La Gualdra 187

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SUPLEMENTO CULTURAL No. 187 - 2 DE MARZO DE 2015 - AÑO 4 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN Alejandra Celis Almanza. El Cempasúchil es la flor de todos los días en nuestro país. Fotografía digital. Alejandra Celis Almanza (México, D.F. 1979), reside en Zacatecas desde 1993. Realizó estudios de Historia en la UAZ. Es amante de la fotografía y los gatos. Estudió fotografía con Heliodoro Celis, a quien debe su existencia y su gusto por dibujar con luz; posteriormente en Zacatecas, con el maestro Gustavo Rivas. Ha participado de manera colectiva en distintas exposiciones en la Ciudad de México y en Zacatecas desde 2010. Actualmente prepara su exposición en solitario. [Foto-galería Objetos encontrados, en páginas centrales]

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SUPLEMENTO CULTURAL No. 187 - 2 DE MARZO DE 2015 - AÑO 4 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Alejandra Celis Almanza. El Cempasúchil es la flor de todos los días en nuestro país. Fotografía digital.

Alejandra Celis Almanza (México, D.F. 1979), reside en Zacatecas desde 1993. Realizó estudios de Historia en la UAZ. Es amante de la fotografía y los gatos. Estudió fotografía con Heliodoro Celis, a quien debe su existencia y su gusto por dibujar con luz; posteriormente en Zacatecas, con el maestro Gustavo Rivas. Ha participado de manera colectiva en distintas exposiciones en la Ciudad de México y en Zacatecas desde 2010. Actualmente prepara su exposición en solitario.

[Foto-galería Objetos encontrados, en páginas centrales]

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2LA GUALDRA NO. 187 / 2 DE MARZO DE 2015 / AÑO 4

. 187 Elogio del vaivén

Por Gabriel Luévano Gurrola

El Templo de las Musas Julio Ruelas, el pintor modernista ¿necesita ser rescatado?Por Violeta Tavizón Mondragón

Diario de MateoPor Mateo Estrada Gaviria

La verdadera magia de PotterCarlos Flores

Desayuno en Tiffany’s, mon kuFuerza mayor TuristPor Carlos Belmonte Grey

Castillo de sal si puedesPor Ester Cárdenas

Al árbol donde lloró CortésPor Alberto HuertaSentirse bien jodidoPor Etheridge Knight[Versión de Javier Acosta]Siempre siemprePor Edgar KhondeLa plumaPor Pilar Alba

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La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Carmen Lira SaadeDir. General

Raymundo Cárdenas VargasDir. La Jornada de [email protected]

Jánea Estrada LazarínDir. La Gualdra

[email protected]

Roberto Castruita y Enrique MartínezDiseño Editorial

Juan Carlos VillegasIlustraciones

[email protected]

Pedro Valtierra está festejando sus primeros 40 años como fotógrafo. Además de la calidad estética de sus imágenes, destaca en su trabajo una quisquillosa crítica social; emblemá-tica resulta la una foto tomada en el campamento de X’Oyep, Chiapas, en la que un grupo de mujeres tzotziles se enfrenta a militares mexicanos; por esa fotografía recibió el Premio Internacio-nal de Periodismo Rey de España por la mejor imagen noticiosa internacional en 1998. Pedro Valtierra ha sido funda-dor del periódico La Jornada –del que ha sido también coordinador y editor de fotografía en dos ocasiones-, de la Agencia Cuartoscuro y de la revista del mismo nombre, y en Zacatecas fundó también la Fototeca del Estado que lleva su nombre.

Fue en el año 2008, en la cele-bración de los 22 años de la agencia fotográfica Cuartoscuro y 15 de la revista del mismo nombre, que Ra-quel Tibol dijera: “El futuro no está en manos de los profesionales que abusan del aparato –sea digital o de cartón–; el aparato es secundario, es la voluntad el espíritu, la experiencia y el ojo lo que hace la fotografía, no la máquina […] La máquina es el instrumento para hacer, como el tenedor para agarrar la comida, nada más; el tenedor no nos alimenta de modo que el futuro de la fotografía estará alimentado por quienes tienen la paciencia, el coraje, la persistencia de curtir su ojo a través del espíritu”, y Pedro Valtierra es un claro ejemplo de esas virtudes exigidas en un pro-fesional de la fotografía. El viernes pasado celebró en esta ciudad capital, su 40 aniversario como fotógrafo con una exposición en la que más de 50 artistas participaron. Larga vida a este querido amigo, que su mirada crítica nos siga acompañando por mucho tiempo más.

Así como Valtierra ha hecho de la fotografía que recorramos las di-ferentes etapas de la historia del país y del mundo a través de su visión aguda y oportuna, Raquel Tibol hizo de la crítica de arte un arte. Nacida en 1923 en Argentina, llegó a México para quedarse a la edad de 30 años, justo cuando el Muralismo mexicano estaba en boga; analizar y desentrañar el tra-bajo de los muralistas en México du-rante la década de los años 50 del siglo

pasado, fue quizá la primera de muchas grandes contribuciones a la historia del arte mexicano que hiciera esta aca-démica nacionalizada mexicana desde hace 54 años. Tibol siguió de cerca el surgimiento de nuevas tendencias y movimientos de vanguardia en el mundo de las artes visuales en nuestro país hasta el último de sus días; la pala-bra de esta crítica de arte tuvo siempre el poder de los argumentos fundamen-tados en toda una vida de estudio e investigación. Mordaz, demoledora, in-cisiva en ocasiones, fue la pluma de Ra-quel Tibol cuando se encontraba a su paso manifestaciones artísticas que ca-recían de calidad, autenticidad y rigor técnico. Una lectura obligada resultan sus textos para todas aquellas personas interesadas en conocer la vida y obra de los artistas visuales más destacados del siglo XX. Raquel Tibol falleció el 22 de febrero, su deceso resulta lamenta-ble entre otras cosas, porque son cada vez menos los críticos de arte serios en este país en el que abundan, por otro lado, los intelectuales empecinados en exacerbar artistas cuyo trabajo resulta francamente cuestionable.

El próximo jueves 12 de marzo se inaugurará en la Casa Municipal de Cultura de Zacatecas, la exposición Todo sobre Ruelas, en homenaje a Julio Ruelas, artista zacatecano nacido en 1870 y fallecido en París en 1907. En esta exposición se exhibirá un total de 41 piezas provenientes de la co-lección del Museo del Estanquillo del DF. La Crítica, un aguafuerte realizado en 1906 cuando radicaba en tierras francesas, es una de las obras más reconocidas del autor; en el grabado se muestra la cabeza de un hombre atribulado por tener sobre sí mismo un personaje alado, con características femeninas, con cuyo pico es moles-tado incesantemente. Seguramente, si usted ha visitado el Museo Francisco Goitia, haya visto esta imagen en las salas en las que se encuentra una interesante colección de artistas zaca-tecanos. Mientras se inaugura Todo sobre Ruelas, le invito a que visite este espacio cultural recientemente remo-delado. Vale la pena.

