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La Dote matrimonial como símbolo de prominencias en familias de Santiago de Guatemala años
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La Dote matrimonial como símbolo de prominencias en familias de Santiago de Guatemala
años 1670-1700
Angélica María Caal Vargas
Casa Editorial Analéctica
México, 2015
Fotografía: Ángel J. Morales Rizo
Diseño de portada: Estefani Andrade Rendón
Todos los derechos reservados
Casa Editorial Analéctica
www.analectica.org
La Dote matrimonial como símbolo de prominencias en familias de Santiago de Guatemala años
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Contenido
Santiago de Guatemala en la época colonial ..................................... 4
La estratificación social ................................................................. 12
En cuanto a ubicación geográfica .................................................... 17
A) Parte dominante la sociedad española ..................................... 17
B) Actores sociales intermedios: ................................................... 18
C) Actores sociales marginados de derechos y medios de
producción: .................................................................................... 19
a) Población indígena ................................................................. 19
b) Población africana .................................................................. 21
¿Cómo se definía la relación entre hombres y mujeres? .............. 22
Parentesco consanguíneo o por afinidad ....................................... 24
Patrimonio familiar, herencia romana «paterfamilias» ................ 28
La parroquia de San Sebastian ......................................................... 33
Los archivos parroquiales ............................................................. 34
Libro parroquial de gente ordinaria (mulatos, mestizos, negros,
etcétera) ......................................................................................... 38
Dote matrimonial ¿La dote como estrategia económica o como
símbolo de protección para la mujer? ........................................... 41
Hallazgos en documentos de Archivo ............................................. 50
¿Qué significaba ser familia prominente? ..................................... 57
Ideario de la mujer en la colonia ................................................ 63
Razones para casarse, derecho romano ...................................... 68
Intereses para unir capitales familiares ......................................... 68
El normativo y condiciones para la entrega de dote .................. 72
El crédito eclesiástico ................................................................. 75
Conclusiones .................................................................................... 77
Bibliografía....................................................................................... 78
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“Provecho muy grande y muchos bienes nacen del casamiento, y aun sin aquellos,
señaladamente se levantan de él tres: fe y linaje y sacramento. Y esta fe es la lealtad que
deben guardar el uno al otro el marido y la mujer, no teniendo él que ver con otra, ni ella
con otro. Y el otro bien de linaje es hacer hijos para crecer derechamente el linaje de los
hombres; y con tal intención deben todos casar1”…
Santiago de Guatemala en la época colonial
La influencia que recibió el reino de Guatemala durante la colonial por el domino Español,
en su mayor parte durante el siglo XVI y XVII, se vio seriamente afectada por la dinastía de
los Austria que había creado un sistema de señorío por extensión en los virreinatos; la
realidad de cada uno de los virreinatos era muy compleja debido a la geografía que
presentaba cada uno de ellos y la organización de los habitantes.
Para ellos utilizaron el adoctrinamiento religiosa como herramienta para transmitir su
autoridad y que fuesen leales a la corona española, para asegurar que los bienes adquiridos
durante la empresa de la conquista y colonización llegaran a las arcas reales y ayudaran a
solventar la situación económica afectada por la construcción de vías alternas al comercio y
las guerras en el continente europeo.
Cabe señalar que los Austrias se vieron afectados severamente por las guerras y control
marítimo a causa de los piratas que interrumpían el comercio marítimo, buscando otros
mercados para sus productos, lo que de alguna forma fue beneficioso para los reinos de
Guatemala, Perú, Nueva España, Filipinas y Holanda, con el fin de recaudar mayor
cantidad de impuestos.
Para establecer el nuevo sistema, el Estado se alió a las nuevas familias de comerciantes
radicadas en la ciudad de Guatemala para quitarles el pode a las viejas familias criollas,
1 Óp. Cit. Las siete partidas de Alfonso X El Sabio. Ley cuarta. Título II De los casamientos. Ley 3. PP. 86
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cuyas riquezas y productividad se había disipado. Luego, para debilitar el poderío de los
sectores poderosos del régimen anterior2…
El control sobre la administración política del reino de Guatemala recayendo el control del
territorio en manos de la población española, para impedir que se formara una sociedad
feudal porque significaba perder el control sobre los pobladores, creando instituciones que
con el fin de representar la autoridad de los reinos de España sobre el continente americano,
la Audiencia de Guatemala se categorizo como audiencia pretorial era independiente o al
menos eso trataban de lograr en su funcionamiento para responder directamente ante el
Consejo de Indias; a inicios del XVIII la nueva dinastía Borbónica hizo reformas a la
administración territorial busco centralizar y mejorar administración, pero la administración
de las provincias dependían de los créditos de los comerciantes capitalinos.
Se consideraba el centro en el altiplano a Santiago por ubicarse el Corregimiento del Valle,
la capital del reino, que era la cede de carácter político-administrativo, social, económico y
cultural, considerada el área céntrica de la Provincia de Guatemala lo que algunos autores
llaman la capital del reino, de allí que recaiga gran cantidad de representaciones de
instituciones que ayudaran a administrar los recursos.
El corregimiento del Valle de Guatemala era una de las más importantes por abastecer de
alimento, trabajo y otros productos básicos a la ciudad de Santiago de Guatemala, tenía una
constante inmigración también españoles, era raro que los conquistadores venidos a
América realizaran trabajos manuales porque los consideraban indigno, por lo que la
mayora de encomenderos invirtieron su dinero en haciendas o en el comercio, las epidemias
diezmaban la población y afectaban las siembras, lo que significo menos posibilidad de
recaudar tributos.
2 Schumann Guerra, Ana Elisa. De la vida terrena a la vida eterna: manifestaciones de religiosidad ante la
muerte en testamentos de la ciudad de Guatemala durante la época colonial. [tesis] USAC-Escuela de Historia. Departamento de Postgrado. Guatemala, octubre de 2012. pp. 34.
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Para su división político administrativa se establecieron cabildos o ayuntamientos de
españoles, dotando a los pueblos de indios autoridades locales, los cargos eran
desempeñados por los principales del pueblo, con el fin de administrar, controlar y resolver
los problemas específicos de los habitantes de los pueblos, villas comunidades.
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Mapa de Santiago de Guatemala, 1541-1773 fuentes: Atlas Histórico de Guatemala.
Academia de Geografía e Historia. Jorge Lujan Muñoz (Director y Editor) Primera
Edición. Guatemala, 2011. Pp. 109.
El mapa ilustra la distribución de la población que habitaba en el centro, contaban con
calles adyacentes a edificios públicos y casas de españoles y criollos, ubicados en el núcleo
de la ciudad, se vieron modificadas por los terremotos e inundaciones porque el río
Pensativo se desbordaba periódicamente, haciéndose necesario realizar reparaciones y
nuevas construcciones realizadas por mano de obra indígena.
La ubicación geográfica del Reino de Guatemala por encontrarse en la unión de varias
placas tectónicas, su accidentada composición entre montañas, volcanes; esta propensa a
constantes terremotos por los movimientos telúricos han influido en la vida y la cultura de
los habitantes de la región e incluso a que se considere a la arquitectura de ese entonces
como barroco sísmico, en especial los que azotaban a la población que les hacía perder sus
propiedades.
Con el crecimiento de la población de Santiago de Guatemala, se iban distinguiendo los
pobladores por la ubicación de su vivienda, quienes vivían en el centro de la ciudad
gozaban de varios privilegios en comparación de quienes se ubicaban en las afueras en los
barrios exteriores; por lo que los españoles ubicados en el centro de la periferia, eran
quienes gozaban de una posición socio-económica más elevada en comparación del resto de
la población, tenían más influencia política y de origen socioeconómico más elevado, con
un nivel elevado de pureza de sangre procedente de los reinos de España que habitaban
suelo guatemalteco.
Aunque la Iglesia consideraba españoles a todos los individuos identificados como tales, se
sabe que se hacían distinciones explicitas e implícitas. A juzgar por las evidencias del siglo
XVIII, es obvio que se considera españoles muchas personas de ascendencia mixta. A
partir del siglo XVI, algunos mestizos (sobre todo mujeres) fueron por completo absorbidos
por las clases altas de la sociedad española. Es probable que a partir de la segunda mitad
del siglo XVII, un gran número de personas entrara en el segmento español, como
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consecuencia de generaciones producto del mestizaje y la movilidad ascendente. Como
estos ‘nuevos españoles’, a diferencia de los que habían surgido anteriormente, no tenían
padres conquistadores o encomenderos influyentes, no ascendieron a las clases altas de la
sociedad española3.
Los nuevos españoles llegados a Santiago vivían en la periferia de la ciudad, según Fuentes
y Guzmán para distinguir a que estamento social pertenecía cada grupo social se podría
definir por la condición de vida, el empleo, la posición económica y la elección de
conyugue factores a considerar en qué lado de la frontera racial estaba situado.
Un crecimiento poblacional se registra para el siglo XVII de manera rápida, probablemente
habría crecido más si no se tomaban medidas para evitar sobrepoblación, por lo que se hizo
necesario la emigración española y castas hacia el área rural para trabajar en las afueras de
la ciudad; aunque algunos prefirieron tener una casa de habitación en el centro de la ciudad
y en las afueras tenían sus propiedades hacendatarias.
Asimismo, la población de españoles y criollos que vivían en el centro de la ciudad
también creció en el siglo XVII y los peninsulares advenedizos siguieron llegando a la
capital. Por estas razones, la población española se vio obligada a comprar terrenos
pertenecientes a los indígenas para construir sus casas, y fue así como los barrios de San
Francisco, Santo Domingo y La Merced se convirtieron en barrios elegantes. En el siglo
XVII también surgieron otros barrios como el de San Sebastián, de artesanos que eran
mestizos, en su mayoría, el de El Tortuguero y el de Chipilapa, en el que vivían personas
de ascendencia africana4.
3 Lujan Muñoz, Jorge (Director y Editor) Atlas Histórico de Guatemala. Academia de Geografía e Historia.
Primera Edición. Guatemala, 2011. Pp. 253. 4 Óp. Cit. Schumann Guerra, Ana Elisa. De la vida terrena a la vida eterna: manifestaciones de religiosidad
ante la muerte en testamentos de la ciudad de Guatemala durante la época colonial. [tesis] USAC-Escuela de Historia. Departamento de Postgrado. Guatemala, octubre de 2012. Pp. 183.
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Los barrios de la ciudad de Santiago de Guatemala en 1690.
El análisis que presenta Miles Wortman en su libro Gobierno y sociedad en Centroamérica.
1680-18405, incursiona en los ámbitos de la vida política, económica y social a lo largo del
reino de Guatemala para la época colonial, por la consulta de fuentes primarias, el análisis
que hace con respecto a los cambios en la transición de los Austrias a los Borbones, otro
aspecto que señala que ayudo al modificar las relaciones entre pobladores, especialmente
comerciantes fue la crisis añilera y la importancia de los comerciantes criollos que llegan a
finales del XVII e inicios del XVIII y paulatinamente fueron realizando cambios para dar
paso a independencia de Centroamérica.
Un grupo que no puede dejarse de lado eran los artesanos que tenían una importante
función a lo largo de la vida colonial, especialmente en asuntos religiosos, eran quienes
aportaban mano de obra o hacían pequeñas obras piadosas como regalos de imágenes; el
papel que tuvieron en la religiosidad popular, la apertura a que participaran en las
ceremonias religiosas.
La ciudad nunca tuvo murallas alrededor del área de población predominantemente
española en el centro de la ciudad, pero el término “extramuros” de la ciudad era
frecuentemente usado al describir la ubicación de los barrios en las afueras de la ciudad.
Este término parece haber estado reservado para describir a esos barrios que tenían
cabildos indígenas semi-autónimos y/o una población predominantemente no española.
“Extramuros” definía los sectores de la ciudad que se creían no-españoles en contraste
con el centro español, aunque lo opuesto “intramuros” nunca, fue usado. Mientras que los
muros no existían alrededor del sector español, se podría argumentar que una
combinación de factores económicos (el valor alto de las tierras) y temor por parte de los
españoles hacia la población no-española, creó un alto muro imaginario o una barrera,
segregando al español rico y de medianos ingresos de las masas urbanas (“la plebe”), la
mayoría de los cuales residía en los barrios de la periferia. Sin embargo, las mismas
barreras económicas también excluían a los españoles pobres. Estos más frecuentemente
vivían y se casaban en los barrios multirraciales, que en el casco de la ciudad6.
5 Wortman, Miles. Gobierno y sociedad en Centroamérica. 1680-1840. San José. Editorial Universitaria
Centroamericana (EDUCA). Pp. 395. Citado en De la vida terrenal a la vida eterna. pp. 28. 6 H. Lutz, Christopher. Historia sociodemográfica de Santiago de Guatemala. 1541-1773. CIRMA. Guatemala,
1982. Pp. 68.
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Se estima según Webre que la calidad de miembros de los grupos sociales era tan movible,
que al analizar a las familias criollas terratenientes a pesar de sus esfuerzos no lograron
monopolizar política y numéricamente el Cabildo. Era dominado por los españoles de
nacimiento, para Webre el cabildo del siglo XVII estaba compuesto por criollos viejos,
criollos de transición y criollos llegados (se basaba en el hecho de que ambos padres, uno
solo o ninguno de ellos hubiera nacido en Guatemala), muchos de la primera categoría
descendían de los conquistadores, los segundos eran hijos de matrimonios entre criollos
viejos y recién llegados. Es de señalar que eran de origen peninsular o de otro país europeo
o México los pertenecientes al tercer grupo, en su mayoría eran comerciantes, o
funcionarios con promesa de cargo, o ambas cosas.
De esta clasificación hecha por Webre también señala el grado de poder que manejaban en
la ciudad de Santiago por lo tanto que los españoles recién llegados eran quienes ocupaban
los cargos relevantes en el Cabildo y otras instituciones importantes en la administración
colonial, por la posición que ocupaban en el Cabildo, actividades económicas; influían en la
mayoría de decisiones cuidando sus intereses, dado que gozaban de acceso a cargos y
privilegios fuera de toda proporción con su número en la sociedad española local.
Los cambios y permanencias en el sistema colonial de tener al frente a un grupo social que
ocupase los principales cargos, el paso gradual de generaciones fueron modificando las
atribuciones con que eran recibidos los migrantes procedentes de España y el resto de
América, ubicados en Santiago de Guatemala así como en los alrededores del suelo
guatemalteco, a finales del XVII.
Según indica Webre el Cabildo no era quien mantenía el poder de las principales
instituciones en la colonia, sino que los cargos principales eran administrados por grupos de
familias de comerciantes recién llegados, por varios motivos y entre los principales estaría
el que contaban con contactos o amistades que ayudaban a ejercer influencia para ejercer
cargos y obtenerlos para ser ejercidos por personas de su confianza por medio de amistades
afines a los intereses ligados a la localidad más que a España, tal como lo describe Webre
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incluso Fuentes y Guzmán se quejaba del trato preferencial que España tenía hacia los
comerciantes recién llegados y los dueños de obrajes de añil.
El comercio en la época colonial, en su mayoría radicaban en la capital del Reino de
Guatemala, por ser quienes tenían influencia en el gobierno por ocupar cargos públicos,
también influencia en la iglesia porque familiares de ellos eran sacerdotes tanto en las
ordenes regulares como del clero diocesano, tenían hermanas que eran monjas profesas en
algún convento, para este caso de ser procedentes de España en su mayoría habitan en el
Convento de la Purísima Concepción o en de Santa Catalina.
En cuanto a los artesanos se puede decir que en ese momento era una labor familiar y los
hijos eran quienes aprendían la labor del padre, ejercían la labor al morir heredando el taller
y las herramientas, en algunos casos hasta los clientes; un ejemplo es Felipe de la Cru7z
que ejercía el oficio de herrero en el grado de maestro, vivía en una casa cubierta de teja en
el barrio de San Sebastián, al momento de morir en su testamento indicó que heredaría sus
herramientas a sus hijos varones porque ellos también eran herreros.
La estratificación social
“La población no indígena del Reino de Guatemala estuvo constituida en un principio por
los españoles conquistadores y colonizadores; después también por los criollos (españoles
nacidos en América), así como los mestizos y la población de origen africano esclava y
libre. Pronto la mezcla entre blancos, negros e indios produjo mestizos, mulatos, zambos,
pardos y una serie de otras denominaciones, las llamadas “castas”, que engrosaron dicho
segmento poblacional. A partir del siglo XVIII se fue generalizando paulatinamente el
término ladino como único para designar a la población no indígena mezclada, con
excepción de blancos (peninsulares y americanos). La mayor parte de esa población se
ubicaba inicialmente en el centro del poder político y económico, la ciudad de Santiago.
Desde allí empezó a desplazarse a todo el Corregimiento del Valle, región de mayor
aculturación, donde existía numerosas labores de trigo y haciendas de azúcar y ganado
propiedad de españoles y criollos8”
7 AGCA. A.1.20 leg. 680 exp. 9173 fecha 27 de octubre de 1672. Fol. 325a. Escribano Pedro Contreras.
Testamento de Felipe de la Cruz. Citado en De la vida terrenal a la vida eterna. Pp. 72. 8 Ibídem. Atlas Histórico de Guatemala. Academia de Geografía e Historia. Pp. 158.
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El prestigio social era una de las categorías utilizadas para justificar el somete al resto de la
población, el considerarse parte de determinada posición jerárquica, por tres principales
aspectos como el nivel económico al que se pertenecía, el prestigio social y los cargos
públicos que pudiesen desempeñar. Pero existe gran variedad de categorías para nombrar la
organización de grupos sociales disparejos y tan complejos para analizar, entre las
categorías para nombrarlos están las capas sociales, estamentos, estamentos, clases,
etcétera. La forma de categorizarlos aún está siendo estudiada por los expertos, discutiendo
los referentes para cada unidad de análisis traducida en categorías para analizar la
organización colonial de la sociedad.
El que Santiago fuese una ciudad colonial durante el XVII, se debió a ser una extensión de
directa de España por el modelo económico y la forma de organizar a la sociedad, tres
estamentos que le sirvieron como unidad de análisis para explicar las relaciones que se
daban entre la nobleza, el clero y el estado llano, cada uno con sus propia legislación y
características que lo definen, por ejemplo se asignaban fueros (leyes), privilegios y
obligaciones diferentes.
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Según Christopher Lutz, la ciudad la ciudad de Guatemala alcanzó su máxima población
alrededor de 1650 y mantuvo ese nivel hasta finales del siglo XVII. Para 1650-1660, Lutz
da la siguiente composición sociorracial de Santiago:
Grupo sociorracial número porcentaje
Total 32,417 100
Gente ordinaria 21,717 67
Españoles 5,600 17
Indígenas tributarios 5,100 16
Entre la propia población indígena existían caciques o señores maceguales o gente común,
esclavos y ciervos, es decir, que y existía una organización social; misma categorización se
repite en los libros de las parroquias de ciudades, como el claro ejemplo de la Parroquia de
San Sebastian: en que se clasifican así: españoles: blancos, de origen europeo, que incluían
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a los criollos; la gente ordinaria: mestizos mezclados con negros, gente no europea y no
indígena; y los indios.
