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V Simposio Internacional de la Historia de la Electrificación
La electricidad y la
transformación de la vida urbana y social
Évora, 6-11 de mayo de 2019
La electricidad y la transformación de la vida urbana y social, 2019, p. 496-526
LA ELECTRIFICACIÓN DE LA VIDA COTIDIANA COMO
FACTOR DE ESTRATIFICACIÓN SOCIOECONÓMICA Y
SEGREGACIÓN RESIDENCIAL URBANA. VIÑA DEL MAR-
CHILE A COMIENZOS DEL SIGLO XXI
Carlos Eduardo Valdebenito Valdebenito Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
En las investigaciones científicas que se han preocupado de la diferenciación socioeconómica
del espacio residencial en las ciudades latinoamericanas, en general, y chilenas, en particular,
se ha invisibilizado el operar del factor bienes disponibles en el hogar para apoyar su vida
doméstica cotidiana, entre ellos los eléctricos, en la segmentación socioeconómica de éstos y,
consecuentemente, en su operar en la segregación residencial de tipo socioeconómica1. Ello, a
pesar de que las estadísticas oficiales, en especial aquellas que se construyen a partir de los
censos de población y de viviendas, levantados entre la última década del siglo XX y la
primera del siglo XXI, aunque de manera incipiente, lo han considerado en sus instrumentos
de recolección de datos y en sus informes de estratificación socioeconómica2.
Los indicadores usados de manera más recurrente para distinguir y estratificar la condición
socioeconómica estructural de los hogares y, a través de ello, observar y distinguir la
diferenciación y/o segregación social del espacio residencial urbano en este ámbito, han sido
el tipo de ocupación, el nivel de educación del jefe de hogar3 y las condiciones materiales
estructurales de las viviendas4. Todas ellas, ya sea de manera univariante o combinada, son
usadas como aproximación a los ingresos del hogar5.
1 Valdebenito, 2011. 2 Instituto Nacional de Estadísticas, 1992; 2002. 3 En mi trabajo de investigación en este campo lo he hecho así también (Valdebenito, 2014; 2016; 2017; 2018). 4 Se hace referencia aquí a la materialidad de su envolvente y al acceso a las redes públicas de saneamiento
urbano básico (agua potable, electricidad y alcantarillado). 5 Principal factor de estratificación socioeconómica en las sociedades capitalistas neoliberales, pero que no está
disponible en los censos de población, principal fuente de dato de las investigaciones de los fenómenos de
diferenciación y de segregación residencial de tipo socioeconómico.
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El modelo neoliberal que se ha implementado en Chile, con particular énfasis y extremismo,
para enfrentar los desafíos de su desarrollo, situación que lo constituye en un caso “ejemplar”
no solo en Latinoamérica y El Caribe sino en el mundo, es un contexto explicativo, de que
sean las investigaciones de mercado en el campo de las empresas privadas de marketing
urbano, los LAS que más han aprovechado las bases de datos públicas de los censos de
población y de viviendas, para construir tipologías de hogares de mayor complejidad en
función de aproximarse a sus niveles de ingresos6. Variable validada en este campo de
estudio, como condicionante del comportamiento de consumo de los hogares, principal
preocupación de esta industria nacional e internacional.
Es la temática del V Simposio Internacional de Historia de la Electrificación, La electricidad
y la transformación de la vida urbana y social, la que me lleva a revisitar mis investigaciones
en este campo de estudio, buscando describir el operar de la disponibilidad de bienes o
artefactos eléctricos de apoyo a la vida doméstica cotidiana por parte de los hogares, como
factor de estratificación socioeconómica y de segregación residencial del espacio urbano.
Lo que buscamos contrastar es que, si bien, la red pública de electricidad en las ciudades
metropolitanas chilenas, han alcanzado en los últimos veinticinco años coberturas sobre el
noventa y cinco por ciento7, el uso de éstas en apoyo a diversas y significativas tareas
domésticas cotidianas, se constituirían en factores de segmentación socioeconómica de sus
hogares y de diferenciación social de su espacio residencial.
El caso de estudio es la ciudad de Viña del Mar, de aproximadamente 350 mil habitantes8,
nodo del Gran Valparaíso, una de las tres áreas metropolitanas reguladas de Chile, de
aproximadamente un millón de habitantes. Esta decisión, se fundamenta en la posición
aventajada de esta ciudad, en el contexto de su área metropolitana y del país, en relación a los
indicadores con que se mide oficialmente el nivel de bienestar en nuestro país, siendo,
además, una de las ciudades más desiguales socialmente9, también desde las estadísticas
oficiales.
En términos temporales, la investigación concentra su preocupación en la década intercensal
1992-2002. Decisión que tiene tres fundamentos, a saber: 1. Es la primera década de la
transición política post dictadura, en que junto a la implementación de una política del
pasado10, se consolida el modelo económico neoliberal, aunque ajustado11, que tiene en el
acceso prácticamente universal al crédito, bajo diversas formas, uno de sus componentes
estructurales12; 2. Los cuestionarios de ambos censos de población y de viviendas incorporan
preguntas en relación a los artefactos eléctricos de uso doméstico. Lo que no acontece ni en
los censos anteriores ni en el último de 2017, de carácter abreviado; y 3. Ambos censos, lo
que también no acontece ni antes ni después, permiten, a través de un software desarrollado
por el Centro Latinoamericano de Demografía, CELADE, deconstruir las bases de datos
censales y reconstruirlas en función de unidades de análisis espacial más significativas en
términos de las geografías, física y humana, del universo urbano en estudio.
6 En el caso de Chile, la empresa que ha liderado estos tipos de estudio es ADIMARK, perteneciente al Grupo
internacional GfK. 7 Ministerio de Desarrollo Social, 2016. 8 INE, 2018. 9 Valdebenito, 2014. 10 Ruderer, 2010. 11 Garreton, 2012. 12 Larrain y Vergara, 2001.
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Como lo he señalado en otros artículos producidos en la última década13, en América Latina y
El Caribe, en general y Chile, en particular, los estudios en torno a la diferenciación y/o
segregación residencial de tipo socioeconómica tiene una muy corta trayectoria, si lo
comparamos con lo acontecido en Europa y en Estados Unidos. El contexto explicativo de
esta situación, tiene dos pilares fundamentales, uno de carácter técnico-institucional, y otro de
orden disciplinario.
En el orden técnico-institucional, hacemos referencia, por una parte, a la acotación de los
estudios sobre la base de datos censales, dado su costo, el tiempo demandado y el dominio
exclusivo de éstas por parte de las oficinas e institutos nacionales de estadística, a temas
definidos por el gobierno nacional, a escala de país y de territorios administrativos mayores,
trayendo como correlato, que a los investigadores les resultara muy difícil acceder a
tabulaciones específicas adicionales14.
La disposición universal de las bases de datos de los censos de población y de viviendas y de
la aplicación informática REDATAM©, desarrollada por el Centro Latinoamericano y
Caribeño de Demografía (CELADE), que es la División de Población de la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe, (CEPAL), de Naciones Unidas, a partir de la
segunda mitad de la década de los ochenta del siglo pasado15, es el dintel de los estudios en la
región sobre diferenciación y/o segregación socio-residencial de las ciudades, en especial de
las áreas metropolitanas mayores o capitales16.
El giro culturalista que se registra en las ciencias sociales en general y en las investigaciones
científicas que tienen como objeto de estudio la geografía social de las ciudades17, en
particular, casi en el mismo período en que se abren estas nuevas oportunidades de uso y
aprovechamiento científico de las bases censales disponibles en América Latina y El Caribe, a
mi juicio es el segundo pilar, de carácter disciplinario, del contexto explicativo de la
trayectoria tardía de este tipo de estudios en la región.
La estratificación socioeconómica de los hogares urbanos en América
Latina y Chile
Tanto organismos internacionales preocupados por el desarrollo económico y social18 como
diversas disciplinas científicas19, se han abocado a la tarea de estratificar
socioeconómicamente a la población, siendo los ingresos la variable más validada para ello,
dada su relación estadísticamente significativa “con el nivel de vida de un hogar determinado,
su grado de vulnerabilidad a la pobreza y, por ende, con la manera en que enfrentan las
fluctuaciones económicas”20.
Un modo de segmentación socioeconómica, que se funda en una perspectiva sociológica de
distinguir un sistema de ocupaciones “de gran simbolismo social y, en consecuencia, de
13 Valdebenito, 2011; 2014; 2017. 14 CELADE/CEPAL, 2018. 15 CEPAL/CELADE, 2018. 16 Valdebenito, 2011. 17 Philo, 1999; Capel, 2002. 18 Refiero aquí, principalmente, al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, y a la Comisión
Económica para América Latina y El Caribe, CEPAL. 19 En especial la Sociología y la Economía. 20 AIM CHILE, 2018.
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diferenciación social”21, se formaliza en el constructo pirámide de ocupación o estratificación
social. Como lo reseña Rodriguez Jaume (2000), este constructo, “denota el sistema de
organización y transmisión de factores de desigualdad de una sociedad, en virtud del cual las
ocupaciones se agrupan en estratos superpuestos de acuerdo con ciertos principios de
distribución de algunos bienes escasos”.
