LA INSPECCIÓN: SU FUNCIÓNEN EL ÁMBITO EDUCATIVO

M a CRUZ GÓMEZ-ELEGIDO RUIZOLALLA (*)

RESUMEN. Con este artículo, se intenta dar una visión general de las funciones dela inspección a lo largo de la historia de las leyes educativas españolas y ver cómodicha inspección, que al principio nace con el único fin de control estatal, evolu-ciona a un tipo de control democrático que se completa con la función evaluadora yasesora como algo necesario e imprescindible en nuestros días para la mejora de lacalidad del sistema educativo. En un Estado de las Autonomías, donde la Alta Inspec-ción debe aglutinar y vertebrar el sistema educativo como uno solo, con la riqueza dela variedad regional española y de cara a nuestra pertenencia europea, el Estadoespañol, a través de la Ley Orgánica de Calidad de la Educación, ordena unainspección, profesionalizada y especializada, que siga controlando, evaluan-do y asesorando para conseguir la calidad que persigue en aras de unamejor educación.

ABSTRACT. The aim of dais article is to provide an overview about the roles ofinspection in the course of the history of Spanish educational laws and see howthat inspection evolves from a state control to a kind of democratic control,which gets complete with the evaluative and consultant function, as somethingnecessary and essential in our time for the improvement of the educationalsystems quality. In a State of Autonomous regions, where High Inspectionshould draw together and vertebrate the different parts of the educationalsystem as a whole, with the richness of spanish autonomous diversity, and inview of our european membership, the spanish State, through the Quality ofEducation Organic Lau), orders a professionalized and specialized inspectionto go on controlling, evaluating, and advising in order to achieve the qualitywe pursue in favor of a better education.

La Constitución de 1978, en el artículo27.8, considera a la inspección un instru-mento en manos de los poderes públicos,corno garantía del cumplimiento de la Leyy, del derecho a la educación y a las liber-tades de los españoles.

(*) Inspectora de Educación.

Los objetivos actuales y de futuro, queimpregnan la función inspectora, deben deir encaminados a favorecer la calidad delsistema educativo. Como vamos a compro-bar, en momentos anteriores, la inspecciónse ha dedicado más a controlar. A medida

Revista de Educación, núm. 329 (2002), pp. 91-103

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Fecha de entrada: 01-12-2002 Fecha de aceptación: 28-12-2002

que vamos evolucionando, otras funcionesse añaden a las de control.

El Estado encarga a la inspección el con-trol de la administración educativa. Para esecontrol, es necesaria la evaluación de loscentros, de los agentes educativos, de losprocesos y de los resultados. Las tres funcio-nes esenciales de la inspección; controlar,asesorar y evaluar, están íntimamente relacio-nadas entre sí. Pero, estas tres funciones se-rían estériles si no condujeran a la mejora dela calidad del sistema, lo cual se lleva a cabo através del asesoramiento a los evaluados.

Hay, pues, tres funciones históricas ycoincidentes que concurren en la inspec-ción de los países europeos: control, ase-soramiento y evaluación. En estos tresconceptos, puede encerrarse todo lo quedebe ser la inspección ahora y en el futuro.Inspeccionar supone estas tres cosas y,para ello es necesario investigar, compro-bar, verificar constatar, garantizar...

LA FUNCIÓN DE CONTROL

En todos los países de mayor desarrollocultural, se realizan evaluaciones globalesy controles externos que garanticen la efi-cacia y aseguren la calidad del sistema conlos controles públicos. La preocupaciónpor la calidad afecta a todos los niveles delsistema educativo y la labor de la inspec-ción es esencial para su buen funciona-miento.

La construcción de los sistemas educa-tivos nacionales exige la creación de la ins-pección como un servicio público quedebe controlar todo el sistema educativo ya sus agentes.

Históricamente, la inspección educati-va ha tenido como función prioritaria la decontrolar. Después de la Revolución Libe-ral, en la Constitución Española de 1812, sehabla, ya, de la inspección de educación yse atribuye esta tarea a la Dirección Gene-ral de Estudios.

El estado liberal asume la tarea delcontrol de la educación a través de la ins-

pección para construir una sociedad ins-truida. Se establece la visita como mediopara inspeccionar todos los centros, excep-to los de la Iglesia. Años más tarde, a partirde 1823, la inspección se organiza en jun-tas: la Junta Superior de la Inspección, consede en Madrid, las de capitales de provin-cia y las de escuela, todas, bajo la depen-dencia de la Inspección General deInstrucción Pública (hacia 1825). Esta Ins-pección General pretendía cohesionar atodas las inspecciones y, controlar y unifi-car, de alguna manera, las ideas monárqui-cas en una estructura administrativa. Estasconsignas serán difundidas, luego, por elliberalismo.• Con el Duque de Rivas, en 1836, se

crea una inspección asentada en las comi-siones de provincia, partido y pueblo querealizan su función de control a través dela visita que se hacía con una regularidadno conocida hasta ahora. Este sistema de-mostró pronto su ineficacia, al no cumplirsus cometidos: no se realizaban las visitas,la autoridad de la inspección no se dejabanotar, a veces, por la intromisión de losayuntamientos y la realidad era que el Es-tado no tenía conocimiento de lo que pa-saba en la instrucción primaria.

Con el gobierno del Duque de la Vic-toria, General Espartero, se prepara unagran operación inspectora en todo el país,pueblo a pueblo y rincón por rincón. Seredactan técnicas para ejercer la inspec-ción en el Boletín Oficial de InstrucciónPública. Por primera vez, se nombra a per-sonas preparadas e idóneas por sus cono-cimientos.

