reciclar el recurso e instalar plantas

de tratamiento del vital líquido, ya que de no ser así, la actividad de este sector sería

inviable en los siguientes años. Aunado a la inexistencia de algo que pudiera llamarse, en

ese entonces, política ambiental.

También se señalaba, que por el hecho de estar ubicados cerca de fuentes abundantes de

agua, los ingenios no tenían la menor intención de instalar equipo para un tratamiento de las

aguas residuales, dada la facilidad del uso de grandes volúmenes de agua a costos

reducidos. La gestión del agua de 4 ingenios mexicanos puede sintetizarse en la siguiente

tabla:

Cuadro 6.1. Manejo global de agua en la Industria Azucarera mexicana (1974)

En relación a la cantidad

producida de ;

Demanda de agua m3/ton Descargas de aguas

residuales m3/ ton

Azúcar crudo (mascabado) 328.0 330.06

Azúcar estándar 216.78 196

Azúcar refinada 341.27 224.79

Fuente: SRH (1975) Uso del agua en la Industria Azucarera tomado de

http://repositorio.ine.gob.mx/ae/ae_00363.7394_m_495_-8.pdf.

La adopción de políticas ambientales, décadas más tarde no lograron mejorar de manera

sustancial la situación, y en algunos ingenios la gestión del agua es similar o peor que hace

40 años, dado que el consumo de agua no tiene una reducción sustancial y si le agregamos

la cada vez menor reserva de agua en el país y el agudizamiento de la crisis ambiental, la

alerta ecológica por el uso del agua está llegando a niveles dramáticos, aun en zonas del

país caracterizadas por disponer abundantemente ese recurso.

198

Con respecto a las descargas de aguas residuales Arreguín (2011) señala que:

―el consumo de agua en los ingenios es muy elevado, por lo que las descargas de agua

residual se ve impactada, sigue sin reutilizarse el agua de los procesos productivos. Si bien

el cierre de ingenios y la adopción de medidas anticontaminantes han permitido una mejora

en este rubro. De esta manera en el año 2000 los ingenios generaron 5,6 millones de m3 de

aguas residuales, lo cual significó alrededor del 41% del total de las descargas a nivel

industrial. En contraste, en el año de 2005, solo había cincuenta y siete ingenios y ellos

significaron el 28% de la carga orgánica en los ríos del país‖ (Arreguín, 2011).

Poco se ha avanzado en un uso y cuidado sustentable del vital líquido, los procesos

productivos del azúcar de caña, se siguen dando a partir de un consumo muy alto de agua,

en la mayoría de las fases del proceso productivo el uso de agua es indispensable y además

se requiere sea limpia:

Cuadro 6.2. Consumo de agua en el proceso de elaboración de azúcar

Elaboración propia

Es recomendable que esta agua utilizada en los ingenios se devuelva al circuito, lo que

implica gran demanda de terreno para estanques con aspersión, grandes inversiones en el

caso de torres de refrigeración. Si el agua condensada excedente enfriada y el agua de caída

199

no se reintegran al circuito, pueden utilizarse por completo en el lavado, en lugar de agua

fresca, de este modo se reducen tanto el consumo de agua de la fábrica como también la

contaminación de las aguas residuales.

Es necesario invertir en I&D para desarrollar tecnologías que ahorren agua, existen

experiencias de otros países, especialmente Australia, (Palacios, 2011) donde se ha logrado

ahorros sustanciales de agua, al dejar de usarla en el procesos como el lavado y otros.

Descarga de aguas Residuales de los ingenios.

El Fideicomiso Ingenio Atencingo (FIA) define al agua residual como ―aquella que ha

sufrido cambios en su composición natural debido a la adición de agentes contaminantes

que impiden su reutilización para el proceso que lo generó‖. (FIA, 2014)

La gestión y el manejo de las descargas de aguas residuales. debe ser un asunto

fundamental en la operación de los ingenios; toda vez que muchas de sus actividades

producen este tipo de descargas como las que provienen del agua para desenlodamiento de

las calderas, de la purificación del extracto en las estaciones de evaporación y cocción

(condensado sobrante y agua de limpieza), de la refinación (agua de regeneración de los

intercambiadores iónicos), de la producción de alcohol, levadura, papel o tablero

aglomerado (si la melaza y el bagazo se transforman en la propia empresa), de la limpieza

de los patios y de las precipitaciones y de los sanitarios y baños de los trabajadores. Todo lo

cual implica la adopción y creación de tecnologías limpias referentes al agua.

200

Cuadro 6.3. Principales fuentes de agua residual en la elaboración de azúcar

Fase del

proceso

Consiste en. Uso de agua

Lavado Se lava la caña, se eliminan lodos e impurezas que pueden

alterar el color del azúcar. Debido a que estas aguas

llevan un ligero contenido de sacarosa, al ser vertidas

fomentan el crecimiento de algas que acaban con el

oxígeno provocando la muerte de peces. También se

agregan grasas y aceites de la lubricación de la

maquinaria, que entran en la clasificación de residuos

peligrosos de acuerdo a la NOM- 052-ECOL- 93.

Abundante,

Se recomienda el

lavado manual y

ser tratada en la

planta.

Evaporación Se elimina agua en forma de vapor y posteriormente esta

se condesa, esta agua recuperada en ocasiones llevan

consigo arrastres de azúcar, lo que representa una

contaminación, por la demanda bioquímica de oxígeno.

Moderada, dicha

agua se puede

reutilizar

Condensación Otro desecho de la etapa de cristalización son las aguas de

los condensados del vapor que se genera al evaporar el

jarabe en los tachos.

Escasa. Es posible

reutilizar

Mantenimiento Lavado del equipo, evaporadores y calentadores, en los

cuales se utilizan ácido clorhídrico y sosa cáustica para su

limpieza.

Moderada. Se

puede usar el agua

tratada

Baños WC y baños Uso racional Se

puede usar el agua

tratada.

Elaboración propia

El Programa para el cumplimiento de la NOM-001-SEMARNAT-1996, informa que a partir

de 2000, se ha dado a la tarea de realizar visitas de verificación a los usuarios obligados a

cumplir con la NOM en donde se toman muestras de las descargas y se analizan en

laboratorios acreditados por EMA (Entidad Mexicana de Acreditamiento). (Garduño 2003)

201

Cuadro 6.4. NOM-001-SEMARNAT-1996 Calendario gradual de cumplimiento

A partir de Carga Contaminante (tonelada/día)

DBO y sólidos Suspendidos Totales

1 enero 2000 Mayor de 3.0

1 enero 2005 de 1.2 a 3.0

1 enero 2010 menor de 1.2

DBO: Demanda Bioquímica de Oxígeno.

Fuente: Garduño (2003)

Durante el periodo 2000-2001, en el Programa se visitaron a 226 usuarios industriales,

comerciales y de servicios, se detectó que de los 168 usuarios detectados por no cumplir la

NOM, 54 correspondían a los ingenios azucareros.

Gráfica 6.1. Tipos de industria que no cumplen con la NOM 001-SEMARNAT 1996 EN 2000

Fuente: Garduño (2003)

Si tomamos en cuenta un universo cercano a 60, podemos observar que cerca del 90 % de

los ingenios mexicanos no cumplían con la NOM 54, por lo que se constituye como una de

202

las actividades económicas que más contaminan a los ríos y los depósitos de aguas

nacionales. La situación reciente de acuerdo a Morales (2011) puede verse:

―El uso del agua en un Ingenio Azucarero es sinónimo de contaminación ya que muy pocos

ingenios tratan sus aguas, solamente la almacenan y posteriormente la depositan en los ríos

cercanos a este, provocando grandes cantidades de contaminación para la flora, fauna y

seres vivos aledaños al Ingenio Azucarero.

Esta alta contaminación nos lleva a pensar y decidir en los cambios o practicas necesarias

para mitigar o eliminar la contaminación del agua, es un gran reto pero no es un imposible

ya que día con día se van generando y actualizando las técnicas y maquinarias para lograr

esto.

El ordenamiento de la gestión del agua en un ingenio debe tener como objetivo que la

cantidad de agua contaminada que tenga que verterse o tratarse sea la mínima posible y su

contenido cumpla con las NOM. De las medidas a tomar a nivel interno de la empresa, la

recuperación del agua debería ocupar el primer lugar.

La descarga de aguas residuales puede reducirse a un mínimo optimizando el diseño de los

circuitos internos del agua y aplicando métodos de depuración de eficacia comprobada

instalando plantas tratadoras de agua y laboratorio de análisis de aguas residuales, Esto

último es imperioso en algunos ingenios que aún no disponen de estas instalaciones, que las

plantas de tratamiento sean constantemente monitoreadas por las autoridad ambiental

correspondiente, así como hacer eficientes los sistemas de control de calidad de aguas

residuales y realizar las obras necesarias para la separación de los drenajes de fábrica y

pluvial‖. Morales (2011: 87).

Elena Gozalo (2007), señala que es necesario dar pasos para racionalizar el uso del agua en

la agroindustria azucarera, a partir de su clasificación, de acuerdo a la calidad de estas,

almacenamiento, conseguir modificar el proceso substituyendo las operaciones realizadas

por vía húmeda para otras de vía seca, modificando la maquinaria o bien renovando la

tecnología, otro tanto debe hacerse con las aguas de descarga.

Todo lo anterior implica un costo adicional que los propietarios y administradores de los

ingenios deben conscientemente asumir.

203

Ingenios de Puebla: testimonios con respecto al uso de agua.

