LA GREY ZULIANA EDICIÓN JORNADA POR LA PAZ

Del 4 al 10 de Enero de 2013

DEL 04AL 10E N E2013

5

1964

8 22

Grey zuliana MundoMundo

Año Nuevo

Estamos en el tiempo de ser humildes

¿Existió la estrella de Belen?

Propósitos cristianos para el año nuevo.La oración es conversar con Dios.

En el mundo causa alarma la creciente desigualdad entre ricos y pobres.

El llamado a la paz del Papa es saludable y necesario


Mensaje de su santidad Benedicto XVI para la celebración de la XLVI Jornada Mundial de la Paz

Bienaventurados los que trabajan por la Paz

Cada nuevo año trae consi-go la esperanza de un mundo mejor. En esta perspectiva, pido a Dios, Padre de la humanidad, que nos conceda la concordia y la paz, para que se puedan cumplir las aspiraciones de una vida próspera y feliz para todos.

Trascurridos 50 años del Concilio Vaticano II, que ha contribuido a fortalecer la mi-sión de la Iglesia en el mundo, es alentador constatar que los cristianos, como Pueblo de Dios en comunión con Él y caminan-do con los hombres, se compro-meten en la historia compar-tiendo las alegrías y esperanzas, las tristezas y angustias, anun-ciando la salvación de Cristo y promoviendo la paz para todos.

En efecto, este tiempo nues-tro, caracterizado por la glo-balización, con sus aspectos positivos y negativos, así como por sangrientos conflictos aún en curso, y por amenazas de guerra, reclama un compromi-so renovado y concertado en la búsqueda del bien común, del desarrollo de todos los hombres y de todo el hombre.

Causan alarma los focos de tensión y contraposición provo-cados por la creciente desigual-dad entre ricos y pobres, por el predominio de una mentalidad egoísta e individualista, que se expresa también en un capita-lismo financiero no regulado. Aparte de las diversas formas de terrorismo y delincuencia internacional, representan un peligro para la paz los funda-mentalismos y fanatismos que distorsionan la verdadera natu-raleza de la religión, llamada a favorecer la comunión y la re-conciliación entre los hombres.

Y, sin embargo, las numero-sas iniciativas de paz que enri-quecen el mundo atestiguan la vocación innata de la humani-

dad hacia la paz. El deseo de paz es una aspiración esencial de cada hombre, y coincide en cierto modo, con el deseo de una vida humana plena, feliz y lograda. En otras palabras, el deseo de paz se corresponde con un principio moral funda-mental, a saber, con el derecho y el deber a un desarrollo inte-gral, social, comunitario, que forma parte del diseño de Dios sobre el hombre. El hombre está hecho para la paz, que es un don de Dios.

Todo esto me ha llevado a inspirarme para este mensaje en las palabras de Jesucristo: «Bienaventurados los que tra-bajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios» (Mt 5,9).

La bienaventuranza evangélica

Las bienaventuranzas pro-clamadas por Jesús (cf. Mt 5,3-12; Lc 6, 20-23) son promesas. En la tradición bíblica, en efec-to, la bienaventuranza perte-nece a un género literario que comporta siempre una buena noticia, es decir, un evangelio que culmina con una promesa. Por tanto, las bienaventuranzas no son meras recomendaciones morales, cuya observancia pre-vé que, a su debido tiempo -un tiempo situado normalmen-te en la otra vida- se obtenga una recompensa, es decir, una

situación de felicidad futura. La bienaventuranza consiste más bien en el cumplimiento de una promesa dirigida a to-dos los que se dejan guiar por las exigencias de la verdad, la justicia y el amor. Quienes se encomiendan a Dios y a sus promesas son considerados frecuentemente por el mundo como ingenuos o alejados de la realidad. Sin embargo, Jesús les declara que, no sólo en la otra vida sino ya en ésta, descubri-rán que son hijos de Dios, y que, desde siempre y para siempre, Dios es totalmente solidario con ellos. Comprenderán que no están solos, porque Él está a favor de los que se compro-meten con la verdad, la justicia y el amor. Jesús, revelación del

amor del Padre, no duda en ofrecerse con el sacrificio de Sí mismo. Cuando se acoge a Jesucristo, Hombre y Dios, se vive la experiencia gozosa de un don inmenso: compartir la vida misma de Dios, es decir, la vida de la gracia, prenda de una existencia plenamente bienaventurada. En particular, Jesucristo nos da la verdadera paz que nace del encuentro confiado del hombre con Dios.

La bienaventuranza de Je-sús dice que la paz es, al mis-mo tiempo, un don mesiánico y una obra humana. En efecto, la paz presupone un humanis-mo abierto a la trascendencia. Es fruto del don recíproco, de un enriquecimiento mutuo, gracias al don que brota de


Cerca de 55 personas, dedicaron su tiempo para reflexionar sobre el ser y el quehacer de la educación en las Escuelas Arquidiocesanas

de la paz. Sin la verdad sobre el hombre, inscrita en su corazón por el Creador, se menoscaba la libertad y el amor, la justi-cia pierde el fundamento de su ejercicio.

Para llegar a ser un autén-tico trabajador por la paz, es indispensable cuidar la dimen-sión trascendente y el diálogo constante con Dios, Padre mi-sericordioso, mediante el cual se implora la redención que su Hijo Unigénito nos ha conquis-tado. Así podrá el hombre ven-cer ese germen de oscuridad y de negación de la paz que es el pecado en todas sus formas: el egoísmo y la violencia, la codi-cia y el deseo de poder y domi-nación, la into-lerancia, el odio y las estructuras injustas.

La realiza-ción de la paz depende, en gran medida, del recono-cimiento de que, en Dios, somos una sola familia huma-na. Como enseña la Encíclica Pacem in Terris, se estructura mediante relaciones interper-sonales e instituciones apoyadas y animadas por un «nosotros» comunitario, que implica un orden moral interno y externo, en el que se reconocen sincera-mente, de acuerdo con la ver-dad y la justicia, los derechos re-cíprocos y los deberes mutuos. La paz es un orden vivificado e integrado por el amor, capaz de hacer sentir como propias las necesidades y las exigencias del prójimo, de hacer partícipes a los demás de los propios bie-nes, y de tender a que sea cada vez más difundida en el mundo la comunión de los valores es-pirituales. Es un orden llevado a cabo en la libertad, es decir, en el modo que corresponde a la dignidad de las personas que, por su propia naturaleza racio-nal, asumen la responsabilidad

de sus propias obras.La paz no es un sueño, no

es una utopía: la paz es posible. Nuestros ojos deben ver con mayor profundidad, bajo la su-perficie de las apariencias y las manifestaciones, para descubrir una realidad positiva que existe en nuestros corazones, porque todo hombre ha sido creado a imagen de Dios y llamado a crecer, contribuyendo a la cons-trucción de un mundo nuevo. En efecto, Dios mismo, median-te la encarnación del Hijo, y la redención que Él llevó a cabo, ha entrado en la historia, ha-ciendo surgir una nueva crea-ción y una alianza nueva entre

Dios y el hom-bre (cf. Jr 31,31-34), y dándonos la posibilidad de tener «un corazón nuevo» y «un espíritu nuevo» (cf. Ez 36,26).

Precisamen-te por eso, la Iglesia está con-vencida de la

urgencia de un nuevo anuncio de Jesucristo, el primer y princi-pal factor del desarrollo integral de los pueblos, y también de la paz. En efecto, Jesús es nuestra paz, nuestra justicia, nuestra re-conciliación (cf. Ef 2,14; 2Co 5,18). El que trabaja por la paz, según la bienaventuranza de Je-sús, es aquél que busca el bien del otro, el bien total del alma y el cuerpo, hoy y mañana.

A partir de esta enseñanza, se puede deducir que toda per-sona y toda comunidad -religio-sa, civil, educativa y cultural- está llamada a trabajar por la paz. La paz es, principalmente, la realización del bien común de las diversas sociedades, pri-marias e intermedias, naciona-les, internacionales y de alcance mundial. Precisamente por esta razón, se puede afirmar que las vías para construir el bien co-mún son también las vías a se-guir para obtener la paz.

Dios, y que permite vivir con los demás y para los demás. La ética de la paz es ética de la co-munión y de la participación. Es indispensable, pues, que las diferentes culturas actuales superen antropologías y éticas basadas en presupuestos teóri-co-prácticos puramente subje-tivistas y pragmáticos, en virtud de los cuales las relaciones de convivencia se inspira en crite-rios de poder o de beneficio, los medios se convierten en fines y viceversa, la cultura y la edu-cación se centran únicamente en los instrumentos, en la tec-nología y la eficiencia. Una condición previa para la paz es el desmantelamiento de la dic-tadura del relativismo moral y del presupuesto de una moral

totalmente autónoma, que cie-rra las puertas al reconocimien-to de la imprescindible ley mo-ral natural inscrita por Dios en la conciencia de cada hombre. La paz es la construcción de la convivencia en términos ra-cionales y morales, apoyándo-se sobre un fundamento cuya medida no la crea el hombre, sino Dios: « El Señor da fuerza a su pueblo, el Señor bendice a su pueblo con la paz », dice el Salmo 29 (v. 11).