Finalizada la regencia de Espartero,con los moderados y la Constitución de1845, se incrementa el poder ejecutivo y seliberaliza la Administración.

La inspección de Enseñanza Primaria,es creada por el Real Decreto el 30 de Mar-zo de 1849, precisamente, porque se conside-ra necesaria la supervisión de la enseñanzapública que abarca a todas las clases socia-les. «Habrá, en todas las provincias, un ins-

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pector de escuela creado por el Gobiernoy seis Inspectores Generales». Estos últimosinspeccionaban las escuelas normales y lasordinarias de las capitales de provincia.

Se institucionalizó el modelo de ins-pección, después de una demanda, duran-te varios años del liberalismo. El estadoliberal necesita una inspección fuerte yprofesional que se señala en la famosa fra-se: «si en todos los ramos del servicio públi-co es conveniente esta clase de funcionarios,en la instrucción primaria, es indispensa-ble. Sin ellos, la Administración nada ve,nada sabe, nada puede remediar».

Es, pues, un signo del poder del Esta-do que se concibe como cuerpo especialde la Administración, fiscalizador de la la-bor docente y garante del cumplimiento delas normas. Era, salvando las distancias,algo similar al papel que debe desempe-ñar, ahora, la Alta Inspección del Estado.Su estructura era la de una inspección cen-tral con seis inspectores y uno en cada ca-pital de provincia. En 1849, se nombró laprimera promoción de inspectores quefueron seleccionados por sus conocimien-tos e idoneidad y por su currículum.

No obstante, las funciones de aquella Ins-pección, comienzan a señalarse como pione-ras de lo que será la Inspección más tarde:

• Averiguar las necesidades de la ins-trucción primaria.

• Hacer propuestas de mejoras al Go-bierno.

• Vigilar el cumplimiento de las leyes.• Elaborar estadísticas.• Hacer informes.• Ayudar a los maestros frente a las

posibles afrentas de los usuarios ode los ayuntamientos.

• Cuidar de que se pagara puntual-mente a los maestros.

• Participar en las comisiones provin-ciales...

En 1857, se habla de una inspecciónde instrucción pública, pero es la famosaLey Moyano del 9 de Septiembre de 1857

la que consolida la inspección educativa.Los liberales emplean la inspección comoun excelente instrumento de control. A partirde aquí, los inspectores generales atenderána la Segunda Enseñanza y serán los encarga-dos de visitar los institutos respectivos. Pos-teriormente, a los directores de los institutospúblicos se les asigna la misión de contro-lar a los centros privados de su provincia,según el Reglamento de Segunda Enseñanzadel 22 de Mayo de 1859. Se les dice, tam-bién, que serán los encargados de controlaral profesorado y de vigilar los libros de texto.

Con esta ley, se consolida este modelode inspección profesional, introduciendopequeñas puntualizaciones técnicas. Sereordena la inspección en las enseñanzasmedias y superiores, dejando la dirección ycoordinación de éstas al Rector del distritouniversitario. A partir de esta Ley, los cen-tros privados necesitarán de autorizacióndel estado. En esta época, se consolidó la vi-sita y el informe corno instrumentos de lainspección. A pesar de todo esto, la reali-dad fue que la inspección de Segunda En-señanza apenas existió.

El Proyecto de Ley de Instrucción Públi-ca de 1875 dice que «se organizará la Ins-pección de Instrucción Pública en todossus grados». Y, en el Decreto del 17 de Agos-to de 1901: «el Gobierno, por medio de losinspectores de enseñanza, ejercerá la mayorvigilancia sobre los establecimientos oficialesy particulares, comprobando sus condicio-nes higiénicas, material, idoneidad de suprofesorado, etc., y ordenará al director delinstituto la clausura del establecimiento queno reúna las condiciones debidas .. . «Y añade:«hasta que sea posible organizar definitiva-mente la inspección de Segunda Enseñanza,el Ministerio de Instrucción Pública, cuandoasí lo exijan las necesidades del servicio, po-drá nombrar, temporalmente, un inspectoren cada Distrito Universitario, para que éstegire las visitas y haga las informaciones pre-cisas en los institutos de aquél Distrito».

La función de control en las tres gran-des leyes anteriores a la LOCE se manifies-

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ta de manera similar cuando, en todasellas, se encomienda a la inspección deeducación «Velar por el cumplimiento delas leyes...» pero, mientras en la LGE y en laLOGSE, sólo se habla de «velar», es, en la LO-PEG, donde se añade la función expresa de«controlar y supervisar desde el punto devista pedagógico y organizativo, el funcio-namiento de los centros educativos, tantode titularidad pública como privada».

La LOCE recoge, exactamente, en losmismos términos y en primer lugar, la fun-ción de control.

Podríamos preguntarnos el por qué deeste interés por controlar y la respuestaestá clara: porque la inspección y su fun-ción de control es, en la actualidad, un ins-trumento de control democrático.

Evidentemente, la función de controlha evolucionado a lo largo de la historiacomo hemos podido comprobar. Ha pasa-do de ser una función como instrumentodel poder político de carácter vertical, a uncontrol horizontal del poder social. El con-trol democrático se diferencia del controldictatorial, como sabemos, por el origende quién dimana la autoridad. El primeroresponde a un control social, lo realiza elinspector como autoridad pública de unestado democrático. Es un instrumento delpueblo soberano, contrariamente a lo quehabía significado la autoridad dictatorial.

