La Educación a Distancia Como Espacio de Convergencia

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La Educación a Distancia como Espacio de Convergencia Introducción En el escenario emergente caracterizado por la globalización de los sistemas, particularmente los sistemas dinámicos, está en proceso una profunda revisión de las premisas y formas tradicionales de concebir las organizaciones, la de sus funciones y la gestión de sus procesos para el logro de objetivos específicos. Consecuentemente, todo proceso que tienda a mejorar la calidad de la educación superior, por medio del desarrollo e implementación de nuevas actitudes y estrategias en el más amplio espectro educativo-cultural, exige y demanda, necesariamente, de ciertas características básicas y esenciales. Entre otras, visión de éxito futuro de quienes tienen la capacidad de generar ideas, responsabilidades compartidas de quienes asumen y toman las decisiones, compromiso permanente de los principales actores participantes del proceso educativo, de modo tal que, el éxito las responsabilidades y los compromisos conduzcan inequívocamente a una gestión eficaz, participativamente activa y con una sensibilidad social solidaria. La educación, considerado como un sistema social y dinámico, no escapa a los significativos cambios en sus procesos al incorporar, la educación a distancia y el uso creciente de las tecnologías de la información, elementos imprescindibles y necesarios para el desarrollo y competencia de los programas que ofrecen las instituciones de Educación Superior. Estos, han conducido a modificar la estructura organizacional, han introducido nuevas fórmulas metodológicas en la manera que las personas se educan o intercambian conocimiento, de modo que sus efectos son variados y complejos, afectando tanto a quienes distribuyen como a quienes son receptores de estos procesos educativos, razón por la cual, docentes y estudiantes se vienen encaminando dinámicamente a un proceso de cambios en su rol, desde un paradigma tradicional hacia un nuevo paradigma. Por lo mismo, entre las diversas y variadas dificultades, que las instituciones educativas enfrentan, para introducir el uso de las tecnologías de la información y la comunicación, en el proceso para mejorar la calidad del aprendizaje por medio del acceso a los recursos y servicios que la tecnología e Internet lo permiten, no sólo están vigentes los mitos circundantes y la resistencia a los cambios, explicitados por diversos autores competentes acerca de la educación a distancia, sino que además, surgen las estrategias y planes de acción necesarios para lograr que los principales actores del proceso educativo, acepten y asuman el compromiso de adquirir las competencias imprescindibles para usar, adecuadamente, las tecnologías de la información y la comunicación en los procesos de aprendizaje. En este sentido, si bien es posible intuir y verificar las bondades y formas para comprender y aceptar el nuevo paradigma formativo, centrado preferentemente en el uso adecuado de la tecnología como un medio en pro del aprendizaje, las autoridades requieren a su vez de entidades y proyectos que posibiliten este inevitable cambio de paradigma. Por lo mismo, aquellas instituciones de educación superior, centradas históricamente en la actividad netamente presencial, requieren cambios sustanciales en su organización. Así, en las políticas de modernización educativa se vislumbran al menos tres alternativas estratégicas plausibles, a) crear universidades virtuales cuyos programas coadyuven a que los procesos educativos se impartan en modalidad no presencial y la educación se organice de manera no tradicional, b) introducir en las unidades educativas programas y planes de estudio con un valor agregado creciente de las tecnologías de la información y la comunicación de modo que conduzcan a una reconversión del profesor y por ende induzca un nuevo rol tanto del docente como del estudiante, c) modificar la organización y estructura que permita crear una entidad con autonomía y capacidad de gestión para el desarrollo de programas en modalidades no convencionales. La Universidad de Valparaíso, institución de educación superior, estatal, pública y compleja, reconocida como una de las más importantes universidades regionales de Chile, con una creciente internacionalización e incorporación al mundo globalizado, optó por esta última alternativa. Al crear la Dirección General de Educación Virtual asume estos nuevos desafíos. Por lo mismo, se convino en crear las instancias necesarias modificando en parte su estructura organizacional. Objetivos: focalizar y potenciar ambientes educativos, tal que, mediante la plataforma y los medios tecnológicos existente, con una conducción académica conveniente, permita impulsar el sentido innovador y generar los cambios en los estilos que conlleven a un aprendizaje sólido y consistente sin apartarse del nivel y la calidad académica de los programas que se imparte en la

