Movimiento

“La mente que juega-Free Play”

Profesor: Orlando Mastropaolo Alumno: Lara Agostina Gabarrú Octubre, 2015

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La mente que juega.

El título, ya de por sí, tiene un nombre significante, el cual te hace pensar, preguntarte; ¿mente?, ¿juego?..

¡Si, señores! Al principio, sin haber leído de que trataba, unas de las cosas que pudimos plantear, al alzar el vuelo, fue que la mente, es una cosa extraordinaria, en la cual cada interacción que surge en ella, es un juego, donde de la mente, desde estímulos externos/internos, nuestra cabeza, nuestro cuerpo, nosotros mismos como seres completos, somos y jugamos consciente e inconsciente en todo momento.

Al analizar el texto, unas de las cosas que causaron mi detención fue "se reconoce la mente, porque sea el juego lo que fuere, no es materia".Entonces podemos establecer, ¿Qué es la materia? Como deducción propia podemos discutir, que desde la mente se fabrica esa materia, ese medio para que dicho juego pueda ser establecido. A esa materia, la podemos denominar, imaginación, fantasía, creatividad…Ese juego, entonces nos hace ver claramente, la persona, su carácter, su personalidad, su naturaleza, sus pensamientos, sus sueños, la búsqueda de sí mismo, sus intereses. El texto nos manifiesta de forma constante como cada cosa forma un todo, de tal forma, que un ser mediante un juego, puede unir mediante satisfacciones. Al suceder esto nuestro campo de atención, de curiosidad se expande, crece, se adapta, nos forma socialmente pero nos deforma inconscientemente al ser nato. Pero acá, nos hace pensar, si seguimos siendo iguales, sin afectar nuestro carácter, ¿crecemos? Al juntarnos, nos encuadramos en un contexto donde los juegos dejan de ser libres y comienzan a estar establecidos por reglas, lo cual nos genera ese énfasis de competencia, de adaptación, nos busca una mente, un cuerpo más competente. Aunque, por otro lado podemos decir, que las reglas nos generan más ansias de libertad, entonces, uno siempre tiende a estar un momento solo con el medio que lo envuelve para jugar, crear, liberarse, experimentar.La cultura, la forma en la que vivimos, nuestras pasiones, pasatiempos, nuestras profesiones, todos son juegos que desarrollamos con el tiempo, juegos que aprendemos a jugar, que se basan en nuestras reglas, en las reglas de nuestros vínculos sociales. Los cuales conservan una organicidad de energías, los

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cuales me generan los lazos que dan una alineación a los juegos de la vida. Juegos, que tienen un camino, un trayecto, el cual es más placentero que el producto, que la meta. Ya que generamos, eso de no poder escondernos, ser nosotros, y poder sentir el control, y el abandono. Podemos establecer al juego como un movimiento, sin embargo es una controversia hablar de movimiento en este caso. No obstante, apuntamos que nosotros estamos en constante movimiento, pero cuando hablamos de juego, la definición queda chica. Puesto que en este caso, notamos el choque de estímulos internos y externos, y esto va más allá de un simple movimiento. Es como, es sueño que forma el juego, y viceversa, donde esta interacción provoca nos mantengamos vivos.Es por eso que la mente no puede conformarse con limitarse en sus movimientos, porque siempre busca ir mas alla.“Mantenernos vivos”, más son las veces que usamos al juego como una pseudosolución, antes de afrontar la realidad. Entonces, esto nos quiere decir, que nos sirve para transitar eso que nos está matando por dentro.

El tiempo nos hace aprender, que no solo jugamos con el cuerpo, sino también, con las palabras, con los sentidos, con los seres, con el mundo. Y nunca vamos a dejar de hacerlo, ya que nacimos para eso, y mientras podamos ser libres y sepamos hasta donde podemos ir, siempre vamos a poder jugar.

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