La grada social

Presentado por: Joan Manciñeiras Puig

Trabajo de Fin de Grado, GArqEtsaB, Plan 2014

Tutor: Félix Arranz

Convocatoria: 2a ordinaria, setiembre 2021

Escola Tècnica Superior d’Arquitectura de Barcelona, UPC

La grada socialIntegración y oportunidad en gradas de campos de fútbol de barrio

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Palabras clave

Arquitectura, estadio, campo de fútbol, grada, equipamiento, integración social.

Este Trabajo de Fin de Grado muestra una visión personal sobre los equipamientos deportivos de menor escala, que se conciben como puntos articuladores de la ciudad y espacios de intercambio e integración social, especialmente la grada.

Este estudio tiene como principal objetivo documentar gráficamente estos equipamientos para reivindicarlos como un espacio potencial de convivencia social, a la vez que se identifican posibles situaciones de mejora a partir de lo existente, con el fin de rentabilizar al máximo el equipamiento desde el punto de vista social y de integración urbana.

Se lleva a cabo a partir de tres métodos: investigación, comparación y parte propositiva.

En el apartado de investigación se estudia la evolución tipológica y social de la grada, desde Grecia hasta ahora; la segunda parte del trabajo consiste en la comparación de 12 casos de estudio de gradas de distintas escalas y la tercera parte del trabajo ofrece un decálogo de buenas practicas en la construcción -o rehabilitación- de las gradas en los campos de fútbol de pequeña escala como arquitectura de integración urbana, social y de proximidad.

Cierran el trabajo unas conclusiones, donde, tras una recapitulación, se valora la utilidad del decálogo y se plantea una visión de futuro de estos equipamientos.

Resumen

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Key words

Architecture, stadium, football pitch, stand, sport facilities, social integration.

The aim of this Bachelor’s thesis is to show a personal vision of small-scale sport facilities, especially the stands, which are conceived as articulating points of the city where social integration and exchange take place.

The main objective of this project is to graphically document these facilities claiming them as a potential space for social coexistence, as well as to identify possible situations for improving what already exists, with the aim of making the facilities profitable from a social and urban integration point of view.

This thesis is carried out based on three methods: research, comparison and propositive part.

The first part of the project studies the typological and social evolution of the stand from Greece to nowadays; the second part of the project consists of comparing 12 case studies of different-scale stands; and the third part of the project offers a decalogue of good practices in the construction -or refurbishment- of stands in small-scale football pitches as architecture for urban, social and proximity integration.

After a recapitulation, the thesis presents a series of final conclusions where the usefulness of the decalogue is assessed and a vision of these facilities looking to the future is considered.

Abstract

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A. Introducción 6

Justificación de la temática escogida 6

Objetivos del trabajo 7

Metodología 7

B. Parte I: Antecedentes 8

Evolución formal tipológica y social de la grada 8

C. Parte II: Estudio de casos 12

Trabajo gráfico en sección comparando gradas a diferentes escalas 12

A. Estadios 14

B. Campos de barrio 26

D. Parte III: Desarrollo propositivo 58

Decálogo de buenas prácticas en campos de fútbol de barrio 58

A. Potencial de límite 60

B. Potencial de conexión 62

C. Potencial de habitabilidad 64

E. Conclusiones 66

Bibliografía 70

Sumario

La grada social. Integración y oportunidad en gradas de campos de fútbol de barrio

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Justificación de la temática escogida.

Desde pequeño el fútbol ha formado parte de mi vida tanto como la arquitectura. Tras toda la vida practicando este deporte, hace ya más de ocho años empecé, también, a entrenar, de forma profesional y con formación específica, a niños y jóvenes.

Esta afición me ha llevado a recorrer semanalmente la mayoría de campos de fútbol de Barcelona y alrededores. A medida que se sucedían los años en la ETSAB, mi mirada sobre la arquitectura y la ciudad ha ido madurando y trasformándose, hasta llegar a percibir estos espacios no solo como rectángulos verdes que se insertan en la trama urbana sino como puntos articuladores de la ciudad y espacios de intercambio e integración social.

Tras tener la posibilidad de trabajar profesionalmente en la proyección de equipamientos deportivos de gran escala, mi interés sobre el impacto que estas infraestructuras tienen sobre la ciudad y la sociedad ha ido en aumento, planteándome si la enorme oportunidad que los grandes equipamientos suscitan sobre la ciudad podría trasladarse a estos pequeños campos que semanalmente tanto he visitado.

Me han ayudado a definir el planteamiento de este trabajo, además de las tutorías con Félix Arranz y el visionado de determinados capítulos de su programa Scalae, las conversaciones con expertos como César Azcárate, arquitecto al cargo del nuevo San Mamés, y Antoni Ramon, profesor de la ETSAB. A todos ellos agradezco su ayuda e implicación en el trabajo.

Así, al acabar mis estudios en la ETSAB, aprovecho este trabajo de final de grado para explorar el ámbito de la arquitectura deportiva y la oportunidad que los equipamientos de menor escala plantean, con la intención de proponer mejoras y , en último término, poder sacar provecho profesional del trabajo aquí hecho.

IntroducciónCapítulo A

Joan Manciñeiras Puig - TFG

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Objetivos del trabajo

En esta investigación se parte de la pequeña grada de barrio como un espacio de oportunidad y, en consecuencia, se plantea el objetivo de documentar gráficamente estos equipamientos para reivindicarlos como un espacio potencial de convivencia social.

Igualmente, el trabajo identifica posibles situaciones de mejora a partir del existente con el fin de rentabilizar al máximo el equipamiento desde el punto de vista social y de integración urbana.

Metodología

En el apartado de investigación se estudia la evolución tipológica y social de la grada, desde Grecia hasta ahora, a partir de la consulta de recursos como libros y artículos de revistas especializadas, tanto en papel como en línea.

La segunda parte del trabajo consiste en la comparación de 12 casos de estudio de gradas de distintas escalas. Primeramente, se estudian tres estadios nuevos de grandes dimensiones, cuidadosamente escogidos para poder utilizarlos de fuente de información sobre cómo maximizar la función de la grada, y para que puedan ser referencia en las prácticas que proponemos como mejoras. A continuación, se analizan gradas de campos de fútbol de barrio, donde se centra la parte principal del estudio. Se sigue sistemáticamente la misma estructura en el análisis de todos los campos, destacando las posibles mejoras y las oportunidades que presentan cada uno de ellos.

La tercera parte del trabajo ofrece un decálogo de buenas practicas en la construcción -o rehabilitación- de las gradas en los campos de fútbol de pequeña escala como arquitectura de integración urbana, social y de proximidad.

El decálogo muestra nueve buenas prácticas catalogadas por su potencial de límite, conexión o habitabilidad.

Cierra el trabajo unas conclusiones, donde se valora la utilidad del decálogo y se hace un repaso de como éste podría ser aplicado en los casos de estudio anteriormente expuestos.


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Evolución formal tipológica y social de la grada

Definimos deporte como la “actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas”. Los manuales de historia del deporte, si bien atestiguan la práctica del deporte en las sociedades más primitivas, sitúan su punto álgido en Grecia, vinculado a los conceptos de paideia y areté, que, aunque de difícil traducción, podríamos relacionar con ‘educación’, ‘ideales de cultura’, ‘amistad’ y ‘honor’.

Es en la cultura griega donde se documenta la construcción del primer estadio deportivo, en Olimpia, con motivo de la celebración de los primeros Juegos Olímpicos en el 776 a.C., De hecho, la misma palabra ‘estadio’, procede del latín stadium, que, a su vez, lo tomó del griego stadion (stadíon).

