La inmigración en Canarias y su posible influencia sobre la tuberculosis

1
La inmigración en Canarias y su posible influencia sobre la tuberculosis Sr. Editor: Tras la lectura y análisis de la carta al editor de Caminero et al 1 queremos expresar nuestro agradecimiento por el apoyo de la ads- cripción de su razonamiento clínico a la línea del pensamiento epidemiológico, y a la vez que coincidir con estos autores en la dificultad que la tuberculosis plantea como enfermedad infectocontagiosa, en cuanto a control y erradi- cación 2 , quisiéramos comentar lo siguiente: Cada año, más de mil millones de pasajeros se trasladan por vía aérea en todo el mundo y más de 50 millones de personas de países del primer mundo visitan otros en vías de desarro- llo 3,4 . Entre ellos, de 13 a 15 millones de espa- ñoles viajan igualmente cada año al extranjero y entre el 9 y 11% lo hace hacia regiones tro- picales. Los viajeros pueden estar sujetos a la acción de una gran variedad de agentes pató- genos y riesgos biológicos ante la circunstan- cia de exposición del viaje. Entre el 30 y el 70% de los viajeros refiere problemas de salud vinculados al hecho de viajar 5,6 . De manera es- pecial, durante el transcurso de viajes interna- cionales del 2 al 5% de los viajeros solicita atención médica, del 0,01 al 0,1% precisa atención sanitaria urgente y uno de cada 100.000 muere 5 . El incremento de los viajes internacionales y el auge de la migración de la población compor- tan un riesgo elevado de propagación de en- fermedades infecciosas. La diarrea es la enfer- medad más común del viajero y le siguen infecciones respiratorias. Entre los procesos transmitidos por artrópodos destacan: fiebre amarilla, malaria y dengue. Entre otras enfer- medades de interés han de reseñarse las en- fermedades de transmisión sexual, el sida, la hepatitis, la encefalitis, la meningitis, la esquis- tosomiasis, la leptospirosis y la rabia. Respecto a la tuberculosis, enfermedad endémica en gran parte del mundo, no existen datos preci- sos sobre el riesgo de adquisición de la infec- ción en el transcurso de un viaje 7 o el de difu- sión tras el establecimiento de casos activos o latentes en una población héticamente sanea- da 8 . Generalmente, se le ha prestado poca atención como posible enfermedad adquirible durante estancias prolongadas en países en- démicos, pero hoy se considera que el riesgo de infección tuberculosa en viajeros a países con endemia alta es sustancial y de magnitud similar al riesgo de la población local 7 y la lle- gada de personas, potencial o realmente baci- líferas, al seno de comunidades donde la in- fección tuberculosa está controlada debería representar una prioridad sanitaria esencial 8 , independientemente de la magnitud de riesgo que supongan. Creemos que, en general, la estrategia de lu- cha contra las enfermedades infecciosas en la comunidad se beneficiaría enormemente con el establecimiento de un sistema ágil y eficaz de vigilancia epidemiológica 9 y la emisión de respuestas correctoras tempranas y oportunas, teniendo en cuenta políticas preventivas sensi- bles a problemas sanitarios planteados por las resistencias terapéuticas, las enfermedades in- fecciosas padecidas y transmitidas por inmi- grantes y regufiados, las que importan viajeros de zonas endémicas y las que aparecen en hospedadores inmunodeprimidos. La detec- ción de casos de enfermedad infectocontagio- sa potencialmente graves y trascendentes para la salud pública es un motivo justificado de preocupación sanitaria, dado que el diagnósti- co temprano y el tratamiento oportuno contri- buyen de forma esencial en el control de estos procesos y en la expresión de sus indicadores de incidencia y prevalencia en la comunidad. En consecuencia, preconizamos el reforza- miento del sistema de vigilancia epidemiológi- ca y la práctica del examen básico y seroepi- demiológico 10 de salud a los inmigrantes y los refugiados procedentes de países en vías de desarrollo; naturalmente, acordes con el nivel tecnológico y sanitario de nuestra situación so- cioeconómica, respectuosos con los derechos de estas personas y adecuados a las preocu- paciones de salud de la sociedad de acogida. Lluís Serra Majem a y Juan F. Santana Armas b a Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. b Jefe de la Sección Médica de Sanidad Exterior. Las Palmas de Gran Canaria. Ministerio de Sanidad y Consumo. Área de Medicina Preventiva y Salud Pública. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. 1. Caminero JA, Rodríguez F, Cuyás J, Cabrera P. La inmigración en Canarias y su posible influen- cia sobre la frecuencia de la tuberculosis. Med Clin (Barc) 2001; 116: 557. 2. Working group on Tuberculosis Among Foreign- Born Persons. Recommendations for prevention and control of tuberculosis among foreing-born persons. Centers for Disease Control and Pre- vention. Atlanta: US Department of Health and Human Services, 1998. 3. WHO. The state of the world health. En: The world health report 1996 – fighting disease, fos- tering development. Ginebra: Organización Mun- dial de la Salud, 1997; 1-62. 