LA EPOCA DE POCO MUELLE Y MUCHOS BARCOS

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O PI NI O N ESA DE SiS;^ tEMAS ISLEÑOS LA ÉPOCA DE POCO MUELLE Y MUCHOS BARCOS En el antiguo puerto carbonero, la estampa del "Afrique" —blanco y con alta chimenea- y, justo por su proa, el "Paparoa", uno de los "mamarias de cruceta" Con estas líneas, una es- tampa del Santa Cruz en sus buenos tiempos de puerto car- bonero y en la que, entre fru- teros y tramps fondeados a la gira, lucen sus estampas mari- neras los trasatlánticos "Afri- que" y "Paparoa". Aquí, el Santa Cruz portua- rio de ayer y, también, el de hoy. En la zona donde ses- tean las gabarras se encuen- tra hoy la magnífica realidad del Muelle de Ribera —obra que nos legó don Miguel Pintor — y, mar afuera, cargueros de todas las banderas rellenan carboneras mientras, proa al tiempo reinante, el "Afrique" —uno de los "franceses blan- cos"— luce fa gracia y finura de sus palos y chimenea de mucha guinda y caída elegan- te. Justo por su proa, el "Pa- paroa" realiza las mismas fae- nas de carboneo y, en e! trin- quete, luce Sa cruceta caracte- rística de ¡os barcos de la New Zealand Shipping Co. Ltd., la que fue motivo para que a las unidades de dicha naviera se les diese en Santa Cruz el sobrenombre de "ma- marias de cruceta" para, así, distinguirlos de los auténticos "mamarias", que eran ios que arüolaoan la contraseña de la snaw, íáaviü and MlDion. En las aguas tranquilas de Santa Cruz —las que rensja el antiguo uocurnento orático— dos iiners' que, anos más tarde, teiminarían trágicamen- te sus días en la mar. ti "Aíiique", que para la Chargeurs Heunis fue botado en itíub en los astilleros de la bwan, Hunter and Co. Ltd., en ¡Niewcastie, y era gemelo del "Europe" que, un mes des- pués, resbaló por una de las gradas de la ohaníiers de la Loire. Ambos eran para la lí- nea al Senegal —la de los "franceses blancos"— que, desde su inauguración, pasa- ba regularmente por nuestro pue.to. En la noche del 11 al 12 de enero de 1920, el "Afrique" que había zarpado de Burdeos rumbo a nuestro puerto y eí de Dakar— sufrió una de las peores tempestades que se re- cuerdan en el Golfo de Vizca- ya. Proa al tiempo, "liner" luchó hasta que le faltó má- quina y, a! garete, poco des- pués se atravesó a la mar. i-'ueíon horas de angustia has- ta que, desgarrados los fondos en los traidores arrecifes de Rochebonne, con grandes pér- didas en vidas humanas des- apareció bajo las olas. El "Paparoa", gemelo de! "Papanui", fue construido en 1899 en los astilleros de la Denny, en Dumbarton. De 6.580 toneladas, disponía de acomodación para emigrantes y amplia capacidad para el transporte de carga seca y re- frigerada en cinco bodegas. r-^or una de esas extrañas y por paradoja frecuentes—- coincidencias que se dan en BROMAS SIN MALA FE GORDO DE NAVIDAD El "Gordo de Navidad" y su montón de millones, nunca toca por acá, pues aquí dice que "nones". Por lo menos que recuerde ese "Gordo caballero" nunca ha dejado un "verde" y por ello desespero. Aunque quizá este año, por ser un año revuelto nada tendría de extraño, que a venir esté resuelto. Sería bien recibido con cohetes y pancartas, el "caballero" aludido que tanto nos hace falta. Es difícil comprender, siendo un pueblo hospitalario, que no nos pueda ni ver ese "'Gordo millonario". Y en más de una ocasión ya lo hemos invitado, haciéndose el "remolón" Todo eso nos espanta y ya murmura la gente, que a lo peor hace trampa, ese gordito indecente. No creo que llegue a tanto, tan bajo no va a caeraunque curados de espanto hay quien lo pueda creer. Es un señor muy leal imparcial y muy preciso, y aquí no puede tocar por haber tanto '"cenizo" Además que no interesa, pues sería una locura; perderíamos la cabeza sin esperanzas de cura, A mi no me importaría oue ese fuese mi castigo, tocándome la lotería, estar más loco que un chivo. Pero hay que conservar equilibradas las testas para poder desear, la mar, ambos vapores de la New Zealand terminaron sus vidas marineras en la misma zona atlántica, si bien con una diferencia de 15 años. En 1909, e! "Papanui" varo en Tasmania y, con graves averías, pudo ser reflotado y, posteriormente, remolcado a Meibourne. Dado que el coste de las reparaciones era eleva- do, la New Zealand lo tendió a un sindicato australiano que, tras abanderarlo en Nicaragua, lo envió a Nagasaki, puerto desde donde —una vez finali- zadas las obras— regresó a Australia y, desde allí, marchó a Inglaterra, vía Ciudad del Cabo. En agosto de 1911, el "Pa- panui" —con 364 pasajeros y 104 