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La Educación a Distancia como Espacio de Convergencia

IntroducciónEn el escenario emergente caracterizado por la globalización de los sistemas, particularmente los sistemas dinámicos, está en proceso una profunda revisión de las premisas y formas tradicionales de concebir las organizaciones, la de sus funciones y la gestión de sus procesos para el logro de objetivos específicos. Consecuentemente, todo proceso que tienda a mejorar la calidad de la educación superior, por medio del desarrollo e implementación de nuevas actitudes y estrategias en el más amplio espectro educativo-cultural, exige y demanda, necesariamente, de ciertas características básicas y esenciales. Entre otras, visión de éxito futuro de quienes tienen la capacidad de generar ideas, responsabilidades compartidas de quienes asumen y toman las decisiones, compromiso permanente de los principales actores participantes del proceso educativo, de modo tal que, el éxito las responsabilidades y los compromisos conduzcan inequívocamente a una gestión eficaz, participativamente activa y con una sensibilidad social solidaria.

La educación, considerado como un sistema social y dinámico, no escapa a los significativos cambios en sus procesos al incorporar, la educación a distancia y el uso creciente de las tecnologías de la información, elementos imprescindibles y necesarios para el desarrollo y competencia de los programas que ofrecen las instituciones de Educación Superior. Estos, han conducido a modificar la estructura organizacional, han introducido nuevas fórmulas metodológicas en la manera que las personas se educan o intercambian conocimiento, de modo que sus efectos son variados y complejos, afectando tanto a quienes distribuyen como a quienes son receptores de estos procesos educativos, razón por la cual, docentes y estudiantes se vienen encaminando dinámicamente a un proceso de cambios en su rol, desde un paradigma tradicional hacia un nuevo paradigma. Por lo mismo, entre las diversas y variadas dificultades, que las instituciones educativas enfrentan, para introducir el uso de las tecnologías de la información y la comunicación, en el proceso para mejorar la calidad del aprendizaje por medio del acceso a los recursos y servicios que la tecnología e Internet lo permiten, no sólo están vigentes los mitos circundantes y la resistencia a los cambios, explicitados por diversos autores competentes acerca de la educación a distancia, sino que además, surgen las estrategias y planes de acción necesarios para lograr que los principales actores del proceso educativo, acepten y asuman el compromiso de adquirir las competencias imprescindibles para usar, adecuadamente, las tecnologías de la información y la comunicación en los procesos de aprendizaje. En este sentido, si bien es posible intuir y verificar las bondades y formas para comprender y aceptar el nuevo paradigma formativo, centrado preferentemente en el uso adecuado de la tecnología como un medio en pro del aprendizaje, las autoridades requieren a su vez de entidades y proyectos que posibiliten este inevitable cambio de paradigma. Por lo mismo, aquellas instituciones de educación superior, centradas históricamente en la actividad netamente presencial, requieren cambios sustanciales en su organización. Así, en las políticas de modernización educativa se vislumbran al menos tres alternativas estratégicas plausibles, a) crear universidades virtuales cuyos programas coadyuven a que los procesos educativos se impartan en modalidad no presencial y la educación se organice de manera no tradicional, b) introducir en las unidades educativas programas y planes de estudio con un valor agregado creciente de las tecnologías de la información y la comunicación de modo que conduzcan a una reconversión del profesor y por ende induzca un nuevo rol tanto del docente como del estudiante, c) modificar la organización y estructura que permita crear una entidad con autonomía y capacidad de gestión para el desarrollo de programas en modalidades no convencionales. La Universidad de Valparaíso, institución de educación superior, estatal, pública y compleja, reconocida como una de las más importantes universidades regionales de Chile, con una creciente internacionalización e incorporación al mundo globalizado, optó por esta última alternativa. Al crear la Dirección General de Educación Virtual asume estos nuevos desafíos. Por lo mismo, se convino en crear las instancias necesarias modificando en parte su estructura organizacional. Objetivos: focalizar y potenciar ambientes educativos, tal que, mediante la plataforma y los medios tecnológicos existente, con una conducción académica conveniente, permita impulsar el sentido innovador y generar los cambios en los estilos que conlleven a un aprendizaje sólido y consistente sin apartarse del nivel y la calidad académica de los programas que se imparte en la Universidad, iniciar a su vez un proceso de planificación y alianzas estratégicas, tendiente a la formulación de un sistema formal de educación no convencional, que posibilite además concretar proyectos conjuntos en alianzas con diversas instituciones de educación superior.

