LA GUIRNALDA - Biblioteca Nacional de España

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LA GUIRNALDA PERIÓDICO QUINGEINAL DEDICADO AL BELLO SEXO EDUCACIÓN Y LABOEES MODAS DIBUJOS PAEA BORDAR ^:^ FIGURINES - PATRONES - MÜSICA BORDADOS AÑO XVI NUM. 7 . . ADMINISTRACIÓN —BARCO, 2 DUPLICADO, 3.° —MADR'ID, , ...„ . Propietario, S. Miguel E. da Cámara, « quien se dirigirá toda la correspondencia. mrn

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LA GUIRNALDA P E R I Ó D I C O Q U I N G E I N A L D E D I C A D O A L B E L L O S E X O

EDUCACIÓN Y LABOEES — MODAS — DIBUJOS PAEA BORDAR

^ : ^

FIGURINES - PATRONES - MÜSICA — BORDADOS

AÑO XVI NUM. 7 . . ADMINISTRACIÓN —BARCO, 2 DUPLICADO, 3.° —MADR'ID, , ...„ .

Propietario, S. Miguel E. da Cámara, « quien se dirigirá toda la correspondencia. mrn

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SUMT^RIO

(coiitinuarión) —Cenleiifirío lie Sanlst Teresa de Jesús —Misnalánoa. —Charada.—Explicación de los í^rabados (id testo, por Elisa S*.— Laliores; Explicación del plieg-o extraordinario.—Rlodas: Descrip­ción del ilpuriii iluininaiio y del patrón cortado Anuncios,

GTi'Eitaados e n el t e x t o . Sombrero ÍÍ(ÍJ-¿JÍII-ÍJ¡ÍI. —Capota de paja. —Sombrero do paja y tul.—Trajos de recepción.— Falila de failli} ron delantal.—Falda de beng-alina.-Falda p.ira señorita.-Falda para paseo,—Vestido do niño.—Gorra de mañana.—Bordado sobre tul.— Detallo del bordado sol)re tul.—Puntilla al crocbet y nie.lallonea.-Fleco para toallas,—Aiipulos para tapa de caja.—Adorno para caja. —Tapeto bordado. — Detalle calado del tapete,—Cenefas, bordado roiiaciiniento. - Ángulo liordado (detalle en el pliefro extraordina­rio).—Paletot primavera,—Puntilla bordada.—Adorno do pasama-noría.-Fleco ];asamanorIa,—Adorno de abrifro,—Adornos de ]iasa-manería.—Roseta con colgantos de pasamanería.—Medallón con fle­co de pasamanería.

mdÍGÍ(!jii. cíe l n b o r e s . — Plie"-o de dibnjos para bordar y otro ex-íraordinario, por X.—Explicación de los bordados.

EJd io ión d e modas.-Fig-ur in iluminado y patrón cortado en Pa-ris,—Descripción de éste por Elisa tí.*

EIPLIGAGION DE LOS GlUliADOS DEL TEXTO

1. SOMBRERO Barharina.—Este sombrero .so hace de paja granate, tiene las alas anchas y vueltas hacia abajo: una cinta de moiré del mismo color, anudada caprichosa­mente á un lado, y un grupo de plumas al otro, constituj-en el adorno de este sombrero, al que se afiade un volito de tul y unas bridas de raso.

2. C A P O T A DK P A J A . — E s t a capota tiene el ala bastan­te ancha y que avanza mucho, formando una especie de pun­ta: por debajo está forrada eu gró fruncido. Al lado lleva un ramo de flores. Bridas de gró del mismo color que el forro del ala.

3. SoaiBiiERO DE PAJA Y TUL.—Estc elegante modelo es de paja negra: el ala está cubierta con un volante de tul bordado con azabache; alrededor de la copa lleva un escaro­lado de moiré: unos lazos de esta misma clase de cinta, ador­nan la parte de detrás,

4. T R A J E S D E R E C E P C I Ó N . — L a primera figura lleva un

traje de faille color magnolia, y blonda española. La falda dcfaiUe está cubierta con volautitos plegados, velados por blonda: una ancha tira de blonda plegada caprichosamente, adorna la parte superior de la falda, y otra tira más ancha forma túnica por detrás. Grande ecbarpe de faille, que par­tiendo de un lado, va del talle á anudarse al otro ú, la altura de la mitad de la falda. Cuerpo de faille trenzado por detrás, y formando peto por arabos lados: escote cuadrado. Fichú de encaje. Mangas un poco largas, y formadas de tiras de faille y de encaje.

La segunda figura lleva un vestido de bengalina color zafiro, L a falsa falda está terminada por volantes plegados. Dos paños de la misma tela plegados por grupos, se cruzan sobre el delantero déla falda, y están colocados sobre un forro que sostiene los pliegues; ú. un lado de ,1a falda lleva un sim­ple plegado, y al otro unas solapas en la parte inferior y una punta de la echarpe que cae hasta cl bajo de la falda, terminando en una borla de perlas. El cuerpo es alto y cer­rado con una doble hilera de botones y cordones A los lados lleva unas nesgas formadas por unos fruncidos que sirven de punto do partida, á un plegado que se redondea sobre la cadera formando paniers.

5. F A L D A BU faille OON D E L A N T A L . — L o s delanteros

de esta falda están formados por bullonados escalonados, y llevan un delantal de fleco de azabache en el medio. Por de­trás un paño de faille dividido á la mitad de su altura por una hilera de frunces, de manera que forme dos pequeños pouffs.

6. F A L D A D E BENGALINA,—Adornada en el bajo con

UD gran volante plegado: el paño, delante forma también pliegues, y está colocado entre otros dos paños plegados también y adornados en los costados con frunces. Por detrás forma esta falda un ligero pouff.

7. F A L D A P A R A S E Ñ O R I T A . — S e hace generalmente de

casimir adornada con volantes plegados alternados con otros,

l igeramente fruncidos por la parte superior, y separados uuos de otros por un estrecho bullonado. Una tira de la misma tela plegada al bies forma la túnica.

8. F A L D A P A R A T R A J E D E P A S E O . — E s t a falda es de

lanilla gris á cuadros muy menuditos, y de raso maravilloso, color zafiro. El bajo está adornado con un volante plegado, y otro á pliegues huecos; ambos llevan en el borde una pun­tilla. Encima de ellos lleva un bullonado Moliere cou cabeza fruncida de raso. Otro bullonado adorna la parte superior de . la falda, y una echarpe de lanilla con dobles puntas, una gris y otra zafiro, sopara estos dos bullonados. Por detrás tiene un pouff plegado.

