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La Joya de las Siete Estrellas Por Bram Stoker

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LaJoyadelasSieteEstrellas

Por

BramStoker

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Unallamadaenlanoche

Todoparecíatanrealqueapenaspodíaimaginarquemehubieraocurrido.Y, sin embargo, cada episodio semepresentaba, antes que comounanuevafase de la lógica de las cosas, como algo esperado.Es de estemodoque lamemoriagasta susbromas,parabienoparamal,paracausarplaceropena,bienestaroaflicción.Estoesloquehacequelavidaseadulceyamargaauntiempo,yqueloquenoshasidodadoseconviertaeneterno.

Unavezmásveíaelligeroesquifebalancearseconperezaenlastranquilasaguas,resguardándosedelferozsoldejulioalasombradelasramasdesauceque se extendían por encima del río. Yo estaba de pie sobre la oscilanteembarcaciónyellapermanecíasentada,sinmoverse,mientrasseprotegíaconlasmanos de las ramitas de los sauces.Una vezmás veía el agua de colorpardo con reflejos dorados bajo el dosel verde y translúcido, y el tonoesmeraldadelaorillaherbosa.Nuevamente,sentadosalasombra,rodeadosdelos infinitos sonidos de la naturaleza, que se fundían con un murmullosoñoliento,enunentornodondeelmundo,consusproblemasperturbadoresysus nomenos perturbadoras alegrías, parecía definitivamente olvidado.Otravez, en aquella maravillosa soledad, ella, dejando a un lado losconvencionalismosdesueducación,mehablaba,conairesoñadorylamayornaturalidad,desunuevaysolitariavida.Contonodetristeza,mehizosentircómoenaquellacasaespaciosatodossusmoradoresestabanaisladosacausadelamagnificenciapersonaldesupadreydeellamisma.Queallínoexistíanlasimpatíaylaconfianza,yqueinclusoelrostrodesupadreseleantojabatandistantecomolavidaruralqueenuntiempohabíallevado.

Unavezmás,elbuenjuiciodemihombríaylaexperienciaquemehabíandado losaños sepusieronal serviciode la joven,comosimiyoobedecieraunaordenperentoria.Unavezmássemultiplicaronlossegundos, infinitosyfugitivos.Puesesenelmisteriodelossueñosdondelaexistenciaemergeyserenueva, cambia y permanece inalterada, como el alma de un músico alinterpretarunafuga.Yasílamemoriaseperdíaenelrecuerdosiemprequemesumíaenelsueño.

Aun en el Edén la serpiente levanta la cabeza entre las ramas bajas delárboldelaSabiduría.Elsilenciodelanochesinsueñosesrotoporelfragordelalud;elsiseodesúbitostorrentes;elsonidometálicodelacampanadelalocomotora interrumpiendoeldescansodeunpobladoenAmérica;el rumordedistanteschapoteosenelmar…Loquequieraquesea,estárompiendoelencantodemiEdén.Eldoseldelbosqueporencimadenosotros,punteadode

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luzdiamantina,parecetemblarenelincesantebatirdelaruedadepaletas,ylaintranquilacampanasiguesonando,comosinoquisieradescansar…

Peronuncaexisteeldescansoperfecto.Depronto,laspuertasdelsueñoseabrieron de par en par y mis oídos percibieron la causa de aquel sonidoperturbador.Lashorasdevigiliasondemasiadoprosaicas,yenlacallehabíaalguienllamandoaalgunapuerta.

Enmishabitacionesde lacalleJermyanestabaacostumbradoaesaclasede sonidos; por lo general, estuviese dormido o despierto, los ruidos quehicieran mis vecinos no me inquietaban, por fuertes que fueran. Pero esteruidoerademasiadocontinuoeinsistenteparaquenolehiciesecaso.Detrásde él había una especie de inteligencia activa. Sin motivo alguno nipremeditación,me levanté. Instintivamentemiré el reloj; eran las tres de lamadrugada y el leve resplandor de la aurora ya iluminaba mi cuarto. Eraevidentequequienllamaseestabahaciéndoloalapuertaprincipaldenuestracasa, y era evidente, también, que nadie estaba despierto para atender lallamada.Mepuselabataylaspantuflasyfuialvestíbulo.

Al abrir la puerta principal vi a un elegante lacayo, que con una manoseguía oprimiendo el timbre mientras con la otra golpeaba el aldabón. Encuantomevio,dejódehacerlo.Se llevóunamanoa laviserade lagorraytendiólaotraparaentregarmeunacarta.Antelapuertaviunelegantecochetiradoporcaballos.Unpolicíaconlalinternaaúnencendidaatadaalcinturón,seacercóatraídoporelruido.

—Le pido perdón, señor, por haberlo molestado, pero tenía órdenesprecisas.Además,mehandichoquenoperdieseuninstanteyquenodejasedellamaralapuertahastaquealguienabriese.¿ViveaquíelseñorMalcolmRoss?

—YosoyelseñorMalcolmRoss.

—Entalcaso,señor,lacartayelcochesonparausted.

Movidopor la curiosidad, cogí la carta que aquel hombreme entregaba.Soy abogado, y a lo largo demi carrerame enfrenté a casos bien extraños,peroaquéllossuperabaatodos.Retrocedíhastaelvestíbulo,entornélapuertay encendí la luz. La carta, escrita, evidentemente, por una mano de mujer,carecíadeseñasyrezabaasí:

Dijo usted que me ayudaría en caso de que fuese necesario y estoyconvencidadequesuspalabrasfueronsinceras.Laocasiónsehapresentadoantesdeloqueesperaba.Meencuentroenproblemasynoséaquiénacudirnide qué echar mano. Me temo que han querido asesinar a mi padre. Estáinconsciente,perograciasaDiostodavíaconvida.Hellamadoalosmédicosyalapolicía,peronotengoanadieenquienconfiar.Vengadeinmediato,sile

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es posible, y le ruego que me perdone. Supongo que más adelantecomprenderáelmotivoporelque lepidoeste favor,peroahoranoestoyencondicionessiquieradepensar.Deseprisa,vengacuantoantes.

MARGARETTRELAWNY

Mesentíentusiasmadoy,alavez,preocupado.Perodominólaideadequeaquellamujersehallabaenproblemasysolicitabamiayuda.Demodo,pues,quehabíaexistidounmotivoparaquesoñaseconella.

Llaméallacayoyledije:

—Aguarde;enunminutoestaréconusted.

Subí corriendo por las escaleras.Me lavé yme vestí, y al cabo de unosminutos recorríamos las calles todo lo deprisa que permitían el tráfico y lasordenanzasmunicipales.Yohabíapedidoallacayoquesesentaraamiladoenla cabina, pues quería que durante el trayectome pusiese al corriente de losucedido.Élaccedió,nosinciertoazoramiento,ycomenzóahablar.

—La señorita Trelawny, señor, envió un sirviente solicitándonos quedispusiéramos de inmediato un coche.Más tarde vino ella en persona paraentregarmelacartaypedirlealviejoMorgan,elcochero,quesedieraprisa.Mepidióquenoperdieseun segundoyquenodejasede llamara lapuertahastaqueabriesen.

—Lo sé, lo sé; esoyame lodijo.Loquedeseo saber esporquémehahechollamar.¿Quéhaocurridoenlacasa?

—Loignoro,señor.Todoloqueséesquehallaronalamoensuhabitación,sin sentido, conunaherida en la cabezay las sábanas ensangrentadas.Si laseñoritaTrelawnynolohubieradescubierto, lomásprobableesquehubiesemuerto.

—¿Ycómofuequelodescubrióaesashorasdelanoche?

—Lodesconozco,señor;nadiemehahabladodelosdetalles.

Esofuetodoloquedijoellacayo.Hicedetenerelcocheporuninstanteydejé que ocupase su puesto fuera de la cabina.Una vez a solas, comencé areflexionar. Había muchas preguntas que debería haberle hecho a aquelhombre, y por unos segundos me sentí irritado conmigo mismo por haberdejado pasar la ocasión. Sin embargo, enseguida decidí que sería mejorenterarmedelospormenoresporbocadelaseñoritaTrelawnyqueporunodesussirvientes.

Rápidamente seguimos nuestro camino a lo largo de Knightsbridge; lasruedasdenuestrococheresonabanenelairedelamañana.LuegogiramosenKensingtonPalaceRoad,yporfinnosdetuvimosdelantedeunagranmansión

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situadaamano izquierda,máscerca, segúnobservé,deNottingHillquedelfinal de la avenida. Se trataba de un edificio magnífico, no sólo por susdimensiones, sino por su concepción arquitectónica.Y aun a la luz grisáceadelamanecer,quesuelehacerquelascosasparezcanmáspequeñasdeloqueson,seveíaenorme.

LaseñoritaTrelawnymerecibióenelvestíbulo.Nodistinguíenellarasgoalgunodetimidez.Alparecer,ejercíasuautoridadsobrequieneslarodeabanmerced a su fuerte personalidady a su exquisita educación, lo cual eramásnotabledebidoaqueestabamuypálidayagitada.Enelvestíbulohabíavariossirvientes.Loshombres sehabíanagrupadocercade lapuertay lasmujeresocupaban los rincones más alejados. Un comisario de policía acababa demantenerunacharlaconlaseñoritaTrelawnyycercadeélhabíadosagentesdeuniformeyunodepaisano.Cuandoellamedioimpulsivamentelamano,una mirada de alivio apareció en sus ojos, y dejó escapar un suspiro desatisfacción.

—Yasabíayoquevendría—dijoamododesaludo.

Elmodoenquealguienda lamanopuede sermuysignificativo, aunquecon él no se quiera expresar nada en particular. La mano de la señoritaTrelawnyparecióperderseenlamía,noporquefuesepequeña—aunqueeradelgada y flexible, de dedos largos y delicados, y poseedora de una extrañabelleza—, sinoporque reflejabauna sumisión inconsciente.Yaunqueporelmomentonoconseguíaadivinarelmotivodelsentimientodeemociónqueseapoderódemí,mástardelocomprendí.

Ellasevolvióhaciaelcomisarioydijo:

—LepresentoalseñorMalcolmRoss.

—Ya lo conozco, señorita —contestó amablemente el comisario—.Recuerde que tuve el honor de trabajar con él en el caso de losmonederosfalsosdeBrixton.

Como toda mi atención estaba centrada en la señorita Trelawny, alprincipionoloreconocí.

—¡Porsupuesto,comisarioDolan!—exclaméal fin—.Lorecuerdomuybien.

Nosestrechamoslamano,locual,alparecer,alegróalaseñoritaTrelawny.Observé en ella cierto desasosiego; instintivamente, sentí que deseaba demaneraimperiosahablarasolasconmigo.Demodoquedijealcomisario:

—Tal vez sea mejor que hable unos minutos con la señorita Trelawny.Usted, por supuesto, ya estará al corriente de todo lo sucedido. Creo queentenderémejorlospormenoresdelcasosilehagounascuantaspreguntasala

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señorita.Despuéshablaréconusted,comisario.

—Porsupuesto—contestóelpolicíacontonocordial.

Seguí a la señorita Trelawny hasta una salita que daba al vestíbulo y aljardíndelaparteposteriordelacasa.Unavezquehubimosentrado,ellacerrólapuertaydijo:

—Más tarde ledaré lasgraciaspor loamablequehasidoalacudiramillamada,peroahorapodráayudarmemejorcuandoconozcaquéhaocurrido.

—Adelante,laescucho—dije—.Cuéntemetodoloquesepaynoescatimedetallealguno,portrivialqueleparezca.

Trasuninstantedesilencio,ellaprosiguió:

—Medespertóunruido.Desconozcoquéera;sóloséquelooíensueños,porque desperté al instante, agitada, y agucé el oído. Mi dormitorio escontiguo al demi padre, y amenudo, antes de dormirme, lo oigomoverse.Trabajahastamuytardeporlanoche,demaneraquesialgunavezdespiertomuytemprano,oalamanecer,aúnoigosusmovimientos.

»En cierta ocasión intenté demostrarle quedormir tan poconopodía serbuenoparaél,peronomequedaronganasderepetir laexperiencia.Yasabeustedcuánseveropuedeser,recordaráqueselodijecuandolehablédeél,ycuanto más cortés intenta mostrarse, tanto más terrible resulta. Cuando seenfadaabiertamente,aúnpuedosoportarlo,perocuandosemuestraflemáticoyprudente,yesbozaunasonrisaquedejasusdientesaldescubierto,créamequeme siento…¡no sé cómoexplicarlo!Anocheme levantéprocurandonohacer ruido para no importunarlo, yme acerqué a su puerta.No oí nada, aexcepción de un leve ruido, como si arrastrasen algo, seguido de unarespiración lenta y pesada. Fue terrible aquella espera en la oscuridad,temerosasinsaberdequé.

»Porfin,mearmédevaloryentreabrílapuerta.Dentrotodoeratinieblas,ysólopudedivisarlasiluetadelasventanas.Elsonidodeaquellarespiraciónpesada sonaba todavíamás espantoso. Agucé el oído, pero fue todo lo quepercibí.Abrí lapuertadel todo,pues temíahacerlo lentamente, ¡teníamiedodequealgohorriblesaltasesobremí!Encendílaluzyentréenlahabitación.Enprimerlugar,miréhacialacama.Lassábanasestabanrevueltas,demodoquecomprendíquemipadresehabíaacostado,peroenelcentrodelacamahabíaunagranmanchadecolorrojooscuro,queseextendíahastalosbordes.Sentíquesemedeteníaelcorazón.Dirigí lamiradahaciael lugardedondeprocedíaelsonidodeaquellarespiración.Mipadreyacíaenelsuelo,sobreellado derecho, como si hubiesen arrojado su cuerpo. El rastro de sangredescendía al suelo desde la cama y cruzaba la habitación para formar uncharco rojoybrillante alrededorde su cuerpo.Mipadrevestía supijama,y

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estabatendidodelantedelacajadecaudales.Lehabíanarrancadolamanga,ysubrazodesnudoapuntabahaciaaquélla.

»Eraespantosoelaspectodeaquelbrazo,cubiertodesangre,en lacarnearrancadaocortadaentornodeunacadenadeoroquellevaenlamuñeca.Yonuncaselahabíavistoantes,ymesorprendió.

Hizounapausayyo,enunintentodetranquilizarla,dije:

—Eso no debería sorprenderla.Muchos hombres llevan pulseras de oro.Yoconocíaun juezque teníaunaen lamuñeca; lodescubrícuandoalzó lamanoenelinstanteenquecondenabaamuerteaunhombre.

Ellanopareciócaptarlaintencionalidaddemispalabras;aunasí,algomásrelajada,prosiguiócontonosereno:

—No perdí un segundo en demandar ayuda, pues temía que mi padremuriese desangrado.Hice sonar la campanilla, luego salí de la habitación yempecé a dar voces.Al cabo de un tiempo queme pareció eterno, llegaroncorriendoalgunoscriados;ydespuésotros,todavíaconsuscamisasdedormirylosojossomnolientos.

»Tendimosamipadresobreel sofá,yelamade llaves, laseñoraGrant,quesemostrabamásserenaquecualquieradenosotros,comenzóaestudiarelcuerpoenbuscadelaheridadedondemanabalasangre.Resultóqueprocedíadelbrazodesnudo.Eraunaheridaprofunda,no laqueproduceel filodeuncuchillo, sino como si algo o alguien le hubiese desgarrado la muñeca; alparecer, teníaunavenaseccionada.LaseñoraGrant improvisóun torniquetecon un pañuelo y una plegadora de plata, y de ese modo logró parar lahemorragia.Entretanto,yoestabamásserena,yenviéauncriadoenbuscadeldoctoryaotroenbuscadelapolicía.Encuantosehubieronmarchado,caíenlacuentadeque,salvolossirvientes,yoestabasolaenlacasa,ynosabíanadasobremipadreniningunaotracosa,ydeprontosentílaurgentenecesidaddepedir a alguien queme ayudase. Pensé en usted, en el ofrecimiento quemehizoelveranopasadobajoel sauce,y sinpensármelodosvecesordenéqueenviasenuncocheporustedyleescribílaslíneasquehaleído.

Hizounapausapara,trasunesfuerzoevidente,continuar.

—Elmédicotardómuypocoenllegar,porqueelcriadotopóconélenlacalle. Mientras curaba a mi padre, lo cual comenzó a hacer de inmediato,cambiándoleeltorniqueteporotromásapropiado,llegóunagentedepolicía,quienseapresuróaenviarunavisoalacomisaría.Elcomisariosepresentóenpocosminutos.Luego,llegóusted.

Guardó silencio, y entonces me atreví a tomarle la mano por unossegundos. Sin pronunciar palabra, abrimos la puerta y regresamos junto al

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comisario,queguardabaenelvestíbulo.Alvernos,seacercóydijo:

—He examinado todo y acabo de enviar un aviso a ScotlandYard. Esteasuntoesmuyextraño, señorRoss,ymehaparecidoconvenientepedirquenosmanden almejor especialista que tengan en la brigada de investigacióncriminal.PorestarazónhesolicitadoqueadjudiquenelcasoalsargentoDaw.Supongo que lo recordará usted, porque intervino en la investigación delenvenenamientodeHoxton.

—Lorecuerdomuybien—dije—.Enesecaso,yenotros, tuvelasuertedecontarconsuperspicaciaypericia.Eselmejorparaestaclasedetrabajo.Yocreíaenlainocenciademicliente,¡ymealegrédequeélestuvieracontranosotros!

—Esoesungranelogio,señor—dijoelcomisariocontonodesatisfacción—.Mealegraqueapruebemielección.

—Nopodíasermejor.Estoysegurodequeentretodosdescubriremosquéhaydetrásdeestoshechos.

A continuación nos dirigimos hacia la habitación del señor Trelawny,dondedescubrimosquetodoestabatalcomosuhijahabíadescrito.

Poco después sonó el timbre de la puerta y un minuto más tarde sepresentóun jovendeperfil aguileño,ojosgrisesdemiradapenetranteyunafrente anchapropia de quien está acostumbrado a reflexionar.Llevaba en lamanounmaletínnegro,queseapresuróaabrir.LaseñoritaTrelawnyhizolaspresentaciones:

—SeñorRoss,comisarioDolan,ésteeseldoctorWinchester.

Encuantonoshubimossaludado,élpusomanosalaobra.Loobservamosmientrasprocedíaacurarlaherida.Devezencuandollamabalaatencióndelcomisarioacercadealgúndetalledelalesión,yesteúltimotomabanotaensulibreta.

—Observe —dijo el doctor—. El brazo ha recibido varios cortes orasgadurasparalelosquenacenenelladoizquierdodelamuñecayenalgunospuntosponenenpeligrolaarteriaradial.Esasheridasprofundasydesigualesalparecerhansidocausadasconuninstrumentoromo.Éstaenparticulartieneel aspecto de haber sido hecha con un objeto muy afilado; la carne en losbordespresentahendiduras.—Sevolvióhacia laseñoritaTrelawnyyañadió—: ¿Podríamos quitar esa pulsera? No es absolutamente necesario, peroproporcionaríaciertoalivioalpaciente.

Lajovensuspiró,visiblementeimpresionada,ydijoenvozbaja:

—Nolosé.Hacepocotiempoquevivoconmipadreyapenasconozcosuscostumbresosusideas.

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Elmédicolamirófijamenteydijocontonoamable:

—Leruegoquemeperdone;nolosabía.Encualquiercaso,notieneporquépreocuparse.Yalehedichoquenoesimprescindiblequeselaquitemos.Además, lo haría bajo mi responsabilidad, siempre que lo considerasenecesario.¡Mire!,hayunallavepequeñasujetaalapulsera…

Mientrashablaba,seinclinó,cogiólalámparaqueyososteníaenlamanoy la acercó a la pulsera. Luegome pidió quemantuviese la lámpara en esaposición y extrajo de su bolsillo una lupa. Después de hacer un estudiominucioso,sevolvióhaciaelcomisario,leentrególalupayledijo:

—Véala por ustedmismo.No se trata de una pulsera ordinaria; son treseslabonesdeacerochapadosenoro.Sindudanohasidodiseñadaparapoderquitarlafácilmente,¡seríaprecisoutilizarunalima!

El comisario inclinó su voluminoso cuerpo hacia delante, pero sinacercarsetantoalsofádondeyacíaelheridocomolohabíahechoelmédico.Examinóatentamente lapulsera.Acontinuaciónse incorporóymetendió lalupa.

—Una vez que la haya estudiado—dijo—, permita a la señorita que lohaga, si ella lo desea. —Guardó silencio y procedió a tomar notas en sulibreta.

En lugar de hacer exactamente lo queme pidió, le entregué la lupa a laseñoritaTrelawnyypregunté:

—¿Nopreferiríaexaminarlaustedprimero?

Ellaseechóhaciaatrás,instintivamente,yexclamó:

—¡De ningún modo! Si mi padre hubiese querido que la viese, me lahabríamostrado.No loharía sin suconsentimiento.—Hizounapausay, talveztemiendohabernosofendido,añadió—:Porsupuesto,meparecemuybienqueustedeslainspeccionen.Debentomarencuentatodoslosdetalles,yyo…lesestoymuyagradecida.

Se volvió. Advertí que estaba llorando. Era evidente que a pesar de suansiedad y preocupación, lemortificaba saber tan poco acerca de su propiopadre,yqueesaignoranciaeraunademostracióndequehabíansidoextrañoselunoparaelotro.Elqueenesemomentoestuvieserodeadadehombresnohacía que su pena fuese más fácil de soportar, pero aun así suponía ciertoconsuelo.Intuíquepreferíaesoalapresenciadeotramujer,puessindudaéstahabríasabidointerpretarmejorsussentimientos.

Tras estudiar la pulsera y verificar las observaciones del médico, éstesiguiócurandoalherido.ElcomisarioDolanseacercóamíymesusurróaloído:

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—Creoquehemosdadoconungranprofesional.

Asentíconlacabeza,yenesemomentoalguienllamóalapuerta.

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Extrañasinstrucciones

El comisarioDolan se acercó lentamente a la puerta; todos aguardamos,expectantes.Laentreabrióunospocoscentímetrosyluego,dejandoescaparunsuspiro de alivio, la abrió para permitir la entrada de un hombre joven derostro afeitado, altoy esbelto, de expresión inteligente, que echóuna rápidamiradaalrededor.Elcomisarioseacercóaélyambosseestrecharonlamanoconactitudcordial.

—Hevenidodeinmediatotrasrecibirsumensaje,señorcomisario.

—Nopodíaesperarmenosdeusted—dijoDolan—.¿AcasocreequeheolvidadolosviejostiemposenlacalleBowStreet?

A continuación, y sin más preliminares, empezó a referirle todo lo quesabía hasta el momento. El sargento hizo algunas preguntas, muy pocas enrealidad,apenaslasnecesariasparaponersealcorrientedeloshechos;aunasíel comisario creyó necesario, como era típico en él, extenderse enexplicaciones. Mientras tanto, el sargento Daw echaba rápidos vistazos entorno,fijándoseenlospresentes,incluidoelheridoqueyacíainconscienteenelsofá.

Cuandoelcomisarioterminóconsuexposición,elsargentoseacercóamíydijo:

—Tal vez se acuerde demí, señor.Nos conocimos conocasión del casoHoxton.

—Lorecuerdomuybien—dijealtiempoqueletendíalamano.

—Habrá advertido, sargento —intervino el comisario—, que le hanadjudicadoestecaso.

—Esperoquebajosusórdenes—lointerrumpióDaw.

Dolansacudiólacabezaysonrió.

—Me parece—dijo—, que es una de esas ocasiones que exigen de unhombretodosutiempoysuinteligencia.Tengootroscasosqueatender,peroéstemeinteresaparticularmente,ysipuedoayudardelmodoquesea,estaréencantado.

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—Muybien,señor—lecontestóelsargento,aceptandosuresponsabilidad,ydeinmediatodiocomienzoalasinvestigaciones.

LoprimeroquehizofueacercarsealdoctorWinchester,pedirlesunombrey dirección, y, a continuación, un informe detallado para presentar a sussuperioressifuesenecesario.Elmédicoasintiócongestograve.LuegoDawsevolvióhaciamíymedijoenvozbaja:

—Me gusta este doctor; creo que trabajaremos bien juntos.—Después,dirigiéndose a la señorita Trelawny, agregó—:Le ruego queme comuniquecuantosepaacercadesupadre;suscostumbres,sumododevida,suhistoria.Enunapalabra,todoloqueleparezcainteresante.

Estuveapuntodeinterrumpirloparadecirlequeellayahabíaadmitidosuignoranciasobreestosasuntos,peroellameindicóconunademándelamanoquenolohiciera,ycontestó:

—Desgraciadamente, sémuy poco. El comisario Dolan y el señor Rosspuedendecírselo.

—Muy bien, señorita. Nos contentaremos con lo poco que tenemos—respondió el sargento—.Comenzaré por hacer un examenminucioso. ¿Diceusted que se encontraba al otro lado de la puerta cuando oyó ese ruidoextraño?

—Yoestabaenmihabitación,ymedespertó.Melevantédeinmediato.Lapuertadeldormitoriodemipadresehallabacerrada.Podíaverelrellanoylosescalonessuperioresdelaescalera.Nadiepodríahabersalidodelahabitaciónsinqueyoloadvirtiese,siesaesoaloqueserefiere.

—Puesesoesexactamentealoquemerefería,señorita.Sitodosaquellosconquieneshablesontanelocuentescomousted,prontollegaremosalfondodeesteasunto.Demodoquedebosuponerquequienhayaatacadoasupadreaúnestabaenlahabitacióndeéstecuandoustedentró.

El sargento dijo esta última frase con tono interrogativo, pero nadierespondió.Acontinuación se acercó a la cama, la observódetenidamente, ypreguntó:

—¿Hatocadoalguienestacama?

—Noqueyosepa—respondiólaseñoritaTrelawny—,perolepreguntaréalaseñoraGrant,elamadellaves.—Hizosonar lacampanilla,ycuandolamujersepresentó,ledijo—:Entre,porfavor,estoscaballerosquierensabersialguienhatocadoellechodemipadre.

—Yo,no—respondióelamadellaves.

—Enesecaso—dijolaseñoritaTrelawnyvolviéndosehaciaelsargento—,

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nadie la ha tocado. La señoraGrant y yo estuvimos todo el tiempo aquí, ycuandodi lavozdealarmanohabíaningúncriadocercade lacama.Comoverá,mipadreyacíaenelsuelo,delantedelacajafuerte,ytodossereunieronentornoaél.Deinmediatolespedimosqueseretiraran.

Daw nos indicó a todos que permaneciésemos en el otro lado de lahabitación, y tras sacar una gran lupa de su bolsillo procedió a examinar lacama, teniendo mucho cuidado de no mover las sábanas. Luego estudió elsuelo,sobretodolamanchadesangrequehabíaenél.Sepusoderodillasyobservódetenidamenteelrastroqueibadeésta,delantedelacajafuerte,hastael lecho. Al parecer no encontró nada que le llamase la atención. Acontinuacióninspeccionóelfrentedelacajay,muyespecialmente,launióndelaspuertas.

Luego se acercó a las ventanas, que estaban cerradas, y preguntó a laseñoritaTrelawny:

—¿Estabanaseguradoslospostigos?

Lohizoconun tonocasual, comosiesperaseuna respuestanegativa, talcomoocurrió.

Mientras tanto, el doctorWinchester cuidaba al herido y le vendaba laslesiones de la muñeca. Una vez hecho esto, procedió a un minuciosoreconocimientode la cabeza, la garganta y el pechodel señorTrelawny.Enmásdeunaocasiónacercólanarizalabocadeéste,aspiróymiróalrededor,comosibuscasealgo.

Deprontooímoslaprofundavozdeldetectivequedecía:

—Porloqueheobservadohastaelmomento,intentaronllevarhastalacajafuerte la llavecita sujeta a la pulsera del señor Trelawny. Al parecer, lacerradura de la caja posee un mecanismo secreto que no atino a descubrir.AntesdetrabajarparalapolicíalohiceparaChubb,unodelosfabricantesdeestosartefactos.Lascombinacionessuelenserdesieteletras,peroenestecasodebe de haber unmecanismo suplementario. Iré a ver al fabricante, en estecaso Chatwood, y lo averiguaré.—Volviéndose al doctor, añadió—: ¿Tienealgoquecomunicarme,algoquenomehayadicho,señorWinchester?Sitieneustedalgunaduda,puedoesperar,perocuantoantessepaalgodefinitivo,tantomejor.

—Pormiparte—dijoelmédico—nohay razonesparaesperar.Haréunrelato detallado, por supuesto, pero desgraciadamente, no es mucho lo quetengoqueconsignar,y,encualquiercaso,nadadefinitivo.ElseñorTrelawnynomuestraenlacabezaningunacontusiónqueexpliquesupérdidacontinuadade consciencia. En consecuencia, debería suponer que ha sido drogado osometido a una influencia hipnótica. Sin embargo, creo que no ha ingerido

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narcótico alguno, o, por lo menos, ninguno que conozca. Aunque estahabitaciónestá tansaturadadelolorquedespiden lasmomias,queesdifícilasegurar nada. Tal vez haya percibido usted ciertos aromas egipcios; merefieroaesenciadenardos,betún,gomayespecias.Cabelaposibilidaddequelasustanciaquímicacausantedeesteestadodeinconscienciaposeaunaromamuy delicado.También es probable que el señorTrelawny hubiese ingeridoalgunaclasedesomnífero,yque,mientrasdormía,sehubieraautolesionado.Sin embargo, no lo creo factible; las circunstancias, de acuerdo con misinvestigaciones, demuestran que esta suposición es incorrecta, pero, noobstante,probable.

—Quizátengaustedrazón—lointerrumpióelsargento—.Perohemosdeencontrarelobjetoquelecausólaheridaenlamuñeca.Enalgúnlugardebedehaberhuellasdesangre.

—Esocreoyo—dijoeldoctor,ajustándoselasgafas,comosisedispusieraadarunargumento—.Perosielpacientehaingeridoalgunadrogaextraña,talvezsetrataradeunacuyosefectosnofueraninmediatos.Demodo,pues,queyaqueignoramoslospoderesdedichadroga,hemosdeestarpreparadosparacualquiereventualidad.

—Su teoría, doctor, esmuyacertada—intervino la señoritaTrelawny—.Almenosen loquese refiereal somnífero.Perodeacuerdocon lasegundapartedesuconjetura,fuemipadrequienseinfligiólasheridas,yesodespuésdequeladrogahubiesehechoefecto.

—¡Esomismo!—exclamaronalunísonoeldoctoryelsargento.

—Aun así, doctor, su suposición no agota las posibilidades. En primerlugar, debemos hallar el arma con quemi padre, si es así como ocurrió, seprovocólaherida.

—Talvezlaguardaseenlacajafuerteantesdeperderelconocimiento—observéyosinpensardemasiadoenloquedecía.

—Esoesimposible—seapresuróareplicareldoctorWinchester—.Hadetenerustedencuentaquelamanoizquierdaestácubiertadesangreyque,encambio,nohayrastrosdeéstaenlacaja.

—Tieneustedrazón—contesté.

Sehizoelsilencio.Alfin,eldoctordijo:

—Debemos enviar por una enfermera cuanto antes. Conozco una de lamayorconfianza.Siustedesmelopermiten,iréporella.Durantemiausencialesruegoquenodejensoloalpaciente.Quizáseanecesariotrasladarloaotrahabitación,peroporelmomentoquepermanezcaaquí.LaseñoritaTrelawnyolaseñoraGrantpuedenquedarseasulado.

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LaseñoritaTrelawnyprometióquenodejaríasoloasupadreyeldoctor,después de darle unas instrucciones por si acaso recobraba el sentido, semarchó.

ElcomisarioDolanseacercóentoncesalsargentoDawyledijo:

—Debo regresar a la comisaría, a menos, por supuesto, que usted menecesiteparaalgo.

—¿TrabajatodavíaconustedJohnnyWright?—preguntóDaw.

—Sí.¿Quierequecolaboreenestecaso?

Elsargentoasintióconlacabeza.

—Pues se lo enviaré tan pronto como pueda —dijo el comisario—.Permaneceráasuladotodoeltiempoqueustedlocreanecesario.Lediréquesigasusinstrucciones.

Daw acompañó aDolan a la puerta, y antes de que éste semarchara, ledijo:

—Gracias,señor.Siemprehasidomuyconsideradoconsushombres.Paramíesunplacertrabajarnuevamenteconusted.DeboregresaraScotlandYardparadarparteamissuperiores.LuegoiréaChatwood,yestaréderegresoloantesposible.Creoquetendréquetrabajaraquíundíaodos.Necesitaréciertaayuda, o al menos cierto apoyo de su parte, comisario, para desvelar estemisterio.

—Loayudaréentodoloquepueda—intervinolaseñoritaTrelawny.

Dawsevolvióhaciaellaporunsegundoyluegoprosiguió:

—Enprimerlugar,lepidopermisoparaexaminarelescritoriodesupadre;talvezencuentrealgoquenosdéunapista.

—Tiene usted permiso para hacer cualquier cosa que nos conduzca a laresolucióndeesteproblema,paradescubrirqué leocurrióamipadreoquepodráocurrirleenelfuturo.

El sargento comenzóuna búsqueda sistemática en el escritorio del señorTrelawny. En uno de los cajones encontró una carta sellada. Cruzó lahabitaciónyselaentregóalajoven.

—¡Una carta para mí, escrita por mi padre! —exclamó la señoritaTrelawnycogiéndolaalinstante.

Mientrasellaleía,observésurostroaltiempoquedescubríqueelsargentoDaw también lo hacía, atento a sus reacciones.Cuando concluyó la lectura,unasecretaconvicciónseapoderódemí.EntrelascertezasdeDawrespectode la señorita Trelawny había una que era, tal vez, más potencial que

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definitiva.

Por unos minutos la joven quedó pensativa. Luego, volvió a leerdetenidamente;estavez,laexpresióndesurostrosehizomásintensa.Cuandohubofinalizadoestasegundalectura,hizounanuevapausa,alcabodelacual,no sin cierta renuencia, devolvió la carta al sargento. Él la leyó y acontinuaciónmelatendió.LaseñoritaTrelawnymeobservóporuninstante,yadvertíqueseruborizaba.

Debo confesar que esa reacciónme agradó. Al darle la carta a Daw nohabíadadomuestraalgunadeperturbación,peroconmigoreaccionódemodomuydistinto.Conscientedeque la jovenyelsargento tenían lavistafijaenmí,leíloquesigue:

Miqueridahija:

Deseoqueleasestacartacomosideunasinstruccionessetratase,yquelassigas al pie de la letra, sin apartarte de ellas por ningún motivo. Si algorepentinoomisteriosomeocurre,unaenfermedad,unaccidenteounataque,debes hacer lo que te indico. Si ya no estoy en mi dormitorio cuandodescubrasmiestado,harásquemellevenaélcuantoantes.Aunsimuero,micadáver deberá ser tendido en mi cama. Además, hasta que recobre elconocimiento y esté en condiciones de dar instrucciones sobre lo que debehacerse,ohastaquemeencuentrebajotierra,seránecesarioquenomequedesolo ni un instante. Durante la noche deberán permanecer al menos dospersonas enmi habitación. Será preciso queme cuide una enfermera y quetomenotadelossíntomas,permanentesono,quelellamenlaatención.Misnotarios,Marvin&Jewkes,deLincoln’sInn27,B,tieneninstruccionesclarasporsiacasomuero.ElseñorMarvinseencargarádevelarporelcumplimientodemivoluntad.Comonotienesningúnpariente,teaconsejo,queridahija,quesolicitesayudaaunapersonaamigaenquienpuedasconfiaryquepermanezcacontigoenlacasaoacudaencuantosolicitessupresencia.Talpersonaamigapuede ser hombre o mujer, pero, además, será necesario que haya otrovigilante, del sexo contrario al de la persona que hayas elegido.Quiero queentiendas quemi deseo es que en todomomentomeobserven o vigilen, demaneraconsciente,unhombreyunamujer.Unavezmás,queridaMargaret,debescomprender lanecesidaddequecualquiercambioqueseproduzcaenmí,porextrañoqueparezca,seaobservado.

Ningunadelascosasquehayenmidormitoriodebesercambiadadelugarporningunarazón.Tengounmotivomuyespecialparaello,demodoquesiestonosehicieseasí,misplanesseveríanalterados.

Si necesitas dinero, consejo o cualquier otra cosa, el señor Marvin tecomplacerásindemora,pueslehedadoinstruccionesprecisasalrespecto.

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ABELTRELAWNY

Leí lacartaunavezmásantesdehablar,pues temíadelatarmiasombro.La elección de un amigo era algo trascendental para mí. Había abrigadomotivos de esperanza cuando ella me pidió que la ayudase, pero el amorsiembrasuspropiasdudas,ylastemía.Lospensamientosparecíanbullirenmimente,yunospocossegundosmebastaronparadecidirqueyonoqueríaserelamigoquesupadrelehabíapedidoquebuscaseparaquelaacompañaseensuvigilia.Peroaunasíesaprimeraimpresiónentrañabaunalecciónquenopodíaignorar.Cuandoellasolicitóayuda,fueamíaquienmandóllamar;amí,unextrañoconel que sólohabíabailadounpardeveces enuna fiestayhabíamantenidounabrevecharlaunatarde,enelrío.Asíque,aldevolverlelacarta,ledije:

—Me perdonará usted, señorita, mi excesiva presunción, pero si mepermitecontribuiralavigilanciadesupadre,mesentiréorgulloso.Aunquelaocasiónespordemástriste,semejanteprivilegiomeharámuyfeliz.

—Le agradezcomucho su ayuda—dijo ella, ruborizándose de nuevo.Ytrasunabrevepausa,añadió—:Peronopuedosertanegoísta.Séqueesustedunhombremuyocupado,yaunqueencuentroencomiablesugesto,nodeseorobartodosutiempo.

—Mitiempoessuyo—meapresuréacontestar—.Apenashayahecholosarreglos necesarios, lo cual me llevará la tarde de hoy, estaré a su enteradisposición.

Observéquelaslágrimasacudíanasusojos,yenesemomentoelsargentointervino:

—Me alegro mucho de que se quede usted, señor Ross. Yo tambiénpermanecerá en la casa, simis jefesy la señoritaTrelawnyme lopermiten.Estacartaparecedarunnuevocarizalosacontecimientos;ahoraelmisterioesmásgrandequenunca.Bien,deboiraScotlandYardyluegovisitaralosfabricantesdeesacajafuerte.Estaréderegresoloantesposible.

En cuanto Daw se hubo marchado, la señorita Trelawny y yopermanecimosensilencio.Devezencuandomedirigíaunasmiradasquemehacíansentirunrey.Alfinmepidióquenodejasedevigilarasupadreniporunsegundoysaliódelahabitación.

Regresó al cabo de pocosminutos, acompañada de la señoraGrant, dossirvientasyunpardecriados.Estosúltimos transportaban laspartesdeunacamadehierroquecomenzaronaarmardeinmediato.Cuandoterminaronsutrabajo,laseñoritaTrelawnymedijo:

—Conviene tenerlo todo listo para cuando regrese el doctor. Sin duda

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querráquemipadreestéacostado,yparaesosiempreesmejorunacamaqueunsofá.

A continuación tomóasientomuy cercadel señorTrelawny,mientras yorecorríalahabitacióntomandonotadetodoloqueveía.Habíaallísuficientescosasparaprovocarlacuriosidaddecualquierhombre.Ellugar,exceptoporlos artículos normales en cualquier dormitorio, estaba lleno de objetoscuriosos, fundamentalmente egipcios. Como se trataba de una estanciaenorme,cabíaenellagrannúmerodecosas,algunasdetamañosorprendente.

Mientras estaba ocupado en mis investigaciones, oí el sonido de uncarruaje que se detenía delante de la casa.Al instante, llamaron a la puertaprincipal, y pocos minutos después el doctor Winchester entraba en lahabitación, seguido de una joven que llevaba el traje oscuro propio de lasenfermeras.

—Hetenidosuerte—dijoeldoctor—.SeñoritaTrelawny,lepresentoalaseñoritaKennedy,laenfermera.

3

Losguardianes

Meimpresionóelmodoenque lasdos jóvenessemiraron.Supongoquemi hábito de estudiar a la gente y observar su comportamiento se extiendetambién fuera del ámbito de los juzgados. En ese momento de mi vida,cualquiercosaqueinteresasealaseñoritaTrelawny,meinteresabaamí,ysiella miró con interés a la recién llegada, yo hice lo propio. Al comparar aaquellasdosmujeres,dealgúnmodomiconocimientodelaseñoritaTrelawnyaumentó. Ciertamente, ambas ofrecían un contraste acusado. La joven quehabía solicitado mi ayuda era morena, de facciones armoniosas y bonitafigura. Sus ojos eran maravillosos; grandes y negros, de una mirada suavecomoelterciopelo,profundaymisteriosa.Mirarloseracomocontemplarseenun espejo oscuro. En una ocasión oí a un anciano caballero, viajeroconsumado,describirelefectodeaquellosojosenlossiguientestérminos:«Escomoobservarenlanochelaslejanaslámparasdeunamezquitacuyaspuertaspermanecenabiertas».Lascejaseranfinasybienarqueadas,yconstituíanunmarco perfecto para sus espléndidos ojos. Su cabellera, larga y rizada, eranegraytanbrillantecomolaseda.Porlogeneral,elcabellonegroessignodeunapersonalidad fuerte, vigorosa, pero en este casono era exactamente así.Aunque no sugería debilidad, le confería una espiritualidad extraordinaria.Todoenellaerarefinado,armónico;suporte,sufigura,suscabellos,susojos,

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sus labios carnosos de un intenso color escarlata, sus dientes pequeños yblancos,lasuavecurvadelamandíbula,susdedoslargosyfinos,susdelgadasmuñecas.Lasumadeestasperfeccioneshacíaqueresultaseunamujertierna,dulceyencantadora.

Laenfermera,porotraparte,teníaunaestaturaalgomenorquelamayoríadelasmujeres.Erarobustaysusmanosparecíanfuertesyhábiles.Elcolordesutezsemejabaeldelashojassecasenotoño.Sucabello,castañoclaro,eraespesoylargo,ysusojos,pardosconreflejosdorados,centelleabansobrelapielbronceadaysalpicadadepecas.Lasmejillasyloslabioseranrojosylaintensablancurade losdienteshacía resaltar su rubicundez.Teníaunanarizrespingona,deesasquesuelenrevelarunapersonalidadgenerosa,incansable,tenaz.Sufrente,blancayancha,señalabaquesetratabadeunamujerdecididayracional.

EldoctorWinchester,asuregresoalhospital,encontróalaenfermera,lahizosubirasucochey, trasponerlaalcorrientede lasituación, leconfióelcuidadodelherido.Trasobservarlanuevacamayahuecarlasalmohadas,nospidióquelaayudásemosatrasladarleaelladeinmediato.

Aprimerahoradelatarde,traselregresodelsargentoDaw,memarchéamicasa,ydesdeallíenviéalaseñoritaTrelawnylaropa,losdocumentosyloslibros que podría precisar durante los siguientes días. Luego, marché altribunal,dondeaquella tardetenía lugar lavistadeunaimportantecausa.Alsonar las seis me detenía ante las puertas de la casa de Kensington PalaceRoad, y pocos minutos después entraba en una gran estancia próxima a lahabitacióndondeyacíaelseñorTrelawny.

Llegó lanocheyaúnnohabíamosorganizado lasguardiasnocturnas.LaenfermeraKennedy,queestuvodeguardiadurantetodoeldía,seencontrabadescansando para hacerse cargo nuevamente del herido hacia las doce. Eldoctor Winchester, que cenaría en la casa, esperaba a que lo llamasen alcomedor y, en cuanto hubo terminado, regresó a la habitación del señorTrelawny.Eneltranscursodelacena,laseñoraGrantpermanecióconésteencompañíadelsargentoDaw,quiendeseabacompletarelexamenminuciosodecuanto había en la habitación y cerca de ella. A las nueve de la noche laseñoritaTrelawnyyyo fuimos a relevar al doctor.Ellahabía reposadounashorasporlatardeafindeestardescansadaparasuguardianocturna.Medijoque había resuelto que, al menos por esa noche, no abandonaría su puestohastaelamanecer.

Nointentédisuadirla,puessabíaquesudecisiónerafirme,aunqueadvertíqueenelfondonodeseabahacerlo.Nodijenadaacercademis intenciones.Entramos en la habitación procurando no hacer ruido, hasta el punto que eldoctorWinchester,queseencontraba inclinadosobre lacama,nonosoyóy

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pareció un poco sorprendido al levantar la cabeza y vernos. Comprendí deinmediatoque lasmisteriosascaracterísticasdeaquelcasoestabanafectandosus nervios, y temí que nos transmitiese su intranquilidad. Evidentemente,estabaunpocoenfadadoconsigomismoporhabersesobresaltado,y,comosiquisieradisculparse,nosdijo:

—Noalcanzoaentenderlacausadeesteestupor.Heefectuadounexamenminucioso y estoy convencido de que no existe lesión cerebral, al menosexterna. De hecho, todos sus órganos vitales parecen en excelentescondiciones.Ya lehe suministradoalimentovariasvecesy, alparecer, lehasentado bien. Su respiración es profunda y regular, y su pulsomás lento yfuertequeestamañana.Porotraparte,noheencontradopruebaalgunadequeselehayasuministradounnarcótico,ysuestadodeinconscienciatampocoseparecealsueñohipnótico,variosdecuyoscasoshetenidoocasióndeverenelhospital Charcot, de París. En cuanto a esas heridas—añadió señalando lamuñeca—,ignorodequémodose lashabránprovocado.Talvezhayansidohechas por las púas de una máquina de cardar, pero es una suposicióninverosímil. Quizá las haya infligido un animal salvaje que antes tuviese laprecaución de afilarse las garras, lo que es asimismo imposible. SeñoritaTrelawny,¿haymascotasenlacasa?Merefieroaalgúnanimalinusual,comouncachorrodetigreoalgoporelestilo.

—¡Oh, no! A mi padre no le gustan los animales, a menos que esténmuertos y disecados. Incluso mi pobre gatito vive aquí bajo ciertascondiciones.Yapesardequese tratadelanimalitomásmansoybuenodelmundo,estáterminantementeprohibidoqueentreenestahabitación.

Mientrashablabaseoyóunligeroroceenlapuerta.LaseñoritaTrelawny,cuyorostroseiluminó,fueaabrirmientrasexclamaba:

—¡Yaestáaquí!MerefieroaSilvio.Sehasentadosobresuspatastraserasyestárascandolapuerta;siemprelohacecuandoquiereentrarenestecuarto.—La abrió y empezó a hablar con el gato, como si éste fuese un bebé—.¿Buscasatumamaíta?Entra,perodebespermanecermuyquietecito.

Tomó el gato en sus brazos y regresó a nuestro lado. Era, un efecto, unhermoso animal. Supelo, largoy sedoso, revelabaque era de raza persa.Apesardesumansedumbre,parecíamuyaltivo,ycuandoabriólasgarrasparadesperezarse,advertíqueerangrandesyfilosas.MientraslaseñoritaTrelawnyloacariciaba, elgato se revolviódeprontocomounaanguilay saltóde susbrazos.Cruzócorriendolaestanciaysedetuvodelantedeunamesabajaenlaquehabíalamomiadeunanimal.Silvioempezóabufaryagruñir.Lajovenvolvióacogerlo.Elgatoseresistió,peroenningúnmomentoarañóasuama,aquieneraevidentequequería.Ellaloalejódeallíycontonoadmonitorioledijo:

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—¡Eres un gatitomalo!Me has hecho quedar en ridículo. Ahora da lasbuenasnochesaestoscaballerosyvamosalahabitacióndetumamaíta.

Mientrashablaba,tendióunadelaspatasdelanterasdelgatoparaqueyolaestrechase.Alhacerlo,nopudepormenosdeadmirarsutamañoysubelleza.

—¡Caramba!—exclamé—.Supata semeja unpequeñoguante de boxeoprovistodegarras.

—Es verdad. Y fíjese usted que mi Silvio tiene siete dedos —añadióobligandoalanimalaabrirlosparaqueyopudiesecontarlos.

Mientras lo hacía, el animal sacó las uñas y las clavó en el dorsodemimano.Retrocedíinstintivamenteyexclamé:

—¡Esteanimaltieneunasgarrastanafiladascomonavajas!

EldoctorWinchesterseacercóanosotrosyseinclinósobrelaspatasdelgatoparaobservarsusgarras.Depronto,gritósorprendido:

—¡VayaporDios!

De inmediato fue enbuscadeun trozodepapel secante,queaplicóa lapalma de sumano, y, tras pedir perdón a la joven, apoyó la garra del gatosobreelpapelytrazóunalíneasconsusuñas.Elaltivogatoparecióofendidoante aquella muestra de familiaridad, e intentó retirar la pata. Eso eraprecisamente lo que el doctorWinchester deseaba que hiciese, pues de esemodotrazósietelíneasenlasuperficiedelpapel.Acontinuación,laseñoritaTrelawnysellevóasugato,ycuandoalcabodeunpardeminutosestuvoderegreso,dijo:

—HayalgoraroenelmodoenquesecomportóSilvio.Laprimeravezquelotrajeaquíparamostrárseloamipadre,sesubiódeunsaltoaesamesitaytratóde arañar a lamomia.Mipadre se enfadómuchoymeexigióquemedeshiciese de él. Sólo cuando le dimi palabra de que no volvería a ocurrirconsintióquecontinuaraenlacasa.

Durante la breve ausencia de la señorita Trelawny, el doctorWinchesterhabía retirado el vendaje de lamuñeca del herido. Se veían claramente lossietecortesrojos,yeldoctor,trasplegarelpapelsecante,acercóloarañazosgrabadosenéstealosquehabíanlaceradolacarne.Nosmiróconexpresióntriunfal y nos hizo un ademán de que nos acercásemos. ¡Ambas marcascoincidíanexactamente!Nofuenecesarioexplicarnada.

—HabríasidomejorqueSilvionofaltaseasupalabra.

Todosguardamossilencio.Finalmente,laseñoritaTrelawnydijo:

—PeroanocheSilvionoestuvoenestahabitación.

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—¿Estáustedsegura?Sifuesenecesario,¿podríademostrarlo?

—Estoy segura, aunque resultaría difícil de probar. Silvio duerme enmihabitación,enuncesto.Recuerdoqueanoche loviacostarseenél,comodecostumbre,ylocubríconunapequeñamanta.Estamañanayomismalosaquédelcesto.Además,noloviporaquí,perotalvezesosedebaaqueestabatanpreocupadaporlasaluddemipadrequenoreparéensupresencia.

—Bien,por ahoranohaynecesidaddeprobarnada—dijoeldoctor concierto tono de preocupación—. Además, cualquier gato puede limpiarse lasangrequetengaenlasuñas,silatiene,enapenasunossegundos.

Sehizoelsilencio,quenuevamentefuerotoporlaseñoritaTrelawny.

—Ahoraquepiensomejorenello,esdeltodoimposiblequeSilvioseaelresponsabledeesasheridas.Cuandooíelprimerruido,tantolapuertademihabitacióncomolademipadreestabancerradas.Alentraraquí,laheridayahabíasidoinfligida,demodoquenopudoserobradeSilvio,yaquenotuvotiempodehuir.

Elrazonamientoerairrefutable,sobretodoparaunabogadocomoyo,queestabaacostumbradoaenfrentarmeauntribunal.Mealegrédequeelgatonoestuviese relacionado con el ataque, tal vez porque era la mascota de laseñoritaTrelawny,queloapreciabamucho.

—¡Inocente! —exclamó el doctor Winchester con tono humorístico—.Además,pidodisculpasaSilvio,aunquetodavíaignoroporquéleirritatantoesa momia. ¿Hay otras momias en la casa con las cuales se comporte delmismo modo? Imagino que debe de haber muchas; he visto algunas en elvestíbuloalllegar.

—Sí,haymuchas—contestóla joven—,hastaelpuntoqueenocasionestengo la impresión de vivir en el Museo Británico. Pero Silvio no les daimportancia,aexcepcióndeésta,claro, talvezporquenoesdeunapersonasinodeunanimal.

—Quizásetratedeungato—dijoeldoctormientrasseponíaenpieparaexaminar la momia más de cerca—. Sí—añadió—, es de un gato, y muybonito,porcierto.Sinohubiesesidolamascotafavoritadealgunapersonaderangoelevado,nohabríarecibidotanaltohonor.Observen.Estádentrodeunacaja pintaday sus ojos sonde obsidiana, como en lasmomias humanas.Esverdaderamente extraordinario que aun así los animales se reconozcan. Heaquíungatomuerto,quizádesdehacetresmilocuatromilaños,yotrogatode distinta raza, en un mundo prácticamente diferente, lo ataca como siestuvieravivo.Simelopermiteusted,señoritaTrelawny,megustaríahacerunexperimento con su gato.—Ante el silencioso asentimiento de la joven, eldoctorWinchester añadió—: Por supuesto, le prometo que Silvio no sufrirá

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dañoalguno.Másbienseráelotrogatodequiendeberemoscompadecernos.

—¿Aquéserefiere?—preguntólaseñoritaTrelawny.

—No se alarme usted, se lo ruego. El gato momificado de su padretampoco sufrirá ningún daño. Tengo la intención de traer lamomia de otrogato y reemplazarla por ésta, siempre que usted me deje violarmomentáneamentelasinstruccionesdesupadre,desdeluego.AsísabremossiSilvio siente antipatía hacia los gatosmomificados en general, o sólo haciaésteenparticular.

—Nolosé…—dijolajovencontonodubitativo—.Lasinstruccionesdemipadremeparecentanincomprensibles…—Hizounapausayprosiguió—:Pero, dadas las circunstancias, cualquier cosa que sirva para ayudarlo, debehacerse.Supongoquelamomiadeungatonotienenadadeparticular.

EldoctorWinchesterpermanecióensilencio.Sesentómuyderecho,yporsuexpresióngrave,queindicabaunaevidentepreocupación,comprendíqueelcaso en el que ahoramehallaba envuelto eramuchomás extrañode loquehabía imaginado.La concienciade estehechocomenzóa arraigar enmí.Elcuarto,y todo loqueenélhabía,eraextraordinariamentemisterioso.Estaballeno de antiguas reliquias procedentes de lugares remotos. Las momias yobjetosrelacionadosconellasquenosrodeabanparecíandespedirtodavíaunolorpenetranteabetún,resinasyespecias—bálsamosdenardos,entreotros—, de modo que nos sentíamos transportados a tiempos pasados. Lahabitación estaba apenas iluminada; no había ninguna fuente de luz quepudiesesugerir lapresenciadealgunaclasedepoderoente.Laestanciaeraespaciosa, de techos elevados. En los rincones había sombras difusas. Depronto,lapresenciadelamuerteyelpasadosehizotanintensaenmí,quemesorprendímirandoen tornoenbuscadeunserouna influenciaextraños.Nisiquiera me tranquilizó el que la señorita Trelawny y el doctorWinchesterestuvieranallí.ReparéentoncesenlaenfermeraKennedy,cuyaconfianzaensímismaysucapacidadprofesionalañadíanunelementodeseguridaddelqueyocarecíaenesosmomentos.Comencéa tejer fantasíasen tornoalhombreherido que yacía en la cama; de algún modo, me había incluido en susasuntos…Perolapresenciadelaenfermerameinfundióánimos.Aquéllaerala habitación de un hombre enfermo, y las sombras dejaron de parecermeinquietantes.Sinembargo,aquelextrañoaromaegipcio,persistía.Noimportacuán encerrada esté una momia, siempre despide un olor particular. Unopodríapensarquetresmilocuatromilañosbastaríanparaacabarconél,perola experiencia me ha enseñado que no es así, y que su secreto permaneceocultoparanosotros.

Meenderecéenlasilla;eraevidentequeaquelolorestabaafectandomisnervios, inclusomimemoria ymi voluntad.Yde pronto semeocurrió una

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idea,quecasipodíacalificarsedeinspiración.Siyosentíatantolainfluenciade aquel olor, ¿no era posible acaso que el señor Trelawny, que durantemuchos años había pasado largas horas en aquel lugar se hubiese vistoafectado,lentamente,hastaelpuntode…?

De nuevo volví a sumirme en mis reflexiones y comprendí que eraimposible.Debíatomarlasprecaucionesnecesariasparapermanecerdespiertoy a salvo de toda influencia extraña. La noche anterior sólo había dormidounashoras y era imprescindible quepermaneciera lúcido.Sin comunicarmiintenciónanadie,paranoinquietaraúnmásalaseñoritaTrelawny,salídelahabitación, bajé por las escaleras y abandoné la casa.No tardé en encontraruna farmacia,dondeadquiríunamascarilladeoxígeno.Cuando regreséa lacasa, ya eran las diez de la noche. El doctor Winchester se disponía amarcharse.Laenfermeraloacompañóhastalapuertadelahabitaciónafindequeledieselasúltimasinstrucciones.LaseñoritaTrelawnyestabasentadaalladodelacama,yelsargentoDaw,queacababadellegar,sehallabacercadeella.

Cuando la enfermera Kennedy se reunió con nosotros dispusimos quepermanecería de guardia hasta las dos de la madrugada, hora en que larelevaríalaseñoritaTrelawny.Así,deacuerdoconlasinstruccionesdelpadrede ésta, en todomomento habría un hombre y unamujer en la estancia, ypuestoque lasguardias sólo se relevaríanpormitades, losguardianesnuncaseríannuevos,evitandoasílaposibilidaddequealgoextrañoocurriera.Fuiatendermeenelsofádelahabitaciónquehabíandispuestoparamí,nosinantesordenaraunsirvientequemellamasepocoantesdelasdoce.Alcabodeunosminutos,estabaprofundamentedormido.

Al despertar tardé unos instantes en darme cuenta de dónde estaba, peroaquelbrevedescansomehizomuchobien,ymeayudóaver lascosasbajouna luz más clara que por la tarde. Me lavé la cara y me dirigí hacia lahabitacióndelenfermo.Entréprocurandonohacerruido.Laenfermeraestabasentada al lado de la cama, inmóvil y alerta. El sargento Daw se habíaacomodadoenunsillón,alotroladodelaestancia,sumidoenlasombra.Nosemoviócuandomeacerquéaél,ymedijoenvozbaja:

—Nohaynovedad.

Contesté que su turno de guardia había finalizado y que podía acostarsehasta las seis, lo que al parecer le satisfizomucho. Antes demarcharse, sevolvióhaciamíysusurró:

—Tengoelsueñoligeroynuncameseparodemispistolas.Cuandosalgadeaquíynorespireestaatmósfera,mesentirémásdespejado.

Alparecer,éltambiénhabíasidovíctimadeaquellaextrañasomnolencia.

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Pregunté a la enfermera si necesitaba algo, y observé que en su regazotenía un frasco lleno de vinagre. Comprendí de inmediato que también ellahabíasentidolosefectosdelolorquereinabaenlaestancia.Contestóquenoprecisabanada,peroqueencasocontrarioyamelocomunicaría.Yonoqueríaque se fijase enmimascarilla, demodoque fui a sentarmeen el sillónqueestabaasusespaldas,alabrigode lassombras.Allímepuse lamascarillaymeretrepécómodamente.

Durantelargoratomeentreguéamispensamientos,reflexionandoacercade los acontecimientos de aquel día. De pronto, percibí otra vez aquel oloregipcio, aunque no tan fuerte como antes. La mascarilla de oxígeno habíaresultadoútildespuésdetodo.

Tratéqueningúnpensamientoinquietanteocupasemimente,ysibiennorecuerdoquemehubiesedormidoniquesúbitamentedespertaradeunletargo,elcasoesquetuveunavisión,otalvezunsueño,nosabríadecirlo.

