La Mandrágora Nº 1 Año 9 -...

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L a M a n d r ag o r a Año IX ~ Nº 1 ~ Octubre-Diciembre, 2008 [#88] I. E. S. León Felipe – Benavente 32 I. E. S. León Felipe – Benavente ARQUITECTURA TÉCNICA Y ÉTICA DEL ARQUITECTO MIGUEL FISAC Y LA IGLESIA DE PUMAREJO DE TERA (Zamora) LA TÉCNICA.- Del arquitecto Miguel Fisac (1913-2006) puede decirse que es "un gran desconocido". Que el va- lor técnico y estético de su obra no ha tenido en nuestro país la fama que merece fuera del reducido círculo de especialistas. Tal vez sea porque en España dos grandes arquitectos, primero Gaudí y más tarde Calatrava, han ensombreci- do la luz de cualquier otro. Su arquitectura es de una buscada austeridad, frente a la exuberancia del “mági- co prodigioso” Gaudí, y se expresa en formas cercanas a la primaria naturaleza mineral, frente a la deslum- brante geometría del esteti- cista Calatrava, producien- do obras de poco pavoneo visual, aunque, eso sí, de una simplicidad y eficacia propias de la incorregible- mente bella naturaleza. Fisac es, forzando la com- paración, un Ockham de la arquitectura que pretende "no multiplicar los entes sin necesidad". Bien es ver- dad que hay excepciones como, por ejemplo, “la pa- goda”, un original edificio que construye en Madrid para los laboratorios Jorba entre los años 65-70 y que, no obstante su belleza, la especulación inmobiliaria derribó en 1999 para hacer pisos sin que la oposición a tamaño despropósito con- siguiera evitarlo y sin que trascendiera mucho tal des- aguisado (el artículo sobre Fisac del gran observador de la vida madrileña, Fran- cisco Umbral, que transcri- bimos unas páginas más adelante, es de 2004, y en él Umbral aún cree que el edi- ficio existe, cuando había sido derruido cinco años antes). Inventó y patentó es- tructuras arquitectónicas huecas de hormigón para cubrir espacios amplios, como naves industriales, iglesias, puentes o gran- des edificios, aligerando el peso sin perder resistencia. El pasado año, en Coruña y Barcelo- na se han realiza- do dos exposicio- nes paralelas de estas invencio- nes suyas con el nombre “Huesos varios”, por la se- mejanza de tales estructuras con los huesos de los animales verte- brados, apuntada públicamente por él mismo allá por el año 1982 en un Congreso de Arquitectos celebrado en Estocolmo. En cuanto a la técnica constructiva, defendió y di- fundió en nuestro país las virtudes del “hormigón pre- tensado”. La resistencia a la tracción del hormigón con- vencional es muy inferior (unas diez veces menor) a su resistencia a la compre- sión. De ahí que si se desea emplear ese material en ele- mentos que deban resistir tracciones intensas y conti- nuas (como ocurre, por po- ner un ejemplo evidente, en los puentes), es necesario encontrar una forma de su- plir esa falta de resistencia. Normalmente ello se había solucionado mediante una estructura metálica de re- fuerzo en el interior del hormigón. Esto es lo que se conoce como “hormi- gón armado” convencional, el cual proporciona a los elementos arquitectónicos una resistencia extra. Sin embargo, presenta el in- conveniente de no impedir el agrietamiento del hormi- gón ante ciertos niveles de carga. La solución pasa por tensar con gatos hidráuli- cos o cualquier otro medio los elementos metálicos re- forzantes antes de echar el hormigón 1 . Se ha dicho que tal vez esta preferencia suya por experimentar con la técnica del hormigón pretensado y sus novedosas posibilida- des expresivas le alejaba de la atrasada realidad in- dustrial española, siendo la principal causa de que durante muchos años pa- deciera falta de encargos y un cierto ostracismo social. En su opinión, sin embargo, la causa de su paro forzo- so durante década y media estuvo en su salida en 1955 del poderoso y cada vez más influyente Opus Dei, del cual había sido miembro fundador. Sea de ello lo que fuere, lo cierto es que en el año 2003 recibe por fin un merecido reconocimien- to al otorgársele el Premio Nacional de Arquitectura. Apenas tres años antes de su muerte. 1 El silo de la azucarera de Be- navente terminado en el verano de 1977 se construyó usando la técnica del hormigón pretensado, entonces una novedad por estos lares, para lo cual se hizo venir a una empresa catalana especiali- zada, puede que única en Espa- ña, llamada Freissenet, y que a mí, que con mis 18 años de igno- rancia recién cumplidos trabajaba cedido para dicha empresa duran- te ese verano en la construcción del silo, me dio por pensar que estaría relacionada con la conoci- da marca de cava de similar foné- tica que todas las Navidades nos asombra por sus espectaculares anuncios de televisión, cuando en realidad, creo yo ahora, tal nombre resultaría ser la transcripción (¿al castellano, al catalán?) del apelli- do del ingeniero francés Eugène Freyssinet (1879-1966) cuyas ingeniosas soluciones técnicas dadas al pretensado de hormigón hicieron definitivamente posible el uso moderno de ese material en todo tipo de obras. En Francia se le considera “un génie compara- ble à Gustave Eiffel”. La "pagoda" >>

