La Educacion Basica en Los Pueblos Originarios juan mejia guerra

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LOS DESAFÍOS DE LA EDUCACIÓN BÁSICA ENLOS PUEBLOS ORIGINARIOS DE HONDURAS Juan Antonio Mejía Guerra 1 Los pueblos originarios no son comunidades-museo que hay que perpetuar por medio de la educación básica, ya sea por el atractivo de su lengua, cultura o sus atributos físicos. Son pueblos constituidos por personas que han asegurado su existencia produciendo determinados patrones culturales vinculados íntimamente a la transformación peculiar de sus territorios. Sus vidas dependen de esos patrones culturales singulares y de los bienes naturales que les proveen sus entornos biofísicos. Es evidente entonces que una educación para la libertad y para la vida no puede ignorar esta dinámica sino más bien potenciarla, cimentando las bases que garantizan la existencia de estos pueblos originarios. Este sentido de pertenencia territorial y la problemática que ello representa hoy día es, sin mayores dudas, el más urgente de los retos que debe asumir cualquier proceso educativo que se implemente en comunidades pertenecientes a estos pueblos. 1 Docente universitario e investigador social asociado al ERIC-SJ.

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LOS DESAFÍOS DE LA EDUCACIÓN BÁSICA ENLOS PUEBLOS ORIGINARIOS

DE HONDURAS

Juan Antonio Mejía Guerra1

Los pueblos originarios no son comunidades-museo que hay que perpetuar

por medio de la educación básica, ya sea por el atractivo de su lengua,

cultura o sus atributos físicos. Son pueblos constituidos por personas que

han asegurado su existencia produciendo determinados patrones culturales

vinculados íntimamente a la transformación peculiar de sus territorios. Sus

vidas dependen de esos patrones culturales singulares y de los bienes

naturales que les proveen sus entornos biofísicos. Es evidente entonces que

una educación para la libertad y para la vida no puede ignorar esta dinámica

sino más bien potenciarla, cimentando las bases que garantizan la existencia

de estos pueblos originarios. Este sentido de pertenencia territorial y la

problemática que ello representa hoy día es, sin mayores dudas, el más

urgente de los retos que debe asumir cualquier proceso educativo que se

implemente en comunidades pertenecientes a estos pueblos.

0.- Introducción

Más que abordar el tema de la educación básica entre indígenas y afrodescendientes

(caracterización racial biológica) o etnias autóctonas (caracterización sociocultural), el

presente trabajo trata de un estudio sobre Pueblos Originarios; es decir, comunidades

humanas que, si bien es cierto son diferentes por su herencia biológica y sus patrones

culturales, se sitúan en espacios geográficos determinados, tan fundamentales para su

existencia como lo son sus genes, lengua, cultura y religión.

1 Docente universitario e investigador social asociado al ERIC-SJ.

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La educación es un factor estratégico importante en toda cultura pero lo es más, o debería

serlo, en los pueblos originarios de Honduras, donde la población de entre 10 a 19 años

(sector infantojuvenil) representa el 25.5% de la población total de esos pueblos2, cifra

superior a la que presentan actualmente los países latinoamericanos que cuentan con más

poblaciones originarias, como ser Bolivia (21.5%), Guatemala (24.7%), Ecuador (23.7%) o

México (22.8%); sólo levemente superada por la población de los pueblos originarios de

Nicaragua (25.8%)3. Por lo tanto, el descuido de la educación elemental y técnica puede ser

enormemente perjudicial ya que hipoteca el desarrollo futuro de las poblaciones que

comprenden estos pueblos singulares por su herencia biológica, su historia, su cultura y sus

territorios. Entonces, ¿de qué educación se habla cuando nos referimos a la escolarización

de menores y jóvenes en las comunidades de los diferentes pueblos originarios de

Honduras?

Por un lado es claro que el Estado es la institución responsable de que toda persona mayor

de 7 años tenga la oportunidad de leer, escribir, realizar operaciones matemáticas

elementales y plasmar en forma oral y escrita sus pensamientos, y eso se logra sin más con

la implementación del Curriculum Nacional Básico. Empero, cuando se trata del fomento

de la educación en poblaciones especiales la currícula no puede ser aplicada

mecánicamente, so pena de provocaren los educandos y educandas graves deformaciones

intelectuales,enajenándoles en lo que respecta a la comprensión y apropiación de sus

propios universos culturales y espacios físicos.