Los estadios griegos contaban, además de con la pista en donde se ejercitaban y competían los atletas, que tenía una longitud fija (125 pasos o 625 pies griegos o una octava parte de una milla), con gradas que solían estar apoyadas en la falda de una colina.

Estas mismas características adoptaron los estadios en Roma, el más importante de los cuales fue el de Domiciano (51-96 d. C.), que se sigue recordando en la forma elíptica de la actual Piazza Navona en Roma. No obstante, los romanos, más duchos en arquitectura e ingeniería, pudieron prescindir del condicionante orográfico de apoyar las gradas en la falda de una colina o montaña y construyeron las gradas de sus estadios sosteniéndolas sobre una estructura formada por corredores abovedados que desde el nivel de la calle permitían acceder a las distintas partes del graderío.

En efecto, la educación física y el deporte retrocedió en la Roma antigua respecto a los ideales físico-corporales griegos. Por contra, se fomentó una notable cultura de espectáculos y divertimentos, especialmente durante la época imperial. A fin de dar cobijo a los diversos espectáculos se construyeron en la ciudad de Roma —y por mimetismo en todas las urbes del Imperio— sofisticados edificios. Para el objetivo de este trabajo, resulta revelador el hecho de que estas actividades tan importantes y frecuentes en Roma como el teatro o los combates de gladiadores no tuvieran durante muchos años lugares fijos donde desarrollarse. Durante casi todo el período republicano se construían estructuras de madera provisionales, que se desmontaban una vez concluidos los espectáculos1 . Este hecho se ha explicado por

1 En Roma, el primer teatro permanente, el de Pompeyo, data del año 55 a. C., el primer anfiteatro, el Flavio, también llamado Coliseo, se inauguró en el 80 d. C. y el estadio de Domiciano, el único ejemplo de estadio existente en la ciudad, se reconstruyó como edificio permanente en el año 86 d. C.

AntecedentesCapítulo B


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2 Los romanos se referían a las graderías superiores con el término pullarium procedente de pullus, ‘pollo’, un término pues muy cercano al que usamos para referirnos a las filas más altas en un teatro cine: ‘gallinero’.

Imagen recreación del Anfiteatro Flavio en Roma, también llamado Colisseo.

División del graderío de la antigua Roma.

el temor de las clases superiores a poner a disposición del pueblo edificios donde pudieran reunirse de forma masiva, lo cual podría propiciar revueltas. En cambio, los líderes populistas, como Pompeyo o los emperadores romanos, supieron aprovechar en beneficio propio el potencial de estos edificios públicos de masas como elemento de cohesión social y de adhesión a su persona.

Sea como fuere, en todos los casos, el graderío (cavea en latín), en forma ovalada, semicircular o circular en función del edifico que se trate (circo, teatro o anfiteatro, respectivamente), era el lugar donde se sentaban los espectadores, situados según su rango social y, aunque no siempre, segregados también por sexo. Las más bajas y próximas al escenario son la prima o imma cavea y la más alta y alejada la summa cavea, entre ambas se situaba la media cavea. Así, en general el graderío se divide en cuatro zonas, siendo las dos inferiores para las dos clases superiores –senadores en la primera, y caballeros en la segunda– y las dos superiores para la plebe, la última de las cuales para las mujeres y niños de la plebe, y esclavos2. Se trataba, pues, de una reproducción jerarquizada a pequeña escala de la misma sociedad.

Las invasiones bárbaras de los siglos IV, V y VI comportaron un cambio de civilización. En la alta Edad Media, una civilización clerical, rural, empobrecida y expuesta continuamente a la violencia, desaparecieron, junto a las ciudades, los espectáculos deportivos y culturales tal como se habían entendido hasta entonces,


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espectáculos que, además, eran reprobados por la Iglesia. Aunque a lo largo de estos siglos existieron determinados espectáculos o competiciones con público, no se desarrollaron en edificios concretos.

A finales del Medioevo, junto al renacer de las ciudades, empezaron a surgir por Europa –primero en patios de casas y luego en edificios construidos a tal efecto– las llamadas corralas, edificios bajos de tres pisos dentro de los cuales un pequeño escenario resultaba visible desde las terrazas y patio (patio, en sentido literal) de butacas. En las corralas se representaban obras para personas con bajo poder adquisitivo –en contraposición al teatro de palacio, para la corte. Los teatros posteriores –hasta nuestros días–, que aparecieron de la mano de la burguesía acaudalada, siguieron bastante de cerca la estructura de la corrala: se construyeron como edificios cerrados al exterior y con patios de butacas, plateas y palcos. Podemos destacar que el lugar físico de cada espectador sigue reflejando una jerarquización social, más o menos estricta a lo largo de los tiempos.

No es hasta mediados del siglo XIX cuando encontramos, de nuevo, el uso de la grada, especialmente en los estadios deportivos y, más concretamente, albergando partidos de fútbol en el país donde se originó este deporte, Gran Bretaña.3 Allí, al principio, los estadios donde se jugaba al fútbol no tenían límites espaciales. A finales del siglo XIX, en paralelo al proceso de industrialización, evolucionó el concepto de estadio incorporándose novedades importantes. Así, al conseguir los clubs mayores recursos a través del recién introducido cobro de la entrada, promovieron la ampliación de las gradas –hasta entonces de poca capacidad–, lo cual conllevó el aumento exponencial del número de seguidores y la necesidad de seguir ampliando el graderío. Y así sucesivamente. En estas ampliaciones se dispuso cierta separación entre los aficionados, y entre éstos y los jugadores y entrenadores, junto con una segregación social entre los espectadores que acudían a tribunas y el resto de los espectadores.

A partir de la II Guerra Mundial y con el desarrollo del estado del bienestar en numerosos países europeos se han construido y se siguen construyendo estadios que destacan por incrementar su capacidad, confort y seguridad para acomodar al elevado número de espectadores que acuden regularmente a los recintos deportivos. En este sentido, las posteriores normativas de la UEFA han insistido en estos aspectos de seguridad y confort, lo cual ha conllevado una cierta estandarización de los requisitos que han de cumplir los estadios. Sin duda, la necesidad de atajar la violencia de los aficionados más radicales y de evitar accidentes ha comportado, además del uso de cámaras de seguridad y de mejores operativos policiales, la

3 Acuña Gómez, Guillermo; Acuña Delgado, Ángel, “El fútbol como producto cultural: revisión y análisis bibliográfico”, Citius, altius, fortius 9/2, 2016, pp. 31-58.

Bramall Lane, estadio situado en la ciudad de Sheffield en el Reino Unido, esta considerado como el estadio de fútbol más antiguo del mundo. Fue inagurado en 1855.


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introducción de medidas que han incidido en el funcionamiento de las gradas: obligatoriedad de los asientos numerados, segregación de los aficionados visitantes en las gradas y la presencia de grandes pasillos para asegurar la fluidez de las personas dentro del estadio y en su evacuación.

Más recientemente, en la construcción de los estadios han adquirido mayor relevancia factores como el diseño arquitectónico, la multifuncionalidad de los espacios para organizar todo tipo de espectáculos de ocio y entretenimiento junto con la búsqueda de una mayor rentabilización. Ello explica que los grandes estadios actuales cuenten, entre otros, con restaurantes, cafeterías, bar, museos donde conocer la historia del club o tiendas promocionales que venden productos del club. Así, el estadio, además de ser un lugar para la práctica del fútbol y para que los espectadores puedan seguir en vivo los partidos, se convierte en imán para atraer lealtades, captar recursos económicos y promover el desarrollo urbano de una ciudad o una zona.

El estadio postmoderno refleja muchas de las posibilidades y límites que ha impuesto la globalización económica, así como la comercialización y profesionalización que han acontecido en el mundo del deporte en las últimas décadas.

