La mirilla desde dónde mirar(nos). Análisis de los imaginarios de la Patagonia en largometrajes...

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La mirilla es aquel pequeño orificio, el que está en el centro de la puerta de casa, desde el que podemos observar el exterior, antes de aventurarnos hacia él, antes de permitir que él nos invada. Ella es también la que nos deja ver en gran angular, para luego filtrar, seleccionar, recortar el universo externo y dejarnos permear por lo que decidimos -consciente o inconscientemente- que ingrese a nuestro interior. Creemos que el cine hecho en y desde Neuquén puede ser esa mirilla que pone a nuestro alcance la posibilidad de ver(nos) y mostrar(nos) desde el “interior”. Podemos pensar el cine hecho aquí como una mirada desde nuestro hogar, es decir, desde una no metrópoli, desde la periferia, entendida como espacio alejado de los centros de poder de la Argentina. Esta forma de ver se construye a sí misma en el diálogo constante con el exterior, con los visitantes que tocan nuestra puerta. De allí que nos interese explotar ese lente que mira desde el interior, en permanente contacto con su exterior.Es por esto que en este trabajo analizamos las películas de ficción producidas en y desde Neuquén en la primera década del siglo XXI. En vistas a ello, en primer lugar, desarrollamos el concepto de territorio que nos permite pensar la Patagonia conformada a través de las representaciones cinematográficas. Luego, describimos y analizamos las películas que integran nuestro corpus de estudio. Por último, comparamos las representaciones sociales producidas por los cineastas en y desde Neuquén con las representaciones dominantes construidas sobre la Patagonia.

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    V Jornadas de Historia de la Patagonia Homenaje al Dr. Pedro Navarro Floria Comodoro Rivadavia, 15 al 17 de abril de 2013

    Mesa 13: Paisajes, prcticas e imaginarios en la definicin territorial de la

    Patagonia Autoras:

    Julia Kejner, DNI: 31318466, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional del Comahue. Correo electrnico: [email protected].

    Lorena Riffo, DNI: 31600592, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Universidad Nacional del Comahue. Correo electrnico: [email protected].

    Titulo del trabajo: La mirilla desde dnde mirar(nos). Anlisis de los imaginarios de la Patagonia en largometrajes ficcionales producidos en y desde Neuqun en la

    primera dcada del siglo XXI1

    Introduccin

    La mirilla es aquel pequeo orificio, el que est en el centro de la puerta de casa, desde el que podemos observar el exterior, antes de aventurarnos hacia l, antes de permitir que l nos invada. Ella es tambin la que nos deja ver en gran angular, para luego filtrar, seleccionar, recortar el universo externo y dejarnos permear por lo que decidimos -consciente o inconscientemente- que ingrese a nuestro interior. Creemos que el cine hecho en y desde Neuqun puede ser esa mirilla que pone a nuestro alcance la posibilidad de ver(nos) y mostrar(nos) desde el interior. Podemos pensar el cine hecho aqu como una mirada desde nuestro hogar, es decir, desde una no metrpoli, desde la periferia, entendida como espacio alejado de los centros de poder de la Argentina. Esta forma de ver se construye a s misma en el dilogo constante con el exterior, con los visitantes que tocan nuestra puerta. De all que nos interese explotar ese lente que mira desde el interior, en permanente contacto con su exterior.

    Es por esto que en este trabajo analizamos las pelculas de ficcin producidas en y desde Neuqun en la primera dcada del siglo XXI. En vistas a ello, en primer lugar, desarrollamos el concepto de territorio que nos permite pensar la Patagonia conformada a travs de las representaciones cinematogrficas. Luego, describimos y analizamos las pelculas que integran nuestro corpus de estudio. Por ltimo, comparamos las representaciones sociales producidas por los cineastas en y desde Neuqun con las representaciones dominantes construidas sobre la Patagonia.

    Territorio e imaginarios cinematogrficos

    El espacio Patagonia ha sido construido y organizado simblicamente como lugar de bellos paisajes naturales, no contaminados por la mano del hombre, en donde abunda la riqueza de bienes comunes. Este imaginario ha sido utilizado por gobiernos y grandes empresas para atraer inversiones, ya sean tursticas, inmobiliarias, mineras,

    1 Esta propuesta se enmarca en un trabajo de colaboracin entre becarias de investigacin en comunicacin social que pertenecen al proyecto de investigacin Retricas y representaciones sociales en la cultura argentina. Discursos sociales y expresiones estticas de 2001 al Bicentenario (FaHu-UNComahue) y al proyecto de investigacin Comunicacin, Territorio, Negocios Ambientales: Saqueo, contaminacin y nuevos cercamientos en la Patagonia Argentina (FaDeCS-UNComahue).

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    hidrocarburferas, etc. De modo que la Patagonia no refiere solamente a una delimitacin geogrfica y socioeconmica, sino que es tambin un territorio en el que sus productos culturales, lugares y paisajes estn organizados simblicamente y crean representaciones que redefinen las relaciones sociales y econmicas del espacio.

    En este sentido, siguiendo a Luis Llanos Hernndez, podemos decir que en la actualidad:

    Ese territorio ya no es slo el referente que describe las condiciones fisiogrficas de un

    Estado nacional, tampoco se restringe a constituirse en un soporte poltico-geogrfico de

    un Estado-nacin. El territorio es un concepto disciplinario o interdisciplinario que

    permite el estudio de las nuevas realidades del mundo social en el contexto actual de la

    globalizacin, y que logra imprimir una relevancia central a la dimensin espacial de los

    procesos sociales que estudia (2010: 214).

    El territorio, entonces, no puede ser delimitado simplemente como un espacio fijo e inamovible. Por el contrario, la aceleracin del tiempo, producida por el sistema capitalista, y la hibridacin de las culturas dinamizada por los medios masivos, conducen a que ste sea cada vez ms un espacio mltiple, diverso y en continua transformacin. Es por esto que el territorio ha pasado a convertirse en uno de los referentes conceptuales que explican las transformaciones del espacio correspondiente a la era de la globalizacin y de la posmodernidad (Llanos Hernndez, 2010: 219).

    En este trabajo pretendemos emplear dicho concepto para indagar en los imaginarios sociales construidos en torno al territorio patagnico en pelculas producidas en y desde Neuqun en la primera dcada del siglo XXI. Creemos que el cine, en tanto medio de comunicacin, se va transformando de acuerdo a los requerimientos ideolgicos de los distintos momentos histricos. El perodo que estudiamos aqu comienza con una fuerte crisis econmica, poltica y socio-cultural a la que le sigue un proceso de estabilizacin institucional y recuperacin econmica y finaliza con los festejos por el Bicentenario de la independencia del pas. Consideramos interesante el trabajo analtico en este recorte temporal porque tanto el contexto de crisis como la revisin histrica impulsada por el aniversario de la independencia habilitaron y abrieron la discusin en torno a los imaginarios colectivos consolidados del pas y sus diversas regiones.

    Al mismo tiempo, es en estos primeros aos del siglo XXI cuando comienzan a gestarse grupos de produccin cinematogrfica en la Norpatagonia2. La masivizacin de las tecnologas, el egreso de la primera camada de jvenes estudiantes de cine del IUPA (Instituto Universitario Patagnico de Artes), a quienes se suman los estudiantes y graduados de comunicacin social de la Universidad Nacional del Comahue y de otras universidades del pas, permitieron la produccin de diversas pelculas. Esto hace que en la primera dcada de este siglo la produccin de audiovisuales en la Norpatagonia sea cuantiosa, en relacin a aos anteriores, y que, por ello mismo, resulte interesante indagar en las representaciones y modos de retratar que configuran los nuevos grupos de cineastas.