Que disfrute su lectura.

Jánea Estrada Lazarí[email protected]

Objetos encontradosPor Alejandra Celis Almanza[Fotogalería]

Breve glosario de El camino de Ida, de Ricardo PigliaPor Mauricio Flores

El Quijote: entre la ficción y la historiaPor Rebeca Mejía López

El PicaportePor Simitrio Quezada

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2 de MARZO DE 2015 3

Regularmente recordamos mejor los finales de una obra narrativa o de un poema que los comienzos. Se deberá (no es difícil comprobarlo), a la sensa-ción que nos embarga cuando cerramos un volumen, cuando llegamos al punto final, tan sólido, irrevocable, senten-cioso. Parece entonces que, aunque seguirá poblando nuestras mentes de recuerdos ficticios que hemos vuelto propios, un universo completo se aca-bara de golpe, y con ello, un pedazo de nosotros que se emocionó y quedó impregnado en él, sus entes, sus estre-llas, sus mares. Recuerdo mucho este: “Y por eso a la pregunta que se planteaba hace tres mil años el Eclesiastés: ¿Quién ha podido sondear las profundidades del abismo?, solo podemos contestar dos hombres. El capitán Nemo y yo”.

La nostalgia de estas últimas líneas, revoloteando como una parvada eterna que girara sobre un eje en el aire, lejano a todas las miradas, que nos dice que el viaje acabó y no hay más de esa histo-ria, pero tampoco retroceso, es de una sustancia dulce y dolorosa que si bien nos hace dibujar una sonrisa, también resulta casi insoportable.

Ahora que releí la saga narrativa de Maqroll el Gaviero, de Álvaro Mutis, aparte de recordar el final de Veinte mil leguas de viaje submarino, reafirmé dos certezas. Primera: la lectura del colombiano me abrió las puertas de uno de los mayores disfrutes provenientes de escritores latinoamericanos que he tenido; cuartos (cada novela) con puer-tas abiertas, cerrados, conectados, con fronteras, paredes, como la biblioteca de Borges, tras los cuales habita la nie-bla, lo imposible, lo que no está porque existen los puntos finales. Segunda: algunos finales y experiencias literarias de la temprana juventud se acaban con-virtiendo en presagios cuya irrevocable verdad sólo conocemos y admitimos al paso de los años. De Verne a Mutis pasaron casi diez, y desde hace dos y seguramente hasta que me vaya de este mundo para hundirme en otro océano,

la figura del mari-nero, terciando en mi memoria con Nemo y Aronnax, tendrá muchas le-guas que recorrer, indestructible, hu-mano, en su gavia personal, su fic-ticio y atribulado corazón.

La última aseveración de Pierre Aronnax, cargada de una estimulante tris-teza, envuelve al lector en un halo de complicidad, la intuición de que se guarda un secreto y se com-parte la clave con algún compañero desconocido que manda su men-saje como el del pergamino en la botella. Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero es una colección que mantiene ese carácter de vaticinio. Transmite con potencia y hermosura la naturaleza inquietante y melancólica de la literatura de viajes y aventuras, cuyos temas son, sobra decirlo, tan complejos y serios como atrayentes, porque el ser humano sigue siendo el protagonista que une todos los géneros, todas las va-riantes del arte de la escritura.

Teniendo en cuenta esa forma de la intimidad, no es sorprendente que la primera novela de la serie, La Nieve del Almirante, esté escrita como si fuera un diario. (Tampoco es extraño que Mutis introdujera a su personaje a la historia literaria de nuestro continente desde la poesía. Antes le dio voz propia, universal por su inefable belleza, sor-prendente por las enigmáticas imágenes

que dibuja, de naturaleza y espíritu que florece, se transforma y muere como un fruto negro y brillante. Y qué mejor que conocerlo desde el inicio con su decir sereno y rico, ocultando una trepida-ción de alma y sangre que sabe revestir con sapiencia proverbial y lirismo coti-diano).

Ya sea mediante su voz o el recuento que se hace de sus peripecias, lo que define a Maqroll es el movimiento. Es en sí mismo un homenaje al vaivén, una representación del desplazamiento. A pesar de los peligros que una y otra vez amenazan con destruirlo, y finalmente logra sortear, la mayor prueba, malsana y nociva, es la inactividad. Él se mueve, ese su destino. Está obligado a sufrir la libertad, y ese enigma, atroz y grato al mismo tiempo, nos permite leer, de

cabo a rabo, con verdadero deleite, sus oscuros devenires. La selva, el burdel, el barco, son realidades atornilladas (sí, aún el barco). De igual forma, los que lo rodean, su compañía rotativa. En ellos, por lapsos, ata la cuerda con que está amarrada su alma, como a muelles, en actos de lealtad inmensurable.

Y sin embargo, termina por com-prender que su verdadero mundo, errá-til, está dentro de sus pliegues, desde donde descubre las estrellas, nombra las cosas y los sentimientos, y sacude a los que se topan con él. De ahí que parezca sujetare a una moral propia, digámoslo, muy cercana a la ética, más descarnada que las legalidades comunes, las nocio-nes que fundan los países, la idea de patria y comunidad. Mutis acera (y re-suelve) la incógnita del Gaviero (¿exis-tirá alguien así?) al negarle una nacio-nalidad precisa. Su patria es la serie de resoluciones que, como una caldera que no extingue su contenido revuelto, ora tranquilo, ora vehemente, va tomando a lo largo y ancho del mundo. De este modo, se da el mayor lujo que existe: descubrir con franqueza el rostro vario-pinto de los seres humanos que giran en torno suyo como si fuera un eje tras-humante, pero firme: Abdul Bashur, los “capis” ebrios, locos y suicidas, el Ma-yor que ronda el río Xurandó. Y sobre todo las mujeres, el mejor contrapunto para su vida, aunque signifiquen y estén rodeadas de muerte: Ilona, Larissa, Flor Estévez...

El Gaviero es querido. Como otros inolvidables, es un personaje que se parece al amigo que nos gustaría tener, porque equivale a la bocanada de aire que nos golpea en la nuca en medio de la oficina, el salón, la prisión, la casa y la calle solas, y nos invita a salir co-rriendo. De nuevo tenemos la imagen del hombre que no tiene nada, más que la vida y unos pies ávidos, un hambre de la que todos deberíamos aprender. Es alguien que sabe que el “Nautilus” se ha hundido, y hay que seguir la ca-rrera.

