La Educación patrimonial como estrategia para la formación ciudadana

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31 CORREO del MAESTRO núm. 154 marzo 2009 La educación patrimonial COMO ESTRATEGIA PARA LA FORMACIÓN CIUDADANA * Valentina Cantón Arjona Entre estos conceptos deseamos destacar cua- tro que son de fundamental importancia para la formación ciudadana: la noción de identidad in- dividual y colectiva; el sentido de pertenencia a una familia, grupo, localidad, comunidad, nación o la humanidad; la idea de libertad como un pro- ceso de emancipación, es decir, la libertad enten- dida como proyecto realizable de soberanía y de no dominación, y, finalmente, el reconocimiento del valor supremo de la justicia como factor nece- sario para cualquier organización social saludable. El traslado de los conceptos de identidad, sen- tido de pertenencia, libertad y justicia (y otros subsidiarios como igualdad, equidad o toleran- cia) al trabajo en el aula no ha sido un proceso siempre exitoso. Con frecuencia, su enseñanza n los últimos años, se ha incrementado en diversos ámbitos académicos la reflexión y elaboración acerca de tópicos y concep- tos relacionados con la democracia y con la edu- cación política y ciudadana. De este modo, se ha destacado la importan- cia de conceptos y objetos de trabajo transdisci- plinarios que parten de una disciplina –por ejem- plo, la ciencia política o la psicología social– y migran hacia otros campos de la ciencia social y de la educación, como la formación ciudadana. Desde hace más de dos décadas, existe en Iberoamérica una creciente y renovada preocupación acerca de la formación moral y ciudadana; formación que se legitima a partir de sus finalidades democratizadoras. Desde 1999, se implantó en México la asignatura de formación cívica y ética en la escuela secundaria, y a partir de este año escolar (2008-2009) se ha incorporado en los seis grados de la escuela primaria. En los libros de texto gratuito que para esa asignatura produjo la Secretaría de Educación Pública (SEP) se incorporan, por primera vez, nociones básicas acerca de la educación patrimonial. El texto que a continuación presentamos ofrece elementos que permiten valorar la importancia de este novedoso campo de la educación. certidumbres E INCERTIDUMBRES e * Texto elaborado a partir de los conceptos presentados por la autora en el Taller sobre Patrimonio, realizado en la 3ª Reunión Iberoamericana de la Red de Escuelas Asociadas de la UNESCO/ REDPEA, Monterrey, noviembre 4 y 5 de 2008.

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31CORREO del MAESTRO ■ núm. 154 ■ marzo 2009

La educación patrimonialCOMO ESTRATEGIA PARA LA

FORMACIÓN CIUDADANA*

Valentina Cantón Arjona

Entre estos conceptos deseamos destacar cua-tro que son de fundamental importancia para laformación ciudadana: la noción de identidad in-dividual y colectiva; el sentido de pertenencia auna familia, grupo, localidad, comunidad, nacióno la humanidad; la idea de libertad como un pro-ceso de emancipación, es decir, la libertad enten-dida como proyecto realizable de soberanía y deno dominación, y, finalmente, el reconocimientodel valor supremo de la justicia como factor nece-sario para cualquier organización social saludable.El traslado de los conceptos de identidad, sen-

tido de pertenencia, libertad y justicia (y otrossubsidiarios como igualdad, equidad o toleran-cia) al trabajo en el aula no ha sido un procesosiempre exitoso. Con frecuencia, su enseñanza

n los últimos años, se ha incrementado endiversos ámbitos académicos la reflexióny elaboración acerca de tópicos y concep-

tos relacionados con la democracia y con la edu-cación política y ciudadana. De este modo, se ha destacado la importan-

cia de conceptos y objetos de trabajo transdisci-plinarios que parten de una disciplina –por ejem-plo, la ciencia política o la psicología social– ymigran hacia otros campos de la ciencia social y de la educación, como la formación ciudadana.

