La Educación en los Pueblos Precolombinos
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La Educación
El libro se encuentra dividido en cuatro partes, a saber:
1. La Educación en los pueblos precolombinos
2. Panorama general de la educación en el México colonia
3. Breve referencia constitucional e histórica en México Independiente
4. Nociones elementales de derecho
La obra no presenta conclusiones finales, ni bibliografía, las notas están
ordenadas al pie de cada página, donde el autor hace gala de un lenguaje sencillo
a través del cual muestra el panorama histórico de la educación nacional.
En la primera parte del libro, el autor aborda la educación en los pueblos
precolombinos, centrado en los aztecas y mayas, hace hincapié en lo difícil que
resulta el estudio de estas culturas dado el interés de los conquistadores por
borrar todo vestigio de su civilización, empero deja claro que se trata de una
educación para la guerra, la astronomía y la agricultura.
En el pueblo azteca la educación se fundaba en valores, resultando
vergonzoso no ser educado, sin embargo existían clases, por lo que la educación
no era igual para todos, en la formación inicial a los hombres se les enseñaba a
ser guerreros a las mujeres la sumisión y tareas del hogar, los privilegiados podían
continuar sus estudios acudiendo al Telpuchcallli (escuela de guerra) o el
Calmecal (carrera sacerdotal, enseñanza civil y religiosa para varones;
preparación para el matrimonio, para mujeres), que eran las dos escuelas públicas
de la época.
La educación entre los mayas también iniciaba en el hogar, convergían con
los aztecas en ser clasistas, la educación de las mujeres estaba a cargo de la
madre y de los niños del padre, los integrantes de la clase noble tenían una
educación más avanzada a cargo de los sacerdotes que eran los encargados de
difundir el conocimiento, principalmente el referente a las matemáticas y
astronomía, existieron entre los mayas las casas de los jóvenes, ordenada por
clase social.
El segundo capítulo concierne a la educación en el México colonial, se
encuentra dividido en tres: Bula papal de Alejandro VI, la conquista espiritual; la
importancia del lenguaje y segunda etapa de la conquista ideológica.
La Bula de Alejandro VI, del 4 de mayo de 1493, relativa a derechos
posesorios de las tierras descubiertas que representaban conflictos entre España
y Portugal, en materia educativa sentó el precedente que rigió la educación
colonial: “la educación en la fe católica y las buenas costumbres”.
Con la llegada de los conquistadores a los pueblos precolombinos, la
educación continúa basada en la religión, pero esta vez ya no en la practicada por
los aztecas y mayas, sino en la impuesta por los españoles.
La educación impartida por los frailes enfrentó una problemática, el
lenguaje, así que tuvieron la necesidad de aprender las lenguas indígenas y
traducir libros de contenido religioso al náhuatl y otras lenguas, lo que facilitó su
tarea educativa. La enseñanza continuó divida en clases, teniendo acceso a los
hijos de los caciques y nobles indígenas a la educación impartida en los
monasterios.
La segunda etapa de la conquista ideológica, terminó con las traducciones
a los pueblos indígenas, no interesó aprender el lenguaje de los nativos, en esta
etapa en nombre de la fe, se impuso enseñar el idioma español, se aperturaron
colegios y seminarios para criollos.
El capítulo tercero, referente a la educación en el México Independiente, el
autor a manera preliminar cita el acta de independencia del imperio mexicano y el
acta solemne de la declaración de la Independencia de la América Septentrional,
del primer documento resalta, el reconocimiento que la soberanía pertenece al
pueblo de México; la declaratoria de la Independencia de España, el derecho de la
Nación a constituirse del modo que más convenga y la integración de in modelo
formado con representantes que exterioricen su voluntad y determinen su destino
para velar por la felicidad de la Nación.
Del acta solmene de la declaración de la independencia de la América
Septentrional sobresale la declaratoria de disolución de la dependencia del trono
español, el reconocimiento de la religión católica, prohibiendo la profesión de
cualquier otra.
Otros ordenamientos retomados en este capítulo son la Constitución de
Apatzingan, las Leyes constitucionales de 1836 o Constitución de las siete leyes;
bases orgánicas; acta constitutiva y de reformas de 1847, Constitución de 1857.
En la Constitución de 1824, se establece el sistema federal, creándose los
estados o entidades federativas, la división de poderes, determinando las bases
de la organización de cada Poder.
El autor relata como después de una serie de desavenencias entorno a la
sucesió n presidencial en 1833, el doctor José María Luis Mora, impulsó en 1833
reformas en materia militar, eclesiástica y educativa, en esta última, se incautan
fondos piados de las Filipinas para destinarlos a la enseñanza, se creó la
Dirección de Instrucción Pública, seis instituciones de enseñanza superior, la
biblioteca nacional, las escuelas normales.
Al referirse a las Siete Leyes Constitucionales o Constitución de las Siete
Leyes, vigente de 1836 a 1843, se explica el cambio del sistema federal por uno
centralista, el territorio nacional se dividió en departamentos, correspondiendo a
las juntas departamentales establecer escuelas de educación básica, así como
dictar las normas relativas a la conservación y mejora de dichos establecimientos.