Calipam

En trabajo de campo, el gerente del Ingenio Calipam nos informó acerca de la

problemática del agua en el Ingenio de Calipam en los años recientes:

―nosotros hacemos un convenio cada año con el comisariado ejidal, del ejido Calipam para

la utilización de un agua de canal; a cambio del agua para que me dan para el proceso, pues

les doy algunas cosas, el pago de la renta de unas presas, el arreglo del canal, se le da

arreglo al edificio del comisariado; así es como nosotros nos hacemos del agua, pero

después de febrero empezamos con muchos problemas se viene muy abajo el volumen de

agua, la sequía. Allá por inicios de la zafra que es por ahí por el mes de diciembre, a lo

mejor está entrando 350 - 400 litros por segundo; en el mes de Marzo la traigo a 70 - 80

litros; tenemos un pozo que hicimos en forma común, que da ahorita como 18, 20 litros por

segundo y de toda esa agua y de otro arroyito que se llama el canal los lobos, toda esa

agüita que juntamos Ahorita como ya viene anunciado el estiaje, pues baja mucho y los

ingenios son muy tragones de agua, en este momento vamos a echar a trabajar la torre de

enfriamiento, que es uno de los procesos que más emplea agua en la producción de azúcar y

recirculamos un poco el agua, porque los equipos que trabajamos donde se elabora el

azúcar, se calientan demasiado, ahorita en este momento yo estoy manejando alrededor de

60 grados el agua y eso ¿qué hace?, pues que mis equipos de elaboración tarden más, por

decir algo, si me tardo 20 minutos en hacer una templa pues se va a tardar 1 hora, entonces

es cuando metemos la torre de enfriamiento, bajamos el agua de 60, a lo mejor a 30 grados‖

(Entrevista con el gerente del Ingenio Calipam, Ricardo Janeiro, 6 de Marzo de 2014).

En lo que respecta a la política de reducción de consumo de agua en el ingenio de Calipam,

el gerente Lic. Janeiro, señala que aparte de la torre de enfriamiento, no existe otro proceso

que permita reutilizar el agua:

―Nada más es con la torre de enfriamiento, no hay otro método y aquí, toda el agua es como

le decimos nosotros a toda perdida, porque, ¿Qué quiere decir? Que toda el agua ya la uso y

yo la entrego más la caña, el 70 por ciento de la caña trae agua entonces la integramos, todo

eso a través de canales que tiene el comisariado, todo va a riego, le integro también lo que

nosotros le llamamos la cachaza, que es la tierra que separo, con un polvillo lo meto a un

filtro que se llama Oliver, a través de un vacío le quito lo que yo más pueda de la azuquítar,

204

y eso se hace una pasta, lleva lodo y es el bagacito fino, se hace una pasta, ya una vez que le

extraje lo que pude la suelto al agua y le agrego a la del campo y esa es buenísima como

fertilizante [tal como se indicó en la parte dedicada al cultivo de la caña] (Entrevista con el

gerente del Ingenio Calipam, Ricardo Janeiro, 6 de Marzo de 2014).

Sin duda el principal problema de Calipam es la disponibilidad de agua por parte del

ingenio. La escasa precipitación pluvial no permite que el canal se llene. Señala el

comisariado ejidal de Calipam:

―En Marzo, casi un mes antes de terminar la zafra, el agua ya es poca y muy sucia. Cuando

empieza la zafra hablamos, de 300 litros por segundo o hasta 400, pero conforme pasa la

zafra, y cuando empiezan los calores, el agua se evapora, ya para terminar la zafra baja a

100 a 120 litros por segundo‖ (Entrevista con el Sr. Salvador Gómez, comisariado ejidal de

Calipam, 7 de Junio de 2013).

Otro aspecto son las aguas residuales que el ingenio arroja a los campos de caña del ejido

de Calipam, agrega el comisariado ejidal

―la fábrica suele consumir mucha agua, la que ya se utilizó, sale como agua residual, pero

hirviendo, directo a nuestras cañas, como a diez compañeros en sus plantíos se les estanca

mucho el agua residual del ingenio, que sale de a más de 60 grados centígrados, se les han

quemado las cañas‖. (Entrevista con el Sr. Salvador Gómez, comisariado ejidal de Calipam,

7 de Junio de 2013).

También informa que existe un convenio que permite que una comisión realice un cálculo

de las pérdidas para llegar a un acuerdo del ingenio con el productor, para compensar sus

pérdidas. Concluye que

―Esa agua la ocupamos para el riego, Es de buen rendimiento porque lleva muchos

nutrientes. Pero también nos quema la caña, nos quema el tronco, sale muy caliente, sale

con ácidos, y sale a no sé cuántos grados de temperatura, pero llega el momento de que si

nos va machoneando el terreno […] Ha habido productores que han tenido pérdidas por el

agua caliente Si estamos hablando de una tarea, tarea y media, dos tareas, que se han

perdido por las altas temperaturas de las aguas residuales que salen ahí‖; agrega que mucha

agua, se queda en la zona urbana, mermando el agua y ocasionando un problema para zafrar

cada año aquí. Si no empieza en tiempo y forma y no hay muchos paros en fábrica se

205

molerá toda la caña, pero si, ya hay ese problema y más si no nos llovió, se tiene el riesgo

de que se quede caña parada sin cosechar, pero son problemas ajenos a nosotros, para el

productor, por no contar con el agua para poder zafrar (Ramírez, 2014).

Es necesario señalar que los productores cañeros de Calipam utilizan el termino ―zafrar‖

refieriendose a la cosecha pero tambien a la actividad que va ligada y en la cual el ingenio

muele su caña y la procesa en azúcar.

Otro testimonio, puntualiza, que salvo los daños que ocasiona la quema de los plantíos, las

descargas residuales del ingenio a los campos del ejido no les afectan, de acuerdo al Ing.

Cabrera dirigente de la CNPR en Calipam,

―dado el contenido de cachaza y de que ya no lleva químicos ni ácidos, se puede decir que

no nos afecta tanto nuestros cultivos, porque prácticamente el agua que presta el ejido

Calipam sale después, hasta con cachaza para enriquecer a los campos. el ingenio no

requiere tanta agua, únicamente la necesaria, pero se requiere de modernización de la

fábrica, en los fierros, esta fábrica es obsoleta, es viejísima, que todo se tiene que enfriar

con agua, y requiere de un volumen grande para poder zafrar‖ (Entrevista con el Ing. Victor

Cabrera, presidente de la CNPR Ingenio de Calipam, 8 de Marzo de 2014 ).

Todos los productores cañeros que se entrevistaron en Calipam coincidieron que el ingenio

no cuenta con planta de tratamiento de agua.

Atencingo

A diferencia de Calipam, el Ingenio de Atencingo, a declaración de su gerente no tiene

problemas graves de abastecimiento de agua, ya que las fuentes de que se disponenen son

del Río Nexapa y los pozos que utiliza en convenio con CONAGUA que ha instalado

medidores, a partir de los cuales el ingenio le paga el consumo del liquido.

De acuerdo al Informe del Fideicomiso Industrial Atencingo 2014 (FIA), se señala que

existen políticas de cuidado del liquido que buscan recuperar lo maximo posible del

proceso, lo que implica su reutilización, a partir de las siguientes acciones:

a) Recuperar el excedente de condensado que se pierde en descargas al drenaje.

206

b) Conectar directamente el condensado recuperado, al tanque elevado para eliminar la

entrada de agua de aprovechamiento a manantiales o pozo.

c) Recuperar todos y cada uno de los circuitos de enfriamiento en fábrica que se descargan

directamente al drenaje.

El ingenio de acuerdo al Informe (2014) cuenta con medidores totalizadores de los

volúmenes de agua de aprovechamiento de manantiales (superficial) y subterráneo (pozo

industrial), en donde se toman las lecturas diariamente, y al final del trimestre se hace el

cálculo del volumen consumido en cada aprovechamiento, así como el cálculo del

correspondiente a la CONAGUA.

Los medidores cuentan con certificado de calibración por una compañía externa con

acreditación ante la EMA y que se encuentran registrados ante la CONAGUA.

Con la implementación de este proyecto se promueve el uso adecuado y racional de los

recursos naturales. Como puede verse de la gráfica 6.2 y el cuadro 6.5, en Atencingo, la

política de recuperación de agua ha logrado que disminuya drásticamente su consumo y por

ende su desperdicio por parte del ingenio.

Cuadro 6.5. Aprovechamiento de agua Ingenio Atencingo

AÑO M3

2010 1 045 727

2011 1 272 942

2012 764 768

2013 399 065

Fuente: FIA, Informe 2014

207

Gráfica 6.2. Ingenio de Atencingo Aprovechamiento de agua industrial

Fuente: FIA, Informe 2014

Manejo de aguas residuales en Atencingo

En el Ingenio de Atencingo, de acuerdo al Primer Informe de Comunicación del Progreso

del Fideicomiso Ingenio Atencingo (FIA) 2012-1023.

―existen acciones para atender la descarga de las aguas residuales del proceso industrial al

cuerpo receptor, en condiciones que no causen impactos ecológicos, en estricto apego al

cumplimiento normativo vigente, así como realizar el uso adecuado del agua, a través de

uso racional y correcto‖.

El proceso utilizado es el tratamiento biológico aeróbico del agua residual generada en el

ingenio para descargar agua que cumpla con la Norma oficial mexicana NOM-001-

SEMARNAT-1996, descarga para riego agrícola a cuerpo receptor tipo A.

Para conseguir la eliminación de estos y otros contaminantes es necesaria la aplicación

conjunta de diversos procesos de tratamiento, los cuales se clasifican en:

208

a) Operaciones físicas unitarias,

b) Procesos químicos unitarios y

c) Procesos biológicos unitarios.

La remoción de la DQO (Demanda Química de Oxigeno) es el parámetro crítico para

evaluar la eficiencia del tratamiento.

Se construyó un sistema de aireación para la planta de tratamiento de agua residual (PAR)

del fideicomiso ingenio Atencingo 80326 con capacidad de 30 litros por segundo‖ (FIA,

2014).

El FIA (2014) proporciona los siguientes datos históricos de la descarga de aguas residuales en el

Ingenio de Atencingo:

Cuadro 6.6. Descarga de aguas residuales a cuerpos receptores Ingenio Atencingo

AÑO M3

2010 1 454.768

2011 1 125 426

2012 683 188

2013 405 729

Fuente: FIA, Informe 2014

Como puede verse, de acuerdo al cuadro 6.6, los volumenes de aguas residuales que el

ingenio arrojada a los cuerpos receptores han ido disminuyendo.

―Con la implementación de este proyecto se evitara contaminar el cuerpo receptor declarado

en nuestro título de concesión para descarga de agua residual y autorizado por la

CONAGUA, que es el rio Nexapa, al cumplir con los límites máximos permisibles en

cuanto a los contaminantes DQO Y Sólidos suspendidos totales (SST).

El alcance de este proyecto es logar tratar todas las descargas de aguas residuales del FIA.