Hay que añadir que, a menudo, estos estadios en los que juegan equipos profesionales, por el enorme simbolismo de ciertos clubs, que trasciende el ámbito deportivo, han sido y son el marco espacial utilizado para plantear exigencias políticas.

Paralelamente a la construcción y reconstrucción de estos grandes estadios de fútbol y gracias a la promoción de la práctica del deporte entre la ciudadanía, en los barrios de las ciudades y en los pueblos se han multiplicado los pequeños campos de fútbol que, a menor escala, presentan las mismas características tipológicas y ofrecen un gran potencial de interacción social y cohesión en el tejido urbano, como se pretende demostrar en este trabajo.

En fin, los actuales estadios deportivos, desde los primeros británicos del s. XIX, han destacado por ser lugares donde, con cierta frecuencia, se han plasmado los valores político-económicos, socioculturales y deportivos de cada época, así como las condiciones del entorno urbano donde se ubican.

Estadio de Wembley, situado en Londres, en el Reino Unido, durante la realización de un concierto de la banda sur coreana BTS, en el año 2019.


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A continuación se presentan los casos de estudio seleccionados.

Los primeros tres casos son grandes estadios con proyectos innovadores. Tras un análisis previo, se ha decidido escoger los tres estadio que aquí presentamos para que sirvan como modelos de buenas prácticas en relación a maximizar la función de la grada. Son parecidos desde el punto de vista programático, social y de integración en la ciudad, pero distintos en cuanto a la estrategia seguida. Se trata del Nuevo Camp Nou, el nuevo Santiago Bernabéu y el Nuevo San Mamés.

A continuación se analizan nueve campos de pequeña escala, “de barrio”, sobre los que se centra la investigación de este estudio, en los que se detectan situaciones características u oportunidades de mejora en relación a la grada. Son el Campo de Fútbol Municipal (CFM) Fort Pienc, el CFM La Florida, el CFM Can Vidalet, el CFM Nou Sardenya, el CFM de Guinardó el CFM Feliu i Codina, el CFM Can Dragó y el CFM Parque de la Catalana.

Estructura seguida en los casos de estudio

El análisis de los ocho campos de barrio sigue siempre la misma estructura.

Primeramente se presentan los datos básicos y objetivos, en formato ficha: la ubicación, año de construcción, remodelaciones importantes, arquitectos responsables y otras características generales del campo. Acompañan esta ficha varias fotografías representativas.

Seguidamente, se describe la integración urbana del campo dentro del tejido urbano, haciendo hincapié en las calles que lo limitan, las diferencias de cota respecto a la calle si las hay, la existencia de otros equipamientos o elementos colindantes a tener en cuenta, y otras singularidades relevantes para el estudio.

En tercer lugar, se presentan los aspectos mejorables y oportunidades que plantea la disposición general del equipamiento, por su relación con la ciudad y conexión con el exterior.

A modo general y como previa al decálogo, se plantean hipotéticas intervenciones para cada uno de los equipamientos.

En la parte inferior, se encuentra la sección principal de la grada objeto de estudio.

Estudio de casos Capítulo C


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Nou Camp Nou

CFM Fort Pienc

CFM Nou Sardenya

CFM Can Dragó

Nuevo Santiago Berabéu

CFM La Florida

CFM de Guinardó

CFM Parque de la Catalana

Nuevo San Mamés

CFM Can Vidalet

CFM Feliu i Codina


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Información general

Se encuentra en el extremo oeste de la Avenida Diagonal, en el distrito de Les Corts de la ciudad de Barcelona.

Dirección: C/ Aristides Maillol, 12 | 08028 Barcelona

Año de construcción: 1957

Arquitectos: Frances Mitjans, Josep Soteras y Lorenzo García-Barbón

Ampliaciones: 1982 y 2024*

Arquitectos última ampliación: Nikken Sekkei y Pascual-Ausió Arquitectes

Dimensiones del campo: 105 x 68 m

Capacidad de las gradas: 99.354 espectadores

Localización

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Nuevo Camp Nou


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Integración urbana

El proyecto de renovación del Camp Nou, que lleva como nombre Nou Camp Nou, resuelve la remodelación y ampliación del estadio y determina su correcta inserción en el complejo espacio urbano en que se encuentra.

En el proyecto actual, la plataforma de acceso al campo se encuentra a una cota superior a la de las calles con las que limita, por lo que aparecen escaleras en gran parte de sus accesos.

Las actuales tensiones con la calle de Joan XXIII y Travessera de Les Corts se resuelven desplazando la ameba prevista en el proyecto a la cota natural del terreno, así los desniveles quedan resueltos y aparecen dos grandes explanadas a este y poniente, que configuran los accesos a los espacios principales del Espai Barça.

Así, se entrega gran parte del terreno a la ciudad, en forma de espacio público verde, a la vez que queda resuelta la relación entre el campo, el barrio y la ciudad.

(1) Vista frontal del Nou Camp Nou.

(2) Vista de la nueva piel exterior del Nou Camp Nou

(3) Vista detalle de las nuevas plataformas debajo de las gradas.

Play Time, Nikken Sekkei y Pascual-Ausió Arquitectes

Mejoras que ofrece la renovación

La aproximación al lugar por parte del usuario se dará a partir de unos grandes espacios abiertos, como una gran ágora, una plaza mayor y unas explanadas donde se encontraran las puertas de acceso bien localizadas.

Una vez dentro y a través de su sección, vemos como debajo de las gradas aparecen unos grandes bulevares, tres calles elevadas que recorren el estadio perimetralmente, donde se encuentran los servicios de restauración, tiendas y espacios de convivencia social con los que utilizar el campo más allá de los días de partido.

Así, la renovación del campo pone el foco en el espacio exterior de la grada, en su parte trasera, que se convierte en una prolongación del espacio público, un espacio que se integra y se ofrece a la ciudad para convertirse en un punto de encuentro social y cultural de referencia, sin la necesidad expresa de la actividad deportiva en su interior para estar en funcionamiento.

“Cosas que aprender”

El estadio supone una oportunidad de mejora urbana sobre su entorno inmediato y su contacto con la ciudad.

El equipamiento no se cierra en si mismo sino que se abre, dejándolo todo diáfano, destapándose hacia el exterior para convertirse en un espacio integrado y abierto a la ciudad.

La fachada del estadio es tan porosa que deja de existir, dejando al descubierto el espacio público que se ofrece a la ciudad.

El espacio debajo de las gradas se multiplica, ganando espacio útil e intensificando las opciones de interacción social y cultural


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Sección transversal de la tribuna principal del Nuevo Camp Nou.

Producción propia.


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Localización

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Nuevo Santiago Bernabéu


Se encuentra en el Paseo de la Castellana, en el distrito de Chamartín de la ciudad de Madrid.

Dirección: Avda. Concha Espina, 1 | 28036 Madrid


Arquitectos: Manuel Muñoz Monasterio y Luis Alemany Soler

Ampliaciones/remodelaciones: 1953, 1994, 2006 y 2022*

Arquitectos última remodelación: GMP-Architekten, L35 Arquitectos, y RIBAS&RIBAS


Capacidad actual de las gradas: 81044 espectadores


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(1) Vista frontal del Nuevo Santiago Bernabéu.

(2) Vista de la nueva piel exterior del Nuevo Santiago Bernabéu.

(3) Vista detalle de las nuevas plataformas debajo de las gradas.

GMP-Architekten, Ribas Arquitectos y L35 Arquitectos

Integración urbana

El proyecto mejora el entorno urbano del estadio, con una plaza en el paseo de la Castellana y otra en la esquina de Padre Damián, además de convertir en peatonal la calle Rafael Salgado.

También se llevará a cabo la demolición del centro comercial y la construcción de dos nuevas torres, además de la instalación de nuevas escaleras mecánicas que conecten con el nivel más alto del estadio.