Educación y espacios convergentesLa educación no sólo debe entenderse como un proceso de enseñanza-aprendizaje, sino que por sobretodo asimilación y encuentro de cultura-conocimiento. La educación es un proceso perfectible en el tiempo y toda acción educativa, especialmente aquella que corresponde a la educación superior, debe ser sistémica y dinámica, variable y diversa, formativa y valorativa, trascendente y pluralista, interactiva y tolerante. La educación tiene un valor intrínseco y un sentido que le ha conferido relación directa con una dimensión cultural en el tiempo histórico, de modo que en todo conjunto social, cada individuo adquiere racionalmente comprensión y compromiso vital con sí mismo, con cada uno de sus semejantes, con su medio natural, con sus instituciones, con su entorno social, posibilitando así una comprensión global de la sociedad para coadyuvar al desarrollo de potencialidades creativas e imaginativas de expresiones educativas y culturales.

El escenario globalizado, que podría conducir a la concepción de la hiperuniversidad (Dr. G. Ferraté), con el impulso natural de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación especialmente a través de los usos de Internet, nos brinda la posibilidad de integrar y compartir procesos educativos

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formativos equivalentes, no necesariamente uniformes o iguales, pero, que a través de la red, permita la relación de manifestaciones culturales diferentes en espacios de formación compartido con aceptación mutua de la diversidad. Esto involucra necesariamente la incorporación de alianzas interinstitucionales.

Una actitud innovadora, con un creciente espíritu de imaginación y creatividad, nos debería conducir de manera inevitable a lograr el objetivo propuesto en esta nueva versión de Virtual educa 2005, convocados a reflexionar en torno a "la educación a distancia como espacio de convergencia". Así, el desarrollo y crecimiento de las acciones educativas y las estrategias convenidas, permitirán concertadamente superar dificultades, lograr las metas y objetivos involucrados en las instituciones iberoamericanas de educación superior.

Las universidades iberoamericanas, instituciones responsables de la educación superior en nuestros respectivos países, deben asumir y mantener el compromiso de formar personas con un amplio conocimiento cultural que permitan generar en ellas un desarrollo creciente de sus potencialidades, con orientaciones valóricas, principios, modos de vida e intencionalidades compatibles con postulados esenciales y universales, que conlleven de manera natural a un bienestar común y beneficioso para todos. Sin embargo, dadas las características especiales de la vida moderna, en que la valoración surge desde la perspectiva del funcionamiento y el éxito material alcanzado por las personas y las instituciones, algunas de éstas tienden a ser concebidas como instituciones de servicios de información y no siempre como instituciones al servicio de la búsqueda del saber para lograr la generación de nuevos conocimientos. Por lo mismo, cuando se trata de la formación de personas, es imprescindible verificar permanentemente que las instituciones de educación estén preocupadas de los valores de mayor vigencia, de modo que se ajusten al ideal axiológico de comportamiento que se espera del hombre, en pro de una convivencia verdaderamente razonable y justa entre los seres humanos.

