La Educación Del Siglo XIX

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La educación primaria del siglo XIX Los comienzos de esta educación se basaron principalmente en la fe en el progreso indefinido, característica de la mentalidad ilustrada, iniciaron una importancia hasta entonces desconocida a la educación sistemática, gobernada por los mismos principios de racionalidad característicos de la ciencia. Los hombres públicos del Chile republicano, herederos de esa mentalidad entendieron que la difusión del saber era una de las obligaciones del nuevo régimen, lo que se tradujo en la imposición de una política ininterrumpida de establecer centros de enseñanza para impartir conocimientos. Una vez consolidada la independencia tras el triunfo definitivo de las armas patriotas en 1818, la construcción del Estado republicano llevó más de un siglo de maduración. El régimen democrático requería de ciudadanos, los que era necesario formar a partir del desarrollo de un amplio sistema educacional que cubriera a la totalidad de la población. La preocupación por educar y al mismo tiempo disciplinar a las clases populares a través del desarrollo del sistema educativo, se convirtió en una política estatal de largo aliento que se mantuvo durante todo el siglo XIX. El sistema educacional se dividió en dos secciones fuertemente diferenciadas: - La instrucción primaria, de carácter elemental y masivo - La instrucción secundaria y superior, de carácter selectivo y orientado a las élites. Con el tiempo, la primera mantuvo durante todo el siglo su carácter masivo y orientado a dar una instrucción básica y elemental, este debía aportar competencias laborales; pero junto con eso, debía servir para enseñar virtudes y socializar costumbres. El sistema de instrucción primaria que desarrolló el Estado durante el siglo XIX estuvo mediado por un intenso debate ideológico sobre los alcances del Estado docente. En éste, se pueden distinguir dos momentos. El primero, corresponde a la etapa fundadora del sistema de educación primaria, que tuvo lugar en las

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La educación primaria del siglo XIX

Los comienzos de esta educación se basaron principalmente en la fe en el progreso indefinido, característica de la mentalidad ilustrada, iniciaron una importancia hasta entonces desconocida a la educación sistemática, gobernada por los mismos principios de racionalidad característicos de la ciencia. Los hombres públicos del Chile republicano, herederos de esa mentalidad entendieron que la difusión del saber era una de las obligaciones del nuevo régimen, lo que se tradujo en la imposición de una política ininterrumpida de establecer centros de enseñanza para impartir conocimientos. Una vez consolidada la independencia tras el triunfo definitivo de las armas patriotas en 1818, la construcción del Estado republicano llevó más de un siglo de maduración. El régimen democrático requería de ciudadanos, los que era necesario formar a partir del desarrollo de un amplio sistema educacional que cubriera a la totalidad de la población.

La preocupación por educar y al mismo tiempo disciplinar a las clases populares a través del desarrollo del sistema educativo, se convirtió en una política estatal de largo aliento que se mantuvo durante todo el siglo XIX. El sistema educacional se dividió en dos secciones fuertemente diferenciadas:

- La instrucción primaria, de carácter elemental y masivo

- La instrucción secundaria y superior, de carácter selectivo y orientado a las élites.

Con el tiempo, la primera mantuvo durante todo el siglo su carácter masivo y orientado a dar una instrucción básica y elemental, este debía aportar competencias laborales; pero junto con eso, debía servir para enseñar virtudes y socializar costumbres. El sistema de instrucción primaria que desarrolló el Estado durante el siglo XIX estuvo mediado por un intenso debate ideológico sobre los alcances del Estado docente. En éste, se pueden distinguir dos momentos. El primero, corresponde a la etapa fundadora del sistema de educación primaria, que tuvo lugar en las décadas de 1840 y 1850, y participaron activamente importantes pensadores.

Los pensadores que aportaron a la educación primaria.

Dentro de este selecto grupo de pensadores encontramos al argentino Domingo Faustino Sarmiento y los hermanos Gregorio y Luis Amunátegui, fueron quienes más influyeron desde sus altos cargos e influencias, en las políticas educacionales estatales implementadas. Sus aportes se situaron tanto en el ámbito del sentido y la importancia de la educación primaria, como a nivel de proposiciones para su organización como sistema estatal.