En la zafra 2014-2015 la meta es eliminar la descarga del agua residual al cuerpo receptor,

reutilizando esta agua para ser usada como agua de servicios una vez que cumpla con los

parámetros fisicoquímicos declarados de DQO y SST‖. (FIA, 2014)

209

Para eliminar el impacto ambiental del agua los centros de trabajo deben de mantener

dentro de norma sus aguas residuales antes de su descarga a los cuerpos receptores; de no

ser así, se hace necesaria la inversión en plantas de tratamiento para normalizar esta

descarga. En ocasiones la inversión en plantas de tratamiento es necesaria por la naturaleza

de los procesos productivos. Señala FIA que

―En 2012 se asignó y autorizo un presupuesto para la construcción de una planta que trate

todas las aguas residuales del FIA, en promedio 30 litros por segundo, asegurando la

descarga de aguas en apego al cumplimiento de la normativa aplicable, estamos en proceso

de la puesta en operación de la planta de tratamiento de aguas residuales‖. (FIA, 2014)

6.3.2 Consumo energético en los ingenios poblanos

Los ingenios utilizan combustibles fósiles como el petróleo y gas natural como fuentes de

energía para mover la maquinaria, calderas y generar energía eléctrica; también cabe

mencionar que el bagazo como combustible se ha ido convirtiendo en la principal fuente

energética. De éstos combustibles el gas natural es el que menos problemas de

contaminación crea, ya que se quema en su totalidad al utilizarse.

Es recomendable utilizar el bagazo producido por el ingenio, este es suficiente para cubrir

la demanda de energía de la fábrica.

El bagazo excedente puede utilizarse para la generación adicional de energía eléctrica

destinada a la red pública (ámbito de actividad Centrales eléctricas) o para la producción de

brikets (abastecimiento energético para los hogares domésticos). Además, el bagazo sirve

de materia prima para la fabricación de tableros de fibra dura, cartón o papel (ámbito de

actividad Industria de madera y del papel).

La utilización del bagazo como combustible, ha permitido que con su utilización se

sustituyan a otros combustibles de origen fósil como el petróleo. Como se ha visto, el

bagazo es biomasa que queda de la caña de azúcar una vez exprimido su jugo en el proceso

productivo y es quemado en las calderas para producir vapor de alta presión utilizado en el

proceso productivo del azúcar, como son mover las turbinas de los molinos y las

desfibradoras que prepara la caña. La combustión del bagazo ha permitido que los ingenios

210

produzcan energía eléctrica a través de turbogeneradores, permite servir de fuente de

energía en otros procesos productivos, para el bombeo de agua de pozos y la iluminación.

Un indicador muy importante a tomar en cuenta y del cual se tienen los datos es el de

consumo de petróleo en términos absolutos por tonelada de azúcar producida, la fuente de

energía para la generación de vapor por los ingenios, la generación propia de energía

eléctrica. etc.

A continuación presentamos algunos datos que por permiten comprender la evolución y

composición del consumo energético de los ingenios de Puebla.

En lo que respecta al ingenio de Calipam, en los últimos ciclos agrícolas (zafras) se ha

reducido paulatinamente el consumo de petróleo, tanto en términos absolutos, como en

relación a los litros de petróleo utilizados en producir una tonelada de caña, como puede

apreciarse en el cuadro 6.7.

La reducción del consumo de petróleo y combustibles fósiles en los ingenios de Puebla y a

nivel nacional, se explica por la sustitución de esas fuentes de energía por bagazo. Este

hecho se refleja igualmente en el aumento de generación de vapor en los ingenios de Puebla

y en el cada vez menor de consumo de electricidad a la CFE, dado que se genera más

electricidad propia en las plantas de la región.

Podemos ver que, en el caso de Calipam el ahorro en el consumo energético que se presenta

no está exento de algunas dificultades en ciclos anteriores, tal como sugiere la observación

de la gráfica 6.3, donde parece levemente repuntar el consumo de combustibles de origen

fósil, este hecho se explica por los problemas de índole financiero - técnico que lo orillaron

a tener muchas horas perdidas, o a parar la producción. Es necesario señalar que las

calderas que utilizan bagazo, requieren que a éste se le agregue petróleo, en especial para

arrancar las calderas, aunado a que volver a echar a andar la maquinaria de un ingenio

requiere de un consumo mayor de petróleo que al estar funcionando normalmente.

211

212

Gráfica 6.3. Petróleo consumido en Fábrica. Ingenio de Calipam 2004-2014

Fuente: elaboración propia con datos de Unión Nacional de Cañeros, A.C.-CNPR (2013)

Gráfica 6.4. Generación de energía eléctrica (KWH) a partir del bagazo. Ingenio de Calipam

Fuente: elaboración propia con datos de Unión Nacional de Cañeros, A.C.-CNPR (2013)

En el caso de Atencingo la tendencia de ahorro de combustibles fósiles se presenta de

manera consistente y en proporciones cada vez mayores. Esto se puede observar más

claramente en la siguiente estadística:

213

214

Gráfica 6.5. Petróleo consumido en Fábrica. Ingenio de Atencingo 2004-2014

Fuente: elaboración propia con datos de Unión Nacional de Cañeros, A.C.-CNPR (2013

Gráfica 6.6. Petróleo consumido en Fábrica por tonelada de caña (litros).

Ingenio de Atencingo 2004-2014

Fuente: elaboración propia con datos de Unión Nacional de Cañeros, A.C.-CNPR (2013

215

Gráfica 6.7. Generación de energía eléctrica (KWH) a partir del bagazo. Ingenio de

Atencingo

Fuente: elaboración propia con datos de Unión Nacional de Cañeros, A.C.-CNPR (2013

6.3.3 El problema de la contaminación del aire de los ingenios de la Región Puebla

Las emisiones a la atmósfera derivadas de la elaboración de azúcar en ingenio

corresponden a humo, los gases de combustión en las calderas, partículas de carbón y las

partículas de bagazo, que al igual que la quema de caña acrecientan el deterioro ambiental.

El consumo de petróleo emite principalmente CO2 y otros gases que contribuyen de manera

activa al efecto invernadero y por consiguiente al calentamiento global y a otros fenómenos

como la lluvia ácida. El bagazo utilizado como energético produce una gran contaminación

por todo el tizne emitido y por el CO ya que es quemado con una gran humedad.

Las partículas de carbón y cenizas también generan importantes daños, como la

contaminación de cuerpos de agua, contaminación de suelo e intoxicación de flora y fauna.

También son responsables de enfermedades de índole respiratoria y ocular que padecen los

trabajadores y habitantes que viven cerca de los ingenios.

216

Las partículas de bagazo generan un impacto negativo en la salud humana, ocasionando un

padecimiento llamado neumonitis por hipersensibilidad, mejor conocido como ―bagazosis‖

y que pertenece al grupo de enfermedades bronco-respiratorias.

En entrevistas con los representantes de organizaciones cañeras, comunicaron que un

problema ambiental considerable es el tizne o ceniza que el ingenio en su actividad arroja al

ambiente, lo consideran que como un grave problema. Los habitantes de Calipam se

quejan:

―llego una época que tuvieron que ponerle un tipo de filtros al chacuaco, a las calderas,

para que la cenicilla ya no saliera como estaba saliendo, las señoras que tenían su ropa

tendida, se las manchaba, un montón, antes caía más. Era peor, en las madrugadas amanece

así, viene el aire y se lleva todo eso‖. (Cabrera, 2014) ―los niños siempre andan con los ojos

irritados y con gripa, en tiempo de zafra todos los chamacos se enferman por estar

respirando y luego la escuela está enfrente al ingenio, a esta hora todo el humo cae, los

niños ahí respirando cuando salen al recreo, la ropa amanece toda manchada, las señoras

hacen un coraje encabronado, un día lavan y al otro dio todo está manchado, las playeras de

los chamacos, su ropa…‖. (Ramírez, 2014)

Sin embargo, el gerente del ingenio a pregunta expresa refutó:

―aquí en la escuela no he tenido quejas, las 2 chimeneas, cuando sale la ceniza del petróleo,

del bagazo, medio lo lavo con agua porque no puedo darme mucho el lujo de usar mucha

agua, le metemos una cortina de agua, y ahí atrapamos muchas partículas de carboncito y de

todo eso que se quema, y la otra cuando se quema la otra ceniza que no es maligna‖

(Entrevista con el gerente del Ingenio Calipam, Ricardo Janeiro, 6 de Marzo de 2014).

De acuerdo a la Guía de protección ambiental (1996): los ingenios liberan a la atmosfera

gases de humo provenientes de la combustión de sus calderas, liberando junto a esos humos

hollín y ceniza. En el proceso de extracción y de la purificación del jugo se utiliza

amoniaco, sus remanentes se desechan al ambiente, en estado gaseoso, dado que se evapora

fácilmente, y en estado líquido en las aguas residuales que se liberan en esta fase de la

producción conjuntamente con el azufre remanente de la utilización del ácido sulfúrico.

Las emisiones de las plantas de producción de energía y de secado pueden limitarse

aplicando técnicas de purificación desarrolladas. Especialmente en el caso de utilizar

217

bagazo como combustible hay que contar con filtros importantes de hollín y cenizas‖, lo

que al parecer el ingenio de Calipam adolece.

Acciones de protección ambiental uso de tecnologías

El estudio del Colpos; (2003)señala algunas de las tecnologías que actualmente están

utilizando algunos ingenios del país para la descontaminación del ambiente, estas son: a)

lavadoras de gases de combustión y separadores ciclónicos de gases de combustión en el

área de calderas; b) maquinas hidrolavadoras instrumentos que realizan la limpieza de

calentadores, evaporadores y tachos utilizando agua a alta presión, evitando el uso de

productos químicos; c) instalación de torres de enfriamiento de agua para recircularla; 4) la

puesta en operación de plantas de tratamiento de aguas sanitarias, uso las aguas residuales

para el riego agrícola.

Y enumera igualmente algunas de las acciones que los ingenios mexicanos ya han

emprendido para mitigar el impacto ambiental en la agroindustria azucarera.

Realización de auditorías ambientales voluntarias por parte de un gran número de

ingenios.

Estudios y diagnósticos del problema general de la contaminación que genera la

industria.

Instalación de trampas para grasas y aceites

Taques neutralizadores de lavados ácidos y alcalinos

Tolva para desalojo de cachaza (no diluida)

Sistema de recuperación y enfriamiento de aguas departamentales

Sustitución de condensadores mutijet por equivalentes tipo cascada

Torres de enfriamiento de agua de condensados

Eliminación de la sulfitación (Proceso de azúcar estándar)

Automatización de operaciones en el proceso

Colocación de ciclones colectores de polvos en los almacenes de azúcar

218

Separadores electroestáticos y ciclones colectores de humos y polvos fugitivos en

calderas

Empleo de máquinas hidrolavadoras (para evitar el uso de sosa y ácido)

Construcción de estanques sedimentadores para recirculación del agua de lavado de

caña.