La paz, don de Dios y obra del hombre

La paz concierne a la per-sona humana en su integridad

e implica la participación de todo el hombre. Se trata de paz con Dios, viviendo según su voluntad. Paz interior con uno mismo, y paz exterior con el prójimo y con toda la crea-ción. Comporta principalmen-te, como escribió el beato Juan XXIII en la Encíclica Pacem in Terris, de la que dentro de pocos meses se cumplirá el 50 aniversario, la construcción de una convivencia basada en la verdad, la libertad, el amor y la justicia. La negación de lo que constituye la verdadera natu-raleza del ser humano en sus dimensiones constitutivas, en su capacidad intrínseca de co-nocer la verdad y el bien y, en última instancia, a Dios mismo, pone en peligro la construcción


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Depósito LegaL: pp200801ZU1276

Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios”(Mt 5,9)

Trabajarpor la paz

Los venezolanos hemos vivi-do años de enfrentamien-to, polarización y división

que han puesto en peligro la paz de nuestra patria. Gracias a nuestra psicología concilia-dora, a nuestra fuerte cultura democrática y a la fe en Dios, hemos evitado una guerra civil de catastróficas consecuencias. Convivir unidos en la diferen-cia continúa siendo el desafío mayor que se nos presenta. Esa convivencia en diferencias nos está exigiendo diálogo, respeto, tolerancia, negociacion, acep-tación del derecho a pensar diferente. Las conversaciones para liberar los presos políticos deberían desembocar en medi-das de gracia que, por el bien de la paz, no deberían esperar más. El beato Juan Pablo II de-cía que “no hay paz sin justicia y que no hay justicia sin per-dón”. La búsqueda de justicia sin la actitud de perdón, en lo personal y en lo político, pue-de convertirse en una forma de venganza.

El mensaje del Papa en la Jornada mundial de la Paz que se celebra todos los 1º. de enero, viene como anillo al dedo para nuestra situacion venezolana.Este mensaje está inspirado en una bienaventu-

ranza: “Bienaventurados los que trabajan por la paz,

porque serán llamados hijos de Dios”(Mt 5,9). El deseo de la paz es una aspiración esencial de todo hombre y coincide con el deseo de una vida humana plena, feliz y lograda. Jescristo que es Vida vino a traernos esa vida y a liberarnos de todo lo que nos impida vivir digna y plenamente. La bienaventu-ranza es una promesa que se cumple no sólo en la otra vida sino en ésta: Jesus nos dice que Dios está a favor de los que se comprometen con la verdad, la justicia y el amor.

La paz es don de Dios y obra humana. Se trata de una paz con Dios viviendo según su voluntad, de paz interior con uno mismo y paz exterior con los demás y con la creación. Comporta la construcción de una convivencia basada en la verdad, la libertad, el amor y la justicia como lo afirmaba el beato Juan Pablo II en la encí-clica Pacem in Terris..

El trabajador de la paz -afirma el papa- debe cuidar la dimensión trascendente y el dialogo constante con Dios,

Padre misericordioso, median-te el cual se implora la reden-ción que el Hijo encarnado, Jesucristo, nos ha conquistado. De esta forma, el ser huma-no podrá vencer ese germen de oscuridad y negación de la paz que es el pecado en todas sus formas: el egoismo y la vo-lencia, la codicia y el deseo de poder y dominación, la intole-rancia, el odio y las estructuras injustas.

Los que trabajan por la paz aman, defienden y promueven la vida desde la concepción, en su desarrollo y hasta su fin na-tural. El aborto y la eutanasia amenazan el derecho funda-mental de la vida. Construir la paz implica tambien reconocer y promover la estructura natu-ral del matrimonio como unión de un hombre y una mujer. Re-conocer el principio de obje-ción de conciencia es parte de la cooperación con la paz.

La libertad religiosa de personas y comunidades es un derecho humano fundamental tanto la libertad -frente a las obligaciones o constricciones de elegir la propia religión- como libertad de testimoniar

la propia religión, anunciar y comunicar su enseñanza, or-ganizar actividades educativas, benéficas o asistenciales, que permitan aplicar los principios religiosos, ser y actuar como or-ganismos sociales.

El mensaje papal hace re-ferencia al derecho al trabajo y a la construcción de la paz mediante un nuevo modelo de desarrollo y de economía, al papel de la familia, de las co-munidades religiosas y de las instituciones(culturales, escola-res, universitarias y políticas) en la educacion para una cultura de la paz. Asimismo, subra-ya la necesidad de proponer y promover una pedagogía de la paz.

Los cristianos somos discí-pulos misioneros que damos vida a nuestro pueblo. “Con la alegría de la fe, somos misio-neros para proclamar el Evan-gelio de Jesucristo y, en Él, la buena nueva de la dignidad hu-mana, de la vida, de la familia, del trabajo, de la ciencia y de la solidaridad con la creación” (Aparecida 103). Que en el 2013 demos vida abundante a nuestra Venezuela. ¡Feliz Año!.


Nuestrotesoro

San Juan María Vian-ney, sacerdote sencillo y humilde del pueblo de

Ars, en Francia, en sus enseñan-zas, hablaba del Tesoro de los cristianos, decía: “El tesoro del hombre cristiano no está en la tierra, sino en el cielo. Por eso, nuestros pensamientos deben estar siempre orientados hacia allí, donde está nuestro tesoro”.

Nosotros tenemos un gran deber y obligación: orar y amar; de esta manera, anticipamos el cielo en la tierra pues, la oración hace que el paraíso baje hasta nosotros, degustando su paz, su dulzura y la esperanza que ani-ma y fortalece el alma.

La oración es conversar con Dios, es hablarle y escucharle. Nuestra oración debe consistir, primero que todo, en recono-cerle como nuestro Dios y Se-ñor, admirarle por Su Amor, Su grandeza y Su poder, por sus ternuras y providencia hacia nosotros, después, alabarle, ben-decirle y agradecerle, en nuestra debilidad, pedirle, reconociendo que sólo Él nos puede dar lo que verdaderamente necesitamos y nos conviene y luego, escu-charle hablar a nuestro corazón, sin barreras, sin defensas, sino abandonados en Su amor y dis-puestos a cumplir Su Voluntad.

Nuestra oración no debe ser egoísta, centrada sólo en noso-tros, en nuestra familia y el pe-queño mundo que nos rodea. Hemos de orar además, por el mundo convulsionado en el que vivimos, para que el hombre vuelva a Dios, reconociéndole como su Señor y cumpliendo sus preceptos y mandatos. He-mos de orar por los problemas de nuestro país, por nuestra Iglesia, para que sea renovada en la fe y la Santidad; hemos de orar de una manera particular, por los que sufren y los más ne-

Padre Jaime Kelly [email protected]

El tesoro del hombre cristiano no está en la tierra, sino en el cielo.

cesitados de la Gracia de Dios y todo, hermanos, redundará en alabanza a Dios y bendición nuestra.

Nuestro tesoro es hacer de la tierra un pedacito de cielo y lo experimentamos en nuestra ora-ción personal y comunitaria. La Palabra de Dios nos enseña en Mateo, 6,6 “Tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puer-ta y reza a tu Padre que compar-te tus secretos, y tu Padre que ve los secretos, te premiará”. Este versículo nos habla de la inti-midad con Dios en nuestra ora-ción personal, la cual podemos llevar a una habitación o mejor aún, delante de Jesús Eucaris-tía. Pero, no podemos olvidar la oración comunitaria y recor-dando lo que el mismo Señor Je-sús nos dice en Mateo 18,19-20 “Asimismo, si en la tierra dos de ustedes unen sus voces para pe-dir cualquier cosa, estén seguros que mi Padre celestial se la dará. Pues, donde hay dos o tres reu-nidos en mi Nombre, ahí estoy Yo en medio de ellos”

Hermanos, la Oración es la fuerza del hombre y la debilidad de Dios, por eso, con nuestra oración diaria, anticipamos el Tesoro del cielo, el cual todos debemos anhelar aquí en la tie-rra. La Oración es la vitamina del alma y del cuerpo. Amén.


¿En qué tiempo estamos? ¿En qué tiempo?, lo decía por

el cansancio que sentía en mi búsqueda de Dios. Para deter-minar el tiempo, por ejemplo, la gente mayor, especialmente, de los campos, con el solo hecho de mirar al cielo puede decir si va a llover o el sol estará radian-te. Otros, en cambio, miran su reloj o el cronómetro y así ob-tienen una repuesta. Otros se guían por el corazón, si lo tie-nen muy acelerado es porque va tarde a la reunión, al trabajo, a la universidad y va a perder la oportunidad de su vida. Tam-bién hay quienes simplemente, se conforman con observar si es de día o de noche, y eso les basta. ¿Cómo ha pasado el tiempo, verdad? Muchas son las respuestas:

Estamos en el tiempo de

perdonar, dejar a un lado todo rencor, resentimiento,

y actitud de venganza.Estamos en el tiempo de ser

humildes, dejando en el olvido la soberbia, la prepotencia y la arrogancia que nos hacen creer que estamos por encima de los demás, por nuestro conoci-miento, títulos, estatus, apellido, nacionalidad, y pensamiento.

Estamos en el tiempo de la verdad, la que nos hace libres como dice Jesucristo. Él es la verdad

Estamos en el tiempo de arrepentirnos, tanto por los pe-cados como por el bien que no hacemos, por miedo, indiferen-cia, o porque simplemente no queremos ‘rollos’ en la vida.

Estamos en el tiempo de sonreír, dejar a un lado la tris-teza, o como dicen los mucha-chos, dejar a un lado la cara de

cañón, de pocos amigos o la cara de serio.

Estamos en el tiempo de ser-vir al prójimo, esto implica no poner barreras que nos separen de nuestros hermanos. Tener la actitud del buen samaritano, dejar a Dios por Dios.

Estamos en el tiempo de la luz, la que hace falta en la oscu-ridad, los problemas o la adver-sidad. Cristo nos dijo: Yo soy la luz del mundo, quien me sigue no caminará en tinieblas.

Estamos en el tiempo de la fe, esa que necesitamos que Je-sucristo aumente continuamen-te.

Estamos en el tiempo de no volver atrás, olvida tu pasado y lánzate hacia adelante como dice san Pablo. No vivas de los recuerdos que te hieren y des-animan.

Estamos en el tiempo de sa-

nar las heridas, y en nombre de Cristo, pido la sanación sobre toda enfermedad y el triunfo so-bre todo dolor.

Estamos en el tiempo de buscar a Dios y encontrarnos

con el prójimo.Estamos en el tiempo de la

paz, ésa que pido en este mo-mento para ti y tu familia, y también para nuestro país y mas allá de sus fronteras.