Estas actuaciones mejoran la accesibilidad y seguridad del estadio, a la vez que mejoran el entorno urbano con más de 25.000m2 de nuevos espacios públicos.


A diferencia del proyecto anterior, que se centraba en proyectar una imagen diáfana hacia el exterior y abrir el proyecto hacia la ciudad, el Nuevo Santiago Bernabéu busca una imagen icónica, de edificio singular, más parecido a una fortaleza, que refuerce su imagen de poderío y grandeza.

La novedad más destacada del diseño es la fachada, que unifica diferentes elementos del estadio, poniendo así fin a la heterogeneidad creada por las diversas ampliaciones y remodelaciones llevadas a cabo desde la apertura del estadio en 1947. Esta fachada se compone de una envoltura escultórica de lamas metálicas diagonales sutilmente curvadas, que ofrece diferentes grados de translucidez permitiendo las visuales interior/exterior.

Esta envolvente se conforma llegando a conseguir una distancia de 21m desde el actual estadio. Esto permite que la nueva piel albergue usos complementarios, en su mayor parte zonas comerciales, así como un hotel de lujo e instalaciones de negocios y de ocio.

Vemos entonces, que pese a la imagen cerrada y de fortaleza, el proyecto también plantea una gran zona dedicada a usos terciarios que permitan al campo funcionar diariamente, más allá del día de partido, multiplicando sus opciones económicas, sociales y culturales.


Del mismo modo que sucedía en Barcelona, la remodelación del campo se aprovecha para ofrecer a la ciudad una mejora sobre su entorno inmediato, en este caso, llegando incluso a convertir en peatonal una de las calles contiguas al equipamiento.

Pese a no mostrar una imagen directamente abierta al exterior, la integración de usos complementarios es uno de los puntos principales del programa, aprovechando el poder de atracción que supone el estadio y así aumentar las oportunidades económicas, sociales y culturales del equipamiento.


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Sección transversal de la tribuna principal del Nuevo Santiago Bernabéu.

Producción propia.


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Localización

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Nuevo San Mamés


Se encuentra en el costado sur de la Ría de Bilbao, en el distrito de Abando de la ciudad de Bilbao.

El campo remplaza el antiguo estadio San Mamés, situado en el mismo lugar.

Dirección: C/ Rafael Moreno Pitxitxi, s/n | 48013 Bilbao


Arquitectos: César Azcárate (ACXT-Idom)


Capacidad de las gradas: 53.331 espectadores


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(1) Vista exterior del Nuevo San Mamés des del lado contrario de la Ría.

(2) Vista de las gradas del Nuevo San Mamés.

(3) Vista de la entrada al polideportivo subterráneo.

ACXT Architects (grupo IDOM)

Integración urbana

Se sitúa prácticamente en el mismo emplazamiento que el antiguo San Mamés, asomándose sobre la Ría y irguiéndose con fuerza y rotundidad como una pieza arquitectónica que da valor añadido a la zona y sus espacios contiguos.

El Nuevo San Mamés se sitúa sobre la antigua Feria de Muestras de Bilbao. El proyecto supuso el derribo de este edificio, en su día orgullo de la ciudad, para dotar al nuevo equipamiento de más amplitud, mejorando su inserción en la trama urbana y dándole oxígeno respecto las construcciones vecinas.

A su vez, en este espacio se construyó la Escuela de Ingeniería de Bilbao, edificio con que limita el campo en el costado suroeste.

En su costado sureste el proyecto preveía la construcción de dos nuevos bloques de viviendas, que por el momento, 9 años después de su inauguración, no se han construido. Esto crea una gran explanada de acceso que mejora la relación con la ciudad y favorece la entrada y salida al campo los días de partido.


El edificio cuenta con una piel permeable, cuyo objetivo, al igual que pasaba en el caso anterior, es definir claramente los límites de la envolvente y presentar una imagen reconocible de la pieza arquitectónica.

El campo dispone, también, de museo, zona comercial, restaurante, cafetería, salas de eventos, salas de reuniones y salas de conferencias.

Además, a cambio de una aportación económica por parte del Gobierno Vasco, se acordó que en los sótanos del estadio se ubicaran un polideportivo municipal, con salas equipadas para el ejercicio físico, piscina olímpica e infantil, sauna y spa, un centro de innovación deportiva y un centro de medicina deportiva.

Así, vemos como la multifuncionalidad del equipamiento no solo se da detrás de la grada sino también en el sótano. Una vez más, se aprovecha el atractivo que supone un campo de estas características para suplementar su uso con actividades complementarias y aumentar las oportunidades económicas, sociales y culturales de la infraestructura.


Un proyecto de estas dimensiones se aprovecha a nivel de ciudad para mejorar el entorno urbano inmediato y su zona colindante, siendo imprescindible la mejora de los accesos y pasos.

Pese a disponer de un espacio más reducido y tratarse de un campo de dimensiones menores a los anteriores casos de estudio, el equipamiento incorpora usos complementarios, esta vez también en su sótano, dejando clara la importancia de la mixticidad y el uso diario de este tipo de equipamientos.


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Sección transversal del fondo sur del Nuevo San Mamés.

Producción propia.


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Localización

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Campo de Fútbol Municipal Fort Pienc


Se encuentra en el Parque de La Estación del Norte, en el barrio del Fort Pienc.

Dirección: C/ Marina, 111-115 | 08013 Barcelona


Remodelaciones / ampliaciones: No

Número de clubes que usan el equipamiento: 7

Superfície del campo: Hierba sintética/artificial

Capacidad de las gradas: 1200 personas

Localización de las gradas: Grada en el lado largo del campo, orientación sureste


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Integración urbana

El equipamiento se localiza en el Parque de la Estación del Norte, en el barrio del Fort Pienc.

El campo se encuentra por debajo de la cota de la calle, a nivel con el parque que lo anexa. Su grada sureste aprovecha la diferencia de nivel a modo de talud en el que asentarse.

El salto de nivel de la grada se usa para sortear los túneles del metro L1 y tren, que se dirigen de Glòries a la Estación del Norte, pasando por Marina. A su vez, la plataforma de acceso a las gradas conecta a nivel de calle y de forma peatonal la Calle Marina y la Calle Sardenya.

En su cara noreste y suroeste se encuentran el Pont de Marina y el puente de la Calle Sardenya. Debajo del Pont de Marina se hallan una pista de básquet, el bar y los vestuarios del equipamiento y debajo del puente de la Calle Sardenya se sitúa una pista de fútbol reducido. A cota de calle, en la acera, ambos laterales se usan también como grada espontanea de pie.

En el lateral noroeste limita con viviendas. El bloque central, de nueva planta, aprovecha la concentración de usos comunes en planta baja para crear un mirador privado hacia el campo.


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Hipotéticas intervenciones - cosas que podrían pasar

La plataforma de acceso conecta, por un lado, directamente con el campo creando las gradas, mientras que por el otro lateral encontramos un salto hacia el parque.

Planteando una grada a cada lado de dicha plataforma, se podría conseguir una conexión urbana mucho mayor entre el equipamiento deportivo y la zona verde, potenciando también el paso peatonal existente. No solo encontraríamos una grada deportiva sino también una totalmente pública y urbana.

Aspectos mejorables y oportunidades

El hecho de aprovechar el inconveniente que supone el túnel del metro para crear esta grada supone una oportunidad bien aprovechada.

El cerramiento que divide el campo de la plataforma de acceso está formado de elementos verticales fijos pero que permiten la permeabilidad a la vista. Pese a la buena intención de evitar un muro y permitir la conexión visual, un elemento móbil que permitiera la conexión física multiplicaría las oportunidades del lugar.