Construcción de almacenes temporales de productos químicos y residuos peligrosos.

Lagunas facultativas para el tratamiento de los residuales hidráulicos

Utilización de aguas residuales para riego agrícola.

Los efectos que el proceso de la obtención de azúcar y la elaboración de los subproductos

derivados tienen sobre el ambiente son muy variados. Pueden reducirse a unos niveles

aceptables, en parte fijados por la legislación, aplicando métodos y procedimientos de

probada eficacia y que mínimamente cumplan con normatividad ambiental mexicana

(tomado de Colpos; 2003).

6.3.4 Descarga de residuos sólidos en los ingenios de la región Puebla

Todos los desechos sólidos generados en los procesos productivos deben ser manejados a

través de lineamientos establecidos para su adecuada disposición, estas actividades van

desde su identificación, su caracterización y su manejo.

En el informe de FIA (2014) se indica que en el Ingenio Atencingo, los desechos sólidos se

manejan y se disponen bajo lineamientos previamente establecidos, aunque reconoce que a

la fecha no se tiene establecido un proceso de medición del manejo de los desechos sólidos,

que permitan identificar el impacto y alcance generado por su adecuado manejo.

a) Se tiene identificados como desechos sólidos la ceniza generada en Calderas, los lodos

generados en el área de Batey y la chatarra generada en las diferentes áreas de Fábrica.

b) De la ceniza y los lodos se tiene realizada su caracterización, para determinar el manejo

que se debe dar para su disposición, estos se clasifican como residuos sólidos no peligrosos.

c) Los lodos se disponen como mejoradores de suelo de los campos de cultivo, la ceniza se

dispone al interior del Ingenio para nivelar terrenos y la chatarra, se dispone para su

reciclado.

219

Debemos trabajar en la medición en cantidad de los desechos sólidos que se disponen de

manera adecuada (FIA, 2014).

6.4 Políticas ambientales en la agroindustria azucarera

La participación de los ingenios de la región Puebla en la política ambiental hacia la

industria.

El antecedente más lejano de la aplicación de lo que puede llamarse regulación o política

ambiental en la actividad económica de la agroindustria azucarera, lo encontramos en la

Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, (LGEEPA) que es el

instrumento fundamental de la operación de la política ambiental. Sus aspectos básicos en

lo referente a la Industria fueron establecer disposiciones para el control de la

contaminación de la atmósfera, del suelo, del agua, el control de materiales y residuos

peligrosos, la clasificación de las fuentes de contaminación y las sanciones para quienes

violaran la Ley.

Aquí es importante señalar de acuerdo a Argüello (2009) que la LGEEPA en los artículos

28 y 29 señala a varias industrias, y de manera particular a la Industria Azucarera como

sujeta de evaluación de impacto ambiental por parte del gobierno Federal a través de la

Secretaría destinada al cuidado del ambiente. Para la autoridad ambiental, la evaluación de

impacto ambiental es el proceso orientado a establecer las condiciones a las que se deben

sujetar la realización de obras o actividades que puedan causar desequilibrio ecológico o

rebasar los límites para proteger el ambiente y preservar y restaurar los ecosistemas, y que

se aplica a fin de reducir al mínimo sus efectos negativos sobre el ambiente.

La autoridad ambiental en México es la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales

(SEMARNAT), cuya función es atender de manera integral la agenda ambiental en la que se

incluyen tanto la gestión de los recursos naturales renovables como el cuidado del medio

ambiente; de esta secretaría dependen 2 organismos desconcentrados (Instituto Nacional de

Ecología (INE) y la Procuraduría Federal de Protección ambiental (PROFEPA).

En lo que respecta a las acciones de la PROFEPA en el ámbito industrial, tiene dos vertientes. Una

la auditoría ambiental; otra, la verificación normativa. La primera es un programa dirigido a las

empresas que, por sus procesos de producción, o por su ubicación el sector de actividad en que se

220

encuentran, representan riesgos al medio ambiente. Una característica fundamental es que las

empresas lo adoptan de manera voluntaria y a iniciativa propia; no hay una obligatoriedad.

Las auditorías ambientales se han aplicado principalmente a las grandes empresas privadas, las

paraestatales de gran tamaño y en una pequeña proporción a las empresas de menor tamaño.

Mediante éstas, la Procuraduría verifica el grado de cumplimiento de las diversas normas en el

conjunto de las operaciones de la empresa, tales como prevención y control de la contaminación

ambiental, riesgo e higiene industrial, así como medidas de seguridad en el establecimiento

industrial. Una vez detectadas las deficiencias se dictan medidas preventivas que son monitoreadas

por la PROFEPA a través de la firma del plan de acción con la empresa que ha sido auditada. Es

importante señalar que la inmensa mayoría de las empresas (medianas, pequeñas y micro) no

participan en el programa de auditorías ambientales.

En lo que respecta a la verificación normativa, esta se ejerce mediante visitas de inspección que

dan lugar a sanciones administrativas o a que se dicten medidas técnicas para la corrección de

problemas detectados.

El gobierno mexicano, a través del Instituto Nacional de Ecología (primero dependiente de

SEDESOL y después de SEMARNAT) instrumentó una estrategia ambiental para la

industria mexicana en el contexto de la integración de México a la OCDE y al TLC. En

dicha estrategia se plantea el logro de la competitividad así como la protección del empleo y

la salud. Ahí se expone la situación de las industrias más contaminantes del país, donde se

incluye a la industria azucarera, para la que plantea la necesidad de disminuir las diversas

emisiones contaminantes con la ayuda de la tecnología.27

[…] Otro aspecto de la política

ambiental, es realizar auditorías ambientales, lo cual ha traído algunos beneficios, pues en

cierta forma ha obligado a algunas empresas a hacer algunas modificaciones en sus

instalaciones industriales. En el caso de la industria azucarera. Hoy en día existen formas de

certificación de la calidad ambiental en los ingenios azucareros, tal como el ISO 14000, que

han logrado algunos ingenios. Argüello (2009: 171)

27

―El control de las emisiones contaminantes puede lograrse a través de distintos sistemas como son: las

torres de enfriamiento; espesadores de lodos para su disposición posterior en rellenos sanitarios o

confinamientos controlados; plantas de tratamiento de fluidos de tipo aeróbico o anaeróbico y sistemas de

purificación o recirculación del agua, entre otros‖ (Arguello]

221

En nuestro país, la política ambiental dirigida hacia la industria parte del principio de no

utilizar acciones regulatorias directas, más bien se diseñó para que las empresas llegaran a

una autorregulación voluntaria, con tenga un carácter preventivo más que correctivo. Se

pretende racionalizar el uso de instrumentos de que dispone la política ambiental, siguiendo

el principio de la estandarización de los instrumentos, por consiguiente son pocos los

instrumentos utilizados, descartándose en particular la aplicación de impuestos ecológicos.

La autoridad ambiental en México promueve con fuerza la utilización de instrumentos de

política ambiental de tipo voluntario, con la finalidad de promover las acciones de

autorregulación de las empresas, como son los convenios de concertación entre la industria,

autoridad, las auditorías ambientales y la certificación ISO 14001.

Debido a estas características de la política ambiental, los instrumentos de regulación

ambiental utilizados por los ingenios son las auditorías ambientales, lo han hecho de

manera voluntaria, éstas se llevaron a cabo a iniciativa de las empresas, aceptando que la

PROFEPA revisara sus procesos productivos y conociera las condiciones de contaminación

y riesgo con que opera, así como las instalaciones; para a partir de sus hallazgos,

determinar el grado de cumplimiento de la normatividad ambiental, de los estándares

internacionales y de buenas prácticas de operación e ingenierías aplicables y la elaboración

conjunta, ingenio y PROFEPA en las que se plantearan las medidas preventivas y

correctivas (Plan de Acción) para proteger el medio ambiente. A nivel nacional son escasos

los ingenios que han logrado aprobar las auditorías ambientales, en el estado de Puebla,

Atencingo está en proceso de aprobarla.

Sin embargo, los resultados de las auditorías ambientales no son públicos. Una de las tareas

a desarrollar en nuestra investigación es conocer los resultados de las auditorias aplicables a

los ingenios de la región de Puebla.

Es de señalar que un buen número de ingenios del país han aceptado que se realicen

auditorías ambientales voluntarias, algunos autores como Arguello, señalan que esto ha

sido en beneficio de ambiente, ya que han obligado a algunas empresas a hacer algunas

modificaciones en sus instalaciones industriales, también señala existen otras formas de

certificación de la calidad ambiental en los ingenios azucareros, tal como el ISO 14000, que

han logrado algunos ingenios.

222

En lo que respecta a su participación en las acciones de regulación voluntaria comprendidas

en las políticas ambientales mexicanas. El ingenio de Atencingo participa en el programa

de Auditoría Ambiental de PROFEPA, aunque no ha logrado su aprobación. Resultado de

la primera auditoría se documentaron un total de 809 incumplimientos los cuales se han

atendido y otros están en proceso de atención. Los hallazgos encontrados fueron los

siguientes:

Cuadro 6.9. Hallazgos encontrados en de la Auditoría Ambiental a la FIA. 2014

rubro No. De hallazgos

Aire 70

Agua 150

Suelo y subsuelo 24

Residuos peligrosos 144

Residuos no peligrosos 22

Residuos de manejo especial 26

Ruido 7

Recursos naturales 5

Riesgo ambiental 348

otros 13

Fuente: FIA 2014

Desde 2008 el Fideicomiso Ingenio Atencingo, ha trabajado en atender los hallazgos, en

julio de 2013 se reportó en el informe el 79 %, de avance del Plan de Acciones a la

PROFEPA, solicitando una nueva prórroga para el cumplimiento de las acciones restantes,

ya que estas necesitan una erogación mayor (proyectos). Se plantea su cumplimiento para el

año 2014 y 2015.

―Tenemos la responsabilidad de identificar de manera integral los procesos productivos del

Ingenio, para evaluar y minimizar o evitar su impacto al medio ambiente y Mejorar la

imagen empresarial ante la sociedad‖. (FIA, 2014).