Por su parte, la diversidad de programas de pregrado y postgrado que ofrecen las universidades en forma agresivamente competitiva, a través de modalidades no convencionales y usos de Internet en la educación superior, motiva a análisis reflexivos, implica estudios más precisos de los procesos educativos y sus modalidades, mayor atención en la formación académica de los profesionales que la sociedad en su conjunto requiere, de modo que respondan adecuadamente a las necesidades del medio, acorde con las exigencias del desarrollo científico y tecnológico, consecuente con la creación de nuevos conocimientos que permitan la generación de proyectos y programas educativos claramente definidos y acreditados, concordantes con sus objetivos desarrollo de competencias y expectativas.

En consecuencia, surgen de manera evidente algunas preguntas para iniciar y compartir estas reflexiones: ¿Cuál es el estado del arte de las universidades iberoamericanas? ¿Qué elementos sustantivos deberían considerarse en los proyectos educativos de estas universidades en un mundo globalizado con un sistema de educación y modalidades de aprendizaje diferente al que ha existido durante siglos? ¿Cómo deben reaccionar las universidades iberoamericanas al desarrollo creciente y sistemático de las tecnologías de la información y la comunicación a través del uso de Internet? ¿Es necesario impulsar las universidades iberoamericanas a configurar alianzas? ¿De qué manera la educación a distancia se puede constituir en el principal eslabón para constituir alianzas entre las universidades? ¿Qué fortalezas, desafíos y amenazas involucran los campus virtuales para constituir alianzas entre universidades?

No se pretende dar respuesta a todas y cada una de estas interrogantes, sólo existe el propósito de compartir, parte de estas reflexiones, para contrastarlas con otras que, sin duda, habrán de surgir durante el desarrollo de este importante y significativo evento.

Condicionantes del proceso educativo en las UniversidadesLa educación, como se ha señalado precedentemente, desde una perspectiva y comprensión integral del hombre, debe ser entendida como un proceso cultural orientador de humanización continua y regular, que debe conducir a cada persona a comprometerse consigo mismo y con los demás, a proyectarse en el tiempo para desarrollar sus potencialidades, capacidades, destrezas, habilidades, competencias y adquirir valores-guías de conducta ejemplar.

Consecuentemente, la educación en general, como un proceso cultural orientador de humanización, implica que las instituciones de educación superior deben asumir la fuerza moral, que induzca a sus académicos a adquirir los elementos que le permitan realizar su labor educativa de manera eficiente y eficaz en el más amplio sentido.

Las universidades, a través de sus estructuras organizacionales y de los medios académicos que disponen, deben ejercer toda influencia orientadora, de tal manera que, en la formación de los estudiantes, éstos, además de adquirir los conocimientos necesarios para alcanzar competencias profesionales, desarrollen un aprendizaje permanente para lograr la capacidad de develar sus propias manifestaciones interiores, reconocer e incorporar valores esenciales como la libertad, la justicia, la igualdad de oportunidades y la solidaridad fraternal en su más amplia expresión, de modo que descubra y comprenda cuál es su misión en su propio medio socio-cultural. Por lo mismo, el proceso educativo en las universidades debe ser continuo, permanente, regular, innovador y adaptable a los cambios. Es decir, cada institución de educación superior es un sistema dinámico en que participan estructuras organizativas académico-administrativas, medios tecnológicos, medios informáticos, redes de comunicación y un cuerpo de actores catalizadores que energizan y regulan el sistema. No obstante,

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la velocidad en la producción de conocimientos, la posibilidad de acceder a una enorme cantidad de información, la necesidad de aprender a seleccionar organizar y procesar la información disponible en la Red, profesores y estudiantes modifican sustancialmente sus roles. Así el profesor entre sus funciones enseña el oficio de aprender y el estudiante adquiere la capacidad de aprender a aprender y una vez internalizado un tipo de conocimiento, obtener nuevos conocimientos y compartirlos.

