La Imagen Desde Un Perspectiva Historica

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Estudiante de Diseño Gráfico; Fundación Universitaria los Libertadores – Teoría de la Imagen. “LA IMAGEN DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA: POSIBILIDADES EN LA REELABORACIÓN DE OTRAS LECTURAS DESDE LA SINGULARIDAD” Por: Javier Ávila Sánchez 1 Desde los lugares comunes que proceden a la descripción del término “Imagen” podríamos afirmar que se denomina como una representación visual que manifiesta la apariencia real o imaginaria de un objeto. La imagen en su lectura primaria podría atribuírsele la virtud de representar visualmente, pero puede también ampliarse a otros tipos de percepción, sujetas a diferentes sentidos como el tacto, el oído, el olfato, etc. Lasimágenesque el ser humano constituyedesde su pensamiento son denominadas imágenes mentales, cuyaslecturas suelen ser infinitas, mientras que, las imágenes reproducidas técnicamentemediante diferentes modalidades como el dibujo, la pintura, la fotografía y el cine, son creadas desde directrices, parámetros, lineamientos y cánones que hacen más probable e incitan a una determinada intención comunicativa que pretende estandarizar patrones de consumo, ordenamiento e idealización de los objetos, de los sujetos, sus pensamientos, sentimientos y comportamientos. No obstante, es indudable que caben muchas posibilidades de analizar, interpretar y leer las imágenes, desde una subjetividad constituida sobre la base de lecturas explicitas y significativas para las personas. Ahora bien, a través del estudio de la imagen estamos expuestos a diversos planteamientos que se constituyen en opciones para vislumbrar diferentes lecturas que nos muestran distintos panoramas en el momento en que percibimos una imagen, ya sea como pieza creada con el fin de movilizar una dinámica de la cotidianidad, o como proceso de la singularidad y la conmoción artística. Así, la imagen está mediada por muchos aspectos estudiados por las diferentes teorías comunicativas, entre ellos, los canales, los códigos y los diferentes signos como dispositivos generadores de interpretación y caracterización del mensaje que se espera comunicar al lector o al interpretante, dando apertura a la creación de experiencias propias. Teniendo en cuenta los elementos propuestos en el seminario de teoría de la imagen II, y las construcciones propias generadas a partir de éste, es necesario acudir al abordaje y la apropiación de los conceptos y teorías con las cuales se pretenden cimentar las bases de la teoría de la imagen que se propone. En este sentido, dicha propuesta se enriquece primeramente desde la definición del signo, su carácter simbólico, su representación icónica y por supuesto, sus índices respecto a la representación e invocación de su intención comunicativa, sin embargo, es necesario aclarar que con estos elementos no se busca parametrizar la imagen sino que más bien, se reconocen como referente que orienta la construcción de esta propuesta.

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, a través del estudio de la imagen estamos expuestos a diversos planteamientos que se constituyen en opciones para vislumbrar diferentes lecturas que nos muestran distintos panoramas en el momento en que percibimos una imagen, ya sea como pieza creada con el fin de movilizar una dinámica de la cotidianidad, o como proceso de la singularidad y la conmoción artística. Así, la imagen está mediada por muchos aspectos estudiados por las diferentes teorías comunicativas, entre ellos, los canales, los códigos y los diferentes signos como dispositivos generadores de interpretación y caracterización del mensaje que se espera comunicar al lector o al interpretante, dando apertura a la creación de experiencias propias.

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Estudiante de Diseño Gráfico; Fundación Universitaria los Libertadores – Teoría de la Imagen.

“LA IMAGEN DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA: POSIBILIDADES EN LA REELABORACIÓN DE OTRAS LECTURAS DESDE LA SINGULARIDAD”

Por: Javier Ávila Sánchez1

Desde los lugares comunes que proceden a la descripción del término “Imagen” podríamos afirmar que se denomina como una representación visual que manifiesta la apariencia real o imaginaria de un objeto. La imagen en su lectura primaria podría atribuírsele la virtud de representar visualmente, pero puede también ampliarse a otros tipos de percepción, sujetas a diferentes sentidos como el tacto, el oído, el olfato, etc. Lasimágenesque el ser humano constituyedesde su pensamiento son denominadas imágenes mentales, cuyaslecturas suelen ser infinitas, mientras que, las imágenes reproducidas técnicamentemediante diferentes modalidades como el dibujo, la pintura, la fotografía y el cine, son creadas desde directrices, parámetros, lineamientos y cánones que hacen más probable e incitan a una determinada intención comunicativa que pretende estandarizar patrones de consumo, ordenamiento e idealización de los objetos, de los sujetos, sus pensamientos, sentimientos y comportamientos. No obstante, es indudable que caben muchas posibilidades de analizar, interpretar y leer las imágenes, desde una subjetividad constituida sobre la base de lecturas explicitas y significativas para las personas.

