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SUPLEMENTO CULTURAL No. 123 - 4 DE NOVIEMBRE DE 2013 - AÑO 3 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN Para ser cardenchero se necesita “tener sentido”, dicen los Cardencheros de Sapioriz. Y tenerlo, implica tener un oído sensible y educado. Don Fidel Elizalde –voz contralta-, don Antonio Valles –primera voz- y don Guadalupe Salazar –voz de arrastre o marrana- son los integrantes de esta agrupación que ha viajado por casi todo el país y por muchas ciudades del extranjero. En 2008 obtuvieron el Premio Nacional de Ciencias y Artes en la categoría de Artes y Tradiciones Populares, por su contribución a difundir y preservar este tipo de música cuyos orígenes se remontan al siglo XIX. Fotos de Andres Sánchez El Canto Cardenche [y los Cardencheros de Sapioriz], en páginas centrales

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SUPLEMENTO CULTURAL No. 123 - 4 DE NOVIEMBRE DE 2013 - AÑO 3 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Para ser cardenchero se necesita “tener sentido”, dicen los Cardencheros de Sapioriz. Y tenerlo, implica tener un oído sensible y educado. Don Fidel Elizalde –voz contralta-, don Antonio Valles –primera voz- y don Guadalupe Salazar –voz de arrastre o marrana- son los integrantes de esta agrupación que ha viajado por casi todo el país y por muchas ciudades del extranjero. En 2008 obtuvieron el Premio Nacional de Ciencias y Artes en la categoría de Artes y Tradiciones Populares, por su contribución a difundir y preservar este tipo de música cuyos orígenes se remontan al siglo XIX.

Fotos de Andres Sánchez

El Canto Cardenche [y los Cardencheros de Sapioriz], en páginas centrales

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La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Carmen Lira Saade / Dir. General

Raymundo Cárdenas Vargas /Dir. La Jornada de [email protected]

Jánea Estrada Lazarín /Dir. La Gualdra

[email protected]

Sandra Andrade Trinidad /Diseño Editorial

Juan Carlos Villegas /Ilustraciones

[email protected]

El viernes pasado, tuvimos la oportuni-dad en Zacatecas de escuchar a los Car-dencheros de Sapioriz. Sapioriz es una pequeña comunidad de Durango con menos de 2000 habitantes. Ahí viven los tres músicos que desde hace décadas entonan el canto Cardenche: Don Fi-del Elizalde, don Antonio Valles, y don Guadalupe Salazar, quienes tienen la encomienda de seguir difundiendo esta tradición de cantar al amor, al desamor y a la vida del campo. La presentación de los carden-cheros se realizó en el Museo Zacateca-no, dentro de las actividades programa-das en el 2º Festival de Día de Muertos “Fray Joaquín Bolaños”, organizado por el Instituto Zacatecano de Cultura Ra-món López Velarde. Enhorabuena a los organizadores por el buen tino de pro-gramar este tipo de actividades artísti-cas que promueven la difusión y preser-vación de las culturas populares. Antes de iniciar la función, platicamos con los tres integrantes de este ensamble polifónico y por eso compartimos con ustedes un pequeño reportaje que incluimos en páginas cen-trales. En punto de las 8 de la noche dio inicio el concierto en el patio central del museo –que lució lleno-; cuatro sillas estaban dispuestas para los tres músicos y para Juan Francisco Cázares Ugarte, investigador y promotor de este ensam-ble de voces, quien tuvo la tarea de ir platicando con el público entre canción y canción. La participación de Cázares Ugarte obedece a dos motivos: el pri-mero de ellos es el de compartir con nosotros los espectadores datos relevan-tes del canto Cardenche; nos habló de sus orígenes, del proceso evolutivo de este género musical, de la importancia de evitar que éste desaparezca y de las razones que han impulsado a estos tres hombres de campo a viajar por todo el mundo llevando el Cardenche para que no desaparezca. El segundo motivo es que los músicos necesitan descansar un poco entre cada intervención, pues el esfuerzo vocal que se hace es enor-me, tomando en cuenta que este tipo de canciones se interpreta con muchas pausas en su forma natural –es decir, en el campo, a la luz de una fogata, mien-

Defying prejudicepor Iván Martínez

El Canto Cardenche[y los Cardencheros de Sapioriz]por Jánea Estrada Lazarín

Detrás del pasamontañas Crónica de un viaje a los caracoles zapatistas, 3por Ana Lilia Félix Pichardo

Reúnen sus cuentosCapote: ese gran personaje de sí mismopor Mauricio Flores

Sueño con estrellas de marpor Edgar Khonde

Demasiado atractivo por Vicente Soriano Tlachi

El picaporte por Simitrio Quezada

¿Qué hacemos? por Ximena Nava

Diario de Mateopor Mateo Estrada Gaviria

Un botón de muestra: mi desconfianza por la Reforma Educativapor Eduardo Campech Miranda

Desayuno en tiffany’s, mon kupor Carlos Belmonte Grey

El templo de las musaspor Violeta Tavizón Mondragón

Poema para decir del amorpor Roberto Galaviz

Ya te crucé por Alberto Huerta

Metáfora por Pilar Alba

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tras toman sotol de vez en cuando-; y en una presentación en público las pausas acostumbradas no son posibles. Poco más de una hora duró el concierto al que asistió gente de todo tipo: académicos, artistas, profesionis-tas, estudiantes, historiadores, turis-tas, etc. Durante ese tiempo, muchos espectadores participaron de manera animada, preguntando, felicitando a los cardencheros, etc.; y al final, todos aplaudimos de pie. Qué bonito es ver las salas llenas de gente respetuosa con los artistas, de gente interesada en conocer más de nuestras tradiciones mexicanas, de gente emocionada, feliz. Tal vez usted conozca ya el canto Cardenche, la proyección en ca-dena nacional de un documental muy bueno producido por Televisa, y el Pre-mio Nacional de Ciencias y Artes en la categoría de Artes y Tradiciones Popu-lares, obtenido por los Cardencheros de Sapioriz en el 2008, por su contribución en difundir y preservar este tipo de mú-sica cuyos orígenes se remontan al siglo XIX; propiciaron el que estos músicos sean invitados a cantar la cardencha a diferentes ciudades del país y del mun-do. Pero también, es necesario destacar que la Dirección General de Culturas Populares del Estado de Coahuila ha contribuido en gran medida para que este canto tradicional se dé a conocer, se promueva y se evite su desaparición. Si usted no pudo asistir al con-cierto, le tengo una buena noticia: re-gresarán el próximo año al Festival Cul-tural Zacatecas durante Semana Santa. Mientras tanto, comparto con ustedes “¡Ah! Qué bonito es amar en silencio”, una cardencha tradicional, que disfrute su lectura:

¡Ah! Qué bonito es amar en silencioporque en silencio se goza con calma,es más bonita la dueña de mi alma,por Dios que no puedo sufrir esta pasión.Tarde por tarde se cortan las floresy se mantienen en un vaso de agua,es más bonita la dueña de mi alma,por Dios que no puedo sufrir esta pasión.

Jánea Estrada Lazarí[email protected]

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Por Ana Lilia Félix Pichardo*

Detrás del pasamontañas Crónica de un viaje a los caracoles zapatistas, 3MartesEn el centro de la comunidad había una maquinaria para la separación y limpieza del café, el municipio, al que pertenece el pueblo, tiene una coo-perativa productora de café la cual llegó a exportar el producto hacia países de Europa, sin embargo desde diferentes estancias gubernamenta-les les comenzaron a poner trabas a los compas y dejaron de vender café al extranjero, ahora sólo se comerciali-za dentro de Chiapas y algunos estados de la república. Las ganancias se rein-vierten en la cooperativa y se reparten equitativamente a cada comunidad. Los MAREZ (Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas) viven al margen de los programas sociales oficialistas de los gobiernos Estatal y Federal. El autogobierno y la Autonomía se sus-tentan a sí mismos, la salud y la edu-cación de las comunidades zapatistas es mantenida por las bases de apoyo zapatista. “Cuando nos levantamos en armas, creímos que ahora sí nos man-darían vacunas, maestros a las escuelas, pero nada cambió. Levantarnos en ar-mas nos sirvió luego para decidir sobre nuestro gobierno, el buen gobierno, no el que nomás nos chinga. Por eso pusimos nuestras propias escuelas autónomas y nadie se queda sin escuela”, nos plati-caba don Julián, uno de los hombres mayores de la comunidad. Según la comisionada de la ONU Nancy Robinson, en nuestro país “más de un millón de niños de entre cuatro y 15 años de edad no asisten a la escuela”,1 La población infantil de las comunidades indígenas tiene un alto grado de analfabetismo (44.7%) y el acceso a la educación básica es re-ducido. En la realidad zapatista se ha cimentado una panorámica diferente para la infancia; a partir de la cons-trucción de la autonomía los niños asisten regularmente a clases, se han llevado campañas impulsadas por los jóvenes de educación secundaria para alfabetizar a ancianos y adultos. Nuestras clases de ese día fueron trabajar desde muy tempra-no. El día comenzaba a las cuatro de la mañana para todas las familias. Se muele el nixtamal, se hacen las torti-llas, se va a las cosechas, se corta leña, se limpia y separa la basura, se pizca el grano de maíz, se corta caña, se va a los trabajos colectivos. Esas activi-dades realizamos en nuestro primer día. Tanto hombres como mujeres de la comunidad participaban en tareas domésticas y de carácter colectivo. Al regresar de las parcelas eran apenas las doce de la mañana. Los estudian-tes estábamos realmente cansados, así que cada uno regresó a su casa. Pilar como todos los guardianes estaban desde temprano con sus alumnos. Por