El docente universitario, si bien debe ser capaz de analizar procesos complejos para lograr que los estudiantes adquieran conocimientos sobre determinadas áreas o disciplinas, en su rol formador le corresponde orientar y formar a sus discípulos como futuros profesionales, de acuerdo con una escala de valores que concuerde con la condición humana hacia el ideal del "hombre integral", esto es, científicamente instruido y culturalmente preparado, moralmente intachable, cívicamente progresista y tolerante, adaptable a las circunstancias y permanentemente perfectible.

Es decir, los procesos educativos en la universidad del siglo XXI deben conducir a la formación del hombre integral en la sociedad del conocimiento y la educación a distancia podría ser un factor positivo y un espacio convergente que coadyuve a mantener estas condicionantes.

Alianzas y sus propósitosUna alianza es, en general, un conjunto de entidades asociadas, están constituidas por organizaciones sociales, comunidades o instituciones basadas en ciertas relaciones con autorregulaciones concordadas. Se delimitan hacia el exterior y que muestran hacia el interior una coalición social con determinadas características.

Las alianzas están sustentadas en valores colectivos, normas y principios, que apuntan a objetivos precisos o fines determinados, comunes a cada uno de los integrantes del grupo asociados que garanticen beneficios para todos.

Las alianzas a veces se presentan con una jerarquía impuesta desde uno o varios de sus integrantes y el ingreso de un nuevo miembro va acompañado con frecuencia de una serie de condiciones o exigencias. Por esta razón no todas las alianzas que se han constituido han sido exitosas.

En algunas alianzas puede aceptarse a veces cierto tipo de discriminación positiva, siempre y cuando en sus normas y objetivos esté explícitamente concordado el principio de solidaridad y que no exista ventaja ni imposición de uno de los miembros del grupo al costo del sacrificio de otro de sus miembros. Por lo mismo, aceptando las diferencias, se requiere del apoyo solidario con aquellos que, por circunstancias históricas, sociales, educativas o culturales están en posición desmejorada del resto de los miembros del grupo.

Según la composición de los miembros y las metas a conseguir pueden distinguirse diversos tipos de asociaciones o alianzas según sus fines. Durante las últimas décadas del siglo XX, la finalidad de las alianzas se orientó hacia las relaciones económicas y en algunos casos no explícitos en uniones selladas hacia acciones estratégicas de integración político-militar.

Hoy, debemos reconocer, que los vínculos estratégicos y las alianzas, tienden cada vez más hacia una integración política y económica de sus miembros con una fuerte dosis de valor agregado democrático.

La voluntad de crear asociaciones entre distintas organizaciones públicas y privadas es una estrategia que se utiliza cada vez más para optimizar recursos y evitar la competitividad innecesaria, con acuerdos para realizar un proyecto específico que permitan una economía de escala cuando ninguna de las instituciones que se asocian reúnen las capacidades para llevar a cabo todas las acciones que el proyecto requiere. Las alianzas entre instituciones de educación superior, incluye la movilidad de estudiantes, el intercambio de profesores y el desarrollo conjunto de programas en varias áreas del conocimiento con planes de estudios equivalentes y contenidos iguales o diferentes. Se trata, por sobretodo, de aprovechar las fortalezas de uno para superar las debilidades del otro, de modo que el conjunto conlleve a una adecuación de las oportunidades con una finalidad estratégica cuyo resultado ideal debiera ser mayor o al menos igual que la suma de las partes.

En atención a las características históricas, las funciones propias en el quehacer de las universidades y sus respectivas comunidades, los resultados obtenidos de estas alianzas pretenden, a su vez, que sean replicables y puedan acceder otras organizaciones universitarias a compartir los resultados beneficiosos. Además, una alianza amplia y genérica puede servir de marco para iniciativas individuales o colectivas que se produzcan dentro de la institución o entre algunas de las instituciones asociadas.

- Alianzas y consorcios en Campus virtuales: Con el impacto generalizado de las tecnologías de la información y la comunicación, Internet y los soportes informáticos que posibilitan la creación de campus virtuales, la educación impartida de manera no tradicional a distancia o semipresencial y el desarrollo de cátedras e-learning, nos ofrecen una gran oportunidad para implementar y configurar alianzas académicas entre las instituciones iberoamericanas de educación superior. Es decir, Superando las limitaciones espacio-temporales, se pueden constituir alianzas con propósitos y objetivos previamente concertados.