La función de control, por tanto, estáligada a garantizar el mandato constitucio-nal del derecho a la educación. Es, porconsiguiente, imprescindible en una de-mocracia donde el cumplimiento de la leyes una garantía de los derechos de los ciu-dadanos. Lejos de significar algo negativo,el control de los poderes públicos en unademocracia es la garantía del ejercicio dela libertad y así ocurre, también, con laeducación.

Ahora bien, para poder controlar esnecesario investigar, para conocer y, luego,evaluar. El control por el control es estérilsi no conduce a la intervención de la ins-pección que, generalmente, conlleva la

evaluación y el asesoramiento. Así, las fun-ciones de control, evaluación y asesoramien-to van íntimamente ligadas y no son eficacessi no son consecuentes unas con otras.

Controlar sin actuar es ineficaz, tienecarácter peyorativo. No tendría sentido ysignificaría una mera fiscalización. La tareade control del inspector de educación debetener como objetivo la mejora de la calidaddel sistema educativo, debe conducir a la ac-tuación inmediata para cambiar las posiblesdisfunciones que hubiere observado y con elfin de conseguir resultados.

La función de control que se atribuyea la inspección no consiste, sólo, en una la-bor burocrática, con recogida de datos esté-riles que acaban en un archivo y noproducen resultados. Debe ser algo vivo yoperante en los centros. Los datos son ne-cesarios para tener un conocimiento de lasituación del sistema pero el inspectordebe utilizarlos como fuente de informa-ción para explicarse los interrogantes cuyarespuesta, previo análisis, debe conducir alasesoramiento que logre la mejora y llevea la solución de conflictos si los hubiere.

LA FUNCIÓN DE ASESORAMIENTO

Con la llegada del siglo x)c y muchos altiba-jos provocados por las vicisitudes políticas,se comienza a reforzar y consolidar la ins-pección, sobre todo, cuando Romanonestoma contacto con la Institución Libre deEnseñanza a través de D. Manuel Bartolo-mé Cossío, y amplía la inspección a loscentros privados; también, como sistemade selección para los inspectores, crea lasoposiciones.

En 1931, la Constitución de la SegundaRepública reconoce a la Iglesia el derecho deenseriar pero sujeto a la inspección del estado,esto hace, aún, más necesario el papel de lainspección como asesora y controladora.

Durante el gobierno de la República,en 1932, se trata de liberar a la inspecciónde la carga burocrática y afianzar su carác-ter técnico, acercando el inspector a la es-

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cuela y convirtiéndolo en asesor y maestrode maestros. Para ello, se crea, en cadaprovincia, la Junta de Inspectores con elfin de coordinar la labor de los mismos yasegurar la libertad de actuación y el res-peto, como garantes de la democracia ensu trabajo. La Junta reunía a los maestros alcomienzo de curso para unificar criterios,estudiar los problemas que se pudieranpresentar y transmitirles el plan diseñadopor la Inspección Central. En el mismo ario,se crea la Inspección General de SegundaEnseñanza formada por una junta de técni-cos constituida por diez catedráticos deinstituto. Esta junta se suprimió en 1933.

En la Ley del 20 de Septiembre de1938 de Reforma de la Segunda Enseñan-za, se crea »con carácter permanente» laInspección de Enseñanza Media, y en elDecreto que desarrolla esta Ley, se dotanquince plazas de inspectores y se abre unconcurso entre los profesores de instituto yde universidad. Curiosamente, se libra alos centros privados de la inspección y,para poder controlarlos, se crea la Pruebade Estado al final de los siete cursos de Ba-chillerato.

La Ley de 1947 no prosperó ni, tampo-co, los decretos de desarrollo que impo-nían una inspección de Enseñanza Media.Hacia 1950, el cuerpo de catedráticos pro-testa por el maltrato que se les daba, frentea los privilegios de los centros no estatales,y, piden al Estado que suba el nivel de losestudios de Bachillerato y el establecimien-to de unas pruebas de grado que garanti-cen, objetivamente, la aptitud de todos losalumnos que provengan tanto de la ense-ñanza pública como de la privada.

Los propios agentes educativos estándemandando, a voces, un asesoramiento yuna evaluación para corregir disfuncionesy, por eso, en la Ley de Ordenación de laEnseñanza Media del 26 de Febrero de 1953,se establecen las Pruebas de Grado de Ba-chiller Elemental y de Grado Superior, y, secrea y regula, jurídicamente, la inspección deEnseñanza Media, cuya organización y fun-

cionamiento se prescribe en el Decreto de5 de Mayo de 1954, (BOE de 7 de Julio),siendo nombrados los primeros inspecto-res de Enseñanza Media, por Orden del 28de Marzo de 1955. Se establecen las tareaso funciones de esta inspección y se organi-za por distritos universitarios.

Estas tareas eran, fundamentalmente,informar a la Dirección General de la situa-ción de la Enseñanza Media, colaborar enel estudio y publicación de las normas deEnseñanza Media, orientar a los centros yprofesores en el desempeño de su trabajodocente, y cooperar en la formación y per-feccionamiento del profesorado.

La creación de la inspección de Ense-ñanza Media en 1954 se hace con el objetivode asesorar a los centros y a la superioridad.Las normas así lo ordenan, cuando dicenque hay que colaborar en la elaboraciónde los planes de estudio, de los programas,las metodologías específicas y la evaluación.