la tarde podíamos charlar con algunos vecinos o leer nuestros libros de texto. Luego de comer pedí a Pilar que visi-táramos las escuelas, los niños estaban de vacaciones pero pude entrar a ver los espacios escolares. Una de las es-cuelas era para los niños de primer a tercer grado, mientras que en el otro edificio se impartían clases a los gru-pos de 4º, 5º y 6º. Pregunté a Pilar y a los demás cómo era para ellos la escuela cuando no había autonomía y me contaron sobre los maestros que no hablaban su lengua, los pocos días que asistían a clases y las dificultades que tenían de leer el español. En la educación autónoma los niños apren-den en su lengua materna.

Antes de la firma de los Acuerdos de San Andrés y del primer Congre-so Nacional Indígena en el mes de octubre de 1996, el movimiento in-dio de México fustiga la “enseñanza indigenista” (oficial) calificándola de “nociva” porque transmite valores ajenos y devastadores.2

En los caracoles la Revolución se hace día a día, se resiste al exterior contra los intentos de despojo y hostilidades del mal gobierno, pero también se establece una lucha interna, una que abanderan las mujeres, sostienen una batalla sin precedentes. La participa-ción plena no ha sido sencilla, “Toda-vía hay mujeres que no quieren ser auto-ridades porque el esposo no las ayuda”, decía Norma; sin embargo, el respeto y la equidad son palpables dentro de la vida cotidiana, no solamente a las mu-jeres sino a todos los miembros del co-lectivo, en las reuniones que tuvimos con la comunidad entera, los niños pudieron participar y gozar del mismo respeto que un adulto. Fue un día cansado para no-sotros, nuestras familias por la tarde llevaban una vida apacible y tranquila. Nosotros gozábamos de ver y apren-der en cada detalle de esa vida en re-sistencia. Ha sido muy difícil para las comunidades mantener la autonomía, pues la imperante amenaza de ser des-pojados nuevamente de sus tierras es un peligro contra el cual deben estar preparados. [Continuará]

1 Editorial. En México es grave la situación de niños indígenas: Naciones Unidas. México DF: Periódico La Jornada, martes 20 de febrero del 2007. [Versión en línea]; consultado lunes 30 de septiembre 2013. Disponible en internet: http://www.jornada.unam.mx/2007/02/20/index.php?section=sociedad&article=045n2soc2 Baronnet, Bruno. Tesis de doctorado Autonomía y educación indígena: las escuelas zapatistas en las cañadas de la selva Lacandona de Chiapas, México. México DF: El Colegio de México-Université Sor-bonne Nouvelle París III, septiembre del 2009.* Ana Lilia Félix Pichardo. Estudiante de quinto se-mestre de la Licenciatura en Letras (UAZ). Adhe-rente a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y estudiante de la Escuelita Zapatista. Twitter: @ANYTAFELIX

Crónica

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Por Iván MartínezDefying prejudice

OCESA lo hizo de nuevo. Como en 1997 cuando instauró una nueva for-ma de ver y producir teatro musical en nuestro país, con La Bella y la Bestia (Alan Menken), la noche del pasado 17 de octubre quedará registrado en la bitácora algo más que la apertura de un nuevo teatro. La casa productora encabeza-da por Morris Gilbert no sólo se trajo a México el festejo por la primera década de Wicked, el musical más exitoso de Stephen Schwartz (Nueva York, 1948) y el título más importante del género de las últimas décadas. Ha logrado lle-var la pasión a las pláticas de pasillo y crear toda una atmósfera de expectati-va que hace tiempo no se veía en la es-cena mexicana. Polémica que lo mismo se ha dado en las redes sociales que en columnas especializadas y que, me da gusto admitir tras el error, llegó a su fin con el estreno, callándonos la boca a todos cuantos dudamos. Sin que eso quiera decir que de la experiencia, se salga del todo sa-tisfecho. Uno de las primeros temas que saltaron cuando se supo que la empresa por fin se decidía a traer este musical de gran formato, luego de

años en que se dudaba la viabilidad de una historia tan impregnada en la cultura gringa y tan lejana de la mexica-na, fue el anuncio de un nuevo teatro que prometía la mejor tecnología del momento, construido prácticamente para las especificaciones escenográfi-cas de esta obra: el Teatro Telcel, un monumento arquitectónico con tantas fallas de diseño como su vecino y her-mano Museo Soumaya. Además de la isóptica imper-fecta en laterales y primeras filas, la novedad de butacas adaptables provee un piso inestable y movedizo a cada paso de escalón, la distancia entre fi-las no es tan cómoda como se promete y las escaleras al ingreso son estrechas y los lobbies minúsculos: un verda-dero terror para quien aborrezca las multitudes; ello sin contar los detalles de construcción hasta en los baños y la probabilidad de salir empapado en época de lluvia: los espacios fuera de la sala, son casi todos semiabiertos. Detalles mínimos que po-drían pasar desapercibidos teniendo en cuenta que lo importante, la expe-riencia músico-teatral, está práctica-mente al mismo nivel de la produc-ción que se experimenta en Broadway.

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alAunque si se trata de entrar en compa-raciones, como parece estar gustando, el Gershwin Theatre de la calle 51 es uno de los menos incómodos de Nueva York y sus ingenieros de audio mucho más audaces que quienes siguen bata-llando aquí, con el sistema heredado de los Teatro Telmex; es ese detalle, el au-dio, el menos destacable. Por otro lado, la nueva ilumi-nación es mejor y engrandece con ma-yor precisión cada detalle del multi-premiado soberbio vestuario de Susan Hilferty, de la compleja escenografía de Eugene Lee y del trabajo coreo-gráfico supervisado aquí por Corinne McFadden Herrera. Perfectamente bien enmar-cadas por esos detalles ornamentales, que constituyen la base de la magia y el éxito comercial de este título, son la partitura y la esencia dramatúrgica en las que radica su importancia en el gé-nero: la música de Stephen Schwartz y el libreto de Winnie Holzman. Sin zafarse de su sonido per-sonal, pero alejándose de construc-ciones más de ópera-rock que había utilizado en los setentas con Godspell y Pippin, el compositor recurre aquí, armónicamente, a la más franca in-fluencia de Leonard Bernstein, y, es-tructuralmente, al uso –para algunos excesivo- del leit motiv, modificado a fuerza de instrumentación para llevar a cada personaje por sus diferentes momentos dramáticos; lo que para muchos puristas de la escuela de Ri-chard Rodgers, resulta en una parti-tura mucho más cercana al lenguaje cinematográfico que del teatro. Afirmación que desde mi óptica es resultado del minucioso tra-bajo escenográfico y no de la forma musical o dramática, que sí lo han ido acercando hacia la ópera como ya se escuchó en su versión de Seance on a Wet Afternoon (2011). Holzman, por su parte, ha creado un libreto, una historia y una reflexión más allá de la situación en el universo del Mago de Oz creado por L. Frank Baum en 1900, y de la historia detrás de las brujas del clásico, creada por Gregory Maguire en su novela de 1995. Se trata de una historia de amis-tad y poder, de aceptación e inclusión. De valores morales más allá del bien y del mal a la que, como ya he dicho, se le encuentran nuevas lecturas cada que se presencia. El resultado: una historia universal. Con la de OCESA, es verdad que estamos ante una producción en muchos aspectos comparable a la original. Hay detalles que incluso la superan, injusto no hacer todas las comparaciones. La principal sorpresa es, ob-viamente, la pareja protagónica. Des-tacadamente la joven cantante pop Danna Paola en el rol de Elphaba, la bruja verde. No tiene todavía un ins-trumento potente, pero sí control so-