El ingenio de Atencingo, de acuerdo a la información proporcionada por su gerente, no

participa en la certificación ambiental ISO 14001

Por otra parte y en lo que respecta al ingenio de Calipam, en nuestra visita de campo, a

pregunta expresa, el gerente señaló que el ingenio no ha querido participar en el programa

223

de auditorías ambientales voluntarias de la PROFEPA, ni tampoco ha intentado obtener la

certificación ambiental ISO 14001

―No, no la he buscado ahorita, porque la verdad no tenemos mucho tiempo para

organizarnos sobre eso, pero creo que ya con las certificaciones que tenemos para mí

suficientes y las mantenemos, más que nada hay que mantenerla y paso todas tengo la de

COSOS la de HHASA (otras certificaciones relativas al producto), la certificación también

de lo orgánico, o sea que realmente el pasar a otra, ya me exigen una serie de adquisiciones

que en su momento no cuento con ello, tenemos lo básico y lo que requieren para el

producto inocuo no y todo eso y vamos bien‖ (Entrevista con el gerente del Ingenio

Calipam, Ricardo Janeiro, 6 de Marzo de 2014).

Un tercer referente en la regulación ambiental de la agroindustria azucarera se encuentra en

las Normas Oficiales Mexicanas Ecológicas (NOM-ECOL), que se orientan de una manera

más explícita hacia el logro de objetivos ambientales precisos, de tal manera que en éstas

se establecen los siguientes rangos de contaminantes que no puede rebasar la actividad

productiva. El siguiente cuadro presenta las NOM- ECOL que se aplican a las actividades

derivadas de la agroindustria azucarera mexicana.

A continuación se presentan algunos aspectos de la legislación ambiental nacional y las

principales Normas oficiales mexicanas (NOM) relativas a la agroindustria azucarera.

En la Norma Mexicana (NOM – 002 – ECOL – 1993), se establecen los límites máximos

permisibles de contaminantes en las descargas de aguas residuales a cuerpos receptores,

provenientes de la industria productora de azúcar de caña.

En la Norma Mexicana (NOM-085-ECOL-1994), establece los niveles máximos

permisibles de emisiones a la atmósfera de humos, partículas suspendidas totales (PST),

bióxido de azufre y óxido de nitrógeno para fuentes fijas, que utilizan combustibles fósiles,

sólidos, líquidos o gaseosos o cualquiera de sus combinaciones.

En la Norma Mexicana (NOM-024-SSAI-1993), establece el valor máximo permisible

para la concentración de PST en el aire ambiente.

En la Norma Mexicana (NOM-001-ECOL-1996), se establecen los límites permisibles de

contaminantes en las descargas de aguas residuales en aguas y bienes nacionales.

224

En la Norma Mexicana (NMX-AA-118-SCFI-2001), indica las técnicas para el registro de

emisiones y de transferencia de contaminantes y contiene una lista de sustancias e informe.

En lo referente a la relación ambiental – riesgo laboral, para Arguello (2009), la nueva

política ambiental en el sector cañero-azucarero ha logrado algunos avances, pues se han

identificado problemas ambientales serios que hoy en día son sancionados y algunas

empresas han ido cambiando sus sistemas y métodos productivos, puntualiza: que si bien

en los años recientes se han advertido algunos cambios tecnológicos en algunos ingenios,

en la mayoría del resto del país, se continua presentando una situación laboral riesgosa,

debido a los siguientes factores: a) el mal estado de las instalaciones, pues a pesar de la

supuesta reconversión azucarera, la modernización quedó en remiendos, a pesar de que el

sector cañero-azucarero ha logrado algunos avances en el aspecto de la regulación,

―pues se han identificado problemas ambientales serios que hoy en día son sancionados y

algunas empresas han ido cambiando sus sistemas y métodos productivos, aunque falta aún

mucho por hacer. En este contexto, cabe mencionar el modelo de gestión SIMAPRO, que

permite medir ―el uso de los medios de protección personal, los accidentes y el orden y

limpieza…‖ […] lo cual ha permitido disminuir algunos riesgos físicos en los ingenios. […]

la planeación ambiental debe ser un medio y fin por sí mismo‖, y no responder a intereses

particulares, que son los que han frenado la introducción de nuevas formas energéticas en la

industria en general y no han visualizado el potencial que tienen los derivados de la caña de

azúcar en el caso de la industria azucarera‖. (Argüello, 2009: 173).

225

CONCLUSIONES Y PROPUESTAS

Algunos alcances de esta Investigación en relación a las propuestas iniciales.

Esta investigación partió del objetivo inicial de analizar las políticas públicas dirigidas a

mejorar el medio ambiente y a contribuir al arribo de la sustentabilidad. Se partía de la idea

optimista de que un adecuado diseño y aplicación de las políticas públicas contribuiría a

alcanzar el objetivo del desarrollo sustentable. En un primer intento de concretización se

planteó investigar la relación existente entre las políticas públicas y la conducta ambiental

de las empresas mexicanas.

Se sugería, de manera más optimista que objetiva, que una adecuada política pública de

regulación ambiental contribuiría de manera importante para que la industria nacional

mejorara su ecoeficiencia, es decir, que avanzara hacia procesos productivos limpios y

sustentables, más aún, se tenía la confianza, de que los empresarios ampliaran su acción

hacia horizontes éticos, que les permitiera adquirir una mayor ―conciencia ambiental‖.

Todo esto, motivado por los estudios previos de los temas ambientales, influenciados por la

economía ambiental, en los que la referencia obligada era la idea de desarrollo sustentable

como un paradigma de progreso, en el que los empresarios estaban dispuestos a ser parte de

éste.

En el primer Coloquio del Doctorado, no dudé en incorporar en mi ponencia, el concepto

de ―externalidad ambiental‖, desarrollado de manera analítica por Beamol y Oates, en un

texto clásico de la economía ambiental; también presenté el concepto de ―impuesto

ambiental‖, que es un aporte fundamental desarrollado por Cesar Pigou, (distinguido

exponente del pensamiento neoclásico) en el que propone que la autoridad establezca

impuestos por el exceso de emisiones contaminantes de las empresas, con la intención de

estimularlas a promover innovaciones tecnológicas para reducirlas, para de esta manera

disminuir su carga impositiva y en consecuencia sus costos. Sin embargo, la economía

ambiental ha abandonado este concepto en sus análisis y de sus propuestas de política

ambiental.

Coincidiendo con la idea de que la innovación tecnológica es una solución para mejorar la

conducta ambiental de las empresas y que la incorporación de procesos productivos más

226

limpios, acompañados de una regulación, ―adecuada‖, permitirían elevar la productividad

de las empresas con un mayor respeto al ambiente. Este hecho implicaba la necesidad de un

cambio cultural de los empresarios dispuestos a ver en la mejora tecnológica ambiental un

compromiso de responsabilidad al ambiente.

La intervención del tema de investigación, permitió visualizar posteriormente, la

inconsistencia de algunas de sus percepciones iniciales fundadas en el análisis de la

economía ambiental y su praxis social que se retomaron como los conceptos y categorías

iniciales a utilizar.

La mayoría de las investigaciones en torno a la problemática ecológica y sus soluciones

tienen como fundamento los postulados de la economía ambiental, que centra su análisis en

el funcionamiento del mercado a través de los precios de los bienes y servicios ambientales,

cuyo referente sería el indicador fundamental en la toma de decisiones de los agentes.

Los modelos de análisis basados en el dogma neoclásico, (que retoma la economía

ambiental), logran ―explicar‖ la realidad compleja, simplificándola de manera forzada, a

partir de abstracciones de los fenómenos económicos a analizar, y aunque la ―realidad

objetiva‖ no responda a sus pronósticos, argumentan que se debe a ―fallos‖ del mercado y

vuelven a aplicar el mismo esquema hasta el infinito. Los centros de formación

universitarios están copados por el dogma neoclásico, aplicado en los postulados de la

economía ambiental.

Sin embargo la realidad objetiva está determinada por una crisis ecológica cada vez más

profunda, que se inserta en una crisis civilizatoria que vislumbra que la humanidad se

encamina a una situación limítrofe en muchas manifestaciones, entre ellas: la

superexplotación del trabajo y de la naturaleza, el aspecto más dramático de esta última, lo

ubicamos en el calentamiento global, como consecuencia de que se ha rebasado en mucho

los límites del crecimiento industrial y urbano del planeta.

Fue fundamental la necesidad de apoyar nuestra investigación, en una visión crítica al

dogma neoclásico. La economía ecológica a pesar de tener un impresionante cuerpo de

teoría, no se vislumbra como un modelo metodológico, sistematizado y ordenado, como si

sucede con la economía ambiental, Se retomó la propuesta de la economía ecológica de que

227

las soluciones en materia ambiental deben tomar en cuenta los indicadores biofísicos de

sustentabilidad y no basarse únicamente en indicadores ambientales tasados en unidades

monetarias, desde una perspectiva crematística. Lo anterior implica que las políticas

ambientales sean resultado de un amplio análisis multidisciplinario e incluyan la voz de

todos los sujetos sociales involucrados en el daño al ambiente.

Por eso, el siguiente paso fue descubrir los aspectos teóricos metodológicos que

pudiéramos retomar para nuestro análisis de los postulados, dispersos pero muy profundos

de la economía ecológica y de otros enfoques teóricos críticos al pensamiento neoclásico,

como el ecologismo popular o ecologismo de los pobres, que desde el inicio de esta

investigación, se consideró necesario retomar sus conceptos y categorías, de una manera

crítica; Martínez Alier, uno de sus principales exponentes reivindica una distribución

ecológica justa; es decir se manifiesta en contra de por las asimetrías y desigualdades

sociales y temporales en el uso de los recursos y servicios ambientales, además, de luchar

también por una distribución justa de la propiedad, manifestándose en contra de la

privatización de aquellos recursos que se consideran de propiedad comunal. Fue de esta

manera que retomamos el concepto de distribución ecológica como una opción al concepto

de externalidad ambiental.

El análisis teórico, permitió descubrir las falacias que la economía ambiental, fundada en el

modelo neoclásico encierra per se , y ubicar la desmitificación que se está gestando del

concepto de ―desarrollo sustentable‖, que al iniciar el presente siglo, ya presentaba signos

de desgaste de tanto uso, sin que estuviera acompañado de mejoramientos tangibles de los

indicadores ambientales globales y locales. Sin embargo, el concepto en referencia, ya es de

uso común en las fuentes de consulta ampliamente dominadas por los postulados de la

economía ambiental y por consiguiente en la consabida ideologización del dogma

neoclásico.