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TURA TÉCNICA Y ÉTICA DEL ARQUITECTO MIGUEL FISAC

YLA IGLESIA DE PUMAREJO DE TERA (Zamora)

► LA TÉCNICA.- Del arquitecto Miguel

Fisac (1913-2006) puede decirse que es "un gran desconocido". Que el va-lor técnico y estético de su obra no ha tenido en nuestro país la fama que merece fuera del reducido círculo de especialistas. Tal vez sea porque en España dos grandes arquitectos, primero Gaudí y más tarde Calatrava, han ensombreci-do la luz de cualquier otro. Su arquitectura es de una buscada austeridad, frente a la exuberancia del “mági-co prodigioso” Gaudí, y se expresa en formas cercanas a la primaria naturaleza mineral, frente a la deslum-brante geometría del esteti-cista Calatrava, producien-do obras de poco pavoneo visual, aunque, eso sí, de una simplicidad y eficacia propias de la incorregible-mente bella naturaleza. Fisac es, forzando la com-paración, un Ockham de la arquitectura que pretende "no multiplicar los entes sin necesidad". Bien es ver-dad que hay excepciones como, por ejemplo, “la pa-goda”, un original edificio que construye en Madrid para los laboratorios Jorba entre los años 65-70 y que, no obstante su belleza, la especulación inmobiliaria derribó en 1999 para hacer pisos sin que la oposición a tamaño despropósito con-siguiera evitarlo y sin que trascendiera mucho tal des-

aguisado (el artículo sobre Fisac del gran observador de la vida madrileña, Fran-cisco Umbral, que transcri-bimos unas páginas más adelante, es de 2004, y en él Umbral aún cree que el edi-ficio existe, cuando había sido derruido cinco años antes).

Inventó y patentó es-tructuras arquitectónicas huecas de hormigón para cubrir espacios amplios, como naves industriales, iglesias, puentes o gran-des edificios, aligerando el peso sin perder resistencia.

El pasado año, en Coruña y Barcelo-na se han realiza-do dos exposicio-nes paralelas de estas invencio-nes suyas con el nombre “Huesos varios”, por la se-mejanza de tales estructuras con los huesos de los animales verte-brados, apuntada públicamente por él mismo allá por el año 1982 en un

Congreso de Arquitectos celebrado en Estocolmo.

