La modeda fatimí y su relación con al-Andalus, Carolina Doménech Belda.

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CuaderRos de Madlnat al -Zahrá' Vol. 5 Córdob a, 2004

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Cuadernos de Madinat al-Zahra [año 2004, Número 5]. Actas de las IV Jornadas de Madinat al-Zahra : Nuevas investigaciones sobre el Califato de Córdoba. [Revista de difusión científica del Conjunto Arqueológico Madinat al-Zahra]

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CuaderRosdeMadlnatal -Zahrá'

Vol. 5

Córdob a, 2004

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CTJADERI{OS DE MADiNAT AL-ZAI]RÁ'

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Cuadernos de Madinat a|-ZahraRevista de difusión científica del Conjunto Arqueo.lógico Madrnat al-Zahra

CONSEJO DE REDACCIÓN(Miembros de ia Comisión Técnica de Madinat al-Zahra)

Presidente: D. JESÚS ROMERo BENÍTEZDirectur Genera/ d¿ Biene.¡ Calnrales

Vocales: D." MERCEDES MUDARRA BARRERODe/egada Prorjrcia/ le Ca/ttra rJe Cít'daba

D. ANTONTO VALLEJO TRTANODirrtor del Con.funto Arquealígico Madjrat dl Z¿br¿

D. MANUEL ACIÉN ALMANSAUniru':idad de rtIálaga

D." CARMEN BARCELÓ TORRESL,ttt. n)J¿J J. \ L/.ttri¡

D." JULIA CARABAZA BRAVOUú¡w¡irlad d¿ ,\eúllt

D.JUAN STRRANO MUÑOZArquitecta

COMITÉ ASESOR

D. PATRICE CRESSIERCa:a de Vlázqrcz

D. CHRIST]AN E\rERTIrntituta Arqaeolígico A lenún

D. PIERRE GUICHARDtJnit,ersidad ¿tt llon IID. ESTEBAN HERNÁNDEZ BERMEJODirector delJardín Batánico rk Córdoba

D, M,'ANTONIA ]\4ARTíNEZ NUNEZUniursidal le lIálaga

D. ALASTAIR NORTHEDGEUniuersi¿lad de Parí: ID. VÍCTOR PÉREZ ESCOLANOfl n irer.¡ i tlad de S eú / la

O Junta de Andalucía. Consejcría dc Cultura

(c) Los autores

Imprenta San Pablo, S. L. - Córdoba

Sor Ángela de Ia Cruz, 1 2 - Teléfir¡o 951 283 106

ISSN:1119-9996

Depósito Legal: CO. 1.64412004

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SUMARIO

. ESTUDIOS

EDUARDO MANZANO MORENOEl círculct de pocler de los califas ornelas cle Córclaha Pág. 9

JEAN-PIERRE VAN STAÉVELPrítoir jzgaler, bátir : droit de la cr¡nslruclian et institarians

judiciairu ) Cordoae rJurant le í'lX' si¿cle Pág. 3L

MOHAMED MEOUAKMadinat al-Zabm' en las fuentes árabu del occidente i¡láttica Pág. 53

BRUNA SORAVIAUne bistaire de la f.rna. Aurariré er lígitirnirí dan:

le tuIutpaltis d'Ibn Hayan Pág. 81

MANIIELA MARÍNA/tos fancionarios para e/ ca/ifa: jueces 1 otras cargos de la

Adntinisnación cle'Al¡d al-Rabntan III Pá9.97

M.' ANTONIA MARTÍNEZ NÚÑEZ.MANUEL ACIÉN ATMANSALa epi¡1rafra de Madinar al-Zabra' Pá9. I07

SOLANGE ORYL' ep i grap b i e umayy ade s ya - pa / e s t i n i enne Pás.159

CARMEN BARCETÓ

El cíJin andalusi de "praaincias" durante el Califato(3a0_403t9j2_10j3) pá9. t73

ANTONTO VALLEJO TRTANO,ALBERTO MONTEJO CÓRDOBA,ANDRÉS GARCÍA CORTÉS

Resa/tados preliminares de /a interaenciín art¡aeo/ígica en /a

"Ca:a de Ya'far" 1 en el ecliJicia cle "Patio cle los Pilaru"de X[adinat al-Zahra' Pá9. I99

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PATRICE CRESSIER,

MOURAD RAMMAHS¿bra al-A4ansariya : [Jne autre aille caltfale Pág.241

JUAN F. MURILLO REDONDO,MARÍA TERESA CASAL GARCÍA,ELENA CASTRO DEL RÍOMadinat Qar¡aba. Aproxinaciín al procesa de forntaciín de la

ciudad emiral 1 califal a patir de la información arquealógica Pág. 217

VICENTE SALVATIERRALa instauraciín clel Califato en el AIra Gaadalqaiuir Pá5. 291

PEDRO GURRIARÁN DAZAHacia una canstrucción del poder. Las prácticas edi/icias

en la periferia andalusi duranre el Califaro Pág. 297

ALBERTO CANTO GARCÍAEl dinar en al-Andalas en el sigla X Pás.327

CAROLINA DOMÉNECH BELDALa rnaneda farimí 1 sa relaciín con al-Andalus Pág. 339

PATRICE CRESSIER

Histarias de capiteles: ¿Hubo talleres califales pratincialesi' Pá9. 751

TILO ULBERTResafa en Siria. Una residencia califal de los últimrts onteyas en )riente Pá9. 377

BERNABÉ CABAÑERO SUBIZA,VALERO HERRERA ONTAÑÓNLa tecbu¡nbre de la ampliación de al-Hakan II rJe la mezqaita aljama

d¿ Círdoba. Análisi: tícnico 1 estulio forxul de sa policrarnía Pá9. 391

SABINE NOACK.HALEYLos capireles de la hlezt¡aita de Madinar al-Zaltra' Pág. 4I3

MARIANNE BARRUCANDLe prentier clécor arcltitectural fatimide en Egypte Pág. 445

PIERRE GUICHARDCanc/usions Pág.463

. CRÓNICA DEL CONJUNTO

ANTONIO VALLEJO TRIANO,

JOSÉ ESCUDERO ARANDACrínica del Conlanto, añas 1998-2003 Pág. 47 I

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ESTIJDIOS

ACTAS DE LAS IV JORNADAS DE MADINAT AL-ZAHRÁ':Nuevas investigaciones sobre eI Califato de Córdoba

Córdoba, 10-12 Noviembre 2003

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LA MoNEDA FATIMÍ Y SU RELACIÓx cOx AL-ANDALUS

CAROLINA DOMENECH BELDAProfesara A:oci¿d¿, De\drltzntenÍ(t de Prehistaria. Arqteologia, H." Antigtm y r-i/.Griega 1 Latina.