Yo permanecía en la misma habitación, sentado en el mismo sillón.Llevaba puesta lamascarilla yme di cuenta de que respirabamuy bien.Laenfermeraseguíaenelmismolugar,dándomelaespalda.Elheridoestabatanquieto como un muerto. El silencio era absoluto. Podía oír, a lo lejos, losruidos de la ciudad, el ocasional traqueteo de mi coche, el grito de unjuerguista,yelecodelostrenesalpasar.Laluzdelalámparaeramortecinaymás que alumbrar atenuaba la oscuridad. La luz de la luna hacía que lapantallade sedaverdede la lámpara semejaseunaesmeralda.Lahabitaciónestabapobladadesombrasqueparecíanmoversedelantedelasventanas.Mepareciópercibirunsonidomuydébil, comoelmaullidodeungato, seguidodel roce de una tela y el leve choque de dos objetos de metal. Yo estabaprácticamenteentrance.Porfin,comoenunapesadilla,medicuentadequeestabadormidoydequeyanoeradueñodemisactos.

Súbitamenteoíungritoagudoyunaluzintensainundólaestancia.Noeraun grito, sino el disparo de una pistola, seguido inmediatamente de otro.Cuandovolvíaabrirlosojos,loquevidelantedemímehorrorizó.

4

Elsegundoataque

El espectáculo que contemplé era tan espantoso como la peor de laspesadillas,peroadiferenciadeéstas,erareal.Lahabitaciónestabaigualqueantes,salvoqueahoralaslucesestabanencendidasycadaobjetoeravisible.

Al lado de la cama vacía, la enfermera Kennedy seguía en la misma

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posición,erguidaenelsillón.Habíapuestounaalmohadadetrásdesucabeza,pero su cuello se veía rígido, como si sufriese un ataque de catalepsia. Eracomosisehubieseconvertidoenunaestatuadepiedra.Ensurostronoadvertíexpresiónalgunademiedouhorror,comopodríahaberseesperado.Teníalosojos abiertos, y no expresaban interés ni extrañeza. Era, sencillamente, unaexistencia negativa, cálida, plácida, y aunque respiraba, no parecía darsecuentadenadadecuantolarodeaba.Lasmantasdelacamaestabanrevueltas,comosihubiesenretiradoa lapersonaqueenellayacíasinapartarlasantes.Unaesquinadelasábanasuperiorllegabaalsueloy,cercadeella,seveíaunade lasvendasconqueeldoctorWinchesterhabíacubierto lamuñecaheridadelpaciente.Otrasdosestabanenelsueloalgomáslejos,comosiseñalasenhacia donde aquél estaba. El señorTrelawny se hallaba prácticamente en elmismolugardondehabíasidoencontradolanocheanterior,estoes,delantedelacajadecaudales.Tambiénelbrazoizquierdoestabaextendidoendireccióna ésta, pero había sido víctima de un nuevo ataque; alguien había intentadocortarleelbrazocercadelapulseradeoroalaqueestabaunidalallavecita.Elagresorhabíadescolgadode laparedunpesadokukri,unodeesoscuchillosconformadehojaqueusanlosgurkhasyotrastribusmontañesasdelaIndia,ysehabíaservidodeélparallevaracaboelataque.Resultabaevidentequenohabía llegadoacompletarsucometido,puessólolapuntadelcuchillohabíacortado la carne. De todos modos, en el lado exterior del brazo la heridallegabahastaelhueso,ylahemorragiaeraabundante.Laprimeraheridahabíavueltoaabrirse,ydemodotanterriblequelasangrebrotabaporunodeloscortesaimpulsosdeloslatidosdelcorazón.LaseñoritaTrelawnysehallabade rodillas al lado de su padre, y su camisón blanco estaba manchado desangre.DepieenelcentrodelahabitaciónvialsargentoDaw,descalzoyenmangas de camisa, cargando nuevamente la pistola, aunque de maneramaquinal,segúnadvertí.Teníalosojosenrojecidos,hinchadosy,alparecer,noparecía darse cuenta de lo que ocurría alrededor de él, como si no hubiesedespertadodel todo.Varioscriadosqueportaban linternas sehabían reunidoantelapuerta.AlponermedepieparaacercarmealaseñoritaTrelawny,éstalevantó lamiradahaciamí,dejóescaparungrito, se incorporóymeseñaló.Nunca olvidaré su expresión y el extraño aspecto que ofrecía descalza ycubiertaúnicamenteporuncamisónensangrentado.

Creoquemehabía dormidoy que aquello, lo quequiera que fuese, queejerciósuefectosobreelseñorTrelawny,laenfermeray,enmenormedida,elsargentoDaw, nome había perjudicado. Sin duda esto se había debido a lamascarilla de oxígeno, pero aun así no pude evitar los desgraciadosacontecimientos cuyos resultados tenía ante mis ojos. Ahora comprendo elespantoquedebiódecausarmiaspecto.Lamascarillamecubríalabocaylanariz, y mi cabello estaba revuelto. Era natural que al verme todos sehorrorizaranmásdeloqueestaban.Afortunadamente,medicuentaatiempo

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de evitarmalesmayores, porqueDaw, a pesar de estarmedio dormido,meapuntóconsupistolaysedisponíaadisparar,enelinstanteenquemequitélamascarillaylepedíavozencuelloquesedetuviera.Élobrómaquinalmente,pero finalmente eludí el peligro.El final de aquella tensa situación llegó demaneratansimplecomoinesperada.LaseñoraGrant,aladvertirquesuamasólollevabapuestouncamisón,fueenbuscadeunabatayselapusosobreloshombros.Estesencilloactonosdevolvióatodoslapresenciadeánimo.Trassoltarunsuspirodealivio,fijamosnuestraatenciónenloqueeramásurgente,estoes,detenerlahemorragiadelseñorTrelawny.Estoúltimomealegró,pueseraseñaldequeelheridonohabíamuerto.

La lección de la noche anterior no había sido inútil.Todos los presentessabíamos ya cómo actuar en semejante emergencia, y al cabo de pocossegundoshicimosun torniquete, tras locualseenvióuncriadoenbuscadeldoctor, mientras los demás sirvientes regresaban a sus habitaciones, paravestirseadecuadamente.

Tendimos al señor Trelawny en el sofá donde había yacido la nocheanteriory,encuantohicimosporéltodoloposible,volvimosnuestraatenciónhacia laenfermera.Apesardetantaagitación,nosehabíamovido,sinoqueseguíaallí, sentaday rígida, respirandosuavemente,conunaplácida sonrisaen el rostro. Estaba claro que era imposible hacer nada por ella hasta quellegaseeldoctorWinchester.

Entretanto, la señoraGrant se llevó a su amay la ayudóa cambiarsederopa.Al cabo de un rato, la señoritaTrelawny regresó con salto de cama ypantuflas,ylasmanoslimpiasdesangre.Selaveíamuchomásserena,aunquetemblabayestabablancacomoelpapel.Trasobservarlamuñecadesupadremientrasyososteníaeltorniquete,miróatodoslosquenoshallábamosenlaestancia,unoauno,peronoparecióencontrarconsueloenello.Estofuetanevidenteparamí,queafindereconfortarla,ledije:

—Yameencuentrobien.Mehabíaquedadodormido,esoestodo.

—¿Quesequedódormidomientraslavidademipadrecorríapeligro?—exclamócontonodereproche—.Creíqueestabavigilándolo.

Comprendísuindignación,perocomoqueríaayudarla,contesté:

—Sóloestabadormido.Yaséquehehechomal,peroenestelugarocurrencosas muy extrañas. Y si no hubiera tomado ciertas precauciones, lo másprobableesqueahorameencontrasecomolaenfermera.

EllavolviórápidamentelamiradahacialaseñoritaKennedy,quesemejabaunaestatua,ydijo:

—Le ruego queme perdone.No erami intención ofenderlo. Pero tengo

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tantomiedoqueyanoséloquedigo.¡Esespantoso!Acadainstantetemoquesucedaalgohorribleymisterioso.

Aquelcomentariomeimpresionóprofundamente,ycontesté:

—Nosepreocupeustedpormí,porquenolomerezco.Debíavigilary,noobstante,dejéqueelsueñomevenciera.Laúnicaexcusaquepuedodaresquenoeramiintenciónhacerlo,yqueintentéevitarlocontodasmisfuerzas,perome fue imposible.De todosmodos, lo hecho, hecho está.Quizás algún díatodos logremos entender lo que ocurre.Entretanto, procuremos tener algunaideadeello.Dígametodoloquerecuerde.

Mipeticiónparecióestimularla,yyamásserena,contestó:

—Yo estaba dormida, y de repente desperté con el espantosopresentimientodequemipadresehallabaenpeligro.Melevantédeunsaltoyentréenlahabitación.Todoestabamuyoscuro,pero,aunasí,alabrirlapuertadistinguíamipadretendidoenelsuelo,delantedelacajadecaudales,comolavezanterior.Poruninstantedebodehaberperdidoeljuicio.

SeestremecióyyomiréaDaw,quetodavíaempuñabalapistola.Sinsoltareltorniquete,susurré:

—Ahora,sargento,díganos,porfavor,contraquiéndisparó.

Elpolicía,acostumbradoaobedecer,hizounesfuerzoporresponder,peroal advertir la presencia de los criados, observó con la actitud propia de unagentedelaleydelantedeextraños:

—Quizá sería mejor, señor, que permitiésemos marcharse a laservidumbre.

Asentíenseñaldeconformidadyloscriadosseapresuraronasalir,aunquedemalagana.Elsargentocomenzóaexplicarse:

—Creoqueserámejorqueen lugardehablardemisactoshabledemisimpresiones.Medormíamediovestir,talcomoahorameve,conunapistoladebajode laalmohada.Estoes loúltimoquerecuerdo.Notengoni ideadeltiempoquepasó.Habíaapagadolaluzy,depronto,meparecióoírungrito;sinembargo,noestoyseguro,puesaúnnohabíadespertadoporcompleto.Deinmediatopenséenlapistola.Lacogí,salídelahabitacióny,aladvertirquealguienpedíaauxilio,entréaquí.Laestanciaestabaaoscuras,pueslalámparaquehayalladodelaenfermerasehabíaapagado,ylaúnicaluzentrabaporlapuerta, procedente del pasillo.La señoritaTrelawny estaba arrodillada en elsuelo,juntoasupadre,ygritaba.Meparecióverquealgosemovíadelantedelaventanay,sinpensarlobien,yaúndespiertoamedias,apretéelgatillo.Lacosaaquellasedesplazóhacialaderecha,entredondeyoestabaylaventana,y disparé de nuevo. Entonces usted se levantó del sillón, y como no lo

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reconocí,puesllevabapuestalamascarilla,estuveapuntodepegarleuntiro.

—¿Significa eso queme confundió con esa cosa contra la cual disparó?¿Quéera?

Elsargentosacudiólacabeza,peronorespondió.

—Vamos,hombre—insistí—.¿Dequécreeustedquesetrataba?

—Notengoni idea,señor.Talvezfuesenimaginacionesmías;alfinyalcabo ya le he dicho que estaba a medias despierto. Además, mi últimopensamientoantesdequedarmedormidosereferíaalapistola…Esperoquelotengapresenteenelfuturo,señor.

Aquél era su modo de excusarse. Yo no quería discutir con él; por elcontrario,queríatenerlodenuestrolado.Porotraparte,nopodíaolvidarqueamítambiénmehabíavencidoelsueño,demodoque,contonoamigable,dije:

—Muy bien, sargento. Su reacción ha sido perfectamente lógica. Nodebemosolvidarlaextrañainfluenciaqueestahabitaciónhaejercidosobrelaenfermera y sobre mí mismo, de modo que comprendo que no fuesetotalmenteconscientedesusactos.Peroahoraveamosdóndeestabaustedydóndemesentabayo.Deesemodopodremosdeterminar ladirecciónde lasbalas.

La ideade encararuna tareapareció animarlo; sinduda se tratabadeunhombreacostumbradoalaacción.

Pedí a la señora Grant que se encargara de sujetar el torniquete, fui aubicarmedondeelsargentomeindicabaymiréhaciaellugarqueseñalaba.

Cuandome explicó en qué lugar exactamente se había detenido y habíaapuntado con la pistola, comprendí de inmediato que su mente funcionabacomounmecanismodeprecisión.Elsillónqueyohabíaocupadoaúnseguíaensulugar.EntonceslepedíaDawquesólomeapuntaraconeldedo,ymeacerquéallugarsiguiendolatrayectoriadelproyectil.

Justo detrás demi sillón había una vitrina alta, el cristal de cuya puertaestabaroto.

—¿Estolohizoconelprimertirooconelsegundo?

—Conelsegundo,señor,porqueelprimerofuehaciaallá.

Sevolvióunpocohacialaizquierda,endirecciónallugarenqueestabalacajafuerte.Siguiendoelmovimientodesumano,meacerquéalamesabaja,donde, entre otras curiosidades, se hallaba el gato momificado que habíadespertado las iras de Silvio. Cogí una lámpara y nome costó encontrar laseñaldelabala.Habíarotounpequeñovasodecristalyunatazadebasaltonegroexquisitamentegrabadaconjeroglíficos.Laslíneasdelgrabadoestaban

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llenas de una especie de cemento verde, y todo el objeto había sidopulimentado,demaneraquesusuperficieeracompletamentelisa.Labala,quehabíaquedadoaplastadaalimpactarcontralapared,seencontrabaencimadelamesa.

Medirigíentonceshacialavitrina.Conteníaobjetossumamentevaliosos,entre los que vi algunos grandes escarabajos de oro, ágatas, jaspe verde,amatista, lapislázuli, ópalo, granito y porcelana de color azul verdoso.Afortunadamente, ninguno de aquellos objetos había sufrido ningún daño,pueslabalahabíaatravesadolapartesuperiordelavitrinaysólohabíarotoelcristal.Observéentonceslaextrañadisposicióndelosobjetosquehabíaenelestante.Todos losescarabajos,sortijas,amuletos,etcétera,estabancolocadosdescribiendo un arco en torno a una miniatura de oro grabada conextraordinaria maestría y que representaba un dios con cabeza de halcóncoronadaporundiscoyunasplumas.Nomeentretuveenestudiarlo,yaqueotrosasuntosrequeríanmiatención,perodecidíqueencuantotuviesetiempoharía un registro minucioso. Era evidente que aquel extraño olor egipcio,mezcla de betún, resina y especias, procedía, en granmedida, de la vitrina,puesdebidoalaroturadelcristalsepercibíainclusoconmayorintensidadqueenotroslugaresdelahabitación.

Ocupépocosminutos en estas observaciones.De inmediatome asombródescubrirporlasrendijasdelospostigoselresplandordelamanecer.Después,meacerquéalsofáyvolvíaencargarmedeltorniquete,ylaseñoraGrantabriólasventanas.

Me resultaría difícil imaginar nada más horrible que el aspecto quepresentabalahabitacióncuandolailuminólaluzgrisáceadelaaurora.Comolas ventanas daban al norte en lugar de hacerlo al este, el brillo rojizo delhorizonte no llegaba hasta nosotros. La luz de las lámparas parecía triste ymortecina, y las sombras aún más oscuras. No había nada que reflejase lafrescuradelamañanaolasuavidaddelanoche.Todoeraduroyfrío,carentedecualquierexpresividad.ElrostrodelseñorTrelawnyseveíaterriblementeamarillento,yelreflejodelalámpara,tamizadoporlapantalla,conferíaunatonalidadverdosaalacaradelaenfermera.LatezdelaseñoritaTrelawnyeralaúnicanotadeblancura,yaquellapalidezhizoqueelcorazónmedieraunvuelco.Eracomosinadaenestemundopudieradevolverleelcolordelavidaylafelicidad.

FueunalivioparatodosquellegaseeldoctorWinchester,casisinalientoacausadelaprisa.Sólonoshizounapregunta:

—¿Algunodeustedespuededecirmecómosehaprovocadoestaherida?

Y,alnotarquetodosnegábamosconlacabeza,procedióacuraralseñorTrelawny.Poruninstantemiróalaenfermera,quepermanecíacompletamente

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inmóvil, pero hasta que hubo ligado las arterias y curado por completo laherida, no volvió a hablar, salvo para pedirnos que hiciéramos alguna cosa.Unavezquehuboterminado,sevolvióhacialaseñoritaTrelawny,einquirió:

—¿QuépuededecirmedelestadodelaseñoritaKennedy?

—Nadaenabsoluto.Cuandoalasdosymediadelamadrugadaentréenlahabitación,laencontrétalcomolaveahora.Nolahemosmovido.Nisiquieralasobresaltaronlosdisparosefectuadosporelsargento.

—¡Disparos!¿Acasohandescubiertoalresponsabledeestenuevoataque?

Todosguardaronsilencio,exceptoyo,querespondí:

—Nohemosdescubiertonada.Yoestabaaquí,vigilando,conlaenfermera.Porlatardedescubríqueelolordelasmomiasprovocabaenmíunaextrañasomnolencia, demodo que compré unamascarilla de oxígeno. Aun así, nopudeevitarquedarmedormido.Cuandodesperté,lahabitaciónestaballenadegente, incluidos la señorita Trelawny, el sargento Daw y los criados. Laenfermera permanecía sentada en su sillón. El sargento, todavía mediodormido,ybajo losefectosdeeseefluviomisterioso, imaginóquehabíaunintrusoenlaestanciaydisparópordosveces.Cuandomepuseenpie,comoaúnllevabapuestalamascarilla,metomóporquien,evidentemente,noera.Sedisponíaapegarmeuntiro,peroporfortunameidentifiquéatiempo.ElseñorTrelawny estaba en el suelo, delante de la caja de caudales, tal como loencontramos la noche anterior, y sangraba abundantemente por una nuevaherida abierta en la muñeca. Lo trasladamos al sofá e improvisamos untorniquete.Loqueacabodereferirlees,literalmente,todoloquesabemos.Nohemos tocadoelcuchillo,cuyapunta,comopodráobservar,estácubiertadesangre.

EldoctorWinchesterreflexionóporuninstanteyalfindijo:

—Demodo que por elmomento el asunto sigue envuelto en elmisteriomásabsoluto.

—Asíes—contesté.

—Serámejor—dijo el doctor, volviéndose hacia la señoritaTrelawny—que traslademos a la enfermera a otra habitación. Supongo que no habráningúninconveniente.

—Enabsoluto.SeñoraGrant,compruebequeestádispuesta lahabitacióndelaseñoritaKennedy,yllameadoscriadosparaquelallevenhastaallí.

Elamadellavessaliódeinmediato.Alcabodepocosminutosregresóydijo:

—Lahabitaciónhasidodispuestayloscriadosestánaquí.

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Dossirvientesentraronenlaestanciaytraslevantarelrígidocuerpodelaenfermera, bajo la supervisión del doctor Winchester, se la llevaron. LaseñoritaTrelawnypermaneciódeguardiaconmigoylaseñoraGrantfueconeldoctorWinchesteralahabitacióndelaenfermera.

Unavezasolas, la jovenseacercóamíy, tomandomismanosentre lassuyas,susurró:

—Confíoenquenomeguardeustedrencorporlaspalabrasqueledirigí.Evidentemente,nolasteníatodasconmigo.

No respondí. Me limité a estrechar sus manos y a besárselas. Haydiferentes maneras de besar la mano a una dama. En esta ocasión, intentétransmitir respeto y admiración, y así fue interpretado por la señoritaTrelawny.Después,meacerquéalsofáymiréasupadre.Lahabitaciónestabamás iluminada, y al contemplar aquel rostro blanco como el mármol, deexpresión fría y severa, comprendí que, más allá de lo que había ocurridodurantelasúltimasveinticuatrohoras,ocultabaunmisterioinsondable.Aquelentrecejo fruncido era señal de un firme propósito; su frente, amplia ydespejada, demostraba una personalidad decidida, y tanto la ancha barbillacomolapoderosamandíbulahacíanqueesaimpresiónfueseaúnmásintensa.Mientrascontemplabamaravilladoaquelrostro,comencéaexperimentarunasensación que anunciaba la proximidad del sueño. Resistí con todas misfuerzas,ymeayudóenormementeelquelaseñoritaTrelawnyseacercaseamíy,apoyando la frenteenmihombro,empezasea llorarensilencio.Esohizoquemi virilidad despertase. No pronunciamos palabra, eran completamenteinnecesarias,yellano se retirócuandoyo, conademánprotector, rodeéconmis brazos sus hombros, tal como años atrás solía hacer conmi hermanitacuandoacudíaamíparaque laconsolara.Pero todavíaconmayordeseodeprotegerla.Estaactitudprotectoramereafirmóaúnmásenmisconviccionesyalimentómis esperanzas. Retiré el brazo al oír los pasos del doctor, que seaproximaba.Una vez que hubo entrado en la habitación, echó un vistazo alpacienteydijo:

—ExisteunagransemejanzaentreelsueñodesupadreyeldelaseñoritaKennedy. Probablemente ambos han sido víctimas del mismo efluvio. Noobstante,enlaenfermeraelcomanopareceprofundo.Porestocreoqueensucasonoscostarámenoslograrquerecupereelsentido.Laheubicadocercadeuna corriente de aire y ya ha dado señales, aunque débiles, de que lo suyopuede considerarse una especie de desmayo.La rigidez de losmiembros hadisminuidoy supiel semuestramás sensible,o talvezdeberíadecirmenosinsensible,aldolor.

—¿Cómoseexplica,doctor—pregunté—,queelseñorTrelawnycontinúeenelmismoestadodeinsensibilidadyaunasísucuerponoestérígido?

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—Metemoquenotengorespuestaparaeso.Resolveremosesteproblemaenunashoras,talvezenunosdías.Sinembargo—añadióconentusiasmo—,seráparatodosnosotrosunalecciónextraordinariamenteútildediagnosis,delacualquizápuedanbeneficiarsemuchaspersonas.

AlolargodelamañanaeldoctorWinchesterfuedeunahabitaciónaotra,observando,ansioso,alosdospacientes.RecomendóalaseñoritaGrantquepermaneciesejuntoallechodelaenfermera,mientraslaseñoritaTrelawnyoyo,ycasisiempreambos,hacíamoscompañíaalherido.Apesardeello, losdospudimosbañarnosyvestirnos,ymientrasdesayunábamoseldoctory laseñoraGrantseencargabandevigilaralseñorTrelawny.

ElsargentoDawsemarchórumboaScotlandYardparainformaracercadelosucedidodurantelanochey,mástarde,fuealacomisaríapararequerirlaayuda de su compañero Wright, tal como el comisario Dolan le habíaprometido. En cuanto regresó, creí adivinar que lo habían amonestado pordisparar su arma reglamentaria en la habitación del enfermo o, tal vez, porhaberlohechosinmotivojustificado.Asímelodioaentendercuandodijo:

—A pesar de todo, señor Ross, la buena reputación sirve de mucho enestoscasos.Almenosnomehanquitadoelpermisoparausarpistola.

Aquel día transcurrió entre la ansiedad de todos. Al caer la noche, laenfermeraKennedymejoróhastaelpuntodequeyanoseobservabarigidezalgunaensusmiembros.Surespiraciónseguíasiendolentayregular,perolainexpresividaddesurostrodesapareció,yahoraparecíadormirplácidamente.EldoctorWinchesterregresóporlatardeconotrasdosenfermeras,unadelascualesteníaquecuidaralaseñoritaKennedymientraslaotrahacíalopropiocon el señor Trelawny. Por la tarde habían echado una siesta para hacersecargo de las guardias nocturnas. Decidimos que la señora Grant montaríaguardiahastalasdoce,horaenquelarelevaríalaseñoritaTrelawny.Lanuevaenfermerapermaneceríaenlahabitacióndeestaúltima,ycadacuartodehorairíaavercómoibanlascosasenlahabitacióndelenfermo.Eldoctortambiénsequedaríahastalasdoce,yyoocuparíasupuesto.Unouotrodelospolicíaspermanecería toda la noche cerca de la habitación, que visitaríaperiódicamenteparaasegurarsedequenosehabíanproducidonovedades.Deesemodosevigilaríaaquienesmontabanguardiayseevitaríalaposibilidaddesucesossemejantesalosdelanocheanterior.

En cuanto se puso el sol, la ansiedad extraña y profunda se apoderó denosotros, y cada uno por separado se preparó para la vigilia. El doctorWinchesterdecidióseguirmiejemploymepreguntódóndehabíaconseguidola mascarilla de oxígeno. Incluso tuvo la idea de persuadir a la señoritaTrelawny.Unavezquelostresestuvimosprotegidoscontraaquellosefluviosmisteriosos,nosdispusimosapasarlanoche.

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Másinstruccionesraras

Cuandoalasonceymediasalídemihabitación,viqueeneldormitoriodelseñorTrelawnytodoseguíaigual.Lanuevaenfermeraocupabaelsillónenque la señorita Kennedy se había sentado la noche anterior. Cerca de ella,entre la cama y la caja de caudales, se encontraba el doctor Winchester,despierto y alerta, aunque tenía un extraño aspecto con su mascarilla deoxígeno.Al llegara lapuertaoíun ligeroruidoy,volviéndome,vialnuevodetective,quien,despuésde llevarseundedoa los labios, se retiró sindecirpalabra.Deesemodo,ningunode losquevigilaban severíavencidopor elsueño.

Saquéunasillaylaubiquéjuntoalapuerta;noqueríaquemevolvieseaocurrir lo de la noche anterior. Como es natural, mis pensamientos seconcentraronenlosúltimossucesos.Lleguéaconclusionesdescabelladas,fuipresa de la duda, pero no perdí la conciencia de cuanto me rodeaba. Elpensamientonoesunprocesolento,ycuandounoseconcentraamenudoeltiempo pasa rápidamente. De hecho, me pareció que habían pasado pocosminutoscuandodeprontoseabriólapuertayaparecióeldoctorWinchester,quitándoselamascarilla.Luegoseinclinósobreelabrigo,quellevabadobladoenunbrazo,yloolió.Esteactofueunamuestradesuperspicacia.

—Memarcho—dijo—.Volverémañanatemprano,amenos,porsupuesto,queantesmellamenustedes.Porelmomento,todopareceirbien.

El siguiente en aparecer fue el sargentoDaw, que entró en la habitaciónparaocuparellugardeldoctor.Yopermanecífuera,perocadapocosminutosmirabadentro,auncuandolaestanciaestabaprácticamenteaoscuras,pueslaúnicafuentedeluzprocedíadelcorredor.

Segundos antesde las docede la noche la señoritaTrelawny salióde sudormitorioy,antesdedirigirsehaciaeldesupadre,fueaecharunvistazoalaenfermeraKennedy.Regresóalcabodedosminutos.Selaveíamásanimada.Llevaba en la mano su mascarilla de oxígeno y antes de ponérsela mepreguntó si había alguna novedad. Respondí, en voz baja, que no y, trasponernos ambos nuestras respectivasmascarillas, entramos en la habitación.El detective y la enfermera se pusieron de pie, y ocupamos sus sitios. ElsargentoDawfueelúltimoenmarcharse,cerrandolapuertaasusespaldas,talcomohabíamosconvenido.

Laestancia sehallabaapenas iluminadaporuna lámparaqueproyectaba

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uncírculoblancosobreeltecho.Eltenueresplandor,matizadoporsupantallaverde, no hacía más que enfatizar la negrura de las sombras, que como lanoche anterior parecían tener vida propia. Yo no sentía sueño, y cada diezminutos,aproximadamente,meinclinabaparaobservaralpaciente;cuandolohacía, advertía que la señorita Trelawny permanecía alerta. A intervalos dequinceminutosunodelosdospolicíasseasomabaalinteriordeldormitorio.Mi compañera o yo dábamos cuenta de que no había novedad, y la puertavolvíaacerrarse.

A medida que el tiempo pasaba, el silencio y la oscuridad parecíanaumentar. El círculo brillante en el techo seguía allí, pero palidecía pormomentos.Laluzverdosaquesefiltrabaatravésdelapantallaeracadavezmástenue.Lossonidosdelanochefueradelacasayelresplandormortecinodelasestrellasentrelasrendijasdelospostigoshacíanquelanegruradelassombrasresultasemássolemneymisteriosa.

Oímos que el reloj del pasillo daba los cuartos hasta las dos de lamadrugaday,entonces, tuveunasensaciónextrañaque,segúnadvertíporelmodo en que miraba alrededor, la señorita Trelawny compartía. El nuevodetectiveacababadeasomarse,yambospermanecimossolos,encompañíadelpaciente,duranteotrosquinceminutos.

Micorazóncomenzóalatiramayorvelocidad,ynoacausadelmiedo.Deprontotuvelasensacióndequeundesconocidohabíaentradoenlahabitación,oqueunainteligenciapoderosasehallabaamilado.Algomerozólapierna.MeapresuréabajarrápidamentelamanoytoquéelsuavepelajedeSilvio.Elgatosoltóunbufido,sevolvióymearañó.Notéquemesangrabalamano.Melevantélentamenteymeaproximéalacama.LaseñoritaTrelawnysepusodepieyvolviólacabeza,comosihubiesealgocercadeella.Vielterrorreflejadoensusojos,yoíquejadeabacomosilefaltaraelaliento.Latoqué,peronodiomuestras de advertirlo, y levantó lasmanos como si quisiera defenderse dealgo.

Nohabíaunsegundoqueperder.Cogíalajovenenmisbrazos,corríhacialapuertaysalíalcorredor,gritando:

—¡Socorro!¡Ayuda!

Alcabodeun instante losdosdetectives, laseñoraGranty laenfermeraaparecieronseguidosdevarioscriados.Cuandoelamadellavesestuvocerca,leencarguéquecuidasedelaseñoritaTrelawnyyregreséaldormitorio,dondeencendílasluces.ElsargentoDawylaenfermeravinierondetrásdemí.

Llegamosjustoatiempo.Enelsuelo,delantedelacajadecaudales,dondeyalohabíamosencontradodosnochesseguidas,yacíaelseñorTrelawny,conelbrazoizquierdodesnudoaexcepcióndelasvendasquelocubrían.Juntoa

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élvimosuncuchilloegipcioenformadehoja,quepocoantessehallabaenelestantedelavitrinarota.Estabaclavadoenelentarimado,enelmismolugarquehabíaocupadolaalfombramanchadadesangre.

Peronohabíaningunaotraseñalinquietante.Lospolicíasyyoregistramoscuidadosamente la estancia, al tiempo que la enfermera y dos criadoslevantabanalheridoylotendíannuevamenteenellecho.Nuestrosesfuerzosfueron inútiles, porque no encontramos huella alguna. La señoritaTrelawnyregresó en pocos minutos. Se la veía pálida, pero dueña de sí misma y, alacercarseamí,susurró:

—Sentíquemedesmayaba.Desconozcoelmotivo,perotuvemiedo.

Acontinuación,apoyélamanoenlacamaparaobservardetenidamentealpaciente,yoíqueellaexclamaba:

—¡Está usted herido! Mire, tiene la mano cubierta de sangre, y hamanchadolassábanas.

Enmiexcitación,habíaolvidadoelarañazodelgato,ysóloreparéenelloaloírlaspalabrasdelajoven.Antesdequeyopudiesecontestar,ellacogiómimanoydijo:

—¡Es la misma herida de mi padre! —Me soltó la mano y agregó—:Vengaustedamihabitación.¡Enseguida!AllíestáSilvio,ensucesto.

El sargento Daw y yo la seguimos y descubrimos que el gato estabadespierto,lamiéndosetranquilamentelaspatas.

—Aquíestá,sinduda—dijoDaw—.Pero¿porquéselamedeesemodo?

Margaret,esdecir,laseñoritaTrelawny,seinclinóparacogerunapatadelanimal, y dejó escapar un gemido. Silvio, al parecermolesto, bufó. En eseinstante,laseñoraGrantentróenlaestanciay,aladvertirqueobservábamosalgato,exclamó:

—LaenfermeraacabadedecirmequeSilvioestuvodormidosobrelacamadelaseñoritaKennedydesdequeustedesfueronalcuartodelseñorTrelawnyhastahacemuypocosinstantes.Elgatollegóallíinmediatamentedespuésdequesaliese laseñoritaTrelawny.Laenfermeradiceque laseñoritaKennedyno para de quejarse y murmurar, como si tuviese una pesadilla. Creo quedeberíamosenviaraalguienenbuscadeldoctorWinchester.

—Hágalo de inmediato, por favor—pidió la señorita Trelawny. Con elentrecejofruncido,miróporuninstanteasupadre.Luego,volviéndoseamí,dijo con tono decidido—: ¿No cree usted que deberíamos asesorarnosmédicamenteacercade ladolenciademipadre?Entiéndame;aunqueconfíoen el doctor Winchester, creo que es demasiado joven. Alguien con másexperiencia y conocimientos tal vez lograse averiguar qué le sucede. ¡Dios

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mío,noséquéhacer!¡Todoestoestanterrible!

Enesemomentoseechóallorar,yyotratédeconsolarla.

Poco rato después llegó el doctorWinchester. Lo primero que hizo fueocuparsedelenfermopero,alverquesuestadoseguíasiendoelmismo,fueaveralaseñoritaKennedy.Trasexaminarla,unamiradadeesperanzaaparecióen sus ojos. Cogió una toalla, humedeció una esquina y comenzó a darlegolpecitos en la cara a la mujer. Su piel recobró el color y toda ella seestremeció ligeramente. Después, el doctor llamó a la otra enfermera, lahermanaDoris,yledijo:

—Creo que ya está bien. En pocas horas despertará. Es probable que alprincipiosesientaturbadaydesorientada,einclusoquedéalgunamuestradehisteria.Yasabeustedcómoprocederenestoscasos.

—Sí,señor—respondiólahermanaDoris.

TodosregresamosalahabitacióndelseñorTrelawny.Cuandoentramos,laseñora Grant y la enfermera semarcharon, demodo que sólo quedamos eldoctorWinchester,Margaretyyo.Aquélmepreguntódeinmediatoquéhabíaocurrido.Lediun relatoexactoydetallado,hastadondepodía recordar.Mehizo varias preguntas para aclarar ciertos puntos que no le habían quedadoclaros.Luego,dirigiéndosealaseñoritaTrelawny,ledijocontonograve:

—Creoqueenestecasoseríamejorqueconsultásemosaotroprofesional.

—Mealegraque lomencione—respondióella,algosorprendida—.Yseloagradezco.¿Seleocurrealguien?

—¿Yausted?—replicóWinchester—.¿Sabedealgúnmédicoaquiensupadreconociera?

—Creo que no. Pero estaré de acuerdo con quien usted elija.Mi pobrepadredebecontarcontodalaayudaquesemerece,yyomesientoobligadaaello.¿CuáleselmejorespecialistadeLondres?

—Hay varios muy buenos, pero están dispersos por todo el mundo. Dealgúnmodo,unespecialistabrillantenace,no sehace.Elmás famosode laactualidadeseljaponésChiuni,perosededicamásalainvestigaciónquealapráctica efectiva.También estánZammerfest, de laUniversidaddeUppsala;Fenelon, de la Universidad de París, y Morferri, de Nápoles. Además, porsupuesto,denuestroscompatriotasMorrison,deAberdeen,yRichardson,deBirmingham. Sin embargo, por encima de ellos ubicaría a Frere, delKing’sCollege. De todos, es el que más une teoría y práctica. No tiene otrasocupaciones,ysuexperienciaesenorme.Todosadmiramossusangrefríaysudestreza.Pormiparte,loprefieroalosdemás.

—En ese caso —dijo la señorita Trelawny con tono decidido—,

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requeriremossusserviciostanprontocomonosseaposible.

EldoctorWinchesterparecióquitarseunpesodeencima.

—SunombreessirJamesFrere—informó—.Iréaverlocuantoantesylepediréquevenga.—Depronto,volviéndosehaciamí,agregó—:Serámejorquemedejecurarleesaheridadelamano.

—Noesnada—contesté.

—Sinembargo, esprecisoque lohaga.Enocasiones,un simplearañazopuedesermuypeligroso.Todaprecauciónespoca.

Me resigné, y él procedió a curarme lamano, no sin antes examinar losarañazos con una lupa. Una vez que hubo hecho esto, los comparó con lasseñalesimpresasenelpapelsecanteporlasgarrasdeSilvio.Volvióaguardarelpapelenelbolsilloydijo:

—EsunalástimaqueSilviovayaporahísincontrolalguno.

La mañana transcurrió lentamente. Hacia las diez, la señorita Kennedyestaba tan repuestaque fuecapazde sentarseyhablardemaneracoherente,peroaúnparecíaunpococonfusaynolograbarecordarnadadelosucedidolanocheanterior.

ErancasilasdocecuandoeldoctorWinchesterregresóacompañadodesirJames Frere. Cuando los vi en el vestíbulo, por algún motivo me sentíintranquilo;sabíaquealaseñoritaTrelawnyleangustiabaelqueotrapersonasupieraqueloignorabaprácticamentetodoacercadesupadre.

SirJamesFrereeraunhombrequeimponíarespeto.Estabatansegurodeloquequería,quedejabaaun lado las ideasodeseosde lasotraspersonas.Bastabaquedirigieseunamiradapenetrante, hicieseungesto con labocaofruncieseelentrecejo,paraquetodossesintiesencompelidosdeinmediatoaobedecerlo. Sin embargo, una vez que fuimos presentados, el misterio queirradiaba su persona pareció desaparecer. Cuando él y el doctorWinchesterentraronenlahabitacióndondeyacíaelenfermo,mesentíesperanzado.

Permanecieronenlaestancialargorato.Enunmomentodadollamaronala hermana Doris, la enfermera, pero ésta volvió a salir al cabo de pocosminutos.LuegofueronaveralaseñoritaKennedy,traslocualpidieronalaenfermera que se quedase con ella. El doctor Winchester me informó acontinuaciónque,auncuandolaseñoritaKennedynorecordabaloocurridolavíspera,respondiódemodosatisfactorioalaspreguntasquelehizoeldoctorFrereacercadelpacientehastaelmomentoenqueellaperdió laconciencia.Después, ambos médicos fueron al estudio, donde también estuvieronplaticandolargamenteasolas.Poreltonodesusvoces,parecíandiscutirsobrealgoenloquenoacababandeponersedeacuerdo.Esohizoquemesintiese

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nuevamente intranquilo. En cuanto a la señorita Trelawny, temí que de unmomentoaotrosufrieseunataquedenervios.¡Pobremuchacha!,tantashorasdeansiedadeincertidumbrelateníanalbordedelcolapso.

Al fin, los médicos salieron del estudio; sir James primero, con unaexpresióngraveenel rostro, seguidodecercaporeldoctorWinchester,queestaba pálido, como si hubiese reaccionado ante algo muy serio y hubieseperdido el color. Sir James le pidió aMargaret que entrase en el estudio, ysugirióqueyo también lohiciese.Cuandoestuvimosdentro,sevolvióhaciamíydijo:

—Creoentender,porloquemehainformadoeldoctorWinchester,queesustedamigodelaseñoritaTrelawnyyqueestáconsiderablementealcorrientede este caso. Por eso he querido que esté aquí con nosotros. Sé que es unabogadodeprestigio,señorRoss,aunquehastaahoranohetenidoelplacerdeconocerlo. Como el doctorWinchester me ha dicho que este caso presentaaspectos que lo dejan literalmente perplejo, y que usted tiene un interésparticularenél,heconsideradoconvenientetenerloinformadodecadadetalledel mismo. Por mi parte, no doy demasiada importancia a los misterios,exceptuando aquellos que se relacionan con la ciencia. Al parecer, se hatratadodeunintentoderobooasesinato.Sielmotivoeraestoúltimo,todoloquepuedodeciresquealosasesinoslesconvendríatomarunasleccionesdeanatomíaantesdeemprendersupróximotrabajo,pueshandadomuestrasdeignorarlo todoal respecto.Sielpropósitoerael robo,su ineficiencia resultaasombrosa.Encualquiercaso,noesdemiincumbencia.—Tomóunapizcaderapéy,volviéndosehacialaseñoritaTrelawny,prosiguió—:Ahora,hablemosdelpaciente.Prescindiendodelacausadesuenfermedad,todocuantoestamosen condiciones de afirmar es que parece haber subido un ataque agudo decatalepsia. Por el momento no se puede hacer nada, salvo mantener susconstantesvitales.El tratamiento aque loha sometidoeldoctorWinchesteres, en mi opinión, el apropiado, y confío en que obtendrá resultadossatisfactorios.

»Nos hallamos ante un caso por demás interesante, y si surge algunanovedad o evoluciona de manera anormal, me gustaría estar aquí parapresenciarlo. Por otra parte, hay un punto sobre el que quiero llamar suatención, señorita Trelawny, ya que es de su absoluta responsabilidad. EldoctorWinchestermehainformadodequesupadrelehadejadoinstruccionesprecisasenelcasodequealgosemejantealoquenosocupaleocurriese.Creofirmemente que el paciente ha de ser trasladado a otra habitación, o, en sudefecto, que todas esas momias deben ser llevadas a otro sitio. Cualquierhombreenfermaríarodeadodesemejantesobjetoshorrorososyrespirandolosefluvios que despiden. Ustedes mismos han sufrido las consecuencias desemejante atmósferamefítica. Esa enfermera, la señorita Kennedy,más que

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nadie,yustedtambién,señorRoss.—Hizounapausay,conceño,añadió—:Insistoenqueelpacientenodebeseguirrespirandoesteaire;delocontrario,abandono el caso. El doctorWinchester ya sabe que sólo así admitiré quevuelvanaconsultarme.Confíoenqueusted, señoritaTrelawny,comobuenahijaquees,harácuantoestéensumanoparaquesupadrerecuperelasalud,yquenosedejarádominarpor lasmaníasdeéste, estén justificadasonopormiedos y misterios. Tengo la esperanza de que, así, pronto lo veremosrestablecido. Recuerde que, si sigue mis instrucciones, estaré en todomomento a su servicio. Buenos días, señor Ross.DoctorWinchester, estaréaguardandosusnovedades.

Cuando sir James se hubo marchado, permanecimos por un rato ensilencio.ElprimeroenhablarfueeldoctorWinchester.

—Comomédico,deboadmitirqueeldoctorFrereestáen locierto.Creoquefueundespropósitoponercondicionesparaquesehicieracargodelcaso.Sin embargo,meparecequenoha entendidoelmisterioque lo envuelve,yque las instrucciones del señor Trelawny nos atan de pies y manos. Porsupuesto…

—Doctor Winchester —le interrumpió la señorita Trelawny—, ¿quiereusted también abandonar el caso, o está dispuesto a continuar bajo lascondicionesqueyaconoce?

—¿Abandonarelcaso?¡Jamás!Mientrasélsigaconvida,norenunciaré.

Ellanodijonada,perotendióunamano,queéltomócálidamente.

—Ahora —prosiguió la señorita Trelawny al cabo de un instante—, sitodoslosespecialistassoncomosirJamesFrere,renuncioaellos.Además,noparecesabermásqueustedsobreelmotivoporelcualmipadreseencuentraasí,ynosemuestranilacentésimapartedeinteresado.Porsupuesto,deseolomejorparamipadre,ypreferiríapoderactuarlibremente.Mecomunicaréconel señorMarvin y le pediré que venga; deseo saber hasta dónde llegan losdeseos de mi padre. Si en su opinión soy libre de actuar como mejor meparezcaybajomiresponsabilidad,nidudaréenhacerlo.

EldoctorWinchestersemarchóylaseñoritaTrelawnyprocedióaescribiruna carta al procurador, informándole de lo que ocurría y solicitándole quefueseasucasatrayendotodoslosdocumentosquepudiesenarrojaralgunaluzsobreelasuntoencuestión.Enviólamisiva,juntoconuncocheparatraeralseñorMarvin,yacontinuaciónnosdispusimosaaguardarqueéstellegase.

Aun cuando el procurador tardó menos de una hora en presentarse, eltiempo se nos hizo extraordinariamente largo. El señor Marvin se puso alcorrientedelaenfermedaddelseñorTrelawny,y,volviéndosehacialahijadeéste,dijo:

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—Encuantoestéusteddispuesta, ledaré ciertosdetalles referentes a losdeseosdesupadre.

—Cuandoustedquiera—contestóella.

El señor Marvin me miró y, con aire de hombre de negociosexperimentado,observó:

—Noestamossolos.

—Yo misma he pedido al señor Ross que asistiera a esta entrevista—contestó la señorita Trelawny—. Está al corriente de todo, y deseo queconozcaalgomás.

—Pero,miqueridaseñorita,losdeseosdesupadre…Laconfianzaquesedebenunpadreysuhija…

—¿Creeustedqueenlaspresentescircunstanciasesotienealgúnsentido?—dijolajoven,conlasmejillasencendidas—.Mipadrenuncamehablabadesus asuntos.Y ahora sólo puedo enterarmede su voluntad pormedio de uncaballeroaquiennoconozcoycuyaexistenciaignorabaantesdeleerlacartaquemedejó.ElseñorRossgozademimásabsolutaconfianza,auncuandoesun amigo reciente, y quiero que sea testigo de esta conversación, amenos,desdeluego,quemipadreloprohíba.—Hizounapausayluegoañadió—:Leruegoquenomeconsideredescortésporlaspalabrasqueacabodepronunciar,peromeencuentroenunestadodeansiedadtal,quecasinoséloquedigo.

La señoritaTrelawnyse llevóunamanoa la cara.El señorMarvinyyonosmiramos y permanecimos en silencio. Tras unos segundos, ella parecióreponerse,ycontonofirme,prosiguió:

—Le agradezco el que haya venido con tanta rapidez y, por supuesto,puede estar segurodeque confío en sus consejosy en subuen juicio.Si loconsideramásoportuno,hablaremosasolas.

Me puse de pie. El señor Marvin hizo un ademán de disentimiento.Evidentemente,laactituddelajovenlohabíaimpresionado.

—¡Enabsoluto!—exclamócon tonoamable—.Porpartedesupadrenoexisteal respectorestricciónalguna,yencuantoamí,nohayinconvenienteen que este caballero presencie nuestra reunión.A juzgar por lo queme hacontadodelaenfermedaddelseñorTrelawny,ydelosdemásincidentes,creoqueha llegadoelmomentodeexponerle sus instrucciones.Enprimer lugar,debe saber usted que sonmuy estrictas, hasta el punto de queme ha dadoplenapotestadparaquemeaseguredequesusdeseossevencumplidosalpiedelaletra,talcomofiguranenlacarta.Mientrasviva,deberápermanecerensuhabitación,ybajoningunacircunstancianiporcausaalgunapodrátocarseningunodelosobjetosquehayenella.Dehecho,mehadadouninventariode

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esosobjetosque,comodigo,debenpermanecerensusitio.

La señorita Trelawny permaneció en silencio. Me dirigió una rápidamirada,yyo,creyendocaptarsusdeseos,preguntéalseñorMarvin:

—¿Podemosveresalista?

—No; a menos que me vea en la obligación de actuar en calidad deprocurador de su padre. Tengo enmi poder el documento que lo atestigua.Debe reconocer, señorRoss—dijo con esa convicción típicadel hombredenegocios,mientrasmetendíaelescrito—,queeltonodelacartaesenérgicoyquenodejaresquicioalgunoparaevitarsucumplimiento.Asíloestipulanlostérminos, excepto por alguna formalidad de tipo legal. Le aseguro que notengo poder alguno para atenuar las disposiciones del señor Trelawny, amenos,porsupuesto,quedecidatraicionarsubuenafe,locual,comprenderáusted, es imposible. —Evidentemente, no quería que quedasen dudas alrespecto.No obstante, sin sombra de aspereza en su tono de voz, se volvióhaciaMargaretyañadió—:Espero,señoritaTrelawny,queentiendaquemeesdel todo imposible hacer nada al respecto. Los actos de su padre tenían unpropósito definido que nome confió, pero aun así estoy convencido de quemeditó muy bien cada una de sus instrucciones. Estudió cada posiblealternativa,yelmodoenquesedebíaactuar.

»Lamentoquemispalabrashayanpodidocausarleausteduna impresióndesagradable,ydesdeyalepidoperdón,puesnoeraésamiintención.Peronome queda otra alternativa. Si quiere usted consultarme acerca de cualquierpunto,estoyasudisposiciónatodahora,seadedíaodenoche.

Dichoesto,anotóladireccióndesucasaeinclusodesuclub,dondesolíaestarporlastardes,leentregóelpapelalajoven,ytrasdespedirsedeambos,semarchó.

Encuantohubo salido, la señoraGrant llamóa lapuertadel dormitorio.Cuandoentró,suexpresióndepesareratalquelaseñoritaTrelawnypalidecióypreguntó:

—¿Quéocurre,señoraGrant?¿Algunanuevacontrariedad?

—Siento decirle, señorita, que todos los criados, menos dos, se handespedido y quieren abandonar la casa sin demora. Según parece, handeliberado entre sí y el mayordomo se ha encargado de comunicarme sudecisión.Diceque inclusoestándispuestosanocobrarsussalarios,yaunapagarloqueindiquelaleypornoavisarconladebidaantelación,peroquedetodosmodossemarcharánhoymismo.

—¿Yquémotivoalegan?

—Ninguno,señorita.Aseguranquelo lamentanprofundamente,peroque

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notienennadaquedecir.LehepreguntadoaJane, lacriadaprincipal,quiensigueconnosotros,ymehadicho,confidencialmente,queseleshametidoladescabelladaideadequelacasaestáencantada.

Aquelloeraabsurdo,peroaningunodenosotrosseleocurrióreír.Porelcontrario,laexpresióndelaseñoritaTrelawnyeradepenayhorror,peronoacausa de un súbito paroxismo, sino de una idea que tomaba cada vez máscuerpo.Pormiparte,creíoírunavozresonarenmimente.Enrealidad,nosetrataba exactamente de una voz; antes bien, semejaba el atisbo de unpensamiento,oscuroyprofundo,cuyosignificadodesconocía,perointuía.

6

Sospechas

La primera persona en recobrar la serenidad fue la señorita Trelawny,quien,contonodedignidad,dijo:

—Muybien, señoraGrant, que sevayan.Págueles loque correspondayagregueunamensualidad.Hastaahorahansidomuybuenosservidores,yelmotivo por el que se marchan es bien poco corriente, debo admitirlo. Nopodemosesperarquequienestáatormentadoporelmiedonossigasiendofiel.

»Losquesequedengozarán,enel futuro,dedoblesalario,y lepidoporfavorqueencuantoseloindiquelosenvíeaquí.

El ama de llaves se mostró indignada al oír aquellas generosasdisposiciones:

—¡No se lo merecen, señorita! No deberían marcharse de esta casadespuésdelmodoenqueseloshatratado.Jamáshevistoanadietanbuenoyconsideradoconlaservidumbrecomousted.Yahora,cuandolosseñoresestánenseriosproblemas,ellossemarchansinmás,dejándoleslibradosasusuerte.

LaseñoritaTrelawnylacalmólomejorquepudoyelamadellavessaliópara,alcabodeunrato,regresarypreguntarasuamasiquerríatomarnuevoscriados,o,porlomenos,intentarlo.

—Comosabe,señorita—añadió—,cuandoauncriadoselemeteunaideaabsurdaenlacabeza,nohayquienpuedequitársela,sobretodosisetratadealgunaclasedesuperstición.Noparandecuchichear,durantetodoeldía,yleaseguroaustedquelasmujeressonmuchopeoresqueloshombres.

Sinmostrarseansiosaniindignada,laseñoritaTrelawnycontestó:

—Creo,señoraGrant,que lomejorseráquenosarreglemosconquienes

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hanresueltoquedarse.Mientrasmipadresigaenfermonorecibiremosvisitas,demodoqueenlacasasólohabrátrespersonasaquienesatender.Ysivemosque no son suficientes, sólo emplearemos a los que hagan falta.Y tenga encuentaquetodosaquellosaquienescontraterecibiránelmismosueldoquelosque se queden. Y usted, señora Grant, aunque no la considero parte de laservidumbre,tambiénrecibirádoblesalario.

Elamadellaves,confusayagradecida,tomólasmanosdeMargaretentrelas suyas y las besó. El que unamujermayor hiciera aquello con unamásjoveneraemocionante.YonopodíadejardeadmirarlamagnanimidaddelaseñoritaTrelawnyparaconsuscriados.

—¡Estacasaesunpalacio,señorita—exclamólaseñoraGrant—,yustedunaprincesa!

Unaprincesa.Aquella ideameparecióde lomásapropiada,ydeprontorecordé la primera vez que la había visto, en ocasión del baile ofrecido enBelgraveSquare.¡Quéestupendafigura!Altaydelgada,balanceándosecomounaflordeloto.Suvestidoeranegro,salpicadodelentejuelasdoradas,yenlacabezallevabaunadiademaegipcia,unajoyadecristalylapislázuli.Entornoalamuñecalucíaunbrazaletedediseñoantiguo,querepresentabaunasalashechas en oro cuyas plumas eran gemas multicolores. Cuando fuimospresentados,experimentéciertotemor.Peromástarde,durantelaexpediciónalrío,advertíqueeraunamujerdulceyencantadora,ymissentimientoshaciaellacambiaronpocoapoco.

Al cabo de un rato, la señorita Trelawny hizo llamar a los criados queseguíanfielesalacasa.Consideréqueseríamejorquelosrecibieseasolas,demodoquesalídelaestancia.Cuandoregresé,viquehabíalágrimasenlosojosdelajoven.

Aquellamismatardetuveunaentrevistamuchomásdesagradable.Yomeencontrabaenelestudio,cuandosepresentóelsargentoDaw.Entró,cerrólapuerta y, tras mirar alrededor para cerciorarse de que estábamos solos, seacercóamí.

—¿Quésucede?—pregunté—.Porloqueveo,deseahablarmeenprivado.

—Asíes,señor.¿Mepermitequeseafranco?

—Porsupuesto.SiempreycuandoelloredundeenbeneficiodelaseñoritaTrelawny,odesupadre.Estoysegurodequetantoustedcomoyodeseamosayudarlosentodoloquenosseaposible.

—Comoesnatural,señorRoss,hedecumplirconmideber,ycreoquemeconoceusted lobastantebienparasaberque loharésinvacilar.Soypolicía,detective, de hecho, ymi obligación consiste en descubrir los entresijos de

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cualquier casoquemeencarguen, sinmiedoni predilecciónpornadie.SólomedeboaScotlandYard.

—Todo eso ya lo sé—contesté maquinalmente—. Puede hablarme conenterafranqueza;leaseguroqueguardaréunareservaabsoluta.

—Muchas gracias, señor.Nome cabedudade que esta conversaciónnollegará a oídos de nadie, ni siquiera de la señoritaTrelawny, o de su padre,cuandosereponga.

—Siésaessucondición,nomequedamásremedioqueaceptarla—dijesinpoderevitarciertotonoáspero.

Dawadvirtiómicontrariedad,ysedisculpó.

—Tendráqueperdonarme,señor,peroalhablarconusteddeesteasuntoenciertomodofaltoamideber.Sinembargo,séqueesuncaballeroenquiensepuedeconfiar.Ynomerefieroasupalabra,señor,puesesoestáfueradetodaduda,sinoasudiscreción.

—Digaloquetienequedecir,porfavor—lourgí.

—Meheconcentradotantoenestecaso,quehahabidomomentosenquemedaba vueltas la cabeza, créame.Y lo peor es que todavía no he logradoimaginarsiquieraunasolución,pordisparatadaquefuese.Ahorabien, tengausted en cuenta que en cada una de las agresiones sufridas por el señorTrelawny, nadie ha entrado en la casa y, al parecer, nadie ha salido de ella.¿Quéinfiereusteddeeso?

—Puesqueelagresor, seapersonaocosa—respondíconunasonrisa—,yaestabaenlacasa.

—Esomismoesloquecreo—replicóDaw,ydejóescaparunsuspirodealivio—.Muybien.Y,¿quiénpodríaseresealguien?

—Hedichoalguienoalgo—objeté.

—Supongamos, señor Ross, que se trata de «alguien». Ese gato, auncuandoloconsideramosmuycapazdearañaromorder,nuncapodríasacaralpobrecaballerode lacamani intentarquitarle lapulseraaqueestásujeta lallave.Cosasasísóloaparecenenlasnovelaspolicíacas,enlasqueeldetectivesabe todoantesdequeocurray loshechosconcuerdandemodoexactoconsus teorías. Pero en Scotland Yard, donde no todo el mundo es tonto,opinamosque,cuandosecometeuncrimenoseintentacometerlo,elautorolosautoresnosoncosassinopersonas.

—Bien,sargento,puessupongamosquesetratadeunapersona—dije.

—Estábamoshablandode«alguien»,señor.

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—¡Bien,puesalguien!

—¿No le ha llamado la atención, señor, el que tras cada una de lasagresiones de que fue objeto el señor Trelawny, consumadas o frustradas,hubieraunapersonaquefueselaprimeraenacudiryenpedirayuda?

—Veamos.Segúncreo,quienpidiósocorrolaprimeravezfuelaseñoritaTrelawny. Cuando se cometió la segunda agresión, yo estaba dormido, y lomismocabedecirde laenfermera, la señoritaKennedy.Cuandodesperté, lahabitaciónestaballenadegente,ustedincluido.Tengoentendidoque,tambiénentonces,laseñoritaTrelawnyacudióantesqueusted.Y,enlaúltimaocasión,yomeencontrabaeneldormitoriocuando laseñoritaTrelawnysedesmayó.Lasaquédelaestanciayregreséaésta.Demodoque,despuésdecometidoelataque,fuielprimeroenentrar,ysimalnorecuerdoustedmeseguíadecerca.

—En las tres ocasiones, la señorita Trelawny estaba presente o fue laprimeraenacudiraldormitorio—dijoelsargento,trasreflexionarbrevemente—.YsóloenlaúltimaelseñorTrelawnynosufriódañoalguno.

Como abogado, yo no podía por menos que admitir el valor de aquelladeducción.

—¿Quiere usted decir—repliqué—, que en las únicas ocasiones en querealmenteseinfligióalgúndañoalseñorTrelawny,suhijafuelaprimeraendescubrirlo, y que esto lo lleva a suponer que es la autora o que estárelacionada de algún modo no sólo con su descubrimiento, sino con laagresión…?

—Nomeatrevíaaexpresarlodemaneratanclara,peroaesoesaloquemehanconducidomisconclusiones.

El sargento Daw era un hombre valiente; evidentemente, no temía lasconsecuenciasdesusrazonamientos.

Permanecimosensilencio,yenmimenteempezóaasomarelmiedo.NoporquedudaradelaseñoritaTrelawnynideloquepudiesehacer,sinodequeesto último pudiera ser mal interpretado. Estaba claro que en aquella casahabíaalgúnmisterio,ysinoseencontrabaprontounarespuesta,lassospechasrecaeríansobrealguien.Entalescasos,lamayoríadelagentesueleseguirlalíneaqueofrecemenorresistenciay,silograbademostrarsequedelamuertedel señor Trelawny resultaba beneficiada alguna persona, sería muy difícilprobar la inocencia de ésta. Por consiguiente, resolví ayudar a la señoritaTrelawnyhastadondemefueraposible,oyendosusexplicacionesy tratandode comprenderlas. Cuando llegase el momento de discutir acerca de lasdiversasdeducciones,yoemplearíatodasmisarmasparadefenderla.

—Nomecabedudadequecumpliráustedconsudeber—dije—,yquelo

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harásintemerlasconsecuencias.¿Quécaminopiensaseguir?

—Aúnno losé,señor.Tengaencuentaquehastaahorasólomebasoensospechas.Sialguienmedijesequeesadulcedamaestá involucradaenesteasunto,lotomaríaporloco.Sinembargo,nopuedoevitartenerencuentamispropiasconclusiones.Séquemuchasvecespersonasaquienestodoelmundoconsiderabainocenteshanresultadoculpables.Noesmiintenciónperjudicaraesaseñorita,demodoquepuedeustedestarsegurodequenopronunciaréunasolapalabra capazde inducir a alguiena acusarla.Por esto lehabloaustedcon toda reserva, de hombre a hombre. Por su profesión, está ustedacostumbrado ahallar y confirmarpruebas; lamía consiste en averiguar loshechos.UstedconocealaseñoritaTrelawnymuchomejorqueyo,yapesardequevigiloatentamentelahabitacióndondeyaceelenfermoymemuevoamiantojoporlacasa,notengotantasoportunidadescomousteddetratarconesaseñorita y conocer todo lo relacionado con ella o con cualquier cosa quepudierasuministrarmeunapistaparadescubrirtodossusactos.Siyointentaseobteneresosdatosdirectamentedeella,provocaríasussospechas.Enesecaso,sifueraculpableyoperderíalaposibilidaddeobtenerlapruebadecisiva,puesnolecostaríahallarunmododeimpedirquelodescubra.Pero,siesinocente,comocreoydeseo,haríamuymalacusándola.Antesdehablarconustedhereflexionadomucho acerca de este asunto, y si me permite ser sincero conusted,créamequemearrepientodehabermetomadosemejantelibertad.

