La Estética en La Antigüedad Clásica

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LA ESTÉTICA EN LA ANTIGÜEDAD CLÁSICA. La estética en la antigüedad viene da la mano de Platón y de Aristóteles, quienes son los que formulan los principales postulados en torno a la belleza y el Arte, no obstante antes de ellos ya existían otra serie de filósofos que plasmaron sus ideas en torno a la belleza o el arte, tal es el caso de Homero o Hesiodo quienes hablaban de la inspiración del artista como regalo de los Dioses, esta idea fue más tarde completada por Píndaro quien a la acción de los Dioses le suma el esfuerzo personal. No es que esta serie de ideas, o mejor dicho su solución sea del todo filosófica, es más la pregunta que la respuesta, de ahí que finalmente Platón intente dar respuesta a todo esto desde un punto de vista netamente filosófico. LA ESTÉTICA EN LA EDAD MEDIA De entrada la filosofía estética de la Edad Media se va a caracterizar por un rechazo a la belleza, o a lo que se había entendido hasta entonces por belleza por un lado porque a ésta se la considera pagana y por otro lado porque se la hace responsable de distraer la atención de lo verdaderamente fundamental como lo es el contenido. Puestas así las cosas el primer teórico medieval será San Agustín, éste recogerá en gran medida la herencia de Platón, y hablará de una serie de características de un objeto para que este sea bello, A) En primer lugar menciona a la Unidad (en la medida en que gracias a ella se puede comparar y así poder juzgar en un sentido bastante platónico -ahora cristiano- la obra; B) En segundo lugar el número, importante ya que todo está en su sitio gracias a un número C) La proporción D) El Orden, que hace que se puedan agrupar las cosas respecto a un fin E) La Norma, por la cual se puede juzgar la obra, no es relativa, sino que por “Iluminación divina” que tiene el espectador la puede comparar con un orden ideal y establecer un juicio. Después de San Agustín entra en la escena filosófica santo Tomás de Aquino, quien y dado su bagaje aristotélico reformulará el concepto de belleza. Sto. Tomás siguiendo la tradición Aristotélica, piensa que la percepción de la belleza es un especie de conocimiento, del tal manera que se extrae de un objeto la forma que le hace ser lo que es, definiendo belleza de dos maneras, en primer lugar como “lo que utiliza el movimiento del apetito en forma de descanso en la forma deseada” y “belleza es aquello que agrada a la vista”. En cualquier caso según santo Tomás han de darse tres condiciones para que se de belleza: a) Integridad o perfección (lo roto nunca puede ser bello) b) Proporción o armonía (relación entre las partes del objeto con el todo y con quien lo percibe)

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LA ESTÉTICA EN LA ANTIGÜEDAD CLÁSICA.            La estética en la antigüedad viene da la mano de Platón y de Aristóteles, quienes son los que formulan los principales postulados en torno a la belleza y el Arte, no obstante antes de ellos ya existían otra serie de filósofos que plasmaron sus ideas en torno a la belleza o el arte, tal es el caso de Homero o Hesiodo quienes hablaban de la inspiración del artista como regalo de los Dioses, esta idea fue más tarde completada por Píndaro quien a la acción de los Dioses le suma el esfuerzo personal. No es que esta serie de ideas, o mejor dicho su solución sea del todo filosófica, es más la pregunta que la respuesta, de ahí que finalmente Platón intente dar respuesta a todo esto desde un punto de vista netamente filosófico. LA ESTÉTICA EN LA EDAD MEDIA            De entrada la filosofía estética de la Edad Media se va a caracterizar por un rechazo a la belleza, o a lo que se había entendido hasta entonces por belleza por un lado porque a ésta se la considera pagana y por otro lado porque se la hace responsable de distraer la atención de lo verdaderamente fundamental como lo es el contenido.   Puestas así las cosas el primer teórico medieval será San Agustín,  éste recogerá en gran medida la herencia de Platón, y hablará de una serie de características de un objeto para que este sea bello, A) En primer lugar menciona a la Unidad (en la medida en que gracias a ella se puede comparar y así poder juzgar en un sentido bastante platónico -ahora cristiano- la obra;B) En segundo lugar el número, importante ya que todo está en su sitio gracias a un númeroC) La proporciónD) El Orden, que hace que se puedan agrupar las cosas respecto a un finE) La Norma, por la cual se puede juzgar la obra, no es relativa, sino que por “Iluminación divina” que tiene el espectador la puede comparar con un orden ideal y establecer un juicio.Después de San Agustín entra en la escena filosófica santo Tomás de Aquino,  quien y dado su bagaje aristotélico reformulará el concepto de belleza.                        Sto. Tomás siguiendo la tradición Aristotélica, piensa que la percepción de la belleza es un especie de conocimiento, del tal manera que se extrae de un objeto la forma que le hace ser lo que es, definiendo belleza de dos maneras, en primer lugar como “lo que utiliza el movimiento del apetito en forma de descanso en la forma deseada” y “belleza es aquello que agrada a la vista”. En cualquier caso según santo Tomás han de darse tres condiciones para que se de belleza:            a) Integridad o perfección (lo roto nunca puede ser bello)            b) Proporción o armonía (relación entre las partes del objeto con el todo y con quien lo percibe)            c) Luminosidad o claridad (que es el resplandor de la forma)            Existe además una clara relación entre belleza y bondad de tal forma que algo bueno por necesidad ha de ser bello (si bien en este caso la belleza puede que se de a su manera y no sea tan fácil de descubrir. LA ESTÉTICA EN EL RENACIMIENTO.            Se vuelve en cierta medida hacia un nuevo Neoplatonismo de la mano de Focino quien considera a la contemplación como el estadío en donde el alma sale para emigrar a una conciencia puramente racional de las formas platónicas. De esta forma siempre, bien para contemplar una obra, bien para crearla, es necesario un desapego de lo real y poder acercarse a la experiencia de belleza. Siendo necesario para esta experimentación que ésta sea captada por las facultades intelectivas (vista, oído e inteligencia) y no por los sentidos inferiores.