9. V E S T I D O D E N I S O . — E s t e vestido de hechura inglesa, se hace de lanilla; los delanteros forman grandes tablas, y están terminados por un ancho volante á pliegues y tablas.

Un cinturón terminado por un lazo, adorna la parte su­perior del volante.

Cuello-esclavina de encaje. 10. G O R R A DE J I A S A N A , — E s t a elegante cofia es de tu l

bordado, y está sencillamente adornada con un lazo de cinta; es muy á propósito para recoger el pelo hasta peinarse.

11 Y 12; P A S U E L O IÍORUADO.—Representa esto graba­

do una labor sobre tul, que puede tener diversos usos, puesto que se compone de trozos como el número 13, que se reúnen unos á otros y con los que pueden hacerse velos para buta­cas y almohadones, cortinillas, colchas con viso de seda etcé­tera, etc. Redúcese esta labor á bordar sobre tul blanco ó ne­gro a p u n t o de zurcido oon algodón algo grueso, el dibuju de nuestro modelo, y á unir después los cuadros, poniendo alrededor una puntilla guíjyíH'C.

13, P U N T I L L A Á CROCUET Y M E D A L L O N E S . — E s t a pun­

tilla se hace con hilo de escocia muy fino ó con torzal de seda negro, según que quiera emplearse en adornar ropa blanca ó vestidos y abrigos.

14. FLECO PARA TOALLAS. — Cousiste esta labor en hacer un caprichoso trenzado, con el representado en el di­bujo. Es t a clase de flecos, muy en moda en la actualidad, pueden cambiarse hasta lo infinito haciendo diferentes t ren­zados,

15 Y IC. Á N G U L O Y ADORNO P.A,RA T . \ P A D E C A J A . —

Están muy en moda en estos momentos para guardar joyas, unas cajas cuadradas con cuatro pies dorados y cerradura dorada también: estas cajas, que son de madera ordinaria, so forran tanto por dentro como por fuera, con raso de color, y en los cuatro ángulos de la tapa, así como alrededor de la cer­radura y en los ángulos de la parte inferior, se ponen horda-dos a aplicación semejantes á los señalados con los núms. 15 y 16, que se hacen con sedas de color y lentejuelas, y los con­tornos á puntos de festón, recortándolos como en el encaje Richelieu.

3 7 Y 18, T A P E T E B O R D A D O . — E s t a clase de tapetes de

los que ya en otras ocasiones hemos publicado algunos mo­delos, son muy elegantes y hacen un lindísimo efecto. Son una mezcla de bordado y de calido: en el grabado número 1 8 está dibujado el detalle del calado, que puede servir también para toallas. L a cenefa se borda al pasado con algodón de color.—Véase el detalle en el número 15 del pliego extraor­dinario.

19. C E N E F A S , BORDADO R E N A C I M I E N T O . — E s t a s cenefas

se emplean para mult i tud de objetos, tales como acericos, tapetes, orla de cajas; pueden emplearse también para bor­dar ropa blanca con algodón de color.

20. Á N G U L O B O R D A D O , — E s t e precioso bordado, cuyo detalle en su tamaño representa cl número 19 del pliego ex­traordinario que acompaña á este número, es muy á propósito para orla ó cenefa de portier , y on tamaño más pequeño, para almohadón de sofá ó de carruaje. Se borda sobre paño á punto de cadeneta, y los contornos á cordoncillo,

2 1 . P A L E T O T D E P R I M A V E R A . — E s un modelo elegan­

tísimo que recomendamos á nuestras amables lectoras. En nuestro dibujo está representado por delante y por detrás, para que puedan apreciarse bien todos sus detalles. Compó-nese de un cuerpo de seda entallado, y con una larga uldeta formando tablas: del borde del cuerijo arrancan unos volan­tes de encaje bordados con azabache, que formau la falda

f

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del abrigo; el cuerpo es abierto por delante, y lleva alrededor de la abertura unas tiraa de encaje bordado con azabaclie, que se prolongan por eneinia de los hombros formando escla­vina y cuello alto. Unos lazos de cinta adornan el escote. Las raanga-s terminan por puños do encaje y lazos.

22 . PUNTILLA BORDADA. — Sirve esta puntilla para adornar abrigos, vestidos y velos de sombrero.

23 Á 2í). ADORNOS DE PASAMANERÍA.—Aliora quc tan en moda está la pasamanería, hemos creído conveniente re­producir por medio del grabado, algunos modelos más elegan­tes: todos ellos sirven para adornar abrigos y vestidos, y no vacilamos en recomendarlos á nuestras lectoras, como muy elegantes y de buen gusto.

E L I S A S . *

L JVB O R E S

E x p l i c a c i ó n d e l p l i e g o e x t r a o r d i n a r i o .

1 y 2. Puño y cuello de crochet.—Véanse los detalles números ?¡, 4 , 5, G y 7, que indican con bastante claridad hi manera de liaccr esta labor.

8. Cenefa para lambrequía al pasado y oriental sobre satín, bordado con torzales de color.

9, Fleco para tapete de tola cruda. La parte mate se borda con torzales de color, abarcando solo un hilo como so ve claramente en el dibujo. Los calados se hacen sacando hilos y sujetando con unas vueltas de torzal, las madejitas que se forman con veinte hilos. El contorno inferior se fes­tonea y luego se cosen las borlitas.

10 y 11 . Flecos granel p i r a diferentes aplicaciones. 12. Entredós granel para toallas. 13. Cenefa do trencilla y calado. 14. Cenefa de bordado renacimiento para toallas y juego

de mesa. 15 y 16. Dibujos bordado renacimiento para tapetes. 17. Genefita de raiüavdis y calado. 15. Cenefa de crocliet, horquilla y crochet. 19. Detalle de la cenefa del portier, explicado en el texto. 20. Cenefa de bordado renacimiento y trencilla con bro­

che de pasamanería. 2 1 . Gran cenefa con calados, bordada al pasado con al­

godones de colores; la manera do ejecutar esta bonita labor se comprende fácilmente examinando-con detención los de­talles números 22, 23, 24 y 25.

Dorso: Conclusión de abecedario para ropa blanca; el tamaño de estas letras y la facilidad con que puede simpli­ficarse el dibujo, permitirá utilizarlo en varias aplicaciones

. , . M O D A S . :

Descripción del ñgurin iluminado.