Desde hace más de dos décadas, existe en Iberoamérica una creciente y renovadapreocupación acerca de la formación moral y ciudadana; formación que se legitima a partir

de sus finalidades democratizadoras. Desde 1999, se implantó en México la asignatura de

formación cívica y ética en la escuela secundaria, y a partir de este año escolar (2008-2009)

se ha incorporado en los seis grados de la escuela primaria. En los libros de texto gratuito

que para esa asignatura produjo la Secretaría de Educación Pública (SEP) se incorporan, por

primera vez, nociones básicas acerca de la educación patrimonial. El texto que a continuación

presentamos ofrece elementos que permiten valorar la importancia de este novedoso campo

de la educación.

certidumbresE INCERTIDUMBRES

e

* Texto elaborado a partir de los conceptos presentados por laautora en el Taller sobre Patrimonio, realizado en la 3ª ReuniónIberoamericana de la Red de Escuelas Asociadas de la UNESCO/REDPEA, Monterrey, noviembre 4 y 5 de 2008.

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• Una idea de mundo como resultado de lacreación humana históricamente determina-da y orientada hacia el progreso moral ymaterial.

• Una idea de hombre como un sujeto que ha dereconocerse a sí mismo como una produccióncultural, capaz de historizarse e historizar elcolectivo a partir del cual se define como indi-viduo y de identificar en sus rasgos (raciona-lidad, aspiración a la libertad, tendencia a loóptimo, búsqueda de sentido o proyecto, labo-riosidad y capacidad amorosa) su naturalezahumana, su humanidad, compartida con elresto de los individuos de su especie.

• Una idea de educación que recoja y explicitecon claridad sus fines y principios (objetivosúltimos, valores y principios orientadores) yse articule en prácticas escolares a partir delas cuales se integren los aspectos pedagógi-cos teóricos y conceptuales con las compe-tencias a desarrollar, que han de ser, desdenuestro punto de vista, competencias para lavida terrenal (una vida con libertad, justiciay sentidos de identidad y pertenencia). Esdecir, una idea de educación en la que lateoría y la praxeología pedagógicas vayan dela mano, se sepan mutuamente necesarias ysean coherentes con la idea de mundo y dehombre que las orienta.

La articulación de estos elementos constituyeun modelo, un paradigma pedagógico. Los mo-delos, las teorías o los paradigmas pedagógicos(entendidos aquí como sinónimos) buscan darrespuestas y soluciones a su tiempo y su espa-cio, a su aquí y su ahora; pues de ello depen-derá su pertinencia y viabilidad. En la medidaen que dichos paradigmas sean sensibles y seacerquen a la universalidad de la tendencia a loóptimo de la condición humana, en esa medidatrascenderán la singularidad de su tiempo y suespacio, y se constituirán en modelos capaces

se basa en la repetición de contenidos abstractoso, en el mejor de los casos, en prácticas (másbien acciones) estereotipadas que no generanpor sí mismas los aprendizajes deseados. Pode-mos decir, incluso, que el significado de muchosde estos conceptos, de estas palabras, se ha des-gastado a fuerza de difundirlos sin ofrecer loselementos y los contextos indispensables pararealizar la apropiación y resignificación indi-vidual, como ocurre, por ejemplo, con la viven-cia cotidiana de la equidad de género o de laresolución pacífica de conflictos.Por otra parte, basándose en dichos concep-

tos, se plantea el desarrollo de competenciasciudadanas sin facilitar o promover que dichascompetencias1 puedan expresarse como la movi-lización de contenidos y la ejecución de unaacción, una respuesta, ante situaciones reales ycotidianas específicas. Y esto no augura una en-señanza tan fértil como la deseada.Desde nuestro punto de vista, son necesarias

categorías de mediación, conceptos a partir delos cuales sea posible derivar estrategias concre-tas de enseñanza-aprendizaje que movilicen loscontenidos para generar, tanto en los docentescomo en los alumnos, las actitudes, habilidades,destrezas y aptitudes que la formación y laacción ciudadana requieren. Estas estrategias de enseñanza-aprendizaje han

de ser expresiones de posiciones pedagógicasarticuladas en las que, además de constituirse apartir de sus categorías matriciales, es indispen-sable que se expresen, desde nuestro punto devista, los siguientes elementos:

Certidumbres E INCERTIDUMBRES

1 Entendemos competencia como: “La capacidad de actuar demanera eficaz en un tipo definido de situación, capacidad quese apoya en conocimientos, pero no se reduce a ellos […] lascompetencias ponen de manifiesto acciones que no son co-nocimientos en sí; éstas utilizan, integran, movilizan conoci-mientos”. Philippe Perrenoud, Construir competencias desde laescuela, J. C. Sáez editor, Santiago de Chile, 2003, pp. 7-8.