4. Kozarsky PE. Prevention of common travel ail- ments. Infect Dis Clin North Am 1998; 12: 305- 324. 5. Steffen R, Rickenbach M, Wilhelm U, Helminger A, Schar M. Health problems after travel to deve- loping countries. J Infect Dis 1987; 156: 84-91. 6. Steffen R, Jong EC. Traveler’s and immigrants’ health. En: Guerrant RL, Walker DH, Wyler PF, editores. Tropical infectious diseases:principles, pathogens and practice. Filadelfia: Churchill-Li- vingstone, 1999; 106-114. 7. Cobelens F, Deutekom H, Draayer-Jansen I, Schepp-Beelen A, Gerven P, Kessel R et al. Risk of infection whit Mycobacterium tuberculosis in travellers to areas of high tuberculosis endemi- city. Lancet 2000; 356: 461-465. 8. Zuber PL, McKenna MT, Binkin NJ, Onorato IM, Castro KG. Long-term risk of tuberculosis among foreign-born persons in the United States. JAMA 1997; 278: 304-307. 9. Petersen LR, Ammon A, Hamouda O, Breuer T, Kiessling S, Bellach B et al. Developing national epidemiologic capacity to meet the challenges of emerging infections in Germany. Emerg Infect Dis 2000; 6: 576-584. 10. Evans AS. Seroepidemiology. Science 1984; 225: 671-672. Sr. Editor: Quisiera hacer un breve comentario en relación con la carta de Caminero Luna et al 1 . Coincido con los autores en que la inmigración no tiene influencia en la situación epidemioló- gica de la tuberculosis en Canarias y en otras comunidades españolas. Ello da lugar a hacer una reflexión sobre el riesgo de xenofobia al que puede inducir el discurso médico y políti- co que hace hincapié sobre el hecho de que los inmigrantes son potenciales vectores de enfermedades transmisibles y que, para prote- ger a la población del país receptor, habría que «eventualmente» decidir un cribado sani- tario obligatorio para la población inmigrante. Hay bibliografía esclarecedora sobre los inmi- grantes y las enfermedades transmisibles en España y, en resumen, se puede puntualizar lo siguiente: 1. La experiencia demuestra que los inmigrantes no suelen ser vectores de enfermedades transmisibles (con probable excepción de la tuberculosis) pero sí están expuestos en los países receptores a condicio- nes de vulnerabilidad que los predisponen a adquirir- las: infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), por el virus de la hepatitis B y tuber- culosis, entre otras 2-5 . 2. En un estudio realizado en Barcelona, se sugiere que la infección por el VIH en al menos el 25% de las personas con nacionalidad extranjera ha tenido lugar mientras éstas residían en España, y señalan que el porcentaje de inmigrantes extranjeros entre los casos de sida es bajo (menor del 5%) 5,6 . 3. En Madrid se realizó un examen de salud a pobla- ción inmigrante, y se concluyó que esta población es joven y sana, con baja prevalencia de hepatitis B y tuberculosis. 4. Al analizar motivos de consulta en una comunidad de inmigrantes «sin papeles», también en Madrid, se detectó que las enfermedades que más consultas ge- neraron fueron: infecciones respiratorias agudas, trastornos psicológicos y lumbalgias. El perfil predo- minante de asistencia fue: mujer joven, con proble- mas en relación con el proceso migratorio 8 . 5. Las enfermedades que padece la población inmi- grante son similares a las de la población autóctona 9 . En el futuro predominará una sociedad mesti- za, plural y multiétnica. Seremos sociedades abiertas, por lo que la migración no puede ser abordada desde una perspectiva de control de flujos de personas. Son necesarias políticas in- tegradoras que faciliten la convivencia. Garan- tizar un acceso al sistema sanitario que no venga marcado por diferencias culturales, ra- ciales, económicas y geográficas no es un ob- jetivo a discutir en democracia. Gabriela Picco Especialista en Medicina Interna. Alumna del Máster de Salud Internacional. Escuela Nacional de Sanidad. Madrid. 1. Caminero Luna JA, Rodríguez F, Cuyás J, Cabrera P. La inmigración en Canarias y su posible in- fluencia sobre la frecuencia de tuberculosis. Med Clin (Barc) 2001; 116: 557. 2. Jansà JM, Villalbi JR. La salud de los inmigrantes y la atención primaria. Aten Primaria 1995; 15: 329-327. 3. Jansà JM. Inmigración extranjera en el Estado es- pañol. Consideraciones desde la salud pública. Rev Esp Salud Pública 1998; 72: 165-168. 4. Torres AM. Salud pública y políticas de salud de minorías en constitución en «Judío, Negro, Tuer- to». 1995; 105-122. 5. Vidal García, Jansà JM, García de Olalla Rizo P, Barnès Vayès I, Cayla Buqueras J. Enfermedades infecciosas y carcaterísticas sociodemográficas de los inmigrantes extranjeros del centro penitencia- rio de hombres de Barcelona. Rev Esp Salud Pú- blica 1998; 72: 197-208. 6. García de Olalla P, Lai A, Jansà JM, Bada JL, Caylà JA. Características diferenciales del SIDA en inmigrantes extranjeros. Gac Sanit 2000; 14: 189- 194. 7. Lacalle Rodríguez Labajo M, Gil Juberías G, Sa- gardui Villamor JR, González López et al. Resulta- dos de la aplicación de un examen de salud en población inmigrante. Aten Primaria 2000; 25: 78-96. 517 CARTAS AL EDITOR 40.530 40.676