Áru tJe Arqueología. Llnitersidad de A/icante

RESUMEN

El presente trabajo tiene por objeto realizar una

revisión y puesta al día de los hallazgos de moneda

fatimí en Ios territorios de al-And¿rlus. El califatonorteafricano de la dinastía fatimí fue el mayor ri-val de los omeyas ¿rndalusíes. Sin embargo, slr nlr-

metario ap¿rrece con rel¿rtiva frecuencia en al-An-dalus, tanto de forma ¿lislacla como formando parte

de conjuntos monet;rles donde zrpzrrecen junto a

Ias monedas omeyas en porcentirjes muy variables,

siendo muy raros los conjuntos formados exclusi-

vamente por moneda fatimí. El análisis de estos

hallazgos permite observar un diferente comporta-

miento circul;rtorio segúrn el periodo cronológico y

eI área geográhca que tratemos así como marcadas

dife¡encias entre la monecla de oro y la de plata.

Palabras clave

Numismática. Norte de África. Islam. Al-An-dalus.

INTRODUCCION

Es cle todos conocido el hecho de que la mo-

neda, en su calidad cle circulante, puede aparecer

en lugares alejados cle donde fue acuñada, e inclu-so ser aceptada en las transacciones cotidianas en

ABSTRACT

Tl-iis paper reviews and actualise the flnds ofFatimí co.ins in the territories of Al-Andalus. The

North-African Caliphate of the Fatimí clynasty was

the main rival of the anclalusians Omeyas. Never-

theless, the Fatimí currency appears with relative

frecluency in Al-Andalus, sometimes in remote

form and more frequently composing currency

ho¿rrds in which the Fatimí coins appears with the

Omeya ones in verv variable percentages. Rarely

the assemblies are exch-rsively composed by Fatimícurrency. The analysis of these frnds allows to ob-

serve a different circulatory behaviour trccordin¡¡ to

chronological periods and geographical areas. Inadclition, we observe noticeable differences among

the currency of gold and the s.ilver one .

Key words

Numismatics. North of Africa. Islam. Al-An-dalus.

estados diferentes al que la emitió. En al-Andaius

la pre sencia de moneda f<¡ránea es un hecho cono-

cido desde antigrlo que en los últimos años ha siclo

objeto de una especial atenciónr. Junto a monedas

749

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de los reinos cristianos, encontramos en al-Anda-lus abundante numerario norteafricano. destacando

especialmente la moneda acuñada por los califas fa-

timíes, que es sin duda la más abundante. La pre-

sencia de moneda fatimí en al-Andalus fue puesta

de manifiesto por alrtores como A.Prieto quien al

publicar el hallazgo de Río Guadalquivir en 1915

afirmaba que estas monedas eran "de menor iaferós

ptrrd n0r0tr0r,1 nús si se tiene en cueilta /a existencia de

buenas ca/ecciones de e//as en Londres, París 1 sobre todo

en Palermo" (PRIETO, l9lt, 3l1). Este inicial des-

interés hacia 1as piezas fatimíes parece ir desapare-

ciendo ante la evidencia de su aparición en muchos

hallazgos peninsulares, 1o que llevaría a este mismo

autor a lamentar, años más tarde, el haber despre-

ciado las ocasiones de formar " colecciones aa/iasísimai'

(PRIETO, 1934, 300-30i). En los años 50 y 6t)

J. M. de Navascués publicó diversos conjuntos con

moneda fatimít y desde entonces son muchos los

tesoros donde se menciona la presencia de moneda

foránea, pero hay que esperar hasta 1990 para en-

contrar el primer estudio específrco sobre moneda

fattmí. Se trata de un trabajo donde C. Martínez

Salvador recoge los tesoriilos andalusíes con presen-

cia de moneda fatimí que en ese momento sumaban

un total de 11. Desde entonces hasta la actualidad

ha aumentado considerablemente el número de ha-

llazgos de numerario fatimí conocidos debido por

un lado a los depósitos que en este tiempo han sa-

lido a la luz, algunos de ellos con un gran volu-men de piezas como el de Santa Elena en Valencia

y por otro a la revisión de algunos antiguos de los

qr-re ahora tenemos más informaciónr. Estos nuevos

materiales, jr-rnto con los ya conocidos, nos permi-ten ahora presentar una puesta al día del panorama

numismático de la moneda fatimí v su relación con

al-Andalus.

LOS HALLAZGOS

Actualmente conocemos 11 hallazgos donde la

moneda fatimí está presente, tanto en forma de ha-

llazgos aislados como formando parte de conjuntos(frg. 1). Estos hallazgos se distribuyen sobre todo

por dos grandes áreas'. la zona andal:uza, con una

especial concentración en la capital cordobesa, y Iacosta mediteránea al sur del Ebro además de las

islas Baleares. El litoral mediterráneo es el área de

v40

donde se conocen Lrna mayor cantidad de hallazgos

aislados formados por una o dos monedas, dado que

allí se ha realizado un vaciado exhaustivo de los fon-

dos de museos y colecciones públicas y privadas.

Sin duda, Ia realización de una tarea de este tipo en

otras áteas como la ¿rndaluza, sacarían a la luz un

buen núrmero de estas piezas. Por ello, en la actuali-

dad no resulta representativo el mapa de hallazgos

aislados de moneda fatimí ya qi-re Ia descompensa-

ción hacia la costa oriental es evidente (fig. 2). De

las Islas Baleares también se conocen 3 monedas fa-

timíes aparecidas de forma aislada mientras que en

el valle del Guadalquivir tan solo ha sido publicado

un hallazgo de este tipo consistente en dos dinares a

nombre del califa al-Mahdl que aparecieron durantelas obras del ferrocarril en Có¡doba. siendo el únicocaso en todo al-Andalus en el que la moneda fatimíde oro no aparece en conjuntos monetales. Es pre-

cisamente el numerario de este gobernante 'Ubayd

Aliáh al-Mahdi ei que menos se atesora pues tan

solo hay ttna pieza encontrada formando parte de

un tesorillo+. En todos ios casos restantes aparece de

forma aislada de manera qlre no responden a ocul-taciones si no a perdidas casuales tal vez de viaje-ros llegados del norte de África o de segr-ridores del

íiísmot. Los últimos hallazgos aislados de moneda

fatimí que conocemos corresponden a emisiones de

al-7Áhir (4lI-421 H./ 1021-1036 J. C.) estando

alrsentes las de su sllcesor ai-Mustansir (421 -487

H.l 1036-094 J. C ) que solo las encontramos como

moneda atesorada.

Contrariamente a lo que oclure con los hallaz-gos aislados, los llamados tesoros o tesorillos sí sue-

len salir aIahz, si no exhaustivamente estr-rdiados,

al menos mencionados en la bibliografía numismá-

tica, y por tanto estamos en condiciones de ofrecer

un panorama más real de la presencia de moneda

fatimí en al-Andalus a partir de su estudio (flg. 3).

Su distribución geográfr.ca nos muestra una

gran concentración en la capital cordobesa y sus al-rededores, concentración que se refiere tanto a lacantidad de hallazgos conocidos como al número

de monedas que contienen. Independientemente

del área geográfica que se trate, las monedas fati-míes aparecen formando parte de conjuntos de muydiverso tamaño, desde el caso de Loja con 6 piezas,

a las grandes ocultaciones formadas por varios miles

de ejemplares como Trujillo o Haza del Carmen.