Si se toma como referente la pigmentocracia, es decir, justificar la posición socio-
económica de la población por el color de la piel, los españoles formarían la cúspide o
posición principal de la organización colonial, luego irían los indios como intermedios
entre los esclavos africanos que serían la base; mismo argumentos que se utilizaron para
justificar la esclavización de la población africana por carecer de alma por no ser de tez
blanca, y ser castigados por los hijos legítimos de la religión católica a estar en total y
absoluto sometimiento por los pecados adquiridos.
Los diversos grupos que conforman la sociedad colonial en Santiago de Guatemala, se
organizó por las modalidades de distribución de la riqueza, el espacio geográfico y
relaciones económicas, políticas; la participación en los procesos institucionales articulados
en factores jerárquicos, raciales y de prestigio social relacionados con la producción,
distribución y consumo de bienes y servicios.
La disposición de que los funcionarios reales ni sus familiares celebraran esposales con
mujeres residentes en su jurisdicción, dio como resultado la más marcada división entre
los criollos y peninsulares, no sólo se observa en las familias sino aun entre los religiosos9.
La institucionalidad colonial seguía el patrón instaurado desde la conquista ideológica
mediante la herencia de principios fundamentales tales como el aceptar la coexistencia de
diversas culturas; la sedimentación de la sociedad colonial por ello la existencia de dos
repúblicas, el papel de la audiencia como órgano representante de la dominación española
en Santiago, reflejando el sometimiento, papel y espacios políticos que solo eran permitidos
para un estrato social; el carácter ideológico reflejado en la religión católica.
9 Rubio Sánchez, Manuel. Status de la mujer en Centroamérica 1503-1821. Editorial José de
Pineda Ibarra. Primera edición abril 1974. Guatemala. C.A. Pp. 89.
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El urbanismo como la concentración de ciudades como la entidad que tenían
representatividad ante el cabildo como institución clave para la vida colonial, como figura
de los conquistadores y sus descendientes, pobladores españoles comunes, gremios de
artesanos y comerciantes; teniendo un representante de los principales gremios velaban por
sus intereses, un ejemplo claro sería el que los comerciante como señala Palma Murga
velaban por sus intereses en el consejo municipal un beneficio a sus pretensiones y cuidar
que no se aumentaran los impuestos por compra y venta de mercancía, así como la
delimitación geográfica.
El cabildo llego a considerarse la máxima expresión de localidad y monopolización de
espacio político, para frenar espacios a la población común que vivía a las afueras de del
casco urbano; en las áreas consideras rurales de poco desarrollo, condiciones de acceso e
intercambio de productos.
El cronista Fray Antonio Vázquez de Espinosa describió cómo lucía la ciudad de Santiago
en 1620:
“Las calles bien trazadas y derechas, tiene la plaza principal que es muy buena y
cuadrada, en el ángulo que está al noroeste está la Iglesia catedral… En el mismo ángulo
las casa obispales. En el otro ángulo que está casi al sur, están las casas reales, muy
grandes y capaces… Enfrente de este ángulo de las casas reales casi al norte, es el otro
todo de portales de muy buena fábrica, en éste están los escribanos y algunas tiendas de
mercaderes. El otro ángulo que está enfrente de la Iglesia catedral es también de portales,
todo de muy buena fábrica, en el cual hay mercaderes y otras tiendas de pulperías, a un
lado de la plaza hay una fuente de agua muy buena, de donde se provee mucha parte dela
ciudad, aunque muy abastecida de ella…”10
.
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Luján Muñoz, Jorge [editor general]. Historia General de Guatemala. Tomo II. Guatemala: Asociación de Amigos del País-Fundación para la Cultura y el Desarrollo, 1997
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En cuanto a ubicación geográfica
A) parte dominante la sociedad española:
Entre ellos destacan quienes podían acceder a los puestos públicos como: funcionarios,
encomenderos, comerciantes, clérigo; aunque en un principio era un espacio para los
encomenderos pero pronto se unieron a ellos quienes fungían en cargos en las de gobierno,
comerciantes, tratantes y personas con oficio de artesano especializado, de allí la
importancia de ser instruido por un miembro del gremio de artesanos.
Si consideramos los privilegios que los españoles tenían no solo como grupo social también
podríamos incluir las condiciones en que ellos vivían, por ejemplo el abastecimiento de
agua a los barrios que tenían muchos españoles era más adecuado y rara vez carecían del
vital líquido, el centro de Santiago era dominado por granes casas españoles y por las
instituciones públicas por lo que las diferencias raciales socio-económicas eran muy
marcadas, según la distribución hecha por Murdo J. MacLeod, en su obra Historia
Socioeconómica de la América Central Española 1520-1720, marca la importancia del
centro como regiones que se establecieron con una población predominantemente no
indígena.
El funcionario mayor venía al nuevo mundo con promesa de cargo, en su mayoría
procedente de la península ibérica, algunos retornaban a ella al no poder concretar uniones
económico-social solidas en el peor de los casos, de lo contrario en un intento por
estabilizarse y emparentar para logar movilidad social a través de alianzas familiares con el
fin de unir prestigio peninsular y riqueza criolla, que los mantuviese en la cumbre.
El comercio actividad que llego a convertirse en principal actividad especializada o para
quienes emprendieran negocios familiares prósperos, e allí la importancia de conocer rutas
comerciales que les permitiesen ganancias con la menor cantidad de pérdidas económicas,
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ya sea de manera interna pero preferiblemente externa, ateniéndose a los gastos para
defender sus territorios y comunicación, el cuidado de la producción comercial.
Un grupo importante son los comerciantes que surge en el XVI, quienes lograron prosperar
tenían miembros que los representasen en cargos de tipo político, que se vieron amenazados
por la llegada de los peninsulares designados por la Corona española; ocupando cargos
altos que eran determinados por la riqueza, por lo que unieron capitales familiares,
utilizando el matrimonio con intereses expansivos casándose con las hijas de antiguas
familias que vivían en los alrededores de los centros urbanos.
La atribución de poder que otorgaba el cabildo, por ser un grupo abierto se apertura la
participación de peninsulares (españoles nacidos en España, que serían los nuevos ricos
emergentes, generando una lucha entre aquellos venidos en la empresa de colonización), y
criollos, con estos mecanismos de incorporación de peninsulares que se emparentaban con
familias prominentes con hijas que podían contraer matrimonio con quienes lograban hacer
fortuna en el Reino de Guatemala, ya no era necesario ir a España a buscar esposa y
propiciar la migración femenina, para los españoles viejos significo pérdida de riqueza y
poder político.
El arzobispo García Peláez, dice que “Los españoles, que se habían dividido los unos de
los otros en criollos y europeos se unieron entre sí para distinguirse de los pardos y
diversificarlos aún en el vestido, velando por una ley a las negras y mulata llevar joyas
galas y permitiéndoles solamente el uso de mantelinas; con lo que multiplicándose
notablemente las gente parda y tomando importancia en la sociedad, resultó una especie
de rivalidad, que no tardó en darse a conocer11
.
B) Actores sociales intermedios:
Los mestizos y mulatos (libres) habitaron espacios cercanos a los españoles o cercanos a la
poblaciones indígenas de sus alrededores, considerado un sector amorfo (con
11
De Paula Gacía Peláez, Francisco. Tomo II, pp 33. Citado en Status de la mujer en Centroamérica. Pp. 88.
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reconocimiento legal pero sin derechos); participando subordinadamente y asimilados o
rechazados por los indígenas; en un intento de ruralización se ubicaron en espacios que les
permitieran realizarse como ganadero o agricultores.
Se da un notable crecimiento en la segunda mitad del XVII en una convergencia entre:
mestizos, negros, indígenas y españoles empobrecidos, que ejercían cargos como artesanos
o trabajadores del campo subordinados a los españoles ricos (siendo vulnerables a las
normas de subordinación directa, clientelismo y compadrazgo), que más tarde serian
nombrados “castas”, en el libro de registro de matrimonios de la Parroquia de San
Sebastian los cataloga como gente común12
.
C) Actores sociales marginados de derechos y medios de producción:
a) Población indígena
La población indígena era tomada por los españoles y puesta a trabajar en las unidades de
producción de los españoles, misma situación que tomo especial interés del consejo de
indias, proclamando las leyes nuevas por las cuales les permitían tener un día para descanso
para asistir a misa y jornada laboral establecida en lugar de las largas jornadas que estaban
terminando con la población trabajadora, por las condiciones infrahumanas y la mala
alimentación, además de esta sujetos a la encomienda.
En cuanto a la forma de ver a los indios por parte de los reyes católicos como vasallos
libres, justiciando el pago de tributos, también el especial interés de casarlos por el
significado y cantidad de impuesto a pagar, que no era desconocido para ellos, desde la
12
AHAG. fondo antiguo. Libro en que se escriben y asienta las partidas de los desposorios y velorios de los feligreses de esta parroquia de el Señor San Sebastian de esta Ḉiudad de primero de Henero de este año de 1673, siendo cura rector de dicha Parroquia el Bachiller. Don Antonio Vejarano y Valdes, año de 1673. Es de gente ordinaria este libro, como son mulatos, mestizos, negros etcetera.
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existencia de los señoríos en el periodo clásico el tributo era el elemento por el cual se
sustentaba las necesidades de la aristocracia aglomerada en la metrópoli.
Se sostenía que los indios no podían vivir fuera de tutela de los españoles, ya que ellos los
guiarían por el camino del bien, alejándolos de la adoración a los dioses paganos que ellos
adoraban a la naturaleza en sus diferentes manifestaciones, posteriormente se otorgó mayor
poder a la Audiencia como encarga de tasar los pagos correspondientes, eliminar o
disminuir el despojo de tierras y el trabajo excesivo, prohibiendo que los indios trabajaran
en las minas o trapiche azucareros.
La encomienda como institución declina a finales de XVII, por el cultivo del añil y la
ganadería, la disminución de la población indígena, las nuevas encomienda se dificulta para
ser impuesta por la Corona; el que los piratas o corsarios europeos, bloquearan los puestos
de las costas significaban la detención del comercio, se destinaron ingresos para cubrir la
defensa; imponiendo la media annata.
En cuanto al acceso de la tierra como propiedad inmueble, los indígenas no tuvieron acceso
a la misma, sino se situaron aislados de los españoles; sobreexistiendo dos modalidades de
población la de los pueblos considerados ciudades y la de los pueblos de indios con su
propia legislación e incluso con su representación en las alcaldías indígenas.
El despojo de tierras era constante abuso para la población mediante la usurpación y otros
mecanismos aludidos, aumentando la tenencia de la tierra en manos de la iglesia y colonos
españoles, ya en el XVIII fueron los ladinos quienes invadieron los márgenes de la
población indígena particularmente en el altiplano occidental como sería Momostenango,
Quiché, Los Cuchumatanes, entre otros.
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b) Población africana
Se les tenía por verdaderos esclavos, el papel que jugaron en los trabajos de producción
añil, azúcar, minería, servicios personales; comprados como una propiedad mueble,
adquirida previo a un examen de defectos físicos, para calificarlos como un “pieza” en
óptimas condiciones ser joven, de condición física estable para realizar las labores para
determinar el precio a pagar por las condiciones que presentaba; por lo general marcados
con el fin de diferenciarlos y que no se confundiesen entre los demás trabajadores. Se les
clasificaba de acuerdo a su edad mulequin (hasta los 6 años y equivalía a media pieza),
muleque (de 6 a 12 años), mulecon (de 12 a 18 años), dependiendo de la demanda y el
precio a pagar según las especificaciones y condiciones del mismo.
El tráfico de esclavos se generaliza en el Caribe en la primera mitad del siglo XVII,
beneficiando a las potencias europeas, creciendo la demanda entre los colonos españoles, e
incluso algunos miembros de las órdenes religiosas como los dominicos que también
destacaron en la defensa de los indios; preferían comprar bosales capturados en África sin
tener contacto con la civilización occidental, una inversión a futuro ya que se suponía que
era más fácil cristianizarlos, resistían al clima y con óptimas condiciones para desempeñar
tareas pesadas.
La esclavitud y el tráfico de negros no era penalizado por la iglesia, aunque es claro que los
dominicos poseían muchos esclavos africanos para realizar las faenas en el ingenio
azucarero: el caso particular de San Jerónimo, Baja Verapaz, que aún se conserva parte de
los vestigios arquitectónicos de la producción de azúcar desde comienzos de la
colonización (entre 1540-1550), propiedad de algunos dominicos que vinieron
acompañando a Fray Bartolomé de las Casas.
Aunque claro está que los negros no estaban no estaban sujetos a pago de tributo, a menos
que pagase su libertad u otro mecanismo, por lo que pagaban a la corona dos tostones al
año, así como el pago de la alcabala y almojarifazgo; en el convento de Purísima
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Concepción el tener a una esclava negra era para compañía de las religiosas o para realizar
trabajos menores, aunque se han encontrado 6 casos de compra de la liberta para mulatas.
En la década 1550, los hispanos introdujeron a los primeros esclavos africanos, en número
apreciable y en su mayoría varones. Estos también se mezclaron con los indígenas,
mestizos y españoles, y los descendientes de todas aquellas amalgamas biológicas
constituyeron la categoría denominada, durante la Colonia, “castas”, que fue, asimismo,
una población de difícil ubicación. En los siglos XVII y XVIII, el nombre genérico de
castas incluía a todas las personas marginadas de origen mixto, es decir, mestizos,
mulatos, pardos, ladinos, etcétera13
En 1690 la población africana disminuyo siendo sustituidos por mulatos que ofrecían sus
1servicios a los españoles en residencias citadinas, mientras que a los esclavos negros los
enviaban a trabajar en el área rural donde se encontraban las haciendas, que ejercieron un
trato cruel con la población indígena que estaba a su cargo, que disminuía por las
enfermedades.
¿Cómo se definía la relación entre hombres y mujeres?
En la colonia existía un fortalecimiento de las jerarquías sociales, clasificando a grupos
sociales en espacios geográficos, públicos y privados, siendo evidente la escalas de
relaciones entre hombres y mujeres también; la mujer toma un deterioro de su condición
femenina en los núcleos familiares, llevando a la condición de dependiente durante su niñez
sometida a la tutela de los padres, de decidirse por el matrimonio en la figura de protección
y sumisión hacia su marido; en el caso de tomar la vida religiosa este resguardo le era
proporcionado por la abadesa como madre amorosa que salvaguarda de las monjas
novicias, profesas, pupilas dentro de la clausura.
13
Disponible en línea en: http://epocacolonialdeguatemala.blogspot.com/ fecha de consulta 24/03/2014: 12:04pm.
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En el momento de presentarse ante instituciones judiciales, civiles y eclesiásticas; si fuere
el caso de los hombres los rasgos que los distinguían de los demás era el lugar en que
habían nacido, origen, vecindad y oficio que desempeñasen, así sería el lugar que ocupaban
dentro de los gremios bien fuere el caso de ser profesional o aprendiz del oficio que
desempeñaba, el desempeñar un cargo público los colocaba en un grupo aparte en una
elevada posición social, sobrando información sobre su identidad si era mulato libre o ex
esclavo.
En el caso de las mujeres aún si eran parte de la aristocracia o subordinadas, compartían
una identidad común más allá de su pertenencia social, la información por la que se podían
rastrear era por su nombre, la edad, estado conyugal con una institución familiar o religiosa
a la que perteneciera, las demás información era considerada de sobra a excepción del
estado de doncella, esposa de, para definir un estado civil en relación a un hombre; de
pertenecer a un convento sería novicia, monja profesa del convento de la orden, ubicado en
la provincia, fundado en el año X, por la monja profesa proveniente de tal país, siendo cura
rector.
El estado femenil en la sociedad hispana las definían estadistas y filósofos como doncellas,
casadas, viuda y monja, dejando que la mujer únicamente se desarrollase en ese momento
en los ámbitos de la vida doméstica o los espacios religiosos, el lugar que normalmente
debía ocupar una mujer sería el del matrimonio y la familia, para justificar el papel que
debía cumplir en la sociedad; algunos moralistas de la época llegaron a considerarlas
inconstantes, parleras, móviles y emocionales, por lo que justificaban el que a lo largo de su
vida se vieran tuteladas por temor a que fuesen detractoras de la honra familiar.
En las relaciones entre conyugues de carácter de pertenencia la mujer se debía a su esposo
con total entrega y sumisión, comportándose decorosamente y únicamente en los espacios
en que se le fueron permitiese incorporarse, en la intimidad el hombre tenía total
disposición sobre el cuerpo de su esposa como señor y cabeza de familia, en los discursos
de tratadistas se llamaba a los maridos a amar a sus mujeres, tomar como compañera y
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hermana de las cargas familiares, e incluso las bases bíblica de Génesis 2:24, Proverbios
5:18-19, Eclesiastés 9:9, Sn. Marcos 10:7-8, Efesios 5:25-28, y las amonestaciones en
Éxodo 20:14-17, Hebreos 13:414
.
Parentesco consanguíneo o por afinidad
Los vascos emigrantes en América debieron adaptarse al diferente entorno jurídico que
regulaba los sistemas de herencia en su lugar de procedencia y en su nueva residencia. En
época española imperaba en todas las Indias el derecho castellano; tras la independencia
se mantuvo en lo esencial, si bien con ciertas modificaciones. En ambos en tornos, los
emigrantes vascos trataron de adaptar las posibilidades jurídicas que le ofrecía el derecho
americano a las costumbres hereditarias propias del sistema troncal15
.
Las formas de sucesión de los bienes familiares buscan garantizar la permanencia de la
unidad de la propiedad, el orden en que van enunciados cada uno de los beneficiados en un
testamento, el grado de proximidad sanguíneo o político, las disposiciones a cumplir para
ser entregados cada uno de los bienes muebles, la representación de los hijos legítimos
heredados, e incluso el que también se tome en cuenta a todos los integrantes de la familia
pero en el caso de los que tomaron la vida religiosa renuncian a sus leimas maternas y
paternas antes de profesar en la vida religiosa, cediéndolas a los integrantes de la familia o
imponiéndolas a una obra pía.
Otro ejemplo de la dote lo tenemos en el caso de Juan Bautista de Aleyega y Arrevillaga,
casado con doña Agustina de Rosas y Castro que reclamó la dote perteneciente a su
matrimonio. Esta montaba 14,400 pesos…
“y también, tres mill pesos que la dicha doña Ysavel de Casto y de la Serda, mi señora
asigna y señala a la dicha mi mujer en el valor de las casas de su morada que primero lo
fueron del Capitan Antonio Lorenzo y doña Ysabel de la Paz su mujer difunto, que lindaba
14
__________Sociedades Bíblicas en América Latina. Las Santa Biblia, antiguo y nuevo testamento. Antigua versión de o Casiodoro de Reina (1960) Impreso en Corea, 2012. 15
Siegrist de Gentile, Nora L. Herencia de legados en sucesiones vascas en Buenos Aires, 1750-1845. CONICENT-CEMLA. Buenos Aires. Disponible en línea en: http://www.euskomedia.org/PDFAnlt/vasconia/vas28/28249259.pdf. 24/02/2014:1:55pm.