¿En qué tiempo estamos?Germán A. Moreno T, Dios es humor


Esta será la señalJosé Luis Matheus

La capacidad de obser-var e interpretar lo que vemos, nos lleva siempre

a tomar decisiones fundamen-tadas según se interprete y ana-lice. Es a través de las señales que los médicos pueden diag-nosticar alguna enfermedad, que los padres podemos darnos cuenta de que algo está suce-diendo con nuestros hijos, que los analistas de la economía de un país pueden determinar si ésta se encuentra por buen ca-mino o no, y así podríamos se-guir enumerando una lista casi interminable de ejemplos sobre cómo las señales nos indican, en cierta forma, el camino que debemos seguir.

También corremos el riesgo de ignorar las señales y por ello, sufrir las consecuencias de esta indiferencia. Así por ejemplo, podemos decir que celebra-mos el nacimiento del Mesías, la Navidad, no sólo porque lle-vamos cuenta del calendario, sino porque hay una cantidad importante de signos que nos anunciaron que estamos vivien-do en una temporada especial del año. Pero si no conocimos, ni le dimos importancia al sig-nificado de esos signos, podría suceder que sean para nosotros sólo un adorno bonito que no significa nada más que eso, un simple adorno.

Dios, a través del profeta Isaías, anuncia el mo-mento en que llegará la liberación para su pueblo, “la virgen está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Em-manuel, que sig-nifica Dios con nosotros” (Isaías 7,14). La Vir-gen embaraza-da es la señal que el pueblo de Israel esperó por

años; el cumplimento de esta profecía dividió la historia de la humanidad en dos, y es por ello que celebramos la Navidad. La estrella de Belén fue también otra señal de que el Salvador había nacido, y guió a los ma-gos hasta Él.

Que triste y vacía puede llegar a ser la celebración de la Navidad sin la presencia de Jesús, y sin fijarnos en esa es-trella que nos puede acercar a Él. Su nacimiento fue, es y será el motivo de la celebración y por tanto, todos los signos que

adornan nuestras casas, igle-sias, comercios y calles deben ser exactamente eso, el anun-cio de que estamos celebrando la gran Misericordia de Dios con nosotros, su encarnación y nacimiento para darnos vida, y vida en abundancia (Juan 10,10).

Los símbolos que utilizamos en esta época del año deben ser instrumentos para tomar de-cisiones que nos ayuden a ser dignas moradas del pequeño que está por nacer, que deben prepararnos para recibir al “Dios con nosotros”, pues, sólo así, estas fiestas tendrán un sen-tido realmente trascendente. Hagamos un esfuerzo por no dejarnos aturdir por las luces externas y abramos nuestros corazones al Espíritu Santo, a fin de que ilumine nuestra consciencia y fortalezca nues-tra voluntad para que demos cabida en nuestras vidas a la Palabra de Dios que se ha he-cho carne.


Tal y como lo hacen to-dos los pontífices desde 1968, el Papa Benedicto

XVI celebra la Jornada Mun-dial de la Paz este 1º de enero.

En esta oportunidad, tal efeméride es convocada bajo el lema “Bienaventurados los que trabajan por la paz”, y en tal sentido, el abogado, escritor y profesor universitario Kaled Yorde aporta su grano de are-na.

“Me considero un viejo activista por la paz”, afirma. “Siempre, a través de mis li-bros, artículos de opinión, char-las y conferencias por radio y televisión, he ventilado hasta la saciedad valores humanos y la recta acción. Para hacerlo se requiere ser consciente de que hay que amar y respetar al prójimo como a uno mismo, y también aplicar aquello de no hacerle a los demás lo que a uno mismo no le gustaría que alguien le hiciese”.

Yorde, además, es profesor de la Cátedra para la Paz en Valores Humanos de la Facul-tad de Educación de LUZ, pro-fesor de seminarios en Política Internacional (URU) y autor de nueve libros de corte filosófico-espiritual y valores humanos.

Desde una perspectiva glo-bal, ¿cómo podría cambiar entre el 2012 y el 2013 el significado de este llamado anual a la paz que hace el Papa Benedicto XVI, con-siderando acontecimientos como los de Siria y el conflic-to árabe-israelí? ¿Tenemos o no, más paz en el mundo luego de un año?

El llamado anual a la paz que hace el Papa Benedicto XVI a la comunidad interna-cional cristiana o de cualquier otro credo es saludable y alta-mente necesario. El hombre se ha tornado cada día más y más incrédulo, duro de corazón y sordo de conciencia, debido a la falta de fe en Dios y la no práctica de los valores éticos y morales que todos los credos pregonan.

La dialéctica materialista y atea causante de la no-paz y la amenaza a la vida mis-ma se debe a la carencia del amor inegoísta y sincero en los corazones. Acontecimientos como los de Siria y el conflicto árabe-israelí por causa de los derechos del pueblo palestino, evidencian ese peligro siempre latente de amenaza a la paz del mundo.

Si a esto le agregamos el potencial conflicto que se está gestando entre Irán, Israel, Estados Unidos, Siria, Hamas y Hezbollá, por la cuestión de la bomba nuclear que el país persa se propone fabricar, el peligro de una gravísima con-

Este “viejo activista por la paz”, como se autodefine, atribuye a la carencia del amor inegoísta y sincero en los corazones, la amenaza que se cierne sobre toda forma de vida conocida. “En nuestro país, son tiempos de anarquía, de confrontaciones y de serias amenazas. La dialéctica del odio, la lucha de clases sociales, las amenazas de eliminar la propiedad privada, el inmiscuirse y controlar voluntades y libertades al mejor estilo totalitario, no presagian nada bueno”, advierte.

“El llamado a la paz del Papa Benedicto XVI es saludable y altamente necesario”

La paz no es ausencia de guerra, sino un elevado estado consciencial


Jairo Márquez Lugo / @enagenda_ve

flagración mundial se agiganta.

¿Cómo cree usted que con-fluyen o podrían confluir las diferentes religiones existen-tes en el mundo alrededor de este llamado a la paz?

Confluyen en la idea de la paz, pero cada una le pone condiciones al asunto, dándole prioridad a sus propios intere-ses y colocándolos encima del de los demás. En todas ellas existen autoridades religiosas moderadas y responsables, pero también hay otras extremistas, radicales y fundamentalistas, que se fanatizan por los precep-tos religiosos de sus propios li-bros sagrados, interpretándolos literalmente sin ahondar en su sentido espiritual que lo aclara todo.

Venezuela dice ser uno de los países más pacíficos de la historia; sin embargo, ex-hibe recientemente cifras de muertos a manos de la vio-lencia mucho mayores que las de naciones en medio de conflictos bélicos. ¿Son tiempos de guerra o de paz en nuestro país?

En nuestro país, son tiem-pos de anarquía, de confron-taciones y de serias amenazas, habida cuenta del discurso vio-lento del jefe de Estado que no es cónsono con su alta investi-dura. La dialéctica del odio, la lucha de clases sociales, las amenazas de eliminar la pro-piedad privada, el inmiscuirse

tras dentro del individuo no haya armonía, paz interior y serenidad de espíritu, no puede surgir la paz social colectiva. La falta de Dios y de los preceptos éticos y morales en el compar-timiento conducen a la pérdida de la paz mental y a los malos hábitos, e igualmente, al apego y las esclavitudes por los valores materialistas de la existencia, al hedonismo, a la banalidad, lo circunstancial, efímero y cambiante, que sólo atrae sufri-miento y ansias desmedidas de poder.

Mucho se asocia la paz con lo externo, pero, ¿cómo lo-gramos la paz interior y con nuestros semejantes? ¿Cuán-tos sacrificios debemos ha-cer en aras de esa meta?

La paz ni se asocia con lo externo ni puede ser impuesta tipo “paz romana”. Nadie pue-de ofrecer la paz a los demás si no hay paz en su alma. Esa paz interior se alcanza sólo cuando la conciencia está limpia y se es consciente de la propia libertad, vale decir, de no estar sujeto a los vicios y malos hábitos, a la sed insaciable de posesiones, de prestigio, pasiones e imposición de la propia voluntad sobre la de los demás.

Cuando la persona no es humilde ni solidaria, cuando hay maldad y deshonestidad en su carácter (pulcritud en el comportamiento), cuando se carece de amor, no se puede vivir en paz con los demás ni tampoco con ella misma.

y controlar voluntades y liber-tades al mejor estilo totalitario, no presagian nada bueno.

Un enemigo a muerte de la paz en cualquier lugar del mundo es la violencia. En Venezuela, y particularmen-te, en el Zulia, parece estar enquistada en nuestra socie-dad. A su juicio, ¿cómo se refleja esa carencia de paz en nuestro día a día?

La carencia de paz en la Venezuela de nuestro día a día se refleja, precisamente, en el alto índice diario de crímenes y delitos que suceden y quedan impunes, por la falta de compa-sión y solidaridad cristiana en-tre la gente, por los antivalores reinantes y la ausencia casi total

de la ética ciudadana y familiar.

¿Se hace lo suficiente en nuestro país por la paz o todavía hay mucho camino por recorrer? ¿Qué podemos aprender de otros países que han pasado por situaciones mucho más difíciles que las nuestras?

En nuestro país no se está haciendo gran cosa por la paz, porque el régimen que gobierna le ha inculcado a la sociedad, el miedo y el odio. La gente está petrificada, indi-ferente, frustrada y desalentada como para resistir al abuso del poder. Eso nos impide apren-der de aquellos países que han pasado o están pasando por si-tuaciones similares a la nuestra,

muy señaladamente, la falta de coraje y de determinación para enfrentarse y ponerle coto a las fuerzas del mal y a la maldad reinante.

Pareciera que, para mu-chos, la gravedad del asunto no les atañe, porque aún no les ha tocado. Lo grave de todo esto es que no saben que tarde o temprano les irá a tocar. Nadie está a salvo.

¿La paz es ausencia de gue-rra o algo más, desde su perspectiva? ¿Es un estado del alma o una convicción?