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de realizar la síntesis entre lo universal y lo sin-gular. Es decir, pueden constituirse en modelosque expresen y reconozcan la particularidad2 desu momento, y pongan esta particularidad alservicio tanto de su comprensión de las pasadasy futuras generaciones como de las necesidadesde formación de esos habitantes de otros tiem-pos y otros espacios.Es oportuno recordar aquí que un modelo

(una teoría o un paradigma pedagógico) delimi-ta y define sus objetos de estudio y sus propósi-tos, identifica y jerarquiza sus categorías de análi-sis y conceptos fundamentales, y desarrolla unametodología y formas de intervención específi-cas. Asimismo, establece su propia definiciónde educación, de escuela y de relación docente-alumno, y busca que estas definiciones dencuenta y sean pertinentes y oportunas a la reali-

dad temporal y espacial en que la acción educa-tiva se realiza. La validez de un modelo pedagó-gico depende, entonces, de su capacidad paracomprender y recoger los signos de su tiempo ypara ofrecer estrategias de formación que cons-tituyan soluciones y alternativas de vida.Cada generación reconoce sus propios pro-

blemas y se realiza como sujeto histórico en sumomento de creación-recreación del mundo. Hade enfrentar nuevas y diversas tensiones socialesy es por eso que requiere una revaloración y, ensu caso, redefinición de fines, principios y prácti-cas educativas en los que deposita su sentido detrascendencia y su sentido de continuidad comoespecie. Jacques Delors3 señala que las socieda-des contemporáneas enfrentan diversas tensiones,cuya comprensión es indispensable para su pro-yecto educativo. Entre ellas nos interesa destacar:

2 Veáse Valentina Cantón, 1+1+1 no es igual a 3. Una propuestade formación docente a partir del reconocimiento del particular,UPN, México, 1997.

Definiciones de educación patrimonial

La educación patrimonial es un proceso educativo permanente y

sistemático centrado en el patrimonio como fuente primaria de

conocimiento y enriquecimiento individual y colectivo.

La educación patrimonial es un instrumento de la “alfabetización cultural”*

que permite al hombre una lectura del mundo que le rodea, de su universo,

su tiempo y su espacio y orientar sus intervenciones.

La educación patrimonial es una estrategia para la formación

moral y ciudadana.

* En acuerdo con Simonne Teixeira, en su texto “Educación patrimonial: alfabetización culturalpara la ciudadanía”, Estudios Pedagógicos, vol. XXXII, núm. 2.

3 Jacques Delors (coord.), La educación encierra un tesoro, Correode la UNESCO, México, 1997.

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1. La tensión entre lo mundial y lo local. Siendomiembro de una comunidad o una nación, elhombre tiene que aprender a reconocersecomo ciudadano del mundo sin perder devista, con esto, su sentido de pertenencia a sulocalidad, comunidad o nación.

2. La tensión entre lo universal y lo singular. Auncuando forme parte de la aldea global, cadaindividuo debe procurar preservar su carác-ter personal, mantener sus tradiciones y vigi-lar que su cultura sea protegida.

3. La tensión entre la tradición y la modernidad.Afirmando su singularidad y autonomía, y lasingularidad y autonomía de los demás, cadahombre ha de estar abierto a los cambios y lastransformaciones que la era de la informacióny las nuevas tecnologías generan. Así, con lospies puestos en sus raíces, será capaz de aten-der y aprovechar el desarrollo técnico y cien-tífico a partir del cual puede mejorar sus con-diciones de vida y bienestar.