El cambio de cota del campo posibilita aprovechar la parte inferior de los puentes y tener así un equipamiento polideportivo que facilita crear mayores sinergias entre la diferentes entidades a la vez que enriquece el programa.


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Se encuentra en el Parque de Les Planes, en el barrio de La Florida.

Dirección: C/ Menéndez Pidal, 13 | 08900 L’Hospitalet de Llobregat




Superficie del campo: Hierba sintética/artificial


Localización de las gradas: Grada en el lado largo del campo, orientación este

Localización

-01- -02-

Campo de Fútbol Municipal La Florida

(1) Vista de la grada desde dentro con el campo de fútbol.

(2) Vista del equipamiento desde fuera con las pistas de petanca.

Fuente: internet


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Integración urbana

El equipamiento se localiza en el Parque de Les Planes, en el barrio de La Florida.

El campo se inserta en la pendiente del parque. Así, su grada Este aprovecha el la diferencia de nivel a modo de talud en el que asentarse.

En el mismo lateral se hallan el volumen longitudinal que limita la grada del campo de fútbol con el parque. Por la cara interior el volumen absorbe la actividad deportiva del campo, donde están los baños, los vestuarios y el bar. En su cara exterior encontramos la entrada y control de acceso al campo, acceso al bar, así como el Club de Petanca la Florida, junto a dos pistas de Petanca en la zona de parque contigua.

En su cara norte, debajo de la rampa que salva el desnivel y conecta el parque transversalmente se sitúan más vestuarios. Este lateral se usa también como grada espontanea de pie.

En su cara sur limita con el Cementerio de l’Hospitalet de Llobregat


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Para sacar el máximo partido a la grada con potencial de conexión el equipamiento tipo aula debería presentar una estructura más porosa.

Se podría liberar espacio a modo de porche que conecte los dos mundos, el interior relacionado con el campo de fútbol y el exterior relacionado con el parque y pistas de petanca, para así aumentar la interacción y las relaciones sociales.


En el caso de estudio, el volumen que contiene el programa del equipamiento y la grada son dos elementos diferentes.

Esto sucede a menudo cuando en un entorno con desnivel, ya que dicho desnivel presenta una oportunidad para integrar la grada a modo de talud, pero no permite que el programa se sitúe debajo de esta grada.

Al integrarse en el desnivel posibilita que la grada sea un elemento de conexión entre los dos niveles, favoreciendo la relación visual y programática.

El aprovechamiento del volumen situado en la parte superior para incorporar la unión de dos equipamientos, como son el del Campo de fútbol y el del Club de petanca, presenta oportunidades a nivel social y económico, a la vez que enriquece el programa por su mixticidad.


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Localización

-01- -02-

Campo de Fútbol Municipal Can Vidalet


Se encuentra en el barrio de Can Vidalet, en Esplugues de Llobregat.

Dirección: C/ Molí, s/n | 08950 Esplugues de Llobregat






Localización de las gradas: Grada en el lado largo del campo, orientación oeste


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Integración urbana

El equipamiento se localiza en el barrio de Can Vidalet, en Esplugues de Llobregat.

El campo se integran en una manzana con equipamientos multifuncionales. Esta se compone de un centro de salud, un centro sociocultural, una escuela de educación infantil y primaria, un supermercado, varias cafeterias y otros servicios del sector terciario, además de una plaza pública equipada. Además, desde este lateral se accede al parking situado debajo del campo.

Su grada principal ocupa la totalidad del lateral oeste, dejando un único paso hacia el interior en la zona central y situando los vestuarios y despachos de administración debajo de esta grada.

En su cara norte se encuentran los almacenes, sin conexión física ni visual hacia la calle. Siguiendo la misma estructura, en su lado sur se hallan más almacenes, en este caso limitando con la estructura que anexa los equipamientos previamente expuestos.

En el lateral este, frente a la grada principal, está la Plaza de Blas Infante, una plaza elevada, que se sitúa sobre un parking, quedando así a nivel del campo y creando otra conexión a nivel con el equipamiento.


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La configuración de la grada oeste, con los vestuarios y despachos ocupando la totalidad del espacio debajo de la grada, dificulta integrar este elemento en la trama urbana.

Sin embargo, el lateral opuesto, que limita con la Plaza Blas Infante, presenta la oportunidad de crear una segunda grada con voluntad integradora sobre la plaza pública.


El volumen que integra grada, vestuarios y despachos supone una barrera hacia la ciudad. Está configurado como un elemento totalmente opaco, nada poroso, con un único paso en su punto central. Se pierde la oportunidad de aprovechar la grada a nivel de ciudad a la vez que se desaprovecha la fachada oeste de toda la manzana.

Presenta una oportunidad clara el hecho de encontrarnos en una manzana con múltiples equipamientos de distinta índole. El flujo de gente será siempre mayor y las tensiones potenciales que pueden provocarse también.

El desnivel de la manzana y el hecho de que el campo integre en ella junto a los demás equipamientos ofrecen la oportunidad de tener parking debajo del campo a la vez que se accede a él a nivel de calle. A su vez, el lateral este presenta oportunidades a nivel social y de integración al estar en contacto y a mismo nivel el campo y una plaza pública.


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Localización

Campo de Fútbol Municipal Nou Sardenya


Se encuentra en el barrio del Camp d’en Grassot i Gràcia Nova, distrito de Gràcia.

Dirección: C/ Camèlies, 42 B | 08024 Barcelona


Remodelaciones / ampliaciones: 1955 (reconstrucción total)




Localización de las gradas: Grada perimetral, tribuna en orientación noroeste

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Integración urbana

El equipamiento se localiza en el barrio del Camp d’en Grassot i Gràcia Nova, distrito de Gràcia.

El campo se encuentra en una pendiente descendiente en dirección sudeste. Esto provoca que su grada principal, situada en el lateral noroeste, esté a nivel de calle, mientras que su grada sudeste provoca un salto de nivel cercano a los 9 metros.

Dicho desnivel favorece la aparición de un parking debajo del campo además del equipamiento deportivo anexo, ahora gestionado por Holmes Place, que cuenta con piscina, pista de basket y gimnasio, también debajo del campo de fútbol.

La zona central debajo de la grada principal es totalmente permeable y se mantiene a nivel de calle.

En el lateral noreste adjunto a la grada se halla el equipamiento deportivo antes nombrado.

En el lateral sudoeste se ubican las gradas a una altura mayor a 3 metros sobre el nivel de la calle, por ello encontramos la entrada y salida a los dos parkings subterráneos que hay.

La grada sudeste, también a una altura mayor a 3m sobre el nivel de calle, limita con un callejón peatonal que conecta el Carrer de Sardenya con el Carrer de Pau Alsina.


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El cerramiento fijo que limita la calle con el porche que forma la grada podría ser planteado como un elemento móvil, pudiendo ser permeable y a la vez cumplir su función de control de acceso cuando fuera necesario.

Del mismo modo que pasa en el lateral noreste con el equipamiento deportivo, en el lateral sudoeste se podría aprovechar parte del espacio que ocupa el parking debajo del campo para situar comercio que favoreciera la activación de la calle.


La estructura que presenta la grada, totalmente permeable física y visualmente desde la calle hasta el campo, ofrece una oportunidad a nivel de ciudad para aprovechar el potencial de porche que ésta tiene.

Sin embargo, el tipo de cerramiento elegido para limitar el equipamiento con la calle elimina esta oportunidad de relación interior/exterior - actividad deportiva/ciudad.

El hecho de tener el campo en una cota inferior posibilita tener el segundo tramo de grada, aprovechando así el potencial de conexión que ésta presenta.

En el lateral sudoeste se desaprovecha toda la fachada para únicamente situar las entradas y salidas del parking. Encontrándonos en una calle con actividad comercial en los bajos de las demás manzanas, esta fachada resulta una oportunidad perdida.