Elogio del vaivénPor Gabriel Luévano Gurrola

Es como si en verdad se tratara solo de hacer este viaje, recorrer estos parajes, compartir con quienes he conocido aquí la experiencia de la selva y regresar con una

provisión de imágenes, voces, vidas, olores y delirios que irán a sumarse a las sombras que me acompañan, sin otro propósito que despejar la insípida madeja del tiempo.

Álvaro Mutis, La Nieve del Almirante

Libros

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LA GUALDRA NO. 1874

El Templo de las Musas Julio Ruelas, el pintor modernista ¿necesita ser rescatado?

[Parte I]

Por Violeta Tavizón Mondragón*

Ahora que en el mes de marzo resonará como un buen pretexto el nombre de Julio Ruelas, algu-nos probablemente se preguntarán quién fue. No tiene nada que ver con la música latina y no solo fue grabador o ilustrador, su prepara-ción inicial fue como pintor pues egresó del ramo de pintura en la Academia de San Carlos.

En las primeras dos décadas del siglo XX se produjeron innume-rables novedades en el ámbito de las artes. Al tiempo que Europa se disponía a vivir la tragedia de la Pri-mera Guerra Mundial, en el arte se celebraba un periodo fecundo. Los artistas de la generación querían cambiarlo todo y representar a par-tir de su propia visión, su realidad.

Acorde a su época, Julio Ruelas no se quedó atrás y arremetió al igual que muchos artistas del momento contra la moral y las costumbres bur-guesas. En la época en la que Sigmund Freud escribía sus primeras investi-gaciones sobre el psicoanálisis, a la par los pintores dirigían su trabajo hacia la exploración de las regiones más extremas de la sensibilidad y del inconsciente, retratando el mundo interior, sus sueños y fantasías. A este momento se le llamó Modernismo.

Gracias a los estudios que diver-sos historiadores del arte han reali-zado, sabemos que Julio Ruelas murió en la ciudad de París en el Barrio Latino. Sus últi-mos momentos los vivió rodeado de sus más cer-canos amigos como Jorge Enciso y Jesús Luján. El 16 de septiembre de 1907, el poeta Amado Nervo escribió: ¡Recibe, amigo, mis violetas, y espérame del otro lado de las sombras! El último deseo de Ruelas, tras sufrir de tuberculosis fue que lo enterraran en el cementerio de Montpar-nasse, lugar donde se descansaban los restos de Simon de Beauvoir, Charles Baudelaire o Tristan Tzara. El mecenas de la Revista Moderna, Jesús Luján y adinerado benefactor chihuahuense, costeó la compra de un lote y la construcción de un sepulcro dedicado al pintor zacatecano. Este monumento funerario fue diseñado por el escultor veracruzano Arnulfo Domínguez Bello, quien residía en París y que tuvo a su cargo la creación de una tumba sobre la que yace una bella figura femenina tallada en mármol titulada La musa desfallecida. Este fue el homenaje pós-tumo más afectuoso que los amigos de Ruelas pudieron darle.

Cabe mencionar que por aquel tiempo, mu-chos artistas mexicanos residían en Europa ya que escultores, pintores y literatos, tuvieron la oportunidad de viajar en las postrimeras del periodo porfiriano con la intención de aprender lo que estaba en boga. Gracias a Justo Sierra que fungía como ministro de Instrucción Pública, se pensionó (becó) a varios pintores como Francisco Goitia o Julio Ruelas, para que termi-naran sus estudios en Francia, España, Italia y Alemania.

Ruelas nació el 21 de junio de 1870 en Zaca-tecas y vivió pocos años de su niñez en la ciu-dad. Su padre de tendencias liberales y juarista, ocupó el cargo de Ministro de Relaciones en el primer periodo presidencial de Porfirio Díaz. Ruelas ingresó a la Academia y continuó sus estudios en Alemania entre 1891 y 1895. A su regreso a México, colaboró como ilustrador en la Revista Moderna y a pesar de ser muy querido por el grupo de poetas que formaban parte de la publicación, decidió regresar a Europa para especializarse en las técnicas de grabado en la

ciudad de París y cuna de la Belle Époque.La obra de Julio Ruelas ha sido muy difun-

dida, es uno de los pilares de la historia del arte mexicano del siglo XX. En el marco de la conme-moración de su muerte, diferentes instituciones culturales realizaron exposiciones. El MUNAL montó El viajero lúgubre, Julio Ruelas modernista, donde se mostraron más de cien piezas; otra más fue Julio Ruelas, ascenso a los infiernos, con una colección de 40 objetos y la curaduría de Carlos Monsiváis en el Museo del Estanquillo.

Como preámbulo al colofón del próximo ar-tículo, mencionaré por tanto que a Julio Ruelas no se le rescata, mejor aún se le recuerda como un extraordinario exponente de la pintura mo-dernista tanto en Europa como en América; fue un hombre de su tiempo que vivió el cambio de siglo y que fue contemporáneo a músicos tan importantes como Igor Stravinsky, literatos tales como Franz Kafka, escultores como Auguste Ro-din, o pintores de la talla de Gustav Klimt.

* Curadora.

Arte

Julio Ruelas, La domadora, óleo sobre telaCentro Cultural Tlatelolco, Colección Andrés Blaisten

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2 de marzo DE 2015 5

Breve glosario de El camino de Ida, de Ricardo Piglia

Por Mauricio Flores*

Para Gonzalo Lizardo

Novela policiaca, sí. Crónica de la so-ciedad norteamericana, también. Ra-diografía lúdica de los ambientes aca-démicos, igualmente. El camino de Ida, la más reciente novela en circulación del argentino Ricardo Piglia (1940), representa además un buen compen-dio de la narrativa de uno de los más influyentes escritores en habla hispana. En ella se despliegan las obsesiones del autor de la polémica Plata quemada y se incluyen un buen número de atisbos autobiográficos.

Atormentado por un rompimiento sentimental, Emilio Renzi llega a Nor-teamérica a inscribirse en los más pres-tigiosos ambientes universitarios. En éstos descubrirá el amor de una mujer y, tras de ello, una cascada de sucesos que de menos a más lo llevarán al centro de una tormenta de altos vuelos. A sí mismo, a él, en mismo tiempo, mien-tras el país del imperio (clintoniano) se debate en el repudio-imposición de nuevas normas anti terroristas.

Aquí un pretendido gozoso paseo por sus líneas y sus definiciones abiertas.

***

Adicción: estar enamorado(a) más de tres días.

Aire de conspiración: el que tienen los estudiantes de doctorado durante los años que pasan juntos mientras es-criben sus tesis.

Aristóteles: según Bertrand Russell, el primero que habló como profesor y no como profeta.

Artista: experto de almas de una sociedad (ahora sustituido por los psi-quiatras).

