La Madre Con Hijos Adolescentes
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LA MADRE CON HIJOS ADOLESCENTES. Y
JOVENES
INTRODUCCION:
Es un privilegio compartir contigo, Amada Mujer, que nos sintoniza cada jueves
en tu programa favorito Secreto de una Mujer, el segmento De estudios:
Diferentes etapas y oportunidades en la vida de una mujer. Hoy vamos a tratar el
tema de las madres con hijos adolescentes y jóvenes, esperando que Dios hable a
tu vida. Y sea de gran bendición para tu hermosa familia.
Generalmente, los matrimonios con hijos pequeños están, esperando, como yo lo
hacía, que estos crezcan para poder estar más libres y tener más tiempo para
realizar lo que nos gratifica o deseamos hacer y que, por cuidar de los niños, no
pueden lograr ahora por no disponer del tiempo. Los que tienen hijos
adolescentes, inmersos en la problemática de la rebeldía o la apatía, o en la
disconformidad, o en el excesivo activismo de sus muchachos esperan que esta
etapa sea superada y llegue a la etapa de la juventud. Para que los ánimos se
aquieten y todo se vuelva normal. Los padres de hijos jóvenes envueltos en el
torbellino de las grandes decisiones de trabajo, noviazgo y casamiento, creen que
pasado eso podrán disfrutar de tranquilidad y de más tiempo para cumplir con sus
muchas postergadas aspiraciones personales.
En el caso de la madre, con hijos adolescentes y jóvenes se produce un
importante cambio en cuanto a su responsabilidad para con ellos, la atención
hacia ellos cambia, ya no tiene necesidad de atenderlos como cuando eran niños.
Por lo tanto hay un gran alivio.
Pero con el crecimiento físico, emocional y espiritual vienen en pareja los
problemas y situaciones que exigen mucho de la madre. Esto muchas veces las
lleva a exclamar ¡era preferible cuando eran niños!
Quizá tú también estés atravesando, por esta etapa, mujer que estás oyendo tu
programa secretos de una mujer, tal vez te sientas cansada y te veas tentada a
pensar, “Estoy muy ocupada con mis deberes de esposa y madre; mis hijos me
necesitan; no tengo tiempo de trabajar en la obra del Señor. No mujer nunca digas
no puedo. Te invito a que busques en los ejemplos bíblicos y descubras que Dios
nunca llamó, para servirlo, a personas desocupadas que no tuvieran nada que
hacer, sino precisamente a los que ya estaban ocupados en un trabajo, parece
que a Él no le interesa los que están desocupados. Si eres una mujer normal,
física y mentalmente apta, no puedes esperar que llegue un momento en tu vida
en que no tengas nada que hacer, Cada etapa trae responsabilidades y trabajos
que deberás cumplir.
Tal vez estés pensando cuando mis hijos se casen y quede sola con mi esposo,
tendré tiempo y podré hacerlo. La Biblia dice en (Eclesiastés 9:10 Todo lo que
viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas. EL Señor conoce tus
capacidades, tus limitaciones, el tiempo de que dispones, tus fuerzas y tus
responsabilidades en tu hogar, El desea utilizarte como su colaboradora. ¡Qué
gran privilegio! El no te está pidiendo que desatiendas tu casa, ni a tu esposo
mucho menos a tus hijos. Solo te dice “Todo lo que esté en tu mano o en tus
posibilidades hacer, hazlo con todo empeño”. Ahora bien, ¿cómo puedes
transformar tus impedimentos en oportunidades? Permíteme compartir
contigo algunas pautas que puedes considerar como patrones que te ayudaran a
clasificar tus ideas para que luego las apliques a tu conducta
Primero: considera.
TU ACTITUD HACIA DIOS, te aconsejo que al referirte a El hazlo como al “Jefe
Supremo”, cuando debas tomar una nueva tarea o una nueva decisión, consulta
con el “Jefe Supremo”, esto te ubica en el lugar justo con respecto al Señor, EL es
el Jefe, EL Señor, El Amo, El Dueño, El gran Yo Soy, En su palabra hay muchas
órdenes que cumplir que vienen de parte de Él. La orden es: Hacer Discípulos,
Ser testigos, nos envía como ovejas en medio de lobos. El cumplir estas órdenes
implica servicio en su obra a través de la iglesia, Y por supuesto le servimos
cuando estamos con nuestros hijos en el hogar, con el testimonio ante las vecinas,
pero también le servimos cumpliendo un ministerio dentro del cuerpo de Cristo.
Con nuestros dones y talentos. De modo que no entra dentro de tus posibilidades,
ni de las mías, el decir a Dios: “Señor, no puedo servirte porque tengo que atender
a mi esposo o a mis hijos… porque son pequeños o grandes, porque estoy muy
ocupada… o porque no me siento bien”… Simplemente eso no es posible porque
EL es el jefe Supremo, y las órdenes del jefe no se consideran, ni se discuten, se
cumplen.
