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1 Entrando al segundo año del gobierno del presidente Alan García, asistimos a un crecimiento económico importante (8% el último semestre), cuyos beneficios aún no llegan a las poblaciones más pobres del país. Esto viene generando un descontento social que movilizó a gremios y frentes regionales, que por el momento el gobierno ha logrado apaciguar. Esta pobreza se ha puesto en evidencia en la Región de Ica, una de las protagonistas del boom agroindustrial y exportador. El terremoto desnudó una realidad que hace tiempo venían denunciando las organizaciones de mujeres y ONG, pues a la precariedad del empleo se suman los bajos salarios y las ilegales condiciones de trabajo, especialmente de las mujeres. Preocupan especialmente tres aspectos del régimen de García: la tendencia autoritaria cada vez más desembozada, lo que se expresa en sus respuestas frente a los reclamos sociales; su actitud pro empresarial, pues a veces actúa más como representante de las mineras que del pueblo que lo ha elegido, como sucedió en la consulta pública de Majaz. Y, por último, si bien el Presidente se ha planteado metas ambiciosas e interesantes de acuerdo a su discurso del 28 de julio, no ha señalado cómo logrará éstas, lo que lleva a preguntarnos si tiene una estrategia integral para afrontar la pobreza en el Perú. Son varios los temas que el gobierno en su conjunto tiene que abordar para dar respuesta, en un primer momento, a la pobreza: viviendas más amplias, seguras y de acuerdo a los climas imperantes en las zonas y a la estructura sísmica del suelo peruano. Desarrollar sistemas de almacenaje de alimentos en los pueblos más alejados para responder a los tiempos de sequía o de intensas lluvias. Infraestruc- tura de salud, de educación y de agua y desagüe. Infraestructura agraria, a través de la formación de asociaciones que permita a los pequeños y medianos agricultores acceder al crédito y a nuevas tecno- logías para tener una mayor producción, de mejor calidad y mejores condiciones de comercialización. Y carreteras para poder sacar sus productos de las zonas donde producen. El presidente García debe tomar medidas para que den resultados planteamientos como el proyecto de Sierra Exportadora. La reforma del Estado, que marcha lento y con decisiones equivocadas. Un ejemplo de ello es el D.S. 005, que desactiva el Programa Nacional contra la Violencia hacia la Mujer. Esta medida expresa cómo el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social no está respondiendo a los objetivos para los que fue creado. El gobierno ha apostado por una integrante del partido para esa cartera, pero a lo largo del año ha demostrado carecer de visión política y de la experticia para manejar un ministerio que es fundamental, en un país en el que las mujeres de los sectores urbano-populares y rurales cumplen un rol importante en la lucha contra la pobreza. Finalmente, Chacarera presenta en esta edición un especial sobre mortalidad materna en los sectores rurales, buscando aportar a la reflexión de sus causas y las medidas que demanda. En el Perú la mortalidad materna es una de las más altas en nuestro continente. También presentamos artículos de interés sobre conflicto armado y cuestiones de género y poder, la migración peruana en Chile, la educación y la equidad de género, entre otros. La necesidad de medidas urgentes

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Entrando al segundo año del gobierno del presidente Alan García, asistimos a un crecimientoeconómico importante (8% el último semestre), cuyos beneficios aún no llegan a las poblaciones máspobres del país. Esto viene generando un descontento social que movilizó a gremios y frentes regionales,que por el momento el gobierno ha logrado apaciguar.

Esta pobreza se ha puesto en evidencia en la Región de Ica, una de las protagonistas del boomagroindustrial y exportador. El terremoto desnudó una realidad que hace tiempo venían denunciandolas organizaciones de mujeres y ONG, pues a la precariedad del empleo se suman los bajos salarios ylas ilegales condiciones de trabajo, especialmente de las mujeres.

Preocupan especialmente tres aspectos del régimen de García: la tendencia autoritaria cada vezmás desembozada, lo que se expresa en sus respuestas frente a los reclamos sociales; su actitud proempresarial, pues a veces actúa más como representante de las mineras que del pueblo que lo haelegido, como sucedió en la consulta pública de Majaz. Y, por último, si bien el Presidente se haplanteado metas ambiciosas e interesantes de acuerdo a su discurso del 28 de julio, no ha señaladocómo logrará éstas, lo que lleva a preguntarnos si tiene una estrategia integral para afrontar la pobrezaen el Perú.

Son varios los temas que el gobierno en su conjunto tiene que abordar para dar respuesta, en unprimer momento, a la pobreza: viviendas más amplias, seguras y de acuerdo a los climas imperantes enlas zonas y a la estructura sísmica del suelo peruano. Desarrollar sistemas de almacenaje de alimentosen los pueblos más alejados para responder a los tiempos de sequía o de intensas lluvias. Infraestruc-tura de salud, de educación y de agua y desagüe. Infraestructura agraria, a través de la formación deasociaciones que permita a los pequeños y medianos agricultores acceder al crédito y a nuevas tecno-logías para tener una mayor producción, de mejor calidad y mejores condiciones de comercialización. Ycarreteras para poder sacar sus productos de las zonas donde producen.

El presidente García debe tomar medidas para que den resultados planteamientos como el proyectode Sierra Exportadora. La reforma del Estado, que marcha lento y con decisiones equivocadas. Unejemplo de ello es el D.S. 005, que desactiva el Programa Nacional contra la Violencia hacia la Mujer.

Esta medida expresa cómo el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social no está respondiendo a losobjetivos para los que fue creado. El gobierno ha apostado por una integrante del partido para esacartera, pero a lo largo del año ha demostrado carecer de visión política y de la experticia para manejarun ministerio que es fundamental, en un país en el que las mujeres de los sectores urbano-popularesy rurales cumplen un rol importante en la lucha contra la pobreza.

Finalmente, Chacarera presenta en esta edición un especial sobre mortalidad materna en los sectoresrurales, buscando aportar a la reflexión de sus causas y las medidas que demanda. En el Perú lamortalidad materna es una de las más altas en nuestro continente. También presentamos artículos deinterés sobre conflicto armado y cuestiones de género y poder, la migración peruana en Chile, laeducación y la equidad de género, entre otros.

La necesidad de medidas urgentes

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Mujeres indígenas amazónicas

Se presentó la revista ChacareraNº 34 en el Centro Poblado de Imaci-ta, en coorganización con la Federa-ción de Mujeres Aguarunas del Alto Ma-rañón (FEMAAM), con quienes se pro-gramó una noche cultural.

El especial de la revista precisa-mente abordó los derechos de las mu-jeres indígenas amazónicas y recogiótestimonios sobre la vida y trabajo delas dirigentas de la FEMAAM.

Asistieron 150 personas, entre do-centes, Apus de diversas comunida-des, profesionales del programa deapoyo alimentario de la región (PRO-NAA) y del programa de alfabetizaciónperteneciente al sector educación(PRONAMA), comuneras/os de diver-sas comunidades pertenecientes alCentro Poblado de Imacita.

El evento se realizó en el local co-munal de la Comunidad Nativa de Ya-mayakat, considerada una de las másgrandes de esta zona. Este local co-munal es un espacio de referencia enel cual se realizan las asambleas co-munales, con la participación de todo

el pueblo, quien toma las decisionesrelativas a la administración de justiciay el buen desarrollo de la comunidad.

Dos abogadas del Programa deDerechos Humanos de nuestra institu-ción viajaron para presentar la revista.

De otro lado, en el marco de lascelebraciones por el Día Mundial de laDiversidad Cultural, se realizó el En-cuentro Nacional de Mujeres Indígenasde la Amazonía Peruana, en Lima, conel objetivo de fortalecer las capacida-des de las mujeres e impulsar en for-ma conjunta un plan de acción que res-ponda a una agenda política actuali-zada, definiendo el trabajo futuro de lasmujeres, sus organizaciones y comu-nidades indígenas.

Participaron setenta mujeres, invo-lucradas en el Programa de la MujerIndígena de la Asociación Interétnicade Desarrollo de la Selva Peruana-AIDESEP, delegadas y representan-tes de organizaciones regionales indí-genas de Junín, Ucayali, Cusco, Lore-

to y Amazonas.En el encuen-

tro se trabajaronlos temas Identi-dad y diversidadde las mujeres;Educación, salud,territorio e indus-trias extractivas;Ciudadanía y par-ticipación política.En cada una deellos, las partici-pantes identifica-ron problemas, seconstruyeron ob-

jetivos y líneas de acción para el cam-bio social y el trabajo político. Las mu-jeres reclamaron por una educaciónbilingüe intercultural, una visión inter-cultural en los servicios de salud y ana-lizaron el impacto de la destrucción delmedio ambiente.

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Igualmente, reflexionaron sobre lainseguridad, miedo y vergüenza paraejercer un liderazgo y la violencia de laque son objeto. En todo momento re-clamaron el cumplimiento de sus de-rechos en diferentes niveles, como mu-jer, como indígenas y ciudadanas.

Finalmente, elaboraron una Decla-ración que recoge sus demandas y pro-puestas para ser gestionadas ante suslíderes, autoridades comunales, funcio-narios públicos y privados. Esta Decla-ración fue entregada a la entonces pre-sidenta del Congreso de la República,Dra. Mercedes Cabanillas, con quiendialogaron sobre sus demandas.

En la Declaración, señalan que enel «encuentro nacional, hemos recono-cido que nuestra forma de vida y conti-nuación como pueblos indígenas es-tán en grave amenaza, así como nues-tra vida, nuestros territorios y medioambiente por distintos actores socia-les, atropellando y violando nuestrosderechos colectivos e individualescomo pueblos y mujeres indígenas en-marcados en el Convenio 169 de laOIT, la Declaración Universal de Dere-chos Humanos, la Convención para laErradicación de toda forma de Discri-minación contra las Mujeres, la Decla-ración del Segundo Decenio de los

Pueblos Indíge-nas, la Conven-ción sobre la Pro-tección y la Pro-moción de la Di-versidad de las Ex-presiones Cultura-les…».

En ese senti-do exigen «al Es-tado peruano y elgobierno y todassus instituciones yfuncionarios res-petar nuestros de-rechos y contribuir

a nuestra continuidad como mujeres in-dígenas y pueblos indígenas amazó-nicos en el Perú».

Desde las regionesJunín

Con el lema «Soy mujer y soy in-dígena, tengo mucho que decir» serealizó el Primer Encuentro de Muje-res Asháninka, en la Comunidad Nati-va de Puerto Ocopa, del distrito de RíoTambo, provincia de Satipo, que tuvocomo finalidad realizar un diagnósticoparticipativo sobre los problemas y ne-cesidades sociales, económicas, am-bientales de las comunidades nativasdesde la perspectiva de la mujer indí-gena.

En el evento participaron cerca de85 mujeres, pertenecientes a las orga-nizaciones indígenas de la Central As-háninka del Río Ene-Care, la CentralAsháninka del Río Tambo-Cart y de laFederación de Mujeres Asháninka, No-matsiguengas y Kakintes de SelvaCentral- Fremank.

Representantes de distintas insti-tuciones, como el Ministerio de Salud,municipalidades, gobierno regional,

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a Parque Nacional Otishi, Reserva Co-munal Asháninka, entre otras, expusie-ron sus líneas de trabajo con las co-munidades nativas. Igualmente, lasmujeres trabajaron en grupos identifi-cando problemas en educación, salud,violencia, territorio y participación polí-tica, que debatieron luego en una ple-naria.

Cajamarca

La Asociación Parlamento de Jó-venes para la Paz y Desarrollo de SanIgnacio viene desarrollando un inten-so trabajo con 150 varones y mujeresde las comunidades rurales y nativasde Apangoya y Naranjos, distrito SanJosé de Lourdes, provincia San Igna-cio, Cajamarca.

Se proponen incorporar a las mu-jeres en los espacios de organizacióny toma de decisiones de su comuni-dad, identificar y sistematizar las po-tencialidades y limitaciones de las mu-jeres rurales e indígenas dentro de suquehacer social y promover en los/asciudadanos/as el conocimiento y ejer-cicio de sus derechos y deberes enca-minados a una mejora emocional y ensu autoestima.

Pasco

En coordinación con la municipali-dad distrital de Oxapampa, el Comitélas Orquídeas viene incentivando lacrianza y comercialización de cuyes, afin de contribuir con el desarrollo eco-nómico y social de mujeres que sufrenviolencia familiar.

Igualmente, están trabajando en laformación de promotoras que impulsenestrategias para la lucha contra la vio-lencia sexual y familiar con mujeres quese encuentran en condiciones econó-micas de pobreza y pobreza extrema.

Con ambos grupos de mujeres

abordan temas como liderazgo, au-toestima, resolución de conflictos, equi-dad de género en las relaciones entrehombres y mujeres, entre otros.

Piura

Liderazgo en derechos económi-cos, sociales y culturales: Retos delmilenio, es el título del foro público quese organizó en la Comunidad de Cata-caos en el marco de las actividades porel Día Internacional de la Mujer.

Asistieron más de cien represen-tantes de microempresas, organizacio-nes del Programa Autoempleo del Mi-nisterio de la Mujer, organizaciones so-ciales populares, entre otras. La RedMujer Rural Piura estuvo entre las ins-tituciones organizadoras.

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Lambayeque

Las mujeres cafetaleras se reunie-ron en un encuentro regional, en el quereflexionaron sobre su problemática yelaboraron una plataforma con sus de-mandas y necesidades estratégicas.Participaron delegadas de Aspro, As-proagro, Aspape, Gran Vilaya, UCAMy APCU, pertenecientes al CECANOR.

El encuentro fue un espacio en elque compartieron experiencias y ex-pectativas, y fue una oportunidad deevidenciar la presencia y el aporte dela mujer en la producción y comerciali-zación del café a partir de su autorre-conocimiento, valoración de su traba-jo y aporte individual y organizativo.

Expresión desus capacidadeses la marca CaféFemenino, quedesde el años pa-sado vienen traba-jando para mejorarsus habilidadescomo productorasy en la gestión delproyecto.

Tacna

Buscando pro-mover nuevos lide-razgos, el Centrode Promoción de la Mujer-Ceprom vie-ne trabajando con autoridades jóvenes,especialmente de las zonas alto andi-nas, y de esa manera dar un nuevo ros-tro a la política de la región.

En ese mismo sentido se orienta lalabor que se realiza con la Red de Jó-venes de Tacna-Rejota que incluyecampañas anuales para promover la to-lerancia y el respeto al otro, en espa-cios como las juntas vecinales, de ma-nera de superar las diferencias a travésdel diálogo y encontrar las coinciden-

cias que fortalezcan su rol como socie-dad civil.

Ceprom también viene asesorandoa la Asociación de Regidoras, organi-zación construida para apoyar la laborde las mujeres que han accedido a lu-gares de decisión en los gobiernos lo-cales.

Para articular todas estas activi-dades al mismo tiempo que es un me-dio a través del cual puedan expresar-se las/os participantes en estos proyec-tos, Ceprom edita la revista «Pajaritasde papel» y el programa radial «Pala-bra de mujer».

Desde este espacio saludamos alCeprom por los 19 años de vida institu-cional y trabajo sostenido por el desa-

rrollo y defensa de los derechos de lasmujeres y la promoción de liderazgo delas/os jóvenes de la región Tacna.

San Martín

La Red de Mujeres Rurales deLatinoamérica y el Caribe presentaráen Quito, Ecuador, una publicación queresume los 17 años de su historia, quese inicia en el Encuentro Feminista rea-lizado en San Bernardo, Argentina, en1990.

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a Avina y elMusseu de lasPessoas de Bra-sil han sido lasinstituciones quecon una metodo-logía muy parti-cular, han logra-do recuperar lahistoria de estared que colocaa las mujeres ru-rales como pro-tagonistas de suhistoria y quedan fe de lo que es posible, desde salirdel anonimato, hasta contribuir con la vi-sibilidad de las mujeres de sus países ydel continente.

La presentación será en Quito, conocasión del Día Internacional de la Mu-jer Rural. Para ello vienen coordinan-do activamente Avina-Ecuador, Sen-das, Repem, Amjupre, ACJ, el Cona-mu, Cedime y comprometiendo, ade-más, el apoyo de Unifem y a otras or-ganizaciones.

Mientras tanto, en cada uno de losveinte países convocados van realizán-dose gestiones a fin de garantizar laparticipación de sus delegaciones tan-to a este evento como al taller sobre lametodología de elaboración de historiasde vida (Betty Leveau- Cepco).

Región Cusco

Un taller para evaluar la Ley deIgualdad de Oportunidades realizó laMesa Género y Desarrollo, concluyen-do que ha sido importante su promul-gación, pues representa un gran pasoen la lucha por la equidad de géneroen el Perú, a pesar de algunos vacíos,y que es necesario trabajar a todos losniveles para que se cumpla.

Concluyeron también en la necesi-dad de difundir la Ley en todos los es-

pacios donde intervienen las institucio-nes integrantes de la Mesa y promoverel derecho al reclamo de la población.Destacaron el rol de la vigilancia ciu-dadana para que las normas que se va-yan logrando realmente beneficien a laciudadanía.

De otro lado, la Mesa, como partedel Colectivo de Mujeres, viene impul-sando el Plan de Igualdad de Oportu-nidades Regional (PRIO) de forma con-junta con el Gobierno Regional, reali-zando talleres de recojo de informa-ción para la construcción del PRIO enlas provincias de Canchis y Paucartam-bo. Queda pendiente el recojo de in-formación en otras provincias.

En estos momentos, la Mesa estápromoviendo la construcción del Pro-grama Regional de Lucha contra la Vio-lencia hacia las Mujeres, el mismo quese está haciendo de manera conjuntacon el Gobierno Regional y en alianzaestratégica con el Instituto de Defensalegal (Estela Vignatti, Sandra Pantigo-zo, coordinadoras colegiadas).

Arequipa

La Red Mujer Rural Arequipa vie-ne desarrollando un rol activo en el de-sarrollo de diversas actividades, comolas realizadas por el Día de la Mujer,

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en coordinación con las municipalida-des provinciales y distritales y Centrosde Salud de la Región.

