La Gran Comunión - Koldo Aldai

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Naturaleza y desarrollode las Redes Espirituales

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  • La Gran Comunin

    Naturaleza y desarrollo

    de las Redes Espirituales

    Koldo Aldai

  • Cualquier forma de reproduccin, distribucin, comunicacin pblica o transformacin de esta obra solo puede ser realizada con la autorizacin de sus titulares, salvo excepcin prevista por la ley. Dirjase a CEDRO (Centro Espaol de Derechos Reprogrficos)- www.cedro.org- si necesita fotocopiar o escanear algn fragmento de esta obra.

    Primera edicin: Octubre de 2008.

    2008 Koldo Aldai

    Editorial Nous. Crdoba. 2008.Calle El Fresno, 30. La Montaa de los ngeles. 14740 [email protected]

    ISBN: 978-84-936029-7-0Depsito Legal:

    Diseo de cubierta: Fernando TorresMaquetacin: Vanina PaganiProduccin: Sara Clavijo

    Imprime:Impreso en Espaa. Printed in Spain.

    Coleccin Eutopawww.editorialnous.com

  • Slo una red consciente y con personas integradas puede sustentar un cambio

    A cuant@s desde cualquier colina divisaron el Aro Sagrado y al instante supieron que estaban en Casa. A las almas, que afiliadas a la Gran Alianza, avanzan por el sendero del servicio a la Humanidad. Al Cielo que me empuj hasta la colina de este avistamiento. A mi hermano Ramn que capt la idea y realiz los grficos.

    En memoria de Javier Garca y de todos los que nos precedieron desbrozando el terreno para anclar sobre esta bendita tierra el Aro Sagrado de la Unidad. Paz y Gloria a todos ellos!

  • ndice

    Prlogo

    Introduccin ......................................................................................13

    Captulo 1 : El despertar en la unidad ..............................................19

    Captulo 2 : Aro sagrado ...................................................................25

    Captulo 3: A la bsqueda de la sntesis perdida..............................29

    Captulo 4 : Orgenes de la Red de Luz ...........................................37

    Captulo 5: Naturaleza de la Red de Luz..........................................43

    Captulo 6: Dimensiones de la unin ................................................81

    Captulo 7: Festivales y calendario espiritual mundial....................101

    Captulo 8: Entrada en la corriente de servicio............................... 117

    Captulo 9: Las Redes y el yo. Una tica del trabajo grupal...........133

    Captulo 10: Saltar a dar.................................................................139

    Captulo 11: Redes sociales, alternativas y espirituales:

    una alianza escrita en el tiempo .................................145

    Captulo 12: La unidad de los movimientos emancipadores ..........163

    Captulo 13: Espiritualidad, nuestro propio maana ....................169

    Captulo 14: Lderes y sensitivos sobre las Redes.........................175

    Captulo 15: Por nuestras relaciones! ...........................................185

    Captulo 16: Fortalecer la unin .....................................................187

    Eplogo: La flor de la cascada helada ............................................191

    Apndices .......................................................................................197

  • PRLOGO

    En octubre de 2003 Koldo Aldai y yo formbamos parte de una expedicin de amigos con destino a la montaa de Kala Pattar, en Nepal Oriental, que forma en su exigente geografa el mejor balcn para ver el Everest. Kala Pattar est a 5.600 metros de altura y una nevada inoportuna nos retuvo un da entero a dos das de marcha, en Pangboche, un pueblito a medio camino entre Tiangboche, donde se ubica el clebre templo budista del mismo nombre, y Periche.

    Pangboche est situado todava en zona boscosa y por tanto amable antes de subir a los rigores y silencios de los 5.000 metros, en los que la respiracin se corta y el pensamiento se embota. Pasamos en el pequeo albergue situado a la derecha del camino la casi totalidad de aquel da de octubre, viendo (y casi sintiendo) la copiosa nevada en el exterior y conmovindonos ante la posibilidad de quedarnos bloqueados y aislados all. En un momento dado Koldo nos pas un libro forrado con papel de revista (creo recordar que era la imagen de un lobo), con el ttulo de Los Misterios de Iesod, que result ser uno de los tomos de las obras completas de Omraam Mikhal Avanhov. Le el libro ese mismo da, y qued impresionado. Desde entonces, son ms de 2.000 los libros de Avanhov que hemos distribuido y mucha la orientacin que hemos recibido. Y en muchas ocasiones hemos podido constatar, como me ocurri a mi en aquella feliz circunstancia, cmo el lector accede a un mundo nuevo, ms luminoso y ms comprensible. Desde aquella revelacin, cuando hablamos de Avanhov o regalamos sus libros, somos intermediarios que pasamos el testigo balsmico de sus bellsimas enseanzas como en su da nos lo pasara Koldo a nosotros de forma generosa, intentando hacer bueno aquello de que cuando el discpulo est listo aparece el maestro.

    Escribo esto al hilo de La gran comunin porque los pilares conductores de este libro con los que me siento ms identificado, y no necesariamente por ser los ms abundantes (que lo son), son las revelaciones del Maestro Tibetano Djwahl Khul a travs de los libros de Alice A. Bailey, cuyos 24 volmenes estn editados en Espaa por Editorial Sirio, y la ingente obra de Avanhov, que todava est siendo transcrita por la Editorial Prosveta desde las conferencias originales. Es preciso adems sealar que Editorial Sneca ha venido a engrandecer recientemente la obra de Avanhov en castellano con la publicacin de las Frmulas y oraciones para la vida diaria.

  • La gran comunin es un libro en el que el autor comparte todo los tesoros que la vida le va poniendo por delante. Porque tanto una como otra enseanzas son tesoros de primer nivel que en buena medida permanecen ocultos, aunque poco a poco van saliendo a la luz para convertirse en lo que realmente son: agua viva para el caminante sediento. Porque Quin de nosotros no es caminante sediento?, podemos preguntarnos. Koldo Aldai hace suyos en este libro los postulados de Djwahl Khul y de Avanhov de que un nuevo mundo es posible para la humanidad, aqu y ahora. Un mundo en el que el hombre se cargue de valenta y recupere lo que es suyo y que le fue robado hace siglos: la consciencia de su divinidad en su particular proceso evolutivo, la consciencia del alma que debe habitar un cuerpo en su experiencia en la materia. Consciencia que, una vez recuperada, pone al hombre en camino de volver a casa, a su verdadera morada, sin renunciar, ni a su esencia espiritual, ni tampoco a su vehculo, instrumento del espritu en la materia. Y tambin le pone en camino de vivir la vida de otra forma, comprendiendo cosas antes ocultas y empezando a atisbar, aunque sea en la lejana, los conceptos de amor y de servicio.

    El autor lleva muchos aos promoviendo unidad y propsito entre los diferentes grupos y familias espirituales. Su trabajo es incansable, y se le ve liderando encuentros e iniciativas en Espaa y en las Amricas, siempre organizando y debatiendo. Koldo lleva su mac y su conexin a internet all donde est y su arma es la palabra, que en muchos casos llega directamente al corazn y en otros no menos frecuentes tambin a la mente tras pasar por el corazn. Su arma, tambin, es la consistencia, en un mundo en el que hay mucha inconsistencia.