Berkeley, ciudad de: sol, chicas en la calle, bullicio en las mesas de las aceras, viejos hippies con coleta vendiendo chu-cherías en las ferias ambulantes. Mucho tatuaje, mucho travesti, muchos turistas.

Bovarismo: término para designar el poder que tiene el hombre para conce-birse otro del que es y crearse una per-sonalidad imaginaria (viene de Emma Bovary, el personaje de la novela de Flaubert). Jules de Gaultier, autor de Le bovarysme, amplió el significado aplicán-dolo a las ilusiones que los individuos se forjan sobre ellos mismos.

Buenos Aires: masa opaca de luces

lejanas y sonidos discordantes.Capitalismo: sistema complejo con

gran capacidad de expansión y renova-ción técnica. Organismo vivo que se re-produce sin cesar. Mutante darwiniano.

Consistencia: energía que mantiene ligados a los hombres en situación de acoso y de peligro, según Kropotkin: el príncipe, el revolucionario ruso…

Corredores de auto: los verdaderos ídolos deportivos.

Cuarentas, los: edad incierta en la que no se sabe si una mujer está recién dejando la adolescencia o ya ha empe-zado a envejecer.

Cuervo: pájaro asesino.Deporte: industria principal de USA.Deseo sexual: lo que desordena la

Libros

vida e irrumpe en cualquier situación.Enfants terribles de la política con-

temporánea: los conversos, los ex co-munistas, los que están decepcionados de sus antiguas convicciones.

Estructura de la tragedia: un reci-tante y un coro.

Fondo del mar: sitio de los jugado-res que han perdido todo.

Historia: abstracción.Historiador marxista: pleonasmo;

como decir cine norteamericano.Idea: último refugio de la rebelión.Insólito: cierto.Irrealidad: …hecha de detalles.Literatura: gloriosa tradición en

crisis.Mal: no hacerse cargo de las conse-

cuencias de los actos. Las consecuen-cias, no los resultados.

Moby Dick: (novela) empieza como un libro sobre la caza de ballenas y termina como una obra de la magnitud de Macbeth.

Mundo: pantano inhóspito.Mundo académico: la jungla más

peligrosa.Murmullo de risas y voces: los que

siempre se oyen cuando se está por entrar en el aula.

Música de fondo: lo que tiene la realidad.

Norte, el: jaula de oro.Prisión de alta seguridad: (en USA)

institución compleja, quizá la más com-pleja forma de vida social que uno pueda imaginar. Laboratorio experimental de la conducta de los hombres en condi-ciones extremas, un excelente lugar de trabajo para un médico psiquiatra.

Quark: nombre de la partícula invi-sible que está en el origen del cosmos. Recibió su nombre en homenaje a Fin-negans Wake, de James Joyce, de donde tomaron su nombre los científicos.

Revolución rusa: fuego que des-truyó primero a sus héroes y luego aterrizó a todo el pueblo.

Sacramento, ciudad de: plana y geométrica, es la capital y el centro administrativo del estado de California (USA). Centro reservado a la burocra-cia en el que abundan las oficinas y los ministerios.

Sarmiento, Domingo Faustino (1811-1874): nuestro Melville (según los argentinos).

Sintaxis: lo primero que se resiente cuando uno recuerda.

Sonido de la voz: lo primero que se olvida y pierde cuando alguien se va.

Televisión: único principio de rea-lidad que persiste más allá de los cam-bios.

Terrorismo: propaganda armada. Medio de difusión como cualquier otro.

Tres meses: media de vida de un activista en la clandestinidad (en Ar-gentina).

Universidad: lugar de violencia psí-quica.

Ricardo Piglia, El camino de Ida, Anagrama, Barcelona, 2013, 292 pp.

* [email protected]

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6 LA GUALDRA NO. 187

Objetos encontradosPor Alejandra Celis Almanza

[Fotogalería]

Arte

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Cuántas cosas podemos encontrar a la luz de un nuevo día… preguntó Tamara al som-brero.

Cuántos de los objetos olvidados en rin-cones, saturados de polvo y de una gruesa lama de tiempo formaron parte de una historia; cuántos de ellos están perdidos en los recuerdos, arrumbados, esperando: amorosos, tristes, sin dueño. Los objetos han aprendido a hablar, a no estar solos. Por lo menos ellos se asolean sin necesidad de bloqueador y reciben al viento y al polvo como caricias cansinas del mundo. Yacen a la espera de ser redescubiertos por aque-llos que los dejaron como cancerberos: los objetos dan paso a las memorias tendidas al sol.

¿Cuántos objetos podemos encontrar a nuestro paso que nos cuenten secretos al oído? Contestó el sombrero… y voló.

Alejandra Celis Almanza (1979) es fo-tógrafa y reside en Zacatecas. Es amante de los gatos y los perros. Estos son sus objetos encontrados.

Error de vuelo.

Memorias tendidas al sol.

Dejaste una historia pendiente.

Conversando.

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72 de MARZO DE 2015

Artes visuales

Tamara. Esperando a Godofredo.

La eterna espera de un sombrero en calma. La soledad nos sienta bien.

La ciclicidad de la memoria: volverás.

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LA GUALDRA NO. 1878

Más de diez años frente a un aula me han hecho notar cómo ha cambiado la forma de leer de los jóvenes del principio del siglo XXI. Recién iniciado en la artes de la docencia invitar a leer a los alumnos era una tarea bastante dura, pues parecían indispuestos a cometer tal acto, pues el solo pensar en las miles de palabras y cientos de hojas que formaban una lec-tura resultaba fatigoso para mis pupilos. Había que empezar entonces con una tarea de motivación y una búsqueda a la respuesta del por qué leer.

Leer porque ya no podemos memorizar un poema, una fábula, leyenda o historia, pues el aparato de televisión al parecer se ha apropiado de esa tarea nemotécnica, como también se ha apropiado de la tarea de enseñar. Todo estaba perdido, pues ya ni siquiera las tiras cómicas estaban en la mente de los legos, y el mp3 y el mp4, así como el Messen-ger, ocupaban las energías de los muchachos hace más de diez años.

Pero pasó un fenómeno que cambiaría la idea de la lec-tura, nula entonces, un fenómeno que permitió que más de un adolescente prefiriera estar en el aula leyendo antes de salir a corretear en el receso o platicar con sus congéneres, o hacer tremenda fila en pos de los sagrados alimentos en la cafetería de la escuela, un fenómeno que abriría las puertas a un enorme potencial de consumo y regresaría

el anhelo de la lectura a muchas generaciones de los 90 y principios del 2000: Harry Potter.