    En este sentido, nos interesa conocer si esos mensajes subvierten y/o reproducen el discurso social hegemnico, en tanto que conjuncin de lo visible y lo anunciable de una poca y sociedad determinadas (Dalmasso, 1999: 15). As, el estudio de los

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    Utilizaremos el trmino Norpatagonia para referirnos al territorio en donde un conjunto de producciones simblicas y culturales circulan trascendiendo los lmites de las provincias y ciudades del norte de la Patagonia. Norpatagonia ser entendido en este trabajo como un territorio de ligazn cultural en el que existe una red simblica de circulacin de bienes culturales alimentada por periodistas, artistas, hacedores culturales, organizaciones y colectivos en la zona del Alto Valle de Ro Negro y Neuqun.

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    imaginarios sociales (Baczko, 1991) en torno a la Patagonia representados en las pelculas, permite acceder a las representaciones colectivas a travs de los cuales la sociedad neuquina se representa, construye su identidad, se proyecta hacia el pasado y el futuro, distribuye las posiciones sociales, expresa e impone creencias comunes y fija modelos formadores. Segn esta perspectiva, las sociedades inventan permanentemente sus propias representaciones, a travs de las cuales legitiman su poder o elaboran modelos formadores para sus ciudadanos que tienen un impacto variable sobre las mentalidades y las conductas sociales (Baczko, 1991).

    De este modo, pretendemos estudiar las representaciones que construyen las pelculas ya sea en forma de imgenes, conceptos, mapas cognitivos y/o cosmovisiones. Las producciones audiovisuales proponen marcos y definiciones a nuestra experiencia, a la vez que ayudan a constituir las ideologas que determinan nuestra propia subjetividad Las imgenes son una parte esencial de las formaciones discursivas y las estratagemas retricas a travs de las que poder, ideologa y subjetividades reciben representacin tangible (Nichols, 1997). As, al seleccionar un encuadre, un dilogo, un tema musical, el productor audiovisual realiza consciente o inconscientemente diversas opciones, cada una de las cuales contribuye al significado de lo que busca expresar. A partir de analizar estas selecciones operadas desde una perspectiva terica, es posible delimitar, entre otras cuestiones, los lugares ideolgicos que ocupan las pelculas en el marco de la produccin simblica de un perodo histrico y de una comunidad determinada.

    Para esta tarea nos proveeremos del Anlisis Crtico del Discurso (ACD), una herramienta terico-metodolgica que nos permitir evidenciar tanto las representaciones hegemnicas que se convierten en parte del sentido comn legitimador que sustenta las relaciones de dominacin como las representaciones alternativas emergentes y las disputas por el poder simblico.

    El ACD es una metodologa transversal que se nutre de muchas subdisciplinas, las que, a su vez, poseen sus propias teoras, instrumentos descriptivos o mtodos de investigacin (Van Dijk, 2001). Emplearemos elementos de las teoras de la enunciacin (Filinich, 1998; Kerbrat-Orecchioni, 1986) para comprender formas de construccin de subjetividades, tiempos y espacios. Al mismo tiempo, para el estudio de los estereotipos, las argumentaciones y razonamientos expresados en las pelculas, nos nutriremos de herramientas de la retrica (Amossy y Herschberg Pierrot, 2001; Perelman, 1997; Barthes, 1974).

    Realizaremos este anlisis desde un enfoque multimodal. Es decir, tendremos en cuenta el uso de varios modos semiticos en el diseo de una pelcula y la particular manera en que esos modos son combinados para reforzar, complementar u organizar jerrquicamente el discurso (Kress y Van Leeuween, 2001). Enfocarse en la multimodalidad implica estudiar el cine como totalidad semitica pensada, diseada y producida como tal. Este enfoque permite encarar otras discursividades, gneros hbridos, procedimientos interdiscursivos e intertextuales innovadores, modos de articulacin semitica hasta ahora no explorados (Raiter y Zullo, 2008: 157). Por ello, resulta relevante ms que estudiar por separado cada elemento de una pelcula- analizar cmo interactan esos elementos para conformar las representaciones.

    Resta mencionar que no nos limitaremos a un estudio de la composicin y el empleo de los elementos del lenguaje audiovisual, sino que intentaremos pensar las pelculas en el devenir concreto, colectivo y conflictivo del contexto histrico-cultural de produccin. El contexto incorpora el valor del espacio real entre discurso propio y discurso ajeno, el carcter social, vivo, de la reproduccin sgnica (Mndez Rubio, 1997: 64). En este

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    sentido, como los medios masivos se han convertido en un foco de influencia decisivo para la configuracin de nuestras sociedades, relacionar las producciones culturales con la estructura social no conlleva meramente a reducir lo cultural a lo social; se trata de no perder de vista la dependencia mutua de ambos trminos en el momento de su anlisis y constitucin terica y prctica. De esta manera, estudiaremos las producciones cinematogrficas en tanto que discursos y prcticas que, materialmente, condicionan y son condicionados por cada entramado social concreto (Mndez Rubio, 1997).

    Ficciones neuquinas

    La produccin audiovisual en la Norpatagonia se ha caracterizado preponderantemente por la realizacin de documentales (cortos, medios y largometrajes). La ficcin, en cambio, ha sido muy poca y, en su gran mayora, se produjeron cortometrajes. Sin embargo, en la primera dcada de este siglo, encontramos largometrajes ficcionales producidos y grabados en Neuqun que han cautivado nuestra atencin no slo porque se distinguen de la produccin mayoritaria, sino tambin porque sus estrenos han sido muy publicitados y se han difundido en diversas localidades3.

    Tanto la ficcin como los documentales contribuyen a la construccin del imaginario local y documentan un tiempo y un espacio histrico. Sin embargo en la ficcin, la expectativa textual es prioritariamente la de entretenimiento y diversin, en contraposicin a la bsqueda de informacin o conocimiento sobre un rea que se configura fundamentalmente en la produccin/el visionado de documentales. Ambos gneros no se centran en la verdad o en la realidad, sino en la verosimilitud y en la persuasin. Sin embargo, en el caso de la ficcin esperamos ver algo que damos por sentado que parte de la imaginacin del autor y, por lo tanto, solemos tener una mirada ms distrada ante las construcciones temporo-espaciales, las argumentaciones, las valoraciones y los sujetos que se expresan all.

    Nuestro inters por la ficcin se debe tambin a que su realizacin en la Patagonia implica un alto esfuerzo para el equipo productor y ste no siempre logra concretar el proyecto cinematogrfico. Como es sabido, la produccin de ficcin supone una gran inversin de dinero y la movilizacin de recursos: actores principales y secundarios, vestuaristas y escengrafos, adems de todo el equipo tcnico que habitualmente se emplea en cualquier realizacin audiovisual. En pocas palabras, estas son las razones que nos motivan a conformar un corpus4 compuesto por dos largometrajes de ficcin: El Jardn de las Hesprides (2004) y Pequeas grandes cosas (2009)5.