    El autor y yo discrepamos en algunos puntos pero estamos unidos en lo que constituye la esencia de este libro, y que, por simplificarlo al mximo, en palabras de una persona a la que respetamos, se resume en la necesidad de trabajar para tener limpio el corazn. Porque, si el corazn est limpio, todo lo dems vendr por aadidura. Y esta simplificacin es en ltima instancia lo nico que importa, porque todo lo dems son teoras.

    Este libro es un buen compendio de la divulgacin y compartir que forman el eje del trabajo de Koldo en los ltimos 15 aos, y cuya influencia ha llegado a miles de personas a travs de las redes espirituales que con gran dedicacin y acierto viene promoviendo, y a las que con detalle se refiere en el libro. En nuestra necesidad de etiquetar y asignar categoras, podemos debatir si tal o tal enseanza debe o no equipararse a las dos anteriormente citadas, o tambin si stas son

  • realmente las ms destacables, pero lo que no podemos discutir es que la idea que anima a Koldo en su difusin es el bien comn con la esperanza puesta en una nueva humanidad.

    Koldo Aldai transita ligero de equipaje por los campos y ciudades de este planeta al que l tanto quiere y respeta y all donde vaya intenta servir y dar pauta. Se alimenta con poco, tan delgado y frgil a veces su aspecto que parece como si fuera a desaparecer. Comes como un pajarito, le comento a veces medio en broma. Pero detrs de ese aspecto frgil se encuentra una voluntad poderosa, siempre uniendo en vez de separando, sirviendo en vez de exigiendo servicio, amando en vez de odiando, curando en vez de hiriendo. Y todo ello en pos de algo superior y mejor, en lo que son los inicios de un movimiento de fraternidad que constituye nuestro destino inaplazable, y que nuestro autor quiere acelerar al mximo, pues parece como si hubiese ya avistado lo que hay ah detrs.

    As pues, La gran comunin es libro interesante y divulgativo, a veces (y es mi sensibilidad) un tanto devocional, pero valiente en sus planteamientos y didctico en su fin: puede abrir puertas y ampliar horizontes, por lo que es bienvenido. Un libro recomendable para el que piense que las cosas slo van a peor y que no hay buena voluntad en la Tierra, porque lo que Koldo nos plantea, y con lo que coincido, es que ese mundo nuevo que anhelamos no est tan lejos y que habr un da no muy lejano en que el Reino de Dios se manifieste plenamente en la Tierra.

    Que as sea.

    Joaqun Tamames23 de junio de 2008

  • A modo de presentacin

    En Zumaia, instalado en la paz cara e inmensa de un monasterio lamido por el Cantbrico, tras la cita de Estella (www.foroespiritual.org), en vsperas de salir al encuentro con las 13 abuelas indgenas (www.arboledadegaia.es), antes de ponernos a corretear por las ecoaldeas (www.portaldorado.com), de sumarnos al Encuentro del Agua (www.lawebdelagua.com), a la Caravana de la Sanacin (www.sintergeticanet.com) y al Acto Contigo somos ms paz (www.fundacionananta.org), culmino este libro.

    El verano que nos aguarda es vivo ejemplo de la Gran Comunin en marcha. Diferentes grupos, movimientos y redes en colaboracin y compartir, testimoniando ya fraterna unin en la diversidad. Sobre esta Gran Alianza que ya se ha puesto a caminar, versa el presente libro.

    En la obra abundo en la necesidad de atender al Plan de afuera y adentro, a la Gran Trama que nos invita a buscarnos los unos a los otros y as establecer vnculos cada vez ms slidos, redes cada vez ms amplias y as juntos progresar en la construccin del nuevo Cielo, de la nueva Tierra. Son 16 captulos slo para bendecir y glorificar la unin emergente, unin anunciada y auspiciada por el Cielo; 16 captulos hilvanados con amor, para certificar que juntos, con la ayuda superior, podemos iluminar la Tierra entera.

    K. A.Zumaia 15 de Julio de 2008

  • Introduccin

    La grandeza que viene no hay que pararla, negarla o resistirla. Es ms poderosa que cualquier otra cosa que te puedas imaginar.

    Los Maestros

    Que nuestra oracin sea en comn.Que nuestra meta sea en comn.Que nuestro propsito sea en comn.En comn sea nuestra liberacin.Que nuestros deseos sean en comn.Que sus corazones estn en concordancia.Que sus intenciones estn en concordancia.Que la unin entre ustedes sea perfecta.

    Rig Veda

    Slo unos pocos conservarn el fuego de la verdad en su corazn, pero ese fuego se ir apagando y quedar reducido, an en esos pocos, a un dbil rescoldo. Sin embargo, ese rescoldo perdurar. En silencio, en calma, permanecer en vosotros. Casi olvidado, seguir manteniendo un dbil brillo en el corazn de los mansos. Cuando esa extraa y agitada nacin invada estas praderas, cuando vuestra Madre Tierra se compre y venda como si tan slo fuera un puado de abalorios, cuando rugientes naves de piedra mgica surquen los cielos con personas en su interior, incluso entonces, ese rescoldo conservar su apagado brillo. Y has de saber, pueblo mo, que se puede encender una gran hoguera con un slo rescoldo brillante. Pues cuando pase la tormenta, ese rescoldo encender un amanecer ms resplandeciente que cualquier otro amanecer anterior.

    Crecer un nuevo rbol, an ms glorioso que el que hoy dejo entre vosotros. Con ese nuevo amanecer, yo regresar y bajo la sombra del nuevo rbol vivir con vosotros. Y se nos unirn no slo las tribus rojas, sino tambin las blancas del norte, las negras del sur y las amarillas del este. Las cuatro razas vivirn en armona bajo las ramas del nuevo rbol. La era que juntos conoceremos ser la mejor que nunca ha existido. Todo lo que se haba roto volver a integrarse.

    Se restablecer el Aro Sagrado. La caza ser abundante y el espritu de todas las criaturas se regocijar en la armona de un nuevo orden perfecto. El Gran Espritu actuar en el interior de todas las razas, vivir, respirar y crear a travs de todos los pueblos de la Tierra. Regresarn

    13Introduccin

  • 14 La gran comunin

    los creadores originales de la vida, los Alados del Cielo, y con ellos llegar a las naciones la paz.

    Mujer Cra de Bfalo Blanco. Del libro La Vuelta de las Tribus Pjaro. Canalizado por Ken Carey.

    Dicen los Maestros: No os podis hacer una idea de por cunto tiempo habis sido preparados para estos momentos. Al otro lado del velo saban que despertaramos, que pese al torbellino provocador, tentador y envolvente del mundo, el piloto se encendera. Saban que, en tal tiempo como hoy, comenzaramos a desperezarnos, a despojarnos del maya y que la fascinacin ilusoria de la tercera dimensin comenzara a difuminarse.