De pronto la lectura regresó al aula, como una moda que parecía pasajera pero que lleva más de diez años y no ha querido irse. A Potter le siguió Edward Cullen, con otra saga de obras publicadas y que también se vendieron por millones, y aún más, que también fueron llevadas a la pantalla grande, seguidos por los libros La huésped, Diarios vampíricos,

Reckless, Las crónicas de Spiderwick, Hush, Maze runner, Divergente, Las ventajas de ser invisible, Bajo la misma es-trella y la exhumación de las crónicas de Narnia y El señor de los anillos.

El aparato comercial atrás de estas obras es tan poderoso que ha regresado el hábito de la lectura aquellos alumnos que tienen con recursos para comprar estas obras que en promedio cuestan $300 pesos, y que al igual que las entregas de las obras de Dickens o Doyle, son esperadas con ansia por parte de sus lectores pues se agotan con bastante rapidez. Para aquellos que no cuentan con tal poder de adquisición se tiene la posibilidad de leerlas por medios electrónicos a un costo muy bajo e incluso gratis, ya sea en el PC, una tablet, un lector de e-books o incluso en el celular.

Pero ¿qué pasa con estos libros en el aula? Algún hetero-doxo de la literatura podrá decir, y con justa razón, que estas obras no pertenecen a la literatura, ya que artísticamente no son muy originales, incluso las podrían llegar a comparar con El libro vaquero o Sensacional de terror o publicaciones que entretienen a los viajeros en la central de autobuses. Sin embargo, para un joven que no lee otra cosa más que estos textos, es un buen comienzo. Será tarea del maestro el saber cómo sacar jugo de esas lecturas y convertirlas en material de discusión en clase.

La verdadera magia de PotterCarlos Flores

libro

sMarzo 1Mi horizonte actual se ciñe a las clases, don Sine, la correspondencia telefónica de Sujetín y Andrés.

Andrés y su mujer (la esposa de un ex no debe tener nombre explícito. Debe señalarse con desprecio, por ser la otra o ser ella y uno es el otro) se fueron el do-mingo. Vuelven para la fiesta del sábado de gloria.

Desde ese día, a las seis de la ma-ñana envía selfies. Él está desnudo. Además de la imagen escribe: “Todo bien”.

Preparo mis clases en una libreta de hojas con gramaje. La compré en Localía. Uso Bic tradicional.

La antología de historia fue integrada con apuntes de buenastareas.com. Para las intervenciones, los alumnos recurren a esa página.

Creo que no se ha preparado -nos he-mos preparado- para jugar con el lado luz de la internet. Recurrimos a ella para cor-tar y pegar (es su lado sombra, próxima a la obscuridad), pero no para discutir con base en la lectura.

Todos los chicos y profesores usan tal cantidad de muletillas que enferman.

He sido conminado para no vestir pla-yera y sudadera. Compraré dos camisas, como si fuesen para uniforme.

En las clases de preparatoria me en-tretengo. Quizá por el público. Es un

lolismo que emociona y convierte al más sobrio.

Son 4 mujeres y 6 hombres. Me gus-tan, tanto que aprendí sus nombres: Mi-guel, Ernesto, Saúl, Alejandro, Alberto, Alonso, Berenice, Gabriela, Gabriela O y Elena.

Como es segundo semestre, la antolo-gía la mandaré a la chingada. También es del punto com.

El lunes encontré al doctor (no le puedo decir maestro o rector, menos director) y de botepronto le dije: las anto-logías no sirven. Rodeó el tema.

Al salir me hizo ir a la rectoría y pro-puso hacer una nueva antología. Que me paga por ello. “Te pago lo de una semana por tu ‘libro’”.

Debo hacerla en la marcha de mis clases.

Las prepas me solicitaron amistad en Facebook; Ernesto me conectó en Tumblr; Miguel por WhatsApp; Ale-jandro con sus ojos y Alonso con su cuerpo…

Sine irá a un viaje con sus amigos. Pide lo acompañe. El corre con los gastos de trasporte y comida. Le dije que lo pensaré.

El viaje que compró es para dos per-sonas. Lo organiza una empresa estatal para adultos mayores.

El recorrido es Teotihuacán, Puebla, Oaxaca, Ciudad de México, Querétaro

y San Luis Potosí. Son las semanas de vacaciones.

Los mensajes de Sujetín (un amante callejero nunca tendrá nombre ni datos de localización) están “al orden del día”. Escribe diario. Le respondo con emoción. Si él supiera que alguna vez estuve en la idea de pasar del nivel “Me gusta” a “Quiero estar contigo

más de lo que te imaginas”…No sé cómo vestirá ahora, si trae más

tatuaje, si el corte de pelo es el de Ricky Martin 2010, si le sudan las manos (como cuando está conmigo, en los momentos que los besos castos son de provocación hasta llegar al final…).

Sujetín es uno de los hombres que ha marcado mi vida.

Por Mateo Estrada GaviriaDi

ario

de M

ateo

Jean-Hippolyte Flandrin. Desnudo masculino sentado al borde del mar. 1855. Museo Louvre.

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2 de marzo DE 2015 9

En los Alpes franceses una avalan-cha se avecina sobre la terraza de un café restaurante. Familias con hijos pequeños y parejas comen un plato típico o simplemente reposan con una cerveza después de haber hecho la mitad de la jornada en las pistas de esquí alpino. En la montaña, las explosiones periódicas controladas para evitar la acumulación de nieve en los picos hacen que la gente esté acostumbrada a ver los deslaves. Los esquiadores –todos de recursos eco-nómicos holgados- toman fotografías del espectáculo controlado que se les presenta ante sus ojos. Sin embargo, en esta ocasión la marea de nieve parece no se detendrá, se acerca y el pavor invade a la gente. Unos corren despavoridos y otros, las ma-dres de familia, se quedan a proteger los bebés. Pero no, falsa alarma. Solo les llegó la borrasca de copos de nieve estrellados contra la barrera de contención. Cuando la nube se disipa, todos recuperan su lugar. Pero las reacciones de la madre y el padre

delataron sus prioridades en la vida.El director sueco Ruben Östlund

comenzó su drama existencial con esta primera secuencia precedida de un breve prólogo de presentación de todos los perso-najes –la familia posa para un fotógrafo el día de su llegada a la montaña-. Así, Turist o Fuerza mayor, en su traducción al español, comienza inmediatamente planteando una historia que se pasea entre el drama y la comedia negra.

Johannes Kuhnke y Lisa Loven Kongsli

son los actores que dan vida a los padres de familia en-frentados a una situación de potencial muerte. El escenario de fondo son las vacaciones de una familia rica que se va a pasar una semana completa de esquí en un lujoso hotel de los Alpes franceses.

En casi dos horas, Östlund expone di-ferentes matices del instinto de conserva-

ción. La aparición de una variedad de personajes afines a filosofías de vida diversas, se confrontan a la razón y al instinto. La reacción inmediata ante el peligro puede no corresponder a la ima-gen racional prevista, sino verse subordinada al instinto. La pregunta abierta, quizás un guiño a la familia homosexual, ¿el instinto maternal se impone como natural o es cultural?