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por la banda del norte con cassas de doña Lorenza Carmona y por la del poniente con las
del Maestre de Campo Joseph Agustin de Estrada y enfrentan por el oriente con cassas del
Rexidor Luis López de Andravide, y por el sur la del Maestro de Campo don Sancho
Albarez de las Asturias y Nava…16
La sociedad de Santiago de Guatemala heredo el sistema de parentesco español que era y
sigue siendo patrilineal, por ser el apellido del padre el que se le hereda a los hijos e hijas,
pero en el momento de transmitir el patrimonio familiar puede ser la madre y el padre
quienes sedan los derechos a los hijos habidos durante el matrimonio, ambos sexos
heredaban de igual forma, la única garantía era que fuesen hijos legítimos.
El paso de los bienes familiares a los miembros, el caso más común era de padres hacia los
hijos, pero esto no significa que tíos no pudiesen heredar a los sobrinos y sobrinas o de
hermanos que no habían tenido hijos e hijas para heredar, le cedieran los bienes familiares a
los hermanos o hermanas menores, una vez alcanzada la mayoría de edad se podía hacer
uso de los bienes materiales correspondientes por ser quienes sucederían en el derecho a
administrar la riqueza familiar a su antojo, a excepción de existir cláusulas que lo
impidiesen.
En el momento de bautizar a un niño en la Iglesia, los padrinos llegaban a formar parte de
la familia, para el resguardo de la vida espiritual que se veía reforzado por la confirmación,
por tal razón el Concilio de Trento prohibía la unión matrimonial entre padrinos y ahijadas
o ahijados con la madrina; por el cuidado de mantener el parentesco espiritual con los fines
con que había sido instituido en los estatutos de la religión Católica.
Las relaciones personales entre la elite y las capas más humildes, a través del
compadrazgo y relaciones de patronaje, pueden haber sido elementos esenciales en la
estabilidad de la sociedad hispano-guatemalteca. Pero a esas de esta armonía aparente
entre elite y grupos subordinados17
…
16
AGCA. A1.43. exp. 42,329 leg. 4,973 fol. 9-13v. 17
H. Lutz, Crhistopher. Historia socio-demográfica de Santiago de Guatemala. Pp. 370.
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Los padres consanguíneos estaban obligados a criar a los hijos proveyéndoles todo lo
necesario para su sustento, como el alimento material como espiritual, vestido y habitación
según sus riquezas y facultades, del mismo modo los hijos e hijas a no ser ingratos con sus
padres cuando puedan y estos necesiten, formar en ellos el amor a los principios religiosos.
Los estudios genealógicos que permiten un acercamiento de los individuos, haciendo un
recuento de los integrantes que cada familia que en su mayoría son investigaciones que
llevan tiempo para rastrear hasta los últimos herederos, en este sentido la demografía nos
permite hacer una discriminación por espacio geográfico sin abarcar grandes distancias que
en años se podría abarcar en una investigación que ayude a delimitar en espacio y tiempo
que sea posible describir y valorar los datos nos pudiera ofrecer.
Los puestos importantes que ocuparon los españoles que a pesar de todo eran extranjeros
que ocuparon cargos importantes dentro de la sociedad de Santiago de Guatemala, su
importancia socioeconómica en el contexto, tomando la estructura familiar durante la
colonia en la coyuntura decimonónica vigente en los aspectos de parentesco y las relaciones
sociales.
El conocer las implicaciones políticas que implicaba las alianzas de parentesco, en los
diferentes ámbitos que se desarrolla la sociedad colonial, jugara un papel esencial en las
relaciones sociales que se verán modificadas por las alianzas de parentesco, y como Ann
Twinam aporta entre lo público y lo privado de las relaciones estrechamente basados en la
amistad cada vez más reducidos y privados, pasando de la endogamia nacional a la
endogamia de clase, el emparentar con familias guatemaltecas estableciendo relaciones de
parentesco entre ambas familias ya que dan una serie de convergencias a nivel socio-
económico.
El parentesco como una forma de articular dentro de los límites o privilegios de las
relaciones en el entorno económico-social de la familia, como reminiscencia del antiguo
régimen en que la familia servía como modelo a las relaciones sociales y políticas, que
normaban el comportamiento de los miembros de la familia; el principal peligro era el
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cuidar la esfera de lo “Privado” por afectar la vida social, económica y política, de la
organización de los grupos sociales.
El que las comunidades españolas tuvieran privilegios ante los pobladores originarios era
evidente, por la vinculación que habían tenido con la corona española, que habían tenido
que abandonar por incursionar en el comercio con el nuevo mundo, llegando a Santiago de
Guatemala y vincularse con las familias prominentes, para mantener su condición de
beneficios y oportunidades inversoras, dándoles un aire de castas privilegiadas.
El interés de unirse familias españolas con guatemaltecas radica en amalgamar el ejercicio
de la profesión mercantil con la ciudadanía honrada, por lo que no importando si son
familias de contextos y procedencia geográfica distinta no sería impedimento sino un
beneficio de promover lasos económicos que practicasen la tradición mercantil, y su
relativamente proximidad a la posición nobiliaria, que posibilita la permeabilidad de
establecer relaciones de parentesco y fortalecimiento de la vía de establecer lazos de
parentesco estables.
En el cuerpo de los testamentos es notable encontrar la figura de las albaceas, tutores,
administradores etc., que por lo general aparecen como última voluntad de quienes ya están
en los últimos momentos de su vida y temen porque sus hijos queden resguardados de toda
necesidad económica, pero que también tengan a una persona mayor quien vele por sus
intereses económicos y no descuide el patrimonio familiar, por lo general son familiares de
la esposa debido a que por la diferencia de edad era el esposo el primero en morirse o la
madre pero eran raros los casos; la figura de las albaceas o tutores de los huérfanos es
básica para controlar la fortuna mientras los hijos e hijas lleguen a la mayoría de edad y
puedan hacerse cargo de los negocios familiares, disponiendo de los bienes familiares.
… Webre sostiene que los criollos no dominaron el consejo municipal o la económica local
de Santiago de Guatemala en el siglo XVII. El hecho de que las familias criollas poseyeran
cantidades impresionantes de tierra no significaba que fueran poderosos, ya que la tierra
per se tenía poco valor comercial. La verdadera riqueza estaba en el comercio. El conflicto
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entre los peninsulares y los criollos, afirma Webre, pudo haber sido una exageración.
Muestra, por ejemplo, que los miembros del primero grupo, especialmente los jóvenes
solteros, al llegar de España, se casaban con alguna de las hijas de las familias criollas
locales. De modo que podríamos aseverar que los peninsulares se infiltraron n interés
creado. Los inmigrantes españoles, cuya cifra es difícil de determinar, llegaron
evidentemente conectados por lazos y redes familiares bien desarrolladas. Siendo ricos,
podían casarse en la localidad y con frecuencia pasar rápidamente a formar parte de los
niveles más altos de la elite local. Webre descubre que, económicamente, las familias
criollas más antiguas eran las menos adineradas y, políticamente, las menos poderosas de
la élite de la ciudad. Sus rangos variaban mucho, mientras que algunas familias ascendían
en estatus y poder, otras decaían18
.
Las nuevas relaciones de parentesco hasta cierto punto eran con fines asistenciales de
mutua colaboración ya que regulaba el sistema de relaciones familiares, de mutua
cooperación doméstica, en base a las relaciones de parentesco se articulan las actividades
económicas y las posiciones sociales-políticas, de allí que radique la importancia de
relacionarse como único medio de subsistencia económica; por ello la insistente necesidad
de homogeneidad de sus relaciones de parentesco que les permitan pertenecer a las familias
prominentes.
Patrimonio familiar, herencia romana «paterfamilias»
A pesar de la fuerte tradición patriarcal cristiana, de la herencia musulmana y de la
gravitación de los códigos de honor que subordinaban a las mujeres, éstas tuvieron acceso
a la propiedad y a la herencia, así como a importantes derechos consuetudinarios y
formales, según las siete partidas y las leyes de toro, que establecieron las coordenadas
legales que rigieron durante siglos la sociedad ibérica, hombres y mujeres tenían iguales
derechos al patrimonio familiar por lo menos al principio.19
.
Los bienes que llegasen a poseer los miembros de una familia eran heredados a los hijos e
hijas, en el momento de establecer una relación de intercambio de bienes como los el
18
Webre, Stephen Andrew. The Social and Economic Bases of Cabildo Membership in Seventeenth Century Santiago de Guatemala. [Cometario] tesis (Doctorado, Historia). New Orleans: Tulane University. ix, 373 págs. 19
Charles, Boxer, Women in Iberian Expansion Overseas. Some Facts, Fancies and Personalities. 1415-1815, (New York: Oxford University Press, 1975), p. 52. Citado en Pecados Públicos La Ilegitimidad en Lima, siglo XVII. María Emma Mannarelli. 3era edición Lima, Perú 2004. ISBN: 9972-610-66-7
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matrimonio se establecían acuerdos económicos, políticos y sociales entre familias; por tal
razón era necesario establecer acuerdos no solo económicos de los bienes que aportaban
los contrayentes a su nueva familia, mismos que serían heredados a los hijos e hijas habidas
durante el matrimonio, de lo contrario retornaría a la familia, quedando en ellos el decidir
qué harían o en que invertirían los recursos económicos.
El patrimonio como lo define Scriche “cualquiera que sea el titulo con que se hayan
adquirido, más en un sentido este concepto se toma sobre los bienes o hacienda de una
familia que recae en una persona por sucesión de sus padres o abuelos. De aquí que se
llaman bienes patrimoniales los bienes inmuebles o raíces que uno tiene heredados de sus
ascendientes; a diferencia de los bienes adquiridos o de adquisición, que son los que se
ganan por cualquier otro título que no sea el de sucesión de sus mayores”.
En cuanto a la organización de la familia Antonio Gil Ambrona señala que era de forma
piramidal, en el cuyo caso la mujer tenía lugar de inferioridad por ser únicamente
consideradas herederas del linaje familiar y útiles para procrear y asegurar la permanencia
de la familia mediante la sucesión de los hijos; el paterfamilias era una situación que
solamente le correspondía al varón.
En algunos testamentos hay información sobre las relaciones familiares, las actividades
económicas que desempeñaban las personas y la forma en que afrontaban los momentos de
crisis. En la mayoría de casos, los matrimonios se mantenían unidos, los conyugues
trabajan juntos y aportaban dinero para mantener a la familia… La relación entre padres
e hijos, generalmente era pacífica, los hijos aprendían el oficio de sus padres y en muchos
casos, trabajaban con ellos al llegar a la edad adulta, ya fuera en el taller artesanal, en el
almacén familiar, labrando la tierra, criando ganado20
…
El padre era quien heredaba a la familia, para entonces vigente la estructura patriarcal de la
familia no solo el apellido sino las posesiones económicas a la descendencia, de allí que
quien tomaba las decisiones dentro de la familia recaía en la figura masculina, por tal razón
los hijos e hijas menores le debían total obediencia y sumisión, aún si estaban casados por
20
Ibidem. De la vida terrenal a la vida eterna. Pp. 76.
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ser resguardados en el cuidado del padre como jefe de familia, la patria potestad solo
cesaba con la muerte del padre21
.
A la muerte del padre el legado de ser quien dirigía a la familia y se ocupaba de las
atribuciones jurídicas dentro de su familia, por lo general recaía en el primer hijo varón;
para las mujeres no existía tal atributo y vivían tuteladas y subordinadas a la figura
masculina, desde el padre durante sus años de infancia, al momento de casarse se debía a su
esposo y a las disposiciones que el suegro llegase a disponer, incapacitada de libremente su
patrimonio o el de sus hijos, por lo que se le nombraba un tutor, capaz de ayudarla en los
negocios y en la educación de los hijos.
Según Bianca Premo la filosofía del control y del orden colonial era una versión
articulada de la patria potestad, o los derechos que un padre tenía sobre su familia. El
concepto de la patria potestad provenía de la ley romana, pero fue elaborado para el
contexto español en los códigos de las siete partidas, en el siglo XVII22
.
El termino materfamia carecía de bases jurídicas, el único concepto que se le asimilaba era
el de matrona que significaba que la mujer debía tener una conducta honesta frente a los
miembros de la familia, la condición de la mujer casada sería la esposa de un ciudadano a
quien tenía la posibilidad de heredar hijos con derechos a la ciudadanía, la mujer pasaba la
patria potestad que detentaba el padre a la mano o poder del marido o del paterfamilias de
este y se integraba en la nueva familia, mientras prevaleció la institución del paterfalmilias
las relaciones que se establecían ente grupos familiares dependían en buena parte de la
armonía conyugal.
21
Ambrona, Gil Antonio. Historia de la violencia contra las mujeres Misoginia y conflicto matrimonial en
España. Ediciones Cátedra (Grupo Anaya, S.A.), Madrid, 2008. ISBN: 978-84-376-2481-5. 22
Sobre las leyes de minorías y mujeres: Parte VI, Tít. XVII, Ley III en Las siete partidas, Glosadas por el señor Alfonso Montalvo, y Bianca Premo, “Pena y protección: Delincuencia juvenil y minoridad legal en Lima Virreinal, siglo XVIII”, en: Revista Histórica, vol. XXIV, 1, (Pontificia Universidad Católica del Perú 2000) pp. 85-120; que trata sobre el problema de los menores en Lima, pero que puede ser aplicable a menores de toda Hispanoamérica. Citado en: Johnston Aguilar, René. La Casa de Recogidas: un ejemplo de la situación de las mujeres durante la Colonia. AGH. Tomo LXXXVI. Guatemala, 2011. Pp. 26.
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Al dar paso de la República romana al bajo Imperio, las formas de ejercer la dominación
hacia las mujeres fue perdiendo vigencia, empezó a decaer en sus conceptos jurídicos, el
ejercer el poder sobre las mujeres y los menores de edad por medio de la tutela fue
modificando sus argumentos, en cuyo caso fueron los menores de edad quienes tendrían
especial cuidado de su conducta y proveerles de todo lo necesario para su subsistencia.
Un aspecto que vino a modificar en gran medida la barrera entre hombres y mujeres fue la
desaparición completa de la manus en la legislación de Augusto y de la tutela en la época
de Constantino, fue entonces que a las mujeres se les permitió participar en los negocios
familiares con plena capacidad, ser las tutoras de sus hijos y a heredar y testar sin
limitaciones, otra modificación llegaría en la época de Justiniano quien culminó con la
evolución de la capacidad jurídica de las mujeres, al no contemplar vetos en razón del sexo,
salvo ciertas medidas protectoras, heredadas en del mundo mediterráneo antiguo que
determinaba la condición jurídica de la mujer en Roma.
El hombre era quien heredaba los títulos nobiliarios, en otros ámbitos legales el derecho
castellano las trato como menores de edad, por lo tanto tuteladas para ser protegidas de los
peligros de la vida, hasta que cumplían la mayoría de edad a los 25 años, donde contaban
con plena lucidez para discernir en sus acciones, pero ni aun entonces podía desempeñar
funciones publica; si antes de llegar a la mayoría de edad quedaba huérfana, algún familiar
o amigo cercano asumía la responsabilidad de administrar sus bienes materiales, en la
figura de un tutor.
Procuraba que las fortunas familiares pasaran por manos femeninas a través de la dote y
herencia, pero esperaba que fueran los hombres quienes las administrasen. En estas
circunstancias, la realidad rebaso los prejuicios, y las formas de convivencia familiar que
se generalizaron en la colonia tuvieron sus propias características y fueron definidas por
la actuación de las mujeres23
.
23
Marín, Juan José. “Perspectivas y problemas para una historia social de la prostitución”, en: Revista de la Universidad de Costa Rica, número 13, (Universidad de Costa Rica, Escuela de Historia, Julio, 2001).
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En el caso de Santiago de Guatemala según Silvia Casasola es el matrimonio para
determinar qué familias se formó el núcleo de la elite. Esto nos permite decir que ellos las
familias principales de la élite constituían un bloque cohesivo conectado a través de
múltiples matrimonios que definimos como endogámicos. Allí, que son de una alta
correlación entre la consanguinidad y la prominencia. El atributo relacional utilizado es útil
para explicar la clase social que el proceso de formación.
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La parroquia de San Sebastian
Los expedientes matrimoniales, tramitados en la diócesis de Guatemala a mediados del
siglo XVII, permiten apreciar las estrategias matrimoniales de las castas, basadas en la
conservación de las características culturales24
El compendio I de Juarros contempla el proceso de cambio de ermita a parroquia, luego que
la ciudad fue golpeada por los temblores de 1565, el Ayuntamiento decide hacer a la ermita
en honor a San Sebastian nombrado protector de Santiago de Guatemala, volverla parroquia
acordada por el obispo de la Audiencia, trasladando la ermita a un sitio más accesible para
la población, el barrio y la parroquia del mismo nombre aunque compartieran nombre no
se extendía dentro de los mismos límites, la parroquia se extendía mucho más lejos que los
del barrio.
Para Christofer Lutz el conteo que se llevaba en las parroquias era una forma de tener la
geografía eclesiástica de la ciudad y se encontraba principalmente en los archivos
parroquiales, que arrojan datos para completar o guiar al investigador en la búsqueda de
fuentes primarias que le ayuden a localizar información que le permita hacer trabajo
historiográfico de la geografía e historia de la Iglesia.
Un fenómeno que también obligo a los curas párrocos llevar el control de la población era
las constantes visitas de los obispos, por el crecimiento de las familias que acudían a las
parroquias, fue necesario que se fundaran otras para atender a grupos específicos que
ocupaban espacios distantes y era necesario edificar nuevas para atender las necesidades de
la población que continuaba en aumento, erigiendo en distintas épocas en el curso de los
siglos XVI-XVIII.
La parroquia de San Sebastian fue fundada en 156525, la segunda erigida a comienzos de
159426
, que constantemente se vio afectada por los terremotos, la inclemencia del tiempo e
24
Conde Roche, Edgar Alejandro. “Historia de la instituciones de jurisdicción Eclesiástica: Acasaguastlán siglos XVI – XIX”. Tesis de Licenciatura en Historia, Escuela de Historia, Universidad de San Carlos de Guatemala 2009. pp. 51.
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incluso pequeñas modificaciones que se le fueron haciendo, la orden de Nuestra Señora de
las Mercedes se estableció en la capital, así como en Huehuetenango y algunos pueblos que
ahora están en Chiapas.
Los archivos parroquiales
Los archivos para llevar el control de la población eran divididos por pertenencia a
determinados grupos sociales como el libro donde se llevaba el registro de bautismos,
matrimonios, muerte de los miembros de la iglesia que por lo general iban asentados en el
mismo libro de defunciones, lo que determinaba la importancia y hasta cierto punto el
reconocimiento social era el lugar donde eren sepultados, en qué condiciones y si pedían
como última voluntad ser reconocidos por alguna orden religiosa, porque pedían ser
25
Ibídem. De la vida terrenal a la vida eterna. Pp. 214. 26
H. Lutz, Christopher. Historia sociodemográfica de Santiago de Guatemala 1541-1773. CIRMA. Guatemala, 1982. Pp. 201.
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amortajados con el hábito de una orden dominica, mercedaria o franciscana; dependiendo
en cuál de ellas estaba su devoción.