—Yonoloconsiderodeesemodo,Daw—dijeamablementealadvertirlavalentíay lahonradezdeaquelhombre—.Mealegrodequemehayaustedhabladoconfranqueza.Losdosnecesitamosaveriguarlaverdad,yhaytantascosas extrañas en este caso, que tal vez sólo consigamos descubrir en quédirecciónsehallaocultalaverdad.

Elsargentodijocontonodegratitud:

—Creo, por consiguiente, que cualquier idea o pista que puedaconducirnos a la obtención de una prueba o sirva para incrementar nuestrassospechasenunsentidouotro,debemos…

EnesemomentoseabriólapuertayentrólaseñoritaTrelawny.Alvernos,seapresuróadecir:

—¡Oh,dispensen!Nosabíaqueestabanaquí.

—Entre, por favor—dije—. El sargento Daw y yo nos dedicábamos arepasarloshechos,sencillamente.

MientrasellatitubeabaantelapuertaapareciólaseñoraGrant.

—AcabadellegareldoctorWinchester,señorita—anunció—,ypreguntaporusted.

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Yoobedecíalamiradadelajovenysalimosjuntosdelahabitación.

Una vez que el doctor hubo examinado al paciente, nos dijo que, alparecer,nosehabíaproducidocambioalguno.Añadióqueaunasílegustaríapermaneceresanocheenlacasa,sieraposible.LaseñoritaTrelawnysealegróydeinmediatohizollamaralamadellaves,aquienordenóquedispusieraunahabitaciónparaél.

Más tarde, ese mismo día, cuandoWinchester y yo nos encontramos asolas,medijo:

—Hehecholosarreglosnecesariosparapasaraquílanocheporquedeseomantener una charla con usted, por supuesto, en privado. Para no despertarsospechas, creo que lo mejor sería que por la noche, mientras la señoritaTrelawnymontaguardia junto al lechode supadre, nos reuniésemos con laexcusadefumaruncigarro.

Decidimosqueni la jovenniyovigilaríamosal enfermodurante toda lanoche. Nuestro turno comenzaría temprano por la mañana. Me ocupéespecialmentedequeasífuera,puessabíaqueeldetectivequeríahacerciertaspesquisas,yenelmayorsecreto.

Eldíatranscurriósinincidentes.LaseñoritaTrelawnydurmióporlatardey,despuésdecenar,marchóarelevaralaenfermera.LaseñoraGrantsefueconellayelsargentocontinuabadeguardiaenelpasillo.EldoctorWinchesteryyonosdirigimosentonceshacialabibliotecaatomarelcafé.

—Ahora que estamos solos—dijo él tras encender su cigarro—, quierohablarconustedconfidencialmente.

—¡Adelante!—dije, y al recordar la conversación que había mantenidoporlamañanaconDaw,nopudeevitarqueelcorazónmedieraunvuelcoyquefuese,nuevamente,presadeltemor.

—Este caso —prosiguió— basta para poner a prueba las facultadesmentalesdetodosnosotros.Cuantomáspiensoenello,mayoresmimiedodeperder la razón. Dos líneas de pensamiento pugnan en mi mente, y ambasparecenconducirmeendireccionesopuestas.

—¿Cuálessonesasdoslíneas?

El doctor Winchester me miró fijamente antes de responder. Permanecíimperturbable.Enesemomentoyoeraunabogado;amigoenunsentido,yenotroalguiendecididoaasumirladefensa.Elmerohechodequeenlalúcidamente de aquel hombre hubiese dos líneas de pensamiento igualmentedefinidas y opuestas, me consolaba, pues hacía que temiese menos laposibilidaddeunmeroataque.Unasonrisainescrutableaparecióentoncesenelrostrodeldoctor,quedeinmediatodiopasoaungestograve.

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—Esasdoslíneassonloshechosylafantasía.Enlaprimeratodoelasuntoquenosocupa:agresiones,intentosderoboyasesinato,narcóticos,catalepsiaorganizada,que indica,obienunasuertedehipnotismoconfinescriminalesasícomosugestiónmental,obienunaformamássencilladeenvenenamientoque nuestra toxicología aún no ha clarificado. En lo que respecta a la otralínea, una influencia que no aparece registrada en ningún libro que yoconozca,aunquesítalvezenlaspáginasdeunatragedia.JamáscomoahoraconsiderétanverdaderaslaspalabrasdeHamlet:«Hayenelcieloyenlatierramuchasmáscosasdelasquesueñavuestrafilosofía».

»Examinemos,enprimerlugar,loshechos.Aquítenemosaunhombreensu casa, rodeado de sus familiares y criados, siendo estos últimos detemperamentosmuydiversos,loqueexcluyelaposibilidaddequelaagresiónhayasidoplaneadaenlashabitacionesdelaservidumbre.Esehombreesrico,instruido, inteligente, tenaz y resuelto. Su hija, su única hija, según tengoentendido, es una joven lista y encantadora que duerme en la habitacióncontiguaalasuya.Alparecer,noexisterazónalgunaparatemerunaagresión,no se da una circunstancia favorable para que ésta sea llevada a cabo poralguienajenoalacasa.Sinembargo,elataque,cruelybrutal,seproduce,yenplena noche. Se descubre rápidamente, con una celeridad que, en los casoscriminales,nosueleresultaraccidentalsinopremeditada.Elautoroautoresdelaagresiónvenfrustradosuobjetivo,cualquieraqueéstefuera,antesdequepuedan llevarlo a cabo. Aun así, no existe indicio de que hayan huido; nihuellas ni desorden, tampoco puertas o ventanas abiertas, ningún ruido. Enresumidas cuentas, no hay nada que pueda demostrar quién ha cometido eldelitoynisiquieraqueéstehayatenidolugar,aexcepcióndelavíctimayelestadoenqueseencuentra.

»A la noche siguiente se produce una nueva agresión, a pesar de que lacasaestállenadepersonasquepermanecenalerta,incluidosundetectivequevigilaeldormitorio,unaenfermera,unamigodelahijadelpaciente,ylahijamisma.Laenfermeraesvíctimadeunataquedecatalepsiayelamigo,aunqueprotegido por unamascarilla de oxígeno, queda profundamente dormido. Einclusoeldetectivenopuedeevitarelinflujodeunextrañosoporquelohacedispararuntiroenlahabitacióndelenfermosinsabersiquieraaquéapuntó.Sumascarilla,señor,eslaúnicacosaquepareceguardaralgunarelaciónconelaspectorealdelcaso.Elqueustednoperdieselacabeza,comolesocurrióalos demás, y el hecho de que el efecto experimentado por cada uno fueseproporcionalaltiempoquepermanecióenlahabitación,señalalaposibilidaddequeelmediosoporíferonofuerahipnótico,sinodedistintanaturaleza,queignoramos.Peroenestepuntosepresentaunacircunstanciacontradictoria.LaseñoritaTrelawny,quepasómástiempoenlaestanciaqueelresto,puesentróy salió de ella continuamente y, además, montó guardia junto al lecho delpaciente,noparecióquedarafectada.Esodemuestraqueelinflujo,cualquiera

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que sea, no afecta a todos por igual, a menos que ella estuviese, de algúnmodo, protegida. Si resultase que la causa de lo ocurrido fuera un efluvioexhaladoporunodeesosobjetosegipcios,toparíamosconelhechodequeelseñor Trelawny, que ha permanecidomás que nadie en la estancia, hasta elpuntodequepodemosafirmarquesehapasadomediavidaenella,esquienestámásafectadoporesaextrañainfluencia.Pero¿cuálserálacausacapazdeproducirefectostandistintosycontradictorios?Lociertoesque,cuantomáspienso en este dilema, más perplejo estoy. E incluso en el caso de que laagresión física de que fue víctima el señorTrelawny hubiese sido llevada acabo por algún morador de la casa, aunque no se encuentre entre lossospechosos, la extrañeza de este estupefaciente seguirá siendo unmisterio.No es tan fácil como parece sumir a alguien en un estado cataléptico, y leaseguro a usted que la ciencia desconoce la forma de lograrlo de maneravoluntaria.LomáscuriosodetodoesteasuntoeslaseñoritaTrelawny,quienalparecernosufreningunodeesosinflujos,puespadecióundesvanecimientopasajero.¡Esmuyextraño!

Lo escuché con el corazón en un puño, pues, si bien sus palabras noreflejaban desconfianza alguna, los argumentos que expuso eranperturbadores,ypese anomanifestar tan claramente sus sospechas comoelsargentoDaw,pareciódaraentenderque laseñoritaTrelawnyera,dealgúnmodo, diferente de los demás. Y esta característica, cuando se está enpresenciadeacontecimientosmisteriosos,equivaleaserobjetodesospechas.Considerépreferiblenohacer comentarios,porqueen tales circunstancias esmejorguardarsilencio.Einclusopreferible,puesasímástardenotendríaquedarexplicacionesnidefendermeoretractarme.Porotraparte,mealegrabaelque al exponer sus razones el doctor no me hubiera hecho preguntas. Dehecho,noparecíaesperarningunarespuesta.Hizounapausa;apoyólabarbillaenunamanoy,conlamiradaperdida,fruncióelentrecejo.Apenassosteníaelcigarroentrelosdedos,comosilohubieseolvidado.Luego,prosiguió:

—Elotroaspectodeldilemaescompletamentediferente,ysialgunaveznosdecantamosporél,seráprecisoqueolvidemostodocuantotengaqueverconlaexperienciaoelconocimientocientífico.Deboconfesarquemefascinay, en ocasiones, he llegado a preguntarme si el influjo o emanación que, alparecer,existeeneldormitoriodelenfermo,meafectaráenlamismamedidaquealosdemás,como,porejemplo,aldetectiveDaw.Esposiblequesetratedealgunasustanciaquímica,algunaclasededroga,enformadevaporcuyosefectos tal vez sean acumulativos. Pero ¿qué sustancia puede ser ésa? Meconstaquelahabitaciónestásaturadadelolorquedespidenlasmomias,yaunasí… Mañana haré un experimento con Silvio. He descubierto un gatomomificado;meloentregaránporlamañana.Unavezquelotengamosaquí,descubriremos siun instinto racialpuede sobrevivir traspasar enuna tumbaunos cuantosmiles de años. Pero volviendo al asunto de que tratábamos, el

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olorquedespidenesasmomiassedebeaunacombinacióndesustanciasquelos sacerdotes egipcios, que eran los sabios y científicos de su tiempo,descubrierondespuésdesiglosdeexperimentar,ygraciasalascualespodíandetener las fuerzas naturales de la descomposición. Es probable, enconsecuencia,queexistaallíunasustanciaocombinaciónmuyraradeellas,cuyas cualidades y poder se nos escapen. Me gustaría saber si el señorTrelawnytieneconocimientodeestoosospechaalgoalrespecto.Deloúnicoque estoy seguro es de que es imposible encontrar peor atmósfera para lahabitacióndeunenfermo;ydeboconfesarqueadmiroasirJamesFrerepornegarseatrabajarentalescondiciones.LasinstruccionesdelseñorTrelawnyasuhija,y,porloqueustedmehadicho,elcuidadoquepusoenquesusdeseosfuerancumplidos,demuestranqueélyasospechabaalgo.Pareceinclusocomositemieraqueleocurriesealgo…Talvezpodamosaveriguarmásdetallesquearrojenluzsobreesteasunto,entresuspapeles,porejemplo.Comprendoqueesdifícil,perodebemosintentarlo.Porotraparte,elestadodelseñorTrelawnyno puede continuar indefinidamente; y si aquí ocurriese algo, sería precisollevar a cabo una investigación, en cuyo caso habría que examinar todocuidadosamente. Tal como están las cosas, el testimonio de la policíademostraría un intento reiterado de asesinato, y como no existe motivoaparente,seimpondríabuscaruno.

Traspronunciarestasúltimaspalabrascasienunsusurro,guardósilencio.Se loveíadesesperanzado.Supe entoncesquehabía llegado elmomentodeaveriguarsiteníaalgúnindicio,ycontonofirmepregunté:

—¿Sospechausteddealguien?

Élpareciósobresaltarse,y,mirándomefijamentealosojos,dijo:

—¿Que si sospecho de alguien? Creo más bien que de algo. Sin dudaexistecierta…influencia,perohastaahí lleganmis sospechas.Más tarde, siconsigoextraerconclusionesdefinitivasyracionales,talvez,peroporahora…

Sedetuvoamitaddelafraseymiróhacialapuerta.Seoyóelleveruidodelpomoqueempezabaagirar.Elcorazónmediounvuelco,yrecordéquepor la mañana, mientras hablaba con el sargento Daw, también nos habíaninterrumpido.Lapuerta seabrióyapareció la señoritaTrelawny.Alvernos,retrocedió, ruborizada. Por unos segundos permaneció inmóvil. Se produjocierta tensión, compartida, según observé, por el doctor Winchester, quedesaparecióalexclamarella:

—Dispénseme, pero no sabía que estaban ustedes conversando. Lobuscaba a usted, doctor, para preguntarle si, ya que se encuentra aquí, estanoche puedo acostarme. Me siento exhausta, y, además, creo que hoy mipresencianoserádegranutilidad.

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—¡Por supuesto! Acuéstese cuanto antes, y que duerma bien —dijo eldoctorWinchester—.Selomerece.Ymealegraquemelohayapreguntado,puescuando laviestanocheporun instante temívermeobligadoacuidarlacomoenferma.

La joven dejó escapar un suspiro de alivio y la expresión de fatigadesapareciódesu rostro.Nuncaolvidarécómofijóenmísusojosnegrosaldecirme:

—¿Meharáustedel favordevigilarestanocheamipadreencompañíadeldoctorWinchester?Estoytanpreocupadaporélquecadasegundometraenuevostemores;sinofueseadescansar,creoquemevolveríaloca.Estanochecambiarédehabitación,puesnoquierodespertarasustadacadavezqueoigaunruidoprocedentedeldormitoriodemipadre.Detodosmodos,leruegoquemellamesiocurrealgo.Dormiréenlahabitacióncontiguaalvestíbulo.Fuelaprimeraqueocupécuandovine avivir a esta casa.Descansarémejor, yporunas horas quizá consiga olvidar. Por la mañana estaré repuesta. Buenasnoches.

Encuantocerrélapuertaasuespaldayregreséjuntoalamesabajaantelaqueeldoctoryyoestábamossentados,aquélmedijo:

—Lapobreniñaestáagotada.Mealegrodequehayadecididodescansar.Mañanaseencontrarámuchomejor,yaloveráusted.Estáalbordedelcolapsonervioso.¿Sehafijadoustedenloalteradaqueestabayenelmodoenquesesonrojóalvernosaquí?Elqueunosinvitadosesténtranquilamentecharlandoenunadelashabitacionesdesucasanodeberíaperturbarlaasí.

MedisponíaadarunaexplicaciónqueexcusaralaconductadelaseñoritaTrelawny, pero recordé que su entrada había sido una repetición de la de lamañana, cuando yo hablaba con el detective, mas también recordé que laconversación que habíamantenido con éste era absolutamente confidencial,hastaelpuntodequenisiquierapodíaaludiraella,ydecidímantenerlabocacerrada.

Nos pusimos en pie para ir a la habitación del enfermo, pero mientrasavanzábamosporelpasillo,débilmenteiluminado,nopodíadejardepensarenloextrañoqueeraelqueellamehubieseinterrumpidoenlasdosocasionesenquesetratabaelmismotema.

Sinduda,existíaunamisteriosarelaciónentreambos incidentes,comosisetratasedeunacadenaquenosteníacogidos.

7

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Lapérdidadelviajero

Aquellanoche transcurrió sin incidentes.La señoritaTrelawnynoestabade guardia, demodo que el doctor y yo redoblamos nuestra vigilancia. LasenfermerasylaseñoraGranttambiénvelaban,ylosdetectivesentrabanenlahabitación cada quince minutos, tal como estaba convenido. El pacientecontinuóensuestadodetrance.Seloveíasaludable,ysurespiracióneratanregularcomo ladeunniño.Peropermanecía tan inmóvil,quesinohubiesesido porque respiraba, habría parecido una estatua de mármol. El doctorWinchesteryyo llevábamospuestas lasmascarillasdeoxígeno,y, aunqueacausadelcalorresultabanmolestas,nonosatrevimosaquitárnoslas.Entrelamedianoche y las tres de la madrugada experimenté una vez más aquellaextrañasensaciónalaqueyaempezabaaacostumbrarme.Perolaluzgrisdelamanecer, que entraba por los resquicios de los postigos, trajo el alivio a lacasa.Yamástranquilo,volvíarespirarlibremente.Durantelanocheagucéeloído, atento a cada sonido, por leve que fuera. Todosmis sentidos estabanalerta,yseguramentelomismoleocurríaalosdemás.Peroconlallegadadelalbaaquella inquietudcesóy lacasaenterasededicóaldescanso.EldoctorWinchester marchó a su casa cuando la hermana Doris vino a relevar a laseñora Grant. El que durante la guardia nocturna no hubiese ocurrido nadaextraordinarioparecíadesilusionarla.

AlasochodelamañanalaseñoritaTrelawnysereunióconnosotros.Measombró comprobar lo bien que le había sentado el sueño. Estaba radiantecomolaprimeravezquelavi.Aunquelanegruradesusojosysupelohacíaqueparecieseaúnmáspálida,habíaunleveindiciodecolorensusmejillas.Eldescanso era sin duda la causa de que semostrasemás tierna que la nocheanteriorenelcuidadodesupadre,cuyafrenteacariciósuavemente.Yoestabacansadodespuésdeunalarganochedevigiliay,puestoqueellaseencontrabaallí,medirigíhaciamidormitorio,parpadeandoantelaluzdeslumbradora.

Dormíprofundamentey,despuésdelalmuerzo,medisponíaairamicasacuando advertí que en la puerta del vestíbulo había un hombre a quien noconocía. El criado de servicio se llamaba Morris, y aunque antes era unsirviente más, tras la partida de la mayor parte de la servidumbre habíaascendido al puesto de mayordomo interino. El visitante hablaba en vozbastantealta,demodoqueeramuyfáciloírsusquejas.Elcriadosemostrabarespetuoso, tantoensuactitudcomoensuspalabras,perosemanteníafirmeenelvanodelapuertaimpidiendoentraraaquelextraño.Laexplicaciónqueoídepartedeésteaclarabamuybienlasituación:

—Deacuerdo,deacuerdo,peroleaseguroquenecesitoverurgentementeal señor Trelawny. Es inútil que me diga que no es posible, porque debohacerlodetodosmodos.Cadavezquemepresentoenestacasa,mepidenque

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regrese en otromomento. Vine a las nueve yme dijo que aún no se habíalevantadoyque,comonoseencontrababien,noconveníadespertarlo.Volvíalas doce y me dijo que todavía estaba en cama. Le pedí entonces que medejaseveraalgúnmiembrodelafamilia,ymecontestóustedquelaseñoritaTrelawny tambiéndormía.Yahora, regresoa las tres,y resultaqueel señorTrelawnyaúnnohadespertado.¿Dóndeestálaseñorita?Puesresultaquemuyocupada, y que ha pedido que no la molesten. Lo lamento, pero deberámolestarla.SimeencuentroaquíesporpeticiónespecialdelseñorTrelawny,yvengodeunlugardondeloscriadostienenlacostumbredeempezardiciendoqueno.Peroenestaocasiónnomecontentoconunanegativa.Llevotresañosrecibiéndolas, tres años de aguardar ante numerosas puertas y tiendas decampaña, y le aseguro que entrar en ellas eramás difícil que entrar en unatumba.Ycuandoporfinmepermitíanhacerlo,resultabaquequienesestabandentromás que hombres semejabanmomias. Le digo a usted que ya estoyharto.Ycuandoregresoamipaís,meencuentroconqueelhombreparaquienhetrabajadotambiénmecierralaspuertasyquerecibolasmismasrespuestas.¿Acaso el señor Trelawny ha ordenado que cuando yo llegase no queríarecibirme?

Hizounapausayseenjugólafrenteperladadesudor,mientraselcriado,conelmayorrespeto,replicó:

—Lolamentomucho,señor,sialcumplirconmideberloheimportunadouofendido.Peroherecibidoórdenesestrictasyesmiobligaciónobedecerlas.Si desea usted dejar recado, se lo entregaré personalmente a la señoritaTrelawny.Y,simedaustedsusseñas,ellasepondráencontactoconustedsiasílodesea.

—Mibuenamigo,leaseguroquenoloculpoausteddenadaynohasidomiintenciónherirsussentimientos.Estoyfurioso,sí,peroesonomeimpideser justo. Sin embargo, comprenda ustedmi situación.El asunto queme hatraídoaquíesde lamayorurgencia,nopuedoperderunsolominuto.Yaunasí, aquíme ve, impaciente y sin poder hacer nada durante casi seis horas;sabiendoquesuamoseenfurecerácienvecesmásqueyocuandoseenteredeltiempoqueheperdido.Leaseguroqueélpreferiríaquelodespertasendemilsueños con tal de verme ahoramismo…, antes de que sea demasiado tarde.¡Diosmío,essencillamenteespantosoque,despuésdeloquehepasado,unaorden estúpidahagaque todomi trabajohaya sido enbalde! ¿Nohay en lacasanadie conunmínimode sentido comúnoque, almenos, posea algunaautoridad?Tengolacertezadequeprontoloconvenceríadequeesnecesariodespertarasuamo,aunqueduermacomountronco…

Lasinceridaddeaquelhombreestabafueradeduda,asícomolaurgenciaeimportanciadesupropósito.Avancéhacialapuertaydije:

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—Morris, creoque serámejor que avise a la señoritaTrelawnyque estecaballerodeseaverla.Siestáocupada,pídalealaseñoraGrantquelohaga.

—Muybien,señor—contestóelcriado,y,trassoltarunsuspirodealivio,semarchó.

Yohicepasaraldesconocidoalpequeñosaloncitocontiguoalvestíbulo.

—¿Esustedelsecretario?—mepreguntó.

—No.SoyunamigodelaseñoritaTrelawny.MinombreesRoss.

—Leestoymuyagradecidoporsubondad,señorRoss—dijo—.MellamoCorbeck.Ledaríaaustedmitarjeta,peroenelpaísdedondeprocedonoseutilizan. Y, si hubiese llevado alguna, supongo que anoche también me lahabríanrobado.

Guardó silencio al advertir que se había ido de la lengua. Ambospermanecimoscallados,y,mientrasaguardábamos,mefijéenél.Setratabadeunhombredebajaestatura,gruesoyfornido,morenocomoungranodecafé.Aunque por su constitución parecía propenso a la gordura, estaba muydelgado.Lasprofundasarrugasdesurostroydesucuellonoeransóloefectode los años y de vida al aire libre, sino que se advertía en ellas la señalinconfundibledeladesaparicióndelacarneylagrasa,locualdejabasueltalapiel.Elcuello,extremadamenteajado,parecíacurtidoporelsoldeldesierto.EllejanoOriente,eltrópicoyeldesiertoconfieren,cadaunodeellos,uncolorespecial, y un observador experimentado puede distinguirlo. En el primercaso, se trata de una palidez oscura; en los otros dos, es como si la pielestuviesequemada.ElseñorCorbeckteníaunacabezagrandeymaciza,ysucabello, revueltoydecolor castaño rojizo,mostrabacanas en las sienes.Sufrente era ancha y despejada, con un seno frontalmuymarcado.Su aspectodemostraba que se trataba de hombre acostumbrado a razonar, y laprominenciaquehabía sobre losojosera señaldeelocuencia.Tenía lanarizcortayancha,reveladoradeuntemperamentoenérgico,elmentóncuadradoyunamandíbulapoderosaqueevidenciabatenacidadyresolución.

Aquelhombreestabaacostumbradoaldesierto,pensé.

LaseñoritaTrelawnysepresentóalcabodepocosminutos.Encuantolavio,elseñorCorbecksemostrósorprendido.Comenzóahablarsinquitarlelosojos de encima, y decidí que apenas se presentase la ocasión averiguaría elmotivodesemejanteactitud.

—Desde luego, si mi padre se encontrase bien, y pudiera abandonar sulechodeenfermo,ustednosehabríavistoobligadoaesperar—dijoellacontonodedisculpa—.Ahora¿tendráabiendecirmeenquéconsisteesteasuntotan urgente?—Al advertir que el señor Corbeck me miraba con expresión

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vacilante,añadió—:ElseñorRosspuedeoírcuantotengaquedecirme,puesgozadetodamiconfianzayestáaquíparaayudarme.Sinduda,ignoraustedcuángraveeselestadodesaluddemipadre.Haperdidolaconscienciahacetresdías,yporelmomentonohaysignosdequevayaarecuperarla,locual,comoimaginará,mepreocupamucho.Desgraciadamente,sémuypocascosasacercademipadreydesuvida,yaquehaceapenasunañoquevivoconél.Tambiéndesconozcosusasuntos,oquiénesustedycuálessurelaciónconél.

Elreciénllegadolamirófijamenteporuninstante;luego,comosihubiesellegadoalaconclusióndequepodíaconfiarensusinterlocutores,dijo:

—Me llamo Eugene Corbeck. Soy licenciado en arte, doctor en leyes ycirujanoporlaUniversidaddeCambridge;doctorenletrasporOxford;doctorencienciasyen filologíapor laUniversidaddeLondres;doctoren filosofíaporBerlín;doctorenlenguasorientalesporParís.Poseootrosmuchostítulos,incluidos loshonoríficos,peronoquieromolestarlaenumerándolos.Losquehe citado bastan para demostrarle que estoy suficientemente acreditado paraentrar incluso en la habitación de un enfermo. En mis años mozos,afortunadamenteparamisinteresesyplaceres,aunquepordesgraciaparamibolsillo, me dediqué a la egiptología. Debió de morderme algún poderosoescarabajo,porqueseconvirtióenunaespeciedemaníaparamí.Salíabuscartumbasy,másomenos,melasarregléparaviviryaprenderalgunascosasqueno se encuentran en los libros. Me hallaba en muy mala situación cuandoconocí a su padre, que estaba realizando unas exploraciones por su cuenta.Desdeentonces,todosmisidealessehanvistosatisfechos.Esunbuenpatrónyunexcelenteprotectordelasartes.Ningúnchifladoporlaegiptologíapodríadesearalgomejor.

Hablabademaneravehemente,ymealegrédequelaseñoritaTrelawnyseruborizaradeplaceraloírqueelogiabana supadre.Advertí tambiénqueelseñorCorbeckyanoparecíatenertantaprisa.Talvezquisieraestarsegurodelterreno que pisaba, y es posible que tratase de decidir si, en efecto, debíaconfiar en dos desconocidos. Cuando prosiguió, comprendí que habíamosconquistadosuconfianza.

—He realizado varias expediciones a Egipto por encargo de su padre, ysiempre ha sido un placer trabajar para él.Muchos de sus tesoros, y puedoasegurarle que tiene algunos muy raros, los ha obtenido gracias a mí, biencomoconsecuenciademisexploraciones,biencomprándolos…,o…porotrosmedios. Su padre, señorita Trelawny, posee vastos conocimientos. Enocasionesresuelvequelegustaríatenertalocualcosa,decuyaexistenciaestámejor o peor informado, y cuando eso ocurre es capaz de recorrer mediomundoparaconseguirlo.Precisamente,ahoraregresodeunadeesascacerías.

Guardó silencio súbitamente, como si alguien le hubiese tapado la boca.

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Aguardamos a que prosiguiera. En cuanto volvió a hablar, lo hizo con unacautelanuevaenél,comositrataradeevitarquehiciésemospreguntas:

—Noestoyautorizadoamencionarnadaacercademimisión,ni indicardónde la realicé, qué buscaba o cualquier otro detalle relacionado con ella.Todoesoseráobjetodeunaconversaciónprivadaentreel señorTrelawnyyyo,puesélmeharecomendadoqueguardeunsilencioabsoluto.—Hizounapausa, al parecer muy turbado, y prosiguió—: ¿Está usted segura, señoritaTrelawny,dequesupadrenopuederecibirmehoy?

Ella se mostró extrañada por un instante, y luego, con tono resuelto,contestó:

—Venga y compruébelo con sus propios ojos. —Y se dirigió hacia eldormitoriodesupadre,seguidadelseñorCorbeckydemí.

Corbeck entró en la habitación del enfermo como si ya la conociera. Apesar de su ansiedad por ver a su amigo, miró alrededor antes de fijar suatenciónenellecho.Loobservéatentamente,puescreíadivinarquedeaquelhombredependíagranpartedelaresolucióndelmisterio.

Yonodudabadeél.Eraevidentedequesetratabadeunhombrehonesto,y era precisamente esta virtud lo que debíamos temer. Se trataba de una deesaspersonas capacesdeguardarun secretohasta el final.Noobstante, noshallábamosanteuncasoexcepcional,ycomo talmerecíaquesehicieraunaexcepción. Permanecer en la ignorancia nos servía de muy poca ayuda. Siqueríamoscomprenderquéhabíaocurrido,teníamosquehacernosalgunaideade los posibles motivos de tan misterioso ataque, y de ese modo hacer lonecesario para ayudar al paciente a recuperarse. Había demasiadas cosasextrañasenaquelcaso…Depronto,notéquelacabezamedabavueltas.Tratéde tranquilizarme, y esperé. En el rostro del señor Corbeck apareció unamiradadeinfinitacompasiónalcontemplarasuamigo.Auncuandodormía,laexpresióndeseveridadnohabíadesaparecidodesusemblante,yporalgúnmotivohacíaqueelaspectodedesamparofueseaúnmásacusado.Dadaslascircunstancias, no habría resultado sorprendente, pero en un hombre tanresueltoyautoritariocomoaquél,sumidoenunsueñoimpenetrable,resultabaaúnmás patético.Un gesto adusto apareció en el rostro del señorCorbeck.Todatrazadepiedadseesfumó,reemplazadaporungestodedeterminación.Nosmiró,y luego,aladvertir lapresenciade laseñoritaKennedy,parpadeóimperceptiblemente.Laenfermera,comprendiendolainsinuación,dirigióunamirada interrogativa a la señorita Trelawny, quien le indicó que se retirase.Una vez que la muchacha se hubo marchado, el señor Corbeck me miró,obedeciendoese impulsonaturalque llevaaunhombreacomunicarseantesconunmiembrodesupropiosexoqueconunamujer.DespuéssevolvióhacialaseñoritaTrelawnyy,contonoamable,dijo:

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—Cuéntemelotodo.Cómocomenzóycuándo.

Lajovenmemiródemodosuplicante,yprocedí,enrespuesta,arelatarloocurridohastaesemomento.

Meescuchóconexpresiónimperturbable.Cuandoporfinleinformédelavisitadel señorMarvin, su rostrose iluminó.Cuando ledi losdetallesde laconversaciónquehabíamosmantenidoconél,exclamó:

—¡Ahorayaséquédebohacer!

El corazón me dio un vuelco; aquella frase, pronunciada en aquelmomento,parecíacerrarlaspuertasatodaesperanzadedesvelarelmisterio.

—¿Quéquieredecirusted?—preguntéconvozdébil.

—Trelawnysabemuybienloquehace.Encadaunodesusactosexisteunpropósito definido y no debemos interferir en ellos.Es indudable que temíaalgoyseprotegiódetodaslasmanerasposibles.

—Enesoseequivoca—repliqué—.Algodebiódefallar,odelocontrarionoseencontraríacomoahora.

La impasibilidad con que recibió mis palabras me sorprendió. Estabasegurodequeencontraríaválidomiargumento,peronofueasí,almenosdelmodoqueyoesperaba.Esbozóunasonrisayexclamó:

—¡Lacosaaúnnohaterminado!Trelawnytambiéndebíadeesperaresto,o,almenos,laposibilidaddequeocurriese.

—¿Sabe usted qué esperaba o temía y por qué motivo? —intervino laseñoritaTrelawny.

—No,nosénadadeeso—contestóCorbeck—.Peromepareceadivinar…

Guardósilenciorepentinamente.

—¿Qué?—preguntóella,conansiedad.

—Créame que haría todo lo posible por tranquilizarla, pero elcumplimientodemipromesameloimpide.

—¿Dequéclasedepromesasetrata?

—¡Silencio!—Y tras pronunciar esta palabra el señor Corbeck cerró laboca.

Permanecimoslargoratocallados.Elsilencioera tan intensoquepareciótomarforma.Losruidosdelacasallegabanhastanosotroscomointrusos.Laprimera en hablar fue la señorita Trelawny, en cuya mente parecía habersurgidodeprontounaideaesperanzadora.

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—¿Ycuáleraeseasuntotanurgenteporelquequeríavermealsaberquemipadrenopodíarecibirlo?

ElcambioqueseprodujoenelseñorCorbeckfuetaninstantáneoquecasiresultó ridículo. Su expresión de sorpresa semejaba más una especie depantomima.Perocualquier ideadecomicidaddesapareciócuando,congestodeseriedad,recordósupropósitooriginal.

—¡Dios mío! —exclamó al tiempo que levantaba la mano, que teníaapoyadaenelrespaldodeunasilla,paradescargarunfuertegolpesobreésta—. He estado a punto de olvidarlo. ¡Qué pérdida! Y precisamente ahora,cuandoeléxitoestátanpróximo.Él,tendidoahí,sinpoderhacernada,yyo,obligadoacallar,eimposibilitadodelevantarsiquieraunamanoounpieenmiignoranciadesusdeseos.

—¿Qué ocurre?Díganoslo.No sabe usted cuán angustiada estoy pormiqueridopadre.¿Ocurrealgonuevo?¡Oh,esperoqueno!Peromealarmaoírlohablardeesemodo.¿Puededeciralgoquemealiviedemiintranquilidad?

—Nopuedo,señorita.Essusecreto—respondió,señalandolacama—.Hevenido en busca de ayuda y consejo, pero lo encuentro inconsciente, y eltiemposeacaba.¡Prontoserádemasiadotarde!

—Pero ¿para qué? —preguntó la señorita Trelawny con extraordinariaimpaciencia—.¡Hable!¡Digaalgo!Tantaansiedad,horrorymisterioacabaránconmigo.

—No puedo darle ningún detalle —respondió el señor Corbeck, en unesfuerzoporserenarse—.Lamisión,en lacualempleé tresaños,hasidounéxito. Encontré todo lo que buscaba. Lo traje conmigo. Eran tesorosincalculables, sobre todo para él, pues fue por su deseo, y siguiendo susinstrucciones, que fui a buscarlo.Ayer llegué aLondres, y al despertar estamañanadescubríquemistesoroshabíansidorobadosmisteriosamente.Nadieen la capital sabía de mi llegada. Sólo yo conocía el contenido de midesgastadomaletín.Mi habitación tenía una sola puerta, y estaba cerrada yatrancada.Sehallabaenunaplantaaltade lacasa, laquinta,demaneraqueentrar por la ventana era del todo imposible. Además, yo mismo la habíacerradoperfectamente,yestamañanacomprobéqueelpestillonohabíasidotocado. Sin embargo, mi maletín estaba vacío. ¡Las lámparas habíandesaparecido!FuiaEgiptoenbuscadeunaseriedelámparasantiguasqueelseñor Trelawny deseaba. Después de muchos esfuerzos e infinitos peligrosconseguíhallarlapistadecadaunaylastrajeaquí…Yahora…

Volviólacabeza,muyconmovido.LaseñoritaTrelawnyapoyóunamanoensubrazo.Aquelademánmesorprendió.Supenaysudolorparecíanhabertomadolaformadeunafirmeresolución.Estabamuyderecha,lebrillabanlos

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ojos.Elvigorsemanifestabaencadafibradesuser.Cuandohabló,hastasuvoz sonó imbuida de un extraño poder. Tenía todo el aspecto de unamujerextraordinariamenteenérgica.

—Esprecisoactuarcuantoantes—exclamó—.Debemosllevaracabolosdeseos de mi padre, si eso nos es posible. Usted, señor Ross, es abogado.TenemosenlacasaaunodelosmejoresdetectivesdeLondres.Seguramentepodremoshaceralgo.Comencemosdeinmediato.

—Muybien—dijoelseñorCorbeckconrenovadoentusiasmo—.¡Nohaydudadequeesustedhijadesupadre!

Meencaminéhacia lapuertacon la intenciónde llamaralsargentoDaw,talcomoimaginéqueMargaretdeseabaquehiciese,peroelseñorCorbeckmellamó.

—Unmomento—dijo—,antesde introduciraunapersonaextrañaen laescena. Es preciso que no sepa lo que usted ya conoce, es decir, que laslámparasfueronobjetodeunabúsquedaprolongada,difícilypeligrosa.Todocuantoestoyencondicionesdeinformaraesecaballeroesquemehanrobadounos objetos que me pertenecían. Le describiré alguna de las lámparas,especialmente una, porque es de oro. Mi mayor temor es que el ladrón,ignorando por completo su valor histórico, la haga fundir para ocultar sudelito. Con gusto pagaría diez, cien,mil veces su valor con tal de no verladestruida. Sólo le diré lo imprescindible. Por consiguiente, deje que sea yoquienrespondaasuspreguntas,amenosquesolicitesuauxilio.

—Paraguardarladebidadiscreción—observé—másvaldríaencararesteasunto como si se tratase de una investigación de carácter privado, pues sillegaaoídosdeScotlandYardelsecretoserá imposible.Antesdepedirlealdetectivequevenga,losondearé.Sinolesdigonadaaustedes,significaráqueestádispuestoaencargarseparticularmentedelcaso.

—Elsecretoes loprincipal—contestóelseñorCorbeckde inmediato—.Lo quemás temo es que todas las lámparas, o algunas de ellas, hayan sidodestruidas.

Entonces, para mi sorpresa, la señorita Trelawny intervino con tonoenérgico.

—Ningunadelaslámparasserádestruida.

—¿Cómolosabeusted?—preguntóelseñorCorbeck,azorado.

—Ignorocómolosé,perolosé.Lointuyo,losiento:¡jamásenmividaheestadotanseguradealgo!

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8

Elhallazgodelaslámparas

Alprincipioelsargentosemostrórenuente,peroalfinaceptóencargarseparticularmentedelasunto.Añadióquesóloactuaríacomoinformante,yquesiserequeríaqueentraseenacción,pondríaalcorrienteasussuperiores.Unavez hecho el arreglo, lo conduje en presencia de la señoritaTrelawny y delseñorCorbeck.

No pude pormenos de admirar la cautela y la fría precisión con que elviajeroexpusoelcaso.Noparecíaocultarnada,yaunasíselasarreglóparadar la descripciónmenos detallada posible de los objetos desaparecidos.Nohizohincapiéen lomisteriosoque resultaba todoaquelasunto, sinoquediomuestras de considerarlo un robo más de los que suelen producirse en loshoteles.Sabiendo,comosabía,quesuintenciónerarecobrarlosobjetosantesde que fuesen destruidos, observé el modo en que informaba de algunascaracterísticasaltiempoqueocultabaotras,sinquepareciesequelohacía.Sinduda,pensé,aquelhombrehabíaaprendidomuybienlalecciónenlosbazaresdeOriente,yconsuingeniooccidentalinclusohabíasuperadoasusmaestros.

—Mepreguntoquéclasedeladrónhabrásidoelautordelrobo—dijoalfineldetective.

—¿Aquéserefiere?—inquirióelseñorCorbeck.

—Verá usted, cuando un ladrón de poca monta quiere deshacerse deobjetosdemetal,sueleacudiralasfundiciones,donde,porcierto,loscompranporunaspocasmonedasacambiodenoaveriguarsuprocedencia.Cuandoelmetal es noble, se pesa antes en una balanza, y el precio aumenta.Comprenderáustedquecuandoelmetal,seadelacalidadquesea,vaapararalcrisol,esimposiblesaberaquéobjetopertenecía,porasídecirlo.Claroquetododependedecuánbuenoseaelladrón…,merefieroacuánbiensepahacersutrabajo.Unverdaderoprofesional,unodeprimeraclase,sabecuándoloqueharobadovalemásdeloquepuedeobtenerporelmetalensí.Enesecaso,seponeencontactoconalguienencondicionesdeubicarelobjetoencuestión,pongamosenFrancia,oinclusoenAmérica.SeñorCorbeck,¿sabedealguienapartedeusted,quepuedaidentificaresaslámparas?

—Sóloyopodríahacerlo.

—¿Existenotrasparecidas?

—Noqueyosepa—respondióelseñorCorbeck—,aunqueesposiblequelashaya.

Dawhizounapausaydijo:

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—Yunapersonaavezada,delMuseoBritánico,porejemplo,untratanteouncoleccionistacomoel señorTrelawny,¿podríanconocerelvalorartísticodeestaslámparas?

—Sinduda.Cualquieraque tuviesecincodedosdefrentesedaríacuentadequesonobjetosvaliosísimos.

—En ese caso—observó el policía—, aún existe una posibilidad. Si lapuertay laventanade suhabitaciónestabancerradas, el ladrónnopudo serunasirvientaouncriado,sinoalguienquebuscabaalgomuyespecial,yqueno lo vendería hasta que obtuviese por ello un buen precio. Avisaremos atodoslosprestamistasynohabránecesidaddecomunicarelcasoaScotlandYard,amenos,claroestá,queustedlodesee.Así,podremosmantenertodoensecreto.

—¿Se le ocurre a usted o tiene alguna idea de cómo pudo producirse elrobo?—preguntóelseñorCorbeck.

—Estoysegurodequeelladrónsevaliódeunmediomuysencillo,señor.Es lo que suele ocurrir en los robos misteriosos. El delincuente conoce suoficioytodossustrucos.Sabeporexperienciacuálessonsusposibilidadesdeéxito,yactúaenconsecuencia.Eldueñodelosobjetosdesconoceesosardidesy, muchas veces, se muestra descuidado. Cuando salgan a la luz lospormenores de este asunto, le sorprenderá no haberse dado cuenta antes delmedioqueseutilizóparaefectuarelrobo.

—Debe considerar usted, mi querido amigo—replicó el señor Corbeckalgo molesto—, que este problema no tiene nada de sencillo. La ventanaestaba cerrada, la chimenea tapada y la habitación no tiene más que unapuerta,a laqueyomismoechéelcerrojo.Durante lanochenoabandonéniporun instante lahabitacióny, antesdeacostarme,mecerciorédequeesosobjetosestuviesenenlamaleta.Aldespertar,fuiaasegurarmedequeseguíanahí,peroyanoestaban.Siencuentraustedunaexplicaciónparaesterobo,notendréinconvenienteenadmitirqueesustedunhombrelobastantelistocomopararecuperaresaslámparas.

LaseñoritaTrelawnyapoyóunamanotranquilizadoraensuhombro,y,envozbaja,dijo:

—No se preocupe usted innecesariamente. Estoy segura de que esaslámparasaparecerán.

Dawsevolviórápidamentehaciaellayrecordélassospechasqueabrigabaaloírlopreguntar:

—¿Puedopreguntarle,señorita,enquébasaustedsemejanteopinión?

—Nopuedodecirlecómolosé.Peroestoyconvencidadeello.

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Eldetective la contemplóporun instantey luegomedirigióunamiradasignificativa.AcontinuaciónpidióalseñorCorbeckquedescribíeraelhotelylahabitaciónqueocupabayelmododeidentificarsuspertenencias.Elviajerovolvióa reiterarqueera imprescindibleque todosemantuvieseenelmayorsecretopuestemíaqueencasocontrariolaslámparaspudieranserdestruidas.Luego explicó que debíamarcharse para atender ciertos asuntos y prometióqueregresaríaporlatardetemprano,yquesequedaríaenlacasa.

Durante todo aquel día la señorita Trelawny se mostró más animada, apesardeladesagradablenoticiadeladesaparicióndelaslámparas,quehabríadisgustadomuchoa supadre, sihubieseestadoencondicionesdeenterarse.PasamoslamayorpartedeltiempoexaminandoloscuriosostesorosreunidosporelseñorTrelawny.GraciasaloquemedijoelseñorCorbeck,comencéahacermeuna ideade lamagnitudde las investigacionesquehabía llevadoacaboenEgipto,demaneraquetodocuantomerodeabatuvodesdeentoncesun nuevo interés para mí, que aumentaba por momentos. Aquella casa meparecía un verdadero almacén demaravillas del arte antiguo. La habitaciónmisma del señor Trelawny, con su gran sarcófago y su colección deescarabajos,asícomoelvestíbulo,labibliotecayauneltocadorestabanllenosdepiezasquehabríanhecholasdeliciasdelcualquiercoleccionista.

La señorita Trelawny me acompañó en aquel examen y, tras haberobservadoalgunasvitrinasenlasquehabíaunoshermososamuletos,medijoconlamayoringenuidad:

—Tal vez no me crea, pero hasta hace muy poco apenas si dabaimportancia a estos objetos, pues sólo cuandomi padre fue víctima de esaextrañaagresiónempezaronadespertarmicuriosidad.Ahora,encambio,meinteresan enormemente, cada vezmás.Quizá la sangre de coleccionista quecorre pormis venas haya comenzado amanifestarse.Me sorprende que nohayasentidoantesese impulso.Porsupuesto,conozcolamayorpartede losobjetos reunidos aquí y en alguna ocasión los he examinado, pero, en losdemás,apenasmehefijado.Lomismomehaocurridoconlosretratosdemisantepasadosquehayenlacasa.Antesapenassireparabaenello,yahoralosencuentromagníficos.

Me alegraba oírla hablar de aquella manera. Recorrimos las distintasestanciasypasillosadmirandolosobjetosquehabíaenellos.Enelvestíbulonosdetuvimosanteunenormearmazóndeacerolabradoque,segúnmedijoMargaret,supadreutilizabaparalevantarlatapadepiedradelossarcófagos.Noerademasiadopesadoypodíamanejarseconcierta facilidad.Conayudade aquel objeto, levantamos los tapas, una a una, y contemplamos losinterminables jeroglíficos que había grabados en ellas. A pesar de supretendidaignorancia,Margaretposeíagrandesconocimientosacercadeellos,puesduranteelañoquepasóconsupadrehabíaaprendidomáscosasdelas

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que imaginaba. Era una muchacha muy inteligente y con una memoriaprodigiosa, hasta el punto de que más de un erudito habría envidiado susconocimientos.

Yaunasísemostraba tan ingenua, tansimplee infantil.Eran tan tiernassus ideas y tan puros sus pensamientos, que a su lado olvidé todos losmisterios y problemas en que estaba sumida aquella casa. Me sentí,nuevamente,comounniño…

Los sarcófagos más interesantes eran los tres que se encontraban en eldormitorio del señor Trelawny. Dos de ellos eran de piedra oscura, uno depórfidoyelotrodeunaespeciedeporcelana.Ambos teníangrabadosensusuperficie gran cantidad de jeroglíficos. Pero el tercero era completamentedistinto. Estaba hecho de materia pardoamarillenta, semejante al ónicemexicano salvo en el diseño natural de las capas, que resultaba menosmarcado.Envarioslugaresmostrabamanchascasitransparenteso,almenos,translúcidas. El cuerpo del sarcófago y la tapa estaban cubiertos de cientos,quizámilesdediminutosjeroglíficos;entodossusladosmostrabaunaseriedeextrañosdibujosazulesqueresaltabansobrelapiedraamarilla.Setratabadeun sarcófagomuy largo, puesmedía algomás de dosmetros ymedio, y suanchura era de poco menos de un metro. Los lados eran ondulados, y lasesquinastanperfectamentecurvasqueconstituíaunplacercontemplarlo.

—Estesarcófago—dije—,debiódeserhechoparaungigante.

—Oparaunagiganta—observóMargaret.

Aquella urna se hallaba cerca de una de las ventanas y era muchomásornamentalquelasdemás.Lasuperficieinteriordealgunosdelossarcófagosera completamente plana, mientras que en otros aparecía cubierta en sutotalidad con jeroglíficos. Pero ninguno tenía la menor protuberancia. Eranabsolutamentelisos.Podríanhabersidoutilizadoscomobañeras,y,dehecho,se parecían a las bañeras romanas de piedra omármol que yo había tenidoocasióndever.Ensuinterior,sinembargo,habíaunespaciomáselevadocuyocontorno tenía la forma de una figura humana. Rogué a Margaret que meexplicaseelmotivodeaquello.

—Mipadrenuncaqueríahablardeéste—respondió—.Desdeelprincipiomellamólaatención.Perocuandolepreguntéporél,contestó:«Algúndíatelo diré…si aúnvivo.Todavía no es elmomento.Lahistoria nuncaha sidocontadacomoyopiensohacerlo.Algúndía,quizámuypronto,losabrétodo,yentonces tú y yo nos ocuparemos de ello. Ya verás qué interesante loencuentras».Enotraocasiónquisesabersiyapodíacontarmelahistoriadelsarcófago, pero sacudió la cabeza, me miró gravemente y dijo: «Aún no,niña…,perosivivo…sivivo…».Aloírestafrasemeasustétantoqueyanovolvíapedirlequemehablasedeél.

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Aquellomeimpresionó,ignoroelmotivoexacto,peroensuspalabrascreíver un rayo de luz.Haymomentos en la vida en que nuestramente aceptaciertas cosas como verdaderas. En ocasiones, la conexión entre lospensamientos es más importante que los pensamientos mismos. Nuestraincertidumbre acerca del señorTrelawny y el extraño visitante que lo habíaagredidoera tal, quenadaqueofrecieseuna clave, por fantásticaque fuese,resultaba satisfactorio. Sin embargo, yo ya contaba con un par de datos deenormevalor.Primero,elhechodequeelseñorTrelawnyasociaseconaquelobjeto un secreto de su propia vida. Segundo, que tenía algún propósito oexpectativa con respecto a él, y que ni siquiera a su hija había queridorevelárselo. Asimismo, era preciso tener en cuenta que el interior de aquelsarcófago era diferente del de los demás. ¿Qué significaría aquel lugarelevado?Nomencionénadadeestoa laseñoritaTrelawny,puesnodeseabaintranquilizarla o alimentar en ella excesivas esperanzas. Pero decidíaprovechar cada oportunidad que se presentase para proseguir con misinvestigaciones.

Muycercadelsarcófagohabíaunamesitadepiedraverdeconvetasrojas,semejantealasanguinaria.Suspatasteníanlaformadelasdeunchacal,yentorno a ella aparecía enroscada una serpiente de oro bellamente esculpida.Sobre la mesa se veía un extraño y hermoso cofre de piedra. Parecía unpequeño ataúd con los lados más largos redondeados. Desconocía con quéclase de piedra había sido hecho. La base era verde como una esmeralda,aunque sin el brillo de ésta. La superficie, extraordinariamente suave,recordabaunagema.Elcolorsevolvíamásclarohaciaarriba,hastaresultarcasiimperceptible,yluegovirabaalamarillo.Imaginéquedebíadetratarsedeunobjetoúnicoenelmundo;nuncahabíavistonadaigual.Estabafinamentetallado,cubiertodejeroglíficospintadosconelmismopigmentoazulverdosodelsarcófago.Lasdimensionesdeaquellaarquillaeran,aproximadamente,depocomenosdeunmetrodelargoporunoscuarentacentímetrosdeanchuraytal vez treinta de alto. Había algunos puntos completamente lisos,irregularmentedistribuidosymenosopacosqueel restode lapiedra. Intentélevantar la tapa para comprobar si era translúcida, pero no lo conseguí.Encajaba tan bien que todo el cofre parecía una única pieza de piedramisteriosamente ahuecada desde fuera. En los lados y en los bordes seobservabanunasextrañasprotuberancias,cadaunadelascualesteníaagujeroso huecos de forma extraña. También estaban cubiertas de jeroglíficos azulverdosos.

Alotroladodelgransarcófagoviotramesita,éstadealabastro,enlaqueaparecían grabados los signos del Zodíaco y unas abigarradas figuras quesimbolizaban dioses. Sobre lamesa había otro cofrecillo, cuadrado, de unostreintacentímetroscuadrados,hechoconcristalderocasujetoporunarmazónde oro, igualmente cubierto de jeroglíficos. Aquel objeto tenía un aspecto

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moderno.

Pero si el cofrecillo parecíamoderno, su contenido no lo era. Dentro, ysobreunaalmohadilladetisúdeoro,tanfinacomolasedayconlasuavidadpropiadeloroviejo,descansabalamanodeunamomia,tanbienembalsamadaqueparecíaviva.Eraunamanodemujer,finaylarga,dededosesbeltosycasitanintactoscomoeldíaenquefueentregadaalembalsamador,hacíayamilesdeaños.Enelprocesonohabíaperdidounápicedesubelleza,e incluso lamuñecaaúnparecíacapazdedoblarse.Lapieleramarfileña,peroconciertomatiz que le confería la apariencia de vida.La gran peculiaridad de aquellamanoeraqueteníasietededos,incluidosdosmediosydosíndices.Lapartesuperiorde lamuñeca estaba rota, como sihubiera sido arrancada,y en susbordeseraposibleobservaralgunasmanchasdecolorrojoparduzco.Enotraalmohadilla que había al lado de la mano se veía un pequeño escarabajohermosamentetalladoenunaesmeralda.

—Ésteesotrodelosmisteriosdemipadre.Siemprequelepreguntéporélrespondióque,aexcepcióndeunacosa,noteníanadamásvalioso.Ycuandoquisesaberquéera,senegóaexplicármeloymeprohibióqueinsistiera.«Telo diré cuando llegue el momento oportuno —contestó—. Si vivo hastaentonces…».

Me intrigaron profundamente estas últimas palabras: «Si vivo hastaentonces». Aquellas tres cosas, el sarcófago, el cofre y la mano, parecíanconstituirunatrinidadarcanaymisteriosa.

EneseinstantesolicitaronlapresenciadelaseñoritaTrelawnyparaqueseocuparadeciertoasuntodoméstico.Entretanto,medediquéaexaminarotrascuriosidadesquehabíaenlaestancia,peroningunamepareciótaninteresantecomoaquéllas.Mástarde,esemismodía,medirigíhaciaelsaloncitodondeMargaretseencontrabaconversandoconelamadellavessobreelalojamientodelseñorCorbeck.DudabanentreubicarloenunahabitacióncercanaaladelseñorTrelawnyo en otramuy alejada, y quisieron conocermi opinión.Lesaconsejéqueleadjudicasenestaúltimay,encasodequefuesenecesario,quelo trasladasena lamáspróxima.Cuando laseñoraGrantsehubomarchado,preguntéalajovencómoseexplicabaquelosmueblesdeaquellasalitafuesentandistintosdelosquehabíaenlasrestanteshabitacionesdelacasa.

—¡Ocurrencias de mi padre! —respondió—. Cuando vine a vivir aquí,pensó,acertadamente,quevertantosobjetosfunerariosmecausaríaunamalaimpresión, e hizo instalar en esta estancia y en las contiguas mueblesmodernos.Observeyveráquesonmuyhermosos.Esearmario,porejemplo,pertenecióalgranNapoleón.

—Demodo,pues,queaquínohayningúnobjetoegipcio—dije—.¡Quéhermosomueble!¿Puedoexaminarlo?

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—Por supuesto—respondió la joven, con una sonrisa—.Enpalabras demipadre,suacabadopordentroyporfueraesexcepcional.

Me acerqué al armario y lo contemplé detenidamente.Era demadera detulipán, con incrustacionesdebronce.Abríunode loscajones,queeramuyprofundo,yalhacerlopercibíunsonidometálicoensuinterior.

—¡Caray!—exclamé—.Aquí hay algo.Quizá seamejor que no lo abradeltodo.

—Queyosepa,nocontienenadaimportante—repusolajoven—.Talvezalgunadelascriadasguardóalgoenélyloolvidó.Ábralo,porfavor.

Asílohice,ycuandoalfinestuvoabierto,tantolaseñoritaTrelawnycomoyoretrocedimos,azorados.

Ante nuestros ojos aparecieron varias lámparas egipcias de formas ytamañosdiversos.

Nosinclinamosparaobservarlasdecerca.Elcorazónmelatíaconfuerza,yadvertíqueMargarettambiénestabamuyimpresionada.

Mientrasmirábamossinatrevernosa tocarlasoapensarsiquiera,alguienllamóalapuertadelacasa;inmediatamentedespuésentróenelvestíbuloelseñorCorbeck,seguidodelsargentoDaw.Alcabodeunosinstantesseabrióla puerta del saloncito y, cuando nos vieron, se acercaron a nosotros a todaprisa.

—Felicíteme,queridaseñoritaTrelawny—dijoelseñorCorbeckconunaexpresióndealegríaenelrostro—.Miequipajehallegadoynofaltanada.—Hizounapausayañadió,desalentado—:Aexcepcióndelaslámparas,claro.Ylolamento,porquevalíanmilvecesmásqueelresto.

Guardó silencio al reparar en la extraña palidez de la joven y luego,siguiendoconlosojosladireccióndenuestrasmiradas,descubriólaslámparasque había en el cajón. Soltó un grito de sorpresa y alegría, se inclinó y,mientraslastocaba,exclamó:

—¡Mislámparas!¡Mislámparas!¡Estánasalvo,asalvo!Pero,portodoslosdioses,¿cómohanllegadohastaaquí?

Nadie contestó. El detective hizo una profunda aspiración. Nuestrasmiradas se encontraron y volvió imperceptiblemente la cabeza hacia laseñoritaTrelawny,quesehallabadeespaldasaél.

Advertíquelaobservabaconlamismaexpresióndereceloquehabíaensurostro cuando me habló por primera vez de su comportamiento ante losataquesperpetradoscontrasupadre.

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9

Lanecesidaddesaber

El que hubiese recuperado sus lámparas casi trastornó al señorCorbeck.Lascogióunaaunaylascontemplóarrobado,comosilasamase.Estabatanexcitadoysatisfechoquemásquerespirarparecíaronronearcomoungato.

—¿Está usted seguro de que son las mismas que perdió?—preguntó elsargentoDaw.

—¡Claroquesí!—respondióelseñorCorbeckcontonodeindignación—.Entodoelmundonohayotraslámparascomoéstas.

—Al menos, hasta donde usted sabe —replicó el policía sin poderdisimular cierta exasperación, cuyomotivo creí adivinar—.EsprobablequeenelMuseoBritánicohayaotrassemejantes,oqueelseñorTrelawnyposeaunasparecidas.Comobiensabeusted,señorCorbeck,nuncahaynadanuevobajo el sol, ni siquiera en Egipto. Estas lámparas pueden ser tanto lasoriginales como una copia de ellas. ¿Existe algún detalle que le permitaidentificarlasconseguridad?

ElseñorCorbeck,furioso,exclamó:

—¡Copias!¡Identificar!¡MuseoBritánico!¿AcasoenScotlandYardlehandado clases de egiptología?Las he llevado conmigo por el desierto durantetres meses, y me he pasado muchas noches en vela para vigilarlas. Las heestudiadoconlupahoratrashora,hastaquemedolíanlosojos,demodoquemelasconozcodememoria.Fíjeseenesto—añadió,poniendo las lámparassobreelarmario—.¿Havistoalgunavezalgosemejante?Observe,éstassonlassieteformasdeHathor.YestafigurarepresentaaKa,unaprincesadelosdosEgiptos,depieentreRayOsiris,enlaBarcadelosMuertos,conelOjodelSueño,sobreunaspiernasquese inclinananteella,yHarmachis,queselevantaenelnorte.¿CreequeencontrarácosaigualenelMuseoBritánicooenelcuartelgeneraldeScotlandYard?¿Otalvezesustedcapazdedescifrarjeroglíficos?¿AcasopuededecirmequésignificalafiguraFtahsekerausarquesostieneeltetenvueltoenelcetrodepapiro?Repito,¿havistoalgunavezalgoparecido en Scotland Yard, en el Museo Británico o en Gizeh? —Seinterrumpióderepenteyprosiguiócon tonomáscalmo—:Leruegoquemeperdone pormi rudeza. Creo que al poner usted en duda que conociese laslámparas,perdílacabezaporuninstante.

—Nosepreocupe,señorCorbeck—contestóeldetective—.Megustavera lagenteenfadada,porquecuando loestá sueledecir laverdad. ¡Éseesmisistema!Yleaseguroqueendosminutosmehareveladomásacercadeesas

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lámparasquecuandomeexplicódetalladamentecómoidentificarlas.