La educación de menores y jóvenes en los pueblos originarios es un tema que casi nadie

aborda en Honduras exceptuando la secretaría de Educación, pero por la forma que lo hace

cuesta mucho delimitar cuándo se trata de datos y análisis que parten de una reflexión

crítica, y cuándo se trata simplemente de la justificación de uno u otro programa especial

financiado por el Banco Mundial, USAID o instituciones asimilares.

2 CEPAL Y OPS (2011). Salud de la Población Joven Indígena en América Latina: Un panorama general. Santiago de Chile. P 45. 3 CEPAL Y OPS (2011). En el mismo lugar.

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1.- Recuento y delimitación geográfica de los pueblos originarios

La presencia asentada y permanente de personas en Honduras parece haber tenido lugar

hace unos 5 mil años, cuando grupos procedentes del norte del continente americano se

asentaron en el centro y occidente de Honduras a la vez que grupos procedentes del sur

continental se asentaban en el sur y oriente.

Actualmente podemos dar cuenta delos pueblosChortí, ubicado entre los departamentos de

Copán y Ocotepeque; el pueblo Lenca, en la región central y occidental; el pueblo Tolupán,

asentado en los departamentos de Yoro y Francisco Morazán; el pueblo Pech, establecido

en el municipio de Culmí (Olancho) y Silín (Colón); el pueblo Tawahka, en las riberas del

río Patuca entre Olancho y Gracias a Dios; el pueblo Nahoa4, ubicado en Catacamas; el

pueblo Misquito, expandido en el departamento de Gracias a Dios; y el pueblo Garífuna,

dispersado a lo largo de la costa caribeña de Honduras.

2.- El reto de la educación básica en un contexto nada estimulante

Pobreza e indigencia. La pobreza extrema y con ella las condiciones paupérrimas de

existencia sobresaltan al analizar la situación social y económica actual de los pueblos

originarios. La pobreza viene dada por la subutilización y despojo a la vez de los bienes

naturales de sus territorios y por la falta de fuentes generadoras de empleo.

La Organización Panamericana de la Salud, OPS, estimaque el ingreso promedio mensual

de la poblaciónindígena y negra de Honduras es de 1,000 Lempiras; sin embargo, en

comunidades lencas, pech, tolupanes y chortí este promedio fácilmente puede descender a

los 300 Lempiras, lo cual obliga en temporadas de escasez a muchas familias a subsistir de

la colecta de raíces, frutos silvestres y de la caza y pesca5.

4 La historiografía recoge muy pocos datos de los Nahoas por ser un pueblo recientemente descubrimiento. De ahí que no lo abordaremos con igual profundidad que los demás pueblos en el transcurso del presente trabajo.5OPS (2001). Salud de los pueblos indígenas y negros de Honduras. Interculturalidad y procesos de convergencia nacional. P 10.

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En la tributolupán Plan Grande Morillos del Machigua, durante los meses de junio y julio

de cada año, el hambre arrecia pues para entonces se han acabado las reservas de granos de

la cosecha anterior y la nueva aun no llega. Durante esos meses los ganaderos de la zona

acostumbran entregarles algún torete para que lo sacrifiquen y su carne se reparte en las

familias de la tribu; pero al llegar el tiempo de la maduración del café todas las familias

tienen que ir a cortar el grano y así se pasan hasta 3 meses pagando la deuda del torete

sacrificado a mitad de año6. Resulta difícil desplegar procesos cognoscitivos en estas

circunstancias.

Precariedad en salud e higiene. Ala pobreza se sumanlas carencias en materia de

salubridad. La OPS da cuenta de un panorama sombrío en materia de salud en los pueblos

originarios de Honduras7:

En los pueblos misquitos, garífunas y tawahkas se presenta una alta incidencia de

malaria.

En algunas comunidades garífunas la incidencia del SIDA llega a ser hasta del 25%

de la población contagiada.

La etnia Tolupán registra una alta incidencia de la enfermedad de Chagas e

infecciones respiratorias agudas con énfasis en tuberculosis.