bre su voz de pecho, un canto afinado y mucho más orgánico y lineal que el de su alternante, que hasta el ensayo general que presencié, seguía tenien-do problemas para mantener la afi-nación de sus agudos, sin hablar de la inestabilidad al transitar por el amplio rango vocal que requiere este papel. Curioso caso el de Danna, de apenas dieciocho años, que siendo la Elphaba más joven en la historia del musical y la que más dudas desató previo al estreno, es a la que, como me confió La Josa durante un intermedio: “Se le ven más tablas”. No es gratuito que tenga ya invitación para unirse al cast neoyorkino, pues escénicamente tiene también mejor resuelta la trans-formación de su personaje. Cecilia de la Cueva, por su cuenta, tampoco le pide nada a las actrices que han encarnado antes a Galinda, la bruja buena. Ha hecho tan suyo este personaje, tan mexicano y tan auténtico… que sólo resta pedirle un poco más de seguridad en la colo-cación de sus sobre agudos. Más allá del goce que signi-fica escuchar a los ensambles vocal y orquestal preparados al más alto nivel por Stephen Oremus, Adam Souza y el maestro Isaac Saúl, hay dos actua-ciones que llaman mucho la atención: la de la debutante Marisol Meneses como Nesarrosa, vocal y escénica-mente inmejorable, y la de Anahí Allué como Mme. Morrible (Srita. Mórrida en la traducción). Personaje que suele descui-darse, Allué lo dota de nueva impor-tancia con su espléndida actuación, fuerte presencia e incuestionable can-to, volviéndolo gratamente entraña-ble. Su presencia en el elenco es quizá el mayor acierto. Otros personajes secunda-rios como el Fiyero de Jorge Lau y el Boq de Adam Sadwing no pasan desapercibidos y si siguen creciendo como lo hicieron de los ensayos ge-nerales al estreno, tienen gran camino por delante. Lo mismo puede decirse de Paco Morales, bastante desenvuel-to como El Mago, tomando en cuenta que tuvo que aprender el papel una semana antes del estreno, ante la sali-da del sorpresivamente dudoso Euge-nio Montesoro. Atinada la traducción y adap-tación del libreto de Marco Villafán, aunque mejorable el uso de muletillas en canciones como Dancing through life y I’m not that girl. Si me permiten una reco-mendación: no lean los incansables elogios de Stephen Schwartz para Danna Paola, vean sus funciones y saldrán tan impresionados como yo. Si como algunos colegas han insisti-do, esperan a que la producción ma-dure, aprovechen y busquen el debut de Majo Pérez como Galinda: como lo hizo en Mary Poppins, estoy seguro que marcará con su nombre este título.

Fotos: OCESA Teatro.

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4 DE NOVIEMBRE DE 2013

Por Mauricio Flores *

Reúnen sus cuentosCapote: ese gran personajede sí mismo LibrosEso, lo de allá, había trascendido el 16 de noviembre de 1959 en las páginas del New York Times. El matrimonio formado por Herbert y Bonnie, y sus vástagos Nancy y Kenyon, habían sido asesinados de manera insondable y fe-roz en su finca del pueblecito de Hol-comb (Kansas). Desde entonces, el escri-tor norteamericano Truman Capote (1924-1984) se volcó al desarrollo de las investigaciones dando cuenta de escenarios y protagonistas hasta el momento en que aquéllos fueron lle-vados a la horca en junio de 1965. El seguimiento puntual y profundo de la trama (non fiction novel) lleva por tí-tulo A sangre fría, y en este 2013 cum-ple cuarenta y ocho años de vigencia en todo el mundo. Eclipsado por esta obra, como también por Desayuno en Tiffany´s, Capote escribió igualmen-te un nada despreciable conjunto de cuentos, y reunido en su totalidad bajo el título Cuentos completos (The complete stories of Truman Capote), traducción de siete conocedores de la obra del norteamericano. Una cabal novedad si se recuerda que por lo me-nos cinco de los veinte relatos no ha-bían sido antes trasladados a nuestro idioma, y uno más, “La ganga”, perma-necía inédito. Estrella mediática, perso-naje de sí mismo, Capote ratifica en esta obra la madurez de un ejercicio narrativo mostrado desde su primera juventud y hasta que la fragilidad de su cuerpo pudo consigo mismo. Des-tinados a publicaciones fashion, los cuentos se entretejen en el tiempo con sus novelas, algo así como cuatro décadas de permanencia callada, en tanto creador de ficciones en un am-biente de grandes competidores. Multifacético en temas —cam-po abierto a la coexistencia de persona-

jes— Cuentos completos tiene tras de sí significados tan distintos como histo-rias contenidas. Resulta asimismo un ejem-plo de la diversidad al momento de traducir (en él intervienen José María Álvarez Flórez, Paula Brines, Benito Gómez Ibáñez, Enrique Murillo, Án-gela Pérez, Juan Villoro y Jaime Zu-laika) y, por qué no, una ofrenda a ese “exótico payaso de los tiempos tempra-nos; payaso público enloquecido de los últimos”, de acuerdo a Reynolds Price, presentador de la obra en su versión norteamericana. Algo más provocará el acer-camiento a esta reunión de cuentos. No lo dudo. Un regreso a esa tensa ex-cursión de los endemoniados actores (Perry y Dick) de A sangre fría.

De vacacionesDesde esa aciaga noche del 59, la pa-reja decidió deambular hasta el cruce de la frontera norte; pernoctar en un prostíbulo de San Luis Potosí; pasar una semana en la Ciudad de México; vacacionar en Cuernavaca, Taxco, Acapulco; volver a la capital; empren-der el viaje de regreso a California en un recorrido de cincuenta y dos horas. El círculo comenzaba a ce-rrárseles. Agotada la pasta que obtu-vieron por la venta de su viejo Che-vrolet y decepcionados por el monto salarial que podrían obtener como mecánicos especialistas, deciden reto-mar su destino final. “¡México! Ya tengo bastan-te, rico —explota Dick ante Perry—. Hay que largarse de aquí. Volver a Estados Unidos. No, esta vez no voy a escuchar nada. Ni brillantes, ni te-soros enterrados. Anda, despierta, enano. Los cofres de oro no existen. Ni los barcos hundidos. Y aún si los hubiera…, demonio, ni siquiera sabes nadar”.

Truman Capote, Cuentos completos, Anagrama, Barcelona, 2013, 336 pp.* [email protected]

“Pienso que nosotros dos debemos de tener algo anormal”, le comentó Perry a Dick. La pareja, asesinos de la familia Clutter, había viajado a la Ciudad de México ocho días después de “hacer lo que hicimos”. —¿Hicimos qué? —preguntó Dick. —Lo de allá —contestó Perry.

Plegarias serenas

En su naufragio final, esta escasa colección de cuentos podría haberle parecido a Capote el menor de sus logros; pero, en el terreno de la expre-sión del sentimiento humano, representan su victoria más admirable. Del tormento de una vida que heredó, primero, de un padre tremendamente

negligente y de una madre que nunca debería haberlo sido y, segundo, de su propia negativa a vencer sus obsesiones per-sonales, extrajo estas historias que, en el campo de batalla de la prosa inglesa, constituirán durante muchos años tanto plegarias serenas y perdurables como gracias obtenidas: a la libre disposición de todos los lectores.