tripulantes-— zarpó de Lon- dres y, e! 5 de septiembre, se descubrió que tenía fuego en las carboneras. Mientras se combatía el foco, el barco pu- so proa a la isla de Santa Ele- na y, el día 11, dio fondo en Jamestown Harbour. La tripulación del cablero "Britannia" ayudó en la tarea de combatir e! incendio, pero ante el incremento que éste tomaba, el "Papanui" —aban- donado y varado en la costa— ardió durante varios días. El "Paparoa", el mismo que jluce en la antigua fotogra- fía que ilustra estas líneas, na- vegó durante la Gran Guerra en su habituai servicio. Luego, finalizada la lucha en e! mun- do, se le suprimió la acomoda- ción para pasajeros y, como simple carguero, volvió a la mar. En 1925, el "Paparoa" tuvo mismo percance que su "sister ship": fuego en una de las carboneras. Navegaba íam bien a la altura de Santa Ele- na y, tras luchar en vano con !as llamas, e! capitán ordenó lanzar un S.O.S. y, cuando en el horizonte apareció e! prime- ro de los varios barcos que acudieron en su auxilio, la tri- pulación lo abandonó en los botes salvavidas y, tras sepa- rarse de aquella pira flotante, sobre los remos esperó la lle- gada del "síeamer" que la pu- so a salvo. Luego, como en el caso del "Papanui", el "Papa- roa -—su gemelo— desapare- ció bajo la lámina azul e infi- nita dei Atlántico. J. A. Padrón Albornoz El Referéndum terminó e! propio día 15, pero, como decía Feiipito Tacatún, tan olvidado también por el dichoso Sandokán ese, «nosotros seguimos»... —oOo— El cura de un pueblo de la isla fue a votar el miércoles, como es lógico, en el Referéndum. —¿Se puede?, preguntó. —Sí, pase, Reverendum. Llegó a! colegio la viejecita, despistada y con poca vista. Preguntó qué había que hacer. —Bueno, hay tres papeletas, le dijo el de la mesa. ¿Cuál es la que quiere usted? —Yo quiero votar por el mejor de los tres... —oOo— Los esposos se cansaron de buscar dónde les corres- pondía votar. Por fin, comprobaron que deberían haceno, e! marido en el. Quimera y la mujer en el Barrio de ia Salud. Se despidieron y tiraron cada uno por su lado, pa^a cumplir con su deber. De aquí en adelante, en las bodas, el cura habrá de decir: «Hasta que las elecciones los separe»... El «mago» en e! Quimera, rabiooso, porque no estaba en la lista: —Pues yo «tiré-» aquí en las últimas elecciones y ten- go que «tirar» ahora también. ¡Ustedes arréglenselas como puedan! —OQO— A una monjita del Asilo de Ancianos la echaron fuera de! Asilo. Había allí un colegio, y tuvo que ir a votar a ¡a Cruz del Señor. —oOo— Los padres de los alumnos de los «colegios» se niegan a pagar el aumento. «¿Siempre tenemos que pagar noso- tros las «urnas» rotas?», habrán dicho para sus adentros. AITGBER Colaboradores de EL DÍA (Viene de la anterior) hacer sonar las campanas de las iglesias. Ai pie de Sos escritos oficiales' dejó de ponerse lo "Dios guarde a Vd. muchos años". Por lo visto no interesaba que le gente fuera guardada por Dios, Y se paso, en cambio, un "Viva usted muchos años", que, apar- te del buen deseo que expresaba, recordaba mucho al piropo alegre y popular: " ¡Viva tu madre!". Y al no menos popular "Vi- va la Pepa". Con el cambio de banderas se dieron casos más serios. Algunos casi dramáticos para mucha gente. Como el de cierto militar de la época, que había sido jete mío, y al que vi arras- trar por el suelo la bandera bicolor, en el momento de la sus- titución por la republicana, y con la mayor ostentación tirarla en el fondo de un coche para ponerle los pies encima. Se daba el caso curioso de que el tal militar presumía de pintor y se había hartado, antes, de hacer retratos del rey, cada uno de los cua- les e.ra un verdadero atentado de esa majestad. Quizá hubiera sido aquella, en fin de cuentas, una forma de manifestar su re- publicanismo latente. También presencié, algo más tarde, el cambio de pendones de la ciudad. El viejo Pendón, con su corona real, fue retirado hasta el Gobierno Civil, ya que el acto tuvo lugar en la antigua Plaza de la Constitución, ya Plaza de la República, por un guar- dia municipal, que intencionadamente ¡o arrastraba por el suelo de la plaza. El nuevo, con su flamante corona mural, fue paseado en triunfo. Y como sangriento sarcasmo, no creo que fuera por in- tencionado designio, le correspondió portarlo a un oficial que hasta poco antes había lucido en la cadera la llave de Gentil- hombre de Cámara. ¡Pobre hombre, cómo debió sufrir! Cuando pasó ante llevaba los ojos arrasados de lágrimas el capitán de Artillería don Joaquín Garda Pallasar. NUEVO LENGUAJE ...- P£nnO Pinr\0c..* |) ??*J.