Los Pech registran incidencia anormal de leishmaniasis.

Los lencas y chortís sufren la incidencia de la enfermedad de Chagas e infecciones

respiratorias agudas con fuerte prevalencia en neumonías.

Aunque la OPS ha reportado estos problemas de salud desde inicios del presente siglo, la

incidencia de dichas enfermedades se mantiene una década después y hoy día son los

medios de comunicación que dan cuenta de los rebrotes violentos de tales males ante la

incapacidad del gobierno central de dotar del presupuesto necesario para que las unidades

de salud situadas en los pueblos originarios funcionen normalmente.

Es así que entre miseria e insalubridad la esperanza de vida entre los indígenas es de 36

años para las mujeres y de 43 años para los hombres8, muy por debajo de los promedios

6 Información proporcionada por Rubén Banegas, cacique de la tribu Plan Grande Morillos del Machigua.7 OPS (2001). Op Cit. P 11.8OPS (1998). La Salud en las Américas. Vol. II. OPS/OMS. Washington, D.C.

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nacionales alrededor de los 70 años en hombres y mujeres9. Con un Estado en bancarrota y

en manos de un sector corrupto difícilmente puede la secretaría de salud transformar

positivamente estas cifras en beneficio, sobre todo, de las nuevas generaciones que para

formarse necesitan gozar de buena salud.

3.-El difícil reto de la superación del analfabetismo y el rezago educativo

Analfabetismo y baja escolaridad. En la población joven de 15 a 24 años de los pueblos

originarios el analfabetismo representa el 17.1% mientras que en el mismo sector joven de

la población ladina hondureña esta cifra es del 10.6%10.

Así mismo, el grado de escolaridad de la niñez y la juventud de los pueblos originarios de

Honduras es bastante bajo ya que la población de entre 15 a 19 años cuenta únicamente con

un promedio de 4.64 años de estudio11, por debajo del promedio de sus pares ladinos (6

años)12.

En el caso especial del pueblo lenca, la población mayor de 10 años sin ningún nivel

educativo es del 28.19%, cifra más alta que el promedio nacional, que es del 18.58%13.

Feminización del rezago educativo. El 93.9% de las madres jóvenes de entre 15 a 24 años

presentan rezago educacional y el 22% de ellas no ha recibido nunca instrucción escolar

alguna.14

No es raro entonces que, sumidas en la ignorancia, sin ninguna formación educativa que les

garantice un futuro promisorio y ante las nuevas exigencias psicoafectivas de sus cuerpos

una vez llegada la adolescencia, el 77% de las madres jóvenes menores de 24 años lo sean

9 http://www.indexmundi.com/es/honduras/expectativa_de_vida_al_nacer.html10CEPAL Y OPS (2011). Salud de la Población Joven Indígena en América Latina: Un panorama general. Santiago de Chile. P 53.11CEPAL Y OPS (2011). Op Cit. P 56.12IPEC/OIT (sf). Diagnóstico sobre la situación del trabajo infantil indígena en Honduras. P 54.13COPINH. (2010). El pueblo Lenca y su realidad educativa. Intibucá. Pp 64 y 65.14CEPAL Y OPS (2011). Op Cit. P. 67.

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sin la correspondencia de ningún vínculo matrimonial15; son madres solteras o cuando

mucho conviviendo en estado de “unión libre”.

Población infantil desnutrida. El 95% de la población indígena nacional menor de 14 años

adolece de desnutrición16. Con una población infantil malnutrida y enferma resulta difícil

superar los índices de aprobación escolar actuales, por muy buenas que pudieran ser las

condiciones pedagógicas de las escuelas, cosa que lamentablemente tampoco sucede.

Si el Estado no encara frontalmente el problema de la pobreza y sus efectos colaterales en

los pueblos originarios, cualquier programa educativo no pasará de ser un mero asunto

cosmético que busca maquillar y esconder la realidad de miseria y despojo a que se ha

condenado a estos pueblos.