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Localización

Campo de Fútbol Municipal de Guinardó


Se encuentra en el barrio del Guinardó, junto a los Jardines del Doctor Pla i Armengol.

Dirección: Ronda Guinardó, 141 | 08041 Barcelona

Año de construcción: 1994-1999





Localización de las gradas: Grada en el lado largo del campo, orientación oeste

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Integración urbana

El equipamiento se localiza en el barrio del Guinardó, junto a los Jardines del Doctor Pla i Armengol.

Se sitúa en una manzana ocupada casi integramente por equipamientos deportivos, sociales y de educación.

En el lateral noroeste se encuentra su grada principal. Junto a ella e integrado en el desnivel que se presenta, se hallan el volumen que contiene los almacenes y el bar. Encima de este volumen se crea una plataforma que sirve de terraza al Centre Cívic Guinardó, equipamiento que está en este nivel superior.

En el lateral norte se ubica la rampa de acceso hacia la grada, y seguidamente, el equipamiento anexo Club Esportiu Municipal Guinardó, que cuenta con piscina, pista de basket y gimnasio.

El lateral sur también cuenta con una rampa de acceso al campo, que ocasionalmente se usa como grada informal de pie.

En el lateral este el campo limita con zona de aparcamiento.


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En este caso, nos encontramos con un buen ejemplo de como la grada puede ser algo más, aprovecharla a nivel de barrio/ciudad como elemento de conexión e integración.

Para exprimir esta idea al máximo se podría facilitar una conexión más directa entre los dos equipamientos.


El modulo de almacenes y bar se integra en el terreno para crear una plataforma que se usa de mirador hacia el campo, absorbiendo las tensiones entre el equipamiento social y el equipamiento deportivo.

Así, la terraza del Centre Cívic Guinardó se puede llegar a entender como una continuación de la grada, que se convierte en un punto de interacción e intercambio social, aprovechando al máximo la oportunidad que la diferencia de cota ofrece.


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Localización

Campo de Fútbol Municipal Feliu i Codina


Se encuentra en el barrio de Horta, distrito de Horta-Guinardó.

Dirección: C/ Feliu i Codina, 35-37 | 08031 Barcelona






Localización de las gradas: Grada en el lado largo del campo, orientación noreste

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Integración urbana

El equipamiento se localiza en el barrio de Horta, distrito de Horta-Guinardó.

A su alrededor hay equipamientos deportivos como el Gimnàs Horta Esportiva o la Unió Atlètica Horta, que cuentan con piscina y gimnasio, equipamientos sociales como el Casal de Gent Gran d’Horta y equipamientos educativos como l’Escola Bressol Municipal Llar d’Infants, así como bloques de viviendas.

Su grada principal se hallan en el lado noroeste, limitando con el Carrer del Canigó, calle que muestra un desnivel ascendente en dirección noroeste.

Debajo de su grada principal se ubican los vestuarios, almacenes y despachos, junto con un paso en su parte exterior a través del cual se accede a estos servicios.

El campo se encuentra prácticamente al nivel del acceso, situado en la esquina noreste. El acceso a los vestuarios y gradas está a apenas 3 escalones debajo del nivel de acceso, siendo la calle la que con su inclinación progresiva crea un foso entre el interior y el exterior.

En el lateral sureste se levanta el Casal de Gent Gran d’Horta, un volumen de nueva construcción que ocupa la totalidad del lateral y se conecta física y visualmente con el campo.

En el lateral noroeste limita con la parte trasera de varios bloques de viviendas y en el lateral sureste con la parte trasera de l’Escola Bressol y el Gimnàs Horta Esportiva.


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Dadas las características de la grada y la difícil conexión con la ciudad por el salto de nivel, una gran intervención seria complicada de plantear.

Sin embargo, para dejar de percibir la parte trasera de la grada como un muro podrían plantearse intervenciones más livianas pero efectivas, como la eliminación de la valla que limita interior/exterior y, a su vez, trabajar con vegetación, superposición de materiales o integración de mobiliario urbano en el espacio debajo de la grada.


La estructura seguida en la construcción de la grada crea un foso que supone una desconexión total entre el equipamiento y la ciudad.

La parte posterior de la grada se convierte en un “detrás” sin ningún interés y se pierde la oportunidad que ofrece una fachada de tales dimensiones hacia la calle.

El Casal de Gent Gran d’Horta, situado en el lateral sureste, presenta dos aperturas que conectan físicamente el equipamiento social con el deportivo. Sitúa la terraza del bar formando un mirador hacia el campo, favoreciendo así el intercambio mútuo. Sin embargo, por la escala de éste equipamiento, esta conexión no es total sino que se da solamente en una pequeña porción de la fachada.

Al no haber margen entre el campo y el límite del equipamiento, no se da ninguna conexión entre los equipamientos del lateral suroeste y el campo.


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Localización

Campo de Fútbol Municipal de Can Dragó


Se encuentra en el Parque de Can Dragó, en el barrio de Porta.

Dirección: Psg. Andreu Nin, s/n | 08016 Barcelona






Localización de las gradas: Grada en ambos laterales largos, orientación este y oeste.

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Integración urbana

El equipamiento forma parte del Parque de Can Dragó, en el barrio de Porta, distrito de Nou Barris.

El Parque se compone de diversas instalaciones deportivas, como piscinas cubiertas, una pista de atletismo, un polideportivo, numerosas áreas públicas de esparcimiento y recreo. A su vez limita con equipamientos educativos como la Escola Bressol Municipal Can Dragó, el Insitut Valldemossa o la Escola d’Hostelería i Turisme de Barcelona.

El campo se encuentra por debajo de la cota del parque, aprovechando así el desnivel para integrar su grada perimetral.

En este caso, a diferencia de los casos anteriores, el volumen de equipamiento se sitúa en el lado corto. Este volumen aprovecha también el desnivel para tener dos niveles donde integrar los vestuarios, oficinas, almacenes y bar. En el volumen superior, por donde se accede desde el parque, se crea un porche que actúa como grada

En los tres laterales restantes el campo limita con el parque con una valla opaca, que limita la conexión física y visual entre el interior y el exterior.


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Pese a encontrarse en un parque muy transitado y con múltiples equipamientos, el campo solo se abre hacia su cara sur, despreciando los demás laterales, tanto en conexiones físicas como visuales, negando cualquier tipo de intercambio con el parque.

El volumen de equipamiento que incorpora los vestuarios y el bar se abre tanto hacia el interior como hacia el exterior, eso lo convierte en un elemento con cierta porosidad favoreciendo la conexión dentro/fuera.


Del mismo modo que la fachada sur se convierte en un elemento poroso que conecta parque y equipamiento, las tres fachadas restantes deberían integrar elementos que permitan esta conexión, al menos visual. Poniendo el énfasis en la fachada norte, que limita con la zona de parque y, por tanto, estará más expuesta a relaciones e intercambios.


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Localización

Campo de Fútbol Municipal de la Barceloneta


Se encuentra en el Parc de la Barceloneta, barrio de La Barceloneta.

Dirección: C/ Dr. Aiguader, 58 | 08003 Barcelona






Localización de las gradas: Grada en el lado largo del campo, orientación este

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Integración urbana

El equipamiento se localiza en el Parque de La Barceloneta, en el barrio de La Barceloneta.

El campo se encuentra junto al principio de una rampa inacabada, ascendente de sur a norte, que lleva a ninguna parte. Ésta está integrada en el complejo municipal que forma parte del parque de La Barceloneta y que está constituido por el campo de fútbol, un bar y una gasolinera.

De forma paralela a esta estructura pero como volumen independiente se halla la grada, situada en su lateral este, que integra en su parte inferior los baños y almacenes del campo.