    Al ir ms all de nosotros mismos, al intentar imprimir a nuestros das una creciente impronta de servicio, nos vamos ubicando donde nos corresponda, para desarrollar lo que debamos afrontar, para atender a lo que el Plan nos tena reservado. Nos hemos puesto, pues, manos a la obra. Cada quien en su lugar y ese gozo sin nombre en el de todos. Cada quien atiende a su particular misin en sntesis y complemento con las misiones de todos. Nuestra conspiracin tiene Fin, pero no tiene fronteras. La disciplina se la impone cada quien, las rdenes parten del centro de las estrellas. Van dirigidas al mismo centro de nuestro corazn.

    El momento es este Ahora culminante en el que se nos pide mucho de cada uno de nosotros. La misin cumplida de maana es hoy sostener la tarea compartida, es un compromiso colmado de interno gozo, es conjunto de renuncias a menudo difciles de entender La misin cumplida de maana son hoy ojos alertas, corazones abiertos y manos extendidas al hermano.

    Las Redes de luz que vertebran la nueva Alianza, ahora fortalecida por las nuevas tecnologas, son el crculo de las estrellas anclado aqu en la tierra, arquetipos de luz reflejados ya en la tercera dimensin. Las Redes conforman el crculo sagrado de quienes tratan de mantenerse fieles a su misin de amor sobre la tierra y as hollan caminos de eternidad. Las Redes son la geometra, que promueve el Cielo, para volcar sobre ella el Plan de Fraternidad. Fomentar el ideal de unidad en la diversidad,

  • fortalecer y expandir la arquitectura co-creativa y co-participativa de las Redes a todos los niveles, es uno de los grandes retos de nuestros das.

    Dicen guas y profetas que seremos probados en los finales de este ciclo que se acaba, para certificar nuestra genuina voluntad de servicio; dicen que el Cielo necesita de vivos ejemplos testimoniando relaciones fraternas. Se nos asegura que no estaremos solos, que aunque azoten vientos poco bonancibles, nos asiste socorro y compaa.

    Ha sido ya dada la seal de aunar las voluntades otrora disgregadas. Los servidores del Plan han tomado sus puestos. Cada quien conoce su cometido y lo afronta con alegra. Avancemos pues juntos los trabajadores espirituales de todas las latitudes. An sin conocernos fsicamente, estamos unidos en esta misma conspiracin de luz sobre la Tierra. Juntos acometamos el mismo compromiso de esbozar aqu y all, con toda nuestra voluntad y entusiasmo, una nueva era solar sobre el an sufriente planeta Tierra.

    Merece la pena trabajar unidos por alumbrar lo que an no vieron los ojos de la carne, y sin embargo las pupilas del alma bien recuerdan. Merece la pena emplearnos en lo que vinimos a hacer a este mundo, an con riesgo de fallos y frustraciones. A fuerza de errores y aciertos, iremos levantando el mapa del otro mundo, explorando la nueva geografa, enfocando la visin, ensayando los nuevos modelos Que el ltimo aliento nos sorprenda en plena tarea en favor del maana por el que tanto suspiramos!

    Nadie alberga todas las claves. El Cielo las esparci por la tierra entera para que nadie se creyera en la posesin de todo el modelo de futuro. Este libro pretende contribuir al esbozo de la visin compartida. Poco a poco una visin ms atinada, completa y holstica ir emergiendo.

    15Introduccin

  • Captulo 1.

    El despertar en la unidad.

    No traten de vincular a los grupos con el suyo, sino reconozcan a su grupo y a los dems grupos similares, como parte de un movimiento espiritual mundial que, cuando tome impulso, dar por resultado la unidad de todos. Lo que menos deben desear es establecer una superorganizacin que acente la unidad; lo que el mundo necesita hoy es una multiplicidad de organismos vivientes, libremente unidos por la colaboracin, la constante comunicacin y la posesin de idnticas metas y propsitos.

    Alice A. Bailey, Discipulado en la Nueva Era, Era, Tomo II, p.396 (458 ed. inglesa)..

    Todo acontece tan rpido que apenas nos percatamos del progreso de la tarea comn. La fraternidad se est tejiendo, las alianzas concertadas van emergiendo... De dnde viene esa mirada familiar, ese sentir fraterno, ese mismo verbo, ese silencio colmado de un mismo gozo...?

    El despertar en la Unidad, en la conciencia profunda de que somos Uno, es el paso indispensable en el desafo evolutivo en el que estamos empeados. Vivimos el momento de afinadas y multiplicadas sincronas, de las almas reencontradas, de los seres concitados para una misma misin... Es la hora esperada para la gestacin de la ms amplia alianza. El ms elevado sueo de fraternidad humana hace vibrar a ms y ms almas. La Gran Comunin, trmino con el que los hermanos de OROMU (Monterrey) se referan a este sentimiento de fraternidad creciente, ya no es quimera lejana.

    Hasta el presente las comuniones eran, con minsculas no ms, alianzas pequeas, limitadas. Los conatos de fraternidad estaban encajados en muy estrechas fronteras: los de mi grupo, los de mi escuela, pas, credo, equipo, partido, color, raza..., an sin alcanzar a reconocer al hermano, ms all de tantas y gruesas murallas. En el caso de los discpulos y servidores de hasta hace bien poco, la comunin se circunscriba a limitadas y ocultas fraternidades.

    19El despertar en la unidad

  • 20 La gran comunin

    Gracias a Dios, las fronteras comienzan poco a poco a superarse, tal como estaba profetizado. An con todos sus dolores de parto, se gesta algo grande y esperado, estamos encarnando el ms elevado de los propsitos. El nombre es lo de menos: Reino de Dios, Aldea Global, Nacin Arco Iris, Gran Familia Humana, Gran Comunin, Fraternidad Universal, puede tambin carecer de nombre. Los sentimientos ms profundos siempre resultaron inaprensibles para las palabras. Ms precisos han sido los instrumentos que nos han sido concedidos para encarnar la ms elevada de las utopas.

    Todo llega en el momento exacto. La fruta slo cae cuando est sabrosa al paladar. La avanzada tecnologa digital slo se manifest cuando nosotros tambin nos manifestamos preparados para su elevado uso. Internet es el regalo del Cielo para una humanidad ya madura, deseosa de completar y fortalecer el tejido de la Gran Comunin. Nos cuesta reparar que el Universo conspira a nuestro favor. En realidad los Gates y las grandes corporaciones de la informtica trabajan para nosotros, para los seres de buena voluntad, que desde su parcela y cometido, cooperan de forma consciente o inconsciente con el sueo de unidad humana. Los dems, los que interpretan tan preciado regalo slo en clave de competicin, bussines o de desatino, se han infiltrado en la red, ignorantes de su verdadero origen y destino.