Los libros que se tomaron como referencia para hacer la investigación fueron dos uno el de
matrimonios de Españoles que registro para 1670-1700 la cantidad de con un total de 708
matrimonios y en el caso del libro donde se registraba la gente ordinara fueron 955 llevados
a cabo, la disparidad de datos se debe a que siendo españoles solo eran contabilizados a
quienes se les consideraba ser miembros de este grupo social; por el contrario a la gente
ordinaria eran mulatos, mestizos, negros, etc., hay una diferencia de grupos sociales muy
marcada, los hijos de estas uniones eran aceptados como miembros de pleno derecho y
atribuciones en la sociedad colonial, el ser herederos de principales, que manejaban el
reconocimiento de la población por su riqueza y distinción.
Lutz afirma que los registros de las parroquias en Hispanoamérica generalmente se llevaban
de manera separada, los españoles siendo los privilegiados eran quienes tenían un libro
aparte para no entremezclarse con la demás gente considerada por ellos inferiores a su
status social, además que consideraban que quienes estaban bajo su tutela eran inferiores a
ellos y por lo tanto no ser dignos de ocupar el mismo espacio en ningún momento, evitando
el contacto directo en instituciones legales; aunque ellos fueran quienes les servían para
realizar las labores cotidianamente, es impropio considerar que tanto unos como otros
ocupen el mismo espacio siendo grupos sociales tan abismales que presentan cada uno sus
propias características.
Los libros parroquiales como un intento de mantener a los grupos sociales divididos entre
sí, por las particularidades que presentaba cada grupo y por considerar impropio mezclarlos
por mantenerse la estructura estamentaria de la población; esta separación de categorías
raciales vigente aún en los espacios geográficos que ocupaban al centro de la ciudad las
familiar importantes acompañadas de las instituciones importantes durante el régimen
colonial, en los barrios alejados ocupados por la población de menor rango social,
confirmando la segregación racial en la América española hasta en la estructura y forma de
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dividir a la población en barrios aledaños y concentrar a la crema innata de la sociedad al
centro de la ciudad.
Un dato que no se puede dejar pasar es la constante insinuación de constatar la pureza de
sangre de los feligreses que eran considerados españoles, incluso en el momento en que una
novicia profesaba para tomar la vida religiosa y deberse a las condiciones que le fueran
ofrecidas dentro de los límites de la clausura, había una pregunta que se les hacía, sobre si
estaban exentas de mala sangre o si padecían alguna enfermedad conocida o desconocida,
la insistencia en constata que eran españoles viejos que procedían de las tierras del viejo
mundo.
La importancia a la segregación racial era una constante al momento de organizar a los
grupos sociales y al parecer la orden mercedaria era la más exigente, en cuanto determinar
el grado de ascendencia española mediante los registros parroquiales que aporta datos como
los apellidos que al rastrear su procedencia en el Diccionario Heráldico y Genealógico de
apellidos españoles y americanos de los hermanos García Carraffa, Alberto y Antonio. El
70% de apellidos encontrados corresponde a ser procedentes de España, podría ser por las
variaciones en el lenguaje castellano al español, o porque al momento de inscribirlos en el
registro parroquial se cambiaron algunas letras por otras y estas variaciones no permitieron
ubicar la procedencia.
La calidad de los registros parroquiales era dependiendo de la cercanía a la ciudad dado que
las parroquias ubicadas en la acrópolis donde vivía la población que gozaba de mayores
privilegios por encontrarse con mayor proximidad a las autoridades eclesiásticas, por la
definición geográfica estable que rara vez cambiaba de composición geográfica a menos
que ocurriera un fenómeno natural que los obligase a considerar la reconfiguración de la
distribución geográfica de la población.
En el centro, la mayoría de los españoles eran encomenderos, comerciantes, dueños de
haciendas rurales, maestros artesanos u oficiales del gobierno, con familias que
encabezaban casas multirraciales con criados y esclavos de los cuales ellos eran losamos.
Ser español en el centro significaba pertenecer al grupo dominante en la sociedad hispano-
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guatemalteca colonial. En cambio, ser negro, casta o indígena significaba pertenecer a las
capas humildes y subordinadas27
.
El tener los registros del grupo social considerado español, era porque en su mayoría ellos
donaban de sus riquezas económicas parte a la realización de obras de beneficencia para la
parroquia o en obras piadosas que considerasen afines a su ideología religiosa; también que
era un grupo que se llevaba especial cuidado de llevar el control principalmente en épocas
calamitosas principalmente durante las catástrofes naturales, período de epidemias.
La lengua y la cultura hispánica llego a predominar en todos los grupos sociorraciales de
la ciudad, y la religión católica era la única tolerada. Pero el grado de homogenización
fue más significativo en los barrios de la periferia que en el casco español de Santiago28
.
A lo largo de la ciudad de Santiago se consideraba a la población con una fuerza del
catolicismo enraizada generacionalmente, especialmente por la importancia que le daban a
los sacramentos religiosos como el bautizar a los infantes apenas cumplían con los días
estimados para que las madres tomaran reposo para recuperarse de las vicisitudes del parto
y los primeros meses del lactante, en donde eran inscritos en el libro y registrados con los
apellidos de ambos padres, que en algunas ocasiones se aclaraba de donde procedían los
mismos, que ayudada a la determinación de la condición del individuo en la estructura
social.
En los protocolos parroquiales dan una gran cantidad de información en esta investigación
se pretendió extraer información sobre los que contraían matrimonio, tomando en cuenta el
nombre de los contrayentes, pero especialmente el apellido que nos indicaba la procedencia
de la familia de los mismos; si los padres habían ejercido algún cargo también lo menciona,
también si el padre o la madre de los contrayentes había enviudado, el parentesco o
proximidad que manejaban con los padrinos que acogían a la nueva familia para ayudarla a
lo largo de su vida matrimonial dándoles consejos.
27
Óp. Cit. Lutz. Historia socio-demográfica de Santiago de Guatemala. Pp. 368. 28
Ibídem. H. Lutz, Christopher. Pp. 369.
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Libro parroquial de gente ordinaria (mulatos, mestizos, negros,
etcétera)
Una preocupación esencial de los curas párrocos era el mantener el control de la población
que asistía y eran católicos practicantes, una forma de mantener conteo de la población a
quienes tenían dentro de sus feligreses era los libros parroquiales donde llevaban el registro
de quienes eran bautizados, confirmación, y principalmente quienes se casaban.
El tomar el control de la población era con fines de prever cuales serían los ingresos a las
arcas parroquiales, así como los fondos que serían destinados para realizar las obras
piadosas; no un conteo parcial sino constante ya que estos eran revisados por las visitas de
los obispos, siendo una realizada el 27 de agosto de 1670 por el Señor Obispo Don Fray
Payo de Rivera29
como se hace constar en el libro de la parroquia, siendo secretario Don
Francisco Ximenez, iniciando los registros de matrimonios para el año de 1670, realizados
de gente ordinaria en la hoja número 130.
Las fundaciones piadosas como elemento principal para aportar en el crédito eclesiástico,
de diversa índole tales como dotes, fundación de capellanías; que representaba la inversión
de capital familiar que era una costumbre de las personas de alto rango social, un acto de
caridad hecho de manera voluntaria, con el fin de sostener materialmente instituciones
Eclesiastés.
El hacer donaciones piadosas eran movidos por la religión por el argumento de llegar al
cielo y tener la salvación eterna, hacer una donación para algún miembro de la familia que
profesaba en alguna orden religiosa, o para alcanzar cierto nivel de status y respeto social,
por obtener el favor de la comunidad religiosa por la posibilidad económica de quien hacia
la donación. Los fondos obtenidos para las fundaciones piadosas eran invertidos en el
sostenimiento de una institución religiosa, una iglesia, hospital, convento, etc.; las
29
AHAG. Fondo Antiguo. Libro desta Parrochia de Sant Sebastian en que se escriven Cassamientos y belorios de sus feligreses, comensando en el mes de febrero de 1626/ gente ordinaria/ foxas 103.
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donaciones que se hacían generaban un fondo para invertir dependiendo de la temporalidad
en que se recolectaba dicha inversión.
Al terminar con las hojas correspondientes al libro donde se registraban los matrimonios y
velaciones de los feligreses, se procedía a foliar y autorizar uno nuevo, se autoriza un libro
nuevo para la parroquia de San Sebastian que corría desde el mes de enero de 167; quien
autorizaba el libro fue el Illmo. Y Rmo. Señor Doctor Don Juan de Ortega Montañez, que
fungía como obispo de Guatemala y Verapaz, que también pertenecía al consejo de su
Majestad.
El secretario que redacta el documento que autorizaba utilizar el nuevo libro para registrar
los matrimonios y velaciones de gente ordinaria como aclaraba el escribano, dando fe de la
autorización para ser utilizado en la parroquia correspondiente con las firmas y sellos de
fecha 24 de marzo de 1677 años, firmado por el secretario Juan Saenz de Ojel.
En los libros parroquiales se asentaban las partidas de desposorios y velaciones de los
feligreses que asistían, como muestra para la investigación se tomó a la parroquia de el
señor San Sebastian, de la Ciudad de Santiago de Guatemala, para enero de 1673 era cura
rector de dicha parroquia el Bachiller Don Antonio Vejarano y Valdez.
En las visitas a las parroquias se dejaba por escrito las amonestaciones o normativos a
seguir al oficiar los sacramento matrimoniales, en este caso en la visita del obispo en el año
de 1673 por el obispo de Guatemala y Verapaz Dr. D. Juan de Ortega Montañez,
disponiendo que si no es en caso preciso y forzoso el celebrar y hacer esposales de
presente, no se celebraran ni hicieran algunas en las casas de los contrayentes ni dieran en
licencia, menos darla para ello.
Si no acudían en pedir las bendiciones nupciales, que los desposen y velen en la Iglesia a la
hora de la misa, salvo que fuese en caso forzoso pero no por eso cohabiten en una misma
casa ni se unan sin antes haberlas recibido, de haber hecho y dicho las amonestaciones que
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era mandado por el Santo Concilio de Trento; para facilitar la información de cada uno de
los desposorios que se escriban en el mismo folio.
En el caso que no pudieran pagar los derechos de las bendiciones nupciales que no sea
esfugio a los contrayentes para estarse sin recibirlas, que los curas sepan si los contrayentes
son o no pobres de solemnidad y que en dado caso los despose y velaran sin llevar derechos
algunos; también que se multe a los curas que incumplieran con oficiar las velaciones, que
se les haga carga grave en la visita del obispo, en caso de incumplir se les tomaría como
negligentes y poco obedientes a las órdenes del prelado, en tal caso se les multaría y penara
en lo que hubiera lugar de derecho.
En cuanto al libro o libros en que se lleva el registro de los matrimonios y velaciones
realizadas en las parroquias, luego de utilizar todos lo folios y que no quedase espacio para
transcribir que se encuadernaran, gracias a este cuidado se ha logrado consulta la
documentación de caso más de 300 años de escritos, por el material que utilizaban para
encuadernar los libros de registros parroquiales son de material duradero como cuero de
vestías y utilizaron buen pergamino para asegurar la durabilidad de los documentos.
En estos libros parroquiales también se escribía si había cambios de cura párroco, se
encontraron cambios de cura rector uno fue el Maestro Don Gerónimo Varon de Loaysa el
seis de agosto de 1678, posteriormente fue el maestro Don Fernando Ruiz de Monjarraz el
seis de diciembre de 1679; en el folio 53B se dio fe del cambio de cura rector por el
Bachiller Don Pedro Lopez Ramales el 29 de junio de 1680; probablemente el cambio
constante se debió al tipo de población que se atendía en ese momento y a los ingresos que
se manejaban en las cajas parroquiales.
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Dote matrimonial ¿La dote como estrategia económica o como
símbolo de protección para la mujer?
La dote30
como institución jurídica representaba una protección de los padres hacia la hija,
como un derecho que otorgaba el «paterfamilias» aunque consistiera en bienes que le
serían entregados para ayudarse en las cargas matrimoniales en realidad era un legado
familiar; en el entendido que era dinero, propiedades o bienes que le otorgaba el padre a sus
hijas mujeres, como el patrimonio que le corresponde a la mujer y un requisito
indispensable para que pudiera contraer matrimonio, con el propósito que la mujer
asegurase el bienestar de su viudez, también como un vehículo de transmisión de la riqueza
hacia nuevos núcleos de los entornos de parentesco.
En el Diccionario Razonado de Legislación y Jurisprudencia de Joaquín Escriche hace la
alusión que antiguamente era el marido quien donaba a la mujer en la figura de las arras31
,
eran vestidos, bienes muebles, joyas que quedaban en prenda en compromiso de unión
matrimonial, llamadas donaciones de esposo, esposales contraídos; posteriormente las arras
fueron en consideración a su dote o sus prendas personales, no pudiendo pagarlas si ya no
se conservaba virgen o carecer de nobleza, por la diferencia de edad, no siendo obligado a
pagarla si existía desigualdad de circunstancias.
El término que se utilizó para referirse a las arras fue propter nuptias por darse y ofrecerse
con motivo de matrimonio, que propiamente son una dote que ofrece el esposo a la esposa
por los bienes recibidos de la mujer en razón de la dote que recibió della, pudiendo
aumentarlas por seguridad de la dote, pasando al dominio de la mujer, no como pena
30
En la antigua Grecia era un conjunto de bienes, dinero, etc. Que pasaba del padre de la novia al marido, pero que este tendrá que devolver íntegros al padre si en algún momento repudia a su mujer. Pero en Roma, de donde procede el concepto jurídico dos, dotis, esto no es así se trata de un conjunto de bienes, enseres, aportación económica (mayor o menor según la capacidad económica de la familia) que, donados por el padre de la novia a ella, aporta la mujer al matrimonio, y es ella su titular (aunque sea mediante represión jurídica). Si la mujer se casa cum manu (aceptando depender jurídicamente de su marido), el marido tendrá el usufructo y gestión de esa dote, pero jamás podrá disponer a su antojo de ella, pues debe ser heredada íntegramente por los hijos. Si la mujer se casa sine manu (quedando en la dependencia jurídica temporal de su padre) ella puede ser la titular y gestora directa de su dote, con separación de bienes, y su marido no tiene derecho a poner ni un dedo sobre los bienes de esa dote, ni para gestionarla. 31
Scriche, Don Joaquín. Diccionario razonado de Legislación y Jurisprudencia. Librería de Rosa, Bouret y C. Nueva Edición. París, 1851. Pp. 248.
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impuesta por obligación a casarse sino perfectamente libre como reconocimiento de los
posibles daños de arrepentirse una de ambas partes, o si se ingresa a la vida religiosa, se
pierde si pasado el tiempo se disuelve la unión matrimonial por adulterio o muerte del
conyugue.
En su contexto al hablar de dotar significó el proporcionar una porción de la riqueza
familiar ya que de otra manera no le fue permitido a la mujer obtener herencia, una manera
de proteccionismo tutelar, en un primer momento perteneció al padre de la novia que al
entregarla en matrimonio pasaba una porción de los bienes familiares a la nueva familia a la
cual se incorporaban las doncellas que tomaban la vida matrimonial. Para Jorge Augusto
Gamboa, que analiza el funcionamiento del trasfondo de la dote femenina.
Afirma al analizar a la sociedad del Nuevo Reino de Granada durante la primera mitad del
siglo XVII, fundamentándose en documentos legales como cartas de dotes y testamentos32
,
con el interés de explicar el significado de la dote como herencia medieval, están presentes
elementos económico por la cantidad de dinero y la forma como se especifican los bienes
sin dejar de lado la función de los valuadores al momento de especificar precios, político,
social en el interés de unir capitales familiares y su significado demográfico; también el
trasfondo cultural.
“Ley 11: Es algo que da la mujer al marido por razón de casamiento es llamado dote; y es
como manera de donación hecha con entendimiento de mantenerse y ayudar el matrimonio
con ella. Y según dicen los sabios antiguos es como propio patrimonio de la mujer y lo que
el varón da a la mujer por razón de casamiento es llamado en latín donatio propter
nuptias, que quiere tanto decir como donación que da el varón a la mujer por razón que
casa con ella; y tal donación como esta dicen en España propiamente arras. Más según
las leyes de los sabios antiguos esta palabra arra tiene otro entendimiento, porque quiere
tanto decir como peño que es dado entre algunos para que se cumpla el matrimonio que
prometieron hacer; y si por ventura el matrimonio no se cumpliese, que quedase en salvo
el peño a aquel que guardase la promesa que había hecho, y que lo perdiese el otro que no
guardase lo que había prometido; y comoquiera que pena que fuese puesta sobre pleito de
matrimonio no debe valer, pero peño o arra o postura que fuese hecha en tal razón, debe
valer”33
.
32
Para analizar la clasificación de los testamentos ver De la vida terrenal a la vida eternal pp. 121-122. 33
Siete Partidas. TÍTULO 11: De las dotes y de las donaciones y de las arras. Pp. 91
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El significado que tenía la dote para cada una de las familias, como una garantía de
posición social que se consolidaba en las relaciones de parentesco, procedencia de los
integrantes e incluso que puestos o cargos públicos podrían ejercer en aquel momento, por
lo que sería una forma de competición entre capitales familiares por obtener
reconocimiento político con el cual mantener subordinados a grupos considerados de menor
rango.
Si el padre de la novia regalaba bienes dotales, estos se ofrecían como “contrarregalo”
después del intercambio de donas. La dote funcionaba como la obtención de una herencia
en vida, que garantizaba a la mujer un caudal suficiente para atraer un marido de posición
social similar o superior. Ayudaba a financiar los gastos iniciales e la creación de un
hogar y además proporcionaba cierta seguridad en caso de una viudez temprana34
.
Sin olvidar que la dote fue el primer reconocimiento legal y jurídico para la mujer, pasando
de la subordinación paterna a la de su conyugue y la familia con quien emparentaban de
forma política. La dote entendida como un patrimonio para la mujer que sería administrado
por el marido; entonces la dote más las arras serían el capital familiar con el que contaba la
pareja de prometidos, posteriormente le servirían para ayudarse en las cargas familiares,
dependiendo de la cantidad y especificación de las propiedades era considerado un prestigio
familiar, llevaba implícito el seguro material.
Otra forma de entender la dote según J. Augusto Gamboa como un soporte protector del
sistema matrimonial, el entenderse ambos consortes para decidir qué harían con los bienes
materiales con que poseían, en que invertirlo para procurar una posición económica para su
futura descendencia; por temor a no dejar linaje desposeídos de bienes muebles se
especificaba la sucesión de objetos domésticos que incluyen algunas dotes femeninas,
llevando en sí misma la dote un valor simbólico como bien material que la mujer recibe de
sus padres.
34
Gutiérrez, Ramón A. Cuando Jesús llegó, las madres del maíz se fueron matrimonio, sexualidad y poder en Nuevo México, 1500-1846. Fondo de Cultura Economica. México, 1993. ISBN: 968-16-3980-4 pp. 318.
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El estudio de la dote desde sus antecedentes históricos se basa en el Derecho Indiano, en la
antigüedad de la expresión jurídica del derecho romano, la regulación de la dote por medio
de las Partidas de Toros, que a lo largo de los años ha significado el ceder bienes
patrimoniales desde la posición legal de la mujer en Hispanoamérica hasta la
independencia, que regularon los estatutos dentro de la familia, el derecho a heredar, la
administración y disposición de sus bienes.