- Propósitos de la alianza: Planificar de manera conjunta entre las instituciones, programas de cursos o asignaturas comunes a impartirse en modalidad no presencial optimizando recursos, para lograr este

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propósito, es imprescindible una regulación e intercambio permanente de la información sobre programas y planes de estudio que disponen e imparten las universidades. Desarrollar programas de acceso abierto que permita a los alumnos de una institución completar estudios conducentes a un título profesional, o estudios y programa de postgrado mediante cátedras e-learning en otra institución. Impartir asignaturas de planes y programas de estudio semejantes combinando cursos de las diferentes universidades participantes. Modificar la modalidad con que se imparten los contenidos de los programas de estudio de los primeros años en las instituciones universitarias asociadas, que son cursada de forma convencional o tradicional, implementando cursos con los mismos contenidos, pero, impartidos en modalidad no convencional, a distancia o semipresencial. Reconocer los créditos de una institución por otra, de manera que un alumno-estudiante de una institución pueda continuar estudios de educación a distancia en otra institución. Gestionar sistemas de administración académica compartida, generando base de datos individuales para cada estudiante incorporado a un "banco de datos y créditos académicos interuniversitarios" de modo que estudiantes de distintas instituciones puedan convalidar sus créditos, así, desde la perspectiva académica la movilidad de los estudiantes será más expedita y operativa entre las instituciones que constituyan una alianza estratégica. Publicitar y ofrecer en conjunto cursos planes y programas de los estudios universitarios en educación a distancia que imparten las universidades individual o colectivamente. Ofrecer de manera conjunta los servicios de orientación académica, bienestar estudiantil y de asesorias tutoriales a los estudiantes que cursan programas universitarios que se imparten en modalidad a distancia. Mantener un portal que permita contextualizar y uniformar la información de las actividades que realizan las instituciones en materias relacionadas con aprendizaje electrónico, fuentes de información, directorios y bases de datos. Permitir acceso expedito a los programas, proyectos, informes y equipos de trabajo interinstitucionales.

- Objetivos específicos de la alianza desde la perspectiva de los alumnos: Cursar todas las asignaturas de un programa completo sin tener que recurrir a un traslado físico de una institución a otra. Transferir automáticamente, créditos y cursos ya aprobados en una institución de modo que sean aceptados en otra institución. Recibir servicios de asesoría académica y administrativa a través de cualquiera de las institución asociadas al consorcio. Disponer de una amplia variedad de cursos con alternativas de cátedras paralelas en modalidad a distancia acorde con las actividades y orientaciones de las instituciones asociadas.

Las asociaciones en alianzas o consorcios, basados en el uso de la tecnología para el proceso de enseñanza y aprendizaje, tienen varias ventajas, no obstante que para desarrollar e implementar estas asociaciones es necesario que se realice el máximo esfuerzo para cumplir exitosamente los propósitos y objetivos propuestos.

Conclusiones1. El uso de la tecnología en los procesos, como oportunidad estratégica para gestionar eficientemente los servicios académicos, requiere situar la educación superior en un proceso de cambio permanente para adaptarse a las demandas de la sociedad de la e-información y del e-conocimiento. Las Universidades iberoamericanas han pasado por profundos cambios a través de la historia de la academia. Los procesos políticos y sociales, con los que se han visto enfrentadas las universidades latinoamericanas, han motivado a desmejorar su papel esencial, en consecuencia deben recuperar el sitial que les corresponde y la educación a distancia puede intervenir eficazmente.

