La Enseñanza de La Filosofia 115

2
LA ENSEÑANZA DE LA FILOSOFÍA 115 28 junio 2015 at 9:38 Tomás Abraham 14 comentarios Quisiera antes de acometer la pantagruélica tarea de pensar el pensamiento de Peter Sloterdijk como un ejemplo de insatisfacción de la filosofía sin por eso abandonarla a pesar de sus repetidas insuficiencias – y hablando de `serenidad ´- dar una muestra de la sensatez de un filósofo que también ha diagnosticado el presente, y que, de acuerdo a Revel, lo hace con las limitaciones de una señora de provincia. Con la salvedad de que, en este caso, esta limitación es provechosa, sensata, modesta, y le evita el ridículo de la ampulosidad erudita con la que los diagnosticadotes del presente nos aleccionan con lo que ya sabemos aunque con menos prestigio bibliográfico. Esta señora de provincia, una madame Bovary de la filosofía, es Martín Heidegger, y su diagnóstico se presenta en una conferencia: “La serenidad”. Aunque parezca una perogrullada, es, indudablemente, un texto sereno. No porque nos instruya en los beneficios de la meditación, a pesar de que nos diga: “Hay dos tipos de pensar, cada uno de los cuales es, a su vez y a su manera, justificado y necesario: el pensar calculador y la reflexión meditativa (…) “El pensar meditativo exige a veces un esfuerzo superior. Exige un largo entrenamiento. Requiere cuidados aún más delicados que cualquier otro oficio auténtico. Pero también, como el campesino, debe esperar a que brote la semilla y llegue a madurar.” Heidegger invita a sus oyentes a meditar sobre lo que tienen más cercano, su tierra natal. Esta conferencia ofrecida en la posguerra durante la década del cincuenta – 1955 – luego de la derrota y la ocupación de Alemania, le hace decir al filósofo que sus compatriotas han debido dispersarse, abandonar su tierra natal, migrar a las ciudades y “establecerse en el desierto de los barrios industriales”. ¿Qué efectos produce en la subjetividad este traumático desplazamiento?: “Cada día, a todas horas están hechizados por la radio y la televisión”. Los instrumentos técnicos, nos dice, nos son más familiares que el caserío que rodea nuestra casa de campo, más que el cielo sobre la tierra, más que las costumbres del pueblo, más que las tradiciones. Define este acontecimiento como `pérdida de arraigo´. Y se pregunta si el hombre podrá recuperar su fértil tierra natal y `elevarse al éter ´… “¿O es que todo irá a parar a la tenaza de la planificación y computación, de la organización y de la empresa automatizada?” Después nos habla de uno de sus temas preferidos: la bomba atómica, de acuerdo a la moda de la época, sin mencionar a Hiroshima y Nagasaki, y remontando sus orígenes a la relación fundamentalmente técnica con el mundo elaborada en el siglo XVII (antes de Auschwitz, que tampoco menciona a pesar de sus instalaciones técnicas). Percibe una agresión contra la vida y la esencia del ser humano, y lo comprende como un proceso irrefrenable. Dice: “Ningún individuo, ningún grupo humano ni comisión, aunque sea de eminentes hombres de estado, investigadores y técnicos, ninguna conferencia de directivos de la economía y la industria pueden ni frenar ni encauzar siquiera el proceso histórico de la era atómica. Ninguna organización exclusivamente humana es capaz de hacerse con el dominio sobre la época”. Y agrega que el hombre está indefenso ante esta avanzada tecnológica si renuncia a poner en juego, un juego decisivo, “el pensar meditativo frente al pensar meramente calculador”. Pero sería necio arremeter ciegamente contra el mundo técnico, o condenarlo como la obra del diablo. Por eso, meditación mediante, nos recomienda: “Podemos usar los objetos técnicos, servirnos de ellos de forma apropiada, pero manteniéndonos a la vez tan libres que en todo momento podamos desembarazarnos de ellos”. Sugiere decir sí y no, a los objetos. Lo que lejos de llevarnos a formas conocidas de histeria, nos permite gozar de