Tanto la inspección de Enseñanza Me-dia como la de Primaria, impulsan las ta-reas de asesoramiento y evaluación. Noobstante, poco a poco, esta función, tanesencial para los inspectores, va perdiendofuerza en favor de las tareas administrativas.

En este momento, la inspección co-mienza a renovar los centros, los comedoresescolares, los libros de escolaridad y la su-pervisión de los nuevos libros de texto quesustituirían a las antiguas enciclopedias. Hayalgunos intentos de implicar a la inspecciónen la formación y evaluación del profesora-do, y se van perfilando las funciones técnicasde la propia inspección. Se crea el Consejode Inspección, como coordinador de las ac-tividades y los boletines de inspección.

Como consecuencia de la ampliaciónde funciones, se incrementa, también, lacarga burocrática de la inspección y, paracolaborar en estas tareas de administra-ción, se nombra a un grupo de maestros.Se crean las inspecciones comarcales y sepublica una orden sobre visitas.

La Ley General de Educación de 1970dio una nueva estructura a la inspección

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unificando los cuerpos de inspectores deEnseñanza Básica y de Enseñanza Media, einsertándolos en las delegaciones provincia-les. Se especifican, más aún, sus funciones yse les vincula a la calidad de la educación y,a la evaluación de centros y profesores. Enesta ley, no se dice nada respecto al aseso-ramiento a la superioridad. Sin embargo, laley se refiere, también, al asesoramientometodológico y didáctico de los profesoresde cada una de las asignaturas y ordena laparticipación de los inspectores en la for-mación del profesorado.

Esta ley establece que: «en el Ministeriode Educación y Ciencia, existirá un serviciode Inspección Técnica de Educación, cu-yos funcionarios constituirán un CuerpoEspecial de la Administración Civil del Es-tado.... En el artículo 142, ordena a la ins-pección «asesorar a los profesores decentros estatales y no estatales sobre méto-dos más idóneos para la eficacia de las en-señanzas que imparten». Y, en el artículosiguiente, dice: .el Servicio de InspecciónTécnica de Educación estará constituidopor especialistas de los distintos niveles deenseñanza. Los inspectores de las distintasespecialidades serán seleccionados me-diante concurso, entre los funcionariospertenecientes a los cuerpos docentes delDepartamento, según el nivel de la espe-cialidad correspondiente».

Según lo establecido, es evidente que latarea de asesoramiento debe llevar consigola de especialización científica y didáctica deaquello que se pretende asesorar.

En 1984, con el gobierno del PartidoSocialista, se introduce un nuevo modelode inspección, sustituyendo el cuerpo deinspectores por la función inspectora tem-poral, con la obligación de volver al centrode enseñanza a los seis años de haber sidonombrados. Se unifica el trabajo de los ins-pectores, creando un nuevo concepto dela inspección en donde todos los inspecto-res, por el hecho de serlo, pueden desem-peñar cualquiera de las funciones sindistinción de nivel educativo o especializa-

ción, ni de su experiencia previa ni delcuerpo cle procedencia.

Con la Ley 30/1984, se creó el Cuerpode Inspectores al Servicio de la Administra-ción Educativa, CISAE, en el que se inte-gran los cuerpos existentes y se crea unnuevo concepto, la llamada función ins-pectora. La Ley 30/84 fue modificada porla ley 23/88, en lo que respecta a la tempo-ralidad del nombramiento.

Las autoridades ministeriales de enton-ces se dieron cuenta de la dificultad e ine-ficacia de este modelo de inspección y fuesustituido, más tarde, por otro establecidoen el título V de la LOPEGCD de 1995, tra-tando de impulsar las funciones tradiciona-les de la inspección y, hacerla másimparcial y profesional.

Anteriormente, en 1990, la LOGSE ha-bía situado a la inspección de la educaciónen el título IV, De la Calidad de la Ense-ñanza. Esto es importante porque, aunquela inspección había sido siempre un factorde calidad, ahora, la ley lo señala expresa-mente. En el artículo 61, fija las funcionesque son parecidas aunque un poco mer-madas a las de la Ley del 70.

La LOPEG, aprobada en 1995, da es-pecial importancia a los inspectores parallevar a cabo la reforma educativa y exigede ellos que sean altamente cualificados.(La inspección ha sido, siempre, la encar-gada de implantar y vigilar las reformaseducativas). Habla de la inspección ennueve artículos y en una disposición adi-cional. Establece las funciones más minu-ciosamente que en la LOGSE. Y, comoencargados de vigilar la práctica docente,fija la selección de los funcionarios queejerzan la función inspectora.

Con este capítulo, se intenta, de algu-na manera, asegurar la especialidad de losinspectores y su función de asesorar. En elartículo 41, señala: «el perfeccionamiento yactualización en el ejercicio profesional esun derecho y un deber para los inspecto-res de educación y deberá contribuir aadecuar su capacitación profesional a las

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distintas áreas, materias, programas, ense-ñanzas y niveles en los que se ordena el sis-tema educativo, con el fin de colaborar enlos procesos de renovación pedagógica».

El desarrollo de esta ley aclaró mucholo que debía de ser la inspección y, susfunciones y organización. Lo triste del casoes que la interpretación práctica de la nor-ma, que cada Comunidad Autónoma, hizofue más en función de los recursos huma-nos que cada una tenía que no en aras deuna calidad de los servicios de la propiainspección y de la educación.