2. El uso de las tecnologías de la información y la comunicación, constituye un paradigma en los sistemas de enseñanza aprendizaje, es la tendencia global en la transición de la sociedad de la información del siglo XX a la sociedad del conocimiento en el siglo XXI. La educación a distancia con sistema tecnológico de comunicación bidireccional, que sustituye la interacción personal en el aula tradicional entre profesor y alumno, por una interacción en un aula virtual, ha demostrado tener mucha demanda estudiantil, ha sido aplicada en los últimos años y se han ofrecido programas, en esta modalidad, como una alternativa real, innovadora, útil y necesaria por algunas prestigiosas instituciones de educación superior. Por lo mismo, resulta importante incrementar esta modalidad no convencional de aprendizaje y que se imparte en varias universidades con un proceso creciente en la generación del conocimiento.

3. Se hace imperiosa la necesidad de iniciar un proceso coherente, sistemático y creciente, para fomentar el uso de las tecnologías de la información y la comunicación en la educación, esto es, iniciar un proceso específico de planificación estratégica que permita generar los entornos virtuales de aprendizaje con cátedras e-learning y cuya consecuencia terminal es la formulación de una propuesta que conduzca a la creación de una Meta Universidad, la Hiper Universidad Virtual.

4. El consejo europeo celebrado en Lisboa el año 2000, estableció el ambicioso objetivo de convertir a Europa en la economía más competitiva y dinámica del mundo, reconoció la necesidad urgente de que Europa explotase rápidamente las oportunidades de la nueva economía, especialmente a través de Internet.

Para alcanzar este objetivo, los jefes de estado y de gobierno invitaron al consejo y a la comisión a preparar "un amplio plan de acción sobre la e-Europa utilizando un método abierto de coordinación basado en una evaluación comparativa de las iniciativas y estrategias de la comisión e-Europa". Los resultados de esa propuesta están a la vista. A su vez, en la XIV Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno celebrada en San José de Costa Rica, en noviembre de 2004, bajo el lema "Educar para Progresar", junto con la incorporación de Virtual Educa en el programa adscrito a la Cumbre, se

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destaca que "...la educación es un derecho humano fundamental e inalienable..., ello exige otorgar a la educación el carácter de política de Estado y requiere de una visión multisectorial que permita ubicarla en el contexto económico, político, social y cultural de cada país, propiciando la tolerancia y el respeto a la diversidad cultural..., la educación es una responsabilidad de todos, por lo cual, es conveniente continuar los esfuerzos por lograr alianzas entre el Estado, el magisterio y la sociedad civil para consolidar las políticas de Estado que permitan mejorar la calidad de la educación"

En este mismo contexto, no es excluyente la posibilidad de crear una comisión InterUuniversitaria con el cometido de preparar "Un amplio plan de acción sobre la e-universidad iberoamericana". Esta comisión debería abocarse, entre otros, al estudio para el desarrollo e implementación de estrategias de alianzas interinstitucionales y campus viertuales para la creación de programas de estudios en modalidad no convencional en la sociedad del conocimiento, inserta en la educación a distancia como espacio de convergencia en el siglo XXI.

5. Los procesos educativos, en su afán por satisfacer necesidades intelectuales, por lograr que los individuos adquieran las competencias necesarias en pro de una sociedad con individuos creativos e innovadores, o más explícitamente, la educación en su más amplia acepción ha permitido seguir el curso de variantes en cuanto a sus modelos de enseñanza-aprendizaje. Es así como se suele hablar del modelo centrado en el profesor, esto es, en la enseñanza y, consecuentemente, en la transmisión de conocimientos a los alumnos. Sin embargo, es importante señalar que un buen maestro no es sólo aquel que demuestra lo que él sabe, debe ser capaz de lograr que sus discípulos aprendan lo que él sabe. Así, un destacado y experimentado profesor, que imparte sus cátedras con entusiasmo de manera tradicional no garantiza, necesariamente, un aprendizaje eficiente y eficaz. El modelo centrado en el estudiante, esto es en el aprendizaje, obliga necesariamente a un cambio de rol del profesor, asumiendo un liderazgo proactivo que observa y coadyuva permanentemente en el proceso de aprendizaje. Ahora bien, si el futuro de las instituciones educativas y formativas se sitúan en un escenario global a partir de las tecnologías de la comunicación y de la información se suele afirmar del modelo centrado en los medios.