Al analizar la estructura de las cartas de dote se encuentra la invocación de Dios todo
poderoso, la salutación a la Virgen María concebida sin mancha ni pecado original por ser
documento de tipo religioso que legitima el derecho canónico, seguido de la atención del
documento legal ya sea testamento, carta de dote, reclamo de bienes muebles; el nombre o
nombres de los interesados así como la relación de parentesco entre los mismos, la
procedencia, cargo nobiliarios que ejercían.
En el caso de realizarse un matrimonio de menores, debían tener un tenedor de bienes
(albacea, curador), para que administrase los bienes habidos por la familia en su totalidad o
la parcialidad que le correspondía a quien procediese a casarse, o en caso de ser niñas
criadas en casa de una persona de confianza de la familia, Da. Agustina Bernal del Cano,
mando a fundar una capellanía de misas con 1,500 pesos de capital, para que
posteriormente fungieran como apoderadas.
El Tametsi (1563), les daba a los clérigos de las iglesias reconocimiento o argumentos para
legitimar el comportamiento de los feligreses pretendiendo quitarle a la familia la influencia
que ejercía en la decisión de los enlaces matrimoniales; una estrategia que ayudo en gran
parte a capturar herencias y donaciones especiales, mediante los procedimientos nupciales
tomando en cuenta la naturaleza jerárquica de los vínculos que se formarían entre las
familias, de tal forma que la iglesia era quien otorgaba la calidad ontológica de los
habitantes durante la colonia.
Por lo que las cortes civiles eran las instituciones encargadas de los aspectos patrimoniales
de la conyugalidad entre ellas herencias, filiaciones, dotes, donaciones, testamentos. A
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manera de llevar un control de los feligreses de las parroquias, en las ubicadas en el casco
urbano de la población, a medida que los bautismos, matrimonios y las defunciones estaban
en manos del clero secular, los párrocos confiaban en la palabra masculina en contrario con
la de la femenina ya que no era legitimada por el registro escrito clerical.
Los extractos de escrituras jurídico-legales en los protocolos notariales de 1670-1700,
testamentos, en la ciudad de Santiago de Guatemala, permite el rastreo de la procedencia de
los españoles que habitaron, la mayoría proviene de países vascos del norte de España,
pertenecientes al segundo grupo de españoles venidos a América.
Las personas mayores que se preparaban para partir de este mundo, tenían que redactar su
testamento en pleno uso de sus facultades mentales, lo apropiado sería que lo hicieran
cuando estaban sanos y en presencia de un escribano público, para declarar cual sería su
última voluntad y a quienes heredarían sus bienes materiales y como los dividiría, las
especificaciones para determinar cómo iba a ser enterrado, en donde y en caso de prever el
pago de capellanías u obras pías.
En la ceremonia matrimonial religiosa la figura de los padrinos jugaba un papel esencial
por un lado la unión política del compadrazgo, como un vínculo del protección y
dependencia, si se podría catalogar como reciprocidad entre ambas partes; serían quienes
acompañarían a la nueva familia en el transcurso de sus vidas, dando consejos y ayudando a
defender intereses familiares, como un lazo que surge del parentesco ritual que permitiese
la sobrevivencia de prominencias locales, creando alianzas políticas.
El mestizaje para ser considerado influía en factores como el reconocimiento paterno para
hacer reclamos de adjudicación de dinero, dotes femeninas, el mayorazgo, nombramiento
de tutores y albaceas de los bienes familiares, hasta que los herederos cumpliesen con la
mayoría de edad y estar en pleno uso de sus facultades mentales además de no haber sido
persuadidos de realizar transacciones económicas que representasen la ruina familiar, los
intereses personales para unir capitales familiares entre españoles y familias prominentes.
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Las jerárquicas sociales en que se fortalecía el colonialismo, por las relaciones de
dependencia que generaba afectando las relaciones entre hombres y mujeres, buscando el
consolidad relaciones sociales predominantes que estuviese involucrada en los distintos
gremios, cofradías y hermandades, en el plano religioso el fenómeno que se repite es el de
fundar capellanía de misas, eligiendo a un representante familiar para que la administrase o
que ingresara a la vida religiosa y llevase el control desde adentro.
La estructura endogámica del matrimonio permitía unificar la riqueza intergeneracional a
través del matrimonio entre iguales o con mejores condiciones, a finales de 1680 nuevas
fuerzas burócratas y comerciales estaban emergiendo en toda Centroamérica, este nuevo
grupo busco la forma de inyecta capital económico mediante relaciones sólidas de
parentesco con las familias entre españoles y notables en Santiago de Guatemala y sus
alrededores, dando paso a una especulación de la dote para cuantificar hasta qué punto
serían provechoso unificar capitales familiares.
Los títulos nobiliarios como agregar Don o Doña al nombre de alguien era signo de
antepasados nobles, entre los cargos honoríficos Capitán, Alcalde, Regidor; el nombre que
se identificaba con el apellido no solo permite rastrear la procedencia geográfica de los
españoles que vivían en Santiago de Guatemala, el pertenecer a los gremios o parte de la
aristocracia.
A los españoles venidos a América les fue otorgado títulos de nobleza que aseguraran
privilegios especiales por las labores realizadas para la expansión del reino, por lo que
acudían a un tribunal de justicia para garantizar esos privilegios, en esos juicios lo que
consideraban primordial era la calidad de la persona, la posición social del hombre o mujer
de quien se tratase; la calidad de la persona no solo se media por la cantidad de posesiones
sino la su procedencia, edad y condiciones que los privilegiaban ante el Estado.
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En la diligencias matrimoniales de 1693 a 1846 se definía la categoría social y sus
variaciones, las declaraciones de candidatos al matrimonio iban acompañadas de cuatro
categorías: la raza, de ocupación, ciudadanía y nacionalidad; entre 1693 y 1759 se les
clasificaban por una condición cívica, en tres grupos bien fueran vecinos dueños de tierras,
residentes o naturales (indígenas), de determinada ciudad o asentamiento, y para 1694 y
1759 la jerarquía social se consideraba por la ocupación que desempeñaban siempre y
cuando fueran maestros que tenían a su cargo a los aprendices.
La sucesión era para considerar la honorabilidad de la familia sobre todo si el interés era
unir haciendas, apellidos que procedían de hogares, por significar la creación de una red de
alianzas de afinidad y de perpetuación del patrimonio simbólico de una familia, los padres
lo consideraban en el valor de la dote, considerando aceptar toda unión que considerasen
digna o ventajosa, se podría decir que el matrimonio era quien estructuraba la desigualdad.
Los regalos nupciales tomaban especial interés a la hora de decidir elegir marido para las
doncellas, algunas familias para evitar las uniones desiguales procedían a endeudarse o
requerir la ayuda económica de los miembros de la familia para evitar la subordinación de
los menores a los mayores dentro del núcleo social de las ciudades, vigentes en los
mecanismos de selección de pareja, tomando en cuenta el número de hijos de una familia,
el orden en que fueron naciendo el sexo eran condiciones para que los padres garantizaran a
su hijo o hija una pareja aceptable o ventajosa.
Para elevar el patrimonio familiar al máximo las ganancias que conlleva una alianza
matrimonial. Pierre Bourdieu ha aplicado esta metáfora al casamiento de los hijos de una
familia. El éxito en acrecentar y perpetuar la posición social de la familia se basa no sólo
en las cartas que se reciben (si el candidato nupcial es hijo único, el mayor de varios hijos
varones o la más joven de muchas hijas)35
…
La herencia patrimonial que le cedían los padres a los hijos debía distribuirse en momentos
estratégicos para elevar al máximo su éxito reproductivo, cuando cumplían la mayoría de
35
Gutiérrez, Ramón A. Cuando Jesús llegó, las madres del maíz se fueron matrimonio, sexualidad y poder en Nuevo México, 1500-1846. Fondo de Cultura Economica. México, 1993. ISBN: 968-16-3980-4 pp. 284.
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edad, iban a contraer matrimonio o dar paso legal de los mismos a través de la lectura del
testamento ante un notario público, pero el derecho a una partición igualitaria entre los
hijos que iban a heredar variaba dependiendo de la clase social.
En el grupos sociales considerado parte de la aristocracia que poseía grandes hectáreas de
tierra preferían heredar al primogénito varón para evitar la división del patrimonio familiar,
siendo el responsable del buen proceder de la familia, cuidar la reputación, cuidar que no
cayera la propiedad familiar que rebajasen el prestigio familiar, por lo tanto estar al cuidado
de conseguir parejas honorables para sus hermanos y hermanas que aún no salían del
núcleo familiar, inclinarse a los deberes de la familia antes que al deseo personal.
Las mujeres que se veían en edad para casarse y merecer marido, en el momento de dar la
carta de dote, los bienes eran absorbidos por los bienes del marido, por ello la preocupación
de los padres en concretar matrimonios entre miembros de su mismo grupo; si una hija era
deshonrada antes de casarse, comprometían más recursos para reparar la falta y conseguirle
pareja adecuada; a eso se debía el cuidado incansable de los lugares que frecuentaba y con
quienes mantenía relación, para asegurar la reputación sexual, el que la mujer expresara sus
deseos era limitada frente a sus hermanos.
Los padres se oponían a relacionar a sus hijas con jóvenes que no cumplieran con la
igualdad de calidad, las peticiones de matrimonio si no se cumplía con igualdad de
condiciones si la disparidad era demasiado grande sin importar cual fuera su base, si eran
españoles de noble alcurnia, los impedimentos también eran atravesados por la distinción
de color de la piel, la procedencia, el desconocimiento de la reputación de la familia, la
ocupación, la ilegitimidad; hacía de algunos hombres parejas indignas para cortejar a las
hijas de la aristocracia.
El matrimonio era, de hecho, una oportunidad para invertir esta proporción con un buen
margen de ganancia, siempre y cuando el socio previsto era una persona adecuada. El
hecho es que algunos matrimonios involucrados transacciones superiores de riqueza - la
dote, arras, y / o regalos en total - que otros. Otro aspecto del matrimonio en este contexto
es la transferencia de capital social que se llevó a cabo en todos los sindicatos. Un
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matrimonio de conveniencia podría disponerse, por ejemplo, entre una rica heredera y una
Criolla de una familia de menor riqueza, pero con un título de Mayorazgo O, por ejemplo,
entre una mujer de la élite local y una saludable - aún sin dinero - hidalgo de la Península.
Fueron asignados aventureros españoles sin fortuna, después del matrimonio, a los cargos
políticos o administrativos de mediana importancia36
.
La iglesia se consideraba custodia espiritual de sus feligreses y el cuidado de la moralidad
reflejado en el valor que le daban a la virginidad femenina, el interés del recato y cuidado
del honor familia; base bíblica “horraras a tu padre y a tu madre, para que tus días se
alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da37
” la propiedad y la solidaridad hereditaria;
las instituciones religiosas guardaban con recelo el aprobar quienes eran consortes
adecuados para el matrimonio. La ley canónica contenía los impedimentos para evitar el
incesto entre otros requisitos físicos, la consanguinidad, los votos religiosos, la diferencia
de religión, la bigamia, la bigamia, la impotencia masculina, el crimen, la falsedad y la
coacción38
.
La libre elección de pareja conyugal lo estimaba el derecho canónico como una forma de
aludir a la autoridad paterna, en el caso del imperio español era todo lo contrario, aunque
estaba establecida la libre elección en la práctica no se cumplía por los clérigos que la
interpretaban a su favor para evitar alianzas con clases inferiores o la subvención del orden
social; si un padre encontraba oportuna la unión defendía las prerrogativas paternas,
justificando que la voluntad de los padres estaba acorde a la voluntad de Dios.
El requisito esencial que contemplaba la ley canónica era el consentimiento por ambas
partes para casarse, no se podía encerrar a las mujeres para “evitar ser vistas por los
jóvenes y que la pretendiese, ni privarlas de unirse a persona de su elección” declara el
36
Alcántara Valverde, Narda, Silvia Casasola Vargas, Doglas R. White. El Matrimonio de la Red Elite Colonial Guatemala. IIMAS-UNAM. México, D.F. pp. 4. 37
Santa Biblia Reina Valera. Editorial Caribe. Sociedad bíblica en América Latina, 1960. Éxodo 20:12 38
Mans Puigarnau. Legislación, vol. I, pp. 152-173, y derecho matrimonial canónico pp. 1-84. Citado en Gutiérrez, Ramón A. Cuando Jesús llegó, las madres del maíz se fueron matrimonio, sexualidad y poder en Nuevo México, 1500-1846. Fondo de Cultura Economica. México, 1993. PP. 298.
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edicto real del 17 de diciembre de 1557, en la practica la ley se violaba, lo que indujo a la
reiteración en 1595, 1596, 1628 y en la Recopilación de las Leyes de Indias de 168039
.
…la dote no consistía exclusivamente en un mecanismo de apoyo material para respaldar a
la hija casadera al momento de contraer nupcias, sino que se convertía en un aval de las
finanzas de una familia frente a la sociedad colonial. La dote es abordada entonces como
una carta de garantía de la solvencia económica de una familia o un linaje, y su monto
puede ser visto como un indicador de la marcha de los negocios de la familia de la novia40
.
Hallazgos en documentos de Archivo
El honor de los hombres ennoblecidos de esa manera, sobre todo después de la
reconquista, se basaba en su poder y en su fuerza, en sus tierras y su riqueza, en sus
antepasados y en la nobleza de su nacimiento, en su religión y en sus nombres cristianos y
en su elegancia y pompa personal41
.
La iglesia contemplaba llevar el control de sus feligreses mediante libros donde registraban
matrimonios, nacimientos y defunciones, anotados escrupulosamente en dichos registros,
por ello se puede consultar hasta nuestros días documentos de hace más de 300 años de
haberse escrito, los libros parroquiales consultados hasta este momento para constatar como
fuente primaria, corresponde a la Parroquia de San Sebastian, en el cual se puede observar
que existía un libro para asentar los matrimonios de españoles y en otro el de la gente
ordinaria.
Por ejemplo la escritura de carta de dote que Doña Francisca de Strada y Medinilla
extiende a favor de su hija Doña Lorenza de Cardenas Paz y Quiñonez a quien asegura ser
39
Ots Capdequí, Instituciones, pp. 365-366. Citado en Gutiérrez, Ramón A. Cuando Jesús llegó, las madres del maíz se fueron matrimonio, sexualidad y poder en Nuevo México, 1500-1846. Fondo de Cultura Economica. México, 1993. ISBN: 968-16-3980-4. Pp. 307 40
OPhelan Godoy, Scarlett. Reseña de “Familia, Dote y Poder. La nobleza de Lima de 1700 a 1850” de Paul Rizo-Patrón Bulletin de I’Institut Francais d’Etudes Andines, vol. 31, núm. 1, 2002, pp. 147-148, Institut Franḉais d’Études Andines Organismo Internacional. Disponible en línea en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=12631110 17/03/2014:3:09pm 41
Gutiérrez, Ramón A. Cuando Jesús llegó, las madres del maíz se fueron matrimonio, sexualidad y poder en Nuevo México, 1500-1846. Fondo de Cultura Economica. México, 1993. ISBN: 968-16-3980-4. Pp. 230.
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hija legítima del Capitán de caballos don Juan de Cordenas Mazariegos, desposando y
velando con Don Pedro de Corzena y Bega quien fuere natural de Valladolid e hijo
legitimo del Capitán Don Pedro de Corzena Regidor que fue de dicha ciudad y de Doña
María de Bega ya difuntos42
, llevando al matrimonio una dote de cuatro mil setecientos y
ochenta y tres pesos.
Se especifica que los ochocientos y cincuenta serian en reales, las seiscientas se cobrare de
los tributos del pueblo de San Luis Gilotepeque que correspondía al corregimiento de
Chiquimula de una encomienda que de doña Francisca, más una dotación que dejo fundado
el Arcediano don Diego de Curavajal, que se pasa al Convento de Santo Domingo43
, para
completar la suma indicada se añadió los bienes ajuar y plata labrada.
Se entregaba la escritura de dote al marido ante un escribano y testigos de la corte, con el
fin de dar fe de lo recibido y en qué condiciones quedaban ambas partes; para evitar
reclamos posteriores a excepción de la non numerata pecunia.
El pago de las arras también era asociado al pago de la honra de su virtud y doncellez como
una donación proter nupcias, para pertenecer a pertenecer a las familias prominentes
jugaba un papel esencial el ser parte de las familias ilustre sangre de aquella época, que
tuviesen rose social con la aristocracia, limpieza de linaje y personas que estuviese
vinculado o que no existiera historial de haber emparentado o procreado hijos con moros o
judíos.
La viuda de quien fuere en ese entonces el Licenciado Don Francisco de Fuentes y
Guzmán, Doña María Bermudes de Aguilar, procedió a dota a su hija legitima Doña Ynes
de Fuentes y Guzmán casada con Don Pedro Hernández de Montalvo, procedente de la
ciudad de Segovia en los reinos de Castilla, una cuantiosa dote que consistió en quince mil
42
A.G.C.A. A.1.20 leg. 449 exp. 14722 folio 32B-37B. DOTE: 12 de marzo de 1676 Doña Francisca Estrada y Medinilla, viuda del Capitán Don Juan de Cárdenas Mazariegos otorga escritura de dote a favor de su hija Lorenza de Cárdenas y Quiñonez, casada con Pedro de Corzena y Bega. 43
A.G.C.A. A.1.20 leg. 449 exp. 14722 folio 32B-37B
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doscientos treinta y cinco pesos y tres reales; consistía en el ajuar, joyas familiares que le
habían sido confiadas, 8 piezas de esclavos reales, plata labrada.
Es curioso encontrar que la familia Fuentes y Guzmán cobraba una renta de quinientos
pesos cada año en los pueblos de Santa Catalina Mataquescuintla y Jalapa del
Corregimiento de Chiquimula de la Sierra, una vez casada Doña Ynes como legitima
heredera de parte del patrimonio familiar al cumplir el año la renta sería cobrada por su
esposo, a lo que Lévi-Strauss señaló que el matrimonio como un intercambio de regalos44
y
en este caso el ceder propiedades que pasarían a ser heredadas por la descendencia.
En los siglos XVI y XVII, algunos otorgantes tenían encomiendas y en sus testamentos
reflejaban su preocupación por heredarlas a sus descendientes, tal es el caso de Doña
María de Padilla, natural y vecina de la ciudad de Santiago de Guatemala, viuda del
Capitán Don Antonio de Estrada y Medinilla, Alcalde Ordinario de esa ciudad. En su
testamento, ella pidió que la encomienda que había heredado de su marido se le diera por
segunda vida a su hijo para que pudiera seguir cobrando los tributos.45
Pero la corona no vio fructífero esta modalidad de obtener más recursos por lo que vio la
forma de abolir las encomiendas, pero no logrando el objetivo las disminuyo el crear
nuevas encomiendas o concederlas a nuevos españoles; por el tiempo que habían estado a
cargo de una familia llegaron a ser pensiones para viudas y personas importantes que no
recaudaban el tributo directamente, tributo que le era cobrado a los indígenas para defender
las costas de los ataques de los piratas. Ya en 1694 la Corona luego de consultar al Consejo
de Indias sobre la conveniencia de suspender las encomiendas, a excepción de las que
ayudaban a sostener obras religiosas, respondiendo favorablemente, recayendo la obtención
de impuestos en los encomenderos.