PRIMERA FIGURA. — Traje ¡lara niño de nueve años, Corapónesc de una chaquetilla, un pantalón y un chaleco de paño do Elbeiif. La chaquetilla es recta, y los delanteros están cerrados únicamente por un botón, dejando enteramente des­cubierto el chaleco. La esp.ilda no tiene más que una sola costura sin eostadillo, y esta costura lleva una pequeña aber­tu ra en la parte inferior. Chaleco bastante largo, cerrado en­teramente con una liilera de botf^nes y con las puntas corta­das al sesgo por la parte inferior, de manera que quedan entreabiertas. Pantalón corto, abotonado por encima de la rodilla. Sombrerito de paño con ala abarquillada.

S E G U N D A PinuctA.—A'/fírt de cinco años.—T.'aje de mu­selina de lana: vestido forma inglesa terminado por un gran volante plegado: este vestido no tiene más que dos costuras, una debajo de cada brazo: un grueso pliegue hueco adorna la espalda, y otros dos más pequeños los delanteros. Cinturón de surah anudado por detrás. Cuello marinero bordadc Som­brero de paja forrado con terciopelo, y adornado con lazos de cinta.

T E R C E R A F I G U R A . — T r a j e de casimir de la India y moiré. Falsa falda cubierta de casimir, adornada con un ancho paño

de casimir entreabierto por el lado izquierdo, dejando ver una nesga plegada. Una ancha tira de moiré rodea este paño. El cuerpo es liso: los delanteros estáu adornados con unas .solapas postizas de moiré que forman punta por la par te in­ferior, y llegan ha.sta el talle. Un paño de casimir adornado con moiré, está colocado en la parte inferior del cuerpo. Por detrás poiiffác casimir bastante jironuneiado. Cuello y puños de encaje. Sombrero amazona de paja inglesa, forrado en terciopelo y cubierto cerca de los bordes por el plumaje de un pájaro.

C U A R T A FinURA.—Traje de surah de la India, color crudo. Falda redonda, adornada con un gran volante plegado colocado encima del borde. Delantal recortado íigurando p i ­cos, y recogido formando pliegues iguales por la parte de de­lante. Otro plegado forma ^Wíueí'í redondeados en las caderas, y bajo las aldetas del cuerpo: un paño de la misma tela plega­do, forma la jiarte de detrás. Cuerpo ajustado bastante largo cpie tiene una punta redonda, y está cerrado por una hilera de botones. El eostadillo de delante es de la misma longitud que los delanteros. El de la espalda forma en su unión con ella, una especie de aldeta frac. Cuello recto; mangas de codo abotonadas. Sombrero Flora, que está cubierto con florecitas ])equeuas. Un rizado de terciopelo forma el ala. Bridas de cinta de raso.

D e s o r i p c i ó n d e l p a t r ó n c o r t a d o .

El que remitimos con este número á las señoras suscrito-ras á la edición de modas, es el del vestido de la 2.'^ figura del figurín de hoy, y consta de las cinco piezas siguientes: Delantero.—Costadií lo.—Edjjalda. — Manga .—Puño de la manga.

ELISA S.*

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NOTA.. El catálo"-o o. (¡ue Ri raflere este anuncio se ha impreso (sn Castellano, Praiicés, Alemán, Holandéa, Italiano, Sueco y Uancs.

EPISODIOS NACIONALES POR B. PBIIEZ GALDÓS

a R - A N E D I C r O Í ^ I L U S T R A D A

Se publicariín en diez hermosos volúmenes en 4." con nía"níüco papel. La ilustración constará de 1.200 facsímiles obtenidos directamente de dibujos de los Sres Mélida (D. En­rique y D. Arturo).

L a obra se publieará por suserieion y venta de cuadernos do los que ae repartirán tres cada mes. 2ii CENTS. DE PU. LA ENTUEG.A. — UNA PESETA EL CÜADEBNO.

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PERIÓDICO QUINCENAL DELICADO AL BELLO SEXO

SE P U B L I C A LOS D Í A S 6 Y 20 DE CADA MES LA 3 . ' EDICIÓN SÓLO EL 2 0

A B M I N I S T l l A C I O N : B A K C Ü , 2 D U P . , 3 .o, J T A D I t l D •

Cada número consta de ocho jágiims en folio, de amciiíi é instructiva lectura, ilustradas con excelentes graba­dos, y de la cvMerta, que contiene advertencias útiles y cuantas exi)licaciones y anuncios sean de interés para las familias, colegios de señoritas y escuelas de niñas. Es'te texto es común á las ediciones de labores y de modas.

En la EDICIÓN DE LABÜIUÍS," repirtc ademas en cada número un gran 2 lú-go cuajado de alfabetos, cifras, medallo­nes y modelos de todas clases de labores; y como extraordinario, aiternaudo convenientemente, dibujos para cro-cbet, malla, encaje inglés, y algunos en colores para boi'dar en cañamazo, con sedas, etc. , piezas de música y fi­gurines de modas.

En la EDICIÓN DE MODAS , reparte mensuahneníe figurines iluminados con sus patrones cortados 6 dibujados, y alternando convenientemente, figurines especiales, pliegos de labores ó piezas de música.

En la EDICIÓN DE DIBUJOS, abecedarios y modelos de labores de todas clases.—tíe repartirá el 20 de cada mes un gran pliego estampado por las dus caras, con la explicación correspondiente.

AiiECEDAHios Y Diiíu.ios PICADOS. Esta publlcacion es la única que facilita éstos á sus abonadas j--la que puede proporcionar á las señoras maestras de niñas colecciones completas de dibujos para la enseñanza de los bordados.

Dibiíjos. tío hacen por encargo toda clase de trabajos y se proporcionan, á recoger en la Administración, no sólo muestras de los puntos bordados, sino también las confecciones que se pidan, á precios convencionales. No se hará ningún encargo sin haber recibido su importe.

L A GuuiNALDA obsequia ademas á sus suscritoras con varios regalos y primas de importancia que deben verse en el prospecto.

MODO DE HACER LAS SUSCIUCIONES O ENCARGOS QUE HAN DE ABONARSE SIEMPRE POR ADELANTADO. En Madrid, acudiendo á sus oficinas, advirticndosc que no se admite suscricion por un mes, una vez publicado

algún número corrospondiento al mismo, y que todas las suscriciones han de empozar en 1." de mes. En provincias, dirigiéndose al Administrador del periódico, y remitiendo el importe en letras de fácil cobro, o en

sellos de correos. También pueden hacerse las suscriciones por las librerías, comisionados y corresponsales, con el recargo en el precio que corresponda.