    El mayor negocio de Internet no se mide en valores Nasdaq; el mayor pelotazo de la red no son las empresas punto.com. El mayor negocio de la red somos nosotros editando y enviando misivas de solidaridad y esperanza, mensajes de luz de nuestros hermanos de las estrellas, ampliando por aqu y por all el mapa de la Gran Comunin... El gran negocio de la red somos nosotros rindonos de todas las fronteras, inaugurando aqu y all nuevos lazos entre gentes y grupos, dejando caer palabras de aliento en el buzn del hermano que las necesita... El Cielo nos entreg Internet, el instrumento, an en fase embrionaria, para construir el ms grande y elevado de los Reinos, el Reino de fraternidad humana y filiacin divina.

    Nos cost entenderlo: Internet es una entrega de la Jerarqua para los

    trabajadores espirituales y servidores del mundo, para la facilitacin de

  • nuestra tarea. Merced a esta herramienta, la Red de servidores, la Gran Comunin, puede manifestarse cada vez de forma ms extensiva sobre el planeta.

    Dicen que nuestro despertar colectivo estaba ya programado. La ficcin de creernos separados debi comenzar a derrumbarse en el instante convenido. Poco a poco comenzamos a comprender para qu estbamos aqu. Hubo un Presente! que debi retumbar ms all del planeta azul. Probablemente los hermanos estelares, los Guas y Maestros de la Humanidad supieron que podan contar con nosotros, que atenderamos a la Cita otrora fijada, que estrechamente colaboraramos en la implementacin del Plan del Eterno para nuestra bendita tierra.

    Se expande la Gran Comunin, engrosada por cuanto seres sienten y piensan en clave colectiva, por cuantos abrigan la inquietud, el sueo de un mundo diferente. Nada puede acabar con la fraternidad que vamos tejiendo y da a da ensanchando. Es Voluntad del Eterno, es tambin nuestra ms ntima voluntad.

    Alimentemos alma grupal, susurremos Gran Comunin en un mundo en que an la conciencia de separatividad an est tan arraigada. Maana todo ser ms sencillo. Quin sabe qu mundos no visitaremos en el Internet intergalctico que nos aguarda al otro lado de esta orilla? Ganemos cita a pie de pantalla multidimensional para navegar por planetas cuya belleza nuestra mente an es incapaz de vislumbrar. Ahora apremia la tarea, antes de sentarnos ante el monitor de los mil y un colores y maravillas, debemos de completar nuestro compromiso aqu en la Tierra.

    Vnculos en lo Alto.

    Cuando nos elevamos sobre nuestra propia montaa interior, podemos sentir la irradiacin de luz y de amor proveniente de nuestros Maestros y Guas, de nuestros Hermanos Mayores. Esa luz se va manifestando tambin como informacin que va calando dentro, sin apenas percatarnos. Poco a poco nos vemos imbuidos de nuevas claridades, percibimos nuevos y ntidos horizontes, reveladoras visiones...

    21El despertar en la unidad

  • 22 La gran comunin

    Los Guas y Maestros de la Humanidad marcan silenciosamente la senda. Nos sealan en forma de intuiciones los retos de nuestra obra colectiva. El susurro que hoy ponen en nuestro odo marca las pautas de nuestro trabajo grupal. Es preciso afinarnos internamente, adecuarnos a las sutiles vibraciones, elevarnos en amor y pureza de forma que la comunicacin pueda ser.

    Gitta Mallasz lo expresa muy bellamente en su libro La respuesta del ngel (Editorial Sirio): Todas las fuerzas del Cielo se concentran en el punto ms bajo, donde el ngel puede posar su pie. La cumbre es el nico punto de posible encuentro y unin del hombre con el ngel. Establezcamos pues nuestros vnculos en lo Alto, de forma que nuestras alianzas sean iluminadas y fecundadas por el Cielo.

    El Cielo, la Jerarqua, alent en nosotros ese sentimiento de unidad interna que despus promueve el tejido de luz. Esos mismos Guas y Seres elevados son los que nos han procurado los instrumentos tcnicos y ms concretamente los avances informticos, para hacer realidad estos ideales fraternos.

    Avancemos en el sentido correcto, en la direccin sealada por una

    Jerarqua cada vez ms cercana a la humanidad. La Tierra est pariendo un nuevo corazn, el suelo tiembla, el cielo cruje, las aguas se desbordan, las viejas estructuras se tambalean, los acontecimientos polticos y sociales se aceleran..., al tiempo que lo Nuevo emerge. Redoblemos esfuerzos, acrecentemos paz en nuestro interior, intensifiquemos la entrega... Podamos responder, en definitiva, al gran reto al que se nos convoca. La tarea de esta vida ser titnica. Necesitamos pues, autnticos titanes, hombres autoconscientes en el alma y, por eso, invencibles (Maestro Jpiter).

    Todo est convulso, pero en medio de esta crisis sin precedentes, en la que la vieja civilizacin se descompone, nos sentimos acompaados, gozamos del apoyo de la Jerarqua de la Luz. Su reconfortante e incondicional sostn se deja sentir en quienes mantienen elevada su vibracin de amor.

  • Estamos llamados a fungir como luz sobre esta faz en la que an mora la sombra. Cumplamos la tarea libremente asumida, respondiendo con amor al mal, que ahora especialmente se ensaa. Construyamos con alegra el nuevo Reino, la suspirada Familia Planetaria. No poda ser de otra forma: ms que otro signo, la paz interna en cualquiera de las circunstancias, es el distintivo de los servidores.

    23El despertar en la unidad

  • Captulo 2.

    Aro sagrado.

    Un sueo compartido fortalece a toda la tribu humana. La fuente de los sueos est en las estrellas, el poder de comprenderlos sale del corazn.

    Susan McCulloch

    El libro cuenta nuestra historia, la crnica de cuando comenz el despertar, el recordar del crculo pendiente, crculo en los bosques, en el asfalto, crculo en los Cielos Esta es la historia de nuestro empeo de restablecer el aro sagrado. El libro recoge nuestro compromiso de trabajar para rehacer el aro de la unin.

    Poco sabemos de cundo, cmo y dnde sellamos la palabra. Eran labios de otra pasta. Slo sabemos que no eran de carne. Ojal no temblaran con aquel Presente! a la hora de voluntariarse. Por eso aqu estamos con labios y brazos de carne, en medio de los bosques, en medio del asfalto, en medio del planeta.

    Este libro es aliento para seguir trabajando hasta haber reinaugurado en la Tierra la era de la definitiva paz, el tiempo de las cascadas y los ros puros, de las fronteras y barreras desmoronadas, el tiempo de los crculos sagrados, la era del amor fraterno. No inventamos ahora nada. Estaba ya escrito. Lo habamos ya escrito:

    El Crculo de los Fieles de las Estrellas fue invitado a encarnarse en masa como una nica generacin global Aceptamos la invitacin del Gran espritu para facilitar, a quienes poblaban la tierra, el momento de la transicin. Nuestro propsito era, y es, preparar el camino para el despertar del Creador, en el gran amor que nos inspira este prodigioso planeta Nos enfrentamos con el desafo de volver a despertar y unirnos a otros para que nuestro ejemplo muestre la belleza y el poder de lo nuevo. Nuestro cometido es impulsar la curacin en esta poca, no en torno a dirigentes, ideologas o creencias, sino en torno al amor: amor a Dios, amor a nuestros semejantes y amor a nuestro mundo sagrado.