El sentido común y la práctica nos in-dica que no se puede realizar la función deasesoramiento sin una evaluación previa yésta es otra de las funciones esenciales dela inspección que vamos a exponer y queindica un avance en el concepto de inspec-ción educativa a lo largo de la historia.Esos ojos y oídos de la inspección, de losque hablábamos antes no pueden quedar-se en el mero control en la actualidad, sino conducen a la evaluación y al asesora-miento.

LA FUNCIÓN DE EVALUACIÓN

En la misma LEGE de 1970, se establece,entre las funciones de la inspección, »eva-luar el rendimiento educativo de los cen-tros docentes y de los profesores de suzona respectiva o de la especialidad a sucargo, en colaboración con los ICES».

La LOGSE reduce la función a estaspalabras: 'participar en la evaluación delsistema educativo». Esta evaluación del sis-tema, según la propia ley, se deberá orien-tar a las demandas sociales y, se aplicará atodo el sistema educativo y a la propia ad-ministración. Los ojos y oídos de la inspec-ción, no sólo deben mirar hacia afuera,sino hacia dentro. Se indica la necesidadde la autoevaluación.

En la LOPEG, cuando se refiere a lafunción de evaluación, precisa a quiéndebe ir dirigida esta evaluación del sistemay ordena, en el artículo 36, 'participar en la

evaluación del sistema educativo, especial-mente, en la que corresponde a los centrosescolares, a la función directiva y a la fun-ción docente, a través del análisis de la or-ganización, funcionamiento y resultadosde los mismos». La LOCE mantiene estafunción tal como está.

Como decíamos, no se pueden conce-bir las funciones de control, evaluación yasesoramiento de manera inconexa, sinoque unas deben ser consecuencia de lasotras y conducda la mejora de la prácticadocente.

Para realizar con dignidad las funcio-nes inspectoras, la LOPEGC quiere unosinspectores profesionales y altamente cua-lificados. Esta ley corrige o, mejor, precisalo que la anterior no se había atrevido aplasmar y es la de una inspección profesio-nalizada y especializada. Implica a la ins-pección en la -mejora de la prácticadocente y del funcionamiento de los cen-tros, así como en los procesos de reformaeducativa y de renovación pedagógica».Está claro que, para mejorar la práctica do-cente, es necesario que los inspectores ten-gan una especialización.

Es obvio que se está refiriendo a la ne-cesidad de un tipo de inspección que me-jore la calidad. En otro momento, al hablarde la selección de los inspectores se dice:-podrá tenerse en cuenta, asimismo, la espe-cialización en determinadas áreas, progra-mas o enseñanzas del sistema educativo».Además, para -colaborar en la mejora de lapráctica docente» en secundaria, hay queprestar orientación y asesoramiento a losdepartamentos didácticos de los centros ensu tarea que es la del área o materia quetienen a su cargo. Para ello, los inspectoreshan de poseer una formación científica ydidáctica en la misma.

Esta ley generó un documento poste-rior sobre las medidas para la calidad de laenseñanza en donde se habla de una ins-pección generalista y otra especializada so-bre determinadas áreas, programas oniveles educativos, y se indica que hay que

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tenerlo en cuenta al organizar el serviciode inspección.

Para muchos inspectores, las normasestaban claras pero determinadas interpre-taciones de ellas dieron lugar a una larga ydifícil polémica a resultas de la cual, la másperjudicada ha sido la propia inspección y,por ende, el sistema educativo. Este des-concierto ha dado lugar a que la nueva Leyde Calidad precise, en el Artículo 106cómo debe ser la organización de la ins-pección: «el gobierno, previa consulta a lasComunidades Autónomas, establecerá lasespecialidades básicas de inspección edu-cativa, teniendo en cuenta, en todo caso,los diferentes niveles educativos y las es-pecialidades docentes».

Está claro que la inspección tiene lacompetencia legal de vigilar y asesorar to-das las áreas, materias y programas del sis-tema educativo, pero, como dice GonzálezVila', esto no quiere decir que tenga lacompetencia técnica. Simple y llanamente,porque no podemos abarcar todo y cadainspector está formado como profesor, sal-vo excepciones, en una sola área determi-nada del saber, y aún más, difícilmentepodrá asesorar, evaluar y controlar la ense-ñanza en todas las áreas.

Algo parecido debería ocurrir con laexperiencia docente. Se debería exigir ex-periencia docente en primaria o en secun-daria para inspeccionar los diferentesniveles según la experiencia previa.

Para realizar la función de evaluación,es necesario, también, especializarse en lossistemas y métodos, con una gran habili-dad y empleando las técnicas adecuadaspara que resulte provechosa. Los inspecto-res deben ser formados en esas técnicasevaluadoras, como en otras instrumentalesy complementarias para llevar a cabo susfunciones con dignidad. Nos referimos,por ejemplo, a algunos conocimientos de

estadística, nuevas tecnologías de la infor-mación y la comunicación, y otras muchas.

Las funciones pues de la inspección,son, más o menos, similares en las grandesleyes habidas hasta el momento: la LGE, laLOGSE, la LOPEG y la LOCE. Todas coin-ciden en tres funciones: velar por el cumpli-miento de las leyes, asesorar a los profesoresy a los centros, y evaluar.

No nos hemos detenido en otras fun-ciones de la inspección que son de sumaimportancia pero que han sido una tareacomún de todas las inspecciones, comopuede ser la de los programas, tareas quesiempre se han encomendado a la inspec-ción, para lo cual, es necesaria la observa-ción de su actividad docente por medio dela visita al aula, la revisión de la metodolo-gía empleada y la plasmación de todo enlos informes, así como, el papel canaliza-dor entre la Administración y la comunidadeducativa pero que, de alguna manera, es-tán contenidas en las tres funciones ante-riores.