Como narra el autor, en este periodo se creó la dirección General de
Instrucción Primaria, además de establecerse la educación gratuita y obligatoria,
imponiendo el deber a los padres, tutores y protectores de huérfanos de enviar a
la escuela a los niños de siete a quince años.
En 1843, se expidió otra Ley Fundamental que en materia educativa creó el
Ministerio de Instrucción Pública, facultando a las Asambleas Departamentales a
iniciar leyes en todas las materias incluidas la educativa, crear fondos destinados
a los establecimientos de educación, fomentar la enseñanza pública.
La Constitución de 1857, consagró la libertad de enseñanza, determinó la
necesidad de leyes que determinaran las profesiones que requieren título para su
ejercicio, no obstante por las presiones religiosas se desconoce dicho
ordenamiento a través del Plan de Tacubaya.
Dentro de los antecedentes legislativos que se citan, encontramos las
Leyes de Reforma, proclamadas por Benito Juàrez, las cuales son:
a) Ley del 12 de julio de 1859, que estableció la naturalización de los bienes
eclesiásticos y su venta pública.
b) Ley del 23 de julio de 1859, por la que el matrimonio se seculariza
c) Ley del 28 de julio de 1859, que seculariza el registro del estado civil de
las personas (registro civil)
d) Ley del 31 de julio de 1859, por la cual la Iglesia católica deja de
administrar los cementerios
e) Ley del 11 de agosto de 1859, que suprimió varios días de fiestas
religiosas, además de prohibir la asistencia de los funcionarios a actos religiosos
con ese carácter
f) Ley del 4 de diciembre de 1860 (libertad de culto)
Es Juárez se comenta en la obra quien impulsó la educación laica al
expedir el 15 de abril de 1861 la Ley General de Instrucción Pública, con la Ley
Orgánica de Instrucción Pública del 2 de diciembre de 1867, se organizó la
educación bajo las bases de laicismo, gratuidad y obligatoreidad de la instrucción
primaria elemental.
En suma, el capítulo tercero es una recopilación histórico-legislativa del
México Independiente, en el que la educación dejó asunto reservado de la Iglesia.
En el cuarto capítulo, relacionado con las nociones elementales del
Derecho, inicia con un estudio de las relaciones sociales y las normas, entre ellas
las jurídicas, las cuales con cita al jurista Eduardo García Máynez, clasifica en dos
sentidos: lato sensu y stricto sensu, en el primer caso en sentido amplio, se aplica
a toda norma de comportamiento, obligatoria o no; y, restringido impone deberes
o confiere derechos.
Se hace referencia a otras normas no jurídicas, como las morales, sociales
y religiosas, las cuales tienen en común ser reglas de conducta o reguladores del
comportamiento del ser humano en sociedad, distinguiéndose por sus
características: unilaterales o bilaterales, internas o externas, autónomas o
heterónomas, coercibles o incoercibles.
Una vez analizadas las características de las normas, el escritor define al
derecho como: “un conjunto de normas jurídicas destinadas a regular la conducta
humana en sociedad, creadas por alguien distinto a su receptor y previstas de una
sanción para el caso de incumplimiento, teniendo como finalidad el logro de la
convivencia armónica de sus integrantes”
Continuando con el tema, el autor clasifica las fuentes del derecho en
formales, reales e históricas; haciendo hincapié en las fuentes formales:
legislación, costumbre, doctrina, jurisprudencia.
Sobre la legislación explica que legislar es crear leyes, lo cual se logra a
través del proceso legislativo, que es una serie de etapas por las que atraviesa la
formación de ley, éstas son las siguientes:
1. Iniciativa de ley
2. Discusión
3. Aprobación
4. Promulgación
5. Publicación
7. Vacatio legis
8. Entrada en vigor o inicio de vigencia
Cada una de estas etapas son definidas por el autor, quien continúa su
estudio al mencionar que las leyes se distinguen de los reglamentos porque las
primeras son creadas por el poder legislativo y las segundas por el ejecutivo, para
hacer este distingo cita a Rafael Rojina Villegas, quien sugiere un estudio formal y
material de las leyes y los reglamentos; así en sentido formal la ley se define
tomando en consideración que la elabora, por lo que materialmente la ley es toda
dispociòn de orden general, abstracto y obligatorio que dispone no para un caso
determinado, sino para situaciones generales, por lo que materialmente no hay
diferencias entre ley y reglamento, pero formalmente hay una clara distinción, la ly
es elaborada por el legislativo y el Reglamento por el Ejecutivo.
Al hablar de las leyes, menciona tres principios fundamentales: el de
supremacía constitucional (artículo 133 de la Constitución Federal); Irretroactividad
de la Ley (artículo 14 Constitucional) e Ignorancia de la Ley (artículo 21 del Código
Civil Federal).
Otras fuentes formales a las que se hace alusión en el texto son, la
costumbre, la doctrina y la jurisprudencia, temas en los que aborda al maestro
Eduardo García Maynez.
Finalmente existen algunas referencias a temas constitucionales como el
Poder Constituyente, las características, la composición de la Constitución
Mexicana, 136 artículos, distribuidos en nueve títulos.
Consuelo Rivera Hernàndez
Estudiante del Doctorado en Derecho Penal en la Universidad del Sur, campus Tuxtla