En el marco de este modo de distinción, la jerarquización de estratos sociales ha sido muy
variable, llevando a algunos autores a señalar su dependencia de la ecuación personal del
investigador22. Si a ello, sumamos la falta de transparencia en muchos de los estudios en
relación a los criterios aplicados en la estratificación así como su proceso de
operacionalización, estos débitos metodológicos se ven difíciles de superar. Una de las
clasificaciones, construida desde este enfoque y que hace visible sus decisiones, es la
elaborada por Amando de Miguel (1974), presentada en su libro Manual de Estructura Social
de España23.
Distingue cuatro estratos, a saber: 1. Alto, que considera a los directivos y terratenientes; 2.
Medio, que considera a los técnicos medios, artesanos, comerciantes y agricultores; 3. Bajo
no manual, que considera a los administrativos y trabajadores de los servicios; 4. Bajo manual
y agrario, que considera a los obreros calificados, los peones, los trabajadores calificados y
los jornaleros.
En la región, la ocupación de los jefes de hogar, es la más utilizada como proxy al nivel de
ingreso de los hogares y, desde allí, a su clasificación socioeconómica. De hecho, este modelo
ha sido recurrentemente utilizado en estudios de segregación socioeconómica en ciudades
latinoamericanas y chilenas24. El fundamento de esta decisión, es que esta variable presentaría
una mayor estabilidad y correlación para la predicción del nivel socioeconómico en el tiempo,
ya que las ocupaciones son relativamente permanentes en niveles de ingresos determinados, y
no presenta desfases como ocurre, por ejemplo con la variable nivel de educacional25. Aunque
siendo el empleo una de las variables más sensibles a las crisis económicas, que de manera
recurrente observamos en América Latina y El Caribe, en determinados períodos podría
conllevar sesgos, tanto de cobertura como de contenido.
Las tipologías de estratificación que emergen con este modelo son cinco26, a saber: 1. Estrato
Alto, que considera las siguientes ocupaciones: i. Directores o gerentes de departamentos de
producción y operaciones; ii. Otros directores de departamentos (se incluyen subdirectores o
subgerentes); iii. Médicos y profesionales afines (excepto el personal de enfermería y
obstetricia) y iv. Profesionales del Derecho; 2. Estrato Medio-Alto, que considera las
siguientes ocupaciones: i. Miembros de los poderes ejecutivo y legislativo; ii. Personal
directivo de la administración pública y iii. Profesionales de nivel superior; 3. Estrato Medio,
considera las siguientes ocupaciones: i. Profesionales de nivel medio; ii. Empleados de
oficina; ii. Trabajadores de los servicios y iii. Vendedores de comercio y mercado; 4. Estrato
Medio-Bajo, que considera las siguientes ocupaciones: i. Trabajadores calificados
agropecuarios y pesqueros; ii. Oficiales, operarios y artesanos de artes mecánica y otros
oficios y iii. Operadores de instalaciones y máquinas y montadoras; 5. Estrato Bajo, que
21 Rodríguez, 2000. 22 Rodriguez, 2000. 23 Rodriguez, 2000. 24 Sabatini et al., 2001; Valdebenito 2011. 25 Cerda, J. et al. 2004. 26 Sabatini et al., 2001.
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considera las siguientes ocupaciones: i. Vendedores ambulantes y afines; ii. Limpiabotas y
otros oficios callejeros; iii. Personal doméstico y afines; iv. Limpiadores, lavanderos y
planchadores; v. Conserjes, lavadores de ventanas y afines; vi. Mensajeros, mozos de
equipaje, porteros y afines; vii. Recolectores de basura y afines; viii. Peones agropecuarios,
forestales, pesqueros y afines; ix. Peones de la minería y la construcción; x. Peones de la
industria manufacturera y del comercio y xi. Peones del transporte.
En Chile, en el campo de la estratificación socioeconómica desde los estudios de mercado, un
hito significativo lo constituye, a mediados de la década de los ochenta del siglo pasado, la
adopción por parte de la naciente Asociación de Investigadores de Mercado, AIM, de los
criterios de clasificación propuestos por la Sociedad Europea de Opinión e Investigación de
Mercados27.
A partir de una encuesta a una muestra de hogares del área metropolitana de Santiago, se
estableció una tipología socioeconómica que distinguía cinco grupos con una distribución
específica, a saber, ABC1 (10%), que representa a los estratos alto y medio-alto; C2 (20%),
que representa al estrato medio-medio; C3 (25%), que representa al estrato medio-bajo; D
(35%), que representa a los vulnerables y E (10%), que representa a los pobres28.
Complementariamente, se definió un protocolo de clasificación para aplicar en las encuestas
de hogares en comento, donde predominaban las características de vivienda y su entorno,
posibles de ser observados en el trabajo de campo.
En la década de los noventa, con la emergencia de las encuestas telefónicas y el abandono del
trabajo de observación directa, se definen nuevos procedimientos de clasificación. Así
comparecen en los estudios variables como el nivel educacional y la ocupación del principal
sostenedor del hogar y la tenencia de determinados bienes29.
En la primera década del siglo XXI, dada la disponibilidad universal de los datos del censo de
población y de viviendas del año 2002 y del software REDATAM, la AIM desarrolló un
nuevo protocolo metodológico para estimar adecuadamente el nivel socioeconómico de cada
hogar del país, que combinaba las variables nivel educacional del jefe de hogar y número de
bienes disponibles en el hogar, lo que posibilitó, por primera vez, georreferenciar la
clasificación.
La AIM, estudió exhaustivamente la escala de medición educacional contenida en el Censo y
la parrilla de todos los bienes medidos, incluyendo análisis multivariables y salidas a
comprobación en el terreno.
El resultado es un modelo simple, fácilmente aplicable a los datos censales, pero también a
encuestas en terreno o telefónicas, a bases de datos de clientes, estudios sociales, entre otros.
Las variables e indicadores utilizadas por el modelo de medición del nivel socioeconómico
por hogar son: 1. Nivel educacional del jefe de hogar: sin estudios, básica incompleta, básica
completa, media incompleta, media completa, técnico incompleto (1 a 3 años), universitario
incompleto o técnico completo, universitario completo o más; 2. Tenencia de bienes. Se
seleccionó un conjunto de 10 bienes, de los más de 20 que registra el censo. Se eliminó bienes
que no relacionaban linealmente con el nivel sociocultural de los hogares, bienes
27 AIM Chile, 2018. 28 AIM Chile, 2018. 29 AIM chile, 2018.
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idiosincráticos como botes y motos, o bienes donde se observara muy poca varianza inter-
hogares. Los bienes seleccionados son: ducha, microondas, tv color, internet, automóvil
particular, computador, refrigerador, lavadora, calefón, tv cable o satelital.
El modelo genera los Niveles Socio Económicos a partir de la combinación de las dos
variables básicas (cuadro 1).
En la segunda década del presente siglo, diversas han sido las críticas30 que ha tenido este
modelo de clasificación socioeconómica, lo que ha llevado a sus autores a proponer su
modificación, eliminando de la matriz el indicador bienes disponibles en el hogar e
incorporando, además del nivel de educación y la ocupación del principal sostenedor del
hogar, el número de miembros del hogar y los tramos de ingreso autónomo per cápita
equivalente, que si bien más precisa y pertinente, su utilización “reducida”31 en los estudios
de diferenciación y/o segregación residencial de tipo socioeconómica, recién se podrá probar
en la ronda censal de la próxima década.
Cuadro 1. Método de estratificación socioeconómica de los hogares
Nivel de estudios aprobados
por el jefe o la jefa de hogar
Cantidad de bienes disponibles en el hogar
(Ducha + TV Color + Refrigerador + Lavadora + Calefón + Microondas
+ TV Cable o Satelital + PC + Internet + Vehículo)
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Sin estudios E E E E E D D D D C3 C3
Básica incompleta E E E E E D D D C3 C3 C3
Básica completa E E D D D D D C3 C3 C3 C3
Media incompleta D D D D D D D C3 C3 C3 C2
Media completa D D D D C3 C3 C3 C3 C2 C2 C2
Técnica incompleta C3 C3 C3 C3 C3 C2 C2 C2 C2 C2 ABC1
Técnica completa o universitaria incompleta C3 C3 C3 C3 C3 C2 C2 C2 C2 ABC1 ABC1
Universitaria completa o más C3 C3 C3 C3 C3 C2 C2 C2 ABC1 ABC1 ABC1
Fuente: AIM, 2004.
El estudio de la segregación residencial en América Latina y Chile
Si bien con énfasis, propósitos y producción disímil la investigación del fenómeno de la
segregación residencial sigue estando en la agenda de las ciencias sociales en Europa, Estados
Unidos y Latinoamérica.