Una de estas actividades fue elCongreso de la Federación de Muje-res Campesinas de la Provincia deCaylloma, en el que se abordó la parti-cipación política de las mujeres y losprogramas sociales.

En la Provincia de Islay se partici-pó en el taller sobre «Nuevos retos delas organizaciones de mujeres», orga-nizado por la municipalidad provincialde Islay y que reunió a las represen-tantes de las diferentes organizacionesde toda la provincia. Y en la provinciade Camaná se apoyó el III Encuentrode Mujeres del Distrito José MaríaQuimper, impulsado por el estableci-miento de Salud.

Como parte del plan estratégico dela Red, se inició la Escuela de GestiónPolítica 2007 (abril a setiembre) orien-tada a lograr que las autoridades en eldesarrollo de sus funciones incorporenpropuestas y acciones para la equidadde género, así como en los presupues-tos participativos. También que impul-

sen la participación de las organizacio-nes de mujeres en los diferentes es-pacios de decisión. La Escuela pro-mueve como marco de todas estas pro-puestas la Ley de Igualdad de Oportu-nidades.

La Escuela se desarrolla en coor-ganización con la Fundación Ebert, yestá dirigida sobre todo a alcaldes, re-gidoras/es, entre otras/os. Es coordi-nada por Asde y Cied.

En el distrito rural minero de Orco-pampa se viene implementando la De-muna, al mismo tiempo que accionespara la prevención de la violencia con-tra las mujeres y servicios de atencióny recuperación.

El Programa de Formación dePromotores/as para una Vida sin Vio-lencia se desarrolla de manera coor-dinada con la Asociación Svalorna,Asde, Mimdes, Warmi Wasi y conmujeres de las provincias de la Unión,Castilla, Condesuyos y Caylloma, y dela Escuela de Lideresas del CentroFlora Tristán (Rubí Paredes Delgado,presidenta de la Red Mujer Rural Are-quipa).

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A propósitode la Ley de Igualdadde Oportunidades

Diana Miloslavich Tupac*

La ley de Igualdad de Oportunidades, aprobada en marzodel presente año, marca un hito en la historia del movimiento demujeres, no solo en el Perú, sino en la Región. Las organizacio-nes de mujeres y las feministas peruanas volvieron a colocar en

El artículo da cuenta de

los antecedentes y proceso

del debate de una de las

normas fundamentales

para el avance de las mu-

jeres en el país.

Actualidad

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la agenda regional una innovación en lo concernien-te a la ampliación de derechos para las mujeres. Esdespués de la aprobación de la Ley de violenciafamiliar en la década de los 90, la norma más re-levante.

En una carta a las congresistas de la Repúbli-ca, entregada en septiembre del 2006, las femi-nistas1 plantearon una síntesis de las principalesnormas legales promulgadas por el Congreso dela República. Se puede apreciar el número y lacalidad de las normatividad a favor de las muje-res de la última década, casi todas ellas relacio-nadas con la agenda, estrategias e incidencia delas organizaciones feministas. La Carta destacala normatividad en relación a la violencia familiary sexual, la salud sexual y reproductiva, la partici-pación política y la igualdad de oportunidades yno discriminación.

Las controversias entre las feministas en re-lación a las leyes de mayor importancia en el paísestuvieron presentes, salvo en el caso de las me-didas de discriminación positiva en las que siem-pre hubo acuerdo. En el caso de la legislaciónsobre violencia familiar se dieron dos tendencias;unas, a favor de una ley sobre violencia familiar y,otra, a favor de una legislación que abarcara to-das las formas de violencia contra las mujeres.En ese entonces aprendimos que para obtenernormas a favor de las mujeres se tenían que cons-truir espacios de negociación y alianza dentro delpropio parlamento.

En el caso de la ley que nos ocupa, el proce-so duró cinco años: dos gobiernos, cuatro legisla-turas, cuatro ministras del Promudeh-MIMDES,cerca de una decena de congresistas y diversasorganizaciones que en distintos momentos traba-jaron a favor de esta ley. Incluso, se creó una co-ordinación con este fin a mediados del 2003 conel apoyo del Instituto Interamericano de DerechosHumanos (IDH)2.

Es necesario un mayor análisis sobre las con-tradicción que hemos vivido en este proceso, yaque mientras los trabajadores, hombres y muje-res, perdíamos derechos laborales, por otro lado,íbamos conquistando mayores derechos civiles ypolíticos para las mujeres. La respuesta, sin duda,tiene que ver, entre otros, con que el liberalismoque sí reconoce ciertos derechos para las muje-

res. Este artículo pretende marcar algunas rutaspara la investigación y el debate sobre el procesoperuano.

De un Plan a una Ley de Igualdad

Durante el 2002, hubo dos estrategias impor-tantes para las mujeres; por un lado, la inclusiónde una política de Estado a favor de las mujeresen el Acuerdo Nacional y, por otro, la consulta queel Promudeh realizó sobre el Plan de igualdad enel 2002. Durante este periodo, el Ejecutivo envióun Proyecto de Ley sobre Igualdad de Oportuni-dades que era el correlato normativo del plan,durante la gestión de la ex ministra Cecilia Blon-det. Para entonces, el 2001, la ex congresista AnelTownsend, a comienzos de la legislatura, habíapresentado un proyecto de ley sobre el tema, conun enfoque de derechos sobre la igualdad de opor-tunidad y que marcaba otra tendencia, más cer-cana a la Ley de Igualdad Real de Costa Rica.

El 2005, cuando finalizaba el gobierno de To-ledo, se aprobó una Ley de Igualdad de Oportuni-dades en el Congreso, que no llegó a ser promul-gada. La controversia sobre el concepto géneroen el debate parlamentario vició la discusión y seterminó con la aprobación de una ley que en algu-nos temas se ponía por debajo de las normas al-canzadas. El proceso en esta etapa, teñido poruna corriente muy fortalecida en contra de la pa-labra género, hizo que se retirara la palabra deproyectos de ley e incluso de documentos oficia-les aprobados.

Sobre el dictamen de la Ley

Con el actual congreso y el nuevo gobiernose abrió una nueva etapa y se volvieron a colocardiversos proyectos. Es importante detenernos enel dictamen de la Ley, porque en él podemos vercuál era la tendencia durante el 2005-2006.

Fueron relevantes tres momentos del debate:el proceso dentro de la Comisión de la Mujer, eldebate en la Comisión Permanente y su aproba-ción en el Pleno. El dictamen3 se hizo sobre labase de cinco proyectos de ley presentados: el130, 358, 626, 646 y 859, los mismos que fueronpresentados por las congresistas Margarita Su-

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cari Cari, Hilaria Supa Huamán, Tula Benítez, Mar-tha Moyano y Elizabeth León, respectivamente.

El dictamen salió de la Comisión de la Mujercon la unanimidad de todas las bancadas. En suparte introductoria señala las opiniones y obser-vaciones recogidas: el Mimdes apoya el proyecto3584 y presenta comentarios sobre las otras pro-puestas. El Ministerio de Salud apoya el proyecto358 y manifiesta la viabilidad del 6465. El Ministe-rio de Trabajo recomienda revisar el proyecto 1306

y considera no viable el 358. El Ministerio de Jus-ticia opina sobre el proyecto 130 y lo consideraviable. La Presidencia del Consejo de Ministroconsidera viable el proyecto 130, y opina favora-blemente sobre el 6267 recomendando que cuen-te con la opinión del Ministerio de Economía y Fi-nanzas. El Ministerio Público opina a favor del pro-yecto 130 al igual que Conadis8. Manuela Ramosrecuerda que el proyecto 130 de María Sucari erala versión autógrafa del proyecto observado porel gobierno de Toledo y apoyan el proyecto deLey 626. Flora Tristán, a partir también de esteproyecto, solicita se promueva la aprobación dela iniciativa que otorgue rango de ley al Plan Na-cional de Igualdad de Oportunidades entre Muje-res y Varones 2006-2010. La Red Perú opina demanera similar.

Sorpresivamente al pasar a la Comisión Per-manente, la congresista Gabriela Pérez del Solarintrodujo una nueva propuesta y se retiró dejandoa los congresistas Javier Bedoya (PPC), Víctor Gar-cía Belaunde (AP) y Fabiola Morales (UN), paraque hicieran defensa de la misma y que se oponíaal dictamen de la Comisión de la Mujer. Sin embar-go, en el debate del Pleno se logró hacer retroce-der a sectores que se habían opuesto a la Ley.

Ese mismo día del Pleno, se discutía el es-cándalo de un grupo de congresistas en Brasil yparecía que este incidente tomaría mayor tiempoque el debate de la ley. Sin embargo, el 8 de mar-zo se logró su aprobación.

Hay que reconocer el papel fundamental dela ex presidenta del congreso, Mercedes Cabani-llas, en la promulgación de la Ley, y de quien pre-sidió la Comisión de la Mujer, la congresista RosaVenegas, que logró un dictamen sobre la base delas diversas propuestas que se volvieron a pre-sentar para la legislatura que comenzaba con la

mayor representación parlamentaria femenina enla historia del país: 35 mujeres.

Hay que señalar que el tema de la igualdadde oportunidades pasó a ser un punto central enla agenda de las mujeres desde el 2001. Si serevisan las agendas sindicales, regionales, rura-les, municipales, casi todas ellas recogen la ne-cesidad de una ley de igualdad de oportunidadescon equidad. Cuando se iniciaron las rondas deconversaciones para el Acuerdo Nacional, lasmujeres de organizaciones invitadas presentaronun documento que tenía como eje central el temade la igualdad de oportunidades.

Por ello en el 2002, la Décimo Primera Políti-ca de Estado9 a favor de las mujeres se denominaPromoción de la Igualdad de Oportunidades sinDiscriminación. En ella se comprometen a dar prio-ridad efectiva a la igualdad de oportunidades re-conociendo en nuestro país las diversas expre-siones de discriminación y de inequidad. Es asíque la nueva ley contaba ya con un aval del Acuer-do Nacional.

LIO: un marco para la Reforma del Estado

La Ley de Igualdad de Oportunidades señalaque tiene como objetivo ser el marco normativo,institucional y de políticas públicas para garanti-zar el ejercicio del derecho de hombres y mujeresa la igualdad, dignidad, libre desarrollo y autono-mía. Define sus competencias en los niveles loca-les, regionales y nacional y es el marco para laspolíticas a favor de las mujeres en lo que deberíaser una reforma del Estado pensando en ellas.

La ley tiene un artículo expreso en el que de-fine trece lineamientos para el Ejecutivo, en sustres niveles, en relación a la participación plena;mecanismos de vigilancia; perfeccionamiento delsistema estadístico incorporando datos desagre-gados por sexo, etnia, discapacidad, edad. Paragarantizar una mejor administración de justicia dalineamientos fundamentales; uno, de garantía parael acceso a la justicia, de políticas para procedi-mientos justos, efectivos y oportunos para la de-nuncia y sanción; y otro, para el desarrollo de pro-gramas de formación en género, interculturalidady derechos humanos para el personal y las/os fun-cionarias/os.

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Asigna a la Defensoría del Pueblo la vigilan-cia del cumplimiento de la Ley, por lo que deberáinformar sobre los avances en la aplicación de lamisma en marzo del 2008. Igualmente, la ONPEy el JNE tendrán que informar sobre sus avancescon relación a la participación política de las mu-jeres, y en el caso de la Reniec sobre los progre-sos para concluir el sistema de identificación.

A seis meses de la promulgación de la Ley, laestrategia de impulsar los Planes de Igualdad deOportunidades a nivel regional y provincial se havisto reforzada. Sin embargo, hay que darle ma-yor difusión y pedir que nos informen, desde el Eje-cutivo, Defensoría, Reniec, el JNE, el Poder Judi-cial, el Ministerio de Economía y Finanzas, al am-paro de la Ley de Transparencia, sobre qué medi-das se están adoptando para el cumplimiento de laLey.

Desde el MIMDES no ha habido una estrate-gia de difusión; después de todo, ha sido una Leymás de las organizaciones y de las congresistasen este tramo. Esto se observa en el informe delgobierno peruano a la X reunión de CEPAL que nohace mayor referencia a la promulgación de la ley.

En el Congreso, durante la legislatura pasa-da, salvo el lenguaje inclusivo y los cambios se-

ñalados en el proyecto de la Ley Orgánica del Po-der Ejecutivo, ninguna otra norma dialoga con laLey. Por ejemplo, el proyecto de Ley General delTrabajo adolece de lenguaje inclusivo.

Este panorama hace necesario sentar juris-prudencia con esta norma a partir de la vigilanciay la denuncia de toda nueva legislación que in-cumpla la Ley de Igualdad de Oportunidades.Igualmente, es necesario reconstruir y dejar lamemoria de la participación de las organizacio-nes de mujeres en este proceso, que no ha culmi-nado sino que continúa con la exigencia de sucumplimiento.

*Coordinadora del Programa Participación Política y Descentraliza-ción del Centro Flora Tristán.

1 Carta de las Mujeres a las Congresistas de la República, 15 deseptiembre del 2006. Manuela Ramos, Centro Flora Tristan, Demus,Cladem, Cies-Observatorio del Derecho a la Salud.2 El IDH promueve la creación del Movimiento por la Igualdad deOportunidades (MIO), a partir de un evento en Costa Rica el 2003.3 Dictamen por Unanimidad recaído en los Proyectos de Ley Nº 130,626, 646 y 859.4 Proyecto de Ley de la congresista Hilaria Supa.5 Proyecto de Ley de la congresista Martha Moyano.6 Proyecto de Ley de la congresista Maria Sucari.7 Proyecto de Ley de la congresista Tula Benites.8 Ente del Estado: Consejo Nacional para la integración de la personacon discapacidad.9 Acuerdo Nacional. Décimo Primera Política, 22 de julio del 2002.

...las mujeres de

organizaciones invitadas

presentaron un documento

que tenía como eje central

el tema de la igualdad

de oportunidades...

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Situaciones de emergenciay pobrezaGaby Cevasco

A pesar del adelanto de la ciencia, la naturaleza continúaponiendo a prueba la capacidad del ser humano, que aún nologra responder a estas emergencias sin costo de vidas huma-nas y grandes pérdidas materiales. ¿Es un asunto de previ-sión? ¿De ineficacia? ¿De prioridad en las agendas políticas?¿Del poder de la naturaleza?…

En países como el nuestro, el impacto de las fuerzas natu-rales se siente sobre todo en los sectores más pobres, mayor-mente por un asunto de condiciones de vida (tipo de vivienda,ausencia de servicios de salud o servicios ineficientes, accesoa alimentos, educación, etc.) no atendidas de manera integraly oportunamente; y, también, de previsión, de inteligencia polí-tica y de prioridad.

Y dentro de estos sectores, tanto hombres como mujeresviven los efectos de una manera diferenciada, lo que hay quetener en cuenta para responder a la emergencia así como enel plan de reconstrucción.

Durante los últimos meses primero fue el problema del lla-mado «friaje», que puede prevenirse planteando una políticade apoyo en construcción de viviendas adecuadas a las tem-peraturas de las zonas altas del país; implementación de ser-

Las extremas

temperaturas en zonas de

altura de los Andes

y el terremoto de Ica han

puesto en evidencia que la

pobreza en el país

continúa siendo un

problema de inequidad en

la distribución de los

recursos y de falta de com-

promiso político que re-

oriente las prioridades del

Estado, situación que mul-

tiplica los efectos de los de-

sastres naturales.

Actualidad

13

vicios de salud de manera que respondan conprontitud a las emergencias, especialmente en elcaso de niños que son las principales víctimas;asesoría a las poblaciones, a través de los muni-cipios y gobiernos regionales, para el almacena-miento de alimentos tanto para las personas comopara los animales.

La segunda situación de emergencia, que bo-rró de la agenda a la anterior, fue el terremoto enPisco que afectó también a Ica y Chincha, ade-más de zonas de Cañete y Huancavelica.

Más de 500 fallecidos, el 95 por ciento de vi-viendas destruidas en Pisco, menos afectadas enlas otras provincias, pero más en los sectores ru-rales, donde la mayor parte de viviendas son cons-truidas de adobe porque es un material más eco-nómico, en general elaborados por los integran-tes de las mismas familias que levantan sus ca-sas sin la asesoría adecuada para resistir desas-tres como sismos, lluvias y huaycos.

El terremoto de Ica ha colapsado los servi-cios de salud y gran parte de los centros educati-vos, a los que accede principalmente la poblaciónpobre. Lo real es que el terremoto ha puesto enevidencia que el «boom», que se señala vive laregión con el auge de la agroindustria y las expor-taciones, continúa siendo una promesa para lossectores de menores recursos, que han continua-do viviendo en la precariedad. Uno de los secto-res más gravemente afectado es el de los migran-tes, atraídos por este auge y que hoy son máspobres que cuando llegaron.

La reconstrucción

Las familias sin vivienda enfrentan una nuevaamenaza: el anuncio de lluvias por efectos de LaNiña. Las casas de adobes están dando lugar aviviendas de esteras, cubiertas de plástico, puesel proceso para hacer realidad el bono de recons-trucción (de seis mil nuevos soles) está siendolento. Tiene su origen en un decreto de urgencia(N° 023-2007-PCM) del 16 de agosto, pero aúnno está reglamentado. La Defensoría del Pueblopresentó al Instituto de Defensa Civil (Indeci) al-gunos criterios para la entrega del bono, pero aúnno reciben comentarios a los mismos.

Otra dificultad es que muchas personas no sa-

ben a cuánto ascenderá el bono, cuáles son los re-quisitos, a dónde deben recurrir, entre otras interro-gantes. La Federación de Mujeres de la Provinciade Ica (Fepromu) ha solicitado carpas rodantes queden esta información, calle por calle, no solo en lasciudades, también en los sectores rurales.

A esto se suma la falta de título de los terre-nos en muchas zonas, especialmente urbano-po-pulares y rurales. «Ésta es una oportunidad pararegularizar la documentación de estas familias»,señala Marina Mendoza de la Fepromu. Y segúninforma una funcionaria del municipio de la Tin-guiña, la Comisión de Formalización de la Propie-dad Informal (Coproci-Ica) está desplegando es-fuerzos para ayudar a las familias afectadas a te-ner el título de sus terrenos y puedan recibir el bonode reconstrucción.