La paz no es ausencia de guerra, sino un elevado estado conciencial que no hemos aún alcanzado. ¿Razones? Mien-


“La Iglesia está llamadaa dar respuestas”

El 17 de agosto del año 2009, la Oficina de Prensa de la Santa Sede dio a co-

nocer la designación del Nun-cio Apostólico de Su Santidad Benedicto XVI en Venezuela, al Excmo. Mons. Pietro Paro-lí; principalmente, la figura del Nuncio está destinada a trans-mitir la presencia del Santo Pa-dre a las Iglesias Particulares de cada país, siendo el vínculo de unidad entre los obispos dioce-sanos y el Papa, representándo-lo de igual manera a éste, ante el Estado que los recibe bajo la figura diplomática.

Sin embargo detrás de un Nuncio Apostólico hay un cris-tiano y un sacerdote, por eso, hemos querido conversar con Mons. Pietro Parolín para que, con su testimonio y experiencia de Dios, podamos enriquecer nuestro peregrinar en este año de la Fe.

Eminencia, cuéntenos un poco de su vocación, y su familia, y cómo fueron esos primeros años de llamado a la vida sacerdotal

Yo soy de la Diócesis de Vi-cenza que es una de las grandes provincias del norte de Italia, zona geográfica con una am-plia tradición cristiana, recuer-do que, para la década de los setenta, habían como setecien-tos sacerdotes y en el Semina-rio teníamos como quinientos seminaristas; sin embargo, todo eso es recuerdo pues, hoy en día, muchas cosas han cambia-do, la fe y la práctica religiosa han disminuido debido al fenó-meno de la secularización.

Sobre mis raíces, provengo de una familia muy religiosa apegada la Iglesia y esto de al-guna manera marcó mi vida, desde pequeño sentí esta pre-sencia misteriosa del Señor, que se manifestó como deseo de ser sacerdote, y viendo un poco la figura de mi párroco, quise

Entrevista exclusiva con Mons. Pietro Parolín, Nuncio Apostólico en Venezuela.

imitar su entrega generosa y alegre; me sorprendió siempre cómo llevaba, contento, su vo-cación y ministerio; por lo que decidí entrar al seminario de Vicenza; posteriormente, fui ordenado sacerdote por Mons. Arnoldo Onisto el 27 de abril de 1988; y ciertamente, en ese momento no tenía idea de que algún día vendría a Venezuela.

¿Y cómo fueron los inicios en el servicio diplomático, desde los comienzos de su proceso vocacional pensó en dedicarse a la representa-ción diplomática?

Pues, al principio esto no estaba dentro de mis planes, yo me veía como un sacerdo-

te sirviendo a los fieles en una parroquia -como vicepárro-co- ya que, con el alto número del clero de aquel entonces, era solo posterior a 15 o 20 años de sacerdocio, cuando el obispo te confiaba la responsabilidad pastoral de una feligresía como cura párroco.

En mi caso específico, estu-ve tres años como vicepárro-

co y luego, mi Obispo Mons. Onisto, me envía a Roma para realizar algunos estudios en Derecho Canónico, sobre todo, pensaba que podía ayudar en el Tribunal eclesiástico y con la pastoral Familiar, pero en la Ciudad Eterna las cosas cam-biaron, ya que le consultaron a mi obispo si me dejaba al ser-vicio de la Santa Sede para la asistencia diplomática, y él dijo que sí, y por supuesto, yo tam-bién acepté.

Luego, entré a la Pontificia Academia Eclesiástica, en 1983 y terminé mis estudios en 1986. Posterior a esa etapa de for-mación, comencé mi servicio diplomático en África, en Nige-ria, donde estuve tres años, lue-go me enviaron a México por eso, el poco español que puedo hablar lo aprendí allí, en efecto, varios niños me han pregunta-do si soy mexicano, probable-mente, porque el acento que tengo viene de esa maravillosa experiencia en el país azteca. Luego fui designado a trabajar en la Secretaria de Estado en la Santa Sede y permanecí en Roma 18 años, aproximada-mente.

De esos años de estadía en Roma y al Servicio de la Secretaria de Estado de la Santa Sede quizás hay muchas anécdotas, podría compartirnos algún recuerdo cercano con el hoy Beato Juan Pablo II

Mi primer recuerdo con el Santo Padre Juan Pablo II fue cuando visitó México en 1990, yo estaba muy emocionado, y durante las noches que se que-daba en la Nunciatura cenába-mos juntos, éramos unos pocos, el Nuncio de ese momento, Mons Girolamo Prigione, el se-cretario del Papa y mi persona, recuerdo que le dije: “Santo Padre, estoy muy emocionado de estar aquí con usted; y él me


respondió: No se preocupe, ya mañana no lo estará tanto”. Sí, con esta sencillez, con esta cercanía, con esa familiaridad y buen humor que lo caracte-rizaba.

Sin embargo, no fue sino a partir del año 2002, cuando comencé a tratarlo más direc-tamente y él ya estaba bastante enfermo, ya que fueron sus úl-timos tres años, el murió en la Pascua del año 2005, y lo que más me impactó en ese mo-mento, fue la fuerza y el ánimo con el que el Papa llevaba su enfermedad y su deseo de ser-vir; a pesar de las limitaciones, tenía un gran empeño en seguir su ministerio petrino y llevar a término su trabajo en favor de la Iglesia Universal, una entre-ga total que no conocía límites.

Eminencia, hablemos ahora de cuando fue designado Nuncio Apostólico para Venezuela, ¿Qué fue lo que pensó cuando le informaron su nuevo encargo diplomático?

Me tomó por sorpresa, yo pensaba, cuando el señor Car-denal, Secretario de Estado, Tarcisio Bertone me llamó para informarme que el Papa pensa-ba en enviarme como Nuncio a Venezuela, -el Nuncio para este país ya está nombrado, sa-bía que Mons. Giacinto Berlo-co había sido trasladado a otra Nunciatura, y que estaban en el proceso de nombrar otro Nun-cio, pero por los elementos que yo tenía en mis manos creí que ya estaría nombrado, por ello fue una gran sorpresa.

Pero, como siempre en mi vida, no fue una elección per-sonal el iniciar el servicio di-plomático; entonces, me dije: “Señor yo no he buscado nada, yo me pongo en tus manos, y tú harás conmigo lo que ten-gas que hacer” Por ello, podría definir aquel momento con un

poco de preocupación y con-fianza, y diría que aquella con-fianza ha sido bien puesta.

Luego de ya tres años de servicio diplomático y apostólico en Venezuela, ¿cómo ve nuestra Iglesia y cuáles son los retos que enfrenta, después de la primera década del tercer milenio?

Es una Iglesia que encuen-tra las dificultades de la Igle-sia en el mundo de hoy, que se enfrenta a un mundo que está cambiando, donde la so-ciedad está cambiando, y esto por muchísimas razones, por lo que la Iglesia está llamada a dar respuestas, y veo que hay

voluntad, y la disposición para la búsqueda de esas respuestas a los nuevos desafíos y los nue-vos retos que se plantean, sobre todo, el reto de una formación; creo que uno de los problemas, es que los venezolanos son un pueblo muy religioso, pero que necesita y le hace falta mucha formación, desde el punto de vista católico, pienso inclusive que, el año de la Fe podría ser una buena ocasión para cono-cer los contenidos de la fe, y desarrollar nuevos mecanismos de evangelización a los que se han alejado de la Iglesia, o los que, por alguna razón, están se-cularizados, o que ya no hacen referencia a Dios, diría yo que éstas son los principales retos de la Iglesia en Venezuela.

La Santa Sede ha informado que el Papa Benedicto XVI está por publicar una nueva encíclica, la tercera de su pontificado ¿cuáles, cree usted, pueden ser los temas tratados por el Santo Padre?

Imagino que preparará algo, específicamente, sobre la fe porque ya ha hecho una en-cíclica sobre la caridad: “Deus caritas est” (2005) , y otra se-gunda, sobre la esperanza: “Spes salvi” (2007), y me pa-rece que podría hacer hinca-pié sobre lo fundamental de la Fe; en los últimos años, hemos dado mucha importancia so-bre las consecuencias de la fe, desde el punto de vista social,

político, entre otros, pero falta precisar qué tiene que decir la fe en esos ámbitos, reflexiona-do en su doble dimensión, la fe como acto de fe, y la fe como abandono del hombre al Dios que se revela, y la fe también, como adhesión al contenido de la revelación, que son las verda-des de la fe.

Y sobre todo, pienso que nos haría una invitación para que pudiésemos encontrar la mane-ra de decir a los demás, que la Fe es un gran tesoro, como lo dice la parábola del Evangelio, el hombre que consigue la pie-dra preciosa, entonces va y se regocija y llama a los demás, a compartir su gozo y su alegría, buscar la manera de transmitir a los demás, que la Fe es la cosa más importante de la vida, pues le da sentido a la vida misma, y que tiene toda sus consecuen-cias en los diversos ámbitos de la realidad humana.

Ya para concluir ¿Qué opina sobre el sentimiento de los zulianos hacia La Chinita?

Es una de las características del pueblo de Venezuela, es un pueblo muy mariano, es algo de lo que me he dado cuenta desde que llegué, y puedo decir que esta primera impresión se ha consolidado, aquí los fieles católicos tienen un cariño muy especial, muy tierno y profundo hacia la madre de Dios, y me parece muy bonito pues, a final de cuentas, lo que hace María es cuidar de cada uno de sus hijos , siendo madre de todos, cumpliendo si misión a lo largo de toda la historia de la salva-ción y hasta el final de los tiem-pos, llevarnos a Jesús.

Esta devoción es un camino privilegiado para llegar a Je-sús, aceptarlo en nuestra vida y vivir como buenos cristianos, como cristianos convencidos que sienten el compromiso de dar testimonio del Evangelio.