En cuanto a los factores que operarían como diferenciadores de grupos de población y que
tendrían una cristalización territorial, desde las investigaciones en torno a la segregación
residencial, se distinguen principalmente dos componentes, a saber: i. Socioeconómica,
relacionados con ingreso, educación y condiciones materiales de vida. Dimensión, en donde
30 Entre éstas destacan: 1. Su insensibilidad a cambios estructurales, al mantener fija la proporción de los
estratos. Lo que, en el caso de Chile, es muy significativo, dado que ha experimentado desde inicios de la década
de los 90 hasta nuestros días, transformaciones socioeconómicas y demográficas de alto impacto en los ingresos
de los hogares; 2. Problemas de actualización; 3. Devaluación de los indicadores económicos, sociales, de flujo y
stock, que se consideraban buenos estimadores de una variable latente que era el nivel socioeconómico (AIM,
2012). Devaluación, que se fundamenta en la pérdida de su capacidad discriminante, dada la expansión del
acceso a bienes y servicios, posibilitada por una mayor oferta financiera, que se profundiza en el cuerpo general
del artículo. 31 Al no poder incorporar la variable tramos de ingreso autónomo per cápita equivalente.
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cabrían las distinciones que nos preocupan en torno a los artefactos eléctricos de uso
doméstico; y, ii. Bio-socio-cultural, relacionadas con el color de piel, el idioma, la
nacionalidad, la etnia, la religión, la casta32.
En América Latina y en Chile, la centralidad ha estado en la segregación de tipo
socioeconómica33. Aunque a partir de la segunda mitad de la primera década del siglo XXI, en
Chile, ante la emergencia del fenómeno de la migración internacional y la movilidad
residencial interregional e intercomunal, se registran también publicaciones de estudios sobre
la segregación de grupos inmigrantes34.
Desde un punto de vista sociológico, como refiere Rodríguez Vignoli, la segregación significa
la ausencia de interacción entre grupos sociales, mientras desde un punto de vista geográfico,
la segregación significa desigualdad en la distribución de los grupos sociales en el territorio35.
Un aspecto no menor en la discusión y el análisis de la concurrencia o no de este fenómeno,
dice relación con la escala espacial utilizada para su mensuración en la ciudad36. Al no existir
consenso en torno a un parámetro, preciso y universal, en este sentido, la decisión tiende a
fundamentarse en consideraciones de orden pragmático asociadas a la disponibilidad de los
datos básicos o la oportunidad de su acceso. En este contexto, se demanda transparencia en la
presentación tanto de la unidad de análisis como de los criterios considerados en la adopción
de esta decisión metodológica, dado su alto impacto en los resultados y en la interpretación de
éstos.
En las publicaciones que centran su atención en el cambio de escala de la segregación
residencial de tipo socioeconómica, en la ciudad de comienzos del siglo XXI, se distingue una
reducción de su manifestación37. Disminución que tiene como antecedentes explicativos el
funcionamiento del mercado inmobiliario y de suelo, las políticas públicas de vivienda y
urbanización y los movimientos migratorios al interior de la ciudad como correlato del
funcionamiento del mercado del trabajo38.
Diversos estudios e investigaciones han indagado en torno a los barrios de la ciudad que se
encuentran en una situación desfavorecida tanto por las características de su población
residente como por las condiciones de habitabilidad de sus viviendas39. La relación dialógica
entre ambas dimensiones del desfavorecimiento urbano y su impacto negativo en las
posibilidades de desarrollo, actual y potencial, de sus residentes, se ha postulado en las
conclusiones de estos diversos esfuerzos investigativos 40. Esta preocupación por los efectos
sociales de la segregación residencial de tipo socioeconómica y por los barrios desfavorecidos
como una de sus manifestaciones arquetípica, que justifica la importancia creciente por su
estudio41, se inscribe en cuatro perspectivas teóricas: i, las teorías de los efectos de barrio; ii,
32 Rodríguez, 2001. 33 Groisman, 2009; Kaztman y Queiroz Ribeiro, 2008; Sabatini et al., 2008; Sabatini, 2004; Vasconcelos, 2004;
Rodríguez y Arriagada, 2004; Rodríguez, 2001. 34 Schiappacasse, 2008. 35 Rodríguez, 2001. 36 Sabatini et al, 2001 y 2008. 37 Sabatini et al., 2008; Garín et al., 2009. 38 Garín et al., 2009. 39 Egea et al., 2009. 40 Egea et al, 2009; Flores, 2006; Alguacil, 2006; Arias, 2005; Kaztman, 1999; Sabatini et al, 2001; Casaravilla,
2001, entre otros. 41 Garín et al., 2009.
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la perspectiva de la geografía de las oportunidades; iii, las teorías de género y iv, las teorías de
la aglomeración42.
En los estudios analizados en relación a la segregación residencial de tipo socioeconómica, se
observa la aplicación de una diversidad de indicadores para su mensuración. Los que más
prevalecen son aquellos que se orientan a mensurar: i. La dimensión de igualdad: índice de
segregación e índice de disimilitud43; ii, la dimensión de interacción: índice de aislamiento44 e
índice de interacción45; iii, la dimensión de concentración: índice delta46; y iv, la dimensión de
centralidad: índice de centralización47.
El acceso al crédito de consumo como mediación del acceso a los bienes de
apoyo a la vida doméstica cotidiana
A mediados de la década de los 70 del siglo pasado en Chile, post golpe cívico-militar, se da
inicio a un proceso de reforma estructural de la economía, que tiene en el desarrollo del
mercado financiero y en la pérdida de protagonismo del Estado en este campo, sus pilares
fundamentales48. Ello, trae asociado, por una parte, la liberalización de las tasas de interés y,
por otra, la eliminación de criterios sociales de selectividad en la asignación del crédito, que
eran signados como el contexto explicativo del déficit fiscal, hiperinflación y recesión
económica que se habría experimentado en el gobierno de la Unidad Popular, a juicio de la
nueva élite económica gobernante49, construcción argumental que se fundaba en los
planteamientos de los economistas de la Universidad de Stanford Edward Shaw50 y, en
especial, Ronald McKinnon51, que el año 1973, llegaron de manera independiente al
constructo “represión financiera” para informar de aquellas decisiones de política pública en
el campo financiero que obstaculizaban el crecimiento económico en países subdesarrollados.
Reformas que no tenían parangón en ningún otro país de Latinoamérica y El Caribe, ni a nivel
mundial, en donde lo que prevalecía en los mercados financieros era una significativa
participación de las autoridades gubernamentales, lo que se traducía en control sobre las tasas
de interés y sobre la asignación del crédito52. Dos indicadores financieros evidencian la
originalidad e impacto de estas transformaciones en la economía chilena, en el contexto de la
región, que tienen entre fines de los ochenta y la década de los noventa del siglo XX, post
dictadura, su época de mayor apogeo, como lo reseña un documento oficial del Banco Central
de Chile53, a saber, la razón de créditos colocados por bancos comerciales en relación al PIB
42 Flores, 2006; Garín et al., 2009. 43 Duncan, Duncan, 1955. 44 Bell, 1954. 45 Bell, 1954. 46 Duncan et al., 1961. 47 Duncan, Duncan, 1955. 48 Reinstein, A. y Rosende, F., 2001. 49 Reinstein, A. y Rosende, F., 2001. 50 Shaw, E., 1973. 51 McKinnon, 1973. 52 Reinstein, A. y Rosende, F., 2001. 53 Gallego, F. y Loaiza, N., 2000.
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se aproximó al 50 por ciento en 199554 y, ese mismo año, la capitalización del mercado
accionario como porcentaje del PIB llegó al 105 por ciento55.
El impacto más significativo de esta transformación del sistema financiero en la vida
cotidiana se manifiesta en la modificación generalizada de las prácticas de consumo de los
hogares, pero en especial de los sectores medio-bajo y bajo56, facilitada por el acceso al
endeudamiento a través de agentes crediticios no bancarios, en especial del sector del retail57.
Entre los datos oficiales que evidencian lo dicho, provenientes de la Superintendencia de
Bancos e Instituciones Financieras, SBIF, destaca el incremento de las tarjetas de crédito no
bancarias vigentes, de 1,3 millones que se registraban en 1993 a aproximadamente 8,7
millones registradas una década después58. Mientras la tasa de crecimiento anual de la
población nacional observada en la década en estudio es de 1,35 por ciento59, la tasa de
crecimiento anual de las tarjetas de crédito no bancaria vigentes, en el mismo período, es de
18,6 por ciento60.
Entre los factores asociados a esta modificación de las prácticas de consumo y de
endeudamiento de los hogares, cuatro destacan por ser significativas a la luz de este artículo, a
saber: i, la incorporación de nuevos agentes en la otorgación de créditos de consumo; ii, la
incorporación de nuevos sujetos de créditos de consumo hasta ese momento excluidos del
sistema financiero formal por su condición socioeconómica; iii, la ampliación de la cobertura
de bienes y servicios cotidianos disponibles para acceder a su consumo a través del crédito; y
iv, la autonomía del consumo del ingreso autónomo en los hogares.
En términos de la incorporación de nuevos agentes en el otorgamiento de créditos de
consumo, en el período en estudio, a la tradicional participación de los bancos, se incrementa
significativamente la participación de otros agentes no bancarios, a saber, compañías de
seguro, cajas de compensación, cooperativas de ahorro y crédito, y, en especial, como se
refería en párrafo precedente, la industria del retail61.