Las reclamaciones por extravío de los números de L A GUIRNALDA se servirán á IAS suscritoras dentro de los plazos siguientes: Madrid, 15 dias.—Provincias, un mes.—Ultramar y extranjero, tres meses. Pasados estos pla­zos deberán abonarse los números al precio de venta. Para toda carta que exija contestación deberá enviarse el sello correspondiente.

PRECIOS DE SUSCRICION

l . a EDICIÓN.—EDUCACIÓN Y LABORES.

Mailriil: en esla .administración: Un ines, 1 i)eseta,=Uii año, U . = E n las libreriaB: Trimestre, 3 ptas,=Aíio, l¿

Provincias : ilírigiéudoso á esla Adminis­tración: Trimestre, y.'iO ptaa,=SeratíStre, ti'5i!,=Ario, ÓÜ.=Por corresponsales: Tri­mestre, 3'75 P-=SemeHtre, ,.^||.=A^10,1;•S,

Extranjero y Ul t ramar : en la Adniinistra-ciou: Año, lO pts .=Por comisionado, 25.

EDICIONES l.ft y 3.a ó 2 .^ y 3.»

Madrid: Mes, Ti'O pt3.=Trimeatre, -l.=Se-moaire, a .=Año, 15.

Provincias: Trimestre, 4'60 pta .=Semestre , y.=Afio, 17.—Por corresponsales: á, a'50 y 17'¿0.

Eitrunjero y Ul t ramar : iíao. 25 pts. y 30 por comisionado.

2.a EDICIÓN.—MODAS.

Madrid: en esta Administración : Un mes, 1 peseta. = Un uño, 11,.= Kn las liljreriaa: f rimeatre, 3 pía.—Año, 12.

Provincias ; dirigiéndose ft esta Adminis-

Extranjero y L l t ramar : en la Administra­ción: Año, ¿U p ts .=Por comisionado, ló.

EDICIONES 1.a y 2.»

Madrid: Un mes, l '50pta .=Trimeslre , 4'50, =:Semeatre, S'SO.=Año, Ití.

Provincias: Trimestre , 5 p ts .^Semest re , ií 'á'.i.sAño, 17'.')0.='Por corresponsales, fj',íi', l i / . iuy 18',^0.

Extranjero y Ultramar: Año, 25 pts. y £0 por comisionado.

3.a EDICIÓN.—DIBUJOS PARA BORDAR.

Madrid: en esta Administración: Semestre, 4 ptas.=:Ano, T'M.=En las l ibrerías: Se­mestre, 4 ' 5 ' p t s .=Año , 8 50.

Provincias; diripiéndo.S(j á esta Administra­ción; Semestre. 4'iiO p ts .=Ano, a .=Por corresponsales: Semestre,.') p.=Año,9'00.

Extranjero y Ultramar; en la Administra­ción; Año 12'50 pesetas.=;Por comisiona­do, 17'5ü.

EDICIÓN COMPLETA (1 .» 2 . a y 3.»)

Madrid: Un mes, 2 pts .=Trime3tre, '6 .=So. mestre, U . ^ A ñ o , :.0.

Provincias: Trimestre, 7 ptas.=Seme3lre, 12,—Ano, 2 ¿ = P o r corresponsales: 7'£)U, i s y s s .

Extranjero y Ul t ramar : Año, 36 ptas. y iO por comisionado.

ÁLBUmS DE LETRAS Y ENLACES Se publicarán periódicamente de éstos, de crocbet y otras labores, con los mejores dibujos do L A GUIHNALDA,

encuadernados con cubierta de lujo.—Los precios serán: 1, l'óO y 2 Ptas. en Madrid; 1*50, 2 y 2'50 Ptas. en prov.

EN VENTA: Números de 1.', 2 gos de dibujos, estampados por de crochet, frivolité y de colores para cañamazos y sedas, bajos de años anteriores 0"50 y 0'75 Ptas. ; los álbums, l'Ó'

.• y3.", 2*50Ptas.—Nümcrodeuna sola edición, 1.—Número de dos ediciones y píle­las dos caras, 1'50 Ptas. —Pliegos de dibujos, 1.—Piezas de música, 1. —Albums

do 0*50 á 3 Ptas.—Para las suscritoras, los pliegos de di-50 Ptas.—Anuncios á precios convencionales.

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LA GUIIÍNALDA 49

2. CAPOTA DE PAJA. 3. eOMBBÍEO DE PAJA T TUL.

iflo XVI. — Kiiu.";. — 5 do Abril ilo 1882

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50 LA GUIRNALDA

REVISTA DE MODAS

Es tanto lo que ya se ha inventado para dar novedad á nuestros trajes, y tan diversas las com-l)inaciones de plegados, frunces, rizados, volantes y adornos, que cuesta un ímprobo trabajo idear, ya un nuevo adorno, ya una laecliura, que se separe algún tanto de lo conocido liasta ahora. No sabien­do, pues, las modistas qué hacer para complacer á sus parroquianas y satisfacer su siempre creciente afán de cosas nuevas, recurren á los museos y es­tudian detenidamente, cual verdaderas artistas, los cuadros y las esculturas antiguas para ver si en­cuentran en ellas un modelo que poder adoptar, niodiñcándole y acomodándole á las exigencias del día, puesto que hoy exigimos que nuestro traje sea, no tan sólo elegante, sino también cómodo; porque, en efecto, sería absurdo pretender hoy aco­razarnos con aquellos cuerpos' llenos de ballenas (]ue llevaban nuestras abuelas, y que no permitían el menor movimiento, quitando al talle la flexibi­lidad, que es uno de sus mayores encantos, sin contar también que aquella dureza de las ballenas era malsana y expuesta á mil peligros. Esta diñ-cultad de crear modelos verdaderauíente nuevos, da lugar á que en unas ocasiones imperen las mo­das del tiempo del Directorio, en otras las de la época de Luis XV, y que se hagan trajes que re­cuerden los de las damas célebres de la época en moda.

Si examinamos las modas actuales observare­mos que no pertenecen, por decirlo así, á un pe­ríodo histórico, sino que reina en ellas una encan­tadora anarquía. Pero dejando aparte estas consi-(íeraciones, digamos algo acerca de las novedades primaverales.

Ante todo, hemos de llamar la atención de nues­tras benévolas lectoras acerca de hjs modelos de faldas grabados en el texto de este número, y cuya detallada descripción hacemos en el lugar corres-l)ondiente. Basta su simple vista para convencerse de que se realiza lo que indicamos en una de las anteriores Revistas; esto es, que los vestidos tien­den á hacerse con más vuelo que iiasta aquí. Esta innovación es digna de aplauso, en nuestro con­cepto, como todo aquello que tiende á la comodi­dad, pues preciso es confesar que los vestidos muy estrechos son molestos en demasía. Las colas si­guen relegadas al olvido para los trajes de calle; pero en cambio, para los de baile y sociedad cada dia se llevan mas largas.

Otra noticia que indudablemente ha de agradar á nuestras lectoras, es la de que las faldas lisas^son las más en moda en la actualidad: esta moda tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Una falda lisa exige una tela buena, mientras que en una falda adornada puede pasar una tela mediana, disimula­dos sus defectos por medio de los adornos. Deseo­sos nosotros de conciliar la economía con la ele­gancia y el buen gusto, ofrecemos á nuestras sus-critoras, por medio de los modelos de faldas de que venimos hablando, una ocasión de aprovechar los vestidos ya usados arreglándolos con los adornos que más de su gusto sean entre los muchos que pu­blica este número. Digamos ahora algo de las t e ­

las. Además de las que hemos enumerado en nues­tra Kevista anterior, comienzan á verse algunos nuevos dibujos en cretonas, siendo los más elegan­tes en esta clase de telas los fondos oscuros ó ne­gros con rameados blancos; pero todavía es pronto para ocuparnos de esta clase de telas propias j)ara verano.

Los cuadritos escoceses en lanilla muy fina es­tán muy en moda en la actualidad; pero es necesa­rio tener presente que los cuadritos de que nosotros hablamos son sumamente pequeños y formados casi por el grueso de dos ó tres hilos cada uno.

Como adornos, los encajes y la pasamanería son los llamados este año á desempeñar un papel im­portantísimo en nuestros trajes. Kn pasamanería, tanto negra como de color, hay multitud de mode­los elegantísimos, ya formando tiras, ya borlas, ya caprichosos medallones, que se emplean tanto en abrigos como en vestidos, y de los que ofrecemos hoy á nuestas lectoras varios dibujos representan­do los más elegantes.

En abrigos, además del modelo rejiresentado por uno de los grabados de este número, que es in­dudablemente el que está en estos momentos más en moda, debemos decir á nuestras lectoras que, además de él, gozan de gran aceptación las vi­sitas, iguales con corta diferencia á las que se han llevado este invierno, sólo que más cortas, de tela más ligera, y adornadas todas ellas con encajes y azabaches. El casimir muy fino, la seda y aun la granadina son las telas que gozan de mayor favor, sin contar las que se hacen enteramente de encaje. Estas últimas prolongarán su reinado durante todo el verano.

E n sombreros, multitud de modelos de paja, ya negra, ya de colores; pero, por el momento, los de paja negra son los más aceptados. E n sombreros i-edondos, dominan los de alas anchas, pero sin exa­geración, adornados con flores y plumas; general­mente el ala es vuelta hacia arriba.

En capotas, las de paja negra cosida, adornadas con tul bordado de azabache y flores pequeñitas, tales como violetas, lilas y jacintos, son las más elegantes. El ala de estas capotas es un poco ancha y forma algo de punta en el medio. El bavolet es pequeñito, de manera que deja ver el peinado.

No terminaremos esta Revista sin decir algu­nas palabras acerca de los abanicos, en los que hay tanta novedad como buen gusto. Llóvanse muy grandes, y los hay de todas clases y de todos pre­cios: desde el modestísimo abanico de madera or­dinaria y país de papel hasta el riquísimo de nácar y encaje, adornado con preciosas miniaturas. Para teatro y sociedad están muy en moda los de phi-raas de avestruz. Los de marfil tallado, con ¡jais de seda bordado y volantito de encaje, son también muy elegantes.

Las sombrillas se llevan bastante gi'audes con largo palo, y adornadas con volantes, con bordados ó con rizados.

Finalmente, los guantes continúan llevándose muy largos y sin botones: los que se colocan enci­ma de la manga del vestido llevan un puño mos­quetero.

ELISA S.*

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LA GUIRNALDA r>i

EPISODIOS NACIONALES

POR B. PÉREZ GALDÓS

E L E Q U I P A J E D E L B E V .TOSE

(Cotitiiniaci/iti)

—Benditos sean los designios de la divina Pro­videncia!— dijo la hermana del raarqnés.

—AVellington se lia movido!—repitió el merce­nario, mirando á diestra y siniestra por ver si vis­lumbraba en el horizonte lejanos signos de soco­n u s c o , ^ y juntamente con Mina y Morillo viene sobre Madrid.

—¡Jesús! ¡Sobre Madrid! —Así lo han dicho. Parece que da la vuelta por

el Duero, que está como usted sabe en Tordesillas. Y como Castaños pasa de Estremadura á Asturias, con el sétimo cuerpo, digo, con el octavo ó con el duodécimo... en junto unos cuatrocientos rail hombres.

Poco después, la hija del niürqués de PoiTeño iba á casa de tíanahuja, donde ya sabían la noticia, gracias á las ágiles piernas de don Lino Panlagua, 3' decía:

—Lo menos setecientos mil hombres dicen que trae WelU')iton.

Conviene advertir que casi todos los españoles pronunciaban el nombre general inglés como aca­bamos de escribirlo. Algunos lo modificaban di­ciendo Ytilliztón^ acentuando la última sílaba, lo mismo que decían Stapleión Cotón; pero esto no hace- al caso, y siga nuestra cuento. El conde de Rumblar, que á la sazón hallábase en casa de Sahanuja, partió como un rayo, y en la Puerta del Sol topó con José Marchena, á quien dijo que José iba sobre Fregeneda, y que el duque de Ciudad Rodrigo estaba en Valkdolid. . . Poco después don Narciso Pluma, que esto oyera y otras muchas es­tupendas cosas había oído poco antes, las revolvió todas, haciendo la más chistosa ensalada que puede imaginarse, y entró en casa de Porrefio, donde sos­tuvo que se estaba dando una batalla junto al Due­ro entre D. Pablo Morillo con doce milhombres, y el rey José con setecientos mil...

Repitámoslo, sí. ¡Entonces no había periódicos!

.IV

Cuando se disolvió el grupo los dos jóvenes si­guieron su camino.

—Vamos á casa de mi tio,—dijo Monsalud,—á ver qué piensa de estas cosas. Ya anochece; apre­temos el paso... ¿No te parece que los habitantes de la villa están.un poco alborotados?

—¡Salen los franceses!... ¡Un cambio de gobier­no!—murmuró Bragas intranquilo.—Ahora todos los que han sido empleados durante el gobierno in­truso...

—A la calle, amigo. ¡Pues no es poca afrenta la ; que tienen encima! ¡Haber servido al intruso!... ¡Oh, | vilipendio! !

—Pero yo soy español, muy español. Detesto á i los franceses. !

—Aliora que se van es muy cómodo decir eso. Yo, Sr. Juan, no les tengo rencor. Con ellos he ser­vido, con ellos voy.

—Entonces dirás; "¡Viva Napoleón!,, —No diré ni que viva ni que muera, porque yo

no lie de matar ni he de resucitar á nadie. Me ale­graré de que sea rey de España Fernando VII... Ya sabes por qué lie sarvido á José: me moría de hamln-e y acepté sus banderas. Tal vez hice mal, pero las juré y tras ellas voy á donde me lleven. Eso de gritar hoy Bonajjartñ y mañana Fórnando,. como hacen muchos, no entra en mi sistema. Sirvo á José sin entusiasmo; pero con lealtad.

—¡José, José,—exclamó Bragas alzando la voz, ~es un borracho! No se tiene lealtad con lus bor­

rachos . —A tí y á mí nos ha dado de comer. Los dos nos

encontrábamos en Madrid bastante perdidos y der­rotados. Mi tio me colocó en el regimiento de ju­rados, lo cual fué muy fácil, porque nadie quena entrar en él. Tu colocación parecía más difícil; pero tanto lloraste y jíraoteaste ante el conde de Cabar-rús, que el buen señor, considerando que eres hijo de su criado, diófce á roer esa hueso de la covachue­la. Para conseguirlo, te fingiste entusiasmado con el fraternal gobiernode Bonaparte, ¡yqué memoria­les le echabas!... ¡cuántas resmas embadurnaste con lamentos y suspiros!... Para que todo no faera mú­sica y palabrilias vanas, te aplicaste al oficio de dar vítores y palmadas en la calle siempre que el Rey pasaba, y gritar '••¡Mueran los riia'lripápavoíil-n

— ¡Mentira, mentira!—esclamó Juan Bragas, Qwyo rubor no podía distinguirse á causa de la os­curidad de la noche.—¿De dónde has sacado tales invenciones?

—Verdad, verdad pura, digo yo,—continuó Mon-salud,—como también lo es que te daban obra de tres reales por función, quiero decir por cada car­rera detrás del coche de Pepe Botellas, gritando y vitoreándole. Ello es que sí te desgañitaste, ganan­do aquella ronquera que te puso en peligro de ca­llar para siempre en la sepultura, en cambio reci­biste el destino que tienes, el cual verdaderamente no es mucho premio para tanto batir palmas y asordar á la gente con los vivas.

[ÜB CODtilUlQrá),

LOS COLORES DE \A% PLANTAS

(Coiicliisióii)

Todos los colores délos vegetales han sido divididos por los botánicos en dos seríes: una, de colores amarillos denominada Xántica. por Docandolle, y otra, de colores azules llamada Ciiinica, hichiycndo en la primera los co­lores rojo, anaranjado, amaWUo, y verde amarillento, y en la segunda, el azul, violado y violado-rojizo, caliñcán-dosc do intermedios todos los demás matices, como el color de rosa, que no es más quo un rojo débil, y el de lila, que es un violado pálido. En las flores se observan á veces cambios de color; pero pasan por las tintas inter­medias, siempre dentro de la serie á que pertenecen; es decir de la Xiiutica 6 Ciánica. Por ejemplo, la rosa eglan-teria pasa desde el color amarillo al amarillo rojizo, y la flor de nictago pasa desde el color amarillo al anaranjado, y desde éste al rojo. Hay algunas, como las flores do hor­tensia, que de rosa se tornan en azules. En general, la coloración de las flores es un carácter tan variable, que

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16. ADORNO PARA CAJA.

DETALLE CALADO DEL

TAPETE. 4. TRAJÍ ^^OEPOION.

l i • .

9, VKSTIDO DE NIÑO.

. 2ú.Á.iiaci.o^oBj)Ai>o {detaüe en el pliego extraordinaHo^

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54 LA GUIRNALDA

ofrece escaslsiiníi impoi-tancia botilnica. Sin oinI)ai-írí), hay familias enteras de plüiitas que excluyen determina­dos colores, y otras, que pur el contrario, tienen siempre una coloración constante. Las llores de color blanco, pro-dominan en las reg'iones frías; las amarillas en las zonas templadas; las rojas ,y principalmente las axules. :i medi­da que nos aproximamos al Kcuador; las verdes son esca­sas, y las negras rarísimas.

De todas suertes, no es posible establecer clasilicación alguna, fundada en el sólo carácter de la coloración.

Kl color blanco es muy frecuente en los países frios, lo cual prueba también, que la temperatura tiene una influencia nüinsig'níHcante en la coloración do las plantas.

Por lo demás, la química con sus maravillüsus proce­dimientos, aisla las sustancias colorantes de las plantas, que gencralnionte son acidas, alterables por la acción de !a luz, destructibles por oi cloro, ácido sulfuroso y vario.s otros agentes químicos, así como capaces di; cojnblnarse con algunos óxidos metálicos, dando origen á las lacas. Rl químico puede con el ácido sulfuroso tornar en blancos los encendidos pétalos del pelargonio, eii brevísimos ins­tantes; pero puede asimismo volverá producir en (Oíos su color de fuego, mediante un baño do ácido sulfúrico, des-l)UÓs de haber sido decolorados. El carbón animal se apodera de las materias colorantes, y es un medio para separarlas de los líquidos en que se hallan disueltas.

Los (juímicüs dan nombres diversos á las sustancias colorantes de las plantas. Á la materia colorante del cam­peche, denominan hematoxiliua; á la del azafrán, a/iafra-nina; á la de la flor de cártamo, cartamina; curcumina al principio colorante de la raíz de cúrcuma. lils un estudio el de las sustancias colorantes que ocupa no escaso nú­mero de páginas en las obras de químicii, y que ofrece un escaso campo á las investigaciones y trabajos teóricos y prácticos de esta importante ciencia.

Pero cualquiera que sea el aspecto, bajo el cual se considere, siempre se observará la intervención poderosa de la ciencia, en uno de los más bel los atractivos con que nos obsequia la pródiga naturaleza. Es un asunto que se halla dentro de los dominios de la química y la botánica, demostrando una vez más la imiiortancia que poseen. No podemos dar un paso en el camino de la vida sin tro­pezar con recuerdos de tan interesantes conocimientos. Do quiera dirijamos la mirada, vemos las huellas de tan útiles como bellos estudios, lo mismo en el invisible ve­getal que hallamos á nuestro paso, que en el lejano astro de pálidos fulgores, sólo visible en la oscura noche y que á través de los espacios nos envía sus reflejos. ¡Bien hayan esas sublimes ciencias que tantos arcanos han descubier­to, y tantas maravillas han de poner de manifiesto toda­vía & los ojos del hombre!

JOAQUÍN OLMEDIÍ.I.A Y Pirid.

EL R O S A L

(Coiitinuuüiúu)

Ku un principio, no pudieron los herederos convenir­se entre sí con respecto á la participación de los bienes, y se preveía un largo y escandaloso proceso, que absor­bería una parte de ellos; pero, mejor informados, se en­tendieron y procedieron amigablemente á las disposicio­nes que habían de arreglar los negocios. Los unos se

pusieron á construir casas, otro compro una quinta, .y alguno renunció á su industria para comprar cocho. El antor de su fortuna fué tan olvidado, que no se levantó en su sepulcro ni el más modesto monumento. Toda la ciudad murmuró de una conducta tan indigna de pai"te de acjuellüs ingratos; entonces, para engañar á los que criticaban, hicieron varios planos, cuyos dibujos mostra­ban á sus amigos; mas como cada uno de ellos quería que valiese el su^'-o, no se escogió nhiguno, aplaudiéndose en sus corazones de haber engañado así á la multitud, y haber ahorrado los gastos del mauseloo.

Había tocado la mayor parte de los bienes de Aldemar á un cierto Pratté, que era ])ar¡ente más próxijno que los (jtros. Para éste fué la casa del difunto, (juc él hizo amue­blar según el gusto del dia. Los preparativos que hizo, dieron á entender que este hombre quería vivir como los grandes del mundo, lina vasta habitación, que había servido de archivo á Aldemar, fué convertida en comedor y adornada con gran magnificencia. Puso en él una hermosa chimenea de mármol negro, espejos, colgaduras, arañas y sillas cubiertas de terciopelo carmesí. En el resto de la casa todo respiraba lujo, amor y prodigalidad; parecía que se destinaba para alojar á un príncipe.

—.'Qué diría el honrado Aldemar si volviese del otro mundo, y viese todas las mudanzas que ha hecho en su casa ese advenedizo?—defaan las gentes á vi.sta de aque­llas novedades.—El negociante era un hombre sensato, que se contentaba con sus antiguos muebles, y empleaba el dinero en hacer bien á los desgraciados, mientras que Pratté quiere hacer, el grande y echarnos tierra en los ojps. No irá lejos á ese paso. ¿Pues cree que nos ha de hacer olvidar lo que era antes de esa brillante herencia? Nadie ignora que no era más ¡lue un tendero, y ahora está tan orgulloso, que apenas saluda á sus antiguos conocidos: dejémoslo estar, ya se lo bajará esa soberbia.

Así pensaban los vecinos de la ciudad, pero todos esos dichos, que llegaron á noticia de Pratté, no hicieron en ¿I ninguna impresión, hizo como que los despreciaba, los atribuyó á la envidia y continuó con su tren.

Cuando se Iialló dispuesta la casa á gusto de su nuevo dueño, convidó Pratté á sus numerosos parientes á una cxpléndida comida. Cien luces iluminaban la mesa, que apenas podía sostener el peso de los más esquisitos manja­res, y doce criados asistían á los convidados para servirlos. Todo el mundo estaba embelesado, y cada cual aplaudía al amo, y le prodigaba las más bajas lisonjas, felicitán­dole por el buen tono que había introducido en su casa. .Sirviéronse los vinos más generosos con una profusión asombrosa; nada faltó, en una palabra, en aquella brillan­te fiesta. Mas no debía quedarse en eso: después de co­mer llegó una compañía de músicos, y so dio principio al baile. Pratté, que se hacía llamar s-cFio?- do Pratlé, se hallaba en todas partes, animando á los unos, invitando á los otros á que se divirtiesen escitando por todos lados á la alegría y al contento.

—.Tamas,—decían los convidados,-hemos pasado dia más divertido, todo parece que conspira á aumentar nuestra dicha. Nuestro primo es un hombre único: ¡qué agradable sorpresa nos ha preparado! ¡Lástima hubiera sido que no hubiera heredado, pues que tan bien trata á sus amigos!

Y Pratté aspiraba el incienso do estas lisonjas, mani­festando cuánto las apreciaba. Circularon los refrescos por toda la reunión, y el contento estuvo en su colmo.

(Se continuará).

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LA GUIRNALDA 65

CENTENARIO DE SANTA TERESA DE JESÚS

Una de las glorías más legítimas de España, cuna de tantos genios qiio han Lrillado con la aureola del ar te , de la ciencia y de la virtud, es sin duda la incomparable castella­na, á quien el mundo literario reconoce como una de las más inspiradas escritoras, el cicntíflco saluda con el título do in­signe doctora y el católico venera entre el niimero de sus más renombrados santos: la ilustre iJoTia Teresa de Cepeda ij AJinmada, cuyos singular<-s merecimientos la luin proclama­do como uno de los timbres más preclaros de nuestra patria y de la Igle-sia católica, hasta el extremo de ser declarada por \ar ias Córíes patrona de Tí-^paña, y aclamada con entusiasmo bajo el nombre i!c SANTA T K H E S A D E -TESI'^S por el orbe en­

tero, r^ue se apresta á celebrar dignamente el TiíUOFH C E N -TENAíllu do su gloriosa muer te , acaecida en la villa de A L B A DE TCIRMES en Octubre de 1582.

i 'ero si el universal renouibre de la Míatica Doctora la hace acreedora á que su Centenario se festeje en todo el mundo civilizado, es indudable que debe hacerse de un modo espeeialíñimo en Alba de Termes, ya que á ello le dan una indiscutible prelereneia las circunstancias de ser el lugar en que acaeció su glorioso tránsito, y en donde se venera su san­to sepulcro, objeto de tan constante adoración por mult i tud de nacionales y extranjeros, que no ha podido menos de lijar la atención del Sumo Pontífice, quien lia otorgado reciente­mente á los que le visiten gracias jamás concedidas á pueblo alguno.

En la villa de Alba do Tormes se ha constituido una jun­ta organizadora de los festejos con que se propone solemni­zar el Centenario de Sania Teresa: acordando, entre otros, celebrar un CERTÁ-MEN POÉTICO en honor de la Santa, en el í/ííc sólo puedan tomar parte las POETISAS ESPAÑOLAS, quienes indudablemente responderán á esta invitación que se las hace para glorificar á una de sus más distinguidas prede-cesoras, honra de nuestra literatura nacional.

Es la vez primera que han sitio públicamente convocadas las jioetisas españolas á celebrar artístico torneo, en que de­muestren una voz más toda la brillantez de su inspiración y toda la delicadeza de HU ingenio, prendas características de las damas españolas.

Jlé aquí las condiciones del certamen: l.íi Sólo podrán tomar parte en el Certamen y o p t a r á los

premios otorgados las ¿wctisas espafiolas. 2.^ Las composiciones estarán escritas en verso castella­

no, quedando los temas á la libre elección de las autoras, sin limitación de forma ni asunlo, siempre que tienda á la glori­ficación de la S A N T A DOCTOUA, bajo cualquiera de los con­ceptos en que brilló, á csccpción del primer premio, que se otorgará precisamente á la mejor Oda á la transverberación de Santa Teresa.

S.i Las poesías se dirigirán, antes del I.*-' de Agosto del corriente aDo, al señor alcalde de Alba de Tormes, no ten­drán firmas, nombre ni ninguna otra señal que indique quién sea su autora, y sólo llevarán un lema que se escribirá jnnla-mente con el primer verso de la .comxwsición en un sobro cerrado y lacrado, dentro del que constará el nombre de la autora con las señas de su domicilio.

•!."• El jurado hará la clasificación do las composiciones presentadas, extendiendo un acta, en que haga constar su mérito relativo y las que juzgue dignas do cada uno de los premios ó de mención honorífica, cuya acta remitirá al señor alcalde de esta villa antes del dia 25 de Agosto.

íí.a El domingo 27 de Agosto, dia de la Transverbera­ción del corazón de Santa Teresa, se celebrará sesión pública por la juu ta organizadora del Centenario en la Sala Consis­torial de esta villa, en l aque so loerá el acta del jurado, abrién­dose los sobres que contengan los lemas y primeros versos de las composiciones premiadas, publicándoselas nombres de sus respectivas autoras, y quemándose en el acto los pliegos cer­rados correspondientes á las poesías no premiadas. Inmedia­tamente se comunicará á cada autora el premio que le haya

sido adjudicado, invitándola para que se presente á recibirle y á leer su obra en el acto solemne de la distribución de ¡ire-mios, que tendrá lugar el din 10 de Oti/ihre con el explendor que oportunamente se anunciará en el programa general do íestejos.

0." L a propiedad de las poesías premiados quedará re-.servada á sus respectivas autoras, pudiendo la jun t a organi­zadora del Centenario imprimirlas coleccionadas con la Me­moria y discurso, que se repartirán en el acto solemne de la distribución de premios.

MISCELÁNEA

P E N S A S I I E N T O B . — T o d o nace de fuente viva de amor, y todo lo que tiene ser, viene esmaltado de amor.—Estella.

—Los pueblos rigorosamente vejados, están siempre dis­puestos á cambiar de señores.—Lajuente.

— Al que has de castigar con obras no trates mal con pa­labras; pues le basta al desdichado la pena del suplicio, sin la añadidura de las malas razones,—Cervantes.

— H a z gala de la humildad de tu linaje. Del conocerte saldrá el no hincharte como la rana, que quiso igualarse con el buey.—Cervantes.

Existe en Londres una especial necrópolis, Zoological Necrópolis Campninj, cuyo objeto es asegurar á los anima­les domésticos una sepultura digna de los servicio,? que han prestado durante su vida al género humano.

Es t a sociedad acaba de establecer, cerca de Londres, un cementerio para enterrar i)crros, gatos y pájaros. Se permite la erección de mausoleos por parte de aquellos que prodiga­ron su cariño á esta clase de animales.

Es te proyecto ha sido aprobado por un gran número de señoras inglesas.

* iÜ

Un mú.s¡co lí quien persiguen BUS acreedores había en­cargado á su mujer que no dejase pasar á nadie.

—Como no sea algún compañero de la orquesta,—añadió. A los pocos momentos, dos individuos penetraban en el

cuarto del músico, sacaban unos jiapeles y empezabau á leer una iirovideneia de embargo.

—Pero mujer, ¿por qué no has contestado que no estaba en casa"?—exclamó el infeliz.

—Estos señores han dicho que traían un instrumento y que iban á extender otro, y creí que eran de la orquesta,— respondió hi mujer.

*.

Un célebre médico, de esos cuyos servicios se pagan aquí á razón de cuatro duros visita, y uno do sus clientes

—¿Dónde le duele á X.'¿—pregunta el Galeno. — E n la boca del estómago,—contesta el paciente;—cuan­

do me aprieto sufro atroztnente, ¿qué debo hacer, doctorV —No apre ta rse ,—repl ica con solemnidad el hombre de

ciencia retirándose.

=^>0<^CX:=

CHARADA

En estos dias solemnes tercia dos la cristiandad; animal es tres primera y tercia cuarta animal; mi iodo, figura excelsa, tipo de Divinidad, le adora el alma cristiana y EÍempre le adorará.

(La sohicioH en el número próximo).

Solución á la del número anterior: Novena.

. Imp. y L:I. rfi; 1.A GCIÍINAI.DA, Potan, 12, Madriil.

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6 (i LA GUIRNALDA

5 3 . ADORNO DE PASAMANERÍA. 2 2 . PUNTILLA EOBDADA. 2 4 . PLEOO PASAMANERÍA.

- 3 8 . ROflKTA CON COLGANTES

DE PASAMANEEÍA.

2 9 . MEDALLÓN CON PLKOO

DE PA8AMANEBÍA.