En cuanto a la técnica constructiva, defendió y di-fundió en nuestro país las virtudes del “hormigón pre-tensado”. La resistencia a la tracción del hormigón con-vencional es muy inferior (unas diez veces menor) a

su resistencia a la compre-sión. De ahí que si se desea emplear ese material en ele-mentos que deban resistir tracciones intensas y conti-nuas (como ocurre, por po-ner un ejemplo evidente, en los puentes), es necesario encontrar una forma de su-plir esa falta de resistencia. Normalmente ello se había solucionado mediante una estructura metálica de re-fuerzo en el interior del hormigón. Esto es lo que se conoce como “hormi-gón armado” convencional, el cual proporciona a los elementos arquitectónicos una resistencia extra. Sin embargo, presenta el in-conveniente de no impedir el agrietamiento del hormi-gón ante ciertos niveles de carga. La solución pasa por

tensar con gatos hidráuli-cos o cualquier otro medio los elementos metálicos re-forzantes antes de echar el hormigón1.

Se ha dicho que tal vez esta preferencia suya por experimentar con la técnica del hormigón pretensado y sus novedosas posibilida-des expresivas le alejaba de la atrasada realidad in-dustrial española, siendo la principal causa de que durante muchos años pa-deciera falta de encargos y un cierto ostracismo social. En su opinión, sin embargo, la causa de su paro forzo-so durante década y media estuvo en su salida en 1955 del poderoso y cada vez más influyente Opus Dei, del cual había sido miembro fundador. Sea de ello lo que fuere, lo cierto es que en el año 2003 recibe por fin un merecido reconocimien-to al otorgársele el Premio Nacional de Arquitectura. Apenas tres años antes de su muerte.

1 El silo de la azucarera de Be-navente terminado en el verano de 1977 se construyó usando la técnica del hormigón pretensado, entonces una novedad por estos lares, para lo cual se hizo venir a una empresa catalana especiali-zada, puede que única en Espa-ña, llamada Freissenet, y que a mí, que con mis 18 años de igno-rancia recién cumplidos trabajaba cedido para dicha empresa duran-te ese verano en la construcción del silo, me dio por pensar que estaría relacionada con la conoci-da marca de cava de similar foné-tica que todas las Navidades nos asombra por sus espectaculares anuncios de televisión, cuando en realidad, creo yo ahora, tal nombre resultaría ser la transcripción (¿al castellano, al catalán?) del apelli-do del ingeniero francés Eugène Freyssinet (1879-1966) cuyas ingeniosas soluciones técnicas dadas al pretensado de hormigón hicieron definitivamente posible el uso moderno de ese material en todo tipo de obras. En Francia se le considera “un génie compara-ble à Gustave Eiffel”.La "pagoda"

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ARQUITECTURA

► LA ÉTICA.-Pero Fisac no entiende

su arte sólo como una serie de soluciones de carácter técnico, sino que éstas han de estar orientadas ética-mente, pues, según él dice, la arquitectura es “un tro-zo de aire humanizado”, en el doble sentido de que es un espacio hecho por el hombre y para el hombre (esto último es fundamen-tal). Nunca le gustó dema-siado el Museo Guggen-heim bilbaíno, entre otras razones porque está con-cebido espacialmente para ser mirado/admirado y no tanto para ser habitado, al menos todo lo que puede hacerse habitable un mu-seo. Y es que Fisac profesa una arquitectura humanis-ta, ni faraónica ni de fara-laes, a la medida humana. El primer concurso en el que participó y ganó en el año 1950 estaba convo-cado por el Colegio de Ar-quitectos de Madrid con la finalidad de diseñar, sobre una superficie mínima y a precio muy económico, vi-viendas sociales para gente pobre. En su libro La Mo-lécula Urbana, escrito en 1969, defiende un tipo de urbanismo humanista que él denomina “ciudad con-vivencial”, anticipándose en varios años al exitoso li-bro Lo pequeño es hermoso (1973), en el que el econo-mista alemán F. Schuma-cher abogaría por habitar en pequeñas comunidades autosuficientes como for-ma de convivencia futura, libro que según la revista The Times es uno de los 100 más influyentes publi-cados a partir de la segun-da guerra mundial.