4. La tensión entre el largo y el corto plazo. Presade la modernidad, la mentalidad dominanteactual exige el acortamiento de los tiempos,la instantaneidad de las soluciones y tiendeal predominio de lo efímero, de ahí que lassoluciones que requieren tiempo y pacienciasean cada vez más desdeñadas, olvidandoasí la temporalidad necesaria de las grandesaportaciones y transformaciones sociales, cul-turales y materiales.

5. La tensión entre los valores materiales y los valo-res culturales y espirituales que dan sustento alas creencias, costumbres y tradiciones, formas deser y vivir de cada comunidad. Esta tensión seagudiza en aquellas sociedades orientadas alconsumo y el gasto irracional, en las que losvalores y adquisiciones materiales constitu-yen fetiches y símbolos de bienestar.

Estas tensiones ponen en juego la identidadindividual y colectiva, así como el sentido de per-tenencia de los miembros de las diversas comu-

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Certidumbres E INCERTIDUMBRES

Sustentos de la educación patrimonial

Sustentocultural

Educaciónpatrimonial

Sustentopedagógico

Sustentohistórico

Sustentoético

Sustentopolítico

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La educación patrimonial como estrategia PARA LA FORMACIÓN CIUDADANA

nidades. Pues, aunque conscientes de su diversi-dad y multiculturalidad, los miembros de las so-ciedades contemporáneas tienden cada vez mása homogeneizar sus sistemas de creencias, valoresy costumbres, y asimilarlos a los sistemas de creen-cias, valores y costumbres de las formas de vidaeconómicamente dominantes.Para enfrentar estas tensiones de manera exi-

tosa es necesario promover estrategias educati-vas capaces de ofrecer guías de valor a partir delas cuales los individuos evalúen y apoyen suselecciones y formas de inserción e inclusión social.Las guías de valor4 son producciones socio-

culturales creadas para promover y facilitar for-mas de vida individuales y colectivas orientadassegún valores. Existen distintas guías de valorentre las que podemos destacar:

a) Las ideas morales que se expresan a través demáximas, dichos, refranes y, desde luego, losvalores.

b) Las acciones orientadas a mejorar la conduc-ta humana y la reflexión sobre el sí mismo,por ejemplo, los apoyos psicológicos, las me-didas de higiene moral y mental como lameditación, las normas de higiene y la vidasaludable.

c) Los modelos o ejemplos que representan valo-res morales, por ejemplo, los héroes, los pro-tagonistas de acciones morales presentadas através de la literatura, el cine, el teatro, o lasbiografías de hombres y mujeres ilustres ovirtuosos.

d) Las pautas normativas que ofrecen reglas deacción, como las reglas de comportamiento,o las leyes y declaraciones como la de los De-rechos Humanos.

e) Las instituciones sociales que encauzan ygarantizan la vida y las relaciones entre losindividuos orientan la crítica, organizan ydan acción a la vida colectiva como la es-cuela, la familia, la prensa, las organiza-ciones civiles y los espacios de realizacióndel trabajo.

Estas guías de valor se aprenden por mediode los principales agentes socializadores comoson la familia, la escuela y los medios de comu-nicación, pues, gracias a ellos, las nuevas gene-raciones reconocen la importancia de valorescomo la justicia, la libertad, la equidad o la so-lidaridad, y realizan acciones concretas en lasque estos valores se encarnan.La formación moral y ciudadana (cívica y

ética) tiene como tarea generar y promoverestrategias educativas que, basadas en guías devalor, tiendan a desarrollar acciones que setransformen en competencias para la vida y laconvivencia. Por ello es indispensable generarpropuestas educativas, desarrollar campos detrabajo, teorías y paradigmas pedagógicos apartir de los cuales se deriven estrategias orien-tadas según las guías de valor que cada comu-nidad, o bien, la comunidad global, consideraútiles para el mejoramiento de su vida material,cultural y espiritual.5

Derivada de la visión educativa republicanaliberal (forjadora de los valores de justicia, igual-dad, libertad y fraternidad en la educación), laformación moral y ciudadana se define hoy comouna formación de sujetos capaces de ser y cono-cerse a sí mismos; capaces de conocer y cuidar suentorno cercano y lejano, y de acceder a los me-dios para alcanzar este conocimiento; capaces deconvivir con los demás de acuerdo con pactos y

4 Josep María Puig Rovira, La construcción de la personalidadmoral, Paidós, Barcelona, 1996.

5 Valentina Cantón y Mario Aguirre, Formación cívica y ética 1.Ser, conocer, hacer y convivir, Limusa, México, 2008, pp. 66.