La ampliación de los agentes de crédito, no sólo aporta a la universalización del acceso a los
créditos de consumo, sino y sobre todo, a su segmentación socioeconómica. Mientras los
bancos se constituyen en los agentes de créditos de consumo, disponibles y preferidos, de los
grupos socioeconómicos alto y medio-alto, la industria del retail es prácticamente la única
disponible para los estratos medio-bajo y bajo62. Situación de segmentación socioeconómica
de los créditos de consumo que se mantiene hasta nuestros días63.
54 Gallego, F. y Loaiza, nº 2000. 55 Loaiza et al.., 1997. 56 Ossandón, 2012. 57 Como lo refieren los economistas de la Fundación Sol (Durán y Kremerman, 2008), de “acuerdo a los distintos
formatos o canales de venta que existen, el retail podría clasificarse en: i. Supermercados; ii. Grandes Tiendas;
iii. Ferreterías; iv. Farmacias y Perfumerías; v. Comercio Tradicional; vi. Consumo Local y vii. Otros formatos”. 58 Montero y Tarziján, 2010 citado por Ossandón, 2012. 59 Elaboración propia en base a datos oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas (INE, 2004). 60 Elaboración propia en base a datos oficiales de la Super Intendencia de Bancos e Instituciones Financieras
(SBIF, 2009). 61 Barros, 2012 en Ossandón, 2012. 62 Barros, 2012 en Ossandón, 2012. 63 Cabe destacar también que, en la primera década del siglo XXI, las grandes empresas del retail, constituyeron
entidades bancarias, diversificando la estratificación socioeconómica de su oferta asociada a los créditos de
consumo (Colodro et al., 2009).
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Si bien, a través de la transformación del sistema financiero, los grupos poblacionales
estratificados socioeconómicamente como medio-bajo y bajo, tradicionalmente excluidos
dada su condición, logran integrarse al mercado formal de los créditos de consumo, ello, no
quiere decir, que antes estos grupos poblacionales no accedían a otras formas de
financiamiento de su vida cotidiana más allá de sus ingresos autónomos, sino que estas
formas, en modo de transferencias monetarias estatales y/o informales, solo abarcaban bienes
y servicios básicos o mínimos para la sobrevivencia64. Lo que se evidencia es una ampliación
de la cobertura, cuantitativa y cualitativa, de bienes y servicios a los que pueden acceder a
través del crédito formal.
Tanto los datos oficiales65, como las prácticas financieras de estos nuevos sujetos de crédito,
estratificados socioeconómicamente en los niveles medio-bajo y bajo66, informan de la
independencia del consumo del ingreso autónomo, como correlato de la emergencia y
consolidación del fenómeno social del endeudamiento. Fenómeno, que si bien no cristaliza ni
se concentra de manera exclusiva en estos estratos socioeconómicos, el alza significativa del
crédito otorgado por la industria del retail, lo particulariza67.
El protocolo metodológico implementado
Los resultados que se presentan en esta comunicación, son parte de un proyecto de
investigación en curso financiado por la Comisión Nacional de Investigación Científica y
Tecnológica, CONICYT, del Estado de Chile, que versa sobre las transformaciones urbanas y
su huella en la diferenciación socioeconómica, demográfica y urbanística en el espacio
residencial del área metropolitana de Valparaíso-Chile, entre 1992 y 2017.
Las unidades de análisis espacial utilizadas en esta investigación son la unidad vecinal68 y los
barrios (figura 1). Esta decisión se sustentó en que estas referencias espaciales eran
geográficamente significativas, tanto en su dimensión física como humana. Las unidades
vecinales y los barrios se construyeron desde la información censal, alfanumérica y
cartográfica, disponible.
Este proceso de construcción involucró dos procedimientos, a saber: i. La homologación de la
cartografía censal y la cartografía administrativa del Municipio de Viña del Mar y ii. La
selección de estas entidades en, y a través de, el programa Redatam R+, para poder asociarles
las bases de datos de los Censos de Población y Viviendas de 1992 y 2002 y calcular, así, los
indicadores seleccionados para informar las variables en estudio.
64 Referimos aquí a servicios de agua potable y alimentación, básicamente. 65 Barros, 2012 en Ossandón, 2012, citando datos de un Informe de Estabilidad Financiera de 2010 del Banco
Central de Chile. 66 Barros, 2012 en Ossandón, 2012. 67 Ossandón, 2012. 68 Este constructo, en Chile, refiere al territorio en que se subdividen las comunas, para efectos de descentralizar
asuntos comunales y promover la participación ciudadana y la gestión comunitaria. En el caso de Viña del Mar
en el período en estudio las unidades vecinales constituidas eran 138 (1992) y 148 (2002). El número de barrios,
en ambos años, era de 12.
La electrificación de la vida cotidiana como factor de estratificación… 506
La electricidad y la transformación de la vida urbana y social, 2019, p. 496-526
Figura 1. Unidades vecinales y barrios Viña del Mar
Fuente: Elaboración propia.
En un primer momento, a través del análisis factorial, se buscó distinguir en la estructura
residencial latente de la ciudad, la relación entre indicadores asociados a la concentración de
hogares según su estratificación socioeconómica69 e indicadores asociados a la concentración
de hogares según su disponibilidad de bienes eléctricos de apoyo a la vida doméstica
cotidiana70. Para ello, se seleccionaron nueve indicadores (cuadro 2).
Cuadro 2. Variables e indicadores incorporados al análisis factorial
Variable Indicador
Estratificación
Socioeconómica
Número de hogares de estrato alto (V75)
Número de hogares de estrato medio-alto (V76)
Número de hogares de estrato medio (V77)
Número de hogares de estrato medio-bajo (V78)
Número de hogares de estrato bajo (V79)
Cobertura
Equipamientos
Eléctricos Domésticos
Número de hogares que disponen de televisor a color (V54)
Número de hogares que disponen de refrigerador (V55)
Número de hogares que disponen de horno microondas (V56)
Número de hogares que disponen de lavadora (V57)
Fuente: Elaboración propia.
Una vez seleccionados y producidos los datos que informan los indicadores que entrarían al
proceso analítico multivariado, se implementó una estructura de procedimientos estadísticos,
69 Los indicadores que se usan para distinguir la estratificación socioeconómica de los hogares se corresponden
con el método más recurrente usado en América Latina y El Caribe, ya explicitado y discutido, ligado a la
ocupación del jefe de hogar, posibles de construir a partir de los datos disponibles en los censos de población de
1992 y 2002. 70 El número y tipo de artefactos examinados se correspondió con aquellos registrados en los censos de 1992 y
de 2002, lo que hacía posible analizar su evolución en la década en estudio.
La electrificación de la vida cotidiana como factor de estratificación… 507
La electricidad y la transformación de la vida urbana y social, 2019, p. 496-526
de carácter progresivo y acumulativo, a través del software SPSS, a saber: i, análisis
exploratorio; y ii, análisis factorial de componentes principales.
El análisis exploratorio, consistió en el examen individualizado de cada uno de los
indicadores seleccionados, de modo de resguardar que no sólo cumplieran las condiciones
teóricas sino también las exigencias estadísticas de este tipo de análisis. Este examen se
configura como el umbral del análisis factorial propiamente tal y en ella se examina la
correlación y asociación lineal que se produce entre el conjunto de indicadores que forma la
matriz original.
Los test de linealidad aplicado, para acreditar que la matriz del estudio se ajusta a un modelo
de análisis factorial fue el determinante, el de esfericidad de Bartlett y el índice KMO de
Káiser-Meyer-Olkin (cuadro 3).
Cuadro 3. Resultados del test de linealidad 1992 y 2002
Test Significación 1992 Significación 2002
Determinante 2,927E-10 1,174E-12
Test de Esfericidad de Bartlett 0,000 0,000
Índice KMO de Káiser-Meyer-Olkin 0,833 0,838
Fuente: Elaboración propia.
Una vez acreditada la alta intercorrelación entre los indicadores de las matrices,
correspondientes a los dos cortes temporales en estudio, se inició el análisis factorial
propiamente tal.
La opción de análisis factorial fue la de componentes principales. La decisión adoptada en
esta investigación, en relación al número de factores a considerar en la solución factorial, fue
no delimitar previamente este número utilizando, en esta perspectiva, la regla de Kaiser71.
Siguiendo esta condición de base, la estructura factorial a que se arribó para cada uno de los
años escaneados, 1992 y 2002, consideró dos factores (cuadros 4 y 5).
Cuadro 4. Estructura factorial reducida por análisis de componentes principales / año 1992.
Componente
Sumas de extracción de cargas al cuadrado Sumas de rotación de cargas al cuadrado
Valores
propios
%
de varianza
%
Acumulado
Valores
propios
%
de varianza
%
acumulado
1 6,039 67,099 67,099 5,995 66,609 66,609
2 2,217 24,628 91,727 2,261 25,118 91,727
Fuente: Elaboración propia.