Rixio G Portillo@Rixiogpr


Durante el aniversario del seminario menor “El Buen Pastor” dos seminaristas recibieron la admisión a las órdenes del diaconado y presbiterado. (foto: Magdy Zara)

Durante este rito los seminaristas aspirantes también se reviste con el roquete.José Coromoto Romero y Alfredo Hernández, efectuaron el rito de Admisión a las sagradas órdenes del Diaconado y Presbiterado. (Foto: Magdy Zara)

“Un seminarista es un sacerdote en formación” Magdy Zara

Q uince años cum-plió recientemente el Seminario Menor “El

Buen Pastor” de la Diócesis de Cabimas, la ocasión fue propi-cia para celebrar una eucaristía en la rectoría María Inmacu-lada, la cual fue presidida por Monseñor William Delgado Sil-va, obispo de la Diócesis, quien mencionó que un seminarista “es un sacerdote en formación”.

La misa estuvo concelebrada por los presbíteros Néstor Ulloa, rector del seminario; así como por Dixón Montero y Valery León; este día se hizo además el rito de Admisión a las sagradas órdenes del Diaconado y Pres-biterado de los seminaristas José Coromoto Romero y Alfredo Hernández.

El obispo de la Diócesis de Cabimas, comenzó su homi-lía diciendo que con esta cele-bración se abre un paréntesis durante el tiempo de adviento, pues para ellos se tenían dos motivos importantes, una los 15 años de aniversario del Se-minario Buen Pastor y la otra la admisión a las sagradas órdenes del diaconado y presbiterado de los seminaristas Romero y Her-nández.

Agregó que durante estos 15 años se han ordenado 9 sacer-dotes, luego agregó “yo tengo una debilidad especial por el se-minario, yo he pasado 23 años de mi vida dentro del semina-rio, y he descubierto lo impor-tante de esta institución dentro de la Diócesis, pues es fuente de vocaciones sacerdotales, el seminario es el corazón de la Diócesis.

“En el seminario se vive una vida exquisita espiritual e inte-lectualmente hablando, pues se estudia la filosofía y la teología, en el seminario se forman al fu-turo sacerdote en material hu-mana, académica y espiritual” apuntó.

Monseñor Delgado, agregó que su Santidad Juan Pablo II dejó un documento que orien-ta la formación del sacerdote,

Monseñor William Delgado:

llamado “le doy pastores a la Iglesia”, lo que deja por sentado lo importante de la formación sacerdotal.

Dijo además que “el semina-rista desde que entra al semina-rio no debe pensar como laico, debe pensar como sacerdote, ac-tuar como sacerdote, estudiar y comportarse como un sacerdo-te, pues es un sacerdote en for-mación. La figura del sacerdote se va plasmando en el corazón del seminarista

Luego dijo estar agradecido por el empeño que puso Mon-señor Freddy Fuenmayor en la realización de esta obra.

Seguidamente explicó que la admisión de los candidatos

al orden del diaconado y pres-biterado, es un rito con el cual el que aspira al diaconado o al presbiterado manifiesta pública-mente su voluntad de ofrecerse a Dios y a la Iglesia para ejercer el orden sagrado; la Iglesia, por su parte, al recibir este ofreci-miento, lo elige y lo llama para que se prepare a recibir el orden sagrado.

Visiblemente entusiasmado Monseñor William Delgado, anunció que el año próximo la Diócesis contará con 5 nuevos sacerdotes, y agregó “Dios ben-dice a su pueblo y escucha sus súplicas, Dios ha bendecido esta Diócesis grandemente al darnos nuevos ministros.

Al concluir el padre Néstor Ulloa, rector del seminario “El Buen Pastor”, dio las gracias a Dios por este seminario, a su fundador Monseñor Freddy Fuenmayor, a los rectores que lo

antecedieron, a los docentes, a los seminaristas que han pasado por allí, a los amigos y a la co-munidad eclesial de María In-maculada por la labor que han efectuado durante estos 15 años.


E l 27 de diciembre y 6 de enero de cada año en Cabimas, se celebran

las fiestas en honor a San Beni-to de Palermo, una de las tra-diciones de más arraigo cultual y religioso en la Costa Oriental del lago de Maracaibo.

Benedetto (que en lengua italiana se traduce Benito) hijo de Cristóbal Larcans y su espo-sa Diana, nació en 1524, en el pueblo de San Filadelfio, hoy llamado San Fratello y forma parte de la provincia de Mes-sina, región de Sicilia. Dejó de existir en Palermo a los 65 años de edad, el 3 de abril de 1589.

San Benito fue beatificado por el Papa Benedicto XIV en 1743 y canonizado por el papa Pio VII en el año 1807.

La figura de este santo ne-gro, hijo de esclavos fue un ins-trumento útil para la evangeli-zación y la cristianización de la enorme cantidad de hombres y mujeres que fueron arranca-dos de sus tierras y sus culturas y traídos a América Latina en calidad de esclavos.

Los misiones utilizaron la imagen de San Benito, hijo de esclavos, Benito Santo, Be-nito libre, como un modelo a seguir para aquellos hombres y mujeres esclavizados, ellos les “inculcaron el evangelio”, y les propusieron a este héroe de la santidad, de modo que se sintieran identificados con él, meterles en lo profundo de su corazón, que a pesar de su difí-cil situación, eran hijos de Dios, queridos por Dios y por la Igle-sia, y que así como Benito llegó al cielo, ellos con esfuerzo y tra-bajo, pero sobre todo imitando las virtudes de este Santo tam-bién podían lograr el proyec-to de Santidad que Dios tenía preparado para ellos, sin des-preciar su cultura africana y su religiosidad, la cual se manifies-ta a través del baile y la música.

Según datos históricos los primeros hombres de raza ne-gra que llegaron a Venezuela

lo hicieron en el año 1570 y tocaron tierras venezolanas por Coro en barcos de mercaderes alemanes.

Al Zulia se estima que llegó el primer contingente de escla-vos el mismo año, pero se regis-tran según algunas crónicas de la época que fueron trasladados al Sur del Lago, donde las au-toridades españolas requerían mayor número de esclavos para la construcción de las primeras haciendas de esa zona.

Se dice que los esclavos afri-canos adoraban una divinidad ancestral llamada Ajé, la cual era de culto reverencial en va-rias regiones de África. Ajé era invocado para proteger la natu-raleza, sanar enfermos, ayudar a los pobres. En sus tierras de origen los negros africanos le rendían culto con ritos alegres matizados por sonido de tam-bores y baile, lo cual para las misiones españolas constituía un acto pagano y contrario a las creencias católicas.

De acuerdo con la cosmo-gonía espiritual africana, sobre todo la Bantú, Ajé se le rendía tributo y recibía el nombre de “Dios de las Aguas Azules”. Las leyendas que existen en torno a esta figura revelan que murió intentando localizar a su madre, búsqueda que tuvo que suspender por que sus segui-dores reclamaban su presencia con el toque de los Chimbán-gles para festejar la llegada de las lluvias.

Una antigua leyenda Bantú da cuenta que Ajé, se compla-cía cuando sus seguidores lo bailaban como si estuviese sus-pendido sobre las olas, de allí la costumbre de bailar al Santo Negro montado sobre un me-són, cargado por cuatro hom-bres o mujeres para moverlo de un lado a otro como si estuviese sobre una canoa.

Las misiones religiosas al termino de las agotadoras jor-nadas de trabajo, aprovecha-ron para inculcar a los esclavos

la fe cristiana y suplantar a Ajé por la figura de un monje de la orden franciscana que había fallecido en 1589, quien a pe-sar de no haber recibido aun su santidad por el Vaticano, ya era considerado como tal debido a los múltiples milagros que se le atribuían. Ese monje era San Benito de Palermo, quien por ser de piel negra, descendien-te de esclavos y católico, fue el más idóneo para emplearlo en el modelo de catequización.

Las fiestas de San Benito en el sur del lago, son una tradi-ción que data de hace más de 400 años, y son reconocidas a nivel nacional e internacional como una de las muestras más genuinas de expresión de la fe de la iglesia católica.

Una de las características que resalta más en las proce-siones de San Benito, sobre todo en Cabimas y Perijá, es pagar promesas con baños de ron por favores concedidos. No obstante el uso y consumo de

licor, no forma parte de los ritos tradicionales, por el contrario muchos cronistas consideran que esa práctica no es más que una desfiguración de los ritos originales.

Sobre las razones por las cuales “bañan” a San Beni-to con licor, son muchas, sin embargo una de las leyendas que más fuerza tiene es que un hombre consumido por los es-tragos del alcohol bañó los pies de la imagen del Santo con aguardiente y le imploró que lo ayudara a dejar el vicio para siempre. San Benito le con-cedió el milagro y a partir de entonces, los devotos vierten aguardiente a la imagen para pagar sus promesas.

Sobre el origen de la fes-tividad y culto a San Benito, también tiene una historia particular pues no se celebra el día de su muerte o nacimien-to al cielo. La misma esta re-lacionada al reventón del Ba-rrosos numero II, ya que una vez ocurrido el reventón entre los días 14 al 22 de diciembre, los techos de las casas vecinas que eran de palma, estaban saturados de hidrocarburo y se temía que una chispa genera-ra una tragedia y los esfuerzos de los petroleros por colocar un cabezal para controlar el pozo habían sido infructuosos, se cuenta que uno de los ca-pataces solicitó permiso para bailar el santo frente al pozo para que este cesara de brotar, ante el fracaso de los intentos anteriores se le dió finalmente le permiso y sucedió que an-tes de 15 minutos, el pozo se había derrumbó cerrando el flujo y permitiendo la coloca-ción del cabezal, con lo cual se instauró a partir de esa fecha la festividad de San Benito, a fines del siglo XX y con el crecimiento demográfico de la ciudad la festividad fue cam-biada y divida en dos fechas (27 de diciembre y 6 de enero).

San Benito un santo Italianoutilizado para evangelizar Magdy Zara


Lo primero que debe conocerse en la vida es que formamos parte del

plan de Dios. Somos la máxima expresión de Su amor. De hecho, todo el Universo ha sido creado por Él: lo material, lo inmaterial, los seres vivos, entre otros.