Reynold Price (American Academy of Arts and Letteers)

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El Canto Cardenche [y los Cardencheros de Sapioriz]Por Jánea Estrada Lazarín

La música es para los seres humanos, una manera muy especial de manifes-tar los sentimientos más profundos y la idiosincrasia de los pueblos; presente en todos lados, la música tiene su particular forma de manifestarse dependiendo de cómo han evolucionado las comunida-des y su cultura a lo largo de la historia. En México, el canto popular es vasto, lleno de matices diversos y de ricos contenidos simbólicos; muestra de ello es el canto Cardenche. Es en la región lagunera, concretamente en Sapioriz, Durango, donde se encuentra el grupo de canto Cardenche que en el 2008 fuera distinguido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes en la cate-goría de Artes y Tradiciones Populares, por su contribución a difundir y pre-servar este tipo de música cuyos oríge-nes se remontan al siglo XIX. Cardenche es el nombre del arbusto espinoso al que también se le conoce como “cardón” o “cardencha” en México y que se encuentra en el norte del país, sobre todo en zonas secas y de-sérticas; de ahí este género musical toma su nombre. Era en la región noreste del territorio mexicano, en estados como Tamaulipas, Durango, Coahuila, Zaca-tecas, etc., que los campesinos solían

cantar habitualmente este tipo de mú-sica, a tres voces. ¿Por qué Cardenche? Los músicos Cardencheros establecen una analogía entre este tipo de canto y el amor; dicen que sus antepasados to-maron el nombre de esta planta llena de espinas porque cuando uno llega a enterrarse una espina del Cardenche, la piel queda adolorida durante mucho tiempo… igual que cuando se ama y se deja de amar: el cuerpo y el alma sufren, como si se trajera una espina enterrada de manera permanente. De acuerdo al documento La Canción Cardenche, Tradición musical de La Laguna,i este tipo de música flo-reció en la época de las haciendas, y tuvo su esplendor en las últimas déca-das del siglo XIX hasta mediados de la década de los treinta del siglo pasado. El Cardenche surge en un am-biente campesino mexicano cuyas con-diciones eran por demás paupérrimas. “La gente más humilde, los hombres principalmente, solían reunirse por las noches, tras un largo jornal, en las orillas de las comunidades a cantar a la luz de una fogata”, dice Juan Francisco Cáza-res Ugarte, el investigador y promotor de los Cardencheros de Sapioriz. Como los campesinos eran pobres en extre-

mo, no tenían instrumentos musicales para acompañar sus cantos; este géne-ro es polifónico y solitario. Resulta muy interesante, una versión sobre el origen de este canto; en La Canción Cardenche… se dice que en aquella época “los trabajadores llega-dos del sur, especialmente los de Zaca-tecas, gustaban de cantar sin ningún acompañamiento instrumental y tenían el dominio de la voz que en sus ratos de descanso o en reuniones y fiestas, canta-ban a tres o cuatro voces, mientras otros simulaban un acompañamiento instru-mental”. Estos campesinos zacatecanos habían llegado de Juan Aldama y Mi-guel Auza a la Comarca Lagunera, en busca de oportunidades de trabajo, y serían ellos probablemente los prime-ros que cantaron de esta manera; los pobladores del Cañón de Jimulco y los de la región de Sapioriz adoptaron y transformaron posteriormente ese es-tilo hasta llegar a la interpretación de canciones, tal como la conocemos aho-ra: la canción Cardenche se interpreta a tres voces, sin ayuda de ningún tipo de instrumento musical. Cada una de ellas se ensambla de manera perfecta, pues las tres tonalidades logran una melodía inigualable.

En Zacatecas, en fiestas po-pulares como los coloquios o pastore-las, aún se preservan varios tipos de canto polifónico, interpretado a capela. Un buen ejemplo lo podemos encon-trar en la escenificación del Coloquio realizado en Potrero de Gallegos, en Valparaíso, realizado tradicionalmente desde hace más de 100 años, el día 3 de mayo, día de la Santa Cruz. En muchas comunidades zacatecanas, todavía se cantan los “alabados”, letras religiosas interpretadas por hombres y mujeres durante los velorios a partir de la me-dia noche, con el fin de “abrir el cami-no del difunto” y evitar que “el malig-no” bajara por él. El Cardenche está lleno de dramatismo y melancolía, las tres vo-ces que lo interpretan son: la Prime-ra –también llamada fundamental o central-, en ella recae la dirección del canto; la de Arrastre, la voz más grave del ensamble que propicia el apoyo to-nal y armónico –también es conocida como “Marrana”-; y la Contralta, la voz de más potencia y la más aguda, la que le imprime el sello distintivo al canto completo. Para ser Cardenchero se ne-cesita “tener sentido”, dicen los Car-

dencheros de Sapioriz. Y tenerlo, im-plica tener un oído sensible y educado. Don Fidel Elizalde –voz contralta-, don Antonio Valles –primera voz- y don Guadalupe Salazar –voz de arras-tre o marrana- son los integrantes de esta agrupación que ha viajado por casi todo el país y por muchas ciuda-des del extranjero. Don Guadalupe Salazar, nació el 16 de diciembre de 1946 en

Nazas pero desde muy chico vive en Sapioriz, es campesino y siem-bra forraje; es la voz más grave, la de arrastre. “Ya venía así desde an-tes de nacer”, es compositor y canta con don Fidel desde que tenían 13 años, le cantaban “a las muchacho-nas” canciones rancheras en aquel entonces. Don Fidel Elizalde nació el 28 de octubre de 1944, su papá era

Fotos de Andres Sánchez

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Música

Cardenchero también, de él heredó la tradición. Dice que junto con don Lupe cantaban cuando niños en El Rebote, en su comunidad. Ellos em-pezaron a cantar Cardenche cuan-do escucharon a sus padres cantarlo “Esta tradición viene de generaciones: de abuelos a padres y de ellos a nosotros; tenemos la sensación de que es una tradi-ción muy importante… nosotros veíamos que día con día iba perdiéndose. Antes se juntaban en bolita a cantar y ahora cada vez es menos. Mi papá, Eduardo Elizalde, batallaba ya para hallar compañeros que le ayudaran a cantar, entonces nos decía: ustedes cantan bien, canten Cardenche… Se nos prendió la semillita y empezamos a entonar. Luego Culturas Populares em-pieza a hacer talleres por ahí de los 70 y empezamos a tomar clases, ahora noso-tros somos los instructores”. El canto Cardenche es un género en peligro de desaparecer por varios motivos. Dice Juan Francisco Cázares que eso se debe a que cada vez hay menos personas interesadas en seguir la tradición, pero además, interpretar esto no es nada fácil, se ne-cesita buen oído y mucha disposición, “La generación anterior de Cardencheros tenía un repertorio de más de 100 can-ciones y esta segunda generación apenas tiene unas 50”. Además, no hay nuevas composiciones, la cardencha es sólo la música que se creó principalmente en el siglo XIX y que fue transmitida oral-mente; la nueva música, aunque suene parecida, es llamada “acardenchada”, pero no es original. “Ahorita tenemos pocos alumnos, hemos batallado mucho porque los jóvenes van unos días y luego dejan de ir, no hay continuidad; pero aho-rita tenemos un grupo como de ocho mu-chachos que son los más constantes, ellos

ya cantaron en Saltillo, en Torreón y en Lerdo, ojalá que sigan”, dice don Fidel con cierta nostalgia. Don Antonio Valles nació el 18 de agosto de 1934, también na-ció en Sapioriz. Su padre fue “uno de los meros cantadores de Cardenche”, y él continúa con la tradición; conoce a don Fidel y a don Lupe desde hace muchos años y con ellos canta la pri-mera voz. “Nosotros fuimos aprendices

de nuestros padres y ahora estamos en-señando a otros chavos”. Los hijos de estos tres músicos no cantan Carden-che, “No tienen sentido”, dice don An-tonio, mientras don Fidel afirma son-riendo “Algunos quieren y no pueden y los que quieren pues no más no…, ni pa chiflar siquiera”. Para cantar Cardenche hace falta, de acuerdo a su expe-riencia, “Tener sentido [oído] para saber dónde se tienen que acoplar las tres voces, porque cantar cualquiera canta, pero hay que tener el sentido necesario para saber dónde va a en-trar el canto… este canto es polifacé-tico, tiene sus subidas y bajadas: de pronto la primara fundamental tie-ne que ser contra alta y ésta bajarse a fundamental; es complicado, pero muy bonito”, dice don Fidel. El Cardenche no es un canto sólo de hombres, pero son ellos quie-nes más la cantan. Dicen los Carden-cheros mientras se preparan para ac-tuar en el Museo Zacatecano la noche de este 1 de noviembre, que antes las mujeres no tenían tiempo de orga-nizarse para cantar, “Tenían mucho trabajo en la casa y eran los hombres quienes después de trabajar en la labor, se juntaban en las afueras del rancho a tomar sotol y cantar… no había luz eléc-trica, no había nada. Las mujeres no po-dían andar en la oscuridad, por eso es más que nada de hombres; la mujer sí cantaba, mi mamá, María Ana García, de 97 años, canta; todavía hace poquito la grabaron a ella y a una tía cantando Cardenche”, dice don Fidel; “Y ade-más había mucho machismo”, dice don Lupe, quien permanece atento a la conversación. Las letras de estas canciones son hermosas, sencillas, nostálgicas en su mayoría. La más conocida de to-das, tal vez, sea “Yo ya me voy a morir a los desiertos”, quizá porque es la que más se ha difundido en el documental en el que aparecen los tres; a don An-tonio le gusta mucho “Amigos míos” y no duda en compartir su letra:

“Amigos, míos, / les contaré una historia / que me pasó, / ¡ay!, de tanto navegar. / ¡Ay!, cómo estaba / ésa sí era tan alta, / vide brillar / la sirena del mar. / Ando bus-cando / una joven que me ayude, / que no me sea traidora / de mi fortuna. / Yo a esa mujer / le pondré a sus pies la luna, / y le daré / perlas finas de la mar. / ¡Ay!, cómo estaba / esa joven tan bonita, / yo me acer-qué / con todo mi corazón. / Amigos míos, / esta historia es muy bonita, / de la mujer cuando / ya nos da su amor”. “Me gusta lo que dice, porque yo de todos es el que más ha navegado y a pesar de tanto navegar sigo cantando”, comenta don Antonio y prosigue: “Hemos anda-do por todo México, en Las Cruces, en San Antonio, en Washington, Nueva York, y últimamente… en París, Francia”, lo dice emocionado, “lugares que ni en el sueño hubiéramos imaginado visitar”. Estuvie-ron en el Museo de las Culturas Origi-narias en París hace dos años y esa ciu-dad es la que más les ha gustado a todos. “Para nosotros es un orgullo andar por to-dos esos lugares poniendo en alto nuestro país con este canto”, dice don Fidel.

Ante la pregunta de cuán-do se sienten mejor cantando Car-denche, los tres contestan casi al unísono: “Cuando estamos solos”. Y es que la cardencha es para cantar-se en la soledad del campo; aun así, en público disfrutan mucho lo que hacen y se les nota, sonríen todo el tiempo, sus miradas cómplices en el escenario los delatan; suben y se adueñan de él de inmediato, su presencia escénica es inmensa. Ataviados los tres con atuendo de mezclilla, empiezan a cantar y todo alrededor se diluye, retorna uno al campo, a los orígenes. Escuchar a los Cardencheros de Sapioriz es vol-ver a escuchar cantar a los abuelos en el rancho, es recordar a la abue-la echando gordas de cuajada en el horno de leña, llorosa porque sus hijos volvían al norte, es gozar nue-vamente y aunque sea por un mo-

mento, de una paz campirana que también se ha ido perdiendo.

“Yo ya me voy, amigos míos / aquí los dejo, aquí los dejo / con unas flores de mano. / Yo ya acordé de mis hermanos, / de aquellos otros, de aquellos otros. / Échenme su bendición / que ya me voy a embarcar. / Mis padres dicen: / Mira, hijo, no te vayas / ¿Qué no me ves / las lágri-mas de mis ojos? / Yo me acordé de mis hermanos, / de aquellos otros, de aquellos otros / Échenme su bendición / que ya me voy a embarcar”.

Con esta cardencha se despi-den, ellos quienes dicen que “no se de-dican a cantar”, que cantan porque los invitan nada más, que su vida es el cam-po y la labor, las noches oscuras llenas de estrellas, la familia, las tradiciones y por supuesto, las canciones de amor. Larga vida al Canto Carden-che y a los Cardencheros de Sapioriz.

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LA GUALDRA NO. 123

Marzo 19 de 2007 [Lunes, una de la tarde. Escribió con una pluma bic de tinta azul. Comenzó en la tercera hoja de la libreta Urman de 100 hojas de 90 gramos “tamaño book”]: Es día de descanso y no veo a los comensales cotidianos de este res-taurant de políticos y cortesanos loca-les (Vips bulevar). Bebo café. Me fastidia ver su actitud so-brada. La plática en su mesa es fluida. Él lleva la voz. Su actitud es pendencie-ra. Goza verme callado… Termina de desayunar y se va. No tardará en hacer su ritual de abeja en flor: rondar por mi lugar. Pasa del medio día, ya leí, lo miré y debo seguir. [Al concluir el texto, despegó unas calcomanías que obsequian en la caja donde Él atiende. Las imágenes son del Demonio de Tasmania y del Pato Lucas. Las puso en la primera hoja de la libreta.] Marzo 24: [En el móvil pasan de las 18:45. La televisión está encendida en el canal 27. Es un especial de La Arro-lladora. Le gustan varias canciones que canturreó en su mejor etapa con Luis, porque le recordaba C. Luis creía que eran para él.] Saldré a las ocho. La reunión está programada. Lo hago para no be-ber solo. Espero que este encuentro no sea como los anteriores: efímeros y sin necesidad de procurar un reencuentro. Los dos últimos fueron inmediatos y adiós. En la mañana estuve con los A… platicamos de todo. Pasé por los newspaper. Mañana, si el alcohol no me gana, leeré. Los periódicos los ojee en Vips. Fui como cada sábado. Fui para ver el juego de seducción que le carac-teriza. Hoy no me miro. Entiendo: no hay una historia en común. Lo bueno fue la puntualidad de Bere. Abril 2. Es lunes. Es el primero del cambio de horario y tengo estrago: cero hambre y mucho sueño. Ciro [Gómez Leyva] dejó el teléfono abierto para el público. El tema es el aborto. El viernes fui a Aguascalien-tes. Acompañé al profesor M. a la lectu-ra de una ponencia. Coincidí con Bere y otras maestras. La B y yo hicimos recorrido. Nos juntamos con güeyes de la UAA. Conocí a Marcel… muy, muy open. Iniciamos delante sus colegas y en el VW. Seguimos en el patio de su casa. Escuchamos hasta el hartazgo “Me gustas tú” de Manu Chao.

Diar

io de

Mat

eoPor Mateo EstradaGaviria Por Eduardo Campech Miranda

Un botón de muestra: mi desconfianzapor la Reforma Educativa

Promoción de la lectura

Mi postura ante la, eufemísticamente, llamada Reforma Educativa ha sido de solidaridad y apoyo al movimiento magisterial. No obstante, reconozco serias deficiencias en la formación y práctica didáctica de algunos docentes. En el mundo del profesorado, como en todos los mundos, hay surtido rico. Mal haría en generalizar un vicio o una virtud. Por otro lado, los mentores no fueron educados en enfoques que aho-ra intentan aplicar y evaluar. Por lo anterior, y en fun-ción de situaciones como las que describiré, mi desconfianza de los beneficios de la Reforma Educativa es directamente proporcional a los spots publicitarios que resaltan sus alcances. Aclaro que escribo estas lí-neas con indignación, enojo y ofus-camiento. Reviso, por indicaciones de sus maestros, los exámenes de mi hijo

que cursa la secundaria. Los resulta-dos obtenidos no son ni remotamen-te cercanos a los que obtuvo en la prueba ENLACE. Primera explicación (que en su momento fue tema de una colaboración anterior): la estructura y tipo de preguntas, utilizadas en las guías para los exámenes bimestrales, nada tienen que ver con las usadas previa a la prueba ya erradicada. Dos, lejos de preocuparme, la eva-luación bimestral me impulsa a ocu-parme (más) en la supervisión de los tiempos de estudio y distractores de mi hijo. Revisar el examen impli-ca, en mi opinión, no sólo saber qué ponderación obtuvo. Por el contrario, hago un análisis del tipo de preguntas y cómo están planteadas (determino qué es lo que quiere saber el profesor). El malestar contenido por los números se desborda cuando veo en ellos las si-