Víctimas de situaciones familiares indeseables. Los efectos de la violencia intrafamiliar y

la promiscuidad cotidiana que se vive en buena cantidad de las familias de los pueblos

originarios representan otro obstáculo que frena el desarrollo emocional y cognitivo de la

niñez y juventud de estos pueblos. Es común que las familias al estar sumidas en

condiciones deplorables alteran el clima educacional del hogar y fomentan la violencia

intrafamiliar, que tiene en los y las menores las víctimas más inocentes;igualmente sus

viviendas raquíticas fomentan el hacinamiento y la promiscuidad, factores que vuelven

más vulnerable la situación de los niños y niñas.

Entre tolupanes, misquitos, tawahkas, pech y lencas es común que sus viviendas consten de

una sola pieza como dormitorio para todos los miembros de la familia, situación que se

convierte muchas veces en ocasión de hacinamiento generador de violencia doméstica e

incita al abuso sexual de menores y la promiscuidad.

Trabajo infantil obligatorio. El trabajo infantil fomenta el ausentismo escolar y está en la

base de la deserción escolar completa en los pueblos originarios. Es obligatorio porque la

pobreza de las familias hace que envíen a los y las menores a incorporarse en diferentes

actividades lucrativas, pero también es igualmente obligatorio porque hay empresas que

demandan de la mano de obra infantil porque cuesta menos, son más dóciles para ciertos

15CEPAL Y OPS (2011).Op Cit. P. 65.16OPS (2001).Op Cit. P 12.

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trabajos rudos y trabajan sin hacer exigencias laborales.Alrededor del 90% de los niños

indígenas y afrodescendientes de Honduras están involucrados en actividades económicas,

cifra muy por encima del 69.4% de los niños y niñas ladinas que lo hacen en el área rural17.

La OPS estima que en la práctica, la población económicamente activa en las comunidades

indígenas de Honduras oscila entre 8 a 65 años, lo cual se traduce en causa de deserción

escolar y de falta de acceso a la educación primaria18.

En el pueblo misquito, hasta el 75% de los niños mayores de 13 años que viven en

comunidades costeras trabajan en el sector pesquero, como cayuqueros o como buzos19, en

actividades relacionadas con la caza de langostas. De ahí que en estas comunidades la

deserción escolar anual supere el 25% debido a que cada año, en los meses de agosto y

septiembre, los menores adolescentes se incorporan en las diferentes actividades del buceo

submarino. En el pueblo lenca es común ver a menores y jóvenes involucrados en

actividades de corta de café, aserraderos y trabajo doméstico. En el pueblo chortí se les ve

involucrados en cortas de café y en explotaciones agrícolas diversas. En los pueblos

tolupanes y pech como jornaleros en fincas agrícolas o ganaderas y en algunas fincas de

café. En el pueblo tawahka es común hallarles realizando actividades comerciales y

cruzando cargas en el río Patuca a terceras personas en espera de una retribución

económica. En el pueblo garífuna se vincula a menores y jóvenes en las ventas ambulantes

y en actividades que tienen que ver con el turismo20.

4.- No basta con multiplicar el número de escuelas

Durante las últimas dos décadas el número de centros educativos ha aumentado en todos los

pueblos originarios sin que todavía se logre cubrir la demanda exigida por el aumento de

las poblaciones autóctonas. Ahora bien, una realidad es la existencia de centros educativos

y otra muy distinta las condiciones en que se construyen procesos educativos con los y las

menores que acuden a dichos centros.

17IPEC/OIT (sf).Op Cit. P 54.18 OPS (2001). Op Cit. P 10.19IPEC/OIT (sf).Op Cit. P 42.20IPEC/OIT (sf).Op Cit. P 41.

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El pueblo Garífuna da cuentadel crecimiento en número de centros educativos en casi todas

sus comunidades:En el departamento de Cortés hayamos escuelas y centros básicos en las

comunidades garífunas de Travesía, Masca y Bajamar. Sin embargo, la comunidad de

Sarawayna, la más alejada de todas, no cuenta con escuela, además de no contar con

carretera de acceso, electricidad y sus habitantes se encuentran abandonados a la miseria21.

En el departamento de Atlántida hay escuela primaria y centro básico en las comunidades

garífunas de Triunfo de la Cruz y Tornabé22. Las comunidades de San Juan y Río Tinto

cuentan únicamente con escuela primaria. Las comunidades de Nueva Go, Rosita y Callo

Venado cuentan con escuelas primarias parcialmente (no disponen de docentes para los 6

grados de primaria) y en la comunidad de Miami la escuela primaria fue cerrada hace 3

años23.