44
Jiménez Chacón, María Laura Lizeth, Anna Carla Ericastilla Samayoa. Capitulo uno ESTRATEGIAS DEL AMOR Matrimonio, divorcio y transgresiones sexuales. Nosotras, las de la Historia Mujeres en Guatemala (siglo XIX-XX), Guatemala, septiembre de 2011. ISBN: 978-9929-8128-0-2. Pp. 33. 45
AGCA. A1.20 leg. 712 exp. 9205 fecha 20 de octubre de 1658. Folio 318v. escribano Esteban Rodríguez Dávila. Testamento de doña María de Padilla.
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La mayoría de encomenderos vivían del tributo recibido de sus encomiendas pero en los
testamentos se pude notar que este pago no se cumplía. Don Sebastián Ruiz de Abiles,
natural y vecino de la ciudad de Santiago de Guatemala, tenía encomiendas en los pueblos
de Santa Lucia Utatlán, San Gregorio, San Bartolomé Jocotenango y San Miguel, en la
provincia de Suchitepéquez, él reclamó el pago de los tributos porque vivía de esa renta46
.
Los ingresos familiares iban desde tomar a censo cantidades de principal de obras pías para
imponerlas a censo sobre propiedades familiares; bien fueran estancias de ganado,
haciendas, obrajes, pensiones o renta de encomiendas o dependiendo de lo estipulado en los
documentos hechos ante escribanos reales se describía quien sucedería en las posesiones
familiares, de no haber heredero o familiar cercano se donaba a la Iglesia o se fundaba una
capellanía, de esta manera la iglesia católica fue sumando ingresos económicos para
emprender obras de construcción e invertir en lo que necesitaban.
En el testamento del Capitán D. Juan de Cárdenas Mazariegos, por estar enfermo en cama
pidió ser sepultado en la capilla mayor de la Iglesia de San Francisco, en la sepultura de las
pases, había estado casado con Da. Francisca de Estrada Medinilla, llevó una dote de 6, 920
tostones de cuarto de real de plata cada uno más 2,000 tostones en calidad de arras, él
aporto una renta que tenía en la provincia de Chiapa, que cobraba y administraba el Capitán
D. Diego Baguero Gazo.
Algunos pedían ser amortajados con el habido de una orden en específico, “…la mayoría
de personas pedía ser amortajada con el hábito de alguna orden religiosa debido a que el
uso del hábito como mortaja le concedía indulgencias a la persona fallecida para que
pudiera salir pronto del Purgatorio y llegar al Cielo. De los hábitos religiosos, el
preferido por hombres y mujeres fue el de San Francisco”.47
No era extraño que las mujeres también se les permitiesen emitir testamento en el caso de
Da. Antonia de Vides y Alvarado, que se había casado con D. Miguel de Ocampo que
fungió como escribano de su majestad y de la Real Caja de la Corte, cuyo padre estaba
ausente de los reinos de España, por estar enferma y en cama pidió ser sepultada en el
46
AGCA. A1.20 leg. 2167 exp. 8870 fecha 30 de junio de 1700. Fol. 128v. Escribano Ignacio de Agreda. Testamento de Don Sebastián Ruiz de Abiles. 47 Ibídem. Schumann Guerra, Ana Elisa.
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Convento de Nta. Sra. De las Mercedes, que ya había tenido señalado, dejando como tutor e
sus hijos menores a su esposo, heredando a todos sus hijos menos a los que habían tomado
la vida religiosa porque ellos renunciaban a sus legítimas paternas y maternas al profesar,
albaceas: su marido y su compadre el Alférez Bartolomé de Salazar.
Si una familia consideraba que la dote de la hija era menor a la posición social que
ocupaban dentro de su mismo núcleo, le iban sumando en donación familiares para
acrecentarla y así asegurar el intercambio equivalente de bienes, en el caso de D. Jerónimo
de Abanca Paniagua de padres naturales de los reinos de España, casado con Da. Mariana
de Pontaza y Ayala, contaba con una dote de 6,095 pesos, entre los bienes que conformaban
la misma se incluían la renta de unos tributos que su cuñado D. Francisco Xavier de
Pontaza y Ayala que le había cedido por el plazo de cuatro años ascendiendo a 1000 pesos,
más 1000 peso de un crédito que su tía Da. María de Pontaza le había dado.
El canje de las arras suponía privaciones económicas para muchas familias y por lo tanto
constituía un gesto que podía eliminarse del compromiso y representarse en cambio en una
forma sumamente ritualizada durante la ceremonia nupcial48
. Edward Werstermack,
propuso que este término apareció en el ritual romano como forma evolutiva de adquisición
de novia, en la práctica romana se ofrecía siempre las arras durante los desposorios.
La viuda de D. Luis de Gálvez y Segura Da. María de Fuentes y Guzmán, el 9 de abril de
1686 toma a censo un capital de 4,000 tostones de 4 reales de las obras pías que fundó el
Arcediano D. Diego Carvajal, lo impuso sobre un molino y labor de panllevar de 7
caballerías ubicadas en Mixco, a la muerte de su esposo, los acreedores reclamaron el pago
de las deudas adquiridas, por lo que el inmueble fue vendido, reclamando ella el reintegro
de su dote.
Las instituciones en que procedió llevar los alegatos por el reintegro de las deudas y el pago
de la dote de D. María de Fuentes y G., fue remetido al Juzgado de la Provincia en 1683,
luego a la real Audiencia dictaminando sentencia el 3 de septiembre de 1684 procediendo a
48
Óp. Cit. Gutiérrez, Ramón A. pp. 319.
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rematar el inmueble y de su producto pagar la dote a la viuda, una encomienda de su hijo D.
Pedro de Gálvez, remitir 4,500 pesos al Cabildo Eclesiástico, la deuda al Maestre de
Campo Joseph Agustín de Estrada, los 1000 pesos de las arras prometidas por su difunto
marido.
En 1683 doña María Luisa de Gálvez y Segura otorgó la escritura de dote a favor de doña
María de Fuentes y Guzmán, quien contraería matrimonio con don José Ramírez de Hoyos,
escritura hecha ante un notario público, así como también es interesante los términos en
que el contrayente otorgó las arras a su futura esposa49
.
El otorgar poder para testar se hacía si la persona estaba en los últimos momentos de su
vida y para evitar que su progenie quedase desposeída, se nombraba un sucesor o persona
que pudiese fungir en representación de los intereses familiares bien fuese el consorte,
familiar cercano o persona de la entera confianza de quien iba testar.
El fallecer bajo testamento cerrado se llamaba al alcalde ordinario de la ciudad para
constatar ante un escribano la defunción a qué hora fue, en base a ello realizar las
diligencias para abrir y declarar legítimo para nombrar a los herederos de los bienes
familiares, especificando cuando y en que montos se habían de entregar, en caso de dejar a
un albacea sería nombrado para administrar los bienes hasta que los interesados cumpliesen
la mayoría de edad, por si dejaban cláusulas de entrega.
Se dio poder para testar al Capitán D. Lorenzo de Montúfar del testamento de su difunta
esposa Da. Agustina Bernal del Caño quien llevo una dote de 42, 190 pesos 2 reales de los
cuales 7,093 eran deudas viejas y vencidas a favor de los padres únicamente logrando obrar
1,595 pesos; posteriormente doto a dos huérfanas Isabel y Josefa para tomar la vida
religiosa en el Convento de Santa Catalina o la Purísima Concepción en compañía de su
hija legitima Da. María de Montúfar.
49
Óp. Cit. Status de la mujer en Centroamérica. Pp. 90.
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En el caso de los hombres existía una forma de heredar nombrada mayorazgo, en que se
reunían las posesiones de la familia y se entregaba la mayor parte al hijo mayor de la
familia; D. Juan de Arrivillaga Coronado, a la muerte de sus padres exige que se le
entreguen unas haciendas e ingenio de azúcar llamado Ntra. Sra. De Guadalupe, a la muerte
del padre la madre se había hecho cago de la administración de los inmuebles por haber
fungido como curadora y tutora, que viendo la necesidad había tenido que hipotecar su dote
y arras ascendía a 50,695 pesos 7 reales.
…el contexto socioeconómico en que vivían los testadores, pero es importante mencionar
de qué manera la situación económica y la clase social a la que pertenecía el otorgante
influía en las prácticas piadosas de estas personas. Los terratenientes que vivían en sus
haciendas participaban activamente en las fiestas religiosas que se celebraban en la
parroquia del pueblo más cercano a la hacienda. Fueron pocos los testadores que tenían
capellanías en sus haciendas y en ellas promovían sus devociones particulares. Los
terratenientes que fundaron capellanías, muchas veces lo hacían por medio del censo
consignativo […] impuesto sobre la hacienda o sobre una parte de ella. Otros pedían que
la propiedad se vendiera y que con ese dinero se hiciera la fundación piadosa, también
había quienes pedían a sus albaceas que vendieran varias cabezas de ganado para fundar
capellanías con ese dinero o mandar a oficiar misas por su alma. Algunos otorgantes
donaron cabezas de ganado para ayudar a las cofradías, hermandades, sacerdotes
diocesanos y empleados de su confianza que debían ser recompensado por su lealtad y
buen servicio50
.
La hacienda e ingenio azúcar llamado Ntra. Sra. De Guadalupe estaba ubicada en los
pueblos de San Miguel y Santa Inés Petapa, mientras Da. María Ochoa de la Torre por la
flaqueza de los tiempos se vio obligada a darla en arrendamiento durante 6 años al
Ayudante General Jacobo de Alcayaga Arrivillaga, pagando 1000 pesos para el sustento de
las necesidades familiares y 20,920 pesos impuesto a censo a favor de diferentes conventos,
capellanías, memorias y obras pías.
Los gremios de artesanos también estaban ascendiendo para ese momento dentro de las
capas sociales, por lo que los oficios de cerero y confitero estaban Diego Rodríguez con el
rango de maestro que se menciona para la reconstrucción de una celda; la disposición que
50
Ibídem. De la vida terrenal a la vida eterna. Pp. 84.
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les ponían a las personas que ingresaban a hacer reconstrucciones era que se dedicaran a
hacer su trabajo sin entretenerse.
Las personas que contaban con mayores recursos económicos pertenecerían a cofradías las
más importantes de la ciudad, fundaron capellanías, memorias de misas, donaron bienes y
dinero a las iglesias, dejaron parte de sus bienes para ayudar a la manutención de sus hijos y
parientes consagrados a la vida religiosa o dejar los bienes para beneficencia.
¿Qué significaba ser familia prominente?
Las dotes recibidas por las mujeres hijas de vascos en la sociedad colonial porteña fueron
fiel reflejo de la riqueza que poseían algunos de sus habitantes. Por entonces, la política
matrimonial era un factor de cohesión para el mantenimiento del patrimonio en el seno del
grupo de parentesco, además que proyectaba alianzas y vinculaciones51
.
No solo significaba contar con capital familiar elevado, apellido procedente de los reinos de
España, un claro ejemplo sería la Familia Fuentes y Guzmán, en el testamento de Da.
Catalina de Fuentes y Guzmán, viuda del Capitán D. Francisco de Santiago Chávez,
mantenían comercio de cacao, el cuñado el Capitán D. Luis de Gálvez tenía una renta en la
villa de Sonsonate, como viuda del Capitán D. Francisco Chávez tenía una encomienda
sobe unas casas vinculadas, frente al Colegio de la Compañía de Jesús, ella pidió ser
sepultada en la Catedral en la Capilla de la Concepción.
Además de la información sobre la actividad comercial, también se da a conocer la forma
en que se transportaba a la mercadería de exportación e importación. Baltasar de Sierra
era natural y vecino de la ciudad de Santiago de Guatemala, su padre era siciliano y su
51
Siegrist de Gentile, Nora. Riqueza en las dotes de las descendientes de vascos en el buenos Aires colonial. KOSMOPOLITA. Disponible en línea en http://www.euskonews.com/0222zbk/kosmo22202.html. 22/01/2014: 11:32 am.
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madre originaria del barrio de Triana en Sevilla, España, era comerciante y dueño de la
fragata Nuestra Señora del Rosario que servía para transportar mercancías52
.
Al unirse familias por la unión matrimonial de ambos integrantes significa cumplir con un
orden social, político y económico propio del régimen colonial, crean alianzas sociales, que
consolidad una unidad social, por el intercambio de presentes significativos no solo de tipo
económico sino el unir apellidos, para llevarse a cabo dan en prenda como señal de cumplir
con la promesa de matrimonio el intercambio de regalos por un lado la dote femenina y las
arras, al quedar emparentados en realidad se están definiendo los perfiles locales de clase y
posición; tomando como herencia española el garantizar la perpetuidad de las
desigualdades sociales.
El mayorazgo que reclamo D. Tomás de Arrivillaga Coronado, consistía en esclavos de
hacienda para que trabajasen en la producción de azúcar, las casas altas principales con su
menaje y muebles donde habita la familia para la época de zafra, las casas bajas que corrían
desde la ermita (con retablos, cuadros imágenes, un palio de damasco, casullas) hacia el
norte, con corredor sobre pilares de madera, las oficinas que utilizaban para llevar a cabo
los asuntos administrativos, galeras, la carpintería con fierros y herramientas, una casa de
molienda con dos prensas una caballeriza.
Era común que familias formaran una capellanía de misas una de ellas fue fundada por Da.
María de Barrones y Loaiza con un capital de 4,000 pesos que había impuesto sobre las
casas de su morada, el capellán era el Br. D. Ignacio de Mazariegos; poseían entre sus
bienes todo el contenido de sus casas y el producto de una encomienda en la provincia de
Chiapa que administraba Juan Macal de Meneses.
El descifrar las estrategias utilizadas para atrapar la riqueza intergeneracional a través del
matrimonio, en sus términos legales y estructurales de una muestra de familias que optaron
52
AGCA. A1.20 leg. 1111 exp. 9604 fecha 27 de abril de 1672. Fol 37a. Escribano Lorenzo Pérez de Rivera Testamento de Baltasar de Sierra.
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por utilizar la dote como mecanismo de apropiación de capitales familiares en núcleos
sociales que estaban emergiendo como una nueva clase privilegiada, tomando en cuenta el
prestigio y la riqueza, que se puede cuantificar y rastrear los orígenes por la procedencia
geográfica, la cantidad de dinero del que se hablaba y el equivalente en monedas bien sea
reales, pesos, tostones.
El factor que arrojo unidades de análisis fue la cuantificación de la dote así como las
categorías lega aporta el aparato ideológico, vigente desde las normas impuestas por el
Concilio de Trento para todo américa, los mecanismos de revaloración de riquezas
familiares que el estado ofrece a través del enfoque weberiano que cataloga las carreras
individuales, niveles de ingresos y prestigio ocupacional; a que instituciones públicas se
permitía el acceso y que intereses representaba a la hora de llevarse a cabo los consensos.
En los documentos analizados se encontró cargos nobiliarios que pertenecían a líderes de
cargos públicos, maestros en diferentes oficios C. Wright Mills, propone que una cantidad
razonable de miembros del gobierno, ocuparon posiciones simultaneas en el empresarial, el
por qué los comerciantes velaban por sus interés en especial los cambios en las condiciones
de compra y venta de mercancía, la cantidad a pagar por el comercio hacia el exterior; así
como la capacidad de intercambiar posiciones institucionales durante la colonia.
Este tipo de endogamia estratégico no es una cuestión de política pública, sino que debe
ser entendida como un mecanismo de transmisión intergeneracional. La élite de
Guatemala colonial puede caracterizarse acertadamente como una élite de poder, tras el
término acuñado por C. Wright Mills, 2 ya que se compone de un puñado de líderes de
gobierno que ocuparon posiciones simultáneas en él, empresarial, política y / o militar
sociales arenas en Santiago de Guatemala. De acuerdo con este punto de vista, la
característica más destacada de los miembros de la élite de poder es su capacidad de
intercambiar posiciones a través de las instituciones dominantes de la sociedad53
.
La familia aportaba regalos en dinero, censos, propiedades inmuebles, joyas; la mujer era
privilegiada ya que heredaba tanto por línea paterna como materna, de los hermanos
mayores, tíos y tías, la familia donaba a la hija para asegurar el que gozara de los
53
Ibídem. Alcántara Valverde, Narda. Pp. 2.
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privilegios que tenía estando dentro de la protección familiar, que no cambiase de
condiciones al momento de cambiar de hogar y formar su propia familia; tomando en
cuenta la transferencia de riqueza y prominencia.
En el caso de que la dote llevase cierta cantidad de dinero además del valuado con respecto
a los bienes familiares que ella llevaba como propios y de su uso personal, la cantidad
tasada en monedas era entregada ante un notario público, que era considerablemente mayor
que la que aportaba el novio, que firmaba un recibo de entrega de la dote económica con
respecto al valor en efectivo, destinado a los gastos que se irían dando a lo largo de la vida
matrimonial, para ser invertido en un negocio familiar.
Era conveniente tener familiares que ocuparan posiciones prominentes en instituciones que
ejercían predomino en la Guatemala colonial como: la iglesia en el alto clero, la
Universidad como ente donde se formaban los dirigentes intelectuales, el consejo local de
la ciudad ocupando cargo estratégicos , y varias empresas el Ayuntamiento, Corregimiento,
los gremios de maestros en los diferentes oficios.
Esto fue el resultado de una conexión de intereses que los llevó a ellos y sus descendientes
a aunar compromisos de comercio, redes de matrimonio y objetivos religiosos comunes en
un entorno social que sostuvo con firmeza sus principios culturales y de sangre54
.
La correlación entre prominencia y endogamia como mecanismos para cohesionar el núcleo
de la elite conformado a través de múltiples matrimonios, el atributo relacional para
conformar una clase social cerrada a los vínculos que significasen atentar contra sus
intereses dentro de su vida política y económica, restringiendo los mecanismos de
adscripción por largo tiempo, desde negar la participación en grupos de discusión política
hasta evitar el acceso a unidades productivas o comerciales.
Para Vilas (1992), este fenómeno no es peculiar de Guatemala, sino también del resto de
países centroamericanos. Como los anteriores, otros historiadores (Martínez Peláez, 1970;
54
Nora Siegrist de Gentile.
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McLeod, 1973; Chinchilla Aguilar, 1975; Webre, 1980; Wortman, 1982; Santos, 1994;
Woodward, 1999, entre otros) se han preocupado principalmente de los atributos
intrínsecos de algunos individuos de la élite colonial, tales como lugar de origen en
España, "pureza de sangre", nobleza, etc. Ellos sostienen que estos individuos lograron
mantener su estatus utilizando su prominencia o reputación para reclamar derechos y
privilegios que no estaban a disposición del resto de la población -sectores pobres y
oprimidos. Estos mismos especialistas han puesto atención a la vida social y los valores
organizados alrededor de importantes sucesos políticos, económicos y sociales que se
sucedieron en la época histórica de la región55
.