Exhibida en premier en el Festival de Cannes

del 2014, la película ganó el premio del Ju-rado en la Categoría de una Cierta Mirada. Los jueces reconocieron los grandes planos en largos travellings de la cámara subiendo y bajando las colinas de los Alpes, siempre en paralelo a los remolcantes y las bajadas de la familia esquiadora.

Desayuno en Tiffany’s, mon ku

Fuerza mayor TuristPor Carlos Belmonte Grey

Este año al igual que otros me senté frente al televisor con una bolsa de palomitas a simple-mente divertirme viendo los premios Oscar. La mayoría de las cintas nominadas en las diferentes categorías era de excelente factura, pero sin duda había dos nominados que espe-raba ganaran el Oscar y sucedió. Emmanuel Lubezki ganó la estatuilla como mejor director de fotografía por Birdman. De las treinta y dos películas en que ha participado como director de fotografía hay varias que me son memorables, la primera en la que recuerdo me llamó enormemente la atención su trabajo como fotógrafo fue Como agua para chocolate, que por cierto me hizo recordar al extraor-dinario Néstor Almendros en Días de Gloria (1978) dirigida por el gran Terrence Malick, quien en 2011 lo contrató para fotografiar El árbol de la vida y que le valió a Lubezki su quinta nominación al Oscar; y qué decir de La

princesita (Alfonso Cuarón 1995) por la cual obtuvo su primera nominación al Oscar; luego terminé fascinada con su trabajo en la bellí-sima cinta de Rodrigo García Cosas que puedes decir con solo mirarla (2000); y en 2004 me quedé boquiabierta, pasmada, admirada, fasci-nada, con Una serie de eventos desafortunados (Brad Silberling), un trabajo extraordinario con secuencias increíblemente hermosas; pos-teriormente, en 2014, conquistó finalmente su primer Oscar con Gravity (Alfonso Cuarón). En cuanto a González Iñárritu su Birdman obtuvo cuatro estatuillas, mejor fotografía, mejor guión (inspirado en el libro de relatos de Raymond Carver De qué hablamos cuando hablamos del amor), mejor director y mejor película. Reconozco que no he visto el filme, pero lo celebro con bombos y platillos. Ya ha-blaré próximamente sobre González Iñárritu y sin duda también sobre Michael Keaton.

Castillo de sal si puedesPor Ester Cárdenas

El rodaje requirió de una precisión molecular. Era como intentar escribir sin puntos,

y que, aun así, todo tuviera sentido.

Alejandro González Iñárritu

Cine

Page 10: La Gualdra 187

LA GUALDRA NO. 18710

MARZO 2015

DOMINGOS 8,

15, 22 y 29

13:00 horas

Tradicional

Concierto

Orquesta Típica

de Zacatecas

Casa Municipal

de Cultura de

Zacatecas

Entrada libre

Coordina:

Casa Municipal

de Cultura de

Zacatecas

DOMINGO 1

19:00 horas

Concierto

Banda Sinfónica

del Estado

Dir. Salvador

García y Ortega

Plaza de Armas

MIÉRCOLES 4

18:00 horas

Todos al Centro

Histórico

Miércoles de

Danzón

Mercado “J.

Jesús González

Ortega”

Coordina:

Casa Municipal

de Cultura de

Zacatecas

JUEVES 5, 12,

19 y 26

19:00 horas

Tradicional

Concierto

Banda Sinfónica

del Estado

Dir. Salvador

García y Ortega

Plazuela Goitia

VIERNES 6

20:00 horas

Vive la Ciudad

Saúl Hernández

“El Jaguar”

Plazuela Miguel

Auza

VIERNES 6, 13,

20 y 27

18:00 horas

Concierto

Orquesta Típica

de Zacatecas

Mercado “J.

Jesús González

Ortega”

Coordina:

Casa Municipal

de Cultura de

Zacatecas

SÁBADO 7

19:00 horas

En el marco del

Día Internacio-

nal de la Mujer

Poesía y Música

Impronta

Cultural

José Martín

de Santiago

Moreno, poeta

Edgar López

Hernández,

guitarra

Cantante:

Invitad@ especial

Café “Casa de

Moneda”

Centro Cultural

Ciudadela

del Arte

SÁBADO 7

19:00 horas

Música

vernácula

Sábados en la

Cultura

Ana Celia

Valenzuela “La

Paloma Blanca”

Pepe Salinas “El

Rebelde”

Escalinatas del

Antiguo Templo

de San Agustín

y Plazuela

Miguel Auza

Coordinan:

Instituto

Zacatecano de

Cultura

“Ramón López

Velarde” y

Casa Municipal

de Cultura de

Zacatecas

DOMINGO 8

19:00 horas

En el marco

de la

Conmemoración

del Día

Internacional

de la Mujer

Espectáculo mul-

tidisciplinario

Presencia de

mujer:

Solanye Caignet

Lima, voz

Osvaldo Martín

del Campo, voz

Sergio Guillermo

Ruiz Rodríguez,

piano

Ernesto Salinas,

bailarín

Brenda Rodrí-

guez, montaje

visual

Teatro Fernando

Calderón

Entrada libre

LUNES 9

20:00 horas

Concierto

Camerata de la

Ciudad de

Zacatecas

Parroquia de San

José de la

Montaña

Entrada libre

MUSEOS Y

GALERÍAS

MUSEO

FRANCISCO

GOITIA

Ànidá

De Susana

Salinas

Permanencia:

22 de marzo de

2015

FOTOTECA DE

ZACATECAS

PEDRO

VALTIERRA

“De aquí soy.

Concurso

Nacional de

Fotografía Cuar-

toscuro 2014”

Exposición Colectiva

Permanencia: 18 de

marzo

 “Los Huicholes

en Cibachrome.

John Lilly,

1937/2007”

(The Huichols in

Cibachrome, John Lilly.

1937/2007)

 De: John Lilly, John

Christian,

Brian Ray, Colette Lilly

Permanencia: 3

de mayo

Miércoles 4 de marzo

11:00 horas

TEATRO

JÓVENES CREADORES 

Puesta en escena

Los niños sin color

César Alfonso Jiménez Rincón

Lugar: Escuela Ignacio M.

Altamirano,

Villanueva, Zacatecas

 

Miércoles 4 de marzo

12:00 horas

RECITAL

Recital de Piano y

Guitarra

Formación Artística en el

Extranjero

(Música-Piano)

Andanza Española, 

Yazmín Nava Muñoz

 

Formación Artística en

México 

(Música-Guitarra)

Senda de Seis Cuerdas, 

Paula Lucía Alvarado Her-

nández

Lugar: Teatro

Nochistlán, Zacatecas

Jueves 5 de marzo

12:00 horas

PRESENTACION DE LIBRO

Publicaciones (Libro

inédito ex beneficiarios)

La ilusión moderna.