guientes linduras: “Matemático físico y filosófico (sic) que ideo (sic) los planos cartesianos y relacionó la geometría con el algebra (sic)”; “Es una mescla (sic) de varios tonos que combinados generan sonido”; “Se relaciona con la frecuencia y nos permite distinguir en-tre sonidos grabes (sic, sic, sic) y agu-dos”. La cosa no para ahí. Como decía Raúl Velasco, “aún hay más”: “Describe en cada formula (sic)…”; “Realiza la si-guiente grafica (sic)”. En otro más, encuentro la falsa idea de que las mayúsculas no se acentúan. Todo el examen está es-crito así. Hay uno en particular que es una escultura monumental (casi, casi como La Giganta de Cuevas) al acento: brilla por su ausencia. Ni uno por error de dedo. Me detengo aquí y reflexiono. ¿Hay alguna dife-rencia entre Dante Algheri y Dante Alighieri, entre Chrlotte Bronte y Charlotte Brontë o entre Mario Ben-netii y Mario Benedetti? Si consideramos que la que-ja constante de los maestros, padres y medios de comunicación (¿no me creen? Esperen el próximo doce de noviembre) de la poca lectura, y por ende comprensión lectora de los jó-venes adolescentes, este tipo de erro-res genera en ellos un conocimiento falso. Pero si son capaces de resolver acertadamente la pregunta, a pesar del error, estarían corroborando un planteamiento de Goodman: Leemos con el cerebro, no con los ojos: Leer es más que reconocer palabras que se suceden unas a otras. Algo le impulsa mientras lee, le ayu-da a anticipar qué es lo que viene de forma tan acertada que todo lo que tiene que hacer es utilizar pistas en la impresión para llegar al significado. Su cerebro no es un prisionero de los sentidos: ¡es quien dirige el proceso! Construye expectativas e instruye a sus ojos para que se deslicen por la su-perficie de la impresión, utilizando esa información para encontrarle sentido al texto. (Goodman, Ken: Sobre la lectura, p. 77). De lo anterior se generan nuevas interrogantes a mi cabeza: ¿si alumnos confirman los postula-dos de Goodman por qué no están teniendo comprensión lectora? Y dos: ante deficiencias tan visibles como las expuestas aquí, ¿a qué se atienen estos maestros ante la Refor-ma? Toda vez que no manifestaron su apoyo a la expresión disidente, ¿a su buena suerte?, ¿a los años de gra-cia para prepararse?, ¿al currículum consanguíneo?

Edouard Manet, Mesera con cerveza, 1879

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4 DE NOVIEMBRE DE 2013

Río de palabrasPor Edgar Khonde

Por Vicente Soriano Tlachi

Por Ximena Nava

Sueño con estrellas de mar

Demasiadoatractivo

¿Qué hacemos?*

Me duermo pensando que apenas me despierte debo transcribir mi sueño. Estoy en una especie de desierto, ca-mino y vuelvo atrás para ver cómo los surcos que dejan mis huellas se van llenando lentamente de arena hasta que desaparecen. Reflexiono sobre el miedo y el tiempo, me comienza a preocupar la sensación de sed que de un momento a otro me puede asal-tar; veo que traigo el pijama puesto y mis lentes bucles sobre la cabeza, me los bajo ante la posibilidad de una inminente tormenta de arena. Sé que si cerrara los ojos y me pusiera a ca-minar lo haría en forma de círculos, aunque existe la posibilidad de que sean círculos concéntricos. Percibo un objeto bajo mi pie, escarbo, es una estrella de mar endurecida. Es-

Alicia extrañaba a su novio. Ya ansiaba acariciar su espalda y cabellera rubia. La última vez que se vieron, ya casi sa-liendo de una cafetería, él le dijo que iba a enseñar a una grulla el modo de comportarse para el apareamiento. – Pero, ¿por qué tú y no otro de tus compañeros? – Soy el único que sabe imitar los movimientos tan característicos del macho. Además, esa ave nació en cau-tiverio. Necesita de mi ayuda.

Felicidad es ese momento que no vas a dejar ir. Si tuvieras cinco minutos de felicidad en este lugar, que escogerías, ¿Cuál sería tu momento? ¿Lo has teni-do verdad? En aquel momento fuiste la persona más feliz aun sabiendo que te sería arrebatado. Ahora imagina que te dan un minuto con aquella felicidad arre-batada, ¿cambiaría algo? ¿Te quitaría ese dolor que sientes al pensarlo? O el golpe de volverlo a perder sería aún peor…

carbo más y encuentro otra, escarbo, sigo escarbando, voy desenterrando estrellas, pálidas estrellas de distin-tos tamaños. En algún instante de la excavación me percato de que lo que arrojo ya no es arena sino grá-nulos blancos de un material pulpo-so, además de partículas de viento (no sé por qué sé que son partículas de viento). Siento vértigo, mareos y falta de oxígeno, escarbo más, repa-ro en lo que veo, desde mi posición veo una isla en medio de dos porcio-nes de agua, es América, pienso. Voy bajando mientras cavo, suena mi des-pertador, despierto, tengo todavía la sensación de que floto, pero al mismo tiempo me reprocho no haber perfo-rado el aire lo suficientemente rápido hacia tierra.

No agregó alguna palabra más Alicia. Había comprendido el asunto. Se dejaron de ver durante toda la esta-ción de verano. Aburrida, un buen día decidió ir al zoológico. Apenas encon-tró al muchacho, le abrazó y llenó de besos. La grulla, al ver esta escena, dejó el nido y a los polluelos de plumas ru-bias. Se fue encima de la mujer. Le sacó un ojo.

Caer es difícil, aún con para-caídas; y no hacerlo es quedarte flotan-do, volverte inexistente, y ¿qué duele más? ¿La inexistencia o el golpe? ¿Y qué será más fácil? ¿Fingir que no exis-tes o romperte en mil pedazos y que alguien trate de arreglarte? Todo es tan fácil de arreba-tar. ¿Y qué hacemos con ese dolor que sientes? Cuando te rompes, cuando te arrastras, cuando lloras, cuando ma-tas… ¿Qué hacemos?* Para mi papá, que está internado en el hospital.El picaporte

Sostenible y sustentableDentro de la avalancha de tecnicismos en los que de pronto nos vemos inmersos, escuchamos y leemos, sobre todo en el ámbito legislativo, que alguna acción propuesta es sostenible y también sustentable. Escuchamos eso y alguna vez fingimos comprender perfecta-mente sendos significados. ¿No son lo mismo? ¿Hay alguna diferencia?Etimológicamente, ambas palabras tienen la raíz “ten”, que significa ex-tender o estirar. El prefijo es el mismo: “sus” o “sos”; también es idéntico el sufijo “ble”. Aun así “sostenible”, según la generalidad de diccionarios del español, se define como algo que puede ser mantenido firme, que puede ser defendido o auxiliado.

Por Simitrio Quezada En latín es sustenere: algo así como “tener o mantener desde debajo”. Esto nos remite a otro verbo: “mantener”, que por lo general es definido como conservar la integridad y permanencia de algo. En nuestro México se entien-de más comúnmente como sostener económicamente a una familia. De hecho hablamos de manutención. En latín es manu tenere: “tener por parte de la mano”. De la mano que trabaja, podemos interpretar. “Sustentable”, de acuerdo con la mayoría de los diccionarios de la lengua española, se define como algo que puede ser proveído de alimento o puede ser conservado en su ser o estado. “Sostenible”, pues, se refiere más a base, firmeza o integridad física. “Sustentable” se refiere más a nutrimento, alimentación, incluso manutención.

* Envíe comentarios y demás inquietudes a: [email protected]

Max Ernst, Nacimiento de la galaxia, 1969

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LA GUALDRA NO. 123

Lunes 4 de noviembre18:00 Hrs.

Premiación del Concurso eInauguración de la exposición fotográfi ca

A la vuelta de la esquinaFototeca Zacatecas Pedro Valtierra.

19:00 Hrs.INAUGURACIÓN

8º Festival Cultural de la Diversidad Sexual, Zacatecas 2013

Apertura de la Exposición ColectivaSensualidad y Erotismo

Casa Municipal de CulturaVino de honor

20:30 Hrs.Espectáculo musical circense

El Cabaret de Pecadeli CIRCO DRAGÓN; Guadalajara, México

Teatro Fernando CalderónEntrada libre

8º Festival Cultural de la Diversidad SexualDel 4 al 9 de noviembre de 2013

La Cineteca Zacatecas está ubicada en calle Dr. Hierro #303, centro histórico de Zacatecas. La proyección de las películas se realiza con fi nes culturales y educativos.

Martes 5, 20:00 Hrs.Octavo Festival Cultural de la Diversidad

Sexual. Festival MixAMOR A LA MEXICANA: DESPERTARES

ÁGAPE Dir. Ana Moreno Hernández. México / 2013/ 8 min.

BAJO EL ÚLTIMO TECHO Dir. Edgar A. Romero. México / 2013/ 12 min.

UN BUEN HIJO Dir. Juan Gil García. México-EUA / 2011/ 20 min.

100 METROS ESTILO LIBRE Dir. Chucho Quintero. México / 2013/ 17min.

EL NARANJO Dir. Omar Flores Sarabia. México / 2009/ 9 min.

NOCTURNE Dir. Natalia Comel. México / 2012/ 4min.

CARRETERAS Dir. Denise Quintero. México/ 2012/ 10min.

Miércoles 6, 18:00 Hrs.Estreno nacional.

HELIDir. Amat Escalante

México/2013/ 105 min.