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Artículo de Juan Antonio Padrón Albornoz, periódico El Día, sección "Temas isleños", 1976/12/18

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O PI NI O N

ESA DESiS;̂

tEMAS ISLEÑOS

LA ÉPOCA DE POCO MUELLE Y MUCHOS BARCOS

En el antiguo puerto carbonero, la estampa del "Afrique" —blanco y con alta chimenea-y, justo por su proa, el "Paparoa", uno de los "mamarias de cruceta"

Con estas líneas, una es-tampa del Santa Cruz en susbuenos tiempos de puerto car-bonero y en la que, entre fru-teros y tramps fondeados a lagira, lucen sus estampas mari-neras los trasatlánticos "Afri-que" y "Paparoa".

Aquí, el Santa Cruz portua-rio de ayer y, también, el dehoy. En la zona donde ses-tean las gabarras se encuen-tra hoy la magnífica realidaddel Muelle de Ribera —obraque nos legó don Miguel Pintor— y, mar afuera, cargueros detodas las banderas rellenancarboneras mientras, proa altiempo reinante, el "Afrique"—uno de los "franceses blan-cos"— luce fa gracia y finurade sus palos y chimenea demucha guinda y caída elegan-te. Justo por su proa, el "Pa-paroa" realiza las mismas fae-nas de carboneo y, en e! trin-quete, luce Sa cruceta caracte-rística de ¡os barcos de laNew Zealand Shipping Co.

Ltd., la que fue motivo paraque a las unidades de dichanaviera se les diese en SantaCruz el sobrenombre de "ma-marias de cruceta" para, así,distinguirlos de los auténticos"mamarias", que eran ios quearüolaoan la contraseña de lasnaw, íáaviü and MlDion.

En las aguas tranquilas deSanta Cruz —las que rensjael antiguo uocurnento orático—dos iiners' que, anos mástarde, teiminarían trágicamen-te sus días en la mar.

ti "Aíiique", que para laChargeurs Heunis fue botadoen itíub en los astilleros dela bwan, Hunter and Co. Ltd.,en ¡Niewcastie, y era gemelo del"Europe" que, un mes des-pués, resbaló por una de lasgradas de la ohaníiers de laLoire. Ambos eran para la lí-nea al Senegal —la de los"franceses blancos"— que,desde su inauguración, pasa-ba regularmente por nuestropue.to.