En síntesis, aun con sus limitaciones el 98% de la población garífuna en edad escolar ha

cursado la educación primaria, pero únicamente el 17% continúa estudios de secundaria y

apenas un 3% llega a la universidad24. De ahí que solamente el 5% de las jóvenes garífunas

de entre 20 a 29 años e igual porcentaje en jóvenes masculinos cuenten con 15 o más años

de estudio desde el nivel preescolar hasta el universitario25.

En el puebloTolupán de Yoro la mayoría de tribus cuentan con escuelas primarias, con la

salvedad de que se trata de escuelas con aulas insuficientes y con docentes multigrado.En la

tribu Plan Grande Morillos del Machigua pudimos observar que los docentes tienen que dar

clases a niños y niñas de diferentes grados en las mismas aulas, los docentes no cuentan con

suficiente material educativo y los niños suelen ausentarse a finales de año para acudir con

sus padres a las cortas de café26. En la tribu San Francisco de Locomapa, que es de las más

grande de las tribus tolupanes y cuenta con unas 21 comunidades, solamente los caseríos

más grandes disponen de escuelas primarias pero no con centros básicos. Para que un joven

21 Información proporcionada por Margarita Videa, coordinadora de OFRANEH en el sector de Cortés.22 Información proporcionada por Secundino Torres Amaya, Sub Director de la radio comunitaria “FalumaBimety” y Presidente del Comité de Tierras de la comunidad de El Triunfo de la Cruz.23 Información proporcionada por Esther Valerio, Presidenta del Comité de Tierras de San Juan y Oscar Luis García Colón, Vicepresidente del Comité de Tierras de San Juan.24Tierramérica. http://www.tierramerica.info/nota.php?lang=esp&idnews=47825UNFPA y CEPAL (sf). Juventud afrodescendiente en América Latina: realidades diversas y derechos (in)cumplidos. P 28.26 Información proporcionada por RubenBanegas, cacique de la tribu Plan Grande.

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tolupánde esta tribu pueda continuar sus estudios secundarios tiene que desplazarse a la

aldea ladina de Ocotal27, lo cual es bastante difícil por el problema de transporte y por la

pobreza generalizada en la tribu San Francisco. En la tribu Las Vegas del Tepemechín se

encuentran escuelas con más de 150 escolares atendidas por dos maestros. En el resto de

comunidades de la tribu el común denominador son escuelas con deficiencia de maestros.

Los pueblos Pech, Tawahkas, Misquitos y Garífunas presentan la salvedad de contar con

textos educativos traducidos a sus lenguas nativas, aunque ello no les depara en la práctica

mayores ventajas que el resto de pueblos originarios, precisamente por la forma en que esos

textos son editados.

Otra situación lamentable es que hay centros educativos pero no hay docentes para

propiciar los procesos de formación. Luis Green, actual ministro de la Secretaría de los

Pueblos Indígenas y Afrohondureños (SEDINAFROH), denunció el pasado mes de

septiembre que en al menos 15 departamentos del país la niñez indígena no está recibiendo

educación debido a la ausencia de maestros y maestras.

Comunidades lencas de los departamentos de La Paz, Santa Bárbara, Intibucá; en

comunidades garífunas de la costa norte y en las tribus tolupanes de la montaña de la Flor

en el departamento de Francisco Morazán no hay suficiente número de docentes asignados

por el ministerio de educación, y donde los hay no todos se presentan a trabajar, ha

informado el ministro de las etnias. A estos lugares “nadie quiere ir a dar clases, pero ¡que

bien! piden una plaza donde sea y a la hora que les dan la misma solo cumplen tres meses y

luego piden un traslado dejando a los niños abandonados”28.

Consideraciones finales

1. No es nada nuevo confirmar una vez más el estado de pobreza y postración en que

se encuentran los pueblos originarios, pero sí resulta una novedad el hecho de que

esta pobreza actual, a diferencia de la que han vivido por siglos, está llevando como

27 Información proporcionada por José María Pineda, residente en el caserío Piedra Gorda de la tribu San Francisco de Locomapa.28 Proceso Digital (24/10/2012). http://proceso.hn/2012/04/25/Nacionales/Ni.C.B/51081.html

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nunca antes a utilizar a los y las menores como mercancía o fuerza de trabajo en

actividades extra familiares.