Ahora bien, a través del estudio de la imagen estamos expuestos a diversos planteamientos que se constituyen en opciones para vislumbrar diferentes lecturas que nos muestran distintos panoramas en el momento en que percibimos una imagen, ya sea como pieza creada con el fin de movilizar una dinámica de la cotidianidad, o como proceso de la singularidad y la conmoción artística. Así, la imagen está mediada por muchos aspectos estudiados por las diferentes teorías comunicativas, entre ellos, los canales, los códigos y los diferentes signos como dispositivos generadores de interpretación y caracterización del mensaje que se espera comunicar al lector o al interpretante, dando apertura a la creación de experiencias propias. Teniendo en cuenta los elementos propuestos en el seminario de teoría de la imagen II, y las construcciones propias generadas a partir de éste, es necesario acudir al abordaje y la apropiación de los conceptos y teorías con las cuales se pretenden cimentar las bases de la teoría de la imagen que se propone. En este sentido, dicha propuesta se enriquece primeramente desde la definición del signo, su carácter simbólico, su representación icónica y por supuesto, sus índices respecto a la representación e invocación de su intención comunicativa, sin embargo, es necesario aclarar que con estos elementos no se busca parametrizar la imagen sino que más bien, se reconocen como referente que orienta la construcción de esta propuesta.

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En este orden de ideas, durante el desarrollo de esta teoría se abren nuevos cuestionamientos e inquietudes acerca de la teoría de la imagen como se aborda actualmente:¿acaso es necesario un abordaje netamente interpretativo para su estudio?, entendiendo este abordaje como un análisis parametrizado y en términos generales, como la pretensión de explicar las relaciones existentes entre un hecho y el contexto que significa a la imagen, otorgándole a ésta apuntadores que direccionan el pensamiento y cohartan la posibilidad de generar nuevas construcciones. Este interrogante es pues el punto de partida hacia la consulta de otros referentes, posiciones y planteamientos que permitan ampliar la mirada y deconstruir los paradigmas que comúnmente atraviesan el ser y quehacer del comunicador visual. Desde este panorama, se asume que las imágenes como signo no solo deben ser concebidas y llevadas al paradigma netamente disciplinar, también intervienen muchos aspectos que a su vez generan una construcción histórica, social, cultural, económica, etc. pensada desde la época en que se desarrolla, quien genera y quien lee la imagen, por tanto la imagen no es inmutable, sino dinámica ya que precede cambios en relación con los discursos, las prácticas, los paradigmas y las historias de vida de las personas. Precisando esto, al decir de Burke (2001), son una forma importante de documento histórico independientemente de sus calidades estéticas, pues “al situarnos frente a una imagen nos situamos frente a la historia.” (p.17), en palabras de Foucault (2007):

No hay que referirse al gran modelo de la lengua y de los signos, sino al de la guerra y al de la batalla. La historicidad que nos arrastra y nos determina es belicosa; no es habladora. Relación de poder no relación de sentido. La historia no tiene ‘sentido’, lo que no quiere decir que sea absurda e incoherente. Al contrario es inteligible y debe ser analizada hasta en su más mínimo detalle: pero a partir de la inteligibilidad de las luchas, de las estrategias y de las tácticas. Ni la dialéctica (como lógica de la contradicción), ni la semiótica (como estructura de la comunicación) sabrían dar cuenta de la inteligibilidad intrínseca de los enfrentamientos. (p. 179-180)