Cuadro 5. Estructura factorial reducida por análisis de componentes principales / año 2002
Componente
Sumas de extracción de cargas al cuadrado Sumas de rotación de cargas al cuadrado
Valores
propios
%
de varianza
%
Acumulado
Valores
propios
%
de varianza
%
acumulado
1 6,360 70,666 70,666 6,109 67,872 67,872
2 2,198 24,421 95,087 2,449 27,214 95,087
Fuente: Elaboración propia.
71 Esta regla pone como condición, para considerar un factor en el análisis, el que sus valores propios sean
superiores a “1”.
La electrificación de la vida cotidiana como factor de estratificación… 508
La electricidad y la transformación de la vida urbana y social, 2019, p. 496-526
Los factores relevados explican en conjunto el 91,7 y el 95,1 por ciento de la varianza
registrada en las matrices de 1992 y de 2002, respectivamente, lo que califica a cada una
como una solución factorial apropiada.
Tanto en el año 1992 como en el año 2002, de los dos factores obtenidos uno es el que se
releva como el más importante al explicar el 67,1 y el 70,7 por ciento de la varianza,
respectivamente. El segundo factor en los años en comento explica el 24,6 y el 24,4 por ciento
de la varianza total, respectivamente.
El contenido de los factores, es decir que indicadores sintetiza, viene dado por los pesos
factoriales de cada indicador en el factor. En el cuadro siguiente se presenta el contenido de la
matriz factorial obtenida, en donde además de relevar los valores propios o eigenvalues72 se
consideró necesario, como sugieren los expertos metodólogos, también presentar las
comunalidades73 de los indicadores. Como una forma de facilitar la interpretación del
contenido de los dos factores relevados en el análisis, se optó por realizar una rotación
factorial obteniendo una nueva matriz a través de la aplicación de la rotación varimax (cuadro
6).
Cuadro 6. Solución factorial rotada, años 1992 y 2002
Indicadores 1992 2002
Factor 1 Factor 2 Comunalidades Factor 1 Factor 2 Comunalidades
V54 0,960 0,970 0,926 0,986
V55 0,962 0,964 0,940 0,985
V56 0,922 0,905 0,994 0,990
V57 0,934 0,947 0,910 0,983
V75 0,911 0,892 0,945 0,912
V76 0,959 0,951 0,939 0,938
V77 0,821 0,816 0,875 0,852
V78 0,974 0,950 0,982 0,972
V79 0,927 0,860 0,967 0,939
Fuente: Elaboración propia.
El proceso de interpretación se implementó a través de dos procedimientos complementarios,
a saber: i. Analizar las saturaciones factoriales significativas de cada factor y ii. Denominar el
factor, en un diálogo con las referencias teóricas y empíricas consultadas en la investigación.
Los dos factores que se distinguen como más significativos, en las soluciones factoriales
obtenidas en el período en estudio, informan de una estratificación polar del espacio
residencial. Por una parte, los barrios y unidades vecinales favorecidos y, por otra, los
desfavorecidos en la distribución de hogares según el capital socioeconómico de su jefatura y
la disponibilidad de equipamientos eléctricos de apoyo a la vida doméstica.
Las matrices de correlaciones que emergen, en ambos años es estudio, evidencian la fuerte
72 En la matriz sólo se consideraron los valores propios con pesos superiores a 0,5. 73 La comunalidad mide el grado de representación o participación de cada indicador en la estructura factorial
resultante y su valor oscila entre 0 y 1. Cuando se aproxima a 1 indica que el indicador queda totalmente
explicado por los factores, mientras que si se aproxima a 0, los factores no explican nada de la variabilidad del
indicador. Se utiliza para interpretar correctamente la solución factorial ya que no todos los pesos factoriales se
asocian a fuertes correlaciones (Rodríguez, 2000).
La electrificación de la vida cotidiana como factor de estratificación… 509
La electricidad y la transformación de la vida urbana y social, 2019, p. 496-526
correlación entre la concentración en la unidad vecinal de hogares estratificados como medio,
medio-alto y alto, por un lado, y medio-bajo y bajo, por otro, y la concentración de hogares
que disponen de artefactos eléctricos domésticos (cuadros 7 y 8).
Cuadro 7. Matriz de correlaciones / año 1992
Variables V54 V55 V56 V57 V75 V76 V77 V78 V79
V54 1,000 0,998 0,796 0,979 0,773 0,854 0,902 0,223 0,194
V55 0,998 1,000 0,802 0,975 0,777 0,860 0,895 0,197 0,168
V56 0,796 0,802 1,000 0,744 0,974 0,980 0,563 -0,168 -0,094
V57 0,979 0,975 0,744 1,000 0,727 0,809 0,924 0,275 0,217
V75 0,773 0,777 0,974 0,727 1,000 0,970 0,556 -0,176 -0,117
V76 0,854 0,860 0,980 0,809 0,970 1,000 0,652 -0,120 -0,074
V77 0,902 0,895 0,563 0,924 0,556 0,652 1,000 0,341 0,249
V78 0,223 0,197 -0,168 0,275 -0,176 -0,120 0,341 1,000 0,909
V79 0,194 0,168 -0,094 0,217 -0,117 -0,074 0,249 0,909 1,000
Fuente: Elaboración propia.
Cuadro 8. Matriz de correlaciones / año 2002
Variables V54 V55 V56 V57 V75 V76 V77 V78 V79
V54 1,000 0,999 0,910 0,992 0,799 0,766 0,923 0,424 0,384
V55 0,999 1,000 0,924 0,990 0,815 0,786 0,925 0,389 0,347
V56 0,910 0,924 1,000 0,886 0,946 0,946 0,837 0,047 0,021
V57 0,992 0,990 0,886 1,000 0,780 0,738 0,934 0,463 0,410
V75 0,799 0,815 0,946 0,780 1,000 0,976 0,707 -0,025 -0,031
V76 0,766 0,786 0,946 0,738 0,976 1,000 0,682 -0,128 -0,132
V77 0,923 0,925 0,837 0,934 0,707 0,682 1,000 0,349 0,263
V78 0,424 0,389 0,047 0,463 -0,025 -0,128 0,349 1,000 0,952
V79 0,384 0,347 0,021 0,410 -0,031 -0,132 0,263 0,952 1,000
Fuente: Elaboración propia.
En un segundo momento, se analiza la evolución de la segregación residencial de los hogares
según su estratificación socioeconómica, entre 1992 y 2002, de acuerdo al modelo basado en
la ocupación del jefe de hogar.
Evolución de la red pública de la electrificación de las viviendas en la
ciudad
Respecto del origen del alumbrado eléctrico, en la última década del siglo XX, la conexión a
la red pública se incrementa, tanto en términos absolutos como relativos (cuadro 9). A
comienzos del siglo XXI, solo el 1 por ciento de las viviendas de Viña del Mar no cuenta con
conexión a alumbrado público, versus el 3,9 por ciento registrado en el conjunto del país.
Cuadro 9. Evolución viviendas según origen del alumbrado público
Origen del alumbrado público Viviendas 1992 Viviendas 2002 Balance 1992-2002
Número % Número % Número %
Red Pública 71.651 97,1 80.368 98,3 8.717 1,2
Generador u otro sistema 903 1,2 589 0,7 -314 -0,5
Sin Energía Eléctrica 1.268 1,7 828 1,0 -440 -0,7
Total 73.822 100,0 81.785 100,0 7.963 0,0
Fuente: Elaboración propia.
La electrificación de la vida cotidiana como factor de estratificación… 510
La electricidad y la transformación de la vida urbana y social, 2019, p. 496-526
Al examinar el porcentaje de viviendas que están conectadas a la red de alumbrado público a
escala de las unidades vecinales, aquellas más carenciadas a este respecto se localizan
privilegiadamente, tanto el año 1992 como el año 2002, en los barrios de Forestal, Chorrillos,
Achupallas y Reñaca Alto conformando la periferia más encumbrada y menos consolidada de
la ciudad (figura 2 y cuadro 10).
Figura 2. Unidades vecinales según porcentaje de viviendas conectadas a alumbrado público
Fuente: Elaboración propia a partir de información censal procesada a través de REDATAM y ArcGIS.
Cuadro 10. Evolución barrios según porcentaje de viviendas conectadas a red alumbrado público
Área de Estimación
1992 2002
% Viviendas con
Alumbrado Público
Índice Comunal
% Viviendas con
Alumbrado Público
Índice Comunal
Nueva Aurora 96,4 -0,3 98,4 0,1
Recreo 98,4 0,6 99,4 1,0
Forestal 94,5 -1,1 95,8 -2,2
Chorrillos 93,7 -1,5 97,4 -0,8
Oriente 98,2 0,5 98,2 0,0
Miraflores 97,4 0,1 98,3 0,0
Santa Inés 98,1 0,5 99,2 0,9
Plan 98,7 0,7 99,3 0,9
Achupallas 95,6 -0,6 97,2 -0,9
Gómez Carreño 99,4 1,0 99,5 1,1
Reñaca Alto 92,2 -2,1 97,4 -0,7
Reñaca Bajo 98,7 0,7 99,1 0,8
Ciudad de Viña del Mar 97,1 0,0 98,3 0,0
Fuente: Elaboración propia a partir de información censal procesada a través de REDATAM y ArcGIS.