El apellido de la familia fundadora permite rastrear el lugar de procedencia que en su
mayoría son españoles procedentes de los reinos de España venidos a Santiago de
Guatemala en diferentes temporalidades por intereses personales, en algunas ocasiones
solos otros acompañando a parientes para ejercer cargos públicos con nombramientos
reales en los siglos XVII y XVIII en las principales instituciones del régimen colonial;
capitulares, clérigos, religiosos, militares, caballeros de distintas ordenes, dueños de
propiedades o poseyeron títulos de nobleza.
Loomis (1954) [59] concibió la sociedad como un sistema que opera -para llevar a cabo
sus funciones u obtener sus objetivos- articulando elementos importantes (normas, roles,
derechos, estatus, patrones de autoridad, componentes de poder) en sus relaciones
sociales. Los vínculos sociales, por tanto, constituyen el cemento que mantiene integrado al
grupo social, y la colección de las relaciones sociales constituye la estructura social de
cualquier sociedad56
.
La actividad económica consistía en el factor principal de resguardo de intereses
conformado por los comerciantes, representaba variación de atributos por los productos de
compra-venta para sufragar los gastos diarios de la población (ganadería, haciendas
azucareras), los oficios de maestro de construcción que tenía gran demanda de los
terremotos que devastaban obras arquitectónicas.
55
Casasola, Silvia. El núcleo de la élite colonial de Santiago de Guatemala: un bloque cohesivo. Araucarias. Año 5, No. 10. UNAM. México, 2003. Pp. 4. 56
Óp. Cit. Casasola, Silvia. Pp. 10.
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62
El acrecentar capitales por el aporte que las mujeres recibían de sus familiares, confirmando
la relación entre la elite local y el espacio social que se deseaba ocupar, el matrimonio así
como el intercambio de bienes familiares actuaba como un estandarte de un medio
geográfico, y que se negociaban espacios en donde invertir e intervenir en la conformación
de las políticas públicas.
Durante el matrimonio, algunas mujeres perdían sus bienes y se quedaban en la pobreza,
tal es el caso de Antonia Manuela de los Reyes, natural de la ciudad de Santiago de
Guatemala. Su esposo se fue a Perú y se gastó parte de su dote. Al no recibir dinero de su
marido, tuvo que pedirles ayuda a sus padres y hermanos para poder mantener a sus
cuatro hijos, y gracias al apoyo de su familia no tuvo que mendigar57
.
Algunas familias consideraban extender su injerencia en diferentes espacios como el
comercio, la burocracia, la religión, la academia; comprobando la habilidad de las elites
para acceder al control de los espacios políticos y económicos, con virtudes relacionales
estableciendo parentesco sanguíneo y político, con el fin de ampliar la cooperación social
para contar con el apoyo de unidades de producción, reproducción y resguardo de la
representación legal y religiosa. Lo que represento el involucramiento para tomar
decisiones y acciones necesarias para garantizar el bienestar y protección de los intereses
pactados en la regla endogámica, que permitan resaltar la identidad estableciendo fronteras
de grupos categorizando en intragrupos y los exagrupos.
En virtud de su pertenencia a este sistema social las creencias, preferencias, actitudes,
expectativas, elecciones y acciones de los miembros de estas familias estaban
condicionadas socialmente a la vez que motivadas internamente. Todas ellas fueron los
mecanismos que promovieron la integración interna de este grupo. De tal forma que
aquellas familias que compartían atributos similares favorecían y reforzaban la
interacción entre ellas más que con los de afuera del grupo a fin de conservar la
homogeneidad de su estatus social. Los matrimonios endogámicos eran aprobados por su
importancia. Son estos matrimonios los que permiten medir la proximidad social y el grado
de homofilia entre las familias58
.
57 AGCA. Sig. A1.20 Leg. 1006 Exp. 9499 Fecha. 20 de julio de 1705. Fol. 138 a. Escribano Francisco de
Herrera Cambrano. Testamento de Antonia Manuela de los Reyes. 58
Ibídem. Casasola, Silvia. Pp. 9.
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El matrimonio significo una inversión de capital económico, simbólico y social; en el caso
de la Guatemala colonial se heredó la costumbre española legitimada por el Código de las
siete partidas de Alfonso X el Sabio, a pesar de ello el enlace entre españoles peninsulares
y nativos continuaba desarrollándose; desde luego los futuros maridos no tenían cargos
públicos, ya que la ley continuaba prohibiéndolo59
.
Ideario de la mujer en la colonia
La construcción social de lo que debe ser una mujer y lo que debe ser un hombre está
ligada a las relaciones sociales, a los saberes y al poder, y es éste el que atraviesa y
determina tales relaciones de “una red de discursos y de prácticas sociales”
(Castellanos, 1996:23). De modo que la adopción de esta categoría de análisis puede
coadyuvar a comprender la complejidad de las relaciones sociales, las relaciones de
poder, la forma en que se estructuran las clases sociales, los colectivos humanos y dentro
de ellos cómo los individuos se construyen a sí mismos y construyen su realidad (Scott,
1990). La familia, eje de las relaciones sociales, fue concebida por la jurisprudencia
castellana como constituida por padres e hijos (Ots Capdequi, 1969:34)60
.
La reproducción social presente en la reproducción familiar y la transición de bienes para
quienes ocuparon posiciones privilegiadas dentro de la sociedad colonial con
reminiscencias judeo-cristiano que condicionaba la transición de discursos, no solo la
herencia genética de sus antepasados implícita en el apellido, económica en la transición de
bienes materiales e inmateriales, alimentada de las relaciones desiguales y jerárquicas.
Un caso particular es el de Da. Antonia Noriega hija legitima de D. Jorge Gómez de
Noriega y Da Juana Guerra que habían fallecido y dejado muy pequeña por lo que la había
tenido a su cargo y cuidado Da. Luisa de Salazar Monsalve en su casa fungiendo también
59
Status de la mujer en Centroamérica. Pp. 90. 60
Mendoza Pontiffe; Liliana. Reproducción social en familias prominentes de Salta: un análisis desde la categoría de género. Temas de Mujeres Año 3 Nº3. Revista del Centro de Estudios Históricos e Interdisciplinario Sobre las Mujeres Facultad de Filosofía y Letras Universidad Nacional de Tucumán. Pp. 3. Disponible en línea en: http://www.filo.unt.edu.ar/rev/temas/t3/t3_web_art_mendoza_reproduccion_social.pdf. Fecha de consulta: 19/02/2014: 6:23pm.
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como administradora de sus bienes, mientras crecía y llegado el momento y se casó con el
Alférez Diego Ruiz de Aguilera, los padres le habían dejado en herencia 2,076 pesos.
Cada caso de testamento encontrado da información específica en este otro del 14 de julio
de 1671, el Sargento Juan de Saravia de oficio platero, otorgó la carta dote su esposa
Nicolasa de la Asunción, que había sido criada desde niña por el Capitán Cristóbal
Fernández de Rivera y su mujer Da. María de Acevedo y Sigüenza, la dote matrimonial
había sido pagada de los bienes del Capitán Fernández y su esposa; ascendiendo a la
cantidad de 1,024 pesos que le habían dado de limosna.
En el libro de Manuel Rubio Sánchez, describe los factores en que vivían las mujeres para
los años de 1503 a 1821 a lo largo de toda Centroamérica, quise hacer un análisis del siglo
XVII, para entender la temporalidad estudiada en las fuentes primarias; en sus primeras
páginas habla de Felipe II, en Guatemala su representante legal si es que así se le pode
llamas fue el Presidente, Gobernador y Capitán general del Reino el Dr. Alonzo Criado de
Castilla.
La institución jurídica a cargo de las políticas del reino se llevaban a cabo en la Real
Audiencia, que por los constes terremotos continuaba en construcción arquitectónica, con el
paso del tiempo se fue modificando las construcciones de las casas, por la importancia de
las ciudades y el que representase la configuración de espacios de ocupación de grupos
sociales de posición social.
Las costumbres eran heredadas por los miembros de las familias en especial transmitidas de
padres a hijos, por lo que las de tipo religioso cobraban especial injerencia dentro del
ideario de tradiciones en las órdenes de la vida, algunas familias llevaba tal punto de velar
porque las construcciones de conventos, iglesias y obras piadosas tuvieran el sustento
económico para ser llevadas a cabo.
El derecho canónico, pese a su decidida defensa de la autoridad del varón, proporcionaba
a la mujer un espacio de igualdad, al referirse a los derechos y obligaciones contraídas
La Dote matrimonial como símbolo de prominencias en familias de Santiago de Guatemala años
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por el sacramento del matrimonio. Se recomendaba a las esposas docilidad y obediencia,
dando a la mujer un papel subordinado61
.
En la vida política existía cargos primarios donde se tomaban decisiones que eran acatadas
sin cuestionar, en comparación con los miembros de alcaldes mayores, corregidores, existía
autonomía pero virtualmente manipulada hacia los intereses de las capas altas, máxime si
atentaba contra el estado económico de los poseedores de los medios de producción y
gremios principales que manejaban la mayor cantidad de fluidez económica, como para
deponer a quienes ejercían cargos y no eran afines a sus intereses.
Ahora bien la mujer por ser considerada parte de la sociedad que debía ser resguardada de
los peligros de la vida, gozaba de protección especial en las leyes vigentes, protegida desde
sus nacimiento en el seno familiar, criada con amor para que desempeñase las labores
domésticas y oficios mujeriles de su bello sexo, como una división sexual de las labores
entre hombres y mujeres; que justificase los fines educativos por extensión en ese momento
de la vida colonial.
Al llegar a la mayoría de edad era pasada su tutela a su marido si se desidia por la vida
matrimonial o al resguardo de una institución religiosa si se dedicaba a ser monja profesa;
pero crecía con el fin esencial de contraer matrimonio como una buena esposa, cuidar de su
familia cuando fuese madre de sus propios hijos a quienes heredaría las costumbres de la
religión católica así como de la familia a la cual emparentaba de forma política; el
administrar los bienes familiares para asegurarse las condiciones en que había crecido y
proporcionar resguardo a su prole.
La preocupación de asegurar una buena dote no radica única y exclusivamente en lo
económico, aunque la misma significase la solvencia económica de la familia, sino la
protección y cuidado que tenía la familia de proveer de regalos que ayudasen a lo largo de
su vida, temiendo que quedase viuda o que fuese repudiada por su esposo, que el
61
Diccionario de Derechos Canónicos (París: Librería de Rosa y Bouret, 1859) pp. 1124.
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matrimonio se disolviera o que en el peor de los casos el marido derrochara los bienes
familiares, por ello buscaban casarlas con alguien de su misma condición social o mejor
pero nunca menor.
Con el incremento de la población en Santiago de Guatemala, se organizaban nuevos
núcleos de habitantes, no es de extrañarse que algunos grupos sociales se localizaran en
barrios específicos y de allí su importancia de ocupar casas que lindaran con familias de su
misma posición, que algunos gremios se alojaran en espacios donde encontraran de forma
factible los enseres necesarios para realizar la producción de los bienes materiales, por otro
lado el desarrollo de los pequeños poblados indígenas menos extensos.
Las leyes vigente permitían que las mujeres poseyeran propiedades y bienes, pero en caso
de querer venderlas era necesario que el esposo, el padre o la figura masculina a quien
debía su protección de los bienes materiales, también podía ser el albacea o administrador
de los bienes familiares quien diese el aval para compra venta, o cualquier transacción que
ameritase la protección del cuidado del patrimonio familiar; por lo que existió un gran
número de mujeres que contaban con grandes fortunas.
La misma estructura familiar era protegida por las leyes vigentes, desde obligar a los
maridos a no dejar a sus esposas por mucho tiempo por emprender viajes con fines
comerciales, en las cedulas que emitía el Concilio de Trento ser guardaba el que la familia
estuviese unidos y hacer vida maridable; siempre y cuando estuviesen casados, en especial
porque uno de los propósitos del matrimonio era procrear hijos de la fe católica.
En tal caso para salvaguardar la estructura familiar se dio otra disposición el 19 de
noviembre de 1618, en donde se ordenaba a quienes estuviesen casados y que no residieran
en las Indias, que no se ausentaran de sus casas y domicilios, ni dejaran a sus esposas solas
bien fuera en compañía de un familiar cercano o si los padres vivían fueran ellas quienes
cuidaran e hicieran compañía a la hija durante tiempo en que el esposo se dirigía a las
faenas laborales en otros continentes.
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Se debía justificar el motivo del viaje, con qué intereses se embarcaba hacer el viaje, la
duración del mismo, la edad que tenían ambos esposos, si tenían o no hijos, otorgar fianzas
que comprobaran de revocar los bienes y no dilapidarlos; así como se ordenaba que se
formara un libro de registros y asuntos de estas fianzas. Frenando de cierta manera los
viajes a España, pero también eran con el fin de evitar que las fortunas familiares fueran
mal invertidas.
Otro documento que vino a modificar la relación entre hombres y mujeres fue la Real
Cédula del 12 de mayo de 1619, en donde se retomaban anteriores fechadas del 10 de
febrero de 1575, 18 de febrero de 1582 y 15 de noviembre de 1592, que prohibía a los
virrey, presidente, gobernadores, oidores y fiscales de las Audiencias y a sus hijos e hijas
celebrar esposales y contraer matrimonio con personas residentes y avecindadas en la
circunscripción de sus mandos.
Este tipo de Cédulas Reales buscaba el ir marcando límites para emparenta con pobladores
de la jurisdicción de los funcionarios de la Audiencia, diferenciando entre los descendientes
de los primeros españoles llegados a América llegados al país, que los denominaron
“criollos” y “peninsulares”; con el fin de no crear favoritismos ni ventajas entre unas
familias y otras que se pudieran entender como corrupción entre los mismos gremios.
La Real cédula emitida el 20 de febrero de 1628, que ordenaba a oidores y fiscales de la
Audiencia que por ninguna circunstancia ni momento podían apadrinar las bodas
celebradas dentro de distrito de su jurisdicción62
, también con el fin de evitar
favoritismos, la división entre criollos y peninsulares iba cobrando espacios dentro de las
posiciones que representaban los distintos cargos de las instituciones coloniales, pero no
hacía referencia de apadrinar a pobladores vecinos de las provincias lejanas o cercanas
donde la mayoría tenía ubicadas sus haciendas o trabajaderos familiares.
62
AGCA. A.1.23 leg 1515 fol 189, citado en Status de la mujer en Centroamérica pp. 77.
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Dentro del itinerario y costumbres familiares preeminentemente criadas en amor a la fe
católica el levantarse temprano para ir a misa era devoción que debía inculcársele a los
niños desde sus tempranos años, luego de escuchar misa se hacía el desayuno, los hombres
iban a sus quehaceres y las mujeres a cuidar de la administración del hogar, dar
instrucciones a sus servidores acerca de lo que se iba a comer durante el día.
Los hijos e hijas debían asistir a un convento para recibir instrucción secular y religiosa,
desde las primeras letras, escribir, gramática, la doctrina cristiana, para que a eso de las
nueve se tomara un refrigerio, pasado el mediodía se almorzaba, a las cuatro se tomaba la
merienda con las visitas o se disponía a visitar a las amistades familiares o los mismos
familiares que vieran cerca para seguir velando por el cuidado entre los mismos familiares.
Razones para casarse, derecho romano
Intereses para unir capitales familiares
A través del matrimonio católico se procuró en Hispanoamérica ordenar y moralizar a una
sociedad mestiza que terminó generando mecanismos propios de relaciones afectivas. Para
el caso de las mujeres el papel de sumisión impuesto chocó con las diversas actuaciones
que realizaron en el ámbito social y económico63
.
El estudiar la familia desde la historiografía desde sus aspectos demográficos y en este caso
particular a las que conformaban los núcleos sociales de poder durante la colonia,
representa un gran cumulo de aspectos a analizar si se considera hacer una reconstrucción
de cómo era el cotidianidad de aquellas familias en su contexto social y económico;
tomando como punto de partida la dote colonial que además de constatar la solvencia
económica de la familia, también era una forma de cerrarse hacia las demás familias que no
tenían sus mismas condiciones.
63
Vivallos Espinoza, Carlos. Leonardo Mazzei de Grazia. La arquitectura del buen amar. Matrimonio, normas y transgresiones en testamentos de mujeres. Concepción 1754-1809. Revista Universum. No. 22 Vol. 1: 236-250. Chile, 2007.
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Uno de los impedimentos para contraer matrimonio que se hereda de la republica romana
estaba el considerar el parentesco, la afinidad, el adulterio y el rapto, pero las razones de
orden público marcaba una separación abismal entre grupos sociales ya que la hacía desde
la prohibición entre, patricios y plebeyos, entre cenadores y sus descendientes con libertas,
para evita la inclusión de nuevos sectores sociales, porque solamente representaban riesgos
de dividir hacia más familias es decir el de polarizarse y abrirse a ser inclusivo en lugar de
llevar a cabo su política de centralizar la participación en la política.
El relacionar familia, con poder económico- respeto y reconocimiento político era una parte
del todo de la forma como vivían y definían sus relaciones sociales, el decidir quiénes
entraban en su grupo social y a quienes dejaban afuera mediante mecanismos de
exclusividad, un aporte significativo que viene a ayudar a contrasta esta de tipo de
investigaciones seria la historia de las mentalidades como afirma Carvieres y Salinas viene
a apelar a aspectos subjetivos e intangibles para conocer la sociedad64
.
Las normas que regían la sociedad colonial guardaba especial respeto por las disposiciones
religiosas que ejercía la iglesia católica y especialmente con respecto a cómo normar a la
sociedad, en especial si era desde la familia la institución donde se cimentarían las bases de
la vida religiosa; donde se reproducían las prácticas de sucesión .
Al considerar hacer un estudio sobre cómo se organizaba la sociedad toma especial interés
el tomar como unidad de análisis a la familia colonial y en este apartado las razones para
generar vínculos solidos mediante la figura del matrimonio entre familias originarias de
Santiago de Guatemala y si se podría decir una posterior intervención de extranjeros
procedentes de los reinos de España.
64
Cavieres, Eduardo y René Salinas, Amor, Sexo y Matrimonio en Chile tradicional, Serie Monografías Históricas Nº 5,Valparaíso, Chile: Ediciones Universitarias de Valparaíso, 1991, p. 16. Citado en La arquitectura del buen amar. Pp.236. disponible en línea en: http://universum.utalca.cl/contenido/index-07-1/Vivallos.html. 16/03/2014. 4:32pm.
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El concepto de matrimonio lo desarrolla Atzail Gómez en su tesis de Licenciatura de la
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales concibe el matrimonio como la unión de dos
personas de sexo distinto con la intensión de ser marido y mujer, las nupcias son la unión
del varón y de la mujer, para toda la vida, con derechos divinos y humanos65
.
La polaridad de las parejas que tomarían un sacramento religioso que cambiaría la
cotidianidad de los miembros de la misma familia, más allá de modificar un estado civil las
implicaciones que conllevaban el emparentar con familias que tenían costumbres distintas
pero que coincidían con las disposiciones de la Iglesia Católica, sobre todo por las
aportaciones que hacían ambos contrayentes desde las aportaciones y ganancias comunes.