Dicha rampa contiene almacenes, despachos, un pequeño museo del club y vestuarios, y conecta con el interior del campo en dos puntos. En su parte central da acceso a los vestuarios de su interior y, en segundo lugar, conecta el interior y el exterior a través del bar.

Su lateral norte limita también con una rampa más pequeña que conecta con la rampa principal.

El lateral oeste limita a través de un muro con el Passeig de Salvat Papasseit y, a continuación, el Edificio Gas Natural - Torre Mare Nostrum.

En su costado sur el campo limita, con el mismo muro, con el Parque de la Barceloneta y su equipamiento educacional ambiental La Fàbrica del Sol.


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Para favorecer el acceso al campo desde el parque y el paseo marítimo, se podría convertir esta rampa en un elemento más poroso, del mismo modo que sucede en su esquina con el bar. A su vez, una intervención sencilla e inmediata podría ser abrir la visual de la rampa hacia el campo, dándole así mayor uso y sentido a esta estructura inacabada.


La rampa que recorre el lateral del campo de forma ascendente solo permite la visión hacia el parque, mientras que niega las visuales con un muro hacia el campo. Dado que el uso de la rampa es muy limitado al no completar ningún recorrido, resulta una oportunidad perdida no aprovechar este elemento como una grada hacia el parque y el campo.

Además, esta estructura acaba suponiendo una barrera entre el parque y el campo, pudiendo ser una estructura más porosa que permitiera el intercambio entre parque y equipamiento. Se abre hacia el interior y exterior en una de sus esquinas, donde se sitúa el bar, con mucho éxito entre los asistentes al poder disfrutar del bar y el equipamiento al mismo tiempo.

El volumen de la grada y el volumen de la rampa son prácticamente paralelos pero se conectan tan solo en un punto. Parece una oportunidad el hecho de integrar estos dos elementos, para conseguir así conexiones entre el parque y el campo, aprovechando una estructura tan sugerente para el beneficio del equipamiento y la ciudad.


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A partir de la valoración de los aspectos a mejorar y oportunidades que plantean los casos de estudio, se lleva a cabo un decálogo de buenas prácticas en la construcción -o rehabilitación- de las gradas de campos de fútbol de pequeña escala.

El decálogo plantea la grada como arquitectura de integración urbana, social y de proximidad. En él se muestran nueve buenas prácticas catalogadas por su potencial de límite, conexión o habitabilidad.

Consideramos el potencial de límite como la manera de delimitar la grada respecto la ciudad.

El potencial de conexión es la capacidad de unión y relación entre espacios que puede provocar la grada. La conexión de los espacios favorece el intercambio social, cultural y programático, pudiendo integrar el equipamiento en la ciudad y el recorrido urbano.

Finalmente, entendemos por potencial de habitabilidad el cómo y de cuántas maneras se puede delimitar el espacio tridimensional de la experiencia arquitectónica, siendo, de acuerdo con la mirada del doctor arquitecto Antonio Ermesto, el porche, el recinto y el aula los tres elementos arquetípicos.

Desarrollo propositivo Capítulo D


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Porosidad

Talud

Porche

Fachada activa

Doble talud

Recinto

Filtro

Desencaje

Aula


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Se muestran las tres alternativas de grada en los campos de fútbol de pequeña escala, por su potencial de límite, como arquitectura de integración urbana, social y de proximidad.

Cuando la grada se presenta como una pieza elevada puede darse que su parte trasera se convierta en una fachada opaca hacia la ciudad. Esto provoca que, en muchos casos, la aparición de un campo de fútbol en la trama urbana signifique tener una fachada de grandes dimensiones (dimensión igual a la del campo, cercana a los 100 metros) convertida en un muro opaco que no ofrece ninguna oportunidad.

En esta casuística su potencial de límite hacia el exterior debe plantearse como un elemento poroso que facilitar el intercambio entre el equipamiento y la trama urbana.

Cuando esto no sea posible, se debe aprovechar esta gran fachada para situar en ella programa comercial o de apoyo social, como pueden ser del ámbito de la salud, de formación, de ocio intergeneracional... o para situar puestos de protección de elementos de transporte urbano individual (bicicletas fundamentalmente). Así, el programa comercial ofrecido hacia el exterior convive con el programa deportivo existente en el interior, pudiendo combinarse ambos a lo largo de su sección longitudinal.

Siguiendo la misma lógica, cuando la actividad llevada a cabo en el espacio debajo de la grada funciona hacia ambos lados, ésta puede funcionar como filtro.

Estas tres opciones pueden verse combinadas de diferentes formas, siempre bajo la máxima de evitar el trasero de la grada como muro opaco hacia la ciudad y potenciando al máximo la interacción e intercambio entre actividad deportiva y ciudad.

Potencial de límite


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Porosidad

Fachada activa

Filtro


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Se muestran las tres alternativas de grada en los campos de fútbol de pequeña escala, por su potencial de conexión, como arquitectura de integración urbana, social y de proximidad.

Entendemos por potencial de conexión la capacidad de unión y relación entre espacios que puede provocar la grada. La conexión de los espacios favorece el intercambio social, cultural y programático, pudiendo integrar el equipamiento en la ciudad y el recorrido urbano.

La grada talud es una casuística que se da, o puede darse, en los casos en que el campo se encuentra a una cota inferior a la grada. Ello provoca una relación visual y espacial total entre la ciudad y el campo, siendo la grada el propio elemento de conexión.

El doble talud, aprovechando el desnivel que provoca la grada sobre la cota del campo, ofrece la posibilidad de recuperar este cambio de nivel a partir de otra grada, siendo esta de carácter urbano, más orgánica y entregada a la ciudad. Así, las oportunidades que la grada ofrece se doblan, a la vez que se evitan los muros traseros de la grada convencional.

El desencaje, siguiendo la formalidad planteada en los dos casos anteriores, supone encontrar una forma mixta entre las dos opciones. Esta permite ofrecer una grada urbana hacia la ciudad, que a su vez hace de porche a la grada del campo, que en un corte distinto de la sección podría actuar como grada talud creando conexión directa hacia la ciudad.

Potencial de conexión


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Talud

Doble talud

Desencaje


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Se muestran las tres alternativas de grada en los campos de fútbol de pequeña escala, por su potencial de habitabilidad, como arquitectura de integración urbana, social y de proximidad.

De acuerdo con el doctor Antonio Armesto, a partir de los elementos porche, recinto y aula, que los considera los tres elementos arquetípicos, es posible responder a la pregunta sobre cómo y de cuántas maneras se puede delimitar el espacio tridimensional de la experiencia arquitectónica: el porche niega la dimensión vertical para afirmar la extensión horizontal del espacio, el recinto niega la extensión horizontal para afirmar la extensión vertical, y el aula niega ambas, para afirmar un mundo interior propio.

El porche permite una continuidad horizontal y limita una continuidad vertical, generando relación visual y espacial entre el trasero de la grada y la ciudad. Este porche puede alojar programa, tanto permanente como efímero, ya sea con la introducción de mobiliario urbano, uso de la jardinería o, dada su geometría, como espacio de teatro/concierto cubierto hacia el exterior, entre otros.

El recinto es aquel espacio que permite continuidad vertical pero con cierta limitación horizontal, creando en cierta medida una relación con el cielo y, en menor medida, con la ciudad. Así, puede también alojar programa semi-público pero sin conexión directa a la ciudad, dotando del espacio de cierta privacidad y control de acceso, como podría ser la introducción de pistas de atletismo o actividad deportiva complementaria.

El aula es un espacio definido, que posee una delimitación tanto vertical como horizontal y determina un área en su interior que no niega la comunicación con el espacio exterior que la contiene pero que la define. Este espacio, al igual que la fachada activa o el filtro en el potencial de límite debe usarse para situar en ella programa comercial o de apoyo social: salud, formación o ocio intergeneracional.