La electrificación de la vida cotidiana como factor de estratificación… 511
La electricidad y la transformación de la vida urbana y social, 2019, p. 496-526
Evolución del equipamiento eléctrico de los hogares en la ciudad
En Viña del Mar, coherente con su condición general de aventajada socioeconómicamente en
el contexto de las ciudades de Chile, la cobertura de los equipamientos eléctricos es
significativamente más alta que lo registrado a escala de la región y del país74.
Entre 1992 y 2002, se observa un significativo incremento, tanto en términos absolutos como
de porcentaje de cobertura, en la disponibilidad, por parte de los hogares, de estos
equipamientos (cuadro 11).
Cuadro 11. Evolución de los equipamientos eléctricos de uso doméstico en los hogares
Tipo de Equipamiento
1992
Nº
1992
%
2002
Nº
2002
%
Balance
Nº
Balance
%
TV Color 54.301 70,7 79.631 93,5 25.330 22,8
Refrigerador 55.284 72,0 76.865 90,3 21.581 18,3
Horno microonda 6.644 8,7 36.350 42,7 29.706 34,0
Lavadora 44.360 57,8 69.183 81,3 23.864 22,2
Fuente: Elaboración propia.
Si bien, todos los barrios incrementan sus coberturas, en el período en estudio, se siguen
registrando diferencias estadísticamente significativas entre los barrios y las unidades
vecinales que conforman la ciudad Manteniendo las menores coberturas los barrios,
emplazados en las cumbres interiores de la ciudad, sobre la cota 200 s.n.m., a saber, Nueva
Aurora, Forestal, Chorrillos, Miraflores Alto, Achupallas y Reñaca Alto (cuadro 12). Barrios
que concentran las unidades vecinales que conforman los conglomerados más desfavorecidos
socioeconómicamente de la ciudad75.
Cuadro 12. Ciudad y barrios según cobertura de hogares con equipamiento / años 1992 y 2002
Área
de Estimación
1992 2002
TV Color Refrigerador
Horno
Miicroonda Lavadora TV Color Refrigerador
Horno
Miicroonda Lavadora
Nueva Aurora 62,7 66,0 1,7 53,6 92,2 88,4 32,0 81,5
Recreo 81,5 85,2 13,4 67,7 96,2 95,3 57,8 84,7
Forestal 55,2 53,6 1,5 43,4 89,3 82,9 25,1 77,3
Chorrillos 61,0 62,8 5,8 49,5 92,0 88,8 40,5 80,2
Oriente 72,5 75,3 2,6 64,9 94,0 90,9 35,7 85,4
Miraflores Alto 68,5 67,5 7,2 58,5 93,3 89,1 36,2 82,8
Santa Inés 71,2 70,6 3,6 58,1 94,4 89,8 40,7 81,5
Plan 88,4 92,1 21,5 61,5 96,1 95,1 64,0 76,1
Achupallas 54,9 54,0 1,1 47,4 90,6 85,8 25,9 80,6
G. Carreño 79,4 80,3 2,5 72,2 96,4 94,1 42,6 89,0
Reñaca Alto 45,5 44,0 0,7 37,0 90,7 85,6 26,7 80,7
Reñaca Bajo 88,7 92,2 44,0 76,1 96,7 96,5 81,3 80,8
Viña del Mar 70,7 72,0 8,7 57,8 93,5 90,3 42,7 81,3
Fuente: Elaboración propia.
74 Valdebenito, 2011. 75 Valdebenito, 2014
La electrificación de la vida cotidiana como factor de estratificación… 512
La electricidad y la transformación de la vida urbana y social, 2019, p. 496-526
Evolución de la estratificación socioeconómica de los hogares en la ciudad
Como ya lo referíamos en párrafos precedentes, el tipo de ocupación ha sido la aproximación
más recurrentemente usada en los estudios, entre fines de siglo XX y comienzos del siglo
XXI, orientados a distinguir la estratificación socioeconómica de los hogares en las
ciudades76.
En Viña del Mar, el año 2002, los tipos de ocupación que más prevalecían en la población
económicamente activa, PEA, en orden decreciente eran, los técnicos y profesionales de nivel
medio, los trabajadores no calificados, los profesionales científicos o intelectuales y los
trabajadores de los servicios y vendedores de comercio y mercado. En relación a lo registrado
el año 1992, las ocupaciones predominantes se desplazan hacia tipos más especializados. Ello
se expresa en el incremento, tanto en términos absolutos como en su prevalencia, de los
profesionales y los técnicos y el decrecimiento de los trabajadores no calificados (cuadro 13).
Cuadro 13. Distribución de la PEA según tipos de ocupación / años 1992 y 2002
Grupos de Ocupación 1992 2002 Balance
Número % Número % Número %
Fuerzas armadas 4.513 5,0 1.967 2,0 - 2.546 - 3,0
Personal directivo 5.400 6,0 5.969 6,2 569 0,2
Profesionales 9.860 11,0 13.625 14,2 3.765 3,2
Técnicos 5.869 6,5 15.464 16,1 9.595 9,5
Empleados de oficina 14.266 15,9 8.242 8,6 -6.024 -7,3
Trabajadores servicios 11.449 12,7 12.441 12,9 992 0,2
Oficiales, operarios y artesanos 13.521 15,0 8.571 8,9 -4.950 -6,1
Operadores de instalaciones 6.235 6,9 5.730 6,0 -505 -1,0
Trabajadores no calificados 17.312 19,3 14.488 15,0 -2.824 -4,2
Fuente: Elaboración propia.
Evolución de la prevalencia de hogares de estrato socioeconómico alto en la ciudad
El porcentaje de jefes de hogar en Viña del Mar, con ocupaciones estratificadas
socioeconómicamente de nivel alto, registrado el año 2002 fue de un 9,6 por ciento,
significativamente más alto que lo registrado el año 1992 (cuadro 14).
Cuadro 14. Evolución prevalencia de hogares de estrato socioeconómico de nivel alto
Área de Estimación 1992 2002
% estrato alto Índice comunal % estrato alto Índice comunal
Nueva Aurora 0,6 -0,7 5,7 -0,6
Recreo 6,4 0,7 15,8 0,9
Forestal 0,6 -0,7 4,6 -0,7
Chorrillos 2,1 -0,3 7,9 -0,3
Oriente 0,9 -0,6 5,1 -0,7
Miraflores 3,4 0,0 9,0 -0,1
Santa Inés 0,9 -0,6 6,5 -0,5
Plan 10,6 1,7 19,3 1,4
Achupallas 0,1 -0,8 4,8 -0,7
Gómez Carreño 1,0 -0,6 6,1 -0,5
Reñaca Alto 0,1 -0,8 4,1 -0,8
76 Valdebenito, 2011.
La electrificación de la vida cotidiana como factor de estratificación… 513
La electricidad y la transformación de la vida urbana y social, 2019, p. 496-526
Reñaca Bajo 11,5 2,0 24,7 2,2
Ciudad de Viña del Mar 3,5 0,0 9,6 0,0
Fuente: Elaboración propia.
Al examinar el porcentaje de hogares perteneciente a este estrato a escala de los barrios de la
ciudad, tanto en el año 1992 como en el año 2002, tres de éstos destacan por distanciarse
significativamente del porcentaje registrado en el conjunto de la ciudad, a saber: Recreo, Plan
y Reñaca Bajo (cuadro 14 y figura 3).
Figura 3. Unidades vecinales según porcentaje de hogares NSE alto/años 1992 y 2002
Fuente: Elaboración propia.
El análisis a escala de unidad vecinal evidencia una huella consolidada de este grupo
socioeconómico en la ciudad, que se profundiza y que se amplía como una mancha acotada.
Ello, a pesar de la reducción de los valores de los índices de segregación estimados en el
período (cuadro 15).
Cuadro 15. Índices de segregación de hogares NSE alto / Barrio y unidad vecinal
Índices 1992 2002
Barrio Unidad vecinal Barrio Unidad vecinal
Índice de Segregación (IS) 0,50 0,59 0,32 0,37
Índice de Aislamiento (xPx) 0,08 0,11 0,14 0,16
Índice de Interacción (xPy) 0,92 0,89 0,86 0,84
Índice de Concentración (DEL) 0,47 0,56 0,27 0,38
Índice de Centralización (PCC) 0,45 0,45 0,27 0,27
Fuente: Elaboración propia.
La electrificación de la vida cotidiana como factor de estratificación… 514
La electricidad y la transformación de la vida urbana y social, 2019, p. 496-526
Evolución de la prevalencia de hogares de estrato socioeconómico medio-alto en la ciudad
El porcentaje de hogares estratificados en el nivel socioeconómico medio-alto registrado el
año 2002 fue de un 8,4 por ciento, significativamente más bajo que lo registrado el año 1992
(cuadro 16). Al examinar el porcentaje de hogares estratificados socioeconómicamente como
medio-alto a escala de los barrios, en 1992 y 2002, destacan por distanciarse
significativamente del porcentaje registrado en el conjunto de la ciudad, los mismos tres
sectores que lo hacían en el NSE alto, a saber, Recreo, Plan y Reñaca Bajo (cuadro 16).