    3 La conformacin del corpus de largometrajes ficcionales fue realizada a partir de la revisin y fichaje del material audiovisual

    producido entre 2001 y 2010 que se encuentra preservado en los archivos de la fbrica recuperada Zanon-Fasinpat, la Asociacin de Madres de Plaza de Mayo filial Neuqun y Alto Valle, la Asociacin de Realizadores Audiovisuales de Neuqun (ARAN), la cooperativa audiovisual La Coosa y el Archivo Histrico de la Provincia de Neuqun. Adems, para complementar el material hallado, se realiz un seguimiento sobre la informacin publicada en el peridico 8300 (Plan B) y el diario Ro Negro acerca de las pelculas hechas en y desde la Norpatagonia en el mismo perodo. 4

    Hemos seleccionado El Jardn de las Hesprides y Pequeas grandes cosas porque son los nicos dos largometrajes de acceso pblico producidos en y desde Neuqun. La Cooperativa La Coosa ya contaba con la pelcula Lgrimas negras (2008), pero dej de difundirla y comercializarla. Asimismo, En el Umbral (2010) producida tambin por La Coosa se encuentra en posesin del INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) para su proyeccin, por lo que an no podemos acceder a una copia de ella. 5 Las dos pelculas seleccionadas fueron estrenadas en el Cine Teatro Espaol con mucha difusin y publicidad. El estreno y las

    consecuentes funciones de El Jardn de las Hesprides se publicitaron en la prensa regional: diarios Ro Negro y La Maana del Sur y el peridico 8300 (Plan B). Segn el diario Ro Negro, este filme fue proyectado en Neuqun, Chos Malal, Cutral Co y San Martn de los Andes (ver mayo y junio de 2004). Pequeas grandes cosas tambin fue difundida por estos tres medios de prensa inclusive antes de su estreno. Segn el diario Ro Negro, la pelcula se proyect en Bariloche, Viedma, Villa Regina y Tierra del

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    El Jardn de las Hesprides, dirigida por Patricia Martn Garca y guionada por Elsa Ramos, fue rodada durante el ao 2003 en diversas localidades de Neuqun y en Puerto Madryn, Chubut. La pelcula narra una historia de amor entre una actriz bonaerense, Lil, y un paleontlogo, Polo Evans. Lil llega a la Patagonia en busca de un lugar adecuado para montar una obra sobre diosas griegas y se encuentra en el escenario de su nuevo teatro con un fsil que decide mantener oculto hasta que finalice las presentaciones. Sin embargo, en una noche de lluvia, el agua lo deja a la vista y el paleontlogo rompe la incipiente relacin amorosa con Lil, porque ella no respeta, ni resguarda los elementos naturales del territorio. Los restos arqueolgicos encontrados son muy diferentes a los de dinosaurios y los paleontlogos comienzan a creer que se trata de un dragn. Esto motiva a Lil a pensar que la Patagonia es el Jardn de las Hesprides que describe la literatura griega y da el nombre al filme. La historia de amor est atravesada as por el tema de la preservacin del patrimonio cultural local (proteccin y conservacin de los elementos autctonos del paisaje y de fsiles de dinosaurios), como as tambin por el debate en torno al rol de la mujer en la sociedad6 y la resignificacin del mito griego.

    Pequeas grandes cosas es un largometraje guionado y dirigido por Danilo Hernndez y producido por la Cooperativa La Coosa. El mismo fue rodado en 2009 en la ciudad de Neuqun y en un bosque cercano a Bariloche, Ro Negro. La pelcula relata la vida de un apasionado cineasta neuquino que a mediados de los 90 decide emprender un viaje hacia un bosque con el fin de documentar la existencia de Pie Grande, una criatura legendaria. Guillermo Lamadrid, el cineasta, cree que los tehuelches, pueblo originario al que los conquistadores denominaron patagones, se reencarnaron en cuerpos diferentes a los que solan tener, es decir, en seres similares a Pie Grande. En el intento de documentar la pervivencia de estos indgenas, Guillermo sufre un golpe y se pierde en el bosque. Nadie sabe de su paradero hasta que la polica, luego de quince aos, encuentra un video que el cineasta realiz. Cuando su familia ve el registro audiovisual, su hijo divisa la presencia de un ser extrao que confirmara la creencia de Guillermo.

    Descriptas ambas pelculas, en las siguientes lneas procederemos a hacer un anlisis de los diversos modos en que las mismas construyen el territorio patagnico. Proponemos tres categoras de anlisis que condensan los modos de representacin predominantes de la Patagonia.

    La Patagonia como importadora de mitos y leyendas

    Como se puede apreciar en el apartado anterior, ambas pelculas narran historias atravesadas por relatos extranjeros: un mito, el Jardn de las Hesprides, y una leyenda, Pie Grande.

    En El Jardn, la protagonista cree que la Patagonia es el Jardn de las Hesprides a raz de que el fsil que encuentra en Villa El Chocn es, aparentemente, el dragn protector de las manzanas de oro. Segn el mito griego,

    Fuego y, en enero de 2010, ya haba superado los 1000 espectadores (18/01/10). Asimismo, estimamos que esa cantidad de asistentes se ha potenciado a partir de su venta y comercializacin en DVD (ver La Maana del Neuqun, 30/05/2010). 6 El tema del rol de la mujer en la sociedad es muy interesante de analizar en este filme, no slo porque su directora se autodefine

    como feminista, sino porque en la pelcula hay guios y marcas explcitas que ponen en discusin los gneros instituidos (femenino y masculino). Creemos que el filme amerita un tratamiento especfico y considerable en ese sentido, que, de ser desarrollado en este trabajo, nos desviara de nuestro objetivo principal. Es por esto que slo lo sealamos y esperamos poder dedicarnos en otro escrito a un estudio ms denso de los gneros representados en este filme.

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    las Hesprides son las ninfas del ocaso [cuya] funcin esencial era la de vigilar, con la ayuda de un dragn, hijo de Forcis y Zeto o Tifn y Equidn el Jardn de las

    Hesprides, donde crecan las manzanas de oro, [frutos de la inmortalidad], que era el regalo que en otro tiempo la Tierra haba hecho a Hera con ocasin de su boda con Zeus

    (Grimal, [1951] 2001: 264).

    Patricia Martn Garca importa este mito y hace un paralelismo entre las manzanas de oro y la produccin frutcola del Alto Valle, as tambin como entre la Patagonia y su cultura mapuche y el mito griego. Ella intenta conectar estas dos culturas por medio de distintas estrategias. Una de ellas es la utilizacin de un epgrafe de Hesodo (IV a. C.), poeta de la Antigua Grecia, y un eplogo que es una rogativa mapuche de Beatriz Pichi Maln. Asimismo, la msica de esta artista y Nstor Iencenella busca re-espacializar y situar el mito griego en la Patagonia. Otro elemento de la composicin audiovisual que opera en este mismo sentido, es la combinacin de los vestidos griegos con adornos mapuches (como por ejemplo, el trarilonko7) que porta Lil en sus puestas en escena. Adems, esta pretensin de fusin de ambas culturas se expresa claramente en la construccin del personaje de Nahuel, el ayudante de la actriz. ste se presenta como descendiente de mapuches y escoceses, a la vez que es ledo por Lil como seal de los dioses griegos en la tierra patagnica.

    Con la pretensin de vincular el mito y la Patagonia, la protagonista es construida como intermediaria entre las historias griegas y mapuches, al tiempo que se la edifica como la proveedora de un saber que no es requerido por los habitantes patagnicos, pero que ella difunde: yo vengo a traerles los dioses griegos para que conozcan y despus, ustedes me tendrn que contar a m [sobre los dioses mapuches] as yo llevo lo de ustedes a otro lado.

    Esta intervencin de la protagonista, que se basa en una lgica de intercambio de bienes (ella trae algo a cambio de que ellos brinden su relato), parte del presupuesto de que la comunidad mapuche desconoce la mitologa griega. La protagonista usa el verbo traer (aadido al objeto indirecto les que refiere a los mapuches) que, junto con la forma verbal vengo operan como decticos. Estos suponen un movimiento de traslacin de una persona (Lil) y un saber (la mitologa griega) proveniente de otro lugar hacia el interlocutor (Filinich, 1998). Aqu se establece una relacin asimtrica entre quien trae/tiene el conocimiento (Lil) y lo importa de otra cultura (Bs. As. como traductora, Grecia como autora); y quienes se infiere que no lo poseen (pueblo mapuche).