Hasta mediados del siglo XV sólo la diintención de las partes, fue la diferencia entre
matrimonio y barraganía, hasta que el Concilio de Trento determinó que el matrimonio
nace sólo del consentimiento (la affectio maritalis), cualquiera que fuesen las apariencias,
lo que conlleva una suerte de indeterminación de las uniones no constituidas in faccie
ecclesiae (con las solemnidades rituales eclesiásticas). Finalmente, el Concilio de Trento
reconoció como matrimonio sólo al contraído solemnemente, esto es, celebrado ante el
párroco de la novia y dos o tres testigos, mediando la bendición y previa las
amonestaciones públicas66
.
Es notable encontrar en los documentos como extractos de escrituras públicas la relación
entre familias que compartían vínculos económicos, un documento de fecha 30 de
diciembre de 1677, Nicolás de Consuegra de oficio maestro de barbero con quien fuera su
mujer Isabel María de los Angeles; quienes tomaron a censo 100 peso de capital de Antonio
de Espinosa, maestro de cerería para imponerlos por un pedazo de solar que medía 31 varas
de largo por 12 varas de largo ubicado en el barrio de la Concepción; el terreno había sido
parte de la dote como una porción del solar que correspondía a Antonio Ibañez de Escobar
padre de ella.
En el derecho canónico se le concibe al matrimonio como un sacramento instituido por la fe
Católica, entre personas que manifiesten consentimiento legítimo de ambos contrayentes
65
Gómez Guzman, Atzail Idalia. [tesis] El matrimonio análisis comparativo en el derecho romano, derecho canónico y el derecho civil. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Pp. 5. 66
La arquitectura del buen amar. Pp. 237.
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que sean jurídicamente hábiles para consentir, por la solemnidad sacramental se motivaba a
la unidad e indisolubilidad al alcanzar particular firmeza; es allí donde recaía la función
delos sacerdotes, curas párrocos y la comunidad eclesiástica de velar por el progreso
cristiano de la unidad conyugal, función que recaía también en los padrinos.
Según el derecho canónico el matrimonio concebido como sacramento religioso instituido
por Jesucristo y regulado por los cánones romano y su construcción dogmática, como
redención y purificación de las almas, ilustrado en la unión de Jesucristo con su Iglesia,
poniendo a la familia como institución encargada de velar por la perpetuidad de las
costumbres heredadas desde el derecho romano occidentalizado, que inmortaliza los
discursos teórico –legales a cerca de la institución del matrimonio como un contrato.
El matrimonio desde la perspectiva romana, el derecho no reside intrínsecamente en el
matrimonio sino en el derecho a contraerlo, con las respectivas consecuencias en el ámbito
de la propiedad; pero en el caso de la construcción canónica el consentimiento, basado en la
sustentación del vínculo previsto desde el punto de vista pastoral o cristiano, que radicaba
en el formalismo de ser visto como un contrato, por tal motivo se imposibilita la ruptura del
mismo; en especial si el Derecho Romano fue el derecho de los paterfamilias.
De la familia, encabezada por quien es lo que es por serlo en y desde su familia esa
pequeña res publica que resulta ser la familia, de la que hablase en época tan adelantada
como el siglo I, es el propio Séneca en estos términos, prueba su identidad precisamente en
la realidad común, conjunta, plural y sin embargo unitaria de su genuina y primitiva
estructura de poder: en el valor simplemente, que aquella penetra como institución jurídica
por la vía del edicto, convirtiéndose en un contrato, y el matrimonio queda enclaustrado en
los lindes del hecho, de lo fáctico: la razón de ello estriba en que una figura resulta
esencialmente patrimonial, mientras que la otra solo tiene implicaciones económicas
(emblemáticamente la dote) y solo a su tutela se consagra el edicto e incluso en eso hay
una cierta indiscutible semejanza, al cubrirse la reclamación de la dote con una acción de
buena fe67
.
67
El matrimonio análisis comparativo en el derecho romano, derecho canónico y el derecho civil. Pp. 53.
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La fundación de capellanías también era una forma de velar por el descanso de las almas de
los familiares, para Diego de Escobar Inojosa otorgada el 15 de enero de 1673 quien había
fundado una capellanía de misas, asignado dos casas de su propiedad; una en el barrio de
Santo Domingo y la otra en la plazuela del Hospital de San Pedro.
…era lógico que el Estado y la Iglesia tuvieran por esta institución un interés prioritario,
ejerciendo sobre ella un control tutelar, ya que una gran parte del estamento político
reposaba en la constitución social de su organización. Todo ello más allá de si los
contrayentes tuvieron sentimientos que los enlazo espiritualmente con el carisma católico
en que habían nacido, que formalizaba con el sacramento del matrimonio las nupcias y,
más allá, de si las mismas fueron convenidas a través de pactos monetarios que buscaban
que un determinado grupo prosiguiera manteniendo el status económico de sus
miembros68
.
En 1681 el Capitán D. Lorenzo Montúfar que desempeño el cargo de escribano de Cámara
de la Real Audiencia y Mayor de Gobierno y Guerra, que también fungió como albacea de
los bienes testamentarios del Alférez Juan de Acebedo, fundó una capellanía de 160 misas
rezadas por el alma de sus parientes, imponiendo a censo 4000 pesos de la dote de su
esposa sobre las cosas principales de la morada de Acevedo; nombrado como primeros
fundadores y capellanes a sus hijos Juan y Manuel y después de ellos a los descendientes de
sus hijos, nombrando como capellanes interinos al Br. D. Joseph Temino y a Francisco de
Espinosa Clérigos Presbíteros.
El normativo y condiciones para la entrega de dote
La carta de promesa de dote se realizaba un año antes del matrimonio. A veces se
establecía el pago en plazos. Se hacía ante notario y testigos y se entregaba parte de ella.
Entonces, el marido entregaba una carta de pago que garantizaba la devolución de esta
cantidad en caso que hubiese matrimonio. La mujer recuperaba su dote si no había
68
Óp. Cit. Nora Siegrist de Gentile.
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adulterio en la disolución del matrimonio. Si la mujer moría, la dote pasaba a sus hijos o
al padre, pero también podía recaer en el marido si así lo decía el testamento69
La articulación social era permitida porque significaba la obtención de capital de trabajo
que obligaba al novio a acrecentar la porción de capital familiar que le era encomendado y
hacer uso de él posteriormente realizado y consumado el matrimonio, aunque el novio
entregaba un regalo simbólico en las arras que correspondía a la décima parte de los bienes
familiares; en este sentido darle a la progenie un valor sucesión del hijo/a que sale de la
casa paterna, como una relación entre hombres y mujeres con el patrimonio de sus
ancestros, como una cuestión honorífica.
En el entendido de realizar la entrega de carta de dote ante un escribano público; se dotaba
a la mujer para evitar los abusos o malos tratos por parte del marido, si se especula
fríamente en cuanto al significado y trasfondo de la dote se podría decir que las arras
jugaban el papel de pagar por el precio de una novia o la suma de dinero que el novio
pagaría a la familia de la novia en prenda de su doncellez70
y virtud a cambio de su
matrimonio.
En el caso que uno de los conyugues muriera o por divorcio, podía exigirse la restitución de
la dote matrimonial, pero si en algún documento legal como los testamentos se indicaban
las condiciones en cuanto a la restitución de la misma al contrayente, existía una especie de
hipoteca legal o como un seguro de para los descendientes y el o la conyugue para evitar
que ellos cayeran en desgracia económica, resguardar de la posible viudez temprana.
Al ser un bien que se llevaba al matrimonio, significaba que cooperaba con el sustento de
la familia. Servía para montar el taller del artesano, incrementar la empresa minera o
69
Fraile Seco (2005) citado en: anuario GRHIAL. Universidad de Los Andes. Mérida. Enero-Diciembre, Nº 1, 2007. Léxico del español colonial venezolano en dotes merideñas de los siglos XVII y XVIII* Ramos, Elvira y Quintero, Adriana, pp. 93-106. 70
el valor de las doncellas era de alta estima para los nuevos pobladores ya que garantizaba la legitimidad de los hijos habidos durante el matrimonio, que era una joven limpia sin mancha ni haber sido mancillado su honor, por lo tanto podía ser una buena candidata para el matrimonio.
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hacendaria del marido, en fin, "acrecentar un capital que permitiera a la nueva familia
mantenerse en el nivel acostumbrado"71
Consistía principalmente en efectivo y bienes
materiales, como ropa, "bienes domésticos y quizás cosas de lujo para agregar distinción a
la casa de la novia, como artículos de plata, alfombras, escritorios, pinturas, almohadas
para reclina o sentarse". Y también puede considerarse como una concesión a cambio de
una buena administración, en beneficio de la sociedad conyugal.
La ley preveía y concebía a la carta dotal como una declaración de los bienes habidos por la
novia que pasarían a ser parte de los bienes del marido cuando se llevaba a cabo la
transición del patrimonio familiar, para Vivallos y Mazzei la dote consistía en representar
los bienes que recibía la novia por parte de los padres antes de casarse y las propiedades
que llevaba al matrimonio, también como la única herencia que recibía la mujer por parte
de sus padres, el único caso raro lo señala Nazzari (en Brasil)72
, que al morir los padres de
la mujer, podía devolver su dote y participar en la repartición de la herencia; pero en el caso
guatemalteco no se encontró ningún caso similar.
Específicamente la diligencia matrimonial se realizaba con la fórmula «para mejor servir
a Dios» con la que el hombre se presentaba ante el cura de una parroquia, siendo la
declaración de la mujer muy similar, sólo añadiendo el dato de su edad. El cura explicaba
"la gravedad del juramento y de la materia, [y la] obligación de decir verdad en el caso",
recibía el juramento por Dios Nuestro Señor y la Santa Cruz y el varón tenía que decir su
lugar de origen, de donde era vecino, su calidad, estado, edad, el nombre con quién
deseaba casarse, el origen de la novia, su vecindad, calidad, estado y legitimidad,
consignando estos datos en el libro respectivo. Luego preguntaba, si no se tenía parentesco
por consanguinidad o afinidad de cópula lícita o ilícita, o esponsales pendientes. Se
preguntaba además, si se había hecho voto simple o solemne de castidad o si se tenía otro
matrimonio e impedimento de crimen o de honestidad. Finalmente se apelaba a la «libre y
espontánea voluntad» de los contrayentes, ambos firmaban sus declaraciones y el hombre
presentaba tres testigos que corroboraban los datos entregados. Luego se amonestaba a
los contrayentes, o sea, se publicaba el matrimonio Inter Missarum solemnia en tres días
71
Muriel, Josefina. "La transmisión cultural en la familia criolla novohispana", en Pilar Gonzalbo Aizpuru (coordinadora), Familias Novohispanas siglos XVI al XIX, México: Seminario de Historia de la Familia, Centro de Estudios Históricos, El Colegio de México, 1991, p. 118. Citado en La arquitectura del amor. pp. 244-245. 72
Policzer, Catalina "El matrimonio, la dote y el testamento: Un estudio del poder económico de la mujer colonial en el siglo XVIII", Revista de Historia Social y de las Mentalidades, sociabilidad y vida cotidiana en el Chile tradicional, Año III, N 3, Departamento de Historia, Universidad de Santiago de Chile, 1999. p. 122.
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festivos, según lo dispuesto por el Concilio de Trento. Si no existía impedimento, se les
declaraba hábiles para casarse y para que se les velara en el tiempo debido73
.
La costumbre de realizar esposales durante la época colonial era con el fin de aceptar la
promesa y aceptación mutua de un futuro matrimonio, que llenase las condiciones de ser
verdadera, libre, mutua o recíproca para contraer matrimonio entre personas hábiles,
principalmente que reunieran las condiciones que el derecho canónico exigía.
El crédito eclesiástico
En una economía descapitalizada como la novohispana, donde el circulante era escaso, el
crédito jugo un papel fundamental para el sostenimiento de las diversas actividades. Todas
las instituciones, tanto públicas como privadas, tuvieron que recurrir alguna vez al
préstamo. Desde el rey hasta el pequeño propietario hicieron uso del crédito a fin de
solventar sus gastos, bien para resolver problemas inmediatos o con el propósito de echar
a andar una empresa económica.
Pero pocas eran las instituciones que contaban con capital acumulado. Entre ellas se
encontraba la Iglesia, que tenía varias fuentes de ingreso. Sus riquezas procedían del
diezmo, de bienes de fundación, obras pías, capellanías, legados testamentarios, limosnas,
dotes, contribuciones de miembros y el derecho sobre aranceles y salarios. Durante tres
siglos la iglesia fungió como una de las instituciones crediticias de mayor importancia en
la Nueva España. Las riquezas atesoradas en sus arcas estuvieron a disposición de pocos
sectores de la sociedad y contribuyeron al sostenimiento de algunos ramos de la
económica colonial74
.
La función que tuvo el crédito eclesiástico en la economía novohispana, dado que la usura
estaba prohibida y la Iglesia era la única institución que se encargaba de dar préstamos a
73 Castañeda, Carmen. "La formación de la pareja y el matrimonio", en Pilar Gonzalbo Aizpuru
(coordinadora), Familias Novohispanas siglos XVI al XIX, México: Seminario de Historia de la Familia, Centro de Estudios Históricos, El Colegio de México, 1991, p. 76-77. Citado en La arquitectura del buen amar. Pp. 243.
74 Von Woberser, Gisela. El Crédito eclesiástico en la Nueva España siglo XVIII. UNAM. Instituto de
Investigaciones Históricas. México, 1994. 275pp.
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usura a los pobladores, de aquella época significo el invertir sus riquezas, si se considera
que cobraba el 5% por cada préstamo que hacía a la población.
En cuanto al crédito eclesiástico y los préstamos de dinero75
, el único interés que percibía
quien emitía la solicitud del préstamo era el invertir en algún negocio que con sus propios
medios no podría lograr reunir una suma de dinero elevada, por lo que recurrían a la Iglesia
y mediante una serie de cláusulas de prestamistas estimaba la cantidad a depositar, plazos,
en qué condiciones se entregaba y las cláusulas de no cumplir con lo pactado.
La solvencia del deudor y sus relaciones personales también resultaron determinantes para
acceder al crédito. A falta de estos requisitos, o cuando el deudor no resultaba lo bastante
confiable, se le exigieron otras garantías, como algún objeto en prenda, la escrituración
ante notario de la operación, o el aval de familiares, amigos, o personas influyentes,
quienes se comprometieron a responder solidariamente de la deuda contraída. En el
préstamo fueron precisamente las garantías personales (obligación solidaria y fianza) las
más aceptables. El apoyo de un comerciante, gracias a su liquidez y a sus contactos
personales, abrió muchas veces las puertas del crédito76
.
En este caso el grupo que se analizó a lo largo de la investigación contaba con los requisitos
para ser candidatos para un préstamo o que fuesen quienes invertían en al mismo crédito
eclesiástico, lo que en nuestros días serían los inversores económicos de esta institución
religiosa que monopolizaba todo tipo de préstamo ya que lo consideraba pecado y era la
institución por excelencia que se encargaba de fungir como primeros bancos. Bien fueran
los objetos entregados en calidad de prenda, o el mismo interés que cobraban por el
préstamo, el fin era darle liquidez a los recursos económicos de la Iglesia, mismos que iban
aumentando por los mismos feligreses.
La investigación hecha por María Martínez propone tres aspectos en los que se basaba
especialmente para acceder al crédito colonial como única opción en algunas problemáticas
75
Martínez López-Cano, María del Pilar. La Génesis del Crédito colonial. Ciudad de México, siglo XVI. Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Históricas. México, 2001. 388pp. (serie Historia Novohispana 62). Disponible en línea en: www.historia.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/genesiscredito/libro_genesis.html. Fecha de consulta 22/04/2014. 11:52pm. 76
Ibídem. El crédito eclesiástico y los préstamos de dinero. Pp. 209.
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familiares por un lado se solicitaban préstamos para afrontar gastos para liquidar deudas
por consumo diario, algunos extraordinarios como la entrega de una dote, el ingreso de un
familiar a la vida religiosa, pagos por una mala cosecha o un mal negocio, conseguir
beneficios en una orden espiritual como era la fundación de una capellanía o una obra pía.
El otro gran rubro lo conformaban los préstamos para emprender un negocio, con el fin de
dinamizar la actividad productiva que de ser fructífero conseguirían salir de las necesidades
familiares, pero, de lo contrario solamente implicaría la deuda que sería pagada con bienes
materiales; los prestamos posibilitaban a los acreedores el acceder a un cargo
administrativo con el cual poder desarrollar la carrera profesional o elevar su estatus social.
Conclusiones
Para la temporalidad del siglo XVI y XVII la iglesia utilizaba el censo en sus diferentes
modalidades, que resultó ser el más seguro para la obtención de mayores ingresos
económicos incluso en los extractos de escrituras públicas se menciona pero ya no como lo
hacían anteriormente, la mayoría era para mantener a viudas que habían sido esposas de los
primeros conquistadores; en su momento financió obras de carácter agrícola, en cuanto al
comercio fue financiado directamente por los propietarios y en segundo lugar por la
Iglesia, pero en calidad de prestamista.
El consentimiento de dar validez a los matrimonios que no cumplían con los cánones de la
iglesia católica dispuestos en el derecho canónico que fue una preocupación para reprimir
las violaciones al principio del consentimiento, sostenían que la unión conyugal se
establecía un vínculo de la ley natural y como una expresión de consentimiento mutuo,
constituyendo uno de los sacramentos que llamaban a la santidad que ejemplificaba la
unión de Cristo con su Iglesia en las Bodas del Cordero. En tanto que se pertenecieran el
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uno al otro, monógamo, que prevaleciera la fidelidad entre ambos esposos, vivieran juntos
hasta la muerte.
Se justificaba la autoridad del padre sobre su esposa, hijos y sirvientes por el poder de Dios
sobre la creación, otorgando el derecho y la obligación de los padres a cuidar de la crianza
de sus hijos, no dejarlos abandonados, a lo que San Pablo afirmaba que la sumisión filial
sería correspondida con amor, protección y guía paterna.
Uno de los fines de las leyes canónicas era comprobar que las uniones matrimoniales se
estaban haciendo libremente de lo contrario si un sacerdote sospechaba que los padres lo
desaprobaban, estaba obligado a investigar el caso minuciosamente, los aislaba de la
familia y procedía a hacer las respectivas interrogantes, evitar la decisión de ambos
contrayente se viera persuadida por terceras personas. Si los padres eran quienes se oponían
al enlace matrimoniales tenía la libertad de prescindir de dos de las tres amonestaciones,
para realizar la ceremonia con presteza, de lo contrario los mismos clérigos eran obligados
a prohibir el matrimonio.
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escritura de dote a favor de su hija Lorenza de Cárdenas y Quiñonez, casada con Pedro de
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velorios de los feligreses de esta parroquia de el Señor San Sebastian de esta Ḉiudad de
primero de Henero de este año de 1673, siendo cura rector de dicha Parroquia el Bachiller.
Don Antonio Vejarano y Valdes, año de 1673. Es de gente ordinaria este libro, como son
mulatos, mestizos, negros etcetera.