    25Aro sagrado

  • 26 La gran comunin

    Recordad nuestro Crculo, vosotros que os encontrabais all conmigo. Es hora que nos encarnemos, que comprendamos la curacin y la labor educativa para la que vinimos a la tierra. Nos hemos esparcido por todos los continentes del mundoAunque nuestro crculo se ofreci a mitigar el trauma de la necesaria transicin, esa tarea no es exclusivamente nuestra. Muchos han colaborado en el pasado y muchos colaboran en el presente. Invitamos a todos a contribuir con su talento y con su ingenio al cumplimiento de nuestro propsito. Se trata de una nueva visin: la hora de que avancen las eras ha llegado. No debe de desanimarnos la aparente lentitud del cambio de actitudes dentro de las instituciones humanas. El avance de la conciencia que precede al despertar es sutil y no siempre visible en la superficie. Quiz se requiera algn tiempo para que nuestros pensamientos se reflejen en las antiguas y ms atrincheradas instituciones humanas. La nueva frontera es la conciencia. Este mundo sagrado, este tercer planeta a partir de la estrella que llamamos sol, os necesita a vosotros y me necesita a m para trasformarme en lo que puede llegar a ser. Ya ha habido suficiente explotacin de minas, ya ha habido suficiente deforestacin. Tenemos la oportunidad de ofrecer a este mundo un don, un don que ha estado esperando desde el momento en que apareci nuestra especie por primera vez en sus sueos, el don de nosotros mismos despiertos, completos, encarnados.Amanece, los caminos estn abiertos. Es hora de atravesar las fronteras que limitaran, de modo arbitrario, nuestro potencial. Esta tierra es vuestra y ma. Pero as como ella nos pertenece, tambin nosotros le pertenecemos. No podemos seguir rechazando el Aro Sagrado; el crculo ha de completarse una conciencia aborigen est despertando ahora para guiar a nuestra tecnologa a travs del laberinto econmico y poltico del prximo cuarto del siglo. Honremos esa conciencia y dejemos que comience nuestra encarnacin. Nosotros somos los ongwhehonwhe, las gentes de la realidad, las Tribus de los Pjaros.

    Ken Carey: La vuelta de las Tribus Pjaro.

    Vinimos con el aro en la tez y el aro comienza a grabarse en las redes cibernticas y en las fsicas, en las nuevas comunidades rurales y en el viejo asfalto, en las escuelas y en los templos, en los jardines y las cuevas, en todos los lugares donde se gestan las nuevas estructuras En verdad que estaba todo escrito: La era que juntos conoceremos ser

  • la mejor que nunca ha existido. Todo lo que se haba roto, volver a integrarse. Anclemos la Gran Alianza a la Tierra, reconstruyamos el aro de la sagrada Comunin, el crculo de la fraternidad! Luz del Maana ilumine nuestra Tarea!

    27Aro sagrado

  • Captulo 3.

    A la bsqueda de la sntesis perdida.

    Origen de la obra.

    Todo hermano en servicio consciente deber tratar de servir como si estuviera ya en la quinta dimensin para anclar en el planeta las energas provenientes de dicho plano. As podis ser en verdad los depositarios de las semillas csmicas en las que se habr de expresar y ya se est expresando la nueva humanidad. Siempre los seres ms evolucionados actan como avanzadilla de nuevas energas y han vivido segn ellas anteriormente para instaurarlas plenamente en el planeta, sol o satlite correspondiente. Sean en paz, irradiando energa de colores para todos.

    Consejo de Ancianos de Erks:

    A la vuelta de ms de un encuentro o conferencia pujaba en mi interior el deseo de escribir sobre la Gran Comunin en ciernes. He podido constatar la falta de textos que sinteticen el espritu y los objetivos de esta silenciosa y pacfica conspiracin planetaria en la que nos hallamos involucrados, pautas que reflejen la nueva forma de vincularnos y organizarnos a travs de las Redes. He aqu, pues, en estas pginas slo un intento. El empeo es vasto y el presente libro representa nicamente un aporte. Quiz sea an temprano para teorizar, sin embargo todo va tan rpido que es, cuanto menos, preciso reunir las enseanzas superiores sobre el tema, aglutinar las visiones a este respecto de la alianza de los servidores del mundo en gestacin.

    Este libro est especialmente dirigido a aquellos seres comprometidos en el servicio a sus semejantes. Huelga decir que nada de lo aqu contenido es concluyente y que requiere una constante revisin. Pocos ensayos sern tan efmeros en nuestros das como aquellos relativos a las redes y a las nuevas formas de organizarnos. Su pronta caducidad est asegurada. No por ello escribimos en balde. En algn momento haba que compartir experiencias y exponerlas a la luz de las supremas ideas y pautas que el Cielo nos ha sembrado en estos ltimos tiempos.

    29A la bsqueda de la sntesis perdida.

  • 30 La gran comunin

    Cualquier teorizacin sobre las Redes demanda una sostenida revisin. Vivimos un tiempo tremendamente acelerado en el que valiosas claves se nos estn revelando de forma rpida, grupal y sincrnica. Este tratado envejecer a marchas forzadas, al igual que envejece cualquier manual de computacin o sistemas en el lapso de unos pocos meses.

    La pronta caducidad es en realidad tambin seal de la dimensin de la obra colectiva en la que nos hallamos implicados. Nadie escribe la ltima palabra. Algo as como en la comunidad Linux, sistema operativo de factura colectiva y disfrute libre y universal, a cada uno de nosotros se nos va revelando parte de este sistema de operar en redes. En la medida en que internamente somos instruidos, vamos compartiendo.

    Gracias a Dios no podemos atrapar el tiempo. Las ideas que aqu hemos esbozado sobre la naturaleza y fines de las Redes Espirituales, pronto se vern completadas y superadas por visiones ms precisas y de mayor alcance. Se impona la tarea de llevar al papel la experiencia que unos y otros hemos ido acumulando sobre el operar en redes a lo largo de estos aos. Haba que ordenar conceptos, vivencias, visiones, an a sabiendas de la precariedad del esbozo.