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No hay correspondencia entre el tamaño de la ocul-

tación y la cantidad de moneda fatimí que contie-

nen. Así tenemos conjuntos como el cordobés de

Fontanar de Cabanos donde entre 3632 dirhames

califales enteros y gran cantidad de fragmentos que

no se contaron apareció una moneda fatimí, mien-tras que en otros como Font de la Beca con solo

166 piezas se encuentran 80 piezas fatimíes. Los

porcentajes de presencia de monedas fatimíes va-

rían considerablemente de unos a otros pr-rdiendo

apreciarse diferentes comportamientos en funcióndel metal, el área geográficaen la que han aparecido

y la cronología de los mismos.

En los depósitos de oro las monedas 1'¿timíes

suponen un porcentaje alto del total de conjunto,Iiegando casi a la mitad en 1os conjuntos cordobeses

de Cruz Conde y Río Guadalquivir. En el Sarq al-

Andalus estos porcentajes son inferiores aunque se

mantienen altos, entre el 30 y el 40%, sin olvidarque en esta zona contamos con el único hallazgo

de oro íntegramente fatimí que es el de Benidorm.

En los conjr-rntos de moneda de plata los porcen-

tajes son bastante inferiores y también se aprecia

una diferencia por zonas. Mientras qlre en el valle

de Gr-radalcluivir no suelen alcanzar eI I0o/o, en Ia

costa mediterránea superan normalmente esta cifra

llegando al 48% en el conl'unto de Font de la Beca o

aI 83% en el caso de Elche. Todas son ocultaciones

monometálicas, tal como viene siendo habitual en

al-Andalus, a excepción de los conjuntos c1e Sinar-

cas y Cihuela donde se atesoraron monedas de los

dos metales.

No es frecuente encontrar ocultaciones for-

madas exclusivamente por monedas fatimíes. Por

el conttario, io habitual es que aparezcan junto a

piezas andalr-rsíes califales y de época taifa y sóio

conocemos dos conjuntos fo¡mados exciusivamente

por moneda fatimí: Lrno antes mencionado proce-

dente de Benidorm en e1 que aparecieron 17 mo-

nedas de oro (DOMÉNECH, 2003, 62-63) y otrode alrededor de 300 monedas de plata hallado en

Migjorn Gran en Menorca. Este último no se con-

serva y se conoce muy parcialmente por descripcio-

nes antiguas ¡eestudiadas recientemente (MOLL,

1997). Son los únicos casos en los que parece que

las monedas fatimíes no estaban acompañadas por

numerario andalusí.

Estas ocultaciones de moneda fatimí junto a

moneda omeya y taifa parece indicar que este nu-

merario foráneo era admitido para transacciones

económicas, posiblemente aquellas que no tuvie¡an

que ver con el estado que no podría admitir, por

ejemplo, el cobro de impuestos en moneda acuñada

por una dinastía rival. Pero, sin duda, las moneda

fatimíes circularon en al-Andalus. El hecho de que

apanezcan en tesoros exclusivamente monetales in-dica que funcionaban como moneda y no se atesora-

ban simplemente como metal en clryo caso debería-

mos encontrarlas en depósitos de joyas u otros obje-

tos metálicos. Además las monedas fatimíes en las

ocultaciones reciben el mismo trato que las omeyas

y presentan el mismo tipo de alteraciones.

La moneda fatimí, como la omeya, es obleto

en ocasiones de alteraciones de diferentes tipos:

fragmentación, recortes y perforaciones. Es muyfrecuente, sobre todo en Ia plata, ia presencia de

fragmentos e inciuso existen ejemplos, como el del

tesoro de Trujillo o el de Los Rosaies-Tocina, donde

toda la moneda fatimí está fragmentada. Tampoco

son raros los recortes, que afectan a un gfan núme-

ro de ejemplares y cuando nos encontramos con un

conjr-into donde aparecen monedas andalusíes per-

foradas es frecuente que las fatimíes también lo es-

tén. Las perforaciones afectan por igual a uno y otronumerario. Es el caso del hallazgo de Almoradí, el

de Lora del Río que cuenta con un 4J% de monedas

agujereadas y entre ellas se cuentan las dos fatimíes

del conjunto, o el de Santa Olalla donde todos los

ejemplares presentan perforaciones, teniendo tres la

ú.nica pieza fatimí que contiene6. También algunos

hallazgos aislados aparecen perforados como es el

caso del .le TorrebuFlLa.

En general, estas alteraciones afectan menos al

oro que a la plata sobre todo en io que respecta a las

perforaciones. Esta diferencia quizás podría expli-carse por la cronología más tardía que suele tener ei

oro fatimí que llega a al-Andalus con respecto a la

plata. Si consideramos la posibilidad apuntada por

A.Canto, en base a una cita recogida por P. Chalme-

ta, de que en época de Ia fitna los mercenarios c¡is-

tianos llevaran las monedas clavadas a los cinturo-nes, tendríamos Ia explicación del porqlre tenemos

una cantidad de monedas perforadas mucho mayor

en época de la fitna (CANTO, 1990,321). Pasado

el conflicto, la necesidad de perforar Ias monedas

34r

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para llevarlas encima sería menor. La mayor parte

de las monedas de oro fatimíes clue encontramos en

al-Andalus fueron acuñadas ya en el siglo XI y por

tanto llegaron en época taifa cuando ya la práctica

de perforar monedas había disminuido. Por ello son

muy pocas las monedas de oro fatimí perforadas. Un

ejemplo ilustrativo es el del hallazgo de Santa Elena

donde de un total de 135 monedas fatimíes solo

tres están perforadast. También ia fragmentación de

piezas en este hallazgo es muy escasa ya que sólo 13

piezas pueden ser consideradas como fragmentos de

Ias cuales ! corresponden a un fragmento de media

moneda o más, estando ausentes los fragmentos de

pequeño tamaño tan habituales en el caso de la pla-

tas. Pero las diferencias que presentan las emisiones

en uno y otro metal no se limita al fenómeno de

alte¡ar las monedas, sino que afecta también a otros

aspectos del circulante.

EL ORO

El oro fatimí se concentra en el Sarq al-Andalus

y en los alrededores de Córdoba estando ausente en

las islas Baleares (ñ5.4¡. Los únicos conjuntos que

escapan a esta zona son el de Monestir de Camps en

Girona y el de Cihuela en la provincia de Soria. Am-bos presentan algunas particularidades. El primero

es el único caso conocido en que la moneda fatimíforma parte de un tesoro con monedas almorávidese

pero resulta además qr-re las monedas fatimíes que

contiene abarcan un amplio periodo de tiempo que

empezaría con una moneda atribuida a al-Mansl-rrr0

3)4-341 H.l 945-913 J. C.) y llegaría hasta el

1101 y por tanto al califa al-Muta'ali siendo la fecha

de cierre de todo el conjunto el año 512 H.l 1lI9 J.C. (BALAGUER, 1990, 10t-106). El tesoro de Ci-

huela es también peculiar en cuanto a las piezas fati-

míes se refleren. En primer lugar es uno de los pocos

depósitos bimetálicos que se conocen, bimetalismo

que afecta también a ias fatimíes ya que contiene Lrn

cuarto de dinar y 5 monedas de plata ¡ al igual que

el anterior, también presenta una cronología muy

amplia, desde el 291 H. hasta el airo 561 H., esto

es, desde las emisiones a nombre de al-Mahdi hasta

el sigio XIIrr (NAVASCUÉS, 1961,I71). Dejando

aparte estos dos conjr-rntos, el número de hallazgos

áureos conocidos en la actualidad se reparten por

igr,ral entre los alrecledores de Córdoba y el Sarq al-

i42

Andalus quedando por el momento fuera del cir-

cuito las islas Baleares donde no tenemos constancia

hasta hoy de ninguna moneda fatimí de oro.