El señor Corbeck dejó escapar un gruñido; el que se hubiera puesto enevidencianolecomplacía,perosevolvióhaciamíy,consutonomásnatural,dijo:

—Ahora,explíquemecómohanrecuperadoestaslámparas.

Metomótandesorpresa,quesinpensarlorespondí:

—Nolashemosrecuperado.

—¿Qué significa eso? —preguntó estupefacto—. ¿Que no las hanrecuperado?¡Perosilastieneustedantesusojos!Ycuandoentramosestabaexaminándolas.

—¡Precisamente! —contesté—. Las encontramos por casualidad, unmomentoantesdequeustedesllegasen.

El señorCorbeck se volvió con expresión de extrañeza hacia la señoritaTrelawny,luegomemiróotravez,einquirió:

—¿Pretendeusteddecirmequeningunodelosdoshatraídoestaslámparasy que las hallaron casualmente dentro del cajón? ¿Debo entender, entonces,quenadielashadevuelto?

—Supongoquealguienlashabrátraído;porsísolasnocreoquepudiesenllegaraquí,peronilaseñoritaniyosabemosquiénlohizonicómonicuándo.Preguntaremosaloscriados,paraversialgunosabealgoacercadeesto.

Guardamos silencio por unos segundos, al cabo de los cuales Dawexclamó:

—¡Quémeaspen!¡Oh!,perdoneustedseñorita.—Ycerrólaboca.

Llamamos a los criados, uno por uno, para preguntarles si sabían algoacercadelosobjetoshalladosenelcajóndelasalita.Peroningunorespondiónada que arrojase luz sobre aquel nuevo misterio. No les dijimos de quéobjetossetrataba,nitampocoselosmostramos.

ElseñorCorbeckenvolviólaslámparasconalgodónenramaylasmetióenunacajadehojalata.Después,lallevamosalahabitacióndelosdetectives,dondeunodeelloslavigilaríadurantetodalanoche,revólverenmano.Aldíasiguiente,laguardamosenunapequeñacajadecaudalesqueteníadosllaves;yome quedé con una,mientras la otra fue depositada en una gaveta demipropiedad en la caja de seguridad de un banco. Estábamos decididos a queaquellaslámparasnovolviesenadesaparecer.

Una hora después de haberlas hallado, llegó el doctorWinchester. Traíaconsigoungranpaquetequeconteníalamomiadeungato.Traspedirpermiso

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a la señorita Trelawny, la llevó al saloncito, y de inmediato situó a Silviodelantedeella.Congransorpresaparatodos,exceptuando,quizás,alpropiodoctorWinchester,elanimalnomanifestóelmenordisgusto;nisiquierahizocasodelgatoembalsamado.Estabaenunamesa,muycercadeéste,yroncabacon gran satisfacción. Siguiendo con su plan, el doctorWinchester cogió elgatoyfueconélalahabitacióndondeyacíaelpaciente.Todosloseguimos,muyansiosos,enespeciallaseñoritaTrelawny,einteresados.Eldetectivesemostraba frío y tranquilo, pero el señor Corbeck no podía ocultar sucuriosidad.

ApenaseldoctorWinchesterentróenlaestanciaSilvioempezóamaullaryaresistirse.Saltódelosbrazosdelmédicoycorrióhacialamomiadelgato,que comenzó a arañar furiosamente. La señorita Trelawny lo sacó de lahabitación, no sin dificultad, y en cuanto estuvo fuera el animal volvió atranquilizarse. Al regresar la joven a nuestro lado, el doctor Winchesterexclamó:

—¡Yamelofiguraba!

—¿Quépodrásignificar?—preguntólaseñoritaTrelawny.

—Esuncasociertamenteextraño—intervinoelseñorCorbeck.

—Sí,loes;peronopruebanada—dijoDaw.

Yoconsideréoportunonodarmiopinión.Luego,convinimosenqueseríamejordejaraquelasuntoparamejorocasión.

Por la tardemehallabaenmicuarto tomandounasnotasde loocurrido,cuandooíquellamabanalapuerta.DijeaquienfuesequeentrarayalinstanteaparecióelsargentoDaw.

—¿Quélotraeporaquí,sargento?—pregunté.

—Deseohablarconustedacercadeesaslámparas,señor.¿Sabíaustedquela habitación en que fueron encontradas comunica con el dormitorio queanocheocupólaseñoritaTrelawny?

—Sí,losabía.

—Puesanochealguienabrióycerróunaventanaenesapartede lacasa.Looíyfuiainvestigar,peronodescubrínada.

—Tieneustedrazón—contesté—.Yotambiénmedicuenta.

—¿Ynoleparecemuyrarotodoeso?

—Enrealidad,másqueraroesparavolverseloco.Nuncahevividonadaigual.Estanextrañoqueunotemeloquevayaaocurriracontinuación.Pero¿quéquiereusteddecir?

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—Comocomprenderá,yonocreoenmagiaycosasporelestilo.Paramí,sólo loshechoscuentan,yen todos loscasosenquehe intervenido,al finalsiemprehabíaunarazónyunacausaparatodo.Esecaballeroafirmaquelaslámparas le fueron robadas, y segúnmeha parecido entender, pertenecen alseñorTrelawny.Anoche,lahijadeéstenodurmióenlahabitaciónquesueleocuparsinoenotradelaplantabaja.Tantoustedcomoyooímosquealguienabría y cerraba una ventana.Y cuando nosotros intentábamos encontrar unapista del robo, descubrimos que las lámparas sustraídas se hallaban en unahabitaciónquecomunicaconaquellaquelaseñoritausóparadormir.

Guardó silencio. Nuevamente se apoderó de mí la misma sensación deintranquilidadquehabía experimentadocuandomantuvimosnuestraprimeracharla. Pero era preciso afrontar el asunto. Mis relaciones con la señoritaTrelawny y los sentimientos de amor y devoción que me inspiraba así loexigían. Traté de calmarme, pues sabía queDawmemiraba atentamente, ycontesté:

—¿Yquésededucedeello?

—Pues que el robo no ha existido, sencillamente. Alguien trajo laslámparasaestacasaylasintrodujoporunaventanadelaplantabaja.Luegolas dejó en el armario, a fin de que fueran descubiertas en el momentooportuno.

Aquellaspalabrasprodujeronenmíun intensoalivio,pues la suposicióneradecididamenteincreíble.Conlamayorgravedadposible,pregunté:

—Y¿quiénpuedehaberlastraído,segúnsussospechas?

—Por el momento no tengo ni idea. Tal vez el mismo señor Corbeck,porquesetratabadeunasuntodemasiadopeligrosocomoparaconfiarloaotrapersona.

—DeloqueusteddiceinfieroqueelseñorCorbeckesunembusteroyunfarsante.Además,paraengañara alguien respectodeesas lámparas,deberíaestarenconnivenciaconlaseñoritaTrelawny.

—Esas palabras son muy duras, señor Ross, pero comprenda que deboseguir el camino que me señala la razón. Es probable que exista otrointeresado,apartedelaseñoritaTrelawny.Enrealidad,sinohubierasidoporelotroasuntoquemeobligóareflexionaryaabrigardudassobreella,noseme habría ocurrido siquiera sospechar que pudiese estar complicada en esteotro. En cuanto al señor Corbeck, mi certeza es absoluta. Resulta del todoimposiblequelehayanquitadolaslámparassinsuanuencia,enelcasodequeseaciertoloqueafirma.Ysinoesasí…,enfin,deunmodouotrocreoquemiente.Yaunquenomeparecebienquepermanezcaenestacasa,rodeadodetantosobjetosvaliosos,mealegro,porquedeesamaneratengolaoportunidad

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devigilarlodecerca.Yleaseguroquenolequitaréelojodeencima.Ahoraestá en mi habitación, guardando esas lámparas; pero Johnny Wright, micompañero,tambiénseencuentraallí.Lorelevaréantesdequesemarche,asíque no será fácil que se produzca otro robo en la casa.Desde luego, señorRoss,todoloqueacabodedecirlehadequedarentreustedyyo.

—Naturalmente.Puedeustedcontarconmisilencio—contesté.

Élabandonólahabitación,dispuestoaseguirlelospasosalegiptólogo.

Todas mis experiencias preocupantes parecían producirse a pares, puespoco después se presentó el doctor Winchester, que ya había visitado alpaciente y se disponía a regresar a su casa. Lo invité a tomar asiento y deinmediatoempezóadecir:

—Estamos ante un asunto verdaderamente asombroso. La señoritaTrelawny acaba de comunicarme el robo de las lámparas y su posteriorhallazgoenelarmarioquepertenecieraaNapoleón.Segúnparece,elmisteriose complica, pero aun así este hecho me ha alegrado. He revisadominuciosamente todas las posibilidades humanas y naturales del caso yempiezo a creer en algunas circunstancias sobrehumanas o sobrenaturales.Aquíocurrencosastanextrañasque,sinomeequivoco,prontoencontraremosla solución. Tal vez sería conveniente que interrogase al respecto al señorCorbeck. Puesto que posee vastos conocimientos sobre la cultura egipcia ytodolorelacionadoconella,imaginoquenotendráinconvenienteentraducirunosjeroglíficos.Paraélserámuyfácil.¿Quéleparece,señorRoss?

Antesdecontestar, reflexionéporun instante.Todosqueríamosayudararesolver aquel enigma. Por mi parte, tenía una confianza total tanto en eldoctorWinchestercomoenelseñorCorbeck,yelquecooperaranmutuamentemeparecióunabuena idea.Encualquier caso, las cosasdifícilmentepodíancomplicarsemás.

—Yo, en su lugar, se lo pediría —dije al fin—. Parece un hombreextraordinariamenteentendidoenegiptología;además,loconsideroentusiastaymuybuenapersona.Peropermítameaconsejarlequenoletransmitaanadieloqueélpuedadecirle.

—¡Por supuesto!—exclamó—.No erami intención decir nada a nadie,exceptuándoloausted,claro.RecuerdequecuandoelseñorTrelawnyrecobreelconocimientonolegustarásaberquenoshemosinmiscuidoensusasuntos.

—¿Porquénosequedaustedunrato?—lepropuse—.Sileparecebien,lepediré al señor Corbeck que venga a fumar una pipa con nosotros. De esemodopodremoshablar.

Eldoctorestuvodeacuerdo,ysalíenbuscadelseñorCorbeck.Mientras

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nosdirigíamoshaciamihabitación,medijo:

—Nomegustanadadejarlaslámparasaquí,sinotraguardiaqueladeesoshombres.¡Sondemasiadovaliosasparaconfiarlasalcuidadodelapolicía!

Evidentemente,elsargentoDawnoeraelúnicoentenersospechas.

ElseñorCorbeckyeldoctorWinchester,despuésdeestudiarseporunosinstantes,parecieroncongeniar.Elprimerosemostródispuestoahacerloqueselepidiera,siempreycuandosehallaseenlibertaddehablar,locualnoeramuypromisorio.Aunasí,eldoctordijo:

—Quisieraquetradujeseustedunosjeroglíficos.

—¡Loharéencantado!Siesqueloconsigo,pueshadesaberustedquenotodosloscaracteresjeroglíficossehanpodidodescifrar.Pero,enfin,¿cuálesesainscripción?

—Sondos—respondióelmédico—.Yunadeellaslatraeréahoramismo.

Salió y, un minuto después, regresó con el gato momificado que habíamostradoaSilvio.ElseñorCorbecklomiróytrasunbreveexamen,explicó:

—No tiene nada de particular. Es una invocación a Bast, la Señora deBubastia, expresando el deseo de que en los Campos Elíseos le den pan yleche. Es probable que dentro haya algo más y, si tiene usted a biendesenvolverla, haré cuantopueda.Sin embargo, no creoque encuentre nadaespecial.A juzgarporel sistemadeenvoltura,estamomiadebedeprocederdelDelta,y,además,deunperíodorelativamentereciente,cuandolatareadeembalsamar ya era corriente y poco costosa. ¿Qué otra inscripción quiereustedquetraduzca?

—LaquehayenelgatomomificadodelahabitacióndelseñorTrelawny.

—¡No!—exclamó el señor Corbeck—. ¡No puedo hacerlo! En todo loreferenteacuantohayaenesahabitacióndeboguardarunsilencioabsoluto.

—¿Seconsideraustedobligadoahacerlo?

—Entiéndame bien —dijo el señor Corbeck—. No me veo atado porpromesa alguna, pero pormi honor debo respetar la confianza que el señorTrelawnydepositóenmísinreservas.Sobremuchosdelosobjetosquehayenesedormitorio,élteníapropósitosmuyprecisos,y,puestoquesoysuamigo,no puedo hacer nada que impida su realización. Es probable que no sepanustedes que el señor Trelawny es un gran erudito.Durantemuchos años hatrabajadodenodadamenteimpulsadoporeldeseodeobtenerunfin,yparaellono ha escatimado esfuerzos, dinero ni peligro. Está a punto de realizar undescubrimiento que lo situará en la vanguardia de los investigadores de sutiempo,y ahora, precisamente, cuandoel éxito sólo es cuestióndehoras, se

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encuentraincapacitado.—Sedetuvo,alparecervencidoporlaemoción.Trassobreponerse,prosiguió—:Además,quierodejarunpuntobienclaro.YalehedichoqueelseñorTrelawnymehahechomuchasconfidencias,peronoporellodeben figurarseque estoy al corrientede susplanes.Séquéperíodohaestudiado y la vida de qué personaje histórico ha estado investigando. Peroacercadelresto,loignorotodo.Sinembargo,tengolaconviccióndequesehapropuestocompletaresosconocimientos.Creoadivinardequése trata,perono puedo decir nada al respecto. Recuerden ustedes, caballeros, que heaceptadovoluntariamentelasconfidenciasdelseñorTrelawny,ynosólodeborespetarlas,sinosolicitaratodosmisamigosquetambiénlohagan.—Hablabacon gran dignidad, y tanto el doctorWinchester como yo no podíamos pormenos de admirarlo—.Tal vezme haya excedido enmis comentarios, peroestoy convencido de que ustedes desean ayudarlo en todo lo posible, ytambiéna suhija.El estadoenque seencuentrael señorTrelawnyes, amijuicio,resultadodesupropiaobra,ytengolacertezadequelohabíaprevisto.Estoydispuestoahacerporélcuantopueda.LleguéaInglaterraentusiasmadoporeléxitodelamisiónquemehabíasidoconfiada,yestabapersuadidodeque al fin podría dar comienzo el experimento cuyas característicasmuchasveces me había explicado de manera vaga. Por lo tanto, considero unacalamidad el que haya sido víctima de esas agresiones. Usted, señorWinchester, es médico, y su aspecto me indica que es también un hombreinteligenteyvaliente.¿NoexisteningúnmediodesacaralseñorTrelawnydeeseextrañosopor?

—Noque yo conozca—respondióWinchester tras una pausa deliberada—.Quizás haya alguno extraordinario, pero sólo podría emplearse con unacondición.

—¿Cuál?

—Ladeestarenterados.IgnoroporcompletotodoloreferenteaEgipto,sulengua, su escritura, su historia, sus secretos, susmedicinas y pociones, suspoderes ocultos; cualquier cosa, en fin, que tenga que ver con esa tierramisteriosa. Esta enfermedad, o estado, o como quiera llamarlo, de que esvíctimaelseñorTrelawnyestá,deunmodouotro,relacionadaconEgipto.Losospechédeinmediato,aunquecarecíadepruebas.Loqueustedmehadichoconfirmamisconjeturas,ymehacecreerconmayorfirmezaenlanecesidaddeobtenerunapistasiquiera.SupongoqueustednoestáenteradodetodoloquehaocurridoenestacasadesdelanocheenqueencontramosporprimeravezalseñorTrelawnyinconscienteenelsuelo.Ahoraconfiamosenusted.ElseñorRossseencargarádedecírselo,porquesabeexponer loshechosmejorqueyo.Además,esuntestigodirectodeloshechos,asícomounespectadorprivilegiado del modo en que han actuado o reaccionado quienes estáninvolucrados en ellos. Cuando se haya enterado usted de todo, estará en

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situación,espero,deconsiderarsipuedeservirdeayudaalseñorTrelawny,ydecontribuirasussecretosdeseos,bienconsusilencio,bienhablando.

Asentíconlacabeza.ElseñorCorbecksepusodepiedeunsaltoytendióunamanohaciasuinterlocutor.

—De acuerdo—dijo—.Le agradezco queme honre con su confianza yprometoqueharé cuantopuedapor complacerlosy, almismo tiempo,hacerquemiamigoveacumplidossusdeseos.

A continuación, como habíamos convenido, le referí los hechos, con lamayorexactitudposible,desdeelmomentoenqueellacayollamóalapuertademicasa.SóloomitímencionarmissentimientoshaciaMargaret,puesparaelcasonoloconsiderabaimportante,ylaconversaciónquehabíamantenidocon el sargento Daw, pues había dado a éste mi palabra de que guardaríasilencioalrespecto.ElseñorCorbeckmeescuchabaconcrecienteinterés.Enocasiones se ponía a andar por la estancia, presa de una incontrolableexcitación, para detenerse en seco y volver a sentarse. Parecía quererinterrumpirme a cada instante, pero se contenía con un esfuerzo evidente.Aquella narraciónme servía para ordenarmis ideas; amedida que hablaba,todoparecíamásclaro.Grandesopequeñas,lascosasencontrabanlamedidadesuimportanciaconrespectoalcaso.Lahistoriasemostrabacadavezmáscoherente,exceptoenaquellosaspectosenqueseguíasiendounmisterio.Éstaeslaventajadelasnarracionesexhaustivas;loshechosaislados,lasdudas,lasconjeturas, las sospechas, dan paso a una visión de conjunto, homogénea,muchomásconvincente.

No cabía duda de que había logrado convencer al señorCorbeck, quien,apenashubeacabado,exclamó:

—¡Nohaymás que decir!En todo esto está actuando alguna fuerza queconvienetratarconespecialcuidado.Sitodosempezamosatrabajaraciegas,lomás probable es que nosmolestemosmutuamente y frustremos cualquierposibilidadindividualdeéxito.Loprimero,enmiopinión,esconseguirqueelseñor Trelawny salga de su estado de trance. Con la enfermera ya se halogrado, de modo que es posible, pero no existe una urgencia desesperada.Aquelloquelohaafectado,sigueahí,yestodebemosconsiderarlounhecho.Un día más o menos no cambiará las cosas. Ya es tarde, y mañananecesitaremos de todas nuestras energías. Usted, doctor Winchester, serámejorquevayaaacostarse.Yencuantoausted,señorRoss,tengoentendidoquepermanecerádeguardiaestanoche.Ledaréunlibroqueloayudaráaqueel tiempo pase más rápido. Sé que está en la biblioteca, e incluso en quéestante;nocreoqueelseñorTrelawnylohayacambiadodelugar.Leayudaráa usted a entender ciertas cosas quemás tarde le explicaré. Tendrá que sercapazdetransmitírselasaldoctorWinchester,yaqueleseránmuyútiles.Por

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supuesto,noesnecesarioqueleatodoellibro,aunqueesunaobrapordemásinteresante,sinoelprefacioydosotrescapítulosqueleindicaré.

Dichoesto,estrechócálidamentelamanodelmédico,que;sehabíapuestodepieparamarcharse.

Una vez que ambos hubieron salido de mi habitación, me senté areflexionar. El mundo que me rodeaba parecía ser enormemente vasto. Sinembargo,deélsólomeinteresabaunaspecto,tanpequeñocomounamotadepolvo en una tormenta. En torno a él, todo era negrura y peligrosdesconocidos,alacecho.Y la figuracentraldeaquelpequeñooasisera todobellezaydulzura.Alguienaquienamar,porquienhacertodoslossacrificiosposibles,porquienmoririncluso…

AlcabodeunosminutosregresóelseñorCorbecktrayendoellibroquemehabía prometido. En efecto, lo encontró en elmismo lugar donde lo dejarahacía ya tres años. Tras insertar unas tiras de papel para señalarme dóndedebíaleer,meloentregóydijo:

—EstoesloqueindujoalseñorTrelawnyaobrar,yloqueprodujoenmíelmismoefecto, que aúnperdura.Nodudodequepara usted será unbuenmodo de comenzar un estudio especial, cualquiera que sea el fin. Eso, sialguno de nosotros puede verlo.—Ya en la puerta se volvió para añadir—:Deseo hacer una observación. Ese detective es un buen chico. Después dehablarconustedhecambiadodeopiniónrespectoaél.Ylapruebadeelloesquemeiréadormirtranquilamentedejandolaslámparasasucuidado.

Encuantosemarchó,cogíellibro,mepuselamascarilladeoxígenoymedirigíhacialahabitacióndelenfermo.

10

Elvalledelhechicero

Puse el libro sobre lamesita donde se encontraba la lámpara y volví lapantallahaciaunlado;deesemodoiluminaríaellibroy,almismotiempo,mepermitiríaverlacama,laenfermeraylapuerta.Noeralasituaciónidealparaconcentrarseenlalectura,peroaunasítrataríadearreglármelas.Ellibro,porsu aspecto, ya eranotable.Se tratabadeun infolio enholandés, impreso enAmsterdam en 1650. Alguien había efectuado una traducción literal,prácticamentepalabraporpalabra,yhabíaescritolasvocesinglesasdebajodelasholandesas,demodoquelasdiferenciasgramaticalesentreambaslenguasdificultaban la lectura. Eso, añadido al esfuerzo que suponía descifrar laintrincada caligrafía, hacía aún más ardua aquella tarea. Sin embargo, tras

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conseguiradaptardealgúnmodolaestructuradeunidiomaaladelotro,pudeleerconbastanterapidez.

Al principio, la atmósfera de la habitación y el temor de que Margaretapareciese inesperadamenteymesorprendieraconaquel libroen lasmanos,meperturbaronunpoco.SegúnhabíamosconvenidoconeldoctorWinchesterantesdequeéstesemarcharaasucasa,ellanodebíaestaralcorrientedeesafase de la investigación. Consideramos que podía afectarla negativamente,sobretodoporqueelquefueselahijadelseñorTrelawnypodíaponerleenunasituacióndifícil,yaquenoharíanadaqueperjudicaselosdeseosdeéste.Perocuando recordé que ella no relevaría a la enfermera hasta las dos de lamadrugada, el temor a que me interrumpiese desapareció. La señoritaKennedyestabasentada juntoal lechodelpaciente,alerta.Hastamí llegóeltictac del reloj del pasillo, así como el de otros relojes de la casa. Tambiénpercibí el sordo rumor de la ciudad. Aun así, todo parecía sumido en elsilencio.Laluzqueiluminabalaspáginasdemilibroyelresplandorverdosodelalámparaintensificabanlapenumbraquemerodeaba.Amedidaqueleía,éstaparecíasercadavezmásoscura,hastaelpuntoquecuandovolvíaposarlamiradaenlaspalabrasimpresas,poruninstantemesentídeslumbrado.Meconcentré, no obstante, enmi trabajo, y amedida que avanzaba la obrameparecíamásinteresante.

ElautordellibroerauntalNicholasvanHuyn,deHoorn.Enelprefacioexplicabacómo,atraídoporlaPyramidographiadeJohnGreaves,delMertonCollege, había viajado a Egipto, cuyas maravillas encontró tansobrecogedoras,quededicóvariosañosdesuvidaarecorrerextrañoslugaresy explorar las ruinasdegrannúmerode templos.Oyómuchasvariantesdelrelatodelaconstruccióndelaspirámides,segúnelhistoriadorárabeIbnAbdAlhokin,variasdelascualesincluyóensulibro,peronomedetuvealeerlas,sino que seguí adelante para fijar mi atención en las páginas que el señorCorbeckmehabíaseñalado.

Mientrasleía,comencéatenerlasensacióndeunapresenciaperturbadora.Mevolvíhacialaenfermera,puesmeparecióquehabíaalguienmuycercademí,peroellaseguíaensulugar,despiertayobservandoalpaciente.Demodoqueseguíconellibro.

Se narraba que, luego de cruzar lasmontañas que se alzaban al este deAswan,locuallellevóvariosdías,elexploradorllegóadeterminadolugar.Apartir de aquí citaré sus propias palabras, aunque traduciéndolas al inglésmoderno:

Alatardecerllegamosalaentradadeunvalleestrechoyprofundoqueibadeesteaoeste.Expresémipropósitodecontinuarlamarcha,porqueelsol,yacercano al horizonte, mostraba una amplia abertura donde el paso se

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estrechaba. Pero los porteadores se negaron a entrar en el valle a aquellashoras, argumentando que antes de salir por el otro extremo podíasorprenderlos la noche. Al principio, no quisieron explicar el motivo de sutemor. Hasta entonces siempre habían ido adonde yo deseaba, a cualquierhora,ysinquenadiediscutiesemisórdenes.Cuandolosapremié,dijeronqueaquellugareraelvalledelHechicero,quenadiepodíaandardenocheporél.Cuando les pedí queme hablasen de aquel hechicero, se negaron, alegandoquenoteníaningúnnombreyque,porotraparte,ellosnosabíannada.Alamañana siguiente, sin embargo, en cuanto el sol estuvo alto en el cielo, sustemores habían desaparecido en parte. Entonces me dijeron que un granhechicerodeunaépocamuyantigua—«hacemillonesdemillonesdeaños»,talfuelafrasequeutilizaron—,unrey,otalvezunareina,noestabanseguros,fue enterrado en aquel lugar. Tampoco pudieron citar el nombre, puesinsistieron en que no lo tenía, y que quien lo nombrase perdería la vida deinmediato,hastaelpuntodequenoquedaríanadadesuserpararesucitarenelotromundo.Alcruzarelvalleprocurabanirmuyjuntoslosunosdelosotros,y caminaban presurosos delante demí, como si temiesen quedar rezagados.Cuando les pedí queme explicaran el porqué de su conducta, respondieronque los brazos del hechicero eran muy largos y que quien fuese en últimolugar corría peligro. Me desagradó escuchar esas palabras, puesto que,necesariamente, tenía que ocupar aquel honroso puesto. En el punto másestrechodelvalle,haciasuextremosur,selevantabaunaenormerocacortadaa pico, cuya superficie era sorprendentemente lisa. En ella había grabadosciertos signos cabalísticos y muchas figuras que representaban hombres,animales,peces,reptilesypájaros;solesyestrellas,asícomootrossímboloscuriosos.Algunosdeestosúltimoseranmiembrosaisladosypartesderostrohumano,talescomobrazosypiernas,dedos,ojos,narices,orejasylabios.SetratabadeunossímbolosmisteriososqueeldíadelJuicioFinalseguramentepondrían en apuros al ángel que tuviese que interpretarlos. La roca estabaorientada exactamente hacia el norte. Había en ella algo tan extraño ydiferentedecualquierotrarocalabradaqueyohubiesevisto,queordenéhacerun alto para pasar el día examinándola lomásminuciosamente que pudieracon mi telescopio. Los egipcios que venían conmigo se mostraronaterrorizadosy tratarondedisuadirmede todas lasmaneras.Mequedéatráshastabastanteavanzadalatarde,peronologrédescubrirlaentradadetumbaalguna, pues tal imaginé que debía de ser la naturaleza y el significado deaquellas inscripciones.Porentonces,mishombres sehabían rebeladoy tuveque alejarme del valle para no verme abandonado. Pero, en secreto, regresédecididoaencontraraquella tumbayestudiarla.Aeste finseguí recorriendolasmontañashastadarconunjequeárabequesemostródispuestoaponerseamiservicio.Losárabesnoteníanlostemoressupersticiososdelosegipcios,yeljequeAbuSomaysushombresaccedieronaformarpartedemiexpedición.

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Alregresaralvalleconaquellosbeduinos,hiceunesfuerzoporescalarlaroca,perosusuperficieeratanlisaycarentedeasiderosquenoloconseguí.Lapiedra,yaromaysuavepornaturaleza,habíasidopulidadetalformaqueresultabaresbaladiza.Eraevidentequeenuntiempotuvoquehaberenaquellaroca escalones excavados, pues aún se advertían las señales de la sierra, elcincelyelmartilloquesehabíanempleadoconesefin.

Alcomprenderquenopodíaaccedera la tumbadesdeabajoy,comonoestaba provisto de escalas para alcanzar la cumbre, finalmente encontré laforma de llegar a ésta tras dar un largo rodeo. Desde allí, ordené que mebajasen,pormediodecuerdas,hastaqueestudiéelespaciodelarocadondeesperaba hallar la abertura. Observé que, en efecto, ésta existía, aunqueherméticamente cerrada mediante una enorme losa. Se encontraba a unostreintametros del suelo, y aproximadamente a las dos terceras partes de laalturatotaldelaroca.Losjeroglíficosysímboloscabalísticosgrabadosenellacontribuían a disimular aquella cavidad. Los relieves eranmuy profundos ycubríanporenterolalosayloscontornosdelaentrada.Aquellapuertaderocaestaba encajada en su lugar con una precisión asombrosa, demodo tal queninguno de los instrumentos cortantes de que disponía pudo penetrar en losintersticios.Empleétodasmisfuerzasy, trasnumerososintentos, logréalfinentrarenlatumba.Lalosacayóhaciadentro,yapenashubepenetradoreparéenunalargacadenadehierroquecolgabadeunsoportecercanoalportal.

Comprobéquelatumbaestabacompleta,deacuerdoconelesquemadelasmásimportanteshalladasenEgipto.Contabaconunacámarayunpozoqueconducíaalpasadizo,elcualconectabaconel recintodestinadoa lamomia.Tambiénteníaunamesacubiertadedibujos;supusequedebíadetratarsedealguna clase de registro —cuyo significado se ha perdido para siempre—,grabadoconuncolormaravillosoyenunapiedranomenosprodigiosa.

Lasparedesdelacámaraydelpasadizoestabancubiertasdesímbolostanextraños como enigmáticos, y otro tanto ocurría con el enorme sarcófagoubicado en la cámara más profunda. El jeque y otros dos árabes que seanimaron a entrar en la tumba conmigo, y que tal vez estuviesenacostumbradosaesaclasedeexploraciones,consiguieronlevantarlatapadelsarcófagosinromperla.Quedaronmaravillados,porque,segúnmeconfesaron,pocasvecessusesfuerzossehabíanvisto recompensadosconeléxito.Debodecir que no semostraronmuy cuidadosos, y quemanipularon los diversosobjetosdelatumbacontalrudezaquesólolasolidezyelespesordeaquéllaimpidieronque se rompiera.Esomepreocupóbastante, porque el sarcófagoestaba hecho con una piedra desconocida para mí, exquisitamente labrada.Lamenté que nos fuese del todo imposible llevarnos aquel sarcófago; eltiempo y el viaje por el desierto lo impedían. Sólo me quedé con algunosobjetosque,porserpequeños,podíantransportarsefácilmente.

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Dentrodelsarcófagohabíauncadáver,sindudademujer,envueltoentirasde lienzo, como es corriente en las momias. Al observar el diseño de losbordadosde aquel lienzo comprendí que el cadáverhabíapertenecido aunapersonade alto rango.Sobre el pecho seveíaunamanodescubierta.En lasmomiasquehabíaestudiadohastaentonceslosbrazosylasmanossehallabandentrodelasenvolturas,ysuforma,asícomoladelosbrazos,estabasugeridamedianteadornosdemadera.

Peroaquellamanoerarealypertenecíaalcuerpoembalsamado.Elbrazoqueasomabaentrelastirasdetelaeradecarne,aunquesemejabademármol,y su color, así como el de la mano, me recordó al del marfil que hapermanecidomuchotiempoalaintemperie.Lapielylasuñasseconservabanenperfectoestado, comosi el cadáverhubiese sidodepositadoallí lanocheanterior.Toquélamanoylamoví.Elbrazoposeíalaflexibilidadpropiadeunmiembrovivo,aunqueenvaradoporañosdeinmovilidad,comosueleocurrirconlosmiembrosdelosfaquireshindúes.Sinembargo,lomásasombrosodeaquellamanoeraqueteníasietededos,finos,largosysumamentebellos.Nopudeevitarestremecermeanteelcontactodeunamanoque,apesardehaberpermanecido encerrada en aquel lugar durante miles de años, parecía viva.Debajodelamano,ycomosiéstalatapase,descubríunagemaenorme.Eraroja como la sangre, ymuy brillante. Pero lomás extraordinario no era sutamañonienelcolor,sinolaluzquereflejabadesieteestrellas,cadaunadesietepuntas, tanclara e intensaqueparecíanencerradasdentrode lapiedra.Cuando levanté lamano de lamomia y vi aquella gemamaravillosa, di unrespingoyquedéparalizado.Permanecíunratocontemplándola,y lomismohicieron los árabes que me acompañaban, como si nos hallásemos ante lamismísima cabeza de la Gorgona cubierta de serpientes, que convertía enpiedra a quien la miraba a los ojos. Tan intensa fue la sensación, queexperimenté la urgente necesidad de alejarme de aquel lugar. Otro tanto leocurrióalostreshombresqueestabanamilado,yasí,trascogeraquellarojajoyayalgunosamuletoscuyaextrañabellezaconvertíaenverdaderasalhajaslas piedras en que estaban labrados, me apresuré a abandonar el lugar.Mehabría quedadomás tiempo estudiando los lienzos que envolvían lamomia,pero temí hacerlo, porque de pronto recordé que me hallaba en un lugardesiertoyencompañíadeunoshombresdecuyosescrúpulosdesconfiaba.Medije,también,queestabaenunacavernasolitaria,atreintametrosporencimadelvalle,dondenadiepodríaencontrarmesimehacíanalgúndaño,yesoencaso de que me buscasen. Pero decidí que más adelante regresaría, encompañía de gente fiable. Además, sentí la tentación de continuar con lasinvestigaciones porque, al examinar las envolturas, vi en aquel sepulcromaravilloso otras cosas de enormevalor, comoun cofre cuya forma era tanrara como la piedra con que estaba hecho, y que me pareció destinado acontener otras joyas. También había otro cofrecillo, cubierto de extraños

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adornos,sibiendeformamásconvencional.Eradeunaespeciedeporcelanaextremadamente dura ymuy gruesa, y su tapa estaba bien sellada, como siquienes lo habían dejado allí hubieran tomado las mayores precaucionescontra intrusosycuriosos.Lostresárabesinsistieronenqueloabriese,puespor su grosor sospechaban que dentro tal vez hubiera grandes tesoros.Consentíenhacerlo,perosusesperanzasfueronvanas.Todoloqueallíhabíaerancuatrojarronesdelicadamentetalladosconnumerososadornos.Deéstos,unorepresentabalacabezadeunhombre,otro,ladeunperro,otro,ladeunchacalyelúltimoladeunhalcón.Yoconocíaaquellasurnassepulcralesque,por lo general, guardaban las vísceras y otros órganos de los cadáveresembalsamados. Pero al abrir una descubrimos que sólo contenía aceite. Losbeduinos derramaron gran parte de éste e introdujeron las manos en losjarrones,peronohallarontesoroalguno.Ensusmiradascreíadvertirelbrillodelacodicia,yparaevitarvermeenpeligro,apresurélamarchaapelandoalasupercheríacaracterísticadeaquellagente.El jeque indicóa losqueestabanarribaquenosizasen;loseguídeinmediato,porquenoqueríapermanecerconlosotroshombres.Éstosdemoraronensalir,ytemíqueestuviesensaqueandoelsepulcro.Sinembargo,meabstuvedeinsinuarlo,puestemíquesilohacíapudieseocurriralgopeor.

Porfin,llegaron.Unodeellossubióenprimerlugary,encuantollegóalborde de la roca, resbaló y cayó, muriendo en el acto. Lo siguió el otro,aunque sin sufrir ningún daño. Luego, ascendimos el jefe y yo. Antes demarcharnos,coloquélomejorquepudelalosaexteriorparacubrirlaentradadelatumba,puesdeseaba,enlamedidadeloposible,preservarlaparacuandoregresaseafindesometerlaaunexamendetenido.

Cuandotodosestuvimosenlacimadelacolina,porencimadelaroca,nossentimosfelicesdevernuevamentelaluzdelsol.Yohabríaidoenbúsquedadel cadáver del árabe despeñado, para darle sepultura, pero el jeque no loconsintió,yactoseguidoordenóadosdesushombresqueseencargasendeello.

Aquella noche, cuando acampamos, sólo regresó uno de los hombres.Segúncontó, trashallarelcadáver,enterrarloycubrir la tumbacongrandesrocasparaevitarquefuesedevoradoporloschacales,unleónlosatacó,dandomuerteasucompañero.

Más tarde, sentados en torno a la hoguera, vi que mostraba un objetoblancoalosotrosárabesyqueéstosloobservabanconasombroyreverencia.Meacerquéensilencioycomprobéquesetratabadelamanomomificadaquehabíaestadoprotegiendo la joyadel sarcófago.Oíqueelbeduinoasegurabahaberlaencontradosobreelcadáverdeldespeñado.Lossietededosdeaquellamanohacíanquefueseinconfundible.Sinduda,elárabequehabíamuertosela había arrancado a lamomia cuando el jeque y yo no estábamos ahí para

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verlo.Ajuzgarporelrespetoquemostrabanlosdemás,debíandeconsiderarqueeraunamuletoprodigioso.Perocualesquieraquefuesensuspropiedades,el que la arrancónuncapudogozarde ellas, porquemuriópocodespuésdeperpetrarel robo.Nocreíaquesuscompañeros,despuésdeesto, tuviesen laintencióndeutilizarlo.Cualquieraquefuesesupoder,nohabíaimpedidoqueaquel hombre cayese al vacío. Aquel amuleto había tenido un funestobautismo,porquelamuñecadelamanomuertaestabateñidaderojo,comosilahubiesensumergidoensangrefresca.

Aquella noche la pasé temiendo ser víctima de algún acto de violencia,pues si aquella mano muerta tenía tanto valor para esa gente, ¡cuánto másconcederíana la joyaqueyohabíaguardado!Apesardequeúnicamenteeljequeestabaenteradodeello,misdudaseran,quizá,mayores,puesestabaencondicionesdehacerconmigoloquequisiera.Demodo,pues,quepermanecídespiertoelmayor tiempoposible,decididoaaprovechar laprimeraocasiónquesemepresentasedeabandonaraquelcampamentoyemprenderelviajederegreso,primero,hacialasorillasdelNilo,yluego,siguiendosucurso,hastaAlejandría, solicitando los servicios de otros guías que ignoraran lo quellevabaconmigo.

Finalmente,nopudeevitarqueelsueñomevenciera.Temerosodequemeatacaranointentasenrobarmemientrasdormía,saquélajoyadesuesconditeyla guardé en mi puño. Noté que resplandecía de manera extraordinaria, y,también,que en su reverso teníagrabadosunos signos semejantes a losquehabíavistoenelsepulcro.

La luz del sol enmi rostrome despertó.Me senté ymiré alrededor. Lahoguera ya estaba apagada y el campamento se hallaba desierto.Novimásqueuna figurahumana tendida cercademí.Era ladel jeque, que estabadecaraal suelo,muerto.Su rostroeracasinegroy tenía losojosabiertosyenelloshabíaunaexpresióndeespanto,comosicontemplasealgohorrendo.Eraevidentequehabíasidoestrangulado,porqueobservéensucuellolasmarcasrojasdeunosdedos.Depronto,mellamólaatenciónsunúmero,ylasconté.Eransiete.Todasparalelas,exceptuandolaquecorrespondíaalpulgar,comosihubiesensidohechasconunasolamano.

Aquello me dejó azorado, pues sólo podía ser obra de la mano de lamomia, que poseía siete dedos. Al parecer en el desierto ocurrían cosasverdaderamenteextraordinarias.

Alinclinarmesobreelcadáver,abrísinrepararenellolamanoderecha,ylapiedrapreciosafueacaerdentrodelabocadelmuerto.Mirabiledictu!Desu boca surgió un gran chorro de sangre que cubrió por completo la gema.Contemplé aquel cuerpo inerte y observé que había caído sobre su manodoblada,enlaqueempuñabauncuchillodeenormesdimensiones,sumamente

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afilado, como los que suelen utilizar los árabes. Tal vez se disponía aasesinarmeenelmomentoenquelavenganza,procedieseéstadeunhombre,deDiosodelosdiosesantiguos,cayósobreél.Sólodiréquealrecobrarmipiedra preciosa, a la que la sangre hacía brillar como si de una estrella setratase,nopenséennadamásy,sinpérdidadetiempo,memarchéporpiernasde allí. Viajé solo a través del ardiente desierto hasta que, por la gracia deDios,encontréunatribuárabequeacampabajuntoaunpozodeagua,ymeproporcionó sal. Permanecí con aquellas gentes hasta que emprendieronnuevamentesucamino.

Desconozcoquésucedióconlamanodelamomiaoconquienessehabíanapoderado de ella, así como qué infortunios cayeron sobre ellos, pero algodebiódeocurrirles, al igualquea todosaquellosque lahabían tenidoensupoder. Ahora es probable que alguna tribu del desierto la utilice comopoderosoamuleto.

Enlaprimeraoportunidadquesepresentó,hiceunexamenminuciosodelagema,ansiosoporcomprenderquéhabíangrabadoenella.Los símbolos,cualquieraquefuesesusignificado,yqueyoignorabaporcompleto,eranlossiguientes…

Pordosveces,mientrasleíaaquelapasionanterelato,unasombracruzólapágina;sugestionadosindudaporelcontenidodelalectura,meparecióqueteníalaformadeunamano.Enlaprimeraocasiónloatribuíaunefectoópticoproducidoporelresplandorverdosodelalámpara,peroenlasegundalevantélamiradaymisojos seposaronen lamanode lamomia, alotro ladode laestancia,dondeelbrillodelasestrellasapenasconseguíapenetrarlassombras.Relacionéaquellavisióncon loqueacababade leer, puesde lo contrario loque tenía antemí era lamano que el exploradorVanHuyn describía en sulibro. Volví la cabeza hacia el lecho y me reconfortó comprobar que laenfermeraseguíaallí,ysemostrabatranquila.Encircunstanciascomoésaesun verdadero alivio tener la seguridad de que cerca de nosotros hay algunapersonaviva.

Me quedé contemplando el libro, que había depositado sobre la mesa,delantedemí,yunaseriedeextrañasideascomenzóainvadirmimente.Lacabeza comenzó a darme vueltas, como si la luz que emanaba de aquellosdedos blancos tuviese un poder hipnótico.De pronto,mis pensamientos, asícomoeltiempoytodocuantomerodeaba,parecierondetenerse.

¡Apoyada sobre el libro había una mano verdadera! La reconocí deinmediato.Amabaaquellamano, ladeMargaretTrelawny;erauna joyaquedeseaba contemplar, acariciar. Y entonces, ejerció sobre mí un efecto tanextrañocomomaravilloso, apesardehaber creído,porun instante, estar enpresenciadelaotra.

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—¿Quéleocurre?—mepreguntóMargaret—.Creíquesehabíaquedadodormido.

Diunrespingoyrespondí:

—Estaba leyendo un libromuy antiguo de la biblioteca de su padre.—Mientrasdecíaesto,locerréymelopusebajoelbrazo—.Voyadevolverlo,porqueséquealseñorTrelawnylegustaquetodoestéensulugar.

Dijeaquelloporquedeseabaocultarleloquehabíaestadoleyendo,afindenodespertarsucuriosidad.Mealejé,peronohacialabiblioteca,sinohaciamihabitación,dondeguardéellibroconlaintencióndeseguirleyéndolounavezque hubiera dormido algunas horas. Al regresar al dormitorio del paciente,encontréalaseñoritaKennedyapuntodemarcharseparaacostarse.Margaretcontinuólaguardiaconmigo.Permanecimossentadoselunoalladodelotro,charlando en voz baja. El tiempo transcurrió rápidamente, y sorprendidoobservéquelaluzquesefiltrabaatravésdelascortinascambiabadelgrisalamarillo.Nuestra conversación no había estado relacionada con el enfermo.Pero,desdeluego,tampocohablamosdeEgiptonidenadarelacionadoconeltema,comomomias, tumbas, jequesomuertos.Enlaclaridaddelamanecer,tomébuenanotadeque lamanodeMargaretTrelawnyno tenía sietededossinocinco,yaquereposabaenlamía.

PorlamañanallegóeldoctorWinchesteryfueavercómoseencontrabaelpaciente.Luego,nosreunimosenelcomedor,dondeyotoméunrefrigerioquetantopodíaserdesayunocomocena,puesseguidamenteteníalaintencióndeacostarme. El señor Corbeck apareció poco después y los tres continuamosnuestra conversación en el punto en que la habíamos interrumpido la nocheanterior.Comuniqué al señorCorbeckque había leído el capítulo en que sehablaba del hallazgo de la tumba y añadí que, en mi opinión, el doctorWinchestertambiéndebíaleerlo.Ésteaceptólasugerenciaymepidióqueselo prestara. Esa mañana tenía que hacer un viaje en tren hasta Ipswich yaprovecharíaparaecharleunvistazo.Prometiódevolvérmelocuandoregresaraporlatarde.Fuiamihabitaciónabuscarlo,peronoloencontréporningunaparte. Recordaba muy bien que lo había dejado sobre la mesita de noche.Aquelloresultabamuyextraño,pueseraimposiblequelohubieratomadouncriado.Regreséalcomedorymeviobligadoaexplicaramiscompañerosquenoconseguíadarconél.

Unavezqueeldoctorsehubomarchado,elseñorCorbeck,quealparecersesabíadememoriaaquellibrodelholandés,sequedóparahablarconmigo.Ledijequeelcambiodeguardiahabíainterrumpidomilecturaenelmomentoenquesedescribíalagema.Élsonrióydijo:

—No se preocupe por no haber podido leer esa descripción, porque lainscripciónsólo fuedescifradadoscientosañosdespuésde lamuertedeVan

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Huyn. Fue gracias a los trabajos de Young, Champollion, Birch, Lepsius,Rosellini, Salvolini, Mariette Bey, Wallis Budge, Flinders Petrie y otroseruditoseinvestigadores.

»Másadelante,sielseñorTrelawnynolohaceporsímismo,leexplicaréel significado de esos signos. Por elmomento considero preferible contarlequéleocurrióaVanHuyn,porqueellibroconcluyeconladescripcióndelapiedrayelrelatodesullegadaaHolanda.Lomásnotableacercadeestaobraesquehainducidoaotraspersonasa interesarseporelasunto,entreellaselseñor Trelawny y yo mismo. El señor Trelawny conoce bien las lenguasorientales, pero no así las del norte.Yoposeo un don natural para aprenderidiomasy,cuandorealizabamisestudiosenLeyden,aprendíelholandés.Así,cuando el señor Trelawny adquirió este volumen a través de un catálogoespecializadoenegiptología,hicelatraducciónalinglésenotroejemplarqueconseguíenLeyden.Tantoaélcomoamínosimpresionóladescripcióndelsolitario sepulcro abierto en la roca, a una altura tal que a cualquierinvestigador corriente le resultase prácticamente imposible acceder a él, yaquetodoslosaccesoshabíansidodestruidos.Tambiénnosllamólaatenciónelqueeselugar,cuyaconstruccióndebiódeserextraordinariamentecostosa,notuviese indicaciónalgunaacercade la identidaddelpersonajeallí enterrado.Además, elmismonombredel lugar, el valledelHechicero, era sumamentesugestivo. Cuando nos conocimos, gracias a nuestra relación con ciertosegiptólogos,hablamosdeesoydeotrasmuchascosas,ydecidimosirenbuscadeaquelvallemisterioso.Mientrasaguardábamosparaemprenderelviaje,fuiaHolandaconelobjetodeverificaralgunosaspectosdelrelatodeVanHuyn.Me dirigí haciaHoorn y empecé a trabajar pacientemente para encontrar lacasadeaquelviajeroodesusdescendientes,siloshabía.Noloaburriréconlospormenoresdemibúsquedayde losresultadosqueobtuve.Hoornesunlugar que apenas ha cambiado desde los tiempos de Van Huyn, aunque haperdido la importancia comercial que antes tenía. Se trata de una ciudadsomnolientaalaqueeltranscursodeunoodossiglospocoimporta.Diconlacasa y descubrí que no vivía ninguno de los descendientes del viajero.Consulté los registros, sólo para comprobar que todos habían muerto.Entonces,quiseaveriguarquéhabíasidodesustesoros,puesungranviajerocomo él sin duda debía de tenerlos. Encontré muchos en los museos deLeyden, Utrecht y Amsterdam, y así como en las casas de algunoscoleccionistasricos.Finalmente,enlatiendadeunancianojoyeroyrelojerode Hoorn, hallé el tesoro principal, es decir, un gran rubí, pues tal era lapiedra, esculpido en forma de escarabajo, con siete estrellas y numerososjeroglíficos. El pobre hombre no tenía ni idea de la importancia de aquelobjeto y mucho menos de los recientes descubrimientos filológicosrelacionados con Egipto. Tampoco había oído hablar de Van Huyn, aunquesabía que había vivido en la ciudad y que se lo consideraba un gran

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explorador.Creíaqueaquellapiedraera,sencillamente,rara,yqueeltalladorla había echado a perder.Y aun cuando al principio no parecía dispuesto adesprenderse de ella, conseguí queme la vendiese, eso sí, a un preciomuyelevado. Como yo cumplía un encargo del señor Trelawny, que esinmensamente rico, iba bien provisto de dinero. De inmediato emprendí elregresoaLondres,llevandoconmigolajoya.

»Imaginará usted mi entusiasmo; ya contábamos con la prueba de lamaravillosahistoriadeVanHuyn.ElseñorTrelawnyguardólapreciosagemaen su caja de caudales e iniciamos nuestro viaje de exploración llenos deesperanza.

»En los últimos momentos el señor Trelawny se mostraba pesaroso dedejarasujovenesposa,aquienamabalocamente.Peroella,quecorrespondíaa su amor, sabía muy bien lo mucho que deseaba él realizar aquellainvestigación.Seresignó,comohacenlasmujeresbuenas,guardandoparasítodassusansiedadesytemores,ylerecomendóquehicieraloqueconsiderasesudeber.

11

Latumbadeunareina

—ElseñorTrelawny—prosiguióelseñorCorbeck—estaba,porlomenos,tan ilusionado como yo. No tiene mi versatilidad ni se deja llevaralternativamenteporlaesperanzayladesesperación,sinoquesefijaobjetivosclaros, lo cual convierte el anhelo en seguridad. En ocasiones yo temía queexistiesen dos piedras preciosas iguales, o que las aventuras de Van Huynfueran embustes propios de viajeros pergeñados en base a un objeto vulgaradquirido en cualquier tienda de antigüedades de Alejandría, El Cairo oincluso Londres oAmsterdam. Pero el señor Trelawny, por su parte, nuncatitubeó.Habíamuchas cosas que impedían fijar nuestramente en la fe o eldesengaño.PocodespuésdeArabiPacháEgiptonoeraunlugarseguroparalosviajeros,sobretodosieraningleses.Peromiamigoesunhombrequenoconoceelmiedo,ydeboadmitirqueyonosoyningúncobarde.Entrelosdoscontratamosaunosárabesaquienes,unouotro,habíamosconocidoenviajesanterioresyenlosquepodíamosconfiar,oalmenosesocreíamos.Éramosungrupo lobastantenumerosocomoparahacer frenteaposiblesbandoleros,yllevamosconnosotrosungranequipaje.Habíamosobtenidoelconsentimientoylapasividad,queenestecasosignificabacooperación,decuantosoficialesguardabanaúnsentimientoscordialeshaciaInglaterra.Porsupuesto,lariquezadelseñorTrelawnytuvomuchoqueverenello.NosdirigimoshaciaAswan,

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donde el jeque nos cedió a varios árabes. Después de dar nuestra habitualpropina,emprendimoselviajeatravésdeldesierto.

»Trasmucho tiempode ir deun lado a otro explorando cadaunode lospasos entre montañas, una tarde llegamos a un valle que respondía a ladescripcióndelmencionadoporVanHuyn.Estaba flanqueadopormontañasaltasyescarpadas,seestrechabaenelcentroyseensanchabaenlosextremosoriental y occidental. Al despuntar el alba nos hallábamos ante la roca, yprontodescubrílaaberturaylosjeroglíficosqueservíanparaocultarla.

»Pero los signos que engañaron a Van Huyn y sus contemporáneos, eincluso a los eruditos posteriores, ya no suponían un enigma para nosotros.Losestudiososquededicaronsusesfuerzosalaegiptologíahabíanaclaradoelmisteriosolenguajedelosjeroglíficos.Enlacaradelarocaleímosloquelossacerdotestebanosmandaroninscribircercadequinientosañosantes.

»En efecto, la inscripción exterior era obra de los sacerdotes, y de unossacerdotes hostiles, sin duda.La inscripción rezaba así: “Aquí los dioses noacudenapesardetodaslasllamadas.La‘sinnombre’loshainsultadoyestaráeternamentesola.Noteacerques,viajero,puesdelocontrariolavenganzadelosdiosescaerásobreti”.

»En la época en que fue hecho aquel aviso debió de resultar terrible ypoderoso, y aún durante algunos siglos después. Y poco importaba que ellenguajeenqueestabaescritosehubieraconvertidoenunarcanoparaquienespoblabanaquella tierra.La tradiciónde tal terrorperduramuchomásquesucausa.Además, los símbolosutilizados contribuían a acentuar el significadodelaadvertencia,yaqueenlenguajejeroglífico“eternamente”seexpresaconlafrase“millonesdeaños”,yestesímboloestabarepetidonueveveces,entresgrupos de tres.A continuación de cada grupo había un símbolo delMundoSuperior,delMundoInferiorydelCielo.YtodoesoparaqueaquellaSolitarianopudiese,graciasalavenganzadelosdioses,resucitarenelMundodelSolnienelMundodelosMuertos,yparaquetampocosualmalohicieseenlaregióndelosDioses.

»NielseñorTrelawnyniyonosatrevimosatraduciralosárabesquenosacompañaban el significado de aquella inscripción, porque aunque ellos nocreíanen la religiónquehabía lanzadosemejantemaldiciónnien losdiosescon cuya venganza se amenazaba, eran tan supersticiosos que, de haberloconocido,sindudahabríansalidohuyendo.

»Pero su ignorancia y nuestra discreción nos resultaron de gran utilidad.Acampamoscercadelaroca,alamparodeotramenorqueseelevabanolejosde allí, de modo que la inscripción no podía ser vista por nuestrosacompañantes.Esprecisorecordarqueelnombretradicionaldeaquellugar,elvalle delHechicero, era temiblepara ellosy, en consecuencia, tambiénpara

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nosotros. Con la madera que llevábamos hicimos una escalera a fin dealcanzar la tumba.Suspendimosunapoleadeunavigaen loaltode laroca.Encontramos la gran losa de piedra que, encajada con ayuda de algunosguijarros, tapaba torpemente la entrada. Su propio peso la mantenía en laposicióndebida.Paraentrar tuvimosqueempujarlahaciadentroypasarporencima de ella. Vimos la gran cadena que Van Huyn había descrito. Sinembargo, entre los restos de la puerta de piedra descubrimos numerosaspruebasdequeenotrotiempoéstahabíagiradosobreunosgoznesdehierroyqueeraposiblecerrarlayabrirladesdedentro.

»Porfin,elseñorTrelawnyyyoentramosenlatumba.Íbamosprovistosde muchas lámparas, que dispusimos en el suelo a intervalos regularesmientrasavanzábamos,puesnuestraideaeraefectuarunainspeccióngeneralyacontinuaciónunreconocimientominucioso.Amedidaquenosinternábamosenaquellugar,nuestrasorpresayentusiasmoaumentaban.Latumbaeraunade las más bellas y magníficas que habíamos visto jamás. A juzgar por laperfección de las esculturas, las pinturas y demás elementos decorativos, lapersonaqueibaareposarallílohabíadispuestotodoenvida.Eldibujodelosjeroglíficoseraprimoroso,yelcolorido,soberbio.Enaquellaelevadacaverna,muy alejada de la humedad producida por las inundaciones del Nilo, todoestabatanfrescocomocuandolosartistashabíanacabadosuobra.Advertimosque,sibienelcortedelarocaexterioreraobradelossacerdotes,elpulimentode la cara de la misma debía de formar parte del proyecto original delresponsablede laconstruccióndel sepulcro.El simbolismode laspinturasydelashendidurasdelaspiedrasdelaparteinferiorasílosugerían.Lacavernaexterior, en parte natural y en parte excavada, debía considerarse, desde elpuntodevistaarquitectónico,unaantecámara.Ensuextremo,orientadohaciaeleste,habíaunpórtico, conmuchospilares, excavadoen la rocaviva.Lospilares tenían siete caras, característica que nunca habíamos observado enningunaotratumba.TalladaenelarquitrabeseveíalaBarcadelaLuna,enlaqueibanHathor,concabezadevaca,eldiscoylasplumas,yeldiosHapi,concabeza de perro. Este último guiaba la barca Harpócrates hacia el norte,representadoporlaEstrellaPolarrodeadaporelDragónylaOsaMayor.Enesta última, las estrellas que forman el Carro eranmayores que las otras yestabantanllenasdeoroquealaluzdelasantorchasparecíanfulgurarconunsignificado especial. Tras franquear el pórtico hallamos dos característicasarquitectónicas propias de los sepulcros excavados en la roca: la cámara, ocapilla,yelpozo,amboscompletos,comohabíaobservadoVanHuyn;enlostiemposdeéstesedesconocíaquénombresdabanlosegipciosaestosdetalles.

»La estela que ocupaba la pared occidental era tan notable que laexaminamosatentamenteantesdeproseguirconlabúsquedadelamomia.Setrataba de una gran losa de lapislázuli, cubierta de gran número de figurasjeroglíficaspequeñasymuybellas.Loshuecosestabanrellenosdeuncemento

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muyfino,decolorbermellón.Lainscripcióncomenzabarezando:“Tera,reinadelosdosEgiptos,hijadeAntef,monarcadelNorteydelSur,HijadelSol,reinadelasDiademas”.

»Luego,detallabalahistoriadesuvidaysureinado.

»Los signos de la soberanía se consignaban con profusión de adornossumamentefemeninos.LascoronasunidasdelosEgiptosAltoyBajoestabanesculpidasconexquisitaprecisión.Era laprimeravezqueencontrábamoselHejetyelDesher,lascoronasblancayroja,enlaesteladeunareina;yesqueen el antiguo Egipto sólo las ceñía un rey, sin excepción, aunque, eso sí,tambiénpodíanverseenlascabezasdelasdiosas.Másadelante,hallamoslaexplicacióndeello.

»Esa inscripción era algo asombroso, capaz de atraer el interés decualquiera,peronopuedeustedniimaginarelefectoqueprodujoennosotros.Aunque no éramos los primeros que la veían, sí fuimos los primeros encomprenderqueaquelmensaje,fijadoenlarocacincomilañosatrás,proveníade los muertos. Refería la vida de quien había guerreado contra los diosesantiguosyreivindicabaparasíelhaberlosdominado,enuntiempoenquelajerarquía pretendía ser el únicomedio de excitar sus temores omerecer subuenavoluntad.

»Las paredes de la cámara superior del pozo y la cámara del sarcófagoestaban cubiertas de inscripciones. Todas ellas, a excepción de lacorrespondiente a la estela, habían sido coloreadas con un pigmento verdeazulado.Elefecto,cuandoselasmirabadelado,erasimilaraldeunaturquesaindia,antiguaydescolorida.

»Valiéndonosdeunaparejoque llevamosconnosotros,bajamosalpozo.Trelawnyfueelprimeroenhacerlo.Teníaunaprofundidadquesuperaba losveintemetros.Elpasadizoquehabíaenelfondosubíahastalacámarayeramuchomáslargodelohabitual.Tampocohabíasidotapiado.

»Dentro,encontramosungransarcófagodepiedraamarilla.Esinnecesarioquelodescriba,puesyalohavistoustedenlahabitacióndelseñorTrelawny.Hallamoslatapaenelsuelo.NohabíasidoselladayeratalycomolahabíadescritoVanHuyn.