En la noche del 11 al 12 deenero de 1920, el "Afrique" —que había zarpado de Burdeosrumbo a nuestro puerto y eíde Dakar— sufrió una de laspeores tempestades que se re-cuerdan en el Golfo de Vizca-ya. Proa al tiempo, eí "liner"luchó hasta que le faltó má-quina y, a! garete, poco des-pués se atravesó a la mar.i-'ueíon horas de angustia has-ta que, desgarrados los fondosen los traidores arrecifes deRochebonne, con grandes pér-didas en vidas humanas des-apareció bajo las olas.

El "Paparoa", gemelo de!"Papanui", fue construido en1899 en los astilleros de laDenny, en Dumbarton. De6.580 toneladas, disponía deacomodación para emigrantesy amplia capacidad para eltransporte de carga seca y re-frigerada en cinco bodegas.

r-^or una de esas extrañas —y por paradoja frecuentes—-coincidencias que se dan en

BROMAS SIN MALA FE

GORDO DE NAVIDADEl "Gordo de Navidad"y su montón de millones,nunca toca por acá,pues aquí dice que "nones".

Por lo menos que recuerdeese "Gordo caballero"nunca ha dejado un "verde"y por ello desespero.

Aunque quizá este año,por ser un año revueltonada tendría de extraño,que a venir esté resuelto.

Sería bien recibidocon cohetes y pancartas,el "caballero" aludidoque tanto nos hace falta.

Es difícil comprender,siendo un pueblo hospitalario,que no nos pueda ni verese "'Gordo millonario".

Y en más de una ocasiónya lo hemos invitado,haciéndose el "remolón"

Todo eso nos espantay ya murmura la gente,que a lo peor hace trampa,ese gordito indecente.

No creo que llegue a tanto,—tan bajo no va a caer—aunque curados de espantohay quien lo pueda creer.

Es un señor muy lealimparcial y muy preciso,y aquí no puede tocarpor haber tanto '"cenizo"

Además que no interesa,pues sería una locura;perderíamos la cabezasin esperanzas de cura,

A mi no me importaríaoue ese fuese mi castigo,tocándome la lotería,estar más loco que un chivo.

Pero hay que conservarequilibradas las testaspara poder desear,

la mar, ambos vapores de laNew Zealand terminaron susvidas marineras en la mismazona atlántica, si bien con unadiferencia de 15 años.

En 1909, e! "Papanui" varoen Tasmania y, con gravesaverías, pudo ser reflotado y,posteriormente, remolcado aMeibourne. Dado que el costede las reparaciones era eleva-do, la New Zealand lo tendió aun sindicato australiano que,tras abanderarlo en Nicaragua,lo envió a Nagasaki, puertodesde donde —una vez finali-zadas las obras— regresó aAustralia y, desde allí, marchóa Inglaterra, vía Ciudad delCabo.

En agosto de 1911, el "Pa-panui" —con 364 pasajeros y104 tripulantes-— zarpó de Lon-dres y, e! 5 de septiembre, sedescubrió que tenía fuego enlas carboneras. Mientras secombatía el foco, el barco pu-so proa a la isla de Santa Ele-na y, el día 11, dio fondo enJamestown Harbour.

La tripulación del cablero"Britannia" ayudó en la tareade combatir e! incendio, peroante el incremento que éstetomaba, el "Papanui" —aban-donado y varado en la costa—ardió durante varios días.

El "Paparoa", el mismo quejluce en la antigua fotogra-fía que ilustra estas líneas, na-vegó durante la Gran Guerraen su habituai servicio. Luego,finalizada la lucha en e! mun-do, se le suprimió la acomoda-ción para pasajeros y, comosimple carguero, volvió a lamar.