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ordenamientos, y de reconocer en el trabajo, en elsaber hacer, la forma privilegiada de enlazamien-to social e individual y de generación de riquezacompartida.Este punto de vista de la formación ciudadana

hace de la apropiación de la cultura (entendidacomo producción históricamente determinada)la piedra de toque para el logro de los procesosidentitarios y del sentido de pertenencia. Es unapropuesta que, partiendo de la virtud suprema,el conocimiento de sí mismo, invita a cada indi-viduo a reconocer y reconocerse en su relacióncon los otros presentes, pasados y futuros; y aexpresar este reconocimiento –generador iden-titario y de pertenencia– mediante su capacidadde conservación, recreación y creación de pro-ducciones (materiales e inmateriales) para sucomunidad.En este sentido, la formación ciudadana ha de

basarse, fundamentalmente, en la movilizaciónde la memoria de lo que somos, a lo que pertenece-mos y de lo que como comunidad hemos sidocapaces de realizar. Es decir, la formación ciu-dadana se entiende aquí como una continua re-valoración y reactualización de nuestra herencia,nuestro patrimonio histórico, político y cultural.Por lo anterior, pensamos que una estrategia

adecuada para la formación moral y ciudadanaserá aquella que se derive del conocimiento, lavaloración, la conservación, el atesoramiento y,en su caso, la transformación del patrimonio;considerando que el patrimonio histórico y cul-tural de una comunidad puede constituirse ensu mejor guía de valor.Cuando hablamos del patrimonio cultural de

un pueblo, nos referimos, precisamente, a eseacervo de elementos culturales –tangibles unos,intangibles otros– que una sociedad determi-nada considera suyos y de los que echa manopara enfrentar sus problemas (cualquier tipo deproblemas, desde las grandes crisis hasta losaparentemente nimios de la vida cotidiana); para

formular e intentar realizar sus aspiraciones yproyectos; para imaginar, gozar y expresarse.6

Proveniente del latín patrimonium (lo que pro-viene del padre, lo que es del padre) y cercanoa patrimus (el que tiene padre),7 patrimonio se de-fine como los bienes que en herencia se recibendel padre. La noción de patrimonio significapara nosotros: lo que siendo del padre hoy esnuestro para entregarlo –haciendo función depadre– a los que están por venir.El patrimonio es una producción cultural a

partir de la cual podemos movilizar una acciónpedagógica dirigida a fortalecer la identidad, elsentido de pertenencia, el aprecio por lo propiorecibido como herencia y la capacidad para hacerde esa herencia un factor de enriquecimientopersonal y colectivo, y de progreso material ymoral de las sociedades.8

La educación patrimonial es un campo de laeducación que se centra en el patrimonio comoobjeto de estudio.Definimos educación patrimonial como la acción

educativa consciente, organizada y sistematizadadirigida a la formación de sujetos a partir delreconocimiento y la apropiación de su sustentocultural, histórico, político y ético-espiritual. Esdecir, a partir del reconocimiento de su particu-laridad y de la apropiación plena, subjetiva yemancipatoria de su cultura, entendida ésta comoun complejo sistema de valores, creencias, tra-diciones, costumbres y horizontes utópicos cons-titutivo y constituyente de bienes materiales yespirituales únicos, irrepetibles e históricamentedeterminados.

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Certidumbres E INCERTIDUMBRES

6 Guillermo Bonfil Batalla, “Nuestro patrimonio cultural: labe-rinto de significados”, en Florescano, El patrimonio nacional deMéxico, FCE/CONACULTA, México, s. d.