Ensayos sobre la razón y el

juego,

Omar Espinosa Cisneros

Lugar: Sala de Usos

Múltiples de la Unidad

Académica de Letras de la

UAZ

 

Jueves 5 de marzo

18:00 horas

LECTURA EN VOZ ALTA

JÓVENES

CREADORES (POESÍA) 

Y el verbo se hizo polvo, David

Castañeda Álvarez

JÓVENES

CREADORES 

(NOVELA) 

Aurora es una estrella que

muere, Gabriel Luévano

Gurrola

JÓVENES

CREADORES (ENSAYO)

Francisco Larroyo y su per-

sonalismo

crítico. Contra el Materialismo

Histórico, Luis

Fernando Ramírez Macías

Lugar: Hostería el

Bohemio.

Grupo Culturarte Jerez,

Zacatecas 

 

Viernes 6 de marzo

18:00 horas

RECITAL

Desarrollo Artístico

Individual 

(Música-Piano)

Recital de Piano y Flauta 

Imágenes Sonoras de un Mé-

xico Revolucionario,

Kenia Priscila López Pérez

Formación Artística en el

Extranjero 

(Música-Flauta)

Estudios de la flauta transversal

en Argentina,

Rodrigo Cortez López

Lugar: Instituto de Yoga y

Desarrollo Humano

sede Zacatecas

 

Viernes 6 de marzo

19:00 horas

RECITAL

Formación Artística en el

Extranjero

Recital Semper Crescendo 

Orquesta de Cámara del Estado de

Zacatecas,

Dir. Arturo García Cuéllar

Lugar: Auditorio del Museo Felguérez

Sábado 7 de marzo

hora por confirmar

PRESENTACION DE LIBRO

Publicaciones (Libro inédito)

El delito de violación, La

violación como fracaso

del proyecto de ciudadanía moral-

mente correcta 

Karolina Beltrán Perelló

Lugar: Casa Engracia

 

Sábado 7 de marzo

19:00 horas

DANZA

CONTEMPORÁNEA

Nosotros, como el Tiempo,

también nos desdoblamos

Diplomado de composición coreo-

gráfica:

Rumbo a la Profesionalización de la

Danza

Lugar: Teatro Hinojosa Jerez, Zaca-

tecas

TALLERES

Del 16 al 20 de febrero

de 16:00 a 20:00 horas

Curso Teórico Práctico

Iniciación y Apreciación de la

Literatura Moderna

Yamilet Verónica Fajardo Veyna

Lugar: Hostería el Bohemio.

Grupo Culturarte Jerez, Zacatecas

 

Del 23 al 27 de febrero

Duración 20 horas

Curso de composición y teoría musical

Jesús Alejandro Becerra

Escobedo

Lugar: Unidad Académica de Artes

de la UAZ

Muestra de Beneficiarios del PECDAZ Emisión 2013-2014Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico de Zacatecas

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2 de marzo DE 2015 11

El Quijote: entre la ficción y la historiaNinguna historia es mala

como sea verdadera.

Por Rebeca Mejía López

“Se parte” de la tilde diacríticaLlamamos tilde a esa raya oblicua que se utiliza en palabras violadoras de las leyes naturales del acento en el español. Tilde diacrítica, por su parte, es esa raya oblicua que se utiliza en una palabra para distinguirla de otra con igual grafía pero distinto significado.

Uno de los casos más comunes de tilde diacrítica es el del modo imperativo del verbo “Ser”. Se coloca esta tilde en “Sé” para distinguirla del pronombre reflexivo “Se”. Sobra decir que ambas palabras se pronuncian igual.

Así tenemos que “Sé siempre el número uno” utiliza el verbo imperativo, y “Se espera más esmero en la siguiente actividad” emplea el pronombre.

En este contexto resulta bastante vergonzoso cómo al-gunas instituciones educativas y gubernamentales escriben “Se parte de este evento”, “Se parte de nuestra comunidad” sin tilde.

Es como decir que el evento o la comunidad son punto de partida de algo más.

Vaya error.

* Lo invito a que envíe comentarios y demás inquietudes a:

[email protected]

El PicaportePor Simitrio Quezada

El capítulo VIII “La Aventura del Vizcaíno” de la primera parte de El Quijote queda trunca y con ello el autor se permite hacer una declaración, a modo de disculpa, para los lectores de esta maravillosa histo-ria. Así, el capítulo IX, “Hallazgo del manuscrito”, se ofrece al lector una explicación de por qué la pasada aventura queda tan abruptamente interrumpida.

La explicación resulta fascinante e intrigante en muchos sentidos, pues Cervantes dice que el autor de esta historia no dejó noticia de dónde podría hallarse la parte faltante. Así Cervantes explica que se halló en un estado de pesadumbre el no encontrar pista alguna que pudiera referirse al final de la aven-tura y, además, un sentimiento de sorpresa porque “parecía casi imposible y fuera de buena costumbre que a tan buen caballero le hubiese faltado algún sabio que tomara a cargo el escribir sus nunca vistas hazañas”, cosa rara en los verdaderos caballeros andantes.

Finalmente la angustia del autor se vio resuelta un día que paseaba por Alcaná de Toledo, donde se encontraba un muchacho que vendía cartapacios y papeles viejos en un sendero. Así, el autor, afi-cionado a leer papeles rotos en las calles tomó uno de estos papeles que parecía contener caracteres arábigos. Pero como no sabía leer el idioma le pre-guntó al muchacho qué contenían los manuscritos, así comenzó a leerlos en susurro y de pronto se echó a reír.

El autor intrigado de aquella risa, le preguntó qué la causaba y este respondió: “Está, como he dicho, aquí al margen escrito esto: ´Esta Dulcinea del Tobos tantas veces en esta historia referida, dicen que tuvo la mejor mano para salar puercos que otra mujer de la Mancha´”.

Antes esto, el autor de la historia pidió todos los documentos que tratasen sobre aquellas aventuras, los cuales eran muchos y llevaban por título: “His-

toria de Don Quijote de la Mancha, escrita por Cide Hamete Benengeli, historiador arábigo”. Como he dicho, el autor no sabía árabe por lo que llevó los documentos a traducir para continuar con el relato de las hazañas de Quijote y su fiel acompañante Sancho.

Apegarse a los documentos es una fidelidad muy importante, ya que no es correcto que la pluma se extienda partiendo del juicio personal, pues el autor dice que: “Habiendo y debiendo ser los historiadores puntuales, verdaderos y nonada apasionados, y que ni el interés, ni el miedo, el rencor ni la afición, les hagan torcer del camino de la verdad, cuya madre es la histo-ria, émula del tiempo, depósito de acciones, testigo del pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia del porvenir”.