Por tanto, la imagen desborda los saberes que circulan alrededor de la semiótica, la semiología, la comunicación, la filosofía, la teoría del cine, entre otros, pues aunque se reconoce que los aportes hechos desde estos campos son significativos, “Este tipo de enfoque desvirtuó las características materiales de la imagen asimilándola al paradigma de la comunicación verbal y la convirtió en un sistema de signos generalmente desvinculado de la filosofía política, las ciencias sociales y las problemáticas culturales.”(León, 2011, p.3). Es por ello que abordar una perspectiva histórica de la imagen posibilita el desanclaje de su carácter taxonómico para evidenciar su singularidad desde la interconexión de distintas imágenes que retomando a León (2011), han sido separadas por estratificaciones jerárquicas (pictóricas, urbanas, televisivas, fotográficas, mentales,

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cinematográficas, publicitarias, corporales, videográficas, dactilares, digitales, etc.), es así que este desanclaje plantea una crítica radical a la acumulación histórica y lineal dentro de la cual se ha estudiado la imagen. Dado lo anterior, se considera que probablemente se ha dejado de lado la relación entre la imagen y el poder, entendido como:

…una estructura total de acciones llevada a actuar sobre acciones posibles: incita, induce, seduce, vuelve más fácil o más difícil: en el límite constriñe o prohíbe absolutamente; sin embargo, es siempre una manera de actuar sobre un sujeto o unos sujetos actuantes en virtud de su actuación o de su capacidad de acción. (Garavito, 1991, p.85)

Desde esta óptica, el poder no se posee sino se ejerce, pues es un ejercicio en el que ciertas acciones modifican otras posibles, estableciendo relaciones que nos dominan y sujetan en tanto se hallan en consonancia con aspectos sociales, económicos, culturales, éticos y políticos, que intervienen en los modos en que las personas se constituyen a sí mismas, de ahí que las imágenes “en tanto texto, son una construcción producida por una determinada historicidad, están sujetas a relaciones económicas y sociales, están inscritas en redes de poder y deseo.” (León, 2011, p.3) A partir de este ensayo, se problematiza la imagen desde una mirada histórica, reflexiva e íntimamente ligada hacia sus abordajes culturales, sociales, políticos y económicos, con la intención de disipar las prácticas que determinan que los sentidos y significados se enmarquen en un estado de verdad y totalización, para así dar apertura a la singularidad y a las condiciones que hacen posible que las personas logren repensarse mediante la lectura de la imagen. Por otro lado, este desarrollo teórico y práctico pretende marcar el camino hacia una práctica académica que requiera de una fuerte carga critica, donde el saber sea encaminado hacia una teoría de la imagen que cuestione su funcionalidad consumista, su búsqueda de sentido y parametrización del pensamiento uniformándolo y despojándolo de su capacidad de creación y cuestionamiento. A su vez, pretende generar nuevas lecturas donde el sujeto en este caso, el comunicador visual, asuma un nuevo punto de fuga de su perspectiva como generador de imagen, que de acuerdo a estas nuevas épocas y tendencias, que enmarcan la vida no sólo como profesional sino como sujeto trabajador de ideas inmateriales y materiales capaces de cuestionar, construir, deconstruir la imagen en un nuevo firmamento del pensamiento resistente a la unicidad de los mecanismos de dominación del pensamiento. Para finalizar, el marco de estos planteamientos que van encaminados hacia la teoría de lo visual, es necesario hacer el reconocimiento de nuevas miradas, donde quede abierta la posibilidad de tratar de vislumbrar al artista y al comunicador gráfico como eje de creación, pensamiento y reflexión, en tanto que, a su vez puede generar cuestionamientos y críticas de la realidad y sus aspectos

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históricos, culturales y sociales. A su vez, el comunicador visual desde su saber puede promover nuevas formas de vislumbrar el campo visual desde la crítica a los sistemas de poder, de consumo y alienación; repensando al sujeto desde una mirada cultural, creativa, política y reflexiva, así como promover nuevas intenciones artísticas y nuevas posibilidades de pensar la comunicación visual en camino hacia una mirada diversa y consistente de su papel en el ejercicio y las prácticas de la comunicación visual. Bibliografía Burke, Peter (2001). Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico. Barcelona: Editorial Crítica. León, Christian (2011). Regímenes de poder y tecnologías de la imagen. Garavito, Edgar (1991). El sujeto y el poder. Michel Foucault. Bogotá: Carpe diem Ediciones. Foucault, Michel (2007) La arqueología del saber. México: Siglo XXI editores.