Transcript of La inmigración en Canarias y su posible influencia sobre la tuberculosis

La inmigración en Canarias y su posibleinfluencia sobre la tuberculosisSr. Editor: Tras la lectura y análisis de la cartaal editor de Caminero et al1 queremos expresarnuestro agradecimiento por el apoyo de la ads-cripción de su razonamiento clínico a la líneadel pensamiento epidemiológico, y a la vezque coincidir con estos autores en la dificultadque la tuberculosis plantea como enfermedadinfectocontagiosa, en cuanto a control y erradi-cación2, quisiéramos comentar lo siguiente:Cada año, más de mil millones de pasajeros setrasladan por vía aérea en todo el mundo ymás de 50 millones de personas de países delprimer mundo visitan otros en vías de desarro-llo3,4. Entre ellos, de 13 a 15 millones de espa-ñoles viajan igualmente cada año al extranjeroy entre el 9 y 11% lo hace hacia regiones tro-picales. Los viajeros pueden estar sujetos a laacción de una gran variedad de agentes pató-genos y riesgos biológicos ante la circunstan-cia de exposición del viaje. Entre el 30 y el70% de los viajeros refiere problemas de saludvinculados al hecho de viajar5,6. De manera es-pecial, durante el transcurso de viajes interna-cionales del 2 al 5% de los viajeros solicitaatención médica, del 0,01 al 0,1% precisaatención sanitaria urgente y uno de cada100.000 muere5.El incremento de los viajes internacionales y elauge de la migración de la población compor-tan un riesgo elevado de propagación de en-fermedades infecciosas. La diarrea es la enfer-medad más común del viajero y le sigueninfecciones respiratorias. Entre los procesostransmitidos por artrópodos destacan: fiebreamarilla, malaria y dengue. Entre otras enfer-medades de interés han de reseñarse las en-fermedades de transmisión sexual, el sida, lahepatitis, la encefalitis, la meningitis, la esquis-tosomiasis, la leptospirosis y la rabia. Respectoa la tuberculosis, enfermedad endémica engran parte del mundo, no existen datos preci-sos sobre el riesgo de adquisición de la infec-ción en el transcurso de un viaje7 o el de difu-sión tras el establecimiento de casos activos olatentes en una población héticamente sanea-da8. Generalmente, se le ha prestado pocaatención como posible enfermedad adquiribledurante estancias prolongadas en países en-démicos, pero hoy se considera que el riesgode infección tuberculosa en viajeros a paísescon endemia alta es sustancial y de magnitudsimilar al riesgo de la población local7 y la lle-gada de personas, potencial o realmente baci-líferas, al seno de comunidades donde la in-fección tuberculosa está controlada deberíarepresentar una prioridad sanitaria esencial8,independientemente de la magnitud de riesgoque supongan.Creemos que, en general, la estrategia de lu-cha contra las enfermedades infecciosas en lacomunidad se beneficiaría enormemente conel establecimiento de un sistema ágil y eficazde vigilancia epidemiológica9 y la emisión derespuestas correctoras tempranas y oportunas,teniendo en cuenta políticas preventivas sensi-bles a problemas sanitarios planteados por lasresistencias terapéuticas, las enfermedades in-fecciosas padecidas y transmitidas por inmi-grantes y regufiados, las que importan viajerosde zonas endémicas y las que aparecen en