Las mujeres y los desastres

Más de dos mil ollas comunes han impulsadolas mujeres en Ica, con el apoyo de ONG, empre-sas, o simplemente recurseándose como suelenhacer las mujeres en el Perú en cada situaciónlímite. Las organizaciones y ONG están trabajan-do para apoyarlas con víveres y asesoría nutricio-nal de manera que la comida que se prepare ten-ga todos los componentes necesarios.

La labor de las mujeres se ha visto recargadacon las ollas comunes, la gestión de ayuda, el cui-dado de las/o niñas/os, el acarreo de agua –granparte de los pozos de agua potable ha sufridodaños–, la gestión de albergues, etc. Los hom-bres se desplazan a su trabajo o a otros lugaresbuscándolo.

La atención médica que ha brindado la Fe-promu, con el apoyo de algunas ONG, le ha per-mitido conocer que las infecciones vaginales, in-flamaciones y problemas respiratorios son las en-fermedades que más afectan a las mujeres enestos momentos.

Igualmente, una encuesta realizada por unaorganización de derechos humanos a municipios,parroquias, ONG, da cuenta que las enfermeda-des respiratorias e intestinales son los problemasque más se presentan entre las/os niñas/os. Ac-tualmente, los hospitales atienden con limitacio-nes por los daños que han sufrido. Salud es uno

14

sector que con prioridad debe atender el Estadopara que pueda responder a las necesidades dela población.

De otro lado, la Fepromu señala con preocu-pación que la violencia familiar se está incremen-tando, igual que la violencia sexual ante la insegu-ridad de las carpas. Aún no tiene cifras. Otras desus preocupaciones son las personas con VIH-Siday TBC. Muchas han dejado de recibir su medicinadesde el terremoto. Antes, además, recibían una bol-sa de víveres, pero hoy no se están acercando a lasollas comunes por temor al rechazo. El mayor nú-mero de casos está focalizado en Ica y Chincha.

Pobreza y desastre

Uno de los objetivos para disminuir el impac-to de los desastres naturales es mejorar la cali-dad de vida de los sectores más pobres. En elPlan de gobierno aprista, el Acuerdo Nacional ylos ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)fueron señalados entre los cuatro fundamentosque lo orientaban. Lamentablemente, el primerose ha olvidado completamente, más aún si se levincula al gobierno anterior. Los ODM tampocoestán claros en el plan de trabajo gubernamental.

Para reconstruir las zonas y responder a laemergencia de las familias afectadas por el terre-moto se ha creado el Fondo para la Reconstruc-ción del Sur (Forsur). Hasta la redacción de esteartículo las noticias en torno a la entidad no eranresaltando su trabajo sino las críticas a su inefica-cia, y a la polémica surgida en torno a quiénes de-bían integrarla. Tampoco se conocía su plan de re-construcción. Plan que en Ica reclaman debe serdesarrollado en coordinación con los municipios queconocen las necesidades de sus jurisdicciones.

La encuesta antes señalada también informaque los municipios y otras organizaciones no tie-nen un plan de contingencia, sino que van res-pondiendo a las demandas, sobre todo en coordi-nación con las organizaciones. En Pisco, incluso,el Alcalde no ha determinado un lugar fijo de aten-ción, pues el municipio se destruyó con el sismo.En esta ciudad la Demuna viene trabajando enuna carpa donada por Unicef.

El sismo ha puesto en evidencia que tanto elgobierno central, los gobiernos municipales y re-gional, carecen de cuadros, procedimientos y re-

cursos para implementar políticas de lucha contrala pobreza, sobre todo en situaciones como lasactuales. El trámite burocrático continúa inmovili-zando la ayuda, expresión de ello es que a másde tres meses del desastre todavía hay personasviviendo a la intemperie.

Por ello, un aspecto fundamental en el traba-jo de las organizaciones y ONG es el fortaleci-miento de las capacidades ciudadanas para quela población tenga un mayor protagonismo en lareconstrucción de la región afectada. No basta condemandar ayuda. El trabajo debe darse en unaalianza Estado-sociedad civil.

La reconstrucción debe apuntar a la recupe-ración económica, del tejido social y de la saludmental de la población, especialmente infantil. Deacuerdo a analistas, las situaciones de emergen-cia deben ser vistas para mejorar la situación ycondición de vida de las personas, y lograr unamayor equidad entre los sexos.

Como lo señala la Comisión Económica ParaAmérica Latina y el Caribe (Cepal), las mujeres enestos desastres sufren la pérdida de sus ingresos«tanto por haber perdido los medios para realizaractividades productivas, como por contar con me-nor disponibilidad de tiempo para dedicarse a es-tas tareas». A esto se suma el hecho que en proce-sos así por lo general los hombres realizan las ta-reas remuneradas y las mujeres las que no los son,con lo que se agrava su situación de desigualdad.

Si bien las mujeres han demostrado tener unrol fundamental en responder a la emergencia, gra-cias a las redes sociales que forman y a su capa-cidad de movilizar a sus comunidades, si no hayun enfoque de género en la respuesta que se daa la situación, pueden ser condenadas a una po-breza mayor de la que ya viven.

Sobre la violencia contra las mujeres, una hojainformativa de la Organización Panamericana dela Salud señala que en Nicaragua se puso en mar-cha una campaña de prevención que tuvo muy bue-nos resultados, luego de los efectos del huracánMitch: «La violencia contra la mujer es un desastreque los hombres sí pueden prevenir». Una frasesencilla que toca las sensibilidades de la ciudada-nía y que puede motivar una campaña similar. Aesta frase se podría agregar que el impacto de losdesastres se puede reducir si se enfrenta la pobre-za con un sentido de equidad y oportunamente.

15

¿Kamisaraki hilatanaka?1

¿Cómo están en las zonasrurales?

Lidia Sihuacollo*

Después de muchos años volví a Cuyuraya, comunidadcampesina ubicada en la provincia de Huancané al noreste delLago Titicaca, a 3,812 metros sobre el nivel del mar. Allí nacie-ron mis abuelos y quizá regresé para apreciar nuevamente labelleza de sus paisajes, su tradición folklórica, la vida solidariay mancomunada en la que viven sus miembros. Pero Cuyura-ya parece representar la indiferencia, marginación y abandonoen la que viven las zonas rurales de Perú por parte del gobier-no, la sociedad y las/os hijas/os que se fueron.

El 2004, se estimó que el 79,2%2 de la población de Punose encontraba en condición de pobreza, y 49,8% en pobrezaextrema. Esta región presenta un índice de desarrollo humanode 0,553, lo que revelaría una insuficiencia para alcanzar elpromedio de desarrollo humano: en longevidad, conocimientoy nivel de vida.

La mayoría de la población en Puno, 52.7%, vive en elárea rural4 y encabeza la región con mayor número de comuni-dades campesinas en el país. Sin embargo, muchas aún noson beneficiarias directas de las acciones de los gobiernos na-cional, regional y local.

Testimonio sobre el olvi-

do en que viven las

zonas más alejadas del

país. Injusticia que se

expresa no solo en sus

condiciones de vida,

también en cómo ciertos

poderes económicos usu-

fructuan de los

recursos naturales de las

comunidades,

perjudicando a las/os

lugareñas/os.

Nacional

16

Conviviendo con la injusticia

En las comunidades más alejadas del país,los servicios básicos no existen y si cuentan conrecursos naturales propios, como el agua, éstosson aprovechados por otros atentando contra susderechos. En Cuyuraya, los manantiales que abas-tecen de agua para el consumo, los campos y losganados, han sido expropiados por una empresaque distribuye el agua a otros distritos de la pro-vincia de Huancané. Paradójicamente ahora mu-chas/os campesinas/os de la comunidad no tie-nen agua en sus casas. Así, las/os pobladoras/esde Cuyuraya integran, actualmente, el 49% de lapoblación de Puno que no cuenta con este re-curso.

Del total de viviendas censadas de la región,en el 20055, el 53,6% cuenta con alumbrado eléc-trico y solo 3,8% con telefonía fija. ¿Cómo supe-rar la insuficiencia de servicios básicos en las zo-nas rurales?

Hoy en día la educación es considerada labase del desarrollo de toda sociedad. En la regiónPuno, el promedio de años de estudios de la po-blación es de 7.6 años y el desagregado para elárea rural muestra un promedio menor al total re-gional. El analfabetismo alcanza el 24,8%6. Entremayo 2003 a abril 2004, se estimó que la asisten-cia a algún grado de educación primaria de niñosde 6 a 11 años fue de 85,6%, y en las niñas fue de87,7%; la población masculina de 12 a 16 añosasistió a algún grado de educación secundaria enun 78,4%, y las mujeres en el mismo tramo deedad en un 69,7%7.

En Cuyuraya, las/os profesoras/es llegan apartir de las 9 a.m. y se retiran antes de la una dela tarde. Muchas niñas como Vicenta y Lola van alcolegio después de ayudar en casa. No son másde 30 alumnas/os distribuidas/os entre el primer yel sexto grado. Tres aulas y tres docentes. Bus-qué hablar con ellas/os, pero fue imposible. El di-rector no había llegado cuando ya pasaban las9:30 a.m.

La Defensoría del Pueblo ha lanzando la cam-paña «Con corrupción no hay educación» que nospermite realizar una vigilancia y control a este sec-tor, pero falta difundirlo, porque muchos padresde familia no tienen conocimiento de las instan-

Fuente: Directorio de comunidades campesinas. PETT,2002.

Departamento

Amazonas

Ancash

Apurímac

Arequipa

Ayacucho

Cajamarca

Cusco

Huancavelica

Huánuco

Ica

Junín

La Libertad

Lambayeque

Lima

Loreto

Moquegua

Pasco

Piura

Puno

San Martín

Tacna

TOTAL

Nº de C.C.

52

345

442

100

577

107

886

565

257

9

389

120

25

287

75

75

73

136

1,251

1

46

5,818

Número decomunidades campesinas

por departamento

17

cias correspondientes a las que hay que recurrirpara hacer las denuncias respectivas o en algu-nos casos no quieren enfrentarse con las/os maes-tras/os, pues las/os amenazan con reprobar a sushijas/os.

De acuerdo a los Lineamientos para el segui-miento y control de la labor efectiva del trabajodocente en las instituciones educativas públicas,corresponde al director de la institución manteneractualizado el registro de control y asistencia dedocentes, e informar cada fin de mes a la UGELpara que ella pueda proceder a realizar los des-cuentos y otras sanciones pertinentes. En Cuyu-raya, la realidad nos muestra que no se está cum-pliendo con estas disposiciones.

A ello se agrega que muchos padres de fami-lia prefieren que sus hijas/os ayuden en las labo-res domésticas o en las actividades del campo.Son las niñas las mayormente afectadas, y laspocas que pasan por la escuela no concluyen laetapa educativa y con el tiempo se convierten enalfabetas funcionales.

En Cuyuraya, niñas como Araceli de 13 años,muy temprano tienen que recoger agua para pre-parar el desayuno, luego llevan a pastar su gana-do, y recién después pueden ir a la escuela. Alsalir de clases continúan con sus labores domés-ticas y del campo.

Con relación a salud, de acuerdo al IDH 2005,a nivel nacional el 40,4% de personas es atendi-do por profesionales de salud. Las zonas ruralescuentan con puestos de salud que brindan aten-ción individual ambulatoria y desarrollan accionesde promoción, protección y recuperación de lasalud. No es de extrañar, entonces, que los índi-ces de morbilidad y mortalidad materno-infantil ydesnutrición crónica en menores de cinco añossea alta. En el 2004, el 13% de adolescentes de15 a 19 años a nivel nacional alguna vez estuvoembarazada. En las zonas rurales el porcentajede embarazos adolescentes es mayor al 20.3%que es el promedio nacional.

De otro lado, según datos del Programa Na-cional Contra la Violencia Familiar del Ministeriode la Mujer y Desarrollo Social, en el 2006 se aten-dieron 29,844 casos de violencia familiar y sexuala nivel nacional. La segunda región después deLima, que reporta el mayor número de atencio-

nes, fue precisamente la región Puno con 2,079casos. De ellos, 595 casos corresponden a vícti-mas menores de 25 años de edad.

Ese mismo año, el Ministerio del Interior, a tra-vés de las comisarías de la Policía Nacional delPerú en Puno, reportó 1,915 denuncias por vio-lencia familiar y sexual. No contamos con datosde Ministerio de Salud y de otros servicios de aten-ción a víctimas de violencia familiar y sexual, loque hace presumir que el número de víctimas esmayor sin contar aquellas que no denuncian oacuden a uno de los centros para solicitar algúnapoyo. En la región se cuenta con dos Centros deEmergencia Mujer, el más cercano es el CEM Ju-liaca, aproximadamente a tres horas en vehículode Cuyuraya.

…Quizás lo descrito no sea algo nuevo, exis-ten diversas investigaciones sobre la realidad ru-ral. Estas anotaciones quieren ser un nuevo lla-mado de atención. El objetivo por lograr que cadavez mayores peruanas/os accedan a la justicia, auna real ciudadanía, debe obligar a los gobiernosnacional, regional y local a mirar con mayor pre-ocupación las zonas rurales e invertir en los sec-tores más excluidos del país, para cambiar la rea-lidad en la que viven.

Bibliografía

DEFENSORÍA DEL PUEBLO. Con corrupción no hayeducación: Resultados de la campaña piloto, Educación sincorrupción. Agosto a noviembre de 2006.

FAO. Situación de la mujer rural. Febrero 2005.

OXFAM. Pobreza y desarrollo en el Perú. Informe anual 2003– 2004. Abril 2004.

BANCO MUNDIAL. Más allá de la ciudad: el aporte del campoal desarrollo. Resumen ejecutivo.

REVISTA AGRARIA Nº 50. Noviembre 2003.

* Consultora.

1 ¿Cómo están hermanos?, en Aymara.2 INEI: Perú: Compendio Estadístico 2006.3 PNUD: Informe de Desarrollo Humano / Perú 2006.4 INEI: Perú: Compendio Estadístico 2006.5 INEI: Perú: X Censo de población y V de Vivienda 2005. Calculadosobre la base del total de hogares censados y de los que se tienerespuesta sobre saneamiento.6 INEI: ENAHO 2003/2004.7INEI: Condiciones de vida en los departamentos del Perú, 2003 -2004.

18

Educación: un reto para laigualdad y la equidad

Cristina Vargas Pacheco*

Una educación que no aborde la equidad de género o lohaga indebidamente omite los derechos reconocidos a nivelconstitucional; pero la equidad de género no solo se lograrácon el debate y la elaboración de programas que aborden eltema, sino también llevándola a la práctica y evaluándola con-tinuamente para lograr un verdadero resultado positivo.

En el Perú, el Estado ha apostado por la educación comomedio para lograr la equidad de género. Por lo menos así seseñala en la justificación del objetivo referido a la Implementa-ción de un Programa Nacional de Educación en Derechos Hu-manos del Plan Nacional de Derechos Humanos, publicado el11 de diciembre de 2005. Aludiendo a la Declaración y al Pro-grama de Acción de la Cumbre Mundial sobre Derechos Hu-manos de Viena (1993) plantea que «la educación, la capacita-ción y la información pública en materia de derechos humanos

El artículo presenta

la propuesta de un taller

permanente en colegios

de Catacaos para

inculcar entre niñas

y niños valores que

ayuden a construir la

igualdad y la equidad de

género entre hombres y

mujeres.

Nacional

19

son indispensables para establecer y promover re-laciones estables y armoniosas entre las comuni-dades y para fomentar la comprensión mutua, latolerancia y la paz».

Además, el lineamiento 2 del Plan Nacionalde Igualdad de Oportunidades entre Varones y Mu-jeres 2006-2010, se pone como meta incremen-tar en 40% el número de funcionarias/os y docen-tes que aplique la equidad de género, la igualdadde oportunidades y el respeto a la diversidad cul-tural; así como el número de centros educativosurbanos y rurales que cuenten con material edu-cativo que promueva relaciones familiares equita-tivas, derechos de las/os niñas/os, el respeto a ladiversidad cultural y lingüística.

La Ley de Igualdad de Oportunidades, apro-bada en marzo último, señala que el Estado debe«garantizar el acceso a la educación pública y lapermanencia en todas las etapas del sistema edu-cativo, en condiciones de igualdad entre mujeresy hombres, especialmente en las zonas rurales,promoviendo el respeto y valoración de las identi-dades culturales».

Para acercarnos a los resultados del actualsistema educativo con relación al conocimiento delos derechos humanos y de la equidad de género,por parte de las/os alumnas/os, y sobre los rolesasignados al varón y a la mujer en una determina-da zona, realizamos una dinámica en dos cole-gios del distrito de Catacaos, en Piura: los cen-tros educativos nacionales Jacobo Cruz Villegas,ubicado en la zona central del distrito, y el SanMiguel Arcángel (secundario), en Monte Sullón,zona distante del centro de Catacaos, aunqueestrechamente vinculadas.

La diferencia entre ambos colegios es radi-cal; mientras el primero cuenta con buena infra-estructura, el segundo es un olvidado del Estado.Esto influye en la educación de las/os menores yen el ánimo de los maestros.

La dinámica se realizó a veintidós niñas y doceniños, entre los 10 y 17 años, y 10 y 18 años, res-pectivamente. Consistió en conversar con las/osmenores sobre los roles de las mujeres y los va-rones, tomando como punto de referencia las fi-guras del hogar, pidiéndoles ejemplos de las ac-tividades que realizan cada uno en sus casas y loque ellas/os creían eran las conductas más ade-

cuadas para ambos sexos. La conversación dio alugar a un rico debate, luego de lo cual se les pi-dió redactar cuál creían debía ser la manera decomportarse de un varón y de una mujer. Final-mente, se les preguntó si sabían cuáles eran susderechos fundamentales.

Este proceso apunta a desarrollar un taller so-bre equidad de género y derechos humanos a ni-vel de la educación secundaria, en colegios urba-nos y rurales, dirigido a niños y niñas, que, ade-más, respete las costumbres propias de la comu-nidad. Sería llevado a cabo por profesoras/es de-bidamente capacitadas/os y supervisadas/os. Laidea es que los derechos humanos y género nosean un contenido transversal a desarrollar en lasdiferentes materias de manera superficial y pococlara, sino un método orientado a lograr la equi-dad de género. Este taller se enmarcaría en losplanes nacionales sobre Derechos Humanos eIgualdad de Oportunidades.