    La tarea de promover el ideal de unidad en la diversidad, de articular redes, de acercar a diferentes entornos, grupos sociales, familias, tribus principalmente espirituales, ha sido nuestro empeo desde hace ms de 17 aos. A lo largo de todo este tiempo hemos podido conocer tanto las satisfacciones como las dificultades inherentes a todo este proceso de fomento de alianzas entre los grupos y los movimientos de nueva conciencia. Fruto de la reflexin en medio de esta tarea, es el trabajo que aqu os presentamos. Damos vida a este cuerpo terico que sustenta nuestro comn anhelo de unidad. Os trasladamos ensayo de visin, sugerimos pasos Remontamos hasta la pequea altura de nosotros mismos y lanzamos desde all nuestra mirada tambin muy limitada. Ojal estas reflexiones puedan ser, siquiera en una pequea media de utilidad, a cuantos apuestan por el Trabajo Uno, por la Obra Colectiva, por encima del trabajo y la obra particular. Ojal sean de utilidad en el fortalecimiento de la visin de cuantos nos empeamos, an con todos nuestros errores e inexperiencia, en la construccin de un nuevo y ms elevado mundo.

  • Durante aos hemos escuchado reiteradamente que la tarea de la unidad es un esfuerzo baldo e imposible, que no merece la pena pretender aunar lo que de naturaleza es tan diferente. Sin embargo cada quien se debe a sus propios imposibles, al dictado que nace de lo ms profundo de s mismo. No auspiciamos una unidad en la forma, sino en el fondo, en la meta, en la intencionalidad, en los objetivos, en los valores. Cada uno camina por su sendero y a su ritmo tras unos mismos y prioritarios objetivos colectivos.

    Fuentes.

    Para la confeccin de la primera parte de este libro nos hemos servido de dos tipos de fuentes, una de autor y otra de orden canalizado.

    La perspectiva que hoy hemos adquirido a propsito del trabajo grupal y del Plan Divino en general, no la gozaramos sin la obra de Alice. A. Bailey. Ella acometi hace ya ms de setenta aos la ingente labor de escribana de la Jerarqua de los Maestros de Sabidura y ms concretamente de Djwhal Khul, tambin conocido como el Tibetano. Las referencias tomadas de sus libros son constantes a los largo de la presente obra. No podra ser de otra forma. Gracias a esta mujer entregada en cuerpo y alma a encarnar el Verbo de la Jerarqua en la Tierra, podemos saber de nuestra misin en medio de la humanidad, del gran reto que ahora atendemos de sntesis y cooperacin entre los servidores de todas las naciones, con el objetivo de promover una nueva civilizacin acorde con las leyes divinas.

    Sin embargo el Cielo no dej de hablar hace cincuenta aos, cuando esta pionera discpula activa ocupada de la Obra mundial culmin su misin. Ella desarroll entonces una indiscutible e ingente labor de difusin de la sabidura eterna y el conocimiento del Plan, pero ello no quiere decir que tras ella la Jerarqua enmudeciera. La Jerarqua se sigue comunicando a travs de otros canales, hombres y mujeres elevados en pureza, a travs de los cuales fluye la nueva energa-informacin. Estos canales liberados nos van trasmitiendo imprescindibles pautas y visiones para el momento actual, que reflejan la actualizacin del Plan. El Cielo nos sigue pues hablando e iluminando en estos tiempos de

    31A la bsqueda de la sntesis perdida.

  • cambio y graduacin planetaria. Prima, por lo tanto, un trabajo, que en esta obra hemos querido en humilde medida acometer, de integracin de lo trasmitido ayer, con lo que hoy tambin va llegando a travs de otros canales o psquicos.

    Somos conscientes de que entre la enorme literatura canalizada, hay mucha de dudosa calidad y procedencia. No siempre los sensitivos alcanzan su cumbre desde la cual son conectados por elevados seres. A veces esos canales no despegan de las alturas de su personalidad y desde esa misma personalidad transmiten. Ello no obsta para el Cielo contine su labor de transmisin. Entre las grandes cantidades de informacin difundida, hay comunicaciones fidedignas y de gran valor. En nosotros la facultad de discernimiento. A esas comunicaciones esclarecedoras, liberadoras, emancipadoras que provienen de superiores dimensiones nos remitimos.

    En este sentido nos han sido de gran orientacin los mensajes canalizados por Red Lux procedentes de los autodenominados Sembradores. El objetivo de estos seres superiores es, entre otros, el de promover la unidad de las conciencias para alcanzar la unidad de los propsitos y establecer los principios que puedan servir como bases para la materializacin de una humanidad fraterna. Red Lux opera en Monterrey (Mxico) desde donde divulga esas enseanzas provenientes de lo interno. Esta Red azteca es la responsable de establecer los contactos necesarios a nivel mundial para que los mensajes de los Sembradores alcancen todos los rincones del planeta en el menor tiempo posible.

    Presento mi especial agradecimiento a estos amigos por la cesin de este valioso material. Tanto los hermanos de Red Lux, como los de OROMU y Red Anahuac, junto con Red Ibrica dimos vida en el ao 2000 en Monterrey a la Red Iberoamericana de Luz. Codo con codo, corazn con corazn, hemos trabajado a lo largo de todo estos aos promoviendo el espritu de unidad espiritual en el mbito latino. Gracias tambin a la escuela de OROMU por la informacin canalizada que me han cedido sobre este propsito.

    32 La gran comunin

  • Mencin especial merece el gran Maestro blgaro, Omraam Mikhal Avanhov, verdadero norte en mi vida y al que aprovecho para manifestar mi profundo agradecimiento. Por supuesto aqu tambin estn reflejadas algunas de sus reflexiones sobre la unidad espiritual. En este captulo de agradecimientos quiero citar tambin a Ken Carey, pues sus bellas historias y leyendas inspiradas han inyectado buenas dosis de poesa a estas pginas. En su obra se subraya una y otra vez la importancia de alcanzar la unidad humana.

    Otras fuentes de inestimable valor las han constituido las enseanzas contenidas en el Libro de Urantia, as como la obra de grandes maestros y esoteristas como el colombiano Jorge Carvajal, el brasileo, Trigueirinho, el americano Ken Kalb o el espaol Vicente Beltrn Anglada. Nos hemos servido por lo tanto de las fuentes, que hemos credo, han arrojado poderosa luz sobre el reto de la unidad espiritual y el entramado de las redes. De la sntesis de todo ello y de la experiencia personal a pie de obra desde el ao 1991 ha surgido el libro que tienes entre manos.

    Los grficos que ilustran el texto, cuentan muchos de ellos con citas del libro La respuesta del ngel (Editorial Sirio) de Gitta Mallasz. La profunda enseanza y sublime poesa de este texto tambin canalizado, es la mejor compaa para unos grficos que pretenden ayudar a la comprensin de los principales argumentos del libro.

    Cada uno de nosotros estamos llamados a ser ejemplo de la unin y la sntesis que queremos ver encarnada en el mundo. El gran desafo del presente trabajo ha sido precisamente el de sintetizar el pensamiento emanado de las escuelas esotricas tradicionales y de la obra de Alice Bailey, con las nuevas corrientes del mbito de nueva conciencia o nueva era. Desde estas lneas hemos deseado contribuir a la construccin de ese puente indispensable entre las escuelas de ayer y de hoy. Cada escuela, cada gran maestro y autor aporta su insustituible visin a la encrucijada de nuestros das, al desafo de unidad que estamos llamados a atender en este tiempo tan trascendental.