La indagación en torno a la economía ecológica nos permitió conocer los aportes de Nicolo

Gligo, que plantea que el uso del concepto de desarrollo sustentable conduce a trampas

semánticas que confunden y poco aportan a los estudios y a las propuestas relacionadas con

la problemática ambiental; su obra contribuye a las discusiones que se han dado en torno al

concepto de ―desarrollo‖, que se dio en los años 70 entre dependentistas y cepalinos, para

228

lo cual, el autor hace un recuento de textos fundamentales de los economistas

latinoamericanos, de la talla de Sunkel o Furtado que ya mencionaban el alto costo

ambiental que se pagaba por el proceso de evolución que atravesaban las economías

latinoamericanas para alcanzar el desarrollo.

Gligo pone un manto de duda al hablar más de ―crecimiento‖ que de ―desarrollo‖ y

coincide con Naredo, en que el termino de desarrollo sustentable permitió una conciliación

entre ―desarrollistas‖ y ―conservacionistas‖, que al menos en el discurso, lograron superar

la contradicción de alcanzar la meta del crecimiento económico con viabilidad ecológica,

logrando inmiscuir en este objetivo a los movimientos sociales ecologistas, por lo que

concluyen que el concepto en referencia, ha resultado ser una falacia más del discurso del

poder, que lo han vaciado de contenido y de operancia práctica, toda vez que todo

desarrollo implica crecimiento y este a su vez representa un impacto al ambiente por

pequeño que sea.

Por otra parte, con el desarrollo de esta investigación se consideró adecuado hablar de

agroindustria azucarera, toda vez que la producción de azúcar no solamente abarca la

actividad de los ingenios, sino que conforma una cadena productiva y de generación de

valor, que conlleva a integraciones horizontales y verticales, que involucran a ramas tanto

de los sectores agrícola, industrial como de servicios; en el que participan un buen número

actores sociales con intereses enfrentados, lo que representa un espacio de conflicto.

Se delimitó temporalmente esta investigación, ubicándola en el contexto en el que los

círculos intelectuales, los movimientos ecologistas y los gobiernos mostraron preocupación

por encontrar soluciones para enfrentar la crisis ambiental. El surgimiento de esas voces

coincidieron cronológicamente con los dramáticos años de la crisis económica en

Latinoamérica y la consecuente adopción del modelo neoliberal, que conllevó a la

aplicación de las reformas estructurales, al abandono de las políticas proteccionistas, a la

apertura comercial y la desincorporación de las empresas, que persiste en su aplicación

hasta nuestros días. El paradigma neoliberal de desarrollo, ha influido determinantemente

en el diseño de las políticas ambientales que es uno de los ejes centrales de nuestra

investigación.

229

La adopción del dogma neoliberal por parte de las autoridades mexicanas, implicó el retiro

del Estado de sus actividades económicas directas, argumentando el no interferir en el

―adecuado‖ funcionamiento del mercado, dejando paulatinamente la regulación de éste a

las libres fuerzas de la oferta y la demanda: A este proceso se le ha llamado:

―desregulación‖.

La desregulación es uno de los rasgos esenciales de las nuevas políticas públicas y se da en

muchos ámbitos, como son el económico, el social, el ecológico, etc. La crisis económica

de 1982, marca el inicio de la aplicación de políticas de corte neoliberal y en consecuencia

el proceso de desregulación de la economía mexicana. Bajo este modelo el Estado declina

su participación como regulador económico y promotor del desarrollo para deliberadamente

abandonar las posiciones que tenía en el mercado.

En esta investigación analizamos las modalidades que la desregulación tiene en las políticas

públicas: en el contexto de la AIA, la desregulación puede verse en las privatizaciones de

los ingenios administrados por el gobierno y de las cooperativas que se dan a finales de la

década de los ochenta, en la disolución y liquidación de las instituciones de servicios para

la agroindustria, al igual que la mayoría de los fideicomisos de apoyo y de financiamiento a

los productores de caña de azúcar, así como en la liberación del mercado azucarero

nacional y la negativa del gobierno a fijar los precios de la caña y del azúcar.

El Estado mexicano también abandonó su injerencia en la comercialización de los

productos derivados de la caña de azúcar, con la liquidación de Azúcar, S.A., entidad

mediante la cual el gobierno federal controlaba la mayor parte de la producción de azúcar y

su comercialización.

Aunque también ante las crisis financiera y de productividad de la agroindustria azucarera,

en 2001 se presentó una nueva intervención directa como propietario de los ingenios,

estatizando aquellos que atravesaban grandes problemas de insolvencia y de esta manera

evitar su inminente quiebra, manteniendo de esta manera su función de ser el regulador de

última instancia del mercado azucarero nacional y de la cadena productiva que se genera.

Otra cuestión que se logró aclarar con esta investigación fue superar el cuestionamiento

inicial de que las políticas públicas dirigida al ambiente, que al estar inspirada en los

230

postulados neoliberales, forzaba el retiro del Estado y en consecuencia tenía como fin ―no

hacer nada‖ al dejar todo en manos de los particulares, incluyendo la regulación ambiental.

Sin embargo, no es así, el Estado tiene una gran injerencia en la cuestión ambiental, pero

sus líneas de acción se modificaron.

La cultura neoliberal se colocó también en el tema ambiental a partir ejes tales como:

a) Se impuso la idea de la desregulación ambiental, que se traduce en el desplazamiento

del estado como regulador directo de los impactos ecológicos de las empresas, esta

retirada se ubica no solamente en la esfera del mercado sino en casi todas las esferas de

la vida social. La política ambiental se diseña ahora, haciendo a un lado los

instrumentos de control directo, denominado como soluciones end of pipe, ―al final del

tubo‖ que obligaban a los agentes a remediar los daños ambientales, para dar paso a la

idea de la desregulación que supuestamente alentará la prevención de la acción

contaminadora de la empresa, atacándola ―al inicio‖ del proceso, lo que ha justificado la

decisión de la autoridad ambiental de que las propias empresas de manera voluntaria y

con sus recursos realizarán la verificación del cumplimiento de la normatividad

ambiental.

b) Lo anterior explica el escarnio crítica feroz a las políticas públicas a la regulación

directa o comand and control por parte de los apologistas de la nueva cultura neoliberal

en los países latinoamericanos. Dicho nuevamente de paso, que el uso de este término,

fue retomado, en una traducción literal del idioma dominante, retomando de manera

irreflexiva y acrítica un término impuesto por la cultura de los países hegemónicos, sin

que en los círculos académicos que condenan dicho termino se hayan hecho un esfuerzo

de análisis histórico, para determinarlo en los contextos de la situación nacional. Esto

representa un buen ejemplo de la ―colonialidad del saber‖ que se imparte en las aulas de

las universidades públicas del país. La emergencia ambiental del país, sin duda alguna

requiere que con urgencia se aplique una firme política ambiental de regulación directa.

c) La innovación es elemento central de las nuevas política ambientales. La propuesta de

la nueva política ambiental es buscar las soluciones al inicio, de manera que incorporen

tecnologías limpias, lo que implica un tipo de política preventiva, en el cual se

promueve la innovación de tecnologías más limpias, lo cual sin embargo, implica costos

231

a las empresas dado el carácter voluntario de la regulación ambiental, costos que

pueden ser absorbidos por las empresas más grandes, dado que pueden solventar dichos

costos, y porque quieren mejorar su imagen a nivel mercadotécnico y porque así lo pide

la legislación ambiental de los países, en los cuales participan las empresas establecidas

en México que tienen capacidad de exportar.

d) La laxación de las normas ambientales mexicanas (NOM) que determinan los niveles

máximos de contaminación permitidos, todo con el afán de cumplir con la metodología

de la estandarización impuesta por los acuerdos comerciales en que el país ha

participado

e) Finalmente, las políticas ambientales mexicanas están estimulado la conformación de lo

que se ha llamado como ―mercados ambientales‖, que incorporan al espacio del

intercambio, todos los bienes que la naturaleza brinda a la vida humana, lo que se

concretiza en la privatización a pasos agigantados de lo que la teoría económica ha

denominado como ―bienes públicos‖, tales como el agua, las playas, los ríos, el aire, el

sol, etc. que gracias a la nueva cultura neoliberal han dejado de llamarse así para

denominarse ahora como bienes ambientales en proceso de dejar de ser propiedad

pública y convertiste en propiedad privada, con el consiguiente despojo a ciudadanos,

comunidades y su consiguiente acaparamiento, especulación. Lo que está incubando así

nuevas y enormes tensiones en ámbitos del conflicto social y ecológico.

Algunos indicadores ambientales en el país indican que la crisis ambiental persiste y se

agudiza, dichos datos evidencian que las políticas públicas actuales –que ponen a la

desregulación como elemento esencial y, en consecuencia, fomentan la autorregulación

ambiental de las empresas– no han tenido ni la eficiencia ni la eficacia para enfrentar a las

externalidades ambientales. Además, los muy altos niveles de contaminación, han llevado a

que los bienes públicos hayan dejado de ser abundantes y al alcance de todos; abriendo la

posibilidad de que los particulares los administren y terminen siendo sus propietarios,

elevando el riesgo de generalizar la mercantilización de la naturaleza, el despojo a las

comunidades de sus recursos naturales y su concentración en manos privadas.

Los instrumentos económicos deben ser complementarios de los regulatorios, no sustitutos,

tal como lo enfatiza Urquidi y Domínguez, la reglamentación termina cuando los

232

complementarios dominan a los primeros, dando paso a que la permisividad e indolencia

sea la política fundamental de las autoridad. Basta recordar el papel que ha jugado

PROFEPA, en la minería, en los desastres ecológicos en Sonora y en muchos otros puntos

del país, a pesar de que existe una regulación, que no se ejerce plenamente.

La desregulación finalmente no estimula de manera directa la innovación para mejorar el

desempeño ambiental de las empresas, tal como lo señala Domínguez, en el sentido de que

una regulación menos laxa lo empeora y viceversa.

Otra conclusión a destacar es que la actual política ambiental, en un contexto de orientación

neoliberal, se niega a emplear un instrumento muy poderoso de regulación ambiental: los

impuestos ambientales, que se podrían establecer a partir de los daños ecológicos por el uso

del agua, las descargas a mantos acuíferos, los desechos de materiales, entre otros.