Para su aplicación se deberían tomar en cuen-ta tres etapas: la primera, de capacitación a las/osprofesoras/es; la segunda sería la ejecución pro-piamente dicha del taller, que podría llevarse acabo con la participación de los padres de familia;y la tercera, implicaría el seguimiento y control pe-riódico de los resultados de las etapas anteriores,para su corrección y perfeccionamiento.

El taller se propone superar los estereotipostradicionales sobre varón y mujer y que las/os alum-nas/os internalicen los derechos humanos que nosasisten. Tiene como objetivos primordiales:

• Mejorar la autoestima tanto de mujerescomo varones.

• Lograr una educación de calidad en dere-chos humanos y, particularmente, en de-rechos de las mujeres, objetivo que con-cuerda con la meta que en el objetivo so-bre Educación busca alcanzar el Plan Na-cional sobre Derechos Humanos.

• Superar los estereotipos o los roles tradi-cionales que históricamente se han im-puesto a mujeres como a varones.

• Integrar a la educación la equidad de gé-nero atendiendo la diversidad cultural.

• Reducir los índices de embarazos ado-lescentes, las enfermedades de transmi-sión sexual, los abortos clandestinos, la

20

violencia contra la mujer en todas sus for-mas. Un tema de especial atención se-rán los derechos sexuales y derechosreproductivos.

El trabajo apunta a que las nuevas genera-ciones vean la relación varón-mujer de una ma-nera respetuosa, en términos de igualdad. Ello re-dundaría en el progreso de sus condiciones devida, pues no se vería «al otro» como alguien alque hay que someter, sino como a un igual al quehay que respetar y con el cual se puede trabajaren el desarrollo de ambos y de su entorno.

Hacer realidad este taller demanda de docen-tes con una adecuada capacitación en derechoshumanos y equidad de género, de manera que in-troduzcan a sus alumnas/os en los temas propues-tos. También se requiere de materiales apropiadoscomo apoyo al trabajo de información-reflexión.

El taller debe empezar por fortalecer la au-toestima de las/os estudiantes para que puedanhacer valer sus derechos y se sientan integradosa su realidad y a su historia. Creemos que a partirde allí, ellas/os podrán comprenderse y desearáncambiar su destino.

La/el niña/o, en su proceso de autodefinición,en principio, busca un referente, es decir un mo-delo que le dará las pautas de comportamientodel ser varón y mujer. Los primeros referentesserán los padres y, en caso de faltar estos, laspersonas de su entorno más cercano. Mayormenteel prototipo de padre es autoritario y la madre su-

misa, y lo más probable es que el menor se vayaformando según estos parámetros. Y es aquí quela educación juega un papel trascendente, puesva a inculcar modos de ser diferentes, alternati-vos y que contrarresten los patrones machistasimperantes en el hogar.

Por otra parte, lograr un adecuado conoci-miento de sus derechos humanos los apoyará enel camino hacia su autodefinición y aceptación.No basta, pues, un curso en el que se den datosque las/os alumnas/os, por lo general, ven comoabstractos y lejanos de su historia, sino que de-ben ser inculcados aplicando ejemplos de su en-torno, con textos acordes a su realidad. Ello tieneconcordancia con lo que se propone en el objeti-vo estratégico 2.1 del lineamiento 2 del Plan Na-cional sobre Igualdad de Oportunidades: «conta-rán con material educativo que promueva relacio-nes familiares equitativas, los derechos de niñasy niños y el respeto a la diversidad cultural y lin-güística».

El éxito de la metodología dependerá de laevaluación constante que se haga al proceso y deprolongar los aciertos y corregir los errores.

Resultados del diagnóstico

Las costumbres y los roles que cada grupohumano le da al varón y a la mujer pueden llegara ser ligeramente o bastante diferentes en cadaregión o grupo cultural. El Ministerio de Educa-

Creemos que a partir de

allí, ellas/os podrán

comprenderse y desea-

rán cambiar su destino.

21

ción es consciente de dicha realidad ya que, in-cluso, posee la Dirección Nacional de EducaciónBilingüe Intercultural (DINEBI) que, de actuar se-gún sus lineamientos, debería elaborar los mate-riales escolares tomando en cuenta la lengua ylas particularidades culturales de cada comunidad.

Obviamente no será factible desarrollar inme-diatamente textos escolares diferentes para cadagrupo étnico de la amazonía o cada pueblo de lasierra, pero sí con líneas generales atendiendo alas diversas realidades de la costa, sierra y selva,conteniendo ejemplos de nuestra realidad perua-na y situaciones que hagan sentir a las/os alum-nas/os parte de ella.

En Catacaos si bien las/os menores conocíanque todos tenemos los mismos derechos huma-nos, aún tienen arraigados los diferentes roles quetradicionalmente se le adjudican al varón y a lamujer, es decir autoridad–sumisión. Señalaron,entre otras cosas, que la mujer debía «obedecer-le al marido», «comportarse bien», «comportarsecomo dama», «ser responsable», «comunicativacon sus hijos», «realizar los quehaceres del ho-gar», «ser cariñosa y comprensiva», «fuerte cuan-do acontecen cosas difíciles con sus hijos». Fue-ron escasas las excepciones de menores que ale-garon a favor de una mujer con capacidad de de-cisión propia.

Con relación al varón señalaron que debe ser«fuerte», «honrado», «responsable con sus hijos»,«trabajar para el sustento del hogar». Además,las/os niñas/os señalaron que una mujer «no de-bía salir a una reunión si es que no iba acompa-ñada de su esposo, o por su hijo, pues la gente lavería mal». La excepción a esta regla sería el casode una «madre soltera joven», tal como lo acota-ron, pues «tenía derecho a rehacer su vida». Aquíqueda clara una discriminación no solo por géne-ro sino también por edad, pues añadieron que siuna madre ya no era tan joven debía quedarse encasa al cuidado de sus hijos. Todo ello en contra-posición al varón que «debe salir a divertirse consus amigos».

Cuando se les preguntó sobre quiénes reali-zaban las tareas domésticas (entiéndase lavar,planchar, cocinar, etc.) dijeron que tanto papácomo mamá debían apoyar, pero cuando se lessolicitó un ejemplo real no hubo explicaciones con-

cretas, salvo lo referido a que el padre «debe ha-cer el mercado».

De las veintidós niñas y doce niños, solo cua-tro niñas y un niño señalaron que «la mujer puededecidir por sí misma» y es» tan capaz, intelectual-mente hablando, como el varón».

Al preguntarles sobre sus derechos, los niñosseñalaron el derecho al nombre, a la alimentación,a la igualdad. Sin embargo, cuando se les pidióque los explicaran no pudieron, pues no habíanentendido el contenido de cada uno. De igual for-ma sucedió cuando se les interrogó sobre si ha-bían oído hablar de equidad de género, respon-diendo que no o que no lo recordaban.

Contenidos para nuevos sujetos

Entre los contenidos que se deberían trabajarestán los derechos sexuales y derechos reproduc-tivos, el tema de la violencia contra la mujer queestá basada en la discriminación, a la que se su-man otros tipos de exclusiones como la económi-ca, racial, por edad, etc. Tendría que abordarse laconstrucción de las identidades, qué significa serhombre y qué significa ser mujer, y qué cambiosse proponen para una vida más feliz para ambossexos.

Un tema que se abordará de acuerdo a la edades el derecho a una vida sexual adecuada, sana,responsable; que pueden y deben decidir el nú-mero de hijos y la oportunidad para engendrar; ycuáles son las atenciones a las que tienen dere-cho. Es decir, buscamos aportar a la disminuciónde las tasas de embarazos no deseados entre ado-lescentes, abortos y muertes de mujeres.

En conclusión, creemos que un programa edu-cativo sobre equidad de género, que en este casose propone como un taller escolar, es la base delcambio y de la consecución de la igualdad entrevarones y mujeres, pues la educación es el fun-damento del desarrollo de las comunidades, delos pueblos, de las naciones. Y pensamos quedebe ser dirigido a niños y niñas porque el proble-ma de equidad de género no atañe solo a lasmujeres, sino a todos los que convivimos día adía, es decir a varones y mujeres.

* Bachiller en Derechos e Historia.

22

Isla de Taquile, Puno:Mujer comunera y desarro-llo del turismo

Delmia Valencia Blanco*

Taquile es una comunidad isleña ubicada en el corazóndel lago Titicaca. A dos horas de viaje en lancha a motor, par-tiendo del puerto de Puno, la/el visitante puede divisar una in-mensa ballena que es la forma que tiene la isla y, en mediahora más, estará desembarcando en el puerto de Kollino. Lue-go de una larga caminata de ascenso estará en el pueblo, go-zando de la belleza natural de la isla y de la amabilidad y hos-pitalidad de estos pobladores andinos quechua hablantes.

La organización del

trabajo de hombres

y mujeres en la

comunidad aporta a la

construcción de una in-

dustria turística

activa en la Isla de Ta-

quile de Puno,

especialmente en la

actividad del tejido,

cuyas funciones entre

solteras/os y casadas/os

son una tradición

ancestral.

Nacional

23

Este artículo se propone compartir una expe-riencia de investigación lograda hace un tiempo,con el fin de reconocer la labor de la mujer en laproducción en general y sobre todo en un campoproductivo muy cotizado: el turismo. Esta activi-dad, ligada al desarrollo desde hace años atrás,se ha convertido en una fuente de ingreso muyimportante para el/la poblador/a taquileño/a, y esjustamente la mujer el eje productor de estos in-gresos a través de su trabajo, que lo hemos divi-dido en tres niveles de actividad y que implicansu participación: como receptora, ama de casa ytejedora.

La labor femenina complementada con la delvarón como «lanchero» (presta servicio de trans-porte en lancha), pescador y también tejedor, hahecho de la organización de trabajo en esta co-munidad isleña un modelo de participación, quelógicamente genera mayores posibilidades de de-sarrollo. Es más, en el campo de la actividad tu-rística, últimamente se viene promoviendo un nue-vo tipo de atractivo denominado Turismo social,que de acuerdo a las agencias promotoras con-siste en programar visitas a comunidades simple-mente para conocer su modo de vida, sus cos-tumbres o la idiosincrasia de sus pobladoras/es,sin que necesariamente sea una zona turísticareconocida por atractivos clásicos como restosarqueológicos. En el caso de Taquile, esta isla ofre-ce una gama de folklore y artesanía, en la que laparticipación y labor de la mujer juegan un rol pre-ponderante.

Hasta inicios de los años 70, la mujer no es-taba considerada como sujeto activo del desarro-llo, porque básicamente cumplía un rol pasivocomo esposa y madre. Si bien es cierto siemprefue sujeto productivo, sobre todo en el área rural,su participación no era reconocida hasta enton-ces. En 1970 se publica el libro de Ester Bocerup:El papel de la mujer en el desarrollo económico.Este texto pionero llama la atención sobre la dife-rencia de los resultados de procesos de desarro-llo para varones y mujeres, y concretamente plan-tea la incorporación de las mujeres al desarrollo,desde una mejor perspectiva.

Así surge el término «Mujer en el Desarrollo»(MED), creado por el Comité de Mujeres de la So-ciedad para el Desarrollo Internacional de Was-

hington D.C. con la finalidad de evitar la discrimi-nación de la mujer en los programas de asisten-cia internacional. Se trataba de una red de muje-res profesionales, cuya labor fue difundir la teoríade la participación femenina en el desarrollo. Fue-ron muchos los enfoques que surgieron al interiordel MED, sin embargo los más importantes gira-ron alrededor de Equidad (dentro y fuera del pro-ceso de desarrollo) y el de Antipobreza, que sevolcó a programar proyectos de desarrollo másconcretos, tanto en zonas urbanas como rurales.

En ese sentido, en el intento de compren-der la premisa de mujer y desarrollo en el árearural, el propósito de esta investigación es demos-trar el aporte cultural y económico que hace lamujer campesina en su comunidad, en este casoTaquile. Esta comunidad constituye una unidadde producción tanto agrícola como artesanal, cuyabase fundamental es la fuerza de trabajo familiary el uso de una tecnología apropiada y acorde parala optimización de sus recursos. Esta fuerza detrabajo familiar, a su vez, tiene un eje central quees la capacidad laboral de la mujer.

Inicialmente, esta inquietud surge desde unavisión antropológica cultural, de ahí que la meto-dología planteada sienta sus bases en el trabajode campo descriptivo, buscando información através de testimonios de las mismas mujeres yhombres taquileños que nos lleve a demostrar laimportancia del rol femenino en el desarrollo deuna comunidad.

Resultados de la investigación

Bajo la consideración que Taquile constituyeuna zona turística en desarrollo, veamos cómo seha organizado su población para lograr mejores ren-dimientos con esta actividad. Ya había mencionadoque la labor del varón radica fundamentalmenteen:

- La construcción, el manejo y control de laslanchas que hacen el servicio de transportelacustre.

- La pesca, que si bien no es una actividad enla que todos participan, los que lo hacen sonlos encargados de abastecer a los restauran-tes que atienden a los visitantes,

- Su labor como tejedores, ya que solo ellos

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son los que tejen los famosos chullus, usan-do las «ruanas» o palitos de tejer fabricadosde alambre.Del mismo modo la labor de la mujer en el

turismo, la dividimos en tres actividades centra-les:

- La recepción a las/os visitantes. Casi al finalde la agotadora jornada de ascenso desde elpuerto, se han construido tres arcos de pie-dra que van anunciando la cercanía de la po-blación. A partir de estos arcos se puede ob-servar la presencia de las mujeres, conforman-do algo así como pequeños grupos de recep-ción, todas ellas en plena labor de hilado, conla cabeza cubierta con el chuko (manto negroque cubre hasta la espalda), saludan tímida-mente a las/os visitantes, pero a su vez solíci-tas de ofrecer cualquier información. Estequehacer netamente femenino es propio delas solteras, que rueca en mano van tomandosus posiciones en toda esta área de recep-ción.Hasta hace unos años, esto era espontáneo

y voluntario. Según información actualizada, sa-bemos que la labor de recepción ahora se hacepor turnos semanales, de acuerdo a las seis zo-nas habitadas en que se divide la isla, denomina-das suyos; esto implica la existencia de un librode turnos llevado ordenadamente con los nom-bres de las que voluntariamente se inscriben, cuyocontrol está a cargo de las autoridades comuna-les a través del municipio.

- Una segunda actividad está en relación a losservicios ofrecidos al turista: hospedaje y ali-mentación. En el primer caso, un 60% de lasfamilias taquileñas está apta para ofrecer esteservicio al turista. Han dispuesto en sus típi-cas y humildes viviendas una habitación des-tinada al servicio de alojamiento, que ofrecelas condiciones mínimas de comodidad, peroque siempre es solicitada por las/os visitan-tes en su afán de buscar la tranquilidad queofrece la isla.Dentro de sus propias labores domésticas, la

mujer es la encargada de acondicionar y mante-ner esta habitación siempre en orden y lista paraofrecerla. Es ella quien determina la posibilidaddel alojamiento; el esposo le consulta y solo con

su autorización él inscribe su casa como posiblealojamiento. Esta inscripción también se hace conlas autoridades comunales que como en el casoanterior llevan un libro de orden, para dar la mis-ma oportunidad a todos las/os inscritas/os, conun sistema de turnos que no permite la compe-tencia entre ellas/os mismas/os.

En cuanto al servicio de alimentación, el 30%de pobladoras/es taquileñas/os trabaja en esta ac-tividad, sobre todo las/os que viven en Qollinosu-yo, que es el sector donde se encuentra la plazadel pueblo, la parroquia, el mercado artesanal, lasprincipales tiendecitas y el servicio telefónico. Igualque el caso anterior, la mujer administra el nego-cio de restaurantes, que lógicamente es en su pro-pia vivienda, no solo por el hecho que es ella quiencocina y dispone como ama de casa, sino porquesu permanencia en el hogar le facilita todo el con-trol del negocio. Es el esposo quien viaja con másfrecuencia a Puno, para hacer las compras o porcualquier otra razón, estando ella siempre al man-do del funcionamiento del restaurante.

- La tercera y más importante actividad produc-tiva en el turismo de Taquile es la artesanía.Sobre la actividad textil del taquileño hay mu-cho que hablar, desde la originalidad y belle-za de su trabajo, su representación simbólicay significado cultural, hasta la división del tra-bajo en el tejido, que obedece a situacionessociales y tradicionales. Por ejemplo el varónsoltero es el que teje los chullos en todos susestilos y variaciones:chullo de soltero, decasado o el chullo conorejas. El varón casa-do y de mayor edad,es el encargado de fa-bricar la bayeta en unrústico telar que ellosllaman waita awana.Con esta bayeta, ma-nejando una antiguamáquina de coser, élmismo elabora lospantalones, chalecos yotras prendas que ne-cesitan costura.La mujer tiene, igual-

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mente, misiones específicas en el tejido: la solte-ra es la «hilandera», con una gran habilidad en eluso de la rueca. Fabrica el fino hilo logrado de lalana de oveja, que luego en madejas es teñidocon las diferentes tonalidades de rojo, que es elcolor que más usan. Según explicación dada porellos mismos, esta división del trabajo textil entresolteros y casados obedece a la libertad con quelas/os solteras/os pueden movilizarse en el pue-blo. Hombres y mujeres sin responsabilidad dehogar caminan libremente cumpliendo su labor enpleno movimiento.

Es admirable ver a estas/os pobladoras/essubiendo o bajando por su accidentado territorio,tejido en mano, las mujeres sin dejar de girar larueca mientras reciben al turista o se desplazanpor las calles del pueblo; y los hombres con lasruanas, avanzando su trabajo en todo momento,mientras conversan, caminan, bajan al puerto, etc.

