Profesor Ariel Cuevas

Los cretenses, aqueos, jonios, eolios y dorios que llegaron sucesivamente a Grecia originaron el pueblo helénico, que se situaba en Grecia propiamente tal, Creta, las islas del mar Egeo y la costa oeste de Asia Menor. Era el comienzo de la civilización griega.

La civilización griega no fue creada por los habitantes nativos de la antigua Grecia, sino que nació del sincretismo o fusión cultural de los distintos pueblos que llegaron a la región.

Ya consolidados en el Peloponeso, los aqueos extendieron su dominio sobre el mar Egeo. Hacia el 1400 a.C., invadieron Creta, asimilando su civilización. Posteriormente, se expandieron hasta el Asia Menor (península de Anatolia), donde el rey Agamenón de Micenas habría encabezado la expedición que logró derrotar a Troya alrededor del 1260 a.C.

Alrededor del 1900 a.C., los aqueos, un pueblo indoeuropeo proveniente de las llanuras del Danubio (río que nace en la actual Alemania y desemboca en el mar Negro), llegaron a la península de los Balcanes y avanzaron hacia el sur hasta el Peloponeso, donde dominaron a los habitantes primitivos de la región, los pelasgos.

Paralelamente, llegaron otros invasores que se establecieron en la Grecia continental. Los jonios se asentaron principalmente en Ática (la península donde se encuentra Atenas), la zona central de Grecia y en las islas Cícladas. Los eolios se establecieron un poco más al norte, en Tesalia.

Los aqueos eran buenos guerreros y navegantes, practicaron la agricultura y el pastoreo y desarrollaron la cerámica. Sus reyes más poderosos fueron los de las ciudades de Tirinto y Micenas, es por esta última que la cultura aquea también se conoce como micénica.

Alrededor del siglo XI a.C., otros invasores indoeuropeos, los dorios, penetraron en la península griega desde el norte –provenían de las regiones de Macedonia, Tracia y Epiro– y se dirigieron al Peloponeso. Sus espadas y escudos de hierro superaban a las de bronce de los aqueos, quienes pese a dar violentas luchas finalmente fueron derrotados.

Algunos aqueos fueron convertidos en servidumbre, el resto emigró. Muchos se refugiaron en Ática, los demás se instalaron en las islas del mar Egeo y la región costera de Asia Menor, conocida como Jonia.

Aunque conquistaron casi toda la península del Peloponeso, los dorios solo se establecieron en la Dóride, Argólida y Laconia.

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La invasión de los dorios marcó el fin de la cultura micénica y el comienzo de una etapa de decadencia que se prolonga hasta el 776 a.C., cuando se inició el llamado “Medioevo helénico”, periodo en que se constituyó el pueblo helénico o griego