El propósito de Dios, al mo-mento de la creación de su mag-nífica obra llamada: ser huma-no, no fue únicamente otorgarle una vida biológica sino que, a diferencia de las demás criatu-ras, le confirió dignidad. Tal dig-nidad existe desde el momento mismo de la concepción hasta la muerte.

En tal sentido, el reconoci-miento de la dignidad humana no es un producto de la historia o de la libertad, sino que deviene de la sacralidad de la vida hu-mana como regalo de Dios, tal y como lo expresa el Catecismo de la Iglesia católica en su número 2258:

“La vida humana ha de ser tenida como sagrada, porque desde su inicio es fruto de la acción creadora de Dios y per-manece siempre en una espe-cial relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término; nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano ino-cente”

no. Nuestra responsabilidad respecto de nuestra vida y del cuidado de los demás es total.

El reconocimiento de la dig-nidad humana hoy día está en entredicho, pues el ser huma-no en su intento por encontrar cura a enfermedades mortales, pone en juego el equilibrio en-tre progreso científico tecno-lógico y el respeto a la vida como valor fundamental; por ejemplo, cuando el diagnóstico prenatal es utilizado con fines abortivos, el propio aborto, la fecundación in vitro, la euta-nasia, entre otras prácticas. El progreso de la ciencia no siem-pre se encuentra al servicio del cuidado de la vida, en casos como los anteriormente men-cionados queda en evidencia.

Tal atentado contra la vida con herramientas como la me-dicina, cuyo fin es lo contrario a la muerte, obedece a la separa-ción entre vida y acción moral. Y es que, todo campo de la ac-ción humana está sometido a la moral. Ello significa que el ser humano en el desarrollo de su vida cotidiana, no puede estar a espaldas de una calificación moral de sus propios actos. En tal sentido, la dificultad que en-cuentra el hombre en el día a día, para mantener esta unidad deviene de su olvido de Dios.

En consecuencia, la vida cristiana coherente, como prác-tica de Fe, refiere pues a un co-nocimiento y un hacer del día a día, que involucra no solo practicar las virtudes teologales -fe, esperanza y caridad-, y las virtudes cardinales -prudencia, justicia, templanza y fortale-

De hecho, la ciencia no ha logrado hoy día producir vida en un laboratorio cada vez que se le antoja; ésta escapa al po-der tecnológico, pues no es una conquista científica sino que es un Don de Dios.

Entonces, cabe preguntar-se: ¿Cuál es el fundamento y la responsabilidad del hombre respecto a la vida humana? Es una pregunta que para muchos será fácil contestar, para otros

Vida Cristiana: Un compromiso de Fe en el siglo XXI Dra. Mariadela Bello Atencio

[email protected]

za-, sino también una actitud más activa frente a una socie-dad cargada de transigencias y concesiones, alejada de Dios, que se ha apartado de ciertos parámetros morales y de los principios cristianos, a cambio de la conveniencia, todo con el argumento de vivir en demo-cracia; se ha llegado al punto de discutir leyes que, de ser pro-mulgadas, atentarían de frente contra la dignidad de la perso-na y contra la vida misma, al permitir legalizar el aborto.

En tal sentido, el rol del cristiano en el siglo XXI tiene que ser mucho más activo de lo que pudo haber sido en siglos anteriores, ya que hoy el rela-tivismo ético, la transformación cultural, la negación de valores y la posible promulgación de leyes que despenalizan el abor-to en Venezuela, nos exigen más que nunca defender los principios cristianos, especial-mente, la vida; rescatar a la so-ciedad del abismo en el que se encuentra, llevando la palabra de Dios a todos lados, dando el ejemplo, haciendo apostolado, procurando formarnos en la fe, buscando integrar grupos como laicos dentro de la Igle-sia, realizando campañas de concientización y divulgación, entre otros.

Los cristianos necesitamos hoy, más que nunca, una fe bien cimentada y principios morales inquebrantables, que no se dejen permear por nin-gún tipo de confusiones que pretenden derribar la Doctri-na de la Iglesia Católica. Para lograr este fin, nuestra Iglesia requiere Sacerdotes y Diáconos bien formados que, a su vez, formen a los laicos. Pues, puede existir buena voluntad, pero sin formación, a los laicos no nos será posible llevar el mensaje de Cristo. También necesita-mos voluntad y sabiduría para saber llevar, adecuadamente, el evangelio de Cristo como la luz capaz de iluminar estos mo-mentos de tinieblas que atravie-sa la humanidad y permitir que Dios entre en nuestras vidas.


¿Qué me dice? ¿Qué nos dice?

Mateo 2, 1-12Hemos venido a adorarloCuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo”. Al enterarse, el rey Herodes

quedó desconcertado y con él, toda Jerusalén. Entonces, reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías. “En Belén de Judea, le respondieron, porque así está escrito por el Profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá,

ciertamente, no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel”. Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella, los envió a Belén, diciéndoles: “Vayan e

infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje”. Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella

se llenaron de alegría, y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra. Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino.

Pbro. Gabriel Mestre

Domingo 6 de enero de 2013

Preguntas para la meditación

• ¿Busco ser un fiel observante de las fiestas litúrgicas de la Iglesia?

• ¿Adoro yo al Señor como solo Él lo merece?

• ¿Cuáles son las ofrendas que yo le hago al Señor? ¿Estaré ofrendando lo correcto?

• ¿Cuál podría ser la estrella que me guíe hasta encontrarle? ¿La eucaris-tía? ¿La oración?

• ¿Estoy yo siendo capaz de llevar a mis hermanos, a mi familia, hacia je-sús? ¿Soy una estrella de Belén para los demás?

¿Qué le digo?¿Qué le decimos?

Señor Jesús: Que, a imitación de los Magos de Oriente, vayamos también nosotros frecuentemente a adorarte en tu Casa que es el Templo y no vayamos jamás con las manos vacías. Que te lle-vemos el oro de nuestras ofrendas, el in-cienso de nuestra oración fervorosa, y la mirra de los sacrificios que hacemos para permanecer fieles a Ti, y que te encontre-mos siempre junto a tu Madre Santísima María, a quien queremos honrar y venerar siempre como Madre Tuya y Madre nues-tra. Amén.

Epifanía del Señor

Hoy, contemplamos la manifesta-ción del Señor frente a quienes le busca-ban para adorarle. Miremos la humildad y sencillez de nuestro Dios, quien recibe nuestras ofrendas, y también nuestras alegrías y necesidades. Pongamos a sus pies toda nuestra vida, por medio de nuestra oración y alabanza a Él, frente al Santísimo Sacramento.

Propuestas personales

• Revisar que es lo mejor que tengo para ofrecerle diariamente al Señor, y cambiar lo que no estoy haciendo bien.

Propuestas comunitarias

• Proponernos ser “Una estrella de Be-lén” para todos en nuestro hogar, a fin de no desanimarnos en dejar de mostrarles a Jesús a los de-más.

¿A qué me comprometo? ¿A qué nos comprometemos?

¿Cómo interiorizo el mensaje? ¿Cómo interiorizamos el mensaje?


La Corona pesa alrededor de 10 kilos

La Epifaníadel Señor

Epifanía significa “manifestación”. Jesús se da a conocer.

La fiesta de la Epifanía tiene su origen en la Iglesia de Orien-te. A diferencia de Europa, el 6 de enero, tanto en Egipto como en Arabia, se celebraba el solsticio, festejando al sol vic-torioso con evocaciones míticas muy antiguas. Epifanio explica que los paganos celebraban el solsticio invernal y el aumen-to de la luz, a los trece días de haberse dado este cambio; nos dice además, que los paganos hacían una fiesta significativa y suntuosa en el templo de Coré. Cosme de Jerusalén cuenta que los paganos celebraban una fiesta mucho antes que los cris-tianos, con ritos nocturnos en los que gritaban: “La virgen ha dado a luz, la luz crece”.

El Papa León Magno nos dice: “Instruidos en estos mis-terios de la gracia divina, que-ridos míos, celebremos con gozo espiritual el día que es el de nuestras primicias y aquél en que comenzó la salvación de los paganos. Demos gracias al Dios misericordioso quien, según palabras del Apóstol,

nos ha hecho capaces de compartir la herencia del

pueblo santo en la luz; Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas y nos ha traslada-do al reino de su Hijo querido. Porque, como profetizó Isaías, el pueblo que caminaba en ti-nieblas vio una luz grande; ha-bitaban en tierra de sombras, y una luz les brilló. También a propósito de ellos dice el propio Isaías al Señor: Naciones que no te conocían te invocarán, un pueblo que no te conocía co-rrerá hacia ti.

Abrahán vio este día, y se llenó de alegría, cuando supo que sus hijos, según la fe, serían benditos en su descendencia, a saber, en Cristo, y él se vio a sí mismo, por su fe, como futu-ro padre de todos los pueblos, dando gloria a Dios, al persua-dirse de que Dios es capaz de hacer lo que promete.

También David anunciaba este día en los salmos cuando decía: Todos los pueblos ven-drán a postrarse en tu presen-cia, Señor; bendecirán tu nom-bre; y también: El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia.

Esto se ha realizado, lo sa-bemos, en el hecho de que tres magos, llamados de su lejano país, fueron conducidos por una estrella para conocer y adorar al Rey del cielo y de la tierra. La docilidad de los ma-gos a esta estrella nos indica el modo de nuestra obediencia, para que, en la medida de nues-tras posibilidades, seamos servi-dores de esa gracia que llama a todos los hombres a Cristo.

“Animados por este celo, de-béis aplicaros, queridos míos, a seros útiles los unos a los otros, a fin de que brilléis como hijos de la luz en el reino de Dios, al cual se llega gracias a la fe recta y a las buenas obras; por nues-tro Señor Jesucristo que, con Dios Padre y el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén”.

Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor.


¿Existió la estrella de Belén? José Manuel Nieves.