La labor artesanal de los «casados», quienestienen mayores responsabilidades en el hogar ypor tanto menor oportunidad de desplazarse, esmayormente en casa, al lado del telar. Sin embar-go, no es obstáculo para que las niñas y adoles-centes permanezcan horas al lado de su madre,aprendiendo el arte de tejer. Es más, cuando es-

tán a punto de casarse, un ritual de matrimonioes que la novia regale al futuro esposo un chunpitejido por ella misma, como señal de aceptaciónpara la ceremonia. El chunpi es una faja de bellodiseño y colores, que se usa en la cintura. Él lausará siempre en prueba de fidelidad.

La mujer casada es realmente la artífice dela belleza del tejido taquileño. Es la experta en eluso del panpa awana (telar del suelo) que con-siste en cuatro estacas plantadas en forma rec-tangular, más o menos de un metro de largo, conun sencillo sistema de urdimbre. Sería muy rarover una casa familiar sin un panpa awana instala-do en un lugar aparente del patio, algunos en ple-no aire libre, otros cubiertos con una ramada queprotege del sol. Con el panpa awana la mujer ta-quileña logra los tejidos más finos, como los chun-pis, chuspas y ponchos, con una serie de dibujossimbólicos que representan la vivencia social, eco-nómica, religiosa y mítica de la comunidad, asícomo situaciones familiares importantes para ella;por ejemplo, un matrimonio que está cerca, o lamuerte de un ser querido, etc.

En realidad la riqueza y significado cultural deeste trabajo textil, es un tema a tratar en formamuy especial. Sin embargo cabe aclarar que esta

Es más, cuando están a

punto de casarse, un

ritual de matrimonio

es que la novia regale

al futuro esposo un

chunpi tejido por ella

misma, como señal de

aceptación para la

ceremonia.

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división del trabajo en relación a género, obede-ce a razones culturales y tradicionales respeta-das ancestralmente por las/os pobladoras/es, yno a razones económicas. Será tan imposible verun hombre sentado en el panpa awana urdiendoun chunpi o una chuspa, como a una mujer tejien-do un chullu con las ruanas.

La mujer y el desarrollo del turismo

Lo que aquí nos interesa es el aporte y parti-cipación de la mujer en el desarrollo y economía através del turismo, y es a este punto que regresa-mos, cuando se habla de la comercialización deltejido.

En la plaza principal del pueblo está ubicadala tienda artesanal, donde se concentra toda laproducción textil de la comunidad, en un sistemasimilar a una cooperativa. Las/os tejedoras/es lle-van sus productos y los dejan en la tienda artesa-nal, con el precio estipulado con anterioridad portodas/os ellas/os. Tanto cantidad como precio que-da anotado en un libro de registro, y se procede aofrecer la venta de estos productos. El/la turistatiene a su alcance toda una gama y variedad detejidos, de los que escoge libremente, correspon-diéndole al dueño o dueña del producto la ga-nancia de su propio trabajo, quedando un peque-ño porcentaje para efectos del mantenimiento dela tienda y el trabajo del grupo de turno que sequeda durante una semana a cargo del estable-cimiento.

Esto también es importante de resaltar: todoslos «socios» tienen la obligación de cumplir un tur-no semanal para atender la tienda, y están agru-pados en número de cuatro: dos varones y dosmujeres obligatoriamente, lo que demuestra unaequidad en las responsabilidades asignadas a laventa de los productos. Sin embargo, la labor delas mujeres durante esta semana de turno, com-prende también la preparación del fiambre o elalmuerzo para los cuatro.

En cuanto a los productos puestos a la venta,el resumen del stock en la tienda nos señala quelos que tienen mayor salida y por ende cuestanmás, son en primer lugar las fajas o chunpis (60a 80 soles dependiendo del ancho), las chuspas obolsas de coca también al mismo precio. Luego

tienen salida los chullus a un promedio de 30 a 40soles. En el caso de los ponchos, que tambiénson tejidos exclusivamente por la mujer, éstos noexisten mucho en stock por lo difícil de su elabo-ración, apenas se observan tres o cuatro ponchos«de matrimonio» y «de diario». Tienen un costoelevado, de 400 a 500 soles, y que eventualmen-te el turista lo adquiere sin problemas.

Este es un resumen de los datos hallados enla investigación, que nos lleva a concluir en la im-portancia de la participación de géneros, en unaactividad productora y generadora de ingresos di-rectos para la comunidad y las familias taquile-ñas. La participación de la mujer demuestra servital en este sentido, ya que directa e indirecta-mente es la forjadora del mayor o menor ingresoeconómico en su hogar, aparte de su permanenterol socializador e integrador de la familia.

*Docente e investigadora de la Universidad Nacional de San AntonioAbad del Cusco.

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VALENCIA, Delmia. La mujer en el proceso productivo. Co-munidad de Taquile. Tesis UNSAAC. 1989.

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ESPECIAL

Mortalidad materMortalidad materMortalidad materMortalidad materMortalidad materna en los sectorna en los sectorna en los sectorna en los sectorna en los sectores res res res res ruralesuralesuralesuralesurales

Una de las prioridades en el marco de los derechos sexuales y derechos reproductivos esla mortalidad materna, que involucra a mujeres adolescentes y mujeres adultas, tanto delcampo como de la ciudad, con especial atención en las primeras por ser las que menos posi-bilidades tienen de ejercer sus derechos.

La tasa de mortalidad materna en el Perú (185 por cien mil nacidos vivos - ENDES, 2000)es una de las más altas del continente y por lo general por causas que pueden prevenirse, queson consecuencia de la discriminación y exclusión social que vive la mayoría de mujeres ennuestro país. Pero, también, por efecto de las ideas religiosas entre los decisores políticos yfuncionarios públicos, lo que lleva a plantear una pregunta fundamental: hasta dónde unacreencia puede imperar sobre la vida de una persona.

Abordar la mortalidad materna implica un enfoque de derechos humanos, de género y deinterculturalidad, de tal manera de lograr información integral para políticas también integrales.

El desigual avance en los derechos sexuales y derechos reproductivos en el país nosexige una mayor atención y acción como personas y como instituciones. Precisamente, desdelas feministas se han planteado seis acciones urgentes para reducir la mortalidad materna y elaborto inseguro, y que son exigencias que planteamos al gobierno peruano en 1999 y quemantienen su plena vigencia, pues en muchos aspectos lejos de avanzar existe la amenazapermanente de retrocesos: -Datos fiables sobre mortalidad materna y aborto. -Atención alaborto inseguro. -Educación y servicios especializados para adolescentes. -Píldoras anticon-ceptivas de emergencia. -Prevención y atención de la violencia sexual. -Revisión de la legis-lación punitiva sobre el aborto.

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Las conferencias internacionales de El Cairo(Población y Desarrollo) y de las Mujeres en Bei-jing1, han sido de las que han tenido un mayor ydirecto impacto en la vida de las personas porqueen ellas se trató de integrar los derechos sexua-les y derechos reproductivos. Derechos que pordécadas han sido y son fundamentales en la agen-da de los movimientos feministas.

Como señala Sofía Gruskin, estas conferen-cias «contribuyeron a dar forma y a definir unabase conceptual compartida sobre el contenido delos derechos reproductivos y, simultáneamente, aponer en marcha programas de acción para con-vertir este concepto en realidad»2.

Igualmente significó un cambio de perspecti-va en la atención de la salud de las mujeres, vistano solo a partir de su edad reproductiva, comovientres procreadores a los que había que inducira tener hijas/os o como objeto de control pobla-cional, sino abordada desde la niñez y desde unenfoque integral que lleve a su bienestar y a suautonomía.

Como señala Giulia Tamayo, la sexualidad yla reproducción habían sido tomadas (y aún lo sonsi no estamos atentas) «como cuestiones públi-cas a la hora de establecer prohibiciones, dispo-ner intervenciones e imponer sanciones en nom-bre de la moral pública, el progreso o el honornacional»3. Pero al mismo tiempo como «asuntos

La reflexión sobre la maternidad en el

marco de los derechos sexuales y dere-

chos reproductivos parte del ámbito

personal a lo social y, por ello, más

sensible a los intereses u olvidos esta-

tales y a la persistencia de los sectores

conservadores que continúan viendo el

cuerpo de las mujeres como espacios

de poder de las iglesias.

Derechos sexualesy reproductivos:

la materla materla materla materla maternidad,nidad,nidad,nidad,nidad,

una opciónuna opciónuna opciónuna opciónuna opción

como dercomo dercomo dercomo dercomo derechoechoechoechoecho

Gaby Cevasco

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Conferencia Mundial de Viena (1993). En ellos sereconoce el derecho de todas las personas a go-zar «del nivel de salud física y mental más altoposible», garantizado por el Pacto Internacionalsobre Derechos Económicos Sociales y Cultura-les (art. 12). La Convención Contra toda forma deDiscriminación hacia la Mujer (1965). El Pacto In-ternacional sobre los Derechos Civiles y Políticos(1966).

El Programa de El Cairo también señala que lasalud reproductiva «es un estado general de bien-estar físico, mental y social, y no de mera ausenciade enfermedades o dolencias en todos los aspec-tos relacionados con el sistema reproductivo y susfunciones y procesos» (7.2). Y agrega que «la sa-lud reproductiva entraña la capacidad de disfrutarde una vida sexual satisfactoria y sin riesgos y deprocrear, y la libertad para decidir hacerlo o no ha-cerlo, cuándo y con qué frecuencia».

Este último aspecto implica, por consiguien-te, «el derecho del hombre y la mujer a obtenerinformación y métodos de planificación… de suelección… y acceso a métodos seguros, eficaces,asequibles y aceptables, el derechos a recibir ser-vicios adecuados de atención de la salud que per-mitan los embarazos y los partos sin riesgos y dena las parejas las máximas posibilidades de tenerhijos sanos» (7.2).

El Programa de Acción resalta en un párrafola necesidad de prestar atención «a las necesida-des de las/os adolescentes en materia de ense-ñanza y de servicios con el objeto de que puedanasumir su sexualidad de modo positivo y respon-sables» (7.3).

Carmel Shalev destaca dos conceptos en rela-ción a los derechos sexuales y derechos reproduc-tivos que comprende el Programa de El Cairo. Porun lado, el de autonomía, la que define como «elderecho de una mujer de tomar decisiones concer-nientes a su fertilidad y sexualidad sin sufrir coer-ción ni violencia»5. Por otro, el de discriminación.Para ella «la igualdad implica la no discriminación»,lo que es importante tener en cuenta en nuestropaís. En el caso de la Anticoncepción Oral de Emer-gencia (AOE), las mujeres se vieron obligadas arecurrir al Tribunal de Garantías Constitucionalespara que las más pobres tuvieran acceso a ella, através de los servicios públicos de salud.

privados», como una manera de justificar «la des-protección del Estado frente a condiciones adver-sas y abusos» que viven las personas y sectoresde menor poder económico y social.

En la práctica, el acceso a estos derechos, encada uno de nuestros países, se da entre avan-ces y retrocesos por la influencia de los sectoresconservadores que buscan frenar los logros. Ellodemanda una acción permanente del movimientode mujeres, tanto de incidencia política como cam-pañas públicas.

El derecho de las mujeres a decidir en su vidareproductiva ha sido fundamental para su accesoal mercado de trabajo, a la política y a su empo-deramiento en general, y las implicancias del ejer-cicio de este derecho alcanzan tanto a la personacomo a la sociedad en su conjunto.

En términos personales, porque, como seña-la Tomris Türmen, la capacidad de las mujeres deelegir si tienen hijos, cuándo y con qué frecuenciasignifica al mismo tiempo «la capacidad de definirsu propio desarrollo en términos diferentes a losde la maternidad»4. En términos sociales, el deci-dir el número de hijos ofrece a las familias la posi-bilidad de definir el uso de los recursos familiares,la educación, alimentación, entre otros.

Por supuesto que las implicancias sociales vanmás allá de este aspecto, pues la capacidad re-productiva de las mujeres está relacionada a lacapacidad de una sociedad de reproducir su fuer-za de trabajo. En países desarrollados, donde lasmujeres cada vez en mayor número optan por notener hijos o las parejas deciden tener solo uno/a,el Estado se ve obligado a ofrecer compensacio-nes que estimulen a las familias a procrearse enmayor número.

El Cairo y los DD.SS. y RR.

El Programa de Acción de El Cairo señala quelos «derechos reproductivos abarcan ciertos de-rechos humanos que ya están reconocidos en lasleyes nacionales, en los documentos internacio-nales sobre derechos humanos y en otros docu-mentos pertinentes de las Naciones Unidas» (7.2).

Entre los documentos más importantes estánla Declaración Universal de los Derechos Huma-nos y la Declaración y Programa de Acción de la

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Otra expresión de discriminación es la Ley28704, que penaliza las relaciones sexuales conmenores de 18 años, y que ha traído como con-secuencia que las madres adolescentes sean re-tenidas en hospitales públicos y se ordene la de-tención de padres adolescentes, aún cuando larelación sexual fue consentida, por cometer «ac-tos antisociales». En el caso de los jóvenes ma-yores de edad que hayan tenido relaciones sexua-les con menores de 18 años podrían ser conde-nados hasta 25 años de cárcel. Se olvida que lasfronteras de edades entre adolescentes y jóve-nes son muy frágiles y que es común las relacio-nes sexuales consentidas entre ellas/os.

La penalización del aborto también es otraforma de discriminación, pues son las mujeres sinrecursos las que acuden a prácticas clandestinasque ponen en riesgo su salud y su vida. Tambiénla falta de protocolo para la atención del abortoterapéutico.

El Comité para la Eliminación de la Discrimi-nación hacia la Mujer – Cedaw, en sus recomen-daciones luego del informe periódico del Estadoperuano (enero-febrero, 2007), señaló con preocu-pación «que el aborto ilegal continúe siendo unade las causas principales de la alta tasa de morta-lidad materna y que la interpretación restrictiva porparte del Estado del aborto terapéutico, que eslegal, pueda conducir a que más mujeres recu-rran al aborto ilegal e inseguro».

Ya el Comité de la Cedaw ha llamado la aten-ción al gobierno peruano en sus informes de 1995y 1998 con relación a que el aborto sea objeto desanciones, aun cuando el embarazo sea conse-cuencia de una violación. Hay que recordar queaproximadamente una de cada tres muertes ma-ternas en el Perú se debe a complicaciones deaborto inseguro, y es el aborto séptico la segundacausa6.

El rol del movimiento de mujeres

Que los derechos sexuales y derechos re-productivos fueran incorporados a los consen-sos mundiales de los derechos humanos fue unaacción del movimiento feminista, que aportó tan-to en la investigación de una realidad mayormenteinvisibilizada y en la construcción de los térmi-

nos de los derechos y libertades que debían im-plicar.

Ha sido y es fundamental su rol vigilante y paraello permanentemente están desarrollando estra-tegias para que se respeten y sean una realidaden la vida de las mujeres. Como se ha señalado,estos derechos son muy sensibles frente a la moraly permanentemente se ven amenazados por sec-tores conservadores que tienen impacto de acuer-do a su influencia en el gobierno. Recordemos queen el régimen anterior se aprobó el Día del NoNacido.

En la actualidad el movimiento feminista vie-ne desarrollando la Campaña por la Convenciónde los Derechos Sexuales y los Derechos Repro-ductivos, que se inició en el año 1999. En su Ma-

Se olvida que las fronteras de edades en-

tre adolescentes y jóvenes son muy frági-

les y que es común las relaciones sexua-

les consentidas entre ellas/os.

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nifiesto (2002, 2006) plantean la necesidad deampliar los «referentes de transformación» y des-de allí recuperar «la diversidad de formas de exis-tencia de las mujeres y de todos los seres huma-nos» (p. 10).

Señalan la urgencia de reconceptualizar elcuerpo en su dimensión política, sobre el cual ac-túan el Estado, la familia, la religión, el mercado,las fuerzas fundamentalistas y la sociedad en ge-neral, de manera que siempre está en el centrode «proyectos democráticos o proyectos autorita-rios» (p. 12).

En este sentido, la «radicalidad de los dere-chos humanos se sustenta en la conjunción delcambio personal con el cambio social» (p. 13), unaspecto fundamental teniendo en cuenta que nohay derechos más personales y más políticos quelos derechos sexuales y derechos reproductivos,que abarcan la vida del ser humano desde su na-cimiento.

Históricamente, el control de la capacidad re-productiva de las mujeres ha sido el mecanismode control de sus vidas en sus expresiones diver-sas, lo que exige reafirmar la autonomía de lasmujeres y ello empieza por confrontar la divisiónsexual del trabajo.

El sentido de realización de las mujeres cen-trado en la maternidad hoy está cambiando, y eneste aspecto el Manifiesto enfatiza que «la repro-ducción es un derecho y un placer cuando es de-cidida libremente» (27). Libertad que aún no esuna realidad en nuestro país por la existencia denormas vistas desde una perspectiva moralista,religiosa, y no desde la dimensión de autonomíade cada persona. Por ello, toda agenda en dere-chos sexuales y derechos reproductivos obliga acolocar la urgencia de una Estado laico como unacondición para una real democracia.

Las mujeres rurales

Un sector de especial atención en el tema delos derechos sexuales y derechos reproductivosson las mujeres rurales, por el impacto que tieneen su vida la discriminación y exclusión imperanteen nuestro país. Un ejemplo de ello es que la tasaglobal de fecundidad de las mujeres rurales, se-gún cifras oficiales, es de 4.3 hijos por mujer mien-

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tras el ideal deseado por ellas es de 2.5 hijos. Estotiene su correlato en una mortalidad materna mu-cho mayor en los sectores rurales. Por ejemplo,esta tasa se eleva a 271.2 en Cusco.

Por ello, estos derechos deben abordarsedesde un enfoque de derechos humanos, géneroe interculturalidad. En este sentido, es fundamen-tal la afirmación del Manifiesto de la Campaña dela Convención sobre la urgencia de recuperar losderechos económicos, sociales y culturales «comoexpresión inalienable de la ciudadanía y de losderechos humanos frente a la inequidad en la re-distribución de la riqueza» (p. 21).

La mortalidad materna de las mujeres ruraleses sobre todo consecuencia de su falta de ejerci-cio de derechos, que parte por la identificación.No tener un documento de identidad las hace in-visibles para el Estado peruano y, por consiguien-te, no van a tener oportunidad de tener acceso alos beneficios que éste otorga, como parte de susobligaciones.

