La iglesia primitiva obedeció la orden del Señor Jesús “Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros El Espíritu Santo y me seréis testigos en Jerusalén, Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra”, por eso en el día del Pentecostés los que obedecieron la voz del maestro, estaban todos juntos y en un mismo sentir, cuanta falta hace esto para que todos los servicios se manifieste la presencia de Dios y su Iglesia sea sanada, sea restaurada, tenga unción, tenga llamamiento, tenga un espíritu de misionar, tenga el poder para ir por las calles y predicar a un Cristo Vivo a un Cristo de poder, que salva y sana, es importante que todos nos adentremos a estar debajo de sus alas, es necesario que el nos cubra con su manto, porque los días son peligrosos, porque así estaremos bajo el calor de su fuego y nos levantáremos para pelear en contra de esos gigantes, porque entonces toda la tierra que pisemos será nuestra, porque entraremos a conquistar a Cannan, y la promesa ciudad en caer será Jericó, entonces todos aquellos que han de ser salvos de añadirán a la iglesia del Señor, porque su viento recio se escucha ya por calle, por las casas, en el trabajo, en la iglesia, y ese viento nos une a todos para llevarnos al servicio de júbilo porque tomaremos nuestros panderos, porque danzaremos delante de su presencia, porque su fuego está descendiendo y se esta posesionando en cada corazón porque los enfermos son sanados, los paralíticos son levantados y los sordos escuchan las alabanzas y se adentran para regocijarse y los mudos se levantan para danzar delante de su presencia