    Damos pues gracias profundas al Cielo por habernos acercado a

    los compendios de profunda y eterna sabidura que constituyen la obra

    33A la bsqueda de la sntesis perdida.

  • Urantia, del Maestro Tibetano a travs de Alice A. Bailey, as como del resto de Maestros Ascendidos, a travs de incontables canales y otros guas encarnados de la humanidad, como algunos de los maestros mencionados. Nos sera difcil prescindir de la enorme aportacin de cualquiera de ellos. Somos depositarios de todas esas imprescindibles enseanzas, nuestra alma se ha visto enriquecida por esos manuales de oro. Somos por dentro la sntesis que corresponde a un tiempo de sntesis, en el que todas las grandes enseanzas se reunifican. Por supuesto quisiramos ver tambin encarnada esa sntesis en la gran familia de los servidores y trabajadores espirituales. Aqu no sobra nadie y nuestro desafo significa inclusividad, apertura a la luz de todos los grandes faros, que impulsados por un espritu de buena voluntad y sacrificio, han iluminado la senda de la humanidad.

    A partir de los grandes compendios de sabidura revelados, a partir del verbo y testimonio de los guas de la humanidad encarnados, se crearon escuelas y movimientos espirituales que al da de hoy estn llamados a colaborar de forma cada vez ms estrecha. Hemos de ser primero nosotros, los servidores de la luz, la unin que queremos ver reflejada en el mundo, hemos de encarnar primero nosotros la hermandad que queremos ver instaurada en la tierra.

    Gravita sobre nosotros una inmensa responsabilidad. Afrontamos un gran reto de mutua cooperacin sobre el que tendremos en su da que dar cuentas. No podemos pedir al mundo la unin que an los trabajadores espirituales no hemos logrado entre nosotros. Difcilmente podremos dar vida a una humanidad unida, si previamente las principales escuelas y corrientes espirituales no hacen un esfuerzo de trabajo aunado. Esta obra sobre la unidad espiritual y las redes pretende ser una contribucin a ese imprescindible acercamiento.

    Por ltimo quiero presentar mi ms hondo agradecimiento al hermano en el servicio y amigo argentino, Daniel Barrantes, lder del movimiento de Buena Voluntad en Iberoamrica, (www.sabiduriarcana.org) que ha sabido adecuar con maestra las enseanzas del Maestro Tibetano a nuestras necesidades del momento.

    34 La gran comunin

  • Para todos aquellos que levantan alto la llama del amor fraterno, para todos aquellos y aquellas que acercaron corazn y manos a la obra colectiva y que, a pesar de la dureza de este tiempo, se sintieron afortunados de trabajar para la Gran Obra. A todos aquellos que se entregan con pasin y desinters a este Plan Divino de Amor, a ellos fervientemente estn dedicadas estas pginas. Mis sentimientos se hacen uno con los de los Sembradores: Dmonos cuenta que es en las redes virtuales donde se est construyendo la nueva sociedad del mundo, donde se estn revelando las nuevas reglas que habrn de regir a las sociedades del futuro. Este es el momento. Aqu se est escribiendo la historia de luz de la Humanidad, felicidades a todos por hacer posible esto que nos est tocando vivir.

    Nota del autor: No concebimos la espiritualidad sin vocacin de servicio. A lo largo de obra utilizamos por lo tanto de forma indiferente los trminos de Redes espirituales o Redes de servicio. Con la palabra red en minsculas nos referiremos principalmente a la red de Internet o a las redes civiles. Es una forma de distinguirla de la Red en mayscula con la que aludir en trminos generales al entramado fraterno, a la alianza que se va fraguando entre los servidores del mundo o trabajadores de la luz. Huelga apuntar que diferenciacin entre maysculas y minsculas es exclusivamente prctica y no entraa ninguna otra connotacin.

    35A la bsqueda de la sntesis perdida.

  • Captulo 4.

    Orgenes de la Red de Luz.

    Impulsados por la fuerza del amor, los fragmentos del mundo buscan unirse para que el mundo pueda hacerse realidad.

    Teilhard de Chardin

    La unidad del hombre debe ser la meta a la que aspiremos todos, una unidad que se refleje en la armona de la convivencia tanto fsica como ideolgica, una unidad que admite y fomenta la diversidad de manifestaciones, una unidad que no implica concordancia en las formas sino en los fondos, una unidad que es sinnimo de tolerancia, de aceptacin de la diversidad como sello que es del universo. Esa unidad a la que aspiramos es la unidad que manifiesta la naturaleza cuando se encuentra en equilibrio ecolgico. Las mismas leyes que gobiernan la ecologa entre los reinos animal, vegetal y mineral son las mismas leyes que debiramos manifestar en las relaciones humanas

    Recibido por el Grupo Lux (Mxico) el 21-5-00.

    Sembrados por el Cielo.

    Desde qu Cielos parti la orden, cmo se urdi la siembra de los pensamientos que ms tarde encarnaran en las Redes de Luz? A veces, en desafortunada manifestacin de orgullo, podemos llegar a pensar que las ideas son nuestras, que nuestra mente gener originales y creativas frmulas organizativas. A veces podemos olvidar que somos slo instrumentos de un propsito ms grande, que, en realidad, nuestra originalidad est supeditada a lo que nos puedan irradiar, en funcin de nuestra conciencia, grado de pureza y nivel de disponibilidad al Plan que hemos alcanzado.

    Bastara constatar que hemos sido sembrados muchos seres a

    un mismo tiempo, bastara observar como se nos han ido impartiendo internamente las mismas pautas, bastara ver como hemos desarrollado a un mismo tiempo las mismas iniciativas en diferentes lugares del mundo, para concluir que todo estaba diseado, que todo responda a

    37Orgenes de la Red de Luz

  • 38 La gran comunin

    un Plan minuciosamente trazado y que unos y otros seramos llamados a implementar.

    Ahora percibimos ya una articulacin ms clara de unas Redes

    llamadas a envolver con su luz el planeta entero, pero en sus comienzos todo resultaba mucho ms confuso. Sabamos que disponamos de formidables medios para fortalecer nuestras relaciones e intuamos que haba llegado el momento, pero todo estaba por hacer...

    En lo que a nosotros respecta, elegimos tambin nuestro momento y lugar. Aprovechando una convergencia planetaria, el 1 de Mayo de 1998 hicimos un llamado hacia un dolmen en la sierra de Aralar. Con la lluvia calando nuestros huesos, despus de horas de ceremonia en la que participaron cuatro centenares de personas de diferentes familias espirituales, sentimos que la hora del arranque, an no sabamos bien de qu, haba llegado.

    Historia agotada.