Dado esto en 1848 Sarmiento fue enviado por el gobierno chileno a Europa y Estados Unidos para estudiar la enseñanza en las Escuelas Normales. De esta experiencia Sarmiento difundió su idea de una educación popular basada en la igualdad de derechos lo que obligaba al gobierno a proveer de educación a las generaciones futuras para que pudieran ejercer sus derechos, haciendo notar a su vez, que la riqueza y la grandeza de una nación dependía de la capacidad industrial, moral e intelectual de los hombres que la

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componían. Al mismo tiempo le otorgaba especial valor a la educación femenina y su vocación de ser maestra para lo cual consideraba que estaba mejor dotada que un hombre.1 Los hermanos Amunátegui a su vez condensaron su pensamiento en la obra de la Instrucción primaria en Chile, acá plantearon que la instrucción primaria era un elemento tanto del desarrollo económico y del progreso, como de la estabilidad política y del orden ya que para ellos, “La educación tiene un carácter moralizador y cautelador del orden y debía ser gratuita y obligatoria para que fuera eficiente.”

Pasado los años tras la promulgación de la Ley de Instrucción Primaria en 18602, el Estado se convirtió en el principal sostenedor de la educación, donde la ley garantizaba la gratuidad de la enseñanza primaria y la responsabilidad fiscal con respecto a ésta, donde el sistema educacional quedó dotado de una estructura centralizada que controlaba la actividad pedagógica y dividido en dos sectores por un lado la educación primaria pública, a cargo del Estado y las municipalidades y la educación primaria particular, que abarcaba tanto escuelas pagadas como algunas gratuitas pertenecientes a la Sociedad de Instrucción Primaria y otras sociedades filantrópicas. Además de las escuelas que se dividieron en elementales y superiores y se determinó que debía existir una escuela elemental de hombres y otra de mujeres en todo lugar de más de dos mil habitantes, además de una superior en cada cabecera de departamento y al mismo tiempo se normó el desempeño de los preceptores y el funcionamiento de las Escuelas Normales, a través de la creación de una Inspección General de Escuelas. El papel dominante del gobierno central quedó consagrado para todo el sistema fiscal, mientras que las escuelas particulares sólo quedaron sometidas a inspección gubernativa en lo relativo al orden y moralidad.

Ya partir de 1850 la acción educativa estatal se orientó a organizar y fortalecer la institucionalidad de la escuela, soporte básico del sistema educativo nacional donde la construcción de la sociabilidad escolar tuvo lugar en dos ámbitos. El primero de ellos tiene relación con la creación de un sitio disciplinado y ordenado, segregado del mundo familiar y vecinal, a través de normas que definían el uso del espacio y el tiempo por parte de alumnos y preceptores, en cuanto a las prácticas pedagógicas, tendieron a reforzar este aspecto separando a los alumnos en cursos y niveles, imponiendo horarios, homogeneizando el uso de textos -como los silabarios- y estableciendo un sistema de premios y castigos, así como evaluaciones anuales del desempeño escolar. Y el segundo ámbito tiene relación con la institucionalización de la escuela en cuanta fuente de conocimiento y verdad, su finalidad era formar preceptores capacitados para enseñar, donde se crearon Escuelas Normales en todo el país. En la década de 1880, la introducción de métodos pedagógicos desde Francia y Alemania contribuyó a institucionalizar un sistema educativo que cobraba creciente autonomía en relación al conjunto de la sociedad.

Ambiente educativo: Alumnos y profesores

1 Campos, F. (21 de Abril de 2015). Memoria Chilena. Obtenido de Memoria Chilena:

http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0053252.pdf2 Boletín de las principales leyes y decretos vigentes dictadas desde Enero 1o. de 1860 hasta Enero 1o. de 1871 : y

recopiladas por orden de materias / por I. Ignacio y J. Joaquín Larraín Z. Valparaíso : Impr. del Mercurio, 1871. v, 1024 p.

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Es así como al pasar los años las escuelas se configuraron como espacios de progresiva institucionalización, definido por normas y reglamentos propios y exclusivos, desarrollando características propias que la diferenciaba de los comportamientos cotidianos de los alumnos en la familia y la comunidad. De esta manera se introdujeron formas particulares de expresión y comunicación, marcadas por tiempos de trabajo regidos por horarios, desplazamientos de los alumnos de acuerdo a determinadas pautas y ordenamiento de las posturas corporales en función de las tareas que se debían realizar. La sala de clase se convertía en una instancia formalizada y disciplinada, diferenciándose de otros espacios como el vecinal o familiar.