»Como imaginará, mi amigo y yo estábamos muy excitados cuandomiramoselinterior.Enciertomodo,nossentimosdesencantadosalpensarenlodiferentequedebiódehabersidoelespectáculoquehabíacontempladoelholandéscuandoviolamano,blancayenaparienciallenadevida,asomandopor encima de los vendajes de la momia. Allí estaba todavía una parte delbrazo,decolormarfileño.

»Pero sufrimos una conmoción que nuestro antecesor no había

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experimentado.

»Elbordedelamuñecaestabacubiertodesangreseca,comosidespuésdemorir hubiera sangrado. El contorno era desigual debido a la sangrecoagulada,yelhuesoblancoqueasomabaparecíalamatrizdeunópalo.Lasmanchas que observamos en las vendas parecían de óxido. Aquello era laconfirmación del relato de Van Huyn. Con esta evidencia, ya no podíamosdudardeotrosdetalles, comoelde la sangre en lamanode lamomiao lasmarcasdelossietededosenelcuellodelestranguladojeque.

»Noloagobiaréaustedrefiriéndoletodoloquevimosoelmodoenqueloqueya sabíamos sevio corroborado.Enparte sedebía anuestro estudio; elrestololeímosenlaesteladelatumba,enlasesculturasyenlosjeroglíficosquecubríanlasparedes.

»La reina Tera pertenecía a la undécima dinastía tebana de los reyesegipcios,quedominóentrelossiglosXXIXyXXVantesdeJesucristo.Comohijaúnica,sucedióasupadreAntef.Debiódeserunamuchachadecarácterextraordinario, así como de gran inteligencia, puesto que cuando su padremurió ella era muy joven. Su edad y su sexo alentaron a los ambiciosossacerdotes,quedesdehacíatiempodeseabanveraumentadosupoder.Graciasasus riquezas, sunúmeroysusconocimientos,dominabanen todoel reino,sobre todoenelAltoEgipto.Sedisponían, secretamente,a llevaracabounlevantamientoafindealcanzarsusatrevidosybienmeditadosproyectos,loscualesconsistíanenqueelpoderdelreyfuesetransferidoaunajerarquía.PeroAntef sospechabaque los sacerdotes algo se traerían entremanosy tomó laprecaución de obtener para su hija el apoyo del ejército. También le habíaenseñadoelartedegobernar,yprocuróinstruirlaenlamismacienciadelossacerdotes.Habíautilizadoalosdeuncuerpocontralosdeotro,ycadaunodeellosconfiabaenalcanzaralgúnbeneficiomercedalaintervencióndelreyo,tal vez, por el poder e influencia que pudiesen ejercer sobre su hija.Así, laprincesacrecióentreescribasyllegóaserunaartistademéritoconsiderable.Muchas de estas cosas se referían en las paredes en forma de imágenes ojeroglíficosdegranbelleza,yllegamosalaconclusióndequemuchosdeellosdebíandeserobradelamismaprincesa.Demodo,pues,queexistíaunarazónparaqueenlaestelasehablasedeellacomodela“protectoradelasartes”.

»Pero el monarca había ido más allá, pues decidió enseñar magia a lamuchacha, quien alcanzó gran poder sobre el sueño y la voluntad. No setrataba de la magia de los templos, inofensiva y generalmente llamada“blanca”, que eramás impresionante que efectiva, sino demagia verdadera,“negra”. Fue muy buena discípula e incluso superó a sus maestros. Susrecursos y poderes le dieron grandes oportunidades, de las que supoaprovecharse plenamente. Mediante extraños procedimientos supo arrancarsecretos a la naturaleza, incluso llegó al extremo de meterse en su propia

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tumbayyacer,envueltayencerrada,enelsarcófago.Duranteunmestodosladieronpormuerta.Lossacerdotestratarondeconvencera lagentedequelaverdaderaprincesaTerahabíaperecidoeneltranscursodelexperimentoyquehabía sido erróneamente sustituida por otra joven, pero ella demostró queestabanenunerror.Todoestoestabacontadomedianteunosdibujosdegranmérito.EsprobablequeensuépocasehubieraimpulsadolagrandezaartísticadelaCuartaDinastía,quealcanzósuperfecciónduranteelreinadodeChufu.

»Enlacámaradelsarcófagoexistíanimágenesyescritosquedemostrabanquelaprincesahabíalogradovencerelsueño.Enrealidad,aquíyalláseveíannumerosossímbolosquesorprendíanauncuandoprocediesendeunatierrayunaépocaenlasquepredominaban.Sedabamuchaimportanciaalhechodeque,peseasermujer,ellaseadjudicabatodoslosprivilegiosdelarealezaylavirilidad. En un lugar aparecía representada vistiendo trajes masculinos yciñendolascoronasblancayroja.Enotraimagenselarepresentabacontrajede mujer, pero también con las del Alto y Bajo Egipto y unas vestidurasmasculinas a sus pies. Entre todos los símbolos en que se expresaba laesperanza o el propósito de la resurrección, se incluía también el signo delNorte y, en muchos lugares, siempre representando importantesacontecimientos del pasado, el presente y el futuro, se veía el grupo deestrellasquedabanformaalCarro.Estabaclaroqueaquellareinaconsiderabaqueesaconstelaciónguardabaconellaunarelaciónespecial.

»Talvezlaafirmaciónmásnotable,tantoenlaestelacomoenlaspinturasmurales, era la de que la reinaTera tenía el poder de exigir y obligar a losdioses. Eso, por cierto, no constituía una creencia aislada en la historia deEgipto,perosídiferíasucausa.Lareinahabíagrabadoenunrubíconformadeescarabajo,adornadoconsieteestrellasdesietepuntas,palabrasenérgicascuyaintencióneraobligaratodoslosdiosesdelosmundosSuperioreInferior.

»Enaquellaafirmaciónexpresabaque,segúnsabía,leestabareservadoelodiodelossacerdotesyqueunavezquehubiesemuertoéstosharíantodoloposibleporsuprimirsunombre.Enlamitologíaegipciaesoconstituíaunavenganzaterrible,yaquesialguiencarecedenombre,unavezquehamuertonopuedeserpresentadoantelosdioses,nitampocoesposiblerezarporél.Porlotanto,lareinaTeraplaneóquesuresurreccióntuvieselugardespuésdequepasasemuchotiempo,enunaregiónqueseextendíamásalnorte,bajolaconstelacióncuyassieteestrellashabíanpresididosunacimiento.Paraqueellofueseposible,sumanodebíaquedarsinenvolver,encontactoconelaireyguardandolajoyadelassieteestrellas,paraquedeesemodopudieramoversecuandosuKasedesplazara.ElseñorTrelawnyyyollegamosalaconclusióndequeesosignificabaquesucuerpopodríaconvertirseenastral,trasladarsedeunladoaotroenpartículasyunificarsedenuevocuandoellalocreyeseoportuno.Además,enunodelospárrafossemencionabauncofreque

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conteníaatodoslosdioses,asícomoelsueñoylavoluntad.Estosdosúltimosestabanpersonificadosmediantesímbolos.Seañadíaquelacajateníasietelados.Debidoaestainformaciónnonossorprendióhallardebajodelospiesdelamomiaelcofredesieteladosqueustedhatenidoocasióndecontemplarenlahabitacióndemiamigo.Bajolosvendajesdelpieizquierdoestabapintado,tambiénencolorbermellón,comoenlaestela,elsímbolojeroglíficoparadesignar“grancantidaddeagua”:ydebajodelderechoelsímbolodelatierra.Graciasaestesimbolismoadivinamosque,porsersucuerpoinmortalytransferibleavoluntad,reinabaalavezsobrelatierrayelagua,sobreelaireyelfuego;estoúltimoestabaejemplificadoporlaluzquedespedíalajoyayelpedernalyelhierroqueencontramosjuntoalosvendajesqueenvolvíanlamomia.

»Allevantarelcofre,detectamosensusladoslasextrañasprotuberanciasque usted ya ha podido ver. Pero en ese momento no hallamos unaexplicación. Aunque en el sarcófago había unos cuantos amuletos, ningunoposeíaunvalorounsignificadoespecial.Supusimosquetalvezhubieseotroscubiertosporlasvendas,o,loqueeramásprobable,enelcofresituadoalospiesdelamomia.Noconseguimosabrirlo.Advertimosseñalesdequeexistíaunatapa,perotantolapartesuperiorcomolainferiorerandeunasolapieza.Lafinalíneaquecorrecercadeaquéllaparecíaseñalarelpuntodeunióndelatapa, pero estaba tan firmemente ajustada que era imposible notar dóndecomenzaba la tapa. Intentamos abrirla nuevamente, pero fue imposible.Dedujimosdeelloqueestaríacerradapordentro,yledigotodoestoparaquecomprenda otras cosas que más adelante observará. Por el momento seráconveniente que se abstenga de emitir juicio alguno. Han sucedido tantascosas incomprensibles en todo lo relacionado con estamomia y los objetosque la rodean, que es preciso creer en algo extraordinario, pues resulta deltodoimposiblereconciliardeterminadosdetallesdeloocurridoconeldiscurrirordinariodelavidaolosconocimientos.

»Permanecimos en el valle del Hechicero hasta que copiamos todos losdibujos y jeroglíficos que había en las paredes, el techo y los suelos. Nosllevamoselsarcófagoylamomia,asícomoellapislázuli,elcofredepiedra,los aros, las mesas de alabastro rojizo, de ónice y cornalina, y también laalmohadilla demarfil cuyo arco se apoyaba en unas hebillas decoradas conunosuraeusdeorofinamentetallados.Tampoconosolvidamosdelosobjetosquehabíaenlacapillayenelpozo, lasbarcasdemadera,sus tripulaciones,lasfigurasushaptiuylosamuletossimbólicos.

»Almarcharnosrecogimoslasescalas,queenterramoscercadeallí,alpiedeunarocadecuyaubicacióntomamosnotaporsimásadelanteteníamosquerecurriraestedato.Nosprocuramosuntoscocarroyloshombresnecesariospara tirar de él, pero la marcha era demasiado lenta, y eso nos ponía muy

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nerviosos; estábamos ansiosos por depositar nuestros tesoros en un lugarseguro. Por la noche, nuestra inquietud aumentaba, ya que temíamos quealguna pandilla de bandoleros cayese sobre nosotros. Pero nuestrosacompañantesnosintranquilizabanaúnmás;eranhombresrudos,carentesdeescrúpulos, y debe usted recordar que los objetos que llevábamos eranvaliosísimos.Ellos,oalmenoslosmáspeligrosos,ignorabanenquéresidíasuvalor, pero imaginaban, desde luego, que transportábamos grandes tesoros.Sacamoslamomiadelsarcófagoy,paramayorseguridad,lametimosenunacaja.Durante la primera noche intentaron por dos veces robarnos cosas delcarro,yalamañanasiguienteencontramosadoshombresmuertos.

»Lasegundanochesedesatóunatempestadterrible,unadeesastípicasdeldesierto,de lasquenohayprácticamente formadeprotegerse.Laarenanoscegaba. Algunos de nuestros beduinos huyeron apenas el viento se tornódemasiado fuerte, con la esperanza de encontrar algún abrigo. Los demás,envueltosennuestrosalbornoces,nosarmamosdepacienciaehicimosfrentealatempestad.Porlamañana,yapasadaésta,noslibramosdelaarenaquenoscubríay a continuación sacamos losbultos.Encontramos rota la caja dondehabíamos metido la momia, la cual ya no estaba allí. Buscamos por todaspartes, excavamos la arena que se había amontonado alrededor de nosotros.Todo fueenvano.No sabíamosquéhacer,porqueel señorTrelawnyestabaempeñadoenllevarseaquellamomia.Esperamosundíaenteroenlaesperanzadequelosbeduinosquesehabíandadoalafugaregresasen.Creíamosquesieranellosquienessehabíanllevadolamomiatalvezladevolviesen.Aquellaúltimanoche,pocoantesdeamanecer,miamigomedespertóymesusurróaloído:

»—Hemos de volver al sepulcro del valle delHechicero. Cuando por lamañanayocomienceaimpartirórdenes,nosemuestrevacilante.Sipreguntaadónde vamos, despertará las sospechas de los porteadores, y nuestro planfracasará.

»—Deacuerdo—contesté—.Pero,¿porquéhemosderegresar?

»Surespuestameimpresionó:

»—¡Porque allí encontraremos la momia! Estoy seguro de ello. —Yanticipándoseacualquierdudaoréplica,añadió—:Aguardeylocomprobará.

»Y,denuevo,seenvolvióensumanta.

»Cuando volvimos sobre nuestros pasos los árabes se mostraron muysorprendidos,ymásdeunomuypocosatisfecho.Algunosdiscutieronnuestradecisión,otrosdesertaron,demodoquealreemprendernuestroviajehaciaelestenuestrapartidaestabamuymermada.Alprincipio,eljequenomanifestócuriosidadalgunaacercadenuestrodestino,perocuandocayóenlacuentade

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queregresábamosalvalledelHechicero,semostrópreocupado.Amedidaquenosaproximábamos,sudesasosiegoeramayor,ycuandoyaestábamosenlaentradadelsepulcro,sedetuvoysenegóaproseguir.Dijoque,sinosparecíabienirsolos,aguardaríaaqueregresásemos.Permaneceríaallíportresdías,ysi al término de ellos no estábamos de regreso, semarcharía. Le ofrecimosdineroparaquecambiasedeidea,perofueinútil.Sóloaccedió,yesodespuésdemuchosruegos,airporlasescalasyllevarlasalpiedelaroca.Luego,élysushombresretrocedieronhastalaentradadelvalle.

»ElseñorTrelawnyyyocogimosantorchasycuerdas,volvimosasubirypenetramos en el sepulcro. Pronto se nos hizo evidente que durante nuestraausencia alguien había estado allí, porque la losa de piedra que protegía laentradaseencontrabaenelsueloydelacimadelarocacolgabaunacuerda.Dentro, vimos otra cuerda suspendida en el borde del pozo por el que seaccedía al pasadizo. El señor Trelawny y yo nos miramos sin pronunciarpalabra; a continuación, él descendió en primer lugar, valiéndose de la sogaquehabíamosllevado.Loseguídeinmediato.Cuandonosreunimosalpiedelpozo,semeocurrióquetalvezhubiésemoscaídoenunatrampa,puesalguienpodíacortarlacuerda,dejándonosatrapadosparasiempreenaquellugar.Erauna idea escalofriante, pero ya no existía modo de remediarlo. Enconsecuencia, guardé silencio. Llevábamos antorchas, de modo quecontábamosconluzsuficienteparaentrarenlacámaradondehabíaestadoelsarcófago. Lo primero que vimos fue que estaba completamente vacía. Elhueco que había dejado el sarcófago en el suelo hacía aúnmásmarcado elaspectodedesolación.Tambiénfaltabanlosjarrosdealabastroy,delasmesasque contenían los objetos, la comida para uso del muerto y las figurasushaptiu.Enmediodeaquellaestanciayacíalavendadafiguradelamomia.Asu lado, en una postura extraña, contorsionados como quien ha sufrido unamuerte violenta, vimos a tres de los árabesquehabíandesertadodenuestrogrupo.Susrostrosestabannegros,ysusmanosycuellossuciosacausadelasangrequehabíabrotadodesusbocas,naricesyoídos.

»Enel cuellode cadaunoobservamosunashuellas, ya ennegrecidas, deunamanodesietededos.

»Trelawnyyyonosacercamos,temerososyazorados.Lomásprodigiosoeraque, sobreelpechode la embalsamada reina, seveíaunamanode sietededos blanca como el marfil; la muñeca sólo mostraba una cicatriz roja ysinuosadelaqueaúnparecíanbrotargotasdesangre.

12

Elcofremágico

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—Alrecobrarnosdenuestroasombro—prosiguióelseñorCorbeck—,locualnos llevóun largo rato, sacamos lamomiay la izamosporelpozo.Yosubíprimeroparasujetarlaporlapartesuperiory,almirarhaciaabajo,viqueel señor Trelawny levantaba lamano cortada y se la guardaba debajo de lachaqueta, sindudaparaqueno se extraviaseobienpara evitar que sufriesedaño alguno. Dejamos los cadáveres de los árabes donde estaban.Ayudándonosconlascuerdas,bajamoshastaelsuelonuestrapreciosacargay,acontinuación,lallevamosalaentradadelvalle,dondedebíanaguardarnoseljequeysushombres,pero,congranasombro,losencontramosdisponiéndolotodoparaemprenderlamarcha.Cuandorecriminamosaljequeporsuactitud,replicó que había cumplido su promesa al pie de la letra, ya que, según loconvenido, había esperado tres días. Yo imaginaba que mentía y que suverdadera intención había sido abandonarnos; más tarde, al comparar misnotasconlasdeTrelawny,comprobéqueélhabíasospechadolomismo.Peroal llegar a El Cairo tuvimos que aceptar, muy a nuestro pesar, que aquelhombreteníarazón.Entramosporsegundavezenelpozodelamomiael3denoviembrede1844;teníamosbuenasrazonespararecordaraquellafecha.

»La exploración del lugar nos había llevado tres días enteros, queliteralmente desaparecieron de nuestra vida mientras permanecimosmaravillados en aquella cámara mortuoria. ¿Era, pues, de extrañar quetuviésemosciertostemoressupersticiososconrespectoalcadáverdelareinaTeraytodocuantoaellapertenecía?

»DeElCairofuimosaAlejandría,dondedebíamosabordarunbarcodelaMessagerie con rumbo a Marsella. Desde allí, cogeríamos el expreso aLondres.Perocomohaescritoelpoeta:“Losmejoresplanesdeloshombresyde los ratones se frustran a veces”. En Alejandría, un cable esperaba aTrelawny informándole de que su esposa había fallecido al dar a luz a unaniña.

»ElapenadoviudopartiódeinmediatoenelExpresodeOriente,yyotuveque encargarme de llevar, sin compañía de nadie, los tesoros a una casadesolada. Llegué a Londres sin novedad, pues la buena fortuna parecióacompañarnos en el viaje. Cuandome presenté en la casa de mi amigo, elfuneral había tenido lugar hacía yamucho tiempo. La niña fue confiada alcuidadodeunanodrizayelseñorTrelawnyconsiguiódominarsupenahastaelpuntodereanudarsuvidaysutrabajo.Peseatodo,aquellamuertelehabíacausado un inmenso dolor, como lo demostraban las canas que cubrían sussienesyelgestoaúnmás severode sus facciones.ApartirdelmomentoenquerecibióelcableenAlejandría,nuncamásvolvíaverlosonreír.

»Entalescasos,lomejoresrefugiarseeneltrabajo,yesofueloquehizo.Laextrañatragediadesupérdidayganancia,yaquelaniñahabíanacidocon

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la muerte de la madre, ocurrió precisamente mientras nosotros caíamos enaquelestadodetrancedentrodelpozodelamomia.Deunmodouotrotodoparecía relacionado con los estudios de egiptología del señor Trelawny y,especialmente,conlosmisteriosreferentesalareina.Mehablómuypocodesu hija, pero era evidente que en su alma pugnaban dos sentimientoscontrapuestos.Porun lado, idolatrabaa laniña,pero,porotro, jamáspodríaolvidarquesunacimientohabíasupuestolamuertedesupropiaesposa.Habíatambién otra cosa que llenaba de dolor el corazón de aquel padre, aunquenuncaquisodecirmedequésetrataba.Sinembargo,unavez,enunmomentode descuido, me dijo: “Se parece muy poco a su madre, pero tanto en susfaccionescomoenelcolordesutezguardaunasemejanzaasombrosaconlasimágenes de la reina Tera”. Añadió que la había confiado a unas personascapacesdedarleloscuidadosqueélnopodríadedicarle,yquehastaquefueseuna mujer adulta sólo gozaría de los placeres sencillos propios de unamuchacha. Cada vez que yo quería hablar de ella, el señor Trelawny seencerraba en unmutismo absoluto. En cierta ocasiónme advirtió: “Existenrazonesdepesoparaquenohabledemihijamásdelonecesario.Algúndíasabráustedelmotivo,yentonceslocomprenderátodo”.Respetésureticenciay, salvo preguntar por ella al regresar de algún viaje, nunca volví amencionarla.Hastaquelaconocíenpresenciadeusted,señorRoss,nuncalahabíavisto.

»Cuando los tesoros que sacamos de la tumba estuvieron aquí, el señorTrelawnytomósusdisposiciones.Colocólamomia,aexcepciónde lamanocortada, en el gran sarcófago que hay en el vestíbulo. El féretro había sidolabradoporelsumosacerdotetebanoUni,y,comoustedhabráobservado,estácubiertodeinscripcionesenlasquesehacenmaravillosasinvocacionesalosantiguosdiosesdeEgipto.Losdemásobjetoshalladosenlatumbalosguardóen su propia habitación.Entre ellos, y por razones que él debía de conocer,incluyó lamanode lamomia.Creoque laconsideraelmáspreciadodesustesoros, a excepción, tal vez, del rubí tallado al que él llama la Joya de lasSiete Estrellas; lo guarda en esa caja de caudales, cerrado y protegido porvariosmecanismos,comoyahacomprobadousted.

»Esposible,señorRoss,queesterelatoleparezcaaburrido,peroparaquecomprendieraustedlasituaciónactualeraimprescindiblequeselocontase.

»Mucho después de que yo trajera la momia de la reina Tera, el señorTrelawnyvolvióahablarconmigodelasunto.RegresóvariasvecesaEgipto,algunasenmicompañíayotrassolo.Yotambiénhabíarealizadovariosviajes,pormipropiacuentaoporindicacióndemiamigo,peroentodoesetiempo,esdecir,durantecercadedieciséisaños, jamásvolvióamencionarelcasoamenosqueloexigiesenlascircunstancias.

»Unamañanatempranomehizollamarconurgencia.Yoestabaestudiando

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en elMuseo Británico y había alquilado unas habitaciones en la calle HartStreet.Cuandomepresentéenlacasaloencontrémuyexcitado,talveztantocomocuandoseenteródelamuertedesuesposa.Mecondujodeinmediatoasudormitorio.Lasventanasestabancerradas,impidiendolaentradadelaluzdiurna.Laestanciasehallabailuminadaporunascuantaslámparaseléctricasmuypotentes,decienbujíascadauna,porlomenos,dispuestascontraunadelasparedes.Lamesitaenqueestabaelcofreheptagonalhabíasidoubicadaenel centro de la habitación, y bajo la luz éste tenía un aspecto maravilloso,comosidentrodeélresplandecieraalgo.

»—¿Quéleparece?—mepreguntó.

»—Tieneaspectode joya—respondí—.Poralgo lo llamaustedelCofreMágico,yaqueamenudoloparece.Inclusopodríacreersequeestávivo.

»—¿Imaginaustedporqué?

»—Supongoqueacausadelresplandordelaluz.

»—Porsupuesto—dijo—.Peroenrealidadsedebealmodoenquelaluzestádispuesta.

»Mientrashablaba,apagólas lámparasyencendiólas luceshabitualesdelaestancia.Elefectosobreelcofrefuesorprendente.Aunqueseguíasiendounobjetomuyhermoso,parecíadepiedra,ynadamás.

»—¿Nohaobservadoustednadaenladisposicióndelaslámparas?—mepreguntómiamigo.

»—No—contesté.

»—EstánubicadascomolasestrellasdelaOsaMayor,esdecir,¡igualquelasestrellasgrabadasenelrubí!

»Me impresionó sobremanera la misteriosa relación que parecía existirentreaquelfenómenoylamomiadelareinaTera.

»—Durante dieciséis años —prosiguió el señor Trelawny— nunca hedejado de pensar en aquella aventura ni de buscar alguna pista que nosayudase a aclarar los misterios de que somos testigos, pero sólo anocheencontréalgosemejanteaunasolución.Talvezlahesoñado,porquesurgióenmimentedemanerasúbita.Melevantéalinstantedelacamadecididoahaceralgo,auncuandonosabíaexactamentequé.Laideasemeocurrióalinstante.En las escrituras de las paredes del sepulcro se hacía alusión a las sieteestrellas de la OsaMayor, que constituyen el Carro; también se citaba confrecuenciaelnorte,asícomolacajaquenosotrosllamamoselCofreMágico.Yahabíamosobservadoesosespaciostranslúcidospeculiaresenlapiedradelacaja,yrecordaráustedque,segúnlosjeroglíficos,lajoyaprocedíadelcorazóndeunaerolito,yqueelcofretambiénhabíasidotalladoenelmismomaterial.

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Medijequesilaluzdelassieteestrellasbrillabaenladireccióndebida,eraprobableque ejerciese algúnefecto sobre la cajao su contenido.Levanté lapersiana y miré fuera. El Carro se veía muy alto en el cielo, y tanto susestrellas como la Polar estaban frente a la ventana.Acerqué lamesa con elcofreyorientééstedemaneraquelospuntostranslúcidoscoincidieranconlaposicióndelasestrellas.Instantáneamenteelcofreempezóaresplandecertalcomoacabadeverusteda la luzde las lámparas,aunqueenesaocasióndemaneramássuave.Aguardéporunlargorato,peroelcielosenublóylaluzmurióalfin.Acontinuaciónencendíunascuantaslámparasyprobésuefecto.Me llevó unos minutos disponerlas de forma que correspondiesen con laspartestranslúcidasdelapiedra,peroencuantolohubelogradoelcofrevolvióaresplandecer.Sinembargo,esonofuetodoloqueconseguí.Evidentemente,faltabaalgo.Semeocurrióquesilaluzejercíaalgúnefecto,enlatumbadebíadehaberunmediodeproducirla,yaqueallíeraimposiblecontarconelbrillodelasestrellas.Depronto,todosehizoclaroparamí.PuseelCofreMágicosobre la mesa y advertí que ésta tenía algunas protuberancias quecorrespondíanalaformadeaquél,asícomoalasestrellasdelaconstelación.Porconsiguiente,eraenesospuntosdondehabíaquedisponeralgunasluces.Sólonosrestabahallarlaslámparasapropiadas.Intentécolocarlaseléctricas,perosu resplandornose transmitíaa lapiedra.Dedujedeelloque sindudatenían que existir lámparas especiales para ese fin, y que si lograbaencontrarlasdaríaunpasodefinitivoenlaresolucióndelmisterio.

»—¿Dónde están esas lámparas? —pregunté—. ¿Dónde podríamoshallarlas?Y¿cómolasreconoceríamosenelcasodequelasencontrásemos?

»—Cada cosa a su tiempo —me dijo el señor Trelawny con tonotranquilizador—.Suprimerapreguntacontiene todas lasdemás.¿Quedóndeestánesaslámparas?Puesselodiré:enlatumba.

»—¿Enlatumba?—exclamésorprendido—.¿Norecuerdaacasoquenosllevamostodoloqueallíhabía?Ynoviningunalámpara,niseñaldeella.

»Élprocedióentoncesadesenrollarunasgrandeshojasdepapelquetrajodesuhabitaciónylasextendiósobrelamesa,asegurandosusbordesconunoslibros. Reconocí de inmediato las copias que habíamos hecho de losjeroglíficosdelsepulcro,y,entonces,éldijolentamente:

»—¿Recuerda usted que cuando examinamos la tumba nos extrañó nohallarunacosaqueesmuyhabitualenellas?

»—¡Claro!Nohabíaserdab.

»El serdab —añadió el señor Corbeck volviéndose hacia mí— es unaespeciedenichoexcavadoenlapareddelatumba.Losestudiadoshastaahoracarecende inscripcionesy sólo contienen las efigiesde losmuertosque allí

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descansan.—Hizounapausayprosiguió—:CuandoTrelawnynotóquehabíacomprendidosuidea,agregóconelentusiasmopropiodeotrostiempos:

»—Hellegadoalaconclusióndequedebedehaberunserdabsecreto.Fueuna tonteríapornuestrapartenopensar antes en ello, porque cabía suponerque quien había mandado construir esa tumba, en este caso unamujer quedemostró poseer un gran sentido de la belleza y laminuciosidad, no habríapasado por alto semejante característica arquitectónica. Por consiguiente, hadeexistirunserdab,ybastarádescubrirloparadarconlaslámparas.Leruegoa usted que parta nuevamente rumbo a Egipto, busque la tumba, halle elserdabytraigalaslámparas.

»—¿Ysinoexistetalserdabolaslámparasnoestándentrodeél?

»Lovisonreírporprimeravezenmuchosaños,yrespondió:

»—Enesecasotendráquebuscarlashastadarconellas.—Señalóunadelashojasdepapelyagregó—:Aquíestálatranscripcióndelosjeroglíficosdela capilla que cubren sus lados este y sur. La he consultado de nuevo y headvertido que en siete puntos, alrededor de esta esquina, se encuentran lossímbolosdelasconstelacionesquenosotrosllamamoselCarroyquepresidíanelnacimientoyeldestinodelareinaTera,segúnellacreía.Lasheexaminadoyhe llegadoa laconclusióndeque todasestas representacionesdeestrellasson correctas desde el punto de vista astronómico, y así como en el cieloalgunas de estas estrellas señalan la Polar, todas las representadas en elsepulcroseñalanellugardelapareddondesindudaencontraráelserdab.

»—¡Bravo!—exclamé,admiradoantelalógicadesurazonamiento.

»—Cuando esté usted de nuevo en la tumba—prosiguió, evidentementecomplacido—, observe detenidamente este punto. Probablemente existaalgunaclasedemecanismoparaabrirelreceptáculo.Yaveráquecuandoestéallínolecostarádescubrirlo.

»AlasemanasiguienteemprendíviajeaEgiptoynodescanséhastallegarnuevamentealsepulcro.Enelcaminoencontréaalgunosdenuestrosantiguosporteadores. Pero, además, contraté a otros. Las condiciones en el país eramuy distintas que dieciséis años atrás, y no fue necesario que tomase amiserviciogentearmada.

»Subía loaltode la rocayosolo.No tuveningunadificultad,yaqueenaquelclimaexcelentelaescalaquehabíamosutilizadohacíayatantotiempo,seconservabaenperfectoestado.Prontoadvertíqueenlosañostranscurridosotroshabíanestadoenlatumba,ysentíquemedabaunvuelcoelcorazónalpensarenlaposibilidaddequealguienhubiesedescubiertoelserdabsecreto.Habríasidounatragediaelquesemehubiesenanticipado,yaque,entreotrascosas,denadahabríaservidomiviaje.

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»Sinpodercontrolarmiansiedad,levantélaantorchayorientésuluzentrelascolumnasheptagonalesdelacapilla.

»Allí,enellugarenquehabíaesperadoencontrarla,sehallabalaaberturadelserdab.Estabavacío.

»Perono leocurría lomismoa lacapilla;cercade laentradadescubríelcadáver,yadescompuesto,deunárabe.EstudiélasparedesparacomprobarsiTrelawnyhabíaestadoenlocierto,yobservéque,enefecto,lasestrellasdelaconstelacióndelCarroseñalabanunpuntoubicadoa la izquierda,enel ladosurdelaaberturadelserdab,dondebrillabaunasolaestrelladeoro.

»Hice presión sobre ella y advertí que cedía.La piedra que constituía laparte frontal del serdab se movió ligeramente. Al examinar con mayordetenimientoel ladoopuestode laaberturadiconunpuntosimilar indicadopor otra representación de la constelación; concretamente, se trataba de unafiguradesieteestrellas,cadaunadelascualeseradeorobruñido.Lasoprimíunaauna,sinobtenerresultado.Alinstantesemeocurrióqueelmuellequeabría el serdab debía de estar a la izquierda, y que el de la derecha tal vezestuviese concebido para que una mano de siete dedos pulsase al mismotiempo todas las estrellas. Utilizando ambas manos, conseguí el efectodeseado.

»Oíunfuertechasquidoydeprontoaparecióantemíunafigurametálica;lapiedravolviólentamenteasulugar,cerrandoelserdab.Aquellafigura,delaque sólo tuve una vislumbre, se parecía al temible guardián que, según elhistoriadorárabeIbnAbdAlhokin,constructordelaspirámides,elreySauridibn Salhouk, habíamandado colocar en la pirámide occidental a fin de quedefendiese su tesoro. Era una figura demármol que empuñaba una lanza ysobrecuyacabezahabíaunaserpienteenroscada.Cuandoalguienseacercaba,la serpiente lo mordía en un lado, se enroscaba en su cuello, lo mataba y,rápidamente,volvíaasulugar.

»Medicuentaalinstantedequeaquellafiguranohabíasidocolocadaallípornada,yquedesafiarlanoeraunjuegodeniños.Elcadáverdelárabeeraunabuenapruebadeello.Examinénuevamentelaparedydetectéunashuellaspequeñas, como si alguien la hubiese golpeado con unmartillo pesado. Sinduda,elladróndetumbashabíasidomásastutoquenosotros,puessospechóquedebíadeexistirunserdabocultoenalgunaparteydecidiódarconél.Lacasualidadquisoquepusieseenfuncionamientounresortesecretoqueliberóel Guardián del Tesoro, que así es como lo designaba el escritor árabe. Laescenahablabaporsísola.Encontréunpedazodemaderay,situándomeaunadistanciaprudencial,hicepresiónsobrelaestrella.

»La piedra retrocedió en el acto y la figura oculta se asomó y dio unalanzada.Luego levantóelarmaydesapareció.Penséqueyapodíapresionar

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sinpeligrolassieteestrellas,yasílohice.UnavezmáslapiedraretrocedióyelGuardiándelTesorovolvióaocultarse.

»Repetílaoperación,siempreconelmismoresultado.Mehabríagustadoexaminarelmecanismodeaquella figuramortífera,peronocontabacon lasherramientas necesarias. Espero poder regresar algún día para aclarar estepunto,yesavezbienequipado.

»Talvezignoreustedquelaentradadeunserdabsuelesermuyestrecha,de modo que en ocasiones apenas si es posible introducir la mano. Al veraquelserdabdoscosasacudieronamimente.Laprimera,quelaslámparas,sienefectohabíanestadoallí,nopodíanserdegrantamaño;y,lasegunda,queen cierto modo debían de estar relacionadas con Hathor, cuyo símbolo, elhalcón,aparecíatalladoenrelieveenlaparedinterior,pintadoconelmismocolor bermellón que ya habíamos visto en la estela.En lamitología egipciaHathoresladiosaquecorrespondealaAfroditadelosgriegos,puestambiénpreside labellezay losplaceres.Peroocurrequeen lamitologíaegipcia losdioses asumen, cada uno de ellos, muchas formas, y en algunos aspectosHathortambiénguardaciertarelaciónconlaideadelaresurrección.Ladiosaposee siete formasovariantes. ¿Porquénohabríandecorrespondercon lassiete lámparas? Yo ya estaba convencido de que éstas existían. El primerladrón de la tumba había encontrado la muerte, pero el segundo habíaconseguido apoderarse de lo que encerraba el serdab. El primer intento sellevóacabomuchosañosatrás,comolodemostrabaelestadodelcadáver.Encambio, en lo que a la segunda tentativa se refería, no contaba con indicioalguno. Podía haber ocurrido hacía mucho tiempo o recientemente. Pero lomás probable era que si otros habían visitado ya la tumba, las lámparashubiesen sido robadas en una época relativamente antigua. En definitiva,encontrarlasseríaaúnmásdifícil.

»Lo que acabo de referirle ocurrió hace aproximadamente tres años, ydesde entoncesme he convertido en un personaje de lasMil y una noches,pues iba por ahí buscando lámparas viejas, no para cambiarlas por otrasnuevas, sino por dinero. No me atrevía a explicar qué estaba buscando, ymucho menos a describirlo, pues eso habría echado por tierra todos misplanes. Pero desde el principio tuve una vaga idea de qué debía hallar. Amedidaqueel tiempotranscurría,semehacíacadavezmásclaro,hastaqueporúltimoyanotuveningunadudaalrespecto.

»Losengañosdequefuivíctimaylasbúsquedasinfructuosasquellevéacaboocuparíantodounlibro.Peronomediporvencido.Alfinal,hacemenosdedosmeses,unanticuario,enMossul,memostróunade las lámparasqueandababuscando.Hacíayamásdeunañoqueestabasiguiéndolelapista,sinperderlasesperanzasniporuninstante.

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»Nosécómohiceparacontenermealverquemeencontrabatancercadealcanzar el éxito. Pero ya estaba acostumbrado a las argucias de losmercaderesorientales,demodoqueaquelanticuario,mezcladeárabe,judíoyportugués,topóconundurocontrincante.Antesdecomprarloqueteníaparaofrecerme,lepedíquememostrasetodassusmercancías.Asílohizo,ydeunmontóndecachivachessacósiete lámparasdistintas.Cadaunadeellas teníaunamarca característica, aunque en todas se veía algún símbolode la diosaHathor. Creo que conseguí vencer la imperturbabilidad de aquel hombregraciasalamagnituddemiscompras,yaque,afindequenoadivinasequéandababuscando,prácticamentearramblécontodo.Alfinalapuntoestuvodeecharsea llorar,diciendoquecasi lohabíadejadoen la ruina,puesyano lequedabanadaquevender.Ysehabríaarrancadoloscabellossihubiesesabidoelprecioqueyoestabadispuestoapagarporalgunosdelosartículosqueélmalbarataba.

»Antesdeemprenderelviajederegresomedeshicedelamayorpartedemis compras aunprecionormal.Nomeatrevía a regalarnadapormiedo adespertar sospechas. No podía correr ningún riesgo ni cometer ningunatontería. Viajé todo lo rápido que se puede en aquellos países y llegué aLondres trayendo conmigo únicamente las lámparas, algunos objetospequeñosycuriososypapirosquehabíarecogidoenmisviajes.

»Ahora, señor Ross, sabe usted tanto como yo, y confío en que suprudencia le indiquequéde todoelloconvieneponerenconocimientode laseñoritaTrelawny.

—¿PorquénombraustedalaseñoritaTrelawny?—preguntóunavozclarayjovendetrásdeél—.Estáaquí.

Nos volvimos sobresaltados, lanzándonos una mirada interrogadora. LaseñoritaTrelawnyestabaenelvanodelapuerta.IgnorábamoscuántotiempollevabaahíysihabríaoídopartedelrelatodelseñorCorbeck.

13

Eldespertar

Cuando uno escucha palabras inesperadas, siempre se muestrasorprendido, pero una vez que pasa la primera impresión, reflexiona deinmediatoenelmodoenquehansidopronunciadas,yenelsignificadoqueencierran. Eso fue precisamente lo que sucedió en este caso. Nuevamentealerta,nodudéniporuninstantedelasinceridadconqueMargaretpreguntóacontinuación:

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—¿Dequéestabanhablandoenestaocasión,señorRoss?SupongoqueelseñorCorbeckleharelatadolasaventurasquehacorridoparaencontraresaslámparas.Esperoque algúndía, señorCorbeck, tambiénme lo cuente amí,peroserámejorquelodejemosparacuandomipadreestérepuesto.Tengolacertezadeque a él le gustaría referírmelo todo enpersonao, por lomenos,estarpresentecuandousted lohiciese.—Hizounapausay,conunasonrisa,añadió—: ¿Era eso de lo que hablaba cuando llegué?De acuerdo, esperaré,peroconfíoenquenoseapormuchotiempo,puesmeparecequeelestadoenqueseencuentramipadreprontocambiará.Hacepocomesentíatanalteradaque decidí salir a dar un paseo por el parque. Estoy segura de que le harámucho bien amis nervios, y, señorRoss, le ruego que durantemi ausenciavayaahacercompañíaamipadre.Deesemodoestarémástranquila.

Me puse en pie de inmediato, alegrándome de que Margaret saliese acaminar pues parecía terriblemente cansada y abatida. Me dirigí hacia lahabitación del enfermo y ocupé mi lugar acostumbrado. La señora Grantmontabaguardiajuntoallecho,yencuantomevioentrarsalióaocuparsedeotrascosas.Lascortinasestabandescorridasperograciasalaorientacióndelaventana,quedabahaciaelnorte,laclaridadnoeraexcesiva.

Permanecí largo rato pensando en lo que el señor Corbeck acababa decontarme y en las cosas extrañas de que había sido testigo desde que mepidieronquemepresentaseenaquellacasa.Habíamomentosenquedudabadetodoyde todos,aundelasevidencias.Volvíarecordar lassospechasdeldetective, tanto las referidas al señor Corbeck como, sobre todo, lasrelacionadasconMargaret.Enpresenciadeésta,sinembargo,todasmisdudassedesvanecían.Cadavezquesunombreosuimagenacudíanamimente,mesentíadispuestoaapostarmialmaaquenoestabaimplicadaentodoaquello.

Mientras me hallaba sumido en estos pensamientos, oí una voz fuerte,profunda, autoritaria, procedente del lecho. Resonó en mis oídos como unclarín,yallevantarlosojosviqueelenfermoestabadespierto,¡ymehablaba!

—¿Quiénesusted?—preguntó—.¿Quéhaceaquí?

Nadiehubieseesperadoencontrarlodespiertoydueñodesusactos,deesoestabaseguro,poresoquedétansorprendidoquesólopudecontestar:

—MellamoRossyahoraestabavigilándoleausted.

Memirócomosinodiesecréditoamispalabras.

—¿Vigilándome?¿Quéquiereusteddecir?¿Porqué?—Hizounapausaycontonoagresivo,comosiaceptaseloshechos,añadió—:¿Esustedmédico?

—No,señor—respondísinpoderevitarunasonrisa.

—Entonces,¿porquémotivoestáaquí?Sinoesmédico,¿quiénesusted?

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Sutonosevolvió,unavezmás,dictatorial.Elpensamientoesunprocesoextraordinariamenterápido.Antesdequelaspalabrassurgiesendemislabios,una única idea se formó en mi cerebro: ¡Margaret! ¡Debía pensar en ella!Aquelhombreerasupadreynosabíanadademí,ni siquieraqueexistiese.Era lógico que se mostrase curioso, si no ansioso, por saber por qué entretodos los hombres su hija me hubiese elegido a mí para cuidar de él. Lospadres suelen ser un poco celosos cuando de las elecciones de sus hijas setrata,yesoauncuandotodavíanolehabíadichoaMargaretquelaamaba.

—Soyabogado—contesté—,peronoestoyaquíenmicalidaddetal,sinocomoamigodesuhija,sencillamente.Esprobablequeelquefueseabogadola decidiese a rogarme que viniera, pues al principio creyó que usted habíasidoasesinado.Mástarde,fuelobastantebondadosacomoparaconsiderarmesu amigo y permitirme que permaneciera aquí, de acuerdo con su expresodeseo,señorTrelawny,dequesiemprehubiesealguienensuhabitaciónparavigilarlo.

ElpadredeMargaretera,sinduda,unhombredeideasrápidasyparcoenpalabras. Mientras yo hablaba, me miró fijamente, como si leyera mispensamientos.Paramitranquilidad,noreplicó,comosiaceptaseloqueyoledecía. Parpadeó por un instante y sus labios esbozaron una sonrisa, casiimperceptible,desatisfacción.Parecíaestarreflexionando,ydeprontodijo:

—¿Ellacreyóqueyohabíasidoasesinado?¿Cuándoocurrió?¿Anoche?

—No,señor.Haceyacuatrodías.

Semostrósorprendido.Hastaesemomentohabíapermanecidosentadoenla cama; hizo un movimiento, como si intentara levantarse, pero con unesfuerzoevidente,secontuvoyrogó:

—Póngamealcorrientedetodo,sinomitirningúndetalle.Peroasegúresedequelapuertaestácerrada.Deseoenterarmedelasituaciónantesdeveranadie.

Algo en esas últimas palabras hizo que el corazón me diera un vuelco.Estabaclaroquemeaceptabacomoexcepción.Dadosmissentimientoshaciasuhija,meresultóconsolador.Exultante,cerrélapuertaconllavey,unavezquehuberegresadojuntoallecho,medijo:

—Adelante.

Obedeciendo sus deseos, le di toda clase de detalles, incluidos los másbanales, que conseguí recordar acerca de todo lo ocurrido a partir de millegabaalacasa.Porsupuesto,nomencionémissentimientosconrespectoaMargaret,yúnicamentehablédeaquellascosasqueél sindudayadebíadeconocer.EnloqueaCorbeckserefería,melimitéainformarquehabíatraído

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algunaslámparasqueestuvobuscando.Añadíquemástardelashabíaperdidopara,finalmente,encontrarlasenlacasa.

ElseñorTrelawnymeescuchabadandomuestrasdeundominiosobresímismoque,considerandolascircunstancias,mepareciósorprendente.Estonosuponía,enmodoalguno,impasibilidadporsuparte,yaquedevezencuando,según advertí, sus ojos brillaban y los dedos de sumano sana se crispabansobre la sábana. Esto fue aún más notorio cuando le hablé del regreso delseñorCorbeckydelhallazgodelaslámparasenelarmario.Amedidaqueyolereferíaloocurridoélpronunciabaunaspocaspalabrasporlobajo,dirigidasa sí mismo, de manera inconsciente. El aspecto misterioso de todo aquelasunto, que tan en ascuas nos tenía a todos, parecía carecer de importanciaparaél.Cuando lecontéqueDawhabíadisparado, soltóun«¡Estúpido!»,ymiró hacia la vitrina que había resultado dañada. Al decirle lo mucho quesufríasuhijaacausadelestadoenqueélseencontraba,elamoryladevocióndequehabíadadopruebas, pareciómuyconmovido,y susurró:«¡Margaret!¡Margaret!».

En cuanto hube terminado mi narración, que interrumpí al referirme almomentoenquelaseñoritaTrelawnysalióadarunpaseo(mecuidémuybiende no nombrarla por su nombre de pila), mi interlocutor permaneció ensilencio por espacio de dos o tres minutos, aunque a mí me pareció unaeternidad.Alcabo,sevolvióhaciamíy,contonotaxativo,exigió:

—Ahora,háblemedeusted.

Noté que me sonrojaba. El señor Trelawny me miraba fijamente, conexpresiónescrutadora.Depronto,unalevesonrisasedibujóensuslabios,locual,apesardemiturbación,hizoquemesintieseunpocomásanimado.Sinduda,mehallabaendificultades,perodebidoamiprofesiónestabahabituadoaello.Lomiréalosojosycontesté:

—Mi nombre, como ya le he dicho, esMalcolmRoss; soy abogado delreinoyheobtenido,comotal,algunoséxitosdeimportancia.

—Sí,losé.Yahabíaoídohablarbiendeusted.¿CuándoydóndeconocióaMargaret?

—Nuestroprimerencuentrotuvolugarhacediezdías,enunbaileofrecidoenBelgraveSquare.Luego,ladyStrathconnellnosinvitóapasarundíaenelcampo.FuimosdeWindsoraCookham.Mar…laseñoritaTrelawnyibaenmipropia barca, ya que me gusta navegar. Conversamos largamente, porsupuesto…

—¡Por supuesto!—exclamó él con cierto tono irónico; sin embargo nocreoquetuvieselaintencióndeintimidarme.

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Comencéapensarque,puestoquemehallabaenpresenciadeunhombreextraordinariamente enérgico, debía mostrarme, en lo posible, firme decarácter.Misamigos,yenocasionesmisadversarios,aseguranqueyotambiénsoy una persona enérgica y decidida, y, dada la situación en que meencontraba,debíaecharmanodeestascaracterísticas.Demodopuesque,auncuandomispalabraspodíanafectarlafelicidaddeMargaret,proseguí:

—El lugar donde mantuvimos esa conversación y la soledad que nosrodeaba invitaban a las confidencias. Creí tener una vislumbre de su vidainterior. Al menos hasta donde le es posible a un hombre de mi edad yexperienciarespectodeunamuchachacomoella.

Aunquelaexpresióndesurostrosetornómásgrave,elseñorTrelawnynodijonada.Sibienlasconsecuenciasdemilíneadeargumentaciónpodíansernefastas,debíacontinuarconellayesforzarmeporhacerlolomejorposible.

—Me di cuenta—proseguí—de que era unamuchacha acostumbrada aestarsola.Lacomprendímuybien,puesenmijuventudyotambiénhabíasidounchico solitario.Tratédeanimarla aque se sinceraseconmigo,que fue loque,felizmente,ocurrió.Seestablecióentreambosunaespeciederelacióndeconfianza.—ElmodoenqueelseñorTrelawnymemiróhizoqueaclarasedeinmediato—:Nadaimpropiooincorrecto,desdeluego.Ellasólomedijo,delmodo impulsivo característico de alguien que desea dar rienda suelta apensamientosreprimidosdurantelargotiempo,queaspirabaavivirmáscercadesuamadopadre,aganarsesusimpatíaysufranqueza.¡Créame,señor,queésaeslanaturalezadesusdeseos!¡Cualquierpadrequerríaalgoasídepartede sus hijos! ¡Qué muestra tan conmovedora de lealtad filial! Tal vez sesinceróconmigodeaquelmodoporqueyoeraunextrañoynolaatabaamíningunaclasedecompromiso.

Hiceunapausa.Mecostabaproseguir,yporuninstantetemíhaberhechoun flaco favor a Margaret. La pregunta que a continuación hizo el señorTrelawnymetranquilizó:

—¿Yrespectoausted?

—Tieneustedunahijadulceyhermosa, señor.Es joven,y sumente tantransparentecomouncristal.Tambiénsimpáticayalegre.Nosoyunhombretanmayor, y no estoy comprometido afectivamente. Almenos hasta ahora,quetantolodeseo.

Bajé lamirada involuntariamente.Volví a levantarla al instante.El señorTrelawnyteníalosojosfijosenmí.Depronto,sonrió,metendióunamanoydijo:

—MalcolmRoss,siempreheoídohablarbiendeustedymehandichoqueesunhombredehonor.Mealegraquemihijacuenteconsuamistad.Ahora,

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porfavor,prosiga.

Me sentí enormemente feliz. El primer paso para ganarme el afecto delpadredeMargarethabíasidodadoconéxito.Sinpoderdisimularmialegría,añadí:

—Unacosaganamosconlosaños,yessaberobrarprudentemente.Eneseaspecto tengo mucha experiencia, pues me ha sido de gran utilidad en mitrabajo.Enestecasosejustificabaaúnmás,sicabe.LeaseguréalaseñoritaTrelawnyquepodíacontarconmigoyleroguéquemepermitieraayudarlaencuantaocasiónsepresentase.Meprometióqueasí loharía,aunqueentoncesyo no tenía la menor idea de que fuese a ocurrir tan pronto y en talescircunstancias.Perolociertoesqueaquellamismanochefueustedatacado,yensudesconsueloypreocupaciónlaseñoritaTrelawnymemandóabuscar.—Hiceunapausayagregué—:Encuantoencontrólacartaconlasinstruccionesque usted había dejado, le ofrecímis servicios, que, como usted bien sabe,aceptódeinmediato.

—¿Ycómohapasadoustedestosdías?

Aquellapreguntamesobresaltó;habíaenellaalgodeltonoylasmanerasdeMargaret, los mismos queme hacían vacilar en presencia de ésta, pero,sobreponiéndome,respondí.

—Estos días, señor, pese a la ansiedadquenos consumíay al dolor queembargabaalapobremuchacha,dequienamedidaquetranscurríanlashorasmesentíamásenamorado,fueronlosmásfelicesdemivida.

ElseñorTrelawnyguardósilencio,yalfin,mientrasyomearrepentíademiraptodeefusión,dijo:

—A su madre sin duda le habría gustado oír estas palabras; ¡habríansupuestounaalegríainmensaparaella!—Depronto,surostroseensombrecióalpreguntar—:Pero¿estáustedsegurodeeso?

—Conozcomissentimientos,oalmenosesocreo.

—No—replicó él—.Nome refiero a usted, sino al afecto deMargarethaciamí.Llevaunañoviviendoenestacasa,ysinembargolehahabladodesu soledad, de su… aflicción. Aunque confieso, con dolor, que era verdad,jamásheadvertido,entodoesetiempo,señalalgunadeafectofilialenella.

—Enesecaso, señor—contesté—,he tenidoelprivilegiodevermásenunospocosdíasqueustedentodalavidadesuhija.

Mispalabras,alparecer,lohicieronreaccionar,puescontonoalavezdesorpresaysatisfacción,dijo:

—Nomeloimaginaba.Estabasegurodequeyoleeraindiferente,yque

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asísevengabadelabandonoenquelatuvedurantesuinfanciayadolescencia.Supusequeteníauncorazónfrío…,ynosefiguraustedlofelizquemehaceel saber que la hija de mi esposa me quiere. —Apoyó la cabeza en laalmohada,sumidoenlosrecuerdosdelpasado.

¡Cuántohabíaamadoaquelhombreasumujer!Sinduda,leimpresionabamáselamordeMargaretencuantohijadesuesposa,queencuantohijadeél.Depronto,comencéaentenderlo todo.Comencéaentender lapasiónocultaen aquellas dos almas silenciosas, reservadas, y que, sin embargo, tanto seamaban.Demodopuesquenomeextrañóoírlomurmurar:

—¡Margaret,hijamía!Tierna,leal,valienteyfuertecomosumadre…—Hizounapausay,alcabo,exclamó—.¡Cuatrodías!¡Eldieciséis!Entalcaso,debemos de estar a veinte de julio.—Al ver que yo asentía con la cabeza,añadió—: Así que he permanecido en este estado de trance durante cuatrodías… No es la primera vez que me ocurre. Ya en otra ocasión paséinconsciente tres días enteros, si bien no lo sospeché siquiera hasta quemedijeron el tiempo transcurrido. Otro día le daré a usted más detalles alrespecto.

Aquella promesame hizo estremecer de satisfacción, ya que significabaqueelseñorTrelawnycomenzabaaconfiarenmí.Mientrastanto,volvióalarealidadydijo:

—Mejor será que me levante. Cuando entre mi hija, dígale que estoyrepuesto del todo, pues quiero evitarle cualquier sorpresa. También le pido,por favor, que le transmita al señor Corbeck mi deseo de verlo tan prontocomome sea posible.Además, quiero ver esas lámparas y oír cuanto tengaquedecirmeacercadeellas.

Suactitudconrespectoamímeinfundióunaalegríainmensa.Ycuandoyamedisponíaasalirdelahabitaciónparacumplirconsusdeseos,susurró:

—SeñorRoss…

Nomegustónadaelquemellamase«señor».Trasenterarsedelaamistadqueme unía a su hija, yo había sido para él, sencillamente,MalcolmRoss.Esta vuelta a la formalidad no sólo me apenaba sino que me llenaba deaprensión.Algosimilar,aunquedecarácteropuesto,meocurríaconMargaret.Ahora que estaba en peligro de perderla, no podía pensar en ella como«señoritaTrelawny».Yesosignificabaquenoestabadispuestoaperderla,pornadadelmundo.Mevolví, tenso,haciaelseñorTrelawny.Éste,queparecióadivinarmispensamientos,dijocontonorelajado:

—Siénteseporunminuto.Serámuchomejorquehablemosahora.Tantoustedcomoyosomoshombresexperimentados.Loquemehadichoacercademihijaesunanovedadparamí,yquieroestarsegurodelterrenoquepiso.No

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estoy haciendo ninguna objeción, pero como padre debo cumplir ciertosdeberes,quizápenosos.Ajuzgarporloquemehaexplicado,supongoquenotendrémás remedio que resignarme, e imagino que su intención es pedir lamanodemihija.

—Estoy firmemente decidido a ello —contesté—. Después de laconversaciónquemantuvimosenelríotuvelaintencióndebuscarlo,despuésdedejarpasaruntiempoprudencial,paracomunicarlemisdeseosalrespecto.Losacontecimientosmehanpermitidoconocerasuhijamuchomásrápidodelo que había esperado. Peromi intención original no decayó; antes bien, sehizomásintensapormomentos.

Memirófijamenteysuexpresiónpareciósuavizarse.Seguramenterecordólos sentimientos que había experimentado en su juventud. Tras una pausa,observócontonodefamiliaridad:

—Debo suponer, Malcolm Ross, que no ha hecho usted ningunainsinuaciónaMargaret.

—Porlomenos,nodepalabra,señor.

—¿Que no le ha dicho nada? —replicó con tono sarcástico—. Eso espeligroso.

Memeséloscabellosyexpliqué:

—Tenga usted en cuenta que, en vista de la situación, debía obrar conmuchaprudencia.Elrespetohaciasupadreasíloexigía.Además,ellaestabademasiado preocupada por su estado de salud, señor. ¡Le doy a usted mipalabradehonorque,hastaelmomento,suhijayyosólosomosamigos!

Unavezmástendióunamanohaciamí,queestrechécálidamente,ydijocontodasinceridad:

—Esomesatisface,MalcolmRoss.Y,desdeluego,supongoquehastaqueyo esté en condiciones de hablar conmi hija y démi consentimiento, no leharáningunadeclaración.—Hizounapausay,conexpresióngrave,añadió—:Sinembargo,el tiempoyloshechosmeobliganaactuarconrapidez.Hedededicar mi atención a algunos asuntos tan urgentes y extraños que no meatrevoaperderunahorasiquiera.De locontrario,nohabríahabladoconunnuevoamigocomousteddelaposibilidaddecasaramihijaydesufelicidadfutura.

La dignidad y la prudencia con que pronunció aquellas palabras meemocionaron.

—Leprometoquerespetarésusdeseos,señor—concluímientrasabríalapuertaymemarchaba.

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De inmediato fui en busca del señor Corbeck para comunicarle que suamigoyaestabacompletamente repuesto, locual lealegróhastaelpuntodequeempezóabailarcomounloco.Derepente,sinembargo,sedetuvoymepidióencarecidamentequeevitaramencionarelhallazgodelaslámparasolasvisitasalsepulcrorealizadasporélmismoyelseñorTrelawnyamenosqueéstehablaradelasunto.

—Como,sinduda,notardaráenhacer—agregódirigiéndomeunamiradasignificativa.

Aunque ignoraba elmotivo de aquel comentario, asentí; sabíamuy bienqueelseñorTrelawnyeraunhombremuypeculiar.Enningúncasomostrarsereticente constituye un error. La reticencia es una virtud que los hombresenérgicossiemprerespetan.

LaseñoraGrantrecibiólabuenanuevaemocionaday,echándoseallorar,fueaversipodíahaceralgoparaayudarasu«señor»,comosolíallamarlo.Laenfermera,porelcontrario,semostródesalentada,puesperdíaungrancliente.Pero no tardó en alegrarse de que el señor Trelawny hubiese recobrado lasaludyprometióacudiralladodeésteencuantoasílosolicitasen.Entretanto,sedispusoahacerlamaleta.

LlaméalsargentoDawalestudio,paraconversarasolas.Apesardequeeraunhombreacostumbradoacontrolarsusemociones,sesorprendióaloírlanoticia,y,trasreflexionarbrevemente,mepreguntó:

—¿Ycómohaexplicadoelprimerataque?Cuandotuvolugarelsegundo,yaestabainconsciente.

Hastaesemomento,ydesdequeestabaenaquellacasa,nuncasemehabíaocurridopensarenlanaturalezadeaquellasagresiones,salvoenlasocasionesenquereferíaaalguienloquelehabíasucedidoalseñorTrelawny.

—Nosemeocurriópreguntárselo—contesté.

—Éstaes larazóndequealgunoscasosnuncalleguenasolucionarse.Eldetectiveaficionadoquehayenustednuncaagotatodaslasposibilidades.Paralagentecorrientelascosasdeimportanciacomienzanamejorar,latensiónqueproduce la incertidumbre se diluye y pierden lo que tenían entremanos. Escomounaespeciedemareo—agregócontonofilosófico—;cuandocreenquehanalcanzado la costa, lamarea los llevade acápara allá.Pero, en fin,mealegrodequeestecasohayaterminadobien.SupongoqueelseñorTrelawnysabeloquehaceyqueahoraqueyaestárepuestoseocuparádesuspropiosasuntos.Sinembargo,esposiblequenohaganada.Ycomotodoindicaqueesperabaqueocurriesealgoyaunasíno solicitó laprotecciónde lapolicía,deduzcoquenodeseanuestraintromisión.Ymuchomenosquedetengamosalculpable.Imaginoqueoficialmentesediráquesehatratadodeunaccidente,

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deunaextrañaenfermedadodealgoparecido,paraacallar laconcienciadenuestrodepartamento.Pormiparte,leconfiesoaustedquemealegro,porqueestecasoempezabaa inquietarme.Paramigustoexistendemasiadospuntososcuros,ynohemosaveriguadolascausasdetantomisterio.Pormiparte,mereintegraréamiocupaciónhabitual.Aunasí,meinteresaríaestaralcorrientedetodoaquelloquearrojeluzsobreelcaso.Leagradeceré,señor,sialgúndíaseentera,quemehagasabercómofuesacadoelseñorTrelawnydesucama,enquécircunstanciasloarañóelgatoyquiénlohirióconelcuchillocuandosufrióelsegundoataque.NocreoqueelbuenodeSilviohayasidocapazdetodoeso.Pero,enfin,aunqueésteesuncasoquemeinteresamucho, tengootrosasuntosenqueocuparme.