Miércoles 6, 20:00 Hrs.Octavo Festival Cultural de la Diversidad

Sexual. Festival MixLOS EXÓTICOS

Dir. Michael Ramos-AraizagaMéxico/2013/ 83 min.

Presencia del director. Charla al fi nal de la función

Jueves 7, 18:00 Hrs.Octavo Festival Cultural de la Diversidad

Sexual. Festival MixAMOR A LA MEXICANA: T ANÁTICATETAS PARA MATAR Dir. Leopoldo

Aguilar. México / 2013/ 10min.EL ENSAYO Dir. Al Zaher. México/ 2009/

6min.PUTO, PUTOTE Dir. Sabdyel Almazán.

México / 2013/ 7min.HOMOFOBIA Dir. Al Zaher. México /

2010/ 3min.O SER UN ELEFANTE Dir. Ulises Pérez

Mancilla. México/ 2013/ 8min.EN EL CIELO COMO EN LATIERRA Dir. Natalia López. México / 2006/ 21min.

Jueves 7, 20:00 Hrs.Estreno nacional

$30.00 Estudiantes con credencial y personas 3ª edad $20.00

HALLEYDir. Sebastián HofmannMéxico /2012/ 90 min.

Viernes 8, 18:00 Hrs.Estreno nacional

$30.00 Estudiantes con credencial y personas 3ª edad $20.00

HELIDir. Amat Escalante

México /2013/ 105 min.

Viernes 8, 20:00 Hrs.Octavo Festival Cultural de la Diversidad

Sexual. Festival MixANIMALES DE FANTASÍA Y OTRAS

REALIDADESANIMAL DE FANTASÍA. Dir. Olivia Portillo

Rangel. México / 2013/ 29min.EL CLÓSET DE MIS PADRES. Canadá-

México / 2013/30min.OSIRIS Y EL JAROCHO. Dir. René Peña-

loza. México / 2012/ 35min.

Sábado 9, 18:00 Hrs.Estreno nacional

$30.00 Estudiantes con credencial y personas 3ª edad $20.00

HELIDir. Amat Escalante

México /2013/ 105 min.

Sábado 9, 20:00 Hrs.Octavo Festival Cultural de la Diversidad

Sexual. Festival Mix.EN DONDE CHOCAN LAS OLAS

Dir. Abraham MirandaMéxico / 2013/86 min.

Domingo 10, 12:00Hrs.Matiné. Entrada libre.FRANKENWEENIE

Dir. Tim BurtonEUA / 2012/ 87 min.

Domingo 10, 18:00Hrs.Entrada libre

NOSOTROS LOS NOBLESDir. Gary Alazraki

México /2013/ 90 min..

Martes 5 de noviembre19:00 Hrs.

Inauguración de la ExposiciónThere is no time… There’s a natural mistic blowing

through the airSarah Goaër & Jesús Reyes Cordero

Galería Arroyo de la PlataCentro Histórico

20:30 Hrs.Danza contemporánea

Óperas lúbricasARTEFACTIA; Guadalajara, México

Teatro Fernando CalderónEntrada libre

Miércoles 6 de noviembreTaller “Acto y afección”

Imparte Lyliana Chávez y Mariel VillanuevaDel 6 al 8 de noviembrede 16:00 a 20:00 horas

Lugar: Casa de EngraciaSin costo / Cupo limitado a 15 personas

18:00 Hrs. Rock popWE ROBOT; Zacatecas, México

Plazuela Goitia

19:00 Hrs. Rock popPresentando su producción Revienta

69 NOMBRES; Barranquilla, ColombiaPlaza Goitia

Jueves 7 de noviembre18:00 Hrs. Música

FIESTA ELECTRÓNICAParticipantes:

DJ Marco Medrano,DJ Tole, DJ Vecchio & DJ Korevishion

Plaza Goitia

Viernes 8 de noviembre18:00 Hrs.

Conferencia:México Vívelo

Destinos FriendlyImpartida por: Emiliano Rocha

Petroteca del Ex Templo de San Agustín

19:00 Hrs.Rap & hip hop

Presentación de su nuevo EP CantoREBECA LANE; Ciudad de Guatemala,

Guatemala. Dj - ZacatecasPlazuela Goitia

Sábado 9 de noviembre19:00 Hrs.

Espectáculo multidisciplinario y poesía lésbicaEl quebranto del silencio

Dirección: Sarah Ortiz GarcíaAuditorio del Museo de Arte Abstracto Manuel

FelguérezEntrada libre

20:00 Hrs.CLAUSURA

8º Festival Cultural de la Diversidad SexualAuditorio del Museo de Arte Abstracto Manuel

Felguérez

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4 DE NOVIEMBRE DE 2013

8º Festival Cultural de la Diversidad SexualDel 4 al 9 de noviembre de 2013

Por Carlos Belmonte Grey

Desayuno en tiffany’s, mon ku

Adán y Eva en modo country-cowboy a lo texano pero en las planicies, o al menos en una pequeña granja, de las afueras de Bruselas, en Bélgica, son el telón de fondo, la escenografía y la música de la cinta The Broken Cir-cle Breakdown del director Felix Van Groeningen. La granja –aunque no se cul-tive ni críe nada- se presta como arma-zón de una historia de amor endulzada por la música bluegrass tocada y can-tada por la pareja de tórtolos que re-ducen su relación con la modernidad al abastecimiento de enseres cotidia-nos, porque su vida se encierra en su mundo musical y campirano muy a la imagen de los wild western cinemato-gráficos americanos.

Entre el ateo y la realistaLa actriz Veerle Baetens y el actor Jo-han Heldenbergh estelarizan esta cin-ta que contrapesa el amor y el drama unidos, o separados, por la bisagra de la fe en la existencia, o no, de un Dios. Precisamente esa bisagra, que provoca el drama, es el elemento que envuelve la trama: ¿educar y creer en una fuerza o un ser que gobierna y acoge a los muertos (animales, plantas y humanos) es más racional que redu-

Alabama Monroecir la fe al ciclo de vida de la presencia física? Pero la película no es un dic-tado de justificaciones racionalizan-tes, moralizantes y socializantes sobre el asunto, al contrario, se plantea de una forma visual natural: Un pájaro se estrella contra el cobertizo del jardín y cae muerto. La hija de la pareja viene a recogerlo y pregunta a su papá qué hacer con él, el padre (ateo) simplemente le dice que hay que tirarlo a la basura y así lo hacen, aunque la madre (religiosa rea-lista) no comparte completamente el acto y prefiere no discutir; sin embar-go, ¿cómo actuar cuándo el pájaro es la misma hija? Con esta simple metáfora, la cinta expondrá diferentes aspectos para encontrar una respuesta que no es, como lo muestra la línea temporal de la historia con sus alternancias entre el fu-turo y el pasado, unidimensionales. La banda sonora destaca, el bluegrass interpretado por The Broken Circle Breakdown Band, formado por la pareja y unos amigos, baña a la cinta de una fuente de energía y esperanza. El entramado termina con una denuncia contra la intervención religiosa y política que impide el de-

Cine

sarrollo de la investigación científica por considerarla antimoral y por tan-to, vetando la libertad de elección en personas que sí estarían de acuerdo en usar las ventajas de procesos como la clonación de células. La película fue reconocida en el Festival de Cine de Berlín 2013

como la mejor película de Sello Euro-peo y el reconocimiento Panorama de la Audiencia. Quizás, una de las cintas que más tiempo me ha tomado en comen-tar, porque tuve la “gran idea” de volver a escuchar la música completa y creo que fácilmente podrá encantarles.

Por Violeta Tavizón Mondragón*

El templo de las musas

Igual que en Europa, los pintores novo-hispanos se rigieron por un gremio, sis-tema organizativo en que se regía por un reglamento llamado “ordenanzas”. A través del gremio de los pintores se regulaba la producción y se garantiza-ba el pago de impuestos a la Corona; el gremio de los pintores fue fundado en Nueva España en 1557. Entre los pri-meros artistas agremiados que llegaron de Europa están Baltasar Echave Orio, quien inició una de las dinastías más prolíficas de la segunda mitad del siglo XVI a la primera mitad del siglo XVII; y el pintor flamenco Simón Pereyns, entre otros. En la ordenanza se determi-naba hasta el más mínimo detalle téc-nico para la ejecución de las obras; en la Nueva España se redactaron dos or-denanzas, una en 1557 y otra en 1687; esta última se hizo para revitalizar el gremio de los pintores en el sentido de describir algunas fuentes y tratados que podían emplear para la creación de su obra, así como de la forma en la que debían ser examinados para convertir-se en maestros de pintura.