Diario ABC de España

Se trata de una de las imágenes más íntima-mente unidas a la Navi-

dad. La estrella que guio a los Reyes Magos de Oriente hasta el mismísimo portal de Belén, donde el niño Jesús acababa de nacer. Ahora bien, ¿qué fue exactamente lo que vieron Melchor, Gaspar y Baltasar? ¿Fue realmente una estrella? ¿O quizá un cometa, una su-pernova, un meteorito o, inclu-so, una simple conjunción de planetas?

No hay datos científicos que confirmen la existencia de un cometa o una estrella, pero si una conjunción planetaria ocu-rrida entre los años 7 y 2 AC.

Los tres Magos fueran tes-tigos de una conjunción plane-taria especialmente brillante, tanto como para hacerles creer que se trataba de una nueva es-trella. Pero, ¿hubo alguna con-junción planetaria de este tipo entre los años 7 y 2 AC? La respuesta es que sí. Los astró-nomos han determinado que, en ese intervalo temporal, se produjeron varios fenómenos planetarios que podrían haber sido interpretados como la es-trella de Belén.

El primero de ellos fue en el año 6 AC, se produjo entre los planetas Marte, Júpiter y Sa-turno y sucedió en la constela-ción de Piscis. Los tres mundos formaron una brillante figura geométrica en el cielo que de-bió de ser de gran belleza y capaz de llamar la atención de cualquiera. Otra posibilidad es la “triple conjunción” de Júpi-ter y Saturno entre los meses de mayo y diciembre del año 7 AC. Los “pasos” de Júpiter so-bre Saturno se produjeron el 29 de mayo, el 30 de septiembre y el 5 de diciembre de ese año.

No cabe duda de que todos estos eventos fueron perfecta-mente visibles, ya que sucedie-ron en la cara nocturna de la Tierra. Los dos planetas, ade-más, brillaron el uno muy cerca

del otro durante ocho lar-gos meses, el tiempo que se

estima necesario para que los Reyes Magos cubrieran los cer-ca de mil km. de distancia entre Babilonia y Judea.

Sin embargo, la que segu-ramente fue la más brillante de las conjunciones planetarias de esa época fue la que se produ-jo entre Venus y Júpiter en la constelación de Leo el 12 de agosto del año 3 AC Los dos planetas brillaron ese día ex-traordinariamente cerca el uno del otro. Y cuando Venus se re-tiró, Júpiter permaneció junto a Leo por lo menos durante diez meses más, sumando su brillo al de la estrella. Si el encuentro de los tres Reyes Magos con Herodes se produjo durante la primavera del 2 AC, las fechas encajarían a la perfección. De hecho, tras su primer encuen-tro y después de que Júpiter y Leo siguieran brillando juntos en el cielo, Venus regresó a la zona y se alineó con Júpiter en junio del 2 AC. El día 17 de ese mes los brillos de los dos plane-tas fueron tan intensos que lle-garon a confundirse.

Los dos planetas bajaron juntos y lentamente hacia el horizonte a medida que sus bri-llos se iban confundiendo. Ha-cia las ocho y media de la tarde, hora local de Jerusalén, prácti-camente se habían fundido en un único y luminoso astro. En un tiempo en el que no había instrumentos de observación, ni gafas de sol, es muy probable que los observadores no fueran capaces de distinguir los dos objetos individuales y que solo percibieran un único y brillan-te destello sobre los cielos de Judea.

¿Fue esto lo que vieron los Reyes Magos? Para la Ciencia es difícil asegurarlo. Lo único cierto es que esas alineaciones se produjeron, y que fueron claramente visibles en una épo-ca que coincide con la del rela-to bíblico.


Se fue el Torneo Apertura y con él, 153 partidos de la tem-

porada 2012-2013, 17 encuen-tros para cada equipo, algunos con más juegos de local que de visitante, lo que se empare-jará en el Clausura, cuando se inviertan los enfrentamientos, donde el que fue local en este semestre, le tocará ahora ser visitante. Algunas alegrías, sor-presas inesperadas y -cómo no- decepciones, que deja un buen torneo, el cual dejó al Depor-tivo Anzoátegui como el más regular y merecido campeón.

Aunque se haya despedido con una senda goleada, que será no más que un dato anec-dótico y que no empaña para nada su espectacular semestre; Dpvo. Anzoátegui se convirtió en el nuevo monarca de un tor-neo corto en el fútbol profesio-nal venezolano de Primera Di-visión, siguiendo con la racha de campeones; que no sean ni Caracas FC ni Dpvo. Táchira, los dos clubes más laureados de Venezuela. Consistencia y garantía en cada una de sus lí-neas les sirvieron para terminar aguantando el arduo calenda-rio de jugar en dos competicio-nes y ganarlas ambas.

Caracas FC volvió a que-darse corto y por segunda vez en la historia se va con las ma-nos vacías, pese a hacer un es-pectacular torneo donde sumó 38 unidades. Ya Zamora en el pasado le dejó sin título hace

Entre sorpresas y decepciones

Análisis del Torneo Apertura del Fútbol Profesional Venezolano 2012-2013

unos torneos atrás (hizo 42 puntos en el Clausura 2011) y ahora Dpvo. Anzoátegui con un punto más, le vuelve a dejar vestido y alborotado.

Mas, así no puede ser una decepción que no haya logrado el título el Rojo, pues sin ser un equipo costoso, teniendo a un Fernando Aristeguieta como referente, y tomando en cuenta que sus extranjeros no produje-ron lo que deberían dar como tal, luchó hasta la penúltima fecha por coronarse. De igual manera, se puede decir del CD Lara, pese a sus problemas eco-nómicos.

Trujillanos FC, Llaneros, Aragua FC, Dpvo. Petare y Zulia FC fueron buenos ani-madores y lograron una buena cantidad de puntos, aunque al-gunos de ellos aspiraban a más. El Vigía FC terminó muy bajo

en puntos con respecto a lo que hizo en cancha, pero logró le-vantarse a tiempo, igual que hizo Portuguesa FC y Atlético Venezuela.

Yaracuyanos, Real Esppor y el Monagas tendrán que mejo-rar y bastante, para no sufrir la presión del descenso. Fue muy pobre lo mostrado por estos conjuntos, quienes quedaron debiendo resultados a sus afi-ciones.

Decepciones Sin duda, las grandes de-

cepciones, por plantilla y por historia son Mineros, Dpvo. Táchira y especialmente. Estu-diantes (de Mérida), que irá al Clausura a batallar fuerte para mantener la categoría. Los primeros terminaron quintos, pero no aspiraban menos que

el título, lo que al final le costó el puesto a Carlos Maldona-do, quien ni siquiera terminó el torneo. Fue substituido por Richard Páez, quien asumió el reto y buscará lograr el título en el Clausura. Por otra parte, el “aurinegro” culminó en el puesto 11, con apenas 21 pun-tos. Ocho derrotas son muchas para un equipo con el bagaje con el que cuenta el club tachi-rense.

Estudiantes de Mérida nun-ca pudo reaccionar y ni siquie-ra logró un triunfo en 17 jor-nadas. Apenas ocho empates y nueve derrotas, anotando sólo 11 tantos (equipo menos golea-dor junto con Yaracuyanos), lo condenaron al último puesto de la tabla. Sin embargo, el equi-po llegó a la final de la Copa Venezuela mostrando una cara completamente diferente. Fue

un mismo equipo que vivió dos realidades diferentes.

Asistenciaa los estadios

Preocupante la asistencia a los escenarios del balompié nacional de Primera División, donde solo la del Caracas FC logró mantener una regulari-dad y aún así, no pasó de las diez mil personas por juego. Mineros tuvo una brusca caí-da en su ingreso a las gradas, pasando de ser la mejor en la temporada 2011-2012 a la ter-cera en el Apertura 12. Unas 250 mil personas se quedaron en casa con respecto al primer semestre del año por muchas razones, violencias en los esta-dios, falta de resultados de sus clubes, entre otras.


Carlos Sánchez Fuenmayor

La majestad del Zulia

Sobre las huellas que dejara aquella afortu-nada lavandera al resca-

tar de las aguas del Coquivacoa a la Virgen de Chiquinquirá, trescientos años después se le-vantó una esbelta efigie mil veces mayor a la escala del re-tablo. Inmensa alegoría sobre el milagro de la renovación que no deja de suceder en Maracai-bo, ciudad primada de Vene-zuela.

La Chinita, por ser lo pri-mero para el Zulia, ocupa una dimensión monumental ilimi-tada e indefinible, que desafía a la cosmovisión de una virgen-madre como expresión finita conectada a la expansión infi-nita del Universo. Ahora, pa-rece rozar el cielo maracaibero con los diez y ocho metros de altura, y la tierra, sobre un ra-dio de seis metros de ancho.

Matriarcal figura que per-manece fecunda frente a otras cosmogonías, prototipo que encontró en lo sincrético un símbolo del arte como lenguaje que conjuga las formas sagra-das con las profanas, que supo-nen una ruptura del arte sacro. Tanta grandiosidad expresada en el Monumento de la Apa-rición, exalta y enfatiza el sitio del milagro tricentenario.

Un arquitecto (Alí Namassi) empieza y un escultor (David Perches) termina la búsqueda del realismo chiquinquireño que planteó en el 2005 el Go-bernador (Manuel Rosales) dentro del proceso de remozar la ciudad, que comenzó con la reinterpretación del portento que consagró a Maracaibo en ciudad bendita a escala de lo providencial.

Su propuesta de hacer tan-gible la presencia de la Virgen, se materializó en un atrio- pla-zoleta, con aleccionadores re-lieves sobre el Rosario en un

La revista italiana “30 Giorni” publicó recientemente una en-

trevista con el famoso maes-tro de la arquitectura Paolo Porthogesi, con motivo del ochenta cumpleaños del artis-ta; en el coloquio, el anciano arquitecto comentó su expe-riencia enmarcada en la pro-yección y construcción de las edificaciones religiosas.