hospedadores inmunodeprimidos. La detec-ción de casos de enfermedad infectocontagio-sa potencialmente graves y trascendentes parala salud pública es un motivo justificado depreocupación sanitaria, dado que el diagnósti-co temprano y el tratamiento oportuno contri-buyen de forma esencial en el control de estosprocesos y en la expresión de sus indicadoresde incidencia y prevalencia en la comunidad.En consecuencia, preconizamos el reforza-miento del sistema de vigilancia epidemiológi-ca y la práctica del examen básico y seroepi-demiológico10 de salud a los inmigrantes y losrefugiados procedentes de países en vías dedesarrollo; naturalmente, acordes con el niveltecnológico y sanitario de nuestra situación so-cioeconómica, respectuosos con los derechosde estas personas y adecuados a las preocu-paciones de salud de la sociedad de acogida.

Lluís Serra Majema y Juan F. Santana Armasb

aCatedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública.Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. bJefe de la

Sección Médica de Sanidad Exterior. Las Palmas de GranCanaria. Ministerio de Sanidad y Consumo. Área de Medicina

Preventiva y Salud Pública. Universidad de Las Palmas deGran Canaria.

1. Caminero JA, Rodríguez F, Cuyás J, Cabrera P.La inmigración en Canarias y su posible influen-cia sobre la frecuencia de la tuberculosis. MedClin (Barc) 2001; 116: 557.

2. Working group on Tuberculosis Among Foreign-Born Persons. Recommendations for preventionand control of tuberculosis among foreing-bornpersons. Centers for Disease Control and Pre-vention. Atlanta: US Department of Health andHuman Services, 1998.

3. WHO. The state of the world health. En: Theworld health report 1996 – fighting disease, fos-tering development. Ginebra: Organización Mun-dial de la Salud, 1997; 1-62.

4. Kozarsky PE. Prevention of common travel ail-ments. Infect Dis Clin North Am 1998; 12: 305-324.

5. Steffen R, Rickenbach M, Wilhelm U, HelmingerA, Schar M. Health problems after travel to deve-loping countries. J Infect Dis 1987; 156: 84-91.

6. Steffen R, Jong EC. Traveler’s and immigrants’health. En: Guerrant RL, Walker DH, Wyler PF,editores. Tropical infectious diseases:principles,pathogens and practice. Filadelfia: Churchill-Li-vingstone, 1999; 106-114.

7. Cobelens F, Deutekom H, Draayer-Jansen I,Schepp-Beelen A, Gerven P, Kessel R et al. Riskof infection whit Mycobacterium tuberculosis intravellers to areas of high tuberculosis endemi-city. Lancet 2000; 356: 461-465.

8. Zuber PL, McKenna MT, Binkin NJ, Onorato IM,Castro KG. Long-term risk of tuberculosis amongforeign-born persons in the United States. JAMA1997; 278: 304-307.

9. Petersen LR, Ammon A, Hamouda O, Breuer T,Kiessling S, Bellach B et al. Developing nationalepidemiologic capacity to meet the challenges ofemerging infections in Germany. Emerg InfectDis 2000; 6: 576-584.