PRESENTE Y FUTURODE LA INSPECCIÓN

Considerando lo que han sido a lo largo dela historia, las funciones de la inspecciónseguirán siendo muy similares, aunque losprocedimientos empleados y el ejerciciode las mismas se vean abocados a formasmuy diferentes de actuación. La compleji-dad del sistema educativo, cada vez mayor,exigirá una organización que vaya adap-tándose a los signos de los tiempos y, paraello, se exigirá un alto grado de especiali-zación y de profesionalidad, que requeriráuna preparación científica, técnica e, inclu-so, tecnológica para poder desenvolversecon soltura.

La Ley Orgánica de Calidad de la Edu-cación dedica el Título VII a la inspecciónentendida como competencia de los pode-

(1) T. GONZÁLEZ \PILA: Sobre el futuro de la Inspección educativa. Consideraciones en el umbral del siglo

MG., en Revista de Educación, 320 (1999) MECD.

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res públicos y como instrumento importan-te para mejorar la calidad de la enseñanza.Establece el marco general de la misma yen el título preliminar, la cita en los princi-pios de calidad junto con la evaluación delsistema educativo.

El artículo 102 dice de la inspeccióneducativa: -1. Es competencia y responsa-bilidad de los poderes públicos la inspeccióndel sistema educativo. 2. Las administracio-nes públicas competentes ejercerán la ins-pección educativa dentro del respectivoámbito territorial y de conformidad con lasnormas básicas que regulan esta materia.El ejercicio de la función inspectora se re-alizará sobre todos los elementos y aspec-tos del sistema educativo, a fin de asegurarel cumplimiento de las leyes, la garantía delos derechos y la observancia de los deberesde cuantos participan en los procesos de en-señanza y aprendizaje, la mejora del sistemaeducativo y la calidad de la enseñanza».

Lo novedoso en esta redacción es quedeja claro que las administraciones auto-nómicas tienen que ejercer la inspecciónen su territorio, de acuerdo con las normasbásicas que prescribe el Estado. Le preocu-pa, de forma especial, la incidencia de lainspección en todo el sistema educativopara lograr la calidad del mismo.

Respecto a las novedades que la Leyde Calidad de la Educación nos aporta, re-ferentes a las funciones de la Inspección, esalgo que está ya implícito en las funcionesque ha habido a lo largo de los años peroque, ahora, es la Ley la que lo señala, amplíaen unos casos y precisa en otros, si bien, escierto que en los decretos y órdenes poste-riores se aclarará y precisará más aún, tantoen la normativa ministerial como en la quedesarrollen las Comunidades Autónomas enel ejercicio de sus competencias.

Ya, en la LOPEG, se habían precisadolas funciones y la LOCE, en el artículo 105,así lo recoge pero añade un punto que dauna nueva redacción: »supervisar la prácti-ca docente y colaborar en su mejora conti-nua y en la del funcionamiento de los

centros, así como en los procesos de refor-ma educativa y de renovación pedagógica».

Si la Ley indica esto es porque quiereobligar a la inspección a su cumplimientode manera especial. Y no es que sea nadanuevo, es que a veces se ha supeditado aotras tareas, generalmente burocráticas,que han impedido, en algunos casos, cum-plir con las tareas de supervisión, asesora-miento y evaluación.

Para supervisar la práctica docente esnecesario que los inspectores posean unaamplia formación didáctica y científica, poreso, en el artículo 106, que se refiere a laorganización de la inspección educativa,se señala que: »el Gobierno, previa con-sulta a las Comunidades Autónomas, esta-blecerá las especialidades de frispeccióneducativa, teniendo en cuenta, en todocaso, los diferentes niveles educativos y lasespecialidades docentes».

No es preciso añadir nada a algo quequeda suficientemente claro. Este mandatode una Ley Orgánica obliga a todas las ad-ministraciones educativas del estado espa-ñol para que los servicios de inspecciónse organicen, de ahora en adelante, te-niendo en cuenta los niveles educativosy la especialización de los inspectores. Y,por si fuera poco, en el punto siguientedel artículo, se dice que 4a provisión depuestos se hará conforme a las especiali-dades establecidas».

La mejor manera de prestar orienta-ción a los Profesores y a los departamen-tos didácticos, especialmente en laEnseñanza Secundaria, es, lógicamente,refiriéndose a la materia o asignatura queenseñan y para la que se han preparado,y, así, se colabora en la mejora de lapráctica docente y en la calidad de la en-señanza. Es obvio que esto no se puedeimprovisar y que la experiencia previa enel nivel y en la especialidad, junto con lapreparación científica y didáctica en la mate-ria a través de los estudios universitarios y laoposición correspondiente, son condiciónnecesaria para llevarlo a cabo.

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La inspectora W Dolores de Prada2,desde sus profundos conocimientos y suexperiencia en el mundo educativo, afirma:«el asesoramiento necesita fundamentar suestrategia en principios científicos, psicoló-gicos y contextualizadores, de aquí la ne-cesaria especialización del inspector y suprivilegiada situación de proximidad, y almismo tiempo, lejanía. Especializaciónen las áreas curriculares y en los princi-pios educativos, pedagógicos y didácti-cos. Proximidad, para conocer de cercalos problemas y su contexto, lejanía paraque su asesoramiento, que ayudará aotros a tomar la decisión, se libere de in-fluencias regidas por intereses ajenos alhecho educativo».