El edificio religioso, según comentó Porthogesi, concen-tra el concepto de “Iglesia Espiritual y de Iglesia construida” en una sola fusión, como se observan en las muestras de la tra-dición en lo rela-tivo a la sacralidad del edificio cristiano. “Basta pensar en la Eucaristía, presencia real del Señor celebrada y conser-vada en la Iglesia, de lo cual se entiende que ésta es Do-mus Dei, Casa di Dio, Casa de Dios. Subjetivo es, en este sentido, la probable etimo-logía de la palabra Church (Iglesia, en inglés) Kirche (alemán), Chiessa (italiano); Kiriakón, que significa “ser propiedad y presencia del Se-ñor”.

Para el arquitecto italiano, una de las premisas funda-

La Iglesia “Domus Dei”

Raymundo A. Portillo. / [email protected]

mentales, de su entender, ha-cer y ser ciudad, consiste en la presencia de una Iglesia que, como puerta abierta, mues-tre a todos los ciudadanos la luz de la presencia del Señor en la Eucaristía. Por lo que el recogimiento y el silencio son importantes en la Iglesia, ya que el silencio es la condición única de acceso a lo sagrado, a lo divino, a la presencia de Dios mismo.

Portghogesi también re-veló que se encuentra traba-

jando en un modelo de Iglesia dedicado a la

figura de san Benito, Patrono de Europa, y del cual tomó el nombre el actual Pontífice, Benedicto

XVI, el mismo arqui-tecto cuenta que este

modelo busca ser un home-naje al Papa Ratzinger, una plegaria con la cual le pide al santo monacal la protección del viejo continente en estos momentos tan difíciles, de cri-sis de fe y secularización.

Aunque no se reveló fecha para la muestra del proyecto del nuevo templo, se espera que, al menos, el mismo Bene-dicto XVI bendiga la maque-ta representativa del mismo, visita que, desde ya, espera el anciano maestro italiano.

Vivere artem et fidem

frontispicio de molduras, en-cima de unos arcos de triunfo al estilo grecorromano. En el centro, La Chinita, con su clá-sica figura, siguió un esquema tradicional en una moderna es-tética maracaibera.

Aquella incorporación de materiales, técnicas y recursos no convencionales al altar re-gional, le confieren lenguaje y discurso propios a la imagine-ría extramuro. Y el oficio como patente permitió que fraguaran formas más puras en el cemen-

to y en la resina, así como las bondades del metal y la made-ra como soporte constructivo.

El resultado fue, además de ascender a la Virgen al reino de los cielos, elevarla como una enorme e inmensa madre que resguarda la casa del alma. La iconicidad, como nos los ad-vierte Juan Cosa, “es en buena medida resultado de la subjeti-vidad y la personalidad creativa de quienes manejan las técni-cas de producción icónica y de cómo las usan”.


¿Está entre nuestras metas y deseos cumplir el plan y la voluntad de Dios en mi vida, o ni siquiera he podido reconocerlo?

Propósitos cristianospara el año nuevo

Ha iniciado un nuevo año y las personas se plantean metas y objeti-

vos. Decidirse a reducir tallas, a vivir más sanamente, a dejar hábitos dañinos, todo es parte del ritual de plantearse “bue-nos propósitos de año nuevo”. Cualquier persona puede plan-tearse propósitos, intenciones y deseos, intentar conseguir metas y planes, todo lo cual es válido. La pregunta es: ¿nues-tros deseos, planes y propósitos están de acuerdo con la volun-tad de Dios? ¿Cuál es el origen de mis metas y objetivos? ¿Pro-vienen de mi carne, de mi ego, de mi yo? ¿Vendrán de mi am-bición, de mi codicia o de mis deseos puramente terrenales? ¡Todo creyente debería respon-der a esas preguntas!

Qué es un propósito?

Ánimo o intención de hacer o de no hacer algo. ¿Para que sirven los propósitos? Definiti-vamente, algo que nos ayuda-rá a encontrarle un sentido a nuestra vida, son los propósitos que tengamos para con ella, es decir, que de la manera que tengamos propósitos así tam-bién le hallaremos sentido a nuestra vida.

Muchos se preguntarán: ¿Para que sirven los propósitos?

1. Los propósitos te ayudarán a tener algo por qué luchar en esta vida.

2. Los propósitos serán una motivación extra para tra-tar de alcanzar tus sueños más anhelados.

3. Los propósitos te ayudarán a entender la voluntad de Dios y a conocerlo más y mejor.

Posiblemente, al ini-ciar este año te has pro-

puesto muchas cosas, las cua-les quizá muchos creerán que no las podrás alcanzar, o a lo mejor, tus propósitos para este año parecieran inalcanzables.

Es momento que des un alto y reflexiones acerca del Poder de Dios para que tú cumplas los propósitos que te has trazado para este año, ya sea para tu familia, ministerio, trabajo, estudio, negocio, o para tu vida personal.

Algunos consejos que te ayudarán a lograr tus propósi-tos para este año:

1. Es necesario reconocer que para ganar tienes que per-der, es decir, si quieres ver los resultados de tus propósitos debes rendirte a ti mismo, deja a un lado ese carácter que no te deja obtener la bendición de Dios, desecha todo acomodo espiritual y comienza a rendir a los pies del Señor ese orgullo que, muchas veces, no te deja alcanzar tus sueños más an-helados.

2. Deja que Dios te tome de la mano. Algo que te ayudará a vencer cualquier obstácu-lo que se te presente en este año, es el hecho de que Dios te tome de la mano, es decir, confía ciegamente en el Se-ñor pues, Él jamás te fallará.

3. Pese a los obstáculos, tropie-zos o errores no te rindas, en este año te enfrentarás a posibles situaciones que te harán difícil el logro de tus propósitos , pero debes sacar a relucir el carácter de gue-rrero de Dios, recordar que, en Él, siempre obtendrás la victoria.

Un buen comienzo es

Sé un mejor padre, madre, hijo, hermano. Demuéstrale a

tu familia con más frecuencia cuánto los amas.

Enfócate a ser una mejor persona también fuera de tu hogar. En hacer mejor tu tra-bajo, tus estudios y todos tus proyectos.

Intenta ser más caritativo. Recuerda el mandamiento de amar a tu prójimo como a ti mismo, toda aquella generosi-dad que antes no diste, entré-gala de manera desinteresada.

Dedícale un tiempo dia-rio -aunque sea minutos- a la oración personal con Dios, te sentirás hijo(a) o amigo(a), escuchado(a), y atendido(a), y muy cercano a Él.

Asiste a tu iglesia, forma parte de tu comunidad cristia-na activamente. ¡Vive los sacra-mentos! Si quizá eres de esas personas que tiene años sin co-mulgar o confesarse, éste es el momento.

Reconcíliate. Es hora de de-jar a un lado los odios y las ren-cillas que no te dejan continuar. Perdona y acepta el perdón de los demás. Esfuérzate por ver en los demás a Cristo.

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Cuando se trata de vigilar la salud, una de las recomendaciones

básicas que siempre se le hace al paciente es que acuda a su médico de cabecera para que realice un examen general pre-ventivo. El comienzo de año es una época importante para hacerlo, sobre todo, si durante el año que terminó no nos per-catamos de nuestra salud. De-bemos recordar que, aunque nos sintamos bien, un chequeo médico al menos una vez al año, puede salvar nuestra vida de alguna anormalidad o en-fermedad silenciosa. Tiene es-pecial importancia, sobre todo, en pacientes de la tercera edad.

Sentirse bien no necesaria-mente asegura que gozamos de buena salud. La importancia del examen anual recae en la detección temprana de cual-quier condición que amerite tratamiento.

Haga su citaPlantee hacer su cita médi-

ca como uno de los propósitos de año nuevo. Puede hacerlo con el médico que le ha tratado toda su vida, con alguno cono-cido o recomendado. Es nece-sario que a esta cita, el paciente lleve todo lo que pueda reflejar el panorama completo de su sa-lud en el último año:

• Estudios y resultados de pruebas de laboratorio previos

• Una lista detallada de los medicamentos que haya tomado o continúe utili-zando

• Evidencia o documenta-ción médica de hospitali-zaciones

• Una lista de especialistas que lo hayan atendido y la razón de la visita

• Un resumen de los tipos de tratamiento que le realiza-ron en el último año

Chequeo médico a comienzo del año: un gran aliado de la salud

Para realizar un examen completo, el médico puede

ordenar nuevos análisis de la-boratorio y otros estudios, que lo ayuden a determinar cual-quier diagnóstico subsiguiente que amerite atención y trata-miento.

Las pruebas básicas pueden incluir (dependiendo de edad, género, entre otros factores):• Perfil de lípidos (colesterol

total, colesterol HLD, co-lesterol LDL y triglicéridos)

• Hemoglobina glicosilada. • Sangre oculta. • Mamografías. • Orina, heces.• Además: Vacunaciones.

Una vez realizado el che-queo, queda por parte del mé-dico sugerirle, de acuerdo a sus resultados, alguna otra visita a un especialista en particular.

Es necesario tomar esta ini-ciativa como un buen hábito que le acompañe toda la vida. Y además, vale la pena recor-dar, que la automedicación y tratamiento, sin el conocimien-to y experiencia de un médi-co especializado, puede traer consecuencias fatales a nuestra salud.

Por lo general, el mes de diciembre suele ser de excesos, en cuanto a comidas, trasnochos, viajes, entre otros. Un gran aliado para revisar la salud es el chequeo médico a principio de año. Aunque éste es necesario en cualquier época, nos ayuda a iniciar el ciclo con mayor información y prevención sobre los posibles males de nuestro cuerpo.


Eucaristía por la PAZ

Sábado, 19 de Enero del 20136:30 pmIglesia Padre Claret

Monseñor Ubaldo Santana S., Arzobispo Metropolitano de Maracaiboinvita a toda la comunidad cristiana, presbíteros, diáconos, párrocos y parroquianos,

grupos de apostolado y asociaciones civiles, a participar activamente en la Misa por la Paz

LA GREY ZULIANA EDICIÓN JORNADA POR LA PAZ

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