10. Evans AS. Seroepidemiology. Science 1984;225: 671-672.

Sr. Editor: Quisiera hacer un breve comentarioen relación con la carta de Caminero Luna et al1.Coincido con los autores en que la inmigraciónno tiene influencia en la situación epidemioló-gica de la tuberculosis en Canarias y en otrascomunidades españolas. Ello da lugar a haceruna reflexión sobre el riesgo de xenofobia al

que puede inducir el discurso médico y políti-co que hace hincapié sobre el hecho de quelos inmigrantes son potenciales vectores deenfermedades transmisibles y que, para prote-ger a la población del país receptor, habríaque «eventualmente» decidir un cribado sani-tario obligatorio para la población inmigrante.Hay bibliografía esclarecedora sobre los inmi-grantes y las enfermedades transmisibles enEspaña y, en resumen, se puede puntualizarlo siguiente:

1. La experiencia demuestra que los inmigrantes nosuelen ser vectores de enfermedades transmisibles(con probable excepción de la tuberculosis) pero síestán expuestos en los países receptores a condicio-nes de vulnerabilidad que los predisponen a adquirir-las: infección por el virus de la inmunodeficienciahumana (VIH), por el virus de la hepatitis B y tuber-culosis, entre otras2-5.2. En un estudio realizado en Barcelona, se sugiereque la infección por el VIH en al menos el 25% delas personas con nacionalidad extranjera ha tenidolugar mientras éstas residían en España, y señalanque el porcentaje de inmigrantes extranjeros entre loscasos de sida es bajo (menor del 5%)5,6.3. En Madrid se realizó un examen de salud a pobla-ción inmigrante, y se concluyó que esta población esjoven y sana, con baja prevalencia de hepatitis B ytuberculosis.4. Al analizar motivos de consulta en una comunidadde inmigrantes «sin papeles», también en Madrid, sedetectó que las enfermedades que más consultas ge-neraron fueron: infecciones respiratorias agudas,trastornos psicológicos y lumbalgias. El perfil predo-minante de asistencia fue: mujer joven, con proble-mas en relación con el proceso migratorio8.5. Las enfermedades que padece la población inmi-grante son similares a las de la población autóctona9.

En el futuro predominará una sociedad mesti-za, plural y multiétnica. Seremos sociedadesabiertas, por lo que la migración no puede serabordada desde una perspectiva de control deflujos de personas. Son necesarias políticas in-tegradoras que faciliten la convivencia. Garan-tizar un acceso al sistema sanitario que novenga marcado por diferencias culturales, ra-ciales, económicas y geográficas no es un ob-jetivo a discutir en democracia.

Gabriela Picco

Especialista en Medicina Interna. Alumna del Máster de Salud Internacional.

Escuela Nacional de Sanidad. Madrid.

1. Caminero Luna JA, Rodríguez F, Cuyás J, CabreraP. La inmigración en Canarias y su posible in-fluencia sobre la frecuencia de tuberculosis. MedClin (Barc) 2001; 116: 557.

2. Jansà JM, Villalbi JR. La salud de los inmigrantesy la atención primaria. Aten Primaria 1995; 15:329-327.

3. Jansà JM. Inmigración extranjera en el Estado es-pañol. Consideraciones desde la salud pública.Rev Esp Salud Pública 1998; 72: 165-168.

4. Torres AM. Salud pública y políticas de salud deminorías en constitución en «Judío, Negro, Tuer-to». 1995; 105-122.

5. Vidal García, Jansà JM, García de Olalla Rizo P,Barnès Vayès I, Cayla Buqueras J. Enfermedadesinfecciosas y carcaterísticas sociodemográficas delos inmigrantes extranjeros del centro penitencia-rio de hombres de Barcelona. Rev Esp Salud Pú-blica 1998; 72: 197-208.

6. García de Olalla P, Lai A, Jansà JM, Bada JL,Caylà JA. Características diferenciales del SIDA eninmigrantes extranjeros. Gac Sanit 2000; 14: 189-194.

7. Lacalle Rodríguez Labajo M, Gil Juberías G, Sa-gardui Villamor JR, González López et al. Resulta-dos de la aplicación de un examen de salud enpoblación inmigrante. Aten Primaria 2000; 25:78-96.

517

CARTAS AL EDITOR

40.530

40.676