description

Texto

Transcript of La Enseñanza de La Filosofia 115

LA ENSEANZA DE LA FILOSOFA11528 junio 2015 at 9:38Toms Abraham 14 comentariosQuisiera antes de acometer la pantagrulica tarea de pensar el pensamiento de Peter Sloterdijk como un ejemplo de insatisfaccin de la filosofa sin por eso abandonarla a pesar de sus repetidas insuficiencias y hablando de `serenidad - dar una muestra de la sensatez de un filsofo que tambin ha diagnosticado el presente, y que, de acuerdo a Revel, lo hace con las limitaciones de una seora de provincia.Con la salvedad de que, en este caso, esta limitacin es provechosa, sensata, modesta, y le evita el ridculo de la ampulosidad erudita con la que los diagnosticadotes del presente nos aleccionan con lo que ya sabemos aunque con menos prestigio bibliogrfico.Esta seora de provincia, una madame Bovary de la filosofa, es Martn Heidegger, y su diagnstico se presenta en una conferencia: La serenidad.Aunque parezca una perogrullada, es, indudablemente, un texto sereno. No porque nos instruya en los beneficios de la meditacin, a pesar de que nos diga:Hay dos tipos de pensar, cada uno de los cuales es, a su vez y a su manera, justificado y necesario: el pensar calculador y la reflexin meditativa ()El pensar meditativo exige a veces un esfuerzo superior. Exige un largo entrenamiento. Requiere cuidados an ms delicados que cualquier otro oficio autntico. Pero tambin, como el campesino, debe esperar a que brote la semilla y llegue a madurar.Heidegger invita a sus oyentes a meditar sobre lo que tienen ms cercano, su tierra natal. Esta conferencia ofrecida en la posguerra durante la dcada del cincuenta 1955 luego de la derrota y la ocupacin de Alemania, le hace decir al filsofo que sus compatriotas han debido dispersarse, abandonar su tierra natal, migrar a las ciudades y establecerse en el desierto de los barrios industriales.Qu efectos produce en la subjetividad este traumtico desplazamiento?: Cada da, a todas horas estn hechizados por la radio y la televisin. Los instrumentos tcnicos, nos dice, nos son ms familiares que el casero que rodea nuestra casa de campo, ms que el cielo sobre la tierra, ms que las costumbres del pueblo, ms que las tradiciones. Define este acontecimiento como `prdida de arraigo. Y se pregunta si el hombre podr recuperar su frtil tierra natal y `elevarse al ter O es que todo ir a parar a la tenaza de la planificacin y computacin, de la organizacin y de la empresa automatizada?Despus nos habla de uno de sus temas preferidos: la bomba atmica, de acuerdo a la moda de la poca, sin mencionar a Hiroshima y Nagasaki, y remontando sus orgenes a la relacin fundamentalmente tcnica con el mundo elaborada en el siglo XVII (antes de Auschwitz, que tampoco menciona a pesar de sus instalaciones tcnicas).Percibe una agresin contra la vida y la esencia del ser humano, y lo comprende como un proceso irrefrenable. Dice: Ningn individuo, ningn grupo humano ni comisin, aunque sea de eminentes hombres de estado, investigadores y tcnicos, ninguna conferencia de directivos de la economa y la industria pueden ni frenar ni encauzar siquiera el proceso histrico de la era atmica. Ninguna organizacin exclusivamente humana es capaz de hacerse con el dominio sobre la poca.Y agrega que el hombre est indefenso ante esta avanzada tecnolgica si renuncia a poner en juego, un juego decisivo, el pensar meditativo frente al pensar meramente calculador.Pero sera necio arremeter ciegamente contra el mundo tcnico, o condenarlo como la obra del diablo. Por eso, meditacin mediante, nos recomienda: Podemos usar los objetos tcnicos, servirnos de