La interculturalidad significa «un cambio sus-tancial de enfoque», como dice Fidel Tubino, quedebe reflejarse desde la manera como se conci-be, se diseña y se implementa un proyecto o unapolítica pública (chacarera 31). La interculturali-dad implica reconocer la cultura del/a otra/o, com-prenderlo/a desde su propia perspectiva de ver lavida, de tal manera de establecer un diálogo quehaga propicio el desarrollo.

Este enfoque también obliga a que las muje-res, en este caso, participen activamente comoagentes de cambio desde su propia realidad en lamedida que sus capacidades son desarrolladas.Todo un reto para nuestras autoridades, pero tam-bién para las ONG y el movimiento de mujeres,como nosotras las feministas (Gaby Cevasco).

1 Realizadas en 1994 y 1995, respectivamente.2 Las implicancias conceptuales y prácticas de los derechos repro-ductivos y sexuales. ¿Cuánto hemos avanzado? En: Derechos sexua-les y reproductivos. Aportes y diálogos contemporáneos. PEG-UN-MSM, Centro Flora Tristán, 2001. P. 11.3 Bajo la piel. Derechos sexuales, derechos reproductivos. PEG-UNMSM, Centro Flora Tristán. 2001. P. 7.4 Derechos reproductivos: ¿Cómo avanzar? Ibid. P. 43-44.5 El derecho a la salud sexual y reproductiva: La CIPD y la Conven-ción sobre la Eliminación de todas la formas de Discriminación con-tra la Mujer. Ibid. P. 64.6 Informe alternativo al Sexto Informe Periódico del Estado Peruanoal Comité de la Cedaw. Noviembre 2006. Cladem, Centro Flora Tris-tán, Manuela Ramos, Demus. P. 168.

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Desde el punto de vista médico y estadístico,la mortalidad materna se refiere a las muertes queocurren por complicaciones del embarazo, del par-to y del post parto. Pero desde el punto de vistasocial es un drama que afecta a las mujeres y susfamilias y cuyas secuelas sobrepasan largamen-te las frías estadísticas que no alcanzan a repre-sentarlas cabalmente. Se estima que por cadamujer que muere por causas maternas, entre 20 y30 sufrirán lesiones, infecciones e incapacidadesdebido a una fístula genital, ruptura uterina o en-fermedad inflamatoria pélvica1.

El aborto es uno de los principales problemasque afecta la salud reproductiva de las mujerespobres de los países en desarrollo en los que, porlo general, es ilegal. La gran mayoría de mujerescon recursos económicos encuentra fácilmenteservicios seguros con personal calificado. En elPerú, según estimaciones del Ministerio de Salud(MINSA), el aborto complicado es la cuarta causaque cobra cada año muchas muertes innecesa-rias de mujeres jóvenes.

Lamentablemente, ni la mortalidad materna niel aborto aparecen adecuadamente retratados enlas estadísticas oficiales. En efecto, éstas nos ofre-cen únicamente un perfil de su verdadera magni-tud, la misma que permanece oculta al ojo públi-co. En los sectores urbano marginales y en lasáreas rurales, la magnitud y características delaborto solo se presiente a través de su indicadormás dramático: el lugar que ocupa entre las cau-sas de morbi-mortalidad materna.

La necesidad de contar con información con-

El aborto como causa de mortalidad

materna afecta, básicamente, a

mujeres rurales y pobres, pues las

mujeres con recursos económicos

cuentan con servicios seguros. Es una

expresión, como en otras situaciones,

de una desigualdad e inequidad en el

ejercicio de los derechos sexuales y

derechos reproductivos.

en sector en sector en sector en sector en sectoreseseseses

rrrrruralesuralesuralesuralesurales

Delicia Ferrandor*

Aborto ymortalidad materna

37

fiable sobre estos indicadores contrasta con la in-quietante lentitud con que trabaja el sector públi-co para proporcionarlos. Es como si no se quisie-ra ver la dimensión real de ambos problemas quetruncan la vida de muchas mujeres en su pleni-tud. Por estimaciones indirectas extraoficiales, queson muy útiles para aproximarnos al problema yque suplen la ausencia de datos oficiales, se co-noce que cada año mueren en el país entre 1,200y 1,300 mujeres por causas maternas; y se prac-tican entre 350 mil y 370 mil abortos. Númerosmás o números menos, estas cifras son bastanteelevadas para una población femenina en edadfértil de alrededor de 7 millones.

La tasa de mortalidad materna en el Perú con-tinúa siendo la tercera más elevada de AméricaLatina después de Haití y Bolivia. Según estima-ciones del MINSA para el 2002, se habrían produ-cido en el país unas 1,027 muertes maternas. Estose traduce en una tasa de mortalidad materna de14.8 muertes por 100,000 mujeres en edad fértil;mientras que según la razón de mortalidad mater-na se producirían 163.9 muertes maternas por100,000 nacidos vivos. La probabilidad de morirpor causa materna durante la vida fértil en el año2002 fue de 4.92 por mil mujeres en edad fértil.Es decir, hay un riesgo de muerte materna de 1por 203 mujeres en edad fértil.

De acuerdo al diagnóstico genérico, las cau-sas de muerte directas de mayor frecuencia sonoriginadas por hemorragias del embarazo y delparto (58%) que supera por mucho al resto de cau-sas. La toxemia sigue en orden de importanciacon el 17% de muertes, las infecciones (sepsis)con el 13% y el aborto con el 7%2. Por varios años,el aborto ocupa el cuarto lugar en el ranking decausas por las que mueren las embarazadas. Elporcentaje de muertes atribuibles a aborto podríaser mayor si se considera que probablemente al-gunas de las muertes por hemorragia se deben aun aborto incompleto complicado. Por ejemplo, laatonía uterina representa el 21% y esta complica-ción es aplicable a ambos: parto o aborto.

Naturalmente, las consecuencias adversas delaborto para la salud física de las mujeres son di-versas y dependen de la calidad de la atencióndel aborto. Un estudio realizado en el país conuna muestra de profesionales y no profesionales3,revela que las condiciones bajo las cuales se prac-

tican los abortos en el país difieren enormementeentre sectores de mujeres. Así, mientras el 85%de pobres rurales y el 64% de pobres urbanas acu-den a una persona empírica o se practican elaborto ellas mismas, la gran mayoría de mujereseconómicamente pudientes (85%) recurre a per-sonal de salud capacitado: médicos, obstetrices oenfermeras, que les brindan atención de calidad ycalidez.

Como es de suponerse, el tipo de proveedorque da la atención tiene muchas implicacionespara la seguridad y la salud de las mujeres por latécnica, la forma o la manera que utilizan pararealizar un aborto. Al observar el cuadro, vemosque las técnicas varían de más seguras a menosseguras conforme la calificación del proveedordisminuye.

Como resultado, se estima que el 69% de lasmujeres rurales pobres que ha tenido un abortopuede sufrir complicaciones médicas (menores oseveras con riesgo para la vida de la mujer), com-parado con el 44% de las pobres urbanas y sóloel 9% de las mujeres urbanas no pobres.

En general, la probabilidad de complicacionesse consideró más elevada si la mujer se provocael aborto ella misma o una persona empírica quesi lo realiza un profesional de salud. De allí queentre las mujeres rurales y urbanas pobres el ries-go sea mayor. Además, en ellas también actúanotros factores:a) Tienen más probabilidad de tener precarias con-

diciones de salud por anemia o desnutrición.b) Algunas pueden estar debilitadas por intentos

previos de abortos usando medios inseguros queincluye la introducción de objetos o solucionesque les provocan hemorragias.

c) Es muy frecuente que no cumplan con la medi-cación prescrita.

d) Es más factible que cuando se deciden por unaborto, tengan una edad gestacional relativa-mente alta; y

d) Los médicos, obstetrices y enfermeras que tra-bajan en sectores rurales y de bajos ingresospueden tener menos capacitación técnica y usarmétodos de mayor riesgo en condiciones no deltodo higiénicas.El nivel de calificación influye en el costo del

servicio que varía de acuerdo al área urbana o ru-ral. El costo está en directa relación con la seguri-

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dad médica del procedimiento. Mientras menor sea,mayor es la inseguridad. Las mujeres pudientesemplean, básicamente, dos procedimientos moder-nos y seguros: la aspiración manual endouterina(AMEU) y la dilatación quirúrgica y curetaje (D&C).Ambas deben realizarse en consultorios o en clíni-cas convenientemente equipadas.

En cambio solo una pequeña proporción demujeres rurales y pobres tiene acceso a estas téc-nicas, en su lugar utilizan una extensa variedadde métodos populares, acuden a personas empí-ricas o se manipulan ellas mismas. Entre esosmétodos figuran la introducción vaginal de son-das o catéteres con soluciones (cáusticas, aguasalada, con detergente, lejía, alcohol o cualquierinfusión de hierbas) o sin soluciones, y de objetossólidos diversos (como palitos de tejer, tallos, pe-queñas ramas de plantas, etc).

Claro está que no todas las complicaciones deaborto llevan a una muerte, pero anualmente másde 100 mujeres mueren por esta causa y de ellas lagran mayoría es pobre o vive en sectores rurales.

Suicidio y embarazo

Un aspecto que no debe descuidarse es lamuerte por suicidio de mujeres gestantes que ocu-rre con frecuencia. Se estima que un promedio de30 mujeres se suicidan tras enterarse que estánembarazadas sin haberlo deseado. Según la coor-dinadora de la Estrategia de Salud Sexual y Re-productiva del Ministerio de Salud, Dra. Lucy DelCarpio, en el año 2004, se registraron 28 suici-dios por embarazos, en su mayoría de adolescen-tes, siendo el promedio anual entre 28 y 304. Peroesta causa de muerte materna «… que preocupa

al sector salud es todavía poco atendida… ni si-quiera está considerada dentro de las denomina-das ‘causas indirectas’ de muerte materna».

En el mismo sentido opina el presidente delComité de Derechos Sexuales y Reproductivos dela Federación Latinoamericana de Sociedades deObstetricia y Ginecología, Fernando Távara Oroz-co, para quien el suicidio debería ser considerado«causa indirecta» de muerte materna porque «esamujer no se habría suicidado sino hubiera estadoembarazada». Corresponde a la misma situaciónde la mujer embarazada que muere arrollada porun vehículo.

En conclusión, la desigual disponibilidad demedios económicos y el distinto acceso a pro-veedores de servicios y establecimientos de sa-lud marca la diferencia de las causas de mortali-dad materna entre mujeres de sectores rurales yurbanos, pobres y no pobres. El aborto es unacausa que afecta, básicamente, a mujeres rura-les y pobres porque las mujeres pudientes cuen-tan con servicios seguros. Como en muchas otrassituaciones, en este caso también se evidenciauna clara desigualdad e inequidad en el ejerciciode los derechos sexuales y reproductivos en per-juicio de los sectores más vulnerables.

* Antropóloga y demógrafa

1 The Maternal Health Study (MNPI). Herramienta para la incidenciapolítica en la salud maternal. Índice de Esfuerzo de programasmaterno y neonatales. Perú. Futures Group. 2004.2 MINSA, Oficina General de Epidemiología. Análisis de la Situaciónde Salud en el Perú. Lima. Julio 2004.3 Ferrando, Delicia (2002). El aborto clandestino en el Perú. Hechosy Cifras. Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán y PathfinderInternational.4 Perú. Estiman que unas 30 mujeres se suicidan al año tras enterarsede embarazos no deseados. http://www.mujereshoy.com/secc_n/3751.

- AMEU.- LUI.- Prostaglandinas (vaginal/oral con protocolo correcto de administración ).

- Sondas solas.- Sondas con sustancias.- Prostaglandinas (oral y vaginal. Sin protocolo de administración).

- Prostaglandinas (oral y vaginal administradas en exceso o en dosis mínimas,no conocen el protocolo de administración).

- Yerbas, brebajes, infusiones.- Reguladores menstruales.- Medios físicos (caídas, golpes, maltratos).

Personal de salud(médicos, obstétricas, enfermeras)

Personas empíricas (parteras,comadronas, curanderos)

Las propias mujeres

Técnicas utilizadas para producir abortos por tipo de proveedor

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La realidad multicultural del Perú y los altosindicadores de mortalidad materna existentes, nosremiten a un problema que se ha imbricado conla compleja situación cultural nacional, y que apa-rece como alarmante en las áreas más pobres ytradicionales de nuestro territorio.

La preocupante situación se agudiza en loscasos del fallecimiento de las madres por las lla-madas causas directas e indirectas, que muchasveces son ignoradas por el personal de Salud, pro-ducto del desconocimiento de la vida rural, que alllevar el registro obligatorio e indispensable de ma-nera inadecuada (para el seguimiento epidemio-lógico) crea conflictos de interés ante las diferen-tes particularidades étnicas o, más desconcertan-te aún, por la negación a priori de las diversida-des culturales que el Ministerio «dice conocer».

En los últimos meses del año 2006, el Minis-terio de Salud promulgó una directiva con un pro-tocolo en el que se alentaba a las mujeres de sec-tores rurales y a las que así lo prefiriesen a dar aluz en la posición tradicional acuclillada, o el lla-mado parto vertical. Este decreto se dio paraevitar lo que suponen es el único obstáculo queimpide la concurrencia de las gestantes a los ser-

Lupe Camino*

Parto y muerteParto y muerteParto y muerteParto y muerte

Parto y muerte

en los Andesen los Andesen los Andesen los Andesen los Andes

La autora señala una serie de costum-

bres que no son tomadas en cuenta

por el Ministerio de Salud en los proto-

colos de atención al parto, que son

causa de la no concurrencia a los es-

tablecimientos de salud para este

evento de tanta importancia en la

vida de las familias rurales.

40

vicios de salud del Estado; sin embargo, existeun sinnúmero de razones de diversos orígenespara ello, que obedece a una lógica diferente, pro-ducto de una ideología distinta a la del aparato delEstado y sus propuestas.

De esta manera los funcionarios de salud de-jan y han dejado fuera del servicio a la mujer cam-pesina llevándola a poner en peligro su vida y ladel bebé.

La relación construida por milenios entre lamujer rural y la partera tradicional obedece a in-numerables razones y acuerdos culturales sus-tentados en la reciprocidad secular andina, com-promisos que la propuesta ministerial no ha con-

templado en esta resolución desacertada, distan-te a lo buscado, y que promueve la participaciónfamiliar y los vínculos de confianza.

Los cuidados pre y post natales de la madre,así como los requerimientos específicos de la par-turienta, según la región de procedencia y los con-tenidos particulares, son un aspecto fundamentalpara concurrir a los servicios de salud, al igual queel compromiso que asume la partera de criar comosuyo al recién nacido si la madre falleciera duran-te el parto.

La mujer rural tanto serrana como costeña,dentro de la ideología andina, en la etapa cercanaal parto se asume como privilegiada, pues tienederecho a gozar de consideraciones y beneficiosinnegables en su vida cotidiana, entre ellos: unamejor calidad de alimentación, no realizar ningúntrabajo que requiera esfuerzo y carga de objetospesados. Psicológicamente se siente bien, puesdará a luz a un nuevo miembro de la comunidad;sin embargo, ésta reconoce que el trabajo del partonunca está exento de riesgos y según su percep-ción se hace imperativa la presencia del varón apo-yándola en el trance, con similares característi-cas a las representadas en los ceramios moche.

También sabemos que en algunos pobladossi la mujer es añosa no se le ayudará a permane-cer con vida después el parto, dejándola morir conla hemorragia. Se considera que el niño no seríacorrectamente cuidado porque la mujer «es vie-ja» y por lo tanto se le dejará morir para que elmarido pueda acceder a una compañera más jo-ven, quien muchas veces podrá ser la cuñada opariente cercana a su pareja.

En algunos casos la eutanasia es aceptadapara con la madre y/o el niño.

En el caso que el bebé fuera producto de unaviolación, la mujer podrá ser sacrificada para bo-rrar el agravio. Igualmente, el aborto del cuartohijo es una solución aceptada cuando se tienemuchos hijos y una economía insuficiente.

Las condiciones para dar a luz

Las condiciones ideales para dar a luz obe-decen a un sinfín de conceptos y contenidos quevan a determinar el posterior estado de salud dela madre y el niño. Entre estos debemos conside-

En el caso que el bebé fuera producto de

una violación, la mujer podrá ser sacrifi-

cada para borrar el agravio.

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no podrá asistir a dar a luz, así como tampoco alos controles pre y post parto.

En una importante tesis1 se considera todo lomencionado anteriormente como parte de la cul-tura tradicional andina, la que según el análisis seconserva desde la época pre inca.

Otro aspecto a considerar y a investigar esta-ría ligado a la muerte de las mujeres del campoproducto de la retención placentaria y a la alta in-cidencia de preeclamsia. En ambos casos, en lasierra ocurre una situación problemática y a nues-tro entender obedecería al tipo de vida y dieta quetienen las mujeres peruanas, la que es muy bajaen proteínas y muy elevada en carbohidratos. Lla-ma la atención que en la zona amazónica no sepresente dicho problema.

Un aspecto a tomar en cuenta es que en losregistros epidemiológicos del Estado, con relacióna la muerte materna, no se consideran como da-tos fundamentales las particularidades étnicas

De lo anteriormente expuesto se despren-

de la necesidad de conocer, comprender

y aceptar las creencias y costumbres re-

gionales para así facilitar la concurren-

cia de las mujeres rurales a los servicios

de salud.

rar: el beber mates de hierbas calientes, acordesa la región y piso ecológico y a las categorías da-das de «frío y cálido». Igualmente la parturientaserá sahumada con especies de acuerdo a suscostumbres comunales; y al dar a luz se pondráen la posición tradicional generalmente acuclilla-da y el recién nacido caerá sobre una superficieque marcará su pertenencia al grupo; por ejem-plo: si son ganaderos caerá sobre un pellejo o piel,si éstos son agricultores costeños sobre una mantade algodón y si son alfareros sobre arena azul deldesierto. También se señala que durante todo elproceso de expulsión de la criatura se deberá guar-dar absoluto silencio, lo que es fundamental parano asustar al niño, pues se demoraría el parto po-niendo en peligro la vida de ambos.

