La Influencia Egipcia en los Ministros
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La Influencia Egipcia En Los Ministros Apóstol Sergio G. Enríquez O. Estudio para Pastores Guatemala, 24 de octubre del Año De La Revelación www.ebenezer.org.gt 1 Todos los israelitas que salieron de Egipto nacieron allí, es decir que estaban acostumbrados a la forma de vida de aquel lugar, pero siendo esclavos. Sin embargo los hijos de José, Manasés y Efraín, estuvieron en Egipto de una forma diferente, y debido a la posición que ocupaba su padre a ellos no les faltaba nada. Sin embargo, a pesar de su comodidad también tuvieron que salir de Egipto. De la misma forma no podemos permitir que el pueblo de Dios en la actualidad se acomode a vivir en esta tierra, sino que debe tener siempre presente que llegará el día en que tendremos que abandonarla pues el Señor fue a preparar lugar para nosotros. Para Efraín en particular, la forma en cómo comenzó su vida, tuvo sus consecuencias tiempo después, por lo que debemos observar la forma en que comenzamos nuestro ministerio, pues esto nos puede traer consecuencias a largo plazo. Génesis 41:52 (RV60) Y llamó el nombre del segundo, Efraín; porque dijo: Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción. Cuando Efraín nació, José le puso ese nombre que significa fructífero, porque se gloriaba de la forma en que vivía en la tierra, exento de toda aflicción que el mundo estuviera padeciendo. Es decir que José no comprendía que todo el pueblo no había fructificado. Debemos cuidarnos de caer en este error propio de Egipto, y saber que si Dios nos ha prosperado en tiempos difíciles debemos ayudarles y darles ánimo a otros, sabiendo que si fuimos fructíferos, otros también lo pueden ser. Este inicio marcó la vida de Efraín, de tal modo que en la escritura podemos encontrar otras costumbres egipcias que conservó; por eso debemos escudriñar nuestro corazón, pues si aun tenemos costumbres del mundo, debemos ministrarnos para ser liberados. Oseas 13:12 (LBLA) Atada está la iniquidad de Efraín, guardado su pecado. Esconder el pecado es una costumbre egipcia. Es necesario que confesemos nuestras faltas unos a otros (Santiago 5:16, Proverbios 28:13). Es necesario que los ministros también nos ministremos y confesemos aquellas faltas en las cuales necesitamos la oración de un ministro para dejarlas. Oseas 13:1 (LBLA) Cuando Efraín hablaba, reinaba el temor; se había exaltado a sí mismo en Israel, pero por causa de Baal pecó y murió. Como ministros no podemos permitir que reine el temor en nuestras congregaciones, pues no necesitamos imponer nuestra autoridad por medio del miedo; la autoridad la deben reconocer voluntariamente las ovejas, en el amor al Señor. Oseas 12:8 (LBLA) Y Efraín ha dicho: Ciertamente me he enriquecido, he adquirido riquezas para mí; en todos mis trabajos no hallarán en mí iniquidad alguna que sea pecado. La iglesia de Laodicea también decía que se había enriquecido a sí misma, pero no sabía que tenía muchas carencias (Apocalipsis 3:.17). Si Dios nos bendice en lo económico no tiene nada de malo, sin embargo nuestro objetivo al ser ministros no puede ser el hacer riquezas; esta es una influencia de Egipto.