Cuadro 16. Evolución prevalencia de hogares de estrato socioeconómico de nivel medio-alto
Área de Estimación
1992 2002
% estrato medio-alto Índice comunal % estrato medio-alto Índice comunal
Nueva Aurora 4,4 -0,8 4,3 -0,5
Recreo 22,7 1,0 17,1 1,1
Forestal 4,4 -0,8 2,0 -0,8
Chorrillos 10,0 -0,2 6,9 -0,2
Oriente 6,1 -0,6 4,5 -0,5
Miraflores 10,5 -0,2 5,5 -0,4
Santa Inés 8,5 -0,4 5,9 -0,3
Plan 30,0 1,7 20,6 1,5
Achupallas 3,5 -0,8 1,6 -0,9
Gómez Carreño 6,7 -0,5 4,7 -0,5
Reñaca Alto 1,8 -1,0 1,7 -0,8
Reñaca Bajo 31,5 1,8 25,0 2,1
Ciudad de Viña del Mar 12,3 0,0 8,4 0,0
Fuente: Elaboración propia.
En el período en estudio, las unidades vecinales con porcentajes de hogares estratificados
como de nivel medio-alto, significativamente más alto que el registrado en el conjunto de la
ciudad, se incrementan de 18 a 24 (figura 4).
La electrificación de la vida cotidiana como factor de estratificación… 515
La electricidad y la transformación de la vida urbana y social, 2019, p. 496-526
Figura 4. Unidades vecinales según porcentaje de hogares NSE medio-alto / años 1992 y 2002
Fuente: Elaboración propia.
En el caso de este grupo poblacional, tanto a escala de barrios como de unidades vecinales, se
registra un incremento significativo en los valores de los índices de segregación (cuadro 17).
Cuadro 17. Índices de segregación de hogares NSE medio-alto / Barrio y unidad vecinal
Índices 1992 2002
Barrio Unidad vecinal Barrio Unidad vecinal
Índice de Segregación (IS) 0,41 0,48 0,44 0,50
Índice de Aislamiento (xPx) 0,21 0,25 0,16 0,18
Índice de Interacción (xPy) 0,79 0,75 0,84 0,82
Índice de Concentración (DEL) 0,35 0,42 0,38 0,48
Índice de Centralización (PCC) 0,36 0,36 0,33 0,33
Fuente: Elaboración propia.
Evolución de la prevalencia de hogares de estrato socioeconómico medio en la ciudad
El porcentaje de hogares estratificados en el nivel socioeconómico medio, que residen en la
ciudad, según lo registrado en el año 2002, fue de un 42 por ciento, significativamente más
alto que lo observado una década atrás (cuadro 18).
Mientras los barrios que destacan por registrar prevalencias significativamente más altas que
lo observado a escala del conjunto de la ciudad, se mantienen en el período de estudio,
aquellos que registran porcentajes significativamente más bajos, se incrementan (cuadro 18).
La electrificación de la vida cotidiana como factor de estratificación… 516
La electricidad y la transformación de la vida urbana y social, 2019, p. 496-526
Cuadro 18. Evolución prevalencia de hogares de estrato socioeconómico de nivel medio
Área de Estimación 1992 2002
% estrato medio Índice comunal % estrato medio Índice comunal
Nueva Aurora 29,9 -0,7 36,2 -0,7
Recreo 45,5 0,7 49,2 0,8
Forestal 27,9 -0,9 32,1 -1,1
Chorrillos 28,9 -0,8 38,4 -0,4
Oriente 47,6 0,9 48,2 0,7
Miraflores 37,6 0,0 40,5 -0,2
Santa Inés 42,2 0,4 49,5 0,9
Plan 45,8 0,7 48,8 0,8
Achupallas 25,8 -1,1 33,3 -1,0
Gómez Carreño 57,3 1,7 59,4 2,0
Reñaca Alto 20,1 -1,6 31,9 -1,2
Reñaca Bajo 42,5 0,4 41,5 -0,1
Ciudad de Viña del Mar 38,1 0,0 42,0 0,0
Fuente: Elaboración propia.
Si bien a escala de barrios y de unidades vecinales, el índice de segregación entre 1992 y 2002
se reduce (cuadro 19), las unidades vecinales con porcentaje de hogares estratificados como
de nivel medio significativamente más alto que el registrado en el conjunto de la ciudad, se
incrementan de 21 a 26 (figura 5).
Cuadro 19. Índices de segregación de hogares NSE medio / Barrio y unidades vecinales
Índices 1992 2002
Barrio Unidad vecinal Barrio Unidad vecinal
Índice de Segregación (IS) 0,19 0,30 0,15 0,23
Índice de Aislamiento (xPx) 0,41 0,43 0,43 0,46
Índice de Interacción (xPy) 0,59 0,57 0,57 0,54
Índice de Concentración (DEL) 0,21 0,31 0,22 0,34
Índice de Centralización (PCC) 0,18 0,18 0,16 0,16
Fuente: Elaboración propia.
La electrificación de la vida cotidiana como factor de estratificación… 517
La electricidad y la transformación de la vida urbana y social, 2019, p. 496-526
Figura 5. Unidades vecinales según porcentaje de hogares NSE medio / años 1992 y 2002
Fuente: Elaboración propia.
Evolución de la prevalencia de hogares de estrato socioeconómico medio-bajo
El porcentaje de jefes de hogar con ocupaciones que los estratifican socioeconómicamente
como medio-bajo registrado el año 2002 fue de un 21,3 por ciento, significativamente más
bajo que lo registrado el año 1992 (cuadro 20). Al examinar el porcentaje de hogares
estratificados como medio-bajo a escala de los barrios, Achupallas y Reñaca Alto destacan,
tanto el año 1992 como el 2002, por registrar un porcentaje significativamente más bajo. En
sentido contrario, destacan Recreo, Plan y Reñaca Bajo (cuadro 20).
Cuadro 20. Evolución prevalencia de hogares de estrato socioeconómico de nivel medio-bajo
Área de Estimación 1992 2002
% estrato medio-bajo Índice comunal % estrato medio-bajo Índice comunal
Nueva Aurora 44,4 0,9 29,9 0,8
Recreo 16,7 -0,9 10,3 -1,1
Forestal 43,5 0,9 30,8 0,9
Chorrillos 37,7 0,5 25,4 0,4
Oriente 30,7 0,0 23,1 0,2
Miraflores 32,6 0,1 23,5 0,2
Santa Inés 31,1 0,0 19,2 -0,2
Plan 8,0 -1,5 5,2 -1,5
Achupallas 48,6 1,2 34,1 1,2
Gómez Carreño 23,8 -0,4 16,6 -0,5
Reñaca Alto 52,3 1,4 32,5 1,1
La electrificación de la vida cotidiana como factor de estratificación… 518
La electricidad y la transformación de la vida urbana y social, 2019, p. 496-526
Reñaca Bajo 6,9 -1,6 3,8 -1,7
Ciudad de Viña del Mar 30,5 0,0 21,3 0,0
Fuente: Elaboración propia.
A escala de los barrios y las unidades vecinales, en el período en estudio, aquellos que se
distinguen por registrar porcentajes de hogares estratificados socioeconómicamente como de
nivel medio-bajo, significativamente más alto que el registrado en el conjunto de la ciudad,
decrecen levemente (figura 6), así también el valor del índice de segregación (cuadro 22).
Figura 6. Unidades vecinales según porcentaje de hogares NSE medio-bajo / años 1992 y 2002
Fuente: Elaboración propia a partir de la Información censal procesada a través de REDATAM R* y ArcView
3.2a
Cuadro 21. Índices de segregación de hogares NSE medio-bajo / Barrio y unidades vecinales
Índices 1992 2002
Barrio Unidad vecinal Barrio Unidad vecinal
Índice de Segregación (IS) 0,29 0,35 0,28 0,33
Índice de Aislamiento (xPx) 0,38 0,40 0,27 0,29
Índice de Interacción (xPy) 0,62 0,60 0,73 0,71
Índice de Concentración (DEL) 0,22 0,34 0,26 0,41
Índice de Centralización (PCC) 0,04 0,04 0,03 0,03
Fuente: Elaboración propia.
La electrificación de la vida cotidiana como factor de estratificación… 519
La electricidad y la transformación de la vida urbana y social, 2019, p. 496-526
Evolución de la prevalencia de hogares de estrato socioeconómico bajo
El porcentaje de hogares estratificados socioeconómicamente como bajo, registrado el año
2002, fue de un 14,7 por ciento, más bajo que el registrado el año 1992 (cuadro 22).