2. No es cierto que de forma automática sea la pobreza de las familias la única causal

que conduce al abandono escolar de los y las menores para insertarlos en el mundo

del trabajo. Causa de ello es también el hecho de que los nuevos empresarios de la

globalización abren posibilidades de trabajo a menores porque se trata de mano de

obra más barata, más resistente al trabajo en condiciones inclementes, más sumisa

para obedecer órdenes a la vez que más susceptible de recibir salarios más bajos.

Por ejemplo, los empresarios del café y el gobierno mismo se alegran de que este

rubro se esté posicionando excelentemente en el mercado internacional, pero nadie

dice nada sobre la cantidad de menores que se involucran en las cortas del café

generando ausentismo escolar temporal en pueblos como los lencas, chortís y

tolupanes.

3. Con el trabajo infantil indígena las familias pobres buscan paliar su situación

económica. Sin embargo, no se constata en ningún pueblo originario que haya

familias pobres que han salido de su pobreza privando a sus hijos e hijas de la

educación para incorporarles en el mercado laboral. Más bien se evidencia la

hipoteca de su futuro.

4. La población menor de edad y la juventud de los pueblos originarios se ha vuelto

víctima de un Estado que no le protege ni le promueve, e igualmente víctima de una

familia que muchas veces y por diversas razones le violenta y explota.

Victimización cuya superación demanda un proceso educativo integral, liberador y

dignificador de la condición humana, que revierta el lastre que provoca heridas

profundas, mutilaciones y discapacidades en los cuerpos y las mentes de los y las

menores y las juventudes pertenecientes a cualquiera de los pueblos originarios.

5. El gobierno actual, el Banco Mundial y la USAID entre otras instancias se ufanan

de invertir cuantiosos recursos en los pueblos originarios. Sin embargo,

independientemente de que ello sea cierto total o parcialmente, más verídica es la

realidad del despojo a que se está sometiendo a los pueblos originarios sin

excepción alguna. Se les está arrebatando los ríos, los bosques, los cerros y sus

playas por empresarios y transnacionales las más de las veces financiados por estas

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instituciones internacionales. Avalados, además, por el Congreso Nacionalpor

medio de la promulgación de leyes que legitiman el despojo y criminalizan a

quienes se atreven a defender sus bienes naturales. El currículo nacional básico de

educación implementado en las escuelas de los pueblos originarios no les confronta

con su realidad y antes que ello más bien les enajena de la misma.

6. El impacto negativo en la escolarización de los niños y niñas de los pueblos

originarios y la formación técnica en la población joven es una responsabilidad del

Estado. No basta con crear un ministerio para las etnias, construir algunas escuelas,

si se carece de docentes cualificados que, siendo inclusive excelentes profesionales,

suelen ser maestros desconocedores de las cosmovisiones propias de estos pueblos,

que desconocen la lengua materna de cada uno de estos pueblos o aun cuando la

aprenden son incapaces de ajustar la enseñanza a las necesidades culturales y

sociales de los mismos, y se limitan a transmitir contenidos con poca pertinencia a

la realidad local.

Sin educación es imposible construir un futuro promisorio que garantice existencia digna

para las poblaciones autóctonas. Sólo una educación liberadora y solidaria será capaz de

evitar situaciones que velada o descaradamente conduzcan a la erosión genética y cultural

(etnocidio) de los pueblos originarios. Sólo una educación técnica socialmente adaptada les

permitirá defender y aprovechar con mejores propuestas la soberanía y autodeterminación

sobre sus territorios, y utilizar sosteniblemente y con justicia social los bienes naturales de

sus espacios físicos, hoy por hoy convertidos en objetos codiciados por la oligarquía

hondureña y las transnacionales.

La refundación de Honduras pasa insoslayablemente por la reivindicación de los pueblos

originarios en cada una de sus demandas históricas nunca atendidas o tan solo maquilladas;

e igualmente pasa por la educación que dignifica la resistencia de siglos de los pueblos

originarios abatidos si acaso pero nunca rendidos.