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La Influencia Egipcia En Los Ministros Apóstol Sergio G. Enríquez O. Estudio para Pastores Guatemala, 24 de octubre del Año De La Revelación
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Todos los israelitas que salieron de Egipto nacieron allí, es decir que estaban acostumbrados a la forma de vida de aquel lugar, pero siendo esclavos. Sin embargo los hijos de José, Manasés y Efraín, estuvieron en Egipto de una forma diferente, y debido a la posición que ocupaba su padre a ellos no les faltaba nada. Sin embargo, a pesar de su comodidad también tuvieron que salir de Egipto. De la misma forma no podemos permitir que el pueblo de Dios en la actualidad se acomode a vivir en esta tierra, sino que debe tener siempre presente que llegará el día en que tendremos que abandonarla pues el Señor fue a preparar lugar para nosotros. Para Efraín en particular, la forma en cómo comenzó su vida, tuvo sus consecuencias tiempo después, por lo que debemos observar la forma en que comenzamos nuestro ministerio, pues esto nos puede traer consecuencias a largo plazo. Génesis 41:52 (RV60) Y llamó el nombre del segundo, Efraín; porque dijo: Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción. Cuando Efraín nació, José le puso ese nombre que significa fructífero, porque se gloriaba de la forma en que vivía en la tierra, exento de toda aflicción que el mundo estuviera padeciendo. Es decir que José no comprendía que todo el pueblo no había fructificado. Debemos cuidarnos de caer en este error propio de Egipto, y saber que si Dios nos ha prosperado en tiempos difíciles debemos ayudarles y darles ánimo a otros, sabiendo que si fuimos fructíferos, otros también lo pueden ser. Este inicio marcó la vida de Efraín, de tal modo que en la escritura podemos encontrar otras costumbres egipcias que conservó; por eso debemos escudriñar nuestro corazón, pues si aun tenemos costumbres del mundo, debemos ministrarnos para ser liberados. Oseas 13:12 (LBLA) Atada está la iniquidad de Efraín, guardado su pecado. Esconder el pecado es una costumbre egipcia. Es necesario que confesemos nuestras faltas unos a otros (Santiago 5:16, Proverbios 28:13). Es necesario que los ministros también nos ministremos y confesemos aquellas faltas en las cuales necesitamos la oración de un ministro para dejarlas. Oseas 13:1 (LBLA) Cuando Efraín hablaba, reinaba el temor; se había exaltado a sí mismo en Israel, pero por causa de Baal pecó y murió. Como ministros no podemos permitir que reine el temor en nuestras congregaciones, pues no necesitamos imponer nuestra autoridad por medio del miedo; la autoridad la deben reconocer voluntariamente las ovejas, en el amor al Señor. Oseas 12:8 (LBLA) Y Efraín ha dicho: Ciertamente me he enriquecido, he adquirido riquezas para mí; en todos mis trabajos no hallarán en mí iniquidad alguna que sea pecado. La iglesia de Laodicea también decía que se había enriquecido a sí misma, pero no sabía que tenía muchas carencias (Apocalipsis 3:.17). Si Dios nos bendice en lo económico no tiene nada de malo, sin embargo nuestro objetivo al ser ministros no puede ser el hacer riquezas; esta es una influencia de Egipto.
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Oseas 12:7 (NRV 1990) Efraín es un mercader que tiene en su mano una balanza falsa, amador de opresión. En este aspecto no podemos generalizar, pues casi la totalidad de las iglesias prestan otros servicios a las ovejas (cafetería, librería, etc.) y por los cuales es justo que se cobre, sin embargo lo que debemos cuidar es nuestra motivación, que no sea el hacer riqueza a costa del pueblo. Es necesario que seamos equilibrados en este aspecto pues puede ser que nos veamos envueltos en la tentación de mercadear también con las cosas espirituales, queriendo cobrar por eventos de adoración o por recibir palabra. La iglesia no se puede convertir en una casa de mercadeo, pues debemos confiar en que Dios proveerá para nuestras necesidades, ya que si enseñamos al pueblo la bendición de diezmar y ofrendar, ellos serán responsables de cumplir con el Señor. Hay muchos otros versos que nos hablan de la influencia de Egipto sobre Efraín: Oseas 12:1 (LBLA) Efraín se alimenta de viento, y persigue sin cesar al solano. Multiplica la mentira y la violencia; hacen además pacto con Asiria, y el aceite es llevado a Egipto. Este verso nos deja ver que Efraín no se podía olvidar de Egipto, del lugar de su origen. Oseas 11:12 (LBLA) Efraín me rodea de mentiras, y de engaño la casa de Israel; Judá todavía anda lejos de Dios, y del Santo, que es fiel. Oseas 11:3 (LBLA) Sin embargo yo enseñé a andar a Efraín, yo lo llevé en mis brazos; pero ellos no comprendieron que yo los sanaba. Oseas 10:6 (LBLA) También el becerro será llevado a Asiria como tributo al rey Jareb; Efraín se cubrirá de vergüenza, e Israel se avergonzará de su consejo. Jareb significa contienda, y Efraín le rinde tributo. Oseas 9:16 (LBLA) Efraín está herido, su raíz está seca; no darán más fruto. Aunque den a luz, yo mataré el fruto de su vientre. Oseas 9:13 (LBLA) Efraín, según he visto, está como Tiro, plantado en pradera hermosa; pero Efraín sacará a sus hijos al verdugo. Oseas 7:8 (LBLA) Efraín se mezcla con las naciones; Efraín es como una torta no volteada. Si somos verdadero ministros del Señor necesitamos renunciar a Egipto y a todas sus costumbres y tradiciones.