7 Vox Diccionario ilustrado latino-español, Bibliograf, Barcelona, 1984.8 Atendiendo a la definición de ‘progreso social’ de Adolfo Sán-chez Vázquez, Ética, Grijalbo, México, 1998.

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La educación patrimonial como estrategia PARA LA FORMACIÓN CIUDADANA

Esta visión de educación patrimonial se fundaen las siguientes consideraciones:

1. Es una característica de la naturaleza huma-na tender a lo óptimo y establecer horizontesde acción que se inclinen al mejoramiento desus condiciones de vida. El progreso moralde las sociedades es un ejemplo de esta carac-terística que, basada en los rasgos humanosfundamentales –razón, libertad, capacidadde comunicación y afiliación–, nos muestra lamanera en la que la sociedad humana tienecomo horizonte ético generar (aunque enocasiones parezca que sufre de retrocesos)formas de convivencia cada vez más inclu-yentes, justas, libres e igualitarias. En dichohorizonte reside su eticidad.9

2. Esta tendencia del género humano a lo óp-timo es el motor de todos sus esfuerzos y de todas las formas y producciones patrimo-niales, entre ellas, la educación, que defini-mos como “el principio mediante el cual la comunidad humana conserva y transmite supeculiaridad física y espiritual. La educaciónno es una propiedad individual, sino quepertenece, por esencia, a la comunidad”.10 Pro-piedad, herencia, que cada generación –enfren-tando los riesgos que ponen en peligro susupervivencia física y cultural– recibe, afirma,niega, sintetiza y transforma para, a su vez,transmitirla a quienes están por venir.

El patrimonio, entendido en su especificidadde objeto de estudio y en su potencialidad como

10Werner Jaeger, Paidea, FCE, México, 1992, p. 3.

9 María Teresa Yurén, Eticidad, valores sociales y educación, UPN,México, 1995.

El sujeto y el patrimonio

Necesidadepistémica

Sujeto y supatrimonio

Cuidado desí mismo

Vocaciónpolítica

Sentido detrascender

Capacidadcreativa

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categoría de mediación, constituye en sí mismoun objeto transdisciplinario (para su ataque ycomprensión se recurre a disciplinas y camposde trabajo como la historia, la geografía, la an-tropología, la arqueología, la etnología, la arqui-tectura o la historia del arte) cuyo manejo obligaal desarrollo de una pedagogía ad hoc.Por ello, de la reflexión acerca del patrimonio

podemos derivar saberes y métodos transdisci-plinarios abiertos a la búsqueda de la transver-salidad en los contenidos de la enseñanza.La preocupación actual por el manejo res-

ponsable, la conservación, el atesoramiento y la explotación racionales del patrimonio (comu-nitario, nacional o mundial) hoy lo coloca comoun objeto privilegiado para la problematizaciónmoral –como constitutivo de un campo de pro-blematización moral– que exige de los individuosdecisiones y acciones sustentadas sólidamenteen principios éticos y de convicción ciudadana.Así, la noción de patrimonio constituirá, ademásde un objeto de estudio, una categoría de me-

diación entre los cuatro conceptos mencionados(identidad y pertenencia,11 libertad y justicia, ylas nociones a éstas relacionadas) y la formaciónciudadana.Por todo lo anterior, afirmamos que la noción

de patrimonio, entendida en su más amplia acep-ción de cosa pública que a todos atañe y pertenece–además de un objeto de estudio transversal,legitimado por la producción multidisciplinariay transdisciplinaria en que se sostiene y que ge-nera–, es un pretexto y una estrategia más quefructíferos para la formación de las jóvenes con-ciencias ciudadanas. Y esto revela la importan-cia de promover hoy la educación patrimonial y el motivo de su inclusión en los nuevos librosde texto gratuito de Formación cívica y ética parala primaria recientemente presentados por laSecretaría de Educación Pública.

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Certidumbres E INCERTIDUMBRES

11 Adela Cortina, Ciudadanos del mundo. Hacia una teoría de la ciu-dadanía, Alianza Editorial, Madrid,1998.

Diagrama sobre lanoción de patrimonio.Página tomada del librode texto gratuitoFormación cívica y ética.Tercer grado. Primaria.