Las políticas ambientales en México hacia la industria quedan limitadas por un patrón de

acumulación que promueve el desarrollo de un sector manufacturero orientado al mercado

externo. Dentro de ese patrón, las empresas más grandes con capacidad de exportación

juegan un papel de liderazgo en el cumplimiento de la normatividad ambiental. Su elevado

margen de rentabilidad les permite absorber los costos derivados de la certificación

ambiental y participar en los programas de auditoras ambientales a cargo de la PROFEPA.

En el mismo sentido, las empresas industriales más grandes cuentan con acceso a los

mercados de tecnología, crédito etc. Las PYMES quedan excluidas de esta situación, ya que

es muy difícil su acceso al mercado externo; su operación queda limitada al mercado local

y sujetas a una mayor competencia; su ciclo de vida es muy reducido al no poder afrontar

los gastos que requiere mantenerse en operación y la opción de participar en programas de

certificación ambiental no es su prioridad, siendo millones de PYMES que no participan en

los programas de regulación voluntaria ambientaría, el porcentaje de empresas que

participa en la regulación ambiental voluntaria es ínfimo.

Se ha señalado que las empresas más grandes son las que encabezan la tipología de

conducta ambiental de las empresas, quedando las PYMES en el final del top de dicha lista.

Las políticas ambientales quedan determinadas por el patrón de acumulación industrial y

233

por la política económica en general que promueve la inserción del país en el mercado

capitalista internacional.

Una buena proporción de las empresas que participan en los programas voluntarios de

regulación ambiental lo hace para mejorar su imagen y acceder a los mercados

internacionales, corren el peligro de caer en el greenwashing, que se traduce como una

preocupación ambiental de fachada, que le permite a las empresas acceder a los mercados

sin cambiar esencialmente sus patrones de conducta ambiental.

Del análisis del aspecto económico se logró determinar que la agroindustria azucarera

mexicana se enfrenta a una crisis permanente, caracterizada por las dificultades financieras,

su baja rentabilidad y la incertidumbre frente a un mercado mundial altamente competido,

en el que han surgido nuevas potencias productoras y exportadoras, que han generado

innovaciones tecnológicas y una mayor diversificación de su industria, pero también a una

sobreoferta del producto y el consiguiente abatimiento de los precios internacionales, que a

su vez influyen determinantemente en el mercado azucarero nacional

La AIA nacional está condicionada por los vaivenes del mercado mundial del azúcar, que

se caracteriza por ser un espacio de comercio muy competido, complejo y dominado por el

mercado estadounidense, que a su vez determina dos tipos de mercados del endulzante: uno

preferente, con cuotas de importación a precios favorables a los países productores y otro

libre, sin restricciones, pero con precios menores que en el mercado preferencial, fijados

por la oferta y la demanda mundial.

Por consiguiente el mercado nacional del azúcar, es altamente sensible a las fluctuaciones

del mercado internacional, particularmente el norteamericano y en particular al

comportamiento de los precios internacionales del endulzante, que estimulan ya sea la

producción, o la demanda que crece en proporciones mayores a la oferta: esta situación

persistente le deja a la agroindustria un escaso margen para la exportación y explica el

incremento de las importaciones de sustitutos del azúcar, como el jarabe de maíz de alta

fructuosa (JMAF).

La restructuración de las relaciones cañero-azucareras en el país a partir de 1991 también

redefinió el papel del gobierno en su función como regulador del mercado nacional, pero ya

234

no mediante subsidios y la fijación de precios sino mediante aranceles sobre la importación

de azúcar y de jarabe de maíz de alta fructosa.

La política comercial ha afectado a la agroindustria azucarera nacional; si bien, con la firma

del TLCAN se pactaron aumentos paulatinos de las exportaciones del azúcar mexicana al

protegido mercado estadounidense de cuotas, hasta su total liberalización, sin embargo,

dicho acuerdo comercial implicaba también la liberalización del precio del azúcar en el

mercado interno e igualmente dejaba abierto el mercado nacional al ingreso de sustitutos

del endulzante como el jarabe de maíz de alta fructosa.

Los acuerdos comerciales TLCAN implicaron nuevos modalidades en el aspecto ambiental,

dado que se tenían que cumplir con los estándares ecológicos internacionales.

A esta situación de vulnerabilidad ante la competencia externa, se le debe agregar el

abandono de las políticas oficiales de apoyo al campo nacional, todo lo cual, contribuye a

explicar el complicado panorama para la agroindustria azucarera nacional y los productores

cañeros mexicanos, que no le han permitido ni la innovación ni el mejoramiento en sus

procesos productivos que incorporen el cuidado ambiental a sus decisiones.

La agroindustria azucarera se distingue porque coexisten ingenios con marcadas diferencias

en lo referente a producción, rendimientos, etc. Se ha analizado la heterogeneidad de los

ingenios mexicanos a través de algunas tipologías, alguna de ellas propone clasificarlos a

partir de los datos absolutos como superficie industrializada, caña cosechada y azúcar

producida, sin embargo la tipología más usada es la que clasifica a los ingenios a partir de

comparativos de competitividad, rendimientos y productividad.

Se ha propuesto una tipología más amplia para catalogar a la agroindustria azucarera

mexicana, que permitan comparar su rendimientos, competitividad internacional,

alternativas de su diversificación a partir de la elaboración de coproductos y subproductos,

etc. El llevarla a cabo arrojaría resultados de gran utilidad y por ende una visión más

cercana a la problemática real que enfrenta la agroindustria. No se pudo localizar algún

trabajo en el que se presentara una tipología de los ingenios nacionales en lo referente a su

conducta ambiental o cumplimiento de la normatividad.

235

La heterogeneidad de los ingenios implica lo financiero, productivo, pero también su

participación en programas voluntarios de regulación ambiental como las auditorías

ambientales o los procesos de certificación voluntaria ISO 14001

La región Puebla representa un ejemplo muy claro de la heterogeneidad de los ingenios

nacionales, ya que aunque operan únicamente dos (Atencingo y Calipam) estos son

marcadamente diferentes.

Con la información obtenida en esta investigación, se pudieron constatar las diferentes

realidades de productividad y de solvencia económica en ambos ingenios, la información

bibliohemerográfica que consultamos, permitió evidenciar que Calipam, enfrentó serios

problemas de índole financiero, paros en la producción e incumplimiento en los pagos a los

productores cañeros que los orilló a llevar su caña a moler a otros ingenios;

A las dificultades financieras –productivas se le puede agregar la problemática ambiental,

en entrevista, con el gerente del ingenio de Calipam informó que no ha modernizado su

equipo y la región ya tiene serios problemas de abastecimiento de agua, por lo que se han

realizado reuniones entre cañeros y autoridades del ingenio para compartir y racionalizar

su uso. Siendo uno de los pocos ingenios que no cuenta con planta de tratamiento de agua,

tampoco participa en los Programas de Auditorías ambientales de SEMARNAT.

A pesar de estas dificultades Calipam cuenta con la ventaja competitiva de producir azúcar

orgánica, que de acuerdo a las entrevistas de campo se vende en el mercado extranjero, lo

que representa una ganancia extraordinaria, situación que sin embargo no se refleja en los

ingresos de los productores cañeros a los que le pagan la caña de acuerdo al KARBE que se

obtiene, tal y como lo señala la Ley de Desarrollo sustentable de la caña de Azúcar.

En lo que respecta a Atencingo, la creación del Fideicomiso Industrial Atencingo a partir de

su estatización en 2001, le permitió afrontar sus dificultades financieras, mantener sus

rendimientos en campo y colocarlo como uno de los ingenios más productivos del país.

Además de que Atencingo participa en los Programas de Auditorías ambientales, su

aprobación está pendiente a que realicen las observaciones señaladas por SEMARNAT. Es

236

importante señalar escaso el universo de empresas y menor aun de los ingenios que han

aprobado las auditorías ambientales.

Sin embargo la participación en los programas de auditorías, no permite a los

investigadores determinar los aspectos concretos de mejora ambiental de los empresas

mexicanas, toda vez de que, al no ser públicas por ley, no se puede determinar a detalle sus

mejoras en su desempeño ambiental.

En el caso de las tipologías de las empresas, lo más que se ha desarrollado es su

clasificación en torno a su cumplimiento de la normatividad, que como se presenta en esta

tesis, en nuestro país se caracteriza por su es laxitud, aunado a la gran permisividad de la

autoridad ambiental.. Una tipología adecuada seria aplicar tanto lo anterior como los

aspectos de mejora y criterios de evaluación que inmiscuya a la comunidad en que se

inserta la empresa, dado que los habitantes son los principales afectados de esta desigual

distribución ecológica, sin que reciban nunca una compensación, y menos aún el reparo

de los daños ambientales a su entorno que se traduce en deterioro de nivel de vida y de las

fuentes de sobrevivencia humana y de la biodiversidad.

Otro elemento que se planteó considerar inicialmente fue la notoriedad e importancia

creciente de los movimientos sociales ecologistas que surgieron en varios países incluyendo

México, que lograron, de alguna manera, forzar a que las empresas cumplieran con la

normatividad en algunas comunidades afectadas, que sin estar la mayoría de ellos

inspirados en el ecologismo popular planteado por M. Alier movieron a que el ecológico

fuera uno de los grandes temas a analizar.

Que sin embargo en lo que corresponde a los actores sociales involucrados en la cadena

productiva y de valor, no se ha dado una lucha para reivindicar una distribución ecológica

más justa. Salvo el caso de Calipam, en donde la que comunidad y ejidatarios realizaron

acciones en defensa del agua que el ingenio desviaba para sus procesos.

La búsqueda de la acción de los sujetos sociales en respuesta a las medidas de corte

neoliberal en el campo y en el sector cañero en particular nos llevó a indagar las

transformaciones de los actores sociales participantes en la agroindustria azucarera

nacional.

237

Otra de las consecuencias de la aplicación del modelo neoliberal la tenemos en la quiebra

de lo que Garretón ha llamado ―la matriz sociopolítica nacional‖ que abandonó a los

productores rurales, dejándolos merced de los poderes económicos, nacionales y

trasnacionales que son los principales beneficiarios de las reformas estructurales de tipo

neoliberal.