Al examinar el porcentaje de hogares estratificados como bajo a escala de los barrios, cinco
de éstos destacan, el año 2002, por distanciarse significativamente del porcentaje registrado
en el conjunto de la ciudad. Mientras Forestal y Reñaca Alto registran un porcentaje
significativamente más alto, Recreo, Plan y Reñaca Bajo registran un porcentaje
significativamente más bajo. Con la salvedad de Recreo, que se incluía entre los sectores con
porcentaje significativamente más bajo, son los mismos sectores y en el mismo sentido los
que destacaban el año 1992 (cuadro 22).
Cuadro 22. Evolución prevalencia de hogares de estrato socioeconómico de nivel bajo
Área de Estimación 1992 2002
% estrato bajo Índice comunal % estrato bajo Índice comunal
Nueva Aurora 20,5 0,8 19,5 0,6
Recreo 8,0 -1,1 5,5 -1,2
Forestal 23,4 1,2 24,5 1,3
Chorrillos 21,1 0,8 18,7 0,5
Oriente 14,2 -0,2 14,7 0,0
Miraflores 15,5 0,0 17,9 0,4
Santa Inés 16,9 0,2 14,1 -0,1
Plan 5,2 -1,5 3,5 -1,5
Achupallas 21,8 0,9 21,3 0,9
Gómez Carreño 10,7 -0,7 9,9 -0,6
Reñaca Alto 25,6 1,5 24,2 1,2
Reñaca Bajo 6,9 -1,2 2,8 -1,5
Ciudad de Viña del Mar 15,3 0,0 14,7 0,0
Fuente: Elaboración propia.
A escala de las unidades vecinales, en el período en estudio, las que destacan con porcentajes
de jefes de hogar estratificados socioeconómicamente como de nivel bajo significativamente
más alto que el registrado en el conjunto de la ciudad, se incrementa levemente (figura 6).
La electrificación de la vida cotidiana como factor de estratificación… 520
La electricidad y la transformación de la vida urbana y social, 2019, p. 496-526
Figura 7. Unidades vecinales según porcentaje de hogares NSE bajo / años 1992 y 2002
Fuente: Elaboración propia.
Tanto a escala de barrio como de unidad vecinal el índice de segregación se incrementa
levemente (cuadro 23).
Cuadro 23. Índices de segregación de hogares NSE bajo / Barrio y unidades vecinales
Índices 1992 2002
Barrio Unidad vecinal Barrio Unidad vecinal
Índice de Segregación (IS) 0,22 0,33 0,27 0,36
Índice de Aislamiento (xPx) 0,18 0,21 0,19 0,21
Índice de Interacción (xPy) 0,82 0,79 0,81 0,79
Índice de Concentración (DEL) 0,21 0,35 0,26 0,43
Índice de Centralización (PCC) 0,05 0,05 0,03 0,03
Fuente: Elaboración propia.
Conclusiones
Cuatro de los cinco grupos poblacionales en que se estratifican socioeconómicamente los
hogares residentes en la ciudad de Viña del Mar, registran altos índices de segregación, a
escala de barrios y de unidades vecinales, tanto el año 1992 como el año 2002. La sola
excepción lo constituye el grupo poblacional conformado por los hogares estratificados
socioeconómicamente en el nivel medio-medio.
La electrificación de la vida cotidiana como factor de estratificación… 521
La electricidad y la transformación de la vida urbana y social, 2019, p. 496-526
La deriva en la segregación residencial es disímil entre los grupos poblacionales, según su
estratificación socioeconómica. Mientras los hogares estratificados socioeconómicamente
como altos ven reducir significativamente el índice de segregación, tanto a escala de los
barrios como de las unidades vecinales, los hogares estratificados como
socioeconómicamente bajo, ven incrementar, aunque levemente, sus valores.
Los índices de aislamiento-interacción, concentración y centralización, informan de las
prácticas residenciales diversas de estos dos grupos polares en términos socioeconómicos. En
los hogares estratificados socioeconómicamente en el nivel alto, se registra en la década
intercensal una significativa reducción en su concentración espacial y en su residencia en el
centro de la ciudad. Complementariamente, dos son las principales cuestiones que revelan los
índices de segregación de los hogares estratificados socioeconómicamente en el nivel bajo,
calculados para el período 1992-2002, a saber: i. Incrementan su concentración espacial en la
ciudad en la periferia encumbrada e interior y ii. El abandono del centro de la ciudad como
lugar de residencia, voluntario o involuntario, es un fenómeno consolidado.
El acceso casi universal al sistema eléctrico por parte de las viviendas, más allá de las
características socioeconómicas y técnicas de los asentamientos humanos77 en que se
emplazan en la ciudad, explica la cobertura de este servicio urbano básico aún en los barrios
más desfavorecidos e, incluso, informales.
La significativa e incremental electrificación de la vida doméstica en los hogares residentes en
la ciudad, que se expresa en el número y tipo de artefactos eléctricos disponibles, no logra
quebrar, en el período de estudio, su operar en la estratificación y en la segregación
residencial de tipo socioeconómica.
Los barrios y unidades vecinales en donde residen privilegiadamente los hogares
estratificados socioeconómicamente como de nivel medio, medio-alto y alto, es también
donde se registran las mayores concentraciones de hogares que disponen de artefactos
eléctricos de apoyo a la vida doméstica. Como correlato, en los barrios y unidades vecinales
en donde residen privilegiadamente los hogares estratificados socioeconómicamente como de
nivel medio-bajo y bajo, si bien se incrementan en términos absolutos y relativos los hogares
que disponen de artefactos eléctricos, estos siguen siendo significativamente más bajos que lo
registrado, en promedio y en porcentaje, en el conjunto de la ciudad.
La capacidad socioeconómicamente discriminadora de los bienes eléctricos analizados, que se
evidencia en los resultados de la presente investigación, es coherente con las decisiones
metodológicas adoptadas en los estudios de mercado que tienen en el número de bienes del
hogar y el nivel de educación de los jefes de hogar sus variables de estratificación
socioeconómica.
En el contexto de los cuatro bienes domésticos eléctricos examinados, el que registra menos
diferencias estadísticamente significativas entre los cinco grupos en que se estratifican
socioeconómicamente los hogares residentes en la ciudad, es el televisor a color.
Complementariamente, el bien electrodoméstico que más discrimina entre los grupos
socioeconómicos es el horno microonda.
77 Criterios que median la factibilidad del acceso universal de otros servicios urbanos básicos como la red
pública de agua potable y de alcantarillado.
La electrificación de la vida cotidiana como factor de estratificación… 522
La electricidad y la transformación de la vida urbana y social, 2019, p. 496-526
Si bien es el endeudamiento el medio de financiamiento recurrentemente usado por los
diferentes grupos socioeconómicos para acceder a nuevos bienes de consumo, en especial
aquellos eléctricos auscultados en el presente estudio, se registran diferencias significativas en
su modalidad y condiciones financieras78. Mientras los sectores medio, medio-alto y alto,
acceden a créditos de consumo y a tarjetas de créditos bancarias y del retail, los grupos
socioeconómicos medios-bajos y bajos solo acceden a este tipo de créditos a través de tarjetas
del retail.
Estas diferencias en los modos de acceso al endeudamiento entre los hogares según su
estratificación socioeconómica, es un contexto explicativo de las diferencias registradas en el
acceso a los bienes eléctricos auscultados entre los hogares de nivel socioeconómico medio,
medio-alto y alto, por un lado, y de nivel medio-bajo y bajo, por el otro.
A modo hipotético, podríamos sostener que la electrificación de la vida doméstica en la
sociedad urbana chilena, que se incrementa sostenidamente en los últimos cuarenta años en
función del acceso prácticamente universal al crédito y al endeudamiento consecuente de los
hogares, independiente de su estratificación socioeconómica79, ha sido a la vez causa y efecto
de la legitimación y consolidación del modelo neoliberal periférico que hoy rige al país.
La validación del endeudamiento de los hogares, como rito de paso para el acceso a bienes de
consumo doméstico, aunque como se refería bajo condiciones desiguales según el estrato
socioeconómico en el que se inscribe el potencial deudor, no se explica solo a través de
necesidades objetivables sino a través de la formación de un sentido común conformado
desde los medios de comunicación masiva, en especial de aquellos que tienen en la
electricidad su fuente de energía básica, a saber, la televisión.
La hipótesis de la premeditación de este proceso de consumo y endeudamiento, asociado al
fenómeno del capitalismo popular promovido en las postrimerías de la dictadura cívico-
militar chilena, se sustenta en el impacto que éste tuvo en la sostenida desmovilización de los
estratos medios acontecida en las primeras décadas del siglo XXI, se constituye en una
agenda de preocupación a futuro.
Agradecimiento
Se agradece el apoyo a la realización de esta investigación a CONICYT a través del proyecto
FONDECYT Nº 11160747.
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78 Que se expresa en tasas de interés y cargas anuales equivalente diferenciadas, según la condición
socioeconómico del deudor, en desmedro siempre de aquellos de menores recursos socioeconómicos. 79 Facilitado por la emisión regular de tarjetas de pago con previsión de fondos y tarjetas de crédito por parte de
instituciones no bancarias (comercio de grandes superficies, supermercados, farmacias, entre otros).
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