Teófilo González Vila, en su artículo,«el futuro de la inspección educativa'»,dice: «es posible una sociedad sin escuelapero no, en absoluto, sin educación. Y, porlo mismo, aún en esa hipótesis extrema,será preciso la función inspectora del po-der público (...) y tendrá el deber de vigi-lancia sobre el mundo de la educación,cualesquiera sean los medios, procesos,agentes, etc. que lo pueblen en el futuro,para tutelar y defender, en ese ámbito, losvalores e intereses que integran el bien co-mún público. Esa función de vigilancia so-bre la educación de los ciudadanos debeestar dentro del respeto a la libertad (...)para asegurar a todos las condiciones bá-sicas de igualdad en el ejercicio del dere-cho fundamental a la educación (...) y parael control del rendimiento social de los fon-dos públicos».

El objetivo de la inspección en la ac-tualidad estará determinado por los finesdel proceso educativo que son los de laeducación integral de las personas y la so-

ciedad del momento en el que vivimos. Ala inspección, le corresponderá asegurarlos intereses educativos que constituyen elpatrimonio del bien común. La inspecciónde educación debe ser, pues, un sujeto ac-tivo e influyente sobre el sistema y, por lotanto, es absolutamente necesaria e im-prescindible para el desarrollo y la mejorade la educación.

Esta reflexión nos lleva a considerarcuál es el sentido y la razón de ser de lainspección y lo que la administración edu-cativa debe exigirle.

La inspección no puede ejercer susfunciones controladoras, asesoras y eva-luadoras sobre la calidad educativa, si noes sujeto ella misma de la calidad, tanto encuanto a las exigencias para con ella mis-ma, corno a los fines que quiere alcanzarpara conseguir dicha calidad.

Porque las funciones de control, eva-luación y asesoramiento, en sí mismas, noson patrimonio exclusivo de la inspecciónde educación. Existen otros servicios de laAdministración que pueden realizar estasfunciones dentro o fuera de los propioscentros para que mejoren sus actuacionesen aras de la calidad educativa. No obstan-te, es la administración educativa la queadjudica esta competencia a la inspecciónde educación, en cumplimiento del man-dato constitucional (Art.27) de inspeccio-nar y homologar el sistema educativo.

Ana Isabel Echevarría, en la ponenciadada en los cursos de la Universidad deverano de Castilla-León, en Segovia, 20023,señala el control que deben hacer los ins-pectores en los diferentes niveles del siste-ma educativo.

Así, en la enseñanza primaria, se de-ben acometer actuaciones de, «controlar y

(2) M' D. DE PRADA VICENTE: -Las Funciones de Asesoramiento y Evaluación ., Conferencia pronunciada en

el curso sobre -La Inspección como factor de calidad., en la Universidad de verano de Castilla-León. Segovia,

septiembre 2002.

(3) A. I. ECIIEVARRIA VERGARA: -La Inspección en la Enseñanza Obligatoria y el Bachillerato .. Conferencia

pronunciada en el curso sobre .La Inspección como factor de calidad ., en la Universidad de verano de Castilla.

León. Segovia, septiembre 2002.

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supervisar el proyecto curricular, y las pro-gramaciones de aula; supervisar, evaluar yasesorar la práctica docente; controlar yevaluar la eficacia con la que los centrospúblicos organizan los horarios del profe-sorado para atender las necesidades de losalumnos (actividades de refuerzo y amplia-ción, atención a ACNEES, alumnos decompensatoria); evaluar en qué grado losalumnos escolarizados en cada centro es-tán adquiriendo las competencias básicasde la enseñanza; realizar planes de evalua-ción de centros; asesorar a la administra-ción educativa en la elaboración demedidas que mejoren el funcionamientode los centros sostenidos con fondos pú-blicos, especialmente, de aquellos conpeores resultados».

En la ESO, la inspección debe dirigirsus actuaciones prioritarias hacia, »la su-pervisión y asesoramiento sobre la organi-zación de los recursos del centro para eltratamiento de la diversidad del alumnado(agrupamientos, tiempos, adaptaciones delcurrículo, programas, funcionamiento deldepartamento de orientación); control ysupervisión de los recursos humanos y ma-teriales adjudicados a los centros y, de sugestión en los mismos; control de los resul-tados obtenidos por los alumnos; supervi-sión de las medidas adoptadas por elcentro para controlar el absentismo, paramantener la disciplina y para relacionarsecon las familias».

Las actuaciones prioritarias de la ins-pección en el bachillerato deben incidiren: «control y asesoramiento sobre la orga-nización de los itinerarios ofertados por loscentros. Control sobre los procedimientosde orientación a los alumnos. Control y su-pervisión de las programaciones didácticasy de su seguimiento en el aula. Asesora-miento e información a los equipos direc-tivos y a los departamentos didácticos.

Control e información de los resultadosobtenidos por los alumnos, especialmente,en la prueba de acceso a la universidad (y,a partir, de ahora en la PGB). Evaluaciónde centros».

En cuanto a las tareas que en un futurodeberá desempeñar la inspección, creo ydeseo que vayan desapareciendo paulati-namente las burocráticas y aumentando lastareas más propias de la inspección que re-querirán más alta cualificación y que de-ben conducir a la mejora de la calidad dela enseñanza. Desgraciadamente, la orga-nización actual de los diferentes serviciosde inspección no deja, apenas, espacio nitiempo para que los inspectores puedandesarrollar sus funciones.