6. El modelo de educación virtual constituye un medio accesible que se adecua a las necesidades de los estudiantes para lograr que adquieran conocimientos y aprendizajes en función de competencias, permite el proceso de aprendizaje sin coincidir necesariamente en el espacio y el tiempo, es un cambio radical del tiempo lineal al tiempo virtual. Si el aprendizaje se realiza a través de un aula virtual incorporada en un campus virtual, las instituciones educativas ya no pueden considerarse como un espacio del saber focalizado física y temporalmente. Se transforman en un espacio compartido, abierto al conocimiento y facilitador del aprendizaje, de modo que la labor del profesor cambia radicalmente y el estudiante no sólo debe ser capaz de aprender a aprender sino que, además, aprender a desaprender, en la educación a distancia se requieren comportamientos diferentes. Por lo mismo, para mejorar la calidad del aprendizaje mediante el acceso a recursos y servicios y a colaboraciones e intercambios a distancia, mediante alianzas institucionales y uso de aulas virtuales a través de campus virtuales ofrece grandes expectativas. El modelo permite condicionar el estilo organizativo de las instituciones, facilita espacios de virtualidad, posibilita transversalidad, logra una gestión que actúe en forma cohesionada y global, permite compartir, en un mismo escenario, procesos metodológicos formativos que permitan lograr accesibilidad, mejorar los modelos de aprendizaje, modificar el rol y el modelo de docencia pero sin perder identidad cultural, es decir, posibilitar la relación e integración de otras culturas, potenciar la participación en la diversidad pero no hacia la uniformidad. Mediante la educación las personas aprenden a compartir tradiciones culturales, a interpretar el mundo actual y sus expectativas futuras. Representa un mecanismo de privilegio para la adquisición de identidad, tradición creatividad e innovación. Por último, es imperativo reflexionar y convenir los aspectos valóricos siempre vinculados a los procesos educativos, es decir, "aprender en la virtualidad sin pérdida de los principios éticos". A su vez, se deben conocer experiencias de aprendizaje abierto y reconocer la necesidad de actuar proactivamente para precisar y convenir normas que regulen la educación a distancia, con indicadores y estándares adecuados para el logro de una educación que garantice calidad y eficiencia.

Es importante destacar que en los Estados Unidos existían cerca de 170 universidades que ofrecían cursos en modalidad a distancia, luego del proceso de acreditación se mantienen alrededor de 60 instituciones. Su parcial validación ha permitido demostrar que es una alternativa real, posible, útil, innovadora y necesaria que está produciendo un impacto en la mayoría de las universidades e instituciones de educación superior.

7. La educación a distancia es un sistema dinámico que posibilita espacios de convergencia, vinculada a elementos culturales no escapa al desafío de los grandes cambios sociales imperantes producto de la globalización. Sin embargo, si bien, gran parte de los integrantes de la sociedad están conectados globalmente, otros, no menos importante y que constituyen una mayoría, están sumidos o sumergidos localmente con sus particulares problemas no resueltos por la globalización. Se puede colegir que mientras unos interactúan con gran libertad en sus actos y expresiones, los otros son marginados, se apartan, son excluidos o se excluyen socialmente. Estos últimos no logran adquirir las habilidades y capacidades para discernir y acceder a los modelos de educación actual con el uso adecuado de las tecnologías de la información y la comunicación. Se les dificulta poder cumplir los objetivos para adquirir las competencias requeridas para su inserción laboral e implica exclusión por la falta de acceso a los medios. La educación a distancia está inserta en el proceso global de modernización, sin duda que los procesos educativos en modalidades no convencionales y espacios convergentes en campus virtuales representan un gran desafío, ofrecen oportunidades de una mayor equidad, expectativas de

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movilidad social y por sobretodo disminuir las distancias de distribución de los ingresos y, consecuentemente, ofrecer igualdad de oportunidades ante las desigualdades sociales.

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