Por especies monetarias se obse¡va un predomi-

nio claro de las ruba'as o clrartos de dinar, mientras

qr-re las piezas de unidad de clinar son bastante más

escasas. Las unidades proceden de los conjuntos de

Monestir de Camp, Sinarcas, Benidorm y Santa

Elena'', todos eilos en el área mediterránea, a los

que hay clue añadir los dos dinares hallados en las

obras del ferrocarril de Córdoba que son los únicos

aparecidos en Ia zona andaluza. El resto del oro fa-

timí cordobés ha sido publicado como fracciones de

dinarrl. También es una ruba'a la única moneda de

oro fatimí del hallazgo de Cihuela y la mayor parte

de los conjuntos de Benidorm donde encontramos

16 cuartos de dinar y sólo un dinar y Santa Elena

donde más del 90% de las fatimíes son cuartos de

dinar mientras que las unidades no llegan aI 9%.

Además el estudio dr rste imporrante tesoro ptrmi-te comprobar que, al menos en este caso, Ia propor-

ción de dinares unidad va disminuyendo a partir de

al-Flákim en cada uno de los califas ya que en slrs

monedas representan casi eI I9/o, pero tan solo el

9% de las de su slrcesor al-7Áhtr bajando hasta el

2c/o con al-Mustansir. Por tanto, la composición de

los hallazgos andalusíes de moned¿r de oro evidencia

lr pre[erencia por las esprcies menor(s.

La moneda de oro fatimí no la encontramos en

forma de l-rallazgos aislados sino atesorada en ocul-

taciones. La írnica excepción son dos dinares con-

servados en el Museo cle Córdoba y que aparecreron

durante el transcurso de las obras de la estación de

ferrocarril de dicha ciudad (CANTO, 2002, 118).

Las circunstancias de este hallazgo no permiten

asegllrar de que se tratara de un tesorillo. Además

se d¿r la circunstancia de que estas piezas son los di-

nares fatimíes más antigr-ros de que tenemos noticia

en la Peninsrrlr Ibérice.

En época califal Ia presencia de oro fatimí en ai-

Andalus es muy escasa. Además de los dos dinares

a nombre de al-Mahdi mencionados anteriormente,

existe una pieza muy dudosa del tesoro de Monestir

del Camp con las leyendas muy degeneradas qr-re ha

sido atribuida a al-Mansur aunque A. M.' Balaguer

aplrnta 1a posibilidad de que se trate de una imita-ción cristiana (BALAGUER, 1990, 105-106), en

clryo caso la moneda sería sin duda más tardía. De

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no ser así se trataría de la única moneda de este

califa aparecida en al-Andalus, ya que no existe pre-

sencia de su numerario tampoco en plata. De su su-

cesores al-Mu'izz y aI: Azlz conocemos ejemplares

en el tesoro de Cruz Conde y en el de Santa Elena

mencionándose su presencia también en el de Mo-nestir de Camp. En total 10 monedas de al-Mu'izzy 3 de al-'Aziz que sumadas a Ias de los califas ante-

riores hacen un total de 16 moneda fatimíes de oro

acuñadas en el siglo X haliadas en al-Andalus. Esta

cifra tan exigua se diluye si tenemos en cuenta que,

salvo en el caso de los dos dinares del ferrocarrii de

Córdoba, el resto de piezas han aparecido formando

parte de tesoros formados en el siglo XI o incluso

en el XII como en el caso de Monestir en el qr-re

aparece como moneda residual. Por tanto podemos

afirmar, contrariamente a lo que ocurre con la plataque el oro acuñado por los califas fatimíes no entra

en competencia con los dinares omeyas y es prác-

ticamente inexistente en al-Andalus en el siglo X,mientras que durante el periodo taifa llega a la Pe-

nínsula Ibérica sin difrcultad.En el siglo XI es cuando el oro fatimí hace su

aparición de lleno en al-Andalus precisamente en

Lrn momento en el que el dinar califal ha desapa-

recido (CANTO, 2002, 118). Las emisiones de

al-Hákim (386-4lI H.l 996-1021), aI-Záhir yal-Mustansir que abarcan todo el siglo XI, están

presentes en la práctica totalidad de los hallazgos.

Al-Zahrr es el califa me jor representado aún tenien-

do en cuenta las emisiones póstumas que se hacen

a su nombre durante los primeros años de gobierno

de al-Mustansir, sobre todo en la isla de Sicilia. y

qlre aparecen en los conjuntos de Santa Elena yRío Gr-radalquivir. La única moneda de oro fatimídel hallazgo de Cihuela es precisamente un cuarto

de dinar póstumo de aI-7Áhh acuñado en Sicilia(SÁENZ-DÍE z, r99 t, 24t).

Ar-rnque la mayor parte del oro fatimí hallado en

al-Andalus fue acuñado en Lrn momento en el que la

dinastía estaba ya plenamente instalada en Egipro,son mlry pocas las piezas que encontramos de dicho

taller. Por el contrario seguimos encontrando las

cecas occidentales de al-Mahdiya, Jarábulus ¡ en

especial, la de al-Mansuriya. Pero el taller que más

numerario fatimí ha aportado a al-Andalus es sin

duda el de Sicilia de donde proceden la mayor parte

de las cerca de 2000 piezas fatimíes del hallazgo

cordobés de Río Guadalquivir y más del 6l % de las

monedas del de Santa Elena en Valencia. La simili-tud de estos dos conjuntos en cuanto a procedencia

de las piezas es notable y demuestran que aunqlre

Sicilia en tiempos del califa al-Mustansir ya no es-

taba bajo el control directo de la dinastía fatimí, su

ceca seguía acr-rñando abundante nlrmerario en su

nombre. De hecho, de allí procede la mayor parte

del numerario de este califa que ha llegado a al-An-dalus. Hay que resaltar también la escasa presencia

de monedas egipcias como ya señalara en su día C.

Martínez (1990, I39) y sobre todo esta ausencia se

hace más evidente si tenemos en clrenta que el nu-

merario aci-rñado en tiempos de al-Mustansir supo-

ne eI 2I.56% de todo el aparecido en al-Andalus

y que durante su mandato las cecas occidentales

dejan de acuñar.

LA PLATA

Los hallazgos de moneda fatimí de plata pre-

se ntan una mayor dispe rsión geográfrca que los de

oro llegando incluso a la zona del Algarve portu-

gués. Las emisiones de plata fatimí, realizadas en

menor medida que las de oro, llegan al al-Andalus

del siglo X en mayores cantidades que el nlrmera-

rio áureo. Contamos ya con piezas del primer califa'Ubayd Alláh, todas procedentes del éarq al-An-

dalus. Segírn M. Barceló, en Ibiza tendríamos una

pteza de Abr-r Jáhir Isma'ii al-Mansür ()34-341

H.l 935-953 J. C.), única moneda de plata de este

cali{ar". La plata fatimí acuñada por sus slrcesores

sigue llegando a al-Andalus de manera moderada

durante todo el siglo X para alcanzar su punto más

alto en tiempos de al-Hákim (386-4Il H.l 996-I02I J. C.), emisiones que se realizaron mientras

el califato cordobés se desintegraba en plena fitna.

Sr-rs monedas serán la úitima plata fatimí que lle-

gará a Ia zona del Guadalqr-rivir mientras que en la

costa mediterránea eI flr-rjo monetal se mantiene en

tiempos de aI-ZÁhir (4r I -421 H./ 1 02 1 - I 0 1 6 J .C.)

para desaparecer por completo con al-Mustansir,

califa del que sólo conocemos monedas de oro en

al-Andalus.

La plata fatimí que llega a al-Andalus proce-

de toda de cecas occidentales y mayoritariamente

del taller de al-Mansüriya. con un porcentaje que

alcanza eI 91%. Pero hay que tener en cuenta que

)4)

Page 12: La modeda fatimí y su relación con al-Andalus,  Carolina Doménech Belda.

el conocimiento que tenemos de las cecas es muyparcial plres es un dato que se ha perdido en mu-chos casos, bien por no flgurar en las publicacionesdonde en ocasiones simplemente se reseña la pre-sencia de monedas fatimíes sin demasiados detalles,

bien por no conservarse en la pieza, caso bastante

frecuente en Ias monedas de plata.Thmbién contamos con escasa información en

1o que se refiere a la especie monetaria. Debido a los

recortes que sufren las piezas y a que en muchos ca-

sos han llegado hasta nosotros en forma de fragmen-tos irreguiares no resulta fácil establecer que especie

monetaria corresponden. El estudio de los tipos no

es de mucha ayuda ya qLre un mismo tipo era usado

para diferentes valores, por lo que debemos recurriral peso de las piezas, en muchas ocasiones distorsio-nado por fragmentaciones y recortes. Con toda laprudencia que esta cuestión requiere podemos, sinembargo, hacer algunas consideraciones generales

que confirman 1o ya apuntado por otros autores. Aligual que ocurre con el oro, tampoco las especies

monetarias de plata que predominan en los hailaz-gos coruesponden a la unidad sino a divisores, en es-

pecial los de cr,rarto y medio dirham, como tambiénsucedía en territorio fatimí. Contamos además con

un conjunto de octavos de dirham que proceden de

hallazgo de Elche, no conociéndose por el momen-to ninguna pieza que corresponda a la fracción más

pequeña de dieciseisavo de dirham (Ég. 5).

EVOLUCIÓN CRONOLÓCTCEDE LOS HALLAZGOS

Las grandes diferencias en cuanro a canridadde moneda llegada a al-Andalus entre el siglo Xy el XI pueden apreciarse claramente en a Égura

6. Los primeros ejemplares de moneda fatimí que

llegan a al-Andalus son 1as emisiones del primercalifa 'Ubayd AIIáb (296-322 H.l 909-934 J . C.) en

un momento en el que en al-Andalus aún quedaban

zonas que escapaban al control dei estado cordobés.

En total contamos con 3 semidirhames procedentes

de distintos puntos del Sarq al-Andalus y 2 dinares

aparecidos en la ciudad de Córdoba. Todos ellos son

hallazgos aislados a excepción de un semidirhamque formaba parte del conjunto califal de Almora-dí. Tras el vacío que supone el espacio cronológicoabarcado por el siguiente califa al-Qa'im nos encon-

114

tramos con 2 piezas dudosamente asignadas a ai-

Mansur. Una es r-rn dinar procedente del conjuntoalmorávide de Monestir de Camp de la que se ha

sugerido pueda ser una imitación cristiana dado Iadegeneración de sus leyendas (BALAGUER 1990,

105-106) y Ia otra formaúa parte del conjunto me-

norquín de Migjorn Gran (fig. 6).

Las monedas de al-Mu'izz han aparecido rodas

formando parte de conjuntos monetales a excepción

de ia mencionada como de Ia Región Valenciana. Se

encuentra en 1 1 de los 5 t hallazgos conocidos. Las

de plata siempre forman parte de tesoros ocultados

a principios det S.XI, en época de la fl¡na mientrasque en el caso dei oro aparecen en conjuntos de

época taifa o incluso almorávide como en ei caso de

Monestir de Camp. En estos conjr-rntos áureos qr-re

son el cordobés de Cruz Conde y el de Santa Elena

en Valencia la moneda de al-Mriizz se presenra en

cantidades muy pequeñas pero en porcentajes muyiguales pues suponen eI 0,4% del total del conjun-to y alrededor del I% de las monedas fatimíes en

ambos casos.

Las emisiones de al-'Aziz de plata esrán rnejorrepresentadas que las de su predecesor ya que figuraen 15 conjuntos y en un hallazgo aislado de la isla

de Menorca. Sin embargo, el oro es más escaso y

aparece siempre asociado a monedas de al-Mu'izz y

en los mismos conjuntos de Cruz Conde, Monestirde camp y Santa Elena aunque en esre ú1rimo los

porcentajes son mucho menores.

Al-Hákim es sin duda el califa mejor represen-

tado. Su numerario está prácticamente omnipresen-te en muchos conjuntos y, además, en porcenta;es

muy elevados qlre slrponen en v¿rios casos más de

la mitad de las monedas fatimíes del resoro llegan-do aI 80% en el caso del conocido como Córdoba

M.A.N. o aI 89% en el caso de ei de Elche. En lazona andahza, de toda la moneda fatimí conocida,

las emisiones de al-Hákim suponen más del 6f c/o

siendo el último califa que aporta numerario de

plataal área de Guadalquivir (ñ5.7). T¡as sus emi-siones deja de llegar plata a la zona andaluza, que

sólo recibirá ya el oro acuñado por slrs sucesores y

ya en cantidades menores, mientras que la plataseguirá llegando al litoral mediterráneo durante eI

gobierno de su hijo al-Záhi (fig. 8). Las emisiones

de al-Hákim suponen el punto de equilibrio entre

los dos metales ya que conocemos monedas de oro y

Page 13: La modeda fatimí y su relación con al-Andalus,  Carolina Doménech Belda.

plata de este califa en cantidades similares. A partirde é1, este equilibrio se romperá claramente a favordel oro (fig. 7).

Durante el gobierno de aI-7nhir la cantidad de

moneda fatimí que llega a al-Andalus comrenza a

disminuir, pero sobre todo se observa un diferente

comportamiento según los mecales: el oro es más

abundante que el de su predecesor pero la platadisminuye drásticamente e incluso desaparece en

el área andaluza como ya se ha dicho. Al-Mustansires el último califa {aumí cuyas monedas circularonpor al-Andalus. En estos momentos ya ha dejado

de llegar plata y solo conocemos monedas de oro.

Proceden en su mayor parte del litoral mediterrá-

neo y sobre todo del conjunto de Santa Eiena que

ha proporcionado un importante lote de este califa(frg. 8).

CONCLUSIONES

Del análisis de los hallazgos de moneda fatimíen al-Andalus se pueden extraer una serie de con-

clusiones. En primer lugar se observan diferencias

sustanciales entre los dos metales, que presentan

un distinto comportamienro circulatorio. Es sa-

bido que el califato fatimí acuñó mucho más oro

que plata, oro que no llegará a al-Andalus en gran-

des cantidades hasta el siglo XI. La moneda fatimímás antigua que encontramos en al-Andalus son

las emisiones del primer califa 'Ubayd Alláh al-

Mahdi a principios dei sigio X. Durante esta cen-

turia la presencia de moneda farimí en al-Andalus

es muy escasa, aparece en muy pequeñas cantidades

y es fundamentalmente de plata. El oro fatimí no

circula en al-Andalus en el siglo X y sin embargo

empteza a llegar en época taifa a través de Siciliafundamentalmente. La plata por sll parte presen-

ta un comporcamiento opuesto: la encontramos en

mayores cantidades que el oro en tiempos del ca-

Iifato omeya y tiende a desaparecer en el siglo XI.De hecho en eI área andaluza no la encontramos con

posrerioridad al 4Il H.l l}2l J. C. manteniéndose

un poco más en el litoral mediterráneo donde des-

aparecerá a finales del gobierno de al-7,ahir en el

427 H.t1036 J.C.Son las emisiones de al-Hákim, coincidentes en

el tiempo con la época de la fitna en al-Andalus, las

que suponen un equilibrio entre los dos metales,

contabilizándose las monedas de oro y las de pla-

ta en cantidades similares Es también el momento

de mayor entrada de numerario fatimí, entrada que

segr-rirá siendo importante durante el gobierno de

aI-hhrr, sobre todo en lo que respecta al oro, que

al ser de mejor calidad que el de los taifas, ilegaba

sin dificultad a al-Andalus (CANTO, 2002,1L8).La plata por ei contrario deja de afiuir cuando los

estados taifas empiezan a hacer emisiones más omenos regulares. El flujo monetario se interrum-pirá a frnales del siglo XI estando prácticamente

ausente de los hallazgos con moneda almorávide.

Al-Mustansir es el último califa fatimí cuyo nume-

rario áureo aparece en los hallazgos andalusíes. La

plata ha dejado de llegar en tiempos de su predece-

sor al-7Áhir a Ia zona mediterránea y con anterio-

ridad lo había hecho en el área andaluza donde las

emisiones de al-Hákim son las últimas de plata qr-re

encontfamos.

Hay además otras dife rencias entre las dos

grandes áreas de presencia de hallazgos fatimíes:

la zona andaluza y eI área costera. En la primeraencontramos conl'untos monetales de gran tamañoque contienen cantidades muy variables de moneda

fattmí. Mientras qlre en los depósitos áureos el nu-

merario fatimí llega alcanzar la mitad del conjunto,en los de plata no suele pasar eI lO%. La zona del

litoral mediterráneo ha proporcionado hallazgos

aislados y conjuntos por lo general más modes-

tos en cuanto a slr tamaño que los andaluces, sin

embargo, los porcentajes de moneda fatimí suelen

ser inferiores en el caso del oro pero sensiblemente

superiores en los conjuntos de plata.A Ia importante presencia porcentual de mone-

da fatimí en los conjuntos del Sarq al-Andalus hay

que añadir que es precisamente en esta zona donde

encontramos las monedas fatimíes más antiguas y

las más tardías, donde primero llega y donde más

tarde desaparece. Por ello cabe la posibilidad de que

fuera el lugar de entrada de este numerario a la Pe-

nínsula Ibérica, sin olvidar el papel jugado por las

Islas Baleares que, como ya sugiera B.Moll pudieron

hacer de puente como parecen sr-rgerir los hallazgos

que de allí proceden, sobre todo el conocido como

Migjorn Gran en Menorca que es por el momento

el de mayor cantidad de monedas fatimíes exclusi-vamente. El otro está, y no casualmente, en la costa

alicant i na de Benidorm.

)45

Page 14: La modeda fatimí y su relación con al-Andalus,  Carolina Doménech Belda.

Este papel de pr,rente viene también sr-rgerido

por la procedencia de las monedas. De todas las

cecas fatimíes conocidas Sicilia se perfila como el

taller de donde salieron la mayor parte de las mo-nedas fatimíes hailadas en al-Andalus. Támbiénaquí encontramos diferencias entre los dos meta-les. Mientras que las monedas de plata proceden

fundamentalmente de al*Mansuriya, el numerarioáureo presenta una procedencia más diversihcada.Tenemos ejemplares de al-Mahdiya, al-Mansüriya,Tarábulus, Misr y Siqiliya siendo esta última ceca

la que más veces aparece, a mucha distancia de lasiguiente en núrmero de piezas que es al-Mansüriya.Esta abundancia de piezas de Siqiliya, sobre todooro acuñado en el siglo XI, indica que el taller Si-

ciliano, a pesar de no estar bajo control directo fa-

timí, siguió acuñando para esta dinastía, al menos

durante todo el reinado de al-Mustansir. Este hecho

no deja de llamar la atención puesto que Ios emires

kalbíes aunque se mantuvieron siempre fieies a los

califas fatimíes, no dejaron que estos recuperaran

un control más directo de Ia isla que, enrre 1040 y1050, en un proceso similar a lo que había sucedido

en al-Andalus, se fraccionó en entidades políticasindependientes gobernadas por jefes militares (BA-

RIANI,2OOI,]2).Las especies monetarias que llegan a al-Anda-

lus son mayoritariamente divisores, ruba'as en el

caso del oro y de fracciones de dirham para la plata,en especial de medio y cuarto de dirham, siendo

estas últimas las más abr-rndantes. El dirham uni-dad es la especie menos abundante superada inclusopor el numero de octavos de dirham conocidos. Enmuchos casos es difícil o cuanro menos arriesgado

establece¡ la especie monetaria de que se trata debi-do a las alteraciones que sufren estas piezas, funda-mentalmente recortes y fragmentaciones.

Sabemos cómo, cuándo y desde dónde llegarona al-Andalus las monedas fatimíes, pero qr-reda porcontestar a la cuestión de porqué encontramos mo-neda fatimí en al-Andalus. A esta pregunta se han

dado ya algunas respuestas. F. de Paula recogía laopinión de J. I. Sáenz Díez para qr-rien la presen-

cia de moneda fatimí en al-Andalus se del¡ía "¿

que fuera traíd¡t cotno botín por /as trofias cardobesa¡ en

a/guna de las innunterab/es bata//as crn /o,r a/iac/os de

los fatim.íes librada¡ en el LIagreb. No parece plausible,

añade Juan lgnacio, alguna otra explicación porque no

346

es fácil raplner que lu califas cordobeses perntitieran sa

entrada ni sicluiera por conercio, )ta que eil e//as cantpeaba

el noltbre c/e/ tínica califa riual en occi¿lente: el fatintf'(PEREZ SINDREU, 1997,5t). Sin embargo, a laluz de los hallazgos :rctuales, debemos descarrar esra

interpretación ya que esas batallas tuvieron lugar en

tiempos de los primeros califas cordobeses período

que precisamente es el que menos moneda nos ha

dejado, mientras que la cronología de los hallazgos

es sensiblemente más tardía. De hecho el momenrode mayor entrada de moneda {atimí a al-Andalus es

el periodo de Ia fitna, momento en que las incursio-nes en el Magreb estaban muy lejos de ser posibles.

TaI vez la de manda constanre de plata por pame

de al-Andalus sugerida por B. Moll (1991 ,43) fue-ra una causa más directa, pero dejaría sin explicarla entrada del oro sobre todo en el siglo XI, muchomás abundante que la plata y que sin duda respon-

de a una problemática diferente . El oro fatimí ade-

más de ser de mejor calidad que el de los taifas,

no debió tener problemas para circular por unos

estados acostumbrados a utilizar monedas de orros

reinos y para los que los califas fatimíes ya no eran

L1n gran rival como 1o había sido para los califas

omeyas. Más claro está el porque de la desaparición

de la plata fatimí en el siglo XI. Como apuntara A.Canto la devaluación del dirham en época taifa y Iafuerte reducción de Ias acuñaciones de plata fatimíen Egipto que se vio acompañada de una devalua-

ción intensa, debieron te ner mucho qlre ver (CAN-TO,2002,722).

La presencia de moneda fatimí en al-Andalusno responde pues a una causa única sino que se

inscribe dentro de la problemática histórica de

cada momento. El al-Andalus del siglo XI era muydiferente a 1o qr-re había sido durante el periodo de

Ios califas omeyas y hay que buscar una explicacióndistinta para cada tiempo y lr-rgar, pues el estudiode los hallazgos así parece indicarlo.

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148

Page 17: La modeda fatimí y su relación con al-Andalus,  Carolina Doménech Belda.

NOTAS

i. I)esde el trabajo pionero cle C. lfartínez Salvador en 1990

recogiendo los hallazgos de monccl¿r fatimí, hasta el más

reciente ¡ealizado por A.Canto sobre moned¿ foránea en

arl-Andalus, son numerosas las publicaciones cle tesorillos

que dan ¿ conocef la existencia de rnonedas de otras dinas-

tías.

En l9i7 aparecc por primera vez el término "fatimí" en un

título en la publicación de un tesoro cordoL¡és aclquirido por

el MAN queJ. M. de Navascués publicó dos veces en 1957

y 1958 bajo el título "Tesonllo cle monedas de plata del

califato cordol¡és y fátrmíes". El mismo autor d¿rí¿ a cono-

cer otros conjuntos con monedas fatimíes como son el cle

Trulillo (1957), cl de Cihuela (1961) y el de Cruz Conclc

(1 96i).Es el caso del tesoro cle Migjorn Gran cn Menorca (MOLL,

1 997) o el del conjunto de Eiche publicado en 1930 y que

ruvimos ocasión cle revisar personalmcnte, revisión clue pcr-

mitió comprobar la existencia de 1'16 ejemplares l¿timícs de

lur.luc no :c rení.¡ noriLi,r,DOMÉNtCH. lOo.).

Se trata de rrn scmidirham que forma parte del teso¡illo de

Almoraclí (DOMÉNECH, 1 99 L)

Aunque el iiísmo no prosperó en al-Anclalus, se conocen al-

gunos intentos de penetración ismáili en la Península Ibé-

¡ica. De Ibn Flafsun se dice que llegó a prestar obedienci¡r a

los fitimíes y qrLe cl nombre de al-Nlahcli era invocaclo en los

sermones de los vie¡nes en las mezcluitas de sus territorios(FIERRO, 200r, l7r).El tema cle las perfbraciones se trata ampliamente en lapublicación que dcl hallazgo cle Santa Ohlla hizo A.Canto

(CANTO, 1990).

Se trat¿r de tres cllartos de din¿r clue corresponden a emisio-

¡es de los caiifás al-Mriizz, al-]Iákim y al-Zahir que prcsen-

ttrn dos perfbraciones cada una de ellas.

El melor ejemplo cle hallazgo formaclo por fragmentos cle

pequeño ttrmaño 10 tenemos en el conjunto de Los Rosales

-Tocina clonde, a cxcepción de ruro, todos los fragmentos tic-ne Lrn peso por dcbajo de los dos gramos. Por lo que respectar

a los 22 fragmentos f¿r¡imíes sus pesos oscilern entre 0.0!gramos el más pcqueño y 0.60 el de mayor peso.

Entre los dirhames del tesoro cle Santa C)lalla ¿parcció un di

nar almorávide pcro parece podría tratarse de una inclusión

posterior (CANTO, 1990, 316).

Sc tr¿r¡a de un clin¿rr de leyendas muy degeneradas por Ioqúc se apunta clue poclrítr tratarse de un¡r imit¿ción cristiana

(BALAGUER, 1990, 105-106). Pero, arún en el caso cle que

cst¿r moneda fue¡¿r dc cronología cristianer, la orqrrilla crono-

lógica de las monccl¡rs fá¡imíes de este conjunto sigue siendo

muy amplia: del 9ó5 al 1 l0L.l. C.

Este conj unto hn siclo objeto de r'¿rrias publicaciones pero La

información que tcnemos de él siguc siendo muv parcral. EL

oro fle pubLcado porJ. I. Sáenz-Dícz (1990) por 1o que co-

nocemos Ia única piczar fátimí acuñ¿rd¿r en este met¿rl. De la

plata, sin embargo, sólo contamos con l¿r información clada

en 1!61 porJ. M. de N¿rvtrscués qtLien menciona la existencia

dc 5 piezas fatimíes con una cronología del 297 al 567 H.

Daclo lo inusual quc ¡esulta la existcncia de nioneda fatimídel siglo XII convcnclría tomar estils féchas con precaución.

E1 hallazgo de Santa Elena en la ciudad de Valencia, está

aún en estuclio. LIn avance fue prescntado por A. Canto en

el XIII Congreso Internacional de Numismática (Maclrjd

octubre 2003).

Se trata de los tesoros cle Río Guadalquivir con ccrca de

2{)00 piezas fatimíes y el de Cruz Concle con 109. En ambos

las monedas f¿timíes slrponen aproximadantente la mitad

dcl total del conjunto.

M. Ba¡celó aludía a una pieza cle ¿rl-Mansür que formaba

parte del tesoro cle Mrgjorn Gran (19u'í, nota 28). Sin em-

bargo, en la ¡evisión que este conjunto publicó arlos después

B. Moll (1997), no sc hace ningunr rcfcrenci.t f, est.l pr(2.1

c1ue, de existir, sería la írnica monecla acuñad¿r por estc caiifá

aparecida en ¿l-Andalus. l)ado que M. Barceló no mencion¿r

la procedencia cle csa posible pieza de al-Mansur y ci con-

junto no se conserva en la actualidad, no podemos saber si

l¿r moneda en cuestión perteneció realmente a Abu Tahir

Isma'il al-Mansur o a al-Hal<im al-Mansur cuyas acuñarcio-

nes sí están atestiguaclas en el tesoro. De corresponder al pri-

mcro de los califas mcncionados hubie ra mereciclo Lrna men-

ción expresa en la revisión publicada del hallazgo (MOLL,

1997).

t0

12.

1-l

t4.

T

)19

Page 18: La modeda fatimí y su relación con al-Andalus,  Carolina Doménech Belda.

*

;4g " "':23 26L, 20 i:22 i:i') a1

Fig. l: Hallazgos de moneda fatirní en al-Andaltts.

1. A|onestir de Carnp

2. htigjorn Gran, San Crt¡tíbal, Alenorca

3. Menttrca

4. San Rafel (Ibiza)

5. Jesús (Ib)za)

6. Cihaela

7. Consuegra

B. Truli//o

9. Algane10. Belalcázar

1 l. Ferrocarril Córdoba

12. Rh Guada/qtiair (Córdoba)

13. Cruz Conde (Círdoba)

11. Haza del Carnen (Círdoba)

15. Oliras Borracba¡ (Córdoba)

16. Fantanar de Cahdr¿a¡ (Córdaba)

17 , Cdrdoba.4{.4.N.

18. Lara clel Río

19. Carn¡ona

20. Los Rosales-Tr.¡cina

21 . Arclales

)2. Lola

' D. /Pt/ñ

:..1¿ín:'¡ . 1¡tir¡ Je C¿2l,r/a

26. 'l'i4,ítt

'041

hlas d'et¿ Verge, Anltosta,

Font de /a Beca

Casti//o de La ilIagdalena (Catte//6n)

Ca.rtel/ de /¿ Vj/¿ue/ld (Nu/es)

Ca.rti//¡;, de Saganto'litrreb uJil / a ( B ít era )

Las Saerte¡ (Sinarcas)

La.s Vill¿re¡ (Caadete de las Fuentes)

Santa Elena (Valencia)

Bellaeret Qátira)Benichenb/a

E/ C¿.stellar (Alco1),

Re//eu

Benidorn t¿sco arbano

I.rla de Benidarnt

E/cbe cawt urbano

E / F rare (Cret,illente)

A lrnar¿d.í

Lorca

JÓ?oi

^42 ,

\444 i/.

27.

28.

29.

30.

31.

32.

JJ,

34.

3t.36.

37.

J8,

39.

10.

{t.¿)

13.

14.

1t.

Sin situar en el mapa

16. Regióu Valenci¿na

17. Lettante

18. Santd O/a//¿

49, C,O,P,

50, CP2

'], CP1 P]IP

{t

3t0

Page 19: La modeda fatimí y su relación con al-Andalus,  Carolina Doménech Belda.

7Jga8 II r1o12F

, -¿---t'-J

Oro r Plata

Fig. 2: Hallazgos de moaeda fatim.í de una o dos piezas,

1. Menorca

2. San Ralel (Ibiza)

3. Jesís (Ibiza)

1. Casrel/ cl¿ la Vi/auella (Na/es)

5. Torrel.,/í//a (Bítera)

6. Castilla de Sagtmlo

7. Belluret (lítiaa)8. E/ Castellar (A/n1,)

9. l?e/lut

10. lsla cle Benidorn¡

I l. El Frare (Creai/knte)

I 2. Ferracarril Córdaba

13. Ilegión aalenctana (.rin.¡itu¿r en el ntapa)

351

Page 20: La modeda fatimí y su relación con al-Andalus,  Carolina Doménech Belda.

5,a.J,rrro

l,-r st-tOo i, , ror-¡OO i--.-' Sot-tooo

a Ptata i-, B¡metáticos

2Sa

3'l

+10ü0

21. Sierra de Cazorla

22. Tiján

23. A[as d'enWrge. Amposta,

21. Font de la Beca

25. Casti//o de La ALagdalena (Ca.rrellón)

26. Las Saertes (Sinarcas)

27. Los Villares (Catdete de l¿s Fuentes)

28. Santa Elena (Valencia)

29. Benicheml¡/a

30. Benit/onn casco tr/.,ana

3 1 . E/che casca arbano

32. Al¡noradi

J3. Lorat

Sin s:ituar en el mapa

31, Región aalencian¿

35. Letante

36. Sanra O/a/la

37. C.O.P.

38. CP2

39. CP3 PRP

tt

4abl?? ,u

^_\ 2i.,o\ J

#,I

1?t

a'j -50

...' oro

Fig. 3: Hallazgos de conju.ntos mometales con presemcia de moneda fatimí

1.

2.

3.

4.

t.6.

7.

8.

o

/0.

11.

12.

1.).

t1.

15.

t6.17.

18.

19.

20.

Manestir de Canp

XIiglorn Grdn. San Crj.¡tíl¡al, Menorca

Cihue/a

Consuegra

Traji//o

A/garue

Be/aházar

R it G uada / c¡ u itt ir ( C órcla b a )

Craz Cande (Córdoba)

Haza de/ Carnteu (Círdoba)

0 / it'o.s B arrac b a.r ( C órdo ba )

Foutanar de Cabano¡ (Crirdoh¿)

Círdoha .llf . A. N.

Lora cJel llíoCarnutna

I-as llosale¡-Tocin¿

Arda/es

Loja

Baena

Jaín

l5 2

Page 21: La modeda fatimí y su relación con al-Andalus,  Carolina Doménech Belda.

1

C)

7l-o

? i-!--/-'10

t Qz Cs-to t')lt-zo lt21-100 \-_/ 101-500

4: Ha//azgos de monedas de r.rrr.t fatimí en al-Andahts

l[onestir d.e Cantp

Cihrela

Las S ¡terles ( S inarc¿s )

Santa E/ena (Valncia)

Benidornt

Leu¿nte

Be/a/cázar

Rio G uada/qairir (C rirdaba)

Cruz Conde (Crirdaba)

F errocat ri / ( C órdrtba 1

6ü,

o3

#I

'r:' +1000501 -1 000

Fig

1.

2.

3.

4.

5.

6.

7.

8.

9.

10.

lt l

Page 22: La modeda fatimí y su relación con al-Andalus,  Carolina Doménech Belda.

S.X

40

30

20

10

0

500 I

450 l

400 I

350 i

300-l

250 l

200 I

150 l)l

100'1

50iol"

Fig. 1: Plata fatini por especier lltzlzeldridr

140.-

i

120 iI

100 i

i

801

i

60il

401l

2A)

"""\u'l"n***J.r*"*us.._.{oc-

Fig. 6: Monedat fatintíe.r en al-Andalts por calfas

-d *t'".-J *o *u*n ---o -.:""/

Fig. B: Aloneda failní en e / .íarq al-Andalas.

1t2 1t4 1/161IB

400

350

300

250

zgp

150

100

50

0g-.

,.-** oo".."n o*os ***" --- *'-:"..-"

Fig.7: lloneda failrní en e/ áre¿ antld/uz¿

1>+