Cervantes crea una interacción entre autor y lector formidable, haciéndolo du-dar y divirtiéndolo con esa mezcla de ficción e historia. Por otro lado, ¿qué es

la historia? ¿Quiénes la hacen y con qué fines? ¿Académicos, políticos, intelectua-les? ¿Cuáles, de todos los relatos históricos, siguen el camino de la verdad?

Literatura

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12 LA GUALDRA NO. 187 / 2 DE marzo 2015

Río d

e Pal

abra

sAl árbol donde lloró CortésPor Alberto Huerta

Para el Gordo y MiguelitoIn memoriam

“…pero aquellos mariachis y aquel tequila me hicieron llorar”.José Alfredo Jiménez

Esta pluma escribe rojo, azul, negro; obviamente, naranja, morado... todos los colores en todas las modalidades y matices. Aunque es una pluma como cualquier otra, hecha de tinta, plástico y punta de metal; de esas económicas que venden en las papelerías o el supermer-cado; contiene en ella además de todos los colores, todas las palabras todititas, hasta las más difíciles, las impronunciables, las que todavía no existen... tam-bién tiene ideas, pero esas solo las puede representar con colo-

res, palabras o figuras porque a veces le gusta hacer dibujos. Es una pluma que pudiera quizás considerarse mágica, pero no tiene nada de eso, no es una varita de hada, aunque si quiere puede crear todo un universo. Esta pluma es a la que nunca se le acaba la tinta porque a cada rato se pierde, la que a dos días de comprarla perdió su tapa y tiene la cabeza mordida por los nervios o la desesperación. Es una pluma sencilla, simple, pero que como todo lo simple puede ser el principio del infinito.

La plumaPor Pilar Alba

Claro que aquí lloró Hernán Cortés mientras escu-chaba en la sinfonola unas rancheras de José Alfredo Jiménez y bebía a pico de botella una castellana de tequila blanco, y aquí mismo se le resbalaron unas lágrimas bien gordas al buen Cuauhtémoc después de que le tatemaron los pedales y le daba grandes tragos a una caguama bien muerta. Aquí mismo, a gritos desgarradores, echó las de San Pedro La Llorona mientras se empujaba unos mezcales y daba grandes chupetones a unas rebanadas de naranja y se jalaba las greñas enmarañadas, y gritaba a grito pelado: ¡Aaaaaaay mis hijos! ¡Mis pobrecitos hijos! Aquí tam-bién chilló, después de chuparse cinco cubas libres, dos lagartijas y una güera bien sudada, Doña Marina,

conocida en el barrio por la broza como La Malinche, cuando Cortés, le dijo, quedito, en la orejita: “See you later, alligator”, con música de Bill Halley & Comets.

Sí, aquí, en El árbol donde lloró Cortés. Cantina. Se prohíbe la entra a menores de edad, mujeres y militares uniformados. Donde todo mundo chilla, maldice, presume, desahoga sus cuitas, ríe a carcajadas, se revuelca en su mala onda, cabulea, echa bravata, miente descaradamente y se queda jetón sobre la barra, en medio del penetrante olor a meados y vómitos haciendo equilibrios sobre el piso cubierto con aserrín humedecido con creolina. ¡Sí, aquí me-rito! ¿O qué no? ¿A qué saben las tortas de huevo? ¡A hueeeevo!

Raúl Anguiano. Niña sentada con manzana. 1943.Señor, ella se fue, me dejó y se fue, hizo la maleta y partióy no hay forma de hacerla volver y el mundo entero es puro hueso sin carne talco brillante drogamuerte muerta muriendo se la lleva lejosroba su risa y su sonrisay su dulzura y a medianoche sus quejidos— Que se jodan Coltrane y la música y las nubes que vagan por el cieloque se jodan el mar y los árboles y el cielo y los pájarosy los lagartos y todos los animales que andan por la tierraque se jodan marx y mao que se jodan fidel y nkrumah yla democracia y el comunismo que se jodan la mota y la heroínay los tomates rojos y maduros que se jodan josé y maríay jesús y todos sus discípulos que se jodan fanon y nixony malcolm que se joda la revolución que se joda la liber-tad que se jodantodas las pinches putas cosaslo único que quiero es que mi mujer regreseque mi alma vuelva a cantar

* Etheridge Knight (1931-1991), obtuvo celebridad desde su primer libro, Poems from Prision, escrito mien-tras cumplía condena por el delito de robo. Knight fue uno de los protagonistas del contestatario Black Arts Movement. “Feeling Fucked Up” aparece en The Essen-tial Etheridge Knight (University of Pittsburgh Press, 1986).

Sentirse bien jodido

Por Etheridge Knight*

[Versión de Javier Acosta]

Ha de ser que uno siempre siempre escribe su histo-ria de amor. Por ejemplo. Ella y yo nos encontramos de casualidad banca con banca en una clase de filo-sofía de la ciencia o teoría política, no lo recuerdo bien, pero ese dato no importa mucho. Y luego nos encontramos espalda con espalda en una fiesta. Nos saludamos, después de todo íbamos a la misma uni-versidad, aunque nuestra relación nunca había pasado de pasarnos alguna anotación o pedirnos una pluma. Para la tercera vez, esa tercera vez, lo recuerdo: Para la tercera vez yo estaba algo enamorado. Supongo que uno siempre siempre puede estar algo enamorado de una compañera de escuela. Su cabello rizado ca-yéndole por los hombros, sus ojos grandes como dos lunas, sus manos (tengo que contarles que soy adicto a mirarle las manos), su voz de Hamelin que causa un efecto sobre mí: me tranquiliza. Siempre siempre se puede tener la certeza de la indefensión, porque todos vamos a morirnos, la vida es una sala de espera. Por más que te lo pienses, puedes estar seguro que no vales ni un céntimo y que aunque tengas todo el oro del mundo, vas a morirte. Hay cosas que son inevi-tables. Con esa certeza no podría haber elegido otro camino. Para la tercera vez, no pude más que decirle que estaba dispuesto a saltar desde un desfiladero por una cita con ella, yo de todas maneras iba a morirme así que no veía la diferencia entre apurar la muerte a esperarla. Claro que no le dije lo del posible suici-dio, no me gusta el dramatismo, lo del desfiladero tampoco era una metáfora o una imagen poética, de verdad podría haber saltado. Y para la tercera vez, ella me concedió que podía concretarse esa cita. Supongo que uno siempre siempre tiene que jugarse la vida por las cosas que de verdad le interesan. Y aquí estoy, es-cribiendo esta nota, a punto de salir al número 82 de la calle Corrientes, donde ella me estará esperando.

Siempre siemprePor Edgar Khonde