    La historia pretrita ya no poda dar ms de s. El tiempo de la separacin, de la fragmentacin humana en orden a las patrias, credos e ideologas se agotaba. El viejo paradigma hacia aguas por todas partes y sin embargo apenas se vislumbraba el borrador del nuevo modelo. Era un tiempo de entreacto, de incertidumbre, de espera Mucha gente inquieta volc entonces para dentro, en la seguridad de que en el recogimiento compartido hallara las claves del nuevo mundo. Era en el arranque de los ochenta cuando empezaron a surgir crculos de meditacin por doquier.

    El silencio era la mina an desconocida; la meditacin, la oracin aunada una nueva dimensin que susurraba el triunfo del amor, del surgimiento de un mundo nuevo basado por fin en ms elevados valores. En eso lleg la ciencia y sugiri tambin, an con boca pequea, que existen otros mundos paralelos al fsico o espirituales, desde los cuales se puede actuar para transformar la realidad material.

    Pocas pistas asistan a aquellos entusiastas de un sonoro OM recin importado de Oriente, sin embargo intuan que lideraban una silenciosa

  • conspiracin planetaria de gran alcance y el desafo deba de ser atendido con herramientas internas y espritu de unidad. Haba muy pocas cosas claras, pero las suficientes como para comprender que el nuevo viaje iba a ser junto y en pro de la Tierra.

    Ningn arma del pasado vala; un nuevo y elevado fin requera nuevos

    mtodos. Las llaves del nuevo tiempo estaban dentro. Ya no haba que levantar barricadas, ni dejarse la voz en medio de las calles desoladas, ya no haba que planificar el asalto de ningn Palacio de invierno. Se trataba de unificar pensamientos, los ms selectos y elevados que cada quien pudiera abrigar. Se trataba del nuevo y revolucionario arsenal de las mentes unidas y sincronizadas tras un mismo propsito, un pacfico potencial, apenas investigado, capaz de traer un paradigma de armona a la Tierra. Alguien puso da y hora a ese esfuerzo mental colectivo y es as como surgieron a finales de los ochenta las primeras convergencias planetarias.

    Entonces lleg el pensamiento oportuno de gentes como Peter Russell (El Cerebro global, Global brain) y Rupert Sheldrake (Los campos morfogenticos), que abundaron en la idea de esa necesaria masa crtica para transformar la realidad. Ambos investigadores presuponen que la resonancia colectiva es el factor determinante para operar en el mundo. Un cambio en los patrones colectivos de pensamiento y comportamiento implicara tambin un cambio de resonancia y por lo tanto la creacin de un nuevo campo morfogentico.

    Lice Moreno, reputado parapsiclogo navarro, lo explica de una forma ms grfica: cuando una masa crtica de la humanidad llegue a una visin comn de la paz mundial, un nuevo orden surgir en la imaginacin de una mayora significativa de la raza humana y as emerger una nueva sociedad planetaria. Un fenmeno semejante a las consecuencias que comporta un amplio deseo colectivo acontece en el reino mineral. Cuando el uranio alcanza una masa crtica se produce una reaccin en cadena.

    39Orgenes de la Red de Luz

  • Un nuevo rgano de la Tierra.

    La unidad externa ir encarnando en la medida que se vaya fortaleciendo la unidad interna. El mundo espiritual se hace presente cada vez ms en todos nosotros, seal de que la humanidad est avanzando en su camino de evolucin. Hoy se hace imprescindible que caminemos juntos en un mismo anhelo, sin importar creencias o filosofas, vinculando unos movimientos espirituales con otros. La conciencia de fraternidad que estamos sembrando constituir en un futuro prximo el cuerpo de manifestacin del Cristo Csmico encarnado en la Tierra.

    Una humanidad despierta se est fusionando a travs de sus capacidades de interconexin como un nuevo rgano de la Tierra con conciencia espontnea. Al reconocer el Gran Espritu de unidad y amor que yace en el corazn de las diferentes tradiciones y caminos espirituales avanzamos en el camino de Retorno. Ms all de la diferencia aparente, compartimos ese mismo Espritu que irradia desde la fuente de nuestra existencia en el centro de nuestros corazones. Ah nos fundimos en unicidad en corazn, mente y espritu, y nos hacemos con esa conciencia vital y transformadora del todo.

    Mentes y corazones unidos.

    Abundar en la Gran Comunin en ciernes nos lleva ineludiblemente a acercarnos al gran profeta moderno de las mentes unidas, el jesuita francs, fallecido en los aos cincuenta, llamado Teilhard de Chardin. Durante treinta aos este sacerdote liberal escribi una serie de obras que fueron la inspiracin de la hiptesis de James Lovelock, Gaia: el ecosistema global como un superorganismo viviente cuyo todo es mucho ms grande que la suma de sus partes.

    l imagin una etapa de la evolucin en la cual una compleja membrana de informacin alimentada por la consciencia humana, envolva nuestro planeta y lo cristalizaba hasta formar una noosfera (del griego noo, mente). Esta idea ha sido completada recientemente por figuras de relieve como Argelles o Ken Kalb, lder de Lightisift 2000 y entusiasta de la obra de T. de Chardin. Este ltimo avanza as en las reflexiones de su maestro:

    40 La gran comunin

  • Esta membrana del sistema nervioso global, que es biolgica, espiritual y tecnolgica, en los humanos ha aumentado el nmero de neuronas y expandido su percepcin espiritual, mientras que, en la tecnologa, ha generado una electrnica avanzada, ha dado nacimiento a un sistema planetario de pensamiento, a una red global de autoconocimiento, a una retroalimentacin instantnea y a una comunicacin planetaria.

    De Chardin, aunque no conoci Internet, sin duda imagin el

    ciberespacio como el componente tecnolgico de la membrana: un vasto sistema nervioso electrnico que rodea la Tierra, mediante una constelacin de conexiones de lneas telefnicas, satlites y circuitos de ordenadores, que se funden en la unidad viviente hecha de un solo tejido de pensamientos colectivos. John Perry Barlow abund tambin en este concepto, al sealar que el punto de toda evolucin hasta esta etapa es la creacin de un organismo colectivo de mente. Pero De Chardin, ferviente e inteligentemente insisti: no se trata solamente de unir nuestras inteligencias o nuestros cuerpos, lo que tenemos que unir son nuestros corazones, sin los cuales no puede alcanzarse la integridad definitiva de su poder de unificacin.

    Ken Kalb gran promotor tambin de convergencias planetarias, resume

    de forma sencilla la idea: Est evolucionando una nueva percepcin de la Tierra, como entidad consciente unificada con sus residentes humanos. Ambos se acercan a un precioso punto de sincrona y sinergia. Estamos haciendo la transicin de experimentar a la Tierra como una biosfera fsica, a conocerla como una noosfera, un organismo milagroso con una mente y un corazn, al igual que con un cuerpo. En esta etapa en la evolucin de la conciencia, una humanidad despierta se est fusionando a travs de su capacidad de interconexin espiritual y tecnolgica, como un nuevo rgano de la Tierra de consciencia espontnea.

    41Orgenes de la Red de Luz