El último “invento” de Fisac consiste en revolu-cionar el “itinerario para construir”, con el obje-tivo de que las personas puedan montar su casa de modo casi autónomo, liberándolas en lo posi-ble de las constructoras. ¿Cómo? Invirtiendo el pro-

ceso constructivo: si ahora lo primero que se hace al construir una casa es echar el hormigón, en el futuro eso habría que hacerlo en último lugar, una vez ar-mada la estructura comple-ta de la casa con paneles manejables. Este «nuevo itinerario para construir», dice Fisac, «variaría total-mente la construcción de las viviendas puesto que la gente podría hacer las par-tes de la construcción en su casa y luego montarlo y acabarlo con el hormigón. Esta solución haría variar la situación sociológica de la construcción. Los cons-tructores, los albañiles, etc, casi desaparecerían. Sólo sería necesario un equipo de montaje».

Como vemos, la arqui-tectura de Fisac mantuvo siempre un claro compro-miso ético con la vida hu-mana. Quería humanizar el aire que habitamos.

► LA IGLESIA DE PU-MAREJO DE TERA.-

Y emergiendo como la más humana y la más ockhamista de sus obras —seguramente también la más generosa, pues no cobró nada por ella— te-nemos una iglesia en la provincia de Zamora, cons-truida en 1985 en la reco-leta localidad de Pumarejo de Tera. Es sencilla como el pueblo que la acoge y es la más humana porque fue levantada a mano por los vecinos mediante turnos, dividiéndose el trabajo por familias, sobre el solar de la vieja iglesia, que se había derrumbado . Las personas

trabajaban de sol a sol y de lunes a sábado. Tarda-ron 73 días en levantarla. Para hacer los necesarios andamios emplearon cho-pos de terrenos comunales existentes en la ribera del río. Los muros se constru-yeron con sencilla piedra cuarcita traída del pueblo cercano de Villageriz. Fue una obra hecha a base de ilusión y manos. Con pro-funda fe y muchas piedras. Así ha relatado Miguel Fi-sac su aventura zamorana: «Alfonso Ramos de Castro, un gran amigo mío, cate-drático de la Universidad de Salamanca que tiene una fundación, me llamó y

me dijo que en un pueble-cito de cerca de Zamora llamado Pumarejo de Tera, la iglesia que tenían se les había hundido y que tenían una grandísima ilusión de que yo la hiciera. Quedé en ayudarles. Fuimos y me recibieron con cohetes y vestidas de zamoranas los 300 vecinos (sic) y pensé que cómo iba a decirles que me pagaran. Pensé en hacerlo de forma que cos-tara poco dinero. Hablé con el colegio de arquitectos para que hicieran la vista gorda y les prometí que yo supervisaría el proyecto y la gente del pueblo la cons-truiría. Hice unos planos elementales y los replan-teé allí yo mismo ayudado por el alcalde y varios ve-cinos y luego movilizaron el pueblo para que todos la hicieran. Las mujeres y niños elaboraban la pasta de cemento y arena y los hombres, de una cantera preciosa de pedernal, co-locaban las piedras según la forma en que les había indicado que se hacía el muro. Y me hicieron unos

Fotos del dossier para la catalogación de la iglesia de Pumarejo de Tera como Bien de Interés Cultural.- Fermín González Blanco

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muros preciosos, con alguna que otra in-genuidad, quedaba un rústico muy boni-ta. Una cosa muy bonita. La gente me de-dicó la avenida principal del pueblo, con carteles y todo su cariño. Fue divertido y todavía se acuerdan. Acudió el obispo y Ramos de Castro, quien retrasó un año el bautizo de su hija para celebrarlo en la Iglesia terminada. Es quizá la obra más cordial que yo he tenido. Nunca he teni-do una obra más humana y sentida».

El espíritu altruista y sencillamente genial del arquitecto Miguel Fisac pervi-ve cerca de Benavente: en Pumarejo de Tera.- ●

SALUSTIANO FERNÁNDEZ

Interior de la iglesia de Pumarejo de Tera, exterior oriental de la misma, detalles de los muros, la iglesia en construcción donde se observan los andamios he-chos con chopos, el arquitecto Miguel Fisac y vista de la escalera que permite subir a la espadaña, lo úni-co que se conservó, no sin cierto debate, de la vieja iglesia.