En 1925, el "Paparoa" tuvoeí mismo percance que su"sister ship": fuego en una delas carboneras. Navegaba íambien a la altura de Santa Ele-na y, tras luchar en vano con!as llamas, e! capitán ordenólanzar un S.O.S. y, cuando enel horizonte apareció e! prime-ro de los varios barcos queacudieron en su auxilio, la tri-pulación lo abandonó en losbotes salvavidas y, tras sepa-rarse de aquella pira flotante,sobre los remos esperó la lle-gada del "síeamer" que la pu-so a salvo. Luego, como en elcaso del "Papanui", el "Papa-roa -—su gemelo— desapare-ció bajo la lámina azul e infi-nita dei Atlántico.

J. A. Padrón Albornoz

El Referéndum terminó e! propio día 15, pero, comodecía Feiipito Tacatún, tan olvidado también por el dichosoSandokán ese, «nosotros seguimos»...

—oOo—

El cura de un pueblo de la isla fue a votar el miércoles,como es lógico, en el Referéndum.

—¿Se puede?, preguntó.—Sí, pase, Reverendum.

Llegó a! colegio la viejecita, despistada y con pocavista. Preguntó qué había que hacer.

—Bueno, hay tres papeletas, le dijo el de la mesa.¿Cuál es la que quiere usted?

—Yo quiero votar por el mejor de los tres...

—oOo—

Los esposos se cansaron de buscar dónde les corres-pondía votar. Por fin, comprobaron que deberían haceno,e! marido en el. Quimera y la mujer en el Barrio de iaSalud. Se despidieron y tiraron cada uno por su lado, pa^acumplir con su deber.

De aquí en adelante, en las bodas, el cura habrá dedecir: «Hasta que las elecciones los separe»...

El «mago» en e! Quimera, rabiooso, porque no estabaen la lista:

—Pues yo «tiré-» aquí en las últimas elecciones y ten-go que «tirar» ahora también. ¡Ustedes arréglenselas comopuedan!

—OQO—

A una monjita del Asilo de Ancianos la echaron fuerade! Asilo. Había allí un colegio, y tuvo que ir a votar a¡a Cruz del Señor.

—oOo—

Los padres de los alumnos de los «colegios» se niegana pagar el aumento. «¿Siempre tenemos que pagar noso-tros las «urnas» rotas?», habrán dicho para sus adentros.

AITGBER

Colaboradores de EL DÍA(Viene de la anterior)

hacer sonar las campanas de las iglesias. Ai pie de Sos escritosoficiales' dejó de ponerse lo "Dios guarde a Vd. muchos años".Por lo visto no interesaba que le gente fuera guardada por Dios,Y se paso, en cambio, un "Viva usted muchos años", que, apar-te del buen deseo que expresaba, recordaba mucho al piropoalegre y popular: " ¡Viva tu madre!". Y al no menos popular "Vi-va la Pepa".

Con el cambio de banderas se dieron casos más serios.Algunos casi dramáticos para mucha gente. Como el de ciertomilitar de la época, que había sido jete mío, y al que vi arras-trar por el suelo la bandera bicolor, en el momento de la sus-titución por la republicana, y con la mayor ostentación tirarla enel fondo de un coche para ponerle los pies encima. Se daba elcaso curioso de que el tal militar presumía de pintor y se habíahartado, antes, de hacer retratos del rey, cada uno de los cua-les e.ra un verdadero atentado de esa majestad. Quizá hubierasido aquella, en fin de cuentas, una forma de manifestar su re-publicanismo latente.

También presencié, algo más tarde, el cambio de pendonesde la ciudad. El viejo Pendón, con su corona real, fue retiradohasta el Gobierno Civil, ya que el acto tuvo lugar en la antiguaPlaza de la Constitución, ya Plaza de la República, por un guar-dia municipal, que intencionadamente ¡o arrastraba por el suelode la plaza.

El nuevo, con su flamante corona mural, fue paseado entriunfo. Y como sangriento sarcasmo, no creo que fuera por in-tencionado designio, le correspondió portarlo a un oficial quehasta poco antes había lucido en la cadera la llave de Gentil-hombre de Cámara. ¡Pobre hombre, cómo debió sufrir! Cuandopasó ante mí llevaba los ojos arrasados de lágrimas el capitánde Artillería don Joaquín Garda Pallasar.

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