Así, la grada soporta las diferentes maneras de definir el espacio tridimensional, ofreciendo diferentes alternativas para las distintas casuísticas de cada lugar.

Potencial de habitabilidad


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Porche

Recinto

Aula


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El estadio como construcción que alberga la práctica del deporte y espectadores que la contemplan se remonta a la Grecia antigua. Allí los espectadores se situaban en gradas para cuya construcción se acostumbraba a aprovechar la orografía del lugar. En la antigua Roma, se asumió la misma tipología de edificio, pero las gradas se sustentaron en pasillos abovedados que permitían un fácil acceso y evacuación además de un óptimo flujo interior de personas, aspectos estos especialmente importantes cuando se trataba de edificios de gran capacidad. Hasta los estadios de fútbol del siglo XIX no volvemos a encontrar esta tipología de construcción. Las gradas de los estadios de fútbol han ido evolucionando de acuerdo con la necesidad de incorporar un mayor número de espectadores y persiguiendo estándares de confort y seguridad. Al mismo tiempo, los estadios se han convertido en un espacio multifuncional cuyo uso y disfrute es permanente e independiente a la misma competición deportiva, al incorporar, por un lado, restaurantes, cafeterías, bares, museos, tiendas promocionales, etc. y, por otro, al albergar otro tipo de actividades como conciertos. Los estadios se convierten, de esta manera, en espacios deportivos, culturales y de todo tipo de ocio, y suponen, por lo tanto, una oportunidad económica y social para la ciudad. Paralelamente, el fútbol está dejando de ser un deporte de género y está abogando por un futuro definitivamente mixto, por lo que el alcance y la perspectiva de estos equipamientos es cada vez mayor y más diversa. En este contexto, son muchas las oportunidades que se ofrecen al graderío como un espacio de integración social y de cohesión urbana.

Para ello es importante prestar atención no solo al graderío propiamente dicho, es decir, el interior del contenedor, sino también al espacio que crea el propio contenedor, el que surge debajo de la grada, que proponemos denominar ingradium.

El graderío, por su propia estructura, ha funcionado y funciona a menudo como las antiguas murallas de una ciudad, separando y aislando el mundo interior del estadio del exterior. Cuando estos elementos se sitúan en la trama urbana este elemento se puede convertir en algo más. En este trabajo proponemos soluciones que conviertan la grada en un elemento de encuentro de ambos mundos, al concebir el ingradium como un elemento poroso, que favorece la interconexión entre el equipamiento deportivo y la ciudad. De hecho, el ingradium es una oportunidad para que se disuelvan estos dos mundos en un solo.

Esta idea es la que ha guiado las propuestas de mejora planteadas en el análisis de los ocho campos de fútbol de barrio, las cuales pretenden fomentar estos equipamientos deportivos ubicados en la trama urbana para un uso social que

ConclusionesCapítulo E


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rebase y supere su funcionalidad primera. También por razones de sostenibilidad y aprovechamiento de recursos se debe tratar el ingradium como un elemento multifuncional, que absorbe usos más allá de lo lógico, capaz de funcionar como esta pieza de intercambio e integración social.

Abundando en ello, el decálogo de buenos usos recoge una serie de propuestas y soluciones en relación con el ingradium, como elemento de conexión que permite expandir las posibilidades de uso de estos equipamientos, añadiéndoles un mayor valor económico, social y urbano a la vez que la ciudadanía disfruta de estas burbujas sanas que son los campos de fútbol.

La dimensión de la grada va, logicamente, ligada a la longitud del campo. Esta longitud siempre es cercana a los 100m. Por ello, la grada supone una oportunidad de fachada hacia la ciudad de grandes dimensiones.

Cuando la grada se presenta como una pieza elevada, esta fachada aparece como trasero. En esta casuística su potencial de límite hacia la ciudad debe plantearse como un elemento poroso que facilitar el intercambio, o, si esto no fuera posible, aprovechar la oportunidad que plantea esta fachada para activarla programáticamente, ya sea con comercio o demás usos de apoyo social: salud, formación, ocio intergeneracional... o de protección de elementos de transporte individual (bicicletas fundamentalmente).

Por contra, cuando la grada se integra en el terreno debe aprovecharse su potencial de conexión entre el equipamiento y la ciudad. Integrar la grada en el terreno a modo de talud supone una ventaja directa en cuanto a conexión física y visual entre la trama urbana y el campo de fútbol. Bajo la misma lógica de conexión se pueden plantear otras opciones, como crear un doble talud que integre la grada deportiva con una grada urbana o desencajar ambas gradas para crear modelos híbridos.

Cuando en el ingradium se forme un espacio tridimensional se deberá aprovechar su potencial de habitabilidad, definido bajo los términos empleados por Antonio Armesto, que son el porche, el recinto y el aula. Al funcionar como porche, la propia forma de la grada nos da la oportunidad de ofrecer el ingradium a la ciudad, ya sea como espacio cubierto en el que realizar actividades efímeras o con la integración de elementos de jardinería que limiten el espacio de forma más orgánica, nunca con la aparición de muros o vallas delimitadoras. El recinto, esos casos en que el acceso al ingradium está limitado pero no se cierra de forma estanca, ofrece la oportunidad de actuar como filtro, situando en él funciones relacionada con la actividad deportiva. El caso del aula ofrece la oportunidad de localizar actividad debajo de la grada, pudiendo ser actividad comercial, de apoyo social, de formación, centros de ocio o de protección de transporte urbano individual. Siguiendo la linea de este trabajo este espacio aula siempre deberá relacionarse con el exterior, evitando que, pese a localizar actividad, el trasero de la grada se convierta en un muro opaco que no ofrezca oportunidades hacia la ciudad.


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En cualquier caso, tras lo expuesto anteriormente, concluyo que la oportunidad intuida en un inicio sobre el potencial de convivencia e intercambio social de las gradas de los campos de fútbol queda ratificada en este trabajo a partir del estudio gráfico, la documentación escrita y el contraste con la realidad y experiencias ajenas. A través de ello, quedan identificadas posibles situaciones de mejora en diferentes campos de Barcelona sobre los que debería aplicar-se directamente el decálogo expuesto en este ensayo para conseguir su multifuncionalidad a partir de la introducción de programa comercial y de apoyo social, del ámbito de la salud, la formación o el ocio intergeneracional, entre otros; o la adecuación de estos con la introducción de elementos efímeros, mobiliario urbano o jardineras, que sirvan como actuaciones sencillas pero efectivas para iniciar el cambio de tendencia en estas piezas urbanas.

La maduración y transformación a medida que se sucedían los años en la ETSAB sobre la idea de arquitectura y su incidencia en la ciudad me han permitido concluir el grado con este estudio, donde termino mostrando una idea sólida y firme sobre la importancia y el potencial de los equipamientos de barrio, incidiendo en la grada del campo de fútbol, que hasta ahora no han merecido la atención que corresponde a dicho potencial social, urbano y de integración. Este pensamiento se da con una visión transversal de la arquitectura, obtenida y gestada durante los años de grado, con la que he podido resolver el trabajo de campo y el análisis caso a caso para plantear una arquitectura cercana, más humana y colectiva y con una perspectiva multidisciplinar.

Éste ensayo concluye con la evidenciación de una oportunidad personal, para mí como profesional para contribuir de alguna manera al desarrollo futuro del espacio ingradium, y colectiva, para la ciudad de Barcelona, que podría beneficiarse del planteamiento que aquí ofrezco sacando el máximo partido a dichos equipamientos, multiplicando los espacios de oportunidad social y de integración dentro de su trama urbana.


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La grada social

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