En tanto se mantengan y amplíen estasfunciones, la existencia de la inspecciónestará asegurada y, por el contrario, la faltade calidad en la inspección, propiciada porla negligencia, la ineficacia y la falta deprestigio, acabará con la necesidad, quelos poderes públicos tienen, para valersede ella.

Según García Garrido', además de lacoincidencia de las tres funciones que he-mos señalado, hay una serie de convergen-cias en los Servidos de Inspección europeos,y, entre ellas, destaca, precisamente, la pri-macía de la función evaluadora, la especiali-zación creciente y la vigilancia de lamejora del rendimiento académico comoobjetivo principal, que constituye el mejorsíntoma de la calidad educativa.

¿Qué se le debe exigir, pues, al inspec-tor? Formación científico-técnica y didácti-co-pedagógica, y cualidades humanas.Debe estar en permanente formación y ac-tualización. Debe sujetarse a las exigenciasjurídicas, ser independiente respecto aotras exigencias, estar revestido de cualida-des humanas, de inteligencia teórica ypráctica, buen trato y cierto don de gentes.

(4) J. L. GARCIA GARRIDO: -La inspección educativa en el ámbito de la Unión Europea .. Actas del SimposioInternacional de Inspección Educativa 2000, MECD.

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Ha de ser dialogante, tener alta capacidadtécnica y riguroso sentido ético, tener unprestigio profesional y ser elegido entre losmejores profesores. La inspección debesalvaguardar la unidad como elementovertebrador del sistema del Estado de lasAutonomías.

Además, si la objetividad en las actua-ciones y la ética profesional es condiciónsine qua non de cualquier profesión, parala inspección, lo ha de ser mucho más.Cualquier actuación debe estar impregna-da de rigor e independencia y con soportelegislativo. El mismo artículo citado en lanota 1 señala:

«Cuando se invoca la profesionalidaden el ejercicio de una actividad (...) educa-tiva, (...) es en el rigor científico-técnicodonde reside la más segura garantía de esaindependencia respecto de pretensiones einfluencias extrañas a la función misma.Con frecuencia, la profesionalidad apare-ce, contextualmente contrapuesta a politi-zación». (González-Vila).

Esta misión vertebradora está especial-mente encomendada por la Ley a la AltaInspección de Educación en el capítulo Idel Título VII de la LOCE: «corresponde alestado, la Alta Inspección educativa, paragarantizar el cumplimiento de las faculta-des que le están atribuidas en materia deenseñanza en las Comunidades Autóno-mas, la observa nción de los principios ynormas constitucionales aplicables y de-más normas básicas que desarrollan el ar-tículo 27 de la Constitución». El artículosiguiente define las competencias que se leatribuyen y la consideración de autoridadpública en el ejercicio de sus funciones.

En las diferentes Comunidades Autó-nomas, existe una diversidad de situacio-nes y modelos de inspección debido a unsistema educativo descentralizado cuya com-plejidad y vertebración se está manifestandoun tanto complicada y, a veces, confusa,llena de dificultades de interpretación.

Nuestro sistema educativo es uno, a lavez que, plural y eso es difícil de entender.

Como todos sabemos, hay una normativabásica promulgada por el Estado, de obliga-do cumplimiento por las administracioneseducativas autonómicas, y unas aplicacionesen cada comunidad que le da su impronta y,las asume y completa.

La Constitución española, en el artícu-lo 2, ordena: «los poderes públicos garanti-zarán el derecho de todos a la educación»y, en el 27.5, «los poderes públicos inspec-cionarán y homologarán el sistema educa-tivo» (...). Y, es la misma Constitución, laque garantiza la igualdad de derechos, de-beres y libertades de todos los españoles,por tanto, también, del derecho a la educa-ción, que tienen que garantizar los poderespúblicos, el del estado y el autonómico.No son dos poderes contrapuestos, ni si-quiera paralelos, como pueden pretenderalgunos. Hay un solo sistema educativo,no diecisiete. Cada Administración partici-pa en la organización del sistema educati-vo español en su propio territorio, con suspeculiaridades y especificidades, pero sinolvidar que forma parte de un todo que esel sistema educativo español.

Las dos administraciones, la estatal y laautonómica, se complementan. Cada unadebe asumir sus competencias pero el Es-tado debe ser garante de la unidad del sis-tema, que no significa de la uniformidad.Por eso, nuestro sistema educativo cuentacon dos tipos de inspección: la InspecciónTécnica en cada una de las autonomías yla Alta Inspección del Estado.

Las funciones de una y otra inspecciónestán definidas en la legislación: las de laAlta Inspección, se refieren sólo a la verifi-cación y control, junto a la información so-bre la correcta interpretación de lasnormas estatales por la administración au-tonómica. Las de la Inspección Técnica serefieren al ámbito del administrado: cen-tros, profesores, alumnos, programas, etc.

Toda esta visión general de la evolu-ción de la inspección nos debe conducir ala conclusión de que la inspección educa-tiva es fundamental para llevar a la práctica

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la correcta ejecución e interpretación delas leyes y ordenamientos en materia deeducación. Y, todos los gobiernos y admi-nistraciones deben considerar fundamental eltrabajo de la inspección y de los inspectores,como apoyo a la correcta implantación de lasreformas educativas, asesorando y orientan-do a los miembros de la comunidad.

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