    La intencin manifiesta de conocer y difundir dioses y mitos mapuches, como as tambin la caracterizacin de Nahuel (y la mirada que tiene Lil de l), la msica y la vestimenta, no resultan entonces ms que gestos demaggicos que buscan aminorar el acto de imposicin del mito a travs de una falsa escucha de los mapuches. Durante el transcurso de la pelcula, no slo no se exponen mitos ni dioses ni voces mapuches, sino que la intervencin de los miembros de comunidades originarias es muy escasa, tanto en relacin con las imgenes como con la participacin en los dilogos. Asimismo, el empleo del mito importado revaloriza los bienes comunes naturales (como la flora, los paisajes, etc.), pero no las producciones sociales/culturales de la regin. Pues las realizadoras audiovisuales eligen este espacio geogrfico para anclar y desarrollar el

    7 El trarilonko es un cintillo utilizado en la cabeza que puede estar confeccionado con monedas de plata, con perlas de plata, con placas y con tcnicas mixtas de placas, perlas y monedas. Este cintillo representa el pensamiento y la conexin religioso-mgica entre el hombre y las divinidades celestiales. Es la ms cercana comunicacin con los antepasados y los espritus y una joya muy preciada y popular que se utiliza en las ceremonias.

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    mito, pero desestiman, como hemos visto, los relatos mapuches. De esta manera, observamos dos procedimientos: anuncian la difusin de la cultura indgena, pero la silencian al sobreimprimirle la mitologa griega; y valoran el espacio como naturaleza, como lugar de preservacin y alojamiento de fsiles y bienes culturales (dragones, dinosaurios y manzanas de oro), a la vez que ignoran los saberes, historias y conocimientos mapuches/locales.

    En Pequeas, lo que configura la trama de la pelcula es tambin la necesidad de probar la existencia de una leyenda extranjera. En este caso, el protagonista, Guillermo Lamadrid, piensa que los integrantes de la comunidad tehuelche continan con vida y se han reencarnado en Pie Grande. La leyenda sostiene que Pie Grande es una criatura con aspecto de simio, que, segn la creencia, vive escondido en bosques y montaas, principalmente en la regin del noroeste del Pacfico en Amrica del Norte. A pesar de que, segn dicen sus testigos, teme a los humanos y los evita, muchos dicen haberlo visto en diferentes puntos del mundo, lo cual ha hecho que la leyenda sea muy replicada.

    En esta pelcula el protagonista recupera esta creencia para intentar probar que los primeros habitantes de la Patagonia son Pie Grande y viven an en los bosques sureos. La transposicin de la leyenda evidencia la reproduccin del imaginario colectivo dominante civilizador en torno a la Patagonia y sus pueblos originarios. Por un lado, el protagonista supone que las comunidades indgenas son hoy humanoides, es decir, mitad personas, mitad animales y, por el otro lado, que en la Patagonia no habitan hombres y mujeres, sino seres extraos. De all que, utilizando la designacin de los conquistadores espaoles, denomine a esos seres como patagones. Observemos el siguiente fragmento en el que Guillermo explica su proyecto cinematogrfico:

    Es una investigacin sobre los indios patagones, sobre cmo vivieron y sobre cmo los

    vean los conquistadores. Se cree que los hombres de Magallanes cuando llegaron, se

    perdieron o se quedaron a vivir con ellos en los bosques. (...) existe la posibilidad de que

    sigan existiendo, pero de una forma ya ms primitiva. Mir, el, el trmino, la palabra

    patagn, viene de ah, porque los tipos tenan los pies grandes y peludos. Y tambin la

    palabra Patagonia.

    El cineasta se autopresenta aqu como el continuador del legado de Fernando de Magallanes 8 , es decir, como el nuevo conquistador, civilizador. Al emplear la conjugacin del verbo tener en pretrito imperfecto sin emplear un modalizador o alguna construccin gramatical que relativice su veracidad, el protagonista se apropia de las descripciones de Magallanes (tenan los pies grandes y peludos) y las presupone certeras. Refuerza tambin las valoraciones del colonizador al sostener que la nueva versin de los patagones es ms primitiva. Primitiva es un adjetivo que en nuestra cultura es peyorativo y a travs de ste atribuye a los tehuelches las propiedades de rudimentariedad y tosquedad. Asimismo, la utilizacin del adverbio ms opera una comparacin con un/a otro/a que pueden ser los mismos tehuelches en un perodo histrico previo o con un sujeto de otra cultura (como por ejemplo, el hombre blanco de la cultura occidental). En cualquiera de los dos casos, supone una involucin/un retraso respecto al otro. Por ende, la articulacin de ms y primitiva evidencia el sistema de 8 Fernando de Magallanes fue un navegante portugus que, al servicio del rey de Espaa, descubri lo que hoy recibe el nombre de Estrecho de Magallanes. Segn la versin ms aceptada, acu la palabra patagones para designar a los miembros de los pueblos originarios, a los cuales vea como gigantes, porque encontr semejanzas fsicas entre stos y un personaje imaginario de una novela de caballera, muy difundida en Europa.

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    evaluacin negativo empleado por el sujeto de la enunciacin: esta comparacin de las culturas presupone que hay diversos estadios de desarrollo/progreso, es decir, unas culturas avanzadas y otras rezagadas.

    En resumen, ambas producciones audiovisuales construyen a la Patagonia como un territorio en el que pueden hallarse/comprobarse mitos, leyendas, formas de explicar el origen del mundo. Lo que se produce en ambos casos es la importacin de relatos extranjeros para mistificar el territorio, a la vez que animalizar a los sujetos relacionados con l (los mapuches desconocen, los tehuelches son humanoides). Observamos un menosprecio de la capacidad enunciativa de los agentes y sujetos patagnicos, ya que en ambos discursos audiovisuales se omiten relatos autctonos sobre el origen de la humanidad/tierra surea. Si, como sostiene Guiraud, "las mitologas expresan una visin del hombre y del mundo; significan una organizacin del cosmos y de la sociedad (1979: 127), que esos relatos sean hechos por extranjeros, implica que los realizadores audiovisuales consideran que los residentes no tienen formas para organizar su propia sociedad o no son competentes. Esto se refuerza cuando vemos que los descubridores del Jardn de las Hesprides y de Pie Grande son forneos y por lo tanto, son ellos los poseedores del saber: en el primer caso, una actriz portea logra explicar la presencia del dragn, mientras que en el segundo, un cineasta urbano se dirige al bosque y logra documentar la existencia de Pie Grande.

    Creemos que el hecho de que el mito y la leyenda estructuren ambas ficciones no es casualidad, sino que es parte de un imaginario consolidado en torno al territorio patagnico. A travs de su mistificacin, estas tierras son construidas como un espacio natural, como si aqu no viviesen personas que pudiesen crear sus propios relatos, como un lugar salvaje, desolado y virgen donde habitan monstruos y seres mgicos que contribuyen, como veremos en el apartado siguiente, a convertir la Patagonia en un territorio extico.

    La Patagonia como espacio virgen y extico

    La trama de El Jardn transcurre en diferentes localidades de la Patagonia que describen parte de la amplia variedad de paisajes de la regin: la aridez y el desierto de Villa El Chocn y su embalse Ramos Meja; el valle en San Patricio del Chaar, Neuqun y Senillosa; las montaas en orquinco y el mar en Puerto Madryn. La seleccin de los lugares de filmacin no incluye a los centros ms grandes de turismo (Bariloche, San Martn de los Andes, Villa La Angostura) y evidencia la intencin discursiva de construir una Patagonia desconocida para muchos. A continuacin, describiremos sintticamente la caracterizacin que se realiza de cada lugar:

    El Chocn es presentado como un espacio virgen, un territorio rico en reliquias arqueolgicas an no descubiertas por los paleontlogos. En este lugar no se muestran casas ni residentes, la nica construccin que se retrata es el museo paleontolgico. Asimismo, se utiliza la presencia de Lil para que Polo, el cientfico, explique la importancia de la preservacin del patrimonio histrico y cultural. El uso de la secuencia textual explicativa (Calsamiglia Blancafort y Tusn Valls, 2001) permite que estas enseanzas sean transmitidas directamente a todo el pblico, que es un potencial visitante de estas tierras. La identificacin actriz/espectador generada por estrategias como sta tambin habilita, junto al

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    hallazgo que ella realiza del fsil, a que cualquier turista o visitante de estas tierras pueda encontrar restos arqueolgicos y sea parte de la historia paleontolgica.

    San Patricio del Chaar es residencia de chacareros, locos y exiliados 9 . Asimismo, los frutales y el verde jardn posibilitan la conexin con el orculo, en el caso de Nahuel, y entre el fsil y la mitologa griega, en el caso de Lil.

    Neuqun capital es una ciudad de trnsito, representada en su gran mayora por interiores. Asimismo, las tomas en el aeropuerto y las vas frreas son indicadores de urbanidad que posibilitan el acceso y la partida de pobladores locales y visitantes.

    Senillosa es el lugar donde se exponen las costumbres regionales: el asado al asador, el chivito que le es regalado a Nahuel, las rancheras y los chamams.

    orquinco representa la vida alejada de la urbe, donde hay montaas y viven las mapuches que se dedican a confeccionar artesanas y a cuidar animales de granja. Esto es construido a partir de efectos de sonido, imgenes de vacas y el dulce no envasado que es servido por las familiares de Nahuel a la protagonista.

    La diferenciacin entre los personajes que aparecen en espacios interiores y exteriores conforman dos grupos presentados como binomios polarizados y construidos estereotipadamente10 en sujetos urbanos y rurales. Lil, Polo, la mam de Polo, las trabajadoras de la Comisin de Mujeres y un periodista radial son los nicos que transitan por espacios cerrados. En oposicin, los lugareos y los miembros de pueblos originarios no aparecen en interiores, siempre son parte de algn paisaje: chacras, montaas, rutas, caminos, lagos. Un ejemplo: la familia de Nahuel es representada al aire libre, tanto en Senillosa como en orquinco.

    De esta manera, y teniendo en cuenta la descripcin por ciudad que hemos hecho, podemos decir que mientras la capital de Neuqun es el centro administrativo-burocrtico civilizado, el resto de las locaciones son territorios vrgenes, en los que se conservan las tradiciones (criar y comer chivito, el asado, la msica regional). Estos territorios, a los que se suman personajes estereotipados por su forma de hablar y/o vivir (locos, exiliados, artesanos, mapuches, el paleontlogo obsesivo) terminan por construir una imagen extica de la Patagonia.

    Asimismo, creemos que los diferentes modos dialectales (Calsamiglia Blancafort y Tusn Valls, 2001) tambin contribuyen a esta escisin grupal. Observamos que la actriz, el paleontlogo y las mujeres que integran la Comisin hablan, se expresan en una variedad lingstica caracterizada por la especializacin y la instruccin. Los campesinos o descendientes de pueblos originarios, en cambio, tienen muy pocas intervenciones que se caracterizan por el uso abundante de onomatopeyas y exclamaciones. Se detecta en este grupo una variacin dialectal percibida a nivel fontico, es decir, un modo particular de pronunciacin, acentuacin y un modo dialectal opuesto al de la especializacin lingstica del primer grupo: 9 La caracterizacin de San Patricio se efecta a raz de los modos de vida y las razones de permanencia que tienen los personajes

    que habitan la chacra. Lil es enviada all luego de que fuera acusada de esconder el fsil para sacarla de circulacin, segn una de sus compaeras de la Comisin de Mujeres. Lolita es la duea de la chacra y vive con una pistola enganchada a la cintura con la esperanza de que su marido regrese y ella se pueda vengar de l. Por esto, Polo Evans la tilda de loca. 10

    Entendemos por estereotipos las representaciones cristalizadas [y] esquemas culturalmente preexistentes, a travs de los cuales cada uno filtra la realidad del entorno (Amossy y Herschberg Pierrot, 2001: 31). Son imgenes que nos permiten comprender, categorizar lo real y relacionar lo que percibimos con modelos preexistentes para comprender el mundo. El estereotipo esquematiza y categoriza, pero esos procedimientos son indispensables para la cognicin, aun cuando conduzcan a una simplificacin y una generalizacin a veces excesivas (Amossy y Herschberg Pierrot, 2001: 34).

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    Nahuel: [Golpeando las manos] Abueeela. [Canto de gallo y pjaros, cacareo y mujido] Abueeela. Hola! (Ojojojojo!) Hola!

    Abuela: Cmo anda?

    Nahuel: [Abrazndola] Mi amor, abuelita, tanto tiempo. Cmo ests, abuela? Abuela: Bien. Y ust, cmo anda?

    Nahuel: Bien, querida.

    Abuela: nde ha estao?, tanto aos i. (Jajaja!)

    Nahuel: Hola Rosala!

    Rosala: Por qu no haba venido? Tanto ao que estaba sin venir. Por qu? [] Taba por ir para ai a verlo a ust.

    El registro, concepto que sirve para definir el uso de la lengua en una unidad comunicativa de acuerdo con la situacin en que se encuentra el hablante (Calsamiglia Blancafort y Tusn Valls, 2001: 325), habilita percibir aqu las variedades sociales y geogrficas que exhibe la pelcula tales como pertenencia a un grupo tnico, el nivel econmico y el grado de acceso a bienes culturales- en los dos grupos de personajes mencionados, a partir de los diferentes usos del lenguaje. Esto, sumado a la escasa toma de la palabra de las comunidades originarias y campesinas, construye a estos ltimos como seres extraos, en comparacin con la gente de la ciudad, contribuyendo as a configurar el exotismo patagnico desde la caracterizacin estereotipada de sus habitantes.

    En Pequeas... tambin aparece la distincin entre lo urbano y lo rural a partir de la diferenciacin entre Neuqun y un bosque cercano a Bariloche. Neuqun es una ciudad en la que hay oficinas, canales de televisin, productoras audiovisuales, restaurantes, edificios, casas; en oposicin al bosque, un lugar inexplorado, con escasa intervencin humana, que supuestamente, aloja a comunidades originarias. El protagonista explicita esta descripcin en el siguiente fragmento:

    Como vern no s muchas cosas, pero tengo una bsqueda por delante. En estos bosques

    se esconden grandes misterios. Yo voy en busca de uno de ellos. Yo voy en busca de los

    indios patagones, los aonikenk. Es cosa de creer o reventar. Yo voy en busca de los

    verdaderos, voy en busca de Pie grande.

    As, Guillermo caracteriza a los pueblos originarios como parte de los misterios que, segn l, existen en los bosques patagnicos. Para ello, emplea una cadena argumental basada en el siguiente silogismo11: si los patagones son Pie Grande y Pie Grande es una leyenda misteriosa, entonces los patagones tambin son una leyenda misteriosa. A su vez, el hecho de que Pie grande se esconda porque le teme a los humanos, le permite reforzar su hiptesis: los patagones se convirtieron en Pie Grande y estn ocultos en los bosques patagnicos, donde no hay intromisin humana o la misma es muy reducida.

    En esta pelcula, el imaginario de la Patagonia recndita es fortalecido por medio de ciertos elementos del lenguaje audiovisual. El video que recogen de Guillermo en el bosque es filmado con una cmara subjetiva, con planos desprolijos en los que el actor

    11

    Los silogismos son razonamientos, cadenas argumentativas, que constan de dos proposiciones o premisas para arribar a una conclusin (inferencia necesariamente deductiva de las proposiciones) que plantea la adhesin a nuevas ideas. Ver Perelman, Chaim (1997). El imperio retrico. Barcelona: Ed. Norma,

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    simula ser l mismo quien graba. Esto genera un clima desolador ya que supone que all slo se encuentra el cineasta. Asimismo, los movimientos bruscos de cmara, los efectos de sonido, la msica extradiegtica12 y la iluminacin de una linterna en la penetrante oscuridad, colaboran con la construccin de un relato solitario, aterrador, mstico.

    El guin del protagonista tambin contribuye a este imaginario supranatural del territorio. Guillermo emplea constantemente la figura del oxmoron, como por ejemplo: tensa calma, pequeas grandes cosas, demasiadas pocas cosas. Esta figura retrica caracterizada por la fusin de trminos contrarios (que se excluyen mutuamente) en una misma unidad gramatical y de sentido (Garca Barrientos, 2007: 66), es de uso muy frecuente en la poesa mstica por considerarse que la experiencia de Dios trasciende todas las antinomias mundanas. De all que la contradiccin de trminos coopere en la construccin de una digesis13 misteriosa.

    Por ltimo, debemos mencionar que Guillermo logra conocer a los tehuelches/Pie Grande, lo cual corrobora su hiptesis de la existencia de un misterio oculto en dichos bosques. Esto, junto con las razones de su muerte heroica (el clima adverso y la carencia de alimentos para subsistir), refuerza el imaginario de un espacio-Patagonia hostil, virgen y aislado.

    La construccin de lo extrao, lo raro y lo misterioso de la Patagonia destacada en el interior de la provincia de Neuqun en El Jardn y en los bosques cordilleranos, en el caso de Pequeas, difunden y refuerzan el imaginario que considera a este territorio como mgico. Esto intensifica las creencias de que este lugar est des-poblado y, por lo tanto, des-culturizado. Se exotiza a la poblacin local porque el punto de vista/el criterio de comparacin es la sociedad occidental. Esto es conseguido por la animalizacin explcita de los pueblos locales, en Pequeas, y por la construccin de los personajes lugareos en El jardn. Lo extico se presenta como lo rural, lo extrao, lo diferente a lo urbano. La no existencia de un relato propio, referido en el apartado anterior, se justifica en ambas pelculas a travs del silenciamiento de los nativos. Esta concepcin naturaliza la existencia de pueblos originarios representndolos siempre como parte del paisaje. Mapuches y tehuelches, al no tener discurso, son un elemento ms del paisaje.

    Esta cosificacin de las otras culturas habilita a que los protagonistas, que s son construidos como sujetos, con habla y discurso, puedan traer cultura, historias, sentidos a los lugareos. Los cineastas dejan entrever que visitar este territorio o desarrollar proyectos en l es casi un deber civilizador, colonizador, es una tarea heroica, una hazaa histrica. Asimismo, cualquier proyecto o deseo que tenga el espectador, cualquier objetivo que se proponga en las tierras patagnicas, puede cumplirse porque, al ser un espacio aislado, las intervenciones humanas tienen muchas posibilidades de exitoso desenvolvimiento. Esto proporciona el soporte para la conformacin de otro imaginario: la Patagonia como espacio receptivo a la concrecin de las ms diversas utopas, que ser desarrollado a continuacin.

    12 La msica extradiegtica es un sonido off cuya fuente no podemos ver en la pantalla. Es aquella que es externa a la historia que se est narrando. Se utiliza fundamentalmente para acompaar y ambientar las escenas, generalmente de manera poco perceptible. Ver Chion, Michel. (2008). La audiovisin. Buenos Aires: Ed. Paids. 13 Por digesis entendemos el universo espacio-temporal designado por el relato (Genette, 1989: 376), es decir, el universo en el que sucede la historia.

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    La Patagonia como lugar para el desarrollo de prometedoras quimeras

    En el filme de Patricia Martn Garca, la Patagonia es el jardn en el que la protagonista encuentra cmo rendir frutos a un proyecto de vida que, en su lugar de origen (Buenos Aires), tena vedado. Al comienzo de la pelcula, Lil explica que acept el retiro voluntario del banco en el que trabajaba desde haca veinte aos. La descripcin del vaciamiento de la empresa en la que se desempeaba, los retiros voluntarios masivos, la vestimenta y los automviles de los personajes en escena, nos permiten inferir que la trama se desarrolla a fines de los 90, a principios del siglo XXI, en una Argentina en crisis, en la que las tasas de desocupacin eran muy altas en todo el pas. Frente a esta situacin, Lil decide apostar a desarrollar su profesin como actriz dramtica y se lanza hacia la Patagonia con el fin de cumplir este objetivo.

    Una vez en estas tierras, ella cumple todos sus anhelos: se desarrolla profesionalmente como actriz, se enamora de Polo Evans con quien forma una pareja y, adems, logra explicar el origen de la humanidad a travs de su conocimiento. La pelcula propone as la Patagonia como lugar de salida, de escape, donde la crisis parece no haber llegado. Aqu no se representan signos de conflictividad socioeconmica14 caractersticos de fines del siglo XX en todo el pas- y la protagonista puede desenvolverse exitosamente como actriz: hace funciones en diferentes localidades y logra publicitar su obra en medios de difusin.

    Asimismo, la llegada de la actriz a la zona para hacer una obra de teatro, a pedido de la Comisin de Mujeres de la Subsecretara de Cultura de la provincia de Neuqun, configura a la Patagonia, como un espacio de vacancia, como si aqu no hubiera actrices, ni conocedores de la literatura griega que pudieran hacer ese trabajo. Esta vacancia tambin puede observarse en el audio de la radio que Lil escucha cuando maneja en la ruta hacia El Chocn:

    Qu da hermoso en Neuqun, ideal para actividades al aire libre. Nos informa Cultura

    que el cine mvil proyectar hoy en el Parque Quin est matando los gorriones? y

    Cerca de la frontera ()

    El primer filme es un largometraje de Patricia Martn Garca (2001) rodado en Chubut y el segundo, de Rodolfo Durn (1999), filmado en Jujuy. La autorreferencia y la mencin de otro cineasta bonaerense, supone aqu que el cine que se ve y hace en la Patagonia es slo el que stos producen. Sin embargo, por citar un ejemplo, en 2001, la Asociacin de Realizadores Audiovisuales de Neuqun (ARAN) ya se haba conformado y, desde aos anteriores, sus miembros venan produciendo cine de manera independiente y aislada, pero sostenida. Otro ejemplo son los documentales de Lorenzo Kelly y Carlos Procopiuk, que circulaban en diferentes provincias de la Patagonia desde la dcada de 1970. Esto significa que, a pesar de la existencia de realizadores y producciones cinematogrficas en y desde la Norpatagonia, la pelcula los soslaya, del mismo modo que la Subsecretara de Cultura de la provincia de Neuqun desconoce a los cineastas locales y decide invertir fondos pblicos en una co-produccin con Patricia Martn Garca y Elsa Ramos, procedentes del as considerado centro del pas.

    14

    En el transcurso de la pelcula hay una sutil mencin a un piquete en el camino Bariloche-Neuqun, que no se desarrolla, sino que se representa slo como un obstculo a raz del cual la actriz debe recortar su recorrido por el interior de Neuqun.

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    De esta manera, la Patagonia se construye como una tabla rasa, como un espacio natural, en el que efectivizar anhelos personales. Es la tierra prometedora para el desarrollo de aventureros apasionados, como Lil.

    En Pequeas, la pasin del cineasta es el motor tambin de su inmersin en los bosques patagnicos. El presente de Guillermo, al igual que el de Lil, est caracterizado por una insatisfaccin laboral: Estoy cansado de hacer sociales y notas a polticos de cuarta que se creen estrellas de cine, sostiene. De este modo, los bosques patagnicos son, para l, el trampoln de su carrera como realizador audiovisual. La ida al bosque es el sacrificio a realizar para obtener el rdito profesional posteriormente.

    Guillermo Lamadrid encarna en la pelcula el rol y los deseos de quienes integran la cooperativa de trabajo La Coosa. l es un realizador audiovisual novato, incomprendido por la sociedad neuquina, dispuesto a arriesgarse para concretar su proyecto cinematogrfico. En la escenografa de su casa, se observa en primer plano un videocasete con el nombre Lgrimas negras. Este audiovisual fue la primera produccin de la cooperativa, por lo cual su inclusin seala la identificacin de los productores con el protagonista del filme. Ellos, como Guillermo, son realizadores independientes que luchan por cumplir sus anhelos. Guillermo muere en el intento de registro flmico, pero es convertido en hroe en el filme ya que finalmente logra probar su tesis. Del mismo modo, los realizadores concretan el primer largometraje de ficcin realizado ntegramente por un equipo neuquino, sin subsidios otorgados por la dirigencia poltica, ni estatal15.

    En pocas palabras, la Patagonia es construida en ambos discursos audiovisuales como el lugar para hacerse la Amrica. Es decir, como el espacio en el cual los forneos pueden obtener un rdito ya que all existen oportunidades fabulosas (laborales, histricas, amorosas). En las dos pelculas, la Patagonia es, al mismo tiempo, un rea de vacancia, un espacio desolado, pero atractivo para quienes tengan la voluntad de iniciar una aventura en l. All no slo se desarrollan las pasiones y deseos vedados en otras geografas, sino que tambin es posible que la simple accin de quien la visite contribuya a la construccin histrica del origen de los pueblos, como en estos dos casos. De esta manera, la Patagonia aqu es una tierra prometedora de sueos.

    La Patagonia conquistadora y/o conquistada

    En el recorrido hecho hasta aqu, hemos intentado analizar los modos y construcciones discursivas predominantes del tiempo-espacio y sujetos que los realizadores audiovisuales hacen en y desde Neuqun. Las representaciones que crean y difunden sobre este territorio y las condiciones de posibilidad de que estos discursos audiovisuales sean recibidos por la sociedad contempornea -o al menos que as lo

    15

    Es importante mencionar que en esta pelcula los realizadores se mofan de la espectacularizacin de la poltica, muy en auge a mediados de los 90. Ellos construyen a los funcionarios pblicos y a la polica como ineptos y corruptos. De all que el deseo de Guillermo, y transitivamente- el de La Coosa, sea el de dejar de trabajar en campaas electorales, para dedicarse al cine. Es por esto que la Cooperativa se aventura a rodar en los bosques lo cual implica la movilidad de todo el equipo de produccin- como smbolo de capacidad de produccin cinematogrfica, del mismo modo que Guillermo va a los bosques con nimo de constituirse en cineasta.

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    hayan credo sus productores- nos permiten concebir las pelculas analizadas como fuentes histricas.

    La pluma, en nuestro caso la cmara, siempre es la de aquellos sujetos que tienen capacidad de accin y discurso en el espacio pblico. En el caso del cine, que necesariamente conlleva la movilizacin de muchas personas y de grandes recursos econmicos, la realizacin de una pelcula es una tarea sumamente compleja que muchas veces se inicia, pero no muy a menudo logra finalizarse. De all que los dos largometrajes que estudiamos -que han sido meritoriamente concretados y estrenados en diferentes localidades y provincias a fuerza de voluntad de sus realizadores- mostraban una necesidad, una intencionalidad de enunciar desde estas latitudes. A raz de esto, nos planteamos la hiptesis de que estos realizadores locales podan construir discursos desde un punto de vista particular, quizs diferente al de las pelculas nacionales e internacionales que se ruedan en la Patagonia.

    La investigadora canadiense Tamara Falicov sostena en 2007, en referencia a las producciones audiovisuales hechas por realizadores norpatagnicos, que

    en oposicin a las pelculas que tpicamente narran desde la perspectiva portea

    pelculas en las que el protagonista visita la zona y vive aventuras- () estos videastas se

    distancian de lo que yo llamo la mirada portea y presentan una versin de la historia

    local, que puede o no incluir el paisaje como foco principal (Falicov, 2007: 110).

    La autora canadiense sostena que la mayora de los videos de realizadores norpatagnicos no se centraban tanto en la geografa y la tierra de la Patagonia como en los habitus o en el espacio vivido de la gente (Falicov, 2007: 111). Ella consideraba que esta estrategia, consciente o no, podra haber sido un modo de luchar contra las formas tradicionales de describir la vida en la Patagonia, en las que sta aparece siempre vinculada al paisaje natural ms que al paisaje mental de la gente y contra el modo en que se cuentan las historias de esta regin (2007: 111).

    A partir del anlisis del corpus seleccionado en este trabajo, no podemos ms que establecer ciertos disentimientos con nuestra hiptesis originaria y con esta mirada tan optimista que presenta Falicov.

    Hemos visto que las producciones analizadas colaboraron en la conformacin de tres imaginarios acerca de la Patagonia: como importadora de mitos y leyendas, como espacio virgen y extico y como lugar para el desarrollo de prometedoras quimeras. Estos tres imaginarios se corresponden con las representaciones sociales cinematogrficas hegemnicas de la Patagonia. En un intento de sntesis, podemos decir que diferentes investigadores patagnicos -Ports (2001), Escobar (2009) y Rithner (2005)- coinciden en que la Patagonia es construida como:

    1 Lugar de castigo, aislamiento, lugar alejado donde es imposible localizar a alguien. Como el fin del mundo,

    2 Regin de convocatoria obligada para cinematogrficos aventureros, contrabandistas, meretrices, perseguidos y marginales de todo tipo, o seres no comunes largados a historias imposibles (Ports, 2001: 84),

    3 Lugar de prometedoras posibilidades para obtener un afortunado trabajo y salvarse de la pobreza, como as tambin para viabilizar sueos,

    4 Lugar extico por su lejana, donde predomina el desierto, la tierra de nadie, la barbarie,

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    5 Mercanca: los paisajes patagnicos como distintivo argentino bien vendible para atraer turismo y, consecuentemente, muy viable para colocar mejor una pelcula en el mercado internacional.

    En El Jardn y en Pequeas, los protagonistas emprenden una aventura hacia la Patagonia y logran, con mayor o menor suerte, realizarse profesionalmente a travs del cumplimiento de las metas que se haban propuesto: Lil logra presentar su obra en varias ciudades y Guillermo comprueba la existencia de Pie Grande. Luego, en medio de una tensin melodramtica presentada en torno a la dicotoma pasin/razn, los osados artistas, antes incomprendidos, consiguen cumplir sus sueos en estas prometedoras tierras patagnicas. Al mismo tiempo, en ambos largometrajes, la Patagonia es construida como aquel recndito y desolado lugar en el que sus habitantes originarios (mapuches y tehuelches) son tan exticos como los paisajes mostrados16. En pocas palabras, las dos pelculas colaboran con esas representaciones hegemnicas de la Patagonia como lugar lejano, desierto, extico y de aventureros que buscan cumplir sus sueos all.

    El conjunto de estos imaginarios sociales dominantes analizados en los dos discursos audiovisuales, colabora en el fortalecimiento de la ltima nocin hegemnica en torno a la Patagonia que mencionamos, es decir, como espectculo, como mercanca comercializable asociada a la explotacin turstica. La transposicin de leyendas y mitos de la cultura europea y estadounidense (el Jardn de las Hesprides y Pie Grande) buscan revalorizar la geografa surea. La fusin de lo global-local, es decir, la hibridacin de estos relatos forneos universalmente conocidos con la vida de los pueblos originarios, convierte a esta regin en un atractivo turstico: se producen una identificacin y una diferenciacin a la vez. En esa conjuncin se presenta al otro (mapuche/tehuelche) como diferente inferior, desposedo de propiedades culturales y se lo estima e interpreta desde la proyeccin de los valores y los marcos culturales occidentales hegemnicos. De esta manera, desde una mirada eurocntrica, se elude presentar el conflicto intercultural, mientras el territorio es construido como bello y aproblemtico. As, se exhibe una mercanca Patagonia vendible al turismo masivo.

    En este aspecto, creemos que la Patagonia mercanca se representa ms ntegramente en el Jardn que en Pequeas. En la primera pelcula, la paleontologa y el mito muestran la posibilidad de acceder all a un turismo arqueolgico e histrico-literario. Asimismo, la diversidad de paisajes no tradicionales (hay seis locaciones bien dismiles y poco difundidas como tursticas), el exotismo, la virginidad de la tierra y la comida edifican la oportunidad de practicar all un turismo basado en el conocimiento de la naturaleza y la gastronoma patagnicas. La intencin persuasiva en este film es entonces, tanto educar sobre la preservacin del patrimonio cultural y sobre el rol de la mujer en la sociedad, como promover la diversidad del turismo en la Patagonia.

    En Pequeas, en cambio, a pesar de que el bosque es construido como un atractivo turstico natural (por su nieve y paisajes originales), la intencin de la pelcula se concentra en persuadir al pblico de que con pasin se pueden lograr objetivos personales, a pesar de las adversidades que presenta este territorio. En este sentido, la difusin de los bosques patagnicos y de la nieve como atraccin turstica es un aditamento secundario que se desprende de este objetivo principal.

    16 Pequeas construye la Patagonia fuera de la urbe (Neuqun), en un bosque alejado y de difcil acceso, correspondindose tambin con el imaginario dominante de la Patagonia como el fin del mundo.

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    En este punto del anlisis, no hemos detectado en los filmes analizados representaciones emergentes o alternativas a las formas tradicionales de representacin, ni tampoco marcas o distinciones que pudieran diferenciar el cine neuquino de la mirada portea que menciona Falicov. Observamos que en Pequeas, cuando se retrata la vida cotidiana de los residentes neuquinos tampoco se da una lucha contra las formas tradicionales, porque todas las menciones a la Patagonia que se hacen en la pelcula, se refieren solamente al bosque, mas no a esta ciudad. La Patagonia es aqu slo lo que sucede en exteriores17 . La pregunta que se desprende entonces es: Por qu estos realizadores locales se atienen, ya sea consciente o inconscientemente, a las representaciones hegemnicas desde sus discursos audiovisuales?

    En tanto que la reproduccin de los imaginarios dominantes nos habla de posicionamientos ideolgicos, podemos vislumbrar una explicacin a este interrogante teniendo en cuenta el contexto de produccin y los agentes del discurso. En El jardn, el gobierno de la provincia de Neuqun es uno de los principales productores y la finalizacin del film estaba programada para 2003. En ese ao se desarrollaron las campaas electorales para la presidencia y la gobernacin. En Neuqun, buscaba re-candidatearse Jorge Omar Sobisch, quien no slo tena perspectivas de presentarse a las prximas elecciones presidenciales, sino que se caracterizaba por ejercer una poltica meditica, con un fuerte trabajo de identificacin entre su imagen y la de la provincia. De modo que la primaca de la intencin discursiva de promocionar tursticamente a la provincia y preservar el statu quo (conservar las representaciones dominantes no conflictivas) puede haber estado influida por la campaa electoral de Sobisch.

    En el caso de Pequeas, consideramos que la Cooperativa La Coosa se plantea hacer un acto de demostracin de que es viable un cine hecho en y desde la regin, proponindose como ejemplo. Creemos que en ese intento de probar su entidad de cineastas, reproducen los imaginarios dominantes como modo de asegurarse la aceptacin del pblico norpatagnico. Es decir, operan siguiendo un esquema probado de mercado con el fin de combatir la aleatoriedad de la demanda cinematogrfica y garantizarse la aceptacin del pblico. As, continan la serializacin audiovisual, evitando la innovacin y la apuesta a la creacin de una impronta regional a travs de su pelcula. De este modo, a pesar de que en la campaa publicitaria, la pelcula pasaba por ser una produccin ntegramente patagnica, lo nico que tiene de esta regin es la procedencia del elenco y el grupo de produccin, no as la forma ni el contenido del mensaje audiovisual.

    En sntesis, observamos, como ya lo hemos mencionado, que el cine ficcional en Neuqun recin est conformndose y que la emisin de estos discursos est muy condicionada por los recursos econmicos de que disponen los productores y por su desconfianza en la asuncin de los riesgos que podra suponer una ruptura con los imaginarios dominantes. Si bien la masificacin de las tecnologas ha permitido aumentar la cantidad y diversificar la calidad de realizadores, esa masificacin no ha cambiado an las relaciones estructurales de poder. Los casos analizados nos habilitaran a pensar que la cinematografa ficcional neuquina todava necesita de importantes fuentes de recursos privados y pblicos as tambin como de una instruccin crtica, creativa y motivadora de discursos emergentes y alternativos, que permita construir otros mensajes. Sabemos que, durante este siglo, la produccin neuquina de largometrajes y mediometrajes de gnero documental que requieren 17

    Aqu es importante mencionar que la Subsecretara de Cultura de la ciudad de Bariloche figura entre los colaboradores de la pelcula, lo cual nos hace suponer que esa representacin de la Patagonia-bosque puede estar condicionada por las representaciones hegemnicas que el Estado se encarga de perpetuar en funcin del beneficio turstico esperado.

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    habitualmente menos presupuesto- ha contribuido a la conformacin de una Patagonia ya no desrtica, sino llena de protestas y movilizaciones en reclamo de derechos vedados (Petruccelli, 2005; Bonifacio, 2011). Incluso algunos cortometrajes ficcionales abordan en clave humorstica las representaciones hegemnicas de este territorio, como por ejemplo, Mala Compra (2001) de Jos Luis Gutirrez. Sin embargo, en el corpus de largometrajes ficcionales seleccionado no hemos podido observar representaciones autctonas que rompan con la reproduccin del imaginario hegemnico. Tampoco hemos podido detectar la originalidad y la marca de distincin local en los dos largometrajes ficcionales producidos en esta primera dcada del siglo XXI en Neuqun. Es decir, no hemos podido observar nuevos contenidos y/o nuevas estticas que habiliten a la conformacin de un pblico local. Creemos que estos discursos audiovisuales sobre la Patagonia estn desconectados de los marcos histrico-culturales en los que se producen, lo cual no contribuye a crear imgenes ms humanas, ms apegadas a la realidad de los sujetos y acontecimientos locales. En pocas palabras, la produccin de estos cineastas se limita, por ahora, a un simple quehacer reproductivo ubicado geogrficamente en la Patagonia como estrategia de venta o marketing.

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