La aplicación de las políticas neoliberales ha cambiado significativamente la problemática

de la acción colectiva. La interpenetración de la cultura del mercado y de los postulados

neoliberales en la esfera de las decisiones públicas, han implicado la desarticulación de los

actores sociales clásicos ligados al modelo de sociedad industrial de Estado nacional.

La restructuración de las relaciones cañero-azucareras en el país, a partir de la

implementación del neoliberalismo, redefinió el papel del gobierno como regulador del

mercado nacional, dejando en el abandono las políticas proteccionistas y de fomento a la

agricultura, lo anterior combinado con la nueva legislación afectaron sustancialmente los

ingresos de los productores de la caña, al convertirse estos, en los responsables de la

calidad y los costos de producción del insumo, en du propio detrimento y en beneficio de

los propietarios de los ingenios.

La nueva política del Estado determinada por el decreto cañero de 1991 es una fuente

potencial de conflictos sociales debido a las modificaciones que se dan en las relaciones

entre productores e ingenios que fueron sustanciales para alterar la cadena de generación y

de transferencia de valor en favor de los propietarios de los ingenios.

El Decreto Cañero de 1991 configuró nuevas modalidades de la relaciones cañeros-

ingenios, que implicaron la eliminación de los precios de garantía de la caña, liquidando a

los productores de acuerdo a la calidad de la caña entregada, es decir de acuerdo su

KARBE obtenido; además de que asignó a los productores de caña y a los gremios la

responsabilidad de coordinar todas las fases del cultivo, responsabilizándose de los éxitos y

fracasos de la zafra

Con estos cambios, el precio de la caña quedó estrechamente ligado a las fluctuaciones de

los mercados azucareros nacionales e internacionales, siendo los más afectados de estas

oscilaciones los productores cañeros, como quedó demostrado ante el desplome del precio

238

del azúcar ocurrido en 2012- 2013, que impulsaron a los productores cañeros a realizar

movilizaciones en defensa de sus ingresos, que no alcanzaron a cubrir los costos de

producción. Lo que obligó al gobierno a entregar una ayuda en dinero a los productores,

para paliar un poco su grave situación financiera, este hecho coloca nuevamente, al Estado

como regulador de última instancia.

Las reformas neoliberales también han implicado una serie de transformaciones en la

cadena productiva y en la cadena de valor en el interior de la agroindustria de la caña y en

el desenvolvimiento de los sujetos, lo que ha motivado la aparición de nuevas formas de

organización y de resistencia, en los años recientes se ha ido conformando la CNOCI

como una opción independiente a nivel nacional que ha ido aglutinando a productores

cañeros de la mayor parte de los estados en que se ubica la agroindustria azucarera en

nuestro país. Otras formas de organización de los actores sociales se han presentado en el

surgimiento de cooperativas de producción ante los cierres de las empresas. Iniciativas que

tuvieron como respuesta la negativa del estado a cualquier intento de organización

alternativa al neoliberalismo.

Nuestra investigación culmina con un apartado referente al análisis de la problemática

ecológica de la región cañera de puebla, utilizando el concepto ― huella ecológica‖, cuya

determinación cuantitativa implica un cálculo preciso, cuyo resultado es la cantidad de

hectáreas ecológicas, que requerimos los seres humanos para obtener nuestros satisfactores

y simultáneamente absorber esos desechos.

Una metodología que se empleó para avanzar en el deterioro ecológico del territorio en el

que se asienta la agroindustria azucarera de Puebla, fue seguirla a partir de la descripción

que se presentó de la cadena productiva y la cadena de valor, a las que en algún borrador

plantee ampliarlas incorporando el concepto de ―cadena ecológica‖, como un camino

metodológico – epistemológico que se presentaba. Se optó por utilizar la categoría ―huella

ecológica‖, dada la relevancia que este indicador ha adquirido por ser adoptado

ampliamente en la comunidad científica y los movimientos sociales ecologistas.

Esta investigación no pretendió determinar la huella ecológica en la agroindustria azucarera

de la región de Puebla de manera cuantitativa, tal como lo determina su metodología, más

239

bien y dados nuestros limitados recursos, se planteó avanzar en buscar de la huella

ecológica, sin agotar su análisis, los resultados, no agotan el análisis de la huella Ecológica

en región cañera de Puebla, ni se puede afirmar que el abordaje, esté terminado dada la

complejidad de determinar cuantitativa o cualitativamente la huella ecológica de un sector

de la actividad económica en particular.

No fue tarea fácil, dadas las escasas publicaciones referentes al tema que logramos

localizar, ampliamos nuestra información para avanzar en su búsqueda, gracias a las

entrevistas que en campo realizamos a productores cañeros y administradores de ingenios y

del material bibliográfico y hemerográfico que se logró acopiar. En dichas entrevistas el

tema ambiental fue el eje central, que sin embargo y dada mi historicidad, se derivaron en

aspectos relevantes de la agroindustria a nivel económico, social y de los procesos

productivos.

En la búsqueda de la Huella Ecológica.

Este trabajo finaliza con la búsqueda de la huella ecológica que la actividad productiva de

la agroindustria azucarera genera en el territorio en cuestión. Esta investigación no pretende

determinar esta categoría de manera cuantitativa en la zona cañera de Puebla, tal como es

determinada por la metodología muy concreta que existente para calcularla, aunque en esta

investigación se hayan obtenido resultados cuantitativos parciales que podrían arribar a su

análisis con una aproximación en aspectos tales como la superficie territorial, la superficie

cosechada e industrializada, la proporción de caña cosechada en verde o quemada, el

consumo energético en ingenios, transportes, etc.

Nuestra propuesta es contribuir al análisis de la HE en aspectos, tales como: superficie

sembrada de caña de azúcar, uso de fertilizantes, quema de caña en la zafra, impacto

energético en el traslado; consumo energético en la producción de azúcar en los ingenios,

emisión de gases a la atmosfera, generación y manejo de desechos al ambiente que genera

la actividad productiva de la AIA; ésta información se obtuvo a partir de la revisión del

material bibliográfico y hemerográfico que se logró acopiar y que se enriqueció con las

entrevistas que en campo se realizaron a productores cañeros y administradores de

ingenios.

240

Nuestra investigación concluye con la presentación de los resultados obtenidos, a partir de

cuadros y tablas en que muestra la heterogeneidad ecológica en los ingenios de Puebla.Es

necesario aclarar que los resultados que se presentan en este trabajo de tesis, no agotan el

análisis de la huella ecológica en la zona cañera de Puebla, ni se puede afirmar que el

abordaje, esté concluido, dada la complejidad del tema.

Si tomamos en cuenta de que la problemática ambiental no es un asunto de externalidades,

ni su solución se encuentra en el mercado ambiental, ya que la cuestión ecológica no es un

tema que se resuelva con compensaciones entre particulares y que estos se autorregulen, a

pesar de que está muy lejos el arribar a algo parecido a una conciencia o compromiso

ambiental, nuestro enfoque de análisis se traslada no solamente a los sujetos que participan

como decisores en los procesos productivos sino también en los actores que participan

como vendedores de su fuerza de trabajo en la cadena productiva, y más aún en los que

sufren los efectos en su salud y en su proyecto de vida de los impactos ambientales en su

entorno.

Finalizamos esta investigación, esbozando la propuesta de que las políticas ambientales

deben involucrar a los actores sociales en estas decisiones, lo cual es una tarea nada fácil,

implica un cambio radical en el modelo de desarrollo llevado a cabo hasta la fecha, una

profunda movilización de los actores involucrados, que lleve a sustanciales modificaciones

en la normatividad y en el sentido y orientación de las políticas públicas, pugnamos por

desarrollar propuestas de política ambiental que combinen los niveles federal, estatal y

municipal en el cuidado de la naturaleza y que los recursos que pertenecen a las

comunidades, sean vigilados por ellas. Explorar el uso de instrumentos de política

ambiental, como es el caso de los impuestos ambientales que por razones del dogma

neoliberal no se ocupan, a pesar de que la emergencia ecológica lo requiere.

Un buen inicio puede estar en las iniciativas que las comunidades realicen en los espacios

territoriales de influencia, administren su entorno ambiental y tengan las facultades de

cobrar impuestos ecológicos.

241

A manera de propuestas concretas:

La necesidad de que la autoridad de verificación ambiental de nuestro país, avance en la

difusión de los resultados en concreto de las verificaciones normativas y de las auditorías

ambientales. Además de su integración al sistema de Nacional de indicadores ambientales a

cargo de SEMARNAT, que lo organiza de manera global e incompleta.

Avanzar en la integración de un sistema Nacional de estadística ambiental con la

información de todas las dependencias gubernamentales, (INEGI, SEMARNAT,

SAGARPA, NIVEL FEDERAL Y ESTATAL Y MUNICIPAL)

Avanzar en que las auditorías ambientales en la Industria en general y en la Industria

Azucarera en particular dejen de ser voluntarias y a iniciativa de las empresas. Y

participen todas. (algo parecido a la verificación vehicular). Una vez insertados en este

terreno la política ambiental podría disponer de muchos instrumentos de política

ambiental que, no ha querido utilizar como son los instrumentos fiscales de apoyo a la

innovación tecnológica, los impuestos ambientales a las descargas y a las emisiones etc.

En los mismos términos, y haciendo uso al derecho a la información, la PROFEPA

debe presentar las medidas concretas que se han tomado o se tomarán para evitar que

las actividades productivas de la AIA no rebasen la NOM permitidas.

A pesar de que los fundamentos teóricos del neoliberalismo, han influido de manera

determinante en el diseño de las políticas públicas, van aumentando las opiniones de la

necesidad de un retorno a la intervención estatal para enfrentar los daños al ambiente

provocados por el aumento de las actividades humanas y económicas. Este debate se irá

acentuando. Derivado de lo anterior, se cuestiona también la eficacia del mercado como

única vía para corregir las externalidades ambientales y la posibilidad de exacerbar el

conflicto social, se ha propuesto la inclusión de nuevos actores en la toma de decisiones

ambientales, no únicamente a los que participan en el mercado, también que la sociedad

civil e instituciones no gubernamentales se incorporen en la discusión de la viabilidad de

políticas públicas actuales y en la instrumentación de nuevas propuestas, que se amplié la

descentralización hacia los ámbitos estatales y municipales, de manera que tengan mayores

facultades para decidir por su entorno inmediato y los recursos que disponen.

242

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