Fueron varias las fuentes de las que se nutrieron los pintores no-vohispanos, enumeraremos tres de las tantas que hubo: Estampas: Las composicio-nes pictóricas llevadas a la técnica de grabado se llamaban estampas, las cuales se enviaban a la Nueva Espa-ña para que les sirvieran a los pinto-res como referencia para sus propias composiciones. Uno de los libros más importantes fue Evangelicae Historiae Imagines (Imágenes de la Historia de los Evangelios) publicado en Amberes en 1593; este documento fue encarga-do por San Ignacio de Loyola al padre jesuita Jerónimo de Nadal, quien re-cuperó los más importantes episodios tomados de los Evangelios del Nuevo Testamento para representar la vida de Jesús y de la Virgen María. Pidió a varios pintores ilustrar cada momento de la vida de estos dos personajes en pintura, y posteriormente los herma-nos Anton, Hieronymus y Jan Wierix, grabadores flamencos, llevaron estas pinturas a grabados que se incluyeron en este libro.

Tratados de pintura: Éstos eran textos que explicaban lo concer-niente al arte de la pintura, estaban di-vididos en capítulos que desarrollaban reglas y preceptos. El tratadista le decía a través de sus textos al pintor cómo preparar los soportes y colores, las ha-bilidades que debía de tener, las técni-cas pictóricas que se podían utilizar y la forma en la que debían de representarse varias escenas. Entre los tratados más conocidos están: Libro del arte de Cenni-no Cennini publicado en 1630; La vida de un excelente arquitecto, pintor y escul-tor italiano, de Giorgio Vasari, editado en 1550; y el Arte de la Pintura, publica-do en 1649 por Francisco Pacheco; este último fue de gran importancia para los artistas novohispanos tales como Luis Juárez, Cristóbal de Villalpando, Miguel Cabrera o Antonio de Torres. Visiones de monjas místicas: Entre los siglos XVII y XVIII varias monjas europeas profundamente de-votas, llegaron a tener visiones místi-cas en las que la Virgen María o Cristo les narraban distintos episodios de su vida. Estas mujeres escribieron libros

que sirvieron a pintores europeos y novohispanos para tener una referen-cia teórica de la forma en la que debían de representar las escenas. Algunas de ellas fueron Santa Teresa de Ávila, Santa Brígida de Suecia o Sor María de Jesús de Ágreda, quien escribió la Mís-tica Ciudad de Dios -el pintor Gabriel José de Ovalle se inspiró en ella para pintar su serie de La Pasión de Cristo. Resulta muy interesante ob-servar o leer algunas de estas obras y compararlas con las pinturas de nuestros artistas novohispanos, ya que estos textos sirvieron como “re-cetarios” que estuvieron vigentes casi por dos siglos. * Curadora.

Algunas fuentes para los pintores novohispanos

Arte

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LA GUALDRA NO. 123 / 4 DE NOVIEMBRE DE 2013

Río d

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abra

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Por Pilar Alba

Por Roberto Galaviz[Leerse mientras se escucha: I am the Walrus / The Beatles]

Metáfora

Poema para decir del amor

Muchas, qué digo muchas, miles de veces, me lo dijo mi madre: “Cuídate de los hombres que te acarician con pa-labras, terminarán por robarte hasta el aliento”. A ella también se lo dijo su madre y la madre de su madre… y así por generaciones fueron pasándose la advertencia. Pero yo mmm, yo con mi espíritu soñador y loco, pensaba en la frase como metáfora, y no como lo que realmente era: una sentencia. Así que busqué hombres, tantos como pu-diera, que con sus palabras envolvie-

Dicen que el amor es caro, inaccesible o inexistente-no les gusta nada, sin embargo, quieren todo-lo dicen con los ojos abrazados a una tarde que ya es de noche.

Dicen que alguna vez quisieronque fue una sola y que –no hay, ni en sueños-amor como el primero;lo dicen con la boca aún en llagas por un recuerdo primario.

Dicen que el amor pronto termina o que perdura en lo efímero-según sea el caso-lo dicen además mordiendo el reloj en espera de querer

dicen que del silencio de los amantesnació dios -un día-, de repentelo dicen rezando para que el amor existay para que al existir, no los vuelva invisibles

dicen que el amor duele, que saca lágrimasque da nostalgia;-lo dicen aferrados a una felicidad que no reconocen por fatales-

dicen que el amor es circular, incógnitoaparente, periférico, ontológico, mítico, realsuperfluo, etéreo, fácil, estéril, atmosféricoy más.

Todos coinciden que es un lujo,incluso yo.

ran mi alma, me robaran el corazón y… el aliento. Que me hicieran sentir como princesita de cuento, que las películas de Hollywood, ésas de puro amor se quedarán cortitas. Pero el re-sultado fue irremediable, fatídico. No sólo terminaron por robarme el alien-to, también un auto, el enganche de una casa, las vacaciones en la playa… y de las caricias, mejor ni hablamos, se quedaron sólo en palabras, muy po-cas, qué digo pocas, casi ni una vez me llegaron al cuerpo.

Por Alberto HuertaYa te crucéEl ruidajal bullendo en la chumpeta como olla tamalera. El puro apendeje, compita, el puro apendeje, pues. Todo el santo día. Desde que sale el sol has-ta que se pone. Desde el alba hasta el crepúsculo. Como zombi. Fregadazos de Mejorales, Cafiaspirinas, Falgos y no sé qué tanta chingada pastilla y niguas. La Rosa dice que alguien, de segurito una puta vieja, quién más, me hizo un trabajo. Ya te chingaron, mi chingón. Y para saber quién. La tatema llena de ruidos. Aquel gorgoteo. Un zombi, me cae. Y de poco y nada sirvieron las ba-rridas con hierbas, y que me pasaran una gallina negra viva por el cuerpo, y un huevo… así, así, por toditito el cuerpo. Te echaron la sal. ¡Ave María purísima! ¡Alabado! Traes la puritita

salazón. Segurito fue una vieja. ¿Pues en qué andas, valedor? Ya ponte en paz. Búscate una buena mujer y cása-te. Pero cásate bien. No te arrejuntes. Te voy a cruzar. Así, mira. Así. Y la rezadera se confunde con el ruida-jal en la maceta. A punto de estallar. ¡Booom! Los sesos regados por todo el cuarto de la Rosa. Pegoteados en los vidrios cagados por las moscas de los cuadros de santos que tiene colgados en las paredes. En el altar donde ella reza y prende veladoras de todos ta-maños y colores. ¡Boom! Adiós, Nica-nor. Hasta aquí llegaste, perico de los palotes. Ya mero termino. Este aceite es muy bueno para estos trabajos. Esto te protege, es tu escudo. De la envidia, de la mala suerte, de la salazón, de las

Wassily Kandinsky, Cielo azulado, 1940

habladas, de las intrigas, de los ren-cores… A mí se me hace que dejaste a una vieja llorando… Vas a ver cómo te protege este aceitito. Es muy bueno. Con él te estoy cruzando. Para que no se te acabe el trabajo. Para que te rin-da el dinero. Acuérdate que la vida es como la rueda de la fortuna. Así como lo oyes. No andes haciendo travesuras. Las mujeres son muy canijas… Cuan-do nos buscan… nos encuentran… Y aquel rebullir, rebullendo en la chiri-moya. Ándale, como los totoles en la olla. Así mero. Así merito. Y de pron-to, así de golpe y porrazo se me borra el mapa. Y ya no sé qué carajos hice, ni dónde ando, todo se me borra. Y eso está gacho. Bien gacho. Y la Rosa: ¡Yo te cruzo con la espada de San Mi-

guel Arcángel! Y con aquella humare-da de copal, incienso, mirra, ocote… Reza y reza. Es buena bestia la Rosa. Siempre anda protegiéndome. Que dizque soy bien vulnerable. Que si el polvo cósmico. Alguien (dice la Rosa) te tiene envidia. Y entonces también podría ser un güey… Así es, carnalito, no falta. Dígale a su jefita que le pre-pare este tecito. Te lo vas a tomar en ayunas. Es amargo pero no sabe feo. Vas a ver cómo te vas a poner bien. Es que ahorita te traen bien fregado. Pero primero Dios, te vas a poner al puro tiro. Alguien te fregó y bien fregado. Pero mira, vas a ver que con esto que hoy hicimos se lo vamos a retachar. ¡Y bien retachado! Ya traes protección. Ya te crucé…