LA MUJER
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LA MUJER
El irrespeto por la naturaleza ha
afectado la supervivencia de
varios seres, y entre los más amenazados está la hembra de la
especie humana.
Tengo apenas un ejemplar en casa, que mantengo con mucho
celo y dedicación, pero en verdad creo que es ella la que me
mantiene.
Por lo tanto, por una cuestión de auto-
supervivencia, lanzo la campaña
“Salvemos a las mujeres”.
Tomen de acá mis pocos conocimientos sobre la fisiología de la feminidad, con el fin de que preservemos los raros y preciosos ejemplares que todavía quedan:
La mujer no puede vivir en cautiverio. Si está enjaulada, huirá o morirá por dentro. No hay cadenas que la ate y las que se someten a la jaula pierden su DNA. Usted jamás tendrá la posesión sobre una mujer; lo que la va a atar a usted es una línea frágil que necesita ser reforzada diariamente.
Nadie vive de la brisa. La mujer vive de cariño dele en abundancia. Es cosa de hombre, y si ella no lo
recibe de usted, lo buscará en otro. Besos matinales al desayuno y un “yo te amo”, las mantiene bellas y perfumadas durante todo el día. Un abrazo diario es
como el agua para los helechos, no la deje deshidratarse. Por lo menos una vez al mes es necesario, si no obligatorio, servirle un plato
especial.
¿No soporta la TPM (tensión pre-menstrual) ?
Case-se con un hombre. Las mujeres menstrúan, lloran por cualquier cosa, les gusta hablar de cómo les fue en el día, de discutir sobre la relación. Si quiere vivir
con una mujer, prepárese para eso.
Es propio de la mujer hidratar las mechas, pintarse las uñas, echarse labial, estar todo un día en el salón de
belleza, coleccionar aretes, comprarse muchos zapatos, pasar horas escogiendo ropas en un centro comercial.
Comprenda todo esto y apóyela.
Por inseguridad, la mayoría de los hombres prefiere no creer en la existencia del cerebro
femenino. Por ello, buscan aquellas que
fingen no tenerlo
(y algunas realmente, lo jubilaron).
Algunas le mostrarán que
tienen más materia gris que usted.
No les huya, aprenda con ellas y
crezca. Y no se preocupe; al contrario de lo
que ocurre con los hombres, la
inteligencia no funciona como
repelente para las mujeres.
Si usted quiere ser un gran hombre tenga una mujer a su lado, nunca atrás.
De esa forma, cuando ella brille, usted se bronceará.
Sin embargo, si ella está atrás, usted llevará una
patada en el trasero.
Las mujeres también tienen luz propia y no dependen de nosotros para brillar. El hombre sabio
alimenta los potenciales de su compañera y los utiliza para motivar los propios. Él sabe que, preservando y cultivando la mujer, él estará
salvándose a sí mismo.
JUAN CAMACHO
A TI MUJER
AGUILAR