CuandoMargaretregresódesupaseo,salíasuencuentroenelvestíbulo.Yo confiaba en que hubiese recobrado en parte su color, pero continuabapálidaytriste.Alverme,susojoscentellearon;memirófijamenteypreguntó:

—¿Tieneustednoticiasparamí?¿Estámejormipadre?

—Sí.Pero¿cómolohaadivinado?

—Lohevistoensurostro.Iréahoramismoasulado.

Echóacorrer,peroladetuve.

—Dijoqueyaenviaríaporustedencuantoestuviesevestido.

—¿Queenviaríapormí?—exclamóasombrada—.¿Significa esoqueharecobrado por completo el conocimiento? ¡Oh,Malcolm, no me imaginabaquelasnoticiasfuesentanbuenas!

Tomóasiento en la sillamás cercanaque encontróy se echó a llorar.Elque pronunciase mi nombre en aquel momento hizo que me sintieseemocionado.Ella lo advirtió y, al parecer, comprendió elmotivo.Yo estabaabsolutamente seguro de que la amaba, pero aunque confiaba en que ellatambiénestuvieseenamoradademí,aúnnohabíarecibidoningunapruebaalrespecto.Sinembargo,cuandoobservéquemepermitíacogerlelamanoyquedevolvía la presión de la mía, sonrojándose al posar sus maravillosos ojososcurosenlosmíos,yanotuvedudasdesussentimientos.

Nopronunciamosunasolapalabra;noeranecesario.Cogidosdelamano,como dos niños, subimos por las escaleras y nos detuvimos en el rellano,dondeaguardamoslallamadadelseñorTrelawny.

Susurrándolealoído,porqueentalescircunstanciasresultabamuchomásagradableque levantar lavoz, lecontécómohabíadespertadosupadrey loquehabíadicho,peronadamencionéde loquehabíamoshabladoacercadeella.

Depronto,sonóunacampanilla,yMargaretsellevóundedoaloslabios

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indicándomequecallara.Seencaminódeinmediatohacialahabitacióndesupadreyllamósuavementealapuerta.

—¡Adelante!—exclamóél.

—Soyyo,papá—dijoMargaret convoz temblorosa, transidade amoryesperanza.

Unospasosvigorososydecididosseacercaronalapuerta,y,cuandoéstaseabrió,miamadasearrojódeinmediatoalosbrazosdesupadre.

—¡Papá!—balbuceóella—.¡Queridopapá!

—¡MipequeñaMargaret!¡Hijamía!

—¡Oh,papá!¡Porfin,porfin!

Ambosentraronenlahabitaciónylapuertasecerró.

14

Lamarcadenacimiento

MientrasaguardabaaqueelseñorTrelawnymellamase,eltiempopareciótranscurrir muy lentamente. Después de los primeros instantes, en que laalegría de Margaret me llenó de felicidad, no pude evitar sentirme solo yaparte.Porunsegundo,elegoísmopropiode losenamoradosseapoderódemí. Pero pronto pasó; el que Margaret fuese feliz constituía un motivo dedichainmensa.Lasúltimaspalabrasquehabíapronunciadoantesdecerrarlapuertamedieronlaclavedelasituación.Aquellasdospersonas,aquelpadreyaquellahija,hacíamuypocoqueseconocían,yMargareterade laclasedepersonasquemaduranrápidamente.

Alprincipio,elorgulloyelvigordeambos,asícomolareticencia,queerasucorolario,habíasupuestounabarrera.Aunquese respetabanmutuamente,esaespeciededesencuentroacabóporconvertirseenunhábito,impidiéndolesexpresar el amor que sentían el uno por el otro. Pero ahora todo habíacambiado,yMargareteralamásfelizdelasmujeres.

Mientras me hallaba sumido en estos pensamientos, la puerta de lahabitaciónseabrióyelseñorTrelawny,delmodomáscordial,sibienconuntonodesolemnidadquemeimpresionó,dijo:

—Adelante,señorRoss.

Entréyélcerrónuevamentelapuerta.Tendiólamanoparacogerlamíayno la soltó hasta que me llevó donde estaba su hija. Margaret nos miraba

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alternativamente,y cuandoestuvemuycerca, el señorTrelawnyme soltóy,volviéndosehaciasuhija,observó:

—Silasituaciónescomoimagino,entrevosotrosnodebehabersecretos.Malcolm Ross ya sabe tantas cosas acerca de mis asuntos que, o bien semarcha en el acto de esta casa, o bien debe conocer todavía más. Ahora,Margaret,¿lemostrarástumuñecaalseñorRoss?

Ella dudópor un instante, pero finalmente accedió a hacerlo.Levantó lamano derecha para que el brazalete que ceñía su muñeca dejase ésta aldescubierto.Entoncessentíunescalofrío.

Enlamuñecaviunalínearojizaydesigualdelaqueparecíansurgirunasmanchasrojassemejantesagotasdesangre.

Margaret, de pie frente a mí, era la imagenmisma de la paciencia y elorgullo.Apesardetodaladulzura,apesardetodasudignidadydelomuchoquedebíadenegarseasímismaloqueyaconocía,apesardelresplandordesusojososcuros.Eraelorgulloquenacede la fe,de lapurezaqueningunamarcapuedemancillar.Elorgullo,endefinitiva,deunaverdaderareinadelaAntigüedad, cuando reinar significaba ser el primero, elmásgrande, elmásvalienteentreloshombres.Depronto,lavozdesupadreresonóenmisoídos.

—¿Quédiceustedahora?—preguntó.

No contesté con palabras. Tomé la mano derecha deMargaret entre lasmías,lalevantéparaqueelbrazaletedeoroenformadealasdejaravisiblelamarca,ydepositéunbesoenlamuñeca.Cuandolamiréalosojos,sinsoltarsumanoniporunsegundo,vi enéstosunaexpresiónde felicidad inmensa.Mevolvíentonceshaciasupadreyafirmé:

—Aquítieneustedmirespuesta.

Elceñodel señorTrelawnysesuavizó.Pusosumanosobre lasnuestras,queseguíanentrelazadas,seinclinóybesóladesuhija,ysólopronuncióunapalabra:

—Bien.

NosinterrumpióunallamadaalapuertayunavezqueelseñorTrelawnydijoaquienfueraqueentraseaparecióelseñorCorbeck.Alvernosreunidoshizo ademánde retirarse, pero su amigo lo cogiódel brazoy se lo impidió.Mientrasseestrechaban lamanoelpadredeMargaretpareció transformarseen otro hombre, como si hubiese recobrado la juventud y el entusiasmo deantaño.

—¡Demodoquehaconseguidolaslámparas!—exclamó,eufórico—.Esosignificaqueyoestabaenlocierto.Ahoraacompáñemealabiblioteca,dondepodremos charlar a solas, y me lo explicará todo. Mientras tanto, Ross,

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hágameelfavordeirenbuscadelallavequeestáenlacajadeseguridaddelbancoparaquepuedaexaminaresosobjetos.

Luego,lostressedirigieronhacialabiblioteca,mientrasyopartíarumboalbanco.

Cuando regresé con la llave, los encontré conversando todavía, aunqueahoraseleshabíaunidoeldoctorWinchester,quienllegópocodespuésdequeyome fuera.El señorTrelawny,enteradode loscuidadosdequehabía sidoobjetoporpartedeesteúltimo,asícomodesudisposiciónacolaborarenelcumplimientode losdeseosexpresadosen lacarta, le rogóquesequedaraaescuchar.

—Estoysegurodequeleinteresaráconocerelfinaldelahistoria—ledijo.

Cenamos temprano y, tras un rato de charla intrascendente, el señorTrelawnycomentó:

—Creo que será mejor que nos retiremos a descansar cuanto antes.Mañanatendremosmuchodequehablaryestanochedeseoreflexionar.

El doctorWinchester se marchó, seguido del señor Corbeck. En cuantohubieronsalido,elseñorTrelawnysevolvióhaciamí.

—Tambiéncreopreferiblequeestanochelapaseustedensucasa—dijo—.Deseoestarsoloconmihija,pueshedetratarconelladevariosasuntos.Mañanatalvezpuedacomunicárselos,Ross.

Comprendíperfectamentesussentimientos,perolossucesosdelosúltimosdíasaúnmeparecíanmuyextraños,porloque,algointranquilo,objeté:

—Pero¿noserápeligroso?Sisupierausted,comonosotros…

—No habrá ningún peligro,Malcolm—me interrumpióMargaret—. Yoestaréconmipadre.

Locogiódelbrazoenactitudprotectorayélañadió:

—Vengausted tan tempranocomodesee,Ross.Puede inclusodesayunarconnosotros.Despuésmantendremosunalargaconversación.

Salióde lahabitación,dejándonossolos.Me inclinéybesé lasmanosdeMargaret,queseacercóamí.Nuestroslabiosseunieronporprimeravez.

Aquellanocheapenassiconseguídormir.Lafelicidadylaansiedadmeloimpedían.AntesdelasnuevedelamañanaestabadenuevoencasadelseñorTrelawny.TodosmistemoresseesfumaroncomounanubealveraMargaret.Sonreíayelcolorhabíavueltoasusmejillas.Meexplicóquesupadrehabíadormidobienyqueprontosereuniríaconnosotros.

—Creo—mesusurróaloído—quepapáseretrasaadrede,paraquepueda

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recibirteasolas.

Después del desayuno, el señor Trelawny nos llevó al estudio y dijo alentrar:

—También he rogado aMargaret que viniese.—Unavez que estuvimossentados, añadió con tono grave—:Anoche le dije a usted que hablaríamoslargoytendido.Supongoquehabráimaginadoqueseríasobreustedymihija,¿noesasí?

—Enefecto.

—Pueshaacertado,queridomuchacho.Margaretyamehatransmitidosuspropiosdeseos.

Metendiólamano,queyoestreché,yluegobeséaMargaret,quesehabíaacercado amí.Con cierta excitación, aunque enmodo alguno nervioso,medispuseaescucharcuantoteníaquedecirme.

—Ya conoce usted bastantes detalles sobre mis expediciones paraconseguir esta momia y todos los objetos que le pertenecían. Imagino que,asimismo,habráadivinadogranpartedemisteorías.Ahoradeseoconsultarlosobreunpuntoenquemihijayyononosponemosdeacuerdo.Medispongoa llevaracabounexperimentoquecoronaráveinteañosde investigaciones,peligrosytrabajo.Graciasaél,podremosaveriguarcosasquedurantemuchossiglos han permanecido ocultas a los ojos de los hombres. No quiero queMargaret esté presente, porque tal vez haya que correr algún peligroconsiderable y desconocido. Yo he afrontado grandes peligros, y lo mismopuedodecirdelosvalientesestudiososconcuyaayudahetenidoelhonordecontar.Notemovolveraexponerme,pueslohagoenbeneficiodelaciencia,delahistoriaydelafilosofía;pero,encambio,meopongoaquemihijacorralosmismosriesgos.Suvidaesdemasiadopreciosa,ymásahora,quesehallaenelumbraldeunanuevafelicidad.Noquieroqueentreguesuvidacomoleocurrióasupobremadre…

Suvozsequebróporuninstante,yMargaretseacercóparadarleunbeso,yconsolarloconpalabrascariñosas.

—Recuerda, papá —le dijo—, que mi madre no consintió quepermaneciesesasuladocuandosupodetudeseodeemprenderaquelviajeaEgipto, aun cuando era sumamente peligroso por encontrarse aquel país enguerra.Túmismomeexplicastequetedejólibertadparairadondequisierasylapruebadequetemíaportiestáaquí.—Seseñalólamarcadenacimiento—.Yahora,yo,hijadetuesposa,hedeactuartalcomolohabríahechoella.—Sevolvióhaciamíyagregó—:Yasabesqueteamo,Malcolm,peroelamoresconfianzaydebesconfiarenmí,tantoenelpeligrocomoenlafelicidad.Túyyohemosdeestaralladodemipadreanteestepeligrodesconocido.Lostres

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saldremosconbiendeél,opereceremosjuntosenelintento.Ésteeselprimerdeseo que expreso al que se convertirá enmi esposo. ¿No crees que, comohija,estoyenlocierto?Dileamipadrecuálestudecisión.

Lacontempléymeparecióunareina.Meacerquéaellay,tomándoladelamano,manifestécontonoenérgico:

—SeñorTrelawny,enesteasuntoMargaretyyosomosunasolapersona.

Él tomó las manos de ambos en las suyas, las estrechó y, emocionado,exclamó:

—¡Asíescomohabríaobradosumadre!

El doctorWinchester y el señorCorbeck llegaron exactamente a la horafijadaysereunieronconnosotrosenlabiblioteca.Apesardelafelicidadqueme embargaba, comprendí que aquella reunión eramuy solemne.Yo nuncahabía sido testigo de acontecimientos tan extraños, y el misterio que losenvolvía se cernía como una nube sobre nosotros. Por la expresión degravedad demis compañeros, comprendí que un solo pensamiento ocupabasusmentes.

Instintivamente,nossentamosencírculo.ElseñorTrelawny,queocupabaelgransillónjuntoalaventana,teníaaladerechaaMargaretyalaizquierdaal señorCorbeck,acuyo ladoestabaeldoctorWinchester.Despuésdeunosinstantesdesilencio,elpadredemiamadadijoalseñorCorbeck:

—¿LohacomunicadotodoaldoctorWinchester,talcomoacordamos?

—Sí,señor.

—PuesyohepuestoalcorrienteaMargaret—dijoel señorTrelawny—,de modo que todos estamos enterados. —A continuación, dirigiéndose aldoctor, lepreguntó—:¿Deboentenderque, despuésde todo loqueya sabe,todavíadeseaparticiparenelexperimentoqueesperopoderrealizar?

—Enefecto.Yamehabíaofrecido, sin reservas,antesdequesupiesedequése trataba,demodoqueahorapornadadelmundoperderíaunaocasiónsemejante.Nosepreocupepormí,señorTrelawny.Soyhombredecienciaeinvestigador de fenómenos. No tengo parientes y soy libre de hacer lo quequiera,auncuandoellosupongaponermividaenpeligro.

ElseñorTrelawnyasintiógravementeconlacabezay,volviéndosehaciaelseñorCorbeck,ledijo:

—Hace yamuchos años,mi querido amigo, que conozco sus ideas y sumododepensar,porloquenonecesitopreguntárselo.EncuantoaMargaretyMalcolmRoss,mehancomunicadosusdeseossinlamenorsombradeduda.—Hizo una pausa, como si quisiera poner en orden sus pensamientos y

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procedióaexplicarsusideaseintenciones.Hablabapausadamente,comosilohicieraanteunaaudienciaqueignorabaporcompletolaverdaderanaturalezade aquel asunto—. El experimento que me propongo realizar consiste enaveriguar si en efecto existe alguna fuerza en la antigua magia. Lascondicionesenquenoshallamosnopuedensermásfavorables.Pormiparte,creo firmemente en la existencia de esa energía. En nuestra época seríaimposiblecrear,disponeruorganizaralgosemejante,peroestoyconvencidodequeen laAntigüedad tal fuerzaexistía,yquegozadeuna supervivenciaexcepcional.Enresumen,laBiblianoesunmito,yallíhemosleídoqueelSolsedetuvoporqueunhombreasíloordenóyqueunasnofuecapazdehablar.YsilahechiceradeEndorpudoconjurarparaSaúlelespíritudeSamuel,¿porquénopodríanexistirotraspersonasconigualesfacultadesyporquéalgunasdeellasnohabríanpodidosobrevivir?EnelLibrodeSamuelsediceque lahechiceradeEndoreraunaentremuchas,yque siSaúl fueaconsultarla sedebióameracasualidad.Élbuscaba,sencillamente,aunadelasmuchasquemandóexpulsardeIsrael«pormantenerrelacionesconbrujasyespíritus».Esareinaegipcia,Tera,quevivióhacecasidosmilañosantesdeSaúl,manteníarelacionesconlosespíritusyeraunabruja.Veanustedescómolossacerdotesdesuépoca,yotrosmuchosdespuésdeellos,intentaronborrarsunombredelafazdelatierralanzandounamaldiciónsobrelapuertadesutumbaparaquenadie pudiera descubrir su identidad. Y lo consiguieron de tal manera queinclusoManetho,elhistoriadordelosreyesegipcios,queescribíaenelsigloXantesdeJesucristo,contodalasabiduríadecuatromilañosasusespaldasylaposibilidaddeaccederacuantascrónicasexistían,fueincapazdedarconsunombre.¿Ynohanadivinadoustedes,alpensarenlosúltimossucesos,quiénoquéeraeseespírituquelossacerdotesdenominaban«familiar»?

—¡Elgato!—exclamóeldoctorWinchester—.Elgatomomificado.Yamelofiguraba.

—Exacto —corroboró el señor Trelawny con una sonrisa—. Hay todaclasede indiciosqueapuntanaqueelespíritu familiarde la reinahechiceraera ese gato, que fue momificado al mismo tiempo que ella. Y no sólo lometieron en la tumba de la reina, sino en su sarcófago. Ése fue el quememordiólamuñecaymearañóconsusafiladasgarras.

—Entalcaso,mipobreSilvionoesculpabledenada—intervinoMargaret—.Mealegromuchodesaberlo.

ElseñorTrelawnyacariciólamanodesuhijayprosiguió:

—Esamujereraextraordinariamenteprevisora.Alparecer,pudoverclaroatravésdeladebilidaddesupropiareligiónysepreparópararenacerenunmundo diferente. Todas sus aspiraciones tendían hacia el norte. Sus ojosdebierondesentirseatraídosdesdeelprimerinstanteporlassieteestrellasdel

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Carro. Tal vez, según rezaban los jeroglíficos de su tumba, porque en elinstantedesunacimientocayóungranaerolitodecuyointeriorseextrajolaJoyadelasSieteEstrellas,queellaconsiderabasutalismán.Alparecer,rigióde talmanera su destino que todos sus pensamientos y cuidados giraban entorno a ella. El Cofre Mágico heptagonal, tan maravillosamente tallado,tambiénprocedíadelaerolito.Sunúmeromágicoeraelsiete,locualnodebeextrañarnos.Teníasietededosenunamano,yotrostantosenunodelospies.Poseía ese talismán hecho con un rubí, en el cual había siete estrellas en lamismaposiciónque laconstelaciónqueregíasunacimientoy,además,cadaunadeesassietesestrellasteníasietepuntas,locualconstituyeunaverdaderamaravillageológica.Noesraroquesesintieraatraídaportalescoincidencias.Además, segúnvimosen laesteladel sepulcro,nacióenel séptimomesdelaño,aquelenquecomienzalainundacióndelNilo.LadiosaquepresidíaesemeseraHathor, ladivinidaddelacasadelosAntef,deladinastía tebana,yque, en sus varias formas, simboliza la belleza, el placer y la resurrección.También es este séptimo mes, que de acuerdo con la astronomía egipciaempezaba en nuestro veintiocho de octubre y terminaba el veintisiete denoviembre, la estrella más lejana del Carro aparece, en el séptimo día, porencimadelhorizontedeTebas.

»Por consiguiente, en la vida de esta mujer se dieron cita, de maneraprodigiosa,estascircunstanciasdiversas:elnúmerosiete;laEstrellaPolarconlaconstelacióndesieteestrellasyladiosadelmes,Hathor,queerasudeidadparticularyladesufamilia,losAntefdeladinastíatebana.Asimismo,eraelsímbolodelrey,ysussieteformaspresidíanelamor,losplaceresdelavidaylaresurrección.Entodoesohabíamuchabaseparalamagia.

»Tenganpresentetambiénqueestamujerteníavastosconocimientossobrelas ciencias de su tiempo.Supadre, prudente y sabio, se ocupódeque, pormediodelasabiduría,fuesecapazdehacerfrentealasintrigasdelosjerarcas.No olviden ustedes que la ciencia de la astronomía comenzó en el antiguoEgipto, donde alcanzó un desarrollo extraordinario, y que a ella la siguió laastrología.Esprobablequeel futurodesarrollode lacienciaen loquea losrayos lumínicos se refiere nos permita llegar a la conclusión de que laastrología posee base científica. Creo que estoy en condiciones de decirlesalgo al respecto. Piensen que los egipcios conocían ciencias que en laactualidad, y a pesar de nuestros adelantos, ignoramos por completo.Tomemos la acústica, por ejemplo; era una ciencia exacta conocida por losconstructoresdelostemplosdeKarnakyLuxor,asícomodelaPirámides,yaúnhoyconstituyeunmisterioparainvestigadorescomoBell,Kelvin,Edisony Marconi. Aquellos sabios milagrosos conocían también, con todaprobabilidad,lamaneradeutilizarotrasfuerzas,entreellaslasdelaluz,enlascualesnosotrosnisiquierasoñamos.Perodeesohablarémástarde.EseCofreMágicodelareinaTeratienemuchasymuyextrañaspropiedades.Esposible

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que contenga fuerzas que ni siquiera sospechamos.Abrirlo es imposible, demodoquecabesuponerqueestácerradopordentro.¿Cómo?Esuncofredepiedra sólida, de una dureza sorprendente, más parecido a una joya que almármolcorriente,yconuna tapa igualmentesólida;y,sinembargo,está tandelicadamente trabajado, que la herramienta de mayor precisión de laactualidad no podría insertarse por debajo de la tapa. ¿Cómo se consiguióhaceralgotanperfecto?¿Deacuerdoconquécriteriosseescogiólapiedraafin de que esos puntos translúcidos concuerden con la posición de las sieteestrellas de la constelación? Y, ¿cómo se explica que cuando estas sieteestrellas brillan surja un resplandor interior que se repite apenas ubico sietelámparaseléctricasencendidasen lamismaposiciónqueaquéllas?Bajootraclasede iluminación, no se advierte cambio alguno en el cofre, pormínimoque sea. Repito que esta caja encierra algúnmisterio de carácter científico.Descubriremosquelaluzloabrirádeunamanerauotra,bienimpresionandocierta sustancia sensible a sus efectos, bien liberando alguna fuerza mayor.Sóloconfíoenquenuestra ignorancianonoshagacometeruna torpezaqueecheaperderelmecanismo,privándonosasídelaposibilidaddeaprenderunalección extraordinaria, pues sería casi un milagro que consiguiéramosdilucidarladespuésdecincomilaños.

»Porotraparte,esposiblequeestecofreescondasecretosque,parabienoparamal,sirvanparaarrojar luzsobrenuestromundo.Por lascrónicasde laépoca, y también porque lo hemos deducido, sabemos que los egipciosestudiaronlaspropiedadesmágicasdelashierbasyminerales,esdecir,quesededicaban a la magia, tanto blanca como negra. Sabemos, asimismo, quealgunoshechicerosdelaAntigüedadpodíaninducirtodaclasedesueños,ynome cabe dudade que para ello utilizaban el hipnotismo, que era otra de lasciencias conocidas en las márgenes del Nilo. Su maestría en el uso de lasdrogaseramuysuperioralconocimientoquedeellassetieneenlaactualidad.Gracias a nuestra farmacopea podemos, en ciertamedida, inducir ensueños.Estamos incluso en condiciones de diferenciarlos entre buenos y malos,placenteros o perturbadores, y aun terroríficos. Pero los antiguos magosparecíancapacesdegobernaravoluntadcualquierformaocolordeensueño;sabíaninducircualquier ideayde lamaneraquefuese.Enestecofre,por loque hemos visto, tal vez exista un verdadero depósito de sueños. Quizásalgunasdelasfuerzasqueencierrayahayansidousadasenestacasa.

—Perosiensucaso,señorTrelawny,seemplearon,comoasegura,algunasde esas fuerzas—lo interrumpió el doctor Winchester—, ¿quién o qué laspusoen libertadenelmomentooportuno?CuandoustedyelseñorCorbeckvisitaron por segunda vez la tumba de la reina, cayeron en una especie deestado de trance que duró tres días. Y entonces, según me contó el señorCorbeck,elcofrenoseencontrabaallí,aunquesílamomia.Enamboscasosha obrado, estoy persuadido de ello, una inteligencia activa poseedora,

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probablemente,dealgunaotrafuerza.

—Sí, había una inteligencia activa —contestó el señor Trelawny—. Ydisponía de una fuerza que nunca falla. En las dos ocasiones se trató delhipnotismo.

—¿Ydónderesideesafuerza,esepoder?—inquirióeldoctorentonodeansiedad.

—En lamomia de la reina Tera—respondió el señor Trelawny—. Peropermítamequeseloaclare.Miideaesqueelcofrefuehechoparaunaocasiónespecial;comolofuerontodoslosobjetosquehallamosenlatumba.LareinaTeranosemolestóenprotegersedelasserpientesylosescorpionesenaquelsepulcroexcavadoen la rocao treintametrosdelsueloyquincede lacima,sino de las perturbaciones originadas pormanos humanas, de los celos y elodiodelossacerdotesque,conocedoresdesusverdaderosfines, trataríandefrustrarlos. Lo dispuso todo para la resurrección, cuando quiera que ésta seprodujese.Ajuzgarporlaspinturassimbólicasdelatumba,supuntodevistaeratandiferentedeldesuscontemporáneos,queesperabaunaresurreccióndelacarne.Eso,sinduda,legranjeóelodiodelossacerdotes,aquienesdiounaexcelente excusa para que intentasen borrar su nombre para siempre, pueshabíaultrajadosuscreenciasyasusdioses.Todocuantoellapodíanecesitarparalaresurrecciónestabaenaquelsepulcrohermético.Enelgransarcófago,dedimensionesmuchomayoresquelashabituales,estabasuespíritufamiliar,elgato,queporsutamañodebíadeseralgunaclasedeocelote,oparientedeéste. También en la tumba, y en un receptáculo seguro, se encontraban lasjarrasquesuelencontener lasvíscerasylosórganosinternosembalsamados,porseparado.Peroenestaocasiónestabanvacíos.Consideréqueenestecasoel proceso de embalsamamiento había sido modificado, y que los órganoshabían sido restituidos al cuerpo, eso en el supuesto de que se los hubieranextraído. Si esta conjetura era correcta, encontraríamos que el cerebro de lareinaobiennohabíasidoextirpado,almenosdelamaneracorriente,obienhabía sido debidamente repuesto. Finalmente, en el sarcófago hallamos elCofre Mágico, sobre el que descansaban los pies de la momia. Reparentambiénenelcuidadoconqueprotegíasufacultaddecontrolarloselementos.Deacuerdoconsucreencia,lamanoabiertafueradelosvendajesregíaelaireylaextrañajoyadepiedradelasbrillantesestrellas,elfuego.Elsimbolismoinscritoenlassuelasdesussandaliasleconferíaascendientesobreelaguaylatierra. Luego les hablaré de la piedra de la estrella, pero por el momentoprosigamosconelsarcófago.Observenelmodoenqueguardósusecretoporsi se daba el caso de que entrara algún intruso. Nadie podía abrir el CofreMágicoamenosquerecurriesealaslámparas,pues,comoahorasabemos,laluznormalnosurtíaningúnefecto.Lagrantapadelsarcófagotampocoestabaselladadelamanerahabitual,porquelareinadeseaba,comoyahedicho,regir

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el aire, pero ocultó las lámparas, que por su estructura pertenecen al CofreMágico, en un sitio donde nadie pudiese dar con ellas si no seguía laindicaciónsecreta,quesólopodíaninterpretarloseruditos.Yaunseprotegíade un posible hallazgo disponiendo las cosas de forma que el imprudentedescubridorencontraselamuerte.Paraesoaplicólaleccióndel«guardián»delapirámideconstruidapor suantecesorde laCuartaDinastía enel tronodeEgipto.

»Habrán advertido, imagino, que su sepulcro era, en varios aspectos,distinto de los corrientes. El pozo de la momia, por ejemplo, que por logeneralestállenodepiedras,permanecíaabierto.¿Porqué?Supongoqueparapodersalirdelatumbaunavezquehubieraresucitadobajounapersonalidadnueva y menos acostumbrada a las penalidades que había sufrido en suexistenciaanterior.Ajuzgarporsuintento,habíapensadoentodoaquelloquepudiese permitirle salir al mundo, pues incluso ubicó una cadena de hierrocercadelaentrada,conlafinalidaddedescenderporellahastaelsuelo.Estonosindicaquedebiódesuponerquetranscurriríabastantetiempo,porqueunacuerdaordinarianoresistiríaelpasodelosaños,eimaginóque,talvez,conelhierronoocurriríalomismo.

»Ignoramos cuáles eran sus intenciones una vez que volviese a pisar laTierra,ynuncalasconoceremos,amenos,claroestá,quesuslabiosrecuperenlavidayeldondelapalabra.

15

ElpropósitodelareinaTera

—Ahora —prosiguió el señor Trelawny—, hablemos de la Joya de lasSiete Estrellas. La reina la consideraba el mayor de sus tesoros, y en ellainscribiópalabrasquenadieensutiemposeatrevióapronunciar.

»En el antiguo Egipto se tenía la creencia de que ciertas palabras,utilizadasdelamaneraapropiada,ytanimportantecomoellasmismaseraelmodoenquesedecían,podíanhacerqueunomandasesobre losseñoresdelos mundos Superior e Inferior. El hekau, vocablo con que se designaba elpoderolafuerza,eradelamayorimportanciaenelritual.EnlaJoyadelasSiete Estrellas, que, como ya saben, está tallada en forma de escarabajo, eljeroglífico correspondiente a hekau aparece dos veces, una en la superficiesuperioryotraen la inferior.Pero locomprenderánmejor si lovencon suspropiosojos.Aguarden,porfavor,regresoenuninstante.

Dicho esto, se puso de pie y abandonó la estancia. De pronto,me sentí

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inquieto por él, peromi temor pasó cuandovolví lamirada haciaMargaret.Siemprequesupadrepodíacorrerpeligro,ellasemostrabaasustada,peroenestaocasiónselaveíacalmadayrelajada.Nodijenada,yesperé.

Alcabodedoso tresminutosel señorTrelawny regresó, trayendoen lamanounapequeñacajadorada.Tomóasientoy laubicódelantedeél,en lamesa.Laabrióytodosnosinclinamosparacontemplarla.

Sobre un fondo de satén blanco había un rubí tan maravilloso comoenorme,puessutamañoequivalíaaldeunauñadeMargaret.Estabatalladoenformadeescarabajo,conlasalasplegadasylasalasylasantenaspegadasaloscostados.Atravésdelagema,queeradecolorrojosangre,seveíansieteestrellasdeotrastantaspuntas,quereproducíandemaneraexactalafiguradelCarro.Nadiequeconocieraestaconstelaciónpodíadudardeello.Loexaminécon una lupa que el señor Trelawny sacó de su bolsillo, y observé unosjeroglíficostalladosconlamayorprecisión.

Cuandohubeexaminadolajoyadetenidamente,elseñorTrelawnylediolavuelta. El reverso era igualmente maravilloso, pues imitaba de maneraminuciosa la parte inferior de un escarabajo. También en él había algunosjeroglíficos,cuyosignificadoelpadredeMargaretprocedióaaclararnos.

—Como pueden ver, hay dos palabras: una arriba y otra debajo. Lossímbolosdelaprimerarepresentanunasolapalabra,compuestadeunasílabaalargada,consusdeterminativos.Todosustedessabenqueelegipcioeraunalengua fonética y que cada jeroglífico representaba un sonido. El primersímbolo,laazada,representabalapalabramer,ylasdoseclipsespuntiagudaslaprolongacióndelaerrefinal,Mer-r-r.Lafigurasedenteconlamanoabiertaes loque se llama la«determinativa»o«pensamiento»y el rollodelpapiroaludía a la abstracción. Así, obtenemos la palabra mer, amor, en todo susentidoabstracto,general.ÉsteeselhekauquepuederegirelmundoSuperior.

—¡Cuántaverdadencierra!—lointerrumpióMargaret—.¡Quéhábilfueelartesano!—Seruborizóybajólavista.

Supadreesbozóunasonrisayprosiguió:

—Elsímboloquehayenelreversoesmássencillo,aunqueelsignificadoresulta más abstruso. El primer símbolo significa men, «habitando», y elsegundoab,«el corazón».Deesemodo se expresa la ideade«habitandoelcorazón»,locual,ennuestroidioma,significapaciencia.ÉsteeselhekauquerigeelmundoInferior.

Cerrólacajadoradae,indicandoconunademánquenonosmoviéramos,fue a guardar la joya en la caja fuerte. Regresó, volvió a tomar asiento, yprosiguió:

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—Esa joya, con sus palabras de significado místico, que la reina Terasosteníaenlamano,estabadestinadaaser,probablemente,elfactorprincipaldesuresurrección.Asímeloindicóelinstintodesdeelprimermomento,porese motivo guardé la joya dentro de la caja fuerte, de donde ni siquiera elcuerpoastraldelareinaTerapodríasacarla.

—¿Elcuerpoastral?¿Quéeseso,padre?¿Quésignifica?

El interés con queMargaret formuló la preguntame sorprendió. Pero elseñorTrelawnyvolvióasonreír,mostrándose tan indulgentecomocualquierpadreenuncasosimilar,ycontonosolemnerespondió:

—Elconceptodecuerpoastral,queconstituyeunaparteimportantedelascreencias budistas y es plenamente aceptado por el misticismo moderno,floreció en el antiguo Egipto, al menos por lo que sé. Cualquier individuodotadode facultades extraordinarias, puede, con la rapidezdel pensamiento,trasladarsucuerpoadondequieramedianteladisolucióndesuspartículasysuposterior reencarnación. Según las antiguas creencias, el ser humano estabaconstituidoporvariaspartes,yustedesdebenconocerlasparacomprenderdequéestoyhablando.

»Enprimerlugar,elKa,odoble,quepuededefinirsecomo“individualidadabstracta de la personalidad” y que estaba imbuido de los atributos de unaexistenciaindependiente;teníalacapacidaddetrasladarsedeunlugaraotroyllegaralcieloyentablardiálogosconlosdioses.Luego,estabaelBa,oalma,que habitaba en el Ka y tenía la facultad de ser corpórea o incorpórea, avoluntad. Poseía, a la vez, sustancia y forma, y podía abandonar la tumba,visitar el cuerpo en ésta y reencarnarse. Además, existía el Khu, la“inteligenciaespiritual”,oespíritu.Y,porfin,losSekhemo“poderes”deunhombre,sufuerzavitalpersonificada.ÉstoseranelKhaibit,osombra;elRen,onombre;elKhat,ocuerpofísico,yelAb,ocorazón,enelqueseasentabalavida,todolocualconformabaunhombre.

»Ya ven ustedes, pues, que aceptando esta división de funcionesespirituales y materiales, etéreas y corpóreas, ideales y reales, existe laposibilidad de conseguir trasladar un cuerpo, siempre guiado por lainteligenciaolavoluntad.

Hizo una pausa y susurró los versos de Shelley, «el gran Zoroastroencontró su propia imagen caminando en el jardín», de su poemaPrometeodesencadenado.

—Shelley—añadió—fueelpoetaquemejorsupointerpretarlasantiguascreencias.—Guardó silencio por un instante, y agregó—:No deben olvidarustedes la figura de Osiris, que habitaba, en compañía de los muertos, elmundo Inferior. La idea de semejante deidad significa que es posible, por

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mediodedeterminadasfórmulasmágicas,transmitirelalmaylasvirtudesdecualquiercriaturavivienteaunafigurahechaasuimagenysemejanza.Estoessólounamuestradelpoderterribledelamagia.

»La existencia de estas creencias, y su corolario, me hace llegar a laconclusióndeque la reinaTera confiabaenpoder resucitar cuándo, cómoydóndeloconsideraseconveniente.Durantecuarentaocincuentasiglosyaceríaen su tumba, esperando. Esperando, con aquella “paciencia” capaz deimponersealosdesigniosdelosdiosesdelmundoInferior,aquellegaseaquel“amor”quemandaríasobreaquellosdelmundoSuperior.Ningunodenosotrossabíaquéhabríasoñadoentodoesetiempo,perosusueñosindudasehabíavisto roto cuando el explorador holandés entró en su tumba, violando susagradaintimidad.

»Elrobodequefueobjetolatumba,ytodoloquesiguió,nospruebanquecada parte de su cuerpo, aun separada de él, puede ser un punto central, onúcleo, para que las partículas de su cuerpo astral volvieran a reunirse. Lamanoqueseencuentraenmihabitaciónpodríaoriginartantolaaparicióndelareinaenformacarnalcomosurápidadisolución.

»Ahora estoy en un tris de coronar mi argumentación. El propósito delataquedequefuiobjetoeraabrirlacajafuerteyapoderarsedelagema.Ynodudo de que, en la oscuridad de la noche, esamanomomificada buscara amenudo el talismán sin poder sacarlo de su escondite. Como el rubí no esastral,sólopodíaserextraídodelamaneramáscorriente,estoes,abriendolapuerta de la caja.Con este fin, la reina se valió de su cuerpo astral y de lafiereza de su espíritu familiar para hacerse con la llave.Yo llevabamuchosaños sospechándolo, y esperaba, pacientemente, tener reunidos todos loselementos necesarios para abrir el Cofre Mágico y conseguir que la reinamomificadaresucitase.

—Padre, según las creencias egipcias, el poder de resurrección de unamomia,¿teníaalgúnlímite?Esdecir,¿podíaalcanzarlaresurrecciónmuchasvecesalolargodelossiglososólounavez,queeralaúltima?

—No existía más que una resurrección—contestó él—. Algunos creíanqueteníaqueserunaresurrecciónauténticadelcuerpoenelmundoreal.Pero,según la creencia común, el espíritu encontraba la felicidad en los CamposElíseos,dondeabundabanlosmanjaresyeraimposiblepasarhambre.Dondehabía agua y cañas de profundas raíces y todos los deleites con que puedesoñarelpueblodeunatierraáridadeclimaardiente.

Fue entonces cuandoMargaret habló con tono firme y revelador de suspensamientosmásíntimos.

—Entalcaso,mehasidodadocomprendercuálfueelsueñodeestagran

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señoradelaantigüedad,poseedoradepensamientostanavanzadosyespíritutanelevado;elsueñoquemantuvosualmaenpacienteesperadurante todosaquelloscentenaresdesiglos.Eraelsueñodeunamorposible,unamorqueellamismasecreíacapazdeconjurarapesardelasnuevascondicionesenqueseencontraría.Elamorqueeselsueñodecualquiermujerencualquierépoca,sea pagana o cristiana, de alto rango o plebeya, sin importarle cuán feliz openosahayasidosuvidaenotrossentidos.Losé,porquesoymujeryconozcoel corazón de las mujeres. ¡Sé cuál fue la carencia de alimentos o laabundancia de ellos; qué fueron los festines o el hambre para esta mujernacidaenunpalacio,conlasombradelacoronadelosDosEgiptossobresussienes! Sé qué significaban para ella, cuyas embarcaciones podían surcar elgranNilodesdelasmontañashastaelmar,lasmarismasconsuscarrizosoelclaro rumor del agua corriente. ¡Qué significaban las pequeñas alegrías y laausencia de pequeños temores para quien, como ella, con sólo levantar lamanopodíalanzarejércitosohacerllegarhastalospeldañosacuáticosdesuspalacioselcomerciodelmundo!¡Acuyavozselevantabantemplosllenosdetoda clase de antiguas bellezas artísticas que ella se complacía en restaurar!¡Bajocuyaguía lasólidarocaseabríaenunbostezo,mostrandoelsepulcroqueellamismahabíadiseñado!

»¡Claro, claro, alguien como ella tenía unos sueños más nobles! ¡Lossientoenmicorazón;losveoconmisojosdormidos!

Cuandohablaba,Margaretparecíahacerlobajoelinflujodelainspiración,yteníalamiradaperdida,fijaenunpuntomásalládelmundodelosmortales.Perodespués,aquellosprofundosojosse llenarondecontenidas lágrimasdeemoción. Su alma parecía hablar a través de su voz, mientras quienes laescuchábamosnosquedábamospetrificadosporelarrobamiento.

—Laveoenlasoledadyelsilenciodesupoderosoorgullo,soñandoconcosasmuydistintasdeaquellasquelarodean.Conotratierramuylejanabajoel dosel de la silenciosa noche, iluminada por la luz fría y hermosa de lasestrellas.Una tierra que se extendía bajo laEstrella Polar, donde una suavebrisa dulcificaba el ardiente aire del desierto. Una tierra muy lejana, delujurianteverdor,enlaquenohabíasacerdotesperversoseintolerantescuyaintención era alcanzar el poder a través de los sombríos templos y lasmássombríascuevasdelosmuertos,atravésdeuninterminableritualdemuerte.¡Una tierra donde el amor no era un sentimiento rastrero sino una divinaposesióndel alma!Una tierra en la que tal vez existiera algún almagemelaque pudiera hablarle con unos labios mortales como los suyos; donde susalmas y sus alientos pudieran unirse en cálida comunión. Conozco estesentimiento porque lo he compartido. Puedo hablar de él ahora, pues estadicha ha llegado a mi vida. ¡Puedo hablar pues me permite interpretar lossentimientos,losmásprofundosanhelosdelalmadeesadulceyencantadora

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reina tandistintadelambienteque la rodeaba, tanporencimadesu tiempo!Cuyanaturaleza, si pudiera expresarse conpalabras, sería capazdedominarlasfuerzasdelAverno,yelnombredecuyoanhelo,apesardeestargrabadoenunajoyailuminadaporlasestrellas,podríaimponerseatodoelpanteóndedioses.

»¡Yestoyseguradequecontaldelograrqueesesueñoseconvirtieraenrealidadnodudóenyacerensutumbadurantemilesdeaños!

Todos oímos en silencio la interpretación que Margaret daba a losdesigniosypropósitosdelareina.Laelevacióndesuspensamientosparecióelevarnos tambiénanosotrosmientras laescuchábamos.Lasnoblespalabrasquefluíanconmusicalcadenciaparecíansurgirdealgúngraninstrumentodefuerzaelemental.Hastaeltonodesuvoznosresultabadesconocido,porcuyomotivofuecomosiestuviéramosescuchandoaunnuevoyextrañoserdeunnuevo y extrañomundo.Una expresión de placer iluminaba el rostro de supadre.Ahoraséporqué.Comprendíalafelicidaddesuvidaalregresar,trassuprolongadapermanencia en elmundode los sueños, almundoque conocía.Haberencontradoensuhija,cuyanaturalezasóloahoraconocía,tantariquezade afectos, tanto esplendor de espiritual perspicacia, tan docta imaginación,tan…¡Elrestodesussentimientosloocupabalaesperanza!

Losdoshombresrestantesguardaronsilenciodemanerainconsciente.Unodeellosyahabíatenidosusueño;losdelotroaúnestabanporllegar.

Encuanto amí,me sentía sumidoenuna especiede éxtasis. ¿Quiéneraaquelsernuevoyradiantequehabíacobradovidaapartirdelastinieblasylabrumadenuestrostemores?¡Elamortieneunasposibilidadesdivinasparaelcorazón del amante! Las alas del alma pueden extenderse en cualquiermomentodesdeloshombrosdelseramado,quienadquiereentonceslaformade un ángel.Yo sabía que en la naturaleza deMargaret había posibilidadesdivinasdemuyvariadasclases.Cuando,bajolasombradelsauce,alaorilladelrío,habíacontempladosusbellosyprofundosojos,habíacreído,contodasmisfuerzas,enlasmúltiplesbellezasyexcelenciasdesunaturaleza.Peroesteespíritusublimeycomprensivohabíasidounaauténticarevelación.Mesentíatan orgulloso como su padre; ¡mi dicha y mi embeleso eran totales ysupremos!

Cuando todos hubimos reaccionado, cada uno a su manera, el señorTrelawny, sosteniendo lamanode suhija en la suya, siguióadelante con suplática:

—Ahora vamos a la cuestión del momento en que la reina Tera teníaintenciónderesucitar.Estamosencontactoconalgunosde losmáselevadoscálculos astronómicos relacionados con la verdadera orientación. Tal comoustedessaben,losastrosmodificansusposicionesrelativasenelfirmamento,

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pero,apesardequelasverdaderasdistanciasquerecorrensuperancualquiercomprensiónnormal,losefectos,talycomonosotroslosvemos,resultanmuypequeños.Aunasí, sonsusceptiblesdemedición,noporaños,porsupuesto,sino por siglos. Por este medio sir John Herschel llegó a la fecha de laconstruccióndelaGranPirámide…unafechaestablecidaatravésdelcálculodeltiemponecesarioparaquelaestrelladelverdaderonortepasedeDraconisa la Estrella Polar, y confirmada desde entonces por posterioresdescubrimientos.Delodichosededuce,sinelmenorasomodeduda,quelaastronomía era una ciencia exacta para los egipcios, por lomenosmil añosantes de la época de la reina Tera. Ahora bien, los astros que forman unaconstelacióncambianalolargodel tiemposusposicionesrelativas,ylaOsaMayorconstituyeunnotableejemplodeello.Elcambiodelaposicióndelasestrellasestanpequeño,inclusoalolargodecuarentasiglos,queunojoquenoestéacostumbradoalasobservacionesmásdetalladasapenaslodistingue,pero se puede medir y comprobar. ¿Alguno de ustedes ha observado concuánta precisión las estrellas del rubí corresponden a la posición de lasestrellasde laOsaMayor,yque lomismoocurrecon laszonas translúcidasdelCofreMágico?

Todosasentimosconlacabeza.

—Tienen mucha razón—prosiguió él—. Coinciden exactamente. Y, sinembargo,cuandolareinaTerafuedepositadaensutumba,nilasestrellasdelaalhaja ni las zonas translúcidas del cofre correspondían a la posición de lasestrellasdelaconstelacióntalcomoestabanentonces.

Nosmiramoslosunosalosotrosmientrasélhacíaunapausa;unanuevaluz parecía iluminar los hechos. Con tono de misterio en la voz, el señorTrelawnyañadió:

—¿Comprendenustedeselsignificadodetodoeso?¿Acasonoarrojaunaluz sobre el propósito de la reina? Ella, que se guiaba por los augurios, lamagiay lasuperstición,eligiócon todanaturalidadparasu resurrecciónunaépocaqueparecíasugeridaporlosmismísimosAltosDioses,loscualeshabíanenviadosumensajea travésdeun rayoprocedentedeotrosmundos.Puestoquesemejantemomentohabíasidoelegidoporlasabiduríaceleste,¿noseríaunasupremamuestradesabiduríahumanaservirnosdeél?Y,deestemodo—aquísuvozsehizomássonorayvibróacausadelaintensidaddelaemoción—…anosotrosyanuestraépocasenoshadadolaoportunidaddecontemplarel prodigio del mundo antiguo, cosa de la que ninguno de nuestroscontemporáneoshatenidoelprivilegiodedisfrutaryquetalvezjamásvuelveaocurrir.

»Desdeelprincipiohastaelfinal,lasinscripcionescrípticasylossímbolosdelaprodigiosatumbadeestaprodigiosamujeremitenunaluzquenosguía;

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y laclavede losmúltiplesmisterios resideenestamaravillosa joyaqueellasostenía en su manomuerta sobre el corazónmuerto que un día, confiaba,volveríaalatirenunmundonuevoymásnoble.

»Ahora sólo nos resta considerar los cabos sueltos. Margaret nos haofrecidolavisiónauténticadelossentimientosqueanimabanalaotrareina.—Miró con cariño a suhijay le acarició lamanomientrasdecía—:Pormiparte,esperosinceramentequetengarazón,puesentalcasoestoysegurodeque todos tendremos la dicha de ser testigos del feliz cumplimiento de unaesperanza. Pero no debemos precipitarnos ni creer demasiado en nuestroactualestadodeconocimiento.Lavozqueescuchamosprocededeunaépocaextrañamentedistintadelanuestra;unaépocaenquelavidahumanacontabamuypocoyenlacuallamoralidadimperantenocondenabalaeliminacióndelosobstáculosquepudieraninterponerseenelcaminodelosdeseos.Tenemosque mantener la atención fija en el aspecto científico y esperar losacontecimientosdeíndolepsíquicaquepuedanproducirse.

»En cuanto a esta caja de piedra que llamamos el CofreMágico, estoyconvencido, tal comoyahedicho,deque sólo se abreobedeciendoa algúnfenómeno lumínico o a la utilización de alguna fuerza que por elmomentodesconocemos. Aquí se abre un vasto campo para las conjeturas y lasexperiencias,yaquehastaahoraloscientíficosnohanconseguidodiferenciarpor completo las variedades, las propiedades y los grados de la luz. Sinnecesidaddeanalizarlosdistintosrayos,creoquepodemosdarporsentadalaexistencia de diversas cualidades y propiedades de la luz; y este inmensocampodelainvestigacióncientíficaesprácticamenteunterritoriovirgen.Loqueactualmente sabemosacercade las fuerzasnaturaleses tanpocoquenotenemos por qué imponer límite alguno a la imaginación en lo que a lasposibilidades del futuro se refiere. En cuestión de muy pocos años hemoshechounosdescubrimientosquehaceapenasdossigloshabríanenviadoalahoguera a sus descubridores. La licuefacción del oxígeno; la existencia delradio,delhelio,delpolonio,delargón;lasdistintaspropiedadesdelosrayosX, catódicos yBecquerel.Y, de lamisma formaque es posible que al finallogremos demostrar la existencia de distintas clases y cualidades de la luz,tambiénloesquedescubramosquelacombustióntienecaracterísticaspropiasydiferenciales,quealgunasclasesdellamasposeencualidadesinexistentesenotras.Cabe laposibilidaddequealgunasde lascondicionesesencialesde lasustancia sean continuas, incluso en lo que a la destrucción de sus basesrespecta.Anocheestabapensandoenelloymedecíaque,delamismamaneraquealgunosaceitesposeenunascaracterísticasdelasqueotroscarecen,puedeque haya ciertas cualidades o capacidades similares o equivalentes en lascombinacionesdecadaunodeellos.Supongoquetodoshemosobservado,enalgúnmomento,quelaluzdelaceitedecolzanoesexactamenteigualqueladeldeparafinaoquelasllamasdelgasdecarbónodelaceitedeballenason

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distintas. ¡Así lo han comprobado en los faros! De repente se me ocurriópensar que quizás el aceite que se encontró en las jarras cuando se abrió latumbadelareinaTeraposeíaalgunavirtudespecial.Éstenosehabíautilizadopara conservar los intestinos según la costumbre, lo cual significa quedebieron de ponerlo allí con otro propósito. Recordé que en su relato VanHuynhacíamenciónalaformaenquesesellabanlasjarras.Sehacíaconunadelicadezanoexentadeeficacia,paraquepudieranabrirse sinnecesidaddeutilizarlafuerza.Lasjarrasseguardabanasuvezenunsarcófagoque,apesardesusolidezydeestarherméticamentecerrado,podíaabrirseconfacilidad.Porconsiguiente,fuiaexaminarlasjarrasdeinmediato.Quedabatodavíaunpocodeaceite,perocomolas jarras llevabanabiertasdossiglosymedio,sehabía condensado mucho. Sin embargo, no estaba rancio, y, al examinarlo,descubrí que era de cedro y que aún despedía en parte su aroma original.Pensé que debía de utilizarse para llenar las lámparas. Quienquiera quehubierapuestoelaceiteenlasjarrasyéstasenelsarcófago,sabíaque,eneltranscurso del tiempo, podría producirse una merma, incluso en unosrecipientesdealabastro,ynoescatimólacantidad;hastaelpuntodequeconel contenido de cada una de las jarras se habría podido llenar las lámparasmediadocenadeveces.Porlotanto,conunapartedelaceitequequedabahiceunos experimentos que quizá nos ofrezcan unos resultados de gran utilidad.Usted sabe, doctor, que el aceite de cedro, ampliamente utilizado por losegipcios en la preparación y los ceremoniales de losmuertos, posee ciertaspropiedadesrefractariasdelasqueotrosaceitescarecen.Porejemplo,nosotrosloutilizamosenlaslentesdenuestrosmicroscopiosparaaumentarlaclaridaddelavisión.Anochepuseunpocoenunadelaslámparasylacoloquécercade una de las partes translúcidas del Cofre Mágico. El efecto fueimpresionante;elresplandordelaluzfuemásintensoyconcentradodeloqueyo hubiera imaginado, mientas que una luz eléctrica colocada en el mismolugarapenassenotó.Teníalaintencióndehacerlamismapruebaconlassietelámparasrestantes,perosemeacabóelaceite.Sinembargo,esosearreglaráenseguida.Hepedidoquemeenvíanmásaceitedecedroymuyprontoesperodisponerdeabundantesprovisiones.Encualquiercaso,ycon independenciadeloquepuedaocurrirporotrasrazones,nuestroexperimentonofallaráporestemotivo.¡Yaveremos!¡Yaveremos!

Estaba claro que el doctor Winchester había seguido atentamente elprocesológicodelamentedelseñorTrelawny,puessucomentariofue:

—Espero que, cuando se consiga abrir la caja mediante la luz, no seestropeeodestruyaelmecanismo.

Sustemoresaesterespectoprovocaronunaciertainquietudenalgunosdenosotros.

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Poderesantiguosynuevos

El tiempo fue pasando prodigiosamente despacio en algunos aspectos ysorprendentementerápidoenotros.Ahora,queestabasegurodequemiamoralfinhabíaregresado,deseabateneraMargaretparamísolo.Peroaqueldíanoestabadestinadoal amorni a las relacionesamorosas.La sombradeunatemerosaexpectaciónsecerníasobreél.Cuantomáspensabaenelinminenteexperimento, tantomásextraño semeantojaba todo;y tantomás insensatosmeparecíanlosquedeliberadamenteíbamosaparticiparenél.¡Todoeratanextraordinario,tanmisteriosoeinnecesario!Lascuestioneserantanampliasyelpeligrotanextrañoydesconocido.

Aunque el experimento tuviera éxito, ¿qué nuevas dificultades se nosplantearían?¿Quécambiospodríanproducirse?¿Sabían loshombresque laspuertasdelacasadelaMuertenoestabanenrealidadeternamentecerradasyquelosmuertospodíansalirdenuevo?¿Nospercatábamosdeverasdeloquesignificabaelhechodequenosotroslosmortalesmodernosnosenfrentáramoscon los dioses antiguos, cuyos misteriosos poderes habían surgido de lasfuerzasnaturalesohabíannacidodeellosmismoscuandoelmundoerajoven;cuando la tierray el agua estaban formándose apartir del barroprimigenio;cuando el mismísimo aire aún estaba purificándose de las impurezaselementales; cuando los «dragones de la alborada» cambiaban sus formas ysuscaracterísticas,hechas tansólopara lucharcontra las fuerzasgeológicas,para crecer de acuerdo con la nueva vida vegetal que estaba surgiendoalrededordeellos;cuandolosanimaleseinclusoelhombreyelanticipodelhombreeranunosentes tannaturalescomolosmovimientosplanetariosoelresplandor de las estrellas? ¡Ay, ymás atrás todavía, cuando elEspíritu quemorabasobrelasuperficiedelasaguasaúnnohabíapronunciadolaspalabrasquedaríanlugaralaexistenciadelaLuzydelaVidaquelasiguió!

No,másalládetodoesohabíaunaconjeturaaúnmásabrumadora.Todalaposibilidaddequeelexperimentoquenoshabíamoscomprometidoallevaracabo estuviera basado en la realidadde la existencia de las antiguas fuerzasque, alparecer, estabanentrandoencontacto con lanuevacivilización.Quehabía,y siguehabiendo, semejantes fuerzascósmicas,nopodíamosdudarlo,comotampocopodíamosdudarquedetrásdeellasexistía,ysigueexistiendo,una inteligencia superior. ¿Habían estado aquellas fuerzas elementales yprimigeniascontroladasenalgúnmomentoporalgomásque laCausaFinalqueelcristianismoconsideralaesenciamismadesuser?

En caso de ser ciertas las creencias del Antiguo Egipto, sus dioses

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forzosamenteteníanqueposeerunaexistencia,unpoderyunafuerzareales.Ladivinidadnoesunacualidadsujetaalosmalesdelosmortales;puestoqueensuesenciaescreadorayrecreadora,nopuedemorir.Creerlocontrarioseopondríaalarazón,puessupondríaqueunaparteesmásgrandequeeltodo.Por consiguiente, si los antiguos dioses poseían verdadera fuerza, ¿dónderesidíalasupremacíadelnuevo?Naturalmente,silosantiguosdioseshubieranperdido su poder, o si jamás lo hubieran tenido, el experimento no daríaresultado. Pero si lo diera, o si hubiera alguna posibilidad de ello, nosencontraríamos cara a cara con una deducción tan abrumadora quedifícilmente nos atreveríamos a llevarlo hasta sus últimas consecuencias. Yéstas consistirían en que la lucha entre la vida y lamuerte ya no sería unacuestión terrenal; y en que la guerra de las fuerzas supraelementales sedesplazaríadesdeelmundotangibledeloshechosalaRegiónIntermediaenla que moran los dioses, dondequiera que se encontrara. Pero ¿existíasemejanteregión?¿QuéeraloquehabíavistoMiltonconsusojosciegosenlos rayos de la poética luz que se derramaba entre su propia persona y elCielo? ¿De dónde procedía aquella espléndida visión del Evangelista quedesde hace dieciocho siglos mantiene hechizada la inteligencia delcristianismo?¿Habíaespacioeneluniversoparadiosescontrarios?O,encasodequeéstosexistieran,¿permitiríaelmáspoderosodeellosqueseprodujeranmanifestaciones de poder por parte de la fuerza contraria, la cual tendería adebilitarsuspropiasenseñanzasysusdesignios?Nocabíadudadequesitalessuposiciones fueran ciertas se produciría una situación extraña y terrible—algoinesperadoeimprevisible—antesdequesellegaraalfinal…

El tema era demasiado amplio y, dadas las circunstancias, daba pie aextrañas suposiciones. ¡No me atrevía a ahondar en él! Decidí esperarpacientementeaquellegaraelmomento.

Margaretsemantuvodivinamenteserena.Creoquelaenvidiabasindejarporellodeadmirarlayamarla.

El señorTrelawny estaba tan inquieto y nervioso como sus compañeros.Ensucaso,elnerviosismosemanifestabaatravésdelmovimientocorporalymental. Semostraba inquieto, iba de un lado a otro con razón o sin ella, eincluso sin ningúnpretexto, y cambiaba continuamente de tema.Unay otravez dejaba entrever algún retazo de la dolorosa angustia que lo dominaba,tratando visiblemente de descubrir en mí un estado semejante al suyo. Noparabadeexplicarcosas.Yensusexplicacionesyoadvertíaqueensumenteseagitabantodoslosfenómenos,todaslasposiblescausasytodoslosposiblesresultados.Unavez,enmediodeunadoctadisertaciónacercadeldesarrollode la astrología egipcia, pasó aun temadistinto, omásbien aun aspectoocorolariodelmismo.

—¡Noveoporquérazónlaluzestelarnopodríaposeerunacualidadtan

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propia como sutil! Sabemos que otras clases de luz tienen propiedadesespeciales.ElrayoXnoeselúnicodescubrimientoquesepuedehacerenelcampodelolumínico.LaluzdelSolposeeunaspropiedadesdelasqueotraslucesestándesprovistas.Calientaelvino,aceleraeldesarrollodeloshongos.AmenudoloshombressufrenelinflujodelaLuna.¿Porquérazónnopodríahaberunafuerzamássutil,aunquemenosactivaypoderosa,enlaluzdelosastros?La luzqueatravesara la inmensidaddelespacio tendríaquesermuypura,ypuedeque tuviera lasmismaspropiedadesque talvezposeauna luzdiáfanaysosegada.Quizánoestá lejoselmomentoenque laastrologíaseaaceptada sobre una base científica. En el florecimiento del arte se aplicaránmuchasexperienciasdesconocidashastaahora;muchasdelasnuevasfasesdela antigua sabiduría emergerán a la luz de los nuevos descubrimientos yconstituiránlabasedenuevosrazonamientos.Cabelaposibilidaddequeloshombres descubran que lo que parecían deducciones empíricas son, enrealidad, el resultado de una inteligencia más elevada y de una sabiduríasuperioralanuestra.

»Yasabemosqueelmundovivienteestá llenodemicrobioscondistintaspropiedadesymediosdeactuacióntotalmenteantagónicos.Aúnnosabemossipuedenpermanecerenestadolatentehastaqueunrayodeunaluztodavíanoidentificada acelere su despertar hasta convertirlos en una fuerzaindependiente y original. Por el momento, ignoramos cómo se crea o seconjura la chispa activa de la vida. No conocemos los métodos de laconcepción ni las leyes que gobiernan el desarrollo molecular o fetal y lasinfluencias finales que intervienen en el parto.Año a año, día a día, hora ahoraseguimosaprendiendo,peroelfinalestálejos,muylejos.Meparecequeenestemomentonosencontramosenunafasedeldesarrollointelectualenlaqueseestáinventandolatoscamaquinariaqueharáposibleeldescubrimiento.Más adelante, dispondremos de unos principios elementales capaces deayudarnosadesarrollarlosequiposnecesariosparaelverdaderoestudiodelainterioridad de las cosas. Entonces, puede que lleguemos a perfeccionar losmediosquenospermitanalcanzarelfinquelosestudiososdelAntiguoEgiptoalcanzaronenlostiemposenqueMatusalénestabacomenzandoapresumirdelacantidaddeañosquetenía,oenquequizálosbisnietosdeAdánempezabana considerar al anciano eso que nuestros amigos del otro lado delAtlánticollamanun“vejestorio”,unaantigualla.

»Esposible,porejemplo,quelaspersonasqueinventaronlaastronomíanousaranenúltimoextremounos instrumentosdeextraordinariaprecisión;quelaópticaaplicadanofuerauncultodealgunosespecialistasdeloscolegiosdelsacerdocio tebano. Los egipcios eran, esencialmente, unos especialistas. Esciertoque,por loquepodemos juzgar, susestudiosse limitabana los temasrelacionadosconsuspropósitosdegobiernoenlatierramedianteeldominiodetodoloquetuvieraqueverconlavidaqueloseguiría.Pero¿puedealguien

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imaginarquevaliéndosesencillamentedelosojos,sinlaayudadeunaslentesde prodigiosa precisión, la astronomía lograra alcanzar los conocimientosnecesariosparaquelaverdaderaorientacióndelostemplos,delaspirámidesydelastumbaspudieraseguiralolargodecuatromilañoslosdesplazamientosde los sistemas planetarios en el espacio? Si hace falta un ejemplo de losconocimientos que tenían acerca del microscopio, permítanme hacer unaconjetura. ¿Cómo es posible que en sus escritos jeroglíficos tomaran comosímbolooadjetivodeterminativodela“carne”laformaexactaquelacienciade hoy en día, gracias a las revelaciones de un microscopio de miles deaumentos,atribuyealprotoplasma…esaunidaddeorganismosvivosqueseconocen con el nombre específico de “flagelados”? Si pudieron hacer unanálisis de este tipo, ¿por qué no imaginar que llegaron más lejos? En lamaravillosa atmósfera en que vivían, donde la ardiente y clara luz del solconvivía perpetuamente con el día, donde la sequedad de la tierra y el aireofrecía una refracción perfecta, ¿por qué no podrían haber aprendido lossecretos de la luz que a nosotros se nos ocultan en la densidad de nuestrasbrumas norteñas? ¿Acaso no cabe la posibilidad de que aprendieran aalmacenar la luz de la misma manera que nosotros hemos aprendido aalmacenarlaelectricidad?Másaún,¿noseríaposiblequelohubieranhecho?Necesariamente tuvieronquedisponerde alguna formade luz artificial parapoderconstruiryadornaraquellasenormescuevasexcavadasenlasólidarocaque fueron los grandes cementerios de sus muertos. Algunas de aquellascuevas, con sus laberínticos, tortuosos e interminables pasadizos y cámaras,todosellosesculpidos,grabadosypintadoscontalcomplejidaddedetallesqueanteelloselespectadornopuedepormenosdequedarperplejo,debierondetardarmuchísimosañosenterminarse.Y,sinembargo,noseobservaenelloslamenorseñaldehumocomolasquehubieranpodidoproducirlaslámparasolas antorchas. Si damos por sentado que sabían almacenar la luz, ¿no esposiblequehubieranaprendidoacomprenderyseparar loselementosquelacomponen?Ysiaquelloshombresantiguosllegaronaesteextremo,¿porquéno podríamos nosotros alcanzarlo al llegar la plenitud de los tiempos? ¡Loveremos!¡Loveremos!

»Hay,además,otracuestiónsobrelacuallosrecientesdescubrimientosdela ciencia han arrojado una nueva luz. Por el momento no es más que unresplandor,perobastaparailuminarlasprobabilidades,másquelasrealidadesolassimplesposibilidades.LosdescubrimientosdelosCurieyLaborde,desirWilliam Crookes y Becquerel podrían llegar a tener resultados de largoalcanceenlasinvestigacionesrelacionadasconelmundoegipcio.

»Esposiblequeestenuevometal,elradio(o,mejordicho,esteviejometalcuyo conocimiento es una novedad para nosotros) fuese conocido por losantiguos. Esmás, puede que hacemiles de años se utilizara en unamedidamuysuperioralaquenospareceposiblehoyendía.Aúnnosehadichoque

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Egipto sea un lugar en el que puede encontrarse la pecblenda, el únicomineral,porloquehastaahorasesabe,quecontieneradio.Y,sinembargo,esmásqueprobablequehayaradioenEgipto.Estepaísposee,posiblemente,lasmasasdegranitomásgrandesdelmundo;y lapecblendaseencuentracomovetaenlasrocasgraníticas.Enningúnlugarymomentosehaextraídogranitoen tan grandes proporciones como enEgipto durante las primeras dinastías.¿Quiénestáencondicionesdeasegurarquenosedescubrierangrandesvetasdepecblendaenel transcursodelosgigantescostrabajosdelabrarcolumnaspara los templos o grandes piedras para las pirámides? Puede que aquellosantiguoscanterosdeAswan,Turra,MokattamoElefantinadescubrieranvetasde pecblenda de una riqueza desconocida en nuestras recientes minas deCornualles,Bohemia,Sajonia,Hungría,TurquíaoColorado.

»Pero también es posible que aquí y allá aquellas enormes canteras degranito revelaran laexistenciano sólodevetas sinodeauténticosbloquesoyacimientosdepecblenda.Entalcaso,elpoderquetuvieronasudisposiciónaquellos que sabían cómo utilizarla debió de ser inmenso. En Egipto, laerudiciónestabareservadaalosmiembrosdelclero,yensusgrandesescuelasdebíadehaberhombresdevastísimosconocimientos,hombresquedebíandesaberutilizar lasfuerzasasombrosasqueteníanensusmanosnosóloconelmayorprovechosinotambiénenelsentidoqueellosdeseaban.

»Y,sihabíaysiguehabiendopecblendaenEgipto,¿nocreenustedesquebuenapartedeelladebiódeliberarseatravésdelgradualdesgastedelasrocasgraníticas?El pasodel tiempoy las inclemenciasmeteorológicas conviertentodaslasrocasenpolvo;lasmismasarenasdeldesierto,quealolargodelossiglos han enterrado en esta tierra algunos de losmás grandesmonumentoscreados por el hombre, constituyen la prueba visible de este hecho. Porconsiguiente, si el radioesdivisibleenunaspartículas tanminúsculascomoafirman los científicos, está claro que, con el tiempo, también debió deliberarsedesuprisióngraníticayejercersuefectoenelaire.

»Podríaaventurarse,incluso,lahipótesisdequelaeleccióndelescarabajocomosímbolodelavidasehizoconunabaseempírica.¿Ysiloscoprófagostuvieranlacapacidadoelinstintodeapoderarsedelasminúsculaspartículasde este radio capaz de dar calor y luz, y tal vez vida, ymezclarlas con susóvulos en aquellas bolas de materia que tan asiduamente amasan y de lascualesprocedesuprimitivonombredepilulariae?Enlosmilesdemillonesdetoneladas de la inmensidad del desierto tiene que haber sin duda ciertaproporcióndecadaunadelastierras,rocasymetalesdesuregión,y,talcomosueleocurrir, lanaturalezahacequesusseresvivientesflorezcanenaquellasregionesquecarecendevida.

»Los viajeros nos cuentan que el vidrio que se deja en los desiertostropicalescambiadecoloryseoscurecebajoloradianteluzdelsoltalcomo

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ocurrebajolainfluenciadelradio.¿Acasoesonoimplicaunaciertasimilitudentreestasdosfuerzastodavíanoidentificadas?

Aquellas discusiones científicas o seudocientíficas me serenaban.Apartabanmimentedelascavilacionesacercadelosmisteriosdeloocultoyladesviabanhacialasmaravillasdelanaturaleza.

17

Lacueva

Por la noche el señor Trelawny acompañó de nuevo a todo el grupo alestudio,dondeempezóaexponernossusplanes:

—Hellegadoalaconclusióndeque,parapoderllevaralaprácticanuestroexperimento, tenemos que gozar de un aislamiento absoluto. No un simpleaislamientodeunoodosdíassinodetodoeltiempoqueseanecesario.Aquí,tal cosa sería imposible; las necesidades y los hábitos de la gran ciudadpodrían molestarnos e interrumpirnos, y sin duda lo harían. Bastarían lostelegramas, lascartascertificadasolosenvíosurgentes,yelgranejércitodeaquellosquequierenalgodenosotrosharíainevitableeldesastre.Porsifuerapoco, losacontecimientosde la semanapasadahanatraído laatenciónde lapolicía sobreesta casa.AunqueniScotlandYardni la comisaríadeldistritohayan cursado instrucciones especiales de vigilancia, pueden ustedes estarseguros de que el policía que hace la ronda la someterá a una atentaobservación.Además,loscriadosquesehanmarchadonotardaránenhablar.Notendránmásremedioquehacerlo,pues,enrazóndesupropiaformadeser,severánobligadosaexplicarelmotivodeltérminodeunservicioquegozaba,siustedesmepermitendecirlo,deciertoprestigioenelbarrio.Lossirvientesdelosvecinosempezaránahablarypuedequetambiénlohaganlospropiosvecinos.Después,lasiempreactivaeinteligenteprensa,consuhabitualafándeinformaralpúblicoyaumentarlastiradas,seapoderarádelasunto.Aunquenos encerráramos en la casa, no nos veríamos libres de interrupciones y,posiblemente, de intrusos. Cualquiera de ambas cosas daría al traste connuestros planes; por consiguiente, debemos tomarmedidas con vistas a unaposible retirada, llevando con nosotros todos nuestros pertrechos. Ya estoypreparadoparaeso.Desdehaceuntiempoteníaprevistasemejanteposibilidadyhabía tomado los recaudosnecesarios.Comoes lógico,nopodíaprever loquehaocurrido,perosabíaqueocurriríaoquepodíaocurrir.DesdehacemásdedosañosmicasadeCornuallesestáacondicionadapara recibir todos losobjetos que aquí se conservan. Cuando Corbeck se fue para iniciar subúsqueda de las lámparas, mandé preparar la vieja casa de Kyllion, que

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incluso dispone ahora de todo lo necesario para producir luz eléctrica. Serámejorquelesdiga,puesningunodeustedes,nisiquieraMargaret,sabenadadeello,queelaccesopúblicoeinclusolavisióndelacasasonabsolutamenteimposibles. Se levanta en lo alto de un promontorio rocoso detrás de unaescarpadacolinaysóloesposibledivisarladesdeelmar.Hacemuchosañosqueestárodeadaporunaltomurodepiedra,pueslacasaanteriorhabíasidoconstruida por un antepasadomío en los tiempos en que una gran viviendaalejada de un centro urbano tenía que estar preparada para defenderse.Disponemos,porlotanto,deunlugartanapropiadoparanuestrasnecesidadesque casi parece hecho a lamedida. Cuando estemos allí me extenderémássobre el asunto. No tardaremosmucho, pues el proceso ya se ha puesto enmarcha.Hemandadodecir aMarvinquedisponga todo lonecesarioparaeltransporte.Deberácontarconuntrenespecial,elcualcircularádenocheparaevitar ser visto. Y también deberá agenciarse varias carretas y carros consuficientes hombres y medios para trasladar todo nuestro equipaje aPaddington. Nos iremos antes de que los ojos de Argo de los reporterosempiecen amontar guardia.Hoy empezaremos a hacer el equipaje. Calculoquemañanaporlanocheestaremoslistos.EnlosedificiosanexostengotodaslascajasdeembalajequeutilizaremosparatraerlascosasdesdeEgipto,ycreoque,puestoquefueronsuficientesparaunviajeatravésdeldesierto,luegoporlasaguasdelNilohastaAlejandríaydesdeallíhastaLondres,nosbastaránsindudaennuestroviajedesdeaquíhastaKyllion.Loshombres,siMargaretnosvadandolascosasquelepidamos,podremoshacerlasmaletasparaqueluegolascarguenenloscarros.

»HoyloscriadosseiránaKyllionylaseñoraGrantseencargarádetodoloquehagafalta.Llevaráunbuensurtidodeartículosdeprimeranecesidadafindenodejarnosver por las tiendasy llamar la atenciónde las gentesdellugar;ynosmantendráabastecidosdealimentosperecederosdesdeLondres.GraciasalprudenteygenerosotratoqueMargarethadispensadoaloscriadosquedecidieronquedarse,contamosconunaservidumbrefiel.Todoshansidoadvertidosyadelanecesidaddeserdiscretosy,porconsiguiente,nohayquetemerqueseproduzcanchismorreosdesdedentro.Dehecho,puestoque loscriados volverán a Londres cuando hayan terminado los preparativos enKyllion,nohabrádemasiadaocasiónpara loschismorreos,por lomenos,endetalle.

»Pero,puestoquenosconvieneempezarahacerelequipajecuantoantes,dejaremostodolodemásparamástardecuandodispongamosdemástiempo.

Por consiguiente, pusimos enseguida manos a la obra. Bajo la guía delseñorTrelawny,ycon laayudade loscriados, sacamosde lasdependenciasanexas las grandes cajas de embalaje. Algunas pesaban mucho y estabanreforzadas con varias capas de madera, herrajes y barras metálicas con

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tornillosytuercas.Lasdistribuimosportodalacasa,cadaunadeellascercadelobjetoqueibaacontener.Unavezterminadaslastareaspreliminares,encuyo transcurso se colocaron en cada habitación y en los pasillos grandesmontones de paja, estopa de algodón y papel, mandamos retirarse a loscriados.Entoncesnosdispusimosahacerelequipajepropiamentedicho.

Ningunodenosotrosestabaacostumbradoahacermaletasynoteníamoslamenorideadelacantidaddetrabajoqueexigíasemejantetarea.PormiparteyosabíaqueenlacasadelseñorTrelawnyhabíaunacantidadconsiderabledeobjetosegipcios,perohastaquenomeenfrentéconellosunoauno,nomedicuenta de su importancia, su número y el tamaño de algunos de ellos.Estuvimos trabajandohastabienentrada lanoche.Aveces, reuníamos todasnuestrasfuerzasparamanejarunsoloobjeto;despuésvolvíamosatrabajarporseparado, pero siempre bajo las órdenes directas del señor Trelawny, quien,conlaayudadeMargaret,llevabaelrecuentoexactodetodaslaspiezas.

Sólo cuando finalmente nos sentamos a cenar, muertos de cansancio,empezamos a advertir que una buena parte del trabajo ya estaba hecha. Sinembargo,sólosecerraronalgunasdelascajas,puesaúnnosquedabanmuchascosasporhacer.Habíamosterminado,únicamente,conlasquecontenían losgrandes sarcófagos. Las demás cajas, en las que había varios objetos, nopodían cerrarse hasta que todas hubieran sido debidamente diferenciadas ymarcadas.

Aquella noche dormí sin apenas moverme y sin soñar y, cuando por lamañana comenté este hecho, resultó que todos habían tenido la mismaexperienciaqueyo.

Alanochesiguiente,antesdelahoradelacena,yahabíamosterminadoeltrabajo y todo estaba a punto para los transportistas, que se presentarían amedianoche.Unpocoantesdelahoraconvenidaoímoselrumordeloscarrosyenseguidafuimosinvadidosportodounejércitodeobrerosque,enrazóndesu considerable número, parecían mover sin el menor esfuerzo, en unainterminable procesión, todos los embalajes que habíamos preparado. Lesbastóalgomásdeunahora.Cuando losvehículos sealejaron ruidosamente,todos nos preparamos para seguirlos. Como es natural, Silvio vendría connosotros.

Antesdesalir,recorrimostodosjuntoslacasa,quepresentabaunaspectoverdaderamente lastimoso. Puesto que todos los criados se habían ido aCornualles, nadie se había encargado de poner un poco de orden; todas lashabitaciones y los pasillos en que habíamos trabajado estaban llenos depapeles,desperdiciosyhuellasdezapatossucios.

Loúltimoquehizoel señorTrelawnyantesde salir fue sacarde lagrancaja fuerte laJoyade lasSieteEstrellas.Mientras laguardabaensucartera,

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Margaret,quederepenteparecíamuycansadaypermanecíaalladodeaquélconelrostropálidoyelcuerpoentensión,seanimó,comosilacontemplacióndeaquellaalhajalahubierallenadodeinspiración.Despuésmiróasupadrey,conunasonrisadeaprobación,ledijo:

—Tienes razón, padre. No habrá ningún problema esta noche. Ella nodesbaratarátusplanesporningúnmotivo.Apostaríaenellomivida.

—¡Ella,oalgo,noslosdesbaratóeneldesiertocuandoregresábamosdelatumbadelvalledelHechicero!—fueelácidocomentariodelseñorCorbeck,presenteconnosotrosenlaestancia.

Margaretseapresuróareplicar:

—Bueno, eso fueporque se encontrabacercade su tumba,de la cual sucuerponosehabíamovidoalolargodevariosmilesdeaños.Ahorasabequelascosashancambiado.

—¿Ycómopuedesaberlo?—preguntóCorbeckconsincerointerés.

—Si posee el cuerpo astral del que nos ha hablado mi padre,necesariamente tiene que saberlo. ¿Cómo podría ignorarlo, con su invisiblepresenciayconunainteligenciaquepuedevolarinclusohastalasestrellasyloslejanosmundossituadosmásalládenosotros?

Margarethizounapausa,ysupadredijosolemnemente:

—Actuamos sobre la base de unas suposiciones. ¡Tenemos que servalientes, creer ennuestras conviccionesyobrar en consecuencia…hasta elfinal!

Margaret tomó su mano y la sostuvo entre las suyas con gesto soñadormientrastodossalíamosdelacasa.Aúnlasosteníacuandosupadrecerrólapuertadelaentradayechamosaandarporelcaminohastallegaralaverja,dondetomamosuncocheparatrasladarnosaPaddington.

Cuandotodaslascajasyaestabanenlaestación,losobrerosseacercaronaltren;tuvieronqueecharmanodeloscarrosutilizadosparaeltransportedelas grandes cajas que contenían los sarcófagos. Encontraríamos carrosnormalesytodosloscaballosquequisiéramosenWesterton,queeranuestraestacióndeKyllion.

ElseñorTrelawnyhabíareservadouncoche-camaparanuestrogrupo;encuanto el tren se puso en marcha, todos nos retiramos a nuestroscompartimientos.

Aquella noche dormí como un tronco. Estaba absolutamente convencidode que nos encontrábamos a salvo. El firme anuncio deMargaret, según elcualaquellanochenohabríaningúnproblema,mehabíatranquilizado.Niyo

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ni nadie lo ponía en duda. Sólo después empecé a preguntarme cómo eraposible que estuviera tan segura. El tren ibamuy lento e hizo numerosas ylargasparadas.ComoelseñorTrelawnynodeseaba llegaraWestertonantesdelanochecer,noteníamosningunaprisa;yasehabíantomadodisposicionespara que los trabajadores pudieran comer en determinados puntos del viaje.Nosotrosteníamosnuestrascestasdecomidaennuestrovagónprivado.

Nos pasamos toda la tarde hablando del experimento, que en nuestropensamiento parecía haberse convertido en una entidad con vida propia.Conforme pasaba el tiempo, el señor Trelawny se mostraba cada vez másentusiasmado. En él, la esperanza estaba convirtiéndose en certidumbre. EldoctorWinchesterparecíahabersecontagiadoenpartedesueuforia,aunquedevezencuandohacíaalgúncomentariodecaráctercientíficoqueprovocabauna interrupción en los razonamientos de su interlocutor o bien causabanuestra sorpresa. Por su parte, el señor Corbeck semostraba aparentementecontrario a la teoría. Tal vez porque, mientras las opiniones de los demásseguíanavanzando,lasuyasehabíaquedadoatascada.Encualquiercaso,ellodabalugaraunaactituduntantonegativa,pornodecirclaramenteantagónica.

En cuanto aMargaret, parecíaunpoco abrumada.Tal vezporque estabapasandoporunanuevafasedesussentimientosoporquesetomabaelasuntomás en serio de lo que había hecho hasta entonces. Por regla general, solíamostrarse más o menos distraída, como si estuviese sumida en suspensamientosydespertaradeellosconunrepentinosobresalto.Solíaocurrirlecuando se producía alguna incidencia en el viaje, como, por ejemplo, unaparadaenunaestaciónolosecosqueelatronadorrugidodeltrenarrancabadelas colinas y los peñascos que nos rodeaban al cruzar un viaducto.En talesocasiones,interveníacongranentusiasmoenlaconversación,comosiquisierademostrar que, a pesar de estar ocupada con sus propias reflexiones, sussentidos habían captado por completo todo lo que estaba aconteciendoalrededor.Suactitudhaciamíeraextraña.Avecesparecíamarcadaporunafrialdadqueera,alavez,timidezyarrogancia.Enotrasocasiones,susgestos,su mirada y su voz revelaban tal pasión que casi me provocaban unaturdimiento de placer. Sin embargo, apenas se produjeron acontecimientosdignos de mención durante el viaje. Sólo hubo un episodio susceptible deproducir cierta alarma, pero, como en aquelmomento todos dormíamos, nonosturbó.Nosenteramosdeloocurridoalamañanasiguienteporbocadeunguardiamuycomunicativo.MientrascirculabaentreDawlishyTeignmouth,eltrensehabíadetenidoacausadeunaseñaldealguienquemovíaunaantorchade un lado a otro enmedio de la vía. Elmaquinista hizo detener el tren yaveriguó que un poco más adelante se había producido un pequeñodesprendimiento de tierra del escarpado terraplén. Sin embargo, la tierra nohabíallegadoalasvíasyelmaquinistahabíareanudadoelviaje,lamentandoel retrasoqueello ibaaocasionar.Parausar laspalabrasdelpropioguardia,

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«enaquellacondenadalíneasetomabanunasprecaucionesextraordinarias».

LlegamosaWestertonhacialasnuevedelanoche.Habíacarrosycaballosesperandoeinmediatamenteseiniciaronlastareasdedescarga.Nuestrogruponoesperóaqueeltrabajoconcluyera,puestodoestabaenmanosdepersonascompetentes. Subimos a un coche que aguardaba y cruzamos velozmente laoscuridaddelanocheendirecciónaKyllion.

Atodosnosimpresionóelaspectodelacasabajolaclaraluzdela luna.Era una gran mansión de piedra gris de la época de Jacobo I; el enormeedificio se elevaba sobre el mar al borde de un alto acantilado. Cuandodoblamoslacurvadelcaminoabiertoenlarocayllegamosalaaltaexplanadaenqueselevantabalacasa,nosenvolvióelmurmullodelasolasquerompíancontra las rocas de abajo y aspiramos una bocanada de la vigorizante yhúmedabrisamarina.Comprendimosalinstanteloaisladosqueíbamosaestardelmundoenaquellugar.

Dentro de la casa todo estaba preparado. La señora Grant y los criadoshabíanhechounbuentrabajoytodoestabalimpioyresplandeciente.Echamosunbrevevistazoalasprincipaleshabitacionesdelacasay,acontinuación,nosseparamosparalavarnosycambiarnosderopadespuésdenuestrolargoviajedemásdeveinticuatrohoras.

Cenamos en el gran comedor del ala sur, cuyas paredes colgabanprácticamentesobreelvacío.Elmurmullodelaguasonabaamortiguadoperoincesante.Dadoqueelpequeñopromontoriopenetrabaprofundamenteenelmar,elladonortedelacasaestabaabiertoylamasarocosaqueseelevabaporencimadenosotroslaaislabadelrestodelmundo.Alotroladodelabahíaseveían las trémulas luces del castillo, y aquí y allá brillaban a lo largo de laorilla,eldébilresplandordelaventanadelachozadealgúnpescador.Porlodemás,elmareraunavastaextensióndecolorazuloscuro,iluminadadevezencuandoporundestellodeluzcuandoelfulgordelasestrellascaíasobrelacrestadealgunaola.

Unavezqueterminamosdecenar,nosdirigimosalaestanciaqueelseñorTrelawnyhabíadestinadoasuestudio,muycercadesudormitorio.Alentrar,loprimeroquevi fueunagrancaja fuerteparecidaenciertomodoa laquehabíaensuhabitacióndeLondres.ElseñorTrelawnyseacercóalamesay,sacandolacartera,ladepositóencimadeella.Alhacerlo,lacomprimióconlapalmadelamano.Depronto,palideció.Condedostrémulosabriólacartera.

—El bulto no parece el mismo—dijo—. ¡Espero que no haya ocurridonada!

Los tres hombres nos acercamos. Sólo Margaret, inmóvil y silenciosacomo una estatua, conservaba la calma. Sus ojos miraban con expresión

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ausente,comosinosupieranileimportaraloqueocurríaentornoaella.

Congestodeabatimiento,elseñorTrelawnyabrióelbolsillodelacarteraenquehabíaguardadolaJoyadelasSieteEstrellas.Desplomándoseenlasillaqueteníaallado,exclamó:

—¡Hadesaparecido!Sinellaesimposiblerealizarelexperimento.

AquellaspalabrasparecierondespertaraMargaretdesuintrospección.Depronto, una mueca de dolor desfiguró su rostro, pero casi al instante suexpresiónsesuavizóy,esbozandounasonrisadijo:

—Talvezlahayasdejadoentuhabitación,padre,oquizásetehayacaídodelacarteramientrastecambiabasderopa.

Todos corrimos hacia la estancia contigua y allí nos tranquilizamos alcomprobar que la Joya de las Siete Estrellas, bella y resplandeciente comonunca,sehallabasobrelamesa.

Tímidamente, nos miramos los unos a los otros y luego nos volvimos.Margarethabíaperdidosuhieráticacalmaypermanecíatensa,conlasmanoscruzadasdelantedelcuerpo.

Sinpronunciarpalabra,elseñorTrelawnycogiólajoyaytodosregresamosalahabitación.Tratandodehacerelmenorruidoposible,abriólapuertadelacaja fuerte con la llave que tenía sujeta a la muñeca y guardó la joya. Encuantocerrólacaja,dejóescaparunsuspirodealivio.

Losdemástambiénnossentimosmástranquilos.Habíamosdadounpasomásennuestraextrañaempresa.Elcambio,sinembargo,fuemásacusadoenMargaretqueencualquieradelosdemás.Talvezsedebíaaqueellaeramujer,o más joven que nosotros, o quizás a ambas causas. En cualquier caso, elcambio se había producido, y eso me llenó de alegría. Su optimismo, suternura parecían más intensos que antes, y su rostro se iluminó cuando supadreposólosojosenella.

Mientras esperábamos a que llegasen los carros, el señor Trelawny nosllevó por la casa explicándonos dónde debíamos ubicar los objetos quehabíamostraídoconnosotros.Laposiciónqueocupabantodasaquellascosasestaba íntimamente relacionada con el experimento, pero no nos dijo elmotivo.Lascajasquelosconteníandebíanpermanecerentodomomentoenelvestíbulo.

Cuandollegaronloscarros,procedimosaladescargayeltransportedelosbultos, según las instrucciones que daba el señor Trelawny. El trabajo fuerealizadoenun tiempoasombrosamentecorto,y loshombresque trajeronelcargamentofuerondespedidosnosinantesrecibirunagenerosapropina,queagradecieron con entusiasmo. Después, cada uno de nosotros se retiró a su

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habitaciónconlaesperanzadequelanochetranscurrieraencalma,comoenefectosucedió.

Porlamañana,trasunsueñoreparador,todoslosobjetos,aexcepcióndeaquellos que serían necesarios para llevar a cabo el experimento, fueroncolocados en el lugar señalado. Más tarde se dispuso que al día siguiente,temprano, todos los criados regresaríanaLondres en compañíade la señoraGrant.

Encuantohubieronpartido, el señorTrelawnynoshizopasaral estudio,cerrólapuerta,ydijo:

—Ahoradeborevelarlesunsecreto,peroantes,obedeciendoaunaantiguapromesa,meveoobligado a rogarles quenunca lo revelen a nadie.Durantetrescientos años esta promesa ha sido exigida a todos aquellos a quienes secomunicaba,ydelcumplimientodeelladependieron,másdeunavez,laviday la seguridad de esas personas.A pesar de ello romperé el espíritu de esatradiciónperosóloantemisallegadosmásíntimos.

Nos apresuramos a darle nuestra palabra de que seríamos discretos, y élprosiguió:

—Debajodeestacasaexisteunlugarsecreto,unacuevanaturalagrandadapor lamanodel hombre.Nomeatrevería a asegurar que siemprehaya sidoutilizada de acuerdo con la ley. Muchos perseguidos por causas políticashallaron refugio en ella. Por esta razón, y por otras queme incumben y noviene a cuento revelar, su existencia se ha guardado en el más absolutosecreto.

Sepusodepieylosdemásloimitamos.Nosdejóenelvestíbuloexteriorysiguióandandoporunosminutos.Regresópocodespuésynosindicóquelosiguiéramos.

Enelvestíbulointeriordescubrimosquelaseccióndeunánguloformadopordosparedessehabíaabiertoyquemásallánacíaunaescaleratalladaenlaroca. Tras descender cuarenta o cincuenta escalones, y en medio de unaoscuridadcasiabsoluta, llegamosaunagrancuevacuyoextremomáslejanoquedabaocultoenlastinieblas.Setratabadeunlugarmuyespacioso,apenasiluminado por unas pequeñas aberturas de extraña forma, sin duda fisurasnaturales de la roca que nadie se había ocupado en disimular. El ruido deloleajellegabaclaramentehastanosotros.

—Heescogidoestelugar—comenzóelseñorTrelawny—comoelmejordetodoslosqueconozcoparallevaracabonuestroexperimento.Haycientosdemotivosparaello.AquíestaremostanaisladoscomoloestuvolareinaTeraensusepulcrodelvalledelHechicero.Parabienoparamal,aquínosveremoslibrados a nuestra suerte y nos atendremos a las consecuencias. Si nuestros

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esfuerzossevenrecompensadosconeléxito,podremosregresaralmundodelacienciamodernaconconocimientosinfinitossobrelaAntigüedad,capaces,quizá, de transformarprofundamente las ideasdenuestra época así comoelmodo de llevar a cabo las investigaciones científicas. Si fracasamos, nadiesabrá siquiera que lo hemos intentado. Aun así, creo que todos estamospreparados para lo que pueda ocurrir.—Hizo una pausa y nos limitamos aasentirconunmovimientode lacabeza.Trasvacilarporun instante,añadió—:Todavíanoesdemasiadotarde.Sialgunodeustedestienealgunadudaotemor,leruegoencarecidamentequelodigacuantoantes,ypodrámarcharsesinquenadieseloimpidaorecrimine.¡Losdemásproseguiremosconnuestrotrabajo!

Hizootrapausaynosmiróunoauno.Nadieparecióvacilar.Pormiparte,sihubiesetenidoelmenordeseodemarcharme,laexpresióndeMargaretmehabríadisuadido.Selaveíasegura,inclusoanimadadeunacalmacasidivina.

ElseñorTrelawnyrespiróhondoy,contonomásdecidido,prosiguió:

—Bien;puestoquetodosestamosdeacuerdo,cuantoantescomencemos,mejor.Déjenmedecirlesqueeste lugar,comoel restode lacasa,disponedeluz eléctrica. Para iluminar la cueva basta empalmar un cable con lainstalacióngeneral.

Acontinuaciónsedirigióhacialaescaleraysubióunoscuantosescalones.Cogió el extremode un cable que insertó en un enchufe del vestíbulo, hizogirarunconmutadoryelrecintoderocaquedóinundadodeluz.Deinmediatoobservamosquedeltechocolgabanunosaparejos.

El señor Trelawny debió de interpretar mis pensamientos, pues,volviéndosehaciamí,dijo:

—Sí; antes no estaban aquí. Los he dispuesto adrede, pues sabía quedeberíamos levantar grandes pesos.Comoverá, he hecho todos los arreglosnecesariosporsisedabaelcasodequetuvieraquehacereltrabajoyosolo.

Pusimosmanosalaobradeinmediato,yantesdelcrepúsculotantoelgransarcófagocomoelrestodelosobjetosocupabanellugarseñaladoporelseñorTrelawny.

Habíaalgodeextrañoenemplazar enaquellagrancavernamonumentosdelpasado.Peroamedidaque transcurrían losminutos laeleccióndeaquellugar se revelaba como lamás apropiada.De pronto di un respingo cuandoSilvio, que iba en brazos de su dueña, saltó al suelo en elmomento en quesacamos de su caja lamomia del gato, y corrió hacia ella hecho una furia.Margaret no se inmutó; permaneció inmóvil en un costado de la cueva,levemente inclinada hacia el sarcófago, sumidameramente en un estado deabstracción.Pero entonces, al ver la actituddeSilvio, una suertede extraña

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pasiónparecióapoderarsedeella.Lebrillabanlosojos,suslabiossetensaronen una mueca que yo nunca había visto en su rostro, y se interpuso en elcamino del animal como si quisiera impedir su ataque. Me acerqué a ellainstintivamente,ysedetuvo.Memiróa losojos,recobrólacalmaycogióaSilvioconlamismaternuraconquelohabíahechoinfinidaddeveces.

Alpresenciaraquellaescenasentíunextraño temor.LaMargaretqueyoconocíaparecíahabercambiado,ydeseéprofundamentequeelmotivodeelloacabaraporfin,asícomoelexperimentodequeíbamosasertestigos.

UnavezquetodoestuvoensulugardeacuerdoconlosdeseosdelseñorTrelawny,éstedijo:

—Ahorasólorestaesperarelmomentomásapropiadoparadarcomienzoalexperimento.

—¿Y cuál es ese momento?—preguntó el doctorWinchester—. ¿Tienealgúnmododefijareldía?

—Trasmuchoreflexionar—respondióelseñorTrelawny—hellegadoalaconclusióndequeesel31dejulio.

—¿Porqué?—volvióapreguntareldoctor.

—La reina Tera era una mujer profundamente mística, y existen tantaspruebasdeque aguardaba la resurrecciónque, naturalmente, debióde elegirunperíodoregidoporundiosespecializadoentalesasuntos.Elcuartomesdela estaciónde la crecida delNilo estabapresididoporHarmachis, que es elnombreconquesedesignaaRa,eldiosSol,y,enconsecuencia,elnuevodía,elnacimientooeldespertar.Comoestemesempiezaennuestro25dejulio,elséptimodíacorresponderíaal31delmismomes.Puedenestarsegurosdequelamística reina sólo habría escogido el séptimo día o cualquiermúltiplo desiete.

»Ésaes la razóndequenuestrospreparativos sean tanexactos;debemosestarpreparadosparacuandoelmomentollegue.

Así,pues,esperamosel31dejulio,paraelcualfaltabandosdías,afindellevaracaboelgranexperimento.

18

Dudasytemores

A veces, pequeñas experiencias nos hacen entender grandes cosas. Lahistoriadelaserasesunarepeticiónimprecisadelahistoriadelashoras.Lo

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que un alma registra es lamultiplicación de un instante. El ángel que tomanotadelasaccionesdeloshombres,nolohaceconmediastintassinoconluzyoscuridad.ElojodeDiosnonecesitadematices.Todos lospensamientos,todaslasemociones,lasdudas,lasesperanzas,todoslostemoreseintencionesseresuelven,apesardesusmúltipleselementos,enunjuegodeopuestos.

TodaslasexperienciasdeloshijosdeAdánpodríanresumirseenloqueyoviviríaenlaspróximascuarentayochohoras,Yelángelpodríaescribir,comosiempre, empleando luzy tinieblas, que representaban la expresión final delCieloyelInfierno.LadeaquéleslaFe;ladeéste,laduda.

Por supuesto, había momentos de luz, momentos en que el amor y ladulzura deMargaret disipaban todas las dudas, delmismomodo que el soldisipa las brumas del amanecer. Pero el conjunto pendía sobremí como unpaño mortuorio. Se acercaba la hora fatal y su proximidad me agobiaba.Quizáselresultadofueselavidaolamuerteparacualquieradenosotros,perotodosestábamospreparados.Margaretyyocorreríamoselriesgocomosideunasolapersonasetratase.Elaspectomoraldeasunto,queincluíalacreenciareligiosaenqueyohabíasidoeducado,nomepreocupabademasiado,yaquelascausasy lasconsecuenciasquehabíadetrásescapabanamivoluntadyamicomprensión.Ladudaacercadeléxitodelexperimentoeralaquesesienteantecualquierempresaqueseencara,yenmicasosuponíamásunestímuloqueunimpedimento.¿Quéera,pues,esoquemeturbabaymesumíaenunaangustiataninsoportable?

¡EmpezabaadudardeMargaret!

Elmotivo,loignoraba.Nosereferíaasuamor,asuhonor,asusinceridadoasubondad.¿Quéera,entonces?

Sencillamente,queMargaretestabacambiando.Enocasionesmecostabareconoceralamismamuchachaconlaquehabíanavegadoporelríoycuyasvigiliashabíacompartidoenlahabitacióndesupadreconvaleciente.Inclusoen los momentos de gran pesar, miedo o ansiedad, nunca había perdido subondad y su calidez extraordinarias. Ahora, en cambio, a menudo la veíadistraídacomosi sumente, suverdaderoser,noestuvierapresente.En talesmomentos, sin embargo, conservaba intactas sus facultades de memoria yobservación.Se dabaperfecta cuenta de las cosas, recordaba lo que sucedíaalrededor de ella. Pero cuando recobraba nuevamente su verdaderapersonalidad,me producía la sensación de quemehallaba ante una personadistinta.HastaeldíaenqueabandonamosLondres,sucompañíame llenabadefelicidad,puesteníalacertezadequenuestroamoreramutuo.Peroahorala duda se había apoderadodemí.Nunca sabía si quien se encontraba amiladoeralaMargaretdequienmehabíaenamoradodesdeelmomentoenquela vi por primera vez, o la otra, a quien no lograba comprender y cuyo

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aislamiento intelectual levantaba entre ambos una barrera infranqueable. Aveces, parecía despertar de repente. Entonces, me decía cosas dulces yagradables, pero eso sólo hacía que pareciese aún más distinta. Daba lasensacióndequehablabadeunmodomecánicoocomosialguienledictaralas palabras, con lo cual sus verdaderos pensamientos permanecían ocultos.Despuésdeunpar de situaciones así,mis propias dudas empezaron a erigirotra barrera, porquenopodía hablar con ella con la facilidady libertadqueeranusualesennosotros.Deesamanera,horatrashoranosseparábamoscadavezmás.Sidevezencuandonohubiera recobradoa laMargaretquehabíaconocido,noséquéhabríapodidosuceder.Porotraparte,cadaunodeesosmomentoscontribuíaatranquilizarmeyaconservarmiamorintacto.

Habría dado unmundo a cambio de un confidente, pero pretenderlo eraimposible. ¿Cómo podía hablar con nadie acerca de mis dudas respecto aMargarety,muchomenos, con supadre?¿Cómopodíahablarcon lapropiaMargaretdeltema,cuandoellamismaeraelproblema?Noteníamásremedioquesufriryaguardar.

Creoqueella sediocuenta, almenosenalgunosmomentos,dequeunaespeciedenubenosseparaba,porquealatardecerdelprimerdíacomenzóaevitarmeunpoco,otalvez,semostrómásesquivaquedecostumbre.Hastaentonces, había aprovechado cualquier oportunidad que se presentaba paraestarconmigo, talcomoyohabíahechoparapermanecera su lado.Aquellatendenciaaevitarnosprodujoennosotrosunnuevodolor.

Aqueldíareinóenlacasalamayortranquilidad.Cadacualseocupabadesutrabajoopermanecíasumidoensuspensamientos.Sólonosreuníamosalahora de comer y, aunque conversábamos, todos parecíamos más o menospreocupados.Enlacasanohabíasiquieralarutinadelservicio.Laprecaucióndel señorTrelawnyde disponer tres habitaciones para cada uno de nosotroshacíaquelapresenciadeloscriadosfueseinnecesaria.Elcomedorestababienabastecidodecomidaguisadaparavariosdías.Pocoantesdelanochecersalíadarunpaseo.Antes,busquéaMargaretparaproponerlequemeacompañara.Cuandolaencontréviqueestabaenunodesusmomentosdeapatía, locualhizo que su presencia perdiese para mí todo encanto. Enfadado conmigomismo, pero incapaz de expresar mis sentimientos, me alejé solo por elpromontoriorocoso.

Enelacantilado,yanteelmar,sinoírotracosaqueelrumordelasolasamis pies y los gritos de las gaviotas que revoloteaban en lo alto, dejé fluirlibremente mis pensamientos. No obstante, siempre volvían, de manerainevitable, aunúnicoasunto: cómo resolver ladudaquemeagobiaba.Allí,soloy rodeadode las fuerzasenperpetua luchade lanaturaleza,micerebroempezóatrabajar.Inconscientemente,mehacíaunayotravezpreguntascuyarespuestadesconocía.Alfin,meencontrécaraacaraconmiduda,ycomencé

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aanalizarlasevidencias.

Eratodotanasombrosoquetuvequehacerunesfuerzoparaceñirmealalógica.Mipuntodepartidaeraéste:Margarethabíacambiado.¿Cómoyporqué? ¿Se había producido ese cambio en su carácter, en su mente o en supersonalidad? Su aspecto físico era elmismo de siempre. Traté de recordartodocuantohabíaoídoacercadeella,empezandoporlascircunstanciasdesunacimiento.

Todoeramuyextrañodesdeelprincipiomismo.Según lasdeclaracionesdeCorbeck,sumadrehabíamuertoaldaraluz,mientrassupadreyélestabanen la tumba de la reina Tera, sumidos en un estado de trance. Éste fueprovocado,sinduda,porunamujerque,aunquemomificada,poseíauncuerpoastral animado por una voluntad libre y una inteligencia activa. Para aquelcuerpoastral,elespaciodejabadeexistir.LaenormedistanciaentreLondresyAswan desaparecía, y tanto la madre muerta como la hija, tambiénposiblementemuerta,sehallabanamerceddelasfacultadesnigrománticasdeaquellaverdaderahechicera.

Pero, ¿era acaso posible que la niña estuviese muerta y que más tardehubiese resucitado?¿Dedóndeprocedía,pues,elespíritu,elalmaquedebíaanimar aquel cuerpo? La lógica señalaba un camino, al final del cual sehallabalavenganza.

Si las creencias egipcias estabanen lo cierto, elKayelKhude la reinamuerta podían animar a cualquier ser que hubiese elegido. En tal caso,Margaretnoseríaenrealidadunapersona,sino,sencillamenteunapartedelareinaTera,uncuerpoastralqueobedecíaalavoluntaddeésta.

Alllegaraestepunto,merebelécontralalógica.Cadafibrademiserseresistíaaaceptarcomobuenasemejanteconclusión.¿Cómoeraposiblequeyocreyese en la nueva existencia deMargaret y, almismo tiempo, aceptara laposibilidad de que fuese una imagen animada utilizada por el doble de unamujer,muertahacíacuatromilaños,parallevaracabosuspropósitos?Apesardeaquellasnuevasdudas,lasperspectivaseranmásesperanzadoras,yaquealmenosyoteníaaMargaret.

El péndulo de la lógica retrocedió de nuevo. La niña, pues, no habíamuerto. En tal caso, ¿había tenido la magia alguna intervención en sunacimiento?SegúnmeaseguróCorbeck,nopodíanegarsequeentreMargarety la reinaTera existía un extraño parecido. ¿Cómo explicarlo?Era del todoimposiblequeenestehechohubieraunaproyeccióndealguna imagende lamente maternal, porque la señora Trelawny nunca había visto aquellosretratos.NisiquieraelpadrehabíatenidoocasióndecontemplarelrostrodelareinaTerahastaqueentróenlatumbadeésta,pocosdíasantesdequelaniñanaciese. Pero la mente humana es tan insondable, que no acabé de

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convencerme y el horror de la duda permaneció, tomando una imagenconcreta: una niebla vasta e impenetrable en la que, a veces, flotaban unospocospuntosluminosos,espasmódicosyfugitivos,queservíanparaacentuaraúnmáslaexistenciadeaquellaoscuridad.

Quedaba la posibilidad de que existiera alguna clase de relación entreMargaretylareinamomificada,enelcasodequelamagiatuvieralafacultaddetransmutarseenotramujer.Estateoríanopodíarechazarsefácilmente.Laexistencia de demasiadas circunstancias sospechosas parecía confirmarla.Reparé de pronto en algunos hechos incomprensibles que habían rodeadonuestrasvidasdurantelosúltimosdías.Esomeprodujociertoconsuelo,puestrataba ya con hechos evidentes, aunque desagradables, pues tal vezperjudicaran aMargaret.Deseaba lucharpor ella, pero sentíaque lohacía aciegas. Mi mejor arma en su defensa era la verdad. Debía, pues, saber yentender, para estar en condiciones de actuar. Para ello debía considerar loshechos.

El primero era el extraño parecido de la reina Tera conMargaret, quiennacióenotropaíssituadoamilesdekilómetrosdedistancia,dondesumadrenoteníaposibilidadalgunadeconocerelaspectodeaquellareina.

Segundo: la desaparición del libro deVanHuyn, del que sólo pude leerhastallegaraladescripcióndelagema.

Tercero:elhallazgodelaslámparasenelarmariodelsaloncito.TalvezlareinaTera,valiéndosedesucuerpoastral,hubierasidocapazdeabrirlapuertade la habitación de Corbeck en el hotel y cerrarla tras apoderarse de laslámparas. De la misma manera, quizás hubiese abierto la ventana paraponerlas en el armario. En ese caso, era posible que Margaret no hubieratenido nada que ver en el robo, lo cual no impedía que el hecho fuerasumamenteextraño.

Cuarto: las sospechas del detective y del doctor, que en este momentocomprendíentodasudimensión.

Quinto: en ciertas ocasiones Margaret había llegado a pronosticar, conexactitud asombrosa, losmomentos en que reinaría la tranquilidad, como siconociesepreviamentelasintencionesdelcuerpoastraldeTera.

Sexto: su indicación de que el rubí que su padre había perdido acabaríasiendoencontrado.Alreflexionarsobreesteepisodioalaluzdelassospechassobresuspoderes,lareinaTera,valiéndosedesucuerpoastral(siempreenelsupuestodequelateoríarespectoaéstefuesecorrecta),ytemerosadequelajoyaseextraviase,selasacóalseñorTrelawnydelacarteraylatrasladódeLondres a Kyllion, donde de algún modo misterioso se encargó decomunicarleaMargaretsuparadero.

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Séptimoyúltimo:laextrañaydobleexistenciaqueMargaretparecíallevarlosúltimosdíasyque,enciertomodo,semejabaunaespeciedecorolariodeloocurridoanteriormente.

¡Unadobleexistencia!Ésaeralaconclusiónquevencíalasdificultadesyreconciliaba las contradicciones. Si Margaret no era una personalidad libresinoqueseveíacompelidaahablaryactuarcomosirecibieseinstrucciones;osi todo su ser podía ser cambiado por otro sin que nadie fuera capaz deadvertirlo, entonces cualquier cosa era posible y todo dependería de lasintencionesdelespírituquelaobligaseaactuar.Siéstasresultabansernobles,todo marcharía bien. Pero, en caso contrario… Aquella suposición erademasiadoespantosaparaexpresarlaenpalabras.Apretélosdientespresadelarabiafútilqueproducíanenmíideastanhorribles.

Hasta aquella mañana las alteraciones en la personalidad de Margaretfueronpoconotables.Aexcepcióndeunaodosveces,suactitudhaciamísemanifestódemaneraclara.Peroahoraocurríalocontrario.Aquelcambioeraunmalpresagio.Talvezlaotraentidadpertenecieseaunacategoríainferior.Alpensarenello,sentítemor.Enlahistoriadelamomia,desdequeVanHuynentraraenlatumba,lalistademuertesqueconocíamos,yqueprobablementese habían debido a su voluntad e intervención, era asombrosa y terrible. Elárabequerobólamanoseparándoladesucuerpo;eljequequequisorobarlajoyadeVanHuynyencuyagargantaaparecieronlasmarcasrojizasdesietededos. Cuando Trelawny procedía a llevarse el sarcófago, dos hombresmurieron,yotros tresalentrardenuevoen la tumba.También leocurrió lomismoalárabequeabrióelserdabsecreto.Estohacíanuevemuertos,unodeellosasesinado,sinduda,porlamanodelareina.Apartedeeso,eraprecisorecordarlasdistintasagresionesdequehabíasidoobjetoelseñorTrelawnyensu propia habitación, cuandoTera, ayudada por su espíritu familiar, el gato,tratódeabrirlacajafuerteparasacarlajoya.Laprecaucióndesujetarlallaveaunapulseradeacerotuvo,finalmente,losresultadosesperados,peroestuvoapuntodecostarlelavidaalseñorTrelawny.

Silareina,deseosaderesucitarenlascondicionesquehabíaescogidonodudó en derramar sangre, ¿qué no sería capaz de hacer en caso de que suspropósitos se viesen frustrados? ¿Qué terrible decisión podría tomar para laconsecución de sus deseos? ¿Cuál sería su propósito definido? Todo cuantosabíamosconcertezaeraqueseproponíaresucitaryquequeríahacerloenelnorte.Tambiéneraevidentequeaquellaresurreccióndebíahaberseproducidoen la solitaria tumba del valle delHechicero. Para ello, Tera hizo todos lospreparativosnecesarios,einclusodispusolamaneradeabandonarelsepulcrocuando hubiese vuelto a la vida. La tapa del sarcófago no estaba fija. Lasjarras de aceite, aunque herméticamente cerradas para que el contenido nomermase con el paso del tiempo, podían abrirse con facilidad. Hasta había

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previstoqueparaproducirlallamahubieseallíeslabónypedernal.Violandolatradición,elpozodelamomiaquedóabiertoy,además,juntoalapuertadelarocahabíaunacadenadehierroquelepermitiríadescenderhastaelsuelodel valle. Pero ignorábamos por completo cuáles podían ser sus intencionesposteriores. Y, en el caso de que deseara empezar la nueva vida como unapersonahumilde,habíaenellotantanoblezaquenopudepormenosdesentirsimpatíahacialareinaydesearlequesusesfuerzosseviesencoronadosporeléxito.

LaideaparecíaconfirmarelmagníficotributodeMargaretasupropósito,yesohizoquemiespírituatribuladohallaseciertacalma.

Convencido de que al fin había encontrado la verdad, decidí poner alcorriente a Margaret y a su padre de tan temibles posibilidades. Después,puestoqueenmiignorancianopodíaalterarelcursodelosacontecimientos,melimitaríaaaguardaraquesucediesealgo.

Ya más tranquilo, volví a la casa, donde quedé sorprendido al hallar aMargaret,laauténticaMargaret,esperándome.

Traslacena,estuveasolasunratoconellaysupadre,y,entonces,nosinvacilar,decidítrataraquelasunto.

—¿Noseríaconvenientetomartodaslasprecaucionesposiblesenelcasode que los deseos de la reina fueran contrarios a los nuestros en lo que alexperimentoserefiere?

Margaretreplicódeinmediato,condemasiadarapidez,incluso,comosiyatuviesepreparadaaquellarespuesta:

—¡Pero si ella lo aprueba! Estoy segura de que no puede ser de otramanera. Mi padre, con su inteligencia, su energía y su valor, hace,precisamente,loquelareinahabíadispuesto.

—Puesnocreoqueseaasí—objeté—.Ella lohabíaarreglado todopararesucitarenlatumba,ensoledad,aisladadelmundoportodoslosmediosasualcance.Alparecerestabaconvencidadequeeseaislamiento,enloaltodelaroca, la protegería de posibles agresiones. Si despertara en otro país y otraépoca,encondicionesabsolutamentedistintas,existelaposibilidaddeque,ensu inquietud,nos tomepor loquenosomosynosataquecomoyahizoconotros intrusos en época anterior. No debemos olvidar que nueve hombresmurieronensusmanosopor inspiraciónsuya.Enmiopinión,esamujernosabeloquesonelremordimientoylacompasión.

Nomedicuentahastamástarde,mientrasreflexionabasobremispalabras,hasta qué punto había aceptado como un hecho el que la reina Tera teníaconcienciaypodíavolveralavida.

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Temí por un instante que mi comentario hubiese ofendido al señorTrelawny,peroéstememiróyconunaamablesonrisacontestó:

—Enciertomodo,queridoamigo,tieneustedrazón.Nohaydudadequelareinadeseabaelaislamientoytalvezfuesemásconvenientellevaracaboelexperimento talycomoella lohabíadispuesto.Perodebeustedcomprenderqueunavezqueelexploradorholandésentróensutumba,esoresultadeltodoimposible. No fue culpa mía. Soy inocente de ello, aunque gracias a esasinvestigacioneslogrédardenuevoconelsepulcro.ObserveustedqueyonohedichoquenofueracapazdeobrardelmodoquelohizoVanHuyn.Fuelacuriosidad lo queme hizo ir a esa tumba, y me llevé de ella cuanto pude,obedeciendoalansiadeposesiónqueanimaalcoleccionista.Recuerdeque,enaquellaépoca,ignorabaporcompletoqueestareinadeseabaresucitar;noteníani idea de la minuciosidad de sus preparativos. Todo eso lo averigüé mástarde, y cuando lo supe me apresuré a hacer todo lo posible para que susdeseos se vieran cumplidos. Mi único temor es haber interpretadoincorrectamente algunas de las instrucciones crípticas o haber omitido uolvidadoalgo.Tengolacertezadequehehechotodocuantomehaparecidoútil,ydeque,almenosconscientemente,nohecontrariadoennadalosdeseosdelareinaTera.Tengoelmayorinterésenqueelexperimentoresulteexitoso,yparaellonoheescatimado trabajo, tiempo,dinero…niesfuerzopersonal.He sufrido penalidades y desafiado peligros. He empleado toda miinteligencia, todos mis conocimientos, y estoy dispuesto a seguir haciendotodoloposibleparaculminarestagranobra.

—¿Serefiereustedadevolverlavidaaesamujer—pregunté—,obienaprobarquelaresurrecciónesposiblepormediodelamagia,deconocimientoscientíficos o mediante el empleo de alguna fuerza que en la actualidaddesconocemos?

El señor Trelawny habló entonces de las esperanzas que hasta entoncesmásbienhabíainsinuadoqueexpresado.Enunpardeocasionesyohabíaoídohablar a Corbeck de la intensa energía que poseía aquel hombre en sujuventud,peroaexcepcióndelasnoblespalabraspronunciadasporMargaretal hablar de los sueños de la reina Tera—y que daban a entender que eraposiblequeelpoderdeéstafuese,dealgúnmodo,transmisible—,novisignoalgunodeello.Ahorasuspalabrasmedieronunanuevaideadeél.

—¡La vida de una mujer! —exclamó el señor Trelawny—. ¿Quéimportanciatieneesocomparadoconloqueesperamos?Enesteexperimento,precisamente, la arriesgamos, y eso quemi afecto hacia esa vida crece pormomentos.Ya arriesgamos la vida de cuatro hombres, la suya y lamía, asícomo las de nuestros confidentes. ¿La prueba de que la resurrección puederealizarse? Eso es pedir demasiado. Resulta inconcebible en esta época deciencia y escepticismo derivado de la gran cantidad de conocimientos que

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manejamos.Lavidaylaresurrecciónnosonmásqueresultadossecundariosde lo que podemos obtener gracias a este experimento. Imagine lo quesupondrá para el mundo de las ideas (el auténtico mundo del progresohumano), el camino verdadero hacia las estrellas, el itur ad astra de losantiguos,sidesdeelpasadoignotopuedevolveranuestroladounserhumanocapazderevelarnoslasabiduríacontenidaenlagranbibliotecadeAlejandría,consumida por el fuego. No sólo sería posible rectificar la historia de lacienciadesdesuscomienzos,sinoquepodremosconocerlasartes,lascienciasy los conocimientos perdidos, hasta lograr una recuperación completa ydefinitiva.Esamujerpodría explicarnoscómoeraelmundoantesde loquellamamosDiluvio;podría revelarnoselorigendeesemitoasombroso,hacerquecomprendiésemoscosasqueahorasenosantojanfabulosas,peroqueenrealidaderanhistoriasmuyantiguas,anterioresalosdíasdelospatriarcas.Sinembargo,ésetampocoesnuestroobjetivo.Silahistoriadeesamujeresloquecreemos,sisuspoderessonloqueesperamos,porquecreemosfirmementeenellos,podremosalcanzarunosconocimientosquenuestroscontemporáneosnohan sospechado siquiera y que hoy incluso nos parecen absurdos. Si estaresurrección puede llevarse a cabo, ¿cómo seguiremos dudando de losantiguosconocimientosdelaviejamagiaydelascreenciasancestrales?ElKade esa reina extraordinaria y sabia ha traído de las estrellas secretos de unvalor incalculable para cualquier mortal. Esa mujer descendió por voluntadpropiaalatumbapararegresardenuevo,decidiómorirsiendoaúnjovenconlaintenciónderesucitarenotraépocatrasunsueñolarguísimo,emergiendodela tumba con todo el esplendor ymagnificencia de su juventud y su poder.Ahora ya tenemos pruebas de que, si bien su cuerpo durmió pacientementedurante siglos, su inteligencia nunca murió; sabemos que su resolución noflaqueó ni su voluntad se debilitó, y, lo más importante, que no perdió lamemoria. ¡Oh, cuántas facultades se nos ofrecen ante la posibilidad de querenazcaentrenosotros!SuhistoriapersonalcomenzóantesdequeseenseñasenuestraBiblia;suexistenciaesanterioralosdiosesdeGrecia.PuedeponeruneslabónentrelaAntigüedadynuestraera,entrelasTierrayelCielo,yaclararlosmisteriosde lodesconocido,delmundoenquevivióydeotrosmundosqueescapananuestraimaginación.

Guardó silencio y Margaret, acercándose a él, le estrechó cálida yfuertementelamano.Depronto,enelrostrodeellaaparecióaquellaexpresiónque tantas veces había advertido en los últimos días, aquel misterioso velosobresupersonalidadqueparecíasepararmedemiamada.ElseñorTrelawnyno dio muestras de reparar en ello, pero cuando dejó de hablar Margaretrecobrósúbitamentesuverdaderapersonalidad.Sushermososojossellenarondelágrimasy,ensugestodeamoryadmiración,seinclinóparabesarlamanodesupadre.Luego,sevolvióhaciamíydijo:

—Hashablado,Malcolm,delasmuertesquecausólainfortunadareina,o,

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mejordicho,de lasque sederivaronde la intromisiónen suspreparativosydeldeseodearruinar susproyectos. ¿Nocomprendescuán injustohas sido?¿Quién no habría hecho lo mismo que ella? ¡Recuerda que luchaba por supropiavida!Ypormuchomásqueeso,puesdefendíalavida,elamorytodaslas gloriosas posibilidades de su futuro, incierto todavía, en el desconocidomundo del norte que tan encantadoras esperanzas le ofrecía. ¿No crees queella,contodalasabiduríadesutiempoyconlafuerzaenormedesupoderosanaturaleza, deseaba proyectar de un modo aún más sublime las elevadasaspiracionesdesualma?Situsdeseosestuvieranapuntodeversefrustradospor la horrible mano de un asesino o un ladrón, ¿no habrías luchadodenodadamente para alcanzar la vida y la esperanza, cuyas posibilidadescrecíanamedidaquepasabanlosaños?Imaginaesamente,aguardandoaquellegaseelmomentodefinitivomientrassucuerpomortalpermanecíaprotegidoportodoloqueordenabanlacienciaylareligióndesutiempo,y,entretanto,su espíritu, libre, recorría unmundo tras otro en las vastas regiones que seextienden entre las estrellas. ¿No tenían acaso esas estrellas, en su vidamúltipleeinfinita,leccionesquedarle,delmismomodoquenoslasdieronanosotros cuando seguimos el glorioso sendero que ella y su gente nosseñalaronalenviarsuimaginaciónvolandoencírculosentrelaslámparasdelanoche?

Hizounapausa,y las lágrimascomenzaronacorrerporsusmejillas.Mesentíprofundamenteconmovidoeincapazdepronunciarpalabra.Aquéllaerami verdadera Margaret, y la conciencia de ello me llenó de felicidad. Medecidíentoncesaconfesar loquehabía temidopor imposible,para llamar laatención del señor Trelawny sobre lo que yo había considerado la dobleexistencia de su hija. Tomé lamano deMargaret entre lasmías, la besé, y,dirigiéndomeasupadre,dije:

—Lo cierto, señor, es que ella no hablaría demodomás elocuente si elespíritudelareinaTeralaanimaseeinspirarasusideas.

La respuesta del señor Trelawny me dejó atónito, pues comprendí quehabíaadvertidolomismoqueyo.

—Creo, sinceramente, que es así—dijo—. Sémuy bien que enmi hijamoraelespíritudesumadre.Si,además,laanimaelalmadeesamaravillosareina, será doblemente querida. No tema por ella,Malcolm Ross, o, por lomenos,recuerdequenocorremáspeligrosqueelrestodenosotros.

Entonces,Margaretcontinuóhablandodeaquelasunto,ytanrápidamentequesuspalabrasnoparecíanunainterrupcióndeloquesupadrehabíadichosinounacontinuación.

—No temas por mí, Malcolm. La reina Tera lo ve todo y no quierehacernosdañoalguno.¡Losé!Estoytanseguradeesocomodequeteamo.

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Su voz sonaba tan extraña, que la miré rápidamente a los ojos.Centelleaban como siempre, pero aun asíme ocultaban el pensamiento quehabíatrasellos,comosifuesenlosojosdeunleónenjaulado.

En ese instante entraron nuestros dos compañeros y cambiamos deconversación.

19

Laleccióndeldoble

Aquella noche todos nos acostamos temprano, pues la siguiente estaríallenadeansiedadyelseñorTrelawnycreyópreferiblequeestuviésemosbiendescansados. Por lamañana también nos aguardabamucho trabajo. Todo loqueserelacionabaconelexperimentoseríaobjetodeunanuevarevisión,paraqueningúndetalle, pormínimoque fuese, lo echara a perder.Por supuesto,hicimos losarreglosnecesariosparapedirayudasisedabaelcaso,peromeparece que ninguno de nosotros temía peligro alguno o tenía la menoraprensión.Nadiecreíaquefueraprecisodefendersedeposiblesagresiones,alcontrariodeloquehabíaocurridoenLondres,duranteellargotranceenquehabíapermanecidosumidoelseñorTrelawny.

Por mi parte, me sentía extrañamente tranquilo. Había aceptado elrazonamiento del señor Trelawny, según el cual la reina era tal comosuponíamosynoseopondríaanuestroexperimentopueselsentidodeéstenoeraotroquerealizarsusanheladosproyectos.Asípues,estabamuchomenosinquieto de lo queme habría parecido posible; pero había otrosmotivos depreocupaciónquenopodíaborrarporcompletodemimente.Elprincipalerael inquietanteestadoenque seencontrabaMargaret.Sideverdaderaciertoqueposeíaunaexistenciadoble,¿quéocurriríacuandoesasdosexistenciasseconvirtiesenenuna?Unayotravezmehacíaamímismoestapregunta,yelignorarlarespuestamellenabadeansiedad.NomeservíadeconsueloelqueMargaretsemostrarasatisfechaysupadrecomplacido.Elamores,alfinyalcabo,unsentimientoegoísta,yproyectaoscurassombrassobrecualquiercosaque impida el paso de la luz. Me parecía oír el tictac de un reloj; vi lapenumbra caer sobre nosotros y, más adelante, transformarse en una luzgrisácea,cuyaintensidadaumentabasinquetrajeseporelloconsueloalgunoamissentimientos.Porúltimo,cuandoestabasegurodequenoperturbaríaalosdemás haciendo algún ruido, me puse de pie. Recorrí el pasillo paracomprobar si a mis compañeros les había ocurrido algo, pues habíamosconvenido en que dejaríamos abierta la puerta de cada habitación con laintención de que cualquier sonido fuese perfectamente percibido por los

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demás.

Todosdormían;oí la respiraciónregulardecadaunoymealegrédequehubiera pasado aquella noche tan desafortunada para mí. Una vez en midormitorio,digraciasaDiosporelloycomprendícuánintensoeramimiedo.Alcabodeunratosalídelacasaymedirigíhaciaelmar,descendiendoporunalargaescaleratalladaenlaroca.Decidínadarunpoco,yelcontactodelaguafríatemplómisnervios,devolviéndomelaserenidad.

Alregresar,desdeloaltodelaescaleraobservéelsollevantarseyteñirderojo las rocas para adquirir, casi al instante, una tonalidad dorada. Sinembargo,ciertaintranquilidadseapoderódemí.Todomeparecíademasiadoalegre y brillante, como suele ocurrir antes de que se desate una tormenta.Mientrasme detenía para contemplar el espectáculo, noté que unamano seposaba suavemente enmi hombro y, al volverme, vi aMargaret ami lado.Estaba tan alegre y radiante como aquella gloriosamañana de sol.Una vezmáseramiMargaret,ladesiempre,sinmezclaalgunaconningunaotra;ymedijequeaqueldíafatalhabíacomenzadobien.

Peropordesgracialaalegríanodurómucho.Alregresaralacasatrasunpaseo por los acantilados, continuamos con la rutina del día anterior y, denuevo, nos vimos sobrecogidos por la tristeza, la ansiedad, la depresión y,finalmente,laindiferenciaylaapatía.

Sinembargo,teníamosmuchoquehacer,demodoquecadaunosededicóasutareacontodalaenergíadequefuecapaz.

Despuésdedesayunarbajamosa lacueva,dondeelseñorTrelawnyhizouna detallada inspección de todos los objetos para ver si faltaba alguno ycomprobarsiocupabanellugarquelescorrespondía.Entretanto,nosexplicóel motivo por el cual esto último era tan importante. Llevaba consigo losgrandesrollosdepapelconlosplanosaescala,ylosdibujosyjeroglíficosquehabía trazado basándose en las notas y bosquejos facilitados por el señorCorbeck.Segúnnoshabíadicho,allíseencontrabantodoslosjeroglíficosquecubríanlasparedes,eltechoylossuelosdelatumbadelvalledelHechicero,y,aunquenohubiesenestadoconsignadas lasmedidasaescala señalandoellugar preciso de cada objeto, habríamos podido situarlo debidamenteestudiandolasescriturascrípticasylossignos.

ElseñorTrelawnymeexplicóalgunasotrascosasquenofigurabanenlacarta, como, por ejemplo, que la parte hueca de la mesa encajabaperfectamente con el fondo del CofreMágico, razón por la cual éste debíacolocarse encima de aquélla. Las respectivas patas de la mesa estabanindicadas por unos uraeos señalados en el suelo, y la cabeza de cada unaestabaextendidaenladireccióndeluraeosimilar,queseenroscabaalrededordelapata.Tambiénmedijoquelamomia,unavezubicadaenlaelevacióndel

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fondodelsarcófago—elcual,alparecer,seadaptabaalaformadelcuerpo—,debíayacerdemodoque la cabezamirasehacia eloestey lospieshacia eleste,afinderecibirlascorrientesnaturalesdelatierra.

—Esmuy posible—aventuró— que esto guarde alguna relación con elmagnetismo, la electricidad o ambas cosas. También puede ocurrir, desdeluego,queinfluyaotrafuerza,comolaqueemanadelradio.Hehechoalgunosexperimentos con éste, aunque sólo pude obtener una exigua cantidad.Aunasí, creo que la piedra del cofre es absolutamente impermeable a talesemanaciones. Existen en la naturaleza sustancias apenas sensibles, y entreellas se encuentra, precisamente, el radio. Tal vez haya que incluirlo en esaclasedeelementosinertesdescubiertosoaisladosporsirWilliamRamsay.Esposiblequeestecofre,quehasidohechoconelmineraldeunaerolitoyquizácontenga elementos desconocidos, de otro mundo, posea un poder que seliberealabrirlo.

Hizounalargapausayprosiguió:

—Sinembargo,deboconferirquehayalgoquenoentiendo.Esprobableque no tenga demasiada importancia, pero, puesto que no lo sabemos,debemos dársela. Como han visto en el plano de la planta del sepulcro, elsarcófagoestabaubicadocercadelaparednorte,yelCofreMágicoalsurdeésta.Elespacioquelosseparaparecesimbolizaralgo,otalvezsólosedebaamotivos demera ornamentación. A primera vista, uno diría que los dibujosfueron hechos después de que el sarcófago fuera ubicado en el lugar que lecorrespondía.Perounexamenmásminuciosodeloselementossimbólicosquecubren el suelo revela que están concebidos para producir un efectodeterminado.Siobservanelespaciovacío,veránquelosextremosesteyoestecorresponden a la cabeza y los pies del sarcófago. En ambos aparecen losmismos signos, pero de forma que las partes de cada uno de ellos sonporcionesíntegrasdeotraescrituraqueloscruza.Estosecomprendecuandose reconocen los signos que simbolizan la cabeza y los pies del sarcófago,claro está. Miren, en ambos extremos aparecen triplicados, tanto en lasesquinas comoen el centro.En los dos casos aparece elSol, cortadopor lalínea del sarcófago, como si ésta simbolizase el horizonte. Detrás ydependientedeellos,seencuentraeljarrónconeljeroglíficoquesimbolizaelAb, que es como los egipcios designaban el corazón. Cerca, aparecenuevamentelafiguraconlosbrazoscruzadosylaspalmasapoyadassobreloshombros; es el Ka, o doble. Pero su posición difiere en cada uno de losextremos. En la cabeza del sarcófago, la parte superior delKa está dirigidahacia labocadel jarrón, pero en lospies losbrazos señalanhacia afueradeéste.

»Lasimbologíaparecesugerirquedurantelatrayectoriadelsoldeoesteaeste,delamaneceralocaso,elcorazón,queesmaterialaunenlatumbayno

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puedeabandonarla,sencillamentegira,demodoquesiempreapuntahaciaRa,el dios-Sol, origen de todos los dioses. Pero el doble, que representa elprincipio activo, va allí donde su voluntad lo lleva, tanto de día como denoche,locualsignificaquelaconcienciadelamomianuncadescansa.

»Si convenimos en que la noche de la resurrección el Ka abandona elcorazónporcompleto,debemosaceptarque la reina recuperasumáspuraysublime existencia física. En tal caso, ¿permanecen vivas la memoria y lasexperiencias de su alma errante? La posibilidad de que se pierdan para elmundo no me alarma. Esto son meras conjeturas, por supuesto, y secontradicen con las creencias de la teología egipcia, para la cual el Kaconstituyeunelementofundamentaldelespírituhumano.

Hizounapausa,yeldoctorWinchesterpreguntó:

—Pero ¿no implica lo que acaba de decir la posibilidad de que la reinatemiesequelatumbafueraviolada?

ElseñorTrelawnyesbozóunasonrisayrespondió:

—Estimado señor, estaba preparada para semejante eventualidad. En laépocaenqueviviólareinatambiéndebíandeexistirladronesdetumbas.Ynosóloestabapreparadasinoqueloesperaba,deacuerdoconlasevidencias.Elquehubieseocultadolaslámparasesunapruebadeello.Sinembargo,existenindicios, profundamente crípticos, de que previo también el que alguien laayudara a completar su trabajo cuando el momento llegase y de eso es,precisamente, de lo que he venido hablando. ¡La pista está ahí para quienquieraverla!

—Padre—intervinoMargaret—, ¿puedes darme ese plano?Me gustaríaestudiarlo.

—Desde luego,querida—contestóel señorTrelawny,y se loentregó.Acontinuaciónprocedióa impartir sus instrucciones,perocambiandode tono,comosinosetratasedealgomisteriososinoeminentementepráctico—:Serámejor que entiendan cómo funciona la luz eléctrica, por si se presenta unimprevisto. Habrán observado que toda la casa dispone de ella, pues esnecesarioqueniunsolorincónpermanezcaaoscuras.Lafuenteprovienedeunas turbinasque funcionangraciasal flujode lasmareas,comoocurreconlas turbinas delNiágara.Confío en que no sufran ningún desperfecto y quepodamos utilizarlas en elmomento oportuno.Acompáñenme y les enseñarécómofuncionaelsistemadecircuitos.

Por lo que pude observar cuando nos llevó a recorrer la casa, ningúndetallesehallabalibradoalazar.Peroapesardeellosentímiedo.¡Detrásdelexperimento que nos disponíamos a llevar a cabo se encontraba el poderdivino!

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Unavezqueregresamosalacueva,elseñorTrelawnyprosiguió:

—Conviene fijar con exactitud la hora en que dará comienzo elexperimento.Hastadondelleganmisconocimientoscientíficosymecánicos,creohaberterminadotodoslospreparativosnecesarios,demodoquecualquierhora nos servirá. Pero, como hemos de tener en cuenta los proyectosrealizados por una mujer de extraordinaria inteligencia que conocía a laperfecciónlamagiaydabaatodaslascosasunsentidooculto,antesdetomarunadecisiónprocuraremossituarnosensulugar.Esevidentequelapuestadesol tiene una importancia fundamental en cada unode los detalles, como lodemuestran las imágenesdelSolcortadasmatemáticamenteporelbordedelsarcófago. También hemos observado que el número siete es de la mayortrascendenciaencadafasedelrazonamientodelareina.Deestoresultaqueelmomentomásoportuno es la séptimahoradespuésdel ocaso.Ypuestoqueestanocheel sol seponeenCornuallesa lasocho, lahoraseñaladaserá lastresdelamadrugada.

Hablabacomosise tratasedehechosconsumados,sin trazosdemisterioensutonoomaneras.Perotodosestábamosmuyimpresionados.Observéquemis compañeros habían palidecido y que permanecían en silencio. SóloMargaretnosemostrabaintranquila; talvezseencontrasesumidaenunodesusestadosdeabstracción.Supadrelamirófijamenteysonrió.Alparecer,elcomportamientodemiamadaconfirmabasuteoría.

Pormiparte,estabatotalmentedecididoaseguiradelante.Enelmomentoenquese fijó lahoracreíoír lavozdelhado.Cuandoahorapiensoenello,comprendocómodebedesentirseuncondenadocuandoseacercaelmomentodeenfrentarsealcadalso.

Yanopodíamosecharnosatrás.EstábamosenlasmanosdeDios.

¡EnlasmanosdeDios!Y,sinembargo,¿quéotrasfuerzassedisponíanaactuar? ¿Qué sería de nosotros, meras motas de polvo arrastradas por elviento?Peroenrealidadnotemíapormí,sinoporMargaret.

LavozdelseñorTrelawnymedevolvióalarealidad.

—Ahora convendrá ver si las lámparas están bien dispuestas y terminarnuestrospreparativos.

Todospusimosmanosa laobra,y,bajo ladireccióndel señorTrelawny,llenamoslaslámparasegipciasdeaceitedecedroycolocamoslasmechasunaauna,paraquenoocurrieseningúnpercance.Trasencenderlasycomprobarquefuncionabancorrectamente,lasdejamosdispuestasparacuandollegaseelmomentodecisivo.Procedimosacontinuaciónaunexamengeneralyvimosquetodoestabayaapuntoparaeltrabajodelanoche.

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Cuandosalimosdelacueva,mesorprendióoírqueelrelojdabalascuatro.

Comimos tarde, y después, siguiendo el consejo del señorTrelawny nosseparamos para que cada uno se preparase en privado para afrontar la laborqueleaguardaba.AladvertirqueMargaretestabaalgopálida,leaconsejéquedurmieseunpoco.Meprometióqueloharía.Parecíanuevamenteellamisma,ycontodaladulzuraydelicadezaqueyotantoadoraba,sedespidiódemíconun beso. Con el corazón henchido de felicidad, salí a dar un paseo por losacantilados.Noqueríapensar;todoloquedeseabaeraquelafrescuradelaireyelbrillodelsolmedieranfuerzasparasoportarloquepudiesevenir.

Amiregreso,viquetodossedisponíanatomarelté.Loshombresteníanaspectograve.Encambio,Margaretestabaalegreydebuentalante,aunquenoobservé en ella su natural espontaneidad. Se mostró un poco reservadaconmigo,loquereavivómistemores.Unavezquehubimostomadoelté,ellaabandonó la estancia y al cabo de unosminutos volvió con los dibujos quehabíaestadoexaminando.Seacercóasupadreydijo:

—Heestadoreflexionandoacercadeloquedijistehoysobreelsignificadoocultodeesoscielosycorazones…

—¿Y con qué resultado, querida? —preguntó el señor Trelawnyásperamente.

—Creoquehayotraexplicaciónposible.

—¿Cuál?—inquiriósupadreconansiedad.

—Pues que el Ka entre en el Ab cuando el sol se pone, y sólo puedeabandonarloalamanecer.

—¡Continúa!—laapremióelseñorTrelawny.

—Enmiopinión,eso indicaqueduranteestanocheeldoblede la reina,que habitualmente está libre, permanecerá en su corazónmortal y no podráabandonar la cárcel que para él suponen los vendajes de la momia. Estosignificaquecuandoelsolsehayahundidoenelmar,lareinaTeradejarádeexistircomopoderconscientehastaelamanecer,amenosqueelexperimentoconsigadevolverlaalavida.Enconsecuencia,nitúninadiehadetemernada.Cualquiercambioqueseproduzcatendrásuorigenenelexperimento,noenesapobre,indefensaymuertamujerquehaesperadosiglosaquellegueestanoche,conlaesperanzadenaceraunaexistencianueva,enunmundonuevo.

Guardó silencio súbitamente.Su tonopatético, de imploración,mehabíaconmovido.Advertíqueteníalosojosarrasadosenlágrimas.

Porunavez,elcorazóndelseñorTrelawnynorespondióalossentimientosdesuhija.Parecíaexultante,peroalgoensu rostromerecordó laexpresiónseveradeéstecuandopermanecíaenestadodetrance.Sintratardeconsolara

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Margaret,selimitóacontestar:

—Cuandollegueelmomentopodremoscomprobarsituteoríaescorrecta.

Acontinuaciónsepusodepieysedirigióhaciasuhabitación.

Una vez que se hubo marchado, reinó el silencio y el cabo de unossegundosMargaretseretirótambiénasucuarto.Yosalíalaterrazaquedabaalmar.Elairefrescoylabellezadelespectáculomedevolvieronlaserenidad,y me alegré de que no existiera ninguno de los peligros que había temidoanteriormente.TeníaunafeabsolutaenlacreenciadeMargaret,yasí,muchomásanimado,regreséamihabitaciónymetendíenelsofá.

MedespertóCorbeck,quien,muyexcitado,gritaba:

—¡SeñorRoss,bajea lacuevadeinmediato!ElseñorTrelawnyrequierenuestrapresencia.¡Deseprisa!

Bajéatodaprisaalacueva,dondeestabantodosreunidos,aexcepcióndeMargaret,quenotardóenllegarllevandoaSilvioenbrazos.Cuandoelgatovio a su antiguo enemigo, intentó bajar al suelo, pero su dueña lo retuvoacariciándolo.Consultéelrelojyadvertíqueerancasilasocho.

Conuntonodeinsistenciaquemesorprendió,elseñorTrelawnypreguntóasuhija:

—¿CreesquelareinaTeraharenunciadovoluntariamenteasulibertadporesta noche y se resigna a no ser otra cosa que una momia hasta que elexperimentohayaconcluido?

—Sí—respondióellaenvozbaja.

Enlapausaquesiguió,laapariencia, laexpresión,lavozylosgestosdemiamadacambiaron.InclusoSilviolonotó,yconsiguióporfinescapardesusbrazos; ella no dio señales de advertirlo. Yo esperaba que el gato, una vezlibre, atacasea lamomia,peroenestaocasiónno lohizo.Semostraba,poruna vez, intimidado. Se acercó corriendo amí y comenzó a restregarse conmispiernas,mientasnoparabademaullar.Locogíenbrazos,yesopareciótranquilizarlo.

—¿Estássegura?¿Locreesdeverdad?

—Losé—confirmóMargaret,cuyo rostrose iluminó—.Nopuedodecircómo,peroestoysegura.

—SifueseslareinaTera,¿estaríasdispuestaaprobarlo?

—Sí—respondióellaconfirmeza.

—¿Auncuandoesosupusieseexponeratuespíritufamiliaralamuerteylaaniquilación?

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Margaretnocontestó,yobservéqueeravíctimadeunsufrimientoterrible.Lamiréalosojos,yloquevienellosmeloconfirmó.Yoestabapasmado,ylosdemásparecíanhallarseenlamismasituación.Sinduda,ibaaocurriralgoquenocomprendíamos.

ElseñorTrelawnysedirigióagrandeszancadashacialaparedoestedelacuevayabrióunpostigoqueocultabaunodelosagujerosquehacíanlasvecesdeventanas.Entróporésteunabrisagélida,ylaluzdelsoliluminóapadreehija. El señor Trelawny señaló hacia donde el astro se hundía en el marformandounhalodefuegodorado,ysurostroseendureciócomoelpedernal.Conuntonoáspero,inclusocruel,quenoolvidaréhastaquemuera,exclamó:

—¡Escoge! ¡Habla de una vez! Cuando el sol se haya puesto serádemasiadotarde.

—¡Acepto!

EntoncesMargaretseacercóalgatomomificadoypusolamanosobreél.Ahora el sol estaba a su espalda, ypor encimade ella las sombrasparecíanmásoscurasyprofundas.Convozaltayclara,dijo:

—SiyofueseTeraosdiría:«Tomadtodoloquetengo.Estanocheessóloparalosdioses».

Mientras hablaba, el sol se hundió en el horizonte y la oscuridad nosenvolvió.Silviosaltódemisbrazosycorrióhaciasudueña,restregándoseconsuvestidocomosiasílepidieraquelotomaseensusbrazos.Yanoprestabaatenciónalgatomomificado.

—¡El sol se ha puesto, padre! —exclamó Margaret—. ¿Volveremos averlo?¡Seacercalanochedelasnoches!

20

Elexperimento

Sisenecesitaraalgunapruebadequetodoshabíamosllegadoacreerenlaexistenciaespiritualdelareinaegipcia,ningunahabríasidomáselocuentequeel cambio que produjo en nosotros la renuncia voluntaria efectuada porintermediacióndeMargaret.

Cadaunoreaccionódediferentemanera,deacuerdoconsupersonalidad.Margaret estaba triste. El doctor Winchester parecía muy animado yconversador; su mente racional le había servido como antídoto contra elmiedo. El señor Corbeck se encontraba de un humor más melancólico que

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especulativo. En cuanto amí, el queMargaret estuviesemenos ansiosamehabíadevuelto,sinolaalegría,síeloptimismo.

Pero en quienmenos cambios se habían operado era, sin duda, el señorTrelawny.Duranteaños,todocuantonoguardaserelaciónconelexperimentohabía tenido para él una importancia secundaria. Incluso ahora, que semostrabamás relajado, era evidente que no cejaba ni por un instante en supropósito.Nosrogóqueloacompañásemosalvestíbulo,dondehabía,contrauna de las paredes, unamesa de roble, bastante larga y nomuy ancha, quetrasladamos a la cueva, en cuyo centro la ubicamos, debajo de las lámparaseléctricas.Margaretnosmiró,palidecióy,convoztemblorosa,dijo:

—¿Quévaisahacer,padre?

—Vamosaquitarlosvendajesdelgatoembalsamado.EstanochelareinaTeranonecesitaráasuespíritu familiar.Si loprecisara,podríaserpeligrosopara nosotros, de modo que tomaremos precauciones. ¿Estás alarmada,querida?

—¡Oh,no!—seapresuróaresponderella—.PeropensabaenSilvio,yenel dolor que me produciría si fuese su momia la que os dispusierais adescubrir.

El señor Trelawny tenía a punto unos cuantos cuchillos y otrosinstrumentoscortantesycolocóelgatosobrelamesa.

Comenzamosa trabajar.El corazónmediounvuelco cuandomepuse apensarenloquepodíallegaraocurrirenaquellacasasolitaria.Elsusurrodelviento, que soplaba ominoso, incrementaba la sensación de aislamiento, asícomoelrumordelasolas,querompíancontralasrocas,másabajo.Peromesobrepuse,puesteníamosunatareaquecumplir.

Habíaunacantidadincreíbledevendajes.Elruidodelatelaalserrasgada,y el polvillo acre y rojizo que despedía a causa del betún, la goma y lasespecias con que había sido empapada, afectó de algún modo nuestrossentidos.Encuantoquitamos losúltimosvendajes,contemplamosalanimal,sentado delante de nosotros. El pelo, los dientes y las garras estabancompletos;teníalosojoscerrados,perolospárpadosnopresentabanelaspectoferozquehabía imaginado.Losbigotesestabanapretadoscontraelhocicoacausade lasvendas,peroapenaséstasdejarondeejercerpresiónseerizaroncomo si el animal estuviese vivo. Era unmagnífico ejemplar de ocelote detamañodescomunalpara suespecie,pero laadmiraciónquenoscausóenelprimer instante se transformó en miedo, porque los temores que habíamosintuidosevieronconfirmados.

Labocaylasgarraspresentabanmanchasdesangreseca,queporsuvivocolorrojoparecíanrecientes.

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El doctor Winchester fue el primero en reponerse, porque era hombreacostumbradoaversangre.Cogióunalupayexaminólasmanchasenlabocadelfelino.ElseñorTrelawnydejóescaparunprofundosuspiroydijo:

—Yamelofiguraba.Esteexperimentopromete.

Mientras miraba las garras, igualmente ensangrentadas, el doctorWinchesterexclamó:

—¡Loimaginaba!Tambiéntienesietededos.

Acontinuaciónabriósucarteraysacóelpedazodepapelsecanteenelqueaparecían las señales dejadas por las garras de Silvio, que parecieroncorresponderconloscortesenlamuñecadelseñorTrelawny.Pusoelpedazodepapelbajolagarradelgatomomificadoytodospudimosverqueaquellashuellascoincidíandemaneraexacta.

Trasexaminarelgatocuidadosamentesinhallarenélnadaextraordinarioexceptosuasombrosoestadodeconservación,elseñorTrelawnylolevantódelamesa,mientrasMargaretexclamaba:

—¡Tencuidado,padre!Podríahacertedaño.

—Ahorano,querida—replicóélaltiempoquesedirigíahacialaescalera.

—¿Adóndevas?—preguntóellaconvozapuntodequebrarse.

—A la cocina —contestó su padre—. El fuego acabará con cualquierpeligrofuturo,porquenisiquieraelcuerpoastralpuedesurgirdelascenizas.

Noshizounaseñadequelosiguiéramos,yenesemomentoMargaretsevolvióycomenzóasollozar.Meacerquéaella,peromerechazómurmurando:

—¡No, no! Ve con ellos. ¡Oh, me parece un crimen espantoso! Era lamascotadelapobrereina…

En la cocina ya había leña preparada. El señor Trelawny encendió unacerilla y al cabo de pocos segundos el gato embalsamado fue arrojado alfuego.Enseguidapercibimoseldesagradableolordelpeloquemadoy,alrato,las llamas devoraron la momia por completo. Unos minutos despuésrespiramostranquilosalcomprobarqueelespíritufamiliardelareinaTerayanoexistía.

Al regresar a la cueva, encontramos aMargaret sentada en la oscuridad.Habíaapagadolasluceseléctricasysólolatenueluzdelcrepúsculoseabríapasoentrelassombras.Supadreseacercóaellaylarodeóconsusbrazosenademán protector. Mi amada apoyó la cabeza en su hombro, en busca deconsuelo.

—Enciende la luz, Malcolm—oí que me decía poco después con tono

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perentorio.

Meapresuréaobedecer.

—Ahora, preparémonos para nuestra gran obra —anunció entonces elseñorTrelawny—.¡Nohayunminutoqueperder!

Margaretdebiódesospecharloqueibaaocurrir,puesconvoztemblorosa,preguntó:

—¿Quévaisahacerahora?

—QuitaremoslosvendajesalamomiadelareinaTera.

—Pero,¿ladejaréisaldescubierto,padre?Enpresenciadehombres,ycontantaluz…

—¿Porquéno,hija?

—¡Se tratadeunamujer,padre! ¡Ydeesemodo,eneste lugar! ¡Esalgocruel,cruel!

Era evidente que Margaret estaba desconsolada; tenía las mejillasencendidasylágrimasdeindignaciónnublabansusojos.ElseñorTrelawnysediocuentadesussentimientosyquisocalmarla.Yohiceademándealejarme,pero me indicó con un gesto que me acercase. Comprendí que quería miayuda.Noobstante,antesapelóalarazón.

—Nosetratadeunamujer,queridasinodeunamomia.Llevamuertamásdecincomilaños.

—¿Y eso qué importa? El sexo no es una cuestión de años. Unamujersigue siéndolo por muchos siglos que hayan transcurrido. ¿Y os proponéisdespertarladesulargosueño?Sihaderesucitar,esposiblequeenrealidadnoestémuerta.Entre todosmehabéis hecho creer que cuando se abra el cofrevolveráalavida.

—Así lo creo, hija mía. Pero, durante todo este tiempo no ha estadomuerta, sino sumida en algo parecido a la muerte. Debes tener en cuenta,asimismo,quefueronunoshombresquienesembalsamaronalareina,yaqueen el antiguoEgipto no había sacerdotisas que se encargaran de esas cosas.Además, loshombresyaestamosacostumbradosa esta clasede situaciones.Corbeckyyohemosquitadolosvendajesauncentenardemomias,ymuchasdeellaserandemujeres.EldoctorWinchesterestáhabituadoacurartantoahombrescomoamujeres,yelmismoRoss,ensucalidaddeabogado…

—¿De modo que tú también vas a ayudarlos? —exclamó con tono deirritación.

Nocontesté,porquemepareciómejorpermanecerensilencio.

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—Hijamía—prosiguióelseñorTrelawny—.Túmismapresenciaráscómolo hacemos. ¿Nos crees capaces de herirte u ofenderte? Sé razonable, porfavor. No estamos en una fiesta. Todos nosotros somos personas serias,dispuestas a realizar un experimento que tal vez nos permita acceder a lasabiduríadeunaépocaremota,aconocimientosinfinitosparaelserhumanocapacesdetrazarnuevosrumbosenelpensamiento.—Hizounapausayconvozgraveprosiguió—:Recuerdatambiénquedeesopuederesultarlamuerteparacualquieradenosotros,oinclusoparatodos.Sabemosmuybienquenosexponemos a peligros desconocidos. Debes comprender, querida, que noobramos a la ligera, sino con todo el rigor de que somos capaces. Por otraparte, cualesquiera que sean los sentimientos de quienes aquí nosencontramos,es imprescindible,paraqueelexperimentoseaunéxito,quitarlosvendajesaesamomia.Creoquebajoningunacircunstanciaseríanecesariosienlugardeconvertirseenuncadáverespiritualizadoconuncuerpoastrallohicieseenunserhumanoviviente.Sisuproyectooriginalsecumple,yaccedeaunanuevavidaenvueltaenesosvendajes,teaseguroquetodoloquehabráconseguido será cambiar una tumba por otra. ¡Sufrirá la muerte de unsepultadoenvida!

—Bien, padre —dijo ella al fin y le dio un beso—. Pero aun así loconsiderounaindignidadhorribleparaunamujer,seareinaono.

Mientrasmedirigíahacialaescalera,Margaretmellamó:

—¿Adóndevas?

Volvíasulado,latomédelamanoy,acariciándosela,expliqué:

—Regresarécuandohayanterminadodequitarlosvendajes.

—Serámejorque tequedes—dijo—.Esto te serádegranutilidaden tucarrerade abogado.—Memiróa losojosy sonrió,peroal instante sepusoseriayañadió—:Mipadretienerazón;esunaocasiónsolemnequedebemosconsiderar con toda seriedad. Sin embargo… Da igual. Insisto en que tequedes,Malcolm.Estoyseguradequemástardetealegrarásdeello.

Entretanto,elseñorTrelawny,conlaayudadeCorbeck,levantólatapadelsarcófagodondeyacía lamomiade la reina.Ésta erade anchuray longitudconsiderables, y pesaba tanto que, a pesar de que éramos cuatro, nos costótrabajolevantarla.BajoladireccióndelseñorTrelawny,latendimossobrelamesadispuestaalefecto.

Entonces fuiconscientedelhorribleactoquenosdisponíamosa realizar.Allí,bajoelbrillointensodelaluzeléctrica,elaspectosórdidoytangibledelamuertesemehizoextrañamentereal.Empezamosaquitarlosvendajes.Losexteriores eran ásperos al tacto y aparecían oscurecidos por el polvo odesgastadosporelroce,comosihubiesensidotratadosrudamente.Losbordes

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eran desiguales y estaban deshilachados; la tela se encontraba cubierta demanchas, y el barniz, resquebrajado.Aunque lasvendas erannumerosas, nolograbanocultarlaformadeuncuerpohumano,locualhacíaquetodoaquelloresultasetodavíamásestremecedor.Antenosotrossóloteníamosuncadáver,ynada más. Cualquier aspecto fantástico de aquella operación habíadesaparecidopor completo.Losdoshombresmayores,quehabían realizadoaquellamisma tarea amenudo,nomanifestabanelmenordesconcierto,y eldoctor Winchester se comportaba como si se hallase ante la mesa deoperaciones. Yo me sentía deprimido y algo avergonzado y, además, meapenabayalarmabalapalidezcadavéricadeMargaret.

Continuamos connuestro trabajo.El vendaje que envolvía a la reina eramuchomáslargoqueelempleadoconelgatoembalsamado,e infinitamentemáselaborado.Unavezquequitamoslascapasexteriores,comprobamosqueladisposicióndelasinterioresrevelabaunatareaexquisitamentedelicada.Sinembargo,hallamoselmismopolvoacreyrojizo,loqueindicabalapresenciade betún. El número de vendas era enorme, y a medida que íbamosquitándolasmiexcitaciónaumentaba.Notoméparteenelproceso,porloqueMargaret me recompensó con una mirada de gratitud. A medida que ibanquitando aquella cubierta de tela, ésta eramás suave y el olor, aunquemásacre, correspondía menos al del betún. El trabajo prosiguióininterrumpidamente. En algunas de las vendas interiores observamossímbolos o dibujos. A veces eran de color verde pálido y otras de varioscolores,perosiempreprevalecíaelverde.

De vez en cuando, el señor Trelawny o el señor Corbeck señalaban undibujoenparticularantesdequitarelvendajeque,detrásdeellos,formabayaunapilaenorme.

Los vendajes se acababan y las proporciones eran ya las de una figuranormal,auncuandoestabaclaroquelaestaturadelareinahabíasidosuperiora la corriente en su tiempo. A medida que el trabajo se acercaba a su fin,Margaretestabacadavezmáspálidayparecíatanagitabaquenopudeevitarinquietarme.

EnelinstanteenqueelseñorTrelawnyquitabalaúltimatiradetela,miróasuhijaydescubrióensusojosunaexpresióndepena.Interrumpiólatarea,imaginandoqueaquellosedebíaaunsentimientodepudorofendido,ydijocontonoconciliador:

—No te inquietes, querida.Mira, no hay nada que puedamolestarte. Lareinallevaunatúnica,ynuncahevistonadatanmagnífico.

El cuerpo estaba cubierto por un ancho trozo de tela, debajo del cualaparecióunatúnicadelinoblancoquetapabaelcadáverdelcuelloalospies.

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Elmaravillosoaspectodeaquel tejidohizoque todosnos inclináramosacontemplarlo.

Margaret,impulsadaporuninterésnaturalmentefemenino,seacercóparaexaminaraquellatelanuncavistaennuestrotiempo.Eratanfinacomolasedade mejor calidad, pero ni siquiera ésta habría poseído aquellos graciososplieguesqueeltranscursodeltiempohabíaendurecido.

Entornoalcuellohabíaundelicadoencajehechoconhilodeoroyramitasdesicomoro,yalrededordelospies,conuntrabajoigualmenteminucioso,seveíaunahilerainterminabledepequeñasfloresdelotoquelucíantangrácilescomonaturales.

Cruzandoelcuerpo,perosin rodearlo,segúnpudimosobservar,habíauncinturónricamenteenjoyadocongemasdeunbrilloyunavariedaddecoloresmaravillosos.

Hacíalasvecesdehebillaunagranpiedradoradaydeformaredondaquepresentaba una depresión, como si se hubiese oprimido un globo elástico.Centelleaba y en su interior parecía contener un verdadero sol cuya luzalumbrasetodalacueva.Loflanqueabandospiedrasdemenortamañoqueajuzgarporsu tonoplateadoysubrillosemejantealde la lunadebíandeserlabradoritas.

Alosladosdeéstas,unidasporunosbrochesdeorodeexquisitodiseño,una fila de centelleantes piedras resplandecía con todos los maticesimaginables. Cada una de aquellas gemas semejaba una estrella viva quereaccionaseconsufulgoralmenorcambiodeluz.

Margaret,extasiada,levantólasmanos.Seacercóparaexaminarlasjoyaspero,depronto,seirguióy,contonofirme,declaró:

—Estonoesunsudario,nohasidovestidaparalamuerte.Setratadeunatúnicanupcial.

ElseñorTrelawnyseapresuróainclinarsesobrelamomiay,alcabodeuninstante,sevolvióhacianosotrosydijo:

—Mihija tiene razón.Estasvestidurasnoestándestinadasauncadáver.Además, observen que no se las han puesto, sino que, sencillamente,descansansobreelcuerpo.

Levantó el cinturón de piedras preciosas y se lo entregó aMargaret. Acontinuación,cogióconambasmanos laamplia túnicay lacolocósobre losbrazosextendidosdesuhija.

Quedamos asombrados ante la belleza de la figura que, a excepción delpañoquelecubríalacara,yacíacompletamentedesnudadelantedenosotros.El señor Trelawny volvió a agacharse y con manos temblorosas levantó el

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paño de lino, tan fino y delicado como la túnica, y cuando retrocediócontemplamos boquiabiertos la gloriosa hermosura de la reina. Me sentíavergonzado, pues consideré irreverente, e incluso sacrílega, nuestra actitudanteaquellabellezadespojadadesusropas.NoparecíaunamuertasinounaesculturatalladaenmarfilporPraxíteles.Noseadvertíalaruinaquelamuertees capaz de realizar en apenas un instante. Todos los poros del cuerpoaparecían maravillosamente conservados. La carne se revelaba tan turgentecomo ladeunapersonaviva, y lapiel poseía la suavidaddel satén.Sólo elcolor era insólito, pues se asemejaba al del marfil nuevo, a excepción delbrazoderecho,cuyamuñecaestabarotaycubiertadesangre.

Ruborizadayconunbrillodefuriaenlosojos,Margaretcubrióelcuerpocon lahermosa túnicaquesosteníaenelbrazo.Sóloquedóvisibleel rostro,más extraordinario aúnque el cuerpo, pues no parecíamuerto sino lleno devida. Los párpados estaban cerrados, pero las pestañas, negras y rizadas,sombreabanalgolasmejillas.Lasaletasdelanarizsehallabanenreposoylosentreabiertos labios, rojos y carnosos, nos permitieron admirar una fila dedientescomoperlas.Suabundantecabellera,negraylustrosa,estabarecogidasobre la blanca frente. Unos rizos, semejantes a tiernas raicillas, se habíanseparadodelpeinado.

PeseaqueCorbeckmelohabíaadvertido,nopudeevitarsorprendermealcomprobarcuánparecidaseranlareinayMargaret.Aquellamujer,porquemeresistíaapensarenellacomomomiaocadáver,eralaimagendemiamadatalycomolahabíavistoporvezprimera.Ylasemejanzaseacentuabaaúnmásmercedaladornodeoro,piedraspreciosasyplumasquellevabaenelcabello,muysemejantealqueMargarethabíalucidoenaquelbaile.

El señor Trelawny también semostró sorprendido, al borde del colapso,incluso,ycuandoMargaretseacercóaélyloabrazó,looímurmurar:

—¡Escomositúestuviesesmuerta,hijamía!

Se produjo un largo silencio. Percibí el rugido del viento en el exterior,pueshabíaestalladounatempestadylasolasseagitabanturbulentasenelmar.LavozdelseñorTrelawnymedevolvióalarealidaddecuantomerodeaba.

—Más adelante intentaremos averiguar qué proceso se siguió paraembalsamarla —dijo—. No se parece a nada de lo que conozco. No seadviertencortesporlosqueextraerlasvíscerasylosórganosinternos,porloquededuzcoqueéstosdebendecontinuardentrodel cuerpo.Tampoconotohumedadalgunaen lacarne, locual indicaque talvez,medianteunmétodoque desconocemos, inocularon cera o parafina en las venas, donde seendureció.

Margaretnosrogó,trascubrirelcuerpodelareinaconunasábana,quelo

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llevásemos a su habitación y lo pusiéramos sobre la cama. En cuanto lohubimoshecho,nosdespidiódiciendo:

—Déjenmesolaconella.Todavíahandepasaralgunashorasynoquieroqueseveaexpuestaalaintensaluzdelacueva.Éstaeslabodaparalaquesepreparó,labodadelamuerte,yalmenosdebelucirsusmejoresropas.

Cuando Margaret me llevó de nuevo a su habitación, la reina vestía latúnica de lino bordado en oro. Además, le había puesto todas sus alhajas.Alrededor del cuerpo vi varias velas encendidas, así como un ramillete defloresblancassobresupecho.

Cogidos de lamano, la contemplamos por unosminutos.Margaret dejóescapar un suspiro y la cubrió nuevamente con una sábana. Se volvió alinstantey,despuésdecerrarlapuertadesucuarto,volvióconmigojuntoalosdemás,quesehallabanenelcomedor.Empezamosahablarsobreloquehabíasucedidoyloqueestabaporsuceder.

Devezencuando,unouotrodelosallíreunidosseobligabaasímismoainiciarunaconversación.Eracomosinocreyésemosennuestrasposibilidadeso la largaesperacomenzaseaafectarnuestrosnervios.Advertíqueel señorTrelawnyhabíasufridomuchomásdeloquenosfigurábamosodeloqueélestaba dispuesto a demostrar. Su voluntad y determinación eran tan firmescomo siempre, pero su aspecto físico había desmejorado. Dadas lascircunstancias, resultaba lógico. Ningún hombre puede pasar un período decuatrodíasencontactopermanenteconlamuertesinsufrirlasconsecuencias.

El tiempo transcurría cada vez con mayor lentitud. Mis compañeros semostrabansomnolientosymepreguntésinoestaríanbajoelinflujodealgúnpoderhipnótico,almenosenelcasodelseñorTrelawnyydeCorbeck,queyahabíanpasadoporesaexperienciaenlatumbadelareina.EncuantoaldoctorWinchester,susperíodosdedistracciónaumentabanconelpasodelashoras.

Margaret palidecía por momentos, tanto que a medianoche empecé aalarmarme.Leroguéquemeacompañasealabibliotecaeintentéconvencerladequeseecharaenelsofáydescansaseporunrato.ComoelseñorTrelawnyhabíafijadoelexperimentoparalaséptimahoradespuésdelocaso,debíamosaguardarhastalastresdelamadrugada.Aunconcediendotodaunahoraalospreparativos finales, nos quedaban dos de impaciente vigilia, de modo queprometíamiamadaqueladespertaríacuandoelinstantellegase.Peroellanoaceptómisconsejos.Mediolasgraciasconunasonrisaymeaseguróquenoteníasueñoyquesesentíaconfuerzassuficientesparaesperar.Nopudepormenosderesignarme,peroprocuréretenerlaenlabibliotecaduranteunahora,hablandodevariascosas,y,cuandoporfininsistióenregresaralahabitaciónde su padre, pensé que almenos había hecho algo para ayudarla a pasar altiempo.

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Encontramos a los tres hombres sentados en el comedor, en silencio.Margaretyyonosunimosaellos.

Cuandosonaronlasdos,todosparecimosrecobrarenpartenuestroánimo.

Lassombrasquesehabíancernidosobrenosotrosenel transcursodelaslargashorasanterioresparecierondisiparsede repentey todosnosdirigimospresurosos a nuestras respectivas tareas, rebosantes de entusiasmo. Primeroexaminamoslasventanasparacomprobarqueestuvierancerradas,puesahorala tormenta arreciaba con tal fuerza que temíamos que desbaratara nuestrosplanes,loscualessebasaban,precisamente,enunsilencioabsoluto.Despuéspreparamos nuestras mascarillas para ponérnoslas cuando se acercara elmomento. Habíamos decidido utilizarlas ya desde un principio, pues nosabíamos si surgiría algún vapor perjudicial cuando abriéramos el CofreMágico.Porlovisto,aningunodenosotrosselehabíaocurridopensarquelacuestióndelaaperturadelcofrenoestabaenmodoalgunoresuelta.

Después,bajolaguíadeMargaret,trasladamoselcuerpodelareinaTera,quesehallabavestidatodavíaconsusropajesnupciales,desdesuhabitaciónalacueva.

Fue un extraño espectáculo en extrañas circunstancias. Un grupo dehombressilenciososapartandodelasvelasencendidasydelasblancasfloresaquella blanca e inmóvil figura cuyo aspecto, cuando a causa de nuestrosmovimientos, la túnica cayó hacia atrás,me hizo evocar de inmediato el deunaestatuademármol.

La depositamos en el sarcófago y colocamos sobre el pecho la manocortada,pueseraahídondedebíaestar.DebajodeellapusimoslaJoyadelasSieteEstrellasqueelseñorTrelawnyhabíasacadodelacajafuerte.Cuandolacolocó en su sitio, la gema pareció despedir destellos deslumbradores. Laintensa luzde lasbombillaseléctricas iluminaba fríamenteelgransarcófagopreparadoparaelexperimentofinal,basadoenlasinvestigacionesdetodalavida de aquellos dos estudiosos que tanto habían viajado. Una vez más, elsorprendente parecido entre Margaret y la momia, intensificado por suinquietantepalidez,acrecentóelextrañocarácterdelasituación.

Cuandofinalmentetodoestuvopreparado,habíantranscurridotrescuartosdehora,pueshabíamosactuadocondeliberada lentitud.Margaretme indicóconungestoquemeacercara,yambosnosretiramosasuhabitación.Allíhizoalgo que me produjo una extraña emoción y me hizo comprenderprofundamente el desesperado carácter de la empresa en que nos habíamosembarcado. Una a una fue apagando cuidadosamente las velas y volvió acolocarlasensuslugaresacostumbrados.Alterminar,medijo:

—¡Yanosirvenparanada!Noimportaloqueocurra,lavidaolamuerte,

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ahoradenadaserviráquelasutilicemos.

Regresamos a la cueva con una extraña sensación de irrevocabilidad.¡Retrocederyaeraimposible!

Nos colocamos las mascarillas y ocupamos los lugares previamenteacordados. Yo debería permanecer al lado de los interruptores de la luzeléctrica, preparado para accionarlos en cuanto el señor Trelawny me loindicara. Su última advertencia en el sentido de que cumpliera susinstrucciones con toda la precisión fue casi una amenaza, pues dijo quecualquiererrorodescuidopormipartepodríaentrañarlamuertedealgunodenosotrosodetodos.MargaretyeldoctorWinchesterdeberíansituarseentreelsarcófagoylaparedparanointerponerseentrelamomiayelCofreMágico.Deberíanobservarcuidadosamentecualquiercosaqueleocurrieraalareina.

ElseñorTrelawnyyCorbeckseencargaríandeencenderlaslámparas,traslo cual ocuparían sus puestos correspondientes, el primero a los pies delsarcófagoyelsegundoenlacabeceradelmismo.

Cuando lasmanecillasdel relojseacercarona lahora,permanecierondepieconlasvelitasencendidascomolosartillerosdeantañoconsusbotafuegosapunto.

El paso del tiempo durante los minutos que siguieron fue un horrorprolongado.El señorTrelawnyestaba inmóvil,consu relojdebolsilloen lamano,listoparadarlaseñal.

Elmomentoseacercabaconinconcebiblelentitud;pero,alfinal,seoyóelchirridodelasruedasqueanunciabanlainminenciadelahora.Elsonidodelacampanilla de plata del reloj de pared pareció golpear nuestros corazonescomounanunciodecondenacióneterna.¡Una!¡Dos!¡Tres!

La llama prendió en los pabilos de las lámparas y yo encendí la luzeléctrica. Bajo el débil parpadeo de aquéllas y el claro brillo de ésta, laestanciay loqueconteníaadquirióunaextrañaforma,comosi todohubiesecambiado de golpe. Esperamos, con el corazón en un puño. Fuera seguíaarreciando la tormenta; las persianas que cubrían los estrechos agujerosabiertosenlasparedesvibrabanycrujíancomosialgopugnaraporentrar.

Lossegundosparecierontranscurrirconalasdeplomo;fuecomositodoelmundosehubieradetenido.Lasfigurasdelosdemásapenasdestacabany,enmedio de las sombras, sólo se veía con toda claridad el blanco vestido deMargaret.Lasvoluminosasmascarillasquellevábamospuestascontribuíanaintensificarnuestroextrañoaspecto.LamortecinaluzdelaslámparascuandoelseñorTrelawnyyCorbeckseinclinaronsobreelcofreiluminólacuadradamandíbula y la firme boca del primero y el moreno y arrugado rostro delsegundo.Losojos de ambosparecíandespedir destellos bajo la luz.Al otro

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ladodelaestancia,losdeldoctorWinchestercentelleabancomoestrellasylosdeMargaretrelucíanigualquenegrossoles.

¿Acasoaquellaslámparasnoacabaríandeencendersejamás?

Encuestióndesegundos,susllamascobraronfuerza.Unalentayregularllama cada vez más brillante empezó a cambiar de color desde el azul alblanco cristalino. Los dos hombres permanecieron inmóviles por un par deminutos,sinqueseobservaraelmínimocambioenelcofre.Alfin,empezóaenvolverlounsuaveresplandor,quefueintensificándosehastaconvertirseenuna joya fulgurante, y después en algo que semejaba un ser viviente cuyaesenciafueralaluz.ElseñorTrelawnyyelseñorCorbecksedesplazaronensilencioasuspuestosjuntoalsarcófago.

Mientras seguíamos esperando, nos pareció que nuestros corazonesdejabandelatir.

De repente, se oyó un sonido semejante al de una minúscula explosiónamortiguada y la tapa del cofre se levantó unos milímetros en sentidohorizontal. Todo se veía ya con claridad absoluta, pues la cueva se habíainundadode luz.Acontinuación,sinmoverseporun lado, la tapaempezóalevantarse lentamenteporelotrocomosicedieraa lapresióndelequilibrio.Yonopodíaverloquehabíadentro,puesmeloimpedíalatapalevantada.Elcofreseguíabrillando;desuinteriorempezóasurgirunligerovaporverdosoqueflotóendirecciónalsarcófagocomosialgoloempujaseoatrajerahaciaél.Yonopodíaaspirarporenterosusefluviosacausadelamascarilla,pero,aunasí,percibíunextrañooloracre.Alcabodepocossegundoselvaporsecondensóunpocoyempezóapenetrardirectamenteenelsarcófagoabierto.Estaba claro que el cuerpomomificado ejercía cierta atracción en él, comotambiénloestabaqueelvaporejercíaciertoefectoenelcuerpo,puespocoapoco el sarcófago empezó a iluminarse como si éste hubiera empezado adespedir luz.Desde el lugar dondeme encontraba no podía ver qué ocurríadentro, peropor la expresióndequienesobservabanaquel fenómenodedujequealgoinusualestabasucediendo.

Ansiaba acercarme para echar un vistazo, pero, recordando la solemneadvertenciadelseñorTrelawny,mequedédondeestaba.

La tormenta seguía rugiendo alrededor de la casa y yo sentía temblar larocasobrelaquesealzaba.Laspersianasparecíantensarsecomosielvientodel exterior quisiera penetrar a la fuerza en medio de furiosos aullidos decólera.Enaquellahoratemibleyexpectanteenquelasfuerzasdelavidaydelamuerteluchabanporalzarseconel triunfo, imaginéporuninstantequelatormentaeraunserviviente,animadoporunafuriasobrehumana.

De repente, los ansiosos rostros que rodeaban el sarcófago se inclinaron

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haciadelante.Laexpresióndemudoasombrodesusojos, iluminadospor laluz sobrenatural del interior del sarcófago, poseíaun fulgorque superaba lomortal.

Mis ojos habían quedado casi ciegos a causa de aquella luz terrible yparalizadora,deformatalqueapenaspodíadarcréditoaloqueveía.Algodecolor blanco surgía del interior del sarcófago abierto. Algo que a mistorturadosojoslesparecióunaespeciedebrumatenueyblanca.Enelcentrodeaquellabruma, tanborrosayopacacomounópalo, algoqueparecíaunamano sostenía una joya fulgurante de la cual escapaban múltiples hacesluminosas. Cuando él violento fulgor del cofre se unió a aquel resplandornuevo y viviente, el verde vapor que flotaba entre ellos se convirtió en unacascadadebrillantespuntos…¡unmilagrodeluz!

Justo en aquel instante se produjo un cambio. La violenta tormenta queazotabalasgruesaspersianassealzóconlavictoria.Conunsonidosemejantealdeundisparodepistola,elpestillodeunadeellasserompióylapersianagolpeócontralapared,girandosobresusgoznes.Deinmediatopenetróenlacuevaunaterribleráfagadevientoquehizooscilarlasllamasdelaslámparasydesvióelcursodelvaporverdoso.

Entonces la bruma que surgía del cofre sufrió un nuevo cambio. Por unsegundo brotó una breve llamarada y se oyó una explosión amortiguada.Después empezó a salir una negra humareda que fue espesándose conasombrosa rapidez al tiempo que su volumen aumentaba hasta que toda lacueva empezó a quedar a oscuras y sus perfiles se desvanecieron.El vientoseguía entrandocon furia en la estancia.Obedeciendoauna señaldel señorTrelawny,Corbeckfueacerrarlapersianaylaaseguróconunacuña.

Sentí el deseo de ayudarlo, pero tenía que esperar las instrucciones delseñorTrelawny,quienpermanecía inflexiblementeensu sitiode lacabeceradelsarcófago.Lehiceseñascon lamano,peroélme indicóconunademánquenomemoviera.Pocoapocolasfigurasquerodeabanelsarcófagofuerondesdibujándose enmedio de las densa humareda que las envolvía.Al final,dejé de distinguirlas. Quería desesperadamente acercarme a Margaret, peroreprimí una vez más mi impulso. En caso de que aquella lobreguez seprolongara, la luz sería imprescindible para nuestra salvación; ¡y yo era suguardián!Mientraspermanecíainmóvilenmisitio,sentíquelaangustiademiinquietuderacasiinsoportable.

Elcofrehabíaadquiridouncolorapagadoy la llamade las lámparaseracada vezmás débil, como si el espeso humo estuviera a punto de ganar lapartida.Muyprontolaoscuridadabsolutacaeríasobrenosotros.

Esperé,confiandoenquedeunmomentoaotrooiríalaordendeencenderla luz. Pero ésta no llegó. Seguí aguardando mientras contemplaba con

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dolorosaintensidadlasnubesdehumoquebrotabandelcofre,cuyoresplandorsedesvanecíaprogresivamente.Lasllamasdelaslámparasseapagaronunaauna.

Alfinal,sóloquedóunalámparaencendida,enlaqueardíaunavacilantellamaazulada.YomanteníalosojosclavadosenMargaret,enlaesperanzadeverlacuandosedisiparaunpocolaoscuridad.Miinquietudsecentrabaahorasóloenella;distinguíavagamentesublancatúnicamásalládelborrosoperfildelsarcófago.

Lanegrabrumaeracadavezmásdensaysuasperezaempezabaairritarmelosojos.Deprontomeparecióquelacantidaddehumoquebrotabadelcofredisminuíayqueelhumoeramenosespeso.Meparecióentoncesquealotrolado de la cueva, donde se encontraba el sarcófago, algo blanco se movía.Después vi varios movimientos parecidos. A través de la densa humaredaalcancéavislumbrarfugazmenteunbrillodeblancura,pueslaúltimalámparaestabaempezandoaparpadearantesdeapagarseporcompleto.

Elúltimo resplandordesapareció al fin,y consideréquehabía llegadoelmomentodehablar.MequitélamascarillaypreguntéalseñorTrelawny:

—¿Quierequeenciendalaluz?

Nadie contestó. Antes de que el espeso humo me asfixiara, volví apreguntar,levantandounpocomáslavoz:

—SeñorTrelawny,¿quierequeenciendalaluz?¡Contésteme!¡Siustednomeloimpide,laencenderé!

Al no obtener respuesta, pulsé el interruptor. Para mi horror, éste noobedeció. ¡Sehabíaproducidoalgúnfalloen lacorrienteeléctrica!Memovíconlaintencióndesubircorriendoporlaescaleraparatratardeaveriguarlacausa,peronopodíavernada,puesmerodeabalaoscuridadmásabsoluta.

CrucéatientaslaestanciahaciaellugardondeyocreíaqueseencontrabaMargaret.Alhacerlo, tropecéconuncuerpo.Notépor la ropaqueeraeldeuna mujer. El corazón me dio un vuelco; Margaret había perdido elconocimiento, o tal vez hubiesemuerto. Tomé en brazos el cuerpo y seguícaminandohastallegaraunapared.Siguiéndola,lleguéalaescaleraysubílospeldañosconlamayorrapidezquepude,aunconladificultaddelpesodelaadoradacargaquesosteníaenlosbrazos.Quizálaesperanzaaliviómitarea,yaque,mientrassubíaymealejabadelacueva,meparecióqueelcuerpoeracadavezmásligero.

Deposité el cuerpo en el descansillo y me abrí paso a tientas hacia lahabitación deMargaret, donde sabía que estaban las cerillas y las velas queellahabíacolocadoalladodelareina.Encendíunacerillaymealegrédever

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luz. Prendí dos velas y, tomando una en cada mano, regresé corriendo aldescansillo,dondehabíadejadoalaqueyocreíaMargaret.

Su cuerpo no estaba allí. Pero en el lugar donde lo había depositado seencontrabanlosropajesnupcialesde lareinaTera, rodeadosporuncercodeespléndidaspiedraspreciosas.A laalturadel corazóndescansaba la JoyadelasSieteEstrellas.

Mareadoypresadelpánico,bajéalacueva.Lasdosvelasquellevabaerannuevos puntos de luz en medio del humo negro e impenetrable. Volví aponermelamascarillaybusquéamiscompañeros.Ningunosehabíamovidodesusitio.Habíancaídoalsueloymirabanhaciaarribaconunaexpresióndeinefable terror.Margaret se había cubierto el rostro con las manos, pero laapagadamiradadesusojosprodujoenmíunaimpresiónterrible.

Abrílaspersianasparaqueentraratodoelaireposible.Latormentaestabaamainandoconlamismarapidezconquesehabíadesencadenadoyahorasólosoplabanalgunasrachasirregulares.¡Bienpodíacalmarsedespuésdetodoeldañoquehabíacausado!

Traté de ayudar amis compañeros, pero todo fue inútil.Allí, en aquellacasasolitaria,lejosdelauxiliodeloshombres,todoseríainútil.

Tuvesuertedequesemeevitaraeldolordelaesperanza.

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