También las mujeres deberán amarrarse lacabeza cubriéndose las sienes con un pañuelooscuro y todos los paños que se usen durante elparto deberán ser de este color, pues el negro esprivilegiado en esas circunstancias.

Durante el parto e incluso los cuarenta díasposteriores, se deberá evitar el contacto con losmetales.

En algunos casos se obliga a estas mujeres aguardar estrictas e incomprensibles dietas ligadasal sistema de creencias tradicionales como, porejemplo, no comer alimentos provenientes de plan-tas que crecen en guías.

De lo anteriormente expuesto se desprendela necesidad de conocer, comprender y aceptarlas creencias y costumbres regionales para asífacilitar la concurrencia de las mujeres rurales alos servicios de salud.

Otra práctica descalificada y no menos impor-tante es el llamado manteo y la toma de pulso, lomismo que el entierro de la placenta según el sexodel recién nacido.

Si bien se ha programado la aceptación delparto tradicional, los contenidos aceptados no obe-decen al corpus de creencias propio de las muje-res rurales del Perú; es más, la partera ha sidoexcluida de toda función dentro del suceso del bi-nomio madre e hijo, dejando a la obstetra y al mé-dico en un rol preponderante.

La concurrencia a los establecimientos de sa-lud del Estado depende de la aceptación del mari-do y de la suegra, si éstos no lo autorizan la mujer

42

para el análisis y así entender el origen y razón dela muerte, ya sea ésta directa o indirecta.

Entre estas particularidades tenemos: el ori-gen étnico, el tipo de alimentación, el análisis dehemoglobina, la situación familiar, el idioma, la rea-lidad geográfica. Razones que señalé en el año2003 a la Oficina General de Epidemiología antela importancia de reconsiderar el diseño de la fi-

cha de registro del parto; sin embargo, ésta fuesimplificada y mutilada con el argumento que elpersonal de salud no tenía tiempo para preguntastan complejas ni la preparación suficiente, negan-do el valor de consignar esta información para lle-var a cabo la investigación.

Está también el llamado «rito de pasaje»,enrelación con el parto, en el que la madre e hijocumplen roles vitales, convocándose la presenciade entidades religiosas y de los antepasados encalidad de mediadores, tal como lo menciona Pu-rizaga2 en su texto. En él nos señala que poseemás valor el trascendental ritual del parto que elrotuychicuy o corte del pelo, y la importancia dadaal nacimiento y la asistencia por parte del espe-cialista conocido como partero o partera y el fami-liar elegido por la parturienta.

Otros aspectos a considerar son: el númerode hijos, los mellizos, el parto podálico, que sonseñalados por los informantes como hijos del rayo.Igual trascendencia tiene la lactancia en la rela-ción madre e hijo, estudio privilegiado hoy en díapara abordar la salud materna rural3 y las inter-venciones de las divinidades para asegurar elfuturo. Igualmente el nacimiento de niños albinos,así como lo relacionado a las puniciones en lasprácticas abortivas.

La causa de niños que nacen con algún de-fecto físico o malformaciones es atribuida a lasmalas intenciones de terceros,negándose a acep-tar que estas lesiones son producto de la conta-minación ambiental tan común en nuestros días.

Lo descrito obedece a las costumbres andi-nas extendidas hasta la costa y son rezagos de laideología religiosa inca e incluso más antigua comoen el caso del norte, cuyas creencias se relacio-narían con las culturas Chimú y Moche.

Igualmente, el sector Salud excluye en susrecomendaciones y prácticas tanto a la parejacomo a la familia, lo que es un gravísimo error;que influye en la disminuida concurrencia a losservicios hoy en día.

Esperamos que un futuro no lejano el Estadoperuano incorpore en sus protocolos «las creen-cias y costumbres» como una condición de res-peto a la mujer así como sus diferencias, siguien-do el ejemplo de países como México y Panamáque sí lo consideran.

Igualmente, el sector Salud excluye en sus

recomendaciones y prácticas tanto a la pa-

reja como a la familia, lo que es un gravísi-

mo error; que influye en la disminuida con-

currencia a los servicios hoy en día.

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Fuente: Notificación semanal, Dirección General de Epidemiología – MINSA. Número de muertes maternas notificadas a la Red Nacional deEpidemiología, según procedencia de la fallecida.

Bibliografía

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* Investigadora.

1 M. O Burgos, 19952 M. Purizaga, 19913 L. Camino, 1995

Muerte materna según notificación semanalpor procedencia del 2004 al 26 de mayo del 2007

Subregión 2004 2005 2006 (*) 2007

Amazonas 12 17 19 5Ancash 23 28 25 13Apurímac 16 14 10 2Arequipa 13 8 21 10Ayacucho 20 21 25 6Cajamarca 59 59 52 28Callao 4 3 12 7Cusco 53 45 19 12Hunacavelica 39 18 16 6Huánuco 32 35 31 7Ica 7 10 3 2Junín 35 35 30 16La Libertad 46 37 33 19Lambayeque 21 27 17 10Lima 60 60 50 26Loreto 30 31 32 15Madre de Dios 5 4 3 2Moquegua 3 3 2Pasco 9 7 9 6Piura 51 47 26 15Puno 55 53 56 17San Martín 11 20 24 11Tacna 6 4 3 Tumbes 3 3 3Ucayali 16 10 14 4

Total general 626 596 536 244

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Un enfoque emancipatoriopara el estudio de voces

Beatriz Alvarado*

La visión postestructuralista, nos abre ciertas puertas parauna mejor observación y análisis de los mecanismos socialesde exclusión y construcción de identidades. Resultado del re-chazo de las «grandes narrativas» y únicas verdades, por sunaturaleza antifundamentalista desmitifica la creencia en louniversal y focaliza su atención en las voces y discursos de loshistóricamente silenciados.

La visión postestructural dedica su atención a las historiaslocales e individuales (pequeñas narrativas) analizando la crea-ción de discursos así como las relaciones de poder en las queéstas se desarrollan. Al respecto, Foucault (1981) señala que

La autora analiza las po-

sibilidades del enfoque

postestructuralista desde

los estudios feministas en

el trabajo docente a partir

del estudio de los discur-

sos construidos en el sis-

tema de género que privi-

legian lo masculino sobre

lo femenino y otras iden-

tidades, que quedan ex-

cluidas y silenciadas.

Debatefeminista

45

esta visión funciona como un instrumento para losque luchan, rechazan y resisten al status quo opre-sor. Tal resistencia hace posible rebatir los discur-sos dominantes o logocéntricos de racionalidadque privilegian tradicionalmente conductas aso-ciadas con masculinidad sobre aquellas vistascomo femeninas. De allí la necesidad de decons-truir (Derrida, 1978) tales discursos.

En este sentido, investigaciones sobre estu-dios de género han encontrado un nicho propicioen el enfoque postestructural, el cual, al cuestio-nar el pensamiento binario y jerarquizante, permi-te, en términos de Baxter (2003), la creación deespacios que favorecen las voces de grupos mar-ginados como mujeres, comunidad gay, entreotros. Este enfoque posibilita al/la investigador/aobservar las prácticas que reprimen y silencian aestos grupos, así como sus actos de resistenciaante la opresión.

Relaciones de poder y sistema educativo

El traslado de este enfoque al plano de la in-

vestigación cualitativa feminista tiene mucho queofrecer cuando nos referimos al estudio de voces,identidades y agencias en el proceso educativo.Para el investigador se presenta un panorama quele permite analizar y reflexionar, según Ropers-Huilman (1997), sobre los procesos de aprendi-zaje así como las relaciones de poder entre losagentes dentro del sistema educativo.

El enfoque postestructural sirve al investiga-dor como una valiosa herramienta (mas no comoteoría única) que le permite analizar, en términosde Scott (1990), el funcionamiento de las mani-festaciones patriarcales y le ayuda a distinguirentre lo plural-diverso y las unidades universales.De esta manera rompe con las tradiciones filosó-ficas occidentales responsables de la construc-ción sistemática y jerárquica de los universalesmasculinos versus las especificidades femeninas.

¿Cómo entonces aplicar este enfoque en laobservación cualitativa y análisis de la interacciónde identidades y voces entre los agentes educati-vos? Para tal efecto se debe partir por identificar,según describe Weedon (1987), la construcción

El enfoque postestructural sirve

al/la investigador/a como una

valiosa herramienta (mas no

como teoría única) que le permite

analizar, en términos de Scott

(1990), el funcionamiento de las

manifestaciones patriarcales y le

ayuda a distinguir entre lo

plural-diverso y las unidades

universales.

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social del individuo a través de sus prácticas dis-cursivas, su posicionalidad, agencialidad, actos deresistencia y construcción de identidades en elcontexto educativo. Las identidades no se presen-tan estáticas sino en constante redefinición a me-dida que los agentes educativos experimentancambios en los sistemas sociales que generalmen-te silencian sus voces y limitan sus agencias.

Cuando hablamos de agencia o agencialidad,nos referimos a la capacidad del individuo de ha-cer elecciones (individuales y colectivas) en suvida y actuar en pos de lograr cambios en susentornos.

Existen dos elementos importantes por con-siderar dentro de la investigación postestructuralfeminista dirigida al plano educativo: la posiciona-lidad (o nuestra ubicación frente a las situacionesde poder, dominio u opresión, marginalidad o cen-tro, etc.) del docente y la del educando. En estesentido, Tisdell (2000) señala que tanto el géne-ro, la clase como el grupo étnico ejercen una graninfluencia en el proceso de enseñanza, en la for-ma como se construye el conocimiento y en ladinámica de dicho proceso. Tal posicionalidadabrirá (o cerrará) las puertas a la construcción dediscursos, de voces e identidades dentro del aula.

Estudios basados en pedagogías postestruc-turales feministas señalan la necesidad de refor-mar las prácticas educativas y formar docentescapaces de cuestionar su posicionalidad frente alas estructuras discursivas y que operan en el pro-ceso educativo, con el fin de lograr cambios so-ciales favorables y asistir a los educandos en laconstrucción de nuevos conocimientos y desarro-llo de identidades. De esta manera, la misióndel/la docente debe extenderse más allá de latransmisión de contenidos (al respecto, existen in-numerables estudios nacionales sobre esta trans-misión así como de sus resultados) y convertirseen etnógrafo del proceso educativo capaz de ana-lizar críticamente las relaciones de poder entre losgéneros prestando especial atención a las vocesmarginales.

Al convertirse en observador crítico, el/la do-cente se envuelve en lo que Hooks (1994) descri-be como «pedagogía inclusiva,» la cual empode-ra a las/os educandos impulsándolos a aplicar unpensamiento crítico sobre lo aprendido y tradu-

ciéndolo a su vez en un conocimiento emancipa-torio y democrático, capaz de transformar sus vi-das y facilitar cambios estructurales.

En conclusión, el enfoque postestructural fe-minista, por su rechazo a las singularidades y suapertura a la pluralidad de significados y voces,puede convertirse en una herramienta útil en lasprácticas educativas. Esto puede observarse prin-cipalmente en el plano del análisis de subjetivida-des de los educandos frente a los discursos en elaula y a las prácticas culturales.

Igualmente puede ser un aliado para llevar ala mesa de discusión las prácticas patriarcales ylas relaciones de género en el contexto educati-vo-comunitario creando la posibilidad de construirun espacio para el diálogo democrático y para lasexperiencias individuales que cada agente educativotrae consigo desde su entorno familiar, local y re-gional.

Asiste al/la docente-investigador/a en el aná-lisis de las identidades de los educandos, no comoentes fijos o unitarios sino, según Kenway & Mo-dra (1992), como identidades múltiples y cambian-tes de acuerdo con la creación y desarrollo de losdiscursos que influyen sus vidas dentro y fueradel contexto educativo. La dinámica de las prácti-cas educativas consiste en el encuentro de unavariedad de discursos (de dominación, subordi-nación, poder y/o resistencia); por tanto, el surgi-miento de voces y agencias en el aula dependeráde la posicionalidad de los agentes educativos,de la forma como interactúan los discursos y quie-nes los manejan o promueven.

Este es un aspecto importante en el análisisde las interacciones dentro y fuera del aula porparte del/la docente-investigador/a ya que es, se-gún Davies (1989), a través de la creación o apli-cación de las formaciones discursivas en el entor-no social del individuo que ésta/e aprende a posi-cionarse como mujer u hombre con conductas quele permiten identificarla/o con una identidad reco-nocible. El enfoque postestructuralista, por el con-trario, evita la tentación de crear este tipo deidentidades «reconocibles» y facilita al/la investi-gador/a analizar e interpretar (o reinterpretar) larealidad desde múltiples ángulos que le permitandescribir lo complejo, dinámico y hasta contradic-torio (Hayes, 2000) de la experiencia humana.

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Bibliografía

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*Candidata Doctoral en Estudios Sociales the Ohio State University

La dinámica de las prácticas

educativas consiste en el

encuentro de una variedad de

discursos (de dominación,

subordinación, poder y/o

resistencia); por tanto, el

surgimiento de voces y agencias

en el aula dependerá de la

posicionalidad de los agentes

educativos, de la forma como

interactúan los discursos y quie-

nes los manejan o promueven.

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Chile:Migración y precariedad

Carolina Huatay A.*

Las personas migrantes son parte consustancial de las nue-vas realidades mundiales y también una expresión emblemáti-ca de sus contradicciones y desafíos. Ellas están cambiando,de hecho, la forma de pensar y vivir la democracia y la cultura,son embriones de construcción de la nueva ciudadanía, prime-

El país del sur se ha

convertido en meta de

parte de los miles de

peruanos que migran cada

año y, entre ellos, las mu-

jeres. Pero ser

modelo del desarrollo

neoliberal no es siempre la

mejor oportunidad y tie-

nen que vivir en

condiciones de pobreza y

explotación para poder

enviar las remesas que

mantienen a sus familias

en el Perú.

Internacional

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ro bi y después multinacional, finalmente univer-sal, basada en una creciente pluriidentidad. Soncreadoras de un mundo nuevo y de todas/os, em-pezando por sus países de origen, tránsito y des-tino, a los que aportan además, y contra todo obs-táculo e incomprensión, como dobles o múltiplesagentes de desarrollo.

Es el caso de las mujeres emigradas perua-nas, cerca del 65% de los casi tres millones del«quinto suyo» emigrado del país. Ellas sostienencon porfiado sacrificio, con imbatible amor, fami-lias repartidas binacionalmente, heridas a vecesde muerte por la filosa distancia, o apenas conec-tadas al respirador artificial del teléfono y el chat;y, sobre todo, del envío periódico del dinero a susseres queridos, estimados al menos en seis millo-nes de peruanos en Perú.

Generosamente aportan así a la economía desu país de origen, más de 1.500 millones de dóla-res anuales, sin exigir condiciones como lo hacela ayuda al desarrollo, ni sacar ganancias como lohace la inversión extranjera. En una de las mayo-res paradojas del presente, las emigradas, cuyamigración laboral es por definición una forma de

exclusión del progreso en su país de origen, sonsimultáneamente las que más ayudan a sostener-lo. Pero la paradoja la viven también en los paísesde destino, calculándose que en sus economíasellas aportan al menos uno por cada cuatro dóla-res remesados a su país, pero que, justamentepor ser extranjeras, por ser mujeres, por ser bus-cadoras de trabajos, por ser sostenedoras amo-rosas de familias repartidas en lejanía, sufrenmúltiples exclusiones y se privan a sí mismas demuchas comodidades mínimas, a veces hasta delo elemental.

No son pocas las que naufragan en las cos-tas de la prosperidad que buscan esperanzadas,convertidas en mercancía sexual porque pagamejor y casi no hay diferencia con ser mercancíaexplotable en casas ajenas, matándose de a po-cos con tragos o droga para olvidar la realidaddespiadada.

Cotidianamente se estrellan contra el abusode funcionarios de fronteras o policiales, de trafi-cantes y tratantes, de empleadores insaciables,de machos dados al golpe fácil, todos ávidos porconvertirlas en botín desechable de guerra. Son

Cotidianamente se

estrellan contra el

abuso de funcionarios

de fronteras o policia-

les, de traficantes y

tratantes, de emplea-

dores insaciables...

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las olvidadas a la hora de los informes rutilantesdel progreso económico.

Así ocurre en Chile con la población más pre-caria y vulnerable de esta comunidad. Su magni-tud no se sabe porque a nadie le ha importado losuficiente para estudiarla a profundidad. Afectadapor la segmentación laboral en empleos de bajacalificación y escasos derechos laborales; alta pre-sencia de irregularidad documentaria; alto haci-namiento residencial; presencia de violencia in-trafamiliar, especialmente hacia mujeres (cerca del70% de su componente) y niños (cerca del 15%);ingesta de alcohol y otras manifestaciones con-ductuales de deterioro, todas las cuales tienen asu base hondos déficits psicosociales y emocio-nales propios del desarraigo migratorio y la situa-ción de precariedad socio-económica.

Allí viven niñas como Nelly, de siete años, cuyamadre, Mary, es vendedora ambulante de canchi-ta, siempre huyendo de la policía para no ser de-tenida por esta actividad. Nelly es la primera estu-diante de su salón, aunque en la pieza donde vivehacinada con su madre no hay espacio ni condi-ciones para estudiar pero lo hace en las mesasde comida rápida de un mall en el centro de San-tiago, cuando no están ocupadas y cuando no hayalgún empleado que pueda echarla del lugar. Ocomo Anita, de ocho años, que aunque llegó dedos a Santiago, nunca ha salido del barrio dondevive y estudia en la comuna de Independencia ydel sector del centro de la ciudad donde trabajansus padres, ambos ocupados mayoritariamentepor peruanos; nunca ha ido a un cine, ni conoceel zoológico.