Las prácticas pedagógicas tendieron a reforzar este aspecto, separando a los alumnos en cursos y niveles, imponiendo horarios, homogeneizando el uso de textos como los silabarios y estableciendo un sistema de premios y castigos, así como evaluaciones anuales del desempeño escolar. Sin embargo es importante destacar que uno de los grandes pilares en este proceso de modernización del sistema educativo fue el esfuerzo desarrollado mejorar el nivel profesional del profesorado, que fue integrado por figuras como Claudio Matte, José Abelardo Nuñez o Valetín Letelier donde se mejoró los procesos formativos y se fue configurando un clima propicio para la discusión de los desafíos que confrontaba el país, en ámbito de la educación primaria. En este escenario el gobierno convocó un Congreso Nacional Pedagógico en 1889 en el cual se trataron temas como métodos de lectura y escritura, la enseñanza de la higiene y la gimnasia, medios prácticos para implementar la enseñanza primaria obligatoria y la cantidad mínima de conocimientos que debían exigirse, entre muchos otros temas. Al mismo tiempo se denunció la falta de escuelas, la poca asistencia de alumnos, la lejanía a las escuelas y el trabajo infantil en el campo.3

Este Congreso sólo institucionalizó un debate que hace tiempo rondaba dentro de la opinión pública dado que la instrucción primaria había abierto diversos flancos que aún no se encontraban resueltos como la libertad del padre para dar a sus hijos la educación que él quisiera, la libertad religiosa dentro de las escuelas fiscales, si el Estado debía obligar o no la enseñanza primaria, entre muchos otros temas. Sin embargo el progreso como nación ya no era un elemento fundamental, el desarrollo de la riqueza que a mediados de siglo empezaba a manifestarse, se estaba logrando y para esto no se había necesitado de un pueblo más instruido. Por esto el discurso de principios del siglo XX se centró en la necesidad de orden, economía, moralidad del trabajador para lograr progreso personal como clase. Aun así, el proceso de consolidación del sistema de educación primaria en Chile no se concretó hasta 1920, con la promulgación de la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria. .

La educación secundaria del siglo XIX

3 Ponce, M. (2010). La llegada de la escuela y la llegada a la escuela. La extensión de la educación primaria en Chile, 1840-1907. Recuperado el 21 de Abril de 2015, de Biblioteca Electrónica Scielo: http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0717-71942010000200004&script=sci_arttext

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En 1810 Juan Egaña presentó un plan de gobierno del cual nace el Instituto Nacional este se preocupaba de los estudios secundarios, la enseñanza de este solo rotaba en la Universidad de Chile, posteriormente se crea el Instituto Nacional de Coquimbo, el Instituto en Talca, el Instituto el Concepción y el de San Felipe, ya al finalizar el siglo habían 29 liceos de hombres. En la educación secundaria ya existía un currículo homogéneo donde se introduce en el currículo historia natural, castellano, idiomas, historia, matemáticas, y otras posteriormente en 1842 se dispuso que los exámenes serian libres, esto trajo una discusión entre los alumnos y los profesores debido a este suceso se elaboró un reglamento para el Instituto nacional, en el cual decía que ningún alumno del instituto podía pagar por clases particulares a los profesores. En 1872 se firmó un decreto sobre la libertad de exámenes, sin embargo se obligó a los colegios particulares a rendir los exámenes ante comisiones designadas por el Consejo Universitario en los Liceos Fiscales.

Por otro lado hubo otro cambio en el currículo en donde el latín ya no era obligatorio, sino optativo, al igual que los distintos idiomas, el siguiente cambio se dio cuando comienzan los liceos fiscales para niñas, con dos establecimientos en Copiapó y en Valparaíso, la metodología en ese tiempo no se le daba mayor importancia a la práctica de los conocimientos adquiridos. En 1879 se aprobó una ley que organizó a la instrucción secundaria, así como la técnico profesional y a la superior con fondos nacionales y se sostendrían establecimientos de instrucción secundaria, instrucción especial y la instrucción superior de esta manera se establecía la gratuidad de la educación estatal además se introducen nuevos ramos al currículo como historia contemporánea y geografía física, también se ordenó más la lógica en los programas de estudio. De este modo el método Concéntrico, en 1889, significo un cambio en el currículo donde las asignaturas iban gradualmente aumentando su complejidad esta tenía como objetivo que la enseñanza es una fuente permanente de aprendizaje, se privilegia el método inductivo, entre otros. Al pasar los años en la educación chilena surgieron críticos con opiniones pesimistas y positivas hacia la educación especialmente a los liceos de Chile, las críticas fueron fuertes había que adaptar el liceo a las necesidades del país se debía independizar de la influencia alemana y darle una orientación conforme a la realidad nacional, crear establecimientos técnico-vocacionales y dar mayor énfasis a las diferencias individuales donde el primer paso se dio al crear el Ministerio de Educación, para independizarla de la tutoría universitaria.

Las clases de sagradas escrituras, física y química no pudieron funcionar por carencia de alumnos por falta de profesores y de elementos quedaron momentáneamente en proyecto la clase de botánica y el curso de medicina. La Junta Gubernativa, de acuerdo con el Seriado, designó los primeros maestros, resolviéndose que en adelante fuesen nombrados por oposición, considerárselos los más ilustrados gozaron de gran prestigio social.

Importancia del Instituto Nacional en la educación secundaria.

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El Instituto Nacional es considerado como uno de los fundamentos de la educación pública en Chile de la mano del proceso independista, el primer Congreso en 1811, decide formar una institución que se hiciera cargo de la educación del país. De esta manera, dos años después y tras la fusión de la Academia de San Luis y el Convictorio de San Carlos, se fundó el Instituto Nacional en el edificio de la Real Universidad de San Felipe donde su objetivo era formar ciudadanos, que defendieran y dirigieran la naciente república, guiándola hacia el progreso nacional. La enseñanza era amplia y abarcaba desde la educación primaria, hasta los estudios superiores, así como también estudios de seminario para sacerdotes, por otra parte sus alumnos usaban un uniforme gris, corbata negra con las iniciales I.N. y dos estrellas que simbolizaban la patria naciente y sus profesores eran en su mayoría eclesiásticos.

Tras su cierre luego de la reconquista, Bernardo O’Higgins ordenó su reapertura en el viejo claustro de los Jesuitas, rápidamente el establecimiento se consolidó como el principal centro de estudios del país y núcleo de discusión en torno a la educación. Encontramos importantes figuras estuvieron ligadas a él entre las que destacaron rectores como Manuel Montt (1835-1840), Antonio Varas (1842-1845) y Diego Barros Arana (1863-1872). Entre sus profesores estuvieron Benjamín Vicuña Mackenna, Francisco Bilbao y José Victorino Lastarria, además de numerosos intelectuales extranjeros como Ignacio Domeyko, Andrés Bello, Gustave Courcelle-Seneuil y Andrés Gorbea, entre otros.4

Educación Secundaria para Adultos

Esta se inicia en 1877 cuando solo habían establecimientos particulares posteriormente se crea el Centro de Pedagogía y se fundó una escuela nocturna además se creó el primer liceo fiscal nocturno en Santiago donde la matricula llegó a 28.134 alumnos. Ya en 1884 se comenzó a entregar capacitaciones en el área técnico profesional para adultos, en una jornada vespertina, nocturna y dominical. Finalmente en 1933 se modificó el currículo de las escuelas técnicas femeninas, en donde no se requería ningún requisito para entrar y existían cursos vespertinos y nocturnos.

Conclusión

4 Campos, F. (21 de Abril de 2015). Memoria Chilena. Obtenido de Memoria Chilena: http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0053252.pdf.

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Para finalizar, y una vez mostradas las evidencias que se reflejan en la Historia de nuestro país, es evidente señalar como la educación en Chile en el periodo de estudio respondió a las necesidades políticas, económicas y sociales de la época. La educación en el siglo XIX fue una herramienta utilizada por los gobernantes para influenciar de buena o mala manera sobre el resto de la población, persiguiendo en esto propósitos específicos, buscando soluciones, y sobre todo alcanzar la modernización del Estado por medio de la especialización. Desde la colonia se pudo evidenciar una educación cuya hegemonía se encontraba en su mayoría en mano de las órdenes religiosas, cosa que gradualmente fue pasando en manos del Estado chileno, llegando a conformar el Estado docente. Desde la naciente república y con la conformación del Instituto Nacional se reflejaron las intenciones de los rasgos que se quería formar en las personas, es decir, conformar buenos ciudadanos, respetuosos y obedientes del orden establecido.

El siglo XIX significó para nuestro país una gran gama de cambios, pero en el ámbito educacional tuvo que centrarse en pasar de una educación colonial a una republicana, donde estableció las bases de la institucionalidad educativa y que marcaron a la historia de la educación en Chile. Es por ello que es necesario entender la importancia de este siglo para la historia de nuestro país, ya que constituyó cambios importantes y radicales que en el ámbito de la educación conformaron los pilares de una perspectiva social y política que se mantiene hasta la actualidad.