Segundo Considera:
TU ACTITUD HACIA EL SERVICIO A DIOS. De cuál sea tu actitud hacia el
Señor como tal, se desprenderá cual será tu forma de ver y sentir el servicio que
haces para EL. Oye lo que El Apóstol Pablo dice en 1era a los Corintios 3:9.
“Nosotros somos colaboradores de Dios” para edificar sobre el fundamento
que está puesto, “el cual es Jesucristo”. Quizá tú seas una mujer muy
importante, tal vez tengas uno o varios títulos universitarios, tienes un importante
cargo, a lo mejor eres, Doctora, Enfermera, Educadora, Sin embargo, ninguna de
estas tareas tan importantes, se igualan ni por sospecha a lo que significa salvar
almas, rescatarla de Satanás, e instruirla en el reino de Dios, por supuesto todo lo
hizo El Señor Jesucristo, pero en su gracia EL te permite ayudarle, colaborar con
El, ser un instrumento útil por medio del cual alguien pueda conocerle.
Cuando llegues a descubrir esta grandiosa, posibilidad y valorarla, en toda su
magnitud, dejarás de pensar, como una carga, en el puesto de maestra de
Escuela en tu Iglesia, o en cualquier otra tarea que estés haciendo para el Señor.
Ve esta tarea como la más importante, superior a cualquier obra humanitaria,
como un privilegio que los seres humanos no merecemos y que Dios, en su Amor
y misericordia, quiso otorgarnos.
Tercero considera:
Tu actitud hacia tu familia. Muchas veces habrás oído la frase: “El primer
ministerio de una madre son sus hijos”, y esto es una gran verdad. No es bueno
por ejemplo que estés enseñando la Biblia a los hijos de tus hermanos en Cristo,
si no tienes tiempo o voluntad de enseñar primero a tus propios hijos. Pero formar
a nuestros hijos en el camino del Señor, impregnarles del conocimiento de Dios y
lograr que la relación de ellos con EL sea una vivencia, no es solamente compartir
con ellos las enseñanzas bíblicas, aunque esto no debe dejar de hacerse; es
compartir una vida en la cual Dios y sus normas son lo más importante, y en la
cual el amor es la regla principal de la conducta.
Dios en su palabra nos enseña claramente acerca de nuestros deberes para con
los hijos, como les enseña a ellos acerca de sus deberes para con los padres.
Siempre me ha impactado la actitud de pablo en la carta a los Efesios cuando nos
dice. “Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos
en disciplina y amonestación del Señor”. Como madre aprenda a tener en
cuenta las grandes necesidades y problemas de sus hijos, pero también los
detalles más pequeños. Trata de disfrutar al máximo cuando ellos ayudan en el
hogar, enséñeles a participar del servicio del Señor, Esto debe partir de un sentir
verdaderamente auténtico de tu corazón.
Cuarto considera
Tu actitud hacia ti misma: En este punto deseo compartir contigo amada mujer
que estas escuchando tu programa favorito” Secreto de una Mujer” mi testimonio
de las tantas y tan maravillosas promesas que se encuentran en la Biblia una de
mis favoritas es: ISAIAS 40:29-31: “EL da esfuerzo al cansado, y multiplica las
fuerzas al que no tiene ninguna. Los muchachos se fatigan y se cansan, los
jóvenes, flaquean y caen: pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas
fuerzas: levantaran alas como las águilas: correrán, y no se cansaran;
caminaran y no se fatigaran.”
Esta promesa se ha transformado en una realidad en mi vida. No te imaginas
cuantas veces, al volver a casa luego de predicar en alguna reunión de mujeres o
de visitar a un enfermo o de otra actividad de la iglesia, he llegado tan agotada
que al abrir la puerta y recordar cuantas cosas quedaron pendientes. He sentido
deseos de llorar. Pero aprendí a optar por otra cosa: dar gracias al Señor y
recordar sus bellas promesas.
Y para despedirme. Espero que tu. Mujer, que tienes el privilegio de
sintonizarnos, estés convencida que cada mujer, es algo único para Dios, y
entiendas también, que El sabe tratar de modo especial con cada una de nosotras.
Por eso ten la convicción de que si Tú le permites obrar en cada circunstancia de
tu vida, dependiendo de lo que El desea hacer y no de lo que a ti te parezca mejor,
El lo hará de un modo perfecto. Cada nuevo día es una nueva oportunidad que
Dios nos da para corregir nuestros errores y para tratar de hacer las cosas mejor.
Así como cada día es una nueva ocasión de hacer que esa etapa no sea un
tiempo de fracasos sino de oportunidades bien aprovechadas para la gloria de
Dios.
Dios les bendiga, espero nos sintonices el Próximo jueves.
Ahora vamos a disfrutar de una pauta musical