También viven mujeres como Lidia, que llegóun día desde su natal Chimbote, empujada porlos ecos de la bullada prosperidad chilena. No en-tendió bien por qué el funcionario simplemente nola dejó pasar a ella, aunque sí a otras peruanasmás jóvenes que venían en el mismo bus. Se sin-tió culpable incluso porque tal vez no sonrió losuficiente o no dijo las palabras adecuadas, o laropa… Aun así no se rindió y aceptó pagar susúltimos dólares para pasar por Bolivia, cruzandode noche el desierto, corriendo junto a otras quin-ce personas, no sabe cuánto, parando de tantoen tanto, bajo los gritos del traficante que amena-zaba con dejar atrás a los demorados, sin mos-

trar piedad siquiera por la gestante que corría aho-gada con su bebe al pecho.

Finalmente llegó. Tras el hambre y la angus-tia de las primeras semanas, poco a poco, consi-guió sobrevivir y, finalmente trabajar, incluso unamor, un paisano bueno y sencillo que la cuidaba.Tras un año, decidió salir de las sombras y el mie-do de la irregularidad, dispuesta a cumplir con lostrámites y costos que fueran. Averiguó que habíaque ir a «Extranjería» del gobierno. Armada devalor se dirigió allá para explicar su situación, ha-cer ver que fue la desesperación la que la llevó aingresar clandestinamente, que no sabía que esoautomáticamente la dejaba fuera de toda posibili-dad de regularizarse, que trabajaba esforzada-mente, sacrificadamente, doce horas al día, conun domingo libre cada dos semanas, que pagabaimpuestos, se portaba bien y estaba dispuesta amayores sacrificios para conseguir regularizarse,trabajar tranquila y tal vez, solo tal vez, lograr algode sus esquivos sueños.

En el cuarto piso le dieron la mala noticia deque no había esperanzas. Se retiró triste, abatida,aunque ya sabía que era la respuesta más proba-ble, pero la esperanza del pobre es porfiada. Talvez por eso no se dio cuenta de que la seguían.Acaso pensaba que aun así podría trabajar parajuntar algo y poder volver al Perú sin incertidum-bre, ni derrotada del todo. Dos policías de civil queestaban en el cuarto piso y que la siguieron, le pi-dieron sus papeles, sabiendo que no los tenía y sela llevaron detenida a Policía Internacional.

Por primera vez, en sus 40 años de vida, fuedetenida. La tuvieron cerca de diez horas en unasilla sin comida ni bebida ni decirle por qué esta-ba allí; luego le avisaron que sería deportada delpaís y que como no había pasaje aéreo se queda-ría presa hasta entonces. ¿Y mis cosas?, se atre-vió a preguntar. Un policía airado le gritó que yairían por ellas y la llevó a un calabozo donde pasóla noche, tapada apenas con una frazada sobreuna cama de tablas (sí de tablas, sin colchón), sincalefacción alguna, a pesar de las temperaturasbajo cero que justo en esos días eran el comenta-rio de la prensa santiaguina. Finalmente fue de-portada hasta a Tacna, muy lejos de su añoradoChimbote, sin familia y sin dinero alguno. Por suer-te, consiguió teléfono y llamó a su enamorado en

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Santiago que le envió dinero para seguir el cami-no.

La deseada meta

Chile ha sido considerado un nuevo destinomigratorio intrarregional (CEPAL: 2003), y desdehace una década ha recibido una «nueva» inmi-gración vecinal, viviendo su mayor magnitud ab-soluta (cerca de 250.000), aunque no supera el2% de la población total, y su mayor crecimientointercensal (75% de 1992 a 2002) de inmigraciónen toda su historia. La mayor comunidad inmigran-te es la de origen peruano, con cerca de 80.000.Es también la de mayor componente femenino(65%) y tiene entre un 10 y 15% de menores deedad. Concentrada con más del 80% entre Arica(alrededor del 15%), ciudad fronteriza, y Santiago(cerca del 65%).

Según estudios realizados (Araujo & otros:2000, Mujica: 2004, Jiménez & Huatay: 2005), laprocedencia de las/os peruanas/os en Arica es ma-yoritariamente de carácter fronterizo; es decir, deTacna y otras zonas del sur de Perú. Por el con-trario, en Santiago la procedencia es de Lima (al-rededor del 25%) y zonas del norte, especialmen-te de las ciudades de Huacho (alrededor del 12%),

Chimbote (alrededor del 25%), Trujillo (alrededordel 30%) y Chiclayo (alrededor del 6%). En San-tiago se concentran especialmente en las comu-nas del centro histórico (Plaza de armas), dondehabitan aprovechando que son los sectores demás bajos precios en los alquileres (a veces conalto hacinamiento), y del sector oriente (barriospudientes) donde trabajan, especialmente en elservicio doméstico (mujeres) y construcción y ser-vicios a casas (hombres).

La tendencia de su flujo hacia el país es pre-visiblemente sostenida: es el primer destino se-ñalado, según informes del gobierno peruano, su-perando levemente a EE.UU. (INEI: 2006).

El Programa Social Integral Gratuito a Migran-tes de Chile atendió el año 2006 a 914 mujeresinmigrantes peruanas (de un total de 1911 inmi-grantes, de los cuales 1639 eran peruanos). Ellasacudieron por ayuda para resolver problemas deregularización documentaria (44%); psicológicoafectivos, tanto individuales, familiares como co-munitarios (32%); de derechos laborales (12%);de derechos de salud (7%) y otros (5%).

* Periodista investigadora, presidenta de PROANDES, directora delPrograma Social Integral Gratuito a Migrantes de Chile.

La mayor comunidad

inmigrante es la de

origen peruano, con

cerca de 80.000.

Es también la de

mayor componente

femenino (65%)...

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Conflicto armado: Cuetio-nes de género y poder*Carmen Lora**

Narda nos entrega este libro después de un largo tiempode trabajar el tema y de haber caminado junto a muchas orga-nizaciones de mujeres que durante los años del conflicto inter-no tuvieron que encarar una situación nueva, difícil y dura.Como nos tiene acostumbradas/os, Narda se ha hecho pre-guntas que la han llevado a una reflexión no solo sobre la ex-periencia vivida durante el conflicto interno, sino, también, so-bre los asuntos públicos de fondo que salen a la luz desde loocurrido y desde la vivencia de esos años. A partir de ahí esnecesario leer este libro en el que algunos temas están soloseñalados pero que tienen una articulación que va tejiendo elargumento central: cuestiones de género y poder en el contex-to del conflicto armado que vivió el país.

Quisiera subrayar algunos aspectos que me han parecidoparticularmente sugerentes en la lectura de este libro. Uno pri-

Cuestiones de género y

poder en el conflicto

armado en el Perú, de

Narda Z. Henríquez Ayín,

es un libro de necesaria

lectura que analiza no

solo lo sucedido desde un

enfoque de género,

también plantea

propuestas para crear un

país integrado que no

tenga en su perspectiva la

guerra interna como una

alternativa para buscar

solución a sus problemas

de inequidad y exclusión.

Publicaciones

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mero, recordarnos que el conflicto armado surgeen un momento en el que el Perú vivía experien-cias contradictorias: convivía con los cambios quese produjeron en los setenta y, antes de estos,con las grandes migraciones hacia la costa, laspermanentes discriminaciones de lo andino, el ol-vido del campesinado de las zonas altoandinas yamazónicas y una llegada mayor del Estado queen el pasado pero con servicios de mala calidad ytrato discriminatorio. En ese contexto ocurría loque Narda llama una revolución silenciosa que lle-gaba a las mujeres a través de la expansión de laeducación y una experiencia organizativa que jugóen los setenta y ochenta un papel socializador yeducador de gran importancia.

Un segundo aspecto es la constatación de Nar-da sobre la posibilidad de adhesión por igual devarones y mujeres a proyectos belicistas y partici-par ambos en encarnizadas guerras lo que cues-tiona los mitos sobre masculinidades guerreras ymujeres pacifistas, aunque éstos sigan teniendo vi-gencia en el sentido común. Éste es un asunto com-plejo, pues los términos de la guerra llevan a quie-nes no optaron por ella a defenderse y en ese casomuchos lo tuvieron que hacer acudiendo al manejode armas. Impactada, Narda relata su encuentrocon una dirigenta campesina con la que había tra-bajado en el contexto de la promoción del desarro-llo y que un día la encontró formando parte de unaRonda de Autodefensa, portando una escopeta: nole quedaba otro camino.

En el libro se señala cómo los diversos signi-ficados de los roles femeninos son puestos en jue-go: madre doliente a la vez que mujer cosificada,mujeres dirigentas defensoras de la vida, unas, ymilitantes políticas asumiendo una opción por laguerra, otras.

Un tercer aspecto es que el análisis de laautora no ignora el código de la guerra y la exal-tación de la agresividad, y la apropiación de lasexualidad de las mujeres en situaciones de vul-nerabilidad, que ese código supone.

Esta apropiación de la sexualidad se dio tantoen el caso de Sendero Luminoso, que controlabala sexualidad de la mujeres que reclutaba, comoen el caso de las fuerzas militares encargadaspor el Estado de reprimir a los grupos terroristas,que usó de su situación de poder para abusar

sexualmente de las mujeres en su triple condiciónde subordinación de género, étnica y de clase, ensíntesis, en razón de su insignificancia por su po-breza y exclusión.

La dureza de los relatos incluidos en el libro, yque tienen como fuente el trabajo realizado por laComisión de la Verdad y Reconciliación, nos re-cuerda hasta dónde puede llegar el comportamien-to humano encarrilado en una lógica que, comobien señala Narda, no necesariamente es fruto dela irracionalidad. Ella cuestiona las representacio-nes sociales de acuerdo a las cuales la irracionali-dad de la violación sexual responde al carácter «in-controlable» de la sexualidad masculina.

Ello me lleva a destacar un siguiente aspectoen este trabajo. La autora no solo nos muestra lasrelaciones de género en cuanto afectan a las mu-jeres, sino que analiza cómo esas relaciones nospermiten conocer cómo es representada y vividala masculinidad, y de qué manera esta masculini-dad queda involucrada y determina la vida de losvarones, también. En ese sentido creo que la no-vela La hora azul de Alonso Cueto nos ilustra des-de la ficción literaria lo que puede haber supuestopara muchos hombres lo vivido durante el conflic-to armado.

El final de la segunda parte y la tercera titulada«Después de la CVR, ¿qué?» están dedicadas aextraer las consecuencias del análisis realizado enorden a la formulación de políticas públicas, estra-tegia que también ha caracterizado siempre lasbúsquedas e inquietudes de Narda Henríquez.

El Informe de la CVR señaló con fuerza quepara enfrentar los problemas de fondo que el con-flicto armado interno habían revelado y tambiénprovocado era indispensable un nuevo Pacto So-cial. La autora retoma esta propuesta y planteaun tema central: hasta dónde estamos dispuestosa ser interpelados por el punto de vista del Otro yque define como «una forma de conocer y reco-nocer a los seres humanos, sus dolores pero tam-bién sus elaboraciones discursivas, sus formas delegitimación a sí mismos y ante otros». No se tra-ta de idealizar ni de denigrar al Otro en su otredadde género, de etnia, de raza, de condición econó-mica o educativa, se trata de reconocer en él sucondición humana con sus valores y limitaciones.

En el libro, Narda nos presenta hoy a las mu-

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jeres que son un rostro importante de ese Otro,pero ella misma no pierde de vista la perspectivade la multiplicidad de rostros de esa otredad, en-tre la que también está el rostro del varón. La otraruta que señala Narda es la de la ética del cuida-do, en la que las organizaciones de mujeres tie-nen un testimonio sólido y persistente.

¿Es evitable la guerra en la vida del ser huma-no?

El tema de la guerra, sus códigos y las situa-ciones que genera ocupa una importante parte dela reflexión que Narda nos entrega en este libro.Quiero traer aquí muy brevemente la reflexión deFreud al tratar de responder, en 1933, a un pedi-do de Eisntein sobre «¿Qué podría hacerse paraevitar a los hombres el destino de la guerra?» Estetema está como telón de fondo de esta reflexión ydebe abordarse de manera más analítica.

Después de una reflexión sobre los conflictosde interés y cómo podrían resolverse con instan-cias supranacionales, Freud apela a su marco teó-rico, el psicoanálisis, para advertir que no es posi-ble eliminar las tendencias agresivas del ser hu-mano. A pesar de esta constatación, no concluyede una manera pesimista en el sentido que no sepuede hacer nada. Al contrario, propone dos ca-minos que de alguna manera se implican: uno, esapelar al otro instinto, el de Eros, en su significa-do de vinculación afectiva que se da por la identi-ficación; es decir, establecer elementos comunesque despierten sentimientos de una comunidadcompartida. El otro camino es el de confiar en quela capacidad de crear cultura, presente en el serhumano y que ha ido afianzándose a lo largo de

la historia, logre dominar el recurso a la violenciade la guerra en los plazos largos que supone todaevolución. Para Freud, este proceso se consolidabajo el imperio de la razón.

Quiero recoger de este planteamiento el re-conocer que apelar a la guerra para resolver con-flictos está inscrito en la historia y tiene que vercon nuestra condición humana también, pero queno es un recurso al que estamos destinados a re-currir en forma ineluctable. Entre los caminos queFreud planteó simpatizo más con el primero, lacreación mediante la identificación de una comu-nidad compartida, ¿un país en nuestro caso?, pues«el progreso de la cultura» en el cual él confiabaen 1933 no se ha verificado como más humani-zante en las últimas décadas ni parece ser quesolo el imperio de la razón basta para resolver lascosas; son necesarios otros factores.

Generar vínculos entre las personas, víncu-los que permitan identificaciones y sentido de per-tenencia converge con la perspectiva planteadaen el libro sobre el reconocimiento del Otro y laética del cuidado que supone hacerse cargo deotro. ¿Cuánto estamos decididos a reconocernosentre tan diversos y desiguales en el Perú comopersonas que debemos tener los mismos dere-chos y responsabilidades? ¿Y en qué medida es-tamos dispuestos a hacernos cargo de cuidar dela vida de los otros, por más distantes y ajenosque los sintamos? Es en esa perspectiva que seráposible consolidar un nuevo Pacto Social para quela dureza de lo vivido no vuelva a repetirse. A ellonos convoca este libro que hoy nos reúne.

*Texto leído en la presentación del libro.

** Editora de la revista Páginas.

La otra ruta que señala Nar-

da es la de la ética del cuida-

do, en la que las organizacio-

nes de mujeres tienen un tes-

timonio sólido y persistente.

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PublicacionesEl tour de FranciaFlora Tristán. Diario redactado por la autora entre 1843 y 1844 durante sugira para la formación de la Unión Obrera. Traducción, introducción y notasde Yolanda Westphalen.Ediciones Flora Tristán, Fondo Editorial U.N.M. San Marcos, IFEA, Emba-jada de Francia. Lima, 2007.

Manual de formación política y gestión local con equidad de géneroMódulo 1: Ciudadanía y participación política. Módulo 2: Incidencia política.Módulo 3: Gobiernos locales y arquitectura de género. Módulo 4: Herra-mientas de gestión local con equidad.Ediciones Flora Tristán, Escuela Mayor de Gestión Municipal. Lima, 2007.

Informe alternativo al Sexto Informe Periódico del Estado Peruanoal Comité de la CEDAWPunto de vista de la sociedad civil sobre el grado de cumplimiento de loscompromisos asumidos por el Estado peruano frente a esta Convención.Ediciones Flora Tristán, Cladem, Movimiento Manuela Ramos, Demus. Lima,2007.

El movimiento feminista en el horizonte democrático peruano (déca-das 1980-1990)Virginia Vargas V. Es una reflexión personal y política de la autora sobrealgunas dimensiones de la historia del feminismo peruano durante esasdécadas.Ediciones Flora Tristán, Unifem. Lima, 2006.

Las mujeres positivas. La situación de las mujeres viviendo conVIH/Sida en el PerúAnálisis de la situación de los derechos humanos de las mujeres seroposi-tivas, especialmente de sus derechos sexuales y derechos reproductivos.Ediciones Flora Tristán. Lima, 2006.

Con qué derechos estamos seguras: seguridad humana con enfoquede géneroHelen Groome, Carmen Magallón, Norma Henríquez y otras. La falta deseguridad enfocada desde la salud, la educación, la herencia, el conoci-miento, las emociones, etc.PTM-Mundubat. Bilbao, 2007.

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Otra

s Pub

licac

ione

sEstado mundial de la infancia 2007: la mujer y la infancia, el dobledividendo de la igualdad de géneroInforma sobre las vidas de las mujeres, pues la igualdad entre los géneroy el bienestar de las/os niña/os van de la mano.Unicef. Nueva York, 2006.

El derecho a la identidad: campañas de documentación y supervi-sión 2005-2006Da una mirada al problema de la indocumentación en el país y las accio-nes realizadas para reducir su impacto.Defensoría del Pueblo. Informe N° 107. Lima, 2006.

Ciudades para convivir sin violencia hacia las mujeres: debatespara la construcción de propuestasAna Falú, Olga Segovia, editoras. Los trabajos hacen referencia no soloa la violencia de género y ante la inseguridad, también en cómo se conci-be el desarrollo y cómo afecta los derechos de las mujeres.Ediciones SUR. Chile, 2007.

Salud y enfermedad en los márgenes: diagnóstico participativo encomunidades peruanas que sufren pobreza y exclusiónMarfil Francke, Raquel Reynoso.Concluye en la necesidad de revisar el lenguaje y las herramientas analí-ticas con que se aborda el tema de la salud.Consorcio de Investigación Económica y Social- CIES. Lima, 2007.

Produciendo contra la pobreza: la microempresa vista desde elgéneroAnnelou Ypeij. Parte del análisis de la vida cotidiana de la/os actoras/esen el análisis sobre cómo las microempresas acumulan capital.Instituto de Estudios Peruanos. Lima, 2006.

Otras publicaciones

La mujer fragmentada: historias de un signo. Conversaciones entreDiamela Eltit, Raquel Olea y Carlos Pérez. Lucía Guerra. Editorial CuartoPropio. Chile, 2006.

Mujer que soy: la voz femenina en la poesía social y testimonial delos años cincuentaAngelina Gatell. Bartleby Editores. Madrid, 2006.

Biblioteca Flora TristánParque Hernán Velarde N° 42, Santa Beatriz, Lima.Atención de lunes a viernes de 1 a 5 p.m.

Interculturalidad

Revista Chacarera Nº 35

INTERCULTURALIDAD es: