La Im Pertenencia

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LA IM-PERTENENCIA Algunas reflexiones a partir del artículo “Vivir Afuera”, desde una chilena criada en el extranjero Paz Céspedes Cárdenas Psicóloga Henríquez y Depolo (1999) señalan en su artículo que uno de los desafíos que conllevó la vida de los chilenos que emigraron al extranjero, participantes de su estudio, fue el tener que adaptarse a un nuevo lenguaje hablado y corporal (ya que todos emigraron a países de habla distinta a la hispana). Sin embargo en su estudio no participaron emigrantes que hayan vivido en países de habla hispana, respecto a lo cual se puede agregar el desafío de tener que aprehender y adoptar no solo un nuevo lenguaje corporal (ya que la lengua es por definición la misma del propio país), sino también un nuevo uso de la lengua española; con nuevos modismos, nuevos dobles sentidos, refranes, sustantivos, encontrando incluso nuevos modos en que se forman las oraciones, los usos de conectores, pronombres, y muchas otras herramientas del lenguaje. Aunado al desafío de tener que ganarse la vida, tal como señalan los autores, en el caso de los/as adultos/as participantes. Pero ¿qué sucede en el caso de los/as niños/as y adolescentes? Pues también deben ganarse la vida, pero la vida social, un lugar en el entorno, aceptación en el grupo de niños/as que despliegan toda su

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LA IM-PERTENENCIA

Algunas reflexiones a partir del artículo “Vivir Afuera”, desde una chilena criada en

el extranjero

Paz Céspedes Cárdenas

Psicóloga

Henríquez y Depolo (1999) señalan en su artículo que uno de los desafíos que

conllevó la vida de los chilenos que emigraron al extranjero, participantes de su estudio, fue

el tener que adaptarse a un nuevo lenguaje hablado y corporal (ya que todos emigraron a

países de habla distinta a la hispana). Sin embargo en su estudio no participaron emigrantes

que hayan vivido en países de habla hispana, respecto a lo cual se puede agregar el desafío

de tener que aprehender y adoptar no solo un nuevo lenguaje corporal (ya que la lengua es

por definición la misma del propio país), sino también un nuevo uso de la lengua española;

con nuevos modismos, nuevos dobles sentidos, refranes, sustantivos, encontrando incluso

nuevos modos en que se forman las oraciones, los usos de conectores, pronombres, y

muchas otras herramientas del lenguaje. Aunado al desafío de tener que ganarse la vida, tal

como señalan los autores, en el caso de los/as adultos/as participantes. Pero ¿qué sucede en

el caso de los/as niños/as y adolescentes? Pues también deben ganarse la vida, pero la vida

social, un lugar en el entorno, aceptación en el grupo de niños/as que despliegan toda su

curiosidad y creatividad en la integración de la persona extranjera, a través de la asignación

de apodos, privilegios y contrariedades.

Otra reflexión posible en torno a lo desarrollado por los autores, surge respecto a la

necesidad de reunirse y compartir entre chilenos en el exterior, en una especie de afán por

rememorar aspectos de la patria y re-construir un Chile a la distancia. Pero ¿Qué sucede

cuando no hay memorias que reunir? Cuando se es por definición chileno/a, pero no por

identificación… Cuando al momento de la separación de la patria se estaba en medio de la

infancia o la niñez… Cuando las memorias consisten en recuerdos de la infancia, juegos sin

sentido… Sin embargo se convive con una familia chilena, que transmite e inculca la

añoranza por la patria. Tal vez se llega a la construcción de un Chile apenas conocido, en

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base a memorias y tradiciones tan ajenas pero propias a la vez, pues si bien no se les vivió,

son “de mi patria”, “de mi tierra”.

Se llega así a una especie de sentimiento de ‘Im-pertenencia’, que aparece luego de

darse cuenta que no se sabe mucho de ninguna historia, ni poco de ninguna patria, sino que

se conforma una especie de popurrí de costumbres, formas de actuar y de hablar,

costumbres, incluso modos de pensar; se llega así a tener una sensación de ser una nueva

especie de ser social, de tipo camaleónico, un ‘fenómeno’ sin lugar de llegada posible, pero

con dos patrias a las que llegar; ser siempre un “Extraño”, tal como señalan los autores.

Se vive –a la par de la dicha por crecer en una cultura altamente cordial y alegre– el

disgusto por no tener lo que “allá si hay”, tal como señalan los/as adultos/as; el deseo o

fantasía inconsciente de crear un mundo nuevo, con todos los beneficios de ambas patrias y

dejar fuera todo ‘lo malo’, lo no querido.

En conclusión, al ‘vivir afuera’ se aprende a vivir ambivalentemente si se puede

decir, a no crear lazos pero crear lazos profundos también; el desapego por una parte, o por

momentos, junto al miedo o terror a la separación por otra parte o en otros momentos. Todo

lo cual conlleva una innegable capacidad de adaptación a los entornos y a los desafíos de

los mismos…

REFERENCIAS

Hernández, A. y Depolo, C. (1999) Vivir Afuera: La vida cotidiana de chilenos en el

exterior. Revista Chilena de Temas Sociológico, 4-5, 249-271