ellos de forma apropiada, pero mantenindonos a la vez tan libres que en todo momento podamos desembarazarnos de ellos. Sugiere decir s y no, a los objetos. Lo que lejos de llevarnos a formas conocidas de histeria, nos permite gozar de un nuevo estado: quisiera denominar esta actitud que dice simultneamente `si y no al mundo tcnico con una antigua palabra:la serenidadpara con las cosas.Gracias a esta serenidad, estaremos abiertos a lo que Heidegger llama `misterio, aquello que se muestra a la vez que se oculta.No s si el lector puede llegar a medir el poco alcance de las conclusiones de Heidegger, su simpleza, su sabidura de seora de provincia, su sensatez campesina, eso que le hace decir que en lugar de vituperar contra la idiotez universal que provoca el uso intensivo de las tecnologa viejas y nuevas; del infierno de smartphones y los campos de concentracin al que nos someten las nuevas formas panpticas de vigilancia y manipulacin, lejos de abogar por un mundo de caza y pesca, o de recoleccin y fraternidad presencial, la meditacin nos ensea que ante lo irrefrenable, hay que emplear la sabidura frugal del un poco, el a veces, el si y no. A este temple no adictivo, lo llama serenidad, una forma de ser minimalista que se lee en este texto, manifiestamente, sereno.Y ahora s, lleg la hora sealada, se acab el tiempo de la espera, no es posible postergar el encuentro con el filsofo ms gordo, ms grandote, ms fecundo, ms enciclopdico, ms esfrico, ms global, y ms espumante, que.Peter Sloterdijk, alias Grosse Wurst (Salchichn).Esta presentacin al estilo de Titanes en el Ring, es inevitable. Tomar en serio todo lo que dice el gran Peter, es ir en contra del mismo Peter.Las imgenes risueas surgen como una necesidad para lograr un acercamiento amistoso a un filsofo a quien consideramos como un Rabelais de la filosofa, aunque, con frecuencia, se parezca a Calvino.Una mezcla de Rabelais con Calvino es rara; por un lado conforma una unidad liberadora, y por otro, una intimidante. La cantidad de hojas manuscritas, de tomos sucesivos, de desafos en todos los frentes, de referencias infinitasa quien dej de citar nuestro filsofo alemn? Escribe: nulla dies sine linea. Esta frase latina idioma o lengua muerta que vemos que disfruta no slo la escribe para definir la actitud de un humanista, sino la propia, a la que agrego: nulla dies sine sapientia, entendiendo por sabidura el estar atento y al tanto de pintura, escultura, instalaciones, gentica, polticas fiscales, pensamiento presocrtico, novelstica del siglo XIX, agricultura paleoltica, ecologa dura y blanda, casi todos los nombres de la historia y de la filosofa, y, entre ellos, el de Nietzsche.En especial, el de Nietzsche. Porque la pregunta que debemos hacer al pensar el pensamiento de Sloterdijk es: cmo ser Nietzsche en la actualidad? Un Nietzsche de fines del segundo y comienzos del tercer milenio.Si el filsofo de Sils Mara, embisti contra la academia de Basilea con una tesis escandalosa para el doctorado de filologa, en la que renda homenaje al espritu de la msica, a Schopenhauer, a Wagner, y al carnaval orgistico por eso vivi el resto de su vida en pensiones italianas con lo que le aportaba su jubilacin prematura entonces ser hoy Nietzsche, debera ofrecer algo que rememore una actitud semejante.Quin es el Nietzsche de hoy? Cioran? Foucault? Sloterdijk?Por su estilo aforstico y generacin de pensamientos sin referencias externas: Cioran. Por su mtodo genealgico, trabajo de archivista, y por su inters por la moral y el poder: Foucault.Por todo lo dems: Sloterdijk. Quisiera bucear ahora en eso que es todo lo dems.